LA REHABILITACIÓN DE LA “CASA TALLER DE PEDRO DE MENA”. EN CALLE AFLIGIDOS, 5, DE MÁLAGA, PARA MUSEO REVELLO DE TORO. Promotor PROMALAGA EXCMO. AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA Arquitecto FRANCISCO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ SUMARIO La casa de donde vivió y murió el escultor Pedro de Mena y Medrano El contexto cambiante de la casa de Mena. Un vestigio de la ciudad conventual para la arqueología urbana de Málaga. La rehabilitación de la casa del siglo XVII donde habitó Pedro de Mena, para uso museístico. El museo Revello de Toro. La casa de donde vivió y murió el escultor Pedro de Mena y Medrano Enclavada en las proximidades de la Catedral, al final de la antigua y estrecha callejuela de Afligidos, tuvo su casa y su taller el célebre escultor Pedro de Mena y Medrano. Allí vivió el último periodo de su vida, hasta su muerte en 1688. Había habitado don Pedro y su familia otras casas en Málaga antes que ésta, ciudad a la que llegó en 1658 procedente de Granada de donde era natural, para hacerse cargo de ejecutar la imaginería de la sillería del coro de la Catedral malacitana. Con este motivo, con treinta años de edad y en el ecuador de su vida, se instaló en la ciudad de Málaga en una casa que el cabildo catedralicio, como parte del contrato, puso a su disposición en las proximidades del templo mayor1. Trabajó en este encargo durante dos años, a la vez que atendía otros en la misma ciudad. Una vez concluida la sillería del coro, a partir de 1660, mantuvo su domicilio en la circunscripción de la Parroquia del Sagrario, donde consta que fueron bautizados todos sus hijos nacidos en Málaga. Permaneciendo en la ciudad su familia y taller, viajó por estos años a Madrid y a Toledo, donde en 1663 fue nombrado escultor de su catedral. Después de su regreso a Málaga, alquiló una nueva casa detrás de la catedral lindando con el templo, posiblemente para instalar en ella el taller, y otra en la plazuela de la Señora Marquesa para su vivienda2. Más tarde llegó a tener propiedades en Málaga, en calle Especería, Calle de Santa Ana, en la calle de la Confitería, en la Cruz Verde y en la calle Cintería, propiedades que alquilaba y de las que, cuando sus hijos profesaban en las órdenes religiosas, cedía como dotes sus arrendamientos3. Es el 10 de marzo de 1679 cuando compró unas casas situadas en la calleja sin salida que estaba frente a la desaparecida plazuela del convento del Cister, en la que hoy, ensanchada, conocemos como calle Afligidos. Se conoce que Pedro de Mena las compró a Doña María Bueso por 8.163 reales, con la obligación de pagar algunos censos impuestos sobre ellas. Esta señora la había heredado de don Bartolomé de Estremera, racionero de la Catedral de Buenos Aires, quien la había recibido del licenciado Cristóbal de Castro, racionero de la Catedral de Málaga4. El 23 de agosto del mismo año, Mena es nombrado teniente de alcaide del Castillo y Fortaleza de Gibralfaro. Cayendo poco después gravemente enfermo, hace testamento5 el 7 de diciembre de 1679. En este documento declara estar “enfermo en cama en el real castillo de Gibralfaro, donde tengo mi habitación”, y poseer entre sus bienes las casas de la barrera sin salida frente al convento del Cister que compró a doña María Bueso, junto con otras con las que lindaban y que se las traspasó don Martín de Corcuera Landázuru, teniéndolas todas “derribadas para volverlas a labrar y están sacadas de cimientos”. Quiere decir esto que Mena derribó las casas que compró en la calle Afligidos y construyó una nueva de acuerdo con sus necesidades utilizando parte de los cimientos de las casas primitivas. Es ésta la que ha llegado hasta nosotros conocida como la casa-taller de Pedro de Mena. Estaba la nueva casa bien ubicada, pues la calle Afligidos venía a desembocar en la del Cister, la principal junto con calle Santa María, de la ciudad del siglo XVII. En este eje entre la Alcazaba, a la que Mena estaba vinculado por su condición de teniente alcaide de la fortaleza, y las Casa Capitulares de la Plaza Mayor, se concatenaba una buena representación de los estamentos sociales que regían aquella ciudad y que fueron sus clientes: conventos, casas del Cabildo, Catedral y el Palacio del Obispo, entonces Fray Alonso de Santo Tomás. La casa que labró don Pedro de Mena responde a la tipología mediterránea de casa patio habitual en la Málaga de aquella época. Encajada