Buenos Aires, 8 de mayo de 2006.- VISTO: La actuación nº 2065/06, iniciada por un alumno, que manifiesta hacerlo en carácter de representante del Centro de Estudiantes del Liceo nº 1 “José Figueroa Alcorta” del Distrito Escolar 2º por supuestos actos de discriminación. Y CONSIDERANDO QUE: I.- Los Hechos: A fs. 1 se presenta un adolescente y manifiesta lo siguiente: “Solicito a la Defensoría que intervenga ante quien corresponda porque concurro al Liceo Nº 1 Figueroa Alcorta, sito en Sta. Fe y Laprida, y la Directora de la Escuela, Prof. Ethel Wallace, nos hizo llegar una nota diciendo que es obligatorio a partir del 31 de mayo, el uso de pantalones largos (tanto para mujeres como varones), y una remera con el logotipo de la escuela (que hay que comprarla ahí mismo a $12). Me parece que es algo discriminatorio y arbitrario, ya que es una escuela pública y los alumnos tienen derecho a ir como quieren, o pueden, y aparte, vuelvo a repetir, como es del estado, no tengo por qué estar pagando un UNIFORME. Cabe aclarar que la Secretaría de Educación no está de acuerdo con la norma mencionada, pero la DIRECCION, hizo caso omiso a la situación. A todo esto se realizó una junta de firmas con todos los alumnos y concluyó que el 90% del alumnado está en desacuerdo con el pedido...”. A fs. 4 acompaña fotocopia de nota, que según manifiesta fue entregada por las autoridades escolares, y que en la parte superior tiene un sello del tipo medalla con un logo con la leyenda “Secretaría de Educación - Liceo Nº 1”, y el texto es el siguiente: “Buenos Aires, Marzo de 2006. Sres. Padres: 1 La Rectora del Liceo Nº 1. Prof. Ethel Wallace, confirma lo sugerido por el Consejo de Convivencia, por votación, en la reunión del 15/03/06, solicitándoles se notifiquen al pie. - Los alumnos/as deberán concurrir a la escuela con pantalón largo (varones y mujeres) y la remera con el logo de la escuela que se vende en la Cooperadora del Liceo a $12 en dos cuotas de $6 a pagar, la primera en Abril y la segunda en Mayo/06. Para el cumplimiento de esta norma se fija como último plazo el 31 de Mayo del cte. año. - El calzado admitido es zapatos o zapatillas. - Se les recuerda la PROHIBICION del uso del CELULAR en la escuela, como así también la vigencia de la Ley 1799 que PROHIBE FUMAR en establecimientos educativos y de salud”. Hay tres sellos, uno ilegible en la aclaración de nombre y debajo se lee “Vicerrectora”, otro: “María Cristina Forte. Vice-Rectora” y por último: “Ethel Wallace. Rectora”. A fs. 5 el alumno reclamante efectúa nueva presentación que cito: “En la fecha 21/04/06 en mi carácter de directivo del Centro de Estudiantes del Liceo 1 Figueroa Alcorta, en el marco de la actuación 2065/06, acompaño lo siguiente: 1) Remera adquirida en la asociación cooperadora, recibo de la misma dejando constancia de haber recibido el dinero para dicha compra de parte del Organismo. 2) Manuscrito de la señora Rectora Ethel Wallace entregado en lugar de copia del acta del Consejo de Convivencia que oportunamente le solicitara y que argumentó no entregarme porque: “No se puede entregar por el motivo de la privacidad de los firmantes”. 3) El Centro de Estudiantes del cual formo parte organizó una votación de todos los alumnos cuyo resultado es abrumador de un 90% contrario a la utilización de uniforme en la escuela pública, y a que se discrimine a las compañeras obligándoselas a utilizar pantalón. Por lo expuesto solicito a usted brinde pronto trámite debido a que según las autoridades de las escuelas deberemos concurrir con uniforme a partir del 1 de junio. Atentamente...”. Acompaña lo siguiente: a) A fs. 6 recibo sin número con fecha 18 de abril de 2006, de la cantidad de pesos doce ($12.-) “Por la compra de 1 remera Talle M”, hay una firma ilegible y un sello medalla circular con la siguiente leyenda: “Asociación Cooperadora EMEM Nº 1 J. F. Alcorta. Santa Fe 2778. Buenos Aires”. b) A fs. 7 una (1) remera color gris con una inscripción: “Liceo 1 José Figueroa Alcorta”, con etiqueta en cuello que indica: “Penta Grama. Tucumán 2081. Cap. Fed. Tel: 4373-1970. M”. 