Educación y pedagogía socialista y capitalista

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TEMA2: LA EDUCACIÓN SOCIALISTA
Las teorÃ-as marxistas fueron el fundamento de lo que se conoce como educación socialista. Marx y Engels
expusieron los principios de la concepción socialista de la educación, apoyada en lo que se conoce como
marxismo. Su teorÃ-a educativa parte de la crÃ-tica que realizan a la educación propia del capitalismo que
denominan unilateral: escuelas y enseñanzas dedicadas a obreros. Plantean la educación polivalente en
torno al trabajo productivo.
La teorÃ-a central de la educación marxista será la formación omnilateral del hombre, una formación
total, completa, integral, que desarrolle todas las posibilidades de cada hombre en igualdad de circunstancias.
Un ejemplo es La Escuela Única de Trabajo o Escuela Unificada. Esta formación incluye la educación
intelectual, fÃ-sica y la instrucción politécnica. Además era una formación laica, mixta y gratuita.
• La educación de Marx y Engels.
La educación socialista tiene antecedentes remotos, que se suelen extender hasta Platón, considerado el
primer teórico del socialismo y el comunismo. Pero el antecedente más importante fue los denominados
socialistas utópicos Owen y Fourier, que ponen las bases a un plan de formación hacia una sociedad nueva
y superadora de las injusticias que se producÃ-an en la sociedad que conocÃ-an.
Owen dirige su atención no a la formación del individuo, sino a la formación de una nueva sociedad
mediante medidas de orden social, como la forma comunitaria de la propiedad y la abolición de la propiedad
privada, la igualdad de derechos y deberes y la eliminación de la competencia. Owen pensaba que aquél
deberÃ-a aprender sucesivamente todos los trabajos necesarios para la sociedad y recibir asÃ- una formación
universal. La planificación pedagógica de Owen se resumÃ-a asÃ-:
• Mediante una educación y una enseñanza que impartan en la misma fábrica.
• A través de la enseñanza en la escuela preveÃ-a un trabajo agrÃ-cola y doméstico, además
del estrictamente intelectual de la enseñanza.
• Trabajo directo en las fábricas a partir de diez años, completado mediante un sistema de clases
nocturnas.
• Aprendizaje de un oficio útil.
Las tesis de Fourier no difieren demasiado de las de Owen. Se observa una asociación más estrecha entre
trabajo productivo y educación. Se puede observar la insistencia en la necesidad de una formación
politécnica y en la formación, desde la infancia, en el trabajo productivo. La educación no se reduce al
simple hecho de irse desarrollando en medio del mundo laboral del falansterio, sino, ante todo, en la
apropiación consciente de los distintos trabajos. El punto central de la pedagogÃ-a de Fourier es la
educación industrial
Marx y Engels aparecen siempre unidos en el santoral marxista y no falta razones para ello. Los dos proceden
de Renania, de familias burguesas y nacen en la misma época. Los dos se adscriben ideológicamente a la
corriente de la izquierda hegeliana y reciben la triple influencia de la filosofÃ-a alemana.
Las concepciones educativas de Marx y Engels utilizan como instrumento práctico el método marxista,
método realista y crÃ-tico, que parte de lo concreto, estudia los hechos, capta las cosas en
movimientoFrente al idealismo, el marxismo plantea que los hechos deben servir de base a la teorÃ-a, pero la
teorÃ-a debe plantearse cambiar los hechos. Las bases de la acción en Marx estaban en el pensamiento
cientÃ-fico y en la acción revolucionaria de clase.
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Las concepciones educativas de Mars y Engels no parten del ideal abstracto del hombre realizable, toman al
hombre concreto tal como vive en la sociedad de la época basada en la gran industria. Los principios de la
educación como reflejo y formación consciente se apoyan en dos premisas básicas:
• Existe una realidad independiente del pensamiento: la materia, el mundo, en oposición radical a las
teorÃ-as cognoscitivas idealistas.
• Nuestra conciencia es reproducción de esa realidad.
Las concepciones educativas marxistas no aparecen en una obra concreta sino que están distribuidas en su
abundante producción de casi cincuenta años. Los autores parten de la realidad de los niños en la
producción capitalista para expones sus
Tras la prohibición general del trabajo infantil, suponiendo que fuera posible serÃ-a reaccionario, ya que,
reglamentada severamente la jornada de trabajo según las distintas edades y aplicando las demás medidas
preventivas para la protección de los niños, la combinación de trabajo productivo con la enseñanza
desde una edad temprana es uno de los más potentes medios de trasformación de la sociedad actual.
El parlamento inglés decidió en 1864 que todas las fábricas diesen instrucción elemental a los niños
trabajadores menores de 14 años. Tal norma resultaba impracticable porque los niños trabajadores
llegaban a tal grado de agotamiento que no estaba en condiciones de asistir a la escuela después de las
largas jornadas de trabajo.
Hasta aquÃ-, Marx y Engels se habÃ-an limitado a criticar la educación de los niños trabajadores bajo el
régimen capitalista y a anunciar que la situación cambiarÃ-a con la revolución de los trabajadores, pero
aún no habÃ-an enunciado qué organización escolar, qué principios educativos serÃ-an la base de la
educación socialista.
