El descendimiento de la Cruz; Rogier Van der Weyden

Anuncio
INDICE
La obra Página 2
Biografía Página 3
Contexto histórico y artístico Página 5
Tema Página 8
Composición Página 11
Otros cuadros con el mismo tema Página 15
Bibliografía Página 17
LA OBRA
1
BIOGRAFÍA
Rogier Van der Weyden, nacido en Tournai (Bélgica) hacia 1400 y muerto en Bruselas el 18 de junio de 1464.
Es la figura más destacada de la pintura holandesa (flamenca) que sucede a los hermanos Jan y Hubert Van
Eyck.
Ningún otro pintor del siglo XV no italiano ejerció tanta influencia como el, tanto en lo que respecta a
composición como a la representación de las figuras, todo lo cual será ampliamente imitado al norte de los
Alpes. Pero Van Der Weyden también dejara sentir su influjo en Italia, especialmente en lo que concierne a la
técnica pictórica, y en aquel país será considerado como uno de los pintores más importantes de su época.
La temática utilizada por Van del Weyden es especialmente religiosa, aunque también trata otros temas, en
especial el retrato.
Su infancia transcurrió sin problemas, pues pertenecía a una pujante clase burguesa. Tuvo educación
universitaria y por el año 1426 fue nombrado Maestro Rogier de la Pasture y comenzó su carrera artística a la
edad de 27 años.
Rogier comenzó su periodo de aprendizaje con Campin en 1427. No debería identificarse la obra de juventud
de Rogier con la de Campin, como se ha hecho a menudo en el pasado. Existen coincidencias estilísticas
básicas entre ambos artistas, ya que Van der Weyden partió del estilo expresivo, lineal y naturalista de su
maestro para dotarlo de una mayor intensidad dramática y un mayor grado de sofisticación y refinamiento.
También Rogier van der Weyden se inspiró en Jan van Eyck, el gran pintor de Brujas, de quien adquirió su
elegancia y maestría. A su lado permaneció durante los años 1432 al 1435, profundizando en el conocimiento
de su estilo.
Por esta época, recibió el encargo de pintar un mural para el ayuntamiento de Bruselas, para que sirviera de
ejemplo en la aplicación de la justicia. Desgraciadamente, la obra fue destruida. Sin embargo, de este periodo
es famosa su pintura de El descendimiento de la Cruz.
Un viaje a Roma en 1449, año del jubileo, provoca uno de los encuentros principales entre el arte al norte y al
sur de los Alpes en el siglo XV. Su llegada a la capital italiana fue objeto de una cálida y entusiástica acogida
por parte de los romanos. Durante este viaje, recibió encargos de la familia Este de Ferrara y de los Médicis de
Florencia. Realizó un retrato a Francesco d'Este y la pintura de la Virgen con el Niño, que está expuesta en la
Galería de los Oficios de Florencia.
Durante los últimos quince años de su vida, Rogier van der Weyden adquirió merecida fama de pintor
internacional y de ciudadano ejemplar, lo que le proporcionó la oportunidad de recibir numerosos encargos,
que ejecutaría con la ayuda de su hijo Peter. El estilo menos complicado de Rogier van der Weyden eclipsó en
cierto modo a Campin y a Van Eyck. Su personal manera de interpretar la pintura se dejó sentir en artistas
franceses, alemanes y españoles.
Con la clarificación de la constitución anatómica, Rogier parte del ideal de figuración plástica de Campin y
Jan Van Eyck, y perfecciona la representación en perspectiva del espacio y el paisaje. Las referencias directas
a los grandes maestros van desapareciendo a partir de 1440, y en su lugar, Rogier intenta conseguir un
compromiso artístico entre el espacio y la superficie. Las figuras se hacen mas esbeltas; los tejidos y adornos
de los espacios interiores, mas elegantes; la reproducción realista de los detalles adquiere mayor importancia
en detrimento de la concepción global del cuadro.
2
CONTEXTO HISTÓRICO − ARTÍSTICO: LA PINTURA FLAMENCA
La pintura de los primitivos flamencos se da coetáneamente al desarrollo del primer Renacimiento en Italia, es
decir, en paralelo con el Quattrocento. A mediados del siglo XV Italia y Flandes son los focos pictóricos más
importantes por las renovaciones que proponen, y esto no sería posible si no estuvieran acompañadas por un
desenvolvimiento económico y social.
