Se viste la isla con su uniforme de gala de futbol

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Se viste la Isla con su uniforme de gala de fútbol
Hace apenas unas semanas el amigo Reinaldo Álvarez me comunicó que
su libro estaba a punta de llegar a PR. Sin haberme recuperado de la alegría de
su hermoso proyecto, me pidió de inmediato, con su acostumbrada gentileza
que leyera su libro para que compartiera mis impresiones con ustedes. Le
agradezco esa deferencia tan especial. Así que antes de iniciar esa honrosa
responsabilidad eché una mirada a la primera serigrafía del PFDH. Observé en
la misma a nuestros taínos golpear a una especie de bola en el terruño natural y
hermoso de Borinken. La bola de goma utilizada en el juego del Batey que se
conoce como batú. El batú no puede ser tocado con las manos. Solamente puede
ser tocado o pateado con los pies o rebotándolo con las caderas, las piernas o los
hombros. Creo que por ahí existe un hilo conductor ADN que corre por
nuestras venas y que nos dota de esas habilidades deportivas del
puertorriqueño. Reflexioné por un momento sobre el hecho escueto de lo poco
que se documenta nuestra historia deportiva.
De hecho, uno de los objetivos que tiene el PFDH lo es documentar la historia
deportiva para el disfrute de las presentes y futuras generaciones. Es
importante conocer de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. Por tal
motivo la puesta en escena de la obra Fútbol puertorriqueño: Crónicas de sus
alegrías, sueños y desencantos (1911-1949) del Prof. Reinaldo Álvarez junto a
Tony Lorente, llega como una valiosa contribución literaria que no solamente
cumple la función vital de rescatar del olvido la historia deportiva del fútbol si
no que además nos pone en atención sobre nuestra realidad nacional. Como
bien apunta el autor: sin literatura, sin historia del fútbol boricua no habrá ni
inspiración ni orgullo para jugarlo.
Reinaldo, que ya nos había regalado el valioso libro El fútbol nos cayó del cielo:
Memorias del fútbol humacaeño (1956-2000), nos lleva de la mano en esta ocasión
por el indisoluble camino entre el deporte y la historia. De esta manera nos guía
por los sueños de aciertos y desaciertos en el terreno del deporte del fútbol
como en los caminos de nuestro pueblo como nación. Su abordaje es crítico,
serio y responsable. Devela ante nuestros ojos un recorrido comprensivo del
origen y desarrollo del fútbol puertorriqueño atado a su entorno social,
económico y político del país. En ese trabajo monumental desentraña, instituye
y establece las bases que van formando nuestra identidad nacional.
Reinaldo maneja una extensa documentación que estaba celosamente
custodiada y atesorada por las manos del amigo Toni Lorenti y que ahora está
expuesta para el beneficio de todo el público que saboree la lectura de esta obra.
De esta manera se abre un camino que nos lleva por el sendero del juego a
descubrir nuevas coordenadas para una mirada a nuestra historia.
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Nos vestimos con el uniforme y nos lanzamos al terreno de juego no sin antes
haber tenido el referente mundial del desarrollo del origen del fútbol. Una vez
sumergido en el terreno de juego somos partícipes -con pasión de hincha- de las
emociones a granel desplegadas por los juegos que se nos suceden ante
nuestros ojos y de los cuales no podemos apartarnos. En ese sentido Rey nos da
la dote de su cualidad excelsa de historiador deportivo utilizando una
epistemología y metodología ciertamente admirable. Recuerden que se trata de
un distinguido profesor que se caracteriza por sus valiosas aportaciones a la
cátedra y al deporte. Con su magia creadora sumado a sus caudales como
sobresaliente comunicador nos va llevando por los escenarios donde
acontecieron las incidencias deportivas del fútbol. Pero no se conforma con
narrarlas como les dije, nos invita a recorrer el terreno, a que olamos el césped
y que sudemos la camiseta liberando las emociones de los juegos que fraguaron
este rico periodo histórico del fútbol puertorriqueño. Descubrimos nuestras
diferencias y resistencias y luchamos contra viento y marea por la subsistencia.
Resulta interesante el hecho de que el fútbol en Puerto Rico surge justamente
cuando la nación fue sometida un feroz proceso de americanización. El juego
entre España y San Juan va sentando las bases de una trayectoria deportiva que
servirá de preludio a las resistencias y a las luchas que se gestaron a favor de
nuestra identidad nacional. El escenario de El Morro, la Y.M.C.A., el Auxilio
Mutuo o del Escambrón fueron testigos de las batallas campales de los equipos.
Aquí se enfrentó en esa primera década los equipos de San Juan, España,
Celtics, Mayagüez, Minerva, Arecibo, Mercurio, Ponce Sporting.
