41298-31-03-001-2007-00196-01

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República de Colombia
Radicación: 41298-31-03-001-2006-00004-01
Tribunal Superior de Neiva
DISTRITO JUDICIAL DE NEIVA
TRIBUNAL SUPERIOR
SALA SEGUNDA DE DECISIÓN
CIVIL FAMILIA LABORAL
Magistrado Ponente: ALBERTO MEDINA TOVAR
Neiva, veintiuno (21) de septiembre de dos mil diez (2010).
Radicación:
41298-31-03-001-2007-00196-01
Trámite:
Ordinario de Declaración de Pertenencia
Demandante:
Ana Mile Martínez Gómez
Demandado:
Diego María Méndez Urriago y demás personas
desconocidas e indeterminadas- Erga Omnes-.
ASUNTO
Resuelve la Sala el recurso de apelación de la sentencia proferida
el 02 de septiembre de 2009 por el Juzgado Civil del Circuito de
Garzón,
dentro del proceso
ordinario de
declaración de
pertenencia iniciado por Ana Mile Martínez Gómez en contra de
Diego María Méndez Urriago y las demás personas desconocidas
e indeterminadas- Erga Omnes.
República de Colombia
Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
Tribunal Superior de Neiva
ANTECEDENTES
La señora Ana Mile Martínez Gómez, a través de procurador
judicial, inició proceso de prescripción adquisitiva extraordinaria
de dominio, con suma de posesiones, en contra de Diego María
Méndez
Urriago
y
las
demás
personas
desconocidas
e
indeterminadas- Erga Omnes-, pretendiendo que se declare que
le pertenece el dominio pleno y absoluto del inmueble ubicado en
la calle 5 No. 7- 57 del Municipio de Guadalupe Huila.
HECHOS FUNDAMENTO DE LA DEMANDA
Primero.- El inmueble pretendido por pertenencia se encuentra
ubicado en el perímetro urbano de Guadalupe Huila, en la calle 5
No. 7- 57, con cinco metros de frente y once metros con veinte
centímetros de fondo; para un área total de cincuenta y seis
metros cuadrados, los cuales se encuentran construidos en su
mayor parte; con una casa de habitación de material, techo de
zinc, pisos de cemento, dos alcobas, con servicios de energía
eléctrica, parabólica, de acueducto y alcantarillado; cuyos linderos
son los siguientes: al oriente, colinda con el predio de Neftalí
Martínez; por el occidente, con la calle 5; por el norte, con la
sucesión de Otoniel Santos; y por el sur, con Predios de María
Rojas Apolinar.
Segundo.- La señora Ana Mile Martínez Gómez entró en posesión
del predio pretendido con documento privado de fecha 07 de
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
Tribunal Superior de Neiva
enero de 1982, en el que Diego María Méndez Urriago le vende a
Ramiro
Delgado
Peña
un
predio
de
mayor
extensión.
Posteriormente, mediante escritura No. 1151 del 14 de diciembre
de 1982, de la Notaría de Garzón (H), Diego María Méndez
Urriago adquiere la propiedad del predio de mayor extensión y se
legaliza la venta del lote con unas tapias de bloque, con extensión
de 189 metros cuadrados, por venta que le hace Leonidas Villamil
Cortés. El 18 de junio de 1999, Ramiro Delgado Peña le vende a
Judith Gómez de Martínez mediante documento privado una
pequeña parte de ese lote de terreno. Finalmente, la señora
Judith Gómez de Martínez, por medio de documento privado del
16 de enero de 2007 le vende a Ana Mile Martínez Gómez, actual
poseedora del inmueble pretendido en usucapión.
Tercero.- La señora Ana Mile Martínez Gómez, adquirió una
pequeña parte del predio que fue de Diego María Méndez Urriago
y posteriormente de Ramiro Delgado Peña, lote cuyo frente se
encuentra ubicado por la calle 5 de la nomenclatura actual del
municipio de Guadalupe (H), que hacía parte del lote que en
mayor extensión adquirió Diego María Méndez Urriago, con frente
y nomenclatura carrera 8 No. 4- 74, el que en la actualidad está
distribuido en varios pequeños predios, con frente localizado por
la calle 5, según certificado expedido por la Oficina de Planeación
Municipal de Guadalupe (H). Con lo anterior se explica porqué el
predio pretendido por la demandante tiene una nomenclatura
diferente a la del predio originario con frente por la carrera 8, pues
corresponde a una época anterior, como se puede ver en la carta
catastral urbana.