2 c) A fs. 8 manuscrito, sin firma ni indicativo de origen, que dice: “Se tratará el tema “Vestimenta de los alumnos del Liceo 1. Se vota por: - pantalón para todos, largo, tanto para varones como para mujeres. - Remera con el logo del Colegio”. d) A fs. 9/42 hojas que bajo los títulos “Votación por el Si o No a la remera obligatoria”; “¿Está de acuerdo con que la remera sea obligatoria?”; o “No a la remera del Liceo” contienen datos personales y firmas de alumnos del Liceo nº 1, contabilizándose lo siguiente: Por el Sí al uso de uniforme: 29. Por el No al uso del uniforme: 581. II.- El Derecho: La Constitución Nacional establece en su art. 14, entre otros, el derecho de todos los habitantes de la Nación a: trabajar y ejercer toda industria lícita; de asociarse con fines útiles; de enseñar y aprender; el principio de legalidad o rule of law del derecho anglo sajón, reconocido en el art. 19 in fine, y según el cual: “Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”; en el art. 43 habilita la acción de amparo ante actos u omisiones de autoridad pública o privada que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos en la Carta Magna, y lo hace extensivo a actos que entrañen cualquier tipo de discriminación; en el art. 42 garantiza a usuarios y consumidores de bienes y servicios una información adecuada y veraz, la libertad de elección y condiciones de trato equitativo y digno; y en el art. 75 inc. 22 brinda jerarquía constitucional, en las condiciones de su vigencia, a diversos tratados internacionales entre ellos: La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer; la Convención sobre los Derechos del Niño; y el inc. 23 establece como atribución del Congreso el legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de trato y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales vigentes sobre Derechos Humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con necesidades especiales. En consecuencia, es opinión de esta Defensoría del Pueblo que la jerarquía normativa de los Tratados y Convenciones de los que la Nación es parte alteró el sistema de derecho interno en muchos aspectos y materias, uno de los cuales es la legislación referente a derechos de los niños, niñas y adolescentes, conforme surge del art. 75 inc. 22. 3 Escala normativa que se especifica y completa del modo siguiente. Efectúa en el segundo párrafo del art. 75 inc. 22 la reseña de los Tratados Internacionales que “...en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la Primera Parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional”. La Constitución Nacional y los Tratados con jerarquía constitucional constituyen una unidad normativa, conforme surge del señalado artículo. Al respecto la doctrina expresa que: “Cuando nuestro estado se hace parte en un tratado que discrepa con una ley anterior, nos hallamos ante un caso típico de ley que, sin ser originariamente inconstitucional al tiempo de su sanción, se vuelve inconstitucional posteriormente al entrar en contradicción con una norma ulterior (tratado), que para nosotros reviste jerarquía superior a la ley. Hay quienes dicen, en ese caso, que más que de inconstitucionalidad sobreviniente, hay que hablar en la hipótesis de “derogación” de la ley anterior por el tratado posterior que la hace incompatible con sus disposiciones” (Manual de la Constitución Reformada Tomo II. Germán J. Bidart Campos - EDIAR). La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, consagra lo siguiente: “Artículo 11.- Todas las personas tienen idéntica dignidad y son iguales ante la ley. Se reconoce y garantiza el derecho a ser diferente, no admitiéndose discriminaciones que tiendan a la segregación por razones o con pretexto de raza, etnia, género, orientación sexual, edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad, caracteres físicos, condición psicofísica, social, económica o cualquier circunstancia que implique distinción, exclusión, restricción o menoscabo. La Ciudad promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden que, limitando de hecho la igualdad y la libertad, impidan el pleno desarrollo de la persona y la efectiva participación en la vida política, económica o social de la comunidad”. “Artículo 24.