En Flandes, las ciudades más destacadas son Gante, Brujas e Ypres, pues todas ellas forman nudos de enlace
entre las redes comerciales que unen el norte europeo con el resto del Occidente conocido. Esta región
conforma el denominado ducado de Borgoña, cuyos gobernantes, los duques, habían sido mecenas del arte
gótico. En 1477 el ducado pasa a la corona austríaca de Habsburgo, debido a su relevancia económica. Los
Habsburgo tienen una rama española desde época de Carlos I, la dinastía de los Austrias, lo que determina que
el arte español del Renacimiento y el Barroco esté íntimamente relacionado con las formas flamencas.
La pintura flamenca tiene una importante repercusión en toda Europa, a la que llega a lo largo del siglo XV,
tanto por la nueva técnica que introduce, pintura al óleo, como en la adopción de novedosos temas y formas
de expresión. Flandes, así se convierte en uno de los principales centros pictóricos europeos que compite con
el modernismo del arte del Renacimiento.
La pintura flamenca carece de precedentes en gran formato, a excepción de las vidrieras. Pero sí en las
miniaturas, sobre las cuales posee una larga tradición de excepcional calidad.
Esto determinará algunas características del arte flamenco, como serán el empleo de colores brillantes, que
recuerdan a los pigmentos usados para la iluminación de las miniaturas. También el detallismo aplicado a
estas pequeñas obras maestras se transmite a la pintura de gran formato. Este rasgo lo permite en gran medida
el avance técnico sobre el óleo que ya existía, pero tenía un proceso de secado tan lento que no lo hacía
demasiado útil.
El perfeccionamiento de la técnica de la pintura al óleo, mediante la utilización de aceite de linaza como
aglutinante, en la pintura al temple se había utilizado huevo o cola, y la introducción de barnices y disolventes
que aceleran el secado, van a permitir una minuciosidad que antes era imposible, así como el empleo de las
veladuras, superposición de capas de pintura que transparenta las anteriores, con las que consiguen una mayor
brillantez de colorido con mejores matices y texturas.
En un cuadro flamenco encontraremos una escena que siempre remite al paisaje, bien sea a través de una
ventana, bien porque se desarrolle efectivamente al aire libre. Estos paisajes se realizaban sin apuntes del
natural, con lo cual sus elementos estaban completamente estereotipados: la forma de las rocas, aristadas y sin
vegetación, las ciudades en la lejanía, torreadas y de colores, los árboles en forma de pluma, con troncos
delgados y largos, etc.
Los personajes se distribuyen equilibradamente, bien en el centro si es uno sólo, bien simétricamente si son
varios. Las acciones son muy comedidas y apenas se deja lugar al movimiento.
La pintura flamenca difiere de la italiana en su absoluta falta de interés por la Antigüedad clásica. Tal es así
que los entendidos denominaban a las obras flamencas como cuadros "alla moderna", y a las obras
quattrocentistas como "alla antiqua", ya que imitaban a Roma y Grecia. Tampoco los flamencos suelen
teorizar sobre sus descubrimientos, o sobre las personalidades de sus artistas.
No existen apenas tratados de pintura flamenca de la época ni tampoco biografías de sus principales autores.
Esta falta de elaboración teórica responde a una vocación espiritual: mientras los italianos tratan de renovar el
conocimiento del mundo mediante la medida humana, empleando para ello las ciencias y la razón, los
flamencos viven de cara a una experimentación religiosa o espiritual de lo visible. Tanto es así que la propia
3
alquimia, extensamente desarrollada en esta época, constituía más que un método de indagación química una
propuesta metafísica de integración del hombre en el Universo divino. La piedra filosofal no sería sólo el
objeto que transmutaría la materia en oro, sino el símbolo vivo de Cristo.
Esto hace que la captación del espacio tenga un carácter de ensayo sobre tanteos y errores. Descubren, al
tiempo que los italianos, la perspectiva lineal y la aérea, pero de manera empírica y no según un desarrollo
matemático u óptico. Tales técnicas permiten una representación extremadamente naturalista del mundo, que
se satura de símbolos espirituales. Un campo sembrado de flores puede ser en realidad una compleja alegoría
de la Virgen o de las virtudes teológicas. Frente a una imagen que puede parecer completamente profana y
alejada de la reflexión religiosa, se produce de hecho una santificación de la realidad visual.
