Mensaje Olegario Carrillo

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Mensaje del Ing. Olegario Carrillo Meza, coordinador ejecutivo nacional de la
UNORCA
13 de mayo de 2006
Hay en la clase política y entre los funcionarios, una gran proclividad a pervertir el
lenguaje, haciendo incongruente lo que se dice y lo que se hace. A lo largo de muchos
sexenios, hemos escuchado discurso tras discurso sobre las supuestas bondades de sus
políticas públicas y programas destinados al campo; nos han dicho que el campo se
desarrolla favorablemente, que la pobreza está disminuyendo o que sus programas
oficiales están frenando la migración. Que irónico ¿A quién quieren engañar? Todos
sabemos que está sucediendo lo contrario.
Por eso decimos que las palabras en boca de funcionarios y políticos sin escrúpulos, son
palabras en entredicho.
Sin embargo, la UNORCA no es una organización apolítica; sabemos que las
organizaciones, sus dirigentes regionales y locales, su base social, participan en los
procesos electorales porque así lo consideran conveniente. Su activismo político o su
afiliación a un partido político no es motivo para evitar su pertenencia a la red nacional.
En la UNORCA reconocemos la pluralidad de ideas que existe en nuestro vasto
territorio nacional, y esa realidad la hacemos patente en nuestros documentos básicos.
Para nosotros es fundamental el respeto a la pluralidad política de las organizaciones
regionales que pertenecen a nuestra organización; ese es uno de los principios que nos
dan vigencia.
Nuestra inserción como organización nacional en los procesos electorales, siempre ha
sido cautelosa, no por una actitud timorata, sino porque nos interesa más cuidar la
unidad y el fortalecimiento de las organizaciones regionales que hacen posible la
existencia de la UNORCA.
Antes que un interés partidista, tengo la certeza que en las coyunturas políticas en la
UNORCA ha prevalecido la defensa de los intereses de nuestros agremiados. Así lo
hemos tratado de hacer en el actual proceso electoral, obedeciendo el mandato de la
Asamblea de la Coordinadora Nacional.
Como UNORCA hemos estado construyendo alianzas con otras fuerzas sociales,
constituimos el frente nacional de organizaciones campesinas junto con otras seis
agrupaciones nacionales, nuevamente nos une la necesidad de hacer frente a los rezagos
ancestrales, que padece el campo mexicano y quienes en él trabajan y habitan y por el
papel de exclusión que les ha sido asignado bajo el modelo de desarrollo neoliberal y
por los gobiernos que representan este modelo.
Una de las tareas más importantes de la UNORCA, al interior del Frente Nacional, ha
sido la de analizar, discutir y proponer un proyecto alternativo para el campo y lograr
que sea incluido en el programa de gobierno por parte de quien resulte electo presidente
de la república en las elecciones del 2006.
El diseño y aplicación de esta propuesta a favor del los pequeños y medianos
productores agropecuarios, forestales y pesqueros, nos permitirá crear nuevos
instrumentos de desarrollo y abrir nuevos espacios a quienes ahora se siente olvidados.
Ahora más que nunca serán necesarias las alianzas estratégicas, la unidad del
movimiento campesino, para hacer un frente común contra las políticas de liberalización
de la agricultura campesina e impedir el control de la agricultura por parte de las
empresas transnacionales. En la UNORCA nos oponemos al modelo neoliberal y por lo
tanto a todas las políticas públicas que han implantado para llevarlo a cabo.
No hay que olvidar la andanada de mentiras que comenzó cuando nos impusieron una
violenta apertura comercial en condiciones de total desventaja para todos los
productores mexicanos, pues nos pusieron a competir ante productores de países con
economías fuertes y que además eran apoyados por sus gobiernos con altos subsidios.
Hoy estamos ante una espantosa dependencia alimentaria que se agudizó precisamente
con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Veamos
algunos datos ilustrativos:
• Estamos importando casi el 100 por ciento de soya que consumismo
• El maíz y el frijol andan por el 30 por ciento
• El trigo ya rebasa el 40 por ciento
• El arroz el 75 por ciento
• Y en carne de res, casi el 50 por ciento, por mencionar algunos.
La falta de rentabilidad en el campo, ha obligado a la creciente migración hacia los
EEUU. Todos conocemos muy bien este fenómeno, somos testigos cómo los padres de
familia y nuestros jóvenes de las comunidades y poblados de diversos puntos del medio
rural, están emigrando hacia el norte del estado y un poco más allá, sorteando su suerte
en busca de mejores oportunidades porque aquí no las tienen; las comunidades se están
despoblando.
Por este fenómeno, las remesas que mandan nuestros paisanos significan más de 20 mil
millones de dólares, esto es ya el 2º ingreso por divisas más importante, solo después
del petróleo.
Entre los efectos sociales de la emigración está la desintegración familiar en las
comunidades rurales y la feminización de la agricultura. Estos fenómenos son ahora
factor común de nuestra realidad social, los jóvenes ya no tienen opciones de empleo en
el campo, ahora solo piensan en emigrar.
