JURISPRUDENCIA Contrato de trabajo. Viajantes de comercio. Comisiones. Carga de la prueba. Ventas no acreditadas por el trabajador. Cerdido Nicolás c/Coca Cola FEMSA de Buenos Aires S.A. s/despido, C.N.A.T., Sala VI, 11/5/07. El doctor Juan Carlos Fernández Madrid dijo: La sentencia de primera instancia que hizo lugar parcialmente al reclamo viene apelada por ambas partes. El recurso del demandado cuestiona, en primer término, el modo en que el juez “a quo” valoró la prueba en cuanto consideró al actor como “viajante de comercio”; sostiene que al momento del egreso, el accionante se desempeñaba como “comercializador” indicando que las tareas del mismo eran la reposición de stock excluyendo la figura de viajante de comercio. Crítica, asimismo, la desestimación del planteo de inconstitucionalidad del art. 16 de la Ley 25.561, como así también porque prospera la indemnización prevista en el art. 2 de la Ley 25.323. En último término se queja por la forma en que fueron impuestas las costas y porque considera elevados los honorarios regulados a favor del perito contador. En la apelación del actor se cuestiona el rechazo de los conceptos “comisión por ventas” y la indemnización prevista en el art. 1 de la Ley 25.323; por último se queja en cuanto al monto por el que se hace lugar a la indemnización por clientela, sosteniendo que se debió incluir en dicha base el incremento indemnizatorio del art. 16 de la Ley 25.561. Las apreciaciones que efectúa el demandado respecto de las declaraciones testimoniales y de las tareas que el actor realizaba, de reposición de stock, colocación de material publicitario, control de vencimientos de los productos, control de los equipos de frío de la compañía, comunicación de promociones, etc., y de la alegada automatización de la venta de los productos no logran desvirtuar el carácter de viajante de comercio que ostenta el actor; ya que entre las finalidades de la empresa de bienes se encuentra no sólo la de ampliar su clientela sino también la de surtirla de modo permanente para lo cual se constituye en una cuestión fundamental la organización de las ventas de mercaderías que la misma produce. De las constancias de autos se desprende que el actor cumplía con la nota de habitualidad exigida por el art. 1 de la Ley 14.546, es decir, la realización de negocios en forma repetida y frecuente, debiendo recordarse que la demandada además reconoció expresamente que “realizaba reposición de stocks…”, y esto fue corroborado también por las declaraciones testimoniales –sin perjuicio de las impugnaciones efectuadas por la demandada oportunamente–, las cuales son coincidentes y precisas en relación a las actividades que desarrollaba Cerdido. En efecto, la testigo Fossati (f. 423) “que el actor le vendía los productos de Coca Cola.., que iba al kiosko de la dicente tres o cuatro veces por semana.. que la dicente le hacía los pedidos y el actor ofrecía las cosas y pasaba las ofertas…”, a su vez Masciocchi (f. 425) declaró que “que cuando el actor iba al local del dicente tomaba el pedido, que iba con unas máquinas…”. A f. 429 Missano manifiesta que “eran compañeros de trabajo…que las tareas que hacía el actor, como el dicente, iba a las 8.00 horas a la zona con una ‘hand held’ donde se anotan los productos y la tarea consiste en ir a visitar los clientes… con una frecuencia de dos veces por semana cada uno, la tarea era ofrecer, venderle, ofrecerle productos nuevos, promociones…”. La testigo Diaz Paula (ver f. 435) declaró “…las tareas que hacía el actor consistían en tener un recorrido y salir a vender los diferentes productos y promociones que le daba la demandada, hacer clientes nuevos…que la venta lo anotaban en un ‘hand held’ que era una maquinita en donde anotaban los productos, tenían que saber los códigos.” A f. 495 Tamargo expresa “que las tareas eran las mismas para todos, visitar clientes, tenían una zona exclusiva y hacían trabajo de venta, tenían promociones que ofrecer, y en base a eso era lo que el cliente les compraba…que las tareas eran llegar, ofrecer los productos que tenían en promoción, controlaban el stock del cliente, y después concretaban la venta… todo eso lo cargaban en la hand held…”. La testigo Lavieri a f. 501 –propuesta de la demandada– declara “…que el actor tenía una zona a cargo, con una base de clientes a los debía visitar una cantidad de veces determinada