- La Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades... Organiza un sistema de educación administrado y fiscalizado por el Poder Ejecutivo que, conforme lo determine la ley de educación de la 4 Ciudad, asegure la participación de la comunidad y la democratización en la toma de decisiones... Contempla la perspectiva de género...”. “Artículo 36.- La Ciudad garantiza en el ámbito público y promueve en el privado la igualdad real de oportunidades y trato entre varones y mujeres en el acceso y goce de todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, a través de acciones positivas que permitan su ejercicio efectivo en todos los ámbitos, organismos y niveles y que no serán inferiores a las vigentes al tiempo de sanción de esta Constitución...”. “Artículo 38.- La Ciudad incorpora la perspectiva de género en el diseño y ejecución de sus políticas públicas y elabora participativamente un plan de igualdad entre varones y mujeres. Estimula la modificación de los patrones socioculturales estereotipados con el objeto de eliminar prácticas basadas en el prejuicio de superioridad de cualquiera de los géneros...”. El Código Civil, en el art. 910 establece que: “Nadie puede obligar a otro a hacer alguna cosa o restringir su libertad, sin haberse constituido un derecho especial al efecto”. La Ley nº 24.623 aprobó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer de la Organización de Estados Americanos. La Ley nº 114, reconoce los siguientes derechos y garantías: Artículo 5º: “La Ciudad promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden que, limitando de hecho la igualdad y la libertad, impidan o entorpezcan el pleno desarrollo de niñas, niños y adolescentes y su efectiva participación en la vida política, económica y social de la comunidad”. Artículo 10º: “Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la vida, a su disfrute y protección. Tienen derecho a la libertad, a la dignidad, a la identidad en todas sus dimensiones, y al respeto como personas sujetos titulares de todos los derechos, reconocidos en la Constitución Nacional, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, los Tratados Internacionales, otras normas nacionales y la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires”. Artículo 17: “Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser oídos en cualquier ámbito cuando se trate de sus intereses o al encontrarse involucrados personalmente en cuestiones o procedimientos relativos a sus derechos”. Artículo 18º: “Es deber de la familia, la sociedad y el Gobierno de la Ciudad proteger la dignidad de niños, niñas y adolescentes impidiendo que sean sometidos a trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio, a prostitución, explotación sexual o a cualquier otra condición inhumana o degradante”. Artículo 20: “Los niños, niñas y adolescentes tienen idéntica dignidad y son iguales ante la ley. Se les reconoce y garantiza el derecho a ser diferente, no admitiéndose discriminaciones que tiendan a la 5 segregación por razones o con pretexto de raza, etnia, género, orientación sexual, edad, ideología, religión, opinión, nacionalidad, caracteres físicos, condición psicofísica, social, económica, creencias culturales o cualquier otra circunstancia que implique exclusión o menoscabo de ellos, de sus padres o responsables. Las normas legales y reglamentarias de cualquier naturaleza deben aplicarse a todas las niñas, niños y adolescentes sin discriminación alguna”. Artículo 29: “El Gobierno de la Ciudad garantiza a niños, niñas y adolescentes: ... igualdad de condiciones de acceso, permanencia y egreso del sistema educativo, instrumentando las medidas necesarias para su retención en el mismo; respeto por parte de los integrantes de la comunidad educativa...”