en la apretada trama de la ciudad conventual, era una casa introvertida que conservaba la muy antigua costumbre de cerrarse al angosto espacio de la calle y abrirse hacia un luminoso y amplio patio interior, al cual se accedía a través de un zaguán. Teniendo este estrecho punto de contacto con el exterior, la casa de Mena se organizaba entorno a ese patio, de hechura castellana, como los que de la misma época hay en Granada, donde nació; o en Toledo, donde estuvo como escultor de su Catedral. Han sobrevivido pocos ejemplos similares en Málaga, aunque nos constan por las fotografías que Temboury hizo de ellos. Hoy podemos contemplar en pie el de la casa de Consulado en la Plaza de la Constitución, aunque algo transformada por Martín de Aldehuela hacia el gusto de finales del XVIII. Fiel a esta tipología, se caracteriza el patio de calle Afligidos por estar rodeado de una ligera galería adintelada de dos niveles. En planta baja se construye con grandes vigas de madera entregadas, mediante hermosas zapatas labradas del mismo material, a tres columnas toscanas de mármol blanco de Mijas sobre pedestal de arenisca roja. En planta alta, unos delgados pies derechos ochavados de madera, rematados con delicadas zapatas de menor tamaño, recogen otra viga sobre la que un forjado de bovedillas de revoltón y viguetas de madera rematadas con canecillos, sostiene el tejado que cubre la galería. Un antepecho estucado y rematado con pasamanos de madera sirve de baranda, quedando por tanto abierta al patio la galería. Además de este patio, otro elemento importante en la organización de la casa es la escalera. A diferencia de las escaleras de las casas musulmanas, las de las castellanas son amplias y ocupan una posición en la planta que organiza la casa con cierto carácter ceremonial. Es llamativa la existencia, en el arranque de la escalera de la casa de Mena, de una gran puerta de cuarterones formando cinco cruces que independiza el nivel de planta baja, taller del escultor, de la alta, su vivienda. Esta puerta da mayor intimidad y sentido ritual al recorrido de subida, que tras ella se inicia. Una vez arriba y enmarcados por dos arcos, se divisan los grandes portones de las estancias principales de la casa dando a la galería alta. Todo este sistema de zaguán, patio principal, galería y escalera, estructura el conjunto, compuesto además de dos crujías perpendiculares entre sí que dibujan una planta en forma de “L”. Detrás de la escalera se forma un pequeño patio y dependencias de servicio. A diferencia de la ligereza que caracteriza la construcción de las galerías, estas crujías están construidas a base de gruesos muros que soportan los forjados de viguetas de madera y bovedilla de revoltón, techos de la planta baja y primera. Sobre estos muros continuos, la planta segunda se levanta mediante machones de ladrillo que intercalan entre ellos un pie derecho de madera con la finalidad de reducir la distancia librada por la viga que, como coronación del edificio, corre por encima de dichos pilares. Esta viga de coronación recoge la techumbre de madera realizada con el sistema denominado par-hilera. Este sistema constructivo de la segunda planta, más ligero y versátil que el de las plantas inferiores, da forma a un espacio característico de esta arquitectura denominado “solana”, que alberga habitualmente dependencias de servicio. Este espacio tradicionalmente tiene la posibilidad de abrirse o cerrarse al exterior según convenga para su uso y a él se accede desde la planta principal por una escalera secundaria independiente. Estructurada así la construcción de la casa, se puede plantear como hipótesis su organización, sugerida por la propia arquitectura. La planta baja destinaría las salas en torno al patio principal al taller de escultura, y las habitaciones que rodean al patio de servicio, a bodega y almacenes. En la planta alta principal se alojaría la vivienda con las dependencias de don Pedro de Mena y doña Catalina de Vitoria, su esposa, ocupando las dos crujías principales. Una sala, visible desde el desembarco de la escalera, con sus portones decorados con aspas y rombos, parece ser la principal de la casa. De mayor anchura que las demás, en su interior se disponen dos grandes ventanales, desproporcionados para el espacio exterior al que se abrían, pero intencionadamente importantes para dar rango y carácter a una sala que bien podría ser el gabinete