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CORTÁZAR EN CASA
El día 30 de octubre, los alumnos de literatura universal de 1º de Bachillerato y
los de literatura castellana de 2º fuimos a Barcelona a ver la exposición
“Cortázar en Casa”. La exposición estaba situada en Casa Amèrica Catalunya,
una institución que genera, impulsa, organiza y colabora en actos que quieren
dar a conocer la cultura y el mundo latinoamericanos. Casa Amèrica se
encuentra en la calle Còrsega número 299, pero es un lugar casi clandestino ya
que forma parte de un edificio normal, sin ningún tipo de cartel que se pueda
ver a primera vista. Pero vale la pena descubrir ese lugar y conocer sus
propuestas:
cine,
conciertos,
exposiciones,
presentaciones
de
libros,
conferencias, debates… Casi una actividad diaria, casi todas gratuitas.
La exposición rinde homenaje a Julio Cortázar, uno de los grandes escritores
latinoamericanos del siglo XX, uno de los más influyentes de la literatura
contemporánea. Este año se celebra su centenario (1914 – 2014). Nosotros
tuvimos la suerte de que el curador de la exposición, Carles Álvarez, nos
hiciera una visita guiada. Entrar en esa casa de la calle Còrsega nos permitió
sumergirnos en el estimulante mundo de Cortázar. “Cortázar en casa” es una
exposición muy agradable y visual, en la que todo rápidamente te entra por los
ojos. Vimos sus libros, algunos de sus cuadros, muchas fotos, dedicatorias…
y sobre todo objetos muy personales, que Carles guardaba con mucho aprecio,
ya que muchos de ellos eran regalos de Aurora Bernárdez (la primera mujer de
Cortázar) o los había conseguido con mucho esfuerzo después de rastrearlos
durante tiempo. Allí estaba la máquina de escribir de Julio Cortázar, su pipa,
su primer carnet de conducir, cartas y postales que había escrito a su madre, a
sus amigos... Justo al entrar, veías una gran foto de Cortázar y al lado había
una vitrina con todas las primeras ediciones de los libros que publicó (Bestiario,
Final de juego, Octaedro, Rayuela, 62 modelo para armar, El libro de Manuel,
Último Round…) ¡Verdadero tesoro de bibliofilia! Y por las paredes algunas
frases de Cortázar, que nos emocionaron a todos: “Sigo siendo un cronopio, o
sea, un sujeto para el que la vida y el escribir son inseparables”.
Había una sección dedicada a los cronopios, los famas y las esperanzas, esos
personajes inventados por Cortázar, a partir de los que observaba y
reflexionaba, con agudeza y ternura, sobre el mundo. Así definía el propio
Cortázar a los cronopìos:
“Un cronopio es un dibujo fuera del margen, un
poema sin rimas.” Y en otra pared había una gran foto de la caravana con la
que viajó de París a Marsella junto a su tercera esposa Carol Dunlop sin
abandonar la autopista durante trece días (aunque el viaje puede hacerse en
poco más de tres horas). Esa experiencia dio lugar a uno de sus libros más
conmovedores (Carol Dunlop murió sin llegar a verlo publicado)
Los
autonautas de la cosmopista, cuyos derechos Cortázar donó a la revolución
sandinista de Nicaragua.
Finalmente nos detuvimos en una sala donde
pudimos hablar tranquilamente sobre la vida de Cortázar con Carlos y con
Eduardo Ruiz Sosa, un escritor mexicano autor de la novela Anatomía de la
Memoria, que nos acompañó durante toda la jornada y que también conocía
muy bien la obra de Julio Cortázar.
En resumen, un día que lleno de buenas experiencias, que sobre todo fue una
invitación a leer Cortázar. Damos las gracias a nuestra profesora Olga
Martínez, por hacerlo posible.
Jana Jubert y Núria Gómez
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