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
Tribunal Superior de Neiva
Cuarto.- La demandante alega que al igual que los anteriores
dueños ha poseído dicho bien de manera ininterrumpida y pública,
con ánimo de señores y dueños (sic) ejerciendo sobre el mismo,
actos constantes y libres de disposición , tales como las mejoras
realizadas y la construcción sin impedimento de persona alguna.
Quinto.-Que tanto ella como sus antecesores han realizado sobre
el predio, durante más de 20 años construcciones de mejoras
tales como los servicios de acueducto y alcantarillado, pisos de
cemento liso, dos habitaciones, cocina, baños, techos de zinc,
colocación de ventanas y puertas de hierro, igualmente se han
cancelado
los
impuestos
y
contribuciones
municipales
correspondientes a los servicios públicos, así como lo han
defendido contra perturbaciones de otras personas, lo han
habitado con sus familias hasta la actualidad, sin reconocer
ninguna clase de dominio ajeno con relación al mismo.
Sexto.- Aclara que en la escritura pública No. 1151 del 14 de
diciembre de 1982 de la Notaría de Garzón, el inmueble aparece
identificado con la nomenclatura carrera 8 No. 4- 74, puesto que
así aparece en el certificado de libertad tradición, pero por la
ubicación del lote y teniendo que ésta cambió, de acuerdo al
certificado expedido por Planeación Municipal la nomenclatura es
calle 5 No. 7 -57, ya que se trata del mismo predio del demandado
con frente por la calle 5.
Séptimo.- El predio referido, no aparece en el folio de matrícula
inmobiliaria en razón a que del lote originario de propiedad de
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Diego María Méndez Urriago no se ha efectuado el respectivo
desenglobe, por cuanto éste se ausentó sin otorgar las escrituras
de compraventa.
PRETENSIONES
El demandante solicita, que se declare que le pertenece en
dominio pleno y absoluto el predio ubicado en la calle 5 No. 7 -57
del municipio de Garzón Huila, con una extensión superficiaria de
cincuenta y seis metros cuadrados, por haberlo adquirido
mediante prescripción extraordinaria de dominio, con suma de
posesiones.
Que como consecuencia se ordene abrir folio de matrícula
inmobiliaria con actualización de los linderos, para la inscripción
del mismo ante la Oficina de Instrumentos públicos de Garzón.
TRÁMITE PROCESAL Y RESPUESTA DEL DEMANDADO
La demanda fue admitida mediante proveído del 01 de octubre de
2006, en contra de Diego María Méndez Urriago y las personas
desconocidas e indeterminadas –Erga Omnes-, por lo que se
ordenó darle el trámite indicado en el artículo 407 del C. de P
Civil.
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Inmediatamente surtidos los trámites de notificación a través del
emplazamiento
desconocidas
al
e
demandado
y
indeterminadas-
a
todas
Erga
las
Omnes-
personas
que
se
consideraran con mejor derecho, mediante auto adiado el 11 de
marzo de 2008 el despacho les designó Curador Ad Litem para su
representación.
Notificada personalmente la curadora, dentro del término legal
arrimó libelo contestatario en el que solicitó se probaran los
hechos y manifestó que en el ordenamiento civil el modo de
adquirir el dominio sobre los bienes inmuebles se hace mediante
acto solemne, es decir, mediante escritura pública debidamente
registrada, sin embargo en los hechos y pruebas aportadas en la
demanda se observa que las ventas a las que se refieren , se han
efectuado mediante contratos escritos, sin que ninguno de ellos
revista la solemnidad exigida por la ley.
Esgrime que no es cierto que la posesión inicia desde el momento
en que efectivamente la demandante entró en posesión del
inmueble, pues no es dable hablar de suma de posesiones
cuando este es un hecho en virtud del cual surgen derechos y
como tal puede ser transmisible por causa de muerte o
eventualmente cuando existe una falsa tradición registrada,
transmitida mediante escritura pública.
No obstante, en el caso que nos ocupa no se da ninguna de las
dos condiciones enunciadas, por tanto no ha transcurrido el
tiempo exigido por la ley para que la demandante adquiera el
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derecho de dominio del inmueble por prescripción adquisitiva de
dominio.
