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Hijas del Patrocinio de María
En RED por las vocaciones
Nº 3
2009
MARÍA:
“Hágase en
mí según tu
Palabra”
ORACION PARA PEDIR POR LAS
VOCACIONES DE LAS HIJAS DEL
PATROCINIO DE MARIA
Corazón divino de Jesús, que un día dijiste:
“Rueguen al Señor de la mies que envíe obreros
a su mies”, te suplico vuelvas tus ojos
misericordiosos a tu amada congregación,
predilección de tu Madre.
Envía a ella numerosas jóvenes escogidas para
trabajar en la santificación propia, la educación y
formación cristiana de la juventud y
evangelización de los pobres y la niñez.
Haz que tu voz resuene en el corazón de tantas
jóvenes generosas al decidir su vida y llámalas a
ser Santas Religiosas Hijas del Patrocinio de tu
Madre.
Guarda a aquellas que has llamado, a fin de que
correspondan fielmente a su vocación.
Que sean una sola contigo, que lleven fruto a las
almas y su fruto sea duradero.
María Reina y Madre de nuestra amada
congregación, presenta a Jesús nuestras súplicas,
haz valer tu amor de madre y tu poder de Reina.
AMÉN.
VEN, ESPÍRITU DIVINO REPARTE TUS
SIETE DONES
REPARTE TUS SIETE
DONES
SALMO DEL SEGUIMIENTO
Iré detrás de ti,
si tú vienes a mí
buscando horizontes
más amplios para volar.
Iré a enseñar a todos
que tú eres libertad,
que sólo en ti se encuentra
el manantial,
la felicidad,
la verdadera paz.
Iré siempre en tu nombre
despojado de mis cosas,
buscando en la noche,
sediento de tu amor.
El Espíritu Santo es el
amor del Padre y del Hijo.
Un amor que actúa y se
revela como inspiración,
impulso, fuerza y aliento
de vida.
La Sagrada Escritura nos
lo presenta siempre en
acción a lo largo de la
historia de la Salvación.
Todos los dones que
recibimos de Dios llevan
el remite o la impronta del
Espíritu.
Es
quien
convoca a la Iglesia, le da
unidad, la dirige, la
instruye y la impulsa a dar
testimonio de su fe.
Iré a decirles a todos
que tú eres alegría,
la eterna oferta
de un amor total.
Iré a buscar camino
detrás de cada lucha,
donde los hombres sufren
su llanto y soledad.
Iré si tú me llamas
a ser siempre tu amiga
sin importarme nada,
pues tú eres mi caminar.
Iré diciendo a todos,
iré contando siempre,
iré entre los hombres y mujeres
gritando la verdad.
“HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU
PALABRA”
¡Hágase!
Y algo se hace.
Y algo se comienza.
¡Hágase!
… aunque no lo entiendo muy bien
… aunque no me lo puedo explicar.
Dedicado a tu día de oración por las vocaciones
DESDE LA VIDA…
Una palabra modela toda la vida de
María: ¡FIAT! ¡HAGASE! (Lc 1,38).
Las manos del alfarero buscan el barro para
trabajarlo. La semilla busca la tierra para que
estalle dentro la vida. La palabra sale
corriendo buscando un corazón que la acoja.
- Dios busca al ser humano; espera que éste
responda.
VEN ESPÍRITU DE ALEGRÍA
QUE INFUNDES ESPERANZA
Y DAS UN GOZO
PROFUNDO QUE NADA NI
NADIE PUEDE QUITAR
UN MODELO DE
RESPUESTA
“María contestó: Aquí está la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
Hágase. Y la Palabra se hizo carne en la tierra de María.
Hágase. Y en el mundo se hizo espacio al rostro de Dios
plasmado en una mujer.
Hágase. Y, en María, lo femenino se convirtió en lugar de
encuentro de autocomunicación de Dios en el mundo.
Hágase. Y apareció en todo su esplendor la acogida y la
entrega, la sensibilidad para captar el misterio de Dios y la
ternura en el ser humano.
Hágase. Y María entabló un diálogo íntimo con la palabra,
la guardó en el corazón; gracias a María la fe echó raíces
profundas en la condición humana.
“María ha pronunciado este fiat por medio de la fe. Por
medio de la fe se confió a Dios sin reservas y se consagró
totalmente a sí misma, cual esclava del Señor, a la
persona y a la obra de su Hijo. Y este Hijo... lo ha
concebido en la mente antes que en el seno:
precisamente por medio de la fe” (Redentoris Mater, 13).
- ¿Qué pasa con el barro cuando no se deja
modelar? ¿Qué pasa con la Palabra cuando
no es recibida? ¿Qué pasa cuando Dios está
a la puerta y nadie le abre?
- Pero, ¿qué sucede cuando alguien dice “sí”
a Dios? Que se cumple la promesa: “Mi
Palabra no volverá a mí vacía” (Is 55,101-11).
Que la tierra se llena de vida.
ORACIÓN A MARÍA
María, Madre del «sí», tú has escuchado a
Jesús y conoces el timbre de su voz y el latido
de Su Corazón. Estrella de la mañana,
háblanos de Él y cuéntanos tu camino para
seguirlo en la vía de la fe.
María, que en Nazaret viviste con Jesús,
imprime en nuestra vida tus sentimientos, tu
docilidad, tu silencio que escucha y haz
florecer la Palabra en opciones de verdadera
libertad.
María, háblanos de Jesús, para que la frescura
de nuestra fe brille en nuestros ojos y caldee
el corazón de quien nos encuentre, como
hiciste al visitar a Isabel, quien en su vejez se
alegró contigo por el don de la vida.
María, Virgen del «Magnificat», ayúdanos a
llevar la alegría al mundo y, como en Caná,
impulsa a todo joven, comprometido en el
servicio a los demás, a hacer sólo lo que Jesús
diga.
María, queremos ver a Jesús. Hablar de Él.
Anunciar a todos Su amor. Amén.
Compromiso:
Abre tu casa para que sea lugar de acogida. Sé
sensible a la vida y a todo lo que tiene vida.
Acompaña a los pequeños. Escucha con oídos
atentos la experiencia de los otros. Ante las
sorpresas de Dios, ante su Palabra, di siempre:
“Hágase, aquí estoy”.
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Página
MARÍA, ALFARERA DE DIOS EN LA
TIERRA,
AYUDANOS A DECIR SÍ A DIOS,
SÍ A LA VIDA, SÍ A LAS VICTIMAS DE
TODA LA TIERRA.
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