por la compañía… y su ocupación específica en la visita de estos clientes, era la reposición de stock, la ejecución de promociones…ejecución de materiales publicitarios…”. Por los testimonios analizados precedentemente considero acreditado el carácter de viajante de comercio del accionante en su desempeño para la demandada, y en consecuencia corresponde rechazar el agravio al respecto. Respecto de la petición de inconstitucionalidad de la Ley 25.561 es necesario señalar que en el contexto en que se dictó la mencionada norma, que en su art. 16 duplica las indemnizaciones en caso de despido injustificado, que necesariamente debe evaluarse la grave crisis socioeconómica por la que atravesaba el país. Considero que los sucesivos decretos no violan ninguna disposición constitucional en cuanto se limitan a precisar los alcances que cabe acordarle a la expresión literal de la ley. En este caso el Poder Ejecutivo efectuó una interpretación amplia de la norma reglamentada, teniendo en cuenta su espíritu y los fines que persigue, de índole claramente protectorio, en concordancia con los principios que rigen nuestra disciplina (art. 9 y 11, L.C.T.). Por lo expuesto propicio se confirme lo decidido en origen. En referencia a la indemnización del art. 2 de la Ley 25.323 su procedencia se ajusta a las constancias de la causa y a los requisitos que la norma exige, y siendo necesario destacar que la misma se aplica tanto cuando el empleador despide sin causa o cuando los motivos invocados como receptados en el concepto normativo de “justa causa” no fueron probados, ó –como en este caso concreto– de despido indirecto. Máxime si el trabajador, para cobrar la indemnización correspondiente tuvo que iniciar la acción judicial. Por lo expuesto cabe confirmar lo resuelto en este aspecto. Ahora bien, la citada normativa resulta precisa en lo que respecta a las indemnizaciones que se duplican y en la misma no está comprendida la indemnización por clientela. La ley es explícita en lo que hace a los resarcimientos que se incrementan y no deja espacio para apartarse de sus disposiciones, cabe señalar que el mencionado rubro procede independientemente de cual sea el motivo del cese. Por lo expuesto cabe desestimar la queja ese respecto. En relación con la indemnización prevista en el art. 1 de la Ley 25.323, desde ya adelanto que corresponde hacer lugar a la pretensión porque la relación laboral del accionante al momento del despido estaba registrada de modo deficiente en razón de que, como ha quedado expuesto, no se le reconoció la calidad de viajante de comercio que ostentaba. En consecuencia cabe diferir a condena por este rubro la suma de pesos nueve mil cincuenta con un centavo ($ 9.050,1). Sobre el concepto de “comisiones por ventas”, en primer lugar resulta relevante el juramento efectuado por Cerdido en su escrito de inicio y el listado de clientes acompañado a f. 5. A lo expuesto debo agregar que no puede exigírsele mayores precisiones que las aportadas, por cuanto de conformidad con la operatoria corriente en ese ámbito y el uso de los medios electrónicos como el “hand held” para levantar pedidos no tenía a su alcance otras constancias documentales. Si a ello se le suma que –en todo caso– era la demandada quien podía aportar más detalles sobre la cuestión y fundamentalmente, la documentación respaldatoria de las operaciones concertadas, lo que no hizo, pues fue renuente a poner a disposición del perito contable la información requerida en orden a determinar la cuantía de las operaciones y el volumen de las ventas. Además cabe señalar que la accionada no lleva el libro previsto en el art. 10 de la Ley 14.546 (ver informe del perito contador f. 473 vta). Todo ello torna aplicable la presunción establecida en el art. 11 de la citada ley. En la demanda se denunció que para disimular su condición de viajante la accionada le abonaba un rubro variable denominado “adicional complementario variable” y que para su fluctuación lo que importaba eran las ventas que se pudieran lograr. Agrega que lo abonado por la empleadora no reúne en modo alguno la calidad de “comisiones por ventas” ya que no se liquidaban en base a comisión o porcentaje sobre el importe de las ventas efectuadas por el actor sino en función de un porcentaje al que el mismo llegase con relación a un objetivo mensual. En consecuencia y para evitar la