oración de Año Nuevo.pdf

Anuncio
ORACIÓN PARA INICIAR EL AÑO
Nos reunimos para orar cuando todavía resuenan los ecos
de la Navidad con las palabras de los ángeles a los pastores:
en la tierra paz a los hombres que Dios tanto ama y como
regalo de Dios la posibilidad de estrenar un nuevo año.
Ofrecemos a Dios el tiempo.
La mujer, el hombre, tienen proyectos
el Señor, la última palabra.
(Prov. 16,1)
Canto de inicio
Juntos cantando la alegría
de vernos unidos en la fe y el amor.
Juntos sintiendo en nuestras vidas
la alegre presencia del Señor.
Somos la Iglesia peregrina que Él fundó,
somos un pueblo que camina sin cesar,
entre cansancios y esperanzas hacia Dios.
Nuestro amigo Jesús nos llevará.
Juntos cantando la alegría...
El 31 de diciembre y el 1 de enero son fechas simbólicas:
hemos cerrado el 2008 y en el umbral del 2009.
El 2008 pudo estar lleno de mil cosas o de pocas cosas,
casi vacío. En estos momentos podemos sentir frustración o
serenidad ante el tiempo vivido, podemos estar decepcionados
o en paz con nosotros mismos y los demás. Sea como sea,
damos GRACIAS a Dios por todos los dones recibidos, incluso
por los que nos han pasado desapercibidos y, al entrar en el
nuevo año le decimos SÍ a todo lo que sea su voluntad.
(Breve silencio
para traer al pensamiento
lo más significativo del año que ha pasado)
Podemos compartir nuestra acción de gracias a Dios por
el año que ha ternado.
Nos unimos a la acción de gracias de cada uno
respondiendo:
Te damos gracias, Señor.
Canto:
Gracias, Señor, por nuestra vida.
Gracias, Señor, por la ilusión.
Gracias, Señor, por la esperanza.
Gracias de todo corazón.
¡Un año más! Al empezar, detenemos nuestra vida ante el
nuevo calendario, casi sin entrenar, y le presentamos al Señor
estos días, que sólo él sabe si llegaremos a vivirlos, si serán
días colmados o escasos. Al Señor que es el dueño del tiempo
y de la eternidad y suyo es el hoy y el mañana, el pasado y el
futuro, le ofrecemos este año en el que deseamos que se haga
presente su Reino de igualdad, de justicia, de paz, de amor.
Exponemos ante el Señor nuestros deseos para el año
2009. A cada intervención respondemos:
Te lo pedimos, Señor.
(Todos)
¿Qué nos traerá el año que comienza?
¡Lo que Tú quieras, Señor!
Te pedimos fe para mirarte en todo,
esperanza para no desfallecer,
caridad en todo lo que hagamos, pensemos y queramos.
Danos paciencia, humildad y desprendimiento.
Danos, Señor, lo que Tú sabes que nos conviene
y que no sabemos pedir.
¡Que podamos amarte cada vez más
y hacerte amar por los que te rodean!
Que este año que ahora empieza
tengamos siempre el corazón alerta,
el oído atento, las manos y la mente activas
y el pie dispuesto para extender tu Reino.
Dios nos ama y confía en nosotros. Nos confía su tiempo,
el año 2009, para hacer de nuestra tierra, su reino, de la
humanidad, una familia de hermanos.
Escuchamos la Palabra de Dios que nos dice que hemos
de ser sal y luz para cuantos se acerquen a nosotros.
Mateo 5, 13-16
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se
desvirtúa, ¿con qué se salará? No sirve para nada, sino
para tirarla fuera y que la pisen los hombres. Vosotros sois
la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada
en la cima de un monte. Tampoco se enciende una
lámpara para taparla con una vasija de barro, sino que se
pone sobre el candelero, para que alumbre a todos los
que están en la casa. Brille de tal modo vuestra luz
delante de los hombres que, al ver vuestras buenas obras,
del gloria a vuestro Padre que está en los cielos.
Respuesta a la Palabra:
Tu Palabra me da vida,
confío en ti, Señor.
Tu Palabra es eterna,
en ella esperaré.
(Tiempo de reflexión personal
y de oración compartida)
Nos acercamos a la mesa, recogemos un símbolo que nos
hará presente a lo largo del año nuestro compromiso de ser sal
y luz en nuestro ambiente. Compartimos nuestros proyectos
cristianos con el grupo.
Todos
Nosotros queremos ser sal de la tierra y luz del mundo,
porque el cristianismo no ha perdido su vigencia
y tenemos algo que decir.
Nosotros queremos ser SAL
que dé sentido y sabor al mundo.
Queremos ser LUZ que ilumine
y muestre el verdadero rostro de Dios,
el Dios que es amor, misericordia, compasión...
Cuenta con nosotros, Señor.
Para mantenernos en nuestros deseos, pedimos al Señor
que sepamos poner la esperanza más allá de las cosas que son
hechura nuestra, porque contamos con la sabiduría y fortaleza
del Espíritu Santo.
Que el Señor nos conceda una esperanza resistente,
la de los que arriman el hombro
para ayudar a los que están sin fuerzas,
cansados de luchar...
DANOS, SEÑOR, UNA ESPERANZA FUERTE.
Que el Señor nos dé una esperanza tenaz
de los que no esperan sentados el futuro,
de los que no se abandonan jamás
a las fuerzas ciegas de la suerte.
DANOS, SEÑOR, UNA ESPERANZA FIRME
Que el Señor nos conceda una esperanza audaz
de los que afrontan con entereza las dificultades,
la esperanza de los que se niegan
a esconder la cabeza bajo el ala,
esperando que pase el chaparrón.
DANOS, SEÑOR, UNA ESPERANZA AUDAZ.
Que el Señor nos dé una esperanza alegre
de los que no se hunden en el pesimismo,
de los que saben mirar la realidad con amor
y confían siempre en el poder del Espíritu.
DANOS, SEÑOR, UNA ESPERANZA ALEGRE.
Salmo de la ESPERANZA
(cada persona, una estrofa)
Que el Señor nos dé una esperanza activa
de los que no se conforman con callar
ante las injusticias y las guerras,
de los que no se conforman con el mal de muchos.
DANOS, SEÑOR, UNA ESPERANZA ACTIVA.
Que el Señor nos conceda una esperanza invencible
de los que se entregan con confianza
a la voluntad del Padre,
de los que se sienten pequeños y pobres,
pero saben que Dios cuida de ellos con cariño.
DANOS, SEÑOR, UNA ESPERANZA INVENCIBLE.
(Todos)
En Ti esperamos y sabemos
que nuestra esperanza no será defraudada.
Nos damos la paz unos a otros con la siguiente bendición:
El Señor te bendiga y te proteja,
haga resplandecer su rostro sobre ti
y te conceda su favor;
que el Señor te mire con benevolencia
y te conceda la paz.
Oración final: Padrenuestro
Canto despedida: Santa María del Camino
Mientras recorres la vida,
tú nunca solo estás,
contigo por el camino
Santa María va.
Si por el mundo los hombres
sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano
al que contigo está.
¡Ven con nosotros ...!
¡Ven con nosotros ...!
Aunque te digan algunos
que nada puede cambiar,
lucha por un mundo nuevo,
lucha por la verdad.
Aunque parezcan tus pasos
inútil caminar,
tú vas haciendo camino,
otros lo seguirán.
¡Ven con nosotros ...!
¡Ven con nosotros ...!
Descargar