Flandes es además, una de las primeras regiones en llevar a cabo retratos con penetración psicológica del
modelo. El retrato típico flamenco, que será adoptado con éxito en España durante siglos, es el que capta al
personaje de menos de medio cuerpo, no frontalmente, sino ligeramente girado sobre sí mismo, sobre fondo
neutro de color oscuro, e incluyendo el rostro y las manos con algún símbolo. El hecho de que el personaje
aparezca levemente girado permite involucrarle en el espacio, el cual no se representa mediante trucos de
mobiliario o fondo arquitectónico. Tan sólo la presencia de la figura, sobre un fondo perdido, insinúa la
existencia del volumen y el espacio que ocupa. Los retratos más perfectos son los de Roger van der Weyden,
los hermanos Van Eyck, Hugo van der Goes, Petrus Christus o Dieric Bouts fueron magníficos intérpretes de
esta realidad no demasiado real, sino a medio camino siempre del mundo espiritual.
TEMA
El lugar en el que sucede la acción de la Crucifixión de Cristo es el Monte Calvario; en relación con los
sufrimientos que Cristo sufrió en esta montaña, en la actualidad identificamos calvario con la serie o sucesión
de adversidades o pesadumbres. En el Monte calvario se celebraban las ejecuciones capitales, y estaba situado
a las afueras de la muralla de Jerusalén. También es conocido con el nombre de Gólgota, que en latín significa
calavera, por el motivo anteriormente expuesto de las ejecuciones que se llevaban a cabo en él.
Esto tiene lugar la tarde del Viernes Santo. Empieza el Viernes Santo con Cristo ante Pilato. Posteriormente,
Pilato envía a Jesús ante Herodes, que lo devuelve a Pilato, quien le impone como castigo la flagelación, para,
con esto, calmar al pueblo que buscaba la muerte por un delito que consideraban muy grave. Caifás, no
contento con el grave daño sufrido por Jesús, insiste ante Pilato para que sea condenado a muerte. Pilato,
temiendo una sublevación del pueblo judío, lo condena a morir crucificado en el Monte Calvario. En ese
momento comienza lo que se conoce como vía crucis, que es la subida que realiza Jesús con la Cruz a cuestas
para llegar al lugar en el que finalmente será crucificado.
La ejecución de Cristo y de los ladrones en la tarde del Viernes Santo tiene ritmos convulsos: los Sumos
Sacerdotes ordenan una rápida conclusión de la agonía de los tres ajusticiados, para no arruinar los
preparativos de la fiesta del sábado de Pascua. San Juan recuerda en su Evangelio un detalle espeluznante: a
los dos ladrones se les hieren y fracturan las piernas para cortar la agonía. Para Jesús, la operación no resulta
necesaria, dado que ya ha muerto, y un soldado le da un lanzazo en el costado; de la herida sale sangre
mezclada con agua. José de Arimatea, un miembro del Consejo de Ancianos, obtuvo de Pilato el permiso para
retirar el Cuerpo de Jesús. Con la ayuda de Nicodemo, un noble fariseo, extrajo los clavos de las manos y de
los pies de Jesús, y el Cuerpo fue bajado de la Cruz.
Además de Cristo muerto, los principales personajes que suelen aparecer en las representaciones que tienen
como tema central el descendimiento de la Cruz son Nicodemo, José de Arimatea, Juan Evangelista, Maria
Magdalena, la Virgen y Maria la de Cleofás. Nicodemo es un anciano sacerdote al que nos hemos referido
anteriormente, y trajo unas cien libras de mixtura de mirra y aloe. José de Arimatea era un discípulo de Jesús
acaudalado, que por miedo a los judíos pidió a Pilato llevarse el Cuerpo de Jesús para darle sepultura. Juan
Evangelista es el discípulo amado de Jesús, al que confía la guara de su madre. Finalmente encontramos un
4
grupo femenino formado por la Virgen Maria, Maria Magdalena y Maria la de Cleofás, mas conocidas como
las Tres Marías.
Fuentes
En cuanto al tema de las fuentes en que podemos basarnos para describir el descendimiento de la Cruz
encontramos los Evangelios Canónicos, el Evangelio apócrifo de Nicodemo, y otras tradiciones retomadas de
la Leyenda Dorada.
En los Evangelios Canónicos, este tema esta recogido en el Evangelio de San Juan 18, 1−19, 42 por ejemplo
siendo también reflejado en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, así mismo, también encontramos otras
referencias en la Biblia, en Isaías 52, 13−53, 12 (Fue traspasado por nuestras rebeliones), Salmo 30,
2.6.12−17.25 (Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu), Hb 4, 14−16; 5, 7−9 (A pesar de ser Hijo,
aprendió, sufriendo, a obedecer).
