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AP Valencia, sec. 8ª, S 16-4-2003, nº243/2003, rec.65/2003. Pte: Andrés Cuenca, Rosa María
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La sentencia apelada, pronunciada por el Sr. Juez de Primera Instancia núm. 18 de
Valencia en fecha 18 de septiembre de 2002, contiene el siguiente:
“Fallo: Que desestimando la demanda formulada por la entidad Levi Strauss & Co, contra la
mercantil Textil Conquense SA debo absolver y absuelvo a la expresada demandada de los
pedimentos contra ella formulados, y ello con imposición de las costas a la parte actora”.
SEGUNDO.- Contra la misma, se interpuso en tiempo y forma recurso de apelación por la
entidad Levi Strauss & Co, admitido en ambos efectos y remitidos los autos a esta Audiencia,
donde oportunamente se tramitó la alzada, señalándose para su Deliberación y Votación el día 8
de abril de 2003.
TERCERO.- Se han observado las prescripciones y formalidades legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Dictada sentencia por el Juzgado de Primera Instancia número 18 de Valencia, que
desestimaba la demanda formulada por la entidad Levi Strauss & Co contra la mercantil Textil
Conquense SA., absolviendo a la demandada de los pedimentos contra aquella formulados, con
expresa imposición de las costas causadas a la parte actora, al entender, de un lado, caducada la
acción por cesación de publicidad ilícita , lo que viene a fundar en los artículos 26 y 27 de la Ley
General de Publicidad EDL1988/13332▼ art.26 EDL1988/13332 art.27 EDL1988/13332 , de
los que resulta la posibilidad de cesación, producida, en cuanto a la campaña televisiva de los
anuncios de la campaña “Enrollaos Jeans” de la demandada con relación a la “Twist” de los
Levis Engineered Jeans de la demandante, centrando su análisis exclusivamente en la página
Web de la demandada, que continuaba activa al interponerse la demanda, atendido a que, de un
lado, la publicidad comparativa , en principio, no ha de reputarse o calificarse como desleal, sin
que en la citada página web aparezca mensaje alguno que en una comparación rápida pueda
establecer una asociación con la publicidad de la actora o con los pantalones, con imposibilidad
de confusión, en cuanto a la procedencia, al tener que accederse, precisamente, a la página de los
pantalones Caster fabricados por la demandada, y , en cuanto a la infracción de la Ley de Marcas
EDL2001/44999 , porque considera que el signo o gráfico de la actora, consistente en una
especie de perfil simple y estilizado de pantalón o una letra “lambda” griega en minúscula,
protegido como marca comunitaria, no se puede confundir con el que la demandada utiliza en su
spot publicitario, al usarlo la primera, tan sólo en la etiqueta desechable del pantalón y reflejar, el
de la demandada, la silueta reducida a trazos simples, de un monigote, según expresa la
sentencia, aunque coincida, en parte, con el signo de las demandantes.
Frente a dicha resolución recurrió en apelación la parte actora, que alegó, como motivos de
recurso, los que resumidamente se expresan a continuación:
a) La acción por publicidad ilícita no puede considerarse caducada con respecto del anuncio
televisivo de Teconsa, ya que el artículo 26 de la LGP EDL1988/13332 se refiere a la actividad
publicitaria como un todo, y no al medio publicitario concreto, sin que hubiera finalizado la
actividad publicitaria de la demandada, reputada ilícita , puesto que al presentarse la demanda
seguía emitiéndose a través de Internet, al menos, existiendo indicios de la posibilidad de reiterar
el anuncio en televisión o cine.
b) Imposibilidad de extender la caducidad de la acción por publicidad ilícita a otras acciones de
la demanda distintas de la cesación, puesto que realmente el artículo citado sólo se refiere a la
acción de cesación, pero no al resto de acciones, como la declaración de ilicitud y el
resarcimiento de daños y perjuicios causados por la publicidad ilícita .
c) Infracción del artículo 6 b) de la LGP EDL1988/13332 . en la campaña publicitaria de
Teconsa, ya que utiliza e imita el spot de la actora, estableciendo un claro paralelismo entre ellos,
para asegurar la asociación inmediata de los “Enrollaos” Jeans con los Engineered Jeans de la
demandante, y beneficiarse de la reputación y esfuerzos de la actora en su único y exclusivo
beneficio; tratándose de un claro ejemplo de publicidad adhesiva, sin que pueda justificarse por
el mero hecho de que la demandada emplee en su publicidad su propia marca denominativa,
siendo contrario el uso injustificado que se hace en la campaña publicitaria de la demandada de
las marcas y distintivos de la demandante, a las normas de corrección y buenos usos mercantiles,
y siendo, por ello, publicidad comparativa ilícita , ya que ni se refiere a modelo equiparable, ni
compara de modo objetivo características esenciales ni productos análogos y además saca
indebida ventaja de la reputación y marcas de la actora.