El demandante refutó la exceptiva acotando que si bien,
inicialmente la legislación civil establece para el caso de la
prescripción extraordinaria de dominio un plazo de 20 años, aun
en el caso que no exista ningún documento que acredite la
adquisición del predio, solamente es necesario el transcurso del
tiempo, la buena fe, que no se trate de bienes imprescriptibles y la
posesión del bien que se pretende usucapir.
Que en el sub lite, concurren todos y cada uno de los requisitos
necesarios para que el juez de conocimiento declare la
prescripción a favor de la accionante, por haber transcurrido el
tiempo, la forma de adquisición, tener la posesión actual de buena
fe de parte de la misma y de los poseedores anteriores, quienes
le cedieron su derecho de posesión ininterrumpida del inmueble
pretendido.
Para ello se adjuntan a la demanda todos los documentos con los
cuales se ha venido transfiriendo la posesión del predio, aunque
no era necesario su aporte, pues en el caso de la prescripción
extraordinaria, la mera posesión del bien por un
lapso
determinado genera la posesión. Y se puede juntar la posesión
propia a las anteriores, eso es lo que se ha pedido y probado, tal
hecho es lo que se ha llamado la agregación o accesión de la
posesión prevista en los artículos 2521 y 778 del C. Civil.
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Precluida la etapa probatoria y en la oportunidad procesal para
presentar los alegatos de conclusión, las partes fueron silentes.
LA SENTENCIA APELADA
Luego de hacer una breve reseña de los presupuestos axiológicos
de la posesión y una breve relación de lo actuado en el proceso,
procedió el Juez de primer grado a denegar las pretensiones
suplicadas en la demanda en consideración a lo siguiente: “…es
menester empezar por definir que la actora reclama la aplicación
de la prescripción extraordinaria de dominio (…) Dicha modalidad
de prescripción exige el ejercicio de posesión sobre el bien, por un
ejercicio no inferior a los 20 años. (…)
Conforme a la prueba documental y testimonial arrimada al
expediente, el Despacho logra inferir que la demandante ANA
MILE MARTINEZ GÓMEZ no ha tenido en posesión material,
desde el año 2000, del (sic) inmueble ubicado en la Calle 5
Número 7- 57 del Municipio de Guadalupe Huila, con un área de
extensión de 56 M2, toda vez que su señora madre JUDITH
GÓMEZ de MARTÍNEZ le enajenó el día 16 de enero de 2007 (fl.
6 del c. principal) y ello es corroborado por los testigos que
declararon dentro de la diligencia de inspección judicial.
En el presente asunto no tiene cabida la suma de posesiones de
que trata el artículo 778 del código civil (sic), como tampoco la
prescripción ordinaria de dominio, toda vez que dicha modalidad
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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de prescripción exige el ejercicio de posesión sobre el bien, por un
espacio no inferior a los 10 años, tiempo que en el caso de
estudio no ha cumplido la demandante, si se tiene encuenta (sic)
que la actora no logró probar la cadena de traspasos, dado que
no aportó los títulos –escrituras públicas- por medio de las cuales
fue adquirido el inmueble en pertenencia, esto es, no demostró
mediante escrituras públicas la existencia de los negocios
jurídicos traslaticios entre los sucesores y los antecesores en la
cadena de posesiones que permita por consiguiente la creación
de un vínculo sustancial como compraventa, permuta, donación,
aporte en sociedad, etc., lo cual debe hacerse por escritura
pública bajo el designio traslativo que encierran estos negocios;
por consiguiente, no opera la suma de posesiones regulares, pues
la convención o contrato con virtualidad para anudar posesiones,
tiene que tomar la forma que para el respectivo acto se exige
según la naturaleza del bien de que se trate; lo que es decir, que
si el título invocado es la venta, no puede ser sino mediante
escritura pública, porque es eso lo que demanda el artículo 1857
del código civil (sic) para bienes muebles”.
Finalmente el a quo refirió que no bastaba que en una promesa
de compraventa de inmuebles se exprese la voluntad de conceder
la posesión y de transferir ese poder de hecho para que opere el
fenómeno de la unión de posesiones, ya que el título constituido
es el de hacer, jamás el de trasladar. El criterio de la Corte
Suprema de Justicia plasmado en sentencia del 05 de julio de
2007, es que quien alegue la suma de posesiones en su favor, si
bien es cierto no está obligada a probar con escritura pública los
títulos traslaticios anteriores, no lo es menos que no está relevado
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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de la carga de probar la cadena de posesiones de sus
antecesores acompañada del correspondiente título, requisito que
en el caso sub examine, igualmente no se demostró.