En el evangelio apócrifo de Nicodemo se recoge hasta la llegada de Jesús al Paraíso, todo ello relatado
supuestamente por el propio Nicodemo y traducido y traducido al griego por Emeo, con los testimonios de
Carino y Leucio más una carta de Poncio Pilatos dirigida al César Claudio señalándole los acontecimientos
sobrenaturales ocurridos en Jerusalén. Así, se desarrolla de un modo muy parecido el episodio de la Pasión
dando una especial relevancia al propio Nicodemo y a José de Arimatea (de este evangelio se nutre en buena
parte todo el ciclo artúrico al decirse que José de Arimatea conservó el Cáliz de la Última Cena, el Santo
Grial), de este modo se dice: Y he aquí que un hombre llamado José, varón bueno y justo, que no había
tomado parte en las acusaciones y en las maldades de los judíos, que era de Arimatea, ciudad de Judea, y que
esperaba el reino de Dios, pidió a Pilatos el cuerpo de Jesús. Y, bajándolo de la cruz, lo envolvió en un lienzo
muy blanco, y lo depositó en una tumba completamente nueva, que había hecho construir para sí mismo, y en
la cual ninguna persona había sido sepultada.
La Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine (1228−1298) consiste en una serie de colección de vidas de
santos y fue una obra de amplia difusión desde la edad media, entre las que se recogen nos interesan
particularmente las de San Longinos y el de Santa María Magdalena. De San Longinos se nos dice que era el
centurión que atravesó a Cristo con la lanza de este modo se cumplió una de las profecías del Antiguo
Testamento y brotó del cuerpo de Jesús agua y sangre que según nos señala Santiago de la Vorágine salpicó a
Longinos que automáticamente creyó en Cristo y por ello es habitual encontrarle representado en muchas
representaciones del descendimiento de la Cruz. Respecto a Santa María Magdalena La Leyenda Dorada nos
dice que ella permaneció junto a la Cruz de Cristo durante su Pasión, y quien compró los aromas para ungir su
cuerpo muerto.
COMPOSICIÓN
El descendimiento de la Cruz es obra de Rogier Van der Weyden, que lo pintó hacia los años 1435 a 1440; lo
podemos encuadrar dentro de la pintura flamenca. Es la tabla central de un tríptico. La técnica utilizada es la
pintura al temple, y el soporte sobre el que se realiza es la madera; sus proporciones son 220 por 262
centímetros. Se encuentra en el Museo del Prado, Madrid.
Este gran cuadro lo pintó Weyden para la capilla de la cofradía que los Ballesteros de la ciudad belga de
Lovaina tenían en la iglesia de Santa María Extramuros, de donde lo adquirió la reina María de Hungría,
hermana de Carlos V. Ella la legó después a su sobrino Felipe II que lo destinó a El Escorial. Durante la
Guerra Civil española, y ante la violencia de los combates en la sierra madrileña, se decidió llevarlo al Museo
del Prado donde ya permaneció, depositándose en aquel Monasterio la copia que había hecho Miguel Coxie y
que también compró Felipe II. No se copiaron por Coxie las no identificadas portezuelas (con una
Resurrección y los Cuatro Evangelistas) que se describían en el documento de entrega al Monasterio de El
Escorial.
5
La reciente restauración de esta tabla, en 1993, ha devuelto todo su esplendor a una capa pictórica que se
estaba quebrando por la contracción y distensión de las tablas del soporte, desde que en una anterior
restauración, en 1941, se habían unido mediante unos groseros barrotes toscamente atornillados.
Para la concepción de este retablo, Van der Weyden se ha fijado, sin duda, en un retablo de figuras talladas, de
lo que es buena prueba no solo el marco con la acanaladura lisa y los ornamentos geométricos en los ángulos
superiores, sino también la composición de las figuras, dispuestas como en altorrelieve.
El temperamento artístico de Van der Weyden, Radicalmente distinto de Jan Van Eyck, se manifiesta aquí
ejemplarmente. A la configuración instintiva de Van Eyck, Rogier opone una composición intelectualmente
muy trabajada. La superficie se distribuye mediante movimientos que se corresponden o se complementan;
por ejemplo, en las figuras de San Juan, a la izquierda, y de Maria Magdalena a la derecha, que se
corresponden a pesar de todas las diferencias de expresión y modelado, o en la repetición de la postura de
Cristo en la Virgen desfallecida. A pesar de dos fuertes movimientos en el espacio, las figuras se adaptan a las
condiciones de la superficie. Las posiciones del brazo de Cristo y de la Virgen expresan las direcciones
básicas de la tabla.
