El Alquimista; Paulo Coelho

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El Alquimista; Paulo Coelho
Esta es la historia de un muchacho llamado Santiago, él era un pastor que viajaba errante por los campos de
Andalucía, en busca de comida y agua para sus ovejas. Viajar era su pasión y lo hacía acompañado de sus
ovejas, un libro que podía cambiar por otro , una vieja chaqueta y su bota de vino. Estaba tan acostumbrado a
sus ovejas, que solía hablar con ellas, y contarles acerca de los libros que leía, o lo que veía en las ciudades
por las que acostumbraba pasar, pero últimamente sólo hablaba de una cosa: de la hija del comerciante de
lanas de la ciudad a la que iba a llegar en 4 días, la había conocido un año antes cuando le vendió al
comerciante la lana de cuatro de sus ovejas, ella era una muchacha típica de Andalucía, con la cual sólo había
conversado dos horas, pero que no había podido olvidar en todo el año, gracias a la muchacha había sentido
algo que hasta entonces nunca había sentido en toda su vida: quedarse en un solo lugar el resto de su vida.
Mientras proseguía su viaje se dio cuenta de lo sencilla que era la vida de las ovejas, la única necesidad que
tenían era comer y que beber.
Santiago había estudiado en un seminario hasta que cumplió 16 años, pero un buen día se dio cuenta de que lo
que realmente deseaba era viajar por el mundo. La mayor ilusión de sus padres era verlo convertido en
sacerdote, sin embargo no se opusieron a sus deseos y su padre le entrego tres monedas de oro antiguas, y
Santiago pudo leer en sus ojos el mismo deseo de viajar por el mundo que él sentía.
Aunque poseía muy pocas cosas, era muy feliz porque estaba realizando el sueño de su vida: viajar. Y además
pensaba que cuando se cansara de ser pastor, podría vender las ovejas y convertirse en marinero. Y disfrutaba
de cada día porque la posibilidad de realizar su sueño era lo que tornaba su vida interesante.
Lo primero que hizo al llegar a Tarifa fue buscar a una vieja gitana que interpretaba sueños, porque él había
tenido un sueño repetido y quería que se le interpretaran. Cuando llego con la gitana le contó su sueño que era
el siguiente: Soñé que estaba en un prado con mis ovejas, cuando aparecía un niño y empezaba a jugar con los
animales, el niño seguía jugando con las ovejas durante un tiempo y de repente me cogía de la mano y me
llevaba hasta las Pirámides de Egipto, y cuando llegaba a las Pirámides el niño decía: Si vienes hasta aquí
encontraras un tesoro escondido. Cuando la vieja termino su interpretación, le dijo a Santiago que era un
sueño del Lenguaje del Mundo y que era un sueño de difícil interpretación y que si él encontraba el tesoro
exigía a cambio la décima parte del tesoro. Al escuchar esto Santiago se decepciono así es que siguió su
camino y llegando al centro de la ciudad decidió sentarse en un banco para descansar un poco, de repente se le
acerco un anciano que le dijo que si él le daba una décima parte de sus ovejas, él le ayudaría a encontrar el
tesoro. El muchacho penso que era un timador que se había puesto de acuerdo con la gitana para sacarle
dinero, pero de repente el viejo le empezó a contar cosas de su vida que sólo él sabía, además también alcanzo
a ver que tras los harapos del viejo se ocultaba un pectoral de oro, y esto le infundio confianza. El anciano le
dijo que se llamaba Melquisedec y que era el rey de Salem, y que estaba ahí para ayudarlo a realizar su
leyenda personal, que todos venimos al mundo con el sólo propósito de realizar nuestra leyenda personal sea
cual sea . Melquisedec le dijo que si tomaba la decisión de vivir su leyenda personal , él lo estaría esperando
al otro día para recoger las ovejas. El muchacho lo penso un buen rato y al final decidió vender sus ovejas e ir
en busca de su tesoro. Así que al día siguiente el muchacho se encontró con el viejo y le entrego las seis
ovejas que habían pactado, y al entregárselas le dijo al viejo que el hombre al cual le había vendido las ovejas
había soñado toda su vida en ser pastor y que eso era una buena señal. Melquisedec le explico que a eso le
llamaban Principio favorable, y era la vida la que se encargaba de ayudarlo a cumplir su leyenda personal.
