Ejecución en Derecho Procesal Civil

Anuncio
PROGRAMA DERECHO PROCESAL II - EJECUCIÃ N
LECCION 53.- El proceso de ejecución: Introducción (I).- Consideraciones generales.- Ejecución
forzosa: deberes jurÃ−dicos y responsabilidad: la ejecución forzosa civil como aplicación de sanciones.Ejecución dineraria y ejecución no dineraria.- Ejecución propia y ejecución impropia.- Ejecución
singular y ejecución concursal.
LECCION 54.- El proceso de ejecución: Introducción (II).- La acción ejecutiva. El tÃ−tulo ejecutivo.TÃ−tulos ejecutivos complejos.- Clases de tÃ−tulos ejecutivos: A) TÃ−tulos ejecutivos judiciales; B)
TÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales; responsabilidad dineraria; la cuestión de la liquidez.- Estructura general
del proceso de ejecución en la LEC; A) Antecedentes: la ejecución forzosa en la LECA; B) El proceso civil
de ejecución en la LEC.
LECCION 55.- Tribunales y sujetos del proceso de ejecución.- El tribunal de la ejecución.- Las partes
del proceso de ejecución.- Los terceros respecto del proceso de ejecución.
LECCION 56.- El inicio del proceso de ejecución.- Generalidades.- La demanda ejecutiva.- El despacho
de la ejecución.- Acumulación de ejecuciones.
LECCION 57.- La ilicitud de la ejecución y de los actos ejecutivos.- Panorama general.- La oposición a
la ejecución: A) Oposición a la ejecución por defectos procesales: a) Motivos; b) procedimiento.- B)
Oposición a la ejecución por motivos de fondo: a) CaracterÃ−sticas generales; b) Motivos de oposición a
la ejecución de tÃ−tulos ejecutivos judiciales o arbitrales; c) Motivos de oposición a la ejecución de
tÃ−tulos ejecutivos no judiciales; c) Procedimiento de la oposición a la ejecución por motivos de fondo. La
impugnación de actos ejecutivos concretos: A) Infracción de normas procesales; B) Infracción del
contenido del tÃ−tulo ejecutivo.- Suspensión y término del proceso de ejecución: A) Normas de alcance
general sobre la suspensión; B) Supuestos especÃ−ficos.
LECCION 58.- La ejecución dineraria.- Generalidades.- Ejecución dineraria basada en tÃ−tulos de los
que resulta una deuda lÃ−quida: A) Ejecución por saldo de operaciones; B) Intereses variables; C) Intereses
de la mora procesal; D) Deuda en moneda extranjera; E) Ampliación de la ejecución.- Liquidación de
deudas ilÃ−quidas.- El requerimiento de pago.
LECCION 59.- El embargo de bienes (I).- Generalidades.- Objeto del embargo: A)Patrimonialidad; B)
Alienabilidad; C) Bienes declarados inembargables; D) Nulidad del embargo trabado sobre bienes
inembargables.- Pertenencia de los bienes objeto de embargo al patrimonio del ejecutado.- Protección del
verdadero titular frente al embargo de bienes que sólo en apariencia pertenecen al deudor: A) Oposición
previa al embargo; B) La tercerÃ−a de dominio; C) La llamada tercerÃ−a registral.- Extensión de la
responsabilidad los bienes futuros.- Medios de defensa de los acreedores frente a la insuficiencia patrimonial
del deudor.
LECCION 60.- El embargo de bienes (II).- Localización de bienes del ejecutado.- Selección de los
bienes que han de ser embargados.- La traba o afección de los bienes.- Efectos de la traba.- La tercerÃ−a de
mejor derecho.
LECCION 61.- El embargo de bienes (III).- La garantÃ−a de la traba.- La anotación preventiva de
embargo.- El depósito judicial.- Orden de retención.- Administración judicial.-.- Reembargo y embargo de
sobrante.- Modificación y alzamiento del embargo.
TEMA 62.- La realización forzosa (I).- Generalidades.- La Enajenación forzosa de valores.- Sistemas
generales de enajenación. La subasta judicial: A) preparación de la subasta; b) Anuncio de la subasta; c)
Depósito previo; d) el acto de la subasta; e) Subasta desierta; f) Aprobación del remate y pago del precio; g)
1
Falta de pago del precio y quiebra de la subasta.
TEMA 63.- La realización forzosa (II).- La adjudicación de los bienes al ejecutante.- La realización
mediante convenio aprobado judicialmente.- La realización por persona o entidad especializada.- Entrega al
adquirente de los bienes enajenados.-: A) Entrega de bienes muebles; B) Bienes inmuebles: inscripción de la
nueva titularidad y puesta de los bienes a disposición del adquirente.- Subsistencia y cancelación de las
cargas: A) Cargas preferentes al derecho del ejecutante; B) Cargas no preferentes al derecho del ejecutante; C)
Cargas de igual preferencia a la del ejecutante.- Enajenación forzosa de bienes pertenecientes a un tercer
poseedor.- La administración para pago.- El pago al ejecutante.
TEMA 64.- no entra
TEMA 65.- La ejecución dineraria.- Generalidades: A) Ejecución en forma especÃ−fica y ejecución no
dineraria; B) Reglas comunes a toda ejecución no dineraria.- Ejecución por deberes de entregar cosas: A)
Entrega de cosas genéricas o indeterminadas; B) Entrega de bien mueble determinado; C) Entrega de bien
inmueble.- Ejecución por deberes de hacer: A) Hacer no personalÃ−simo o fungible; B) Emisión de una
declaración de voluntad; C) Hacer personalÃ−simo o infungible.- Ejecución por condenas de no hacer.
TEMA 66.- No entra
TEMA 67.- La ejecución provisional.- Concepto y caracterÃ−sticas generales.- Presupuestos de la
ejecución provisional: A) Resoluciones susceptibles de ejecución provisional; B) Competencia; C)
Legitimación.- Solicitud de ejecución provisional: Momento procesal.- Despacho de la ejecución
provisional.- Oposición a la ejecución provisional y a actuaciones ejecutivas concretas: A) Motivos de
oposición: a) Motivos comunes a toda oposición; b) Motivos relativos a la oposición a la ejecución
provisional de condenas no dinerarias; c) Motivos relativos a la oposición a actuaciones ejecutivas concretas
de condenas dinerarias; B) Procedimiento de la oposición a la ejecución provisional: a) Escrito de
oposición. Plazo; b) Alegaciones de las demás partes. Posible caución del ejecutante en caso de condenas
no dinerarias; c) Decisión sobre el incidente de oposición.- Suspensión de la ejecución provisional en
caso de condenas dinerarias.- Confirmación o revocación de la sentencia provisionalmente ejecutada: A)
Revocación de condenas dinerarias; B) Revocación de condenas no dinerarias.
TEMA 68.- Las medidas cautelares.- Concepto de las medidas cautelares.-Presupuestos de las medidas
cautelares: A) Consideraciones generales; B) Presupuestos materiales de las medidas cautelares: a)
Adecuación de la medida a la situación jurÃ−dica cautelable; b) Menor onerosidad; c) Peligro en la demora
(periculum in mora); d) Apariencia de buen derecho (fumus boni iuris): e) Prestación de caución por el
solicitante; C) Presupuestos procesales de las medidas cautelares: a) Necesaria instancia de parte; b)Pendencia
actual o próxima del proceso principal; c) Jurisdicción y competencia; d) Postulación y defensa; D)
Medidas cautelares especÃ−ficas: Procedimiento de las medidas cautelares: A) CaracterÃ−sticas generales;
B) Adopción de las medidas cautelares: a) Momentos posibles para solicitar medidas cautelares; b) La
solicitud de medidas cautelares; c) Adopción de las medidas cautelares con o sin audiencia previa de la parte
contraria; d) Adopción de las medidas previa audiencia del demandado; C) Oposición a las medidas
cautelares adoptadas sin audiencia del demandado; D) Modificación o alzamiento de las medidas cautelares.
Caución sustitutoria.
TEMA 69.- Los procesos sobre capacidad, filiación, matrimonio y menores: Los procesos sobre la
capacidad de las personas.- Las disposiciones generales aplicables a los procesos sobre capacidad,
filiación, matrimonio y menores.- Los procesos sobre capacidad de las personas: A) ×mbito de aplicación
y principios informadores; B) El proceso de incapacitación.- C) El proceso por prodigalidad; D) El proceso
de reintegración de la capacidad.- El proceso de internamiento no voluntario por razones de trastorno
psÃ−quico.
2
TEMA 70.- Otros procesos especiales sobre estado civil y sobre protección y adopción de menores.Procesos sobre filiación y paternidad.- Procesos en materia matrimonial: A) Procesos de separación,
divorcio, nulidad matrimoniales y otros en que se ejerciten acciones al amparo del TÃ−tulo IV del Libro I del
Código Civil; B) Procedimiento de separación o divorcio solicitados por los cónyuges de acuerdo, o por
uno de ellos con el consentimiento del otro.- Procedimientos civiles relativos a menores.- Medidas de
agilización de los procesos sobre matrimonio y menores.- Competencia de los Juzgados de Violencia sobre
la Mujer en los procesos civiles sobre filiación, maternidad y paternidad, matrimonio y menores…
TEMA 71.- El juicio cambiario.- Generalidades.- ×mbito del juicio cambiario.: A) El tÃ−tulo cambiario;
B) La pretensión tasada en tÃ−tulo cambiario.- Sustanciación del juicio cambiario: A) Competencia; B)
Demanda; C) Requerimiento de pago y embargo preventivo; D) Ausencia de oposición y despacho de la
ejecución; E) Oposición cambiaria.
TEMA 72.- El Proceso monitorio.- Conceptos y caracteres generales.- ×mbito del proceso monitorio.Competencia.- Procedimiento: A) Petición inicial; B) Admisión de la petición; C) Requerimiento de pago;
D) Conductas posibles del deudor: a) Pago; b) Incomparecencia; c) Oposición; E) Especialidades en materia
de propiedad horizontal.
TEMA 73.- Procedimientos de división de patrimonios.- Generalidades.- El proceso de división de la
herencia; A) CaracterÃ−sticas generales; B) Tramitación del procedimiento para la división de la herencia;
C) Intervención judicial del caudal hereditario; D) Régimen de la administración del caudal hereditario.El procedimiento para la liquidación del régimen económico matrimonial: A) ×mbito de aplicación;
B) Competencia; C) Tramitación.
LECCION 53 - EL PROCESO DE EJECUCIÃ N (I)
1. Consideraciones generales.- 2. Ejecución forzosa: deberes jurÃ−dicos y responsabilidad: la ejecución
forzosa civil como aplicación de sanciones.- 3. Ejecución dineraria y ejecución no dineraria.- 4.
Ejecución propia y ejecución impropia.- 5. Ejecución singular y ejecución concursal.
• CONSIDERACIONES GENERALES
El proceso civil de ejecución (la ejecución forzosa civil) es una de las vÃ−as utilizadas para la efectiva
tutela jurisdiccional del Derecho, para ejercer la función y la potestad jurisdiccional (cauce de dispensación
de la tutela judicial).
En el proceso de ejecución se instrumentaliza una pretensión, haciendo una transformación material de la
realidad para intentar acomodarla a parámetros jurÃ−dicos preestablecidos. Esos parámetros son
sentencias o documentos en los que la ley entiende que consta suficientemente lo que cabe considerar
jurÃ−dico respecto de ciertos sujetos jurÃ−dicos: son los denominados tÃ−tulos ejecutivos.
La sentencia de condena es el tÃ−tulo ejecutivo por antonomasia, pero no es el único.
1.1. Naturaleza
La jurisdicción sustituye a la autotutela y busca acomodar las realidades concretas al Derecho. Dado que, de
ordinario, el proceso civil de ejecución no concierne a asuntos en que prevalezca un interés público, sino
al derecho y al interés de determinados sujetos jurÃ−dicos concretos, rige, salvo excepciones, el principio
dispositivo, y por tanto, sólo comienza a instancia de parte.
3
Los tÃ−tulos ejecutivos son principalmente determinados documentos especÃ−ficos; pero no cabe excluir que
algunos comportamientos (declaraciones o manifestaciones de voluntad) sean legalmente tomados en
consideración para atribuirles, por sÃ− mismos o, en unión con otros documentos, fuerza ejecutiva, con tal
de que se trate de comportamientos perfectamente comprobables y comprobados.
Lo que convierte un documento en un tÃ−tulo ejecutivo es una disposición expresa de la ley. Sin embargo,
la ley no puede convertir cualquier objeto (ni siquiera cualquier documento) en tÃ−tulo ejecutivo sino sólo
puede convertir aquellos documentos que desempeñen las funciones siguientes:
• Fundamentar la actuación de sanciones como consecuencias de la infracción de deberes;
• Determinar la legitimación activa y pasiva, es decir, indicar quién pretende la tutela ejecutiva y
frente a quién se pretende;
• Delimitar el contenido, sentido, medida o alcance de los actos jurisdiccionales ejecutivos.
1.2. CaracterÃ−sticas
Caracteriza al proceso de ejecución la utilización por el órgano jurisdiccional de su potestad coactiva y
coercitiva aplicada a la realidad material para de transformarla, venciendo resistencias y sustituyendo
voluntades, con intromisión en el patrimonio de los sujetos. El proceso de ejecución no es una sucesión de
actuaciones materiales, casi-automáticas, sin necesidad de actividad jurisdiccional declarativa: en el proceso
de ejecución se pueden plantear cuestiones procesales, que requieren soluciones de declaración jurÃ−dica
sustancialmente iguales a las que se dan en el proceso declarativo.
• EJECUCIÃ N FORZOSA: DEBERES JURÃ DICOS Y RESPONSABILIDAD
La ejecución forzosa civil se basa en el siguiente esquema conceptual:
• A cualquier sujeto jurÃ−dico se le presentan deberes jurÃ−dicos.
• La infracción de deberes jurÃ−dicos genera responsabilidad en el infractor y lesión injusta en otros
sujetos jurÃ−dicos.
• Cuando los deberes jurÃ−dicos constan en tÃ−tulos ejecutivos, la responsabilidad supone la inmediata
sujeción del infractor a un especifico obrar ajeno del órgano jurisdiccional que ha de procurar reparar la
lesión injusta, a solicitud de quien la haya padecido o de quien legalmente esté legitimado para tal
solicitud.
Sentado lo anterior, cabe afirmar que el proceso civil es un proceso para la actuación o aplicación de
sanciones. AsÃ− pues las sanciones civiles han de buscar la equivalencia, a ser posible perfecta, con el bien
jurÃ−dicos lesionado por el incumplimiento o la infracción de obligaciones y deberes. El cuadro de las
sanciones civiles resulta de la consideración de estos tres factores:
• La diversidad de las conductas imperadas.
• La posibilidad de obtener resultados equivalentes al de la realización voluntaria de la conducta
imperada.
• La fungibilidad de dichas conductas y, por tanto, la posibilidad de que el órgano jurisdiccional
actúe con una actividad de sustitución del comportamiento que podrÃ−a desplegar voluntariamente
el sujeto pasivo del proceso de ejecución.
El sistema de sanciones propio de la ejecución forzosa civil se vertebra en torno a 2 tipos de sanciones:
• En las sanciones genéricas la actuación del órgano jurisdiccional opera sobre géneros
(normalmente dinero) o para obtener dinero.
• Se consideran sanciones especÃ−ficas aquellas que implican operar sobre los mismos elementos que
4
habrÃ−a de utilizar el sujeto pasivo de la ejecución forzosa si quisiese evitarla.
• EJECUCIÃ N DINERARIA Y NO DINERARIA
Existen dos grandes bloques dentro del proceso de ejecución, en función de la prestación que pretenda
obtenerse:
• Ejecución dineraria: pretende la satisfacción del ejecutante por medio de la entrega de una cantidad de
dinero. La integran el conjunto de actividades necesarias para lograr que del patrimonio del ejecutado pase
una determinada cantidad de dinero al del acreedor.
• Ejecución no dineraria: pretende la satisfacción del ejecutante por medio de la realización de una
prestación que consista en dar, hacer o no hacer algo. Forman la ejecución no dineraria el conjunto de
actividades precisas para obtener in natura la prestación debida.
• EJECUCIÃ N PROPIA E IMPROPIA
4.1. La ejecución propia
Es la ejecución forzosa en sÃ−, el proceso civil de ejecución propiamente dicho. Es la ejecución que se
puede abrir a partir de una sentencia de condena.
4.2. La ejecución impropia
La doctrina se refiere con la denominación de ejecución impropia a la actividad de ejecución aplicable a
las sentencias constitutivas o declarativas. Este tipo de sentencias satisfacen plenamente la pretensión de la
parte por el mero hecho de producirse y únicamente pueden complementarse con actos que no son
estrictamente de ejecución, sino que sirven para el acreditamiento, constancia o publicidad del cambio
ocurrido (publicación de la sentencia):
• sin necesidad de que la jurisdicción ejerza su poder coactivo o coercitivo, ni penetre en el patrimonio
de ningún sujeto jurÃ−dico prescindiendo de su voluntad;
• sin necesidad de que comience un verdadero proceso (inscripciones, anotaciones y rectificaciones de
inscripciones o de asientos registrales que cabe obtener tras sentencias constitutivas o declarativas).
El art. 521 LEC establece que no se despachará ejecución de las sentencias meramente declarativas ni
de las constitutivas, y se refiere a la ejecución impropia: mediante su certificación y, en su caso, el
mandamiento judicial oportuno, las sentencias constitutivas firmes podrán permitir inscripciones y
modificaciones en Registros públicos, sin necesidad de que se despache ejecución. La emisión de un
mandamiento judicial tampoco se considera por la ley un acto que constituya ejecución forzosa propiamente
dicha.
ArtÃ−culo 521 LEC. Sentencias meramente declarativas y sentencias constitutivas.
1. No se despachará ejecución de las sentencias meramente declarativas ni de las constitutivas.
2. Mediante su certificación y, en su caso, el mandamiento judicial oportuno, las sentencias constitutivas
firmes podrán permitir inscripciones y modificaciones en Registros públicos, sin necesidad de que se
despache ejecución.
3. Cuando una sentencia constitutiva contenga también pronunciamientos de condena, éstos se
ejecutarán del modo previsto para ellos en esta Ley.
5
El 522.2 prevé, con amplitud, que quienes hayan sido parte en el proceso o acrediten interés directo y
legÃ−timo puedan pedir al tribunal las actuaciones precisas para la eficacia de las sentencias constitutivas y
para vencer eventuales resistencias a lo que dispongan.
ArtÃ−culo 522 LEC. Acatamiento y cumplimiento de las sentencias constitutivas. Solicitud de actuaciones
judiciales necesarias.
1. Todas las personas y autoridades, especialmente las encargadas de los Registros públicos, deben acatar
y cumplir lo que se disponga en las sentencias constitutivas y atenerse al estado o situación jurÃ−dicos que
surja de ellas, salvo que existan obstáculos derivados del propio Registro conforme a su legislación
especÃ−fica.
2. Quienes hayan sido parte en el proceso o acrediten interés directo y legÃ−timo podrán pedir al
tribunal las actuaciones precisas para la eficacia de las sentencias constitutivas y para vencer eventuales
resistencias a lo que dispongan.
Con gran frecuencia, las sentencias responden a la acumulación de acciones y, por consiguiente, contienen,
junto a pronunciamientos que no son de condena, sino constitutivos o meramente declarativos, otros
pronunciamientos condenatorios (la satisfacción de una prestación económica en concepto de alimentos,
el resarcimiento de daños y perjuicios, etc.). Respecto de estos últimos pronunciamientos condenatorios,
sÃ− cabe la ejecución forzosa propiamente dicha (art. 521.3 LEC).
Sin embargo, no se consideran ejecución impropia:
• El cumplimiento de los mandatos jurisdiccionales de hacer o de no hacer que contenga una
sentencia (ejecución voluntaria),
• El apercibimiento y la imposición de multas u otras medidas coercitivas que el tribunal puede
acordar sobre la base de un tÃ−tulo ejecutivo (ejecución propia).
• EJECUCIÃ N SINGULAR Y CONCURSAL
5.1. Ejecución forzosa singular (o proceso singular de ejecución)
Es aquélla en que la actividad jurisdiccional no se proyecta sobre la totalidad de un patrimonio, sino
sobre bienes determinados, necesarios para aplicar sanciones especÃ−ficas, o en otros casos, sobre los bienes
precisos para la aplicación de sanciones genéricas en la medida cuantitativa de la responsabilidad
contraÃ−da.
5.2. Ejecución forzosa concursal
En principio, cualquier acreedor insatisfecho debe promover un proceso de ejecución singular en el que la
actuación coactiva estatal se proyecta sobre bienes o derechos concretos, previamente seleccionados en
cantidad suficiente para cubrir la deuda con el importe de su realización. Cuando hay varios acreedores de un
mismo deudor, cada uno de ellos puede promover un proceso de ejecución singular y obtener la
satisfacción de sus respectivos créditos mediante la realización coactiva de bienes concretos (incluso
sobre los mismos bienes en distintas ejecuciones, a través de los mecanismos de reembargo, subsistencia de
cargas y reparto de sobrantes), siempre que los haya en el activo patrimonial del deudor en cantidad suficiente
para cubrir todas las deudas.
Ahora bien, cuando hay varios acreedores insatisfechos que han acudido a la ejecución singular y no se
encuentran bienes y derechos que permitan satisfacer todos los créditos, la continuación de los procesos
6
de ejecución separados para cada uno de los acreedores determinará un reparto injusto de las consecuencias
de la insuficiencia patrimonial del deudor (algunos acreedores podrÃ−an cobrar, quizá, todo lo que se les
deba y otros no cobrarÃ−an nada). Sólo en estas circunstancias se justifica la incoación de un proceso
concursal, en el que se aborda en su conjunto la situación de crisis patrimonial del deudor, buscando una
solución satisfactoria, y que pueda desembocar, en último término, en una actuación coactiva estatal de
ejecución sobre todo el activo patrimonial del deudor, para realizar todos los bienes y derechos de que se
compone y repartir entre todos los acreedores del deudor tanto el producto de la realización como las
pérdidas derivadas de la insuficiencia patrimonial. La pendencia de una pluralidad de ejecuciones
singulares en las que no se hayan encontrado bienes suficientes para satisfacer a los distintos acreedores puede
considerarse el supuesto normal de partida de un proceso concursal. Es cierto que un proceso concursal puede
iniciarse también sin necesidad de promover antes ejecuciones singulares; pero para que esto sea posible la
ley requiere que concurran determinadas circunstancias que, ya de antemano, excluyen prácticamente
cualquier posibilidad de satisfacción ordenada de los acreedores por medio de ejecuciones singulares
(sobreseimiento general en el pago de obligaciones, fuga u ocultación del comerciante).
El proceso concursal (la quiebra o el concurso de acreedores) es un proceso universal (la actividad
jurisdiccional se proyecta sobre todo el patrimonio) de extrema complejidad en que cabe procurar la tutela
jurisdiccional de los justiciables (de los acreedores), sin necesidad de actuaciones de Ã−ndole o naturaleza
ejecutiva.
En un proceso concursal puede darse una actividad jurisdiccional ejecutiva comprensiva de la totalidad del
patrimonio. En todo caso, cuando, en razón de una responsabilidad que genera la imposición de sanciones
genéricas, se acaba afectando a todos los bienes del patrimonio del sujeto responsable, porque no es
suficiente con algunos, la actividad jurisdiccional toma en consideración cada uno de los bienes, es decir, a
estos uti singuli o singularmente.
La Ley Concursal, en su artÃ−culo 55, contiene una doble prohibición:
ArtÃ−culo 55 Ley Concursal. Ejecuciones y apremios.
1. Declarado el concurso, no podrán iniciarse ejecuciones singulares, judiciales o extrajudiciales, ni
seguirse apremios administrativos o tributarios contra el patrimonio del deudor.
Hasta la aprobación del plan de liquidación, podrán continuarse aquellos procedimientos administrativos
de ejecución en los que se hubiera dictado diligencia de embargo y las ejecuciones laborales en las que se
hubieran embargado bienes del concursado, todo ello con anterioridad a la fecha de declaración del
concurso, siempre que los bienes objeto de embargo no resulten necesarios para la continuidad de la
actividad profesional o empresarial del deudor.
2. Las actuaciones que se hallaran en tramitación quedarán en suspenso desde la fecha de declaración de
concurso, sin perjuicio del tratamiento concursal que corresponda dar a los respectivos créditos.
3. Cuando las actuaciones de ejecución hayan quedado en suspenso conforme a lo dispuesto en los
apartados anteriores, el juez, a petición de la administración concursal y previa audiencia de los
acreedores afectados, podrá acordar el levantamiento y cancelación de los embargos trabados cuando el
mantenimiento de los mismos dificultara gravemente la continuidad de la actividad profesional o
empresarial del concursado. El levantamiento y cancelación no podrá acordarse respecto de los embargos
administrativos.
4. Se exceptúa de las normas contenidas en los apartados anteriores lo establecido en esta Ley para los
acreedores con garantÃ−a real.
7
• Una vez declarado el concurso, no pueden iniciarse ejecuciones singulares, cualquiera que sea su clase,
judicial o extrajudicial, ni iniciarse apremios administrativos o tributarios contra los bienes y derechos que
integran la masa activa (art. 55.1-I).
• Las ejecuciones ya iniciadas y los apremios ya decretados en el momento de dictarse el auto de
declaración de concurso quedan en suspenso desde la fecha de la declaración judicial de concurso, sin
perjuicio del tratamiento concursal que corresponda dar a los respectivos créditos (art. 55.2).
LECCION 54 - EL PROCESO DE EJECUCIÃ N (II)
1. La acción ejecutiva. El tÃ−tulo ejecutivo.- 2. TÃ−tulos ejecutivos complejos.- 3. TÃ−tulos ejecutivos
judiciales.- 4. TÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales; responsabilidad dineraria; la cuestión de la liquidez.- 5.
Estructura general del proceso de ejecución en la LEC; a) Antecedentes: la ejecución forzosa en la LECA;
b) El proceso civil de ejecución en la LEC.
• ACCIÃ N EJECUTIVA Y TÃ TULO EJECUTIVO
1.1. La acción ejecutiva
Es un derecho subjetivo público a una concreta tutela jurisdiccional de Ã−ndole ejecutiva, al igual que
la acción civil (declarativa) es el derecho a una sentencia con un contenido concreto. El derecho en que
consiste la acción ejecutiva es un derecho con un contenido concreto: la realización de los actos ejecutivos
precisos para lograr la completa exacción de la responsabilidad.
La acción ejecutiva no se extingue, no experimenta caducidad (art. 239 LEC), hasta que no se alcanza el
resultado de una completa subsanación o reparación de la lesión causada por el comportamiento ilÃ−cito;
y puede reanudarse si nuevos actos ejecutivos ofrecen probabilidades de éxito.
ArtÃ−culo 239 LEC. Exclusión de la caducidad de la instancia en la ejecución.
Las disposiciones de los artÃ−culos que preceden no serán aplicables en las actuaciones para la ejecución
forzosa.
Estas actuaciones se podrán proseguir hasta obtener el cumplimiento de lo juzgado, aunque hayan quedado
sin curso durante los plazos señalados en este TÃ−tulo.
Si la responsabilidad es o se convierte en pecuniaria cuando la ejecución forzosa civil se agota sin alcanzar el
importe dinerario concreto por el que se procede, no se extingue, sino que es la misma acción la que subsiste
(con su objeto reducido al resto) y el proceso de ejecución, sobreseÃ−do provisionalmente, puede abrirse.
Los presupuestos de la acción ejecutiva son:
• infracción de un deber jurÃ−dico
• existencia de una lesión injusta, patrimonial o susceptible en todo caso de valoración, que atribuye a
quien la padece un legÃ−timo interés a la tutela jurisdiccional
• la existencia de una documentación especial (tÃ−tulo ejecutivo), en la que conste, de manera que la ley
considera suficiente, un deber jurÃ−dico.
Obviamente el titular de la acción será, de ordinario (caben excepciones), quien haya padecido la
infracción y la lesión injusta y además posea el tÃ−tulo ejecutivo. Y la acción se tendrá frente a quien
haya causado esa lesión o aquel sujeto a los que, por disposición legal, se extienda la responsabilidad.
1.2. TÃ−tulo ejecutivo
8
Existe una relación estrecha entre la acción ejecutiva y el tÃ−tulo ejecutivo, pero ello no significa que la
posesión del tÃ−tulo -del que resulta la legitimación activa y pasiva- otorgue, sin más, la acción:
• No cabe tener acción ejecutiva sin tÃ−tulo ejecutivo (art. 517.1 LEC),
ArtÃ−culo 517 LEC. Acción ejecutiva. TÃ−tulos ejecutivos.
• La acción ejecutiva deberá fundarse en un tÃ−tulo que tenga aparejada ejecución.
• SÃ− cabe disponer de tÃ−tulo ejecutivo y carecer de acción ejecutiva; por ejemplo, porque la concreta
acción ejecutiva de que se trate haya caducado; o cuando se haya dictado una sentencia condenatoria al
demandado y el demandante disponga de tÃ−tulo ejecutivo pero el demandado haya cumplido el mandato
jurisdiccional, entregando la suma de dinero o la cosa mueble o lo que sea.
El tÃ−tulo ejecutivo es presupuesto necesario de la acción, pero no es el único. Presupuesto de toda
acción es también la existencia de interés legÃ−timo en obtener la tutela jurisdiccional de que se trate.
Resulta incuestionable que ese interés legÃ−timo desaparece si se subsana o se repara la lesión injusta.
Por lo tanto, no puede depender el comienzo del proceso de ejecución de la existencia y subsistencia de la
acción ejecutiva, del mismo modo que el proceso civil declarativo no comienza porque el demandante sea en
verdad titular de una acción civil. Hay un derecho al comienzo del proceso de ejecución (al despacho de
ejecución) siempre que:
• Se disponga de un tÃ−tulo ejecutivo regularmente constituido,
• Concurran los presupuestos procesales relativos al órgano jurisdiccional y a los sujetos procesales,
• Se presente en debida forma la demanda de ejecución a la que se acompaña aquel tÃ−tulo. En la
demanda ejecutiva se afirma, como en la demanda del proceso civil declarativo, la existencia de una
acción. Y, con el tÃ−tulo ejecutivo, a diferencia de los casos de demandas que inician el proceso de
declaración, la existencia de la acción pasa a tenerse por suficientemente justificada, arrojándose sobre
el sujeto pasivo de la carga de alegar y probar que la acción ejecutiva no existe en realidad.
• EL TÃ TULO EJECUTIVO COMPLEJO
En ocasiones debe hablarse de la existencia de tÃ−tulos ejecutivos complejos:
• El tÃ−tulo ejecutivo nace de la conjunción de dos o más documentos: cada uno de ellos,
considerado aisladamente, carece de fuerza ejecutiva, pero su aportación conjunta obliga al tribunal
a despachar la ejecución.
• El tÃ−tulo ejecutivo nace de la conjunción entre un documento (que por sÃ− solo carece de fuerza
ejecutiva) y una cierta conducta del demandado requerido de pago (proceso monitorio y juicio
cambiario).
• TÃ TULOS EJECUTIVOS JUDICIALES
Del conjunto de documentos que el art. 517 LEC enumera como tÃ−tulos ejecutivos, merecen la calificación
de tÃ−tulos ejecutivos judiciales:
ArtÃ−culo 517 LEC. Acción ejecutiva. TÃ−tulos ejecutivos.
• La acción ejecutiva deberá fundarse en un tÃ−tulo que tenga aparejada ejecución.
• Sólo tendrán aparejada ejecución los siguientes tÃ−tulos:
• La sentencia de condena firme.
9
• Los laudos o resoluciones arbitrales.
• Las resoluciones judiciales que aprueben u homologuen transacciones judiciales y acuerdos logrados en
el proceso, acompañadas, si fuere necesario para constancia de su concreto contenido, de los
correspondientes testimonios de las actuaciones.
• Las escrituras públicas, con tal que sea primera copia; o si es segunda que esté dada en virtud de
mandamiento judicial y con citación de la persona a quien deba perjudicar, o de su causante, o que se
expida con la conformidad de todas las partes.
• Las pólizas de contratos mercantiles firmadas por las partes y por corredor de comercio colegiado que
las intervenga, con tal que se acompañe certificación en la que dicho corredor acredite la conformidad
de la póliza con los asientos de su libro registro y la fecha de éstos.
• Los tÃ−tulos al portador o nominativos, legÃ−timamente emitidos, que representen obligaciones vencidas
y los cupones, también vencidos, de dichos tÃ−tulos, siempre que los cupones confronten con los
tÃ−tulos y éstos, en todo caso, con los libros talonarios.
La protesta de falsedad del tÃ−tulo formulada en el acto de la confrontación no impedirá, si ésta resulta
conforme, que se despache la ejecución, sin perjuicio de la posterior oposición a la ejecución que pueda
formular el deudor alegando falsedad en el tÃ−tulo.
• Los certificados no caducados expedidos por las entidades encargadas de los registros contables respecto
de los valores representados mediante anotaciones en cuenta a los que se refiere la Ley del Mercado de
Valores, siempre que se acompañe copia de la escritura pública de representación de los valores o, en
su caso, de la emisión, cuando tal escritura sea necesaria, conforme a la legislación vigente.
Instada y despachada la ejecución, no caducarán los certificados a que se refiere el párrafo anterior.
• El auto que establezca la cantidad máxima reclamable en concepto de indemnización, dictado en casos
de rebeldÃ−a del acusado o de sentencia absolutoria o sobreseimiento en procesos penales incoados por
hechos cubiertos por el Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil derivada del uso y circulación de
vehÃ−culos de motor.
• Las demás resoluciones judiciales y documentos que, por disposición de esta u otra ley, lleven
aparejada ejecución.
Respecto de todos los tÃ−tulos ejecutivos judiciales, el art. 518 LEC establece una importante regla de
caducidad: la acción ejecutiva fundada en un tÃ−tulo ejecutivo judicial caducará si no se interpone la
correspondiente demanda ejecutiva dentro de los cinco años siguientes a la firmeza de la sentencia o
resolución.
ArtÃ−culo 518 LEC. Caducidad de la acción ejecutiva fundada en sentencia judicial o resolución
arbitral.
La acción ejecutiva fundada en sentencia, en resolución del Tribunal o del Secretario judicial que apruebe
una transacción judicial o un acuerdo alcanzado en el proceso o en resolución arbitral, caducará si no se
interpone la correspondiente demanda ejecutiva dentro de los cinco años siguientes a la firmeza de la
sentencia o resolución.
3.1. La sentencia de condena firme (art. 517.2.1º LEC)
Se trata, sin duda, del tÃ−tulo ejecutivo por excelencia. Recibe el nombre de ejecutoria el documento en el
que se consigna una sentencia firme:
• Lo realmente importante es que existan en la sentencia pronunciamientos condenatorios, de ahÃ−
que puedan ejecutarse también los pronunciamientos de condena en costas contenidos en sentencias
absolutorias, meramente declarativas o constitutivas.
10
• La firmeza de la sentencia no es imprescindible para que ésta tenga fuerza ejecutiva: también es
tÃ−tulo ejecutivo la sentencia de condena que no es firme (recurrida); respecto de esta última es
posible la ejecución provisional.
La sentencia firme debe ser lÃ−quida: la cuantÃ−a a pagar debe estar definida en número o ser calculable
mediante una operación matemática simple. Las sentencias ilÃ−quidas están prohibidas por ley, para
evitar que se produzca indefensión del condenado a pagar (de hecho, el escrito de interposición de demanda
ha de especificar tanto la tutela jurÃ−dica como la cantidad que se solicita al demandado).
ArtÃ−culo 520 LEC. Acción ejecutiva basada en tÃ−tulos no judiciales ni arbitrales.
1. Cuando se trate de los tÃ−tulos ejecutivos previstos en los números 4, 5, 6 y 7 del apartado 2 del
artÃ−culo 517, sólo podrá despacharse ejecución por cantidad determinada que exceda de 50.000
pesetas:
• En dinero efectivo.
• En moneda extranjera convertible, siempre que la obligación de pago en la misma esté autorizada o
resulte permitida legalmente.
• En cosa o especie computable en dinero.
2. El lÃ−mite de cantidad señalado en el apartado anterior podrá obtenerse mediante la adición de
varios tÃ−tulos ejecutivos de los previstos en dicho apartado.
No se despachará ejecución de las sentencias meramente declarativas ni de las constitutivas, estableciendo
su particular ejecución mediante certificado o mandamiento judicial dirigido a registros públicos a los
efectos de permitir las inscripciones y modificaciones de éstos (art. 520 LEC).
3.2. Las sentencias de condena emitidas a favor de consumidores y usuarios indeterminados (art. 519
LEC)
Cuando las sentencias de condena no hubiesen determinado los consumidores o usuarios individuales
beneficiados por aquélla, el tribunal competente para la ejecución, a solicitud de uno o varios interesados
y con audiencia del condenado, dictará auto en que resolverá si, según los datos, caracterÃ−sticas y
requisitos establecidos en la sentencia, reconoce a los solicitantes como beneficiarios de la condena.
ArtÃ−culo 519. Acción ejecutiva de consumidores y usuarios fundada en sentencia de condena sin
determinación individual de los beneficiados.
Cuando las sentencias de condena a que se refiere la regla primera del artÃ−culo 221 no hubiesen
determinado los consumidores o usuarios individuales beneficiados por aquélla, el tribunal competente
para la ejecución, a solicitud de uno o varios interesados y con audiencia del condenado, dictará auto en
el que resolverá si, según los datos, caracterÃ−sticas y requisitos establecidos en la sentencia, reconoce a
los solicitantes como beneficiarios de la condena. Con testimonio de este auto, los sujetos reconocidos
podrán instar la ejecución. El Ministerio Fiscal podrá instar la ejecución de la sentencia en beneficio de
los consumidores y usuarios afectados.
Se, trata, por tanto, de un tÃ−tulo ejecutivo complejo que ha de constar de:
• La sentencia firme de condena emitida a favor de consumidores y usuarios indeterminados
• El auto de reconocimiento del beneficiario concreto.
3.3. Los laudos o resoluciones arbitrales (art. 517.2.2º LEC)
11
Su ejecución queda sujeta al mismo régimen jurÃ−dico que a las sentencias, aunque no es un tÃ−tulo
ejecutivo judicial estrictu sensu. El carácter público de la actividad ejecutiva impide que los laudos
arbitrales sean ejecutados por los árbitros: serán los jueces quienes se encarguen de su ejecución forzosa.
Para solicitar la ejecución de un laudo arbitral ha de acompañarse a la demanda ejecutiva (tÃ−tulo
ejecutivo complejo) de:
• El propio laudo
• El convenio arbitral
• Los documentos acreditativos de la notificación del laudo a las partes (art. 550.1 LEC).
ArtÃ−culo 550 LEC. Documentos que han de acompañar a la demanda ejecutiva.
1. A la demanda ejecutiva se acompañarán:
• El tÃ−tulo ejecutivo, salvo que la ejecución se funde en sentencia, decreto, acuerdo o
transacción que conste en los autos.
Cuando el tÃ−tulo sea un laudo, se acompañarán, además, el convenio arbitral y los
documentos acreditativos de la notificación de aquél a las partes.
3.4. Las resoluciones judiciales que aprueben u homologuen transacciones judiciales y acuerdos
logrados en el proceso (art. 517.2.3º LEC)
Acompañadas, si fuere necesario para constancia de su concreto contenido, de los correspondientes
testimonios de las actuaciones. Las transacciones alcanzadas por las partes pueden someterse a la
homologación del tribunal, lo que les otorga fuerza ejecutiva: en caso de incumplimiento, el acreedor de la
prestación objeto de transacción podrá reclamar su ejecución forzosa, sin pasar por un previo proceso
declarativo.
3.5. El auto de cuantÃ−a máxima (art. 517.2.8º LEC)
Es el auto que establezce la cantidad máxima reclamable en concepto de indemnización dictado en
casos de rebeldÃ−a del acusado o de sentencia absolutoria o sobreseimiento en procesos penales incoados por
hechos cubiertos por el Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil derivada del uso y circulación de
vehÃ−culos de motor.
Se trata de una resolución que se dicta por un Tribunal Penal, en el marco de un proceso penal que,
absteniéndose de pronunciarse sobre responsabilidades civiles, se limita a la fijación de la cantidad
máxima susceptible de ser reclamada al amparo de la cobertura del seguro obligatorio derivada del uso y
circulación de vehÃ−culos de motor. AsÃ−, el Juez Penal ni juzga ni decide sobre los elementos de los que
depende el derecho a la prestación indemnizatoria, ni sobre su legitimación activa, ni sobre la
responsabilidad del demandado civil, ni sobre la existencia de la obligación del asegurador, no produciendo
la resolución que dicta efectos de cosa juzgada material.
Cuando el condenado judicialmente sea el Consorcio de Compensación de Seguros, para que el auto de
cuantÃ−a máxima sea ejecutable, la demanda ejecutiva deberá ir acompañado de (tÃ−tulo ejecutivo
complejo):
• El auto de cuantÃ−a máxima dictado por el Tribunal Penal
• Un requerimiento fehaciente al Consorcio, fechado al menos con tres meses de antelación a la
interposición de la demanda de ejecución. La falta de acreditación de dicho tÃ−tulo junto a la
12
demanda será subsanable, no asÃ− la falta de solicitud o la solicitud fuera de plazo del mismo ante
el Consorcio.
El auto de cuantÃ−a máxima lo dicta un tribunal penal, pero ha de ser ejecutado por los tribunales del orden
civil. No es recurrible.
3.6. Las demás resoluciones judiciales (art. 517.2.9º LEC)
Que lleven aparejada ejecución: decretos de costas, autos de liquidación de intereses…
• TÃ TULOS EJECUTIVOS EXTRAJUDICIALES
Los tÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales nos colocan ante situaciones en que es posible, en caso de conflicto
jurÃ−dico, acudir directamente al proceso de ejecución, sin tener que promover y vencer previamente un
proceso declarativo (razones de polÃ−tica económica).
El legislador sólo otorga la condición de tÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales a documentos que acrediten
deudas dinerarias, pero no prestaciones de naturaleza diversa. Del listado del art. 517.2 LEC, son
extrajudiciales los siguientes tÃ−tulos ejecutivos:
ArtÃ−culo 517 LEC. Acción ejecutiva. TÃ−tulos ejecutivos.
• La acción ejecutiva deberá fundarse en un tÃ−tulo que tenga aparejada ejecución.
• Sólo tendrán aparejada ejecución los siguientes tÃ−tulos:
• La sentencia de condena firme.
• Los laudos o resoluciones arbitrales.
• Las resoluciones judiciales que aprueben u homologuen transacciones judiciales y acuerdos logrados en
el proceso, acompañadas, si fuere necesario para constancia de su concreto contenido, de los
correspondientes testimonios de las actuaciones.
• Las escrituras públicas, con tal que sea primera copia; o si es segunda que esté dada en virtud de
mandamiento judicial y con citación de la persona a quien deba perjudicar, o de su causante, o que se
expida con la conformidad de todas las partes.
• Las pólizas de contratos mercantiles firmadas por las partes y por corredor de comercio colegiado que
las intervenga, con tal que se acompañe certificación en la que dicho corredor acredite la conformidad
de la póliza con los asientos de su libro registro y la fecha de éstos.
• Los tÃ−tulos al portador o nominativos, legÃ−timamente emitidos, que representen obligaciones vencidas
y los cupones, también vencidos, de dichos tÃ−tulos, siempre que los cupones confronten con los
tÃ−tulos y éstos, en todo caso, con los libros talonarios.
La protesta de falsedad del tÃ−tulo formulada en el acto de la confrontación no impedirá, si ésta resulta
conforme, que se despache la ejecución, sin perjuicio de la posterior oposición a la ejecución que pueda
formular el deudor alegando falsedad en el tÃ−tulo.
• Los certificados no caducados expedidos por las entidades encargadas de los registros contables respecto
de los valores representados mediante anotaciones en cuenta a los que se refiere la Ley del Mercado de
Valores, siempre que se acompañe copia de la escritura pública de representación de los valores o, en
su caso, de la emisión, cuando tal escritura sea necesaria, conforme a la legislación vigente.
Instada y despachada la ejecución, no caducarán los certificados a que se refiere el párrafo anterior.
13
• El auto que establezca la cantidad máxima reclamable en concepto de indemnización, dictado en casos
de rebeldÃ−a del acusado o de sentencia absolutoria o sobreseimiento en procesos penales incoados por
hechos cubiertos por el Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil derivada del uso y circulación de
vehÃ−culos de motor.
• Las demás resoluciones judiciales y documentos que, por disposición de esta u otra ley, lleven
aparejada ejecución.
Los documentos que, según Ley, pueden ser tÃ−tulo ejecutivo extrajudicial tienen su fuerza ejecutiva
condicionada a que se cumplan una serie de requisitos, establecidos en el art. 520 LEC:
• Que reflejen una deuda en dinero efectivo (en moneda extranjera convertible, en cosa o especie
computable en dinero).
• Que la cantidad de dinero debida esté determinada y exceda de 300 euros.
A diferencia de lo que sucede con los tÃ−tulos ejecutivos judiciales, no existe una norma especÃ−fica que
establezca un plazo de caducidad, aunque eso no significa que estos tÃ−tulos ejecutivos tengan una vigencia
indefinida: se producirá la caducidad o la prescripción, conforme al Derecho sustantivo, del derecho de
crédito documentado en el tÃ−tulo ejecutivo extrajudicial.
4.1. Las escrituras públicas (art. 517.2.4º LEC)
Los créditos dinerarios consignados en escritura pública (ante notario) pueden ser reclamados
directamente en vÃ−a ejecutiva.
Para que la escritura pública sea tÃ−tulo ejecutivo, ha de ser primera copia: el original de toda escritura
pública (matriz) permanece en el protocolo del notario, quien entrega a cada uno de los otorgantes del
negocio una primera copia, que tendrá fuerza ejecutiva.
Si esa primera copia se pierde, el notario podrá entregarle una segunda copia al interesado, que sólo
tendrá fuerza ejecutiva si está dada en virtud de mandamiento judicial (emitido por decreto del Secretario
Judicial al Notario) y con citación de la persona a quien deba perjudicar, o de su causante, o si se expide con
la conformidad de todas las partes.
4.2. Las pólizas de contratos mercantiles (art. 517.2.5º LEC)
Firmadas por las partes y por corredor de comercio colegiado que las intervenga. Cuando un notario
interviene en el otorgamiento de una póliza de un contrato mercantil (préstamo) se confecciona
directamente el documento que queda en poder de las partes. El notario lleva un libro registro en el que realiza
un asiento acreditativo de que ha intervenido ese documento.
Para que la póliza tenga fuerza ejecutiva, es preciso que vaya acompañada de la certificación en la que el
corredor o notario acredite la conformidad de la póliza con los asientos de su libro registro y la fecha de
éstos (tÃ−tulo ejecutivo complejo).
Las pólizas de contratos mercantiles otorgadas sin notario se suelen reclamar a través del proceso
monitorio, para ahorrar costes.
4.3. Los tÃ−tulos al portador o nominativos (art. 517.2.6º LEC)
LegÃ−timamente emitidos que representen obligaciones vencidas y los cupones, también vencidos, de
dichos tÃ−tulos, siempre que los cupones confronten con los tÃ−tulos y éstos, en todo caso, con los libros
talonarios. La LEC se refiere aquÃ−, sobre todo, a las acciones y obligaciones emitidas por las sociedades, de
las que se deduce el derecho de accionistas y obligacionistas al pago de unas sumas de dinero (como los
14
dividendos).
4.4. Los certificados no caducados expedidos por las entidades encargadas de los registros contables
respecto de los valores representados anotaciones en cuenta (art. 517.2.7º LEC)
A los que se refiere la Ley del Mercado de Valores, siempre que se acompañe copia de la escritura pública
de representación de los valores o, en su caso, de la emisión, cuando tal escritura sea necesaria, conforme a
la legislación vigente.
4.5. Las demás resoluciones judiciales (art. 517.2.9º LEC)
Que lleven aparejada ejecución: decretos de costas, autos de liquidación de intereses…
LECCION 55 - TRIBUNALES Y SUJETOS DEL PROCESO DE EJECUCIÃ N
1. El tribunal de la ejecución.- 2. Las partes del proceso de ejecución.- 3. Los terceros respecto del proceso
de ejecución.
• EL TRIBUNAL DE LA EJECUCIÃ N
La ejecución forzosa forma parte de la función jurisdiccional del Estado y, en consecuencia, corresponde en
exclusiva a los órganos jurisdiccionales y ha de realizarse por medio de un proceso.
¿Cómo se identifica qué concreto órgano jurisdiccional ha de conocer de un determinado proceso de
ejecución? Hay que observar las cuestiones relativas a la jurisdicción y competencia en relación con el
proceso civil de declaración; sin embargo si conviene hacer una serie de precisiones que afectan de manera
directa a la ejecución forzosa.
1.1. Competencia internacional
La principal cuestión es determinar en qué casos puede seguirse un proceso de ejecución ante los
tribunales españoles en virtud de un tÃ−tulo ejecutivo extranjero.
Además, con referencia a ejecuciones basadas en tÃ−tulos ejecutivos españoles hay que tener en cuenta
las inmunidades de ejecución derivadas del Derecho internacional Público, que pueden impedir que, dentro
de la ejecución se proyecte la actividad ejecutiva sobre determinados bienes.
1.2. Jurisdicción por razón de la materia
La distribución de la actividad jurisdiccional ejecutiva entre los distintos órdenes jurisdiccionales responde
a un criterio de extraordinaria simplicidad: cada orden jurisdiccional ejecutará sus propias sentencias y
resoluciones. El orden civil ejecutará, asimismo, todos los tÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales y los laudos
arbitrales. La única excepción a esta regla es el auto a que se refiere el art. 517.2.8º, que se dicta por un
tribunal penal y cuya ejecución corresponde a los tribunales civiles.
ArtÃ−culo 545 LEC. Tribunal competente. Forma de las resoluciones en la ejecución forzosa.
1. Si el tÃ−tulo ejecutivo consistiera en resoluciones judiciales, resoluciones dictadas por Secretarios
Judiciales a las que esta Ley reconozca carácter de tÃ−tulo ejecutivo o transacciones y acuerdos
judicialmente homologados o aprobados, será competente para dictar el auto que contenga la orden
15
general de ejecución y despacho de la misma el Tribunal que conoció del asunto en primera instancia o en
el que se homologó o aprobó la transacción o acuerdo.
2. Cuando el tÃ−tulo sea un laudo arbitral, será competente para denegar o autorizar la ejecución y el
correspondiente despacho el Juzgado de Primera Instancia del lugar en que se haya dictado dicho laudo.
3. Para la ejecución fundada en tÃ−tulos distintos de los expresados en los apartados anteriores, será
competente el Juzgado de Primera Instancia del lugar que corresponda con arreglo a lo dispuesto en los
artÃ−culos 50 y 51 de esta Ley. La ejecución podrá instarse también, a elección del ejecutante, ante el
Juzgado de Primera Instancia del lugar de cumplimiento de la obligación, según el tÃ−tulo, o ante el de
cualquier lugar en que se encuentren bienes del ejecutado que puedan ser embargados, sin que sean
aplicables, en ningún caso, las reglas sobre sumisión expresa o tácita contenidas en la sección II del
capÃ−tulo II del TÃ−tulo II del Libro 1.
Si hubiese varios ejecutados, será competente el tribunal que, con arreglo al párrafo anterior, lo sea
respecto de cualquier ejecutado, a elección del ejecutante.
No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, cuando la ejecución recaiga sólo sobre bienes
especialmente hipotecados o pignorados, la competencia se determinará con arreglo a lo dispuesto en el
artÃ−culo 684 de esta Ley.
4. En todos los supuestos reseñados en los apartados que anteceden corresponderá al Secretario judicial
la concreción de los bienes del ejecutado a los que ha de extenderse el despacho de la ejecución, la
adopción de todas las medidas necesarias para la efectividad del despacho, ordenando los medios de
averiguación patrimonial que fueran necesarios conforme a lo establecido en los artÃ−culos 589 y 590 de
esta Ley, asÃ− como las medidas ejecutivas concretas que procedan.
5. En los procesos de ejecución adoptarán la forma de auto las resoluciones del Tribunal que:
• Contengan la orden general de ejecución por la que se autoriza y despacha la misma.
• Decidan sobre oposición a la ejecución definitiva basada en motivos procesales o de fondo.
• Resuelvan las tercerÃ−as de dominio.
• Aquellas otras que se señalen en esta Ley.
6. Adoptarán la forma de decreto las resoluciones del Secretario judicial que determinen los bienes del
ejecutado a los que ha de extenderse el despacho de la ejecución y aquellas otras que se señalen en esta
Ley.
7. El Tribunal decidirá por medio de providencia en los supuestos en que asÃ− expresamente se señale, y
en los demás casos, las resoluciones que procedan se dictarán por el Secretario judicial a través de
diligencias de ordenación, salvo cuando proceda resolver por decreto.
El art. 545 LEC regula la competencia de los tribunales civiles en materia de ejecución forzosa,
estableciendo criterios diferentes en función del tÃ−tulo ejecutivo en que se funde la pretensión del
ejecutante:
• Ejecución de resoluciones judiciales y de transacciones y acuerdos judicialmente homologados o
aprobados:
La competencia corresponde al tribunal que conoció del asunto en primera instancia o al que homologó o
aprobó la transacción o acuerdo (art. 545.1 LEC). Es una regla de competencia funcional, que se basa en
actuaciones previas del tribunal y que excluye, por tanto, no sólo el juego de las reglas de competencia
objetiva y territorial, sino también el reparto de negocios (si el juzgado que dictó sentencia absolutoria y la
16
Audiencia, en apelación, revocó la sentencia de juzgado y condenó al demandado, la sentencia que se
ejecuta es la Audiencia, pero la ejecución corresponde al Juzgado).
• Ejecución de laudos arbitrales:
La competencia objetiva corresponde a los Juzgados de Primera Instancia y la territorial al del lugar en
que se haya dictado el laudo, siempre que se trate, claro está, de laudo dictado en España (545.2 LEC y
53 Ley de Arbitraje). Si hay varios Juzgados de la misma clase en el lugar en que se haya dictado el laudo, el
reparto determinará cuál de ellos conocerá de la ejecución.
• Ejecución de tÃ−tulos extrajudiciales y auto de cuantÃ−a máxima:
No puede acudirse a normas de competencia funcional, pues no ha habido proceso judicial previo. La
competencia objetiva corresponde a los Juzgados de Primera Instancia. En cuanto a la competencia
territorial, la LEC permite al ejecutante elegir entre los siguientes fueros:
• El domicilio y demás fueros generales del ejecutado con arreglo a lo previsto en los artÃ−culos 50
y51 LEC.
• El lugar de cumplimiento de la obligación, según el tÃ−tulo.
• Cualquier lugar en que se encuentren bienes del ejecutado que puedan ser embargados.
• Si hubiese varios ejecutados, el ejecutante podrá elegir el Juzgado que corresponda al fuero general
de cualquiera de ellos o el del lugar en que se encuentren bienes embargables de cualquiera de los
ejecutados.
• Ejecución de una garantÃ−a real (prenda o hipoteca):
ArtÃ−culo 684 LEC. Competencia.
1. Para conocer de los procedimientos a que se refiere el presente capÃ−tulo será competente:
Si los bienes hipotecados fueren inmuebles, el Juzgado de Primera Instancia del lugar en que radique la
finca y si ésta radicare en más de un partido judicial, lo mismo que si fueren varias y radicaren en
diferentes partidos, el Juzgado de Primera Instancia de cualquiera de ellos, a elección del demandante,
sin que sean aplicables en este caso las normas sobre sumisión expresa o tácita contenidas en la
presente Ley.
Si los bienes hipotecados fueren buques, el Juzgado de Primera Instancia al que se hubieran sometido
las partes en el tÃ−tulo constitutivo de la hipoteca y, en su defecto, el Juzgado del lugar en que se
hubiere constituido la hipoteca, el del puerto en que se encuentre el buque hipotecado, el del domicilio
del demandado o el del lugar en que radique el Registro en que fue inscrita la hipoteca, a elección del
actor.
Si los bienes hipotecados fueren muebles, el Juzgado de Primera Instancia al que las partes se hubieran
sometido en la escritura de constitución de hipoteca y, en su defecto, el del partido judicial donde ésta
hubiere sido inscrita. Si fueren varios los bienes hipotecados e inscritos en diversos Registros, será
competente el Juzgado de Primera Instancia de cualquiera de los partidos judiciales correspondientes, a
elección del demandante.
Si se tratase de bienes pignorados, el Juzgado de Primera Instancia al que las partes se hubieren
sometido en la escritura o póliza de constitución de la garantÃ−a y, en su defecto, el del lugar en que
los bienes se hallen, estén almacenados o se entiendan depositados.
17
2. El tribunal examinará de oficio su propia competencia territorial.
Por lo demás, la LEC excluye la aplicación de la sumisión, expresa o tácita, que, por tanto, ni puede
hacer territorialmente competente a ningún juez que no sea el de alguno de los lugares que se acaban de
mencionar, ni tampoco excluir la competencia del juez ante el que se haya presentado la demanda ejecutiva si
es el de uno de esos lugares (545.3).
Existen no obstante, algunas normas especÃ−ficas de la ejecución forzosa que afectan, fundamentalmente, al
tratamiento procesal de la competencia funcional.
1.3. Examen de oficio de la competencia territorial
Es un examen forzosamente limitado, pues el tribunal sólo podrá contar con los elementos de juicio que
resulten de la propia demanda, del tÃ−tulo ejecutivo y los demás documentos aportados.
En cualquier caso, el tribunal no debe dejar enjuiciar su propia competencia territorial con los datos de que
disponga y si llegara a la conclusión de que no es territorialmente competente, debe dictar auto
absteniéndose de despachar ejecución e indicando al ejecutante el tribunal ante el que deba presentar la
demanda (art. 546.1 LEC). No hay por tanto remisión directa de las incipientes actuaciones al tribunal que se
considere competente.
ArtÃ−culo 546 LEC. Examen de oficio de la competencia territorial.
1. Antes de despachar ejecución, el tribunal examinará de oficio su competencia territorial y si, conforme
al tÃ−tulo ejecutivo y demás documentos que se acompañen a la demanda, entendiera que no es
territorialmente competente, dictará auto absteniéndose de despachar ejecución e indicando al
demandante el tribunal ante el que ha de presentar la demanda. Esta resolución será recurrible conforme
a lo dispuesto en el apartado 2 del artÃ−culo 552.
2. Una vez despachada ejecución el tribunal no podrá, de oficio, revisar su competencia territorial.
El auto denegando el despacho de la ejecución por falta de competencia territorial es recurrible
directamente en apelación, sin perjuicio de previa reposición facultativa y sustanciándose los recursos
sólo con el ejecutante (art. 552.2 LEC).
ArtÃ−culo 552 LEC. Denegación del despacho de la ejecución. Recursos.
1. Si el tribunal entendiese que no concurren los presupuestos y requisitos legalmente exigidos para el
despacho de la ejecución, dictará auto denegando el despacho de la ejecución.
2. El auto que deniegue el despacho de la ejecución será directamente apelable, sustanciándose la
apelación sólo con el acreedor. También podrá el acreedor, a su elección, intentar recurso de
reposición previo al de apelación.
3. Una vez firme el auto que deniegue el despacho de la ejecución, el acreedor sólo podrá hacer valer sus
derechos en el proceso ordinario correspondiente, si no obsta a éste la cosa juzgada de la sentencia o
resolución firme en que se hubiese fundado la demanda de ejecución.
Esto constituye una notable peculiaridad del tratamiento procesal de la competencia territorial en ejecución
forzosa, puesto que la regla general es que los autos que resuelvan sobre la competencia territorial no son
recurribles (art. 67.1 LEC).
1.4. Declinatoria
18
El despacho de la ejecución implica que el tribunal considera que es competente, pero el ejecutado
podrá impugnar dicha competencia mediante declinatoria (art. 547 LEC). La declinatoria deberá
proponerse en el plazo de 5 dÃ−as a contar desde la primera notificación que se haga al ejecutado en el
proceso de ejecución (que, normalmente, será la del auto que la despacha). Es importante tener en cuenta
que si el tribunal despacha la ejecución y el ejecutado no formula declinatoria dentro del plazo de que
dispone para ello, la competencia del tribunal quedará definitivamente fijada, ya que, una vez despachada
ejecución, el tribunal no podrá revisar de oficio su competencia territorial (art. 546.2 LEC) y al ejecutado
tampoco se le deberá admitir ninguna declinatoria extemporánea.
ArtÃ−culo 547 LEC. Declinatoria en la ejecución forzosa.
El ejecutado podrá impugnar la competencia del tribunal proponiendo declinatoria dentro de los cinco
dÃ−as siguientes a aquel en que reciba la primera notificación del proceso de ejecución.
La declinatoria se sustanciará y decidirá conforme a lo previsto en el artÃ−culo 65 de esta Ley.
• Si se estima la declinatoria por falta de competencia objetiva o de competencia funcional, el tribunal se
abstendrá sin más de seguir conociendo del proceso de ejecución, y en el auto en el que se abstenga
de conocer señalará a las partes ante qué órganos han de usar de su derecho. Lo mismo ocurrirá si
el tribunal considera que carece de jurisdicción por corresponder el asunto de que se trate a los tribunales
de otro orden jurisdiccional.
• Si la declinatoria se estima por falta de competencia territorial, el tribunal debe remitir las actuaciones
al tribunal que, a su juicio, sea competente para que se siga sustanciando el proceso de ejecución. El
tribunal, al estimar la declinatoria relativa a la competencia territorial, se inhibirá en favor del órgano al
que corresponda la competencia y acordará remitirle los autos con emplazamiento de las partes para que
comparezcan ante él en el plazo de diez dÃ−as.
El trámite de la declinatoria es el previsto en el art. 65 LEC.
ArtÃ−culo 65 LEC. Tramitación y decisión de la declinatoria.