Para las escuelas nocturnas ni las dominicales son la solución para la escolarización de los hijos de
trabajadores, se muestran más conformes con las escuelas de media jornada. Se va perfilando uno de los
principios de la educación marxista aceptado en parte por el capitalismo de la época, que relaciona el
trabajo productivo y la educación.
Pero el estudio de la estructura capitalista y de los medios de producción en particular habÃ-a dado a Marx y
Engels una visión clara de que las necesidades e la gran industria exigÃ-an una preparación tecnológica
múltiple y no un mero adiestramiento para un trabajo concreto. Surge asÃ- el principio de politécnica:
educación manual variada que permita que el niño reciba una educación técnica ligada a la
enseñanza en general, impartida al tiempo hace el trabajo productivo.
El fruto de la división del trabajo capitalista es el hombre unilateral. Frente a esta situación Marx y Engels
plantean la omnilateralidad de la polivalencia que consiste en el desarrollo total y completo de todas las
capacidades y necesidades del hombre. Para el marxismo es fundamental el concepto de polivalencia,
entendido en el sentido de preparación para el desempeño de cualquier trabajo. La educación
politécnica permitirá paras sucesivamente de una rama a otra de la producción según las necesidades de
la sociedad y las propias inclinaciones personales. Los contenidos concretos abarcarÃ-an tres aspectos:
educación mental, ecuación fÃ-sica y educación politécnica.
A partir de la concepción filosófica y pedagógica de Marx y Engels, los fundadores del llamado
socialismo cientÃ-fico, se levanta la educación socialista, de rasgos caracterÃ-sticos que la distinguen de la
educación burguesa en Occidente.
La enseñanza socialista se mueve en torno a tres lÃ-neas fuerzas fundamentales:
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• Todas las escuelas soviéticas que dependen del Comisario reciben la designación de escuela
única del trabajo
• La enseñanza es gratuita desde los ocho a los diecisiete años, asÃ- mismo es obligatoria.
• La enseñanza religiosa está prohibida en los locales escolares.
• El fundamento de la vida escolar debe ser el trabajo.
• La escuela representada una comuna escolar que establece una relación estrecha orgánica con el
mundo exterior.
• Las antiguas formas de disciplina no tiene ningún lugar en la escuela de los trabajadores.
• No tolera ningún castigo de ninguna naturaleza.
• Todos los exámenes, pruebas de ingreso o de promoción están suprimidos.
La escuela única del trabajo era una simbiosis entre la Escuela Nueva y el marxismo.
• Las experiencias educativas de Makarenko.
Antón Semiónovich Makarenko: 1888−1939. Se suelen diferenciar dos etapas bien definidas: 1920 y 1935,
cuando tuvieron lugar sus experiencias educativas como director de dos colonias escolares; 1935 y 1939, que
dedicó fundamentalmente a escribir y dar conferencias en torno a temas pedagógicos. Las bases de su
ideario pedagógico pueden resumirse en las siguientes:
♦ La educación y la colectividad deben ser dos realidades indisolublemente unidas e
interrelacionadas.
♦ La educación comunista, inspirada en el pueblo es la única posible para crear al hombre
nuevo y construir con éxito la nueva sociedad soviética.
♦ La educación comunista tiene como principal objetivo la formación del hábito del trabajo
creador.
♦ La escuela, como colectividad educativa representante de la educación estatal debe orientar
a la familia, que es lugar donde, en realidad, comienza la educación.
Su propia caracterÃ-stica de educador tiene mucho que ver con los principios que defiende. En sus dos obras
más conocidas, en las que relata sus experiencias en las dos colonias que dirigió, se muestra como un
educador muy exigente; en las colonias no se admiten fallos ni la dejadez; se exige la realización de las
actividades organizadas y su . Cumplimiento. Incluso plantea utilizar con cuidado cada gesto para dar siempre
la apariencia de seguridad y firmeza; para Makarenko, el profesor no debe manifestar sus sentimientos y el
mismo se presenta siempre como autocontrolado, con una personalidad frÃ-a y cerebral. En las colonias, de
carácter mixto, se fomentaba la misma ausencia de afectos y no se permitÃ-a establecer afectivas entre los
alumnos.
El trabajo educativo de Makarenko se realizó en medio de enormes dificultades de todo tipo, especialmente
en una primera etapa, trataba de formar a niños y jóvenes delincuentes.
Las colonias de Makarenko eran colonias de trabajo porque las necesidades del momento asÃ- lo aconsejaban
y por la aplicación del principio marxista de la educación politécnica. DebÃ-an mantenerse a sÃmismas y los colonos se alimentaban y vestÃ-an gracias a su trabajo. InsistÃ-a mucho en el valor social del
trabajo, no en trabajar por trabajar sino por servir a la comunidad, por sentirse útil, por hacer un trabajo
creador, no alienante, creador de riqueza social y de consecuencias educativas. La mitad de la jornada la
pasaban los colono en la fábrica trabajando; la otra mitad en la escuela, estudiando. Hay que tener en cuenta
que Makarenko no está de acuerdo con la combinación entre trabajo y estudio por el contrario entiende que
son dos cosas diferentes y rechaza a interrelacionarlas.