Sólo la miopía de quienes desde el gobierno federal defienden las políticas erróneas y
equivocadas para el campo, resultado de un proyecto neoliberal impuesto desde el
sexenio salinista y vigente en la presente administración, pueden ignorar esta situación
rural y señalar que la pobreza se reduce o que el campo es ahora motor de la economía
nacional.
Por eso, como organización nos hemos propuesto presentar, a los que aspiran llegar a la
silla presidencial, un Proyecto Alternativo Campesino y que lo asuman como suyo,
porque desde nuestra perspectiva presente ya no da para más.
No obstante, este proyecto debe encontrar el punto de consenso entre los diferentes
actores sociales, económicos e ideológicos, para buscar soluciones que saquen el campo
del atraso.
Estamos frente a nuevos paradigmas para resolver viejas demandas que siguen vigentes:
• Garantizar la soberanía alimentaria
• Impedir la concentración de la tierra en unas cuantas familias y empresas.
• Aumentar la productividad y la producción sobre la base de la capacitación y la
incorporación de nuevas tecnologías que sean sustentables.
• Tener financiamientos oportunos y fomentar el empleo en el campo.
• Lograr un comercio justo
• Acabar con la pobreza rural y lograr un desarrollo social real.
• Conservar y mejorar los recursos naturales que son nuestros, como el agua, tierra y
bosques.
Son antiguas aspiraciones de los campesinos y del mundo rural, que solo se resolverán
si impulsamos un desarrollo rural integral sustentable.
Ahora estamos frente al cambio de gobierno en julio de este año y considerando los
principales temas de la Agenda Campesina, hemos propuesto un Proyecto Alternativo
para el Campo y exigimos que se adopte por quien resulte electo presidente de la
República.
Los principales puntos de este Proyecto Alternativo, son:
1. La soberanía como eje rector y estratégico de toda política agroalimentaria,
comercial, ambiental y de desarrollo rural.
2. La revisión y renegociación del capítulo agropecuario del TLCAN.
3. La revisión del artículo 27 constitucional y de la Ley Agraria, para fortalecer la
propiedad social.
4. Establecer una política social de Estado diferente de la actual política asistencialista
que promueven las instancias de gobierno.
5. Por un presupuesto rural creciente y multianual que se incremente en 10 por ciento en
términos reales cada año.
6. Por el respeto a los pueblos indígenas y la incorporación de los preceptos de la Ley
Cocopa a la Ley de derechos y cultura indígena.
7. Por una agenda legislativa que restituya los derechos sociales que se han eliminado.
8. Rechazar los lineamientos impuestos por la OMC, el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, por sus nocivos efectos en la sociedad rural.
9. Por un programa emergente para la reactivación del campo.
10. Por la reconstrucción del tejido social en cada comunidad, poblado o ejido y la
democratización en nuestros pueblos, ejidos y en el país.
11. Por la conservación de nuestros recursos naturales y de la biodiversidad.
12. Por la defensa de los derechos humanos y laborales de los migrantes.
Para concluir mi participación, me parece importante hacer las siguientes
consideraciones y reflexiones, mandatadas en las Asambleas de la Coordinadora
Nacional:
1. La UNORCA, en su Asamblea Nacional realizada en junio pasado, así como su
Coordinadora Nacional, ratificó los principios que le dieron origen.
2. La autonomía política y organizativa como forma de vida y de guía de nuestra
actividad política y social, la autonomía hacia adentro y hacia fuera, hacia el gobierno y
a todos los núcleos de poder, los partidos políticos y los grupos económicos.
3. Se ratifica la pluralidad ideológica, política, étnica y religiosa, debemos respetar las
diferentes expresiones ideológicas en una acción incluyente.
4. Los principios que nos rigen constituyen los cimientos y la estructura sólida de
nuestra organización, ninguna coyuntura electoral podrá cambiar nuestros principios.
5. Sobre el proceso electoral del 2006, creemos que significa una oportunidad histórica
para que la UNORCA plantee sus propuestas de políticas públicas para el campo y que
nuestra propuesta de Proyecto Alternativo Campesino se constituya como el eje y sea
retomado para integrarlo al programa de gobierno de la próxima administración.
6. En particular demandamos que los representantes rurales que integren la próxima
legislatura del Congreso de la Unión asuman la propuesta de Agenda Legislativa Rural
para revertir los efectos de 20 años de adecuaciones legales a favor de una política de
despojo de nuestros recursos y de políticas neoliberales.
7. Sobre el proceso electoral, la UNORCA nacional respetando la autonomía no asumirá
afiliación ni apoyo a partido político alguno.
8. Por su parte las organizaciones regionales y locales de la UNORCA, a través de su
Comisión Ejecutiva Estatal y la Coordinadora Estatal, tendrán la facultad de decidir
mediante acuerdos explícitos, la posición que asumirán respecto a la participación
político-electoral; en caso de no lograrse los acuerdos o consensos necesarios, sus
dirigentes en forma personal sin utilizar el membrete de la organización (en su carácter
de líderes sociales y entes políticos), podrán expresar su apoyo o adhesión a los
candidatos que consideran más apropiados y a los que asuman el compromiso de
respetar nuestros principios y respaldar nuestra propuesta.
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