. La Ley nº 223 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires establece el marco normativo del Sistema Escolar de Convivencia para las escuelas de nivel medio públicas y privadas, que constituye el “conjunto de principios, normas, órganos y prácticas institucionales democráticas que regulan las relaciones entre los miembros de la comunidad de cada institución y posibilitan los fines educativos específicos de la escuela” (conf. art. 2 ley cit.). Como valores a promover en toda la comunidad educativa se establecen, entre otros, los siguientes: “El respeto por la vida, la integridad física y moral de las personas; la justicia, la verdad y la honradez; la defensa de la paz y la no violencia; el respeto y la aceptación de las diferencias; la solidaridad, la cooperación y el rechazo de todo tipo de discriminación; la responsabilidad ciudadana, el respeto de los símbolos patrios y el compromiso social; la responsabilidad individual...” (conf. art. 6 inc. b.). Las funciones del Consejo Escolar de Convivencia se encuentran establecidas en el art. 18, y en particular merecen citarse las siguientes: “Dictar el reglamento interno para su funcionamiento; Asegurar la participación real y efectiva de todos los sectores de la comunidad educativa en la elaboración de las normas de convivencia, a fin de lograr el mayor consenso, elaborar las normas de convivencia del establecimiento educativo, en el marco de los principios establecidos en la presente ley”. El Decreto nº 1.400/01 reglamenta la Ley nº 223 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y establece como uno de los principios fundamentales del Sistema Escolar de Convivencia el respeto (conf. art. 4º dec. cit.). La Ley nº 474 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, crea el Plan de Igualdad Real de Oportunidades y de Trato entre Mujeres y Varones que define: “Se entiende por discriminación de género la existencia de leyes, actos jurídicos o administrativos, las ausencias o deficiencias legales o reglamentarias y las situaciones fácticas que impliquen distinción, exclusión o restricción y que tengan por objeto o por resultado menoscabar o anular el 6 reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos y garantías de las personas, en razón de su género”. Y en su art. 6º, dispone: “El Gobierno de la Ciudad garantiza la igualdad de oportunidades y de trato entre varones y mujeres a través de políticas, planes, programas y servicios integrales en las esferas civiles, políticas, económicas, sociales, laborales, educativas, culturales y de cualquier otra índole. Los poderes e instituciones deben dar efectivo cumplimiento a los derechos consagrados en la presente ley”. La Convención sobre los Derechos del Niño establece en su art. 2º que: “...2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares”. La Resolución nº 69 del día 23 de julio de 1984 de la Secretaría de Educación del entonces Ministerio de Educación de la Nación indica lo siguiente: “Artículo 1º.- Establecer la no obligatoriedad del uso de uniforme en los establecimientos educacionales de la jurisdicción de este Ministerio de nivel primario, medio y superior. Artículo 2º.- Por la Subsecretaría de Conducción Educativa se adoptarán las medidas pertinentes para la más amplia difusión de lo dispuesto precedentemente. Artículos 3º.- De forma”. III.- La Doctrina: Resulta pertinente, a fin de mayor ilustración, citar el párrafo siguiente: “El principio según el cual ninguna persona puede ser obligada a hacer lo que no manda la ley, ni privada de hacer lo que la ley no prohíbe (que suele rotularse como “principio de legalidad” o, en inglés: rule of law), bien podría figurar como un contenido más de la libertad jurídica, en común con el ya enunciado de que lo que no está prohibido está permitido, porque sirve para delimitar el espacio de ella y la frontera de la exigibilidad, aún cuando para que quede satisfecha aquella libertad hace falta un añadido: que lo que la ley manda o lo que la ley prohíbe sea justo o, como se dice en el derecho norteamericano y en el derecho argentino, que tenga un contenido razonable (principio de razonabilidad, o de racionalidad). Si la razonabilidad de lo que se manda y de lo que se prohíbe no quedara a salvo, lo opuesto a la razonabilidad -que es la arbitrariedad- arrasaría o podría arrasar a la libertad que el principio de legalidad pretende preservar. Bastaría, por ejemplo, que mediante una ley se me vedara ir al templo, o usar una vestimenta de mi elección, o se me ordenara adherir a ideologías políticas opuestas a las mías, para que mi libertad 7 se frustrara” (Bidart Campos, Germán J., Teoría General de los derechos humanos, pág. 21. edit. Astrea). IV.