1. Al escrito de declinatoria habrán de acompañarse los documentos o principios de prueba en que se
funde, con copias en número igual al de los restantes litigantes, que dispondrán de un plazo de cinco
dÃ−as, contados desde la notificación de la declinatoria, para alegar y aportar lo que consideren
conveniente para sostener la jurisdicción o la competencia del tribunal, que decidirá la cuestión dentro
del quinto dÃ−a siguiente.
Si la declinatoria fuese relativa a la falta de competencia territorial, el actor, al impugnarla, podrá
también alegar la falta de competencia territorial del tribunal en favor del cual se pretendiese declinar el
conocimiento del asunto.
2. Si el tribunal entendiese que carece de jurisdicción por corresponder el conocimiento del asunto a los
tribunales de otro Estado, lo declarará asÃ− mediante auto, absteniéndose de conocer y sobreseyendo el
proceso.
Del mismo modo procederá el tribunal si estimase la declinatoria fundada en haberse sometido el asunto a
arbitraje.
3. Si el tribunal considera que carece de jurisdicción por corresponder el asunto de que se trate a los
tribunales de otro orden jurisdiccional, en el auto en el que se abstenga de conocer señalará a las partes
ante qué órganos han de usar de su derecho. Igual resolución se dictará cuando el tribunal entienda
19
que carece de competencia objetiva.
4. Si se hubiere interpuesto declinatoria relativa a la competencia territorial y ésta no viniere determinada
por reglas imperativas, el tribunal, para estimarla, habrá de considerar competente al órgano señalado
por el promotor de la declinatoria.
5. El tribunal, al estimar la declinatoria relativa a la competencia territorial, se inhibirá en favor del
órgano al que corresponda la competencia y acordará remitirle los autos con emplazamiento de las partes
para que comparezcan ante él en el plazo de diez dÃ−as.
1.5. Personal del órgano jurisdiccional
En el proceso de ejecución, las actuaciones del tribunal son muy variadas e implican a todo el personal del
órgano jurisdiccional. Los actos más importantes, también en la ejecución, son las resoluciones
judiciales, pero en estos procesos tienen más peso que en los de declaración las actuaciones del personal no
juzgador.
• El SECRETARIO JUDICIAL desempeña en el proceso de ejecución las funciones que le son propias
en materia de fe pública judicial, documentación de las actuaciones, actos de comunicación, dación de
cuenta, custodia de los autos e impulso procesal.
ArtÃ−culo 545 LEC. Tribunal competente. Forma de las resoluciones en la ejecución forzosa.
4. En todos los supuestos reseñados en los apartados que anteceden corresponderá al Secretario
judicial la concreción de los bienes del ejecutado a los que ha de extenderse el despacho de la
ejecución, la adopción de todas las medidas necesarias para la efectividad del despacho, ordenando
los medios de averiguación patrimonial que fueran necesarios conforme a lo establecido en los
artÃ−culos 589 y 590 de esta Ley, asÃ− como las medidas ejecutivas concretas que procedan.
La potestad jurisdiccional se compone en las facultades de decisión, documentación, ordenación y
ejecución. De ellas la decisoria (iuris dicere) se atribuye a los jueces y magistrados (art. 117.1 LEC) y la
documentadora (fe pública judicial) a los Secretarios de los Juzgados y Tribunales (art. 281 LOPJ), siendo
las otras dos funciones (ordenación y ejecución) compartidas. La función de ordenación se verifica en el
proceso actual mediante el impulso procesal: diligencias de ordenación, propuestas de providencia,
providencias, autos y sentencias. Ello es válido igualmente para la fase de ejecución procesal y todos sus
incidentes, donde el elemento decisor del órgano judicial supervisa la ejecución (hace ejecutar lo juzgado),
pudiendo ser asumidos los actos procesales de ejecución por el Secretario Judicial, sin quiebra alguna de
principios constitucionales.
• Actas: las actas tienen por objeto dejar constancia de la realización de un acto procesal o de un
hecho con trascendencia procesal (art. 280.1 LOPJ). Se extienden para dejar constancia de
intervenciones de parte, acreditando como se produjeron, las peticiones, manifestaciones y, en su
caso, la resolución del Juez o Magistrado. Las actuaciones orales, vistas y comparecencias, deberán
registrarse en los indicados soportes aptos para la grabar y reproducir el sonido y la imagen o, sin no
fuere posible, solo el sonido, y, si el Tribunal lo considera oportuno, se unirá a los autos una
transcripción escrita. Cuando tales medios de registro no puedan utilizarse la vista se documentará
por medio de acta realizada por el Secretario (art. 187 LEC).
• Diligencias: las diligencias de constancia permiten documentar hechos o actos en que no hay
intervención ajena a la del Secretario Judicial o en que la intervención de terceros es más
limitada, reduciéndose a acreditar, sobre todo, la presentación de escritos, en cuyo caso se
expresará el dÃ−a y hora, siempre que esté sujeta a plazo perentorio, dando entonces recibo
expresando la fecha y hora de presentación (art. 283 LOPJ).
20
La diligencia de reparto produce el efecto de habilitar el curso del asunto correspondiente en el órgano
judicial al que por turno ha correspondido, en cuanto acredita que éste ha sido asignado de acuerdo a las
normas de reparto legalmente aprobadas. Su ausencia determinará una resolución inadmisoria del Tribunal
(art. 68.2 de la LEC).
En otras ocasiones se deja constancia por diligencia del transcurso de un plazo, de una comparecencia o
incomparecencia, de un acto de ejecución, de un embargo u otros semejantes. Estas diligencias
determinarán, formulando a continuación la resolución procedente, el efecto preclusivo o de impulso que
corresponda.
En la jurisdicción civil se debe dejar constancia de la presentación de escritos por el Secretario
personalmente o por un sistema de registro de entrada de cuyo funcionamiento será responsable (art. 145
LEC).
• Notas: las notas pueden ser de referencia, de resumen de autos o de examen del trámite (art. 280.3
LOPJ). Las primeras se utilizan para referir o enlazar unas actuaciones que se encuentren en
conexión con otras. Las notas de resumen de autos reflejan una sÃ−ntesis de lo actuado y
generalmente se extienden antes de adoptar una resolución o de una vista (p. ej: la regulada en el art.
185 de la LEC o relación sucinta de los antecedentes al inicio de la vista). Las notas de examen del
trámite constatan si se han cumplido los trámites procesales antes de resolver sobre una incidencia,
p. ej: acumulación de autos o recurso de nulidad.
Pero además de las funciones anteriormente señaladas que, en mayor o menor medida, realiza el Secretario
Judicial en todo tipo de procesos, la LEC le atribuye también determinadas actuaciones especÃ−ficas del
proceso de ejecución: formar audiencia de las partes, los lotes para la subasta, presidir la subasta,
valoración de inmuebles para la subasta, rendición de cuentas del acreedor en la administración para el
pago.
• En la ejecución forzosa desempeña también un importante papel la llamada COMISION
JUDICIAL, formada por el Agente Judicial, que actúa en cumplimiento de un mandamiento que
previamente se le ha entregado, y el Secretario Judicial o funcionario que le sustituya, para dar fe de las
actuaciones que se practiquen. La comisión judicial realiza, en general, todas las actuaciones materiales
que ordena el tribunal y que han de efectuarse fuera de la sede de este: diligencias de embargo, depósito
judicial, lanzamientos, etc. Conviene notar, en cualquier caso, que la comisión judicial no siempre lo es
del Juzgado ante el que sigue la ejecución, puesto que en las poblaciones importantes suele existir un
servicio común a través del cual se canalizan las actuaciones materiales que sean precisas en los
procesos de ejecución que se sigan en todos los Juzgados de la localidad de que se trate (272.1 LOPJ).
ArtÃ−culo 272 LOPJ.
Podrá establecerse un local de notificaciones común a los varios juzgados y tribunales de una misma
población, aunque sean de distinto orden jurisdiccional. En este supuesto, el Colegio de Procuradores
organizará un servicio para recibir las notificaciones que no hayan podido hacerse en aquel local
común por incomparecencia del procurador que deba ser notificado. La recepción de la notificación
por este servicio producirá plenos efectos.
2. LAS PARTES
En el proceso civil de declaración es el demandante quien decide quiénes serán las partes del proceso.
Pero su decisión es vinculante para el tribunal y delimita el ámbito subjetivo del proceso.
21
En el proceso de ejecución, en cambio, es el auto que despacha la ejecución el que determina el
ámbito subjetivo del proceso: será parte ejecutante el sujeto que ha obtenido a su favor el despacho de la
ejecución; y será parte ejecutada el sujeto frente a quien se ha despachado la ejecución.
El tribunal ejecutor sólo puede despachar la ejecución respecto de personas que se lo hayan pedido y frente
a personas respecto de las cuales se haya solicitado ese despacho en la demanda ejecutiva; sin embargo, no
todos los que interponen demanda ejecutiva se convertirán, por su sola voluntad, en ejecutantes; y tampoco,
por el solo hecho de dirigir frente a ellos la demanda ejecutiva, se despachará ejecución frente a todos los
sujetos indicados en ellas. El tribunal sólo puede despachar la ejecución a favor de quienes ostenten
legitimación activa para ser ejecutantes; y, asimismo, sólo puede despacharla respecto de quienes, estando
incluidos en la demanda ejecutiva, ostenten la legitimación pasiva. Tanto la legitimación activa (acreedor)
como la pasiva (deudor) se desprenden del tÃ−tulo ejecutivo.
ArtÃ−culo 538. Partes y sujetos de la ejecución forzosa.
1. Son parte en el proceso de ejecución la persona o personas que piden y obtienen el despacho de la
ejecución y la persona o personas frente a las que ésta se despacha.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en los artÃ−culos 540 a 544, a instancia de quien aparezca como acreedor
en el tÃ−tulo ejecutivo, sólo podrá despacharse ejecución frente a los siguientes sujetos:
• Quien aparezca como deudor en el mismo tÃ−tulo.
• Quien, sin figurar como deudor en el tÃ−tulo ejecutivo, responda personalmente de la deuda por
disposición legal o en virtud de afianzamiento acreditado mediante documento público.
3 Quien, sin figurar como deudor en el tÃ−tulo ejecutivo, resulte ser propietario de los bienes especialmente
afectos al pago de la deuda en cuya virtud se procede, siempre que tal afección derive de la Ley o se
acredite mediante documento fehaciente. La ejecución se concretará, respecto de estas personas, a los
bienes especialmente afectos.
3. También podrán utilizar los medios de defensa que la ley concede al ejecutado aquellas personas
frente a las que no se haya despachado la ejecución, pero a cuyos bienes haya dispuesto el tribunal que
ésta se extienda por entender que, pese a no pertenecer dichos bienes al ejecutado, están afectos los
mismos al cumplimiento de la obligación por la que se proceda.
4. Si el ejecutante indujera al tribunal a extender la ejecución frente a personas o bienes que el tÃ−tulo o la
ley no autorizan, será responsable de los daños y perjuicios.
El punto de referencia para determinar qué sujetos son parte en el proceso de ejecución es, por tanto, el
auto que despacha la ejecución. No obstante, la identificación de las partes del proceso de ejecución
requiere tener en cuenta también la demanda ejecutiva, ya que en la demanda ejecutiva se deben consignar
los datos y circunstancias de identificación del actor (art. 549.1 LEC en relación con el art. 399.1 LEC).
2.1. La demanda ejecutiva
ArtÃ−culo 549. Demanda ejecutiva. Contenido.
1. Sólo se despachará ejecución a petición de parte, en forma de demanda, en la que se expresaran:
• El tÃ−tulo en que se funda el ejecutante.
22
• La tutela ejecutiva que se pretende, en relación con el tÃ−tulo ejecutivo que se aduce, precisando, en su
caso, la cantidad que se reclame conforme a lo dispuesto en el artÃ−culo 575 de esta Ley.
• Los bienes del ejecutado susceptibles de embargo de los que tuviere conocimiento y, en su caso, sÃ− los
considera suficientes para el fin de la ejecución.
• En su caso, las medidas de localización e investigación que interese al amparo del artÃ−culo 590 de
esta Ley.
• La persona o personas, con expresión de sus circunstancias identificativas, frente a las que se pretenda el
despacho de la ejecución, por aparecer en el tÃ−tulo como deudores o por estar sujetos a la ejecución
según lo dispuesto en los artÃ−culos 538 a 544 de esta Ley.
2. Cuando el tÃ−tulo ejecutivo sea una resolución del Secretario judicial o una sentencia o resolución
dictada por el Tribunal competente para conocer de la ejecución, la demanda ejecutiva podrá limitarse a
la solicitud de que se despache la ejecución, identificando la sentencia o resolución cuya ejecución se
pretenda.
3. En la sentencia condenatoria de desahucio por falta de pago de rentas o cantidades debidas, o por
expiración legal o contractual del plazo, la solicitud de su ejecución en la demanda de desahucio será
suficiente para la ejecución directa de la sentencia sin necesidad de ningún otro trámite para proceder al
lanzamiento en el dÃ−a y hora señalados en la propia sentencia o en la fecha que se hubiera fijado al
ordenar la citación al demandado.
4. El plazo de espera legal al que se refiere el artÃ−culo anterior no será de aplicación en la ejecución
de resoluciones de condena de desahucio por falta de pago de rentas o cantidades debidas, o por expiración
legal o contractual del plazo, que se regirá por lo previsto en tales casos.
Antes de despachar ejecución, el tribunal debe comprobar la legitimación del sujeto que presenta la
demanda ejecutiva y del sujeto frente al que se pide en ésta el despacho de la ejecución. Si el tribunal, por
error o por deficiente información, despacha la ejecución a instancia de parte frente a sujetos no
legitimados, esos sujetos adquieren la condición de partes del proceso de ejecución. La legitimación no
atribuye, por sÃ− sola, la condición de parte y ésta no depende tampoco de que se tenga legitimación.
Partes en el proceso de ejecución son, por tanto, los sujetos a quienes el auto que despacha la ejecución
sitúa en la posición de ejecutante y ejecutado, con independencia de que tengan o no legitimación precisa
para ser acreedores de la actividad jurisdiccional ejecutiva o para quedar sujetos a ella.
Despachada la ejecución, el demandante es el sujeto que adquiere la condición de parte en concepto de
ejecutante (también se le denomina acreedor ejecutante o simplemente, acreedor).
La condición de demandante de la tutela jurisdiccional ejecutiva no determina por sÃ− sola la condición de
parte ejecutante. Si se deniega el despacho de ejecución, el demandante no llega a ser ejecutante porque no
existirá proceso de ejecución respecto del que atribuirle esa cualidad. Sin embargo, ser demandante de una
ejecución no despachada tiene su relevancia: esa situación es la que precisamente permite interponer los
recursos que la LEC concede frente al auto que deniega el despacho de la ejecución (art. 552 LEC).
ArtÃ−culo 552 LEC. Denegación del despacho de la ejecución. Recursos.
1. Si el tribunal entendiese que no concurren los presupuestos y requisitos legalmente exigidos para el
despacho de la ejecución, dictará auto denegando el despacho de la ejecución.
2. El auto que deniegue el despacho de la ejecución será directamente apelable, sustanciándose la
apelación sólo con el acreedor. También podrá el acreedor, a su elección, intentar recurso de
reposición previo al de apelación.
23
3. Una vez firme el auto que deniegue el despacho de la ejecución, el acreedor sólo podrá hacer valer sus
derechos en el proceso ordinario correspondiente, si no obsta a éste la cosa juzgada de la sentencia o
resolución firme en que se hubiese fundado la demanda de ejecución.
La demanda ejecutiva debe precisar también la persona o personas, con expresión de sus circunstancias
identificativas, frente a las que se pretende el despacho de la ejecución (art. 549.1.5º LEC). Esta
indicación de la demanda no convierte a esos sujetos en ejecutados, pero es relevante porque limita el
cÃ−rculo de personas frente a las que el tribunal puede despachar la ejecución (principio dispositivo). Una
vez despachada la ejecución, la persona o personas designadas en el correspondiente auto como sujetos
pasivos de la actividad ejecutiva se convierten en parte en concepto de ejecutado.
2.2. Legitimación activa
Tendrá legitimación activa en un proceso de ejecución quien figure como acreedor en el tÃ−tulo
ejecutivo (regla general). Asimismo, la persona que, sin figurar en el tÃ−tulo como acreedor, sea el sucesor
de éste, ya sea en virtud de negocio jurÃ−dico inter vivos, ya sea su sucesor mortis causa.
ArtÃ−culo 540 LEC. Ejecutante y ejecutado en casos de sucesión.
1. La ejecución podrá despacharse a favor de quien acredite ser sucesor del que figure como ejecutante en
el tÃ−tulo ejecutivo y frente al que se acredite que es el sucesor de quien en dicho tÃ−tulo aparezca como
ejecutado.
2. Para acreditar la sucesión, a los efectos del apartado anterior, habrán de presentarse al tribunal los
documentos fehacientes en que aquélla conste. Si el tribunal los considera suficientes a tales efectos,
procederá, sin más trámites, a despachar la ejecución a favor o frente a quien resulte ser sucesor en
razón de los documentos presentados.
3. Si la sucesión no constara en documentos fehacientes o el Tribunal no los considerare suficientes, de la
petición que deduzca el ejecutante mandará que el Secretario judicial dé traslado a quien conste como
ejecutado en el tÃ−tulo y a quien se pretenda que es su sucesor y, oÃ−dos todos ellos en comparecencia
señalada por el Secretario, el Tribunal decidirá lo que proceda sobre la sucesión a los solos efectos del
despacho de la ejecución.
El sucesor del acreedor que pretenda obtener el despacho de la ejecución habrá de acreditar
fehacientemente su condición ante el tribunal ejecutor (art. 540 LEC). Junto con su demanda ejecutiva
deberá aportar los documentos que acrediten fehacientemente su condición de sucesor de quien figura
como acreedor en el tÃ−tulo ejecutivo:
• Si el tribunal ejecutor los considera suficientes, despachará ejecución sin más (está legitimado
como acreedor ejecutante).
• En caso de que no lo considere suficiente, habrá de tramitarse un incidente, en el que habrán de
intervenir las personas frente a las que se despacha ejecución. Al término de este incidente, y a luz
de lo alegado y probado en él, caben dos posibilidades:
♦ Si el tribunal ejecutor se considera convencido de la sucesión, despachará la ejecución.
♦ Si no es asÃ−, el sujeto que afirmaba ser sucesor del acreedor no podrá obtener el despacho
de la ejecución sobre la base de ese tÃ−tulo y sólo le quedará la alternativa de acudir a un
proceso de declaración posterior en el que obtener tÃ−tulo ejecutivo.
La resolución que pone fin al incidente en la que se declara si el solicitante es o no sucesor de quien figura
como acreedor en el tÃ−tulo ejecutivo tiene carácter sumario (no produce efectos de cosa juzgada).
24
2.3. La legitimación pasiva
Tendrá legitimación pasiva en un proceso de ejecución:
• La persona que figura como deudor o responsable en el tÃ−tulo ejecutivo (art. 538.2.1º LEC).
• La persona que, sin figurar en el tÃ−tulo como deudor o responsable, sea su sucesor (inter vivos o mortis
causa). El ejecutante que pretende el despacho de la ejecución frente a esta persona tiene la carga de
demostrar la sucesión aportando, junto con la demanda ejecutiva, los documentos necesarios que la
acrediten. En caso de que el tribunal no esté convencido plenamente de la sucesión, se tramitará el
incidente previsto en el art. 540 LEC.
• Quien no figura en el tÃ−tulo como deudor, pero ha de responder de la deuda consignada en el tÃ−tulo por
disposición legal o afianzamiento acreditado en documento público (art. 538.2.2º LEC).
• Quienes no figuren en el tÃ−tulo ejecutivo como deudores o responsables pero sean propietarios de bienes
especialmente afectos al pago de la deuda por la que se procede, siempre que la afección derive de la ley
o se acredite mediante documento fehaciente. La ejecución respecto de estos sujetos sólo podrá
proyectarse sobre los bienes especialmente afectos, pero nunca sobre el resto de su patrimonio (art.
538.2.3º LEC).
2.4. Supuestos especiales de legitimación pasiva
• Ejecución frente a DEUDORES SOLIDARIOS (art. 542 LEC): cuando en el tÃ−tulo ejecutivo figuran
varios deudores unidos por lazos de solidaridad, el acreedor puede limitarse a solicitar el despacho de la
ejecución frente a uno o varios reclamando el importe Ã−ntegro de la deuda.
ArtÃ−culo 542 LEC. Ejecución frente al deudor solidario.
1. Las sentencias, laudos y otros tÃ−tulos ejecutivos judiciales obtenidos sólo frente a uno o varios
deudores solidarios no servirán de tÃ−tulo ejecutivo frente a los deudores solidarios que no hubiesen
sido parte en el proceso.
2. Si los tÃ−tulos ejecutivos fueran extrajudiciales, sólo podrá despacharse ejecución frente al deudor
solidario que figure en ellos o en otro documento que acredite la solidaridad de la deuda y lleve
aparejada ejecución conforme a lo dispuesto en la ley.
3. Cuando en el tÃ−tulo ejecutivo aparezcan varios deudores solidarios, podrá pedirse que se despache
ejecución, por el importe total de la deuda, más intereses y costas, frente a uno o algunos de esos
deudores o frente a todos ellos.
• Ejecución frente a ENTIDADES SIN PERSONALIDAD JURà DICA (art. 544 LEC): se puede dirigir
la demanda ejecutiva frente a esa entidad, aunque carezca de personalidad jurÃ−dica, porque el Derecho
procesal le reconoce la capacidad para ser parte. También se puede solicitar el despacho de la ejecución
frente a un socio, miembro o gestor de estas entidades siempre que el acreedor acredite la condición de
este sujeto como socio, miembro o gestor y que ha actuado frente a terceros, en el tráfico jurÃ−dico, en
nombre de esa entidad (una herencia yacente, una sociedad mercantil irregular…)
ArtÃ−culo 544 LEC. Entidades sin personalidad jurÃ−dica.
En caso de tÃ−tulos ejecutivos frente a entidades sin personalidad jurÃ−dica que actúen en el tráfico
como sujetos diferenciados, podrá despacharse ejecución frente a los socios, miembros o gestores que
hayan actuado en el tráfico jurÃ−dico en nombre de la entidad, siempre que se acredite
cumplidamente, a juicio del tribunal, la condición de socio, miembro o gestor y la actuación ante
25
terceros en nombre de la entidad.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación a las comunidades de propietarios de
inmuebles en régimen de propiedad horizontal.
• Ejecución frente a ASOCIACIONES O ENTIDADES TEMPORALES (art. 543 LEC): cuando en el
tÃ−tulo ejecutivo aparezcan como deudores uniones o agrupaciones de diferentes empresas o entidades,
sólo podrá despacharse ejecución directamente frente a sus socios, miembros o integrantes si, por
acuerdo de éstos o por disposición legal, respondieran solidariamente de los actos de la unión o
agrupación. En los casos en que la ley expresamente establezca el carácter subsidiario de la
responsabilidad de los miembros o integrantes de estas uniones o agrupaciones, para el despacho de la
ejecución frente a los socios, miembros o integrantes será preciso acreditar la insolvencia de las uniones
o agrupaciones.
ArtÃ−culo 543 LEC. Asociaciones o entidades temporales.
1. Cuando en el tÃ−tulo ejecutivo aparezcan como deudores uniones o agrupaciones de diferentes
empresas o entidades, sólo podrá despacharse ejecución directamente frente a sus socios, miembros o
integrantes sÃ−, por acuerdo de éstos o por disposición legal, respondieran solidariamente de los
actos de la unión o agrupación.
2. Si la ley expresamente estableciera el carácter subsidiario de la responsabilidad de los miembros o
integrantes de las uniones o agrupaciones a que se refiere el apartado anterior, para el despacho de la
ejecución frente a aquéllos será preciso acreditar la insolvencia de éstas.
• Ejecución sobre BIENES GANANCIALES (art. 541 LEC, art. 1373 CC): situación que se plantea en
los casos en que uno de los cónyuges figura como deudor en un tÃ−tulo ejecutivo y, despachada la
ejecución, se produce el embargo de algún bien ganancial. La ejecución se despachará en todo caso
frente al cónyuge que resulte deudor según el tÃ−tulo (la comunidad de gananciales no tiene
personalidad jurÃ−dica).
ArtÃ−culo 541 LEC. Ejecución en bienes gananciales.
1. No se despachará ejecución frente a la comunidad de gananciales.
2. Cuando la ejecución se siga a causa de deudas contraÃ−das por uno de los cónyuges, pero de las
que deba responder la sociedad de gananciales, la demanda ejecutiva podrá dirigirse únicamente
contra el cónyuge deudor, pero el embargo de bienes gananciales habrá de notificarse al otro
cónyuge, dándole traslado de la demanda ejecutiva y del auto que despache ejecución a fin de que,
dentro del plazo ordinario, pueda oponerse a la ejecución. La oposición a la ejecución podrá
fundarse en las mismas causas que correspondan al ejecutado y, además, en que los bienes gananciales
no deben responder de la deuda por la que se haya despachado la ejecución. Cuando la oposición se
funde en esta última causa, corresponderá al acreedor probar la responsabilidad de los bienes
gananciales. Si no se acreditara esta responsabilidad, el cónyuge del ejecutado podrá pedir la
disolución de la sociedad conyugal conforme a lo dispuesto en el apartado siguiente.
3. Si la ejecución se siguiere a causa de deudas propias de uno de los cónyuges y se persiguiesen
bienes comunes a falta o por insuficiencia de los privativos, el embargo de aquéllos habrá de
notificarse al cónyuge no deudor. En tal caso, si éste optare por pedir la disolución de la sociedad
conyugal, el tribunal, oÃ−dos los cónyuges, resolverá lo procedente sobre división del patrimonio y,
en su caso, acordará que se lleve a cabo con arreglo a lo dispuesto en esta Ley, suspendiéndose entre
26
tanto la ejecución en lo relativo a los bienes comunes.
4. En los casos previstos en los apartados anteriores, el cónyuge al que se haya notificado el embargo
podrá interponer los recursos y usar de los medios de impugnación de que dispone el ejecutado para
la defensa de los intereses de la comunidad de gananciales.
Producido el embargo de un bien ganancial, debe notificarse en todo caso el embargo en sÃ− y la pendencia
del proceso de ejecución al cónyuge no deudor:
• Si la deuda es privativa, ello no impide el embargo de bienes gananciales en caso de que los bienes
privativos no fueran suficientes, o no existieran. Ahora bien, el cónyuge no deudor tiene a su vez una
doble opción:
• Puede consentir el embargo del bien ganancial, lo que le otorgará un crédito frente a la
comunidad de gananciales que se hará efectivo cuando ésta se disuelva y liquide.
• Puede solicitar la disolución y la liquidación de la comunidad de gananciales; en cuyo caso se
suspende la ejecución forzosa respecto de los bienes gananciales embargados en tanto se efectúan
las operaciones de liquidación y partición de la sociedad (estas operaciones las efectuará el propio
tribunal ejecutor, para evitar fraudes). Concluidas estas operaciones, la ejecución se reanuda, pero se
proyectará únicamente respecto de los bienes que, tras la liquidación, se hayan asignado al
cónyuge deudor.
• Si la deuda es ganancial, es admisible que la ejecución forzosa se proyecte sobre bienes
gananciales, sin que exista forma legal de evitarlo. El cónyuge no deudor, una vez notificado de la
existencia de la ejecución, podrá incorporarse al proceso de ejecución con plenitud de derechos
como parte del proceso: puede oponerse a la ejecución aduciendo como argumento que la deuda no
tiene el carácter ganancial que se le atribuye en el tÃ−tulo ejecutivo o en el auto que despacha la
ejecución. En tal caso, se sustanciará la oposición a la ejecución. El acreedor tiene en todo caso
la carga de acreditar su carácter ganancial.
2.5. Régimen de la postulación en el proceso de ejecución
La regla general es la de la postulación preceptiva, de modo que las partes en el proceso de ejecución
tienen que estar necesariamente representadas por procurador y asistidas por abogado (art. 539.1 LEC).
Excepcionalmente, no será preceptiva la intervención de dichos profesionales cuando la cantidad reclamada
no exceda de los 2.000 euros.
ArtÃ−culo 539 LEC. Representación y defensa. Costas y gastos de la ejecución.
1. El ejecutante y el ejecutado deberán estar dirigidos por letrado y representados por procurador, salvo
que se trate de la ejecución de resoluciones dictadas en procesos en que no sea preceptiva la intervención
de dichos profesionales.
Para la ejecución derivada de procesos monitorios en que no haya habido oposición, se requerirá la
intervención de abogado y procurador siempre que la cantidad por la que se despache ejecución sea
superior a 2.000 euros.
2. En las actuaciones del proceso de ejecución para las que esta Ley prevea expresamente pronunciamiento
sobre costas, las partes deberán satisfacer los gastos y costas que les correspondan conforme a lo previsto
en el artÃ−culo 241 de esta Ley, sin perjuicio de los reembolsos que procedan tras la decisión del Tribunal
o, en su caso, del Secretario judicial sobre las costas.
27
Las costas del proceso de ejecución no comprendidas en el párrafo anterior serán a cargo del ejecutado
sin necesidad de expresa imposición, pero, hasta su liquidación, el ejecutante deberá satisfacer los gastos
y costas que se vayan produciendo, salvo los que correspondan a actuaciones que se realicen a instancia del
ejecutado o de otros sujetos, que deberán ser pagados por quien haya solicitado la actuación de que se
trate.
Aunque la condición de parte se tiene desde que se despacha la ejecución, para participar efectivamente en
el proceso las partes tienen que personarse en forma en las actuaciones (mediante Procurador, de ordinario, y
con la representación, asistencia o defensa quesea necesaria, en su caso, para suplir la falta de capacidad
procesal).
El ejecutante se persona con la demanda ejecutiva. Al ejecutado se le notifica el despacho de la ejecución
y, a partir de entonces, puede personarse en cualquier momento, si lo desea, pero no es imprescindible que lo
haga para que la ejecución pueda continuar su curso. Si el ejecutado se persona, se le tiene en cuenta para
ulteriores actuaciones; si no se persona, la ejecución sigue su curso sin intervención alguna del ejecutado
(art. 553 LEC).
ArtÃ−culo 553. Notificación.
El auto que autorice y despache ejecución asÃ− como el decreto que en su caso hubiera dictado el
Secretario judicial, junto con copia de la demanda ejecutiva, serán notificados simultáneamente al
ejecutado o, en su caso, al procurador que le represente, sin citación ni emplazamiento, para que en
cualquier momento pueda personarse en la ejecución, entendiéndose con él, en tal caso, las ulteriores
actuaciones.
No obstante, hay algunas actuaciones que, por expresa disposición legal, puede realizar el ejecutado o deben
entenderse con él, aunque no esté personado en la ejecución: requerimiento de pago, requerimiento de
manifestación de bienes, notificación de la fecha de la subasta de inmuebles y el requerimiento para que
cumpla en sus propios términos lo que establezca la sentencia de condena no dineraria (699 LEC).
ArtÃ−culo 699 LEC. Despacho de la ejecución.
Cuando el tÃ−tulo ejecutivo contuviere condena u obligación de hacer o no hacer o de entregar cosa
distinta a una cantidad de dinero, en el auto por el que se despache ejecución se requerirá al ejecutado
para que, dentro del plazo que el tribunal estime adecuado, cumpla en sus propios términos lo que
establezca el tÃ−tulo ejecutivo.
En el requerimiento, el tribunal podrá apercibir al ejecutado con el empleo de apremios personales o
multas pecuniarias.
2.5. Pluralidad de ejecutantes y ejecutados
En un mismo proceso de ejecución singular puede haber varios ejecutantes y/o varios ejecutados. Estas
situaciones se pueden producir, cuando se trata de ejecución de sentencias, como consecuencia de la
pluralidad de demandantes o demandados en el proceso de declaración y, cuando el tÃ−tulo es extrajudicial,
si de éste resulta la existencia de varios acreedores o varios deudores. Además existe la posibilidad legal
de dirigir la ejecución frente a sujetos que no aparecen como deudor en el tÃ−tulo.
• Pluralidad de ejecutantes: si todos los acreedores lo son en virtud del mismo deudor y de una misma
deuda, no tienen por qué plantearse problemas en la ejecución si actúan mediante una única
representación procesal, que será lo normal. Pero la LEC permite que se pueda producir una pluralidad
de ejecutantes por otras causas:
28
• Acumulación de ejecuciones (art. 555 LEC): si finalmente se acumulan las ejecuciones, el resultado
será un único proceso con pluralidad de ejecutantes.
ArtÃ−culo 555 LEC. Acumulación de ejecuciones.
1. A instancia de cualquiera de las partes, o de oficio, se acordará por el Secretario judicial la
acumulación de los procesos de ejecución pendientes entre el mismo acreedor ejecutante y el
mismo deudor ejecutado.
2. Los procesos de ejecución que se sigan frente al mismo ejecutado podrán acumularse, a
instancia de cualquiera de los ejecutantes, si el Secretario judicial competente en el proceso más
antiguo lo considera más conveniente para la satisfacción de todos los acreedores ejecutantes.
3. La petición de acumulación se sustanciará en la forma prevenida en los artÃ−culos 74 y
siguientes.
4. Cuando la ejecución se dirija exclusivamente sobre bienes especialmente hipotecados, sólo
podrá acordarse la acumulación a otros procesos de ejecución cuando estos últimos se sigan
para hacer efectiva otras garantÃ−as hipotecarias sobre los mismos bienes.
• TercerÃ−as de mejor derecho: permiten entrar en la ejecución, asumiendo la posición de
ejecutante desde que se interpone la tercerÃ−a o desde que ésta es estimada, según los casos, a
un acreedor distinto del que promovió la ejecución y que pretende cobrar con preferencia a éste.
También da lugar esta tercerÃ−a a un proceso con pluralidad de ejecutantes con intereses
contrapuestos, lo que no está exento de problemas, aunque en este caso hay una justificación clara,
que es el derecho del tercerista a hacer valer la preferencia de su crédito.
• Pluralidad de ejecutados: puede existir desde el inicio del proceso, porque se despache la ejecución
frente a varios sujetos pasivamente legitimados (varios condenados; deudor y fiador; deudor y propietario
de bienes afectados al cumplimiento de la obligación) o producirse en un momento posterior (se dirige la
ejecución frente a bienes de un sujeto que no fue demandado, ni se despachó la ejecución frente a él,
pero cuyos bienes están afectados al cumplimiento de la obligación; un tercero adquiere bienes
embargados y pide personarse en la ejecución como tercer poseedor). La pluralidad de ejecutados, en
cualquier caso, no complica en exceso la ejecución y se encuentra razonablemente regulada (arts. 538.3 y
662 LEC).
3. LOS TERCEROS Y SU TUTELA EN EL PROCESO DE EJECUCIÃ N
Es tercero todo sujeto que no sea parte de un concreto proceso de ejecución: aquellos sujetos que ostenten un
interés especial en el proceso de ejecución, en la medida en que pueden verse afectados por su desarrollo o
su resultado (irrevocable). La ley concede a estos terceros diversas vÃ−as para defender sus intereses (si no se
sirven de ellas en tiempo y forma, podrán padecer perjuicios irreparables):
• Los terceros ocupantes de inmuebles que sean objeto de la ejecución, que pueden quedar privados de su
posesión.
• Los terceros acreedores del ejecutado, dado que la ejecución dineraria reduce el patrimonio del deudor y,
con ello, la garantÃ−a patrimonial para el resto de los acreedores. Algunos de estos terceros acreedores
pueden tener un crédito preferente frente al acreedor ejecutante, lo que les faculta para introducirse en el
proceso de ejecución y lograr el cobro preferente de su crédito (tercerÃ−a de mejor derecho). Los
restantes acreedores están en general interesados en que la ejecución afecte lo menos posible a la masa
patrimonial del ejecutado, que es la garantÃ−a de sus propios créditos, razón por la que se les permite
29
participar en determinadas actuaciones.
• Los terceros propietarios de bienes indebidamente vinculados al proceso de ejecución, que pueden
defenderse a través de la llamada tercerÃ−a de dominio.
L
LECCION 56 - EL INICIO DEL PROCESO DE EJECUCIÃ N
1. La demanda ejecutiva: contenido y documentos que deben acompañarla. — 2. El despacho de la
ejecución. â… 3. Acumulación de ejecuciones.
1. GENERALIDADES
Todo proceso de ejecución, sea cual sea la clase de tÃ−tulo -judicial o extrajudicial- y sea por deberes de
entrega de una cantidad de dinero o por deberes jurÃ−dicos de otra naturaleza, se promueve mediante
demanda ejecutiva y se inicia mediante auto que despacha la ejecución.
En el proceso civil de ejecución rige plenamente el principio dispositivo cuya manifestación más
inmediata es la necesidad de instancia de parte para que el proceso pueda iniciarse. Pero para que proceda la
iniciación de un proceso de ejecución no basta con la iniciativa de parte expresada en la demanda ejecutiva.
Es preciso también que la pretensión de la tutela jurisdiccional formulada en la demanda tenga apoyo en
un tÃ−tulo ejecutivo. De ahÃ− que el tribunal deba comprobar antes de acordar la iniciación el proceso de
ejecución, la conformidad de la tutela solicitada en la demanda con la naturaleza y contenido del tÃ−tulo
ejecutivo en que se apoye la pretensión del solicitante. Sólo si la tutela solicitada es conforme con el
tÃ−tulo, el tribunal dictará auto despachando la ejecución.
A partir del despacho de la ejecución, la actividad ejecutiva se desarrolla de manera diferente según se trate
de ejecución dineraria (arts. 571 y ss LEC) o de ejecución no dineraria (arts. 699ss LEC).
2. LA DEMANDA EJECUTIVA: CONTENIDO Y DOCUMENTOS QUE DEBEN ACOMPAÃ ARLA
2.1. Contenido de la demanda ejecutiva
El proceso de ejecución comienza en el momento en que el juez ejecutor dicta auto despachando ejecución.
Pero en el proceso de ejecución rige el principio dispositivo y, en consecuencia, el tribunal sólo
despachará la ejecución a instancia de parte (a petición del acreedor interesado).
ArtÃ−culo 549. Demanda ejecutiva. Contenido.
1. Sólo se despachará ejecución a petición de parte, en forma de demanda, en la que se expresaran:
• El tÃ−tulo en que se funda el ejecutante.
• La tutela ejecutiva que se pretende, en relación con el tÃ−tulo ejecutivo que se aduce, precisando, en su
caso, la cantidad que se reclame conforme a lo dispuesto en el artÃ−culo 575 de esta Ley.
• Los bienes del ejecutado susceptibles de embargo de los que tuviere conocimiento y, en su caso, sÃ− los
considera suficientes para el fin de la ejecución.
• En su caso, las medidas de localización e investigación que interese al amparo del artÃ−culo 590 de
esta Ley.
• La persona o personas, con expresión de sus circunstancias identificativas, frente a las que se pretenda el
despacho de la ejecución, por aparecer en el tÃ−tulo como deudores o por estar sujetos a la ejecución
30
según lo dispuesto en los artÃ−culos 538 a 544 de esta Ley.
2. Cuando el tÃ−tulo ejecutivo sea una resolución del Secretario judicial o una sentencia o resolución
dictada por el Tribunal competente para conocer de la ejecución, la demanda ejecutiva podrá limitarse a
la solicitud de que se despache la ejecución, identificando la sentencia o resolución cuya ejecución se
pretenda.
3. En la sentencia condenatoria de desahucio por falta de pago de rentas o cantidades debidas, o por
expiración legal o contractual del plazo, la solicitud de su ejecución en la demanda de desahucio será
suficiente para la ejecución directa de la sentencia sin necesidad de ningún otro trámite para proceder al
lanzamiento en el dÃ−a y hora señalados en la propia sentencia o en la fecha que se hubiera fijado al
ordenar la citación al demandado.
4. El plazo de espera legal al que se refiere el artÃ−culo anterior no será de aplicación en la ejecución
de resoluciones de condena de desahucio por falta de pago de rentas o cantidades debidas, o por expiración
legal o contractual del plazo, que se regirá por lo previsto en tales casos.
La demanda ejecutiva es el acto de parte a través del cual se solicita al juez ejecutor que despache la
ejecución. Pero sólo se despachará la ejecución si el juez ejecutor lo considera procedente, tras analizar
la demanda ejecutiva y el tÃ−tulo ejecutivo. La demanda ejecutiva debe expresar los siguientes extremos (art.
549 LEC):
• El tÃ−tulo ejecutivo en el que se funda la ejecución forzosa.
• La identificación del ejecutante, y la mención, en su caso, del nombre y apellidos de su Procurador y
Abogado (arts. 399 LEC).
ArtÃ−culo 399 LEC. La demanda y su contenido.
1. El juicio principiará por demanda, en la que, consignados de conformidad con lo que se
establece en el artÃ−culo 155 los datos y circunstancias de identificación del actor y del
demandado y el domicilio o residencia en que pueden ser emplazados, se expondrán numerados y
separados los hechos y los fundamentos de derecho y se fijará con claridad y precisión lo que se
pida.
2. Junto a la designación del actor se hará mención del nombre y apellidos del procurador y del
abogado, cuando intervengan.
3. Los hechos se narrarán de forma ordenada y clara con objeto de facilitar su admisión o
negación por el demandado al contestar. Con igual orden y claridad se expresarán los
documentos, medios e instrumentos que se aporten en relación con los hechos que fundamenten las
pretensiones y, finalmente, se formularán, valoraciones o razonamientos sobre éstos, si parecen
convenientes para el derecho del litigante.
4. En los fundamentos de derecho, además de los que se refieran al asunto de fondo planteado, se
incluirán, con la adecuada separación, las alegaciones que procedan sobre capacidad de las
partes, representación de ellas o del procurador, jurisdicción, competencia y clase de juicio en que
se deba sustanciar la demanda, asÃ− como sobre cualesquiera otros hechos de los que pueda
depender la validez del juicio y la procedencia de una sentencia sobre el fondo.
5. En la petición, cuando sean varios los pronunciamientos judiciales que se pretendan, se
expresarán con la debida separación. Las peticiones formuladas subsidiariamente, para el caso de
que las principales fuesen desestimadas, se harán constar por su orden y separadamente.
31
• Las personas frente a las que se pretende despachar la ejecución, los ejecutados.
• La tutela ejecutiva que se pretende, es decir, la satisfacción a la que aspira el ejecutante.
• Los bienes susceptibles de embargo del ejecutado (si procede): con ello hará posible que el tribunal
decrete el embargo de esos bienes en el propio auto despachando ejecución; con lo que ganará tiempo y
evitará maniobras del deudor dirigidas a colocar esos bienes fuera del alcance del tribunal.
• Las medidas de localización o averiguación del patrimonio del ejecutado que solicite, en caso de que
sea necesario. Deberán solicitarse con indicación de las concretas entidades, organismos, registros o
personas a los que el ejecutante considere que se debe solicitar información.
Cuando el tÃ−tulo ejecutivo sea una sentencia (art. 549.2 LEC) se permite al acreedor interponer una
demanda ejecutiva más sencilla: será suficiente con un escrito en el que se haga referencia a la sentencia y
en el que se solicite, lisa y llanamente, que se despache la ejecución.
La demanda ejecutiva deberá presentarse siempre acompañada de una serie de documentos que exige la
ley (art. 550 LEC.):
ArtÃ−culo 550. Documentos que han de acompañar a la demanda ejecutiva.
1. A la demanda ejecutiva se acompañarán:
• El tÃ−tulo ejecutivo, salvo que la ejecución se funde en sentencia, decreto, acuerdo o transacción que
conste en los autos.
• Cuando el tÃ−tulo sea un laudo, se acompañarán, además, el convenio arbitral y los documentos
acreditativos de la notificación de aquél a las partes.
• El poder otorgado a procurador, siempre que la representación no se confiera apud acta o no conste ya
en las actuaciones, cuando se pidiere la ejecución de sentencias, transacciones o acuerdos aprobados
judicialmente.
• Los documentos que acrediten los precios o cotizaciones aplicados para el cómputo en dinero de deudas
no dinerarias, cuando no se trate de datos oficiales o de público conocimiento.
• Los demás documentos que la ley exija para el despacho de la ejecución.
2. También podrán acompañarse a la demanda ejecutiva cuantos documentos considere el ejecutante
útiles o convenientes para el mejor desarrollo de la ejecución y contengan datos de interés para
despacharla.
• El poder del procurador (carácter preceptivo de la postulación en el proceso de ejecución). Sin
embargo, no habrá de aportarse el poder en los siguientes casos:
♦ Cuando la intervención del procurador no sea preceptiva.
♦ Cuando el poder se otorgue apud acta ante el secretario judicial.
♦ Cuando se trate de la ejecución de sentencias (el poder para pleitos lo es tanto para la
declaración como para la ejecución).
• El tÃ−tulo ejecutivo (cuando el tÃ−tulo ejecutivo sea complejo, exigirá la aportación de varios
documentos).
• Otros documentos que la Ley exija (documentos que acrediten fehacientemente la sucesión).
1.2. Fundamentación de la demanda
32
En los casos más simples puede bastar la referencia al tÃ−tulo ejecutivo (art. 549.1.1º LEC) y la cita de los
preceptos de la LEC que funden la competencia del juzgado, la fuerza ejecutiva del tÃ−tulo, la legitimación
de las partes y la procedencia del despacho de la ejecución (arts. 517, 538, 545 y 551 LEC). No obstante en
algunos casos la fundamentación puede revestir una mayor complejidad.
En toda demanda ejecutiva debe pedirse que se despache la ejecución y sobre todo expresar con claridad y
precisión la tutela ejecutiva que se pretende en relación con el tÃ−tulo ejecutivo que se aduce,
precisando, en su caso, la cantidad que se reclame (art. 549.2º LEC). Si ese deber es de entrega de una
cantidad de dinero, la única tutela ejecutiva que cabe es la obtención en la ejecución y entrega del
ejecutante de la cantidad de que se trate;
Si el deber jurÃ−dico resultante del tÃ−tulo se refiere a una prestación de diferente naturaleza, la tutela
ejecutiva sólo podrá consistir, como regla, en que el ejecutado realice la prestación debida, sin perjuicio
de que, de no conseguirse ese resultado a través de las medidas ejecutivas legalmente previstas, pueda
sustituirse, ya dentro de la ejecución, la realización de la prestación a que se refiera el tÃ−tulo por un
equivalente pecuniario o una indemnización de daños y perjuicios. Como regla general, quien solicite la
ejecución de una sentencia de condena no dineraria no puede pedir directamente en la demanda el
equivalente pecuniario o la indemnización de daños y perjuicios sino, exclusivamente, la realización por
el ejecutado de la prestación objeto de la condena.
La única excepción que la LEC permite, por razones que fácilmente se comprenden, se da en el caso de
las condenas de no hacer, cuya ejecución tiene por objeto, desde el inicio y asÃ− se puede pedir en la
demanda, la indemnización de los daños y perjuicios causados al ejecutante (art. 710.2 LEC).
ArtÃ−culo 710 LEC. Condenas de no hacer.
1. Si el condenado a no hacer alguna cosa quebrantare la sentencia, se le requerirá, a instancia del
ejecutante por parte del Secretario judicial responsable de la ejecución, para que deshaga lo mal hecho si
fuere posible, indemnice los daños y perjuicios causados y, en su caso, se abstenga de reiterar el
quebrantamiento, con apercibimiento de incurrir en el delito de desobediencia a la autoridad judicial.
Se procederá de esta forma cuantas veces incumpla la condena y para que deshaga lo mal hecho se le
intimará por el Secretario judicial con la imposición de multas por cada mes que transcurra sin
deshacerlo.
2. Si, atendida la naturaleza de la condena de no hacer, su incumplimiento no fuera susceptible de
reiteración y tampoco fuera posible deshacer lo mal hecho, la ejecución procederá para resarcir al
ejecutante por los daños y perjuicios que se le hayan causado.
Se puede solicitar en la demanda ejecutiva el embargo de bienes del ejecutado en cantidad suficiente para
asegurar el pago de las eventuales indemnizaciones sustitutorias de la prestación que sea objeto de la
condena (art. 700 LEC).
ArtÃ−culo 700 LEC. Embargo de garantÃ−a y caución sustitutoria.
Si el requerimiento para hacer, no hacer o entregar cosa distinta de una cantidad de dinero no pudiere tener
inmediato cumplimiento, el Secretario judicial, a instancia del ejecutante, podrá acordar las medidas de
garantÃ−a que resulten adecuadas para asegurar la efectividad de la condena.
Se acordará, en todo caso, cuando el ejecutante lo solicite, el embargo de bienes del ejecutado en cantidad
suficiente para asegurar el pago de las eventuales indemnizaciones sustitutorias y las costas de la
33
ejecución. Contra este decreto cabe recurso directo de revisión sin efecto suspensivo ante el Tribunal que
dictó la orden general de ejecución.
El embargo se alzará si el ejecutado presta caución en cuantÃ−a suficiente fijada por el Secretario
judicial al acordar el embargo, en cualquiera de las formas previstas en el párrafo segundo del apartado 3
del artÃ−culo 529.
No hay que olvidar, por otro lado, que como consecuencia de la plena vigencia del Principio dispositivo en la
ejecución forzosa civil, nada impide que la pretensión de tutela ejecutiva se limite a sólo una parte de
aquello a lo que el ejecutante tenga derecho según el tÃ−tulo. El ejecutante no puede pedir más de lo que el
tÃ−tulo autorice, pero sÃ− menos y, en este último caso, el despacho de la ejecución ha de referirse
exclusivamente a lo que, amparado por el tÃ−tulo, se haya solicitado en la demanda ejecutiva.
Además de la solicitud de despacho de la ejecución y la identificación de la tutela jurÃ−dica que se
pretende, que son contenidos necesarios de la súplica de la demanda ejecutiva, en ésta puede solicitarse el
embargo de los bienes concretos que el ejecutante designe, expresando, al formular la solicitud, si se
consideran suficientes esos bienes para el fin de la ejecución (549.1.3º LEC). Esta petición se puede
formular tanto en los casos de ejecución dineraria como en los de ejecución no dineraria siempre que, en
estos últimos, se solicite el embargo cautelar del art. 700 LEC.
Conviene notar que una eventual indicación de que los bienes designados se consideran suficientes debe
vincular al tribunal, como consecuencia del Principio dispositivo; el tribunal podrá embargar o no todos los
bienes designados por el ejecutante, pero, si los embarga todos, ahÃ− deberá detenerse, en principio, la traba
de bienes, aunque el tribunal dude de su suficiencia para cubrir el importe por el que se haya despachado la
ejecución.
3. EL DESPACHO DE LA EJECUCIÃ N
La demanda ejecutiva ha de presentarse ante el tribunal que se considere competente para la ejecución. De la
demanda ejecutiva no se da traslado al ejecutado, puesto que la ejecución forzosa se despacha siempre sin
dar audiencia a la parte deudora (inaudita parte debitoris): se pretende con ello evitar que se pueda frustrar la
ejecución forzosa como consecuencia de conductas maliciosas. No obstante, cuando sea necesario o se
considere conveniente por alguna razón particular, la Ley sÃ− prevé la audiencia previa al deudor. AsÃ−
sucede en los casos en que la demanda se dirige frente a quién se considera sucesor de quien aparece como
deudor en el tÃ−tulo y el ejecutante no dispone de documentos fehacientes que acrediten la sucesión (540.3
LEC) o en la ejecución de laudos arbitrales, a efectos de que el deudor pueda alegar en su caso, la pendencia
de recurso de anulación (55.1 Ley de Arbitraje)
El tribunal ejecutor ha de decidir acerca del despacho de la ejecución a la sola vista de la demanda ejecutiva,
tras una previa comprobación de tres cuestiones distintas:
• Verificar que concurren los presupuestos procesales: su propia competencia y la capacidad de las partes.
• Comprobar la regularidad formal del tÃ−tulo ejecutivo: esto significa un control tanto interno como
externo de que el documento aportado por el ejecutante como tÃ−tulo ejecutivo es en efecto tÃ−tulo
ejecutivo.
• Cerciorarse de que la tutela ejecutiva solicitada es conforme con la naturaleza y el contenido del tÃ−tulo
ejecutivo.
El tribunal ejecutor no está autorizado en este momento para comprobar si subsiste la responsabilidad
del ejecutado, la existencia de responsabilidad debe presumirse de la existencia de un tÃ−tulo ejecutivo
formalmente regular. Será carga del ejecutado, en su caso, la de oponerse a la ejecución demostrando la
extinción de su responsabilidad.
34
Si el juez ejecutor considera que no concurren todos los requisitos para el despacho de la ejecución,
pueden ocurrir dos cosas:
• El defecto es subsanable: ofrecerá al ejecutante un plazo para la subsanación de dicho defecto, en
los términos previstos en el art. 231 LEC. La técnica de la subsanación resulta adecuada, por
ejemplo, cuando se haya omitido la aportación de alguno de los documentos exigidos por la Ley para
el despacho de la ejecución, pero no para los casos de falta de adecuación entre los solicitados en la
demanda ejecutiva y el contenido y naturaleza del tÃ−tulo. Si éste subsana el defecto en el plazo
fijado, el juez despachará la ejecución.
• El defecto apreciado por el juez no es subsanable (o si el acreedor no subsana el defecto): dictará
un auto denegando el despacho de la ejecución. Este auto es recurrible en apelación, aunque el
ejecutante podrá plantear de modo previo y facultativo un recurso de reposición (art. 552.2 LEC).
Estos recursos se sustanciarán sólo con la parte ejecutante, de modo que no se dará traslado de
ellos al ejecutado (inaudita parte debitoris).
ArtÃ−culo 552 LEC. Denegación del despacho de la ejecución. Recursos.
1. Si el tribunal entendiese que no concurren los presupuestos y requisitos legalmente exigidos para
el despacho de la ejecución, dictará auto denegando el despacho de la ejecución.
2. El auto que deniegue el despacho de la ejecución será directamente apelable, sustanciándose
la apelación sólo con el acreedor. También podrá el acreedor, a su elección, intentar recurso
de reposición previo al de apelación.
3. Una vez firme el auto que deniegue el despacho de la ejecución, el acreedor sólo podrá hacer
valer sus derechos en el proceso ordinario correspondiente, si no obsta a éste la cosa juzgada de
la sentencia o resolución firme en que se hubiese fundado la demanda de ejecución.
Si el Juez considera que se cumplen los requisitos antes expresados, habrá de despachar la ejecución.
Estará obligado a respetar el llamado plazo de espera o de «cortesÃ−a» (art. 548 LEC), siempre que se
trate de tÃ−tulos ejecutivos judiciales y resoluciones arbitrales: veinte dÃ−as desde la notificación de la
resolución al ejecutado.
ArtÃ−culo 548 LEC. Plazo de espera de la ejecución de resoluciones judiciales o arbitrales.
No se despachará ejecución de resoluciones procesales o arbitrales dentro de los veinte dÃ−as posteriores
a aquel en que la resolución de condena sea firme, o la resolución de aprobación del convenio haya sido
notificada al ejecutado.
El ejecutante sÃ− que podrá presentar la demanda ejecutiva el dÃ−a siguiente a la notificación de la
resolución, aunque no podrá obtener el despacho en tanto no se haya agotado el plazo que nos ocupa.
El AUTO QUE DESPACHA LA EJECUCIÃ N ha de contener:
• Expresar las personas frente a las que se despacha la ejecución y, si son varias, los lazos de
mancomunidad o solidaridad que les liguen en su responsabilidad.
• Si la ejecución es dineraria, se expresará la cantidad por la que se despacha la ejecución.
• En el propio auto que despacha ejecución el Juez puede adoptar medidas ejecutivas:
• El embargo de los bienes señalados por el ejecutante en la demanda ejecutiva.
35
• Las medidas de averiguación y localización del patrimonio del ejecutado que el ejecutante haya
pedido en la demanda ejecutiva.
• Si la ejecución no es dineraria, expresará las medidas ejecutivas que se decreten.
• Cuando legalmente proceda, también se decretará el requerimiento de pago que debe efectuarse al
ejecutado.
El auto que despacha ejecución se notificará al ejecutado, junto con una copia de la demanda ejecutiva,
pero sin citarle ni emplazarle (art. 553 LEC). Dicho auto no es susceptible de recurso alguno por el
ejecutado. El ejecutante, en cambio, sÃ− puede recurrir el auto que despacha ejecución, en caso de que
éste no satisfaga plenamente todas las peticiones formuladas en la demanda ejecutiva (apelación o
reposición).
ArtÃ−culo 553 LEC. Notificación.
El auto que autorice y despache ejecución asÃ− como el decreto que en su caso hubiera dictado el
Secretario judicial, junto con copia de la demanda ejecutiva, serán notificados simultáneamente al
ejecutado o, en su caso, al procurador que le represente, sin citación ni emplazamiento, para que en
cualquier momento pueda personarse en la ejecución, entendiéndose con él, en tal caso, las ulteriores
actuaciones.
Dictado el auto despachando ejecución, sin oÃ−r al ejecutado, y sin esperar tampoco a que se le haya
notificado el despacho, se llevarán a efecto las medidas de localización y averiguación del patrimonio del
ejecutado, asÃ− como la práctica de los embargos acordados.
ArtÃ−culo 551 LEC. Orden general de ejecución y despacho de la ejecución.
1. Presentada la demanda ejecutiva, el Tribunal, siempre que concurran los presupuestos y requisitos
procesales, el tÃ−tulo ejecutivo no adolezca de ninguna irregularidad formal y los actos de ejecución que
se solicitan sean conformes con la naturaleza y contenido del tÃ−tulo, dictará auto conteniendo la orden
general de ejecución y despachando la misma.
2. El citado auto expresará:
• La persona o personas a cuyo favor se despacha la ejecución y la persona o personas contra quien se
despacha ésta.
• Si la ejecución se despacha en forma mancomunada o solidaria.
• La cantidad, en su caso, por la que se despacha la ejecución, por todos los conceptos.
• Las precisiones que resulte necesario realizar respecto de las partes o del contenido de la ejecución,
según lo dispuesto en el tÃ−tulo ejecutivo, y asimismo respecto de los responsables personales de la
deuda o propietarios de bienes especialmente afectos a su pago o a los que ha de extenderse la ejecución,
según lo establecido en el artÃ−culo 538 de esta Ley.
3. Dictado el auto por el Juez o Magistrado, el Secretario judicial responsable de la ejecución, en el mismo
dÃ−a o en el siguiente dÃ−a hábil a aquél en que hubiera sido dictado el auto despachando ejecución,
dictará decreto en el que se contendrán:
• Las medidas ejecutivas concretas que resultaren procedentes, incluido si fuera posible el embargo de
bienes.
• Las medidas de localización y averiguación de los bienes del ejecutado que procedan, conforme a lo
previsto en los artÃ−culos 589 y 590 de esta Ley.
36
• El contenido del requerimiento de pago que deba hacerse al deudor; en los casos en que la Ley establezca
este requerimiento.
4. Contra el auto autorizando y despachando la ejecución no se dará recurso alguno, sin perjuicio de la
oposición que pueda formular el ejecutado.
5. Contra el decreto dictado por el Secretario judicial cabrá interponer recurso directo de revisión, sin
efecto suspensivo, ante el Tribunal que hubiere dictado la orden general de ejecución.
• Cuando deba hacerse requerimiento de pago y/o practicarse la diligencia de embargo, la notificación
se hará por la comisión judicial en el domicilio del ejecutado, inmediatamente antes del
requerimiento o de la práctica de la diligencia de embargo. Si no fuera procedente el requerimiento
de pago ni necesaria la diligencia de embargo, podrÃ−a intentarse la notificación por correo,
telégrafo o medio similar, pero en caso de que no se acreditara la recepción, habrÃ−a que recurrir
a la entrega en el domicilio, ya que se trata de una comunicación de la que depende la personación
en juicio (arts. 155.4, 158 y 161 LEC).
• Cuando la ejecución se refiere a sentencias o resoluciones judiciales, la notificación del despacho
de la ejecución podrá hacerse al Procurador que haya representado al ejecutado en las actuaciones
judiciales previas.
La notificación del despacho de la ejecución no condiciona, como regla general, la efectividad de las
medidas ejecutivas acordadas en el auto que despacha la ejecución (embargo y medidas de localización de
bienes, especialmente). Sólo en los casos en que deba efectuarse requerimiento de pago, el embargo de
bienes concretos y las medidas de localización deben esperar, como regla, a que se efectúe el requerimiento
(no la notificación, lo que sucede es que el requerimiento se hará siempre a continuación de la
notificación). No obstante, si el ejecutante lo pide, se puede practicar la diligencia de embargo cuando el
ejecutado no se encuentre en el domicilio designado en el tÃ−tulo al ir la comisión judicial a notificarle el
despacho de la ejecución y requerirle el pago.
ArtÃ−culo 582. Lugar del requerimiento de pago.
El requerimiento de pago se efectuará en el domicilio que figure en el tÃ−tulo ejecutivo. Pero, a petición
del ejecutante, el requerimiento podrá hacerse, además, en cualquier lugar en el que, incluso de forma
accidental, el ejecutado pudiera ser hallado.
Si no se encontrase el ejecutado en el domicilio que conste en el tÃ−tulo ejecutivo, podrá practicarse el
embargo si el ejecutante lo solicita, sin perjuicio de intentar de nuevo el requerimiento con arreglo a lo
dispuesto en esta Ley para los actos de comunicación mediante entrega de la resolución o de cédula y,
en su caso, para la comunicación edictal.
En cuanto a las medidas de localización de bienes del art. 590 LEC, pueden también llevarse a cabo sin
esperar al requerimiento de pago cuando el ejecutante lo solicite justificando que la demora podrÃ−a frustrar
el buen fin de la ejecución (554.2 LEC).
ArtÃ−culo 554. Medidas inmediatas tras el auto de despacho de la ejecución.
1. En los casos en que no se establezca requerimiento de pago, las medidas a que se refiere el número 2 del
apartado 3 del artÃ−culo 551 se llevarán a efecto de inmediato, sin oÃ−r previamente al ejecutado ni
esperar a la notificación del decreto dictado al efecto.
37
2. Aunque deba efectuarse requerimiento de pago, se procederá también en la forma prevista en el
apartado anterior cuando asÃ− lo solicitare el ejecutante, justificando, a juicio del Secretario judicial
responsable de la ejecución, que cualquier demora en la localización e investigación de bienes podrÃ−a
frustrar el buen fin de la ejecución.