FUNDAMENTOS DEL RECURSO
El reparo realizado por el apoderado de la demandante a la
providencia de primera instancia radica en que: “…No comparto
las apreciaciones del señor Juez de conocimiento, porque a pesar
de que las pruebas fueron presentadas en forma legal, sin tachas,
no fueron controvertidas dentro del proceso, recibidas igualmente
con todos los requisitos legales y procedimentales y con las
cuales se establece en forma clara la posesión irregular del bien,
la forma como fue adquirido, termina negando la petición hecha
por la demandante”.
Refirió además, que con las pruebas obrantes dentro del proceso
y con los documentos de promesa de compraventa, se estableció
claramente que la accionante y los anteriores poseedores del lote
pretendido,
han
mantenido
la
posesión
del
predio,
sin
perturbaciones de ninguna índole, bajo el ejercicio de los actos de
dominio como señores y (sic) dueños del inmueble, cada uno en
su tiempo. Así como con las promesas señaladas, se establece el
tiempo transcurrido, necesario para la prescripción extraordinaria
solicitada.
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
Tribunal Superior de Neiva
También cita jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
haciendo énfasis en que las pruebas deben ser apreciadas en
conjunto y que en el caso de los testimonios no puede esperarse
que todos sean idénticos. Finalmente arguye que el artículo 778
del C. Civil señala claramente que el demandante puede añadir a
su posesión la de su antecesor, la que podrá agregarse a la
posesión propia la de una serie no interrumpida de antecesores; y
que por la carencia de un justo título, por cuyo motivo es posesión
irregular, es que la demandante ha recurrido a la justicia civil, para
lograr que su pequeña propiedad quede saneada de vicios.
CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL
Pretende adquirir la señora Ana Mile Martínez Gómez,
por el
modo de la prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio, con
suma de posesiones, el predio del ubicado en la calle 5 No. 7- 57
del municipio de Guadalupe Huila, con una extensión superficiaria
de cincuenta y seis metros cuadrados, el que tiene una
nomenclatura diferente, pues hacía parte de un lote de mayor
extensión ubicado en la carrera 8 No. 4- 74 el que en la actualidad
se encuentra distribuido en varios y pequeños predios, como el de
la accionante localizado por la calle 5; inmueble que se halla
debidamente singularizado en el libelo demandatorio.
Señala textualmente el artículo 2518 del C. Civil: “Se gana por
prescripción el dominio de los bienes corporales, raíces o
muebles, que están en el comercio humano, que se han poseído
con las condiciones legales”.
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
Tribunal Superior de Neiva
La prescripción "es un modo de adquirir las cosas ajenas o de
extinguir las acciones o derechos ajenos, por haberse poseído las
cosas y no haberse ejercitado dichas acciones y derechos durante
cierto tiempo y concurriendo los demás requisitos legales." (Art.
2512 del C. Civil.).
La ley ha distinguido dos clases de prescripción, adquisitiva o
usucapión: la ordinaria y la extraordinaria, exigiendo, para cada
una de ellas, presupuestos que distan en cuanto al tiempo de
ejercicio del hecho material y calidad de quien lo ejerce, puesto
que, entratándose de bienes inmuebles, la primera reclama la
posesión ininterrumpida durante 10 años y justo título; en tanto
que la segunda no exige título alguno (poseedor irregular) pero,
debe haberse ejercitado por un lapso no inferior a 20 años, como
lo consagra la legislación civil en los artículos 2527 al 2532, cuyos
términos se redujeron a la mitad conforme la modificación
introducida por la Ley 791 de 2002.
Entonces, se gana por prescripción extraordinaria el dominio de
los bienes que están en el comercio humano y que se hayan
poseído por más de 20 años, sin violencia, clandestinidad, ni
interrupción durante el mismo tiempo. (Artículos 2518 y 2531
ejusdem y 1º de la Ley 50 de 1936), siempre que el que se
presenta como dueño, no pueda probar que, en los últimos 20
años, se haya reconocido expresa o tácitamente su dominio, por
parte del que alega la prescripción.
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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Ningún tipo de prescripción adquisitiva podrá realizarse si no se
posee la cosa cuyo dominio se afirma haber adquirido por ese
modo, además es necesario esclarecer que debe recaer sobre un
bien prescriptible.