donde el escultor recibiera las visitas de sus clientes. Desde ésta, a través de una puerta de dos hojas con marco mixtilíneo se accedía a una habitación de menor tamaño, saludable y bien soleada por estar orientada al sur, posiblemente la alcoba de Don Pedro de Mena. Repitiendo este mismo esquema de estancia-gabinete y alcoba en la crujía norte, las habitaciones destinadas a doña Catalina, con vista sobre el acceso a la casa y a la galería alta, y control de la zona más doméstica entorno al patio de servicio. En el eje del gabinete del escultor, en el lado opuesto a la alcoba y con visión desde ella, se ha constatado la existencia de una hornacina en el muro. Junto a ésta y a eje con las estancias de su esposa, existió otra en el muro perpendicular al anterior. Si Pedro de Mena y su esposa habían acordado en 1676 fundar una memoria y capellanía en la Iglesia y convento del Cister6, teniendo la intención de poner en dos altares de la iglesia las imágenes del Ecce Homo y de Nuestra Señora de los Dolores que el escultor había realizado para su enterramiento, no teniendo efecto tal acuerdo hasta la muerte de uno y otro, es fácil presumir que dichas imágenes estuvieran en su poder hasta producirse al menos el fallecimiento de Don Pedro. Siendo así, estarían custodiadas en un lugar principal dentro de la casa, pudiendo ser tales hornacinas los espacios que albergaran transitoriamente las particulares imágenes, hoy en el vecino convento. Murió Pedro de Mena el 13 de octubre de 1688 en su casa de calle Afligidos, quedando su discípulo Miguel de Zayas al frente del taller, a la vez que su viuda se ocupaba de los asuntos económicos del mismo. Se conoce la presencia de Doña Catalina en Málaga hasta 1692, y se piensa que trasladó su residencia posteriormente a Granada para vivir en compañía de su hijo menor José de Mena, Capellán de la Capilla Real de los Reyes Católicos de Granada. Con el transcurso de los años la que fuese casa de Pedro de Mena fue cambiando su fisonomía al transformarse en casa de vecinos. Se compartimentó interiormente para dividirse en varias viviendas, utilizando los espacios de la galería de planta alta como dependencias, lo que trajo consigo que se cerrase la hermosa galería a base de elementos añadidos. Ésta se tabicó disponiendo ventanas para ventilación de las habitaciones, y se ocultaron todos los pies derechos de madera al quedar embebidos en el cerramiento. La planta baja se dividió en diversos locales comerciales, ocupándola a mediados del siglo XX una imprenta y, finalmente desde los años 80 el célebre café teatro. El tiempo hizo que se fueran acumulando las intervenciones realizadas para adaptar la casa a los usos que tuvo con posterioridad a Mena, alterando en parte su carácter original. En la mayoría de los casos, estas reformas, realizadas siempre con fines meramente utilitarios y sin intención arquitectónica de conjunto, se fueron haciendo con escasez de recursos constructivos, a base de superposiciones y el reciclaje de sus elementos, quedando siempre la huella de las diversas actuaciones. Si bien estas intervenciones fueron dañando con los años la propia estabilidad del edificio, favoreciendo su degradación material y estructural, también es cierto que la endeblez de las soluciones y su carácter acumulativo ha permitido que debajo de las sucesivas capas de actuaciones llegue hasta nosotros la casa como principal documento, fuente de datos, para poder rehabilitarla. La oportunidad de intervenir sobre este edificio, incluido en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, habilitándolo para uso museístico como iniciativa del Excelentísimo Ayuntamiento de Málaga, ha permitido disponer de los recursos necesarios para la datación previa y el estudio minucioso de sus características históricas y constructivas7, propiciando el desarrollo de un proyecto de rehabilitación riguroso que ha puesto en valor el edificio de acuerdo con los objetivos de preservación de sus valores y significados que perseguía su inscripción en dicho Catalogo8 El contexto cambiante de la casa de Mena. Un vestigio de la ciudad conventual para la arqueología urbana de Málaga. El espacio urbano en que se ubica la Casa de Pedro de Mena, se encuentra muy modificado respecto a la configuración que tuvo cuando fue construida. Es por ello que ha llegado a nosotros enmarcada por un entorno que la muestra con una lectura extraña: Se trata