Las escuelas de las comunas no son descritas por el autor pero conociendo su pensamiento se puede deducir
que debieron ser bastante tradicionales. La motivación para los colonos era doble: debÃ-an estudiar si
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deseaban acceder a la enseñanza superior y además, estaba mal visto no estudiar. TenÃ-a como fin la
formación del ciudadano que necesitaba la Unión Soviética.
La disciplina ha sido un aspecto en la experiencia comunal que siempre ha resultado controvertido. Y en su
época se le criticaba desde dentro del propio sistema por la parafernalia militar, cuando no carcelaria,
empleada en la educación de los colonos y en el mantenimiento de la disciplina. Se entendÃ-a como un
objetivo a alcanzar y no como un medio o instrumento, por eso se muestra partidario de la disciplina familiar
desde la más temprana infancia. Makarenko practicaba lo que denominaba ya Lenin la disciplina consciente
no una disciplina arbitraria sino una disciplina justificada y asumida por los mismos educandos como
necesaria y educativa.
Adopta una actitud muy crÃ-tica respecto a la pedagogÃ-a tradicional y también ante la educación
considerada renovadora. Se enfrentaba a los burócratas oficiales que le recomendaban que hiciera otra
pedagogÃ-a más moderna. También era radical su posición a los postulados del movimiento de Escuela
Nueva.
Makarenko se muestra también en desacuerdo con otro de los principios fundamentales de la Escuela
Nueva y rechaza que la educación debe fundamentarse en las necesidades del niño. No valora el principio
de la espontaneidad infantil o el seguir los caminos de la naturaleza. Critica también la autodisciplina y la
autoorganización y planea como alternativa una disciplina consciente y una organización estructurada por
los educadores.
Nada tiene que ver Makarenko con los movimientos reformistas burgueses de escuela activa y moderna. Si
hubiera que resumir en do ideas los objetivos educativos que se plantea Makarenko se podrÃ-a decir que ellas
son su confianza en la acidada soviética y su fe en las posibilidades de la educación. Propugna la
pedagogÃ-a comunista. El objetivo de la educación será para él la formación de futuros ciudadanos
comunistas, hacer de cada alumno un comunista activo y consciente.
Las cualidades que el ciudadano soviético de tener son: un profundo sentimiento del deber y de la
responsabilidad para los objetivos de la sociedad soviética, espÃ-ritu de colaboración y solidaridad
atendiendo siempre a los intereses de la colectividad, una sólida formación polÃ-tica y la capacidad para
conocer a los enemigos del pueblo. Makarenko plantea la solidaridad del hombre con la sociedad, la
formación colectivista en las colonias.
• La propuesta pedagógica de Gramsci.
Antonio Gramsci (1891−1937) es uno de los pensadores marxistas convertidos en clásicos con el paso del
tiempo. Su interés por la pedagogÃ-a tiene un origen personal y otra de preocupación social. La
preocupación que tenÃ-a por la edición de sus hijos, de una parte, y de otra su conocimiento de la crisis
social, polÃ-tica y educativa de su época, le llevaron a interesarse por estudiar con más detenimiento no
sólo la realidad educativa de su tiempo sino, sobre la construcción de una alternativa pedagógica que
sirviera para la formación integral de la infancia y la juventud socialista. Para Gramsci era evidente la crisis
del mundo capitalista y dentro de ella la crisis educativa. Plantea siempre el tema educativo en relación con
el tema más amplio de la reforma cultural, ligada estrechamente a la transformación socio−polÃ-tica y
económica.
La cultura socialista que pretende Gramsci deberÃ-a convertirse en hegemónica y desbancar a la vieja
cultura productor del Estado burgués. Debe estar fundamentada sobre la igualdad de los hombres y debe ser
el fundamento de la futura república democrática socialista. El primer aspecto a controlar es la afirmación
de la propia personalidad, el logro de una conciencia crÃ-tica y la libración de la ignorancia. Concibe la
cultura como la concepción coherente y unitaria de la vida del hombre, de la cultura como apropiación del
yo y como camino de liberación.
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Tienen una función esencial los intelectuales, se entiende como una categorÃ-a que en el socialismo deberá
tener un nuevo concepto y distintas funciones. Para el autor, todos los hombres son intelectuales, pero no
todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales. El intelectual del huevo humanismo
socialista deberá ser un dirigente que se inmiscuye en la vida práctica como organizador y no como orador.
En sus concepciones pedagógicas, parte de defender la humanidad que se refleja en la individualidad como
combinación del individuo, los otros hombres y la naturaleza. Para él el hombre es sobre todo espÃ-ritu, y
la conciencia humana no es un fenómeno individual sino reflejo de la sociedad.
Se muestra contrario en la educación tanto al liberalismo, basado en el espontaneÃ-smo, como el
autoritarismo de los métodos pedagógicos jesuÃ-tos y defiendo una posición intermedia entre la
disciplina rÃ-gida y el espontaneÃ-smo.
El principio educativo gramsciano implica la relación de la escuela con la vida. Cree que debe contener la
integración entre trabajo e instrucción, capacidad de dirigir y de producir, teorÃ-a y práctica, pensamiento
y acción.