La historia del fútbol está hecha de arduas dificultades y escollos. Confrontó
serios problemas para contar con las instalaciones adecuadas para llevar a cabo
el desarrollo del deporte. En muchas ocasiones estaban a expensas a otros
deportes como el béisbol. Pero tuvo un gran acierto, contó con una cobertura
periodística notable. Para fortuna nuestra contó con tres soñadores
apasionados. Por una parte el hincha soñador que atesoró y custodió su
historia, nos referimos desde luego a Toni Lorenti. Un amigo de Lorenti, un
jugador que jamás se ha podido quitar el uniforme de nombre Juan Saso Tulier,
fue el que sirvió de enlace para que conociera a otro apasionado del fútbol, el
amigo Reinaldo Álvarez. De esta manera se juntan las pasiones que dan inicio a
gestar un proyecto nacional de gran envergadura. Reinaldo acomete el proyecto
con la misma pasión y dedicación que se entregó al terreno de juego en sus años
mozos. Para los que conocemos a Rey sabemos de sus múltiples inteligencias,
sabemos que es capaz.
De muy jovencito acometió y gestó proyectos deportivos ejerciendo su
incuestionable liderato. Fue jugador, organizador, manejador, coach y líder no
solamente de deportes como el voleibol, baloncesto, béisbol, tenis y balompié.
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Sus habilidades naturales y liderato indisputable le agenciaron el respeto y
admiración de sus amigos. Señores, imagínense a Reinaldo impartiéndolo
instrucciones a Baltes o tratando de disciplinar al amigo Piwi. Detrás de esa
historia se da un rescate social de unos jóvenes a los cuales el deporte
transformó. Contamos hoy aquí con algunos de esos protagonistas de esa época
gloriosa del fútbol humacaeño. Gracias por estar con nosotros…
El autor hilvana de forma mágica unos reportajes hermosos e ilustradores que
nos atrapa como por arte de magia a la menor provocación del texto. Así
examinamos las exquisitas plumas entre otras la de Fidel G. Cadilla en los
primeros años, el humacaeño Emilio Huyke o la de Pon Flores, estos son
algunos de las luminarias que nos regalan su arte en esta obra.
Por otra parte nos sumergimos en los diarios que surcaron nuestra historia
como el Boletín Mercantil, La democracia, La correspondencia, el Puerto Rico
Ilustrado y El Mundo. En sus páginas se recoge las ricas y emocionantes
historias del fútbol puertorriqueño. Aquí están contenidas esas crónicas llenas
de alegrías como el siguiente paisaje: Los muchachos del team, henchidos de salud y
vigorosidad, corriendo sangre de juventud por sus venas, estaban gozosos.
Los sueños se destilan en los reportajes con la Fundación de la Federación de
Fútbol Aficionado de PR. De hecho, se la debemos al humacaeño Emilio Huyke
que elaboró su primer reglamento y convocó a la Asamblea. Apreciamos el
entusiasmo en el siguiente artículo de El Imparcial -bajo el seudónimo de
Referee- éste dice lo siguiente:
Desde las tres y media estaba el campo lleno de público deseoso de que empezara el
juego. Había más de trescientos automóviles alrededor del campo, y no menos de tres
mil personas, formando nutrida muralla por los cuatro costados del terreno de juego.
Es notable señalar la gran audiencia que presenciaba estos juegos y la
integración de la mujer. Cabe destacar además que el deporte en sus inicios
pertenecía a la clase media y a la pequeña burguesía del país. De igual manera
hay que entender que el desarrollo del fútbol puertorriqueño se daba mirando a
lo que acontecía en Europa como la evolución de la regla del fuera de juego, offside. De hecho el historiador deportivo nos pone en atención sobre el desarrollo
de las técnicas y estrategias del juego. Nos describe la aplicación de la regla
fuera de juego como les mencioné, así como los sistemas clásicos piramidal
(1.2.3.5.) o el nuevo sistema WM consistente en tres defensas, 2 medios volantes,
2 interiores retrasados y 3 delanteros de punta. De hecho, el amigo Rey se
comprometió con nosotros a continuar descifrándonos las estrategias a partir
del 50 con el próximo tomo que será como un tributo a la celebración del
mundial fútbol.
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Otra aportación valiosísima de la obra lo es su Apéndice, así como el contenido
de las fotos históricas. Son valiosas piezas documentales del acontecer del
fútbol. Son paisajes que plasman una época ida. Se aprecian los equipos con
miradas esperanzadoras vestidos con sus uniformes y banderas distintivos. Se
aprecia a los jugadores orgullosos y con cierta alegría apasionante por su
pertinencia a sus respectivos equipos.
Nos señala el autor que el desarrollo del fútbol fue mirado por el nuevo
régimen dominante como un obstáculo a su proyecto de americanización. Se le
miraba como uno de los auspiciadores de la antigua jerarquía española en la
Isla. Por esa razón nos señala Reinaldo que al fútbol no se le dio el destaque
necesario para su masificación. Por otro lado, por ejemplo, sí se le dio
importancia a la práctica del baloncesto y del béisbol. Esa práctica era
totalmente contradictoria con lo que acontecía a nivel mundial con la
proliferación y el desarrollo del fútbol.
