El carácter porteño en la literatura

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Ensayo de las muchedumbres
porteñas
Burdeles, fútbol y barrios monótonos.
Introducción
En el presente ensayo se realizará una exposición de los puntos de vista del autor y
ensayista (entre otras cosas) Raúl Scalabrini Ortíz. Estos puntos de vista hacen referencia
a la construcción del hombre porteño a través de la literatura.
El siguiente ensayo es una entrega y soporte de una instancia final para la acreditación
de la cátedra Espacio de Definición Institucional del curso de cuarto año, de la carrera del
Profesorado en Lengua y Literatura.
Dado que la cátedra tiene como expectativa de logro el conocimiento de las prácticas
políticas del ensayo en el siglo XX, se trabajará con el autor mencionado anteriormente a
través de su obra “El hombre que está solo y espera” a través del subtema “El hombre de
corrientes y esmeralda”.
Scalabrini Ortíz nació en Corrientes 14 de febrero de 1898 y murió en Buenos Aires,
30 de mayo de 1959), fue un pensador, historiador, filósofo,periodista, escritor, ensayista,
y poeta argentino, agrimensor de profesión. Fue amigo de Arturo Jauretche y Homero
Manzi, con quienes formó parte de FORJA ("Fuerza de Orientación Radical de la Joven
Argentina"). Su primera publicación fue una colección de cuentos breves reunidos en el
libro La Manga en 1923. En 1931, publicó “El hombre que está solo y espera”.
(…) me dilaté en la nada fatua sino
imprescindible creación de un hombre
arquetipo de Buenos Aires: el Hombre de
Corrientes y Esmeralda.
Objeto de estudio literario
Siglo XX, Capital Federal, Argentina. Un hombre solitario va pululando entre calles, tal
vez humedecidas por sorpresivas lloviznas, quizá sean las 10 de la noche. Este hombre
se le corresponderá el nombre de “autor”, quien a su paso lento y entorpecido, va
haciendo semiosis (como si fuese la primera vez), le va asignando significación a lo que
ve, lo que percibe. Hay otro hombre, que es el mismo al fin, este hombre es el personaje
de una obra de ese autor que deambula por callejuelas empedradas, la obra es “El
hombre que está solo y desespera”.
Dentro de la obra, hay una verdad de hombre, de ese hombre que camina de noche y
lo ve todo, “El hombre de Corrientes y esmeralda”. ¿Quién es ese hombre? Es, pues, el
personaje que también transita noctámbulo mientras piensa si ir a un burdel o
simplemente a un bar. Música de tango, leve, interrumpe los “qué hacer, qué debo hacer,
a dónde tengo que ir, che” del personaje.
Este hombre “personaje” es utilizado un sinfín de veces por el hombre “autor” ya que
“Será la guía, la linterna de Diógenes con que rastrearé el hombre en quien ese espíritu
se encarna.” (Scalabrini Ortíz: 19; 1931). ¿Qué es lo que querrá hacer el hombre “autor”,
o sea, Scalabrini Ortíz con el hombre “personaje”? ¿Por qué lo observa omnipotente a ese
sujeto que no se decide a dónde ir? Hay algo que está en claro, el “personaje” (hombre
anónimo) está situado en Capital Federal, el gran lugar de los porteños.
Scalabrini Ortíz posee las mismas características que otro autor, Roberto Arlt, debido a
que éste también recorre las veredas y observa los edificios, las personas y las
costumbres detalladamente de Capital Federal:
Caminaba yo un sábado por una acera en la sombra, por la calle Alsina –la calle
más lúgubre de Buenos Aires- cuando por la vereda opuesta, por la vereda del sol,
vi a un empleado, de espaldas encorvadas, que caminaba despacio, llevando de la
mano una criatura de tres años (Arlt: 9; 1933)
Los autores comparten su objeto de estudio: la ciudad de Buenos Aires. Ellos quieren
saberlo todo. Tal vez, algunas cuadras más allá, se choquen, se miren, se insulten y sigan
caminando.
Estereotipos
Anteriormente se formuló la pregunta de qué es lo que busca Scalabrini Ortíz sobre el
personaje de “El hombre de Corrientes y esmeralda”, en otros términos, ¿Por qué lo
observa?