La disciplina a aplicar hasta la pubertad cambia a partir de ese momento y se sustituye por otra situación
basada en la creatividad, la actividad, la autodisciplina y la autonomÃ-a. Para Gramsci, el papel del maestro
es fundamental, pero no como el que enseña en la escuela sino como representante de la conciencia crÃ-tica
de la sociedad que asume el papel de mediador ente la sociedad general y la comunidad educativa.
Se muestra partidario de una escuela única obligatoria que permita a los estudiantes formarse como personas
y aprender a pensar, estudiar y dirigir. Tendrá dos fases: de carácter humanÃ-stico, formativa y de
carácter general en la que se armonizarán el trabajo intelectual y el manual, y una segunda fase, en la que
se desarrollarán los valores fundamentales del humanismo, la autodisciplina intelectual y la autonomÃ-a
moral que se necesita para la posterior especialización cientÃ-fica, técnica o productiva.
A diferencia con Marx y Engels, el trabajo es un componente de la enseñanza, un momento educativo del
proceso autónomo de educación. Hay que destacar la originalidad de su pensamiento polÃ-tico renovador
y, en especial, la importancia que asigna a la formación de los nuevos intelectuales, tal como él los
concibe, en el desarrollo polÃ-tico y en el avance hacia un socialismo.
• El personalismo educativo en Sujomlinski.
Se considera a Vasil Sujomlinski el gran pedagogo del comunismo soviético del siglo XX junto a
Makarenko. Transcurren más de veinte años de plena actividad dedicada enteramente a la infancia, hasta
que las secuelas de las heridas de guerra le producen la muerte en 1970.
Desde su escuela en el pequeño pueblo de Pavlish, Ucrania, orientó en buena parte el pensamiento
pedagógico soviético desde una perspectiva personalista, que es la que le da una considerable singularidad
frente a la doctrina oficial más apegada a la que se da una considerable singularidad frente a la doctrina
oficial más apegada a los principios marxistas de lo colectivo y el grupo frente a lo individual y personal.
Era muy grande el interés que despertaban su vida y sus escritos pedagógicos en la URSS. Sujomlinski no
elaboró un libro que resumiera todos sus pensamientos; sus ideas están dispersas por las páginas de treinta
libros y quinientos artÃ-culos.
Su obra representa la aplicación del personalismo educativo en la educación comunista. Se basaba en
presupuestos caracterÃ-sticos de la Escuela Nueva occidental, como el paidocentrismo y el idealismo, que
combinaba con los principios de la educación socialista. Puede entenderse su éxito precisamente por el
hallazgo de una vÃ-a intermedia entre los dos sistemas antitéticos, el individualista burgués de la
Escuela Nueva y el hombre nuevo marxista centrado en el grupo y en la comunidad.
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Su escuela recibÃ-a la denominación de escuela de la alegrÃ-a. La alegrÃ-a, junto a la felicidad y la libertad
se convierten en la base de su pedagogÃ-a.
El centro de preocupaciones era desarrollar todas las potencialidades del ser humano, del niño que tenÃ-a
bajo su responsabilidad, a través de la alegrÃ-a, la felicidad y la libertad. EntendÃ-a que la enseñanza
debÃ-a basarse en la felicidad y en la alegrÃ-a infantil porque un niño preocupado o triste no está en
condiciones de aprender. Los niños aprendÃ-an jugando y paseando en ambientes expresamente preparados
para ellos. Con sus alumnos construÃ-a lo que denominaban gruta del ensueño para refugiarse los dÃ-as de
invierno, allÃ- se imaginaban historias, las escribÃ-an, las dibujaban y hacÃ-an también poesÃ-as.
Sujomlinski parece querer demostrar que todos los alto los ideales de los pedagogos humanistas del pasado
son realizables tanto en la escuela como entre los chicos mayores. Los planteamientos educativos de
Sujomlinski recuerdan a la casa de la alegrÃ-a de los pedagogos renacentistas sólo que él pretende educar
a través de la alegrÃ-a, la actividad y el juego no sólo a los más pequeños sino también a los
adolescentes.
En la escuela de Sujomlinski se creaba un ambiente adecuado de trabajo actividad, lo que él denominaba
campos de tensión, caracterizado por ser estimulante y motivador. El niño era feliz con los proyectos,
mientras realizaba los trabajos necesarios y cuando conseguÃ-a los objetivos que se proponÃ-a. Mediante la
puesta en marcha de los campos de tensión se conseguÃ-a crear el ambiente adecuado para que los niños
estudiasen voluntariamente. Entraba en juego la necesaria motivación a partir de los intereses de los niños
y utilizando la actividad y el juego como medio impulsores. La pedagogÃ-a de este autor defiende la
necesidad de desarrollar todas las posibilades de los educando en un ambiente colectivo de trabajo que se
plantea obtener objetivos beneficios para la comunidad y el grupo.
El personalismo de Sujomlinski se consigue gracias al esfuerzo y a los estÃ-mulos que provienen de la
comunidad y del trabajo colectivo.