d) En cuanto considera que no se trata de una parodia desenfadada y divertida, calificación que
tampoco acoge la sentencia de primera Instancia, ya que existe riesgo de confusión y /o
asociación.
e) En cuanto a la infracción de la marca gráfica comunitaria 1.394.675, consistente en un gráfico
inserto en la etiqueta que cuelga de los pantalones de la actora, ya que se ha vulnerado el derecho
de utilización exclusiva que confiere el registro de la marca a su titular; f) por no haber resuelto
la acción por competencia desleal asimismo planteada, ya que el comportamiento de la actora
conculca los artículos 5,11,2 y 12 de la citada Ley EDL1988/13332▼ art.5 EDL1988/13332
art.11 .2 EDL1988/13332 art.12 EDL1988/13332 , solicitando además indemnización de daños y
perjuicios, por el enriquecimiento injustamente obtenido por la demandada, debiendo presumirse
la producción de aquellos, sin necesidad de prueba alguna, solicitando se dictara sentencia de
conformidad con lo pretendido. Por la demandada se opuso, solicitando la confirmación de la
sentencia de primera Instancia, quedando planteada la cuestión, en esta alzada, en los términos
expuestos.
SEGUNDO.- La Sala comparte la fundamentación jurídica de la sentencia recurrida tan sólo en
cuanto no se oponga a lo que seguidamente vamos a exponer.
La parte actora recurrente insiste en que la acción por publicidad ilícita no está caducada, ya que,
al tiempo de instar la demanda, persistía la página de Internet y que esta formaba un todo (misma
actividad publicitaria) con el anuncio de televisión y de salas de cine (idénticos) que ya habían
sido retirados antes, incluso, del requerimiento de cesación de emisión por parte de la actora a la
demandada. Cierto es que, efectivamente, el artículo 26 de la LGP EDL1988/13332 se refiere a
la actividad publicitaria como un todo, a los fines de la acción de cesación, y , por tanto, es obvio
que, en parte, cuando se ejercitó, podía la demandante hacerlo, ya que la página de Internet
seguía activa y formaba parte de la misma campaña, pero no lo es menos que el apartado 3 del
propio precepto EDL1988/13332 , prevé como requisito para el ejercicio de las acciones y
derechos a que se refiere el artículo 28 de la misma Ley EDL1988/13332 que, a su vez, remite a
las controversias relativas a extremos recogidos en los artículos 3 a 8 EDL1988/13332▼ art.3
EDL1988/13332 art.4 EDL1988/13332 art.5 EDL1988/13332 art.6 EDL1988/13332 art.7
EDL1988/13332 art.8 EDL1988/13332 (publicidad ilícita , engañosa, desleal, subliminal etc.)
que se produzca una situación de “silencio o negativa” del requerido, o que “no hubiere tenido
lugar la cesación”, exigiéndose como auténtico requisito de procedibilidad la justificación de
haber efectuado esa solicitud de cesación.
Por tanto, hemos de concluir, si al instarse la demanda -e incluso el requerimiento- tan sólo se
mantenía el anuncio de la página Web, es factible ejercitar la acción, pero no vincular lo que en
el mismo se ofrecía (en el de Internet) con el emitido en Televisión-cine, aunque sea evidente la
relación entre ambos; en consecuencia, la acción ejercitada, en sus distintas facetas, tan sólo
habrá de valorarse de conformidad con lo que aparecía en la página Web, tal y como expresaba
la sentencia de primera Instancia, por las razones dichas, debiendo rechazarse también el
segundo motivo de recurso, ya que, si el anuncio había dejado de emitirse, incluso antes del
requerimiento, por la razón ya expresada anteriormente, no cabrá valorar si podía calificarse, o
no, de publicidad ilícita , engañosa, desleal etc, sirviendo, como argumento contrario al
empleado por la recurrente, la propia valoración de la nueva redacción dada al artículo 29 Ley
General Publicidad EDL1988/13332 , por Ley 32/02 de 28-10, al indicar que:
“l.- Podrá ejercitarse la acción de cesación contra las conductas contrarias a la presente Ley que
lesionen los intereses tanto colectivos como difusos de los consumidores y usuarios, sin
necesidad de haber cumplido lo establecido en el art. 26.2 EDL1988/13332 . La acción de
cesación se dirige a obtener una sentencia que condene al demandado a cesar en la conducta
contraria a la presente Ley EDL1988/13332 y a prohibir su reiteración futura.