Este hombre es el instrumento que me permitirá hincar la viva carne de los hechos
actuales, y en la vivisección descubrir ese espíritu de la tierra que anhelosamente
busco. (Scalabrini Ortíz: 19; 1931)
La técnica de observación que hace el autor es para crear un estereotipo del típico
hombre porteño. El personaje de su obra es porteño y por ende Scalabrini lo observa.
Desde las tierras de México, Octavio Paz, también estudia el “hombre mexicano”, al
igual que Scalabrini Ortíz y Arlt.
Pero así como el adolescente no puede olvidarse de sí mismo —pues apenas lo
consigue deja de serlo— nosotros no podemos sustraernos a la necesidad de
interrogarnos y contemplarnos. (Paz: 5; 1950)
Mediante la observación, los autores identifican distintas características del hombre al
cual contemplan. En este caso, Scalabrini Ortíz, ya identificó otro rasgo del hombre
porteño y va a escribir que “El Hombre de Corrientes y Esmeralda es un ente ubicuo: el
hombre de las muchedumbres.”
Por comparación, la ciudad de Buenos Aires siempre va a ser más multitudinaria que
otras. El personaje de “El hombre de Corrientes y Esmeralda” nunca va a estar solo, el
silencio nunca existe, los murmullos, risas y gritos de la vereda, las filas para ver
espectáculos, los parroquianos hablando de la dureza de la vida, todo esto hace que la
ciudad de Buenos Aires sea la más popular de todas.
El Hombre de Corrientes y Esmeralda está en el centro de la cuenca hidrográfica,
comercial, sentimental y espiritual que se llama República Argentina. (Scalabrini
Ortíz: 21; 1931)
¿Cómo es el estereotipo de hombre porteño según Scalabrini Ortíz? Ya se pudo
observar que el porteño es un hombre de las muchedumbres, que por ubicación
geográfica se encuentra en el centro de la Argentina. Al finalizar el texto de “El hombre de
Corrientes y esmeralda”, el autor termina de observar el porteño personaje y dirá que es:
El Hombre nació en apuntes apresurados de un partido de fútbol, de un asalto de
box, en las reacciones provocadas por un niño en peligro, en la agresión a un
indefenso, en la palpitación de las muchedumbres de varones que escuchan un
tango en un café; en el atristado retorno a la monotonía de sus barrios de los
hombres que el sábado a la noche invaden el centro ansiosos de aventuras; en las
confesiones amicales arrancadas por el alba, en los bailes de sociedad y en la
embriaguez sin ambajes de un cabaret. (Scalabrini Ortíz: 22; 1931)
¿Cómo se convierte un porteño en estereotipo según el autor?
• Hombre de muchedumbres.
• Vive en el centro de la República Argentina.
• Juega fútbol.
• Reacciona frente a un niño en peligro.
• Reacciona frente a la agresión de in indefenso.
• Escucha tango en un café con sus amigos.
• Es hombre de barrio monótono.
• Recorre el centro en busca de aventuras.
• Asiste a bailes de la sociedad.
• Se embriaga en cabarets.
Citando a Octavio Paz, quien no habla de los porteños sí no de la clasificación de
“hombre mexicano” dice:
EL SOLITARIO mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es
ocasión para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del
tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. (Paz: 22;
1950)
Tanto el hombre mexicano y el porteño tienen algo en común que los autores han
observado: estos hombres anhelan la liberación del tiempo cotidiano, ese tiempo lleno de
tareas básicas y aburridas.
Ensayo sobre un porteño
A continuación se tratará de abordar cómo Scalabrini Ortíz construye el hombre
porteño a través de la literatura. Beatriz Sarlo define que la obra del autor es un ensayo
narrativo del orden de lo psico-social. Roberto Retamoso (análisis del discurso) va a tomar
lo que dice Sarlo sobre el ensayo narrativo de tipo psico-social:
Lo cual puede entenderse como la producción de un texto orientado
fundamentalmente a dar cuenta de los aspectos psicológicos y sociales, o más
precisamente aún, psico-sociales, del porteño medio de su época. Aspectos que,
recuerda Sarlo, resultan indisociables respecto de un conjunto de factores
heterogéneos que los sobre-determinan. (Retamoso: 109)
Dado que el ensayo pertenece al campo literario, Scalabrini Ortíz plasma a través de
las letras sus observaciones de hombre porteño y todo el contexto de lo que se refiere a la
ciudad de Buenos Aires. El personaje de “El hombre de Corrientes y esmeralda” cumple
con las funciones de ser un estereotipo, como se ha visto anteriormente. Siguiendo con
Retamoso, éste va a tratar el texto al cual referimos:
De manera que El Hombre de Corrientes y Esmeralda deviene en una suerte de
diagrama esencial de la argentinidad, un diseño abstracto y genérico que, a la
manera de un faro ideal, podrá reconocerse sin embargo en la infinidad de
manifestaciones concretas donde se encarna y corporiza al iluminarlas.
