EL ESPACIO. LA DESCRIPCIÓN DE LUGARES Es el lugar donde ocurre la historia. Es fundamental para crear el ambiente que rodea a los personajes. El lugar o lugares donde transcurre la acción del relato son presentados, generalmente, por el narrador, y, en ocasiones, por alguno de los personajes. Esta descripción es la relación de las características y rasgos predominantes de un lugar, ya sea un interior -en un recinto o dentro de una edificación- o exterior -en la naturaleza, al aire libre-. El autor de un texto descriptivo suele ofrecer al lector una primera visión general del espacio que describe. Después elige una organización para describir los distintos elementos de ese espacio: de arriba abajo, de derecha a izquierda, de lo más cercano a lo mas lejano, recorriendo el espacio (tras los pasos de un personaje), fijando su atención en un elemento de ese espacio y en la relación de los demás con él, etc. Por el Sur se dominaba el hermoso valle de Campoo, ya en otra ocasión visto y admirado por mí; en la misma dirección, y más lejos, los tonos pardos de la tierra castellana [...] Al Oeste, y asombrándolo todo con sus moles, Peña Sagra y los Picos de Europa separados por el Deva, cuya profunda y maravillosa garganta se distinguía fácilmente en muchos de sus caprichos escarceos entre los peñascos inaccesibles y fantásticos de una y otra ribera [...] Pero lo verdaderamente admirable y maravilloso de aquel inmenso panorama era cuanto abarcaban los ojos por el Norte y por el Este. En lo más lejano de él, pero muy lejano, y como si fuera el comienzo de lo infinito, una faja azul recortando el horizonte: aquella faja era el mar, el mar Cantábrico. JOSÉ MARÍA DE PEREDA: Peñas Arriba QUIÉN PRESENTA LOS ESCENARIOS ORDEN EN LA DESCRIPCIÓN DE ESPACIOS QUE SE CITAN Y CÓMO ESTÁN DESCRITOS La casa de Ayemenem era una antigua mansión, noble y señorial, que mantenía las distancias. Como si no tuviera nada que ver con la gente que vivía en ella. Como un viejo de ojos legañosos que contempla los juegos de los niños y lo único que ve en la euforia de sus gritos y en su entusiasta entrega a la vida es la fugacidad. El pronunciado tejado de tejas se había ido oscureciendo y cubriendo de musgo por las lluvias y el paso del tiempo. Los marcos triangulares de madera encajados en los gabletes tenían intrincadas tallas, y la luz que se filtraba a través de ellos y formaba dibujos sobre el suelo estaba llena de secretos. Lobos, flores, iguanas. Formas que cambiaban a medida que el sol se movía por el cielo. Y morían puntualmente al anochecer: Las puertas no constaban de dos, sino de cuatro paneles de madera de teca. De tal modo que, hace tiempo, las damas podían mantener cerrada la mitad inferior, apoyar los codos en ella como en un alféizar y regatear con los vendedores que llegaban a la casa, sin mostrarse de cintura para abajo. [...] Nueve empinados escalones unían el camino para coches con la galería delantera de la casa. Aquella elevación le otorgaba la dignidad de un escenario, y todo lo que allí pasaba adquiría el aura y la importancia de una representación teatral. Desde la galería se dominaban el jardín ornamental de Bebé Kochamma y el camino de gravilla para coches que les rodeaba serpenteando cuesta arriba hasta acabar al pie de la pequeña colina sobre la que se alzaba la casa. Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas También se pueden describir lugares con finalidad práctica, como pueden ser las guías turísticas, como la que sigue sobre Castrillo de los Polvazares, en la provincia de León: Menos barbitúricos y más hoteles como éste. Los médicos harían bien en aconsejar una semana de reposo entre piedras y galerías acristaladas antes de recetar al personal pastillas contra el estrés. ¿Qué puede haber más vitamínico que Castrillo de los Polvazares, uno de los pueblos pintorescos por excelencia de la Maragatería leonesa? Piedras, galerías y hormigón estructurados audazmente por el arquitecto Juan Múgica Aguinaga. Él, junto con el pintor Sendo -socio fundador del establecimiento-, han sido los artífices de esta joya del hospedaje; uno, poniendo en pie las paredes, y el otro, vistiéndolas con sus cuadros. Sin duda, el resultado es una lección de gusto popular, en línea con la obra de conservación que se ha hecho en la localidad. Pese al incómodo adoquinado, es posible llegar en coche hasta el torreón de entrada, junto a la iglesia parroquial. Todas las habitaciones ofrecen un tenor diferente, más o menos amplias, estilosas, con nombre propio: El Peregrino, El Maragato, El Arriero, El Trashumante... Igual