En comparación con las figuras de Van Eyck, fuertemente modeladas pero relativamente poco diferenciadas
bajo las vestiduras, Rogier fragmenta sus personajes y, pese a una proporción mas alargada, resalta mas los
detalles anatómicos.
Una de las cosas más sorprendentes del cuadro es la colocación de las figuras. En un reducido espacio, cuyo
fondo, un muro de color dorado que encierra la acción, lo causa el efecto óptico de hacerlo todavía mas
pequeño, coloca Van der Weyden diez figuras, sin que se vea en la composición un gran agobio de figuras, y
sin regir la ley de adaptación al marco, reinante en una etapa artística anterior.
En esta obra no encontramos nada de perspectiva, ya que todos los personajes aparecen en un primer plano, lo
que nos ayuda a no verlos en la lejanía. Podíamos considerar el muro de oro que forma el fondo de la obra
como un segundo plano, aunque esto no seria del todo correcto, ya que es un fondo liso que no crea un
espacio nuevo en la composición.
Esta falta de perspectiva es compensada por el autor con una gran corpulencia de las figuras representadas.
También son medios para compensar esta falta el gran marcado que se hace al dibujo y las pequeñas sombras
que encontramos tras cada personaje, así como los pliegos de los ropajes, muy voluminosos y angulosos.
Todo esto crea una sensación de tridimensionalidad, y parece que nos encontramos ante un conjunto
escultórico, lo que también se puede ver por las tracerías que aparecen en los ángulos del retablo, que parecen
talladas en la madera.
En esta obra podemos ver una de las características básicas de la pintura flamenca del siglo XV, que es la
aparición de personajes, intentando cubrir todos los espacios que se ofrecen para ello.
La composición aparece enmarcada con los cuerpos de San Juan y de Maria Magdalena, que encuadran toda
la acción. Van der Weyden coloca sus cuerpos curvados, haciendo un paréntesis, para centrar la atención del
espectador en lo que ocurre en el centro de la escena, que es lo realmente importante.
El centro de la imagen es la Cruz, resaltada en altura sobresaliente, que se desmarca dado el tamaño que la
madera toma en esta parte de la obra.
Bajo la Cruz se encuentran las figuras de Cristo y de la Virgen Maria, paralelas entre si, cuyos brazos, también
paralelos, marcan el centro de la imagen, al igual que hace la Cruz en la parte superior. Estas manos también
son importantes en tanto marcan la diferencia de tonalidades entre el cuerpo del cadáver de Jesucristo, de un
tono grisáceo, y el de la Virgen, un color mas humano, debido a su vitalidad, aunque algo pálido por el
6
desfallecimiento que sufre en ese instante.
El resto de los personajes que aparecen en esta composición nos encontramos con un joven que descuelga el
cuerpo del Crucificado, otro personaje con un frasco de perfume y José de Arimatea, delante de este, que viste
con gran lujo y refinamiento, quien sujeta los pies de Cristo.
El tratamiento de las figuras resulta tremendamente efectista y más allá de lo real, tanto por la expresión de
sus sentimientos como por el tratamiento minucioso de sus vestidos.
El azul del manto de la virgen o los espectaculares bordados en oro de la capa de José de Arimatea, el grosor
de las capas, los rostros de sufrimiento y dolor profundos, los turbantes, todo está tratado con sumo detalle y
preciosismo. Esto es verdaderamente difícil porque el tamaño de las figuras es muy grande y, cuanto mayor
tamaño, más dificultad en perfeccionar los detalles. Y éstos resultan espectaculares, como las lágrimas de
algunos personajes, tan reales que nos recuerdan cristales brillando, las uñas de las manos, los cabellos y las
barbas con pelos individualizados, los nudos de la madera de la escalera y las texturas y apliques del
vestuario.
En el suelo, en la esquina inferior izquierda, encontramos una calavera y algunos restos de huesos. En la
tradición icnográfica cristiana, esta calavera, así como los huesos, pertenecen a Adán, el primer hombre sobre
la Tierra. Si por Adán caemos en el pecado, por Cristo nos redimimos de el. Se cree que debajo de la Cruz
donde fue muerto Jesús estaba enterrado Adán. Las gotas de la Sangre de Cristo cayeron sobre su calavera y
lo resucitaron a la vida eterna.