Antes de despedirse el viejo le entrego dos piedras, una de color negro y otra blanca. Se llamaban Urim y
Tumim, la negra quería decir si y la blanca quería decir no , y le explico que sólo las utilizara cuando tuviera
dificultad para interpretar las señales, que las decisiones las debía de tomar el solo .
El muchacho se embarco para África y se dio cuenta que había llegado a una ciudad muy extraña llena de
mujeres con el rostro cubierto, y tan absorto estaba contemplando todo que olvido un pequeño detalle que era
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que en la ciudad todos hablaban árabe. Así que entro a un bar y pidió algo de beber imaginando que le darían
vino sin embargo le sirvieron una especie de té amargo, porque la religión les prohibía beber vino. De repente
se le acerco un hombre que hablaba español, y de inmediato se pusieron a conversar, Santiago le contó que iba
a las pirámides de Egipto y que necesitaba un guía, el hombre le contesto que para llegar hasta allí tendrían
que atravesar todo el desierto del Sahara y que se necesitaba mucho dinero, el muchacho cometió el error de
decirle que si. Entonces el hombre le dijo que le diera dinero para comprar camellos que se necesitaban para
viajar en el desierto, el muchacho le dio todo lo que tenía , y el hombre desapareció sin dejar rastro. El
muchacho no quería creer que el hombre había desaparecido con su dinero, así que se quedo parado en la
plaza hasta que el sol se metió y penso que esa mañana cuando el sol aun no se ponía, aun era un pastor de
Andalucía con ovejas, y ahora era un extranjero sin dinero en tierras hostiles. Santiago lloro porque creía que
Dios era muy injusto por retribuir de esa manera a las personas que luchaban por convertir sus sueños en
realidad. En ese momento aprendió una valiosa lección , que debía empezar a ver las cosas como son y no
como en realidad quería que fueran. Y cuando se tranquilizo dejo de sentirse extraño en esa tierra, porque al
fin y al cabo lo que el siempre había querido era conocer nuevos mundos y ahora tenía uno por delante.
A la mañana siguiente paso por delante de un puesto de dulces y ayudo al tendero a terminar de colocar su
tienda, y en pago el tendero le dio un pastelillo, entonces el muchacho comprendió que nuestra leyenda
personal es hacer lo que nos gusta, aunque no sea una cosa que genere mucho dinero o fama, porque todo el
universo es parte de una sola cosa y cada uno de nosotros esta destinado a realizar una actividad que
complementa a otra en el gran todo que es el universo.
Un mercader de cristales tenía su tienda en lo alto de una ladera, aunque su negocio estaba pasando por una
mala época, porque casi no vendía nada, aun así el mercader no se dedicaba a otra cosa porque vender
cristales era lo único que sabía hacer. Su negocio en otro tiempo, había sido muy prospero, pero ahora la calle
donde tenía su negocio estaba desierta la mayor parte del tiempo. Cuando ya iba a cerrar para tomar su
almuerzo,noto que un joven extranjero curioseaba en la tienda, el mercader de inmediato noto que no tenía
dinero sin embargo decidió esperar a que el muchacho se fuera para que él pudiera tomar su almuerzo.
Santiago al notar que el mercader hablaba varios idiomas, le hizo una proposición que era que él limpiaría los
jarrones a cambio de un plato de comida, mientras el muchacho limpiaba los jarrones , dos clientes entraron y
compraron algunas piezas al dueño, cuando Santiago termino de limpiar, el mercader le dijo que irían a
comer, y también le dijo que no era necesario que limpiara nada pues el Corán que era el libro sagrado de su
religión los obligaba a dar de comer al hambriento. Cuando terminaron de comer el mercader le ofreció
trabajo , pues los dos clientes que habían entrado a su negocio mientras él limpiaba le habían parecido una
buena señal, el muchacho acepto trabajar el resto del día a cambio de dinero para llegar a Egipto, el mercader
le respondió que aunque trabajara con él durante un año aun tendría que conseguir dinero prestado para llegar
a Egipto. El muchacho sufrió una gran decepción al escuchar estas palabras, así que acepto trabajar para el
mercader hasta juntar el dinero suficiente para regresar a su país y comprar algunas ovejas. Mientras el
muchacho estuvo trabajando ahí , las ventas mejoraron mucho así que un día le propuso al mercader poner un
estante de cristal afuera de la tienda, de modo que los clientes pudieran ver la mercancía desde afuera, el
mercader no se quería arriesgar, pero el muchacho lo convenció diciéndole que había que seguir las señales.