- Nuestra Opinión: La importancia del caso radica en que la cuestión en análisis refiere al tema de la libertad, y de las normas que, reguladoras de determinada actividad, delimitan su ámbito; y en relación a éstas últimas su razonabilidad o arbitrariedad. Conforme lo apuntáramos al referirnos a la normativa aplicable, la Ley nº 223 dispone que las escuelas estatales deben constituir el Consejo Escolar de Convivencia (conf. art. 7 in fine ley cit.), y dentro de las funciones del Organismo se establece, entre otras, las de elaborar normas de convivencia (conf. art. 18, inc. c. ley cit.). Dentro de lo relativo a la convivencia puede contemplarse la cuestión de la vestimenta, toda vez que la misma genere situaciones que obstaculicen el desenvolvimiento de la tarea educativa o afecten a integrantes de la comunidad educativa. El establecer imposiciones o prohibiciones en cuanto a las prendas a vestir no resulta de menor importancia, muy por el contrario debe atenderse a la razonabilidad de las normas en tal sentido, ya que resultan limitativas de la libertad de las personas, pudiendo ser, en determinados casos y circunstancias, discriminatorias. Por lo tanto, los fundamentos de las medidas adoptadas deben ser lo suficientemente precisos y claros como para poder interpretar su intención y finalidad, y su adecuación a los principios del ordenamiento jurídico. Al respecto, la comunicación acompañada en la denuncia y que luce a fs. 4 resulta insuficiente en tal sentido, dado que sólo se limita a establecer la obligatoriedad del uso de una remera en particular, y de pantalones para niñas y niños; prohibiendo como consecuencia toda otra alternativa. La vestimenta a utilizar responde a variadas y diversas circunstancias tales como posibilidades económicas; prácticas sociales; usos y costumbres; cortesía; convencionalismos; estilos; gustos; moda; o imposiciones que determinadas instituciones o círculos sociales establecen a quienes quieren participar o acceder a los mismos. No resulta intención del presente, ni corresponde efectuar un estudio sociológico al respecto, ni indagar 8 sobre la búsqueda de identidad a través de la utilización de una indumentaria. Los cambios en usos y costumbres tienen consecuencias también en el vestir; a modo de ejemplo, considérese que el uso de zapatillas resultaba reservado a las actividades deportivas, siendo hoy un artículo de vestir de uso diario y generalizado. La escuela pública de nivel medio, tradicionalmente ha sido, en lo relativo a la vestimenta, un ámbito en el cual no existieron exigencias particulares, y se fue adaptando a los cambios operados al respecto y a los requerimientos y necesidades económicas de las familias. La imposición de compra y utilización de una determinada prenda (remera con distintivo que sólo comercializa la Asociación Cooperadora) resultaría, conforme la documentación obrante en la presente, como arbitraria, y la obligatoriedad del uso de pantalón a las alumnas deviene discriminatoria. El motivo de la decisión no se explicita, y no obstante ello evidencia no superar el examen de razonabilidad (1. Subordinación a la Constitución; 2. Adecuación a los fines; y 3. Solución equitativa); y por otra parte incurre en discriminación al privar a las alumnas de poder vestir faldas. Lejos de apreciarse como el noble intento sarmientino de igualar a los alumnos de nivel primario a través del uso de guardapolvo blanco, el implementar una vestimenta especial o pretender “uniformar” el vestir de los alumnos de nivel medio y técnico no responde a los principios que animan la educación pública, no obstante ello nada impide que los alumnos que así