Así mismo, la acción podrá ejercerse para prohibir la realización de una conducta cuando ésta
haya finalizado al tiempo de ejercitar la acción, si existen indicios suficientes que hagan temer su
reiteración de modo inmediato”, viene a excluir, por una parte, la necesidad del requerimiento
previo, en caso de tales intereses generales, como se ha dicho (y resulta de la propia redacción
del precepto) y , de otro, viene a posibilitar la acción incluso si esta ya ha finalizado, lo que,
evidentemente, supone un cambio respecto de la regulación precedente, pero, aún admitiéndolo,
lo vincula a una condición, cual es la “existencia de indicios suficientes que hagan temer su
reiteración de modo inmediato”, y sólo para los supuestos apuntados.
Y aunque ello no es aquí aplicable, dado que la norma aludida es posterior, incluso, a la
sentencia de primera Instancia, nos sirve de criterio hermenéutico, al poder contraponerla, para
valorarlas, con los requisitos anteriores, y ello ha de hacer perecer los dos primeros motivos del
recurso, toda vez que la novedad que tal precepto introduce es precisamente, el innecesario
requerimiento previo y la posibilidad de instar la acción de cesación, aunque la conducta hubiera
finalizado, si existen indicios que hagan temer su reiteración inmediata, lo que, a contrario sensu,
supone que tal posibilidad no existe, si se ha cesado en tal actividad y no existe tal indicio, lo
que, indudablemente, no se hallaba, siquiera, previsto en la regulación aplicable al supuesto
examinado, en que la necesidad del requerimiento era, precisamente, para lograr el cese en la
emisión, y aquí este ya se había producido, incluso, antes de aquel requerimiento, en lo que se
refiere al anuncio de televisión y cine, y los supuestos indicios de reiteración de estos ni se han
probado ni constituían excepción aplicable al supuesto, al ser esta regulación posterior, incluso a
la sentencia recurrida.
En consecuencia, ceñiremos nuestro dictamen al anuncio que aparecía en la página Web, tal y
como refleja el documento 38 de la demanda.
TERCERO.- El tercero y cuarto motivos del recurso han de correr igual suerte desestimatoria.
La lectura de la demanda pone de manifiesto que el hecho esencial sobre el que funda la actora
(tras relatar unos antecedentes de otros procedimientos e incluso anuncios para justificar el
comportamiento que califica de “parasitario” -hechos séptimo y octavo-) el comportamiento
desleal de la demandada, y aquel no es otro que la campaña publicitaria emitida por Teconsa tras
la estela de la de la actora, y , en concreto el spot que obra en la cinta de videocasete que se
aporta como documento 37, que imita y , en opinión de la recurrente, consiste en “una
reproducción cuasi exacta del guión y diversas imágenes del spot Twist”, refiriéndose, in
extenso, al anuncio de televisión, y efectuando una referencia a la página web, de la que aporta
copia de sus páginas impresas, que obra como documento 38 de la demanda.
Sin embargo, como revela el examen de ambos documentos, en esta última, no existe referencia
alguna a la demandante, no apreciándose, efectivamente, más que la imagen de un joven, vestido
con unos tejanos (imposible comprobar si son similares a los de la actora, dado el plano, además
parcial de los mismos) y la leyenda Caster a la izquierda, la página www.casterieans.com y ,
abajo, la mención a “enrollaos jeans”, refiriéndose en la primera página a que “cuestan la mitad
pero no que los de la actora sin que aparezcan la imagen de llegada del coche, los giros de las
chicas y chicos, el muñeco colgando del espejo retrovisor y las demás en que con énfasis ha
insistido la actora para poner de manifiesto el carácter de publicidad parasitaria de la demandada,
que, comparando, como debemos hacer, a página web y el anuncio Twist de la actora, en
televisión, no se aprecia.