Según disposición legal contenida en el artículo 762 del C. Civil, la
posesión consiste en “la tenencia de una cosa determinada con
ánimo de señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal,
tenga la cosa por si mismo, o por otra persona que la tenga en su
lugar y a nombre de él…”
La posesión material se caracteriza por la coexistencia de dos
elementos: El corpus, elemento externo apreciable por los
sentidos que se evidencia en la simple detentación material del
bien, en su aprehensión física, y el animus domini o intención de
hacerse dueño, animus remsibi habendi, elemento intrínseco que
escapa a la percepción sensorial pero que se materializa en el
comportamiento del individuo frente al público en general.
La posesión se tiene dicho, es un hecho, es una relación directa y
personal de alguien con un bien. De ahí que para demostrarla
resulta idónea la prueba testimonial, esto es, el dicho de quienes
han visto esa relación mediante actos concretos y positivos
ejecutados por quien se dice poseedor y de los que se infiere su
intención de comportarse como dueño.
Pero no basta la posesión únicamente, sino que ella debe ser
"calificada", o mejor, debe cumplir ciertos requerimientos a saber:
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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debe haber sido ejercida como mínimo por un lapso de veinte
años (norma vigente para la época), pero además debe ser
pacífica, pública e ininterrumpida, y recaer sobre un bien
prescriptible (así lo tiene dicho la Honorable Corte Suprema de
Justicia desde antaño1.
Ahora bien en lo atañe a la adición de “posesiones” la reglamenta
el artículo 778 del Código Civil al disponer: “Sea que se suceda a
título universal o singular, la posesión del sucesor principia en él;
a menos que quiera añadir la de su antecesor a la suya; pero en
tal caso se la apropia con sus calidades y vicios (…) Podrá
agregarse, en los mismos términos, a la posesión propia la de una
serie no interrumpida de antecesores”.
Lo anterior es complementado por el artículo 2521 del mismo
estatuto cuando establece que “Si una cosa ha sido poseída
sucesivamente y sin interrupción, por dos o más personas, el
tiempo del antecesor puede o no agregarse al tiempo del sucesor,
según lo dispuesto en el artículo 778 (…) La posesión principiada
por una persona difunta continúa en la herencia yacente, que se
entiende poseer a nombre del heredero”.
Ahora bien, para el estudio de la alzada, debe tenerse en cuenta
que recientemente la jurisprudencia de la Sala Civil de la Corte
Suprema de Justicia le dió un giro radical en cuanto al aludido
tema, particularmente en lo relativo a la agregación de posesiones
1
Pueden consultarse, entre otras, las sentencias de la Sala de Casación Civil, del 18 de Julio de 1949.
G.J. T. LXVI, pág. 347; y del 22 de enero de 1976, M. P. Humberto Murcia Ballén.).
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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irregulares. En sentencia de casación N° 083 de 5 de julio de
2007, expediente 00358-01, luego de hacer un estudio histórico
sobre la forma en que se había entendido el asunto, concluyó de
la manera que pasa a resaltarse:
“(…) Efectivamente, de un tiempo para acá la jurisprudencia sostuvo y
viene sosteniendo que las distintas posesiones de un bien raíz sólo
pueden anexarse, cuando de título singular se trata, mediante escritura
pública traslativa de dominio. Que cualquier otro documento, aun la
promesa de contrato misma, por carecer de aptitud traslativa de la
propiedad, es impotente para dicho designio; y menos aún cualquier
otra forma negocial.
“Pero poseedor así, que quiera sacar ventaja especial, en este caso la
de sumar posesiones, expuesto queda para que le indaguen cómo fue
que llegó al bien. No le basta el mero hecho de la posesión, porque en
ese momento necesitará un agregado, cual es el de justificar el
apoderamiento de la cosa. Por eso, hace poco se citaba éste como uno
de los eventos en que puede y debe preguntársele en `qué tanto
derecho´ hace pie su posesión. Dirá así que él es un sucesor de la
posesión, que posee con causa jurídica. Demostrará ser un heredero,
comprador, donatario o cualquier otra calidad semejante; variedad hay
de títulos con causa unitiva. Agregará que no es él usurpador o ladrón
alguno. Que allí llegó con `derecho´ porque negoció la posesión con el
anterior, manera única como las posesiones quedan eslabonadas,
desde luego hablándose siempre de acto entre vivos. En una palabra,
que tiene título que los ata. De ahí que el artículo 778, al aludir al punto,
rompa marcha tan sentenciosamente, a saber: `Sea que se suceda a
título universal o singular'. Y ya se sabe que suceder es concepto
caracterizado por la alteridad, en cuanto une o enlaza necesariamente a
un sujeto con otro; sucesor es quien precisamente sobreviene en los
derechos de otro; quien a otro reemplaza. Eso y nada más es lo que
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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reclama la ley, vale decir, que se trate de un sucesor.