El metido de Sujomlinski y sus colegas PavlÃ-sh es el despertar emocional de la razón, el enseñar al
niño a pensar. Para él, el camino más corto es el de sentimiento, acudir a la sensibilidad de los niños.
Las clasificaciones de PavlÃ-sh recompensan la laboriosidad pero no castigan la pereza. Evitaba las
actividades competitivas que pudieran humillar a los menos capaces y demostraba partidario de la gimnasia, la
emulación de la belleza y la armonÃ-a de los movimientos.
En su metodologÃ-a se trata de inculcar en los niños el afán por el estudio, cómo enseñar a trabajar,
cómo despertar el deseo de ser una buena persona. El maestro soviético se aleja del paidocentrismo de la
Escuela Nueva entendido como la subordinación del maestro a los intereses efÃ-meros de los pequeños.
Otro aspecto fundamental es inculcar amor a todo tipo de trabajo a través de la teorÃ-a de la educación de
la laboriosidad. Los alumnos debÃ-an dedicarse al trabajo que reportase beneficios pedagógicos en
actividades asociadas al pensamiento y a la creación. No se trataba de hacer cualquier trabajo sino aquellas
actividades manuales y mentales que interesaran al alumno y que le permitieran demostrarse a sÃ- mismo su
valÃ-a. Sujomlinski empleaba todos los medios de influencia sobre el niño en la práctica escolar, todo el
arsenal pedagógico que abarcaba el estudia, el trabajo, la belleza, el libro, la música, la pintura, la palabra
del maestro, la influencia de la colectividad y la de los padres.
• La escuela capitalista al servicio de la reproducción social
Las teorÃ-as de la reproducción social de la escuela y de la escuela capitalista en Francia abren un amplio
debate en los años setenta que se extiende por el mundo.
Desde la perspectiva marxista, la reproducción de la fuerza de trabajo y la diversidad de sus cualificaciones
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es una de las bases del capitalismo. Para la formación de la fuerza del trabajo, el capitalismo crea
instituciones al margen de al producción, una de las importantes es la escuela. La función de estas
instituciones es enseñar las habilidades necesarias a la producción y formación ideológica de los
miembros de las distintas instituciones según el puesto que están llamados a ocupar en las formaciones
sociales. La esencia de Estado es el poder de dominación polÃ-tica y económica de las clases poseedoras
sobre las poseÃ-das. La función del Estado es la de asegurar la perpetuación de las relaciones capitalistas
de explotación y la perpetuación del sistema social. Se distingue dentro del aparato de Estado entre los
aparatos ideológicos y el recesivo. Los aparatos ideológicos serÃ-an los aparatos religioso, escolar,
familiar, jurÃ-dico, polÃ-tico, sindical, informativo y cultural. El aparato represivo está formado por el
gobierno, la administración, la policÃ-a, los tribunales y las cárceles. La función de reproducción del
aparato escalar pone en manos de la burguesÃ-a un instrumento de lucha y dominación sobre las clases
trabajadoras.
El análisis del Estado y sus aparatos ideológicos y represivos es la base del pensamiento althusseriano, del
que también parten Bourdieu y Passeron. Utilizan como referencia la violencia. Parte de la teorÃ-a de la
violencia y el poder en el ámbito general y en el más concreto de la enseñanza. Se trata de la
legitimación que el Estado hace de la violencia simbólica ejercida a través de sus aparatos para
monopolizar el ejercicio de una actividad.
Toda acción pedagógica necesita de una autoridad pedagógica, pero esta autoridad pedagógica se ejerce
únicamente por delegación de los grupos dominantes. Tendrá más éxito en la medida en que los
receptores de la misma se encuentren más cerca de la arbitrariedad transmitida. El sistema de enseñanza
enmascara la verdad objetiva de su funcionamiento y justifica ideológicamente el orden que reproduce con
su actividad. La legitimidad pedagógica supone la delegación de una legitimidad preexistente, pero al
producir el reconocimiento de la autoridad escolar, el desconocimiento de la autoridad social que la funda, la
institución produce la legitimación de la perpetuación de la relación de clase, por una especie de
cÃ-rculo de prioridades recÃ-procas.
Los autores se refieren a la acción pedagógica primaria y al trabajo pedagógico primario para indicar
aquel perÃ-odo de aprendizaje precio a la enseñanza que transcurre en la familia, en la terminologÃ-a de
Althusser. El trabajo secundaria realizar será mucho mayor cuando el trabajo primario ha sido escaso y las
posibilidades de éxito de los alumno que no han sido sujetos del trabajo pedagógico primario serán
mucho menores que al de aquéllos que han tenido el privilegio de recibir las atenciones familiares que
componen la acción pedagógica primaria.
Baudelot y Establet realizan un examen detenido del funcionamiento de la escuela capitalista en Francia y
llegan a una seri de conclusiones que van en la lÃ-nea y apuntada por Althusser y Bourdieu y Passeron. La
escuela no es un fenómeno único y unificado como se nos quiere hacer ver. Los sociólogos franceses
encuentran que el 86,6% de la población con quince años de edad posee el certificado de estudios
primarios mientras que el resto posee un diploma igual o superior al bachillerato. Hay que tener en cuenta que
la eliminación del sistema escolar está muy relacionada con la pertenencia a las clases menos favorecidas.