Resulta, por tanto, inviable pretender que la comparación se efectúe respecto de algo no emitido
desde antes del requerimiento, como se ha dicho, ni aceptable la referencia que se dice, a las
marcas de la actora, que no consta en la página web, a que alude la recurrente, ni, menos aún, la
mención a que nos hallamos ante publicidad parasitaria (respecto, repetimos, la citada página de
Internet) ya que la comparación no revela la relación que se pretende, las imágenes guardan una
relación muy remota, no se menciona ni compara el producto con los de la demandante - ni con
el 501 ni con los Engineered- sin que la mención “enrollaos” pueda asimilarse, sin más, a la idea
de giro a que alude la demandante, pues sabido es que tal expresión, entre los más jóvenes, tiene
una acepción semántica distinta (en sentido de sana complicidad o buena relación entre personas,
o incluso, lo relativo a escritos o conversaciones largas) que nada tiene que ver con la
directamente derivada de la palabra, correctamente escrita (enrollados envolver en forma de
rollo); por tanto, tampoco hemos de inferir, tan sólo porque subjetivamente lo afirme la actora,
que la página web al referirse a los pantalones tejanos “enrollaos” aluda o pretenda la inmediata
asociación del consumidor con los “Engineered” jeans, máxime porque la idea de giro en que
aquellos basan su campaña sólo en parte es coincidente con la idea de hallarse “enrollado”, y
ninguna relación directa ni indirecta efectúa la página a la marca Levis o a alguno de sus
concretos fabricados, identificando dos veces la procedencia -caster, casterjeans-. Se rechaza el
motivo de recurso denunciado.
CUARTO.- Respecto de la falta de pronunciamiento sobre la acción por competencia desleal,
ciertamente tiene razón la recurrente al afirmar que la sentencia, aunque considera improcedente
la acción por la publicidad ilícita planteada, no por ello debe entender que tal planteamiento, por
razón de extemporaneidad de la demanda, puede extrapolarse a la acción de competencia desleal,
y en tal sentido, cabría hablar de una omisión, determinante de incongruencia de la sentencia de
primera Instancia.
Sin embargo, la conclusión que obtiene la Sala, a la vista de la página Web persistente al
presentar la demanda, ha de ser necesariamente desestimatoria, toda vez que en aquella no
existen las múltiples referencias directas e indirectas a la actora y a sus marcas a que alude la
demandante, hoy recurrente -folio 33 de la demanda- pues en nada menciona el nombre Levis,
sin perjuicio de la denunciada infracción de marca gráfica comunitaria, en que luego entraremos,
ni tampoco se refiere a ninguno de los productos de aquella, por lo que no apreciamos
directamente, el pretendido riesgo de confusión y /o asociación, derivado de la publicidad en
cuestión, a la que, nuevamente, se vincula la competencia desleal, ya que se invoca tanto el
artículo 11,2 EDL1991/12648 como el artículo 12 de la Ley 3/1991 de 10 de enero
EDL1991/12648 , considerando que la imitación de prestaciones comporta, en este caso, un
aprovechamiento indebido del esfuerzo -publicitario- ajeno, sin que concurra la excepción del
apartado final de dicho precepto, indicando que se ha aprovechado la demandada de la ventaja de
la reputación adquirida por la actora, empleando denominaciones falsas acompañadas de la
indicación relativa a la verdadera procedencia del producto, y nada de ello es de apreciar aquí la
única cuestión en que el anuncio de la página Web y la campaña Twist de la actora podrían
guardar alguna relación es en el, también denunciado, empleo de signo similar, por p r parte de la
demandada, de la marca gráfica de la actora, pero en ninguna otra cosa, y , por ello, no cabe; en
principio, la declaración de deslealtad pretendida, la asociación o confusión entre los dos
elementos comparados, tantas veces repetidos no es de apreciar, (y no cabe efectuarla con el
anuncio televisivo de la demandada), y , por tanto, no se estima que concurra la competencia
desleal con fundamento en los preceptos invocados, sin que por ello quepa estimar, tampoco en
tal aspecto, la demanda interpuesta, ni, por tanto, la pretendida indemnización de daños y
perjuicios vinculada a algo ya inexistente al presentar la demanda,
QUINTO.- Con relación a la infracción de la marca comunitaria 1.394.675 de Levi Strauss, ha de
precisarse que en el documento 38 de la demanda, que refleja las imágenes de la página Web, se
puede observar un signo gráfico similar al protegido por la marca gráfica comunitaria de la
actora, ya que sobre aquel se limita la demanda a configurar una imagen que recuerde a una
silueta humana, añadiendo un punto ovalado, a modo de cabeza y dos trazos, a modo de brazos,
lo que, entendemos, supone, vista la comparación entre ambos, una vulneración de lo dispuesto
en el artículo 9, 1 b) del Reglamento de marcas comunitarias EDL1993/19181 , que prohibe el
uso en el tráfico económico, en el apartado indicado de cualquier signo que por ser idéntico o
semejante a la marca y por ser idénticos o similares los productos o servicios implique un riesgo
de confusión del público; el riesgo de confusión incluye el riesgo de asociación entre el signo y
la marca, lo que implica, que según el apartado 2 EDL1993/19181 , podrán prohibirse, en
particular “d) utilizar el signo en la publicidad ”.