“Por consecuencia, un título cualquiera le es suficiente. Nada más que
sea idóneo para acreditar que la posesión fue convenida o consentida
con el antecesor. Por ende, a la unión de posesiones no puede llegar
quien a otro desposeyó. De tan notable preeminencia no podrán
disfrutar ni los ladrones ni los usurpadores. Estos no cuentan con más
posesión que la suya. Unos y otros no reciben de nadie nada. Y, claro,
así no puede considerarse al usurpador, por ejemplo, sucesor, ni
antecesor a la víctima del despojo, toda vez que eliminada de un tajo
queda toda relación de causante a causahabiente.
¿Qué es lo que se negocia? Simplemente la posesión; o si se prefiere,
los derechos derivados de la posesión. Y transmisión semejante no está
atada a formalidad ninguna. En este punto radica todo, como luego se
verá. Por modo que no tiene porqué mirarse qué cosas son las que se
poseen, cuál es su naturaleza jurídica, para entrar a diferenciar entre
inmuebles y muebles, y por ahí derecho exigir que el negocio asuma las
características y las formas que en cada caso son pertinentes; ni que, si
de posesión de bien raíz se trata, como venía señalándolo la
jurisprudencia que hoy se rectifica, la transmisión por venta asuma la
formalidad de la escritura pública, según la preceptiva del artículo 1857
in fine. No está bien entremezclar la transmisión de la simple posesión
con la transmisión del derecho de dominio; el artículo 1857 se refiere a
los títulos traslaticios de dominio, que es asunto extraño al fenómeno
posesorio. El que vende posesión no está vendiendo en realidad la cosa
misma; está autorizando apenas a que otro haga lo que él ha hecho
hasta ahí, como es ejercer el poder de hecho; lo que se persigue así es
la venia para poder hacer sobre la cosa, y no para hacerse
jurídicamente a la cosa. Quien en condiciones semejantes recaba la
prescripción adquisitiva no está alegando que alguien quiso hacerlo
dueño, sino que alguien quiso dejarlo poseer, y que precisamente por
faltarle esa condición de dueño es que viene a elevar la súplica de
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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prescripción adquisitiva. Así que a lo suyo, lo de la posesión, no se
puede exigir cosas que reclamadas están para el dominio.
Por lo demás, requerir que en tales casos, para poder sumar
posesiones, exhiba una escritura pública, es demandarle cosas como si
él alegase ser poseedor regular, donde tal exigencia sí está justificada
del todo. Una cosa es aducir suma de posesiones y otra alegar que se
es poseedor regular.
Para sumar posesiones no se requiere un poseedor reqular. Y en eso
estriba, muy señaladamente por cierto, buena parte de la confusión
(sublíneas intencionales)”.
En el caso del que se ocupa la Sala, se observa que el a quo
decidió no acceder a la declaración de la prescripción
extraordinaria de dominio, con suma de posesiones, debido a que
en el sub lite no se logró probar la cadena de traspasos, ya que
no se aportaron los títulos idóneos, escrituras públicas, por medio
de las cueles se adquirió el inmueble pretendido ahora por
usucapión. Así como tampoco se logró inferir que la demandante
haya tenido en posesión material el terreno por más de 20 años.
No obstante, esta Colegiatura luego de examinar las pruebas
obrantes en el proceso, observa que el a quo no tuvo en cuenta,
honrando los lineamientos sentados por la jurisprudencia, que en
el caso sub examine sí existía la prueba indispensable para
“sumar posesiones”, en prescripciones irregulares, como son los
contratos de promesa de compraventa aportados, que aunque,
cabe resaltar, no tiene la solemnidad de la escritura pública en
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Radicación: 41298-31-03-002-2006-00083-01
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tratándose de inmuebles, y como quiera que en estos momentos
la mencionada agregación se puede comprobar mediante
cualquier medio de convicción, siempre claro está que se pueda
unir la una a la otra.