En caso de ejecución de resoluciones judiciales o arbitrales de convenios aprobados judicialmente, deberán
tenerse en cuenta dos elementos temporales que afectan al despacho de la ejecución:
• El plazo de caducidad de 5 años (art. 518 LEC): caducada la acción, no procederá el despacho de la
ejecución. El plazo de caducidad se computa desde la firmeza de la sentencia o resolución de cuya
ejecución se trate hasta la presentación de la demanda ejecutiva, luego la ejecución podrá despacharse
después de transcurridos los 5 años, siempre que la demanda se hubiera presentado antes de cumplirse
éstos.
• El plazo de espera de 20 dÃ−as desde que la resolución haya sido notificada al ejecutado (art. 548 LEC);
antes de transcurrido este plazo, no deberá despacharse la ejecución. El plazo de espera lo es a efectos
del despacho de la ejecución, no de la presentación de la demanda ejecutiva. Si la demanda se presenta
antes de los 20 dÃ−as, el tribunal deberá esperar a que transcurra el plazo para despachar la ejecución.
La ejecución se despachará mediante auto, que no será susceptible de recurso alguno, sin perjuicio de la
oposición que, con arreglo a la presente Ley, pueda formular el ejecutado. El plazo para formular oposición
es de 10 dÃ−as, desde que se notifica al ejecutado el despacho de la ejecución (arts. 556.1 y 557.1).
ArtÃ−culo 556. Oposición a la ejecución de resoluciones procesales o arbitrales.
1. Si el tÃ−tulo ejecutivo fuera una resolución procesal o arbitral de condena, el ejecutado, dentro de los
diez dÃ−as siguientes a la notificación del auto en que se despache ejecución, podrá oponerse a ella por
escrito alegando el pago o cumplimiento de lo ordenado en la sentencia, que habrá de justificar
documentalmente.
También se podrá oponer la caducidad de la acción ejecutiva, y los pactos y transacciones que se
hubiesen convenido para evitar la ejecución, siempre que dichos pactos y transacciones consten en
documento público.
2. La oposición que se formule en los casos del apartado anterior no suspenderá el curso de la ejecución.
3. No obstante lo dispuesto en los apartados anteriores, cuando la ejecución se haya despachado en virtud
del auto a que se refiere el número 8 del apartado 2 del artÃ−culo 517, una vez el Secretario judicial haya
tenido por formulada oposición a la ejecución, en la misma resolución ordenará la suspensión de
ésta. Esta oposición podrá fundarse en cualquiera de las causas previstas en el artÃ−culo siguiente y en
las que se expresan a continuación:
• Culpa exclusiva de la vÃ−ctima.
• Fuerza mayor extraña a la conducción o al funcionamiento del vehÃ−culo.
• Concurrencia de culpas.
La irrecurribilidad del auto que despacha la ejecución debe ser matizada, no obstante, desde la perspectiva
del ejecutante: si el tribunal, por ejemplo, despacha la ejecución por menos cantidad de la solicitada en la
demanda ejecutiva o despacha la ejecución sólo frente al deudor, cuando en la demanda se habÃ−a dirigido
también frente al fiador, debe permitÃ−rsele al ejecutante recurrir. En estos casos, lo que el ejecutante
recurre es una denegación parcial del despacho de la ejecución, en relación con los términos en que se
habÃ−a solicitado en la demanda ejecutiva, denegación parcial a la que serÃ−a aplicable lo dispuesto en el
art.552.2 LEC en materia de recursos. La alternativa serÃ−a tener que considerar que ante la más mÃ−nima
discrepancia del tribunal con los términos en que se hubiera solicitado el despacho de la ejecución en la
38
demanda ejecutiva deberÃ−a denegarse por completo el despacho de la ejecución, lo que no parece de
recibo.
4. LA ACUMULACIÃ N DE EJECUCIONES
En determinados supuestos, la ley permite que dos o más procesos de ejecución que se están tramitando
de manera separada se acumulen, de forma que pase a existir una sola ejecución forzosa: se consigue con
ello una mayor economÃ−a procesal (art. 555 LEC):
• Los diversos procesos de ejecución tengan el mismo ejecutante y el mismo ejecutado: a instancia de
cualquiera de las partes, se acordará su acumulación, que será asÃ− obligatoria.
• Se estén siguiendo varios procesos de ejecución frente al mismo ejecutado, pero con ejecutantes
distintos: se decretará la acumulación a instancia de cualquiera de los ejecutantes, pero sólo si el
tribunal que conozca del proceso más antiguo lo considera más conveniente para la satisfacción de
todos los acreedores ejecutantes. Existe un lÃ−mite implÃ−cito, el de que el patrimonio del deudor sea
suficiente para hacer frente en vÃ−a ejecutiva a todos los créditos (de no ser asÃ− lo que procede es
sobreseer las ejecuciones y abrir un proceso concursal).
LECCION 57- LA ILICITUD DE LA EJECUCIÃ N Y DE LOS ACTOS EJECUTIVOS
1. Panorama general.- 2. La oposición a la ejecución: 2.1. Oposición a la ejecución por defectos
procesales. 2.2. Oposición a la ejecución por motivos de fondo. 2.3. Procedimiento de la oposición a la
ejecución por motivos de fondo.- 3. La impugnación de actos ejecutivos concretos.- 4. Suspensión. 5.Término del proceso de ejecución.
• PANORAMA GENERAL
En términos generales, la ejecución forzosa produce siempre un perjuicio al ejecutado, que éste está
jurÃ−dicamente obligado a padecer con todas sus consecuencias. Ahora bien, el ordenamiento jurÃ−dico le
concede al ejecutado la posibilidad de reaccionar y defenderse en caso de que la ejecución sea ilÃ−cita.
Según esto, cabe distinguir dos grandes tipos de reacción del ejecutado ante la ejecución:
• El deudor puede tener derecho a que termine sin más el proceso de ejecución (la ejecución se
sobresea sin satisfacer al ejecutante) cuando considere que la ejecución nunca debió existir, porque
es ilÃ−cita en su conjunto: oposición a la ejecución.
• El deudor puede tener derecho a que se corrijan o modifiquen ciertas actuaciones llevadas a cabo y
que suponen una infracción de las normas procesales: impugnación de actos ejecutivos
concretos.
• Clases de ilicitudes que pueden ser cometidas en una ejecución forzosa:
• Infracciones de normas procesales por actos concretos del proceso de ejecución: uno o varios de los
concretos actos procesales que lo componen se han llevado a cabo de manera ilÃ−cita por infracción de
las normas procesales que los regulan.
• Ausencia de presupuestos procesales del proceso de ejecución: casos en que el proceso de ejecución
forzosa globalmente considerado carece alguno de los presupuestos procesales legalmente exigidos para su
validez.
• Infracciones del tÃ−tulo ejecutivo: este tipo de ilicitud consiste en que el proceso de ejecución se esté
desarrollando de manera tal que se esté depurando una responsabilidad que no viene determinada por el
tÃ−tulo ejecutivo, ya sea en su aspecto subjetivo o en su aspecto objetivo:
39
• Bien sea porque se está dirigiendo la ejecución frente a persona que no consta como deudor en el
tÃ−tulo (y sin que exista sucesión, ni tampoco norma que permita extender la responsabilidad
derivada del tÃ−tulo a sus bienes),
• Bien sea porque se está actuando una responsabilidad distinta de la documentada en el tÃ−tulo
ejecutivo, ya sea por exceso o por defecto.
• Falta de acción ejecutiva: concurrencia de hechos que ponen de manifiesto que, aunque el ejecutante
cuenta a su favor con un tÃ−tulo ejecutivo formalmente válido, carece de acción ejecutiva, por lo que la
ejecución, aun siendo regular, es ilÃ−cita porque se pretende realizar en el patrimonio del ejecutado una
responsabilidad que existió en el momento de creación del tÃ−tulo pero que ya no subsiste (o sólo
subsiste en parte).
• Medios procesales para manifestar y apreciar esas ilicitudes:
• Control de oficio: son aplicables los artÃ−culos 238, 239, 240.2 y 241-243 LOPJ, asÃ− como
225,226 y 227.2 LEC (cuando entran en vigor), que regulan, con carácter general, las potestades
judiciales de control de oficio de la nulidad de los actos judiciales.
• Control a instancia de parte: hay que distinguir los siguientes medios procesales de defensa frente a
las ilicitudes del proceso de ejecución:
♦ Recursos ordinarios (arts. 562 y 563 LEC) de reposición y de apelación (este último sólo
en los casos en que esté expresamente previsto por la ley.
♦ Escrito dirigido al tribunal, medio este reservado para las infracciones causadas por actos
concretos del proceso de ejecución, cuando no exista resolución expresa frente a la que
recurrir (562.1.3º LEC).
♦ Declinatoria (reservada por naturaleza para la alegación de la falta de presupuestos
procesales relativos a la falta de jurisdicción y competencia del tribunal)
♦ Incidente de oposición a la ejecución, regulado en los arts. 556-561 LEC.
♦ Recurso especÃ−fico incidente de oposición previsto para la ejecución que tenga por
objeto una garantÃ−a real (será examinado).
♦ Incoación de un proceso declarativo simultáneo o posterior, respecto de aquellas ilicitudes
que no pueden ser hechas valer en el propio proceso de ejecución.
• LA OPOSICIÃ N A LA EJECUCIÃ N
El ejecutado puede oponerse a la ejecución en su conjunto, pretendiendo su sobreseimiento, cuando
considera que ésta nunca debió despacharse (falta alguna de las condiciones de las que depende su
validez). La LEC establece que el ejecutado puede oponerse a la ejecución por dos tipos de razones:
• Por defectos procesales: el ejecutante no tiene derecho al despacho de la ejecución, a pesar de que
el tribunal la haya despachado.
• Por motivos de fondo: el ejecutante no tiene acción ejecutiva porque ya se ha extinguido la
responsabilidad que se acredita en el tÃ−tulo ejecutivo.
Por otra parte, y desde un punto de vista procedimental, existen dos grandes posibilidades para instrumentar la
oposición a la ejecución:
• La oposición a la ejecución se instrumenta «desde dentro» del proceso cuando se permite que
el ejecutado, como parte del proceso de ejecución, dirija una petición al juez ejecutor aduciendo
una o varias causas de oposición y solicitando el sobreseimiento de la ejecución. Esta petición del
deudor genera un incidente dentro del proceso de ejecución, al término del cual el tribunal
40
decidirá si acuerda o no su sobreseimiento.
• La oposición a la ejecución se articula «desde fuera» del proceso de ejecución cuando el
ejecutado no está facultado para incoar un incidente en el que pueda solicitar al juez ejecutor el
sobreseimiento del proceso de ejecución. En consecuencia, el ejecutado ha de soportar la ejecución
forzosa, pero le quedará la posibilidad de hacer valer sus defensas en un proceso declarativo
posterior, a través del cual el ejecutado tratará de obtener una reparación de los daños que se le
hayan provocado como consecuencia de haberse visto forzado a padecer una ejecución ilÃ−cita.
♦ La oposición a la ejecución por defectos procesales se articula siempre «desde
dentro», a través de un genuino incidente de oposición.
♦ La oposición a la ejecución por motivos de fondo se puede articular «desde dentro» o
«desde fuera» en función de cuál sea la causa de extinción de la acción ejecutiva que
se aduzca. Si la causa esgrimida por el ejecutado es una de las previstas legalmente, entonces
su oposición se articulará «desde dentro», por medio del incidente de oposición.
♦ Las causas de oposición que permiten acudir al incidente de oposición son más reducidas
cuando el tÃ−tulo es judicial que cuando es extrajudicial (a la creación de un tÃ−tulo
judicial le ha precedido un proceso declarativo en el que el demandado habrá podido hacer
valer sus defensas).
Cabe asÃ− distinguir entre oposición a la ejecución por defectos de procesales y oposición a la ejecución
por motivos de fondo. De este modo cabe que:
• No se suscite oposición alguna.
• Que se suscite solamente oposición por defectos procesales.
• Que se suscite solamente oposición por motivos de fondo.
• Que se suscite oposición tanto por defectos procesales como por motivos de fondo: se promueve en
el mismo escrito, pero, promovida la oposición se sustancia y resuelve con carácter previo la
relativa a los defectos procesales, y sólo una vez que los defectos procesales hayan sido subsanados
o hayan sido desestimados, se pasa a sustanciar y resolver la oposición por motivos de fondo.
2.1. Motivos de oposición por defectos procesales
Los motivos de oposición a la ejecución por defectos procesales ponen de manifiesto que el ejecutante no
tiene derecho al despacho de la ejecución: falta algún presupuesto procesal o existe algún defecto
relacionado con el tÃ−tulo ejecutivo (art. 559.1 LEC):
• Por carecer el ejecutado del carácter o representación con que se le demanda (falta de
legitimación pasiva): el ejecutante carece de tÃ−tulo ejecutivo frente a él.
• Por falta de capacidad o representación del ejecutante o por no acreditar éste el carácter o
representación con los que demanda (falta de legitimación activa). Cabe distinguir dos tipos de
supuesto:
• El ejecutado considera que el ejecutante carece de personalidad procesal, pues no concurren en él
los presupuestos procesales de personalidad.
• El ejecutado denuncia la falta de legitimación activa del ejecutante (sucesiones).
• Por nulidad radical del despacho de la ejecución por falta de los requisitos que la Ley exige al
tÃ−tulo ejecutivo o al despacho de la ejecución (cuando se ha despachado ejecución respecto de
41
una sentencia declarativa o constitutiva, o sin respetar el plazo de espera de veinte dÃ−as…).
• Si el tÃ−tulo ejecutivo fuera un laudo arbitral no protocolizado notarialmente, la falta de autenticidad
de éste.
2.2. Oposición por motivos de fondo (desde dentro)
Sólo los motivos recogidos expresamente en la Ley permiten una oposición a la ejecución «desde
dentro», a través de un incidente de oposición. Todos estos motivos reflejan la extinción de la acción
ejecutiva (desaparición de la responsabilidad del ejecutado) y han de fundarse en todo caso en hechos que
sean posteriores al momento de creación del tÃ−tulo ejecutivo (en hechos cuya eficacia jurÃ−dica no haya
precluido). La lista de los motivos de oposición a la ejecución por razones de fondo es diversa:
• La ejecución se funda en alguno de los tÃ−tulos ejecutivos judiciales (art. 556.1 LEC):
• El pago (condenas dinerarias) o cumplimiento de lo ordenado en la sentencia, siempre que se
justifique documentalmente. Se admite también la eficacia de los pagos o cumplimientos parciales
como motivo de oposición, en estos casos el resultado de la oposición será la reducción del
ámbito objetivo de la ejecución.
• La caducidad de la acción ejecutiva. Que hayan transcurrido más de cinco años desde la firmeza
de la resolución cuya ejecución se pretende (art. 518 LEC). La caducidad de la acción no implica
necesariamente ni la caducidad ni la prescripción de la acción civil que dio lugar a dicho tÃ−tulo
judicial.
♦ Los pactos y transacciones convenidas por las partes para evitar la ejecución, siempre que
consten en documento público.
♦ También es admisible una oposición a la ejecución «desde dentro» si la interpone el
cónyuge no deudor aduciendo el carácter privativo de la deuda, en los casos de embargo de
bienes gananciales.
Cualquier otro motivo por el que el deudor ejecutado considere que la ejecución es improcedente no podrá
fundar un incidente de oposición, sino que se tendrá que hacer valer a través de un proceso declarativo
posterior.
• La ejecución se funda en alguno de los tÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales (art. 557.1 LEC):
• El pago, siempre que se acredite documentalmente.
• La compensación, siempre que sea de un crédito lÃ−quido que esté documentado en un
tÃ−tulo ejecutivo.
• La pluspetición o el exceso en la computación a metálico de las obligaciones no dinerarias. Por
pluspetición se entiende el hecho de que el acreedor reclame el conjunto de la deuda sin tener en
cuenta que una parte de ella se ha extinguido por cualquier causa (pago, quita, etc.), o los casos en que
el acreedor incluye en la deuda cantidades no debidas (comisiones, intereses no devengados, etc.)
• La prescripción o caducidad de la obligación. Se trata de la prescripción y caducidad de la
acción, y no de la acción ejecutiva. Recuérdese que la caducidad de la acción ejecutiva prevista
en el art. 518 LEC queda circunscrita a los tÃ−tulos ejecutivos judiciales. La acción ejecutiva basada
en tÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales no está sometida a un especÃ−fico plazo de caducidad; cosa
42
lógica si se tiene en cuenta que a la ejecución forzosa no precede un proceso declarativo.
• La quita (= perdón parcial), la espera (= plazo de demora) y el pacto o promesa de no pedir, que
consten documentalmente.
• La transacción, siempre que conste en documento público. La razón de que conste en documento
público es, al igual que en el caso de la compensación, evitar que la oposición a la ejecución se
convierta en un litigio sobre la existencia de la transacción, su alcance o si se han cumplido las
concesiones recÃ−procas que en la misma se pactaron.
Cualquier otro motivo de oposición habrá de hacerse valer, en su caso, en un proceso declarativo posterior.
• La ejecución se funda en un auto de cuantÃ−a máxima (art. 556.3 LEC):
• Todos los motivos de oposición expuestos para los tÃ−tulos judiciales.
• Todos los motivos de oposición expuestos para los tÃ−tulos extrajudiciales.
• Tres motivos adicionales, vinculados con la normativa sustantiva en materia de circulación de
vehÃ−culos a motor:
• La culpa exclusiva de la vÃ−ctima.
• La fuerza mayor, extraña a la conducción o al funcionamiento del vehÃ−culo.
• La concurrencia de culpas.
Falta de
capacidad o
acreditación
del ejecutado
subsanable
No concurren
en el
ejecutante los
presupuestos
procesales de
personalidad
Falta de
capacidad o
acreditación
del ejecutante
Falta de
legitimación
activa del
ejecutante
(sucesiones)
Por
defectos
procesales
Falta de
requisitos que
la Ley exige
al tÃ−tulo
ejecutivo
Nulidad
radical del
despacho de la
ejecución
Laudo arbitral
no
protocolizado
Falta de
requisitos que
la Ley exige al
43
notarialmente
despacho de la
ejecución
Cumplimiento
de lo
ordenado en
la sentencia
OPOSICIÃ N
A LA
Caducidad de
la acción
ejecutiva
(5 años
desde
sentencia
firme)
EJECUCIÃ N
TÃ−tulos
ejecutivos
judiciales
Pactos y
transacciones
convenidas en
documento
público
Bienes
gananciales:
oposición
interpuesta por
el cónyuge no
deudor
aduciendo el
carácter
privativo de la
deuda
Pago
Compensación
de crédito
lÃ−quido
Pluspetición
Por
motivos de
fondo
TÃ−tulos
ejecutivos
extrajudiciales
suspende la
ejecución
Prescripción
o caducidad
de la
obligación
Quita, espera y
pacto o
promesa de no
pedir
documentados
44
Pactos y
transacciones
convenidas en
documento
público
Todos los
motivos de
oposición
expuestos para
los tÃ−tulos
judiciales
Auto de
cuantÃ−a
máxima
Todos los
motivos de
oposición
expuestos para
los tÃ−tulos
extrajudiciales
Culpa
exclusiva de
la vÃ−ctima
suspende la
ejecución
Motivos
vinculados con
la normativa
sustantiva en
materia de
circulación de
vehÃ−culos a
motor
Fuerza
mayor
Concurrencia
de culpas
2.3. Tramitación de la oposición
En los casos en los que el ejecutado puede oponerse a la ejecución desde dentro, deberá hacerlo suscitando
el incidente de oposición a la ejecución dentro de los diez dÃ−as siguientes a la notificación del auto
por el que se acuerda el despacho de la ejecución.
Este incidente comenzará con una demanda de oposición presentada por el ejecutado en la que alegará
todos aquellos defectos procesales y motivos de fondo que concurran a su juicio. El ejecutado asume el papel
activo y sobre él pesa la carga de la prueba en relación con los hechos en que funde su oposición.
A la demanda de oposición debe acompañar el deudor los documentos señalados en los artÃ−culos 264 y
265 LEC, es decir, tanto los documentos procesales como los relativos al fondo del asunto. La aportación de
los documentos de fondo está sometida a preclusión, por lo que la falta de aportación con la demanda
puede traer consigo la falta de prueba del motivo de oposición cuya carga tiene el deudor y, por tanto, su
desestimación. Además, en el escrito de oposición deberá el ejecutado solicitar la celebración de vista,
si la estima necesaria, asÃ− como proponer la práctica de medios de prueba cuando considere que la
oposición no puede resolver exclusivamente sobre la base de prueba documental.
ArtÃ−culo 264 LEC. Documentos procesales.
45
Con la demanda, la contestación o, en su caso, al comparecer a la vista de juicio verbal, habrán de
presentarse:
• El poder notarial conferido al procurador siempre que éste intervenga y la representación no se
otorgue apud acta.
• Los documentos que acrediten la representación que el litigante se atribuya.
• Los documentos o dictámenes que acrediten el valor de la cosa litigiosa, a efectos de competencia y
procedimiento.
ArtÃ−culo 265 LEC. Documentos y otros escritos y objetos relativos al fondo del asunto.
1. A toda demanda o contestación habrán de acompañarse:
• Los documentos en que las partes funden su derecho a la tutela judicial que pretenden.
• Los medios e instrumentos a que se refiere el apartado 2 del artÃ−culo 299, si en ellos se fundaran las
pretensiones de tutela formuladas por las partes.
• Las certificaciones y notas sobre cualesquiera asientos registrales o sobre el contenido de libros registro,
actuaciones o expedientes de cualquier clase.
• Los dictámenes periciales en que las partes apoyen sus pretensiones, sin perjuicio de lo dispuesto en los
artÃ−culos 337 y 339 de esta Ley. En el caso de que alguna de las partes sea titular del derecho de
asistencia jurÃ−dica gratuita no tendrá que aportar con la demanda o con la contestación el dictamen,
sino simplemente anunciarlo de acuerdo con lo que prevé el apartado 1 del artÃ−culo 339.
• Los informes, elaborados por profesionales de la investigación privada legalmente habilitados, sobre
hechos relevantes en que aquéllas apoyen sus pretensiones. Sobre estos hechos, si no fueren
reconocidos como ciertos, se practicará prueba testifical.
2. Sólo cuando las partes, al presentar su demanda o contestación, no puedan disponer de los documentos,
medios e instrumentos a que se refieren los tres primeros números del apartado anterior, podrán designar
el archivo, protocolo o lugar en que se encuentren, o el registro, libro registro, actuaciones o expediente del
que se pretenda obtener una certificación.
Si lo que pretenda aportarse al proceso se encontrara en archivo, protocolo, expediente o registro del que se
puedan pedir y obtener copias fehacientes, se entenderá que el actor dispone de ello y deberá
acompañarlo a la demanda, sin que pueda limitarse a efectuar la designación a que se refiere el párrafo
anterior.
3. No obstante lo dispuesto en los apartados anteriores, el actor podrá presentar en la audiencia previa al
juicio los documentos, medios, instrumentos, dictámenes e informes, relativos al fondo del asunto, cuyo
interés o relevancia sólo se ponga de manifiesto a consecuencia de alegaciones efectuadas por el
demandado en la contestación a la demanda.
4. En los juicios verbales, el demandado aportará los documentos, medios, instrumentos, dictámenes e
informes a que se refiere el apartado 1 en el acto de la vista.
Presentada la demanda ejecutiva, la Ley establece una tramitación por fases o «en cascada»:
• En primer término se resolverá sobre los defectos procesales alegados:
Interpuesta por el ejecutado, en plazo, la demanda de oposición (10 dÃ−as desde la notificación del auto de
despacho de la ejecución), se dará traslado de ella al ejecutante. Si en esa demanda de adujeran defectos
procesales, el ejecutante habrá de pronunciarse por escrito, en un plazo de 5 dÃ−as, sólo sobre la
concurrencia o no de los defectos procesales, pero no sobre los de fondo, aunque también se hayan alegado.
Dentro de dicho plazo el ejecutante podrá presentar su escrito impugnando los motivos aducidos por el
46
ejecutante. También dicho escrito podrá solicitar la celebración de vista si la considera necesaria
A la vista de las alegaciones de las partes, el tribunal adopta una de las tres siguientes resoluciones (sólo
recurrible en reposición):
• Si considera que concurre un defecto procesal subsanable, dictará una providencia concediendo al
ejecutante un plazo de diez dÃ−as para subsanarlo.
• Si considera que concurre un defecto no subsanable, o no subsanado en el plazo concedido, dictará
auto estimando la oposición y sobreseyendo la ejecución, en el que además condenará en costas
al ejecutante.
• Si considera que no concurre el defecto procesal alegado, caben a su vez dos posibles desenlaces:
♦ Si el ejecutado no adujo motivos de fondo, se desestimará la oposición y se mandará que
la ejecución siga adelante.
♦ Si el ejecutado adujo, además del defecto procesal rechazado, algún motivo de fondo,
concederá al ejecutante un nuevo plazo de cinco dÃ−as para formular alegaciones al
respecto.
• En un segundo momento, se enjuiciarán los motivos de fondo, si los hubiese:
Recibidas las alegaciones del ejecutante sobre los motivos de fondo, es posible la celebración de una vista
para la práctica de pruebas. Si el ejecutado no acude a esa vista, se entiende que desiste de la oposición y,
por tanto, su oposición es desestimada (y se le condena en costas y, en su caso, a indemnizar al ejecutante los
daños y perjuicios causados). ). Si quien no comparece es el ejecutante, el tribunal resolverá sin oÃ−rle
sobre la oposición a la ejecución, es decir, la vista se celebrará en su ausencia.
Al término de la vista, el tribunal ha de dictar un auto (recurrible en apelación), en el cual:
• Si considera que no concurre la causa de oposición, desestima la oposición y manda seguir adelante
con la ejecución.
• También manda que siga adelante la ejecución si el motivo de oposición a la ejecución le
afectaba de manera parcial (seguirá adelante con un objeto más reducido).
• Si considera concurrente la causa de oposición estimará la oposición y sobreseerá la ejecución.
Se dejará la ejecución sin efecto, se mandará alzar los embargos y las medidas de garantÃ−a de
los mismos que se hubieran podido adoptar, se reintegrará al ejecutado a la situación anterior al
despacho de la ejecución conforme a lo dispuesto en los arts. 533 y 534 y se condenará al
ejecutante a pagar las costas de la ejecución.
Contra el auto que resuelva la oposición por motivos de fondo cabe, en todo caso, recurso de apelación.
♦ Si el auto recurrido hubiera desestimado la oposición, la apelación no suspenderá el curso
de la ejecución.
♦ Si el auto recurrido hubiera estimado la oposición, el ejecutante podrá solicitar que se
mantengan los embargos y medidas de garantÃ−a adoptados y que se adopten las medidas
que procedan de conformidad con lo previsto en el art. 697 LEC. Hecha solicitud por el
solicitante, el tribunal la aceptará mediante providencia siempre que el ejecutante preste
caución suficiente, que se fijará en la propia resolución, para asegurar la indemnización
que pueda corresponder al ejecutado en caso de que la estimación de la oposición sea
confirmada.
• La tramitación del incidente de oposición puede tener efectos suspensivos sobre la ejecución en curso:
47
• Se suspende la ejecución si se han alegado motivos de fondo y el tÃ−tulo ejecutivo es
extrajudicial.
• La sustanciación de la oposición a la ejecución carece de efectos suspensivos en los demás
casos, para evitar que este incidente entorpezca (incluso fraudulentamente) el avance del proceso de
ejecución.
La diferencia es lógica, si se tiene en cuenta que, en este caso, a la ejecución no ha precedido un proceso
declarativo. Como excepción a la regla anterior, si la oposición de fondo a la ejecución de un tÃ−tulo
extrajudicial se funda exclusivamente en pluspetición o exceso en la computación a metálico de las
deudas en especie, no se suspenderá el curso de la ejecución, a no ser que el ejecutado ponga a
disposición del tribunal para su inmediata entrega al ejecutante la cantidad que considere debida. Si el
deudor no realiza esa puesta a disposición, la ejecución continuará su curso pero el producto de la venta
de los bienes embargados, en lo que exceda de la cantidad reconocida como debida por el ejecutado, no se
entregará al ejecutante mientras la oposición no haya sido resuelta.
• El auto que resuelve sobre la oposición a la ejecución tiene naturaleza sumaria, es decir, no produce
efectos de cosa juzgada. En consecuencia, las cuestiones discutidas en el incidente de oposición y
resueltas en el auto que le pone fin podrán volver a ser objeto de enjuiciamiento en un proceso posterior.
2.4. Oposición por motivos de fondo (desde fuera)
En los casos en que el ejecutado no puede legalmente interponer un incidente de oposición a la ejecución (o
cuando interpuesto, es desestimado) no le queda más alternativa que defender su posición jurÃ−dica desde
fuera del proceso de ejecución, a través de un proceso declarativo que, normalmente, se sustancia con
posterioridad, una vez que la ejecución ya ha concluido (cuando el deudor ya ha padecido los perjuicios de lo
que para él es una ejecución ilÃ−cita). Los elementos identificadores de la acción que se ejercitará en
él son:
• Sujetos: en este proceso posterior ostentará la condición de actor quien fue ejecutado en el proceso de
ejecución. Y la demanda se dirigirá contra quien fue en él acreedor ejecutante.
• Petitum: el deudor ejecutado tiene derecho a lograr una reparación lo más perfecta posible de los
daños padecidos como consecuencia de la ejecución forzosa ilÃ−cita. Por ello, reclamará en primer
término una indemnización por enriquecimiento injusto, para que el ejecutante le devuelva las
cantidades percibidas con la ejecución. Además, tendrá derecho a reclamar la indemnización de los
daños y perjuicios que se le hayan producido.
• Causa de pedir: la demanda del deudor ejecutado se fundará en aquellos hechos, posteriores a la
confección del tÃ−tulo ejecutivo (cuya eficacia jurÃ−dica no haya precluido) de los que se derive la
extinción de la responsabilidad aparentemente acreditada por el tÃ−tulo ejecutivo que sirvió de
fundamento a la ejecución ilÃ−cita.
3. LA IMPUGNACIÃ N DE ACTOS EJECUTIVOS CONCRETOS
A diferencia de lo que sucede con la oposición a la ejecución, en estos casos el deudor no pretende el
término de la ejecución, sino tan sólo que se corrijan los actos realizados durante la ejecución forzosa
que infrinjan la Ley. Por esa razón, los motivos de impugnación de actos ejecutivos concretos están
abiertos tanto para el ejecutado como para el ejecutante, en función de a quién de ellos perjudique la
infracción procesal cometida.
3.1. Impugnación de actos ejecutivos por infracción de las normas procesales
Esta impugnación es la que puede tener lugar cuando un acto concreto del proceso de ejecución se ha
llevado a cabo infringiendo la norma procesal que lo regula. La parte perjudicada por la infracción podrá
48
pretender que ese acto se anule y que se vuelva a realizar de forma correcta. Son dos los posibles cauces para
llevar a cabo esta impugnación (cfr. art. 562 LEC):
• Como regla general, la parte a la que perjudique una infracción procesal habrá de recurrir la
resolución que haya acordado dicho acto. Podrá recurrirlo en reposición siempre y podrá
acudir al recurso de apelación sólo cuando la Ley lo prevea de forma expresa.
• Cuando son las actuaciones materiales llevadas a cabo en el proceso de ejecución las que infringen
la ley procesal, no hay resolución alguna que se pueda recurrir. Por eso, para denunciar la
infracción procesal, la ley permite a la parte perjudicada dirigir un escrito al ejecutor en el que se
describa la actuación contraria a la ley procesal y se solicite su revocación. A este escrito se le
dará la misma tramitación que a un recurso de reposición.
ArtÃ−culo 562. Impugnación de infracciones legales en el curso de la ejecución.
1. Con independencia de la oposición a la ejecución por el ejecutado según lo dispuesto en los
artÃ−culos anteriores, todas las personas a que se refiere el artÃ−culo 538 podrán denunciar la
infracción de normas que regulen los actos concretos del proceso de ejecución:
Por medio del recurso de reposición establecido en la presente Ley si la infracción constara o se cometiera
en resolución del Tribunal de la ejecución o del Secretario judicial.
Por medio del recurso de apelación en los casos en que expresamente se prevea en esta Ley.
Mediante escrito dirigido al Tribunal si no existiera resolución expresa frente a la que recurrir. En el
escrito se expresará con claridad la resolución o actuación que se pretende para remediar la infracción
alegada.
2. Si se alegase que la infracción entraña nulidad de actuaciones o el Tribunal lo estimase asÃ−, se
estará a lo dispuesto en los artÃ−culos 225 y siguientes. Cuando dicha nulidad hubiera sido alegada ante
el Secretario judicial o éste entendiere que hay causa para declararla, dará cuenta al Tribunal que
autorizó la ejecución para que resuelva sobre ello.
A parte de los medios de impugnación genéricos previstos en el artÃ−culo 562 LEC, hay que actos
ejecutivos concretos para los que la ley establece medios de impugnación especÃ−ficos: el art. 609 LEC
permite al ejecutado denunciar la nulidad del embargo hecho sobre bienes inembargables mediante una simple
comparecencia ante el tribunal; el artÃ−culo 661LEC, relativo a los terceros ocupantes de un inmueble.
3.2. Impugnación de actos ejecutivos por infracción del tÃ−tulo ejecutivo
En el proceso de ejecución sólo puede ejecutarse aquello que autorice el tÃ−tulo y la ejecución sólo
puede llevarse a cabo de manera que se ajuste de forma estricta al contenido del tÃ−tulo. Cuando alguna
resolución o actuación del proceso de ejecución infringe el tÃ−tulo ejecutivo, la parte perjudicada ha de
poder recurrir para conseguir que se anule dicha actuación y se vuelva a llevar a cabo, esta vez de manera
conforme al tÃ−tulo:
• Si el tÃ−tulo ejecutivo es judicial, podrá interponer recurso de reposición y también recurso
de apelación, que será siempre admisible. Además, durante la tramitación del recurso de
apelación, el ejecutado puede pedir la suspensión de la ejecución, siempre que preste caución.
• Si el tÃ−tulo ejecutivo es extrajudicial, habrá que reaccionar en los mismos términos que si se
tratara de una infracción procesal ordinaria.
49
ArtÃ−culo 563 LEC. Actos de ejecución contradictorios con el tÃ−tulo ejecutivo judicial.
1. Cuando, habiéndose despachado ejecución en virtud de sentencias o resoluciones judiciales, el tribunal
competente para la ejecución provea en contradicción con el tÃ−tulo ejecutivo, la parte perjudicada
podrá interponer recurso de reposición y, si se desestimare, de apelación.
Si la resolución contraria al tÃ−tulo ejecutivo fuere dictada por el Secretario judicial, previa reposición,
cabrá contra ella recurso de revisión ante el tribunal y, si fuera desestimado, recurso de apelación.
2. En los casos del apartado anterior, la parte que recurra podrá pedir la suspensión de la concreta
actividad ejecutiva impugnada, que se concederá si, a juicio del Tribunal, presta caución suficiente para
responder de los daños que el retraso pueda causar a la otra parte.
Podrá constituirse la caución en cualquiera de las formas previstas en el párrafo segundo del apartado 3
del artÃ−culo 529.
4. LA SUSPENSIÃ N DE LA EJECUCIÃ N
Se entiende por suspensión de la ejecución la paralización del proceso de ejecución, que habrá de
reanudarse cuando desaparezca la causa que la motivó. La regla general es la de que la suspensión de la
ejecución no procede nunca, salvo en los casos en que la Ley lo ordene de modo expreso, o cuando lo
acuerden todas las partes personadas en la ejecución (art. 565.1 LEC).
ArtÃ−culo 565 LEC. Alcance y norma general sobre suspensión de la ejecución.
1. Sólo se suspenderá la ejecución en los casos en que la Ley lo ordene de modo expreso, o asÃ− lo
acuerden todas las partes personadas en la ejecución.
2. Decretada la suspensión, podrán, no obstante, adoptarse o mantenerse medidas de garantÃ−a de los
embargos acordados y se practicarán, en todo caso, los que ya hubieren sido acordados.
En los casos en que se haya decretado la suspensión podrán adoptarse o mantenerse medidas de garantÃ−a
de los embargos acordados y se practicarán, en todo caso, los que ya hubieren sido acordados (art. 565.2
LEC).
De forma singular, la Ley permite la suspensión de la ejecución en los siguientes supuestos:
• Si se interpone una demanda de revisión de la sentencia que es objeto de ejecución, o de audiencia
al condenado en rebeldÃ−a en dicha sentencia (art. 566 LEC):
El tribunal competente para la ejecución podrá ordenar, a instancia de parte, si las circunstancias del caso lo
aconsejaran y tras oÃ−r el parecer del Ministerio Fiscal, que se suspendan las actuaciones de ejecución de la
sentencia. Para ello, el tribunal deberá exigir al que la pida caución por el valor de lo litigado y los daños
y perjuicios que pudieren irrogarse por la inejecución de la sentencia.
ArtÃ−culo 566. Suspensión, sobreseimiento y reanudación de la ejecución en casos de rescisión y
de revisión de sentencia firme.
1. Si, despachada ejecución, se interpusiera y admitiera demanda de revisión o de rescisión de
sentencia firme dictada en rebeldÃ−a, el tribunal competente para la ejecución podrá ordenar, a
instancia de parte, y sÃ− las circunstancias del caso lo aconsejaran, que se suspendan las actuaciones
de ejecución de la sentencia. Para acordar la suspensión el tribunal deberá exigir al que la pida
caución por el valor de lo litigado y los daños y perjuicios que pudieren irrogarse por la inejecución
50
de la sentencia. Antes de decidir sobre la suspensión de la ejecución de la sentencia objeto de
revisión, el tribunal oirá el parecer del Ministerio Fiscal.
La caución a que se refiere el párrafo anterior podrá otorgarse en cualquiera de las formas previstas
en el párrafo segundo del apartado 3 del artÃ−culo 529.
2. Se alzará la suspensión de la ejecución y se ordenará que continúe cuando le conste al
Secretario judicial responsable de la ejecución la desestimación de la revisión o de la demanda de
rescisión de sentencia dictada en rebeldÃ−a.
3. Se sobreseerá por el Secretario judicial la ejecución cuando se estime la revisión o cuando,
después de rescindida la sentencia dictada en rebeldÃ−a, se dicte sentencia absolutoria del
demandado.
4. Cuando, rescindida la sentencia dictada en rebeldÃ−a, se dicte sentencia con el mismo contenido que
la rescindida o que, aun siendo de distinto contenido, tuviere pronunciamientos de condena, se
procederá a su ejecución, considerándose válidos y eficaces los actos de ejecución anteriores en lo
que fueren conducentes para lograr la efectividad de los pronunciamientos de dicha sentencia.
♦ Se alzará la suspensión de la ejecución y se ordenará que continúe cuando le conste al
tribunal de la ejecución la desestimación de la revisión o de la demanda de rescisión de
sentencia dictada en rebeldÃ−a.
♦ Se sobreseerá la ejecución cuando se estime la revisión o cuando, después de
rescindida la sentencia dictada en rebeldÃ−a, se dicte sentencia absolutoria del demandado.
♦ Cuando, rescindida la sentencia dictada en rebeldÃ−a, se dicte sentencia con el mismo
contenido que la rescindida o que, aun siendo de distinto contenido, tuviere pronunciamientos
de condena, se procederá a su ejecución, considerándose válidos y eficaces los actos de
ejecución anteriores en lo que fueren conducentes para lograr la efectividad de los
pronunciamientos de dicha sentencia.
• En situaciones concursales (art. 568 LEC): el tribunal suspenderá la ejecución, en el estado en que se
halle, en cuanto le sea notificado que el ejecutado se encuentra en situación de concurso.
ArtÃ−culo 568 LEC. Suspensión en caso de situaciones concursales.
1. No se dictará auto autorizando y despachando la ejecución cuando conste al Tribunal que el
demandado se halla en situación de concurso.
2. El Secretario judicial decretará la suspensión de la ejecución en el estado en que se halle en cuanto
le sea notificado que el ejecutado se encuentra en situación de concurso. El inicio de la ejecución y la
continuación del procedimiento ya iniciado que se dirija exclusivamente contra bienes hipotecados y
pignorados estarán sujetos a cuanto establece la Ley Concursal.
3. Si existieran varios demandados, y sólo alguno o algunos de ellos se encontraran en el supuesto al
que se refieren los dos apartados anteriores, la ejecución no se suspenderá respecto de los demás.
• En los casos de prejudicialidad penal (art. 569): si se encontrase pendiente causa criminal en que se
investiguen hechos de apariencia delictiva que, de ser ciertos, determinarÃ−an la falsedad o nulidad del
tÃ−tulo ejecutivo o la invalidez o ilicitud del despacho de la ejecución, el tribunal que conozca de ella,
oÃ−das las partes y el Ministerio Fiscal, acordará la suspensión de la ejecución. No obstante, la
ejecución podrá seguir adelante si el ejecutante presta caución suficiente para responder de lo que
51
perciba y de los daños y perjuicios que la ejecución produzca al ejecutado.
ArtÃ−culo 569 LEC. Suspensión por prejudicialidad penal.
1. La presentación de denuncia o la interposición de querella en que se expongan hechos de apariencia
delictiva relacionados con el tÃ−tulo ejecutivo o con el despacho de la ejecución forzosa no
determinarán, por si solas, que se decrete la suspensión de ésta.
Sin embargo, si se encontrase pendiente causa criminal en que se investiguen hechos de apariencia
delictiva que, de ser ciertos, determinarÃ−an la falsedad o nulidad del tÃ−tulo o la invalidez o ilicitud
del despacho de la ejecución, el Tribunal que la autorizó, oÃ−das las partes y el Ministerio Fiscal,
acordará la suspensión de la ejecución.
2. Si la causa penal a que se refiere el apartado anterior finalizare por resolución en que se declare la
inexistencia del hecho o no ser éste delictivo, el ejecutante podrá pedir indemnización de daños y
perjuicios, en los términos del apartado séptimo del artÃ−culo 40.
3. No obstante lo dispuesto en el apartado primero de este artÃ−culo, la ejecución podrá seguir
adelante si el ejecutante presta, en cualquiera de las formas previstas en el párrafo segundo del
apartado 3 del artÃ−culo 529, caución suficiente, a juicio del Tribunal que la despachó, para
responder de lo que perciba y de los daños y perjuicios que la ejecución produzca al ejecutado.
5. LA TERMINACIÃ N DE LA EJECUCIÃ N FORZOSA
La ejecución forzosa sólo terminará con la completa satisfacción del acreedor ejecutante (art. 570 LEC).
Una vez abierto un proceso de ejecución, no se produce nunca la caducidad de la instancia: una ejecución
forzosa puede permanecer abierta durante un periodo muy largo de tiempo, y puede también pasar por
largos periodos de inactividad judicial. Ya que, en virtud del art. 1911 CC, los deudores responderán del
cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes, presentes y futuros.
ArtÃ−culo 570 LEC. Final de la ejecución.
La ejecución forzosa sólo terminará con la completa satisfacción del acreedor ejecutante, lo que se
acordará por decreto del Secretario judicial, contra el cual podrá interponerse recurso directo de
revisión.
Es cierto que (art. 518 LEC) la acción ejecutiva fundada en tÃ−tulos ejecutivos judiciales caduca a los cinco
años. Pero la caducidad se produce sólo si en esos cinco años el acreedor no insta el despacho de la
ejecución. Una vez despachada la ejecución, no habrá ya más caducidades, de modo que una
paralización de la ejecución por más de cinco años en modo alguno determina la caducidad.
LECCION 58.- LA EJECUCIÃ N DINERARIA
1. Generalidades.- 2. Ejecución dineraria basada en tÃ−tulos de los que resulta una deuda lÃ−quida. 3.Deudas lÃ−quidas: determinación de la cantidad por la que se despacha ejecución. 4.- Deudas ilÃ−quidas:
determinación de la cantidad por la que se despacha ejecución.- 4. Requerimiento de pago.
• PANORAMA GENERAL
La ejecución dineraria es con mucho la más frecuente en la práctica y va destinada a la obtención de una
cantidad de dinero con cargo al patrimonio del ejecutado: se procede en virtud de un tÃ−tulo ejecutivo del
que, directa o indirectamente, resulta el deber de entregar una cantidad de dinero (art. 571 LEC). Toda
ejecución dineraria se compone de dos grandes fases:
52
• El embargo de bienes: engloba todas las actuaciones que van dirigidas a determinar los bienes sobre los
que se ha de proyectar la actuación ejecutiva, a vincularlos efectivamente a la ejecución y establecer
sobre ellos determinadas medidas de garantÃ−a.
• La realización forzosa (procedimiento o vÃ−a de apremio): la integran todas las actuaciones necesarias
para satisfacer el crédito del ejecutante con los bienes embargados, normalmente a través de las
operaciones precisas para obtener dinero a partir de los bienes embargados.
Con carácter previo a estas actividades, es necesario determinar cuál es el importe concreto de dinero que
ha de obtenerse en la ejecución forzosa, cuyo lÃ−mite es la cantidad que solicite el ejecutante en su demanda
ejecutiva (dentro del marco establecido por el tÃ−tulo ejecutivo). Las deudas de dinero pueden ser de tres
tipos diversos:
• LÃ−quidas: la deuda es lÃ−quida cuando el tÃ−tulo ejecutivo expresa el importe de la deuda en
cifras, letras o guarismos, y lo relaciona con la moneda de curso legal (art. 572.1 LEC).
• Liquidables: la deuda es liquidable cuando el tÃ−tulo ejecutivo no expresa su importe en cifras,
letras o guarismos, pero sÃ− que contiene las bases para proceder a su cuantificación a través de
simples operaciones matemáticas (se contienen en el tÃ−tulo ejecutivo todos los elementos
necesarios para la cuantificación). Cuando una deuda es liquidable, se admite que el acreedor
ejecutante pueda proceder unilateralmente a su liquidación en la propia demanda ejecutiva, sin que
la falta de participación del deudor en las operaciones liquidatorias pueda generarle indefensión
(inaudita parte debitoris).
• IlÃ−quidas: la deuda es ilÃ−quida cuando no pueden extraerse del tÃ−tulo ejecutivo todos los
elementos necesarios para realizar la cuantificación, que requerirá en consecuencia de valoraciones
fácticas y/o jurÃ−dicas que habrán de hacerse sobre la base de elementos ajenos al propio tÃ−tulo
y, en todo caso, previa audiencia del deudor, pues los elementos relevantes para la cuantificación no
se hallan en el tÃ−tulo ejecutivo.
Con carácter general la cantidad que ha de obtenerse en la ejecución debe fijarse atendiendo a la concreta
pretensión formulada por el ejecutante, siempre que ésta no exceda de la cantidad que resulte debida
según el tÃ−tulo ejecutivo. Ahora bien según el tÃ−tulo es preciso distinguir:
• TÃ−tulos de los que resulta una deuda de dinero lÃ−quida: son aquellos que expresan el importe de la
deuda con letras, cifras o guarismos comprensibles (572 LEC) o los que, sin cuantificar exactamente la
deuda, establecen unas bases que permiten hacer esa cuantificación mediante una simple operación
matemática (deudas lÃ−quidas y liquidables).
ArtÃ−culo 572 LEC. Cantidad lÃ−quida. Ejecución por saldo de operaciones.
1. Para el despacho de la ejecución se considerará lÃ−quida toda cantidad de dinero determinada,
que se exprese en el tÃ−tulo con letras, cifras o guarismos comprensibles. En caso de disconformidad
entre distintas expresiones de cantidad, prevalecerá la que conste con letras. No será preciso, sin
embargo, al efecto de despachar ejecución, que sea lÃ−quida la cantidad que el ejecutante solicite por
los intereses que se pudieran devengar durante la ejecución y por las costas que ésta origine.
2. También podrá despacharse ejecución por el importe del saldo resultante de operaciones
derivadas de contratos formalizados en escritura pública o en póliza intervenida por corredor de
comercio colegiado, siempre que se haya pactado en el tÃ−tulo que la cantidad exigible en caso de
ejecución será la resultante de la liquidación efectuada por el acreedor en la forma convenida por las
partes en el propio tÃ−tulo ejecutivo.
53
En este caso, sólo se despachará la ejecución si el acreedor acredita haber notificado previamente al
ejecutado y al fiador, si lo hubiere, la cantidad exigible resultante de la liquidación.
Los tÃ−tulos extrajudiciales siempre se encuentran en este caso, por imperativo del art. 520 LEC. También
las sentencias han de establecer el importe exacto de la condena o fijar con claridad y precisión las bases
para su liquidación de manera que ésta pueda efectuarse en la ejecución mediante una simple operación
aritmética.
ArtÃ−culo 520 LEC. Acción ejecutiva basada en tÃ−tulos no judiciales ni arbitrales.
1. Cuando se trate de los tÃ−tulos ejecutivos previstos en los números 4, 5, 6 y 7 del apartado 2 del
artÃ−culo 517, sólo podrá despacharse ejecución por cantidad determinada que exceda de 50.000
pesetas:
En dinero efectivo.
En moneda extranjera convertible, siempre que la obligación de pago en la misma esté autorizada o
resulte permitida legalmente.
En cosa o especie computable en dinero.
2. El lÃ−mite de cantidad señalado en el apartado anterior podrá obtenerse mediante la adición de
varios tÃ−tulos ejecutivos de los previstos en dicho apartado.
Las sentencias de condena a entregar una cantidad de dinero que no cumplan estas exigencias no permiten el
acceso a la ejecución (art. 219 LEC).
Cuando la ejecución se basa en estos tÃ−tulos (que es el caso más frecuente y con mucho) la demanda
ejecutiva debe concretar la cantidad reclamada (arts. 549.2º y 575.1) y la ejecución se despacha por esa
cantidad siempre que no rebase los lÃ−mites que resulten del tÃ−tulo (arts. 553 y 575 LEC).
• TÃ−tulos de los que resulta una deuda ilÃ−quida: son aquellos tÃ−tulos que no se refieren a una deuda
de dinero o que aun teniendo por objeto una deuda dineraria, no fijan su importe exacto ni las bases que
permiten determinar éste mediante una simple operación matemática. Estos tÃ−tulos al menos en
teorÃ−a también pueden servir de base a una ejecución dineraria siempre que se admita que dentro de
la ejecución y antes de proceder ejecutivamente contra el patrimonio del ejecutado se liquide la deuda que
resulte del tÃ−tulo, bien determinando el equivalente pecuniario cuando se trate de una deuda no dineraria,
bien fijando el importe a que ascienda la deuda, cuando éste sea dineraria pero no esté cuantificada.
Aunque muy restrictivamente la LEC permite en ciertos casos la conversión de deudas no dinerarias en su
equivalente pecuniario (arts. 701.3 y 709 LEC), asÃ− como el acceso directo a la ejecución a la ejecución
de resoluciones que imponen prestaciones pecuniarias ilÃ−quidas (de indemnización de daños y
prejuicios, sobre todo). Para estos casos y quizá también para los laudos arbitrales y las transacciones
judiciales de los que resulten deudas de dinero ilÃ−quidas, la LEC prevé un incidente de liquidación que
permite dentro del propio proceso de ejecución fijar la cantidad concreta que haya de obtenerse (arts. 712
LEC y ss).
• EJECUCIÃ N DINERARIA BASADA EN TÃ TULOS DE LOS QUE RESULTA UNA DEUDA
LÃ QUIDA
ArtÃ−culo 575 LEC. Determinación de la cantidad y despacho de la ejecución.
1. La ejecución se despachará por la cantidad que se reclame en la demanda ejecutiva en concepto de
principal e intereses ordinarios y moratorios vencidos, incrementada por la que se prevea para hacer frente
54
a los intereses que, en su caso, puedan devengarse durante la ejecución y a las costas de ésta. La
cantidad prevista para estos dos conceptos, que se fijará provisionalmente, no podrá superar el 30 % de la
que se reclame en la demanda ejecutiva, sin perjuicio de la posterior liquidación.
Excepcionalmente, si el ejecutante justifica que, atendiendo a la previsible duración de la ejecución y al
tipo de interés aplicable, los intereses que puedan devengarse durante la ejecución más las costas de
ésta superaran el lÃ−mite fijado en el párrafo anterior, la cantidad que provisionalmente se fije para
dichos conceptos podrá exceder del limite indicado.
2. Sin perjuicio de la pluspetición que pueda alegar el ejecutado, el tribunal no podrá denegar el despacho
de la ejecución porque entienda que la cantidad debida es distinta de la fijada por el ejecutante en la
demanda ejecutiva.
3. Sin embargo, no se despachará ejecución si, en su caso, la demanda ejecutiva no expresase los
cálculos a que se refieren los artÃ−culos anteriores o a ella no se acompañasen los documentos que estos
preceptos exigen.
El precepto fundamental es el art. 575 LEC que establece cómo ha de determinarse en la demanda ejecutiva
la cantidad reclamada. Este precepto exige expresar con separación:
• La cantidad a que ascienda la deuda vencida, según el tÃ−tulo, en la fecha en que se presente la
demanda. En este importe se incluye el principal de la deuda y los intereses ordinarios y moratorios que
resulten debidos, según el tÃ−tulo, hasta la fecha de la demanda.
• Una previsión de intereses y costas para hacer frente a los intereses que, según el tÃ−tulo, se
devenguen desde la presentación de la demanda y hasta que se produzca la completa satisfacción del
derecho del ejecutante, previsión en la que se ha de incluir también la cantidad estimada que se
considere precisa para hacer frente, en su momento, al pago de las costas de ejecución. La cantidad
prevista para intereses y costas se fija provisionalmente en el despacho de la ejecución. Si, en el curso del
procedimiento, llegará un momento en que las cantidades ya devengadas por intereses y costas superasen
la previsión inicial, el ejecutante podrá solicitar que esa previsión se amplÃ−e, lo que podrá dar lugar
a la mejora del embargo (art. 612.2 y 613.4 LEC).
ArtÃ−culo 612 LEC. Mejora, reducción y modificación del embargo.
1. Además de lo dispuesto en los artÃ−culos 598 y 604 para los casos de admisión y estimación,
respectivamente, de una tercerÃ−a de dominio, el ejecutante podrá pedir la mejora o la modificación
del embargo o de las medidas de garantÃ−a adoptadas cuando un cambio de las circunstancias permita
dudar de la suficiencia de los bienes embargados en relación con la exacción de la responsabilidad
del ejecutado. También el ejecutado podrá solicitar la reducción o la modificación del embargo y
de sus garantÃ−as, cuando aquel o éstas pueden ser variadas sin peligro para los fines de la
ejecución, conforme a los criterios establecidos en el artÃ−culo 584 de esta Ley.
El tribunal proveerá mediante providencia sobre estas peticiones según su criterio, sin ulterior
recurso.
2. El Secretario judicial resolverá mediante decreto sobre estas peticiones. Contra dicho decreto
cabrá recurso directo de revisión que no producirá efectos suspensivos.
3. Podrá acordarse también la mejora del embargo en los casos previstos en el apartado cuarto del
artÃ−culo siguiente.
ArtÃ−culo 613. Efectos del embargo. Anotaciones preventivas y terceros poseedores.
55
1. El embargo concede al acreedor ejecutante el derecho a percibir el producto de lo que se obtenga de
la realización de los bienes embargados a fin de satisfacer el importe de la deuda que conste en el
tÃ−tulo, los intereses que procedan y las costas de la ejecución.
2. Sin estar completamente reintegrado el ejecutante del capital e intereses de su crédito y de todas
las costas de la ejecución, no podrán aplicarse las sumas realizadas a ningún otro objeto que no
haya sido declarado preferente por sentencia dictada en tercerÃ−a de mejor derecho.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartado anteriores, cuando los bienes sean de las clases que
permiten la anotación preventiva de su embargo, la responsabilidad de los terceros poseedores que
hubieran adquirido dichos bienes en otra ejecución, tendrá como limite las cantidades que, para la
satisfacción del principal, intereses y costas, aparecieran consignadas en la anotación en la fecha en
que aquéllos hubieran inscrito su adquisición.
4. El ejecutante podrá pedir que se mande hacer constar en la anotación preventiva de embargo el
aumento de la cantidad prevista en concepto de intereses devengados durante la ejecución y de costas
de ésta, acreditando que unos y otras han superado la cantidad que, por tales conceptos, constara en
la anotación anterior.
En el auto que despacha la ejecución, el tribunal debe fijar la cantidad para cuya obtención se proceda.
Deberá atenerse a la cantidad reclamada en la demanda ejecutiva siempre que no se pida más de lo que
autorice el tÃ−tulo (art. 551.1 LEC) y que, en lo que se refiere a la previsión para intereses y costas, se haya
respetado el lÃ−mite legal, en su caso, se haya justificado debidamente la reclamación de una cantidad que
supere ese lÃ−mite. Si la cantidad que reclame el ejecutante no excede de lo que resulte debido según el
tÃ−tulo, el tribunal no puede denegar el despacho de la ejecución porque entienda que la cantidad
efectivamente debida es distinta de la que se pida en la demanda. Es el ejecutado, en su caso, quien debe
poner de manifiesto al tribunal que debe menos de lo que resulte del tÃ−tulo y haya sido reclamado por el
ejecutante alegando la pluspetición en el correspondiente incidente de oposición a la ejecución (art.575.2
LEC).
Cuando el tÃ−tulo ejecutivo es una sentencia o resolución dictada por el tribunal competente para conocer
de la ejecución, la demanda ejecutiva puede limitarse a la solicitud de que se despache la ejecución,
identificando la sentencia o resolución cuya ejecución se pretenda (549.2 LEC). Esta norma, en lo que
ahora interesa, exime al ejecutante de precisar en la demanda ejecutiva la cantidad que reclame; puede
hacerlo, ateniéndose a lo dispuesto en el art. 575 LEC, pero no está obligado.
Si la demanda ejecutiva no precisa el importe que se reclama en virtud de un tÃ−tulo judicial, la fijación de
la cantidad por la que haya de seguirse la ejecución deberá hacerla el tribunal en el auto que despacha la
ejecución. El importe principal de la condena no planteará mayores problemas, puesto que estará
cuantificado en la resolución de cuya ejecución se trate o podrá determinarse mediante operaciones
matemáticas a partir de las bases establecidas en aquélla (219 LEC). La cuantificación de los intereses
moratorios a cuyo pago se extienda la condena también deberÃ−a ser factible, pues la sentencia o
resolución tendrÃ−a que incluir todos los datos necesarios (la fecha del inicio del devengo puede bastar, en
muchos casos); y lo mismo sucede, en general, con los intereses de la mora procesal.
• DEUDAS LÃ QUIDAS: DETERMINACIÃ N DE LA CANTIDAD POR LA QUE SE DESPACHA
EJECUCIÃ N
Cuando el tÃ−tulo ejecutivo contiene una deuda lÃ−quida, para determinar la cantidad por la que se despacha
la ejecución basta con atender al importe solicitado por el ejecutante en su demanda ejecutiva y con
comprobar que se corresponde con el establecido en el tÃ−tulo ejecutivo.
56
Si el tÃ−tulo ejecutivo contiene una deuda liquidable, la liquidación o cuantificación de la deuda habrá de
hacerse efectuando las operaciones matemáticas que sean necesarias sobre las bases que contenga el propio
tÃ−tulo.
Es el ejecutante el que tiene la doble carga de efectuar las operaciones liquidatorias en la demanda ejecutiva y
de acreditar que las ha efectuado conforme establece el tÃ−tulo. El juez ejecutor deberá verificar que esa
liquidación se ha efectuado ateniéndose a esas bases:
• Si la considera correcta, despachará la ejecución por el importe solicitado.
• Si considera que no es asÃ−, despachará la ejecución por la cantidad que a su juicio sea la correcta.
3.1. Ejecución por saldo de operaciones
Es posible que en el tÃ−tulo ejecutivo extrajudicial se documente una deuda cuyo importe sea el resultado de
un saldo de operaciones. Podrá despacharse ejecución por el importe del saldo resultante de las
operaciones derivadas del contrato, siempre que se haya pactado en el tÃ−tulo que la cantidad exigible en
caso de ejecución será la resultante de la liquidación efectuada por el acreedor en la forma convenida por
las partes en el propio tÃ−tulo ejecutivo. Para que se despache la ejecución es preciso que el acreedor
acredite haber notificado previamente al ejecutado y al fiador, si lo hubiere, la cantidad exigible resultante de
la liquidación (art. 572.2 LEC).
ArtÃ−culo 572 LEC. Cantidad lÃ−quida. Ejecución por saldo de operaciones.
1. Para el despacho de la ejecución se considerará lÃ−quida toda cantidad de dinero determinada, que se
exprese en el tÃ−tulo con letras, cifras o guarismos comprensibles. En caso de disconformidad entre
distintas expresiones de cantidad, prevalecerá la que conste con letras. No será preciso, sin embargo, al
efecto de despachar ejecución, que sea lÃ−quida la cantidad que el ejecutante solicite por los intereses que
se pudieran devengar durante la ejecución y por las costas que ésta origine.
2. También podrá despacharse ejecución por el importe del saldo resultante de operaciones derivadas
de contratos formalizados en escritura pública o en póliza intervenida por corredor de comercio
colegiado, siempre que se haya pactado en el tÃ−tulo que la cantidad exigible en caso de ejecución será la
resultante de la liquidación efectuada por el acreedor en la forma convenida por las partes en el propio
tÃ−tulo ejecutivo.
En este caso, sólo se despachará la ejecución si el acreedor acredita haber notificado previamente al
ejecutado y al fiador, si lo hubiere, la cantidad exigible resultante de la liquidación.
El apartado 2 del art. 572 LEC se refiere a contratos mercantiles de diversa especie mediante los que las
entidades de crédito conceden financiación a sus clientes, articulándose la operación de manera que
resulta imposible determinar a priori, cuando se celebra el correspondiente contrato, la cantidad concreta que
será debida por el cliente al llegar el vencimiento de la operación. El problema que plantean estas
operaciones, a efectos de ejecución, es que las escrituras o pólizas que las documentan no acreditan la
cantidad concretamente debida en el momento de iniciarse la ejecución. La LEC resuelve este problema
estableciendo determinadas condiciones adicionales para que estos documentos puedan tener fuerza ejecutiva:
• La escritura o póliza ha de incluir el pacto de que la cantidad exigible en caso de ejecución será la
resultante de la liquidación efectuada por el acreedor.
