Intervención de Oscar Jara, Presidente del CEAAL Compañeros y compañeras:

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Acto de solidaridad con el magisterio Mexicano.
Plaza de la Libertad, Guadalajara, 20 de junio, 2016
Intervención de Oscar Jara, Presidente del CEAAL
Compañeros y compañeras:
Reciban un cariñoso y solidario abrazo de las educadoras y educadores populares del Consejo de
Educación Popular de América Latina y el Caribe. Hemos venido a Guadalajara para reunirnos en
nuestra novena Asamblea Regional y como educadores y educadoras populares queremos
decirles que estamos acompañando su lucha y estamos seguros que, si ustedes continúan firmes
en la decisión de defender los derechos labores de las y los trabajadores de la educación y
ustedes continúan luchando por conseguir una educación pública gratuita y obligatoria de calidad,
van a poder conseguirlo, porque no son los únicos que en nuestra región están luchando por estos
objetivos.
Nosotros y nosotras venimos de 21 países de América Latina y el Caribe; venimos desde zonas
que están en los desiertos del norte de México hasta el cono sur, la punta de Argentina y Chile,
venimos gente desde puerto Rico y las islas del Caribe, hasta el corazón de Centroamérica, 21
países que estaremos estos días en Guadalajara pensando los desafíos que tiene una educación
popular en la coyuntura y el contexto latinoamericano actual.
Y tenemos luchas semejantes a las de ustedes en Paraguay, en Chile, Costa Rica, Guatemala, de
maestros, maestras y también de estudiantes. En Brasil hay estudiantes que han ocupado las
escuelas en varios estados. En Chile marchan miles por las alamedas… de lo poco que dejan
pasar las televisoras, hemos podido darnos cuenta que son cientos y miles de estudiantes y
profesores que defienden su derecho a una buena educación. Pero ¿qué significa esto?
No estamos simplemente defendiendo el derecho a estar sentados en un aula, estamos
defendiendo el derecho a desarrollar la capacidad de aprender, de conocer mejor la realidad para
poder transformarla, y muchas veces lo que no se quiere es precisamente eso, que desarrollemos
un pensamiento crítico, que desarrollemos la capacidad de pensar con un pensamiento propio para
transformar nuestras condiciones; no queremos que nos enseñen cosas que no tienen que ver con
nuestra vida real y que, incluso, nos ocultan los problemas de fondo de nuestra realidad.
Por eso nosotros y nosotras que trabajamos en educación popular, seguimos el impulso de Paulo
Freire, que hablaba de una pedagogía desde los oprimidos y las oprimidas, de una pedagogía de
la esperanza, de una pedagogía de la indignación, de una pedagogía de la autonomía, de una
pedagogía de los sueños posibles, y quien es una pedagogía emancipadora, liberadora que
concibe que la educación tiene un rol fundamental en generar ese pensamiento crítico y
transformar la realidad. Las educadoras y educadores con el trabajo de todos los días, estamos
teniendo la posibilidad de hacer la formación de una transformación para un futuro mejor para
nuestros niños y niñas, adolescentes, jóvenes y personas adultas. Impulsamos una educación que
nos posibilite aprender a lo largo de toda la vida.
Se habla mucho de qué buena e importante que es la educación, del sacrificio que tienen que
hacer cotidianamente los educadores y educadoras, pero no se habla tanto de las las condiciones
de trabajo, de la seguridad social, los tiempos para preparar e investigar. Las condiciones con las
que se trata al magisterio, no corresponden a ese discurso de halagos baratos que fácilmente se lo
lleva el viento.
Todas las personas necesitamos luchar por nuestros derechos para poder construirlos
democráticamente, pero cuando luchamos por los derechos y las autoridades no tienen
argumentos de verdad, la única respuesta que nos dan es la violencia, y la violencia genera más
violencia, por lo tanto el Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe, llama
motiva, demanda, exige que haya un diálogo abierto para la resolución de estos conflictos, porque
si no se cerrará cualquier posibilidad de resolverlos.
Y, en este momento, yo como educador popular quisiera darles a cada una y cada uno de ustedes,
un abrazo y decirles que cada día pensemos en la posibilidad que tenemos en nuestras aulas, de
poder desarrollar nuevas capacidades en esos niños y niñas, en esos jóvenes; que puedan tener
capacidad de comprender mejor lo que sucede, que tengamos capacidad para analizar
críticamente lo que nos llega en los periódicos, la radio, la televisión, que tengamos la capacidad
de distinguir las mentiras de las verdades que hay que descubrir y construir, y que podamos
entonces con base en eso, fortalecer la acción organizada, participativa y democrática.
Educación popular significa contribuir a construirnos como sujetos de la historia decía Paulo Freire,
no como objetos de la historia que otros nos hacen vivir.
Para ser sujetos protagonistas, necesitamos desarrollar nuestra capacidad para pensar, para
organizarnos, también nuestra capacidad para emocionarnos, para solidarizarnos y sentir también
principalmente nuestra capacidad para aprender. En los procesos de educación popular, no se
trata tanto de pensar en el maestro que enseña, que ya tiene un conocimiento que le va a dar
empaquetado para que los alumnos y alumnas lo repitan y aprendan. No, nosotros y nosotras
estamos hablando de educadores y educadoras que dialogan, que parten de los conocimientos
que tienen su alumnado, que vinculan la vida con el estudio y más que dar enseñanzas solamente,
generan aprendizajes, generan la posibilidad y la aventura de aprender siempre cosas nuevas,
porque en la medida que desarrollamos esas capacidades, nunca dejaremos de aprender más.
Por lo tanto, también hay que aprender de las luchas, y de los esfuerzos, hay que aprender de la
solidaridad, de las experiencias de otros países. Hoy venimos nosotros y nosotras a aprender de
ustedes, y decirles que América Latina y el Caribe, y el Consejo de Educación Popular de América
Latina y el Caribe está con ustedes, les apoya y se solidariza con su lucha que es justa, y
llamamos y exigimos a que haya un diálogo para resolver estos conflictos y no continúe
acrecentándose la violencia. ¡Que viva la paz, que viva la lucha y que vivan todos los trabajadores
y trabajadoras de la educación para poder seguir adelante y mejorar las condiciones de nuestros
países!.
Muchas gracias por la oportunidad de dirigirme a ustedes compañeros y compañeras.
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