de un edificio propio de la ciudad conventual, concebido mirando hacia su patio interior, que presenta hoy su silencioso alzado taponando una calle ensanchada según los modelos higienistas decimonónicos. Para entender esta realidad, se hace necesario conocer el historial de las transformaciones urbanas acaecidas en el contexto próximo: En el plano de Málaga musulmana de Guillén de Robles, reconstruido por E. de la Cerda, se recoge la calle Afligidos como una estrecha calleja prolongada hacia el sur, confluyendo con la actual calle Juan de Málaga. La manzana en que se encuentra la casa y el espacio público, que proviene de esa trama musulmana, ha recibido dos tipos de modificaciones. Por un lado, las reformas habidas en el siglo XIX y XX, en las que se ensanchó la calle Afligidos para atirantarla con la actual calle de Charlie Rivel y con Pedro de Toledo. Por otro, las que hubo anteriormente en la parte más antigua y estrecha de la callejuela que zigzagueaba por el perímetro oeste de la casa de Pedro de Mena y que desembocaba, prolongando Afligidos, en don Juan de Málaga. Dicha callejuela quedó sin uso, transformándose en un adarve o barrera sin salida después del estrangulamiento motivado por la apropiación del espacio público que hizo una edificación vecina a poniente. Como consecuencia inmediata, este adarve ya sin uso, pues no conducía a ninguna parte, fue absorbido por la casa de Mena, que adelantó su plano de fachada en planta baja y primera, avanzando su puerta y ocupando la superficie del codo de la calle. Quedó la casa entonces presentando su acceso justo al final del ya único tramo público de la calle en revuelta, y con un fragmento de calle privatizado en su interior. El proceso de ocupación de esta estrecha calle se ha podido constatar durante la rehabilitación de la casa, al observar los dos sistemas constructivos existentes en el forjado del zaguán de la casa de Pedro de Mena. Uno, el fundacional existente en el resto del inmueble, y otro más precario, ejecutado tras diafanar el primitivo muro de fachada, y adelantar el cerramiento y la puerta de entrada hasta la posición actual, con el cuerpo añadido de dos plantas. Esta reforma no debió realizarse muy distanciada en el tiempo de la construcción inicial de la casa, que hemos fechado en torno a 1.680, pues las pinturas que se han encontrado en una capillita mural sobre el dintel de la puerta de entrada, pueden datarse de esa misma época. El resto de la calle quedó a cielo abierto hasta el pequeño tramo que había sido invadido por la finca vecina con frente a calle Cañón. Por todo esto, puede decirse que el estrecho espacio en L que flanquea la casa, permanece como la huella de una antigua calle con recorrido quebrado, propio del urbanismo musulmán. Con las obras de rehabilitación que se han llevado a cabo en el edificio se han eliminado las construcciones eventuales que se realizaron colmatando dicho espacio para la adaptación del antiguo Café Teatro. Descubiertos durante los trabajos de arqueología sus pavimentos originales a base de enchinados de bolos de piedra, se ha procedido a su restauración. En relación a los atirantados del actual tramo público de la Calle Afligidos, en 1861, el Plan de Ordenación de Pérez de Rozas incorporaba su regularización y prolongación. Ya en la década anterior se habían emprendido importantes transformaciones en la vecina calle Cister, ensanchándola y rectificando su alineación. Por otra parte el proyecto inconcluso (diseñado por J. Cuervo en 1887) de prolongación de la calle Pedro de Toledo hasta calle Granada por el Norte y hasta Cortina del Muelle por el sur, para unir la Merced con el puerto, rectificó, a fines del siglo XIX la esquina izquierda con calle Cister, y de esta época es la edificación que la forma. Pero el ensanche de la calle Afligidos, mucho más estrecha, no se llevó a cabo hasta los años veinte del siglo XX, en que, con el Plan de Grandes Reformas del Ayuntamiento de la Dictadura de Primo de Rivera, se demolieron los edificios que formaban la acera derecha de la calleja. Por último, el edificio que cierra el alzado izquierdo, medianero con la casa de Pedro de Mena, se retranqueó a finales de la década de los 80 del siglo XX cuando sustituyó a otro de corte decimonónico. Para entender la configuración actual de este espacio habría que remitirse al estado previo a los derribos, imaginando la puerta de la casa del escultor