• Debe establecerse en la escritura o póliza la forma en que el acreedor deberá efectuar, llegado el caso, la
liquidación de la deuda.
• Antes de presentar la demanda ejecutiva, el acreedor debe notificar al deudor y, en su caso, al fiador, la
cantidad exigible resultante de la liquidación.
57
• También antes de la presentación de la demanda ejecutiva debe acompañarse de los siguientes
documentos:
ArtÃ−culo 573 LEC. Documentos que han de acompañarse a la demanda ejecutiva por saldo de
cuenta.
1. En los casos a que se refiere el apartado segundo del artÃ−culo anterior, a la demanda ejecutiva
deberán acompañarse, además del tÃ−tulo ejecutivo y de los documentos a que se refiere el
artÃ−culo 550, los siguientes:
El documento o documentos en que se exprese el saldo resultante de la liquidación efectuada por el
acreedor, asÃ− como el extracto de las partidas de cargo y abono y las correspondientes a la
aplicación de intereses que determinan el saldo concreto por el que se pide el despacho de la
ejecución.
El documento fehaciente que acredite haberse practicado la liquidación en la forma pactada por las
partes en el tÃ−tulo ejecutivo.
El documento que acredite haberse notificado al deudor y al fiador, si lo hubiere, la cantidad
exigible.
2. También podrán acompañarse a la demanda, cuando el ejecutante lo considere conveniente,
los justificantes de las diversas partidas de cargo y abono.
3. Si el acreedor tuviera duda sobre la realidad o exigibilidad de alguna partida o sobre su efectiva
cuantÃ−a, podrá pedir el despacho de la ejecución por la cantidad que le resulta indubitada y
reservar la reclamación del resto para el proceso declarativo que corresponda, que podrá ser
simultáneo a la ejecución.
• Documentos en que se exprese el saldo resultante de la liquidación efectuada por el acreedor, asÃ−
como el extracto de las partidas de cargo y abono y las correspondientes a la aplicación de intereses
que determinan el saldo concreto por el que se pide el despacho de la ejecución;
• El documento fehaciente que acredite haberse practicado la liquidación en la forma pactada por las
partes en el tÃ−tulo ejecutivo;
• El documento que acredite haberse notificado al deudor y al fiador, si lo hubiere, la cantidad exigible
(573.1 LEC).
Cumplidos los anteriores requisitos, el tribunal despachará la ejecución por el saldo que resulte del
documento liquidatorio aportado por la entidad acreedora. Si el ejecutado está disconforme con esa
liquidación podrá ponerlo de manifiesto alegando pluspetición en la oposición a la ejecución. En este
caso, la LEC permite además que en el incidente de oposición se nombre, a instancia del ejecutado, un
perito que emita dictamen sobre el importe de la deuda (558.2 LEC). No se despachará la ejecución sino se
acompañan a la demanda los documentos exigidos.
ArtÃ−culo 558. Oposición por pluspetición. Especialidades.
1. La oposición fundada exclusivamente en pluspetición o exceso no suspenderá el curso de la ejecución,
a no ser que el ejecutado ponga a disposición del Tribunal, para su inmediata entrega por el Secretario
judicial al ejecutante, la cantidad que considere debida. Fuera de este caso, la ejecución continuará su
curso, pero el producto de la venta de bienes embargados, en lo que exceda de la cantidad reconocida como
debida por el ejecutado, no se entregará al ejecutante mientras la oposición no haya sido resuelta.
58
2. En los casos a que se refieren los artÃ−culos 572 y 574, sobre saldos de cuentas e intereses variables, el
Secretario judicial encargado de la ejecución, a solicitud del ejecutado, podrá designar mediante
diligencia de ordenación perito que, previa provisión de fondos, emita dictamen sobre el importe de la
deuda. De este dictamen se dará traslado a ambas partes para que en el plazo común de cinco dÃ−as
presenten sus alegaciones sobre el dictamen emitido. Si ambas partes estuvieran conformes con lo
dictaminado o no hubieran presentado alegaciones en el plazo para ello concedido, el Secretario judicial
dictará decreto de conformidad con aquel dictamen. Contra este decreto cabrá interponer recurso directo
de revisión, sin efectos suspensivos, ante el Tribunal.
En caso de controversia o cuando solamente una de las partes hubiera presentado alegaciones, el Secretario
judicial señalará dÃ−a y hora para la celebración de vista ante el Tribunal que hubiera dictado la orden
general de ejecución.
En la práctica, el acreedor tiene derecho a obtener en la ejecución forzosa un importe superior al capital
principal indicado en el tÃ−tulo ejecutivo:
• El ejecutante tiene derecho a cobrar las costas que le genere el proceso de ejecución (si el tÃ−tulo es
judicial, es posible que el deudor haya de pagar también las costas en el proceso de declaración
previo).
• El ejecutante también puede tener derecho al cobro de intereses:
• Si el tÃ−tulo es extrajudicial, tendrá derecho al cobro de los intereses pactados en él.
• Si el tÃ−tulo es judicial, puede tener derecho al cobro de los intereses moratorios en caso de que el
tribunal haya condenado en la sentencia al deudor a pagarlos y, además, tendrá derecho al cobro de
los llamados intereses procesales.
• Previsión de intereses y costas
El ejecutante tiene que expresar en la demanda ejecutiva la cantidad que reclama, y para ello ha de desglosarla
en dos partidas distintas:
• En una primera partida, expresará los importes lÃ−quidos que solicita que ya estén vencidos en
el momento de presentación de la demanda ejecutiva: se incluye el capital principal, los intereses
(moratorios y procesales) vencidos hasta la fecha de presentación de la demanda ejecutiva y, en su
caso, las costas del previo proceso declarativo.
• El acreedor también tiene derecho a cobrar los intereses procesales que venzan mientras se tramita
la ejecución, asÃ− como las costas de la ejecución forzosa, que son de cuenta del deudor (art. 241
LEC). Ambos se devengan desde el momento de presentación de la demanda ejecutiva y hasta la
completa satisfacción del ejecutante. Como en el momento inicial del proceso no es posible saber a
cuánto ascenderán, la Ley establece que se realice en la demanda ejecutiva una previsión de
intereses y costas que, sumada a la primera partida, determinará el importe total por el que se
despachará la ejecución (art. 575.1 LEC).
Fijada la previsión o estimación del importe al que ascenderán, la ejecución se desarrollará como si el
importe de esta estimación fuera una cantidad que ya es debida. Será al término de la ejecución forzosa
cuando se determinen esos intereses y esas costas. La ley ofrece dos reglas para calcular esa estimación de
intereses y costas al inicio del proceso, al efecto de ir obteniendo unas sumas que en principio resulten
suficientes para cubrir su importe:
• Regla general: no se le permite al ejecutante reclamar bajo ese concepto más del 30% de lo que
reclame como deuda vencida.
59
• Regla especial: de forma excepcional, sÃ− se permite que se reclame más de ese 30%, si en la
demanda ejecutiva se acredita de forma suficiente y necesaria la razón que lo justifica.
• Cobro de intereses en la ejecución
Los intereses moratorios ordinarios sólo podrán reclamarse en la demanda ejecutiva si efectivamente la
sentencia condenó a pagarlos (para lo cual es imprescindible que en la demanda que dio origen al proceso
declarativo se hubiera solicitado que el deudor fuera condenado a pagarlos). Como regla general, el ejecutante
tiene derecho a cobrar dentro del proceso de ejecución (intereses procesales), además del capital principal,
los intereses que se hayan devengado.
• Si el tÃ−tulo ejecutivo es extrajudicial, se deberán intereses si lo prevé el tÃ−tulo y en los términos
en los que lo prevea el tÃ−tulo.
• Si se trata de la ejecución de una sentencia, (art. 576 LEC), se introducen los intereses procesales
(intereses por la mora procesal): desde que se dicte en primera instancia, toda sentencia o resolución que
condene al pago de una cantidad de dinero lÃ−quida determinará, en favor del acreedor, el devengo de un
interés anual igual al del interés legal del dinero incrementado en dos puntos o el que corresponda por
pacto de las partes o por disposición especial de la ley.
ArtÃ−culo 576 LEC. Intereses de la mora procesal.
1. Desde que fuere dictada en primera instancia, toda sentencia o resolución que condene al pago de
una cantidad de dinero lÃ−quida determinará, en favor del acreedor, el devengo de un interés anual
igual al del interés legal del dinero incrementado en dos puntos o el que corresponda por pacto de las
partes o por disposición especial de la ley.
2. En los casos de revocación parcial, el tribunal resolverá sobre los intereses de demora procesal
conforme a su prudente arbitrio, razonándolo al efecto.
3. Lo establecido en los anteriores apartados será de aplicación a todo tipo de resoluciones judiciales
de cualquier orden jurisdiccional que contengan condena al pago de cantidad lÃ−quida, salvo las
especialidades legalmente previstas para las Haciendas Públicas.
Desde la sentencia, los intereses que produce la condena son los procesales, que excluyen a los moratorios, lo
que obliga a distinguir dos periodos: desde el momento de la constitución de la mora hasta la sentencia, en el
que se devengarÃ−an intereses moratorios, y desde la sentencia hasta el cumplimiento total de la misma, en el
que se producirÃ−an intereses procesales.
El art. 576.1 LEC fija la cuantÃ−a de los intereses de la mora procesal en el interés legal del dinero
incrementado en dos puntos o el que corresponda por pacto de las partes o por disposición especial de la ley.
A partir de aquÃ−, pueden distinguirse dos casos:
• A falta de pacto sobre intereses moratorios y de disposición legal especial, si la sentencia condena
apagar intereses moratorios, se devengará el interés legal del dinero desde la fecha de inicio de la
mora hasta la de la sentencia, y el mismo interés legal, pero incrementado en dos puntos, desde la
sentencia hasta su completa ejecución.
• Habiendo pacto sobre intereses moratorios o disposición legal especial, se devengará el interés
pactado o el que la norma especial establezca desde el inicio de la mora hasta el completo
cumplimiento de la sentencia (en este caso, la ley hace coincidir los intereses procesales con los
intereses moratorios pactados o con los que se establezca por una disposición legal especial).
60
La determinación de los intereses procesales y, en su caso, de los moratorios puede hacerse por el ejecutante
en la demanda ejecutiva, incluyendo el importe de los que ya estuvieran vencidos en su reclamación
principal y calculando la previsión para intereses y costas en función de los importes que, por esos
conceptos, entienda que pueden devengarse durante el desarrollo del proceso de ejecución. Pero, al tratarse
en este caso de ejecución de resoluciones judiciales, el ejecutante no está obligado a fijar la cantidad
reclamada en la demanda ejecutiva (549.2 LEC) y, si no lo hace, el importe de los intereses tendrá que ser
fijado por el tribunal, bien en el auto que despacha la ejecución (pero sin referencia, en este caso, a una
previa cuantificación concreta hecha por el ejecutante), bien en el trámite de liquidación de intereses
previo al pago al ejecutante.
En materia de seguros, la legislación ha establecido recargos dirigidos a evitar retrasos en los pagos de
indemnizaciones por parte de las compañÃ−as aseguradoras. El art. 20.4 Ley del Contrato de Seguro
establece que la indemnización por mora se impondrá de oficio por el órgano judicial y consistirá en el
pago de un interés anual igual al del interés legal del dinero vigente en el momento en que se devengue,
incrementado en el 50%; estos intereses se considerarán producidos por dÃ−as, sin necesidad de
reclamación judicial. Además, transcurridos dos años desde la producción del siniestro, el interés
anual no podrá ser inferior al 20%.
Los intereses procesales se devengarán ope legis: el acreedor tendrá siempre derecho a cobrarlos en la
ejecución forzosa, siempre que lo solicite en su demanda ejecutiva (el fundamento de esta previsión es
fomentar el cumplimiento voluntario e inmediato de las sentencias y evitar la interposición de recursos con
ánimos meramente dilatorios). El periodo de devengo de los intereses procesales discurre desde que se dicta
la sentencia en primera instancia y hasta la completa satisfacción del ejecutante.
Si la sentencia de cuya ejecución se trate no condena al pago de intereses moratorios y (lo que sucede con
frecuencia), los únicos intereses a tener en cuenta serán los procesales del art. 576.1 LEC y no se
plantearán más problemas. La base de los intereses procesales es la cantidad lÃ−quida que se exprese en la
resolución. En los casos de revocación parcial, el tribunal resolverá sobre los intereses de demora procesal
conforme a su prudente arbitrio (la Audiencia Provincial o el Tribunal Supremo).
Los intereses procesales y los intereses moratorios ordinarios son incompatibles de forma simultánea, pero
sÃ− son compatibles de forma sucesiva: los intereses moratorios se devengan desde que el deudor incurre en
mora y hasta que se dicte sentencia en primera instancia en la que se condene al pago de una cantidad
lÃ−quida. A partir de ese momento, lo que se devengan son intereses procesales.
• Deudas con intereses variables
Cuando la cantidad reclamada provenga de un préstamo o crédito en el que se hubiera pactado un
interés variable, el ejecutante expresará en la demanda ejecutiva las operaciones de cálculo que arrojan
como saldo la cantidad determinada por la que pide el despacho de la ejecución. Lo mismo habrá de hacer
cuando la cantidad reclamada provenga de un préstamo o crédito en el que sea preciso ajustar las
paridades de distintas monedas y sus respectivos tipos de interés (art. 574 LEC).
ArtÃ−culo 574 LEC. Ejecución en casos de intereses variables.
1. El ejecutante expresará en la demanda ejecutiva las operaciones de cálculo que arrojan como saldo la
cantidad determinada por la que pide el despacho de la ejecución en los siguientes casos:
Cuando la cantidad que reclama provenga de un préstamo o crédito en el que se hubiera pactado un
interés variable.
61
Cuando la cantidad reclamada provenga de un préstamo o crédito en el que sea preciso ajustar las
paridades de distintas monedas y sus respectivos tipos de interés.
2. En todos los casos anteriores será de aplicación lo dispuesto en los números segundo y tercero del
apartado primero del artÃ−culo anterior y en los apartados segundo y tercero de dicho artÃ−culo.
• La liquidación efectuada por el ejecutante se debe notificar al deudor y, en su caso, al fiador.
• El ejecutante debe obtener, también en este caso, un documento fehaciente que acredite que la
liquidación se ha efectuado con arreglo a lo previsto en el tÃ−tulo
• El ejecutante debe expresar en la demanda ejecutiva las operaciones de cálculo arrojan como saldo
la cantidad determinada por la que se pide el despacho de la ejecución.
• Finalmente, a la demanda ejecutiva han de acompañarse el documento que acredite la notificación
de la liquidación al ejecutado y el documento fehaciente que avale la corrección de la liquidación.
El incumplimiento de los requisitos anteriores es causa de denegación del despacho de la ejecución.
• Deudas en moneda extranjera
Es posible que el tÃ−tulo ejecutivo contenga una deuda expresada en moneda extranjera (art. 577 LEC). El
capital principal habrá de pagarse al ejecutante en la moneda extranjera que conste en el tÃ−tulo (si el
ejecutado no dispone de una cantidad de dinero en esa moneda extranjera, habrá que comprar esa cantidad
de moneda extranjera con lo que se haya obtenido de la ejecución forzosa). Por lo tanto, el principal y los
intereses ordinarios y moratorios pactados se satisfarán en moneda extranjera. Sólo las cantidades
que se reclamen en concepto de intereses de la mora procesal y la previsión para costas tendrán que
reclamarse necesariamente en moneda nacional.
ArtÃ−culo 577 LEC. Deuda en moneda extranjera.
1. Si el tÃ−tulo fijase la cantidad de dinero en moneda extranjera, se despachará la ejecución para
obtenerla y entregarla. Las costas y gastos, asÃ− como los intereses de demora procesal, se abonaren en la
moneda nacional.
2. Para el cálculo de los bienes que han de ser embargados, la cantidad de moneda extranjera se
computará según el cambio oficial al dÃ−a del despacho de la ejecución.
En el caso de que se trate de una moneda extranjera sin cotización oficial, el cómputo se hará aplicando
el cambio que, a la vista de las alegaciones y documentos que aporte el ejecutante en la demanda, el tribunal
considere adecuado, sin perjuicio de la ulterior liquidación de la condena, que se efectuará conforme a lo
dispuesto en los artÃ−culos 714 a 716 de esta Ley.
El ejecutante en la demanda ejecutiva, tiene la carga de ofrecer la equivalencia en moneda nacional de la
deuda extranjera:
• Si el tÃ−tulo es extrajudicial, sólo tendrá fuerza ejecutiva cuando la moneda extranjera en que
esté expresada la deuda sea convertible (cotice oficialmente) y siempre que la obligación de pago
en esa moneda este autorizada o resulte permitida legalmente
• Si el tÃ−tulo es judicial o asimilado, podrá pedirse y despacharse su ejecución sea o no convertible
la moneda extranjera en que se exprese la deuda.
Aunque no sea frecuente, la ejecución dineraria puede despacharse también en virtud de tÃ−tulos que
expresen una deuda en cosa o especie computable en dinero (art. 520 LEC). En este caso, la demanda
ejecutiva deberá hacer el cómputo en dinero de la deuda de que se trate y tendrán que acompañarse a
ella los documentos que acrediten los precios o cotizaciones aplicados en el referido cómputo, cuando no se
62
trate de datos oficiales o de público conocimiento.
Aunque la ejecución se pida y se despache en la moneda extranjera en que esté expresada la deuda, el
tribunal necesita una referencia en moneda nacional que le permita orientarse en la actividad ejecutiva. Para
ello el tribunal ha departir del valor previsible de realización de los bienes del ejecutado susceptibles de
embargo, valor que ha de establecerse en moneda nacional, porque esa es la moneda que se obtendrá
mediante la realización forzosa. Por eso, al despachar la ejecución, el tribunal hace una conversión
provisional en moneda nacional de la cantidad de moneda extranjera que ha de obtenerse.
• Para el cálculo de los bienes que han de ser embargados, la cantidad de moneda extranjera se
computará según el cambio oficial al dÃ−a del despacho de la ejecución.
• En el caso de que se trate de una moneda extranjera sin cotización oficial, el cómputo se hará
aplicando el cambio que, a la vista de las alegaciones y documentos que aporte el ejecutante en la
demanda, el tribunal considere adecuado, sin perjuicio de la ulterior liquidación de la condena, que
se efectuará conforme a lo dispuesto en los artÃ−culos 714 a 716 LEC.
4. LA AMPLIACIÃ N DE LA EJECUCIÃ N
La regla general es la de que el ejecutante, en su demanda ejecutiva, solamente puede reclamar el cobro de las
cantidades que ya estén vencidas y se le adeuden en el momento de interposición de la demanda ejecutiva.
Ahora bien, en la práctica es frecuente que el tÃ−tulo ejecutivo contenga deudas de tracto sucesivo (En una
póliza de préstamo mercantil el deudor se obliga a pagar en 24 plazos la cantidad prestada, una sentencia
condena al pago de alimentos, por perÃ−odos mensuales…)
ArtÃ−culo 578 LEC. Vencimiento de nuevos plazos o de la totalidad de la deuda.
1. Si, despachada ejecución por deuda de una cantidad lÃ−quida, venciera algún plazo de la misma
obligación en cuya virtud se procede, o la obligación en su totalidad, se entenderá ampliada la ejecución
por el importe correspondiente a los nuevos vencimientos de principal e intereses, si lo pidiere asÃ− el actor
y sin necesidad de retrotraer el procedimiento.
2. La ampliación de la ejecución podrá solicitarse en la demanda ejecutiva. En este caso, al notificarle el
auto que despache la ejecución, se advertirá al ejecutado que la ejecución se entenderá ampliada
automáticamente si, en las fechas de vencimiento, no se hubieren consignado a disposición del Juzgado las
cantidades correspondientes.
Cuando el ejecutante solicite la ampliación automática de la ejecución, deberá presentar una
liquidación final de la deuda incluyendo los vencimientos de principal e intereses producidos durante la
ejecución. Si esta liquidación fuera conforme con el tÃ−tulo ejecutivo y no se hubiera consignado el
importe de los vencimientos incluidos en ella, el pago al ejecutante se realizará con arreglo a lo que resulte
de la liquidación presentada.
3. La ampliación de la ejecución será razón suficiente para la mejora del embargo y podrá hacerse
constar en la anotación preventiva de éste conforme a lo dispuesto en el apartado 4 del artÃ−culo 613 de
esta Ley.
En el caso del apartado anterior, la ampliación de la ejecución no comportará la adopción automática
de estas medidas, que sólo se acordarán, si procede, cuando el ejecutante las solicite después de cada
vencimiento que no hubiera sido atendido.
En estos casos, el acreedor puede interponer la demanda ejecutiva en cuanto se le deba algún importe, sin
tener que esperar al vencimiento completo de todos los perÃ−odos de la deuda. Pero en la demanda sólo
podrá reclamar aquella parte de la deuda que haya vencido y que no se haya pagado aún.
63
Si durante la tramitación del proceso de ejecución por esa parte de la deuda se produce el vencimiento,
seguido del incumplimiento, de nuevos plazos, la Ley permite al ejecutante solicitar que se amplÃ−e la
ejecución a dichas nuevas porciones de la deuda (de no ser asÃ−, el ejecutante se verÃ−a forzado a
interponer una nueva demanda ejecutiva para reclamar los nuevos plazos vencidos):
• El ejecutante puede solicitar al ejecutor que proceda a ampliar la ejecución cada vez que se produzca
un nuevo vencimiento seguido de incumplimiento: con cada nuevo vencimiento se presenta un escrito
solicitando la ampliación que, de ser admitido por el tribunal, provocará un incremento del importe
por el que la ejecución se entiende despachada.
• En la propia demanda ejecutiva, el ejecutante le puede pedir al ejecutor que esa ampliación, sea
automática cada vez que se produzca el vencimiento de un nuevo plazo. Habrá de acreditar
suficientemente y con antelación las fechas en que se producirán los nuevos vencimientos.
5. DEUDAS ILÃ QUIDAS: DETERMINACIÃ N DE LA CANTIDAD POR LA QUE SE DESPACHA
EJECUCIÃ N
Cuando el tÃ−tulo contiene una deuda ilÃ−quida, no resulta factible que el ejecutante proceda directamente y
por sÃ− mismo a su liquidación en la demanda ejecutiva, porque resulta preciso conocer ciertos elementos
que son necesarios para la liquidación pero que son ajenos o extraños al tÃ−tulo. En consecuencia, para
cuantificar el importe de la deuda es precisa la tramitación de un incidente contradictorio, en el que se
dará audiencia a ambas partes. Al término de ese incidente, el tribunal dictará un auto en el que
establezca cuál es el importe de esa deuda.
ArtÃ−culo 712 LEC. ×mbito de aplicación del procedimiento.
Se procederá del modo que ordenan los artÃ−culos siguientes siempre que, conforme a esta Ley, deba
determinarse en la ejecución forzosa el equivalente pecuniario de una prestación no dineraria o fijar la
cantidad debida en concepto de daños y perjuicios o de frutos, rentas, utilidades o productos de cualquier
clase o determinar el saldo resultante de la rendición de cuentas de una administración.
La tramitación de este incidente está prevista para evitar la indefensión del ejecutado; en especial, para los
siguientes supuestos:
• Cuando sea necesario determinar el equivalente pecuniario de una prestación no dineraria.
• Cuando sea preciso fijar la cantidad debida en concepto de daños y perjuicios.
• Cuando sea preciso determinar el importe lÃ−quido de frutos, rentas, utilidades o productos de
cualquier clase.
• Cuando sea necesario determinar el saldo resultante de una rendición de cuentas de una
administración.
• Para determinar el importe en euros de una deuda en moneda extranjera no admitida a cotización
oficial.
Es posible que se llegue a la cuantificación de la deuda por acuerdo de las partes (arts. 712 a 720 LEC). Si no
hay acuerdo, se hará sobre la base de las pruebas que se practiquen (informes periciales).
• Comienzo del incidente
El incidente comenzará con un escrito de quien solicite la liquidación, en el que incluirá una relación
detallada de todos los elementos que han de computarse a dinero, junto con su valoración, acompañando
los dictámenes y documentos oportunos.
64
ArtÃ−culo 713 LEC. Petición de liquidación y presentación de relación de daños y perjuicios.
1. Junto con el escrito en que solicite motivadamente su determinación judicial, el que haya sufrido los
daños y perjuicios presentará una relación detallada de ellos, con su valoración, pudiendo
acompañar los dictámenes y documentos que considere oportunos.
2. Del escrito y de la relación de daños y perjuicios y demás documentos se dará traslado por el
Secretario judicial a quien hubiere de abonar los daños y perjuicios, para que, en el plazo de diez dÃ−as,
conteste lo que estime conveniente.
De esta petición se dará traslado a la parte contraria, para que en 10 dÃ−as conteste lo que estime
conveniente:
• Si el deudor se conforma con la liquidación realizada, el tribunal la aprobará sin más y podrá
procederse a la ejecución (se entenderá que el deudor presta su conformidad si deja pasar el plazo
de diez dÃ−as sin contestar o se limita a oponerse genéricamente, sin concretar los puntos en que
discrepa, ni expresar las razones y el alcance de la discrepancia).
ArtÃ−culo 714 LEC. Conformidad del deudor con la relación de daños y perjuicios.
1. Si el deudor se conforma con la relación de los daños y perjuicios y su importe, la aprobará el
Secretario judicial responsable de la ejecución mediante decreto, y se procederá a hacer efectiva la
suma convenida en la forma establecida en los artÃ−culos 571 y siguientes para la ejecución dineraria.
2. Se entenderá que el deudor presta su conformidad a los hechos alegados por el ejecutante si deja
pasar el plazo de diez dÃ−as sin evacuar el traslado o se limita a negar genéricamente la existencia de
daños y perjuicios, sin concretar los puntos en que discrepa de la relación presentada por el
acreedor, ni expresar las razones y el alcance de la discrepancia.
• Si el deudor se opone motivadamente a la petición del actor se procederá a la liquidación por los
trámites del juicio verbal. El tribunal, de oficio o a instancia de parte, podrá nombrar un perito. En
tal caso, fijará el plazo para que emita dictamen y lo entregue en el Juzgado. La vista oral no se
celebrará hasta pasados 10 dÃ−as a contar desde el siguiente al traslado del dictamen a las partes.
Dentro de los 5 dÃ−as siguientes a la vista, el tribunal dictará un auto en el que fijará la cantidad
que deba abonarse al acreedor. Este auto será apelable, sin efecto suspensivo.
ArtÃ−culo 715 LEC. Oposición del deudor.
Si, dentro del plazo legal, el deudor se opusiera motivadamente a la petición del actor, sea en cuanto a
las partidas de daños y perjuicios, sea en cuanto a su valoración en dinero, se sustanciará la
liquidación de daños y perjuicios por los trámites establecidos para los juicios verbales en los
artÃ−culos 441 y siguientes, pero podrá el Tribunal que dictó la orden general de ejecución,
mediante providencia, a instancia de parte o de oficio, si lo considera necesario, nombrar un perito que
dictamine sobre la efectiva producción de los daños y su evaluación en dinero. En tal caso, fijará el
plazo para que emita dictamen y lo entregue en el Juzgado y la vista oral no se celebrará hasta pasados
diez dÃ−as a contar desde el siguiente al traslado del dictamen a las partes.
Hay que tener en cuenta, en cualquier caso, que el incidente de liquidación forma parte del proceso de
ejecución y por lo tanto, sólo podrá recurrirse a él en los dos casos siguientes:
• Cuando el tÃ−tulo ejecutivo se refiera de manera directa a una deuda ilÃ−quida. Hay que tener en cuenta
que nunca un tÃ−tulo extrajudicial puede referirse a una deuda ilÃ−quida (art. 520 LEC) y que, en el caso
de las sentencias, también está prohibido que condenen, de manera genérica a indemnizar, o pagar
65
frutos, rentas, utilidades o productos o, en general, a satisfacer cantidades de dinero que no queden
exactamente cuantificadas en la sentencia o que, al menos puedan cuantificarse mediante simples
operaciones matemáticas a partir de unas bases establecidas en la sentencia (219 LEC).
Esta situación se ve prácticamente limitada a ciertas resoluciones que se dictan, en actuaciones distintas de
las de un proceso de ejecución, imponiendo indemnizaciones de daños y perjuicios enlazadas a
determinadas actuaciones procesales de las partes. También podrÃ−a darse el caso de laudos arbitrales o de
transacciones judiciales de los que resulten deudas dinerarias ilÃ−quidas, que quizá podrÃ−an dar lugar a un
despacho inmediato de la ejecución seguido de un incidente de liquidación para fijar la cantidad a obtener.
• Cuando, con independencia de cuál sea el contenido del tÃ−tulo, el tribunal dicte, dentro de un proceso de
ejecución, una resolución de la que derive una de esas deudas que requiera liquidación.
Fundamentalmente, se trata de todas las resoluciones que pueden producirse en la ejecución no dineraria
ordenando que se satisfaga al ejecutante el equivalente pecuniario de la prestación, una justa
compensación económica o una indemnización por daños y perjuicios, asÃ− como las que ordenan
obtener a costa del ejecutado los fondos precisos para encargar a un tercero la realización de la
prestación debida. En el marco de la ejecución provisional también se prevé expresamente que se
liquiden en este incidente las indemnizaciones derivadas de la revocación de la sentencia provisionalmente
ejecutada.
Las actuaciones previstas en los arts. 712 y siguientes tienen siempre una fase inicial, que puede desembocar
en una liquidación de la deuda por acuerdo de las partes. Las actuaciones para la liquidación de cualquier
tipo de deuda ilÃ−quida se inician siempre a instancia de quien se considere acreedor del equivalente
pecuniario, daños y perjuicios, frutos, rentas, etc., o saldo de cuya liquidación se trate (arts. 713 y 718).
• Actuaciones posteriores
Las actuaciones posteriores varÃ−an según el tipo de deuda de cuya liquidación se trate:
• Cuantificación de daños y perjuicios y del equivalente pecuniario de una prestación no dineraria:
En estos casos el acreedor, al formular la solicitud de liquidación, debe presentar una propuesta que
incluirá, según los casos, la relación detallada de los daños y perjuicios que haya sufrido, con su
valoración, pudiendo acompañar los dictámenes y documentos que considere oportunos (art. 713.1 LEC),
o las estimaciones pecuniarias de la prestación no dineraria de que se trate y las razones que las
fundamenten, acompañándose los documentos que el solicitante considere oportunos para fundar su
petición (art. 717, I LEC).
ArtÃ−culo 717 LEC. Petición de determinación del equivalente dinerario de una prestación no
dineraria.
Cuando se solicite la determinación del equivalente pecuniario de una prestación que no consista en la
entrega de una cantidad de dinero, se expresarán las estimaciones pecuniarias de dicha prestación y
las razones que las fundamenten, acompañándose los documentos que el solicitante considere
oportunos para fundar su petición, de la que el Secretario judicial dará traslado a quien hubiere de
pagar para que, en el plazo de diez dÃ−as, conteste lo que estime conveniente.
La solicitud se sustanciará y resolverá del mismo modo que se establece en los artÃ−culos 714 a 716
para la de liquidación de daños y perjuicios.
El deudor dispondrá de un plazo de 10 dÃ−as para contestar, desde que se le haya dado traslado de la
solicitud de liquidación con la propuesta formulada por el acreedor y la documentación que éste haya
66
aportado. Durante ese plazo el deudor puede:
• Conformarse con la relación de daños y perjuicios o con la estimación pecuniaria de la
prestación que haya efectuado el acreedor.
• Oponerse motivadamente a la petición del actor, identificando, en su caso, las partidas de daños y
perjuicios de cuya inclusión o valoración discrepe. Si deja transcurrir el plazo de 10 dÃ−as sin
contestar o si limita su contestación a una oposición genérica se entenderá que está conforme
con la liquidación que haya propuesto el acreedor (art. 714.2 LEC).
Cuando el deudor haya expresado su conformidad o deba tenérsele por conforme con la liquidación
presentada por el acreedor, el tribunal aprobará ésta mediante providencia sin ulterior recurso y se
procederá a hacer efectiva la suma convenida en la forma establecida en los arts. 571 LEC y siguientes para
la ejecución dineraria (art. 714.1 LEC). Si el deudor se opone razonadamente, continúa el procedimiento
por los trámites del juicio verbal.
• Cuantificación de frutos, rentas, utilidades o productos y del saldo derivado de la rendición de
cuentas de una administración:
En este caso el actor se limita a solicitar la liquidación, sin efectuar ninguna propuesta. A la vista de esta
solicitud, el tribunal ha de requerir al deudor (en el caso de rendición de cuentas será el administrador) para
que, dentro de un plazo que se determinará según las circunstancias del caso, presente la liquidación,
ateniéndose, en su caso, a las bases que estableciese el tÃ−tulo (art. 718 LEC).
ArtÃ−culo 718. Liquidación de frutos y rentas. Solicitud y requerimiento al deudor.
Si se solicitase la determinación de la cantidad que se debe en concepto de frutos, rentas, utilidades o
productos de cualquier clase, el Secretario judicial responsable de la ejecución requerirá al deudor
para que, dentro de un plazo que se determinará según las circunstancias del caso, presente la
liquidación, ateniéndose, en su caso, a las bases que estableciese el tÃ−tulo.
A partir de aquÃ−, pueden suceder dos cosas:
• Que el deudor presente la liquidación: se da traslado de ella al acreedor y si, éste se muestra
conforme, se aprueba la liquidación mediante providencia no recurrible. Si el acreedor no estuviera
conforme, continúa el procedimiento para resolver la discrepancia en juicio verbal (art. 719.1).
• Que el deudor no presente la liquidación dentro del plazo que se le haya concedido: el tribunal
requiere al acreedor para que se presente la propuesta que considere justa y se dará traslado de ella al
ejecutado. A partir de este momento, las actuaciones prosiguen como el caso de liquidación de
daños y perjuicios (art. 719.2).
ArtÃ−culo 719 LEC. Liquidación presentada por el acreedor y traslado al deudor.
1. Si el deudor presentare la liquidación de frutos, rentas, utilidades o productos de cualquier clase
a que se refiere el artÃ−culo anterior, se dará traslado de ella al acreedor y si se mostrare
conforme, se aprobará por decreto y se procederá a hacer efectiva la suma convenida en la forma
establecida en los artÃ−culos 571 y siguientes para la ejecución dineraria.
Cuando el acreedor no se conformare con la liquidación, ésta se sustanciará conforme a lo
previsto en el artÃ−culo 715 de esta Ley.
2. Si dentro del plazo, el deudor no presentare la liquidación a que se refiere el apartado anterior,
se requerirá al acreedor para que presente la que considere justa y se dará traslado de ella al
67
ejecutado, prosiguiendo las actuaciones conforme a los artÃ−culos 714 a 716.
Cuando en las actuaciones anteriores no se haya logrado liquidar la deuda mediante acuerdo de las partes, las
actuaciones prosiguen, sea cual sea la clase de deuda de que se trate, por los trámites establecidos para los
juicios verbales en los arts. 441 LEC y siguientes.
El art. 715 LEC prevé no obstante una especialidad: antes de convocar a las partes para la vista, el tribunal
podrá de oficio o a instancia de parte, nombrar a un perito que dictamine sobre el valor de la deuda de cuya
liquidación se trate. En tal caso, fijará el plazo para que emita dictamen y lo entregue en el Juzgado y a la
vista oral no se celebrará hasta pasados 10 dÃ−as a contar desde el siguiente al traslado del dictamen a las
partes. Dentro de los 5 dÃ−as siguientes a aquél en que se celebre la vista, el tribunal dictará, por medio
de auto, la resolución que estime justa, fijando la cantidad que deba abonarse al acreedor e imponiendo las
costas del incidente con arreglo a lo previsto en el art. 394 LEC. La resolución del tribunal es apelable sin
efecto suspensivo (art. 716 LEC).
ArtÃ−culo 716 LEC. Auto fijando la cantidad determinada.
Dentro de los cinco dÃ−as siguientes a aquel en que se celebre la vista, el tribunal dictará, por medio de
auto, la resolución que estime justa, fijando la cantidad que deba abonarse al acreedor como daños y
perjuicios.
Este auto será apelable, sin efecto suspensivo y haciendo declaración expresa de la imposición de las
costas de conformidad con lo dispuesto en el artÃ−culo 394 de esta Ley.
6. EL REQUERIMIENTO DE PAGO
6.1. Supuestos en los que procede el requerimiento de pago
Despachada la ejecución forzosa, antes de proceder al embargo de bienes, es necesario requerir de pago al
ejecutado (arts. 580 a 583 LEC) cuando el tÃ−tulo es extrajudicial: la ejecución forzosa puede ser, en este
caso, la primera reclamación formal de pago que se le haga al deudor y, por tanto, debe dársele la
oportunidad del pago voluntario. El requerimiento judicial de pago no procede en los siguientes casos:
• Cuando el tÃ−tulo ejecutivo consista en resoluciones judiciales o arbitrales o que aprueben
transacciones o convenios alcanzados dentro del proceso, que obliguen a entregar cantidades
determinadas de dinero (art. 580 LEC).
ArtÃ−culo 580 LEC. Casos en que no procede el requerimiento de pago.
Cuando el tÃ−tulo ejecutivo consista en resoluciones del Secretario judicial, resoluciones judiciales
o arbitrales o que aprueben transacciones o convenios alcanzados dentro del proceso, que obliguen a
entregar cantidades determinadas de dinero, no será necesario requerir de pago al ejecutado para
proceder al embargo de sus bienes.
• Cuando tratándose de tÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales se acompañe a la demanda ejecutiva de
acta notarial que acredite haberse requerido de pago al ejecutado con al menos 10 dÃ−as de
antelación (art.581.2 LEC).
El requerimiento extrajudicial, formulado en los términos indicados permite prescindir del requerimiento
judicial, lo que facilita el inmediato embargo de bienes del ejecutado y la efectividad, también inmediata,
de las medidas de investigación patrimonial que pueden acordarse en el auto que despacha la ejecución (art.
554.1 LEC).
68
Cuando la ejecución se funde en tÃ−tulos ejecutivos extrajudiciales y no se haya efectuado el requerimiento
notarial previo en los términos arriba indicados, el auto que despacha la ejecución deberá ordenar que se
requiera de pago al ejecutado por la cantidad reclamada en concepto de principal e intereses devengados, en
su caso, hasta la fecha de la demanda (arts. 552.5º y 581.1 LEC).
ArtÃ−culo 581 LEC. Casos en que procede el requerimiento de pago.
1. Cuando la ejecución para la entrega de cantidades determinadas de dinero no se funde en resoluciones
procesales o arbitrales, despachada la ejecución, se requerirá de pago al ejecutado por la cantidad
reclamada en concepto de principal e intereses devengados, en su caso, hasta la fecha de la demanda y si no
pagase en el acto, el Tribunal procederá al embargo de sus bienes en la medida suficiente para responder
de la cantidad por la que se haya despachado ejecución y las costas de ésta.
2. No se practicará el requerimiento establecido en el apartado anterior cuando a la demanda ejecutiva se
haya acompañado acta notarial que acredite haberse requerido de pago al ejecutado con al menos diez
dÃ−as de antelación.
El requerimiento de pago, cuando proceda, se decreta en el auto que despacha la ejecución por la cantidad
reclamada como principal y los intereses que hayan vencido hasta la presentación de la demanda ejecutiva,
asÃ− como por las costas en que haya incurrido el acreedor hasta ese momento.
6.2. Requerimiento de pago
El requerimiento se practica por la Comisión del Juzgado en el domicilio del ejecutado que figura en el
tÃ−tulo ejecutivo (o en cualquier otro lugar en que se halle el ejecutado). Si la Comisión del Juzgado no
encuentra al ejecutado en su domicilio se procederá al embargo de bienes. En cambio, si se le encuentra y se
le requiere de pago, caben tres alternativas:
• Que el ejecutado pague en el acto la cantidad reclamada: se pondrá la suma de dinero
correspondiente a disposición del ejecutante, se entregará al ejecutado justificante del pago
realizado y, en su caso, sedará por terminada la ejecución (583.1 LEC).
• Que el ejecutado consigne la cantidad reclamada: la ejecución prosigue, pero con la consignación
se evita el embargo de bienes. Sólo tiene sentido cuando el ejecutado se proponga oponerse a la
ejecución; si el ejecutado no formula su oposición en el plazo legal la cantidad consignada se
entregará al ejecutante.
• Que el ejecutado ni pague, ni consigne: entonces se procede de inmediato al embargo de bienes.
ArtÃ−culo 582 LEC. Lugar del requerimiento de pago.
El requerimiento de pago se efectuará en el domicilio que figure en el tÃ−tulo ejecutivo. Pero, a
petición del ejecutante, el requerimiento podrá hacerse, además, en cualquier lugar en el que,
incluso de forma accidental, el ejecutado pudiera ser hallado.
Si no se encontrase el ejecutado en el domicilio que conste en el tÃ−tulo ejecutivo, podrá
practicarse el embargo si el ejecutante lo solicita, sin perjuicio de intentar de nuevo el requerimiento
con arreglo a lo dispuesto en esta Ley para los actos de comunicación mediante entrega de la
resolución o de cédula y, en su caso, para la comunicación edictal.
En cuanto a las costas, en principio el ejecutado ha de pagarlas también cuando sea requerido de pago,
salvo que acredite una causa no imputable a él que le hubiera impedido pagar el crédito antes de que el
acreedor hubiera promovido la ejecución.
ArtÃ−culo 583 LEC. Pago por el ejecutado. Costas.
69
1. Si el ejecutado pagase en el acto del requerimiento o antes del despacho de la ejecución, el Secretario
judicial pondrá la suma de dinero correspondiente a disposición del ejecutante, y entregará al ejecutado
justificante del pago realizado.
2. Aunque pague el deudor en el acto del requerimiento, serán de su cargo todas las costas causadas, salvo
que justifique que, por causa que no le sea imputable, no pudo efectuar el pago antes de que el acreedor
promoviera la ejecución.
3. Satisfechos intereses y costas, de haberse devengado, el Secretario judicial dictará decreto dando por
terminada la ejecución.
LECCION 59.- EL EMBARGO DE BIENES (I)
1. Generalidades.- 2. Objeto del embargo.- 3. Pertenencia de los bienes objeto de embargo al patrimonio del
ejecutado.- 4. Protección del verdadero titular frente al embargo de bienes que sólo en apariencia
pertenecen al deudor.- 5. Extensión de la responsabilidad los bienes futuros.- 6. Medios de defensa de los
acreedores frente a la insuficiencia patrimonial del deudor.
• GENERALIDADES
La responsabilidad patrimonial del deudor sólo puede hacerse efectiva mediante el proceso de ejecución. El
acreedor insatisfecho no puede apoderarse por su cuenta de bienes del deudor para venderlos y lograr, con el
precio obtenido, la satisfacción de su derecho o la reparación de los perjuicios que haya sufrido como
consecuencia del incumplimiento del deudor.
En la ejecución singular es necesario por tanto, determinar qué bien o bienes concretos del patrimonio
deudor van a quedar sujetos a la potestad del tribunal de la ejecución para hacer efectiva la responsabilidad.
En ocasiones, al iniciarse la ejecución ya existen bienes concretos especialmente afectados en garantÃ−a de
la deuda por la que se siga el proceso. La afección de bienes concretos en garantÃ−a de una deuda
también puede ordenarse, como medida cautelar, en el proceso de declaración que se siga para que se
condene al deudor a cumplir la obligación (embargo preventivo).
Fuera de los casos anteriores (o cuando los bienes previamente afectados en garantÃ−a de la deuda sean
insuficientes para cubrir el importe de ésta) la selección de los bienes concretos sobre los que se vaya a
proyectar la actividad ejecutiva debe realizarse en la propia ejecución. Al conjunto de actuaciones que con
esta finalidad se producen dentro de un proceso de ejecución se le denomina embargo de bienes.
Por embargo, entendemos aquella actividad procesal compleja llevada a cabo en el proceso de ejecución,
dirigida a elegir los bienes del ejecutado que deben sujetarse a la ejecución y a afectarlos concretamente a
ella, engendrando en el acreedor ejecutante una facultad meramente procesal a percibir el producto de la
realización de los bienes afectados, y sin que se limite jurÃ−dicamente ni se expropie la facultad de
disposición del ejecutado sobre dichos bienes.
2. OBJETO DEL EMBARGO
El art. 1911 CC dice que el deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes
presentes y futuros. Esto significa que, en caso de no realizar el deudor la prestación que sea objeto de la
obligación, el acreedor puede obtener la satisfacción de su derecho mediante la realización (conversión
en dinero) de cualquier bien del patrimonio del deudor. Pero es necesario precisar un poco más y asÃ−
pueden señalarse dos caracterÃ−sticas que necesariamente han de estar presentes en el objeto del embargo:
• Patrimonialidad: el daño patrimonial que supone para el acreedor el incumplimiento de la obligación
se repara mediante la imposición coactiva al deudor de un sacrificio igualmente patrimonial. Lo que no
admite el Derecho moderno es que la respuesta a un daño patrimonial comporte para el deudor un
70
sacrificio no patrimonial (que afecte a su propia persona o bienes que no posean una significación
predominantemente económica).
• Alienabilidad: en la ejecución singular, la responsabilidad derivada del incumplimiento de las
obligaciones se hace efectiva a través de la realización del valor económico de elementos
patrimoniales concretos. Esta realización se articula, de ordinario, mediante la enajenación forzosa de
esos elementos patrimoniales concretos, por lo que sólo interesan a efectos de ejecución (y, por tanto, de
embargo) bienes, que además de tener contenido patrimonial, pueden ser transmitidos onerosamente.
Para completar la delimitación de lo que puede ser objeto de embargo hay que tener en cuenta, además de
las dos caracterÃ−sticas anteriores, la existencia de algunas normas que, por diferentes razones, excluyen
expresamente el embargo de ciertos bienes. El objeto del embargo puede definirse, en sentido positivo, con
referencia a bienes que reúnan los siguientes requisitos:
• Que tengan contenido patrimonial.
• Que no sean inalienables.
• Que no hayan sido declarados inembargables.
2.1. Patrimonialidad
Objeto del embargo son siempre elementos patrimoniales concretos, y a este respecto conviene precisar que el
patrimonio, más que de bienes (en el sentido de cosas materiales), se compone de derechos. Por ello el
objeto del embargo hay que referirlo, no a los bienes del deudor, sino a los derechos que componen su
patrimonio: no se embarga una finca, sino el derecho que tiene el deudor sobre una finca. Se deduce que todos
los elementos integrantes del activo patrimonial del deudor pueden ser objeto de embargo.
Además, la LEC permite expresamente el embargo de toda clase de derechos, distintos de la propiedad
exclusiva, que el deudor pueda tener el relación con cosas materiales, asÃ− como la traba de todos los
derechos de crédito y derechos sobre bienes inmateriales de que pueda ser titular el deudor (cfr. Art.
592.2.2º y 9º LEC).
ArtÃ−culo 592 LEC. Orden en los embargos. Embargo de empresas.
1. Si acreedor y deudor no hubieren pactado otra cosa, dentro o fuera de la ejecución, el Secretario judicial
responsable de la ejecución embargará los bienes del ejecutado procurando tener en cuenta la mayor
facilidad de su enajenación y la menor onerosidad de ésta para el ejecutado.
2. Si por las circunstancias de la ejecución resultase imposible o muy difÃ−cil la aplicación de los
criterios establecidos en el apartado anterior, los bienes se embargarán por el siguiente orden:
• Dinero o cuentas corrientes de cualquier clase.
• Créditos y derechos realizables en el acto o a corto plazo, y tÃ−tulos, valores u otros instrumentos
financieros admitidos a negociación en un mercado secundario oficial de valores.
• Joyas y objetos de arte.
• Rentas en dinero, cualquiera que sea su origen y la razón de su devengo.
• Intereses, rentas y frutos de toda especie.
• Bienes muebles o semovientes, acciones, tÃ−tulos o valores no admitidos a cotización oficial y
participaciones sociales.
• Bienes inmuebles.
• Sueldos, salarios, pensiones e ingresos procedentes de actividades profesionales y mercantiles
autónomas.
• Créditos, derechos y valores realizables a medio y largo plazo.
71
3. También podrá decretarse el embargo de empresas cuando, atendidas todas las circunstancias, resulte
preferible al embargo de sus distintos elementos patrimoniales.
Es generalmente aceptado que el patrimonio, comprende únicamente derechos de significación
predominantemente económica. Todos los que no tengan esa significación predominantemente económica
no forman parte del patrimonio y quedan al margen de la garantÃ−a a que se refiere el 1911 CC y no pueden
ser objeto de embargo. A ellos se refiere la LEC cuando declara absolutamente inembargables los bienes que
carezcan por sÃ− solos, de contenido patrimonial (art. 605.3º LEC).
ArtÃ−culo 605. Bienes absolutamente inembargables.
No serán en absoluto embargables:
• Los bienes que hayan sido declarados inalienables.
• Los derechos accesorios, que no sean alienables con independencia del principal.
• Los bienes que carezcan, por sÃ− solos, de contenido patrimonial.
• Los bienes expresamente declarados inembargables por alguna disposición legal.
Teniendo en cuenta este carácter económico que debe tener el derecho en cuestión, queda totalmente
prohibida la ejecución sobre la persona del deudor. Sin embargo, conviene advertir que las prestaciones
personales del deudor sÃ− pueden ser embargados en unas pocas categorÃ−as de carácter general los
derechos que no pueden ser embargados por carecer de contenido patrimonial:
• Derechos de la personalidad: vida, integridad fÃ−sica, libertad, honor, intimidad personal, imagen,
nombre.
• Relaciones familiares: facultades que integran la patria potestad, o las que el ordenamiento atribuye al
tutor respecto del menor o incapacitado sujeto a tutela.
• Relación jurÃ−dico-matrimonial: colaboración y auxilio, respeto recÃ−proco, fidelidad,
convivencia.
• Derechos que pueden nacer para los cónyuges o ex cónyuges en caso de separación o divorcio:
guardia y custodia de los hijos, régimen de visitas, etc.
• Derechos polÃ−ticos: derecho de petición, sufragio activo y pasivo.
• Derecho administrativo: derechos inherentes al status del funcionario, tÃ−tulos académicos o
profesionales, permisos de conducir, licencia de armas, de caza o de pesca, etc.
2.2. Alienabilidad
La satisfacción del acreedor en la ejecución forzosa se obtiene mediante la realización del valor
económico de derechos que forman parte del patrimonio del deudor. Esa realización se produce, por regla
general, mediante la enajenación forzosa. El tribunal de la ejecución transmite los bienes a un tercero por
un precio que se designa a pagar al ejecutante; o bien adjudica los bienes al propio ejecutante por un valor que
se aplica a la extinción de la deuda.
Esto sólo es posible, si los bienes de que se trate son transmisibles o alienables. La inmensa mayorÃ−a de
los derechos patrimoniales son alienables, lo que permite la realización de su valor mediante enajenación
forzosa. Hay, sin embargo, derechos patrimoniales que, por diversas razones, no pueden cambiar de titular, lo
que impide su enajenación en la ejecución; en la medida en que los bienes se embargan precisamente para
ser enajenados, el embargo de estos derechos no tendrÃ−a razón de ser y, por eso, la LEC declara
absolutamente inembargables los bienes inalienables (art. 605.1º y 2º LEC).
La inalienabilidad puede obedecer a diversas causas:
• Derivada de una expresa declaración legal (605.1º LEC)
72
• Aquella que, aun a falta de esa declaración, es consecuencia inmediata del carácter accesorio de algunos
derechos que, precisamente por esa accesoriedad, no pueden ser enajenados, separadamente o con
independencia del derecho principal (605.2º LEC).
Serán por tanto bienes inalienables:
• Bienes de dominio público y bienes comunales
• Bienes del Patrimonio Nacional
• Montes incluidos en el catálogo de Montes de Utilidad Pública
• Montes vecinales en mano común
• Derechos de uso y habitación
• Derecho de arrendamiento de viviendas
• Derecho de arrendamiento de fincas rústicas
• Derecho a los alimentos(aunque respecto a estos el 151 CC permite la transmisión del derecho a
reclamar las pensiones atrasadas, derecho que, por tanto, puede ser embargado)
• Derechos accesorios inalienables con independencia del principal
• Servidumbres (no enajenables con independencia del predio dominante)
• Derechos de prenda, hipoteca y anticresis (no se pueden transmitir sin el crédito que garantizan)
• Derechos de tanteo y retracto legales (no pueden ser transmitidos sin el derecho al que la ley vincula
la existencia de aquellos)
• Cuota de participación de un copropietario en los elementos comunes de un edificio en régimen
de propiedad horizontal (sólo puede enajenarse conjuntamente con la propiedad privativa sobre el
piso o local de que se trate)
La inalienabilidad de un bien no tiene por qué impedir de modo absoluto su aprovechamiento a los fines de
la ejecución. Lo único que impide es la realización de su valor mediante embargo seguido de
enajenación forzosa, pero no otro tipo de actuaciones admisibles en el proceso de ejecución y que pueden
servir también para satisfacer el derecho del ejecutante. AsÃ− por ejemplo, si el bien intransmisible es
productivo, se puede pedir el embargo de sus frutos o rentas (a no ser que el derecho a percibirlos sea
también intransmisible).
En ocasiones, bienes y derechos que no pertenecen a ninguna de las clases que la ley declara inalienables, no
pueden sin embargo, ser transmitidos por su titular al estar éste privado (temporalmente, por regla general)
de la facultad de enajenarlos. Estos casos suelen estudiarse bajo la rúbrica general de prohibiciones de
disponer y el problema que plantean es si impiden o no la enajenación del bien en un proceso de ejecución.
2.3. Bienes declarados inembargables
Hay derechos patrimoniales alienables que no pueden ser objeto de embargo porque asÃ− lo dispone un
precepto legal que los declara inembargables (605 y 606 LEC) o un Tratado Internacional ratificado por
España.
ArtÃ−culo 606 LEC. Bienes inembargables del ejecutado.
Son también inembargables:
• El mobiliario y el menaje de la casa, asÃ− como las ropas del ejecutado y de su familia, en lo que no
pueda considerarse superfluo. En general, aquellos bienes como alimentos, combustible y otros que, a
juicio del tribunal, resulten imprescindibles para que el ejecutado y las personas de él dependientes
puedan atender con razonable dignidad a su subsistencia.
73
• Los libros e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión, arte u oficio a que se dedique el
ejecutado, cuando su valor no guarde proporción con la cuantÃ−a de la deuda reclamada.
• Los bienes sacros y los dedicados al culto de las religiones legalmente registradas.
• Las cantidades expresamente declaradas inembargables por Ley.
• Los bienes y cantidades declarados inembargables por Tratados ratificados por España.
En ocasiones, la declaración de inembargabilidad es simple complemento de una previa declaración de
inalienalibidad. En otras, que son las que realmente interesan, la declaración de inembargabilidad se refiere a
bienes de contenido patrimonial y transmisibles y que, por tanto, si no existiera tal declaración, podrÃ−an
ser objeto de embargo.
Con fundamento en la exigencia de respeto a la dignidad de la persona, la LEC establece determinadas
limitaciones al embargo con el fin de evitar que la ejecución forzosa prive al deudor de los medios
indispensables para su subsistencia y la de su familia:
• Se declaran inembargables el mobiliario y menaje de la casa, asÃ− como las ropas del ejecutado y de su
familia, en lo que no pueda considerarse superfluo y, en general, aquellos bienes como alimentos,
combustible y otros que, a juicio del tribunal, resulten imprescindibles para que el ejecutado y las personas
de él dependientes puedan atender con razonable dignidad a su subsistencia (606.1º).
• Por otro lado, la LEC procura que la ejecución no prive al deudor de los medios que le permiten obtener
los ingresos precisos para atender sus necesidades básicas (alimentación, vestido, vivienda). Por eso,
declara inembargables los libros e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión, arte u
oficio a que se dedique el ejecutado, cuando su valor no guarde proporción con la cuantÃ−a de la deuda
reclamada (606.2º).
Declarar inembargables los útiles de trabajo no tendrÃ−a sentido, sin embargo, si en la ejecución se pudiera
privar al ejecutado de la totalidad de los ingresos que obtuviera con ellos. Por eso, y como norma de cierre, se
establecen limitaciones cuantitativas al embargo de los ingresos derivados del trabajo o de la actividad
profesional del deudor, asegurando a éste el mantenimiento de unas percepciones mÃ−nimas que le
permitan atender a sus necesidades básicas (607 y 608).
• La LEC declara también la inembargabilidad de los bienes sacros y los dedicados al culto de las
religiones legalmente registradas, precepto que encuentra su fundamento en el respeto a la libertad religiosa
(16 CE).
• Bienes declarados inembargables en otras leyes. La inembargabilidad sólo puede declararse (y las
limitaciones al embargo establecerse) en disposiciones con rango de ley (605.4º y 606.4º) o en Tratados
internacionales ratificados por España (606.5º).
• Para asegurar al deudor el mantenimiento de unos ingresos mÃ−nimos, la LEC establece las siguientes
limitaciones al embargo de salarios, sueldos, pensiones o retribuciones equivalentes:
• Los ingresos que no excedan del salario mÃ−nimo interprofesional son absolutamente
inembargables. Los ingresos que excedan del salario mÃ−nimo interprofesional pueden ser objeto de
embargo parcial, de tal forma que el deudor percibe siempre una parte de ellos y otra parte queda a
disposición del tribunal de la ejecución para satisfacer el derecho del acreedor. La parte embargable
(y, en consecuencia, la inembargable) se determina con arreglo a una escala progresiva que establece
el art.607.2. La aplicación de esta escala conduce a que, a medida que crecen los ingresos, la parte de
ellos no susceptible de embargo es mayor, pero también aumenta, y en mucha mayor proporción,
la parte embargable.
ArtÃ−culo 607 LEC. Embargo de sueldos y pensiones.
74
1. Es inembargable el salario, sueldo, pensión, retribución o su equivalente, que no exceda de la
cuantÃ−a señalada para el salario mÃ−nimo interprofesional.
2. Los salarios, sueldos, jornales, retribuciones o pensiones que sean superiores al salario mÃ−nimo
interprofesional se embargarán conforme a esta escala:
• Para la primera cuantÃ−a adicional hasta la que suponga el importe del doble del salario
mÃ−nimo interprofesional, el 30 %.
• Para la cuantÃ−a adicional hasta el importe equivalente a un tercer salario mÃ−nimo
interprofesional, el 50 %.
• Para la cuantÃ−a adicional hasta el importe equivalente a un cuarto salario mÃ−nimo
interprofesional, el 60 %.
• Para la cuantÃ−a adicional hasta el importe equivalente a un quinto salario mÃ−nimo
interprofesional, el 75 %.
• Para cualquier cantidad que exceda de la anterior cuantÃ−a, el 90 %.
3. Si el ejecutado es beneficiario de más de una percepción, se acumularán todas ellas para
deducir una sola vez la parte inembargable. Igualmente serán acumulables los salarios, sueldos y
pensiones, retribuciones o equivalentes de los cónyuges cuando el régimen económico que les
rija no sea el de separación de bienes y rentas de toda clase, circunstancia que habrán de
acreditar al Secretario judicial.
4. En atención a las cargas familiares del ejecutado, el Secretario judicial podrá aplicar una
rebaja de entre un 10 a un 15 % en los porcentajes establecidos en los números 1, 2, 3 y 4 del
apartado 2 del presente artÃ−culo.
5. Si los salarios, sueldos, pensiones o retribuciones estuvieron gravados con descuentos
permanentes o transitorios de carácter público, en razón de la legislación fiscal, tributaria o de
Seguridad Social, la cantidad lÃ−quida que percibiera el ejecutado, deducidos éstos, será la que
sirva de tipo para regular el embargo.
6. Los anteriores apartados de este artÃ−culo serán de aplicación a los ingresos procedentes de
actividades profesionales y mercantiles autónomas.
7. Las cantidades embargadas de conformidad con lo previsto en este precepto podrán ser
entregadas directamente a la parte ejecutante, en la cuenta que ésta designe previamente, si asÃ−
lo acuerda el Secretario judicial encargado de la ejecución.
En este caso, tanto la persona o entidad que practique la retención y su posterior entrega como el
ejecutante, deberán informar trimestralmente al Secretario judicial sobre las sumas remitidas y
recibidas, respectivamente, quedando a salvo en todo caso las alegaciones que el ejecutado pueda
formular, ya sea porque considere que la deuda se halla abonada totalmente y en consecuencia debe
dejarse sin efecto la traba, o porque las retenciones o entregas no se estuvieran realizando conforme
a lo acordado por el Secretario judicial.
Contra la resolución del Secretario judicial acordando tal entrega directa cabrá recurso directo de
revisión ante el Tribunal.
Los porcentajes que, según la escala, determinan la cantidad embargable pueden reducirse entre un 10% y un
15%, a criterio del tribunal, en atención a las cargas familiares del ejecutado (art. 607.4 LEC).
La escala se aplica al total de los ingresos netos del deudor, es decir que, por un lado, han de sumarse todas las
percepciones que, en su caso, perciba el deudor y, si está casado con un régimen económico distinto al
75
de separación de bienes, también las retribuciones del cónyuge. De este importe se deducen los
descuentos permanentes o transitorios de carácter público en razón de la legislación fiscal, tributaria o de
la Seguridad Social y sobre la cantidad neta asÃ− obtenida, se aplica la escala para determinar la parte de los
ingresos susceptibles de embargo.
Los lÃ−mites anteriores se aplican a todo tipo de retribuciones periódicas que percibe el deudor y que no
sean rentas de capital. Expresamente se incluyen los ingresos procedentes de actividades profesionales y
mercantiles autónomas, lo que resulta plenamente acorde con la finalidad de la norma, aunque la aplicación
de los lÃ−mites legales a estos ingresos puede plantear dificultades prácticas.