Un día el mercader le contó que el sueño de su vida era viajar a la ciudad de la Meca, y sin embargo nunca la
iba a conocer, porque ese viaje era la razón por la cual él vivía, y tenía miedo de que al hacer ese viaje ya no
tuviera una razón por la cual seguir con vida.
Un día se le ocurrió la idea de vender té en jarras de cristales y cuando le comento la idea al mercader, él
contesto que era una buena idea que le iba a traer mucha prosperidad y riqueza, pero que esto cambiaría su
forma de vida y el no quería cambiar, sin embargo también dijo que toda bendición si no es aprovechada se
puede convertir en una maldición y finalmente acepto té en jarras de cristal.
Esta idea hizo crecer mucho el negocio del mercader y once meses después el muchacho estaba listo para
partir, tenía el dinero suficiente para regresar a su país y comprar muchas ovejas. Al despedirse del mercader
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este le respondió que él había sido una bendición para el pues le había dado un alma al negocio, además que
ambos sabían que el nunca viajaría a la Meca y que Santiago tampoco volvería a comprar ovejas, porque iba a
seguir en pos de su leyenda personal.
El muchacho decidió seguir su leyenda personal porque se dio cuenta que aunque fracasara aun podría volver
a ser pastor y lo que las ovejas le habían enseñado nunca más lo iba a olvidar. Llego a un almacén, de donde
iba a partir una caravana que cruzaría el desierto, ahí conoció a un ingles que se dirigía a un oasis donde vivía
un alquimista que le enseñaría dos cosas que todo alquimista desea aprender y que son: encontrar la piedra
filosofal, con la que se puede convertir cualquier metal en oro, y el elixir de la larga vida que evitaba que el
alquimista envejeciera y muriera. La caravana partió hacia el oasis de Al fayoum , el muchacho de inmediato
se hizo amigo de uno de los camelleros, y este le enseño a conocer el desierto e interpretar las señales, su vida
en el desierto era muy apacible, hasta que un día se encontraron con otra caravana que les dijo que tenían que
llegar cuanto antes al oasis, pues estaba a punto de desatarse una guerra entre los clanes, así que por las
noches ya no podían encender una hoguera para no llamar demasiado la atención. Un día al conversar con el
inglés este le contó que había gastado una parte de la fortuna que su padre le había dejado en libros de
Alquimia, para aprender los secretos fundamentales, pero que sin embargo no lo había logrado y por eso iba
en busca del alquimista, para que le enseñara sus secretos. Al terminar de hablar hicieron un trato el muchacho
trataría de aprender de los libros de alquimia y el inglés observaría más la caravana y el desierto para ver que
podían enseñarle.
Tiempo después el muchacho estaba aburrido de los libros de alquimia pues realmente no decían nada y sólo
complicaban los principios básicos que estaban escritos en una simple esmeralda, y el inglés no había podido
aprender nada de la caravana porque su alma no estaba dispuesta a aprender, así que la conclusión de todo
esto fue que la Alquimia era muy complicada para el muchacho y el inglés pensaba que era muy simple y que
por eso no podía comprender los libros de alquimia.
Cuando al fin llegaron al Oasis ,Santiago se dio cuenta que era como una pequeña ciudad con muchos pozos,
palmeras y tiendas beduinas, cuando al fin estaban a salvo en el oasis la guerra entre los clanes estallo, y no
podrían salir del oasis hasta que la guerra terminara. Así que se instalaron y el inglés de inmediato empezó a
preguntar a la gente que si sabía donde podía encontrar al alquimista, pero la gente respondía negativamente,
el muchacho entonces le dijo que a lo mejor la gente no sabía que era un alquimista, y decidieron preguntar a
la gente si sabía donde vivía un hombre que tenía poderes mágicos, pero nadie les respondía nada hasta que un
día el inglés mando a Santiago a preguntarle a una joven que estaba sacando agua de un pozo que si sabía
donde vivía el alquimista. En cuanto Santiago vio los ojos de la muchacha que se llamaba Fatima, supo que
era el amor de su vida, y que aunque tal vez no encontrara el tesoro, todo el viaje habría valido la pena por
ella, platicaba diario con ella, y así transcurría sin ton ni son su estancia en el oasis hasta que un día vio algo
muy extraño.