Con su genialidad investigativa Reinaldo nos va presentando a los equipos y a
jugadores destacando aquellos que sobresalen por su gesta deportiva. Así
apreciamos las cualidades de Leopoldo Sánchez Barriga, Juan Saso Tulier J.,
López McCoard, Frank Rodríguez, Justo Pérez, por mencionar algunos.
Las emociones derivadas del juego del fútbol se van sucediendo mientras
vamos mirando el barómetro de la situación social, económica y política del
país. Así nos dice el autor y cito: en un marco general de recesión económica, alto
desempleo, inicios crecientes de violencia social y represión y una progresiva
descomposición del ambiente político puertorriqueño, el fútbol sirvió de válvula de
escape a las tendencias existentes.
Otro dato interesantísimo que se recoge en la obra lo son las competencias de
juegos amistosas que se celebraron durante este periodo histórico entre los
equipos de PR y los barcos escuelas de los distintos países que nos visitaron. Se
documenta de manera extensa los juegos amistosos que se celebraron durante
este periodo. De esta forma se dio la primera selección nacional en el año 1929.
En el capítulo de los primeros sueños que corre de los años 1930- 1939, Reinaldo
nos pone en atención de la aparición del fútbol femenino en la UPR. Esa fecha
es muy dolorosa para PR tanto por la situación económica como por los
embates de la Naturaleza. Un devastador huracán destruyó todo a su paso
incluyendo las instalaciones deportivas.
En el ámbito político ocurrió la tragedia de la Masacre de Ponce donde la
policía disparó a mansalva sobre los nacionalistas, murieron 20 y más de 200
heridos. Recordemos que de esos Cadetes de la República en Humacao contaba
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con su capítulo liderado por Félix Feliciano, Águedo Mojica, Olmeda y Nicolás
Agosto que acaba de fallecer el pasado 17 de julio del presente año.
En el capítulo del juego al deporte (1940-49) Durante esta década la Isla enfrenta
La Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Surge a escena la figura de
Luis Muñoz Marín y su proyecto modernizador de la industrialización. En el
fútbol surge en 1945 la Asociación de Fútbol Aficionado (AFA). Surge con la
intención de integrar a jóvenes y adultos en el desarrollo del fútbol. Se llevó a
cabo una serie de clínicas por la Isla y comenzó a gestarse el desarrollo del
fútbol infantil. A pesar de todos estos esfuerzos el fútbol continuó postergado
por las autoridades gubernamentales. Durante esta época nos relata Reinaldo,
que se libraron unas grandes violencias en los terrenos de juegos y de desacato
a las decisiones del árbitro. Las peleas entre jugadores y fanáticos era la orden
del día. Estos elementos negativos ciertamente son algunos de los desencantos
que el autor nos puntualiza.
En los años subsiguientes se dio un despertar con la puesta en escena de una
nueva directiva de la AFA. En el año 1946 se inició la carrera del icono del
fútbol, Juan Saso Tulier considerado como uno de los mejores jugadores de
fútbol de todos los tiempos. A Saso le debemos el desarrollo del fútbol en
nuestra región. Por sus indiscutibles méritos pertenece a varios pabellones de
PR y al PFDH.
En ese año justamente nos menciona el autor que el fútbol cae en crisis ya que
no cumplieron con los compromisos para las mejoras de las instalaciones de
cara a la celebración del torneo olímpico. Otro de los desaciertos…
Puerto Rico participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1946 con
un equipo, que si bien es cierto que no ganó un partido, luchó con arrojo y
valentía para defender los colores de la patria. Destacar esa gesta de estos
jugadores que dieron su entrega y defendieron con arrojo los valores patrios es
uno de los objetivos del autor. Lo logra de manera magistral.
El año 1949 fue uno fructífero para el fútbol puertorriqueño de acuerdo al autor
de este libro. Nos explica con lujo de detalles lo que aconteció en las categorías
infantiles y juveniles que le imparten nuevos bríos al deporte.
Finalmente en el capítulo de análisis del fútbol jugado en PR del 1911 al 1949 el
autor puntualiza que el fútbol sirvió como factor identificatorio para los grupos
nacionales que les tocó vivir bajo el régimen norteamericano de principios de
siglo XX. La obra es una aportación de incalculable valor no sólo porque
documenta de forma excelente la historia deporte del fútbol puertorriqueño, si
no porque además riega la semilla para que futuros investigadores adopten su
metodología historiográfica. De esta manera este valioso libro figura como
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punto de partida y refencia obligada para el abordaje del estudio social de las
aportaciones del deporte a la historia puertorriqueña.
En el PFDH felicitamos a nuestro amigo Reinaldo Álvarez y al amigo Lorenti.
Nos alegra contar con nuestro dilecto historiador deportivo. La Isla se viste con
su uniforme de gala… y los hinchas boricuas nos unimos a los integrantes del
Jumacao Fútbol Club para gritar GOOOOOOOL.
Muchas gracias…
25 de julio 2007
Humacao, Puerto Rico
Prof. Félix Báez Neris
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