al fondo de un estrecho adarve, flanqueado a ambos lados por otros edificios que no dejaban ver los alzados de la casa. Desaparecidos estos edificios y sustituidos por otros de mayor escala y de carácter burgués, y ensanchado el estrecho callejón, éste ha llegado a nosotros transformado en un espacio de difícil lectura por sus extrañas proporciones, a medio camino entre calle corta sin salida, y pequeña plaza con un frente de perspectiva descargado sobre el alzado al descubierto de una introvertida casa de ciudad conventual, en el que permanecen los añadidos de los fragmentos de las construcciones que lo acompañaron en la antigua callejuela de Afligidos. Con estas transformaciones del contexto urbano inicial, aparecía la casa de Pedro de Mena antes de la rehabilitación con un aspecto extraño al espacio público. Para ajustar esto, el proyecto ha hecho una lectura de los fragmentos históricos analizados, con pequeñas actuaciones esclarecedoras, que alcanzan al edificio y al espacio público, evidenciando el carácter fragmentario y dándoles un nuevo significado acorde con la historia de la casa. Estas actuaciones consisten respecto, a la intervención urbana, en la ejecución en el pavimento de la traza aproximada de esta estrecha calleja materializándolo de modo similar al que presentan los tramos de adarve interiores a la casa, que restaurados se pueden observar desde el zaguán de entrada. En un contexto más amplio puede entenderse la continuidad con la intervención habida en las calles Postigo de San Agustín y Marquesa de Moya, parte de la misma trama de la ciudad histórica. Por otro lado, se propone acompañar esta lectura del espacio urbano en el edificio, poniendo en valor las dos pilastras que enmarcan la verdadera puerta de entrada, indicando, con la ejecución de los enjarjes, que estas son restos de los muros que conformaban la primitiva calle Afligidos, al fondo de la que como hemos explicado, se encontraba la mencionada puerta de la casa. El resto de la fachada que da frente a la calle Afligidos, se ha restaurado eliminado los huecos abiertos modernamente y volviendo a abrir la característica “Solana” de planta segunda que había sido tabicada con una precaria fábrica de ladrillo. Se ha recuperado la textura y el color original de la fachada, estucándola en color ocre dorado, mientras que los cuerpos añadidos se han tratado con jabelga y estuco más claro para distinguirlos del volumen real de la casa, poniendo de manifiesto que el muro donde se encontraba el portón de entrada al antiguo café-teatro pertenecía a la desaparecida casa vecina que conformaba el adarve. En esta nueva ordenación del espacio que antecede a la casa y componiendo con ésta, el Ayuntamiento de Málaga ha instalado un busto en bronce, homenaje a Pedro de Mena, realizado por el escultor Virgilio Galán, cumpliéndose con ello un antiguo deseo ciudadano. La rehabilitación de la casa del siglo XVII donde habitó Pedro de Mena, para uso museístico. La rehabilitación del edificio ha tenido como marco su protección tanto por el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz. (C.G.P.H.A.), como por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (P.E.P.R.I.) del Centro Histórico de Málaga. De acuerdo con estas protecciones se realizó el proyecto, que contó con el informe favorable por parte de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y con la correspondiente Licencia de Obras por parte de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Obras e infraestructura del Ayuntamiento de Málaga. En el expediente para la inclusión en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, se hace mención de que el interés arquitectónico del edificio va unido al valor histórico de haber sido la casa donde vivió y murió el escultor Pedro de Mena. Es por esto que en el proyecto rehabilitación se consideraron los aspectos materiales del inmueble vinculados a la persona que lo habitó. Este criterio ha sido posible gracias al carácter acumulativo de las transformaciones habidas en la vida del edificio, estableciéndose como el norte seguido en el enfoque de los trabajos. Así, se ha realizado una actuación dirigida a la recuperación de los elementos singulares conservados de la casa del XVII, que podían leerse escondidos debajo de las capas de las sucesivas reformas: zaguán, galerías, patio, crujías y escalera. De igual modo, la intervención está enfocada al mantenimiento