Él estaba sentado viendo hacia el desierto cuando de pronto vio a dos halcones peleando , y de pronto tuvo
una visión que era que uno de los clanes atacaría el oasis a pesar de que está era una tierra neutral. De
inmediato fue a avisar a el jefe del oasis, que no confiaba plenamente en el , sin embargo ordeno que las
armas fueran regresadas a los hombres y le dijo a Santiago que si su presagio era verdad, el recibiría una
moneda de oro por cada diez hombre muertos, pero que si su presagio no resultaba cierto mañana al amanecer
por lo menos una de las armas sería utilizada para el.
Horas después mientras el estaba contemplando el sol y reflexionando que tal vez el podía morir si su presagio
no se cumplía, de repente un hombre vestido completamente de negro, lo amenazo con una espada en su
cuello, este hombre era el alquimista y sólo quería probar el valor del muchacho.
A la mañana siguiente un grupo de quinientos hombres armados intentaron atacar el oasis, pero fueron
repelidos por los hombre del oasis que estaban preparados, el muchacho recibió 50 monedas de oro en pago
por salvar el oasis, y de pronto por no perder a Fatima ya no quería proseguir la búsqueda de su tesoro, sin
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embargo el alquimista lo convenció de que, si no lo hacía sería infeliz por el resto de su vida. Así que el
muchacho se despidió de Fatima y le prometió que algún día regresaría por ella.
En medio del desierto el muchacho y el alquimista fueron capturados por uno de los clanes,el alquimista
obligo a Santiago a entregar su dinero para que le perdonaran la vida y para que los dejaran libres le dijo al
jefe del clan que el muchacho se podía convertir en viento, así que el jefe del clan acepto, si el muchacho se
convertía en viento, el enviaría a dos de sus hombres para que los custodiaran y si no los mataría.
El muchacho sabía que no podría convertirse en viento, pero sin embargo acepto y durante un día estuvo
sentado frente al desierto , preguntándole al sol, a las nubes si sabían como convertirse en viento, después de
mucha concentración y de confiar en sus capacidades, el muchacho logro convertirse en viento, y pudo
proseguir su viaje con el alquimista.
Llegaron a un monasterio donde los alimentaron y les dieron ropas limpias, ahí el alquimista convirtió un
pedazo de metal en oro y lo dividió en cuatro partes, una era para el muchacho para que recuperara lo que el
jefe del clan le había quitado , otra para el monje para agradecer su hospitalidad, una parte para el y la ultima
parte se la dejo al monje por si el muchacho tenía algún percance en la parte final de su viaje y llegaba a
necesitarla.
Ahí se despidieron y el muchacho finalmente llegó a las pirámides de Egipto, ahí vio a un escarabajo pasar y
como sabía que este era un símbolo de Dios, empezó a escarbar, pero no encontró nada, y en eso una banda de
ladrones llego y le quito sus pertenencias, y lo golpearon hasta dejarlo medio muerto, y lo obligaron a
confesar que era lo que buscaba, el muchacho les contó lo de su sueño y el jefe de los ladrones le dijo que era
un tonto por seguir su sueño, que el había soñado que una vieja iglesia abandonada de Andalucía había un
tesoro enterrado bajo un árbol, y que no por eso había viajado tanto para ver si era verdad.
Santiago comprendió todo y regreso al monasterio por el pedazo de oro que el alquimista había dejado para él
y el monje al verlo sonrío porque el alquimista siempre supo que eso pasaría. El muchacho regreso por su
tesoro y después de dar a la gitana su décima parte , regresaría por Fatima, para vivir feliz lo que le quedaba
de vida pues al fin y al cabo había cumplido su leyenda personal.
Como conclusión debemos seguir las señales que la vida nos pone y cumplir nuestra leyenda personal que no
es más que seguir nuestros sueños y luchar por alcanzarlos pase lo que pase.
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