• Cuando la ejecución se siga para el cumplimiento de una sentencia de condene a pagar alimentos
debidos por disposición legal, incluyendo las pensiones de alimentos acordadas en procesos
matrimoniales (tanto en sentencia como en medidas provisionales), no rigen las limitaciones
anteriores y los ingresos del deudor pueden ser embargados en la cuantÃ−a que el tribunal considere
procedente.
ArtÃ−culo 608 LEC. Ejecución por condena a prestación alimenticia.
Lo dispuesto en el artÃ−culo anterior no será de aplicación cuando se proceda por ejecución de
sentencia que condene al pago de alimentos, en todos los casos en que la obligación de satisfacerlos
nazca directamente de la Ley, incluyendo los pronunciamientos de las sentencias dictadas en
procesos de nulidad, separación o divorcio sobre alimentos debidos al cónyuge o a los hijos. En
estos casos, asÃ− como en los de las medidas cautelares correspondientes, el tribunal fijará la
cantidad que puede ser embargada.
2.4. Nulidad del embargo trabado sobre bienes inembargables
El embargo trabado sobre bienes inembargables (tanto los casos de falta de contenido patrimonial e
inalienabilidad como los de inembargabilidad en sentido estricto) es nulo de pleno derecho (art. 609 LEC).
ArtÃ−culo 609 LEC. Efectos de la traba sobre bienes inembargables.
El embargo trabado sobre bienes inembargables será nulo de pleno derecho.
El ejecutado podrá denunciar esta nulidad ante el Tribunal mediante los recursos ordinarios o por simple
comparecencia ante el Secretario judicial si no se hubiera personado en la ejecución ni deseara hacerlo,
resolviendo el Tribunal sobre la nulidad denunciada.
Como consecuencia la LEC dispone que el ejecutado podrá denunciar esta nulidad ante el tribunal mediante
los recursos ordinarios o por simple comparecencia ante el tribunal si no se hubiera personado en la
ejecución ni deseara hacerlo
3. PERTENENCIA DE LOS BIENES OBJETO DE EMBARGO AL PATRIMONIO DEL
EJECUTADO
Sólo pueden ser embargados bienes que, en el momento de la traba, pertenezcan al ejecutado. Igualmente la
ley, no sólo exige, sino que expresamente prohÃ−be al tribunal realizar averiguaciones o investigaciones
previas sobre si los bienes que se propone embargar pertenecen o no al ejecutado: el Tribunal debe basarse
únicamente en indicios o signos externos de los que razonablemente pueda deducirse que los bienes
pertenecen al ejecutado y asÃ− lo expresa el art. 593.1 LEC cuando afirma que para juzgar sobre la
pertenencia al ejecutado de los bienes que se proponga embargar, el tribunal, sin necesidad de investigaciones
ni otras actuaciones, se basará en indicios y signos externos de los que razonablemente pueda deducir
aquélla.
76
ArtÃ−culo 593 LEC. Pertenencia al ejecutado. Prohibición de alzamiento de oficio del embargo.
1. Para juzgar sobre la pertenencia al ejecutado de los bienes que se proponga embargar, el Secretario
judicial, sin necesidad de investigaciones ni otras actuaciones, se basará en indicios y signos externos de
los que razonablemente pueda deducir aquélla.
2. Cuando por percepción directa o por manifestaciones del ejecutado o de otras personas, el Secretario
judicial tuviera motivos racionales para entender que los bienes que se propone trabar pueden pertenecer a
un tercero, ordenará mediante diligencia de ordenación que se le haga saber la inminencia de la traba. Si,
en el plazo de cinco dÃ−as, el tercero no compareciere o no diere razones, el Secretario judicial dictará
decreto mandando trabar los bienes, a no ser que las partes, dentro del mismo plazo concedido al tercero,
hayan manifestado su conformidad en que no se realice el embargo. Si el tercero se opusiere razonadamente
al embargo aportando, en su caso, los documentos que justifiquen su derecho, el Secretario judicial, previo
traslado a las partes por plazo común de cinco dÃ−as, remitirá los autos al Tribunal para que resuelva lo
que proceda.
3. Tratándose de bienes cuyo dominio sea susceptible de inscripción registral, se ordenará, en todo caso,
su embargo a no ser que el tercero acredite ser titular registral mediante la correspondiente certificación
del Registrador, quedando a salvo el derecho de los eventuales titulares no inscritos, que podrá ejercitarse
contra quien y como corresponda.
No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, cuando el bien de cuyo embargo se trate sea la vivienda
familiar del tercero y éste presentare al Tribunal el documento privado que justifique su adquisición, el
Secretario judicial dará traslado a las partes y, si éstas, en el plazo de cinco dÃ−as, manifestaren su
conformidad en que no se realice el embargo, el Secretario se abstendrá de acordarlo.
La razón de la prohibición de investigaciones previas sobre la titularidad de los bienes es que si se exigieran
(o incluso si se permitieran) esas investigaciones, se facilitarÃ−an eventuales maniobras fraudulentas del
deudor para ocultar bienes y frustrar la ejecución. Por lo demás no hay que confundir las investigaciones
que el art. 593.1 LEC prohÃ−be con las que permite el art. 590 LEC para localizar bienes pertenecientes al
deudor.
Sin embargo hay que admitir que pueden ser embargados bienes que realmente pertenecen a otra persona; y es
indudable que, en estos casos, la ley debe proteger al tercero que sea verdadero titular de los bienes, pero
teniendo cuidado de que esa protección no impida que el proceso de ejecución cumpla sus fines. Para ello
la LEC concede ciertas facultades al tercero cuyos bienes están en trance de ser embargados o ya lo han sido
sobre la base de una errónea atribución del deudor. Ahora bien, si el tercero no defiende sus intereses
ejercitando esas facultades y los bienes son enajenados y adquiridos por otra persona en el proceso de
ejecución, no podrá después invocar la nulidad del embargo para impugnar la enajenación y recuperar
los bienes.
ArtÃ−culo 594 LEC. Posterior transmisión de bienes embargados no pertenecientes al ejecutado.
1. El embargo trabado sobre bienes que no pertenezcan al ejecutado será, no obstante, eficaz. Si el
verdadero titular no hiciese valer sus derechos por medio de la tercerÃ−a de dominio, no podrá impugnar
la enajenación de los bienes embargados, si el rematante o adjudicatario los hubiera adquirido de modo
irreivindicable, conforme a lo establecido en la legislación sustantiva.
2. Lo dispuesto en el apartado anterior se entenderá sin perjuicio de las acciones de resarcimiento o
enriquecimiento injusto o de nulidad de la enajenación.
Esto es precisamente lo que quiere decir el art. 594.1 LEC cuando dispone que el embargo trabado sobre
bienes que no pertenezcan al ejecutado será, no obstante, eficaz. Añadiendo a continuación que si el
77
verdadero titular no hiciese valer sus derechos por medio de la tercerÃ−a de dominio no podrá impugnar la
enajenación de los bienes embargados, si el rematante o adjudicatario los hubiese adquirido de modo
irreivindicable, conforme a lo establecido en la legislación sustantiva. Lo dispuesto significa que el embargo
de bienes no pertenecientes al deudor no es nulo de pleno derecho sino meramente anulable).
4. PROTECCIÃ N DEL VERDADERO TITULAR FRENTE AL EMBARGO DE BIENES
El verdadero dueño tiene la carga de defender su derecho en el propio proceso de ejecución y, en todo
caso, antes de que se consume la enajenación de los bienes mediante su transmisión a quién los adquiera
en la ejecución. Para que el verdadero titular pueda levantar esa carga, la LEC permite, en determinadas
circunstancias, oponerse, antes de la traba a que sus bienes sean embargados y, en todo caso, después del
embargo y antes de la enajenación, pedir y obtener el alzamiento de la traba.
4.1. Oposición previa al embargo
Cuando el Tribunal tenga motivos racionales para entender que los bienes que se propone trabar pueden
pertenecer a un tercero, antes de ordenar su embargo, debe notificar al tercero de que se trate la inminencia de
la traba, concediéndole un plazo de 5 dÃ−as para comparecer y oponerse a que los bienes sean afectados a
la ejecución. Transcurrido este plazo, el tribunal decide si embarga o no el bien o bienes de que se trate,
teniendo en cuenta no sólo las manifestaciones que, en su caso, haya realizado el tercero, sino también las
que hayan formulado el ejecutante y el ejecutado.
Para que procedan esas actuaciones es preciso que exista una apariencia basada en indicios y signos externos
de los que los bienes pertenecen al deudor. Sobre la base de esa apariencia, el tribunal deberÃ−a, como regla
general, trabar los bienes sin hacer investigaciones ni otras actuaciones para comprobar la pertenencia del
deudor.
La oposición del tercero ha de ser razonada, acompañando, en su caso, los documentos que justifiquen su
derecho. Las partes, durante el mismo plazo concedido al tercero, puedan manifestar al tribunal su
conformidad con que no se realice el embargo, tanto si el tercero ha realizado oposición como si no la ha
formulado. Con independencia de esto, si el tercero formula oposición, el tribunal, antes de decidir debe
oÃ−r a las partes. Después, el tribunal debe decidir si embarga o no el bien de que se trate con arreglo a los
siguientes criterios:
• No embargará el bien si las partes muestran su conformidad en que el embargo no se realice, tanto si
el tercero se ha opuesto a la traba como si no lo ha hecho (aunque la ley sólo lo prevé
expresamente para el segundo caso, serÃ−a absurdo no seguir el mismo criterio en el primero).
• Faltando la conformidad de las partes, hay que distinguir:
• si el tercero no formuló oposición, o no lo hizo razonadamente, se ordenará el embargo;
• si el tercero se opuso razonadamente, el tribunal, oÃ−das las partes, resuelve lo que proceda (art.
593.2 LEC).
Cuando los bienes sean inmuebles o, en general, susceptibles de inscripción registral, sólo puede formular
oposición previa al embargo el tercero que sea titular registral del bien, acreditándolo mediante la
correspondiente certificación del Registro (art. 593.3 I LEC). En este caso, además, el tribunal debe
abstenerse de embargar los bienes sea cual fuere la posición que, al respecto, adopten ejecutante y ejecutado
(art. 38, III LH).
ArtÃ−culo 38 Ley Hipotecaria
78
A todos los efectos legales se presumirá que los derechos reales inscritos en el Registro existen y
pertenecen a su titular en la forma determinada por el asiento respectivo. De igual modo se presumirá que
quien tenga inscrito el dominio de los inmuebles o derechos reales tiene la posesión de los mismos.
Como consecuencia de lo dispuesto anteriormente, no podrá ejercitarse ninguna acción contradictoria del
dominio de inmuebles o derechos reales inscritos a nombre de persona o entidad determinada, sin que,
previamente o a la vez, se entable demanda de nulidad o cancelación de la inscripción correspondiente. La
demanda de nulidad habrá de fundarse en las causas que taxativamente expresa esta Ley cuando haya de
perjudicar a tercero.
En caso de embargo preventivo, juicio ejecutivo o vÃ−a de apremio contra bienes inmuebles o derechos
reales determinados, se sobreseerá todo procedimiento de apremio respecto de los mismos o de sus frutos,
productos o rentas en el instante en que conste en autos, por certificación del Registro de la Propiedad, que
dichos bienes o derechos constan inscritos a favor de persona distinta de aquella contra la cual se decretó
el embargo o se sigue el procedimiento, a no ser que se hubiere dirigido contra ella la acción en concepto
de heredera del que aparece como dueño en el Registro. Al acreedor ejecutante le quedará reservada su
acción para perseguir en el mismo juicio ejecutivo otros bienes del deudor y para ventilar en el juicio
correspondiente el derecho que creyere asistirle en cuanto a los bienes respecto de los cuales se suspende el
procedimiento.
Cuando se persigan bienes hipotecados que hayan pasado a ser propiedad de un tercer poseedor, se
procederá con arreglo a lo dispuesto en los artÃ−culos 134 y concordantes de esta Ley.
Las mismas reglas se observarán cuando, después de efectuada en el Registro alguna anotación
preventiva de las establecidas en los números 2 y 3 del artÃ−culo 42, pasasen los bienes anotados a poder
de un tercer poseedor.
No obstante cuando el inmueble sea la vivienda familiar del tercero, se permite a éste formular oposición,
aun sin ser titular registral, mediante la presentación del documento privado que justifique su adquisición.
Esta oposición sólo prosperará si ejecutante y ejecutado se muestran conformes en que no se realice el
embargo (art. 593.3, II LEC).
4.2. La tercerÃ−a de dominio
Es la acción que puede ejercitar el verdadero titular de los bienes embargados para solicitar y obtener el
alzamiento de la traba, cuando el embargo se haya efectuado sobre la base de una falsa apariencia de
pertenencia de los bienes en cuestión al ejecutado. Como todas las acciones, la tercerÃ−a de dominio se
identifica atendiendo a tres elementos:
• Sujetos:
• Sujeto activo sólo puede ser un tercero, es decir, quién no sea parte en el proceso de ejecución
(art. 595.1 LEC). El tercerista no es, por definición, ejecutado. La situación tÃ−pica a la que da
respuesta la tercerÃ−a de dominio es el error en la atribución de la titularidad de los bienes
embargados.
ArtÃ−culo 595 LEC. TercerÃ−a de dominio. Legitimación.
1. Podrá interponer tercerÃ−a de dominio, en forma de demanda, quien, sin ser parte en la
ejecución, afirme ser dueño de un bien embargado como perteneciente al ejecutado y que no ha
adquirido de éste una vez trabado el embargo.
79
2. Podrán también interponer tercerÃ−as para el alzamiento del embargo quienes sean titulares
de derechos que, por disposición legal expresa, puedan oponerse al embargo o a la realización
forzosa de uno o varios bienes embargados como pertenecientes al ejecutado.
3. Con la demanda de tercerÃ−a de dominio deberá aportarse un principio de prueba por escrito
del fundamento de la pretensión del tercerista.
• Sujeto pasivo: la acción de tercerÃ−a debe dirigirse siempre frente al ejecutante. El ejecutado sólo
está pasivamente legitimado cuando los bienes a que se refiera la tercerÃ−a hayan sido designados
por él para su embargo (arts. 589 y 592.1 LEC). Fuera de este caso, el ejecutado no tiene que ser
demandado por el tercerista pero, si lo desea, podrá intervenir en el procedimiento con los mismos
derechos procesales que las partes de la tercerÃ−a (art. 600 LEC).
ArtÃ−culo 600 LEC. Legitimación pasiva. Litisconsorcio voluntario. Intervención del ejecutado
no demandado.
La demanda de tercerÃ−a se interpondrá frente al acreedor ejecutante y también frente al
ejecutado cuando el bien al que se refiera haya sido por él designado.
Aunque no se haya dirigido la demanda de tercerÃ−a frente al ejecutado, podrá éste intervenir en
el procedimiento con los mismos derechos procesales que las partes de la tercerÃ−a, a cuyo fin se le
notificará en todo caso la admisión a trámite de la demanda para que pueda tener la
intervención que a su derecho convenga.
• Petitum: la pretensión tÃ−pica de la tercerÃ−a es el alzamiento del embargo. La LEC además no
permite que el tercerista formule ninguna otra pretensión acumulada (art. 601.1 LEC).
ArtÃ−culo 601 LEC. Objeto de la tercerÃ−a de dominio.
1. En la tercerÃ−a de dominio no se admitirá más pretensión del tercerista que la dirigida al
alzamiento del embargo.
2. El ejecutante y, en su caso, el ejecutado, no podrán pretender en la tercerÃ−a de dominio sino el
mantenimiento del embargo o sujeción a la ejecución del bien objeto de tercerÃ−a.
Correlativamente los demandados (ejecutante o ejecutante y ejecutado) no pueden pretender otra cosa que el
mantenimiento del embargo o sujeción a la ejecución del bien objeto de tercerÃ−a. No cabe, por tanto,
reconvención (art. 601.2 LEC).
El embargo de bienes no pertenecientes al ejecutado es eficaz mientras no sea levantado por resolución
judicial estimatoria de la tercerÃ−a y, por tanto, la acción que se dirige a obtener esta resolución no es
meramente declarativa (no pretende que se declare una situación jurÃ−dica preexistente de ineficacia del
embargo) sino que es constitutiva porque pretende un cambio jurÃ−dico: en virtud de la resolución
estimatoria de la tercerÃ−a, el bien o bienes que hasta ese momento estaban válidamente afectados a la
ejecución dejan de estarlo; se extingue el derecho que hasta ese momento tenÃ−a el ejecutante de percibir el
producto de la realización de dichos bienes para satisfacer la deuda (art. 613.1 LEC).
ArtÃ−culo 613. Efectos del embargo. Anotaciones preventivas y terceros poseedores.
1. El embargo concede al acreedor ejecutante el derecho a percibir el producto de lo que se obtenga de
la realización de los bienes embargados a fin de satisfacer el importe de la deuda que conste en el
80
tÃ−tulo, los intereses que procedan y las costas de la ejecución.
2. Sin estar completamente reintegrado el ejecutante del capital e intereses de su crédito y de todas las
costas de la ejecución, no podrán aplicarse las sumas realizadas a ningún otro objeto que no haya
sido declarado preferente por sentencia dictada en tercerÃ−a de mejor derecho.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartado anteriores, cuando los bienes sean de las clases que
permiten la anotación preventiva de su embargo, la responsabilidad de los terceros poseedores que
hubieran adquirido dichos bienes en otra ejecución, tendrá como limite las cantidades que, para la
satisfacción del principal, intereses y costas, aparecieran consignadas en la anotación en la fecha en
que aquéllos hubieran inscrito su adquisición.
4. El ejecutante podrá pedir que se mande hacer constar en la anotación preventiva de embargo el
aumento de la cantidad prevista en concepto de intereses devengados durante la ejecución y de costas
de ésta, acreditando que unos y otras han superado la cantidad que, por tales conceptos, constara en
la anotación anterior.
• Causa de pedir: para fundar su pretensión de alzamiento de la traba, el tercerista debe afirmar ser dueño
del bien embargado o ser titular de un derecho que, por disposición legal expresa, pueda oponerse al
embargo o a la realización forzosa del bien de que se trate (art. 595 LEC). Esta última previsión da
cobertura a la tercerÃ−a cuyo objeto sea la pretensión de alzamiento del embargo de bienes o derechos no
susceptibles, en sentido estricto, de dominio (embargo de créditos, rentas, intereses, sueldos, etc.).
El derecho en que el tercerista funde su pretensión debe ser anterior al embargo (595.1 LEC). Si al ser
embargados los bienes pertenecÃ−an éstos al ejecutado, ningún adquiriente posterior podrá ejercitar con
éxito la tercerÃ−a de dominio ya que faltará el presupuesto básico de la acción de tercerÃ−a del error
del tribunal en la atribución de la titularidad de los bienes en el momento del embargo. Queda abierta la
posibilidad de utilizar la tercerÃ−a para terceros que hayan adquirido después del embargo de un
transmitente distinto al ejecutado, siempre que ese transmitente fuera dueño del bien en el momento de la
traba. El art. 597 LEC dispone que no se permitirá en ningún caso segunda o ulterior tercerÃ−a sobre los
mismos bienes, fundada en tÃ−tulos o derechos que poseyera el que la interponga a tiempo de formularse la
primera.
ArtÃ−culo 597 LEC. Prohibición de segundas y ulteriores tercerÃ−as.
No se permitirá, en ningún caso, segunda o ulterior tercerÃ−a sobre los mismos bienes, fundada
en tÃ−tulos o derechos que poseyera el que la interponga al tiempo de formular la primera.
Esta norma, que no es otra cosa que la concreción, para el caso de la tercerÃ−a, de lo dispuesto en el art. 400
LEC sobre preclusión de la alegación de hechos y fundamentos jurÃ−dicos, trae aparejadas las siguientes
consecuencias:
• Si el tercerista puede invocar en apoyo de su pretensión varios derechos que sean incompatibles con
el mantenimiento de la traba, o puede alegar una pluralidad de tÃ−tulos de adquisición del derecho o
derechos que aduzca como fundamento de la acción, tiene la carga de utilizar todos estos
argumentos, de una sola vez, al ejercitar la tercerÃ−a de dominio.
• Los tÃ−tulos o derechos que no se hubieran alegado oportunamente el ejercitar la acción no podrán
ser tenidos en cuenta en la resolución que decida la tercerÃ−a (218.1 LEC), pero tampoco podrán
ser utilizados en una segunda tercerÃ−a. La prohibición de segundas y ulteriores tercerÃ−as debe
hacerse valer por el demandado o demandados mediante la oportuna excepción en la contestación a
la demanda, que será discutida y decidida en la audiencia previa, bien en concepto de litispendencia,
bien en el de cosa juzgada (400.2 LEC).
81
ArtÃ−culo 400 LEC. Preclusión de la alegación de hechos y fundamentos jurÃ−dicos.
1. Cuando lo que se pida en la demanda pueda fundarse en diferentes hechos o en distintos
fundamentos o tÃ−tulos jurÃ−dicos, habrán de aducirse en ella cuantos resulten conocidos o
puedan invocarse al tiempo de interponerla, sin que sea admisible reservar su alegación para un
proceso ulterior.
La carga de la alegación a que se refiere el párrafo anterior se entenderá sin perjuicio de las
alegaciones complementarias o de hechos nuevos o de nueva noticia permitidas en esta Ley en
momentos posteriores a la demanda y a la contestación.
2. De conformidad con lo dispuesto en al apartado anterior, a efectos de litispendencia y de cosa
juzgada, los hechos y los fundamentos jurÃ−dicos aducidos en un litigio se considerarán los
mismos que los alegados en otro juicio anterior si hubiesen podido alegarse en éste.
• LÃ−mites temporales de la acción: la tercerÃ−a de dominio puede interponerse únicamente durante un
cierto lapso de tiempo, transcurrido el cual precluye: puede ejercitarse desde el mismo momento en que se
traba el embargo del bien o bienes a que se refiera y hasta el momento en que, de acuerdo con lo dispuesto
en la legislación civil, se produzca la transmisión del bien al acreedor o al tercero que lo adquiera por
cualquiera de los sistemas de enajenación forzosa previstos en el art. 596 LEC.
ArtÃ−culo 596 LEC. Momento de interposición y posible rechazo de plano de la tercerÃ−a de
dominio.
1. La tercerÃ−a de dominio podrá interponerse desde que se haya embargado el bien o bienes a que se
refiera, aunque el embargo sea preventivo.
2. El tribunal, mediante auto, rechazará de plano y sin sustanciación alguna la demanda de tercerÃ−a
de dominio a la que no se acompañe el principio de prueba exigido en el apartado 3 del artÃ−culo
anterior, asÃ− como la que se interponga con posterioridad al momento en que, de acuerdo con lo
dispuesto en la legislación civil, se produzca la transmisión del bien al acreedor o al tercero que lo
adquiera en pública subasta.
4.3. Tramitación de la tercerÃ−a de dominio:
Se interpone ante el Tribunal que conozca de la ejecución y se sustancia por los trámites previstos para el
juicio ordinario (art. 599 LEC).
ArtÃ−culo 599 LEC. Competencia y sustanciación.
La tercerÃ−a de dominio, que habrá de interponerse ante el Secretario judicial responsable de la
ejecución, se resolverá por el tribunal que dictó la orden general y despacho de la misma y se
sustanciará por los trámites previstos para el juicio verbal.
No es sin embargo, un proceso independiente de la ejecución, sino un incidente declarativo que se integra
dentro de las actuaciones de ésta. La tercerÃ−a se interpone mediante escrito en forma de demanda (art 595
LEC) al que ha de acompañarse necesariamente un principio de prueba por escrito del fundamento de la
pretensión del tercerista. La aportación de un documento que merezca la consideración de principio de
prueba por escrito es requisito de admisibilidad de la demanda, por lo que deberá ser valorado por el
Tribunal en dos momentos distintos: en el trámite de admisión de la demanda y al decidir la tercerÃ−a.
La aportación del principio de prueba se exige tanto para las tercerÃ−as referidas a inmuebles como para las
relativas a bienes muebles. Presentada la demanda, el tribunal debe decidir sobre su admisibilidad. Al respecto
la LEC prevé dos causas de inadmisión especÃ−ficas para las demandas de tercerÃ−a:
82
• La no presentación del principio de prueba por escrito estudiado en el número anterior.
• La interposición de la demanda después de la transmisión del bien al ejecutante o al tercero que
lo adquiera en la ejecución.
La inadmisión debe acordarse de plano y sin sustanciación alguna: contra el auto de inadmisión (que es
definitivo) cabe recurso de apelación (art. 455 LEC), y contra el auto que desestime la apelación, recurso
extraordinario por infracción procesal (art. 468 LEC).
ArtÃ−culo 455 LEC. Resoluciones recurribles en apelación. Competencia y tramitación preferente.
1. Las sentencias dictadas en toda clase de juicio, los autos definitivos y aquéllos otros que la Ley
expresamente señale, serán apelables, con excepción de las sentencias dictadas en los juicios verbales
por razón de la cuantÃ−a cuando ésta no supere los 3.000 euros.
2. Conocerán de los recursos de apelación:
• Los Juzgados de Primera Instancia, cuando las resoluciones apelables hayan sido dictadas por los
Juzgados de Paz de su partido.
• Las Audiencias Provinciales, cuando las resoluciones apelables hayan sido dictadas por los Juzgados de
Primera Instancia de su circunscripción.
3. Se tramitarán preferentemente los recursos de apelación legalmente previstos contra autos que
inadmitan demandas por falta de requisitos que la ley exija para casos especiales.
El 598.2 establece que el tribunal, previa audiencia de las partes si lo considera necesario, podrá condicionar
la admisión de la demanda de tercerÃ−a a que el tercerista preste caución por los daños y perjuicios que
pudiera producir al acreedor ejecutante. Esta caución podrá otorgarse en cualquiera de las formas previstas
en el 529 LEC.
ArtÃ−culo 598 LEC. Efectos de la admisión de la tercerÃ−a.
1. La admisión de la demanda de tercerÃ−a sólo suspenderá la ejecución respecto del bien a que se
refiera, debiendo el Secretario judicial adoptar las medidas necesarias para dar cumplimiento a la
suspensión acordada.
2. Admitida la demanda por el Secretario judicial, el Tribunal, previa audiencia de las partes si lo considera
necesario, podrá condicionar la suspensión de la ejecución respecto del bien a que se refiere la demanda
de tercerÃ−a a que el tercerista preste caución por los daños y perjuicios que pudiera producir al
acreedor ejecutante. Esta caución podrá otorgarse en cualquiera de las formas previstas en el párrafo
segundo del apartado 3 del artÃ−culo 529.
3. La admisión de una tercerÃ−a de dominio será razón suficiente para que el Secretario judicial, a
instancia de parte, ordene, mediante decreto, la mejora del embargo.
Prestada, en su caso, la caución, se admite la demanda, lo que lleva aparejados los siguientes efectos:
• Se suspende la ejecución (más precisamente, la realización forzosa) respecto del bien a que se
refiera la tercerÃ−a (art. 598.1 LEC). El ejecutante puede pedir y obtener la mejora del embargo (art.
598.3 LEC).
• Efectos de la no contestación: si los demandados no contestaran la demanda de tercerÃ−a de
dominio, se entenderá que admiten los hechos alegados en la demanda.
83
ArtÃ−culo 602 LEC. Efectos de la no contestación.
Si los demandados no contestaran la demanda de tercerÃ−a de dominio, se entenderá que admiten
los hechos alegados en la demanda.
• Resolución sobre la tercerÃ−a: la tercerÃ−a de dominio se resolverá por medio de auto, que se
pronunciará sobre la pertenencia del bien y la procedencia de su embargo a los únicos efectos de la
ejecución en curso, sin que produzca efectos de cosa juzgada en relación con la titularidad del bien.
El auto que decida la tercerÃ−a se pronunciará sobre las costas, con arreglo a lo dispuesto en los
artÃ−culos 394 ss LEC.
ArtÃ−culo 603 LEC. Resolución sobre la tercerÃ−a.
La tercerÃ−a de dominio se resolverá por medio de auto, que se pronunciará sobre la pertenencia
del bien y la procedencia de su embargo a los únicos efectos de la ejecución en curso, sin que
produzca efectos de cosa juzgada en relación con la titularidad del bien.
El auto que decida la tercerÃ−a se pronunciará sobre las costas, con arreglo a lo dispuesto en los
artÃ−culos 394 y siguientes de esta Ley. A los demandados que no contesten no se les impondrán
las costas, salvo que el tribunal, razonándolo debidamente, aprecie mala fe en su actuación
procesal teniendo en cuenta, en su caso, la intervención que hayan tenido en las actuaciones a que
se refieren los apartados 2 y 3 del artÃ−culo 593.
A los demandados que no contesten no se les impondrán las costas, salvo que el tribunal, razonándolo
debidamente, aprecie mala fe en su actuación procesal teniendo en cuenta, en su caso, la intervención que
hayan tenido en las actuaciones a que se refieran los apartados 2 y 3 del artÃ−culo 593.
• Resolución estimatoria y alzamiento del embargo: el auto que estime la tercerÃ−a de dominio
ordenará el alzamiento de la traba y la remoción del depósito, asÃ− como la cancelación de la
anotación preventiva y de cualquier otra medida de garantÃ−a del embargo del bien al que la
tercerÃ−a se refiera.
4.4. La tercerÃ−a registral
El art. 38, III de la LH ordena que se sobresea todo procedimiento de apremio sobre bienes inmuebles en el
instante en que conste en autos, por certificación del Registrador de la Propiedad que los bienes constan
inscritos a favor de persona distinta de aquella contra la que decretó el embargo o se sigue el procedimiento.
De esta norma derivan las siguientes consecuencias:
• El Tribunal debe abstenerse de embargar inmuebles si, antes del embargo consta en autos por certificación
registral que están inscritos a favor de persona distinta del ejecutado. Una aplicación concreta de esta
regla puede verse en el art. 593.3 LEC: si en el trámite de oposición previa al embargo, el tercero
acredita ser titular registral mediante la correspondiente certificación del Registrador, el tribunal debe
abstenerse de embargar el inmueble.
• Embargado un inmueble, la traba debe alzarse en el momento en que se haga constar en autos, mediante la
correspondiente certificación registral, que el bien está inscrito a nombre de persona distinta del
ejecutado, siempre que la inscripción sea anterior a la anotación preventiva de embargo. Si la
inscripción es posterior, no procede el alzamiento automático de la traba, sino permitir a su titular que
intervenga en el proceso como tercer poseedor (art. 38.V LH). Manifestaciones concretas de esta regla
pueden verse en los arts. 658 y 662 LEC.
ArtÃ−culo 658 LEC. Bien inscrito a nombre de persona distinta del ejecutado.
84
Si de la certificación que expida el registrador resultare que el bien embargado se encuentra inscrito a
nombre de persona distinta del ejecutado, el Secretario judicial, oÃ−das las partes personadas,
ordenará alzar el embargo, a menos que el procedimiento se siga contra el ejecutado en concepto de
heredero de quien apareciere como dueño en el Registro o que el embargo se hubiere trabado teniendo
en cuenta tal concepto.
No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, sÃ− la inscripción del dominio a nombre de persona
distinta del ejecutado fuera posterior a la anotación del embargo, se mantendrá éste y se estará a
lo dispuesto en el artÃ−culo 662.
ArtÃ−culo 662 LEC. Tercer poseedor.
1. Si antes de que se venda o adjudique en la ejecución un bien inmueble y después de haberse
anotado su embargo o de consignado registralmente el comienzo del procedimiento de apremio, pasare
aquel bien a poder de un tercer poseedor, éste, acreditando la inscripción de su tÃ−tulo, podrá
pedir que se le exhiban los autos en la Oficina judicial, lo que se acordará por el Secretario judicial sin
paralizar el curso del procedimiento, entendiéndose también con él las actuaciones ulteriores.
2. Se considerará, asimismo, tercer poseedor a quien, en el tiempo a que se refiere el apartado anterior,
hubiere adquirido solamente el usufructo o dominio útil de la finca hipotecada o embargada, o bien la
nuda propiedad o dominio directo.
3. En cualquier momento anterior a la aprobación del remate o a la adjudicación al acreedor, el tercer
poseedor podrá liberar el bien satisfaciendo lo que se deba al acreedor por principal, intereses y
costas, dentro de los lÃ−mites de la responsabilidad a que esté sujeto el bien, y siendo de aplicación,
en su caso, lo dispuesto en el apartado 3 del artÃ−culo 613 de esta Ley.
La certificación registral de la que resulte que el inmueble embargado está inscrito a nombre de persona
distinta del ejecutado puede llegar a las actuaciones de la ejecución de diversas formas. Lo más habitual
será que la noticia llegue al tribunal a través de la nota del Registrador denegando la anotación
preventiva del embargo (arts. 140.1ª y 133 RH); pero también puede llegar a través de la certificación
de dominio y cargas, si no se mandó anotar el embargo (esto es precisamente el caso a que se refiere el art.
658 LEC) o, porque el propio titular registral presente la certificación en el tribunal, solicitando el
alzamiento de la traba. Este último caso es el que se conoce con el nombre de tercerÃ−a registral.
Lo importante es que el embargo debe alzarse cualquiera que sea la vÃ−a por la que se haga constar en la
ejecución la inscripción del inmueble a nombre de persona distinta del ejecutado.
5. EXTENSION DE LA RESPONSABILIDAD A LOS BIENES FUTUROS
El embargo sólo puede tener por objeto bienes y derechos existentes en el momento de la traba y son nulos
los embargos de bienes y derechos cuya efectiva existencia no conste (art. 588.1 LEC).
ArtÃ−culo 588 LEC. Nulidad del embargo indeterminado.
1. Será nulo el embargo sobre bienes y derechos cuya efectiva existencia no conste.
2. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, podrán embargarse los depósitos bancarios y los
saldos favorables que arrojaren las cuentas abiertas en entidades de crédito, siempre que, en razón del
tÃ−tulo ejecutivo, se determine por el Secretario judicial una cantidad como lÃ−mite máximo.
De lo que exceda de ese lÃ−mite podrá el ejecutado disponer libremente.
85
La sujeción de los bienes futuros a la responsabilidad por el cumplimiento de las obligaciones (art. 1911 CC)
se relaciona directamente con lo dispuesto en el art. 570 LEC sobre el final de la ejecución (sólo finalizará
con la completa satisfacción del acreedor ejecutante) y con la norma del art. 239 LEC que excluye la
caducidad de la instancia en la ejecución.
ArtÃ−culo 239. Exclusión de la caducidad de la instancia en la ejecución.
Las disposiciones de los artÃ−culos que preceden no serán aplicables en las actuaciones para la ejecución
forzosa.
Estas actuaciones se podrán proseguir hasta obtener el cumplimiento de lo juzgado, aunque hayan quedado
sin curso durante los plazos señalados en este TÃ−tulo.
Esto significa que, cuando los bienes inicialmente embargados no sean suficientes para satisfacer al ejecutante
y no haya otros bienes que se puedan trabar, el proceso de ejecución no finaliza, sino que sigue abierto, de tal
forma que en cualquier momento en que ingresen nuevos bienes en el patrimonio del deudor podrán trabarse
y realizarse esos bienes y asÃ− sucesivamente cuantas veces sea necesario hasta lograr la completa
satisfacción del derecho del ejecutante. Pero el embargo no se produce, como regla, hasta que los que el art.
1911 CC llama bienes futuros han ingresado efectivamente en el patrimonio del deudor.
Hay algunas excepciones a la regla general de que el embargo sólo puede tener por objeto bienes y derechos
efectivamente existentes en el momento de la traba:
• El art. 588.2 LEC permite el embargo de los depósitos bancarios y los saldos favorables que
arrojaren las cuentas abiertas en entidades de crédito, siempre que, en razón del tÃ−tulo ejecutivo,
se determine, por medio de auto, una cantidad como lÃ−mite máximo. Este embargo se refiere, en
parte, a derechos que existen en el momento de ordenarse la traba (el saldo favorable al deudor que
exista en ese momento) y, en parte, a derechos todavÃ−a no existentes (los aumentos de saldo que
puedan producirse con posterioridad hasta el lÃ−mite señalado).
• El art. 611 LEC permite el embargo de lo que sobrare en la realización forzosa de bienes celebrada
en otra ejecución ya despachada (embargo de sobrante). También aquÃ− el embargo se refiere a
una cantidad que no existe en el momento de ordenarse la traba y que puede que nunca llegue a
existir.
ArtÃ−culo 611 LEC. Embargo de sobrante.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artÃ−culo 588, podrá pedirse el embargo de lo que sobrare en la
realización forzosa de bienes celebrada en otra ejecución ya despachada.
La cantidad que asÃ− se obtenga se ingresará en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones para
su disposición en el proceso donde se ordenó el embargo del sobrante.
Cuando los bienes realizados sean inmuebles, se ingresará la cantidad que sobrare después de
pagado el ejecutante, asÃ− como los acreedores que tengan su derecho inscrito o anotado con
posterioridad al del ejecutante y que tengan preferencia sobre el acreedor en cuyo favor se acordó
el embargo del sobrante.
• El embargo de sueldos y pensiones, asÃ− como el de rentas, frutos e intereses se refiere también a
derechos que no tienen existencia actual en el momento de la traba.
86
Todos los casos anteriores pueden explicarse como supuestos de embargo sujeto a condición suspensiva: la
de que el bien o derecho a que se refieren llegue efectivamente a existir. La anticipación de la traba se
justifica porque se trata de casos en que es muy conveniente que, inmediatamente de ingresado el derecho de
que se trate en el patrimonio del ejecutado, quede afectado a la ejecución.
6. MEDIOS DE DEFENSA DE LOS ACREEDORES FRENTE A LA INSUFICIENCIA
PATRIMONIAL DEL DEUDOR
Tampoco pueden embargarse bienes o derechos que, aunque hayan pertenecido en algún momento al
patrimonio del ejecutado, hayan sido transmitidos por éste a un tercero antes de la traba. Sin embargo,
puede darse el caso de que los bienes que, en el pasado pertenecieron al ejecutado pueden, en determinadas
circunstancias, reintegrarse al patrimonio de éste y una vez que formen parte de nuevo de ese patrimonio,
ser embargados.
El instrumento de que disponen los acreedores para reintegrar al patrimonio del deudor bienes, que, antes del
embargo, hubieran salido de ese patrimonio es la acción revocatoria o pauliana. Esta acción permite a los
acreedores impugnar los actos que el deudor haya realizado en fraude de su derecho (art. 1111 CC) y su
manifestación más caracterÃ−stica es la acción de rescisión de contratos celebrados en fraude de
acreedores (art. 1291.3º CC).
ArtÃ−culo 1111 CC
Los acreedores, después de haber perseguido los bienes de que esté en posesión el deudor para realizar
cuanto se les debe, pueden ejercitar todos los derechos y acciones de éste con el mismo fin, exceptuando
los que sean inherentes a su persona; pueden también impugnar los actos que el deudor haya realizado en
fraude de su derecho.
Cuando la insuficiencia patrimonial del deudor deriva de la pasividad de éste en el ejercicio de los derechos
que le corresponden (el deudor que, por ejemplo, podrÃ−a conseguir dinero para pagar sus deudas cobrando
un crédito que tiene frente a otro sujeto, pero no lo reclama), se permite a los acreedores, mediante la
acción subrogatoria, prevista también en el art. 1111 CC, ejercitar todos los derechos y acciones de su
deudor con el fin de cobrar lo que se les debe.
LECCION 60.- EL EMBARGO DE BIENES (II)
1. Localización de bienes del ejecutado.- 2. Selección de los bienes que han de ser embargados.- 3. La traba
o afección de los bienes.- 4. Efectos de la traba.- 5. La tercerÃ−a de mejor derecho.
1. LOCALIZACIÃ N DE BIENES DEL EJECUTADO
El núcleo esencial del embargo es el acto del tribunal por el que, un bien o derecho del patrimonio del
ejecutado se afecta a los fines del proceso de ejecución. Ahora bien, la traba o afección requiere, de
ordinario, unas actuaciones previas para localizar bienes pertenecientes al ejecutado que puedan ser
embargados. Una vez que se tenga noticia en el proceso de la existencia de bienes o derechos del ejecutado
susceptibles de embargo, es necesario determinar si la traba ha de afectar a todos ellos o basta con embargar
alguno o algunos y en este último caso, seleccionar aquellos bienes o derechos que deban quedar afectados a
los fines de ejecución.
• La localización de bienes del ejecutado puede no ser necesaria, como actividad propiamente procesal,
cuando el ejecutante designa en la demanda ejecutiva bienes del ejecutado susceptibles de embargo
que sean suficientes para los fines de la ejecución. En este caso, el tribunal puede acordar el embargo de
bienes concretos sin necesidad de ordenar previamente ninguna actuación procesal encaminada a la
localización de bienes del ejecutado (Art. 549.1.3 LEC).
87
• Puede suceder que el ejecutante haya fracasado en sus investigaciones previas o que haya preferido no
realizarlas. En tal caso, podrá contar con la colaboración del ejecutor, que puede decretar ciertas medidas
de localización o averiguación del patrimonio del ejecutado (en el auto que despacha la ejecución). Son
de dos tipos:
• La manifestación de bienes del ejecutado (art. 589 LEC): el tribunal ejecutor dirige un
requerimiento al ejecutado para que proporcione una relación de bienes o derechos suyos,
susceptibles de embargo, en cantidad suficiente para cubrir lo debido.
ArtÃ−culo 589 LEC. Manifestación de bienes del ejecutado.
1. Salvo que el ejecutante señale bienes cuyo embargo estime suficiente para el fin de la ejecución,
el Secretario judicial requerirá, mediante diligencia de ordenación, de oficio al ejecutado para que
manifieste relacionadamente bienes y derechos suficientes para cubrir la cuantÃ−a de la ejecución,
con expresión, en su caso, de cargas y gravámenes, asÃ− como, en el caso de inmuebles, si están
ocupados, por qué personas y con qué tÃ−tulo.
2. El requerimiento al ejecutado para la manifestación de sus bienes se hará con apercibimiento de
las sanciones que pueden imponérsele, cuando menos por desobediencia grave, en caso de que no
presente la relación de sus bienes, incluya en ella bienes que no sean suyos, excluya bienes propios
susceptibles de embargo o no desvele las cargas y gravámenes que sobre ellos pesaren.
3. El Secretario judicial podrá también, mediante decreto, imponer multas coercitivas periódicas
al ejecutado que no respondiere debidamente al requerimiento a que se refiere el apartado anterior.
Para fijar la cuantÃ−a de las multas, se tendrá en cuenta la cantidad por la que se haya
despachado ejecución, la resistencia a la presentación de la relación de bienes y la capacidad
económica del requerido, pudiendo modificarse o dejarse sin efecto el apremio económico en
atención a la ulterior conducta del requerido y a las alegaciones que pudiere efectuar para
justificarse.
Frente a estas resoluciones del Secretario cabrá recurso directo de revisión, sin efecto suspensivo,
ante el Tribunal que conozca de la ejecución.
Este requerimiento ha de hacerlo de oficio el tribunal siempre que el ejecutante no haya designado bienes en
la demanda ejecutiva (o cuando los designados sean insuficientes). Para reforzar la eficacia de este
requerimiento al ejecutado, se incluyen en él dos apercibimientos: si no atiende el requerimiento podrá ser
perseguido penalmente por desobediencia; y se le pueden imponer multas coercitivas periódicas, hasta
conseguir que cumpla.
• La investigación judicial del patrimonio del ejecutado (arts. 590 y 591 LEC): el ejecutante puede
pedir al tribunal que se dirija a personas fÃ−sicas o jurÃ−dicas que puedan tener información acerca
del patrimonio del ejecutado.
ArtÃ−culo 590 LEC. Investigación judicial del patrimonio del ejecutado.
A instancias del ejecutante que no pudiere designar bienes del ejecutado suficientes para el fin de la
ejecución, el Secretario judicial acordará, por diligencia de ordenación, dirigirse a las entidades
financieras, organismos y registros públicos y personas fÃ−sicas y jurÃ−dicas que el ejecutante
indique, para que faciliten la relación de bienes o derechos del ejecutado de los que tengan
constancia. Al formular estas indicaciones, el ejecutante deberá expresar sucintamente las razones
por las que estime que la entidad, organismo, registro o persona de que se trate dispone de
88
información sobre el patrimonio del ejecutado. Cuando lo solicite el ejecutante y a su costa, su
procurador podrá intervenir en el diligenciamiento de los oficios que hubieran sido librados a tal
efecto y recibir la cumplimentación de los mismos, sin perjuicio de lo previsto en el apartado 1 del
artÃ−culo siguiente.
El Secretario judicial no reclamará datos de organismos y registros cuando el ejecutante pudiera
obtenerlos por sÃ− mismo, o a través de su procurador, debidamente facultado al efecto por su
poderdante.
El tribunal requerirá a las personas designadas por el ejecutante para que faciliten un listado o relación de
los elementos patrimoniales del ejecutado de los que tengan constancia. Es carga del ejecutante identificar a
las personas a las que debe dirigirse el tribunal y, además, el tribunal sólo debe atender a esta petición si
se trata de obtener información que el ejecutante no pudiera haber obtenido por sÃ− mismo. La
información obtenida por estos cauces será, en todo caso, confidencial. A los terceros a los que se dirija
este requerimiento se les informará de su deber de colaborar, pudiendo apercibÃ−rseles con la imposición
de multas coercitivas periódicas.
ArtÃ−culo 591 LEC. Deber de colaboración.
1. Todas las personas y entidades públicas y privadas están obligadas a prestar su colaboración
en las actuaciones de ejecución y a entregar al Secretario judicial encargado de la ejecución o al
procurador del ejecutante, cuando asÃ− lo solicite su representado y a su costa, cuantos documentos
y datos tengan en su poder, y cuya entrega haya sido acordada por el Secretario judicial, sin más
limitaciones que los que imponen el respeto a los derechos fundamentales o a los lÃ−mites que, para
casos determinados, expresamente impongan las Leyes. Cuando dichas personas o entidades
alegaran razones legales o de respeto a los derechos fundamentales para no realizar la entrega
dejando sin atender la colaboración que les hubiera sido requerida, el Secretario judicial dará
cuenta al Tribunal para que éste acuerde lo procedente.
2. El Tribunal, previa audiencia de los interesados, podrá, en pieza separada, acordar la
imposición de multas coercitivas periódicas a las personas y entidades que no presten la
colaboración que el Tribunal les haya requerido con arreglo al apartado anterior. En la aplicación
de estos apremios, el Tribunal tendrá en cuenta los criterios previstos en el apartado 3 del
artÃ−culo 589.
3. Las sanciones impuestas al amparo de este artÃ−culo se someten al régimen de recursos
previstos en el TÃ−tulo V del Libro VII de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
La Ley prevé expresamente que la investigación judicial del patrimonio del deudor se solicite en la
demanda ejecutiva (549.4º LEC), pero debe admitirse también que se pida posteriormente en cualquier
momento en que sea preciso localizar bienes al ejecutado.
En los casos en que sea necesario el requerimiento judicial de pago previo al embargo, las peticiones de
información patrimonial podrán acordarse en el auto que despacha la ejecución, pero no se llevarán a
cabo hasta después del requerimiento de pago, salvo que el ejecutante justifique que la demora en la
localización e investigación de bienes podrÃ−a frustrar el buen fin de la ejecución (art. 554 LEC).
ArtÃ−culo 554 LEC. Medidas inmediatas tras el auto de despacho de la ejecución.
1. En los casos en que no se establezca requerimiento de pago, las medidas a que se refiere el número 2 del
apartado 3 del artÃ−culo 551 se llevarán a efecto de inmediato, sin oÃ−r previamente al ejecutado ni
esperar a la notificación del decreto dictado al efecto.
89
2. Aunque deba efectuarse requerimiento de pago, se procederá también en la forma prevista en el
apartado anterior cuando asÃ− lo solicitare el ejecutante, justificando, a juicio del Secretario judicial
responsable de la ejecución, que cualquier demora en la localización e investigación de bienes podrÃ−a
frustrar el buen fin de la ejecución.
2. SELECCIÃ N DE LOS BIENES QUE HAN DE SER EMBARGADOS
Aunque la LEC no lo diga de manera expresa, la determinación de los bienes y derechos del ejecutado que
deben ser embargados depende, en primer término, de su orden de aparición. El tribunal deberá afectar a
la ejecución cada uno de los bienes, a medida que vayan siendo conocidos, hasta que el valor de los que
hayan sido trabados sea suficiente para cubrir las cantidades por las que se despachó la ejecución.
Ahora bien, los bienes susceptibles de embargo no tienen por qué aparecer necesariamente de uno en uno.
Cabe la posibilidad de la existencia de una pluralidad de bienes y derechos del ejecutado aptos para ser
afectados a la ejecución. Cada vez que esto se produzca, el tribunal debe decidir, de manera inmediata, sobre
la traba de los diferentes bienes y derechos cuya existencia se le acabe de poner de manifiesto. Al ser varios,
es posible que no sea necesario embargarlos todos. En este caso, es necesario hacer una selección y, a
efectos, la LEC establece unos criterios que han de guiar la decisión del tribunal:
2.1. LÃ−mite cuantitativo del embargo
ArtÃ−culo 584 LEC. Alcance objetivo y suficiencia del embargo.
No se embargarán bienes cuyo previsible valor exceda de la cantidad por la que se haya despachado
ejecución, salvo que en el patrimonio del ejecutado sólo existieren bienes de valor superior a esos
conceptos y la afección de dichos bienes resultare necesaria a los fines de la ejecución.
El juicio sobre el valor que previsiblemente alcanzarán en la ejecución los bienes y derechos embargados
corresponde al tribunal y debe realizarse de manera prácticamente instantánea y sin auxilio de
especialistas. Ahora bien, ¿Qué debe hacer el tribunal si se pide el despacho de la ejecución por una
deuda de 1 millón y el ejecutante sólo designa en la demanda un inmueble cuyo previsible valor de
realización es de 10 millones? El tribunal debe decidir si embarga o no el inmueble al despachar la
ejecución y, en ese momento, no sabe si el deudor tiene o no otros bienes con que responder de la deuda. En
estas circunstancias el tribunal debe ordenar que se requiera al ejecutado para que se haga la manifestación
de bienes. Es cierto que no se da el supuesto previsto en el art. 589 LEC, puesto que el ejecutante ha
designado un bien que es de sobra suficiente para el fin de la ejecución, pero también lo es que si intenta
averiguar si hay otros bienes en el patrimonio del deudor, no será posible aplicar correctamente lo que
dispone el art. 584 LEC.
Queda pendiente otra cuestión: si debe o no embargarse el bien designado por el ejecutante. Entiendo que la
solución correcta es acordar el embargo, sin perjuicio de que, a la vista de la manifestación de bienes del
ejecutado o cuando por cualquier vÃ−a se ponga de manifiesto la existencia de otros bienes de valor más
ajustado a la cantidad que se reclame en la ejecución, el tribunal acuerde, incluso de oficio, la modificación
del embargo para cumplir lo dispuesto en el 584. Este es, precisamente el caso a que más arriba se aludÃ−a
como posible excepción a la regla que impide al tribunal modificar de oficio el embargo (612).
2.2. Orden de los embargos
ArtÃ−culo 592 LEC. Orden en los embargos. Embargo de empresas.
1. Si acreedor y deudor no hubieren pactado otra cosa, dentro o fuera de la ejecución, el Secretario judicial
responsable de la ejecución embargará los bienes del ejecutado procurando tener en cuenta la mayor
facilidad de su enajenación y la menor onerosidad de ésta para el ejecutado.
90
2. Si por las circunstancias de la ejecución resultase imposible o muy difÃ−cil la aplicación de los
criterios establecidos en el apartado anterior, los bienes se embargarán por el siguiente orden:
• Dinero o cuentas corrientes de cualquier clase.
• Créditos y derechos realizables en el acto o a corto plazo, y tÃ−tulos, valores u otros instrumentos
financieros admitidos a negociación en un mercado secundario oficial de valores.
• Joyas y objetos de arte.
• Rentas en dinero, cualquiera que sea su origen y la razón de su devengo.
• Intereses, rentas y frutos de toda especie.
• Bienes muebles o semovientes, acciones, tÃ−tulos o valores no admitidos a cotización oficial y
participaciones sociales.
• Bienes inmuebles.
• Sueldos, salarios, pensiones e ingresos procedentes de actividades profesionales y mercantiles
autónomas.
• Créditos, derechos y valores realizables a medio y largo plazo.
3. También podrá decretarse el embargo de empresas cuando, atendidas todas las circunstancias, resulte
preferible al embargo de sus distintos elementos patrimoniales.
La LEC permite a las partes pactar sobre que bienes del ejecutado debe proyectarse la actividad ejecutiva,
pactos que pueden concluirse tanto dentro (expresos o tácitos) como fuera de la ejecución (incluyen, sin
duda, la constitución de garantÃ−as reales para asegurar el cumplimiento de una obligación). Estos pactos
vinculan al tribunal, salvo que en ellos se incluyan bienes inembargables o bienes respecto de los cuales no
existan indicios o signos externos suficientes que permitan razonablemente atribuir su titularidad al ejecutado.
2.3. Infracción de las reglas de selección de bienes
La infracción de las normas que se refieren al lÃ−mite cuantitativo y al orden de los embargos no produce la
nulidad absoluta de la traba de bienes o derechos que se hayan realizado desconociendo esas reglas. Como
consecuencia, esas eventuales vulneraciones no pueden apreciarse de oficio y, lo que es más importante, una
vez realizados los bienes embargados, no podrá impugnarse su transmisión a quien los adquiera en la
ejecución basándose en que el embargo se trabó con infracción de las normas legales que disciplinan la
selección de bienes. El control de la correcta aplicación de las reglas sobre selección de bienes sólo es
posible a iniciativa de las partes, que disponen, a estos efectos, de diversos instrumentos procesales:
• Infracciones relativas a la suficiencia del embargo: si el tribunal, embarga bienes que el ejecutante
considera insuficientes, dejando a otros conocidos libres de traba, éste podrá pedir la mejora del
embargo o, denunciar la infracción a través del escrito previsto en el art. 562.1.3º LEC solicitando la
traba de los bienes que considere oportunos de entre los que el tribunal no hubiera embargado.
ArtÃ−culo 562 LEC. Impugnación de infracciones legales en el curso de la ejecución.
1. Con independencia de la oposición a la ejecución por el ejecutado según lo dispuesto en los
artÃ−culos anteriores, todas las personas a que se refiere el artÃ−culo 538 podrán denunciar la
infracción de normas que regulen los actos concretos del proceso de ejecución:
• Por medio del recurso de reposición establecido en la presente Ley si la infracción constara o se
cometiera en resolución del Tribunal de la ejecución o del Secretario judicial.
• Por medio del recurso de apelación en los casos en que expresamente se prevea en esta Ley.
• Mediante escrito dirigido al Tribunal si no existiera resolución expresa frente a la que recurrir. En el
escrito se expresará con claridad la resolución o actuación que se pretende para remediar la
infracción alegada.
91
2. Si se alegase que la infracción entraña nulidad de actuaciones o el Tribunal lo estimase asÃ−, se
estará a lo dispuesto en los artÃ−culos 225 y siguientes. Cuando dicha nulidad hubiera sido alegada
ante el Secretario judicial o éste entendiere que hay causa para declararla, dará cuenta al Tribunal
que autorizó la ejecución para que resuelva sobre ello.
Cuando sea el ejecutado quien considere que el embargo ha sido excesivo, podrá pedir la reducción del
embargo o impugnar, con arreglo a lo previsto en el art. 562 LEC, la resolución o acto del tribunal mediante
los que se hubiera acordado el embargo o embargos que el ejecutado considere improcedentes.
ArtÃ−culo 612 LEC. Mejora, reducción y modificación del embargo.
1. Además de lo dispuesto en los artÃ−culos 598 y 604 para los casos de admisión y estimación,
respectivamente, de una tercerÃ−a de dominio, el ejecutante podrá pedir la mejora o la modificación
del embargo o de las medidas de garantÃ−a adoptadas cuando un cambio de las circunstancias permita
dudar de la suficiencia de los bienes embargados en relación con la exacción de la responsabilidad del
ejecutado. También el ejecutado podrá solicitar la reducción o la modificación del embargo y de
sus garantÃ−as, cuando aquel o éstas pueden ser variadas sin peligro para los fines de la ejecución,
conforme a los criterios establecidos en el artÃ−culo 584 de esta Ley.
El tribunal proveerá mediante providencia sobre estas peticiones según su criterio, sin ulterior
recurso.
2. El Secretario judicial resolverá mediante decreto sobre estas peticiones. Contra dicho decreto
cabrá recurso directo de revisión que no producirá efectos suspensivos.
3. Podrá acordarse también la mejora del embargo en los casos previstos en el apartado cuarto del
artÃ−culo siguiente.
• Infracciones relativas al orden en los embargos: la infracción, en sentido estricto, sólo se darÃ−a
cuando el tribunal, pudiendo elegir entre varios bienes, hubiera ignorado lo dispuesto en el art. 592 LEC.
En este caso, lo correcto es que la parte se considere perjudicada utilice las vÃ−as de impugnación del art.
562 LEC. Cuando no pueda imputarse al tribunal infracción alguna (porque haya ido embargando bienes
por su orden de aparición y de ello resulte que los trabados no se ajustan al orden legal, en relación con
otros conocidos posteriormente y que están libres de traba), las partes podrán hacer valer el orden legal
de los embargos, si les interesa, mediante las oportunas peticiones de modificación del embargo (art. 612
LEC).
3. LA TRABA O AFECCION DE LOS BIENES
La traba o embargo en sentido estricto de los bienes se puede producir de dos maneras y en dos momentos
diferentes (art. 587 LEC):
ArtÃ−culo 587 LEC. Momento del embargo.
1. El embargo se entenderá hecho desde que se decrete por el Secretario judicial o se reseñe la
descripción de un bien en el acta de la diligencia de embargo, aunque no se hayan adoptado aún medidas
de garantÃ−a o publicidad de la traba. El Secretario judicial adoptará inmediatamente dichas medidas de
garantÃ−a y publicidad, expidiendo de oficio los despachos precisos, de los que, en su caso, se hará
entrega al procurador del ejecutante que asÃ− lo hubiera solicitado.
2. Lo dispuesto en el apartado anterior se entenderá sin perjuicio de las normas de protección del tercero
de buena fe que deban ser aplicadas.
92
• Por resolución judicial: si el tribunal conoce la existencia de bienes embargables concretos,
dictará un auto en el que decrete su embargo (el embargo se entiende producido en ese momento).
• Mediante diligencias de embargo: el tribunal, cuando no tenga conocimiento de bienes concretos
susceptibles de embargo, decretará por auto el embargo de bienes del ejecutado de forma
genérica. Sobre la base de esa orden, se expedirá un mandamiento al agente judicial, para que,
bajo la fe y acompañamiento del Secretario Judicial, lleve a la práctica la diligencia de embargo.
La Comisión del Juzgado se desplazará al lugar del domicilio del ejecutado (o donde se sospeche
que haya bienes del ejecutado), y se procederá a la traba ordenada sobre los bienes que allÃ− se
encuentren. Los bienes trabados se hacen constar en el acta extendida por el fedatario, que ha de
describirlos con la suficiente precisión para que queden perfectamente individualizados. Como estas
actuaciones materiales se producen en cumplimiento de la previa orden de embargo acordada por el
tribunal, una vez identificados los bienes y documentadas las actuaciones en la correspondiente acta,
quedan aquéllos afectados a la ejecución sin necesidad de resolución judicial posterior.
4. EFECTOS DE LA TRABA
Una vez trabado el embargo, produce dos grandes efectos: uno de ellos respecto del tribunal ejecutor y el otro
respecto del ejecutante.
• El tribunal adquiere la potestad de actuar sobre el bien trabado, para hacer efectiva la responsabilidad
del ejecutado (sustituye al ejecutado para disponer de los bienes embargados).
• El ejecutante adquiere el derecho a percibir el producto de lo que se obtenga de la realización
forzosa del bien embargado (para la satisfacción de su crédito). Pero el embargo no le otorga
ningún tipo de preferencia.
La traba o afección de bienes concretos es, en todo caso, un acto imputable al titular del órgano
jurisdiccional. Tanto las resoluciones que ordenan la traba de bienes concretos como las que sirven de base a
la diligencia de embargo han de revestir la forma de auto y, por tanto, corresponde dictarlas al Juez y no al
Secretario Judicial (art. 545.4 LEC).
ArtÃ−culo 613 LEC. Efectos del embargo. Anotaciones preventivas y terceros poseedores.
1. El embargo concede al acreedor ejecutante el derecho a percibir el producto de lo que se obtenga de la
realización de los bienes embargados a fin de satisfacer el importe de la deuda que conste en el tÃ−tulo, los
intereses que procedan y las costas de la ejecución.
2. Sin estar completamente reintegrado el ejecutante del capital e intereses de su crédito y de todas las
costas de la ejecución, no podrán aplicarse las sumas realizadas a ningún otro objeto que no haya sido
declarado preferente por sentencia dictada en tercerÃ−a de mejor derecho.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartado anteriores, cuando los bienes sean de las clases que permiten
la anotación preventiva de su embargo, la responsabilidad de los terceros poseedores que hubieran
adquirido dichos bienes en otra ejecución, tendrá como limite las cantidades que, para la satisfacción del
principal, intereses y costas, aparecieran consignadas en la anotación en la fecha en que aquéllos
hubieran inscrito su adquisición.
4. El ejecutante podrá pedir que se mande hacer constar en la anotación preventiva de embargo el
aumento de la cantidad prevista en concepto de intereses devengados durante la ejecución y de costas de
ésta, acreditando que unos y otras han superado la cantidad que, por tales conceptos, constara en la
anotación anterior.
93
5. LA TERCERIA DE MEJOR DERECHO
La tercerÃ−a de mejor derecho es la acción que el ordenamiento jurÃ−dico pone a disposición de los
acreedores preferentes a aquél que haya incoado un proceso de ejecución frente al deudor común,
mediante la cual aquéllos pueden pedir y obtener del tribunal de la ejecución que, previa declaración de
la preferencia de su crédito, las cantidades que se obtengan en la ejecución se destinen al pago de éste
con preferencia al del crédito del ejecutante.