de sus sistemas constructivos tales como muros, forjados de madera con estrechos revoltones, y techumbres de madera y teja morisca. Los elementos tipológicamente claros y detectados como originales se han rescatado devolviéndolos a su estado primitivo. Especial interés presenta la restauración de la galería alta del patio principal, que había llegado hasta nosotros oculta dentro de un cerramiento añadido: Se trata de una galería de pies derechos de madera de sección octogonal con zapatas talladas, y antepechos de obra rematados con pasamanos de madera, que, sacados a la luz y puestos en valor han devuelto al patio el carácter ligero y airoso de las casas de origen castellano existentes en Málaga en el siglo XVII. En las zonas de estructuras alteradas, coincidentes con las de mayor degradación del edificio, es donde se han ejecutado las reformas necesarias para dotarlo de un nuevo uso, dejando claro la lógica del "proceso acumulativo de arquitecturas en el tiempo". Así los nuevos sistemas estructurales implantados se han diseñado mediante losas de hormigón blanco, que a la vez que son fácilmente legibles como nuevos, armonizan con las texturas y colores de la casa y mantienen la esencia de la espacialidad original. Se ha buscado en todo caso con esta actitud, la neutralidad expresiva de las aportaciones, recurriendo a la austeridad formal que se desprende de la propia casa del XVII, como manteniendo el mismo espíritu en distintas generaciones constructivas. Este recurso, una opción de la arquitectura de nuestro tiempo, permite la convivencia de lo nuevo con lo histórico sin colisiones formales, haciendo que el protagonismo de la rehabilitación recaiga sobre lo antiguo. Con esto pensamos que, después de haber intervenido sobre esta edificación erosionada por el tiempo y deteriorada materialmente hasta el límite por el carácter perecedero de su construcción, después de utilizar los recursos que nos da la tecnología constructiva de hoy, la presencia histórica en Málaga del escultor Pedro de Mena permanece unida a la casa de calle Afligidos donde habitó y tuvo su taller. Para llegar a materializar estos planteamientos, adaptando el edificio al nuevo uso cultural a que se destina, y respondiendo al delicado estado de conservación, se han realizado las siguientes actuaciones: Arqueología: Los trabajos de arqueología9 se han realizado entendiendo en todo momento que el principal bien arqueológico es la propia casa, por lo que se han dirigido los esfuerzos a la datación e investigación de los elementos emergentes sobre rasante, realizando estudios parietales en todos los paramentos del edificio. Añadido a esto se ha excavado toda la superficie de la casa que ha sido necesario rebajar para realizar los refuerzos de la cimentación. Esto ha permitido datar las trazas de la casa que compró Don Pedro de Mena a Doña María Bueso y sobre la que edificó la suya reutilizando parte de los cimientos y los muros, levantándose los planos de la planta del patio y la bodega. Con estas excavaciones se han podido contrastar algunos documentos históricos existentes relativos a la construcción de la casa. Así, la apropiación que el colindante había hecho del adarve, se ha comprobado al observar las cimentaciones existentes, apreciándose que el muro medianero entre ambas fincas pude ser el que Pedro de Mena, en un memorial dirigido al Cabildo el 4 de Marzo de 1682, se ofrece para hacer a su costa. Se trataba de la pared de medianía con una de las casas del Cabildo que tenía en usufructo Don Mateo de Murga y Quevedo, secretario del obispo Fray Alonso de Santo Tomás10. En esta zona de la casa, lindante con el adarve y con la casa vecina a poniente, Mena construyó los muros sobre la cimentación de la antigua que ya había demolido. Los muros viejos debieron ser de tapial, mientras que los nuevos los hizo de ladrillo y piedra. Al replantearlos en alineación de la cara exterior, estos nuevos muros más resistentes que podían reducirse de grosor, permitían ganar espacio para la sala del taller de escultura. De haber demolido la pared medianera, hubiese podido atirantar su cara interior con el resto del muro que venía construyendo, resolviendo el quiebro que tiene el fondo.de la sala. Debió dejar esta parte sin edificar, pues por un lado existe documentación sobre el pleito que tuvo Don Pedro en 1682 con don Luis Martel antes de realizar obras de ampliación del edificio