Teniendo en cuenta sus estudios de a realidad escolar francesa, las proposiciones fundamentales que Baudelot
y Estable plantean demostrar a lo largo de su trabajo son las siguientes:
♦ Existe una red de escolarización que denominaremos red secundaria superior (red SS).
♦ Existe una red de escolarización que denominaremos primaria profesional (red PP)
♦ No existe una tercera red.
♦ Esas dos redes constituyen, por las relaciones que las definen, el aparato escolar capitalista.
Este aparato es un aparato ideológico del Estado,
♦ Como tal, este aparto contribuye, en cuanto a la parte que le concierne, a reproducir las
relaciones de producción capitalistas, es decir, en definitiva, la división de la sociedad en
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clases, en provecho de la clase dominante.
♦ La división de la sociedad en clases antagónicas explica en última instancia, no solamente
la existencia de esas dos redes, sino también (lo que las define como tales), los mecanismos
de su funcionamiento, sus causas y sus defectos.
La red que se puede denominar clásica está prevista para los hijos de la burguesÃ-a, mientras que los
alumnos de procedencia social trabajadora suelen acabar en la red práctica. A través de la escuela las
clases dirigentes perpetúan la situación social en la que basan su dominación y privilegio.
Los sociólogos franceses comprueban que los contenidos de la formación profesional pretenden seguir
repitiendo los rudimentos que ya se habÃ-an aprendido en la primaria. Los estudiantes llamados a estudiar en
niveles superiores reciben contenidos no repetitivos sino superiores a los que se habÃ-an dado en la
enseñanza primaria, en ella prevalece la continuidad y no la repetición de lo anterior.
El pensamiento de los autores analizados en torno al aparto escolar y la consiguiente reproducción social, se
puede resumir en las afirmaciones siguientes:
• El problema escolar es un problema polÃ-tico. Lo que pasa en la descula primaria tiene que ver con
palucha de clases entre la burguesÃ-a y el proletariado.
• La reproducción de las relaciones sociales que efectúa la escuela es social e ideológica. Distribuye
a los individuos en dos redes internas de la escuela y asegura la reproducción polÃ-tica e
ideológica de la ideologÃ-a burguesa.
• La única solución es acabar con la escuela capitalista y con todo su sistema de funciones al servicio
de la reproducción.
• La teorÃ-a educativa de Suchodolski.
Bofdan Suchodolski, pedagogo polaco, nació el año 1907 en Sosnowiec. Para la construcción de su
teorÃ-a educativa parte de la critica a la educación tradicional, ya que entendÃ-a que la escuela habÃ-a
nacido en unas condiciones sociales y culturales totalmente distintas de las actuales y ya no responden en
buena parte a las exigencias presentes, al no preparar a las generaciones jóvenes en la responsabilidad y en
los valores para la nueva vida social y cultural. Sus programas y sus métodos siguen adaptándose a las
épocas pasadas en las que se trataba de preparar a los individuos con miras a unas condiciones de existencia
ya establecidas. La gran limitación de la pedagogÃ-a tradicional es que se esfuerza en la defensa de los
modelos del pasado y en valores absolutos y no prepara a las actuales generaciones para las necesidades de la
vida futura. Tampoco contribuye la educación tradicional a la participación creada en la vida social ni al
cambio del sistema social vigente, sino que tiende a reproducir las desigualdades y a perpetuar las situaciones
de privilegio. Suchodolski se plantea la educación del futuro dentro del socialismo. Está convencido que el
futuro será positivo y creador.
El problema para el planificador de la educación del futuro es que el ritmo en los cambios sociales es tan
rápido que las condiciones objetiva varÃ-an a lo largo de la vida de un individuo. La educación actual tiene
que preparar a los niños y jóvenes para unas tareas que aún no existen y para unas condiciones futuras por
determinar.
Suchodolski, las tareas esenciales de la educación socialista pueden concebirse como tres grandes grupos
definidos por los términos siguientes: sociedad, trabajo, cultura, para la realización creadora del trabajo
profesional y para la participación activa en la vida cultura: he ahÃ- las tres objetivos fundamentales de la
educación socialista.
En una sociedad socialista los alumnos deben ser educados para la participación, cooperación y la unión
de esfuerzos individuales para alcanzar metas sociales, al contrario de lo que ocurre en la sociedad capitalista
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donde se fomenta el individualismo, la competitividad y las divergencias entre los intereses individuales. Para
la educación socialista uno de los fines esenciales es la formación profesional generalizada y adecuada a las
crecientes necesidades de la sociedad. Y en tercer lugar debe elevar el nivel de comprensión del mundo, de
la vida, del hombre, de la sociedad y del trabajo.
En Suchodolski se advierte la convergencia que se produce entre los intereses individuales y sociales; la
educación del futuro se plantea la interacción dialéctica entre ambos términos para superar el
antagonismo tradicional. También establece una estrecha relación entre el presente, el futuro y el pasado
en la labor educacional; entiende que en el planteamiento de la educación futura no deben faltar los otros dos
elementos de presente y pasado.