5.1. Elementos identificadores
ArtÃ−culo 614 LEC. TercerÃ−a de mejor derecho. Finalidad. Prohibición de segunda tercerÃ−a.
1. Quien afirme que le corresponde un derecho a que su crédito sea satisfecho con preferencia al del
acreedor ejecutante podrá interponer demanda de tercerÃ−a de mejor derecho, a la que habrá de
acompañarse un principio de prueba del crédito que se afirma preferente.
2. No se admitirá la demanda de tercerÃ−a de mejor derecho si no se acompaña el principio de prueba a
que se refiere el apartado anterior. Y, en ningún caso, se permitirá segunda tercerÃ−a de mejor derecho,
que se funde en tÃ−tulos o derechos que poseyera el que la interponga al tiempo de formular la primera.
• Sujetos: quien afirme que le corresponde un derecho a que su crédito sea satisfecho con preferencia al
del acreedor ejecutante podrá interponer demanda de tercerÃ−a de mejor derecho, a la que habrá de
acompañarse un principio de prueba del crédito que se afirma preferente (art. 614.1 LEC).
Lo que pretende, es aprovechar la ejecución instada por otro para, dentro del mismo proceso, lograr la
satisfacción de su crédito. De ahÃ− que, a partir de un cierto momento, la LEC permita que el tercerista se
convierta en parte del proceso de ejecución en la posición del ejecutante. Ahora bien, como sólo puede
reconocerse la condición de ejecutante el acreedor que disponga de un tÃ−tulo ejecutivo, hay que distinguir:
• Si el tercerista de mejor derecho dispusiese de un tÃ−tulo ejecutivo en que conste su crédito,
podrá intervenir en la ejecución desde que sea admitida la demanda de tercerÃ−a.
• Si no dispusiere de tÃ−tulo ejecutivo, el tercerista no podrá intervenir hasta que, en su caso, se
estime la demanda (art. 616.2 LEC).
ArtÃ−culo 616 LEC. Efectos de la tercerÃ−a de mejor derecho.
1. Interpuesta tercerÃ−a de mejor derecho, la ejecución forzosa continuará hasta realizar los
bienes embargados, depositándose lo que se recaude en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones
para reintegrar al ejecutante en las costas de la ejecución y hacer pago a los acreedores por el
orden de preferencia que se determine al resolver la tercerÃ−a.
2. Si el tercerista de mejor derecho dispusiese de tÃ−tulo ejecutivo en que conste su crédito,
podrá intervenir en la ejecución desde que sea admitida la demanda de tercerÃ−a. Si no dispusiere
de tÃ−tulo ejecutivo, el tercerista no podrá intervenir hasta que, en su caso, se estime la demanda.
En principio la intervención del tercerista en la ejecución no excluye la del ejecutante originario. Se
producirá entonces una acumulación de ejecuciones del tipo previsto en el art. 555.2 LEC: un solo proceso
con dos ejecutantes distintos frente a un deudor común.
ArtÃ−culo 555 LEC. Acumulación de ejecuciones.
1. A instancia de cualquiera de las partes, o de oficio, se acordará por el Secretario judicial la
acumulación de los procesos de ejecución pendientes entre el mismo acreedor ejecutante y el mismo
94
deudor ejecutado.
2. Los procesos de ejecución que se sigan frente al mismo ejecutado podrán acumularse, a instancia de
cualquiera de los ejecutantes, si el Secretario judicial competente en el proceso más antiguo lo
considera más conveniente para la satisfacción de todos los acreedores ejecutantes.
3. La petición de acumulación se sustanciará en la forma prevenida en los artÃ−culos 74 y siguientes.
4. Cuando la ejecución se dirija exclusivamente sobre bienes especialmente hipotecados, sólo podrá
acordarse la acumulación a otros procesos de ejecución cuando estos últimos se sigan para hacer
efectiva otras garantÃ−as hipotecarias sobre los mismos bienes.
No obstante, la LEC prevé también que el ejecutante originario, una vez que se le notifique la demanda
de tercerÃ−a, desista de la ejecución (porque, por ejemplo, reconozca la preferencia del crédito del
tercerista y considere que no hay bienes suficientes para satisfacer los dos créditos). En este caso, si el
tercerista tiene tÃ−tulo ejecutivo, prosigue él sólo la ejecución para satisfacer su crédito, de tal forma
que la tercerÃ−a dará lugar a un cambio de partes en el proceso de ejecución.
La acción de tercerÃ−a se ejercita sólo frente al ejecutante cuando el tercerista tenga su derecho
documentado en un tÃ−tulo ejecutivo. En este caso, lo único que se ventila en la tercerÃ−a es la preferencia
entre los créditos del ejecutante y el tercerista, cuestión en la que el ejecutado no tiene interés directo.
No obstante, el ejecutado podrá, intervenir en el procedimiento de tercerÃ−a con plenitud de derechos
procesales y habrá de ser demandado cuando el crédito cuya preferencia alegue el tercerista no conste en
un tÃ−tulo ejecutivo (art. 617.2 LEC).
ArtÃ−culo 617 LEC. Procedimiento, legitimación pasiva y litisconsorcio.
1. La tercerÃ−a de mejor derecho se dirigirá siempre frente al acreedor ejecutante, y se sustanciará
por los cauces del juicio verbal. Presentada la demanda, el Secretario judicial dará traslado a los
demandados para que la contesten por escrito en el plazo de veinte dÃ−as, conforme a lo establecido en
el artÃ−culo 405 de la presente Ley.
2. El ejecutado podrá intervenir en el procedimiento de tercerÃ−a con plenitud de derechos procesales
y habrá de ser demandado cuando el crédito cuya preferencia alegue el tercerista no conste en un
tÃ−tulo ejecutivo.
3. Aún cuando no fuere demandado, se notificará en todo caso al ejecutado la admisión a trámite de
la demanda, a fin de que pueda realizar la intervención que a su derecho convenga.
• Petitum: el tercerista pedirá siempre que se declare por el tribunal la preferencia de su crédito sobre el
del ejecutante y que con las cantidades que se obtengan en la ejecución se pague antes el crédito de
aquél que el de éste. Esta pretensión se deduce frente a la del ejecutante, y cuando el tercerista tenga
tÃ−tulo ejecutivo, es la única pretensión que se formulará en la demanda de tercerÃ−a.
Si el tercerista no tiene tÃ−tulo ejecutivo, además de la declaración de preferencia y antes de ella, deberá
pedir que se declare la existencia de su crédito y se condene al ejecutado a pagarlo. En este caso, se
acumulan en la tercerÃ−a dos acciones de diferente naturaleza y frente a distintos sujetos:
• La que el tercerista afirma frente al ejecutante, que es una acción constitutiva por cuanto pretende
un cambio jurÃ−dico (enervar el derecho del ejecutante a percibir el producto de la realización de
los bienes embargados),
• Y la que el tercerista ejercita frente al ejecutado, que es una ordinaria acción de condena, basada en
el crédito que aquél afirma tener frente a éste.
95
Por lo demás, conviene reparar en que el éxito de la acción de condena que se ejercita frente al ejecutado
es condición necesaria para que la acción constitutiva que se afirma frente al ejecutante pueda prosperar: si
no se reconoce el crédito del tercerista, no tiene sentido plantearse si tiene o no preferencia.
• Causa de pedir: la preferencia del crédito del tercerista debe encontrar apoyo en las normas del CC
sobre clasificación y prelación de créditos (la más importante, sin duda, es el art. 32 ET, que
establece preferencias de distinto alcance para créditos salariales). Los arts. 913 y 914 CCom sólo son
aplicables en el proceso concursal de quiebra y no han de tenerse en cuenta para decidir las tercerÃ−as de
mejor derecho.
La eventual pretensión de condena frente al ejecutado se fundará en el crédito que el tercerista tenga
contra éste, sin que presente ninguna especialidad, en relación con la causa de pedir, respecto de cualquier
reclamación similar efectuada en un proceso declarativo ordinario. Por lo demás, si el tercerista tiene varios
créditos que considera preferentes al del ejecutante, deberá acumular en la demanda las pretensiones de
declaración de preferencia -y eventualmente, de condena de pago- de todos ellos, asÃ− como invocar
cuantos hechos y tÃ−tulos jurÃ−dicos diversos puedan servir de fundamento a sus pretensiones.
5.2. LÃ−mites temporales de la acción
El dies a quo de la acción de tercerÃ−a depende de la clase de preferencia que se invoque por el tercerista:
• Si la preferencia es con relación a determinados bienes muebles e inmuebles del deudor (como las
que establecen los arts 1922 y 1923 CC por ejemplo) la tercerÃ−a podrá ejercitarse desde que los
bienes a que se refiera la preferencia hayan sido embargados.
• Si la preferencia es general (art. 1924 CC; art. 32 RT), la tercerÃ−a procederá desde el despacho de
la ejecución (art. 615.1 LEC).
ArtÃ−culo 615. Tiempo de la tercerÃ−a de mejor derecho.
1. La tercerÃ−a de mejor derecho procederá desde que se haya embargado el bien a que se refiera
la preferencia, si ésta fuere especial o desde que se despachare ejecución, si fuere general.
2. No se admitirá demanda de tercerÃ−a de mejor derecho después de haberse entregado al
ejecutante la suma obtenida mediante la ejecución forzosa o, en caso de adjudicación de los bienes
embargados al ejecutante, después de que éste adquiera la titularidad de dichos bienes conforme
a lo dispuesto en la legislación civil.
En cuanto al dies ad quem la tercerÃ−a no podrá ejercitarse después de haberse entregado al ejecutante la
suma obtenida en la ejecución forzosa o, en caso de adjudicación de los bienes embargados al ejecutante,
después de que éste adquiera la titularidad de dichos bienes conforme a los dispuesto en la legislación
civil (art. 615.2 LEC).
5.3. Tramitación de la tercerÃ−a de mejor derecho
La tercerÃ−a de mejor derecho debe interponerse mediante demanda, a la que se acompañará
necesariamente un principio de prueba del crédito que se afirma preferente (art.614.1 LEC). No se
admitirá la demanda de tercerÃ−a de mejor derecho sino se acompaña el principio de prueba a que se
refiere el apartado anterior. Y, en ningún caso, se permitirá segunda tercerÃ−a de mejor derecho, que se
funde en tÃ−tulos o derechos que poseyera el que la interponga al tiempo de formular la primera.
La admisión de la demanda no suspende la realización de los bienes embargados, pero impide que se
entreguen las sumas recaudadas al ejecutante. Esas cantidades permanecerán depositadas en la cuenta del
96
juzgado, hasta que la sentencia que decida la tercerÃ−a resuelva como han de ser distribuidas (art. 616.1
LEC).
ArtÃ−culo 616 LEC. Efectos de la tercerÃ−a de mejor derecho.
1. Interpuesta tercerÃ−a de mejor derecho, la ejecución forzosa continuará hasta realizar los bienes
embargados, depositándose lo que se recaude en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones para reintegrar
al ejecutante en las costas de la ejecución y hacer pago a los acreedores por el orden de preferencia que se
determine al resolver la tercerÃ−a.
2. Si el tercerista de mejor derecho dispusiese de tÃ−tulo ejecutivo en que conste su crédito, podrá
intervenir en la ejecución desde que sea admitida la demanda de tercerÃ−a. Si no dispusiere de tÃ−tulo
ejecutivo, el tercerista no podrá intervenir hasta que, en su caso, se estime la demanda.
El art. 619 LEC contempla algunas especialidades relacionadas con el allanamiento y el desistimiento:
ArtÃ−culo 619 LEC. Allanamiento y desistimiento del ejecutante. Participación del tercerista de
preferencia en los costes de la ejecución.
1. Cuando el crédito del tercerista conste en tÃ−tulo ejecutivo, si el ejecutante se allanase a la tercerÃ−a
de mejor derecho, se dictará, sin más trámites, auto ordenando seguir adelante la ejecución para
satisfacer en primer término al tercerista, pero el Secretario judicial no le hará entrega de cantidad
alguna sin haber antes satisfecho al ejecutante las tres quintas partes de las costas y gastos originados por
las actuaciones llevadas a cabo a su instancia hasta la notificación de la demanda de tercerÃ−a.
Si el crédito del tercerista no constase en tÃ−tulo ejecutivo, el ejecutado que estuviere personado en la
tercerÃ−a deberá expresar su conformidad o disconformidad con el allanamiento del ejecutante dentro de
los cinco dÃ−as siguientes a aquel en que se le hubiera dado traslado del escrito de allanamiento. Si el
ejecutado se mostrase conforme con el allanamiento o dejara transcurrir el plazo sin expresar su
disconformidad, se procederá conforme a lo dispuesto en el párrafo anterior. Cuando el ejecutado se
oponga al allanamiento, se dictará auto teniendo por allanado al ejecutante y mandando seguir la
tercerÃ−a con el ejecutado.
2. Si, notificada la demanda de tercerÃ−a, el ejecutante desistiese de la ejecución, siempre que el crédito
del tercerista constase en tÃ−tulo ejecutivo, el Secretario judicial dictará decreto ordenando seguir
adelante la ejecución para satisfacer en primer término al tercerista. Si no fuera asÃ−, dictará decreto
de desistimiento del proceso de ejecución, y dará por finalizada ésta, salvo que el ejecutado se mostrare
de acuerdo en que prosiga para satisfacer el crédito del tercerista.
La tercerÃ−a de mejor derecho se resuelve por medio de la sentencia que ha de decidir sobre la existencia del
privilegio invocado por el tercerista. En función de los anteriores pronunciamientos, la sentencia
determinará el orden en que los créditos deben ser satisfechos. Y aquÃ− es preciso distinguir:
• Si la tercerÃ−a se estima, el orden de los créditos será el siguiente:
• el tercerista;
• si hay sobrante, el ejecutante;
• por orden, los titulares de cargas posteriores sobre el bien trabado.
• Si se desestima la tercerÃ−a , no en cuanto a la existencia del crédito del tercerista, sino sólo en
cuanto a la preferencia de éste, el orden debe ser:
• el crédito del ejecutante, con sus intereses y las costas de ejecución;
97
• créditos de los titulares de cargas posteriores al embargo, incluido el tercerista, si es uno de ellos, pero en
su lugar, no antes;
• si el tercerista no está entre los anteriores, se pagará su crédito antes de entregar lo que el sobrare al
ejecutado. Cuando el tercerista no tiene un crédito preferente al del ejecutante, no hay razón alguna para
anteponerle, en cuanto al sobrante, a los embargantes o a los acreedores hipotecarios posteriores; si se le
antepusiera, se crearÃ−a un injustificable incentivo para promover tercerÃ−as de mejor derecho
infundadas: ganar preferencia para cobrar del sobrante.
• Si el tercerista no tiene tÃ−tulo ejecutivo y la sentencia no reconoce la existencia de su crédito, la
distribución de las sumas recaudadas en la ejecución debe hacerse sin tener en cuenta al tercerista.
La sentencia decide también sobre las costas de la tercerÃ−a: si la sentencia desestimara la tercerÃ−a,
condenará en todas las costas de ésta al tercerista. Cuando la estimare, las impondrá al ejecutante que
hubiera contestado a la demanda y, si el ejecutado hubiere intervenido, oponiéndose también a la
tercerÃ−a, las impondrá a éste, por mitad con el ejecutante, salvo cuando, por haberse allanado el
ejecutante, la tercerÃ−a se hubiera sustanciado sólo con el ejecutado, en cuyo caso las costas se impondrán
a éste en su totalidad (art. 620.1, II LEC).
ArtÃ−culo 620 LEC. Efectos de la sentencia Costas de la tercerÃ−a y participación del tercerista en los
costes de la ejecución.
1. La sentencia que se dicte en la tercerÃ−a de mejor derecho resolverá sobre la existencia del privilegio y
el orden en que los créditos deben ser satisfechos en la ejecución en que aquella sentencia recaiga, pero
sin prejuzgar otras acciones que a cada uno pudiera corresponder, especialmente las de enriquecimiento.
Asimismo, si la sentencia desestimara la tercerÃ−a, condenará en todas las costas de ésta al tercerista.
Cuando la estimare, las impondrá al ejecutante que hubiera contestado a la demanda y, si el ejecutado
hubiere intervenido, oponiéndose también a la tercerÃ−a, las impondrá a éste, por mitad con el
ejecutante, salvo cuando, por haberse allanado el ejecutante, la tercerÃ−a se hubiera sustanciado sólo con
el ejecutado, en cuyo caso las costas se impondrán a éste en su totalidad.
2. Siempre que la sentencia estimase la tercerÃ−a de mejor derecho, no se entregará al tercerista cantidad
alguna procedente de la ejecución, mientras no se haya satisfecho al ejecutante las tres quintas partes de
las costas causadas en ésta hasta el momento en que recaiga aquella sentencia.
LECCION 61.- EL EMBARGO DE BIENES (III)
1. La garantÃ−a de la traba.- 2. La anotación preventiva de embargo.- 3. El depósito judicial.- 4. Orden de
retención.- 5. Administración judicial.- 6. Reembargo y embargo de sobrante.- 7. Modificación y
alzamiento del embargo.
1. LA GARANTÃ A DE LA TRABA
Desde que se produce la traba hasta que se logra la satisfacción del derecho del ejecutante mediante el pago
con el producto de la realización forzosa del bien o derecho trabado transcurre, de ordinario, un tiempo.
Durante ese tiempo pueden producirse eventos que priven a la traba, total o parcialmente, de sus normales
efectos, impidiendo o dificultando la satisfacción del derecho del ejecutante. Aunque los acontecimientos
que pueden afectar de manera negativa a los efectos del embargo son muy variados y dependen, en gran
medida, del tipo de bien o derecho a que se refiera la traba, cabe clasificarlos, con carácter general, en dos
grandes grupos:
• Pérdida del bien o derecho trabado: la desaparición de un bien puede ser fÃ−sica (destrucción
completa del bien embargado; pérdida de la cosa debida, en caso de embargo de créditos) o jurÃ−dica.
Esta última se produce cuando el bien trabado se transmite a un tercero que quede amparado en su
98
adquisición por las normas que protegen a los terceros de buena fe.
• Disminución del valor del bien o derecho trabado: la destrucción parcial o deterioro de la cosa no
extingue el embargo, pero sÃ− afecta negativamente al derecho que éste concede al ejecutante,
reduciéndole valor de realización del bien trabado y, por tanto, la cantidad que percibirá aquél para
la satisfacción de su derecho. La disminución del valor puede responder también a causas
estrictamente jurÃ−dicas.
Las medidas de garantÃ−a de la traba son actuaciones previstas en la LEC que permiten evitar o reducir el
riesgo de pérdida o disminución del valor de los bienes o derechos trabados, asegurando asÃ− la plena
eficacia del embargo. La adopción de medidas de garantÃ−a de la traba no es imprescindible. Como regla,
las medidas de garantÃ−a de la traba sólo deben acordarse a instancia del ejecutante. En cualquier caso, es
importante retener bien que:
• Los efectos propios de la traba o afección no están en ningún caso condicionados a que se
adopten medidas de garantÃ−a de la traba (art. 587.1 LEC).
• Las medidas de garantÃ−a tienen sus propios efectos, distintos de los que la traba, y que son
precisamente los que permiten evitar o reducir el riesgo de que se produzcan eventos que eliminen o
menoscaben la eficacia de la afección.
2. ANOTACIÃ N PREVENTIVA DE EMBARGO
Cuando los bienes embargados son inmuebles (u otros bienes o derechos sometidos a un régimen de
publicidad registral similar al inmobiliario) los riesgos de pérdida jurÃ−dica y de disminución del valor
por imposición de cargas que deban ser soportadas por quién adquiera el bien en la ejecución se ven
agravados por la propia mecánica del régimen de publicidad registral a que están sujetos estos bienes;
pero ese mismo régimen de publicidad registral que agrava los riesgos proporciona el remedio que permite
conjurarlos: la anotación preventiva de embargo.
Para comprender bien el efecto aseguratorio de la anotación preventiva de embargo conviene partir de los
riesgos a que está sujeto el embargo de inmuebles no anotado:
• Transmisión del inmueble, después de la traba, a un tercero que quede protegido en su
adquisición por lo dispuesto en el art. 34 LH: quién después de la traba, adquiere un inmueble del
deudor, a tÃ−tulo oneroso, e inscribe su derecho en el Registro de la Propiedad no estando el embargo
anotado puede pedir y obtener el alzamiento de la traba. No tiene que recurrir a la tercerÃ−a de dominio
(que, por otra parte, en este caso, serÃ−a inviable); le basta con acreditar al tribunal de la ejecución la
inscripción de su derecho.
ArtÃ−culo 34 LH.
El tercero que de buena fe adquiera a tÃ−tulo oneroso algún derecho de persona que en el Registro
aparezca con facultades para transmitirlo, será mantenido en su adquisición, una vez que haya
inscrito su derecho, aunque después se anule o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no
consten en el mismo Registro.
La buena fe del tercero se presume siempre mientras no se pruebe que conocÃ−a la inexactitud del
Registro.
Los adquirentes a tÃ−tulo gratuito no gozarán de más protección registral que la que tuviere su
causante o transferente.
Es más, el tribunal debe alzar de oficio el embargo en cuanto le conste que el bien está inscrito a nombre de
persona distinta del ejecutado, siempre que la traba no esté anotada o que, aún estándolo, la anotación
99
sea posterior a la inscripción de dominio (38 LH y 658,I LEC). La protección que se dispensa a este
adquiriente posterior al embargo no guarda relación con el requisito de pertenencia al ejecutado de los bienes
embargados (este requisito ha de concurrir en el momento de la traba; no necesariamente en el de la
anotación).
La protección se basa en la ineficacia de la traba en frente a terceros protegidos por las normas que amparan
a los terceros de buena fe (587.2): la buena fe se presume en quien adquiere con todos los requisitos del art. 34
LH; de ahÃ− el alzamiento de la traba, sin perjuicio de que el ejecutante pueda demandar al adquiriente para
demostrar la ausencia de buena fe y recuperar asÃ− el bien para la ejecución (38,III LH; la acción a
ejercitar serÃ−a la revocatoria).
ArtÃ−culo 587 LEC. Momento del embargo.
1. El embargo se entenderá hecho desde que se decrete por el Secretario judicial o se reseñe la
descripción de un bien en el acta de la diligencia de embargo, aunque no se hayan adoptado aún
medidas de garantÃ−a o publicidad de la traba. El Secretario judicial adoptará inmediatamente dichas
medidas de garantÃ−a y publicidad, expidiendo de oficio los despachos precisos, de los que, en su caso,
se hará entrega al procurador del ejecutante que asÃ− lo hubiera solicitado.
2. Lo dispuesto en el apartado anterior se entenderá sin perjuicio de las normas de protección del
tercero de buena fe que deban ser aplicadas.
• Imposición de cargas sobre el inmueble trabado que, una vez inscritas o anotadas, adquieran
preferencia sobre el derecho de realización que corresponde al ejecutante: la primera actuación del
procedimiento de apremio sobre inmuebles es la petición de una carga registral en la que consten, entre
otros extremos, todas las cargas inscritas que graven el inmueble (656.1.2º LEC).
ArtÃ−culo 656 LEC. Certificación de dominio y cargas.
1. Cuando el objeto de la subasta esté comprendido en el ámbito de esta sección, el Secretario
judicial responsable de la ejecución librará mandamiento al Registrador a cuyo cargo se encuentre el
Registro de que se trate para que remita al Juzgado certificación en la que consten los siguientes
extremos:
• La titularidad del dominio y demás derechos reales del bien o derecho gravado.
• Los derechos de cualquier naturaleza que existan sobre el bien registrable embargado, en especial,
relación completa de las cargas inscritas que lo graven o, en su caso, que se halla libre de cargas.
2. El Registrador hará constar por nota marginal la expedición de la certificación a que se refiere el
apartado anterior, expresando la fecha y el procedimiento a que se refiera.
3. Sin perjuicio de lo anterior el procurador de la parte ejecutante, debidamente facultado por el
Secretario judicial y una vez anotado el embargo, podrá solicitar la certificación a la que se refiere el
apartado 1 de este precepto, cuya expedición será igualmente objeto de nota marginal.
El Secretario Judicial, a la vista de esa certificación, descuenta del valor de tasación del inmueble el
importe de las cargas anteriores a la anotación del embargo del ejecutante (666.1 LEC).
ArtÃ−culo 666 LEC. Valoración de inmuebles para su subasta.
100
1. Los bienes inmuebles saldrán a subasta por el valor que resulte de deducir de su avalúo, realizado
de acuerdo con lo previsto en los artÃ−culos 637 y siguientes de esta Ley, el importe de todas las cargas
y derechos anteriores al gravamen por el que se hubiera despachado ejecución cuya preferencia resulte
de la certificación registral de dominio y cargas.
Esta operación se realizará por el Secretario Judicial descontando del valor por el que haya sido
tasado el inmueble el importe total garantizado que resulte de la certificación de cargas o, en su caso,
el que se haya hecho constar en el Registro con arreglo a lo dispuesto en el apartado 2 del artÃ−culo
657.
2. Si el valor de las cargas o gravámenes iguala o excede del determinado para el bien, el Secretario
judicial dejará en suspenso la ejecución sobre ese bien.
Una vez enajenado el inmueble en la ejecución, las cargas anteriores a la anotación de embargo del
ejecutante subsisten, es decir, el rematante o adjudicatario adquiere el inmueble en la ejecución (674.2.II).
ArtÃ−culo 674 LEC. Inscripción de la adquisición: tÃ−tulo. Cancelación de cargas.
1. Será tÃ−tulo bastante para la inscripción en el Registro de la Propiedad el testimonio, expedido por
el Secretario judicial, del decreto de adjudicación, comprensivo de la resolución de aprobación del
remate, de la adjudicación al acreedor o de la transmisión por convenio de realización o por persona
o entidad especializada, y en el que se exprese, en su caso, que se ha consignado el precio, asÃ− como
las demás circunstancias necesarias para la inscripción con arreglo a la legislación hipotecaria.
El testimonio expresará, en su caso, que el rematante ha obtenido crédito para atender el pago del
precio del remate y, en su caso, el depósito previo, indicando los importes financiados y la entidad que
haya concedido el préstamo, a los efectos previstos en el artÃ−culo 134 de la Ley Hipotecaria.
2. A instancia del adquirente, se expedirá, en su caso, mandamiento de cancelación de la anotación o
inscripción del gravamen que haya originado el remate o la adjudicación.
Asimismo, el Secretario judicial mandará la cancelación de todas las inscripciones y anotaciones
posteriores, incluso las que se hubieran verificado después de expedida la certificación prevenida en
el artÃ−culo 656, haciéndose constar en el mismo mandamiento que el valor de lo vendido o
adjudicado fue igual o inferior al importe total del crédito del actor y, en el caso de haberlo superado,
que se retuvo el remanente a disposición de los interesados.
También se expresarán en el mandamiento las demás circunstancias que la legislación hipotecaria
exija para la inscripción de la cancelación.
Partiendo de este sistema y tomando como referencia el momento de la traba (por ahora no el de la
anotación), resulta que, a efectos de la ejecución, el valor de realización del inmueble es, en ese instante,
el que resulta de restar del valor de mercado de la finca libre de cargas, el importe de las cargas que pesan
sobre ella y que estén inscritas o anotadas en el Registro. Si el embargo no se anota, puede suceder que,
desde la traba hasta el momento en que el Secretario Judicial realiza la valoración del inmueble a efectos de
subasta, la finca sea gravada con nuevas cargas que se hagan constar en el Registro de la Propiedad. Como el
Secretario ha de descontar el valor de todas las cargas que, en ese momento, consten en el Registro y sean
anteriores a la anotación de embargo del ejecutante, al no estar éste anotado, deberá descontar no sólo
las cargas que existÃ−an en el momento de la traba, sino también las que se hayan constituido con
posterioridad, de forma que el valor por el que el bien saldrá a subasta sea inferior al valor teórico de
realización que tenÃ−a en el momento de la traba.
101
A la vista de lo anterior, se entiende bien cuál es el efecto de la anotación de embargo en este contexto:
dotar al embargo de prioridad sobre las cargas que, después de la anotación, accedan al Registro. La
anotación impide que las cargas que lleguen al Registro después de ella subsistan tras la enajenación
forzosa; se fija asÃ− el valor del inmueble en el que resulte de restar, del valor de tasación sin cargas, el
importe de las que sean anteriores a la anotación. El valor de realización del inmueble, a efectos de
ejecución, una vez fijado por la anotación, ya no se modifica sea cual sea el número e importe de las
cargas que ingresen posteriormente en el Registro.
Se suele decir que la anotación atribuye al embargo el ius prioritatis. Y esta expresión es aceptable para
designar el efecto de la anotación de embargo, siempre que se entienda que la prioridad derivada de la
anotación es provisional y sólo se consolida después de que, en la ejecución, se realice el pago al
ejecutante. Porque la anotación no afecta, en general, a la prelación de créditos que resulta de la
aplicación de las normas del CC y de otras leyes. Ningún crédito que sea, según estas normas de
prelación, preferente al del ejecutante pierde su preferencia, ni como consecuencia del embargo, ni como
consecuencia de la anotación. Lo que varÃ−a, en función de la anotación, es la manera de hacerse efectiva
la preferencia:
• Si el crédito preferente al del ejecutante está asegurado por un embargo o una hipoteca que
conste en el Registro con anterioridad a la anotación, el titular del crédito preferente no
tendrá que hacer nada para salvaguardar su preferencia: la realización forzosa del inmueble en la
ejecución promovida por el ejecutante y el pago a éste con el producto de esa realización no
afecta a aquel crédito preferente, pues el embargo o la hipoteca que lo asegura subsiste después
de esa realización y ese pago.
• Si el crédito preferente al del ejecutante no está asegurado por embargo o hipoteca, o sÃ− lo
está, pero estas cargas constan en el registro después de la anotación del embargo del ejecutante,
esta anotación no elimina la preferencia de aquel crédito, pero sÃ− arroja sobre su titular la carga
de hacer valer su preferencia de cobro mediante la tercerÃ−a de mejor derecho.
ArtÃ−culo 629 LEC. Anotación preventiva de embargo.
1. Cuando el embargo recaiga sobre bienes inmuebles u otros bienes o derechos susceptibles de
inscripción registral, el Secretario judicial encargado de la ejecución, a instancia del ejecutante,
librará mandamiento para que se haga anotación preventiva de embargo en el Registro de la
Propiedad o anotación de equivalente eficacia en el registro que corresponda. El mismo dÃ−a de su
expedición el Secretario judicial remitirá al Registro de la Propiedad el mandamiento por fax, o en
cualquiera de las formas previstas en el artÃ−culo 162 de esta Ley. El Registrador extenderá el
correspondiente asiento de presentación, quedando en suspenso la práctica de la anotación hasta que
se presente el documento original en la forma prevista por la legislación hipotecaria.
2. Si el bien no estuviere inmatriculado, o si estuviere inscrito en favor de persona distinta del ejecutado,
pero de la que traiga causa el derecho de éste, podrá tomarse anotación preventiva de suspensión
de la anotación del embargo, en la forma y con los efectos previstos en la legislación hipotecaria.
El Registrador debe calificar el mandamiento de anotación del embargo con arreglo a lo dispuesto en la
legislación hipotecaria y deberá denegar la anotación cuando se opongan a ella obstáculos que surjan del
mismo Registro (art. 100 RH). El principal de estos obstáculos es que el inmueble no esté inmatriculado o
que esté inscrito a favor de persona distinta del ejecutado (art. 20 LH).
ArtÃ−culo 73 LH.
102
Todo mandamiento judicial disponiendo hacer una anotación preventiva expresará las circunstancias que
deba ésta contener, según lo prevenido en el artÃ−culo anterior, si resultasen de los tÃ−tulos y
documentos que se hayan tenido a la vista para dictar la providencia de anotación.
Cuando la anotación deba comprender todos los bienes de una persona, como en los casos de incapacidad
y otros análogos, el Registrador anotará todos los que se hallen inscritos a su favor.
También podrán anotarse en este caso los bienes no inscritos, siempre que el Juez o el Tribunal lo ordene
y se haga previamente su inscripción a favor de la persona gravada por dicha anotación.
La anotación de embargo se cancela mediante el correspondiente mandamiento judicial:
• Cuando, por cualquier causa, se ordene el alzamiento de la traba (art. 604 LEC).
• Tras la enajenación forzosa del inmueble en la ejecución que haya dado lugar a la anotación (art.
674.2, I LEC).
• Si el inmueble se enajena en otra ejecución seguida por una anotación o hipoteca anterior (art.
674.2, II LEC).
Si en el plazo de 4 años desde la fecha de la “anotación misma” (no del asiento de presentación) no
sucede nada de lo anterior, la anotación preventiva de embargo caduca. No obstante, por mandato del
tribunal, la anotación podrá prorrogarse sucesivamente por periodos de 4 años, siempre que el
mandamiento judicial se presente antes del vencimiento de las respectivas prórrogas. Caducada la
anotación, el dueño del inmueble o derecho real afectado podrá pedir que asÃ− se haga constar en el
Registro (art. 86 LH)
ArtÃ−culo 86 LH.
Las anotaciones preventivas, cualquiera que sea su origen, caducarán a los cuatro años de la fecha de la
anotación misma, salvo aquellas que tengan señalado en la Ley un plazo más breve. No obstante, a
instancia de los interesados o por mandato de las autoridades que las decretaron, podrán prorrogarse por
un plazo de cuatro años más, siempre que el mandamiento ordenando la prórroga sea presentado antes
de que caduque el asiento. La anotación prorrogada caducará a los cuatro años de la fecha de la
anotación misma de prórroga. Podrán practicarse sucesivas ulteriores prórrogas en los mismos
términos.
La caducidad de las anotaciones preventivas se hará constan en el Registro a instancia del dueño del
inmueble o derecho real afectado.
3. EL DEPÃ SITO JUDICIAL
Entendemos por depósito judicial o secuestro la tenencia de unos bienes muebles o semimoventes, afectados
a una ejecución, por una persona que puede ser el ejecutado, el ejecutante o un tercero, para guardarlos y
retenerlos a disposición del tribunal hasta que éste le ordene su entrega a otra persona. Mediante el
depósito judicial se aseguran los efectos del embargo de bienes muebles, previniendo fundamentalmente los
riesgos de pérdida fÃ−sica (destrucción completa, desaparición, inutilización) y de disminución del
valor por destrucción parcial o deterioro causado dolosamente o por negligencia. Aunque también se
previene el riesgo de “pérdida jurÃ−dica” por transmisión del bien mueble a tercero que lo adquiera de
buena fe.
ArtÃ−culo 624. Diligencia de embargo de bienes muebles. GarantÃ−a del embargo.
1. Cuando se hayan de embargar bienes muebles, en el acta de la diligencia de embargo se incluirán los
siguientes extremos:
103
• Relación de los bienes embargados, con descripción, lo más detallada posible, de su forma y aspecto,
caracterÃ−sticas principales, estado de uso y conservación, asÃ− como la clara existencia de defectos o
taras que pudieran influir en una disminución de su valor. Para ello se utilizarán los medios de
documentación gráfica o visual de que la Oficina judicial disponga o le facilite cualquiera de las partes
para su mejor identificación.
• Manifestaciones efectuadas por quienes hayan intervenido en el embargo, en especial las que se refieran a
la titularidad de las cosas embargadas y a eventuales derecho de terceros.
• Persona a la que se designa depositario y lugar donde se depositan los bienes.
2. Del acta en que conste la diligencia de embargo de bienes muebles se dará copia a las partes.
• Nombramiento de depositario: cuando se hayan de embargar bienes muebles, en el acta de la diligencia
de embargo se incluirán: Persona a la que designa depositario y lugar donde se depositan los bienes.
♦ Si se embargasen tÃ−tulos, valores u objetos especialmente valiosos o necesitados de especial
conservación, podrán depositarse en el establecimiento público o privado que resulte
más adecuado
♦ Si los bienes muebles embargados estuvieran en poder de un tercero, se le requerirá
mediante providencia para que los conserve a disposición del tribunal y se le nombrará
depositario judicial, salvo que el tribunal motivadamente resuelva otra cosa.
♦ Se nombrará depositario al ejecutado si éste viniere destinando los bienes embargados a
una actividad productiva o si resultaran de difÃ−cil o costoso transporte o almacenamiento.
♦ En casos distintos de los contemplados en los anteriores apartados o cuando lo considere
más conveniente, el tribunal podrá nombrar mediante providencia depositario de los bienes
embargados al acreedor ejecutante o bien, oyendo a éste, a un tercero.
El embargo de valores representados en anotaciones en cuenta se comunicará al órgano o entidad que lleve
el registro en anotaciones en cuenta para que lo consigne en el libro respectivo.
ArtÃ−culo 626 LEC. Depósito judicial. Nombramiento de depositario.
1. Si se embargasen tÃ−tulos valores u objetos especialmente valiosos o necesitados de especial
conservación, podrán depositarse en el establecimiento público o privado que resulte más adecuado.
2. Si los bienes muebles embargados estuvieran en poder de un tercero, se le requerirá mediante
decreto para que los conserve a disposición del Tribunal y se le nombrará depositario judicial, salvo
que el Secretario judicial motivadamente resuelva otra cosa.
3. Se nombrará depositario al ejecutado si éste viniere destinando los bienes embargados a una
actividad productiva o si resultaran de difÃ−cil o costoso transporte o almacenamiento.
4. En casos distintos de los contemplados en los anteriores apartados o cuando lo considere más
conveniente, el Secretario judicial podrá nombrar mediante decreto depositario de los bienes
embargados al acreedor ejecutante o bien, oyendo a éste, a un tercero.
El nombramiento podrá recaer en los Colegios de Procuradores del lugar en que se siga la ejecución,
siempre que dispongan de un servicio adecuado para asumir las responsabilidades legalmente
establecidas para el depositario. De ser asÃ−, el Colegio quedará facultado para proceder a la
localización, gestión y depósito de los bienes expidiéndose a tal efecto la credencial necesaria.
104
5. El embargo de valores representados en anotaciones en cuenta se comunicará al órgano o entidad
que lleve el registro de anotaciones en cuenta para que lo consigne en el libro respectivo.
Hasta que se nombre depositario y se le entreguen los bienes, las obligaciones y responsabilidades derivadas
del depósito incumbirán, sin necesidad de previa aceptación ni requerimiento, al ejecutado y, si
conocieran el embargo, a los administradores, representantes o encargados o al tercero en cuyo poder se
encontraron los bienes.
• Deberes y responsabilidades del depositario: el depositario judicial estará obligado a conservar los
bienes con la debida diligencia a disposición del Juzgado, a exhibirlos en las condiciones que el Juzgado
le indique y a entregarlos a la persona que el tribunal designe. En el riguroso cumplimiento de estas
obligaciones por parte del depositario descansa la eficacia del depósito judicial como medida de
garantÃ−a.
ArtÃ−culo 627. Responsabilidades del depositario. Depositarios interinos.
1. El depositario judicial estará obligado a conservar los bienes con la debida diligencia a disposición
del Tribunal, a exhibirlos en las condiciones que el Secretario judicial le indique y a entregarlos a la
persona que éste designe.
A instancia de parte o, de oficio, si no cumpliere sus obligaciones, el Secretario judicial encargado de la
ejecución, mediante decreto, podrá remover de su cargo al depositario, designando a otro, sin
perjuicio de la responsabilidad penal y civil en que haya podido incurrir el depositario removido.
2. Hasta que se nombre depositario y se le entreguen los bienes, las obligaciones y responsabilidades
derivadas del depósito incumbirán, sin necesidad de previa aceptación ni requerimiento, al ejecutado
y, si conocieran el embargo, a los administradores, representantes o encargados o al tercero en cuyo
poder se encontraron los bienes.
Aunque el depositario, en general, no puede disponer de las cosas depositadas, ni servirse de ellas (1767 CC),
la LEC refuerza esta prohibición cuando en su art. 625 dispone que las cantidades de dinero y demás bienes
embargados tendrán, desde que se depositen o se ordene su retención, la consideración de efectos o
caudales públicos.Esto supone que incurre en delito de malversación el depositario que, con ánimo de
lucro, sustrae o consiente que un tercero, con igual ánimo, sustraiga los bienes embargados que tengan a su
cargo(432 y 435.3º CP).
• Derechos del depositario: por regla general, el depósito es gratuito (art. 1760 CC) aunque el depositario
tiene derecho a que se le reembolsen los gastos que haya tenido que hacer para conservar la cosa depositada
(art. 1779 CC). La LEC mantiene estas reglas aunque introduce algunas excepciones:
ArtÃ−culo 628. Gastos del depósito.
1. Si el depositario fuera persona distinta del ejecutante, del ejecutado y del tercero poseedor del bien
mueble objeto del depósito tendrá derecho al reembolso de los gastos ocasionados por el transporte,
conservación, custodia, exhibición y administración de los bienes, pudiendo acordarse por el
Secretario judicial encargado de la ejecución, mediante diligencia de ordenación, el adelanto de
alguna cantidad por el ejecutante, sin perjuicio de su derecho al reintegro en concepto de costas.
El tercero depositario también tendrá derecho a verse resarcido de los daños y perjuicios que sufra
a causa del depósito.
2. Cuando las cosas se depositen en entidad o establecimiento adecuados, según lo previsto en el
apartado 1 del artÃ−culo 626, se fijará por el Secretario judicial responsable de la ejecución,
mediante diligencia de ordenación, una remuneración acorde con las tarifas y precios usuales. El
105
ejecutante habrá de hacerse cargo de esta remuneración, sin perjuicio de su derecho al reintegro en
concepto de costas.
• Terminación del depósito judicial: a instancia de parte o, de oficio, si no cumpliere sus obligaciones, el
tribunal mediante providencia podrá remover de su cargo al depositario, designando a otro, sin perjuicio
de la responsabilidad penal y civil en que haya podido incurrir el depositario removido. El depositario
judicial estará obligado a conservar los bienes con la debida diligencia a disposición del Juzgado, a
exhibirlos en las condiciones que el Juzgado le indique y a entregarlos a la persona que el tribunal designe.
4. ORDEN DE RETENCIÃ N
Cuando el embargo se refiera a cantidades o bienes que el ejecutado tiene derecho a percibir de un tercero, el
principal riesgo para la eficacia de la traba es que el tercero, desconociendo la traba, pague al ejecutado. En
estas circunstancias, el pago es válido, libera al deudor y extingue, por tanto, el derecho del ejecutado que
hubiera sido embargado (art. 1164 CC). La traba de las cantidades o bienes que haya percibido el ejecutado de
su deudor es en teorÃ−a posible, pero nada garantiza que esas cantidades o bienes pertenezcan el tiempo
suficiente en poder del ejecutado para que pueda hacerse efectiva su afección.
ArtÃ−culo 621. GarantÃ−as del embargo de dinero, cuentas corrientes y sueldos.
1. Si lo embargado fuera dinero o divisas convertibles, se ingresaren en la Cuenta de Depósitos y
Consignaciones.
2. Cuando se embargaren saldos favorables en cuentas de cualquier clase abiertas en entidades de crédito,
ahorro o financiación, el Secretario judicial responsable de la ejecución enviará a la entidad orden de
retención de las concretas cantidades que sean embargadas o con el lÃ−mite máximo a que se refiere el
apartado segundo del artÃ−culo 588. Esta orden podrá ser diligenciada por el procurador de la parte
ejecutante. La entidad requerida deberá cumplimentarla en el mismo momento de su presentación,
expidiendo recibo acreditativo de la recepción de la orden en el que hará constar las cantidades que el
ejecutado, en ese instante, dispusiere en tal entidad. Dicho recibo se entregará en ese acto al procurador de
la parte ejecutante que haya asumido su diligenciamiento; de no ser asÃ−, se remitirá directamente al
órgano de la ejecución por el medio más rápido posible.
3. Si se tratase del embargo de sueldos, pensiones u otras prestaciones periódicas, se estará, en su caso, a
lo previsto en el número 7 del artÃ−culo 607. En caso contrario, se ordenará a la persona, entidad u
oficina pagadora que los retenga a disposición del Tribunal y los transfiera a la Cuenta de Depósitos y
Consignaciones.
• Cuando se embarguen saldos favorables en cuentas de cualquier clase abiertas en entidades de crédito,
ahorro o financiación, el tribunal enviará a la entidad orden de retención de las concretas cantidades
que sean embargadas o con el lÃ−mite máximo a que se refiere el art. 588.
• Si se trata del embargo de sueldos, pensiones u otras prestaciones periódicas, se ordenará a la persona,
entidad u oficina pagadora que los retenga a disposición del tribunal y los transfiera a la Cuenta de
Depósitos y Consignaciones.
• Cuando lo embargado fueron intereses, rentas o frutos de toda clase, se enviará orden de retención a
quien deba pagarlos o directamente los perciba, aunque sea el propio ejecutado, para que, si fueran
intereses, los ingrese a su devengo en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones o, si fueran de otra clase,
los retenga a disposición del tribunal
• Si lo embargado fueran valores u otros instrumentos financieros, el embargo se notificará a quién
resulte obligado al pago, en caso de que éste debiere efectuarse periódicamente o en fecha determinada,
o la entidad emisora, en el supuesto de que fueran redimibles o amortizables a voluntad del tenedor o
propietario de los mismos. A la notificación del embargo se añadirá el requerimiento de que, a su
vencimiento o, en el supuesto de no tener vencimiento, en el acto de recibir la notificación, se retenga, a
disposición del tribunal, el importe o el mismo valor o instrumento financiero, asÃ− como los intereses o
106
dividendos que, en su caso, produzcan.
• Cuando se trate de valores o instrumentos financieros que coticen en mercados secundarios oficiales,
la notificación del embargo se hará al órgano rector a los mismos efectos del párrafo anterior y,
en su caso, el órgano rector lo notificará a la entidad encargada de la compensación y
liquidación.
• Si se embargaren participaciones en sociedades civiles, colectivas, comanditarias, en sociedades de
responsabilidad limitada o acciones que no cotizan en mercados secundarios oficiales, se notificará
el embargo a los administradores de la sociedad, que deberán poner en conocimiento del tribunal la
existencia de pactos de limitación a la libre transmisión de acciones o cualquier otra cláusula
estatuaria o contractual que afecte a las acciones embargadas”
5. ADMINISTRACION JUDICIAL
La LEC prevé que la traba pueda asegurarse mediante la constitución de una administración judicial en
los siguientes casos:
ArtÃ−culo 630 LEC. Casos en que procede.
1. Podrá constituirse una administración judicial cuando se embargue alguna empresa o grupo de
empresas o cuando se embargaren acciones o participaciones que representen la mayorÃ−a del capital
social, del patrimonio común o de los bienes o derechos pertenecientes a las empresas, o adscritos a su
explotación.
2. También podrá constituirse una administración judicial para la garantÃ−a del embargo de frutos y
rentas, en los casos previstos en los apartados 2 y 3 del artÃ−culo 622.
5.1. Embargo de frutos y rentas
Para asegurar el embargo de frutos y rentas basta normalmente una orden de retención a quien deba pagarlos,
o al ejecutado, si los percibe directamente. No obstante en determinadas circunstancias la orden de retención
puede no ser suficiente para garantizar que los frutos o rentas se perciban o se pongan a disposición del
tribunal. Sólo cuando concurran circunstancias de este tipo que lo justifiquen podrá acordarse la
administración judicial:
ArtÃ−culo 622 LEC. GarantÃ−a del embargo de intereses, rentas y frutos.
1. Cuando lo embargado fueran intereses, rentas o frutos de toda clase, se enviará orden de retención a
quien deba pagarlos o directamente los perciba, aunque sea el propio ejecutado, para que, si fueran
intereses, los ingrese a su devengo en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones o, si fueran de otra clase,
los retenga a disposición del tribunal.
2. El Secretario judicial sólo acordará mediante decreto la administración judicial en garantÃ−a del
embargo de frutos y rentas, cuando la naturaleza de los bienes y derechos productivos, la importancia de los
intereses, las rentas o los frutos embargados o las circunstancias en que se encuentre el ejecutado
razonablemente lo aconsejen.
3. También podrá el Secretario judicial acordar la administración judicial cuando se comprobare que la
entidad pagadora o perceptora o, en su caso, el mismo ejecutado, no cumplen la orden de retención o
ingreso de los frutos y rentas a que se refiere el apartado primero de este artÃ−culo.
107
• Cuando la naturaleza de los bienes y derechos que produzcan los frutos o rentas embargados lo
aconseje.
• Cuando resulte conveniente en atención a la importancia de los intereses, frutos o rentas
embargados.
• Cuando la medida pueda razonablemente justificarse en las circunstancias en que se encuentre el
ejecutado.
• Cuando se compruebe que la entidad pagadora o perceptora o, en su caso, el mismo ejecutado, no
cumplen la orden de retención o ingreso de los frutos o rentas (630.3 y 623.2 y 3).
5.2. Embargo de empresas:
Si se ha embargado una empresa, la única medida que puede garantizar eficazmente la traba es la
administración judicial. El riesgo en este caso es, fundamentalmente, que el ejecutado descuide la gestión
de la empresa poniendo en riesgo la supervivencia de ésta, y este riesgo sólo puede prevenirse nombrando
un administrador judicial que sustituya al ejecutado en la dirección de la actividad empresarial o que,
sustituirle, pueda supervisar y controlar la gestión que éste realice.
6. REEMBARGO Y EMBARGO DEL SOBRANTE
Un mismo bien o derecho puede ser trabado en varias ejecuciones que se sigan contra un mismo deudor, por
diferentes deudas y (normalmente, aunque no necesariamente) a instancia de distinto acreedor. El Reembargo
a que se refiere el art. 610 LEC se produce precisamente cuando se embarga en un proceso de ejecución un
bien o derecho que ya se encuentra trabado en otro proceso distinto (o en varios).
La coexistencia de embargos (y en general de cargas) sobre un mismo bien exige establecer un orden de
preferencia entre ellos. Parece razonable que ese orden venga determinado por la fecha de las distintas trabas,
otorgándose preferencia a las de la fecha anterior sobre las de fecha posterior. Este es, efectivamente el
criterio de que parte implÃ−citamente el 610 LEC (la primera traba es el “embargo”, sin más; las posteriores
son los “reembargos”).
No obstante la anterior regla tiene una muy importante (cualitativa y cuantitativamente) excepción: cuando
se trata de bienes inmuebles inmatriculados en el Registro de la Propiedad (o de bienes muebles sujetos a un
régimen de publicidad registral similar), el orden de preferencia de los embargos no se establece en
función de la fecha de la traba sino de la fecha de la constancia registral de la misma mediante la
correspondiente anotación preventiva.
ArtÃ−culo 610 LEC. Reembargo. Efectos.
1. Los bienes o derechos embargados podrán ser reembargados y el reembargo otorgará al reembargante
el derecho a percibir el producto de lo que se obtenga de la realización de los bienes reembargados, una
vez satisfechos los derechos de los ejecutantes a cuya instancia se hubiesen decretado embargos anteriores
o, sin necesidad de esta satisfacción previa, en el caso del párrafo segundo del apartado siguiente.
2. Si, por cualquier causa, fuere alzado el primer embargo, el ejecutante del proceso en el que se hubiera
trabado el primer reembargo quedará en la posición del primer ejecutante y podrá solicitar la
realización forzosa de los bienes reembargados.
Sin embargo, el reembargante podrá solicitar la realización forzosa de los bienes reembargados, sin
necesidad de alzamiento del embargo o embargos anteriores, cuando los derechos de los embargantes
anteriores no hayan de verse afectados por aquella realización.
108
3. Los ejecutantes de los procesos en que se decretare el reembargo podrán solicitar del Secretario judicial
que adopte medidas de garantÃ−a de esta traba siempre que no entorpezcan una ejecución anterior y no
sean incompatibles con las adoptadas a favor de quien primero logró el embargo.
6.1. Reembargo
El segundo (o ulterior embargo) no puede dar lugar a la realización forzosa de los bienes en tanto subsistan
la traba o trabas anteriores. SÃ− pueden acordarse medidas de garantÃ−a de la traba, siempre que no
entorpezcan una ejecución anterior y no sean incompatibles con las adoptadas a favor de quien primero
logró el embargo. Una vez extinguido el embargo anterior, hay que distinguir:
• Si se extinguió como consecuencia de la realización del bien en la ejecución en que se trabó el
embargo anterior, quedan también sin efecto la traba o trabas posteriores (si subsistieran,
consumirÃ−an valor de realización del bien, en perjuicio del primer embargante); los acreedores que
hubieran obtenido estas trabas tienen derecho, no obstante, y por su orden, a percibir el sobrante que
quede después de que se haya pagado al ejecutante que primero trabó el bien y lo realizó.
• Si el embargo anterior quedó sin efecto por cualquier causa distinta de la realización de embargo
anterior quedó sin efecto por cualquier causa distinta de la realización de los bienes (se logró la
satisfacción del ejecutante con la venta de otros bienes, por ejemplo), la traba que inmediatamente le
siga adquiere plena eficacia y el acreedor que la hubiera obtenido.
6.2. Embargo del sobrante
Distinto del reembargo es el embargo del sobrante, que la LEC regula en el art. 611 LEC: podrá pedirse el
embargo de lo que sobrare en la realización forzosa de bienes celebrada en otra ejecución ya despachada.
ArtÃ−culo 611 LEC. Embargo de sobrante.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artÃ−culo 588, podrá pedirse el embargo de lo que sobrare en la
realización forzosa de bienes celebrada en otra ejecución ya despachada.
La cantidad que asÃ− se obtenga se ingresará en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones para su
disposición en el proceso donde se ordenó el embargo del sobrante.
Cuando los bienes realizados sean inmuebles, se ingresará la cantidad que sobrare después de pagado el
ejecutante, asÃ− como los acreedores que tengan su derecho inscrito o anotado con posterioridad al del
ejecutante y que tengan preferencia sobre el acreedor en cuyo favor se acordó el embargo del sobrante.
El embargo no sobrante no atribuye al tribunal que lo haya acordado ninguna potestad ni al ejecutante que lo
haya solicitado ningún derecho en relación con bienes concretos trabados en la ejecución cuyo sobrante, si
es que queda, después de realizar los bienes en aquella ejecución y distribuir con arreglo a la ley las sumas
recaudadas. El embargo de sobrante no guarda ninguna relación con los bienes que se hallan en el
patrimonio del ejecutado; se trata en todo caso de la afección o traba de un bien futuro, que no se sabe
siquiera si llegará o no a existir.
La diferencia con el reembargo se aprecia especialmente bien en el caso de que la primera ejecución finalice
sin que sean realizados los bienes embargados (porque, por ejemplo, el ejecutado paga). En este caso, si en la
segunda ejecución se acordó el reembargo de esos bienes, quedan éstos automáticamente sujetos a la
potestad del tribunal, que podrá ordenar inmediatamente su realización forzosa (610.2.I); si lo que se
acordó fue el embargo de sobrante, el tribunal de la primera ejecución comunicará al de la segunda que no
hubo sobrante y el ejecutante de ésta quedará privado de sustento patrimonial en que hacer efectiva la
responsabilidad del ejecutado. Podrá pedir, ciertamente, que se embarguen los bienes que estuvieren
trabados en la anterior ejecución y cuya realización no fue necesaria, pero nada garantiza que esos bienes,
109
después de plenamente reintegrados al patrimonio del ejecutado, permanezcan en éste. El embargo de
sobrante debe comunicarse al tribunal de la ejecución cuyo remanente se traba. Realizados los bienes que se
hubieran trabado en esa ejecución, el tribunal debe distribuir el producto de la realización con arreglo a las
previsiones legales (654 y 672). Esto implica que ha de pagar el crédito del ejecutante, con intereses y
costas y, en caso de que los bienes enajenados sean inmuebles, a los acreedores posteriores con carga inscrita
o anotada en el Registro de la Propiedad.
Sólo lo que reste después de efectuados estos pagos, se ingresará en la cuenta del Juzgado que ordenó
el embargo del sobrante.
7. MODIFICACION Y ALZAMIENTO DEL EMBARGO
Si hay suficientes bienes para cubrir la cantidad por la que se haya despachado la ejecución, el objeto de la
responsabilidad patrimonial del ejecutado queda fijado, a los efectos de la ejecución en curso y, sino
varÃ−an las circunstancias, no tiene porque modificarse. No obstante atendiendo precisamente a quelas
circunstancias pueden variar, la ley permite que, a instancia de las partes, puedan ampliarse, reducirse o
modificarse los embargos que se hubieran acordado inicialmente.
ArtÃ−culo 612 LEC. Mejora, reducción y modificación del embargo.
1. Además de lo dispuesto en los artÃ−culos 598 y 604 para los casos de admisión y estimación,
respectivamente, de una tercerÃ−a de dominio, el ejecutante podrá pedir la mejora o la modificación del
embargo o de las medidas de garantÃ−a adoptadas cuando un cambio de las circunstancias permita dudar
de la suficiencia de los bienes embargados en relación con la exacción de la responsabilidad del
ejecutado. También el ejecutado podrá solicitar la reducción o la modificación del embargo y de sus
garantÃ−as, cuando aquel o éstas pueden ser variadas sin peligro para los fines de la ejecución,
conforme a los criterios establecidos en el artÃ−culo 584 de esta Ley.
El tribunal proveerá mediante providencia sobre estas peticiones según su criterio, sin ulterior recurso.
2. El Secretario judicial resolverá mediante decreto sobre estas peticiones. Contra dicho decreto cabrá
recurso directo de revisión que no producirá efectos suspensivos.
3. Podrá acordarse también la mejora del embargo en los casos previstos en el apartado cuarto del
artÃ−culo siguiente.
7.1. Mejora del embargo
Consiste en la traba de nuevos bienes inicialmente no embargados. La LEC la declara procedente, sin más,
ante determinados acontecimientos que dan lugar a que los bienes inicialmente trabados devengan
insuficientes (o, al menos, generan un riesgo cierto de que asÃ− suceda):
• Cuando se admite una tercerÃ−a de dominio,
• Si los intereses y costas efectivamente devengados en la ejecución sobrepasan la cantidad
inicialmente prevista;
• cuando la ejecución se amplÃ−e a nuevos plazos o la inicialmente despachada por una parte de la
deuda se amplÃ−e a toda ella.
En estos casos, solicitada la mejora del embargo por el ejecutante, el tribunal la debe acordar. Fuera de los
casos anteriores, el ejecutante puede pedir la mejora del embargo acreditando un cambio de circunstancias que
permite dudar de la suficiencia de los bienes embargados en relación con la exacción de la responsabilidad
del ejecutante. Ante esta petición, el tribunal decide según criterio y sin ulterior recurso (art. 612 LEC).
110
En cualquiera de los casos anteriores, si hay bienes conocidos sobre los que concretar la traba, se afectarán
de inmediato y, en otro caso, se practicará nueva diligencia de embargo y se adoptarán, en su caso, las
medidas de localización de bienes previstas en la LEC.
No hay que confundir la mejora del embargo con la petición de que se haga constar en la anotación
preventiva de embargo el aumento de la cantidad prevista en concepto de intereses devengados en la
ejecución y de las costas de ésta, en la anotación anterior (613.4). En este caso no se parte, de la
insuficiencia de los bienes embargados, ni se pide que se traben más bienes; se trata, simplemente, de hacer
constar en el registro un aumento de la cifra en relación con eventuales adquirientes del inmueble en otras
ejecuciones, pues sólo ellos se benefician de una limitación de responsabilidad hasta el importe consignado
en la anotación (613.3). También se puede hacer constar en el Registro el aumento de la cifra de
responsabilidad derivado de ampliaciones de la ejecución (578.3).
7.2. Reducción del embargo
Consiste en el alzamiento de la traba respecto de alguno o algunos de los bienes embargados. La puede
solicitar el ejecutado y el tribunal la acordará cuando no entrañe peligro para los fines de la ejecución.
Cuando el ejecutado pide la reducción del embargo está denunciando en realidad una situación (quizá
sobrevenida: puede haber aumentado el previsible valor de realización de algunos delos bienes inicialmente
trabados) de exceso de bienes embargados, lo que supone infracción de lo dispuesto en el art. 584 LEC.
También aquÃ− el tribunal decide según su criterio y sin ulterior recurso y, si acuerda la reducción,
alzará la traba de todos o parte de los bienes que haya indicado el ejecutado.
7.3. Modificación del embargo
La LEC alude a ella como fenómeno distinto de la mejora y de la reducción. Debe referirse, por tanto, a la
sustitución de la traba de unos bienes por la de otros. Pueden solicitarla tanto el ejecutante como el
ejecutado, o ambos de común acuerdo, lo que vincularÃ−a al tribunal. Salvo que este último caso, el
tribunal decide según su criterio y sin ulterior recurso. El art. 612 permite también a las partes solicitar la
modificación de las medidas de garantÃ−a de la traba.
7.4. Alzamiento de la traba
El embargo se extingue por cumplimiento de su finalidad cuando los bienes trabados son enajenados en la
ejecución (674.2)
Pero también puede quedar sin efecto el embargo, antes de la realización de los bienes, en virtud de una
resolución judicial que ordene el alzamiento de la traba. El alzamiento de los embargos puede obedecer a
distintas causas:
• estimación de la oposición a la ejecución (561.2);
• consignación por el ejecutado de la cantidad por la que se hubiera despachado la ejecución (585);
• estimación de una tercerÃ−a de dominio (604);
• que la subasta finalice sin ningún postor y el ejecutante no pida la adjudicación del bien en los
términos previstos en los arts. 651 y 671; o que se acredite al tribunal que el bien embargado está
inscrito a nombre de persona distinta del ejecutado, en las condiciones previstas en el art. 658.
La reducción y la modificación del embargo también dan lugar al alzamiento de la traba respecto de
alguno o algunos de los bienes embargados. El alzamiento del embargo, cuando proceda, debe acordarse
mediante resolución en forma de auto (art. 545.4, I) que deberá ordenar también el alzamiento de las
medidas de garantÃ−a que se hubieran acordado para asegurar la traba.
111
TEMA 62.- LA REALIZACIÃ N FORZOSA (I)
1. La Enajenación forzosa de valores.- 2. Sistemas generales de enajenación. 3. La subasta judicial: a)
preparación de la subasta; b) Avalúo; c) Anuncio de la subasta; d) Depósito previo; e) el acto de la
subasta; f) Subasta desierta; g) Aprobación del remate y pago del precio; h) Falta de pago del precio y
quiebra de la subasta.