lo decidan y puedan, vistan la remera en cuestión. Corresponde, por tanto, que las autoridades educativas dispongan se deje sin efecto la decisión de la señora Rectora del Liceo nº 1, profesora Ethel Wallace, en relación a la vestimenta de los alumnos. Por último, y en relación al uso de telefonía móvil, creemos que correspondería abrir un debate mucho más amplio acerca de su posible utilización en los recreos y atender situaciones de excepción como por ejemplo casos de enfermedad; resultando apropiado el recordatorio efectuado por las autoridades en relación al cumplimiento de la Ley nº 1.799 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Debate que debiera, en opinión de este organismo, involucrar a todos los sectores comprometidos con la realidad educativa de la jurisdicción: directivos, docentes, alumnos, padres de alumnos, autoridades educativas, etc. 9 Obran antecedentes en este Organismo de la Constitución de conductas discriminatorias en el ámbito educativo, en relación a la vestimenta de los alumnos, en la actuación nº 5359/05, tramitó el reclamo formulado por una alumna de la Escuela Técnica nº 30, Distrito Escolar 2º “Dr. Norberto Piñero”, en la cual recayó la Resolución nº 3408/05. Por lo expuesto, y lo dispuesto por la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el Capítulo Quinto, Defensoría del Pueblo, que en lo pertinente dice: “...Es su misión la defensa, protección y promoción de los derechos humanos y demás derechos e intereses individuales, colectivos y difusos tutelados en la Constitución Nacional, las leyes y esta Constitución, frente a los actos, hechos u omisiones de la administración o de prestadores de servicios públicos...”. POR TODO ELLO: LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES RESUELVE: 1) Solicitar al señor Ministro de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, profesor Alberto Sileoni, disponga lo necesario a fin que se derogue la obligatoriedad de uso de prendas uniformadas dispuesta por las autoridades del Liceo nº 1 “José Figueroa Alcorta” del Distrito Escolar 2º, conforme lo fundado en la presente. 2) Poner en conocimiento de la presente Resolución al señor Presidente del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, ingeniero Enrique José Oteiza Quirno, a efectos de su intervención. 3) Solicitar al Presidente de la empresa Pentagrama con domicilio en la calle Tucumán nº 2.081 de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, informe acerca de las ventas de remeras con la inscripción: “Liceo 1 José Figueroa Alcorta” lo siguiente: a) cantidad de remeras; b) precio por unidad; c) suministre copia de la totalidad de las facturas correspondientes a la venta de remeras con inscripción “Liceo 1 José Figueroa Alcorta”. 10 4) Solicitar a la señora Directora General de Cooperadoras y Comedores Escolares, informe a esta Defensoría del Pueblo acerca del cobro de remeras que implementó la Asociación Cooperadora del Liceo nº 1 “José Figueroa Alcorta”. 5) Fijar en 10 días el plazo previsto en el art. 36 de la Ley nº 3 de la Ciudad de Buenos Aires.1 6) Notificar, registrar, reservar en la Adjuntía para su seguimiento y oportunamente, archivar. Código 443 Fap. gv/D/LDS RESOLUCION Nº 1360/06 1 Ley nº 3, art. 36º: Con motivo de sus investigaciones, el Defensor o Defensora del Pueblo puede formular advertencias, recomendaciones, recordatorios de los deberes de los funcionarios, y propuestas para la adopción de nuevas medidas. Las recomendaciones no son vinculantes, pero si dentro del plazo fijado la autoridad administrativa afectada no produce una medida adecuada, o no informa de las razones que estime para no adoptarla, el Defensor o Defensora del Pueblo puede poner en conocimiento del ministro o secretario del área, o de la máxima autoridad de la entidad involucrada, los antecedentes del asunto y las recomendaciones propuestas. Si tampoco así obtiene una justificación adecuada, debe incluir tal asunto en su informe anual o especial a la Legislatura, con mención de los nombres de las autoridades o funcionarios que hayan adoptado tal actitud. 11