(Retamoso: 113)
El ensayo se define como “obra literaria breve, de reflexión subjetiva, en la que el autor
trata de una manera personal, no exhaustiva, y en la que muestra —de forma más o
menos explícita— cierta voluntad de estilo. Esto último propone crear una obra literaria,
no simplemente informativa. Puede tratar sobre temas de literatura, filosofía, arte, ciencias
y política, entre otros.”
Scalabrini Ortíz utiliza el género ensayo para explicitar lo que ocurre.
En 2009, a 50 años del fallecimiento del autor, han salido varias notas periodísticas y
literarias sobre Scalabrini Ortíz
Porteño hasta la médula, pese a su origen correntino, hijo de un italiano y de una
criolla, Scalabrini Ortiz expresa un tipo de nacionalismo nacido de la problemática
urbana, de la simbiosis entre el inmigrante recién llegado y una urbe hostil y
orgullosa que había quebrado la resistencia que le ofrecía el resto del país e
impuesto su propio signo a la organización nacional. Por eso, a diferencia de otros
intelectuales de su época, como Ricardo Güiraldes, Scalabrini rechaza el viejo
modelo del gaucho, arquetipo de una sociedad que ya se había extinguido, ni
acepta tampoco la mitología borgeana del compadrito porteño, imágenes ambas
construidas desde las alturas de la aristocracia local. En cambio, define un modelo
diferente, inspirado a su vez en los sectores sociales medios cuya fisonomía
particular asoma en la ciudad en el umbral de los años ‘30; el del “Hombre de
Corrientes y Esmeralda” que “está en el centro de la cuenca hidrográfica,
comercial, sentimental y espiritual” llamada República Argentina. En esto se parece
en mucho a otro porteño, también de ascendencia italiana, Enrique Santos
Discépolo. Pero si éste se expresa a través de la poesía y de la música popular,
Scalabrini lo hace desde el ensayo y la investigación histórica. Además –y esto es
quizá lo principal–, mientras que Discépolo se circunscribe al porteño para
transmitir por su intermedio su dolor y su desesperanza, Scalabrini Ortiz trasciende
el marco del porteñismo para hundirse en la problemática de lo argentino, universo
más vasto y complejo. (Página 12: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-
125866-2009-05-31.html)
Scalabrini Ortiz otorga al lector la construcción de un personaje nacional: el porteño
(personaje de su obra). Concede mediante el género ensayo la identidad del ser
argentino en la década de 1930. A diferencia de otro autores, deja de lado el gaucho y
compadrito para re-definir el porteño tal cual es, sin humorismos.
Conclusión
A partir de la lectura de “El hombre de Corrientes y esmeralda” del libro “El hombre que
está solo y desespera”, se puede inferir que el autor Scalabrini Ortíz a través de
observaciones ficcionales va re-construyendo el estereotipo del porteño, el cual está
plasmado en su obra.
Sin dar lugar a ideologías políticas, propone un ejemplo del porteño, de sus
costumbres, pensamientos, relaciones sociales y contextuales.
Al igual que Octavio Paz, Scalabrini Ortíz parte del interrogante “¿Qué somos y cómo
realizaremos eso que somos?” y su respuesta está en el “Hombre de Corrientes y Esmeralda”, en
el que concurre la vieja Argentina criolla y la nueva Argentina nutrida por el aporte inmigratorio, es
el arquetipo que permite explicar la formación de esa conciencia.
Bibliografía
•
Arlt, Roberto (1933). Aguafuertes Porteñas (PDF)
•
González, Horacio (2009). Scalabrini Ortíz, el intelectual desgarrado.
•
http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=2846
•
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-125866-2009-05-31.html
•
Paz, Octavio (1950). El laberinto de la soledad (PDF)
•
Retamoso, Roberto. “El hombre que está solo y desespera” de Raúl Scalabrini
Ortíz: Genealogía y modulaciones del discurso nacionalista en la Argentina del
siglo XX.
•
Sarlo, Beatriz (1988). Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930.
Buenos Aires, Nueva Visión.
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