Educar para el futuro es preparar al individuo para adaptación a unas condiciones de existencia futura
desconocidas pero todo es formar a un nuevo tipo de hombres que sean capaces de asumir las nuevas tareas
que el futuro ha de exigir. La pedagogÃ-a socialista debe ser capaz de formar a unos hombres desarrollados
multifacéticamente, de manera polivalente, y plenamente conscientes de sus problemas y obligaciones; a
unos hombres capaces de integrarse en los procesos de cambio, de participar en ellos, de impulsarlos. La
pedagogÃ-a socialista debe formar a un hombre nuevo, aun nuevo modelo humano, en el que se concilien el
pasado con el futuro, los problemas e interés individuales con los sociales, las tareas aisladas con las
cooperativas. Para la educación del futuro Suchodolski se muestra partidario de lo que denomina una
perspectiva integradora. Tendrá sentido plantear lo intelectual, lo moral y lo estético por separado, como
si fueran realidades estancas, sino que será preciso considerarlas de forma integrada. La práctica
educacional integradora se dirige a toda la personalidad del sujeto y le permitirá formarse de una manera
polivalente, multifacética.
La pedagogÃ-a socialista tendrá que ser también capaz de integrar el estudio y el trabajo,
tradicionalmente separados. Se entiende que en el socialismo, como el trabajo pierde su carácter alienante al
convertirse en el reflejo de la necesidad fundamental humana de la acción creadora, se puede devolver al
trabajo su carácter humano. En el pensamiento de Suchodolski, el joven no debe trabajar fundamentalmente
para producir sino en cuanto se forma y se desarrolla. Se trata de un trabajo real, no de un artilugio didáctico,
para que aprenda lo que es el trabajo profesional y para que conozca de cerca las relaciones de trabajo. La otra
dimensión de la pedagogÃ-a socialista es la combinación e integración de las enseñanzas de tipo general
y las enseñanzas de tipo profesional. Todos sin excepción deben pasar por el doble tipo de enseñanza: la
educación debe tener a la formación del hombre que trabaja y no sólo del hombre cualificado. Pero ya no
bastará con la estrecha especialización concreta, el trabajador debe estar preparado para abandonar su
especialidad y enfrentarse a otro tipo de trabajo.
El tener tipo de integración que debe realizar la educación socialista es entre la escuela y la vida; el
clásico divorcio debe ser superado en una sociedad socialista entendida como una realidad creadora por el
hombre y para el bien del hombre. Además, la actividad pedagógica no puede limitarse a educar
multifacéticamente a los niños y dejar abandonados a los jóvenes y a los adultos, será preciso integrar
el trabajo y la educación a través de toda la vida de los individuos y no sólo durante la infancia. Para
Suchodolski, la perspectiva socialista permite acabar con el viejo antagonismo entre individuo y sociedad que,
en realidad; es una oposición idealista que quedará superada desde la perspectiva dialéctica, porque el
desarrollo del hombre y de su mundo se encuentra en estrecha e Ã-ntima relación. Otro tanto ocurre con el
par opuestos presente−futuro, visto frecuentemente como antagónicos. Para este autor el futuro es lo que los
hombres esperan que sea sino el producto de lo que se está forjando gracias a sus actividades presentes, sus
logros y sus errores, de esta manera ambos conceptos están también Ã-ntimamente relacionados.
En el ámbito pedagógico, la pedagogÃ-a socialista que parte de la unidad dialéctica entre lo subjetivo y
lo objetivo, entre el hombre y su mundo no puede actuar de la misma manera que la pedagogÃ-a tradicional.
Teniendo en cuenta lo que llevamos dicho hasta aquÃ- en torno a las ideas filosóficas y pedagógicas de
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Suchodolski, no podemos plantear ahora cuáles son las tareas concretas que le asigna a la educación y
cuáles serán los métodos más adecuados dentro de esta perspectiva de análisis marxista de la
educación.
La escuela tiene que estar abierta al mundo, a la sociedad, tiene que facilitar los contactos entre los alumnos y
el medio social en el que viven, más aún, debe prepararlos para que contribuyan a la mejora y
transformación del mundo en el que habitan, para eso les prepara a través del desarrollo de su
personalidad. Para ello, la escuela debe fomentar valores de participación y de asumir responsabilidades,
evitando la pasividad y el individualismo de la burguesÃ-a.
Ante la proliferación de conocimientos existente, es preciso establecer una selección de contenidos
sabiendo que la escuela sólo puede dar un conocimiento general en el terreno de la cultura general y de la
enseñanza profesional, que luego se podrán desarrollar y profundizar en los niveles educativos posteriores.
No pueden faltar las ciencias matemáticas y fÃ-sicas, la quÃ-mica y la biologÃ-a, las ciencias sociales y las
ciencias humanÃ-sticas. Pero, la escuela no puede limitarse a enseñar tales disciplinas, sino que también
se preciso que se ocupe del estudio de la estructura de la ciencia. Frente al verbalismo fomentado por la
pedagogÃ-a tradicional se debe imponer el pensamiento operativo exigido por la pedagogÃ-a del futuro; la
pedagogÃ-a que debe imperar en el socialismo es la educación cientÃ-fica entendida como la educación
del hombre Ã-ntegro, tanto de sus facultades y tendencias personales como de su vida social, superando asÃa la educación intelectual tradicional. La educación cientÃ-fica es una educación, por consiguiente, que
requiere abarcar todos los aspectos de la vida humana.