Esta obra también ha sido muy estudiada desde un punto de vista matemático: Esta obra es el ejemplo más
importante del empleo del pentágono, figura considerada como perfecta porque en ella aparece de manera
reiterada la sección áurea. El marco es singular: nos hace pensar en una especie de tríptico concentrado en
un solo bloque. La construcción del marco está íntimamente relacionada con el contenido; partiendo de un
cuadrado del que BB' es uno de sus lados, la proyección de la diagonal transforma ese cuadrado en un
rectángulo; la diagonal de ese rectángulo proyectada a su vez, nos da el ancho del retablo, A'B'.
El cuadrado de la parte superior, de base CD, está construido sobre la sección áurea, ya que el segmento AB
está dividido en media y extrema razón por D, y el punto C divide también el segmento AD en media y
extrema razón. El segmento que une los puntos A' y C' corta a la parte superior del marco en E y el que une
los puntos D' y B' lo corta en F. Sobre el lado A'B' se marcan los puntos E' y F', de modo que AE=A'E' y
BF=B'F'. Los puntos E, E', F y F' son de singular importancia. Tomando a EE' y FF' como diámetros
trazaremos las circunferencias tangentes al marco. Parece que toda la composición del cuadro está
encerrada entre dos arcos de estas circunferencias a modo de paréntesis, a los que se adaptan las figuras de
José de Arimatea y María Magdalena. Uno de los puntos de intersección de estas circunferencias, situado
sobre el cuerpo de Cristo, es el centro de otra circunferencia del mismo radio que los anteriores. En estas
circunferencias vemos inscritos los pentágonos regulares cuyas diagonales dotan de vigor y sentido
arquitectónico a la composición. Los cuerpos de Cristo y María se sitúan sobre las dos líneas paralelas
marcadas.
OTROS CUADROS CON EL MISMO TEMA
Peter Paolos Rubens
Barroco
Duccio di Buoninsegna
Tradición bizantina y precursor del estilo renacentista en Italia
7
Caravaggio
Barroco; tenebrismo
Rosso florentino
Marierista
La obra es de 1521
Benedetto Antelami
Románico
La obra es de 1178
BIBLIOGRAFÍA
Varios autores, dirigido por Ingo F. Walther (2002); Los maestros de la pintura occidental; Eslovenia;
Editorial Taschen.
Juan F. Esteban Lorente (1998); Tratado de iconografía; España; Editorial Istmo.
Varios Autores (2002); Proyectos UCM de innovación educativa; Facultad de Ciencias Matemáticas.
Evangelio según San Juan
Evangelio apócrifo de Nicodemo
Santiago de la Vorágine; Leyenda dorada.
No se sabe exactamente si nació en 1399 o en 1400.
Decano de la cofradía de pintores.
Por ejemplo, las diversas versiones conservadas de San Lucas pintando a la Virgen, inspiradas en La Virgen
del Canciller Rolin, obra de Jan Van Eyck.
La técnica de mezcla de siglos pasados ya conocía el óleo como aglutinante, si bien se empleaban
principalmente otras sustancias, como leche de higo o yema de huevo (aglutinantes opacos). Los matices se
conseguían con realzados posteriores en otros tonos de color o en tonos ligeramente variados. En la época de
los hermanos Van Eyck, el óleo adquiere mayor importancia. Ahora es posible aplicar varias capas
translucidas de color una encima de otra. De este modo, la superficie adquiere una profundidad y una
luminosidad no alcanzadas anteriormente.
Considerados como los creadores de la escuela flamenca.
Definición RAE
La imagen del Cristo flagelado y coronado de espinas con un manto púrpura se conoce como Ecce homo.
Según las Profecías de Isaías (Isaías 52,13) en el Antiguo Testamento, los acontecimientos suceden así porque
8
se dice: No le quebraran un hueso y, en otro lugar de las Escrituras se afirma: Miraran al que atravesaron.
En otras partes identificado como Longinos.
Las tenazas con las que se sustrajeron los clavos y el martillo que usaron los verdugos entraron a formar parte
de los instrumentos de la Pasión (arma Cristi).
Se trata de varias tablas ensambladas, engatilladas y lijadas, que dan el aspecto de una sola, y que solo se
aprecia a escasa distancia del cuadro. Las tablas se preparan lijándolas y dándoles una capa de gesso (yeso y
cola).
Estas manos son consideradas como las mejores de la historia en cuanto a expresividad y transmisión del
sentimiento.
también tratados con gran minuciosidad.
"Por medio de un sólo hombre − el primer Adán − entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y
así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron en Adán" (Rom. 5:12).
"Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo Unigénito para que todo el que crea en El no
perezca sino que tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Estudio de la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid.
7
9
10
Descargar