1. LA ENAJENACIÃ N FORZOSA DE VALORES
La realización forzosa comprende aquellas actuaciones del proceso de ejecución que se proyectan sobre los
bienes previamente afectados (por garantÃ−a real o por embargo) y que están directamente encaminadas a
lograr la satisfacción del derecho del ejecutante. El término
Realización se utiliza aquÃ− en el sentido de venta o conversión en dinero de mercaderÃ−as o cualesquiera
otros bienes.
Como regla general, para satisfacer el derecho del ejecutante es preciso enajenar los bienes afectados a la
ejecución. La enajenación supone siempre un cambio en la titularidad de los bienes, que dejan de
pertenecer al deudor (o al tercero que deba soportar que la ejecución se proyecte sobre bienes de su
propiedad) y son adquiridos por otro sujeto que puede ser el acreedor o un tercero. La enajenación es forzosa
porque se produce sin contar con la voluntad del dueño de los bienes. Cuando los bienes afectados producen
frutos o rentas, la satisfacción del acreedor puede producirse, sin necesidad de enajenación de dichos
bienes, permitiendo al acreedor administrarlos y percibir los productos de los bienes afectados hasta la total
extinción de su crédito.
La realización forzosa se encuentra estrechamente ligada al pago al ejecutante de la cantidad que se le debe.
La finalidad de la realización forzosa es obtener dinero a partir de los bienes previamente afectados. Una vez
convertidos en dinero los bienes, el pago al ejecutante de la cantidad que se le debe no forma parte, en rigor,
de la realización forzosa.
ArtÃ−culo 634. Entrega directa al ejecutante.
1. El Secretario judicial responsable de la ejecución entregará directamente al ejecutante, por su valor
nominal, los bienes embargados que sean:
• Dinero efectivo.
• Saldos de cuentas corrientes y de otras de inmediata disposición.
• Divisas convertibles, previa conversión, en su caso.
• Cualquier otro bien cuyo valor nominal coincida con su valor de mercado, o que, aunque inferior, el
acreedor acepte la entrega del bien por su valor nominal.
2. Cuando se trate de saldos favorables en cuenta, con vencimiento diferido, el propio Secretario judicial
adoptará las medidas oportunas para lograr su cobro, pudiendo designar un administrador cuando fuere
conveniente o necesario para su realización.
3. En la ejecución de sentencias que condenen al pago de las cantidades debidas por incumplimiento de
contratos de venta a plazos de bienes muebles, si el ejecutante lo solicita, el Secretario judicial le hará
entrega inmediata del bien o bienes muebles vendidos o financiados a plazos por el valor que resulte de las
tablas o Ã−ndices referenciales de depreciación que se hubieran establecido en el contrato.
2. LA ENAJENACION FORZOSA DE VALORES
112
La LEC prevé 3 sistemas generales de enajenación forzosa: el convenio de realización aprobado por el
tribunal, la enajenación por medio de persona o entidad especializada y la subasta judicial (art. 636 LEC).
Estos sistemas son aplicables para la realización de toda clase de bienes y derechos afectados a la
ejecución, con excepción de los valores y de los bienes que coticen en mercados reglados o que puedan
acceder a un mercado con precio oficial.
ArtÃ−culo 636. Realización de bienes o derechos no comprendidos en los artÃ−culos anteriores.
1. Los bienes o derechos no comprendidos en los artÃ−culos anteriores se realizarán en la forma
convenida entre las partes e interesados y aprobada por el Secretario judicial encargado de la ejecución,
con arreglo a lo previsto en esta Ley.
2. A falta de convenio de realización, la enajenación de los bienes embargados se llevará a cabo
mediante alguno de los siguientes procedimientos:
• Enajenación por medio de persona o entidad especializada, en los casos y en la forma previstos en esta
Ley.
• Subasta judicial.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados anteriores, una vez embargados los bienes por el Secretario
judicial, se practicarán las actuaciones precisas para la subasta judicial de los mismos, que se producirá
en el dÃ−a señalado si antes no se solicita y se ordena, con arreglo a lo previsto en esta Ley, que la
realización forzosa se lleve a cabo de manera diferente.
2. LA SUBASTA JUDICIAL
Las actuaciones encaminadas a la venta en subasta judicial de los bienes embargados deben iniciarse
inmediatamente después del embargo, sin necesidad de petición de parte y sin perjuicio de que hasta el
mismo dÃ−a señalado para la licitación de los bienes pueda pedirse y ordenarse que se siga otro sistema de
realización (convenio o venta por persona o entidad especializada).
La subasta se configuró en el año 2000 para evitar malas prácticas. Se considera que el resultado es
satisfactorio si se obtiene mucho dinero de la subasta, cosa que no suele ocurrir. Es el método más
utilizado. Al ejecutado le interesa que se obtenga el máximo beneficio de la subasta, aunque no suele
colaborar en el proceso. Al ejecutante sólo le interesa cobrar su deuda. El adjudicatario es aquel que se
beneficia de la subasta.
2.1. Preparación de la subasta
Antes del anuncio de la subasta la LEC prevé ciertas actuaciones preparatorias que tiene por objeto obtener
información sobre los bienes que se van a subastar. Esta información es muy importante para que en la
subasta puedan obtenerse precios razonables. En el acto del REMATE, existen unas actuaciones previas a la
subasta judicial:
• Certificación de dominio y cargas: es preciso averiguar cuál es la situación registral de los inmuebles
para que los eventuales interesados en su adquisición puedan conocer qué cargas pesan sobre ellos y,
particularmente, las que quedarán subsistentes después de la enajenación. La Certificación de
dominio y cargas determina la situación del bien respecto de las cargas previas. Si sólo existe una
anotación preventiva de embargo, no se presenta problema. En cambio, si hay otros embargos pendientes,
habrá que comunicarle la subasta a los anteriores acreedores para que intervengan en la ejecución. Los
demás interesados, podrán pagar al ejecutante o subrogarse en su posición.
113
ArtÃ−culo 659. Titulares de derechos posteriormente inscritos
1. El registrador comunicará la existencia de la ejecución a los titulares de derechos que figuren en la
certificación de cargas y que aparezcan en asientos posteriores al del derecho del ejecutante, siempre
que su domicilio conste en el Registro.
2. A los titulares de derechos inscritos con posterioridad a la expedición de la certificación de dominio
y cargas no se les realizará comunicación alguna, pero, acreditando al Secretario judicial responsable
de la ejecución la inscripción de su derecho, se les dará intervención en el avalúo y en las demás
actuaciones del procedimiento que les afecten.
3. Cuando los titulares de derechos inscritos con posterioridad al gravamen que se ejecuta satisfagan
antes del remate el importe del crédito, intereses y costas, dentro del lÃ−mite de responsabilidad que
resulte del Registro, quedarán subrogados en los derechos del actor hasta donde alcance el importe
satisfecho. Se harán constar el pago y la subrogación al margen de la inscripción o anotación del
gravamen en que dichos acreedores se subrogan y las de sus créditos o derechos respectivos, mediante
la presentación en el Registro del acta notarial de entrega de las cantidades indicadas o del oportuno
mandamiento expedido por el Secretario judicial, en su caso.
La Certificación de dominio y cargas solicitada por el Secretario Judicial y facilitada por el Registro
certifica las cargas que pesan sobre el bien embargado.
• Avalúo: durante el avalúo, el acreedor ejecutante puede elevar el valor del bien mediante la solicitud de
una nueva peritación, permitiendo que cobre un acreedor posterior. En 2011 se introdujo una reforma para
que el procurador de la parte ejecutante, con permiso del Secretario Judicial peda solicitar la certificación
del dominio de cargas. Con dicha certificación se puede probar la propiedad del bien por parte del deudor
(art. 656.3 LEC).
ArtÃ−culo 656. Certificación de dominio y cargas.
1. Cuando el objeto de la subasta esté comprendido en el ámbito de esta sección, el Secretario
judicial responsable de la ejecución librará mandamiento al Registrador a cuyo cargo se encuentre el
Registro de que se trate para que remita al Juzgado certificación en la que consten los siguientes
extremos:
• La titularidad del dominio y demás derechos reales del bien o derecho gravado.
• Los derechos de cualquier naturaleza que existan sobre el bien registrable embargado, en especial,
relación completa de las cargas inscritas que lo graven o, en su caso, que se halla libre de cargas.
2. El Registrador hará constar por nota marginal la expedición de la certificación a que se refiere el
apartado anterior, expresando la fecha y el procedimiento a que se refiera.
3. Sin perjuicio de lo anterior el procurador de la parte ejecutante, debidamente facultado por el
Secretario judicial y una vez anotado el embargo, podrá solicitar la certificación a la que se refiere el
apartado 1 de este precepto, cuya expedición será igualmente objeto de nota marginal.
También se puede solicitar el requerimiento para pedirle al deudor el tÃ−tulo de propiedad del bien, para
los casos en que no conste inscrito a su nombre.
• Situación posesoria del inmueble: se ha de averiguar si la finca está ocupada por un tercero, y si éste
tiene derecho a seguir ocupándola una vez adjudicado el inmueble (no será asÃ− si es un precarista sin
contrato de arrendamiento). Todos estos factores disminuirÃ−an el valor de la puja.
114
2.2. Avalúo
La valoración del bien ha de realizarse por un perito designado por sorteo de entre los peritos registrados en
el listado de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) o los arquitectos colegiados. El perito es designado
por el Servicio de Peritos al que se dirige el Secretario Judicial, y aquél emite su tasación previo pago del
informe. Es por esto que el ejecutante ha de hacer una previsión de fondos destinada a sufragar los costes de
peritaje, que posteriormente podrá repercutir al ejecutado (las costas de la ejecución corren a cargo del
ejecutado por imperio de la ley).
Las cargas anteriores existentes restan valor al bien, ya que el adjudicatario ha de comprar el bien con la
carga. El ejecutante puede, sin embargo, realizar una depuración de cargas (art. 657 LEC).
ArtÃ−culo 657. Información de cargas extinguidas o aminoradas.
1. El Secretario judicial responsable de la ejecución se dirigirá de oficio a los titulares de los créditos
anteriores que sean preferentes al que sirvió para el despacho de la ejecución y al ejecutado para que
informen sobre la subsistencia actual del crédito garantizado y su actual cuantÃ−a. Aquéllos a quienes
se reclame esta información deberán indicar con la mayor precisión si el crédito subsiste o se ha
extinguido por cualquier causa y, en caso de subsistir, qué cantidad resta pendiente de pago, la fecha de
vencimiento y, en su caso, los plazos y condiciones en que el pago deba efectuarse. Si el crédito estuviera
vencido y no pagado, se informará también de los intereses moratorios vencidos y de la cantidad a la que
asciendan los intereses que se devenguen por cada dÃ−a de retraso. Cuando la preferencia resulte de una
anotación de embargo anterior, se expresarán la cantidad pendiente de pago por principal e intereses
vencidos a la fecha en que se produzca la información, asÃ− como la cantidad a que asciendan los
intereses moratorios que se devenguen por cada dÃ−a que transcurra sin que se efectúe el pago al acreedor
y la previsión de costas.
Los oficios que se expidan en virtud de lo dispuesto en el párrafo anterior se entregarán al procurador del
ejecutante para que se encargue de su cumplimiento.
2. A la vista de lo que el ejecutado y los acreedores a que se refiere el apartado anterior declaren sobre la
subsistencia y cuantÃ−a actual de los créditos, si hubiera conformidad sobre ello, el Secretario judicial
encargado de la ejecución, a instancia del ejecutante, expedirá los mandamientos que procedan a los
efectos previstos en el artÃ−culo 144 de la Ley Hipotecaria. De existir disconformidad les convocará a una
vista ante el Tribunal, que deberá celebrarse dentro de los tres dÃ−as siguientes, resolviéndose mediante
auto, no susceptible de recurso, en los cinco dÃ−as siguientes.
3. Transcurridos veinte dÃ−as desde el requerimiento al ejecutado y a los acreedores sin que ninguno de
ellos haya contestado, se entenderá que la carga, a los solos efectos de la ejecución, se encuentra
actualizada al momento del requerimiento en los términos fijados en el tÃ−tulo preferente.
2.3. Anuncio de la subasta
Cuanta más gente participa en una subasta, generalmente más dinero se recauda por el bien. Se suele
anunciar de forma proporcional, de modo que cuánto más caros son los bienes a subastar, más publicidad
se hace.
La subasta se anuncia legalmente mediante edictos que se fijan en el tablón de anuncios del Juzgado y en los
demás lugares públicos de costumbre (normalmente el tablón de anuncios del Ayuntamiento). Además
de los edictos, la subasta puede anunciarse, a instancia del ejecutante o del ejecutado y si el tribunal lo juzga
conveniente, por otros medios que la LEC no precisa, exigiendo sólo que su empleo resulte razonable y que
los medios empleados sean adecuados a la naturaleza y valor de los bienes que se pretenda realizar (art.
115
645.1).
ArtÃ−culo 645. Publicidad.
1. A toda subasta se dará publicidad por medio de edictos, que se fijarán en el sitio destacado, público y
visible en la sede de la Oficina judicial y lugares públicos de costumbre.
Además, a instancia del ejecutante o del ejecutado y si el Secretario judicial responsable de la ejecución lo
juzga conveniente, se dará a la subasta la publicidad que resulte razonable, utilizando los medios públicos
y privados que sean más adecuados a la naturaleza y valor de los bienes que se pretende realizar.
2. Cada parte estará obligada al pago de los gastos derivados de las medidas que, para la publicidad de la
subasta, hubieran solicitado, sin perjuicio de incluir en la liquidación de costas los gastos que, por este
concepto, soporte el ejecutante.
El edicto ha de contener:
• El dÃ−a, la hora y el lugar de la subasta
• El listado de bienes que salen a subasta: los lotes tienen un valor de tasación y se adjudican
completos. Los inmuebles se subastan individualmente.
• El tipo de tasación empleada
• La certificación registral de cargas
• La aceptación de las partes de las condiciones de venta de los bienes subastados (aceptación de las
condiciones de adjudicación).
• La situación posesoria del inmueble
Con independencia de la publicidad, en los términos expuestos, la convocatoria de la subasta se ordena
mediante resolución del Tribunal (art. 644 LEC) que se notifica a las partes personadas a través de su
Procurador (art. 150.1 LEC). Cuando la subasta se refiera a bienes inmuebles, la convocatoria debe notificarse
al ejecutado, incluso cuando no esté personado en la ejecución. En este caso, la notificación se hará con
una antelación mÃ−nima de 20 dÃ−as, en el domicilio que conste en el tÃ−tulo ejecutivo y por los medios
previstos en la LEC para que pueda realizar el pago de la deuda con antelación a la subasta.
2.4. Depósito previo
Quienes quieran participar como postores en la subasta deben efectuar un depósito previo cuyo importe se
establece en función del valor dado a efectos de la ejecución al bien o lote de bienes por los que se pretenda
licitar. El depósito exigido es (únicamente se exceptúa de esta exigencia al acreedor):
• Del 20%, si los bienes son muebles,
• Del 30%, si los bienes son inmuebles o asimilados (arts. 647.1.3º y 669.1).
ArtÃ−culo 647. Requisitos para pujar. Ejecutante licitador.
1. Para tomar parte en la subasta los licitadores deberán cumplir los siguientes requisitos:
• Identificarse de forma suficiente.
• Declarar que conocen las condiciones generales y particulares de la subasta.
• Presentar resguardo de que han depositado en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones o de que han
prestado aval bancario por el 20 % del valor de tasación de los bienes. Cuando el licitador realice el
depósito con cantidades recibidas en todo o en parte de un tercero, se hará constar asÃ− en el
116
resguardo a los efectos de lo dispuesto en el apartado 2 del artÃ−culo 652.
2. El ejecutante sólo podrá tomar parte en la subasta cuando existan licitadores, pudiendo mejorar las
posturas que se hicieren, sin necesidad de consignar cantidad alguna.
3. Sólo el ejecutante podrá hacer postura reservándose la facultad de ceder el remate a un tercero. La
cesión se verificará mediante comparecencia ante el Secretario judicial responsable de la ejecución, con
asistencia del cesionario, quien deberá aceptarla, y todo ello previa o simultáneamente al pago del precio
del remate, que deberá hacerse constar documentalmente.
La misma facultad tendrá el ejecutante en los casos en que se solicite la adjudicación de los bienes
embargados con arreglo a lo previsto en esta Ley.
El depósito se efectúa en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones en cualquier momento anterior a la
apertura del acto del remate y deberá acreditarse en el Juzgado mediante la presentación del
correspondiente resguardo. La LEC admite también, como alternativa al depósito, que se preste aval
bancario por la cantidad que corresponda. El depósito garantiza que, en caso de aprobación del remate, el
rematante pagará el precio ofrecido ya que, de no hacerlo, perderÃ−a la cantidad depositada (arts. 652.1 y
653.1).
La LEC permite expresamente que el ejecutante participe en la subasta, sin necesidad de efectuar el depósito
previo, pero únicamente para mejorar las posturas que hagan otros licitadores (art. 647.2 LEC). Sólo el
acreedor puede hacer sus posturas en calidad de ceder el remate a tercero (art. 647.3 LEC). El ejecutado no
puede participar en la puja, sólo puede pagar la deuda pendiente y liberar el bien de la traba.
2.5. El acto de la subasta
El art. 649 LEC dispone que el acto de la subasta será presidido por el Secretario Judicial. Se dará principio
a este acto leyendo la relación de bienes, o en su caso, de los lotes de bienes y las condiciones de la subasta.
Acto seguido se iniciarán las pujas, por separado para cada uno de los bienes.
ArtÃ−culo 649. Desarrollo y terminación de la subasta.
1. El acto de la subasta, que será presidido por el Secretario Judicial, comenzará con la lectura de la
relación de bienes, o, en su caso, de los lotes de bienes y las condiciones especiales de la subasta. Cada lote
de bienes se subastará por separado.
2. El Secretario judicial anunciará el bien o lote de bienes que se subasta y las sucesivas posturas que se
produzcan. De existir medios técnicos y con el objeto de lograr la mejor realización, en el acto de la
subasta podrán realizarse pujas electrónicas bajo la dirección del Secretario judicial.
3. La subasta terminará con el anuncio de la mejor postura y el nombre de quien la haya formulado.
Terminada la subasta, se levantará acta de ella, expresando el nombre de quienes hubieran participado y
de las posturas que formularon.
Puede licitar en la subasta cualquier persona que haya efectuado el depósito previo exigido, siempre que
tenga capacidad para contratar y no se encuentre afectada por una inhibición legal de adquirir los bienes que
se subastan (art. 1459 CC). Cuando el licitador actúe mediante representante voluntario, necesario o legal,
deberá éste acreditar su representación para ser admitido a la subasta.
Las posturas pueden hacerse oralmente en el acto de la subasta o por escrito. Estas últimas deberán
entregarse en el Juzgado, en sobre cerrado, en cualquier momento desde el anuncio de la subasta hasta su
117
celebración, acompañando el resguardo del depósito previo. Los sobres serán abiertos por el Secretario
al inicio del acto de la subasta y las posturas que contengan se harán públicas con las demás, surtiendo los
mismos efectos que las que se realicen oralmente (art. 648 LEC).
ArtÃ−culo 648. Posturas por escrito.
Desde el anuncio de la subasta hasta su celebración, podrán hacerse posturas por escrito en sobre
cerrado y con las condiciones del artÃ−culo anterior.
Los sobres se conservarán cerrados por el Secretario Judicial y serán abiertos al inicio del acto de la
subasta. Las posturas que contengan se harán públicas con las demás, surtiendo los mismos efectos que
las que se realicen oralmente.
La subasta fracasa cuando no hay postores. Si se realizan posturas, se anuncian éstas y las mejoras que se
vayan haciendo, terminándose el acto cuando el Secretario lo estime conveniente por no haber quién
mejore la última postura. Acto continuo se anuncia al público la mejor postura y el nombre de quién la
haya formulado (art. 649. 2 y 3).El acto de la subasta se documenta en acta en la que se expresa el nombre de
quienes hubieran participado y de las posturas que formularon (art. 649.3, II).
2.6. Subasta desierta
Una subasta queda desierta cuando en ella no hay postores. Para este caso dispone la LEC que se dé al
ejecutante la oportunidad de pedir la adjudicación de los bienes por el 30%, si son muebles, o el 60% si son
inmuebles, con referencia siempre al valor asignado a los mismos efectos de ejecución.
ArtÃ−culo 651. Adjudicación de bienes al ejecutante.
Si en el acto de la subasta no hubiere ningún postor, podrá el acreedor pedir la adjudicación de los
bienes por el 30 % del valor de tasación, o por la cantidad que se le deba por todos los conceptos.
En ningún caso, ni aun cuando actúe como postor rematante, podrá el acreedor ejecutante adjudicarse
los bienes, ni ceder el remate o adjudicación a tercero, por cantidad inferior al 30 % del valor de tasación.
Cuando el acreedor, en el plazo de veinte dÃ−as, no hiciere uso de esta facultad, el Secretario judicial
procederá al alzamiento del embargo, a instancia del ejecutado.
La adjudicación podrá acordarse también por un importe inferior, siempre que cubra el total de lo que se
deba al ejecutante por principal o intereses y costas. Cuando el ejecutante no pida la adjudicación en esas
condiciones, para lo que dispone de un plazo de 20 dÃ−as, se procederá al alzamiento del embargo si asÃ−
lo solicita el ejecutado, ya que habiéndose demostrado que no hay nadie interesado en adquirir los bienes,
es inútil mantenerlos afectados a la ejecución (arts. 651 y 671).
ArtÃ−culo 671. Subasta de bienes inmuebles sin ningún postor.
Si en el acto de la subasta no hubiere ningún postor, podrá el acreedor pedir la adjudicación de los
bienes por cantidad igual o superior al 60% de su valor de tasación.
Cuando el acreedor, en el plazo de veinte dÃ−as, no hiciere uso de esa facultad, el Secretario judicial
procederá al alzamiento del embargo, a instancia del ejecutado.
2.7. Aprobación del remate y pago del precio
118
La aprobación del remate es una resolución judicial en forma de auto mediante la que se aprueba la
adjudicación del bien subastado al postor que haya realizado la mejor oferta en el acto de la subasta (Arts.
650.1 y 670.1). Cuando la mejor postura sea igual o superior al 50% del avalúo para bienes muebles o al
70% para inmuebles, el Secretario judicial mediante decreto, en el mismo dÃ−a o en el siguiente, aprobará
el remate en favor del mejor postor.
Las subastas per saltum son aquellas en las que los postores evitan la intervención de postores: uno puja
muy alto ahuyentando a los demás postores, y posteriormente se retira; entonces otro postor se adjudica el
bien por una cantidad mucho inferior.
ArtÃ−culo 650. Aprobación del remate. Pago. Adjudicación de bienes muebles.
1. Cuando la mejor postura sea igual o superior al 50% del avalúo, el Secretario judicial mediante decreto,
en el mismo dÃ−a o en el siguiente, aprobará el remate en favor del mejor postor. El rematante habrá de
consignar el importe de dicha postura, menos el del depósito, en el plazo de diez dÃ−as y, realizada esta
consignación, se le pondrá en posesión de los bienes.
2. Si fuera el ejecutante quien hiciese la mejor postura, igual o superior al 50% del avalúo, aprobado el
remate, se procederá por el Secretario Judicial a la liquidación de lo que se deba por principal e intereses,
y notificada esta liquidación, el ejecutante consignará la diferencia, si la hubiere, en el plazo de diez
dÃ−as, a resultas de la liquidación de costas.
3. Si sólo se hicieren posturas superiores al 50% del avalúo pero ofreciendo pagar a plazos con
garantÃ−as suficientes, bancarias o hipotecarias, del precio alzado, se harán saber al ejecutante, que, en
los cinco dÃ−as siguientes, podrá pedir la adjudicación de los bienes por el 50 % del avalúo. Si el
ejecutante no hiciere uso de este derecho, se aprobará el remate en favor de la mejor de aquellas posturas.
4. Cuando la mejor postura ofrecida en la subasta sea inferior al 50% del avalúo, podrá el ejecutado, en el
plazo de diez dÃ−as, presentar tercero que mejore la postura ofreciendo cantidad superior al 50% del valor
de tasación o que, aun inferior a dicho importe, resulte suficiente para lograr la completa satisfacción del
derecho del ejecutante.
Transcurrido el indicado plazo sin que el ejecutado realice lo previsto en el párrafo anterior, el ejecutante
podrá, en el plazo de cinco dÃ−as, pedir la adjudicación de los bienes por la mitad de su valor de
tasación o por la cantidad que se le deba por todos los conceptos, siempre que esta cantidad sea superior a
la mejor postura.
Cuando el ejecutante no haga uso de esta facultad, se aprobará el remate en favor del mejor postor,
siempre que la cantidad que haya ofrecido supere el 30 % del valor de tasación o, siendo inferior, cubra, al
menos, la cantidad por la que se haya despachado la ejecución, incluyendo la previsión para intereses y
costas. Si la mejor postura no cumpliera estos requisitos, el Secretario judicial responsable de la ejecución,
oÃ−das las partes, resolverá sobre la aprobación del remate a la vista de las circunstancias del caso y
teniendo en cuenta especialmente la conducta del deudor en relación con el cumplimiento de la obligación
por la que se procede, las posibilidades de lograr la satisfacción del acreedor mediante la realización de
otros bienes, el sacrificio patrimonial que la aprobación del remate suponga para el deudor y el beneficio
que de ella obtenga el acreedor. En este último caso, contra el decreto que apruebe el remate cabe recurso
directo de revisión ante el Tribunal que dictó la orden general de ejecución.
Cuando el Secretario judicial deniegue la aprobación del remate, se procederá con arreglo a lo dispuesto
en el artÃ−culo siguiente.
119
5. En cualquier momento anterior a la aprobación del remate o de la adjudicación al acreedor podrá el
deudor liberar sus bienes pagando Ã−ntegramente lo que se deba al ejecutante por principal, intereses y
costas.
6. Aprobado el remate y consignada, cuando proceda, en la cuenta de Depósitos y Consignaciones, la
diferencia entre lo depositado y el precio total del remate, se dictará decreto de adjudicación en el que se
exprese, en su caso, que se ha consignado el precio, asÃ− como las demás circunstancias necesarias para
la inscripción con arreglo a la legislación hipotecaria.
Al no estar el Juez presente en la subasta, el auto de aprobación del remate se dicta después de finalizada
aquella (en el mismo dÃ−a o en el siguiente) y a la vista del acta que la documenta. El Juez deberá verificar,
con arreglo a lo que resulte del acta extendida por el Secretario, que se han cumplido los requisitos legales
(capacidad y representación de los postores, depósito previo, etc.) y, si asÃ− fuera, resolverá sobre la
aprobación del remate a favor del mejor postor.
Si el Juez denegara, finalmente, la aprobación del remate, se estarÃ−a a lo dispuesto para el caso de subasta
desierta, es decir, el ejecutante tendrÃ−a una última oportunidad para adjudicarse los bienes por el 30% o el
50% según sean muebles o inmuebles, o por la cantidad inferior que cubra toda la deuda. Si no aprovecha
esta oportunidad, se alzará el embargo a petición del ejecutado.
ArtÃ−culo 670. Aprobación del remate. Pago. Adjudicación de los bienes inmuebles al acreedor.
1. Si la mejor postura fuera igual o superior al 70% del valor por el que el bien hubiere salido a subasta, el
Secretario judicial responsable de la ejecución, mediante decreto, el mismo dÃ−a o el dÃ−a siguiente,
aprobará el remate en favor del mejor postor. En el plazo de veinte dÃ−as, el rematante habrá de
consignar en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones la diferencia entre lo depositado y el precio total del
remate.
2. Si fuera el ejecutante quien hiciese la mejor postura igual o superior al 70% del valor por el que el bien
hubiere salido a subasta, aprobado el remate, se procederá por el Secretario Judicial a la liquidación de
lo que se deba por principal, intereses y costas y, notificada esta liquidación, el ejecutante consignará la
diferencia, si la hubiere.
3. Si sólo se hicieren posturas superiores al 70 % del valor por el que el bien hubiere salido a subasta, pero
ofreciendo pagar a plazos con garantÃ−as suficientes, bancarias o hipotecarias, del precio aplazado, se
harán saber al ejecutante quien, en los veinte dÃ−as siguientes, podrá pedir la adjudicación del inmueble
por el 70% del valor de salida. Si el ejecutante no hiciere uso de este derecho, se aprobará el remate en
favor de la mejor de aquellas posturas, con las condiciones de pago y garantÃ−as ofrecidas en la misma.
4. Cuando la mejor postura ofrecida en la subasta sea inferior al 70% del valor por el que el bien hubiere
salido a subasta, podrá el ejecutado, en el plazo de diez dÃ−as, presentar tercero que mejore la postura
ofreciendo cantidad superior al 70% del valor de tasación o que, aun inferior a dicho importe, resulte
suficiente para lograr la completa satisfacción del derecho del ejecutante.
Transcurrido el indicado plazo sin que el ejecutado realice lo previsto en el párrafo anterior, el ejecutante
podrá, en el plazo de cinco dÃ−as, pedir la adjudicación del inmueble por el 70 % de dicho valor o por la
cantidad que se le deba por todos los conceptos, siempre que esta cantidad sea superior al 60% de su valor
de tasación y a la mejor postura.
Cuando el ejecutante no haga uso de esta facultad, se aprobará el remate en favor del mejor postor,
siempre que la cantidad que haya ofrecido supere el 50 % del valor de tasación o, siendo inferior, cubra, al
menos, la cantidad por la que se haya despachado la ejecución, incluyendo la previsión para intereses y
120
costas. Si la mejor postura no cumpliera estos requisitos, el Secretario judicial responsable de la ejecución,
oÃ−das las partes, resolverá sobre la aprobación del remate a la vista de las circunstancias del caso y
teniendo en cuenta especialmente la conducta del deudor en relación con el cumplimiento de la obligación
por la que se procede, las posibilidades de lograr la satisfacción del acreedor mediante la realización de
otros bienes, el sacrificio patrimonial que la aprobación del remate suponga para el deudor y el beneficio
que de ella obtenga el acreedor. En este último caso, contra el decreto que apruebe el remate cabe recurso
directo de revisión ante el Tribunal que dictó la orden general de ejecución. Cuando el Secretario judicial
deniegue la aprobación del remate, se procederá con arreglo a lo dispuesto en el artÃ−culo siguiente.
5. Quien resulte adjudicatario del bien inmueble conforme a lo previsto en los apartados anteriores habrá
de aceptar la subsistencia de las cargas o gravámenes anteriores, si los hubiere y subrogarse en la
responsabilidad derivada de ellos.
6. Cuando se le reclame para constituir la hipoteca a que se refiere el número 12 del artÃ−culo 107 de la
Ley Hipotecaria, el Secretario judicial expedirá inmediatamente testimonio del decreto de aprobación del
remate, aun antes de haberse pagado el precio, haciendo constar la finalidad para la que se expide. La
solicitud suspenderá el plazo para pagar el precio del remate, que se reanudará una vez entregado el
testimonio al solicitante.
7. En cualquier momento anterior a la aprobación del remate o de la adjudicación al acreedor, podrá el
deudor liberar sus bienes pagando Ã−ntegramente lo que se deba al ejecutante por principal, intereses y
costas.
8. Aprobado el remate y consignado, cuando proceda, en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones, la
diferencia entre lo depositado y el precio total del remate, se dictará decreto de adjudicación en el que se
exprese, en su caso, que se ha consignado el precio, asÃ− como las demás circunstancias necesarias para
la inscripción con arreglo a la legislación hipotecaria.
Aprobado el remate, el rematante deberá ingresar el precio en la cuenta de depósitos y consignaciones del
Juzgado, en el plazo de 10 dÃ−as si el bien subastado fuera mueble o de 20 dÃ−as, si el bien fuera inmueble.
El importe que se debe ingresar es la diferencia entre el precio ofrecido en la subasta y el depósito previo.
Para el caso de que se apruebe el remate a favor del acreedor, éste no deberá ingresar ninguna cantidad
hasta que el Secretario Judicial haya efectuado la liquidación de la deuda por la que se sigue la ejecución.
Hecha la liquidación, se notifica al acreedor y sólo si el precio que haya ofrecido por el bien supera el
importe resultante de la liquidación de la deuda, deberá aquél ingresar la diferencia (arts. 650.2 y 670.2).
El acreedor que hubiera pujado en la subasta y en cuyo favor se hubiera aprobado el remate puede ceder
éste a un tercero. Para que el acreedor pueda aprovechar esta posibilidad es preciso que, al pujar en la
subasta, haya anunciado que lo hace reservándose la facultad de ceder el remate a un tercero (art. 647.3
LEC). El anuncio en la subasta de la intención de ceder el remate no libera al acreedor de su obligación de
pagar el precio en caso de convertirse en rematante y no encontrar, finalmente, cesionario.
2.8. Falta del pago del precio y quiebra de la subasta
El rematante que no paga el precio del remate en el plazo de que dispone para ello pierde su depósito y, si
con el importe de éste fuera suficiente para cubrir la deuda por principal e intereses y las costas de la
ejecución, ésta quedarÃ−a finalizada, con el curioso resultado de que el deudor verÃ−a extinguida su
obligación sin poner dinero y sin perder ningún bien de su patrimonio (art. 653.1 LEC).Cuando el
depósito del rematante incumplidor no basta para pagar al ejecutante y satisfacer las costas, se abren varias
posibilidades que se examinan a continuación.
ArtÃ−culo 653. Quiebra de la subasta.
121
1. Si ninguno de los rematantes a que se refiere el artÃ−culo anterior consignare el precio en el plazo
señalado o si por culpa de ellos dejare de tener efecto la venta, perderán el depósito que hubieran
efectuado y se procederá a nueva subasta, salvo que con los depósitos constituidos por aquellos
rematantes se pueda satisfacer el capital e intereses del crédito del ejecutante y las costas.
2. Los depósitos de los rematantes que provocaron la quiebra de la subasta se aplicarán por el Secretario
judicial a los fines de la ejecución, con arreglo a lo dispuesto en los artÃ−culos 654 y 672, pero el sobrante,
si lo hubiere, se entregará a los depositantes. Cuando los depósitos no alcancen a satisfacer el derecho del
ejecutante y las costas, se destinarán, en primer lugar, a satisfacer los gastos que origine la nueva subasta
y el resto se unirá a las sumas obtenidas en aquélla y se aplicará conforme a lo dispuesto en los
artÃ−culos 654 y 672. En este último caso, si hubiere sobrante, se entregará al ejecutado hasta completar
el precio ofrecido en la subasta y, en su caso, se le compensará de la disminución del precio que se haya
producido en el nuevo remate; sólo después de efectuada esta compensación, se devolverá lo que
quedare a los depositantes.
3. Cuando el rematante que hubiera hecho la designación a que se refiere el apartado segundo del
artÃ−culo anterior deje transcurrir el plazo señalado para el pago del precio del remate sin efectuarlo, la
persona designada para recibir la devolución del depósito podrá solicitar que el decreto de aprobación
del remate se dicte en su favor, consignando simultáneamente la diferencia entre lo depositado y el precio
del remate, para lo que dispondrá del mismo plazo concedido al rematante para efectuar el pago, que se
contará desde la expiración de éste.
• Aprobación sucesiva del remate a favor de los postores con depósito retenido: aprobado el remate,
se devolverán las cantidades depositadas por los postores excepto la que corresponda al mejor postor, la
cual se reservará en depósito como garantÃ−a del cumplimiento de su obligación, y, en su caso, como
parte del precio de la venta. Sin embargo, si los demás postores lo solicitan, también se mantendrán a
disposición del tribunal las cantidades depositadas por ellos, para que, si el rematante no entregare en
plazo el resto del precio, pueda aprobarse el remate en favor de los que le sigan, por el orden de sus
respectivas posturas.
• Quiebra de la subasta: si ninguno de los rematantes consignare el precio en el plazo señalado o si por
culpa de ellos dejare de tener efecto la venta, perderán el depósito que hubieran efectuado y se
procederá a nueva subasta, salvo que con los depósitos constituidos por aquellos rematantes se pueda
satisfacer el capital e intereses del crédito del ejecutante y las costas.
• Bienes Inmuebles: cuando la mejor postura ofrecida en la subasta sea inferior al 70% del valor por el
que el bien hubiere salido a subasta:
• Podrá el ejecutado, en el plazo de 10 dÃ−as, presentar tercero que mejore la postura ofreciendo:
◊ cantidad superior al 70% del valor de tasación
◊ cantidad inferior al 70% del valor de tasación que resulte suficiente para lograr la
completa satisfacción del derecho del ejecutante
• Transcurrido el indicado plazo sin que el ejecutado realice lo previsto en el párrafo anterior, el ejecutante
podrá, en el plazo de 5 dÃ−as, pedir la adjudicación del inmueble por:
◊ el 70% de dicho valor de tasación
◊ por la cantidad que se le deba por todos los conceptos, siempre que esta cantidad sea
superior al 60% de su valor de tasación y a la mejor postura
• Cuando el ejecutante no haga uso de esta facultad, se aprobará el remate en favor del mejor postor,
siempre que:
122
• la cantidad que haya ofrecido supere el 50% del valor de tasación
• la cantidad que haya ofrecido no supere el 50% del valor de tasación, pero cubra, al menos, la
cantidad por la que se haya despachado la ejecución, incluyendo la previsión para intereses y
costas.
• Si la mejor postura no cumpliera estos requisitos, el Secretario judicial responsable de la ejecución,
oÃ−das las partes, resolverá sobre la aprobación del remate a la vista de las circunstancias del caso y
teniendo en cuenta especialmente la conducta del deudor en relación con el cumplimiento de la
obligación por la que se procede, las posibilidades de lograr la satisfacción del acreedor mediante la
realización de otros bienes, el sacrificio patrimonial que la aprobación del remate suponga para el deudor
y el beneficio que de ella obtenga el acreedor. En este último caso, contra el decreto que apruebe el remate
cabe recurso directo de revisión ante el Tribunal que dictó la orden general de ejecución.
La hipoteca no puede ser cancelada por el Secretario Judicial, sino por Carta de Pago, salvo que sea una
hipoteca hipotecaria.
• Bienes muebles: cuando la mejor postura ofrecida en la subasta sea inferior al 50% del avalúo:
• Podrá el ejecutado, en el plazo de 10 dÃ−as, presentar tercero que mejore la postura ofreciendo cantidad
superior al 50% del valor de tasación o que, aun inferior a dicho importe, resulte suficiente para lograr
la completa satisfacción del derecho del ejecutante.
• Transcurrido el indicado plazo sin que el ejecutado realice lo previsto en el párrafo anterior, el ejecutante
podrá, en el plazo de 5 dÃ−as, pedir la adjudicación de los bienes por la mitad de su valor de tasación
o por la cantidad que se le deba por todos los conceptos, siempre que esta cantidad sea superior a la mejor
postura.
• Cuando el ejecutante no haga uso de esta facultad, se aprobará el remate en favor del mejor postor,
siempre que la cantidad que haya ofrecido supere el 30% del valor de tasación o, siendo inferior, cubra,
al menos, la cantidad por la que se haya despachado la ejecución, incluyendo la previsión para intereses
y costas.
• Si la mejor postura no cumpliera estos requisitos, el Secretario judicial responsable de la ejecución,
oÃ−das las partes, resolverá sobre la aprobación del remate a la vista de las circunstancias del caso y
teniendo en cuenta especialmente la conducta del deudor en relación con el cumplimiento de la
obligación por la que se procede, las posibilidades de lograr la satisfacción del acreedor mediante la
realización de otros bienes, el sacrificio patrimonial que la aprobación del remate suponga para el deudor
y el beneficio que de ella obtenga el acreedor. En este último caso, contra el decreto que apruebe el remate
cabe recurso directo de revisión ante el Tribunal que dictó la orden general de ejecución.
TEMA 65.- LA EJECUCIÃ N NO DINERARIA
Generalidades: A) Ejecución en forma especÃ−fica y ejecución no dineraria; B) Reglas comunes a toda
ejecución no dineraria.- 2. Ejecución por deberes de entregar cosas: A) Entrega de cosas genéricas o
indeterminadas; B) Entrega de bien mueble determinado; C) Entrega de bien inmueble.- 3. Ejecución por
deberes de hacer: A) Hacer no personalÃ−simo o fungible; B) Emisión de una declaración de voluntad; C)
Hacer personalÃ−simo o infungible.- Ejecución por condenas de no hacer.
1. EJECUCIÃ N NO DINERARIA
Dentro de los procesos de ejecución, comunes y singulares, cabe diferenciar:
• Aquéllos que tienen por objeto la entrega de una determinada cantidad de dinero, embargando o
enajenando bienes del deudor (ejecución expropiativa);
• Los que persiguen la entrega al acreedor ejecutante de una cosa determinada (ejecución satisfactiva);
123
• Los que pretenden obtener el cumplimiento de una obligación de hacer, no hacer u omitir (ejecución
transformativa).
Con carácter general, cuando el tÃ−tulo ejecutivo judicial (el tÃ−tulo ejecutivo extrajudicial siempre es
dinerario y superior a 300 euros) contuviere condena u obligación de hacer o no hacer o de entregar cosa
distinta a una cantidad de dinero, en el auto por el que se despache ejecución se requerirá al ejecutado para
que, dentro del plazo que el tribunal estime adecuado, cumpla en sus propios términos lo que establezca el
tÃ−tulo ejecutivo.
ArtÃ−culo 699. Despacho de la ejecución.
Cuando el tÃ−tulo ejecutivo contuviere condena u obligación de hacer o no hacer o de entregar cosa
distinta a una cantidad de dinero, en el auto por el que se despache ejecución se requerirá al ejecutado
para que, dentro del plazo que el tribunal estime adecuado, cumpla en sus propios términos lo que
establezca el tÃ−tulo ejecutivo.
En el requerimiento, el tribunal podrá apercibir al ejecutado con el empleo de apremios personales o
multas pecuniarias.
La LEC obliga a ejecutar las resoluciones en sus propios términos, de modo que una obligación no
dineraria puede terminar convirtiéndose en una obligación dineraria. El tribunal podrá apercibir al
ejecutado con el empleo de apremios personales o multas pecuniarias para asegurar el cumplimiento de la
obligación.
El auto por el que se despacha la ejecución no dineraria es un requerimiento judicial (orden general de
ejecución) de dar, hacer o no hacer. Es la primera actuación.
Por otra parte, el art. 700 LEC permite que el Secretario Judicial pueda acordar las medidas de garantÃ−a que
resulten adecuadas para asegurar la efectividad de la condena, siempre que se cumplan dos requisitos:
• No pueda procederse al inmediato cumplimiento del requerimiento
• Sean solicitadas expresamente por el ejecutante
ArtÃ−culo 700. Embargo de garantÃ−a y caución sustitutoria.
Si el requerimiento para hacer, no hacer o entregar cosa distinta de una cantidad de dinero no pudiere tener
inmediato cumplimiento, el Secretario judicial, a instancia del ejecutante, podrá acordar las medidas de
garantÃ−a que resulten adecuadas para asegurar la efectividad de la condena.
Se acordará, en todo caso, cuando el ejecutante lo solicite, el embargo de bienes del ejecutado en cantidad
suficiente para asegurar el pago de las eventuales indemnizaciones sustitutorias y las costas de la
ejecución. Contra este decreto cabe recurso directo de revisión sin efecto suspensivo ante el Tribunal que
dictó la orden general de ejecución.
El embargo se alzará si el ejecutado presta caución en cuantÃ−a suficiente fijada por el Secretario
judicial al acordar el embargo, en cualquiera de las formas previstas en el párrafo segundo del apartado 3
del artÃ−culo 529.
2. EJECUCIÃ N NO DINERARIA
2.1. Entrega de cosas genéricas o indeterminadas (Art. 702 LEC)
En caso de que el ejecutado no entregue las cosas en el plazo establecido, el ejecutante podrá instar:
124
• Que se le ponga en posesión de las cosas debidas, por medio de:
• Búsqueda de esos bienes
• Entrada acordad por el juez (de instrucción o contencioso-administrativo, nunca por el juez de
primera instancia)) en un local determinado
• Interrogatorio al ejecutado
• Que se le faculte para que las adquiera a costa del ejecutado ordenando, al mismo tiempo, el embargo de
bienes suficientes para pagar la adquisición, de la que el ejecutante dará cuenta justificada.
ArtÃ−culo 702. Entrega de cosas genéricas o indeterminadas.
1. Si el tÃ−tulo ejecutivo se refiere a la entrega de cosas genéricas o indeterminadas, que pueden ser
adquiridas en los mercados y, pasado el plazo, no se hubiese cumplido el requerimiento, el ejecutante
podrá instar del Secretario judicial que le ponga en posesión de las cosas debidas o que se le faculte para
que las adquiera, a costa del ejecutado, ordenando, al mismo tiempo, el embargo de bienes suficientes para
pagar la adquisición, de la que el ejecutante dará cuenta justificada.
2. Si el ejecutante manifestara que la adquisición tardÃ−a de las cosas genéricas o indeterminadas con
arreglo al apartado anterior no satisface ya su interés legÃ−timo, se determinará el equivalente
pecuniario, con los daños y perjuicios que hubieran podido causarse al ejecutante, que se liquidarán con
arreglo a los artÃ−culo 712 y siguientes.
2.2. Entrega de cosa mueble determinada (art. 701 LEC)
La ejecución se dirige a un bien concreto, partiendo de la base de que ha habido un requerimiento previo.
Pueden darse varias posibilidades:
• Si la cosa se encuentra en poder del ejecutado y se conoce el lugar donde se encuentra, el tribunal
pondrá al ejecutante en posesión de la cosa debida, empleando para ello los apremios que crea precisos,
ordenando la entrada en lugares cerrados y auxiliándose de la fuerza pública, sÃ− fuere necesario
• Si se ignorase el lugar en que la cosa se encuentra o si no se encontrara al buscarla en el sitio en que
debiera hallarse, el tribunal podrá abrir diligencias de investigación e interrogar al ejecutado o a terceros
(por el Secretario Judicial), con apercibimiento de incurrir en desobediencia (el delito de desobediencia
genera antecedentes penales, pero generalmente no se incoa), para que digan si la cosa está o no en su
poder y si saben dónde se encuentra.
• Si, habiéndose procedido según lo dispuesto en los apartados anteriores no pudiere ser habida la cosa, el
tribunal ordenará mediante providencia y a instancia del ejecutante, que la falta de entrega de la cosa o
cosas debidas se sustituya por una justa compensación pecuniaria, lo cual desemboca en una
compensación dineraria (con sus largos trámites).
ArtÃ−culo 701. Entrega de cosa mueble determinada.
1. Cuando del tÃ−tulo ejecutivo se desprenda el deber de entregar cosa mueble cierta y determinada y el
ejecutado no lleve a cabo la entrega dentro del plazo que se le haya concedido, el Secretario judicial
responsable de la ejecución pondrá al ejecutante en posesión de la cosa debida, empleando para ello los
apremios que crea precisos. Si fuera necesario proceder a la entrada en lugares cerrados recabará la
autorización del Tribunal que hubiera ordenado la ejecución, pudiéndose auxiliar de la fuerza pública,
si fuere preciso.
125
Cuando se trate de bienes muebles sujetos a un régimen de publicidad registral similar al inmobiliario, se
dispondrá también lo necesario para adecuar el Registro de que se trate al tÃ−tulo ejecutivo.
2. Si se ignorase el lugar en que la cosa se encuentra o si no se encontrara al buscarla en el sitio en que
debiera hallarse, el Secretario judicial interrogará al ejecutado o a terceros, con apercibimiento de incurrir
en desobediencia, para que digan si la cosa está o no en su poder y si saben dónde se encuentra.
3. Cuando, habiéndose procedido según lo dispuesto en los apartados anteriores, no pudiere ser habida
la cosa, ordenará el tribunal, mediante providencia, a instancia del ejecutante, que la falta de entrega de la
cosa o cosas debidas se sustituya por una justa compensación pecuniaria, que se establecerá con arreglo a
los artÃ−culos 712 y siguientes.
2.3. Entrega de bienes inmuebles
El Secretario Judicial realiza un requerimiento de desalojo voluntario. Cuando el inmueble cuya posesión se
deba entregar sea vivienda habitual del ejecutado o de quienes de él dependan, el Secretario judicial les
dará un plazo de 1 mes para desalojarlo. De existir motivo fundado, podrá prorrogarse dicho plazo un
mes más. El desahucio por falta de pago no se realiza a través de este procedimiento.
ArtÃ−culo 704. Ocupantes de inmuebles que deban entregarse.
1. Cuando el inmueble cuya posesión se deba entregar fuera vivienda habitual del ejecutado o de quienes de
él dependan, el Secretario judicial les dará un plazo de un mes para desalojarlo. De existir motivo
fundado, podrá prorrogarse dicho plazo un mes más. Transcurridos los plazos señalados, se procederá
de inmediato al lanzamiento, fijándose la fecha de éste en la resolución inicial o en la que acuerde la
prórroga.
2. Si el inmueble a cuya entrega obliga el tÃ−tulo ejecutivo estuviera ocupado por terceras personas
distintas del ejecutado y de quienes con él compartan la utilización de aquél, el Secretario judicial
responsable de la ejecución, tan pronto como conozca su existencia, les notificará el despacho de la
ejecución o la pendencia de ésta, para que, en el plazo de diez dÃ−as, presenten los tÃ−tulos que
justifiquen su situación.
El ejecutante podrá pedir al tribunal el lanzamiento de quienes considere ocupantes de mero hecho o sin
tÃ−tulo suficiente. De esta petición se dará traslado a las personas designadas por el ejecutante,
prosiguiendo las actuaciones conforme a lo previsto en los apartados 3 y 4 del artÃ−culo 675.
Si en el inmueble que haya de entregarse hubiere cosas que no sean objeto del tÃ−tulo, el Secretario judicial
requerirá al ejecutado para que las retire dentro del plazo que señale. Si no las retirare, se considerarán
bienes abandonados a todos los efectos.
Cuando en el acto del lanzamiento existan en el inmueble cosas no separables propiedad del ejecutado, éste
podrá exigir una compensación económica por su valor, en el plazo de 5 dÃ−as a partir del desalojo.
El ejecutante puede reclamar la retención y constitución en depósito de bienes suficientes del posible
responsable, para responder de los daños y perjuicios causados al inmueble. El juzgado podrá personarse
en el inmueble para levantar un acta de desperfectos (a instancia del ejecutante).
ArtÃ−culo 703. Entrega de bienes inmuebles.
1. Si el tÃ−tulo dispusiere la transmisión o entrega de un bien inmueble, una vez dictado el auto
autorizando y despachando la ejecución, el Secretario judicial responsable de la misma ordenará de
126
inmediato lo que proceda según el contenido de la condena y, en su caso, dispondrá lo necesario para
adecuar el Registro al tÃ−tulo ejecutivo.
Si en el inmueble que haya de entregarse hubiere cosas que no sean objeto del tÃ−tulo, el Secretario judicial
requerirá al ejecutado para que las retire dentro del plazo que señale. Si no las retirare, se considerarán
bienes abandonados a todos los efectos.
2. Cuando en el acto del lanzamiento se reivindique por el que desaloje la finca la titularidad de cosas no
separables, de consistir en plantaciones o instalaciones estrictamente necesarias para la utilización
ordinaria del inmueble, se resolverá en la ejecución sobre la obligación de abono de su valor, de instarlo
los interesados en el plazo de cinco dÃ−as a partir del desalojo.
3. De hacerse constar en el lanzamiento la existencia de desperfectos en el inmueble originados por el
ejecutado o los ocupantes, se podrá acordar la retención y constitución en depósito de bienes suficientes
del posible responsable, para responder de los daños y perjuicios causados, que se liquidarán, en su caso
y a petición del ejecutante, de conformidad con lo previsto en los artÃ−culos 712 y siguientes.
4. Si con anterioridad a la fecha fijada para el lanzamiento, en caso de que el tÃ−tulo consista en una
sentencia dictada en un juicio de desahucio de finca urbana, se entregare la posesión efectiva al
demandante, acreditándolo el arrendador ante el Secretario judicial encargado de la ejecución, se
dictará decreto declarando ejecutada la sentencia y cancelando la diligencia, a no ser que el demandante
interese su mantenimiento para que se levante acta del estado en que se encuentre la finca.
3. EJECUCIÃ N POR DEBERES DE HACER
3.1. Ejecución por deberes de hacer no personalÃ−simo o fungible
El demandado es requerido por auto para que cumpla la sentencia, pero no lo hace. En este caso, el ejecutado
podrá manifestar al tribunal, dentro del plazo que se le haya concedido para cumplir el requerimiento, los
motivos por los que se niega a hacer lo que el tÃ−tulo dispone y alegar lo que tenga por conveniente sobre el
carácter personalÃ−simo o no personalÃ−simo de la prestación debida, resolviendo el tribunal lo que
proceda por medio de auto.
Una vez transcurrido el plazo sin alegación del ejecutado, o habiéndose declarado la prestación
personalÃ−sima por el tribunal, el ejecutante, si el tÃ−tulo ejecutivo no contiene una disposición expresa
para el caso de incumplimiento del deudor, podrá optar entre:
• Resarcimiento de daños y perjuicios: pedir que la ejecución siga adelante para entregar a aquél un
equivalente pecuniario de la prestación de hacer, en cuyo caso, se transforma en ejecución dineraria.
• Sustituir al deudor por un tercero que cumpla la sentencia a cargo del ejecutado.
3.2. Ejecución por declaración de voluntad
El art. 708 LEC establece una serie de reglas para el supuesto en que el ejecutado no hubiera cumplido en el
plazo de veinte dÃ−as, teniendo en cuenta el grado de determinación del negocio al que se refiera la
declaración de voluntad:
• Si estuviesen predeterminados los elementos esenciales del negocio, el tribunal, por medio de auto,
resolverá tener por emitida la declaración de voluntad. Además, emitida la declaración, el ejecutante
podrá pedir que se libre, con testimonio del auto, mandamiento de anotación o inscripción en el
Registro o Registros que correspondan.
• Si no estuviesen predeterminados algunos elementos no esenciales del negocio o contrato sobre el que deba
recaer la declaración de voluntad, el tribunal, oÃ−das las partes, los determinará en la propia resolución
127
en que tenga por emitida la declaración, conforme a lo que sea usual en el mercado o en el tráfico
jurÃ−dico.
• Si la indeterminación afectase a elementos esenciales del negocio o contrato sobre el que debiere recaer la
declaración de voluntad y no se emitiere por el condenado, procederá la ejecución por los daños y
perjuicios causados al ejecutante.
3.3. Ejecución por deberes de hacer personalÃ−simo o infungible
En este caso, el ejecutado podrá manifestar al tribunal, dentro del plazo que se le haya concedido para
cumplir el requerimiento, los motivos por los que se niega a hacer lo que el tÃ−tulo dispone y alegar lo que
tenga por conveniente sobre el carácter personalÃ−simo o no personalÃ−simo de la prestación debida,
resolviendo el tribunal lo que proceda por medio de auto.
Una vez transcurrido el plazo sin alegación del ejecutado, o habiéndose declarado la prestación
personalÃ−sima por el tribunal, el ejecutante, si el tÃ−tulo ejecutivo no contiene una disposición expresa
para el caso de incumplimiento del deudor, podrá optar entre:
• Pedir que la ejecución siga adelante para entregar a aquél un equivalente pecuniario de la prestación
de hacer, en cuyo caso, en la misma resolución que asÃ− lo acuerde se impondrá al ejecutado una única
multa, que podrá ascender al 50 por 100 del valor de la prestación, calculado conforme a lo establecido
en el art. 711 LEC.
• Solicitar que se apremie al ejecutado con una multa por cada mes que transcurra desde la finalización del
plazo sin llevar a cabo la prestación, en cuyo supuesto se reiterarán trimestralmente los requerimientos,
hasta que se cumpla un año desde el primero. Si, al cabo del año, el ejecutado continuare rehusando
hacer lo que dispusiese el tÃ−tulo, proseguirá la ejecución para entregar al ejecutante un equivalente
pecuniario de la prestación o para la adopción de cualesquiera otras medidas que resulten idóneas para
la satisfacción del ejecutante y que, a petición de éste y oÃ−do el ejecutado, podrá acordar el
tribunal. El importe de las multas podrá ascender al 20 por 100 del valor de la prestación, calculado
según lo dispuesto en el art. 711 LEC.
Siempre que se reclaman daños y perjuicios, éstos han de ser peritados y el proceso deriva a una
ejecución dineraria.
Si el condenado a no hacer alguna cosa quebrantare la sentencia, se le requerirá, a instancia del ejecutante, y
cuantas veces incumpla la condena, para que deshaga lo mal hecho si fuere posible, indemnice los daños y
perjuicios causados y, en su caso, se abstenga de reiterar el quebrantamiento, con apercibimiento de incurrir
en el delito de desobediencia a la autoridad judicial. A estos efectos se intimará al ejecutado con la
imposición de multas de hasta el 20 por 100 del coste dinerario que en el mercado se atribuya a su conducta
por cada mes que transcurra sin deshacerlo.
TEMA 67.- LA EJECUCIÃ N PROVISIONAL
1. Concepto y caracterÃ−sticas generales.- 2. Presupuestos de la ejecución provisional: A) Resoluciones
susceptibles de ejecución provisional; B) Competencia; C) Legitimación.- 3. Solicitud de ejecución
provisional: Momento procesal.- 4. Despacho de la ejecución provisional.- 5. Oposición a la ejecución
provisional y a actuaciones ejecutivas concretas: A) Motivos de oposición: a) Motivos comunes a toda
oposición; b) Motivos relativos a la oposición a la ejecución provisional de condenas no dinerarias; c)
Motivos relativos a la oposición a actuaciones ejecutivas concretas de condenas dinerarias; B) Procedimiento
de la oposición a la ejecución provisional: a) Escrito de oposición. Plazo; b) Alegaciones de las demás
partes. Posible caución del ejecutante en caso de condenas no dinerarias; c) Decisión sobre el incidente de
oposición.- 6. Suspensión de la ejecución provisional en caso de condenas dinerarias.- 7. Confirmación o
revocación de la sentencia provisionalmente ejecutada: A) Revocación de condenas dinerarias; B)
Revocación de condenas no dinerarias.
128
1. CONCEPTO Y CARACTERÃ STICAS GENERALES
Ejecución provisional es la ejecución forzosa de una resolución judicial que no ha adquirido firmeza.
Todas las sentencias de primera o segunda instancia que contengan pronunciamientos de condena son ex lege
provisionalmente ejecutables, salvo las expresas excepciones previstas en la LEC. Despachada la ejecución
provisional, es el ejecutado el que tiene la carga de oponerse a la misma, variando el fundamento y finalidad
de esta oposición en función de que la condena sea dineraria o no dineraria.
La legitimación para instar la ejecución provisional se reconoce sin restricciones a quien haya obtenido un
pronunciamiento a su favor en la sentencia, con independencia de si la ha recurrido o no. Y lo más
importante, la ejecución provisional de las sentencias de condena no exige que el solicitante preste
caución para responder de lo obtenido, de los daños y perjuicios causados y de las costas, para el caso de
revocación de la sentencia.
2. PRESUPUESTOS DE LA EJECUCIÃ N PROVISIONAL
2.1. Resoluciones susceptibles de ejecución provisional
Susceptibles de ejecución provisional son las sentencias de condena, que no sean firmes. Ahora bien, no
son susceptibles de ejecución provisional (art. 525 LEC):
• Las sentencias dictadas en los procesos sobre paternidad, maternidad, filiación, nulidad de matrimonio,
separación y divorcio, capacidad y estado civil y derechos honorÃ−ficos, salvo los pronunciamientos que
regulen las obligaciones y relaciones patrimoniales relacionadas con lo que sea objeto principal del proceso.
• Las sentencias de divorcio, puesto que es libre.
• Las sentencias de condena de valor inferior a 300 euros.
• Las sentencias que condenen a emitir una declaración de voluntad (elevar a documento público).
• Las sentencias que declaren la nulidad o caducidad de tÃ−tulos de propiedad industrial.
• Sentencias que establezcan indemnizaciones por vulneración de derechos privados (honor, intimidad e
imagen).
ArtÃ−culo 525. Sentencias no provisionalmente ejecutables.
1. No serán en ningún caso susceptibles de ejecución provisional:
• Las sentencias dictadas en los procesos sobre paternidad, maternidad, filiación, nulidad de matrimonio,
separación y divorcio, capacidad y estado civil y derechos honorÃ−ficos, salvo los pronunciamientos que
regulen las obligaciones y relaciones patrimoniales relacionadas con lo que sea objeto principal del
proceso.
• Las sentencias que condenen a emitir una declaración de voluntad.
• Las sentencias que declaren la nulidad o caducidad de tÃ−tulos de propiedad industrial.
2. Tampoco procederá la ejecución provisional de las sentencias extranjeras no firmes, salvo que
expresamente se disponga lo contrario en los Tratados internacionales vigentes en España.
3. No procederá la ejecución provisional de los pronunciamientos de carácter indemnizatorio de las
sentencias que declaren la vulneración de los derechos al honor, a la intimidad personal y familiar y a la
propia imagen.
Los pronunciamientos sobre costas son condenatorios, por lo que sÃ− pueden ejecutarse provisionalmente.
2.2. Competencia
129
El órgano competente para conocer de la ejecución provisional es en todo caso el tribunal que hubiere
conocido del proceso en primera instancia, con independencia de que la sentencia provisionalmente
ejecutable sea la dictada en primera instancia o sea la dictada en segunda instancia (nunca ejecutan ni la
Audiencia Provincial ni el Tribunal Supremo)
2.3. Legitimación
El art. 526 LEC reconoce legitimación para instar la ejecución provisional a quien haya obtenido un
pronunciamiento a su favor en sentencia de condena. Dicho pronunciamiento tiene que haber sido apelado.
La ejecución provisional siempre ha de iniciarse a instancia de parte, en cualquier momento mientras esté
vigente el recurso (hasta que no haya recurso no es posible solicitar la la ejecución provisional, sino la
definitiva).