De forma complementaria, valdrÃ-a más decir, integrada, aparece la educación moral entendida desde la
perspectiva marxista como una actividad destinada a integrar al hombre en una acción concreta, a
enseñarle a actuar adecuadamente y a participar en la vida social. La educación moral en Suchodolski debe
basarse en la comprensión de las consecuencias sociales de la actividad personal del individuo, en despertar
en el hombre el afán de actuar y luchar por un futuro mejor en colaboración y solidaridad con el resto de la
comunidad. Las palabras claves serán: participación, cooperación, convivencia y solidaridad. Pero
también tiene muy en cuenta los aspectos personales, singulares, individuales, como la felicidad, la
satisfacción en la vida, el sentido de su vida dentro de la sociedad socialista en constitución. Para nuestro
autor, estas situaciones personales hay que entenderla siempre dentro de la concepción integral de la
educación, por eso sugiere como salidas educativas fomentar las facultades creativas, imaginativas y
expresivas de cada ser humano
OPINIÓN
Makarenko dice estar en desacuerdo con la combinación de trabajo y estudio, porque los niños estarÃ-an
tan cansados de trabajar que no serÃ-an capaces de asistir a la mañana siguiente a clase. También detesta
los castigos corporales, cosa que es algo lógico mirándolo desde aquÃ-, porque posteriormente la
educación estaba marcada por un exceso de autoridad por parte del profesor hacÃ-a el alumnado. TenÃ-an el
poder de la clase y hacÃ-an con los alumnos lo que querÃ-an, los humillaban, les pegaban y otros variados
castigo. AsÃ- el niño no aprendÃ-a con ganas sino con miedo.
Al igual que Sojomlinski, estoy de acuerdo con que el centro de preocupaciones del educador debe ser
desarrollar todas las potencialidades del ser humano, del niño que tenÃ-a bajo su responsabilidad, a
través de la alegrÃ-a, la felicidad y la libertad. Teniendo en cuenta los aspectos personales, singulares,
individuales, como la felicidad, la satisfacción en la vida, el sentido de su vida dentro de la sociedad
socialista en constitución. Eran reuniones en la Casa del Pueblo con obreros y trabajadores manuales. El
primer año de su existencia de Escuela mantuvo un carácter abierto y poco politizado. En ciertos sectores
socialistas no estaba muy bien visto, pero poco a poco se fue politizando y, dos años después de su
creación, en septiembre de mil novecientos doce, fue admitida como participante en el IX Congreso del
PSOE, del que salió definida como centro de estudios socialistas.
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Todo el trabajo de Sujomlinski está basado en la fe en el niño, en su capacidad, y procura aleccionar a sus
maestros en esta misa lÃ-nea de una pedagogÃ-a centrada en el niño y en la necesidad de la
autoinstrucción. Por eso, en su metodologÃ-a se trata de inculcar en los niños el afán por el estudio,
como enseñar a trabajar, cómo despertar el deseo de ser una buena persona, Pero, el maestro soviético se
aleja del paidocentrismo de la Escuela Nueva entendido como la subordinación del maestro a los intereses
efÃ-meros de los pequeños.
La que se llamó Escuela Nueva de Madrid nació como una asociación cultural que pretendÃ-a establecer
lazos de unión entre intelectuales y obreros. La idea de Núñez de Arenas fue formar unos grupos de
profesores y literario que, de cuando en cuando, tu
La escuela Nueva estuvo enormemente influida a lo largo de su desarrollo por la extraordinaria personalidad
de Núñez de Arenas y una prueba evidente es que a partir de 1924, cuando éste se marcha al exilio inicia
una decadencia de la que no podrá reponerse. La Escuela Nueva luchó durante toda su existencia por
mantener el doble carácter de centro social e intelectual. Llegó a tener un local propio en la madrileña
calle del Prado. En 1918 tenÃ-a ya 104 socios: muchos de ellos eran profesores de enseñanza media, y una
tercera parte militaba en las filas del Partido Socialista. En el congreso del partido que se celebró ese año la
Escuela presentó una ponencia, Bases para un programa de Instrucción Publica, que se convirtió, a partir
de entonces, en el programa socialista para la educación.
Su fundación supuso la adhesión de nuevos intelectuales al partido obrero, como Andrés Ovejero,
Ramón Carande, Rafael Urbano Asimismo, en octubre de 1913 se fundó la Liga de Educación PolÃ-tica,
Organización periférica del Partido Reformista de Melquiades Ãlvarez− con Ortega y Gasset como
presidente y GarcÃ-a Morente.
Fue Núñez de Arenas quien llevó al Congreso del PSOE de 1918 la ponencia bases para un Programa de
Institución Publica que, desde entonces, se convirtió en el programa educativo de los socialistas. Si se leen
los fundamentos básicos de aquella ponencia se descubrirá en ellos un gran parecido con los de la
Institución Libre de Enseñanza.
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