duplicación del rubro “comisiones por ventas” a la suma calculada a f. 26 pesos ochenta y seis mil cuatrocientos ($ 86.400) se la deberá dividir por veinticuatro (pues ése es el lapso reclamado) y al resultante pesos tres mil seiscientos ($ 3.600), mes a mes habrá que descontarles los importes que en concepto de “adicional complementario variable” se le abonaron (ver informe contable fs.467/472). Por lo que el perito contador, en la etapa procesal prevista en el art. 132 LO, deberá establecer el monto por el que prosperará este rubro “diferencias por comisiones por ventas” (de conformidad con las sumas que se debían pagar y lo efectivamente abonado), el que se calculará en función de las pautas señaladas precedentemente. En cuanto al concepto de indemnización por clientela no corresponde incluir en tal base el incremento del art. 16 de la Ley 25.561, en tanto la citada norma prevé la duplicación en caso de indemnización por despido, y teniendo en cuenta la naturaleza de dicha indemnización se abona cualquiera sea la causa de disolución de la relación. La imposición de costas decidida en origen resulta correcta en atención al principio general sentado por el art. 68 del C.P.C.C.N. que impone las costas al vencido en la contienda. Que asimismo, como no se advierten motivos suficientes que justifiquen apartarse de la norma referida, más allá de que algunos rubros no prosperaran, la demandada ha resultado perdidosa. Los honorarios del perito contador lucen reducidos de conformidad a las tareas realizadas, valor económico del litigio y pautas arancelarias de aplicación por lo que corresponde modificar en este aspecto la sentencia y elevarlos al seis por ciento (6%) del monto de condena (arts. 3 y 12 Dto. 16.638/57). En atención al resultado del litigio cabe imponer las costas de alzada a cargo de la demandada vencida (art. 68, C.P.C.C.N.), a cuyo efecto estimo los honorarios de alzada de los letrados firmantes de fs. 596/609 y de fs. 614/625 en el veinticinco por ciento (25%) y treinta por ciento (30%) respectivamente de lo que les corresponde percibir por su labor en la anterior etapa (art. 14 de la ley arancelaria). Por lo expuesto precedentemente propongo: Modificar la sentencia recurrida, y hacer lugar a diferencias por comisiones por ventas conforme lo expresado en los considerandos, y adicionar al monto de condena la suma de pesos nueve mil cincuenta y un centavo ($ 9.050,1) en concepto del art. 1 de la Ley 25.323. Elevar la regulación de honorarios del perito contador al seis por ciento (6%) del monto de condena. Imponer las costas de alzada a cargo del demandado vencido. Regular los honorarios de alzada de los letrados firmantes de fs. 596/609 y de fs. 614/625 en el veinticinco por ciento (25%) y treinta por ciento (30%), respectivamente, de lo que les corresponde percibir por su labor en la anterior etapa. El doctor Mario S. Fera dijo: Por fundamentos análogos adhiero al voto que antecede. En atención al resultado del presente acuerdo, de conformidad con lo dispuesto en el art. 125, 2do. párrafo, Ley 18.345, EL TRIBUNAL RESUELVE: I. Modificar la sentencia apelada y hacer lugar a diferencias por comisiones por ventas conforme lo expresado en los Considerandos, y adicionar al monto de condena la suma de pesos nueve mil cincuenta con un centavo ($ 9.050,1) en concepto del art. 1 de la Ley 25.323. II. Elevar la regulación de honorarios del perito contador al seis por ciento (6%) del monto de condena. III. Imponer las costas de Alzada a cargo del demandado vencido. IV. Regular los honorarios de Alzada de los letrados firmantes de fs. 596/609 y de fs. 614/625 en el veinticinco por ciento (25%) y treinta por ciento (30%), respectivamente, de lo que les corresponde percibir por su labor en la anterior etapa. V. Se hace saber al obligado al pago de los honorarios de abogados y procuradores –excluido el trabajador– que, en caso de corresponder, deberá adicionar al monto de la regulación el de la contribución prevista en el inc. 2 del art. 62 de la Ley 1.181 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (art. 79 Ley 1.181 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y pto. V de la Acordada C.S.J.N. 6/05), todo bajo apercibimiento de comunicar la situación a CA.S.S.A.B.A. (art. 80 Ley 1.181 de la ciudad de Buenos Aires y pto. II de la Acordada C.S.J.N. 6/05). Regístrese, notifíquese y vuelvan