que el corredor, ambientado con macetas y mesitas caseras, volcado hacia el monte Teleno. Aquí no se oyen pasar coches en todo el día; sólo pájaros... y el despertar de los gallo. Alrededores: Santa Catalina de Somoza (3 km.); Astorga (7 km). Descripción estática y descripción dinámica: Las descripciones anteriores son estáticas, es decir, el autor describe el paisaje, la casa o el hotel como se fueran una fotografía. También hay descripciones dinámicas o cinematográficas, como lo hace una cámara a través de la cual el director de la película nos describe y narra la acción, lo que vemos. La casa abandonada Pensó Alfanhuí que podría entrar en la casa bajando por las ramas. El matorral era espesísimo, le sujetaba bien y parecía no acabarse nunca. Alfanhuí se iba hundiendo, apartando las ramas y las hojas con pies y manos. Algunos momentos le parecía que los tallos se estrechaban y querían apretarlo y ahogarlo en su maraña. Por fin, sintió vacío debajo de su pie; los últimos hilos de la enredadera bajaban, como cuerdas, dentro de la casa. AJfanhuí se descolgó por ellos y de un salto, llegó al suelo. Retumbó el golpe en la oscuridad. Oyó un huir de ratas. Alfanhuí se quedó un momento parado. Había una gran oscuridad y tan sólo se veía una vaga mancha de luz en el suelo. Alfanhuí se acercó, era una chimenea. En la mancha de luz se veían las sombras de dos pájaros, posados arriba en el techo, sobre el borde de la chimenea. Piaban lejanamente y sus sombras se movían en el suelo. Alfanhuí encendió una cerilla. Apareció una habitación grande como un salón, pero que no tenía un solo mueble. Las puertas eran blancas con filetes dorados. La chimenea era de mármol. Todo era blanco y oscuro. Con otra cerilla pasó a otra habitación más grande que también tenía chimenea. Sobre la chimenea había un espejo y dos candelabros de bronce. Encendió todas las velas. También el marco del espejo era blanco, con ribetes dorados. Se miró en él. El espejo tenía una luz honda y amarilla: “¡Qué antiguo soy!”, se dijo, y sonrió. Luego se alejó del espejo todo lo que pudo y se miró de nuevo, allá al fondo. Desde allí se hizo un saludo con la mano: ¡Alfanhuí, qué antiguo eres! Rafael Sánchez Ferlosio:Alfanhui - Completa el cuadro siguiente: lugares por donde pasa Alfanhui baja por las ramas Cosas que se describen el matorral era espesísimo Descripción objetiva y descripción subjetiva: el escritor, en muchos casos, no refleja en el papel una fotografía de lo que observa, sino que, en ocasiones, lo interpreta de forma personal, lo ve con subjetividad. Fíjate en los siguientes textos: Texto A: Eran las nueve de la noche. Fortunata atravesó con paso ligero la calle de Hortaleza, la Red de San Luis. No debía de estar muy trastornada cuando, en vez de tomar por la calle de la Montera, en la cual el gentío estorbaba el tránsito, fue a buscar la de la Salud y bajó por ella, considerando que por tal camino ganaba diez minutos. De la calle del Carmen pasó a la de Preciados, sin perder ni un momento el instinto de la viabilidad. Atravesó la Puerta del Sol, por frente la casa de Cordero, y ya la tenéis subiendo por la calle de Correos, hacia la plazuela de Pontejos. BENITO PÉREZ GALDÓS: Fortunata y Jacinta Texto B: Se entraba a la tahona por una puerta que daba a un patio grande, en el cual se levantaba un cobertizo de cinc agujereado, que protegía de la lluvia, o trataba de proteger, al menos, las cargas de ramaje de retama y las pilas de leña allí amontonadas. De este patio, por una puerta baja, se pasaba a un largo corredor, estrecho y húmedo, negro por todas partes, y en el cual no se veía más que allá en el fondo un cuadrado de luz de una ventana alta con unos cuantos cristales rajados y sucios, por donde entraba una claridad triste. Cuando los ojos se acostumbraban a la penumbra reinante, se veían en las paredes del corredor cestos de repartir, palas del horno, blusas, gorros y zapatos colgados en clavos, y en el techo, gruesas telas de araña plateadas y llenas de polvo. A ambos lados del pasillo ya la mitad de su longitud se abrían dos puertas frente por frente: una daba al horno; la otra, al amasadero. El sitio del horno era anchuroso, con las paredes recubiertas de hollín, negro como una cámara oscura; un mechero de gas brillaba en aquella caverna, sin iluminar apenas nada. Delante de la boca del horno, en un tinglado de hierro, estaban colocadas las palas; arriba, en el techo, se entreveían tubos grandes de chimenea cruzados. El amasadero, menos negro, resultaba más sombrío que la cocina del horno; a su interior llegaba una