hacia la calle Juan de Málaga11. Por otro lado, hemos encontrado durante la rehabilitación que en esta zona descuadrada de la sala, el forjado presenta una separación menor entre viguetas que en el resto, apoyándose en el lado medianero sobre una mínima pared de medio pié de ladrillo levantada en su propiedad. Especial interés tiene también la datación del sistema de avituallamiento de la casa encontrado en el patio de servicio. Formaba una unidad constructiva compuesta por un aljibe con bóveda, elemento que a modo de cisterna de un impluvio recogía el agua de lluvia del patio; un pequeño silo sobre bóveda de cañón para almacenamiento de víveres en planta primera con su elemento de elevación; y una fresquera bajo bóveda del silo. En cuanto a los paramentos se han encontrado algunos restos de pinturas murales que han sido restauradas y que junto a otros fragmentos hallados han quedado expuestos en el propio edificio. En estas labores de arqueología se han empleado nueve meses de trabajo, habiendo sido preciso realizar un apeo auxiliar de todo el edificio para poder simultanear la excavación con los tajos que se realizaban en los niveles superiores. La cimentación. La casa de Mena había llegado a nosotros con importantes deformaciones provocadas por la escasa resistencia del terreno sobre el que se asienta, siendo la más relevante la que se observa en la zona de entrada. Para estabilizarla, se ha llevado a cabo el recalce de todo el edificio mediante la ejecución de una losa armada cosida a los muros y reforzada con micropilotes anclados en el terreno a una profundidad aproximada de 15 m. Habiéndose ejecutado 210 unidades que suponen 3 Km. de micropilotes de recalce, se han podido consolidar los viejos muros del edificio que posteriormente han sido rehabilitados. Desmontaje de elementos. Una vez eliminadas las maltrechas particiones a que había sido sometido el edificio al compartimentarlo en las distintas viviendas de la casa de vecinos en que se había convertido, se procedió al desmontaje de los elementos de madera que por su mal estado de conservación debían ser sustituidos o restaurados. Previamente se realizaron croquis de todos los elementos, de su sistema constructivo y del replanteo exhaustivo, y se clasificaron y numeraron para realizar su montaje una vez restaurados los reutilizables, o sustituidos los inservibles por otros de idénticas características Así, con este riguroso método se ha desmontado la cubierta, la escalera principal, las carpinterías de ventanas y puertas, y la galería del patio con sus columnas de mármol que han sido restauradas al volverlas a montar en su posición original. Conservación de los muros originales. Como continuación de los trabajos de recalce, se han conservado los muros de carga, consolidándolos con el cosido y sellado de grietas. Se cegaron los huecos abiertos no originales que debilitaban el edificio, aplicándose un tratamiento preventivo para evitar humedades de capilaridad. La madera, material perecedero. La más grave patología encontrada respecto a la madera ha sido la existencia de termitas en el edificio. Para combatirlas ha sido empleado un tratamiento basado en inyecciones en toda la base de los muros creando una barrera, y en la colocación de cebos bajo las losas de cimentación. Por otro lado, se aplicaron tratamientos curativos que contrarrestan los ataques de otros agentes destructores, como carcomas o pudriciones, en los casos en que las maderas tuvieran cualidades suficientes para ser reutilizadas, añadidos a los tratamientos preventivos para protegerlas de futuros ataques. Conservación de forjados. Se han conservado los forjados originales de la casa, manteniendo su sistema constructivo de viguetas de madera y bovedilla de revoltón con sus deformaciones aparentes, como testigo de la historia del edificio. No obstante, y para cumplir la normativa actual, han sido reforzados superponiéndoles una losa de hormigón armado de 20 cm anclada a los muros, de la que cuelga mediante tornillos barraqueros el forjado antiguo. Los sectores de estos forjados que se encontraban hundidos se han rehecho con el mismo sistema dejando huella de la actuación, mientras que los forjados que habían sido sustituidos a lo largo del tiempo y se encontraban en mal estado, se han ejecutado nuevamente con losas de hormigón blanco. La cubierta de madera. La techumbre de madera de la segunda planta presentaba