Es indisputable que la promotora de la reclamación logró
demostrar de manera idónea que podía válida y legalmente
anexar a su propia “posesión” la que tuvieron sus antecesores en
ella, como fueron Diego María Méndez Urriago, Ramiro Delgado
Peña y Judith Gómez de Martínez.
Argumenta el juzgador de la primera instancia que para la venta o
la traslación del hecho de la posesión de inmuebles, debe
adecuarse es a la venta de inmuebles, regulado por el artículo
1857 del C. Civil , el que no puede ser sino mediante escritura
pública. No obstante, si bien de antaño se tenía este supuesto, al
variar la Corte su postura abrió la puerta sobre todo tratándose de
la prescripción extraordinaria, que no exige un justo título, la
posibilidad de evaluar en conjunto las demás pruebas para la
probanza de la adición de posesiones.
También, solía tenerse que las promesas de compraventa no eran
las idóneas para trasferir el derecho real de domino pues, “cuando
el prometiente comprador de un inmueble lo recibe por virtud del
cumplimiento anticipado de la obligación de entrega que corresponde al
contrato prometido, toma conciencia de que el dominio de la cosa no le
corresponde aún; que de este derecho no se ha desprendido todavía el
promitente vendedor, a quien, por tanto el detentador considera dueño, a tal
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punto que lo requiere para que le transmita la propiedad ofrecida2”
Sin embargo, sobre este tema La Corte Suprema de Justicia, Sala
de Casación Civil, también ha indicado:
“Por consiguiente, cuando los promitentes contratantes anticipando el
cumplimiento del contrato prometido, en forma clara, explícita e
inequívoca no estipulan expressis verbis en cláusula agregada a
propósito la entrega antelada de la posesión de la cosa prometida en
compraventa, se entiende entregada y recibida a título de mera
tenencia, porque al prometerse con la celebración del definitivo,
transferir y adquirir la propiedad de su dueño, se reconoce dominio
ajeno, y tal reconocimiento, excluye la posesión.
Por fuera de la precedente hipótesis, entregada la cosa a título de mera
tenencia, y así siempre se entiende a falta de estipulación expresa
anticipatoria de las prestaciones del contrato definitivo posterior sobre la
posesión, podrá presentarse la interversión del título y el mero tenedor
convertirse en poseedor desconociendo el dominio ajeno con la prueba
de actos de señor y dueño (artículo 777, C.C.), en cuyo caso, tal
circunstancia, de suyo comporta la inobservancia del vínculo obligatorio
preliminar, porque, en virtud del contrato de promesa de compraventa,
el promitente comprador contrae la prestación de hacer consistente en
celebrar a futuro un contrato definitivo para adquirir la propiedad del
dueño, y esto, involucra reconocer como tal al promitente vendedor. (…)
En suma, cada situación concreta debe examinarse detenidamente por
el juzgador con sujeción a los elementos de convicción, sin existir un
escollo insalvable para que el promitente comprador sea poseedor de la
cosa, bien por pacto accidental expreso en ejecución anticipada de la
prestación de entregar inherente al contrato de compraventa, ora por su
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Casación Civil, sentencia de 9 de noviembre de 2009, M.P. César Julio Valencia Copete.
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comportamiento como tal desconociendo el dominio ajeno, desde luego,
sujeto a las consecuencias normativas anejas”.
Esta Corporación encuentra que las promesas de compraventa
aportadas con la demanda, sí estipulan en cláusulas expresas la
entrega material del bien en venta, tan es así que en la promesa
de venta, que le hiciera Diego María Méndez Urriago a Ramiro
Delgado Peña, vista a fl. 2 cuad. 1, en la cláusula cuarta se
estipuló que: “El comprador ya recibió el bien materia de esta
venta, a su entera satisfacción y se halla en posesión real de lo
adquirido”.
En la Escritura Pública No. 1.151 de la Notaría Principal del
Círculo de Garzón, del 14 de diciembre de 1982, otorgada por
Leonidas Vargas Villamil Cortés, en la cláusula primera estipula:
“Que transfiere a título de venta real y legal a favor del señor
Diego María Méndez Urriago, de quien no es pariente, el derecho
de dominio propiedad y posesión que el exponente tiene
adquirido…”.