luz pálida por dos ventanas que daban al patio, con los cristales empañados por el polvo de la harina. Veíase siempre allí a diez o doce hombres en camiseta, agitando los brazos desesperadamente sobre las artesas, y en el fondo del local una mula movía lentamente la máquina de amasar. La vida en la tahona era antipática y molesta; el trabajo, abrumador, y el jornal, pequeño: siete reales al día. Manuel, no acostumbrado a sufrir el calor del horno, se mareaba; además, al mojar los panes recién cocidos se le quemaban los dedos y sentía repugnancia al verse con las manos infiltradas de grasa y hollín. PÍO BAROJA: La Busca - ¿Cuál de los dos textos es objetivo y cuál subjetivo? - El texto A, ¿es una descripción estática o dinámica? - Mira el texto B. Indica qué sustantivos, adjetivos y adverbios sirven para crear la sensación de espacio desagradable: Sustantivos: Adjetivos: Adverbios: Influencia del espacio en los personajes: el espacio no aparece de forma aislada, sino en relación con el tiempo y los personajes. El autor tiende a darle vida, a relacionarlo con los sentimientos de los personajes: favoreciendo o perjudicando su estado de ánimo, motivando sus reacciones, provocando su desasosiego. Texto A: La primavera en Oxford La primavera inglesa es particularmente angustiosa para quien ya está angustiado, pues, como es sabido, los días se alargan anómalamente, es decir, no como puede ocurrir y ocurre en Madrid o Barcelona cuando se acerca y llega el verano. Aquí, en Madrid, los días se hacen infinitos, pero la luz va variando y se va matizando continuamente y así da fe de que el tiempo avanza, mientras que en Inglaterra -como también más al norte- nada cambia durante horas. En Oxford la luz es la misma desde las cinco y media, cuando uno se ve obligado a reparar en ella con el cese de toda actividad visible -al cerrarse las tiendas y volver a casa los profesores y los estudiantes-, hasta más de las nueve, en que por fin el sol se pone súbitamente, -como si fuera un interruptor lo que lo apagara, aunque queda un resplandor fantasmal y lejano- y los que salen de noche se echan a la calle con impaciencia. Esa misma luz inmutable, esa acentuación del estatismo o estabilidad del lugar le hace a uno sentirse parado y aún más fuera del mundo y de todo transcurso de lo que allí es corriente, como he explicado. JULIÁN MARÍAS: Todas las almas Texto B: Don Quijote contempla el Ebro Dos días después que salieron de la alameda llegaron don Quijote y Sancho al río Ebro, y el verle fue de gran gusto a don Quijote, porque contempló y miró en él la amenidad de sus riberas, la claridad de sus aguas, el sosiego de su curso y la abundancia de sus líquidos cristales, cuya alegre vista renovó en su memoria mil amorosos pensamientos. - Completa la ficha siguiente: TEXTO SENTIMIENTOS ASPECTOS DEL PAISAJE A B - Piensa en algún paraje de tu pueblo o en una fotografía de algún paisaje. Describe lo que ves y señala los sentimientos que te provoca su contemplación: alegría, ansias de libertad, añoranza de las vacaciones. Te ayudarán los siguientes adjetivos Adjetivos para describir: - La extensión: extenso, grande, grandioso, inmenso, vasto, enorme, inabarcable, diminuto, pequeño... - La distancia y localización: cercano, próximo, lejano, alejado, distante, distanciado, apartado, accesible, inaccesible, transitable, remoto, marginal, periférico, fronterizo, recóndito... - El aspecto general: seco, calcinado, yermo, cultivado, agreste, salvaje, húmedo, lluvioso, rústico, montañoso, llano, escarpado, pendiente, arbolado, inhóspito, boscoso, selvático, habitado, pelado, variopinto, pintoresco, soleado, nublado, nevado, oscuro... Adjetivos relacionados con los cinco sentidos: - Vista: Además de los adjetivos que precisan el color, habría que añadir algunos como los siguientes: oscuro, claro, negruzco, plomizo, pardo, moreno, bronceado, encarnado, carmín, cobrizo, sonrosado, amoratado, intenso, pálido, apagado, mate, brillante, sucio... - Oído: sonoro, armonioso, melodioso, cadencioso, acompasado, estridente, ronco, escandaloso, chillón, bronco, profundo, estrepitoso, monótono, alto, fuerte, agudo, grave, bajo, sordo... - Olfato: aromático, pestilente, perfumado, oloroso, ahumado, maloliente, apestoso, fétido, picante, acre... - Gusto: sabroso, gustoso, rico, apetitoso, jugoso, desabrido, insípido, dulce, azucarado, acaramelado, almibarado, amargo, salado, soso, agrio, ácido, agridulce, picante, empalagoso... - Tacto: suave, áspero, terso, liso, blando, tierno, rudo, tosco, rugoso, frío, gélido, caliente, tibio, cálido, duro...