3. SOLICITUD DE EJECUCIÃ N PROVISIONAL: MOMENTO PROCESAL
La ejecución provisional sólo puede despacharse a instancia de parte legitimada, que habrá de presentar su
solicitud ante el tribunal competente. Dicha solicitud habrá de adoptar la forma de demanda (524.1 LEC) y
solicitar expresamente la ejecución provisional de la sentencia de condena. Dicha demanda deberá
acomodarse a los requisitos que para toda demanda ejecutiva establece el art. 549 LEC, y deberá
acompañarse, cuando sean preceptivos, de los documentos señalados en el art. 550 LEC.
ArtÃ−culo 524. Ejecución provisional: demanda y contenido.
1. La ejecución provisional se instará por demanda o simple solicitud, según lo dispuesto en el artÃ−culo
549 de la presente Ley.
2. La ejecución provisional de sentencias de condena, que no sean firmes, se despachará y llevará a
cabo, del mismo modo que la ejecución ordinaria, por el tribunal competente para la primera instancia.
3. En la ejecución provisional de las sentencias de condena, las partes dispondrán de los mismos derechos
y facultades procesales que en la ordinaria.
4. Mientras no sean firmes, o aun siéndolo, no hayan transcurrido los plazos indicados por esta Ley para
ejercitar la acción de rescisión de la sentencia dictada en rebeldÃ−a, sólo procederá la anotación
preventiva de las sentencias que dispongan o permitan la inscripción o la cancelación de asientos en
Registros públicos.
5. La ejecución provisional de las sentencias en las que se tutelen derechos fundamentales tendrá
carácter preferente.
No existe la fase de preparación del recurso (5 dÃ−as), sino que la ejecución provisional puede solicitarse
en cualquier momento desde la notificación de la resolución que tenga por preparado el recurso devolutivo
(apelación, extraordinario por infracción procesal o casación) y siempre antes de que haya recaÃ−do
sentencia en dicho recurso (arts. 527.1 y 535.2 LEC). La ejecución provisional de las sentencias en las que se
tutelen derechos fundamentales, tendrá carácter preferente (art. 524.5 LEC).
La ejecución provisional no exige caución, puesto que ya existe una sentencia de condena; pero las medidas
cautelares sÃ−.
4. DESPACHO DE LA EJECUCIÃ N PROVISIONAL
130
Según el art. 527.3 LEC, solicitada la ejecución provisional, el tribunal la despachará salvo que:
• se trate de sentencia comprendida en el art. 525,
• no contuviere pronunciamiento de condena a favor del solicitante.
ArtÃ−culo 527. Solicitud de ejecución provisional, despacho de ésta y recursos.
1. La ejecución provisional podrá pedirse en cualquier momento desde la notificación de la resolución
en que se tenga por interpuesto el recurso de apelación, o en su caso, desde el traslado a la parte apelante
del escrito del apelado adhiriéndose al recurso, y siempre antes de que haya recaÃ−do sentencia en
éste.
2. Cuando se solicite la ejecución provisional después de haberse remitido los autos al Tribunal
competente para resolver la apelación, el solicitante deberá obtener previamente de éste testimonio de
lo que sea necesario para la ejecución y acompañar dicho testimonio a la solicitud.
Si la ejecución provisional se hubiere solicitado antes de la remisión de los autos a que se refiere el
párrafo anterior, el Secretario judicial expedirá el testimonio antes de hacer la remisión.
3. Solicitada la ejecución provisional, el tribunal la despachará salvo que se tratare de sentencia
comprendida en el artÃ−culo 525 o que no contuviere pronunciamiento de condena en favor del solicitante.
4. Contra el auto que deniegue la ejecución provisional se dará recurso de apelación, que se tramitará y
resolverá con carácter preferente. Contra el auto que despache la ejecución provisional no se dará
recurso alguno, sin perjuicio de la oposición que pueda formular el ejecutado conforme a lo dispuesto en el
artÃ−culo siguiente.
Debe entenderse que el tribunal también puede denegar el despacho de la ejecución si falta cualquier otro
presupuesto de la misma. En caso de que se trate de un defecto subsanable, el tribunal debe permitir la
subsanación antes de denegar el despacho de la ejecución. Contra el auto:
• Que deniegue la ejecución provisional: se dará recurso de apelación, que se tramitará y
resolverá con carácter preferente.
• Que despache la ejecución provisional: no se dará recurso alguno, sin perjuicio de la oposición
que pueda formular el ejecutado conforme a lo dispuesto en el artÃ−culo siguiente” (art. 527.4 LEC).
5. OPOSICIÃ N A LA EJECUCIÃ N PROVISIONAL Y A ACTUACIONES EJECUTIVAS
CONCRETAS
Despachada la ejecución provisional, la misma se llevará a cabo del mismo modo que una ejecución
ordinaria o definitiva, y las partes dispondrán de los mismos derechos y facultades procesales que en una
ejecución definitiva (arts. 524.2 y 3 LEC). El Secretario Judicial dará traslado del auto al ejecutado, para
que pueda oponerse en el plazo de 5 dÃ−as.
ArtÃ−culo 528. Oposición a la ejecución provisional y a actuaciones ejecutivas concretas.
1. El ejecutado sólo podrá oponerse a la ejecución provisional una vez que ésta haya sido despachada.
2. La oposición a la ejecución provisional podrá fundarse únicamente, y sin perjuicio de lo establecido
en el apartado 4 de este artÃ−culo, en las siguientes causas:
131
• En todo caso, haberse despachado la ejecución provisional con infracción del artÃ−culo anterior.
• Si la sentencia fuese de condena no dineraria, resultar imposible o de extrema dificultad, atendida la
naturaleza de las actuaciones ejecutivas, restaurar la situación anterior a la ejecución provisional o
compensar económicamente al ejecutado mediante el resarcimiento de los daños y perjuicios que se le
causaren, si aquella sentencia fuese revocada.
3. Si la sentencia fuese de condena dineraria, el ejecutado no podrá oponerse a la ejecución provisional,
sino únicamente a actuaciones ejecutivas concretas del procedimiento de apremio, cuando entienda que
dichas actuaciones causaren una situación absolutamente imposible de restaurar o de compensar
económicamente mediante el resarcimiento de daños y perjuicios.
Al formular esta oposición a medidas ejecutivas concretas, el ejecutado habrá de indicar otras medidas o
actuaciones ejecutivas que sean posibles y no provoquen situaciones similares a las que causarÃ−a, a su
juicio, la actuación o medida a la que se opone, asÃ− como ofrecer caución suficiente para responder de
la demora en la ejecución, si las medidas alternativas no fuesen aceptadas por el tribunal y el
pronunciamiento de condena dineraria resultare posteriormente confirmado.
Si el ejecutado no indicara medidas alternativas ni ofreciese prestar caución, no procederá en ningún
caso la oposición a la ejecución y asÃ− se decretará de inmediato por el Secretario judicial. Contra
dicho decreto cabrá recurso directo de revisión que no producirá efectos suspensivos.
4. Además de las causas citadas en los apartados que preceden, la oposición podrá estar fundada en el
pago o cumplimiento de lo ordenado en la sentencia, que habrá de justificarse documentalmente, asÃ−
como en la existencia de pactos o transacciones que se hubieran convenido y documentado en el proceso
para evitar la ejecución provisional. Estas causas de oposición se tramitarán conforme a lo dispuesto
para la ejecución ordinaria o definitiva.
El auto que decide la oposición puede estimarla, alzando entonces los embargos realizados.
5.1. Motivos de oposición
La oposición del ejecutado a la ejecución provisional sólo puede fundarse en alguno o algunos de los
motivos siguientes:
• Motivos comunes a toda oposición: el ejecutado puede alegar cualquier infracción de las normas sobre
solicitud y despacho de la ejecución provisional.
• Motivos relativos a la oposición a la ejecución provisional de condenas no dinerarias: si la sentencia
fuese de condena no dineraria, la oposición puede basarse en dos fundamentos (art. 528.2.2º LEC):
• Resultar imposible o de extrema dificultad, atendida la naturaleza de las actuaciones ejecutivas,
restaurar la situación anterior a la ejecución provisional
• Resultar imposible o de extrema dificultad compensar económicamente al ejecutado mediante el
resarcimiento de los daños y perjuicios que se le causaren, si aquella sentencia fuese revocada
Si se estima la oposición a una ejecución provisional de una condena no dineraria, se procederá al archivo
de la ejecución.
• Motivos relativos a la oposición a actuaciones ejecutivas concretas de condenas dinerarias: si la
sentencia fuese de condena dineraria, el ejecutado no podrá oponerse a la ejecución provisional, sino
únicamente a actuaciones ejecutivas concretas:
• La oposición debe fundarse en la absoluta imposibilidad de restauración o compensación al
ejecutado en caso de revocación de la sentencia
132
• El ejecutado tiene la carga de indicar medidas alternativas
• Si el tribunal no acepta las medidas alternativas propuestas, el ejecutado tiene la carga de ofrecer
caución suficiente para cubrir la medida ejecutiva que se quiera dejar sin efecto
5.2. Procedimiento de la oposición a la ejecución provisional
• Escrito de oposición
El escrito de oposición a la ejecución provisional habrá de presentarse al tribunal de la ejecución dentro
de los 5 dÃ−as siguientes al de la notificación de la resolución que acuerde el despacho de ejecución o las
actuaciones concretas a que se oponga.
Del escrito de oposición a la ejecución y de los documentos que se acompañen se dará traslado al
ejecutante y a quienes estuvieren personados en la ejecución provisional, para que manifiesten y acrediten,
en el plazo de 5 dÃ−as, lo que consideren conveniente.
ArtÃ−culo 529. Sustanciación de la oposición a la ejecución provisional o a actuaciones ejecutivas
concretas.
1. El escrito de oposición a la ejecución provisional habrá de presentarse al tribunal de la ejecución
dentro de los cinco dÃ−as siguientes al de la notificación de la resolución que acuerde el despacho de
ejecución o las actuaciones concretas a que se oponga.
2. Del escrito de oposición a la ejecución y de los documentos que se acompañen se dará traslado
al ejecutante y a quienes estuvieren personados en la ejecución provisional, para que manifiesten y
acrediten, en el plazo de cinco dÃ−as, lo que consideren conveniente.
3. Si se tratase de ejecución provisional de sentencia de condena no dineraria y se hubiere alegado la
causa segunda del apartado 2 del artÃ−culo 528, de oposición a la ejecución provisional, el que la
hubiere solicitado, además de impugnar cuanto se haya alegado de contrario, podrá ofrecer caución
suficiente para garantizar que, en caso de revocarse la sentencia, se restaurará la situación anterior o,
de ser esto imposible, se resarcirán los daños y perjuicios causados.
La caución podrá constituirse en dinero efectivo, mediante aval solidario de duración indefinida y
pagadero a primer requerimiento emitido por entidad de crédito o sociedad de garantÃ−a recÃ−proca
o por cualquier otro medio que, a juicio del tribunal, garantice la inmediata disponibilidad, en su caso,
de la cantidad de que se trate.
• Decisión sobre el incidente de oposición
Tras las alegaciones de las partes, el tribunal debe resolver el incidente en forma de auto, frente al que no
cabe recurso alguno. El contenido de dicho auto podrá ser desestimatorio o estimatorio de la oposición,
pero si se estima:
• Condena dineraria:
• Si se desestima la oposición a la ejecución provisional a medidas ejecutivas concretas, la
ejecución provisional seguirá adelante.
• Si se estima la oposición a la ejecución provisional, se devolverá la cantidad embargada y, en
caso de que la revocación sea total, se reembolsarán también las costas más una cantidad en
concepto de indemnización por daños y perjuicios.
133
• Condena no dineraria:
• Si se desestima la oposición a la ejecución provisional, la ejecución provisional seguirá adelante.
• Si se estima la oposición a la ejecución provisional, se devolverá la cosa embargada y se
restaurará o deshará o destruirá lo hecho indebidamente. Asimismo, se solicitará una cantidad
en concepto de indemnización por daños y perjuicios.
6. SUSPENSIÃ N DE LA EJECUCIÃ N PROVISIONAL EN CASO DE CONDENAS DINERARIAS
ArtÃ−culo 531. Suspensión de la ejecución provisional en caso de condenas dinerarias.
El Secretario judicial suspenderá mediante decreto la ejecución provisional de pronunciamientos de
condena al pago de cantidades de dinero lÃ−quidas cuando el ejecutado pusiere a disposición del Juzgado,
para su entrega al ejecutante, sin perjuicio de lo dispuesto en la sección siguiente, la cantidad a la que
hubiere sido condenado, más los intereses correspondientes y las costas por los que se despachó
ejecución. Liquidados aquéllos y tasadas éstas, se decidirá por el Secretario judicial responsable de
la ejecución provisional sobre la continuación o el archivo de la ejecución. El decreto dictado al efecto
será susceptible de recurso directo de revisión ante el Tribunal que hubiera autorizado la ejecución.
TEMA 68.- LAS MEDIDAS CAUTELARES (examen)
1. Concepto de las medidas cautelares.- 2. Presupuestos materiales de las medidas cautelares: a) Adecuación
de la medida a la situación jurÃ−dica cautelable; b) Menor onerosidad; c) Peligro en la demora (periculum in
mora); d) Apariencia de buen derecho (fumus boni iuris): e) Prestación de caución por el solicitante.- 3.
Presupuestos procesales de las medidas cautelares: a) Necesaria instancia de parte; b) Pendencia actual o
próxima del proceso principal; c) Jurisdicción y competencia; d) Postulación y defensa.- 4. Medidas
cautelares especÃ−ficas.- 5. Procedimiento de las medidas cautelares: A) CaracterÃ−sticas generales; B)
Adopción de las medidas cautelares: a) Momentos posibles para solicitar medidas cautelares; b) La solicitud
de medidas cautelares; c) Adopción de las medidas cautelares con o sin audiencia previa de la parte
contraria; d) Adopción de las medidas previa audiencia del demandado; C) Oposición a las medidas
cautelares adoptadas sin audiencia del demandado; D) Modificación o alzamiento de las medidas cautelares.6. Caución sustitutoria.
1. CONCEPTO DE LAS MEDIDAS CAUTELARES
Las medidas cautelares son el remedio arbitrado por el Derecho para conjurar los riesgos que la duración del
proceso puede suponer para la eficacia de los eventuales pronunciamientos que se dicten al final del mismo. A
través de las medidas cautelares el actor puede obtener un pronunciamiento judicial que evite que la
sentencia que se dicte, caso de serle favorable, quede privada de efectividad. AsÃ−, las medidas cautelares
pueden definirse como aquella forma de tutela jurisdiccional que tiene por función evitar los riesgos que
amenacen la eficacia de los eventuales pronunciamientos que se dicten al final del proceso.
ArtÃ−culo 726. CaracterÃ−sticas de las medidas cautelares.
1. El tribunal podrá acordar como medida cautelar, respecto de los bienes y derechos del demandado,
cualquier actuación, directa o indirecta, que reúna las siguientes caracterÃ−sticas:
• Ser exclusivamente conducente a hacer posible la efectividad de la tutela judicial que pudiere otorgarse en
una eventual sentencia estimatoria, de modo que no pueda verse impedida o dificultada por situaciones
producidas durante la pendencia del proceso correspondiente.
• No ser susceptible de sustitución por otra medida igualmente eficaz, a los efectos del apartado
precedente, pero menos gravosa o perjudicial para el demandado.
134
2. Con el carácter temporal, provisional, condicionado y susceptible de modificación y alzamiento previsto
en esta Ley para las medidas cautelares, el tribunal podrá acordar como tales las que consistan en
órdenes y prohibiciones de contenido similar a lo que se pretenda en el proceso, sin prejuzgar la sentencia
que en definitiva se dicte.
Partiendo de esta definición, se comprueba que son dos las notas esenciales que delimitan el ámbito de la
tutela cautelar:
• Instrumentalidad: La medida cautelare es instrumental respecto del proceso principal, cuyo posible
resultado favorable al demandante pretende asegurar. La instrumentalidad de las medidas cautelares implica
la existencia de un nexo necesario entre éstas y el proceso principal. En primer lugar no hay medidas
cautelares si no hay ya un proceso iniciado o a punto de iniciarse (instrumentalidad en sentido estricto). En
segundo lugar, la instrumentalidad también significa que las medidas cautelares se extinguen con la
terminación del proceso principal (provisionalidad o temporalidad de las medidas cautelares).
• Finalidad: son cautelares las medidas necesarias para asegurar la efectividad de la tutela judicial que
pudiera otorgarse en la sentencia estimatoria que se dictare. Son medidas cautelares no sólo aquellas que
por su contenido y finalidad sirven al aseguramiento de una eventual ejecución forzosa, sino cualquier tipo
de medida que haga posible la efectividad de la tutela judicial declarativa y, por consiguiente, también
son cautelares las medidas que aseguran la efectividad de los pronunciamientos meramente declarativos o
constitutivos, asÃ− como las medidas que no son de mero aseguramiento sino anticipatorios del contenido
de lo que se pretenda en el proceso. (art. 726 LEC).
2. PRESUPUESTOS MATERIALES DE LAS MEDIDAS CAUTELARES
La situación jurÃ−dica cautelable es la situación jurÃ−dica para cuyo aseguramiento o efectividad se pide
la medida cautelar, es decir, la acción firmada que constituye el objeto del proceso principal. Hay 5
presupuestos materiales que definen a las medidas cautelares:
• Periculum in mora (art 728 LEC): es la razón principal de ser de las medidas cautelares y consiste en el
riesgo de inefectividad de la eventual futura sentencia estimatoria. El solicitante de una medida cautelar
debe alegar y probar cuál es el concreto peligro que con la cautela pretende evitar. Si ese peligro no se da,
la medida cautelar no puede ser adoptada, ya que no se pueden utilizar las medidas cautelares de mala fe. Si
el demandado sufriera daños y perjuicios por culpa de la adopción de una medida cautelar, tiene derecho
a que se le resarza con cargo a la caución prestada por el ejecutante.
ArtÃ−culo 728. Peligro por la mora procesal. Apariencia de buen derecho. Caución.
1. Sólo podrán acordarse medidas cautelares si quien las solicita justifica, que, en el caso de que
se trate, podrÃ−an producirse durante la pendencia del proceso, de no adoptarse las medidas
solicitadas, situaciones que impidieren o dificultaren la efectividad de la tutela que pudiere otorgarse
en una eventual sentencia estimatoria.
No se acordarán medidas cautelares cuando con ellas se pretenda alterar situaciones de hecho
consentidas por el solicitante durante largo tiempo, salvo que éste justifique cumplidamente las
razones por las cuales dichas medidas no se han solicitado hasta entonces.
2. El solicitante de medidas cautelares también habrá de presentar con su solicitud los datos,
argumentos y justificaciones documentales que conduzcan a fundar, por parte del Tribunal, sin
prejuzgar el fondo del asunto, un juicio provisional e indiciario favorable al fundamento de su
pretensión. En defecto de justificación documental, el solicitante podrá ofrecerla por otros medios
de prueba, que deberá proponer en forma en el mismo escrito.
135
3. Salvo que expresamente se disponga otra cosa, el solicitante de la medida cautelar deberá
prestar caución suficiente para responder, de manera rápida y efectiva, de los daños y perjuicios
que la adopción de la medida cautelar pudiera causar al patrimonio del demandado.
El tribunal determinará la caución atendiendo a la naturaleza y contenido de la pretensión y a la
valoración que realice, según el apartado anterior, sobre el fundamento de la solicitud de la
medida.
La caución a que se refiere el párrafo anterior podrá otorgarse en cualquiera de las formas
previstas en el párrafo segundo del apartado 3 del artÃ−culo 529.
En los procedimientos en los que se ejercite una acción de cesación en defensa de los intereses
colectivos y de los intereses difusos de los consumidores y usuarios, el Tribunal podrá dispensar al
solicitante de la medida cautelar del deber de prestar caución, atendidas las circunstancias del
caso, asÃ− como la entidad económica y la repercusión social de los distintos intereses afectados.
• Fumus boni iuris (art 728.2 LEC): o apariencia de buen derecho. El solicitante de medidas cautelares
habrá de presentar con su solicitud las pruebas en las que funde su pretensión.
• Caución (art 728.3 LEC): el solicitante de la medida cautelar deberá prestar caución suficiente para
responder, de manera rápida y efectiva, de los daños y perjuicios que la adopción de la medida cautelar
pudiera causar al patrimonio del demandado. El tribunal determinará la caución atendiendo a la
naturaleza y contenido de la pretensión y a la valoración que realice, según el apartado anterior, sobre el
fundamento de la solicitud de la medida. El derecho de asistencia jurÃ−dica gratuita no exime de la
obligación de prestar caución.
En los procedimientos en los que se ejercite una acción de cesación en defensa de los intereses colectivos y
de los intereses difusos de los consumidores y usuarios, el Tribunal podrá dispensar al solicitante de la
medida cautelar del deber de prestar caución, atendidas las circunstancias del caso, asÃ− como la entidad
económica y la repercusión social de los distintos intereses afectados. Están exentos de prestar caución
las Administraciones públicas, tanto la del Estado y autonómicas como las locales.
• Idoneidad: presupuesto de toda medida cautelar es, dada la instrumentalidad y finalidad de la misma, que
exista una adecuación entre la medida cautelar solicitada y el objeto del proceso principal (ya incoado o
que se incoará tras la adopción de la medida). Dicha adecuación consiste en que la medida pueda
realmente cumplir su finalidad de asegurar la efectividad de la tutela judicial que pudiera otorgarse en la
sentencia estimatoria que se dictare (art. 721.1 LEC)
• Menor onerosidad: la medida cautelar debe tener como caracterÃ−stica no ser susceptible de sustitución
por otra medida igualmente eficaz, a los efectos del apartado precedente, pero menos gravosa o perjudicial
para el demandado.
2. PRESUPUESTOS PROCESALES DE LAS MEDIDAS CAUTELARES
• Necesaria instancia de parte: las medidas cautelares no pueden ser acordadas de oficio por el tribunal,
sino exclusivamente a instancia de parte (art. 721 LEC). Sólo quedan exceptuadas de esta regla ciertos
tipos de medidas cautelares que se pueden acordar en los procesos especiales sobre capacidad y filiación,
en atención a la naturaleza no disponible de las cuestiones que constituyen el objeto de dichos procesos.
Fuera de esos casos, los tribunales no sólo no pueden acordar de oficio medidas cautelares sino que
tampoco pueden acordar medidas más gravosas que las solicitadas.
ArtÃ−culo 721. Necesaria instancia de parte.
1. Bajo su responsabilidad, todo actor, principal o reconvencional, podrá solicitar del tribunal,
conforme a lo dispuesto en este TÃ−tulo, la adopción de las medidas cautelares que considere
136
necesarias para asegurar la efectividad de la tutela judicial que pudiera otorgarse en la sentencia
estimatoria que se dictare.
2. Las medidas cautelares previstas en este TÃ−tulo no podrán en ningún caso ser acordadas de oficio
por el tribunal, sin perjuicio de lo que se disponga para los procesos especiales. Tampoco podrá éste
acordar medidas más gravosas que las solicitadas.
• Pendencia actual o próxima del proceso principal: las medidas cautelares se solicitan una vez iniciado
el proceso principal, pero también pueden solicitarse antes de la interposición de la demanda, si bien en
ese caso, una vez acordadas, la demanda debe ser presentada a los 20 dÃ−as siguientes, so pena de que las
medidas sean alzadas (art. 730 LEC).AsÃ− pues, para solicitar y acordar medidas cautelares es necesario
que haya un proceso pendiente, o que el mismo se inicie en un determinado plazo.
• Jurisdicción y competencia: será tribunal competente para conocer de las solicitudes sobre medidas
cautelares el que esté conociendo del asunto en primera instancia o, si el proceso no se hubiese iniciado,
el que sea competente para conocer de la demanda principal. Para conocer de las solicitudes relativas a
medidas cautelares que se formulen durante la sustanciación de la segunda instancia o de un recurso
extraordinario por infracción procesal o de casación, será competente el tribunal que conozca de la
segunda instancia o de dichos recursos.
ArtÃ−culo 723. Competencia.
1. Será tribunal competente para conocer de las solicitudes sobre medidas cautelares el que esté
conociendo del asunto en primera instancia o, si el proceso no se hubiese iniciado, el que sea competente
para conocer de la demanda principal.
2. Para conocer de las solicitudes relativas a medidas cautelares que se formulen durante la
sustanciación de la segunda instancia o de un recurso extraordinario por infracción procesal o de
casación, será competente el tribunal que conozca de la segunda instancia o de dichos recursos.
• Postulación y defensa: como regla general, será preceptiva la intervención de procurador y abogado.
La LEC dispone que la intervención de dichos profesionales no es preceptiva para la solicitud de medidas
urgentes con anterioridad al juicio (arts. 23.2.3º y 31.2.2º).
3. PROCEDIMIENTO DE LAS MEDIDAS CAUTELARES
La LEC establece un régimen jurÃ−dico unitario para la adopción, oposición, modificación y
alzamiento de las medidas cautelares. Dada la finalidad de las medidas cautelares, la LEC establece un
procedimiento ágil y rápido. Las medidas cautelares se solicitan, como regla, con la demanda principal, o a
lo largo de la tramitación del proceso principal, pero también pueden ser solicitadas antes de la
interposición de la demanda, si se acredita la urgencia en su obtención.
Como regla, las medidas cautelares se adoptan previa audiencia del demandado, pero cabe la adopción de
medidas cautelares inaudita altera parte por razones de urgencia o de efectividad de la medida. Si las medidas
cautelares se adoptan con contradicción previa, el núcleo del procedimiento de adopción es una vista ante
el tribunal. Si las medidas cautelares se adoptan sin contradicción previa, el demandado puede
posteriormente oponerse, y el núcleo de esa oposición es también una vista ante el tribunal.
Atendida la finalidad de las medidas cautelares, las mismas pueden ser modificadas o alzadas a lo largo de la
pendencia del proceso principal. Adoptada una medida cautelar, se permite al demandado ofrecer una
contracautela o caución sustitutoria para que la medida sea alzada, si bien el tribunal no está obligado a
aceptarla.
3.1. Momentos posibles para solicitar medidas cautelares
137
• Junto con la demanda principal: la regla general, contenida en el art. 730.1 LEC es que la solicitud de
adopción de medidas cautelares y la presentación de la demanda principal sean simultáneas, de manera
que tanto su presentación anterior como posterior a dicho momento están sometidas a un régimen
especial.
• Antes de la demanda principal: a este supuesto de adopción ante causum se refiere el art. 730.2 LEC,
exigiendo a quien pida las medidas cautelares que alegue y acredite razones de urgencia o necesidad, que
tienen que consistir en que el tiempo necesario para preparar y presentar la demanda puede hacer ineficaces
las medidas cautelares que entonces se adopten. Se trata de un periculum in mora cualificado, consistente
en el riesgo de inefectividad, no ya de la sentencia, sino de las medidas cautelares mismas, si han de esperar
a ser adoptadas a que se inicie el proceso.
En el caso de que las medidas cautelares sean adoptadas antes de la interposición de la demanda, el
solicitante tiene un plazo perentorio de 20 dÃ−as para presentar la demanda principal. La falta de
interposición de la demanda principal en dicho plazo viene sancionada con el inmediato alzamiento de oficio
por parte del tribunal de las medidas acordadas, la condena en costas del solicitante y la declaración de su
responsabilidad por los daños y perjuicios que haya producido a la persona a la que afectaron las medidas.
• Después de la demanda principal: las medidas cautelares también pueden solicitarse con
posterioridad a la demanda principal y en cualquier momento de la sustanciación del proceso principal,
incluso en fase de recurso. Ahora bien, en tal caso el art. 730.4 LEC establece que la solicitud sólo podrá
hacerse cuando se base en hechos y circunstancias que justifiquen la solicitud en esos momentos. La LEC
quiere que la regla general sea que las medidas cautelares se soliciten con la demanda principal, por eso
obliga a quien más tarde a que justifique el porqué. Esta justificación habrá de consistir en que
alguno de los presupuestos necesarios para la adopción de la medida solicitada no concurrÃ−a con
anterioridad.
ArtÃ−culo 730. Momentos para solicitar las medidas cautelares.
1. Las medidas cautelares se solicitarán, de ordinario, junto con la demanda principal.
2. Podrán también solicitarse medidas cautelares antes de la demanda si quien en ese momento las
pide alega y acredita razones de urgencia o necesidad. En este caso, las medidas que se hubieran
acordado quedarán sin efecto si la demanda no se presentare ante el mismo Tribunal que conoció de
la solicitud de aquéllas en los veinte dÃ−as siguientes a su adopción. El Secretario judicial, de oficio,
acordará mediante decreto que se alcen o revoquen los actos de cumplimiento que hubieran sido
realizados, condenará al solicitante en las costas y declarará que es responsable de los daños y
perjuicios que haya producido al sujeto respecto del cual se adoptaron las medidas.
3. El requisito temporal a que se refiere el apartado anterior no regirá en los casos de formalización
judicial del arbitraje o de arbitraje institucional. En ellos, para que la medida cautelar se mantenga,
será suficiente con que la parte beneficiada por ésta lleve a cabo todas las actuaciones tendentes a
poner en marcha el procedimiento arbitral.
4. Con posterioridad a la presentación de la demanda o pendiente recurso sólo podrá solicitarse la
adopción de medidas cautelares cuando la petición se base en hechos y circunstancias que justifiquen
la solicitud en esos momentos.
3.2. La solicitud de medidas cautelares
La solicitud de medidas cautelares se formulará mediante demanda, con claridad y precisión, justificando
cumplidamente la concurrencia de los presupuestos materiales exigidos para su adopción. Se
acompañarán a la solicitud los documentos que la apoyen.
138
En el escrito de petición habrá de ofrecerse la prestación de caución, especificando de qué tipo se
ofrece constituirla y con justificación del importe que se propone.
3.3. Adopción de las medidas cautelares con audiencia previa de la parte contraria
Como regla general, el tribunal proveerá a la petición de medidas cautelares previa audiencia del
demandado:
• Recibida la solicitud de adopción de medidas cautelares, el tribunal dará traslado de la misma al
demandado.
• Mediante providencia, en el plazo de 5 dÃ−as contados desde la notificación de la solicitud al
demandado convocará las partes a una vista, que se celebrará dentro de los 10 dÃ−as siguientes.
• En la vista se concentran todos los demás actos de alegación y los de práctica de la prueba. Con la
finalidad de que el procedimiento de adopción de las medidas cautelares no se dilate en el tiempo, sólo
podrán admitirse aquellos medios de prueba, que, siendo pertinentes y útiles, puedan practicarse en el
mismo acto de la vista (salvo la prueba de reconocimiento judicial, que puede excepcionalmente diferirse 5
dÃ−as). Contra las resoluciones del tribunal sobre el desarrollo de la comparecencia, su contenido y la
prueba propuesta no cabrá recurso alguno.
• Terminada la vista, el tribunal, en el plazo de 5 dÃ−as, decidirá mediante auto sobre la solicitud de
medidas cautelares. Si el tribunal estimare que concurren todos los requisitos establecidos y considerare
acreditado el peligro de la mora procesal, accederá a la solicitud de medidas, fijará con toda precisión
las medidas cautelares que se acuerdan y precisará el régimen a que han de estar sometidas,
determinando, en su caso, la forma, cuantÃ−a y tiempo en que deba prestarse caución por el solicitante.
Asimismo, el tribunal hará el pronunciamiento que proceda sobre la condena en costas.
Contra el auto que acuerde o deniegue medidas cautelares cabrá recurso de apelación, sin efectos
suspensivos.
Aun denegada la petición de medidas cautelares, el actor podrá reproducir su solicitud si cambian las
circunstancias existentes en el momento de la petición. Acordada una medida cautelar, se debe proceder a su
cumplimiento, pero en ningún caso antes de que el solicitante haya prestado la caución señalada y el
tribunal decida, mediante providencia, sobre la idoneidad y sobre la suficiencia del importe de la caución
(art. 737 LEC).
3.3. Adopción de las medidas cautelares sin audiencia previa de la parte contraria
No obstante, cuando el solicitante asÃ− lo pida y acredite que concurren razones de urgencia o que la
audiencia previa puede comprometer el buen fin de la medida cautelar, el tribunal podrá acordarla sin más
trámites mediante auto, en el plazo de 5 dÃ−as, en el que razonará por separado sobre la concurrencia de
los requisitos de la medida cautelar y las razones que han aconsejado acordarla sin oÃ−r al demandado.
Contra el auto que acuerde medidas cautelares sin previa audiencia del demandado no cabrá recurso alguno.
El auto será notificado a las partes sin dilación y, de no ser posible antes, inmediatamente después de la
ejecución de las medidas.
En los casos en que la medida cautelar se hubiera adoptado sin previa audiencia del demandado, podrá
éste formular oposición en el plazo de 20 dÃ−as, contados desde la notificación del auto que acuerda las
medidas cautelares; o proponer una caución sustitutoria.
TEMA 69.- LOS PROCESOS SOBRE LA CAPACIDAD DE LAS PERSONAS
1. Las disposiciones generales aplicables a los procesos sobre capacidad, filiación, matrimonio y menores.2. Los procesos sobre capacidad de las personas: A) ×mbito de aplicación y principios informadores; B)
139
El proceso de incapacitación. C) El proceso por prodigalidad; D) El proceso de reintegración de la
capacidad.- 3. El proceso de internamiento no voluntario por razones de trastorno psÃ−quico.
1. LOS PROCESOS SOBRE CAPACIDAD, FILIACIÃ N, MATRIMONIO Y MENORES
La LEC empieza por precisar (art. 748 LEC) cuáles son los procesos en que son aplicables las disposiciones
generales contenidas en el CapÃ−tulo I del TÃ−tulo I del Libro IV:
ArtÃ−culo 748. ×mbito de aplicación del presente tÃ−tulo.
Las disposiciones del presente tÃ−tulo serán aplicables a los siguientes procesos:
• Los que versen sobre la capacidad de las personas y los de declaración de prodigalidad.
• Los de filiación, paternidad y maternidad.
• Los de nulidad del matrimonio, separación y divorcio y los de modificación de medidas adoptadas en
ellos.
• Los que versen exclusivamente sobre guarda y custodia de hijos menores o sobre alimentos reclamados
por un progenitor contra el otro en nombre de los hijos menores.
• Los de reconocimiento de eficacia civil de resoluciones o decisiones eclesiásticas en materia
matrimonial.
• Los que tengan por objeto la oposición a las resoluciones administrativas en materia de protección de
menores.
• Los que versen sobre la necesidad de asentimiento en la adopción.
En estos procesos existe un interés público predominante, por ello se configuran de forma distinta al
proceso civil e interviene el Ministerio Fiscal. Las notas comunes de todos estos procesos son:
• Intervención del Ministerio Fiscal: En los procesos sobre incapacitación, en los de nulidad
matrimonial y en los de determinación e impugnación de la filiación será siempre parte el Ministerio
Fiscal, aunque no haya sido promotor de los mismos ni deba, conforme a la Ley, asumir la defensa de
alguna de las partes. En los demás procesos a que se refiere este tÃ−tulo será preceptiva la intervención
del Ministerio Fiscal, siempre que alguno de los interesados en el procedimiento sea menor, incapacitado o
esté en situación de ausencia legal.
• Postulación preceptiva: el art. 350 LEC establece la necesidad de que las partes que no estén
defendidas por el Ministerio Fiscal sean representadas por abogado y procurador.
• Indisponibilidad del objeto del proceso: no surtirán efecto la renuncia, el allanamiento ni la
transacción. El desistimiento requerirá la conformidad del Ministerio Fiscal.
• Régimen de prueba: se aleja mucho del proceso civil ordinario. No rige el principio de aportación de
parte, sino que los procesos se decidirán con arreglo a los hechos que hayan sido objeto de debate y
resulten probados, con independencia del momento en que hubieren sido alegados o introducidos de otra
manera en el procedimiento. Sin perjuicio de las pruebas que se practiquen a instancia del Ministerio Fiscal
y de las demás partes, el tribunal podrá decretar de oficio cuantas estime pertinentes.
La conformidad de las partes sobre los hechos no vinculará al tribunal, ni podrá éste decidir la cuestión
litigiosa basándose exclusivamente en dicha conformidad o en el silencio o respuestas evasivas sobre los
hechos alegados por la parte contraria. Tampoco estará el tribunal vinculado, en los procesos a que se refiere
este tÃ−tulo, a las disposiciones de esta Ley en materia de fuerza probatoria del interrogatorio de las partes,
de los documentos públicos y de los documentos privados reconocidos, sino que el tribunal puede tener en
cuenta cualquier hecho debatido.
• Tramitación: salvo que expresamente se disponga otra cosa, estos procesos se sustanciarán por los
trámites del juicio verbal, pero de la demanda se dará traslado a las partes y al Ministerio Fiscal,
140
emplazándoles para que la contesten por escrito en el plazo de 20 dÃ−as desde la contestación.
• Exclusión de publicidad: se excluye la publicidad de estos procesos. Podrán decidir los tribunales,
mediante providencia, de oficio o a instancia de parte, que los actos y vistas se celebren a puerta cerrada y
que las actuaciones sean reservadas.
• Acceso de las sentencias a Registros públicos: cuando proceda, las sentencias y demás resoluciones
dictadas en los procedimientos se comunicarán de oficio (por el Secretario Judicial) a los Registros
Civiles para la práctica de los asientos que correspondan. A petición de parte, se comunicarán
también a cualquier otro Registro público a los efectos que encada caso procedan.
2. PROCESOS DE CAPACIDAD DE LAS PERSONAS
2.1. Competencia
El criterio general es que la competencia para conocer de los procesos de incapacitación, prodigalidad y
reversión de incapacitación corresponde a los Juzgados de 1ª Instancia del lugar donde resida el presunto
incapaz (no del domicilio).
2.2. Legitimación para promover el proceso de incapacitación
La legitimación para promover el proceso de incapacitaciónla ostentan:
• El cónyuge o quien se encuentre en una situación de hecho asimilable, los descendientes, los
ascendientes, o los hermanos del presunto incapaz.
• El Ministerio Fiscal, que deberá promover la incapacitación si las personas mencionadas no
existieran o no la hubieran solicitado. Si ya hubiese sido interpuesta una demanda de incapacitación
por alguno de los familiares, el Ministerio Fiscal no puede interponer una nueva demanda mientras la
primera esté pendiente, sino que debe intervenir como parte en el proceso ya iniciado.
La incapacitación de menores de edad, en los casos en que proceda conforme a la ley, sólo podrá ser
promovida por quienes ejerzan la patria potestad o la tutela.
El art. 757.3 LEC reconoce la facultad de cualquier persona de poner en conocimiento del Ministerio Fiscal
los hechos que puedan ser determinantes de la incapacitación y atribuye un deber jurÃ−dico de hacerlo, a las
autoridades y funcionarios públicos que, por razón de sus cargos, conocieran la existencia de una posible
causa de incapacitación de una persona.
2.3. Personación del demandado
El presunto incapaz o la persona cuya declaración de prodigalidad se solicite pueden comparecer en el
proceso con su propia defensa y representación. Si no lo hicieren, serán defendidos por el Ministerio Fiscal,
siempre que no haya sido éste el promotor del procedimiento. En otro caso, se designará un defensor
judicial, a no ser que estuviere ya nombrado.
2.4. Objeto del proceso
Rige el principio de indisponibilidad del proceso: no surtirán efecto la renuncia, el allanamiento ni la
transacción, y el desistimiento requerirá siempre la conformidad del Ministerio Fiscal.
Por otra parte, debe señalarse que, aunque la LEC no diga nada al respecto, el proceso de incapacitación
tiene por objeto exclusivamente la declaración de incapacidad de un sujeto, si procede. Ello significa que no
son concebibles en los procesos de incapacitación la acumulación de acciones ni la reconvención.
141
2.5. Procedimiento
Rige la disposición general contenida en el art. 753 LEC, que dispone que se sigan los trámites del juicio
verbal, pero que haya contestación a la demanda por escrito. También resulta aplicable el art. 754 LEC,
relativo a la exclusión de la publicidad.
2.6. Prueba
Ciertas pruebas deben ser practicadas preceptivamente. AsÃ−, en todo proceso de incapacitación debe el
tribunal:
• OÃ−r a los parientes más próximos del presunto incapaz.
• Examinar al presunto incapaz por sÃ− mismo, para poder indicar las capacidades que se le limitan.
• Acordar los dictámenes periciales necesarios o pertenecientes en relación con las pretensiones de la
demanda y demás medidas previstas por las leyes, sin que pueda decidirse sobre la incapacitación sin
previo dictamen pericial médico acordado por el tribunal.
• Además, cuando se hubiera solicitado en la demanda de incapacitación el nombramiento de la persona o
personas que hayan de asistir o representar al incapaz y velar por él, el tribunal, para decidir sobre este
asunto, deberá:
• OÃ−r a los parientes más próximos del presunto incapaz,
• OÃ−r al presunto incapaz si tuviere suficiente juicio, pudiendo oÃ−r también a las demás personas que
considere oportuno. La LEC previene también que si se interpusiera recurso de apelación frente a la
sentencia de 1ª instancia, en la 2ª instancia se vuelvan a practicar todas estas pruebas que la ley
establece como preceptivas. Esta disposición está encaminada a garantizar la necesaria inmediación en
este tipo de procesos, ya que serÃ−a absurdo que si la ley considera necesario que el tribunal practique
preceptivamente esas pruebas, la decisión pudiera ser alterada por un tribunal de 2ª instancia que no
hubiera presenciado las mismas.
2.7. Sentencia
Como ya se señalo al hablar del objeto del proceso de incapacitación, la sentencia:
• Debe acoger o no alguna causa de incapacitación y, en consecuencia, declarar o no ésta;
• En caso de considerar que concurre alguna causa de incapacitación, debe fijar la extensión y lÃ−mites de
la misma (es decir, debe fijar, a la luz de la causa acogida, sobre qué actos se priva a la persona de su
capacidad de obrar, de manera que la sentencia deviene la lex specialis aplicable en el futuro al incapaz).
• Debe determinar, en función de lo anterior, a qué régimen de representación o asistencia debe
quedar sometido el incapaz;
• Debe pronunciarse, en su caso, sobre la necesidad de internar al incapaz;
• Debe, si fue solicitado en la demanda y lo considera procedente, nombrar a las personas que hayan de
ejercer la representación y asistencia del incapaz y velar por él. En el proceso de incapacitación, dados
los principios que lo inspiran, no puede hablarse de un deber de congruencia del tribunal respecto de las
pretensiones formuladas por las partes. El tribunal puede, en hipótesis acoger una causa de
incapacitación no formulada en la demanda.
La sentencia de incapacitación ha de ser inscrita en el Registro Civil.
2.8. Medidas cautelares
El art. 762 LEC permite, con gran amplitud, adoptar medidas cautelares en los procesos de incapacitación.
à stas pueden afectar no sólo al patrimonio del presunto incapaz, sino también a su persona. Respecto del
régimen jurÃ−dico de estas medidas cautelares, pueden adoptarse tanto cuando el proceso de
142
incapacitación ha sido ya promovido, como antes de su incoación.
• Medidas cautelares previas a la incoación del proceso de incapacitación: cuando el tribunal
competente tenga conocimiento de la existencia de posible causa de incapacitación en una persona,
adoptará de oficio las medidas que estime necesarias para la adecuada protección del presunto
incapaz o de su patrimonio y pondrá el hecho en conocimiento del Ministerio Fiscal para que
promueva, si lo estima procedente, la incapacitación (en el internamiento de esquizofrénicos,
éste es temporal y habrá de ser adoptado por un médico).
• Medidas cautelares durante la pendencia del proceso de incapacitación: Las medidas cautelares
también podrán adoptarse, de oficio o a instancia de parte, en cualquier estado del procedimiento
de incapacitación.
Como regla, las medidas a que se refieren los apartados anteriores se acordarán previa audiencia de las
personas afectadas.
2.9. Recursos
No existiendo normas especiales sobre recursos, rigen las reglas generales, tanto respecto de las resoluciones
interlocutorias, como respecto de las resoluciones definitivas. La sentencia dictada por el Juzgado de 1ª
Instancia es susceptible de apelación, y la sentencia de apelación es susceptible de recurso extraordinario
por infracción procesal o de recurso de casación.
3. PROCESOS SOBRE FILIACIÃ N Y PATERNIDAD
Los referidos procesos versan sobre la filiación y la paternidad o maternidad positiva o negativamente. Son
el instrumento para resolver sobre pretensiones de pronunciamiento jurisdiccional afirmativo acerca del estado
jurÃ−dico consistente en ser una persona hijo de otra (del padre o de la madre) u otras (el padre y la madre) o
el cauce necesario para pretender una tutela jurisdiccional consistente en destruir una situación de paternidad
(y, por tanto, de filiación) que se entienda no conforme a la realidad.
3.1. Procedimiento
Estos procesos siguen los trámites del juicio verbal, pero con la importante particularidad de que la
contestación a la demanda procede por escrito, en la forma prevista para tal acto en el proceso ordinario
(arts. 753 y 405 LEC). Dos reglas especiales atañen a la admisión de las demandas o, en su caso, a la
procedibilidad:
• En ningún caso se admitirá la demanda sobre determinación o impugnación de la filiación si con ella
no se presenta un principio de prueba de los hechos en que se funde (art. 767.1 LEC).
• Los tribunales rechazarán la admisión a trámite de cualquier demanda que pretenda la impugnación de
la filiación declarada por sentencia firme, o la determinación de una filiación contradictoria con otra
que hubiere sido establecida también por sentencia firme (art. 764.2 LEC). Si la existencia de dicha
sentencia firme se acreditare una vez iniciado el proceso, el tribunal procederáde plano al archivo de
éste.
Los procesos de filiación tienen una tramitación preferente siempre que el hijo sea menor de edad.
3.2. Determinación de los hechos
La LEC añade, a las normas a que se hizo referencia en el parágrafo anterior, alguna otras prescripciones
concretas para los procesos en que se ventilen las antedichas acciones:
143
• Se proclama expresamente, en el art. 767.2 LEC que en los juicios sobre filiación será admisible la
investigación de la paternidad y de la maternidad mediante toda clase de pruebas, incluidas las
biológicas”
• Aunque no haya prueba directa, podrá declararse la filiación que resulte del reconocimiento
expreso o tácito, de la posesión de estado, de la convivencia con la madre en la época de la
concepción, o de otros hechos de los que se infiera la filiación, de modo análogo.
• La negativa injustificada a someterse a la prueba biológica de paternidad o maternidad permitirá al
tribunal declarar la filiación reclamada, siempre que existan otros indicios de la paternidad o
maternidad y la prueba de ésta no se haya obtenido por otros medios.
ArtÃ−culo 767. Especialidades en materia de procedimiento y prueba.
1. En ningún caso se admitirá la demanda sobre determinación o impugnación de la filiación si
con ella no se presenta un principio de prueba de los hechos en que se funde.
2. En los juicios sobre filiación será admisible la investigación de la paternidad y de la
maternidad mediante toda clase de pruebas, incluidas las biológicas.
3. Aunque no haya prueba directa, podrá declararse la filiación que resulte del reconocimiento
expreso o tácito, de la posesión de estado, de la convivencia con la madre en la época de la
concepción, o de otros hechos de los que se infiera la filiación, de modo análogo.
4. La negativa injustificada a someterse a la prueba biológica de paternidad o maternidad
permitirá al tribunal declarar la filiación reclamada, siempre que existan otros indicios de la
paternidad o maternidad y la prueba de ésta no se haya obtenido por otros medios.
Reclamada judicialmente la filiación, el tribunal podrá acordar alimentos provisionales a cargo del
demandado y, en su caso, adoptar las medidas de protección a que se refiere el apartado anterior.
4. PROCESOS EN MATERIA MATRIMONIAL
4.1. Medidas provisionales
En los procesos sobre nulidad, separación y divorcio no se ventila sólo lo relativo a la validez del
matrimonio, a su disolución o a la separación conyugal misma, desaparece la fundamentación jurÃ−dica
del divorcio.
El art. 771 LEC se ocupa de las medidas provisionales previas a la demanda de nulidad, separación o
divorcio, medidas que pueden confirmarse o modificarse al resolver el tribunal sobre la admisión de la
demanda (art. 772 LEC) o puede adoptar, ya incoado el proceso, por solicitud del demandante o del
demandado, según veremos (art. 773 LEC). Sobre estas cuestiones habrá de pronunciarse el tribunal en la
sentencia, momento en el cual se habla de medidas definitivas, que dejan sin efecto a las provisionales y las
sustituyen.
4.2. Objeto de las medidas
El cónyuge que se proponga demandar la nulidad, la separación o el divorcio, ha de solicitar las medidas
ante el tribunal de su domicilio, sin necesidad de intervención de abogado o procurador, que sÃ− habrán de
intervenir, en cambio en todo escrito y actuación posterior a la solicitud misma. Están reguladas por los
arts. 102 y 103 CC:
• Atribución de la patria potestad sobre los hijos, determinación del cónyuge con el que vivirán
éstos, si fuesen menores, régimen de comunicación, visitas y compañÃ−a del otro cónyuge,
144
• Uso de la vivienda familiar y reparto de los bienes que en ella hubiere, contribución de cada uno a
las cargas del matrimonio, etc.
• Fijar la contribución de cada cónyuge a las cargas del matrimonio.
4.3. Solicitud de las medidas
La tramitación de estas cuestiones viene recogida en el art. 700 LEC. Deberán comparecer ante el tribunal
los cónyuges y, si los hubiese, los hijos menores o incapacitados, asÃ− como el Ministerio Fiscal, en los 10
dÃ−as siguientes a la solicitud de las medidas. En la misma resolución en que se cite para la comparecencia,
el tribunal podrá acordar de inmediato, si la urgencia del caso lo aconsejare, los efectos a que se refiere el
art. 102 CC y lo que considere procedente en relación con la custodia de los hijos y uso de la vivienda y
ajuar familiares. Contra esta resolución no se dará recurso alguno.
Las caracterÃ−sticas de estos procesos son:
• Se trata de un juicio verbal con contestación escrita a la demanda.
• Puede existir un periodo de práctica de la pueba.
• En caso de divorcio o separación de mutuo acuerdo el esquema varÃ−a:
♦ Ambas partes comparten representación y defensa
♦ Con la demanda se ha de aportar el convenio regulador acordado, que posteriormente habrá
de ser ratificado por ambos cónyuges y el Juez se pronunciará al respecto.
• Si existen hijos menores interviene siempre el Ministerio Fiscal
A la demanda deberá acompañarse la certificación de la inscripción del matrimonio y las de
inscripción de nacimiento de los hijos en el Registro Civil, asÃ− como los documentos en los que el
cónyuge funde su derecho. aportar los documentos de que disponga que permitan evaluar la situación
económica de los cónyuges y, en su caso, de los hijos, tales como declaraciones tributarias, nóminas,
certificaciones bancarias, tÃ−tulos de propiedad o certificaciones registrales.
En la demanda, el demandante de la nulidad de su matrimonio, de la separación o del divorcio podrá pedir
lo que se considere oportuno sobre medidas provisionales, cuando no se hubieran adoptado con anterioridad.
TEMA 72.- EL PROCESO MONITORIO
1. Conceptos y caracteres generales.- 2. ×mbito del proceso monitorio.- 3. Competencia.- 4. Procedimiento:
A) Petición inicial; B) Admisión de la petición; C) Requerimiento de pago; D) Conductas posibles del
deudor: a) Pago; b) Incomparecencia; c) Oposición; E) Especialidades en materia de propiedad horizontal.
1. CONCEPTOS Y CARACTERES GENERALES
La idea que subyace y que sirve de fundamento al proceso monitorio creado a través de la Ley 1/2001 es
que, en el tráfico existe un ingente número de relaciones jurÃ−dicas de las que nacen créditos
pecuniarios, normalmente de cuantÃ−a no muy elevada, que se plasman en documentos que, sin poder
constituir tÃ−tulos ejecutivos por carecer de los requisitos de fehaciencia de éstos, aportan un principio de
prueba sobre la existencia de la deuda (una factura, un albarán de entrega, una hoja de pedido, etc.)
El proceso monitorio es muy ágil porque consiste en un acto de comunicación, un requerimiento al deudor
para que en el plazo de 20 dÃ−as pague o se oponga a la demanda. No hay vista ni práctica de pruebas.
Transcurrido el plazo de 20 dÃ−as, se ejecuta el proceso.
2. ×MBITO DEL PROCESO MONITORIO
145
Podrá acudir al proceso monitorio quien pretenda de otro el pago de deuda dineraria de cualquier importe,
lÃ−quida, determinada, vencida y exigible, cuando la deuda se acredite de alguna de las formas siguientes:
• Mediante documentos, cualquiera que sea su forma y clase o el soporte fÃ−sico en que se encuentren, que
aparezcan firmados por el deudor o con su sello, impronta o marca o con cualquier otra señal, fÃ−sica o
electrónica.
• Mediante facturas, albaranes de entrega, certificaciones, telegramas, telefax o cualesquiera otros
documentos que, aun unilateralmente creados por el acreedor, sean de los que habitualmente documentan
los créditos y deudas en relaciones de la clase que aparezca existente entre acreedor y deudor.
ArtÃ−culo 812. Casos en que procede el proceso monitorio.
1. Podrá acudir al proceso monitorio quien pretenda de otro el pago de deuda dineraria de cualquier
importe, lÃ−quida, determinada, vencida y exigible, cuando la deuda se acredite de alguna de las formas
siguientes:
• Mediante documentos, cualquiera que sea su forma y clase o el soporte fÃ−sico en que se encuentren, que
aparezcan firmados por el deudor o con su sello, impronta o marca o con cualquier otra señal, fÃ−sica
o electrónica.
• Mediante facturas, albaranes de entrega, certificaciones, telegramas, telefax o cualesquiera otros
documentos que, aun unilateralmente creados por el acreedor, sean de los que habitualmente documentan
los créditos y deudas en relaciones de la clase que aparezca existente entre acreedor y deudor.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado anterior y cuando se trate de deudas que reúnan los
requisitos establecidos en dicho apartado, podrá también acudirse al proceso monitorio, para el pago de
tales deudas, en los casos siguientes:
• Cuando, junto al documento en que conste la deuda, se aporten documentos comerciales que acrediten
una relación anterior duradera.
• Cuando la deuda se acredite mediante certificaciones de impago de cantidades debidas en concepto de
gastos comunes de Comunidades de propietarios de inmuebles urbanos.
En caso de reclamaciones de cuotas de comunidades de propietarios será necesario presentar:
• Certificación de la deuda expedida por el secretario y firmada por el presidente de la comunidad.
• Documento acreditativo de haber certificado la deuda
3. COMPETENCIA
Será exclusivamente competente para el proceso monitorio el Juez de 1ª instancia del domicilio o
residencia del deudor o, si no fueren conocidos, el del lugar en que el deudor pudiera ser hallado a efectos del
requerimiento de pago por el tribunal.
Si se trata de la reclamación de de cuotas de comunidades de propietarios será también competente el
tribunal del lugar en donde se halle la finca, a elección del solicitante.
La notificación habrá de ser siempre personal, nunca por edictos.
4. PROCEDIMIENTO
• Petición inicial (Art. 8141 LEC): el procedimiento monitorio comenzará por petición (más sencilla
que una demanda) del acreedor en la que se expresarán la identidad del deudor (no es necesario el
146
domicilio) y del demandante. Para la presentación de la petición inicial del procedimiento monitorio no
será preciso valerse de procurador y abogado. En la reclamación de de cuotas de comunidades de
propietarios, si la comunidad contrata abogado y procurador, lo pagará el demandado.
• Admisión de la petición y requerimiento de pago (Art. 8151 LEC): el Secretario Judicial realizará
una valoración de los documentos aportados, y si constituyeren, a juicio del tribunal, un principio de
prueba del derecho del peticionario, confirmado por lo que se exponga en aquélla, se requerirá
mediante providencia al deudor para que, en el plazo de 20 dÃ−as, pague al peticionario, acreditándolo
ante el tribunal, o comparezca ante éste y alegue sucintamente, en escrito de oposición, las razones por
las que, a su entender, no debe, en todo o en parte, la cantidad reclamada.
El requerimiento se notificará en con apercibimiento de que, de no pagar ni comparecer alegando razones de
la negativa al pago, se despachará contra el deudor ejecución.
• Pasado el plazo de 20 dÃ−as, se pueden dar tres escenarios:
♦ Si el deudor atiende el requerimiento de pago, tan pronto como lo acredite, se le hará
entrega de justificante de pago y se archivarán las actuaciones.
♦ Si el deudor requerido no comparece ante el tribunal, éste dictará auto en el que
despachará ejecución por la cantidad adeudada.
♦ Despachada ejecución, proseguirá ésta conforme a lo dispuesto para la de sentencias
judiciales, pudiendo formularse la oposición prevista en estos casos, pero el solicitante del
proceso monitorio y el deudor ejecutado no podrán pretender ulteriormente en proceso
ordinario la cantidad reclamada en el monitorio o la devolución de la que con la ejecución
se obtuviere.
5. OPOSICIÃ N
Debe formularse por escrito en el plazo de 20 dÃ−as dado el requerimiento. Para formular el escrito de
oposición el deudor debe hacerse defender por abogado y representar por procurador cuando su
intervención sea necesaria cuando la cuantÃ−a reclamada supere los 2000 euros). En todo caso la falta de
firma del letrado y la falta de postulación son defectos subsanables.
La oposición del deudor al proceso monitorio comporta que el asunto se resuelva definitivamente en el juicio
que corresponda, teniendo la sentencia que se dicte fuerza de cosa juzgada material:
• Si la cuantÃ−a de la deuda reclamada no excede de la propia del juicio verbal (6.000 euros), el
tribunal procederá de inmediato a convocar a las partes al acto de la vista.
• Si la cuantÃ−a de la deuda reclamada excede de la propia del juicio verbal, la LEC deja en manos del
acreedor la incoación o no del juicio ordinario. AsÃ−, si el peticionario no interpone la demanda
correspondiente dentro del plazo de un mes desde el traslado del escrito de oposición, se
sobreseerán las actuaciones y se condenará en costas al acreedor.
TEMA 73.- EL JUICIO CAMBIARIO
1. AMBITO DEL JUICIO CAMBIARIO
Sólo procederá el juicio cambiario si, al incoarlo, se presenta letra de cambio, cheque o pagaré que
reúnan los requisitos previstos en la Ley cambiaria y del cheque (art. 819 LEC)
La legitimación activa corresponde al tenedor del tÃ−tulo cambiario que pueda ser considerado “portador
legÃ−timo” teniendo en cuenta lo dispuesto en los arts. 19 y 125 LCCH. La condición de “portador
legÃ−timo” la da, por un lado, la tenencia material del documento y, por otro, que esa tenencia material
esté respaldada en el contenido del tÃ−tulo: bien porque el tenedor es la persona inicialmente designada
147
como destinataria del pago, bien porque su nombre aparece en el tÃ−tulo al final de una serie no interrumpida
de endosos, bien porque el último endoso esté en blanco o se trate de un cheque al portador, lo que
legitimarÃ−a a cualquier tenedor material.
Legitimados pasivamente están todos los firmantes del documento, en el concepto que sea: aceptante,
firmaré del pagaré, librador, endosante y avalistas de cualquiera de los anteriores. Según el art.
57LCCH el portador tendrá derecho a proceder contra todas estas personas, individual o conjuntamente, sin
que le sea indispensable observar el orden en que se hubieren obligado.
2. SUSTANCIACION DEL JUICIO CAMBIARIO
La competencia para conocer del juicio cambiario corresponde al Juzgado de 1ª Instancia del domicilio del
demandado. Si la demanda se dirige frente a varios deudores cuya obligación nazca del mismo tÃ−tulo,
será competente el Juzgado del domicilio de cualquiera de ellos (art. 820 LEC).
El juicio cambiario comenzará mediante demanda sucinta a la que se acompañará el tÃ−tulo cambiario
(art. 821.1 LEC). En la súplica de la demanda debe fijarse la cantidad que se reclama. En cualquier caso, la
pretensión no es de condena, sino que hade referirse a la incoación del procedimiento y a que, en caso de
que el demandado no pague ni formule oposición, se despache ejecución por la cantidad reclamada.
La demanda deberá presentarse por medio de procurador y con firma de abogado, sea cual fuere la cantidad
reclamada, puesto que no se trata de un juicio verbal, ni de petición inicial de un proceso monitorio. A la
vista de la demanda el tribunal debe analizar la corrección formal del tÃ−tulo cambiario (art. 821.2 LEC). En
función del resultado de las comprobaciones anteriores, el tribunal dictará auto ordenando la adopción de
dichas medidas.
La incoación del juicio cambiario comporta la adopción de las siguientes medidas:
• Requerimiento del demandado para que pague en el plazo de 10 dÃ−as. El requerimiento se practicará por
la “comisión judicial” en el domicilio del demandado.
• Inmediato embargo preventivo (no solicitable en el proceso monitorio) de los bienes del demandado, por
si no se atendiera el requerimiento de pago (art. 821.2)
Si el demandado paga, se pondrá la suma de dinero correspondiente a disposición del actor, se entregará
al demandado justificante del pago realizado (tÃ−tulo cambiario con recibÃ− del portador) y se dará por
finalizado el juicio cambiario (arts. 822 y 583).
Si el demandado no paga ni formula oposición, se despachará ejecución por las cantidades reclamadas
(art. 825 LEC). El embargo se ordena al mismo tiempo que el requerimiento de pago y debe hacerse efectivo,
cuando sea posible, de manera inmediata. La propia “comisión judicial” que haga el requerimiento de pago
deberá practicar la diligencia de embargo en el domicilio del demandado, si se encuentran allÃ− bienes
susceptibles de traba.
Si el demandado interpone demanda de oposición al juicio cambiario, deberá hacerse defender por abogado
y representar por procurador cuando su intervención sea necesaria por razón de la cuantÃ−a. La oposición
del deudor al proceso monitorio comporta que el asunto se resuelva definitivamente en el juicio que
corresponda, teniendo la sentencia que se dicte fuerza de cosa juzgada material.
Derecho Procesal Civil
104
148
Descargar