Así mismo, en el denominado documento de
contrato de compraventa, visto a fl. 5 cuad. 1, suscrito entre
Ramiro Delgado Peña y Judith Gómez de Martínez el 18 de junio
de 1999, en la cláusula cuarta las partes estipularon que el
vendedor legalizaría los títulos de venta del predio en cuanto
apareciera el señor Diego María Méndez Urriago, igualmente en
la siguiente cláusula el vendedor manifiesta autorizar a la
compradora
para
que
gestione
por
cualquier
medio
la
consecución del título pues el predio aparece a titulo del referido,
también que la compradora acepta el contrato y que se halla en
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posesión del inmueble en forma quieta y pacífica.
Finalmente la señora Judith Gómez de Martínez, mediante el
denominado contrato de compraventa, visto a fl. 6 cuad. 1, vende
a la señora Ana Mile Martínez Gómez el 16 de enero de 2007 y en
la cláusula octava estipulan la entrega, que “la entrega real y
material del bien prometido ya fue efectuada por la vendedora a la
compradora y ésta se halla en posesión real y material del bien a
su entera satisfacción.”
Por lo anterior, de las promesas de compraventa referidas, como
medios de convicción, se infiere que se puede unir una posesión a
la otra.
Ahora bien, en lo que respecta a las pruebas testimoniales,
aunque no de manera estrictamente igual, cada un apunta a que
el primer dueño del predio de la carrera 8 No. 4- 74 del municipio
de Guadalupe (H), fue el señor Diego María Méndez Urriago,
luego a él le compró parte de ese globo, el cual constaba de una
casa de habitación ubicada por la carrera 5,
el señor Ramiro
Delgado Peña, quien a su vez luego le vendió dicho predio
distinguido con nomenclatura calle 5 No. 5- 57 a la señora Judith
Gómez de Martínez, quien finalmente le vende a Ana Mile
Martínez Gómez, persona a la que los testigos reconocen como
dueña del predio y la que según estos, ha terminado de construir
las mejoras del predio pretendido, se reitera, con nomenclatura
calle 5 No. 7- 57 barrio Las Brisas, según certificación, vista a fl.
18 cuad. 1, del Director de Planeación Municipal.
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De conformidad con lo expuesto, advierte esta Colegiatura que
unidas las posesiones la demandante cumple con los requisitos
señalados, pues su posesión supera, a la presentación de la
demanda, los veinte años, así como ostenta la posesión material,
pacífica e ininterrumpida del inmueble pretendido.
Consecuentes con lo discurrido, y con base en el debido análisis
probatorio, esta Sala revocará el fallo de primera instancia.
Respecto a las costas de la primera instancia a las que se
condenó a la parte demandante, ante la prosperidad de las
pretensiones no se le condenará dada su no causación así como
en esta instancia, todo con apoyo con el artículo 392 del C de P
Civil.
DECISIÓN
La Sala Segunda de Decisión Civil Familia Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Neiva, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley,
RESUELVE
PRIMERO.- Revocar en su integridad la sentencia proferida el 02
de septiembre de 2009 proferida por el Juzgado Civil del Circuito
de Garzón (H), objeto de alzada.
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SEGUNDO.- Declarar que el predio urbano ubicado en el
municipio de Guadalupe Huila, alinderado por el norte, con la calle
5; por el sur, con el inmueble de propiedad de Neftaly Martínez;
por el oriente, con el inmueble de la señora Virgelina Cháux; y por
el occidente, con el inmueble del señor Salomón Martínez, situado
en la calle 5 No. 7- 57, de una extensión superficiaria de sesenta y
uno punto dos metros cuadrados (61.2 metros cuadrados),
pertenece a la señora Ana Mile Martínez Gómez, por haberla
adquirido por el modo de la prescripción extraordinario adquisitiva
de dominio.
TERCERO.- Ordenar la inscripción del presente fallo en la oficina
de Registro de Instrumentos Públicos en el folio de matrícula
correspondiente y para los fines señalados en la ley.
CUARTO.- No condenar en constas de instancia por cuanto no se
causaron.
NOTIFÍQUESE
ALBERTO MEDINA TOVAR
DARÍO FERNANDO MEJÍA GONZÁLEZ
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ENASHEILLA POLANIA GÓMEZ
APROBADO MEDIANTE ACTA N°______ DE FECHA_________
COP. FOLIO______TOMO_______SENTENCIA CIVIL.
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