Por tanto, no se reputa correcto el razonamiento de la sentencia recurrida, ya que, de un lado, la
similitud de ambos signos es evidente, y se refieren a productos del mismo tipo, y , de otro, no
queda desvirtuada tal declaración con la mera consideración de que no se utilizan sino en la
publicidad -de Internet en este caso- de la demandada, ya que obviamente, la norma invocada
prevé tal prohibición, por mucho que en los pantalones, propiamente, de Tecosa no aparezca tal,
denominado, monigote, o adorno, puesto que en la publicidad , conscientemente, se buscaba tal
asociación, aunque se utilizara el nombre propio del producto asociado; a no otra razón puede
obedecer la identidad, incluso de color, del referido muñeco esquemático con el signo de la
demandante, debiendo considerarse que, efectivamente, tal y como expresa la parte recurrente,
ello puede generar, una cierta asociación de productos, buscada de propósito con la imitación de
la marca gráfica comunitaria de la actora, y por tanto ha de prosperar la petición de cesación de
la demandada en el uso de dicho signo, descrito y acreditado en autos, por su semejanza con la
marca gráfica comunitaria de la demandante.
SEXTO.- Ahora bien, sentado lo que precede, resta por examinar la petición relativa a los daños
y perjuicios. La actora la solicita al amparo de la legislación de marcas hoy vigente, puesto que,
según la disposición final tercera de la misma, aunque la entrada en vigor se fijó el 31 de julio de
2002, ello era salvo lo previsto, entre otras normas, en el Título V, que es donde se encuentran
las disposiciones que aquí nos ocupan, por lo que, evidentemente, al presentarse la demanda, la
Ley, en cuanto aquí se invoca, ya estaba en vigor, aunque los hechos que generan la petición
sean anteriores, solicitándose, al amparo del artículo 43,2 c) de la vigente Ley de Marcas
EDL2001/44999 “El precio que el infractor hubiera debido pagar al titular por la concesión de
una licencia que le hubiera permitido llevar a cabo su utilización conforme a derecho”, lo que, en
cualquier caso, ya recogía, en idénticos términos, el artículo 38,2 c) anterior EDL1988/13320 ,
por lo que la apreciación carece de relevancia práctica alguna.
Sin embargo, la confusa redacción de la fundamentación jurídica de la demanda - que no de los
hechos, donde debía haberse constatado- relativa a la razón de pedir, parece vincular tal
indemnización tanto a la infracción de derechos de marca -la gráfica antes descrita- cuanto a la
conducta infractora o desleal derivada de la publicidad , que, por las razones ya expresadas, no se
aprecia. La actora, hoy recurrente, considera que conforme el artículo 42,1 de la nueva Ley
EDL2001/44999 los que infrinjan han de responder “en todo caso” de los perjuicios causados,
pero, como hemos dicho, los hechos son anteriores a la vigencia de la nueva Ley
EDL2001/44999 , aunque el procedimiento se plantea ya vigente esta -al menos en esta materia-.
Pues bien, como sustento de su petición de daños y perjuicios plantea dos pretensiones: de un
lado, solicita el canon del 12% de los gastos de inversión en publicidad , que luego modifica al
importe del 1% de la cifra de negocio realizada por el infractor con el producto ilícitamente
marcado, lo que, por sí solo, determina la imposibilidad de acoger tal pretensión, ni la primera,
por no corresponder con concepto indemnizatorio alguno recogido en la Ley, ni, además, constar
dicha inversión por la aquí demandante, ni lo segundo por constituir una pretensión nueva que,
por ello, no ha de ser examinada en apelación, al haber modificado la recurrente, en forma
unilateral, los baremos de petición en su día planteados.
De otro lado, solicita el canon a satisfacer por el infractor por la concesión de licencia; al
respecto, el perito Sr. José Pablo, en su dictamen, indica que el precio que Teconsa debería pagar
por la concesión de una licencia durante el tiempo de la infracción sería el 12 % que aplica al
beneficio total obtenido por Teconsa con la venta de los pantalones objeto de la publicidad en
autos, y durante todo el tiempo de la emisión de todos los anuncios, tanto televisión como
Internet, lo que, indudablemente, no es un criterio a considerar aceptable, ya que la mera
inclusión de un signo publicitario que recuerde o sea parecido a la marca gráfica del titular, que
en el pantalón, propiamente dicho, de la demandada, no aparece, no parece, por sí solo,
suficiente para considerar que la totalidad de ventas del producto respondan al mismo.
La valoración que efectúa la actora, hoy recurrente, en tal aspecto, no puede aceptarse, puesto
que el perito Don.. José Pablo, expresa que para el cálculo de los daños y perjuicios deberá
partirse de los beneficios obtenidos como consecuencia de tales actos, lo que necesariamente
comporta una comparación de los precedentes con los obtenidos tras el comportamiento
denunciado, y - - en este caso, dichos extremos no se han acreditado, puesto que el actor se ha
limitado a calcular el canon expuesto sobre el total de beneficio, olvidando, además, que aquí no
se ha vulnerado la marca denominativa fundamental, sino sólo la gráfica, en publicidad de
Internet, en período reducido de tiempo y , lógicamente con alcance limitado -así se desprende
de la prueba practicada para determinar las ocasiones en que se ha accedido a la página Web-,
por lo que el criterio aplicado entendemos no puede acogerse, sin que tampoco pueda diferirse a
ejecución de sentencia, dada la obligación de prueba que compete a la actora y la prohibición
contenida en la Ley de Enjuiciamiento Civil vigente artículos 217 y 219,1 LEC
EDL2000/77463▼ art.217 EDL2000/77463 art.219 .1 EDL2000/77463 ).
No se trata de considerar si el perjuicio se ha producido, sin prueba directa de ello, puesto que así
lo presume la Ley, lo que aceptamos aunque sea a efectos dialécticos, sino que el criterio y el
cálculo utilizado por la demandante no se reputa correcto, dadas las circunstancias aquí
existentes, ya que no se ha determinado con certeza el importe o beneficio obtenido por la
demandada a consecuencia de la infracción, ni el canon a satisfacer, en este caso, atendidas las
peculiaridades aludidas, y esto debe ser precisado por la demandante, debiendo, en otro caso,
procederse a su desestimación.
SÉPTIMO.- En consecuencia, por lo expuesto, procede estimar, sólo en parte, el recurso y la
demanda, ordenando a la demandada cesar en la utilización del monigote, adorno o signo
distintivo alguno que recuerde a la marca gráfica del demandante, que consta registrada, sin que
proceda otro pronunciamiento, y sin expresa imposición de las costas ni en primera Instancia,
conforme el artículo 391, ni en esta alzada, al acogerse, en parte, el recurso planteado, tal y como
resulta del artículo 398,2 LEC.
FALLO
Se estima, en parte, el recurso de apelación interpuesto por la entidad Levi Strauss & Co,
representada por la Procuradora Sra. Pérez Samper contra la sentencia dictada por el Juzgado de
Primera Instancia 18 de Valencia, en autos de juicio ordinario 70/02 de dicho Juzgado, con fecha
18 de septiembre de 2002 que se revoca, en parte, y en su lugar, se estima, en parte, la demanda
interpuesta por la recurrente contra la mercantil textil conquense SA declarando que el uso por la
mercantil Textil Conquense SA. del signo gráfico que reproduce de manera casi idéntica la
marca gráfica comunitaria número 1394675 de la actora constituye infracción de los derechos de
marca, condenando a la demandada a cesar en el uso del signo gráfico referido en este
procedimiento (que aparece en anuncio de página Web) o de otro que pueda ser semejante o
confundible con la marca comunitaria de la demandante, manteniendo, en lo demás, la
desestimación de la demanda, sin expresa imposición de las costas en ninguna de ambas
instancias.
Notifíquese esta resolución a las partes y , a su tiempo, devuélvanse los autos principales al
Juzgado de Primera Instancia de origen, con oficio y certificación literal del presente para su
ejecución.
Se hace saber que contra la misma cabe recurso de casación de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 477,2 2ª de la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil.
Así por esta nuestra sentencia, de la que se unirá certificación al rollo, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos. Eugenio Sánchez Alcaraz.- Rosa María Andrés Cuenca.- Enrique Emilio
Vives Reus.
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