el problema de pérdida de estabilidad debido al empuje que ejercían de los pares sobre las vigas durmientes, lo que provocaba el vuelco hacia el exterior de los machones de ladrillo sobre los que se sustentaba, llegando a existir en ellos desplomes de hasta 20 cm. respecto a la vertical. Como consecuencia de esta patología, esta techumbre se desmontó, conservando las tejas moriscas para ser reutilizadas. Tras sopesar en el laboratorio la viabilidad de conservar los elementos de madera, estos tuvieron que ser descartados sustituyéndose por otros, montándose de nuevo la cubierta de par-hilera manteniendo la misma geometría y trazado, y conservando un par de cerchas completas originales a modo de testigo. Igualmente, los pilares de ladrillo que presentaban un vuelco no admisible, se han rehecho en la misma posición, reforzando su coronación con un zuncho de hormigón armado que recibe la cubierta y evita que pueda volver a abrirse. Los morteros de cal y los estucos. Como consecuencia de los trabajos de arqueología realizados sobre los paramentos se ampliaron los estudios al constatarse la existencia de estucos originales. Para determinar las características de los morteros de cal de revestimiento y de los acabados de estos estucos, se realizó un estudio científico12 mediante tomas de muestras para la realización de estratigrafías que fueron analizadas en el Instituto de Ciencias Materiales de Sevilla, determinándose el color y la composición de los estucos primitivos. En base a estos estudios se fabricaron nuevos morteros y estucos, que, mejorados en calidad material, presentan el mismo aspecto en cuanto a textura y color que los originales. Las solerías. Se estudiaron las solerías existentes, datándose dos tipos: -Solería de baldosa de barro fino de 14x28 cm. que se conservaba en las galerías altas y en la escalera. Dado su deterioro se restituyeron estas zonas con material de idénticas características y despiece. -Con los estudios arqueológicos realizados se constató la existencia de fragmentos de solería de ladrillo de tejar colocado a sardinel en la planta baja, en muy malas condiciones de conservación y de disposición confusa y muy transformada, por lo que se optó por ejecutar una solería de ladrillo aplantillado, más contemporáneo, que extendida a toda la superficie de los espacios exteriores mantuviesen la esencia del pavimento primitivo y de su despiece. En las salas expositivas se ejecutó un pavimento nuevo de piedra de arenisca crema apomazada de gran formato, similar a la empleada en los monumentos cercanos, pretendiendo un efecto de neutralidad y continuidad sin brillos ni reflejos, apropiado para espacios de exposición. Las carpinterías y las cerrajerías. Se restauraron las carpinterías existentes de interés, aplicándoles métodos curativos y preventivos, realizándose réplicas cuando el estado de conservación no permitía su reutilización. Paralelamente, cuando fue necesario, se ejecutaron elementos de carpintería nuevos con diseños esencializados que permitiesen la convivencia armoniosa con los originales. Se restauró la cerrajería original, desmontándola y reparándola en taller para volver a colocarla en obra. El soporte expositivo. Se han revestido las paredes interiores de las salas manteniendo el criterio de considerar estos paramentos como una piel de soporte expositivo propio del uso museístico a que se destina, y que permite distinguir la casa del XVII de la habilitación reversible para este nuevo uso. Las instalaciones. Se ha dotado al edificio con las instalaciones apropiadas para uso museístico, haciéndolas compatibles con la rehabilitación del edificio histórico, teniendo siempre presente el impacto visual sobre éste. Así, se ha equipado con un sistema especial de protección contra incendios mediante una detección de humo por aspiración y un sistema de extinción por inundación de agente extintor FE-13 inerte, que no daña a las personas ni a las obras de arte. Respecto a la seguridad, se ha dotado al edificio de protección contra la intrusión, con detectores de movimiento en el interior y el exterior, detectores de apertura de puertas interiores y ventanas, detector de rotura de cristales y detectores sísmicos. Esta instalación se complementa con un circuito cerrado de televisión, megafonía y telecomunicaciones, con instalación de cámaras en el interior y el exterior y con un sistema de grabación y control. Se ha ejecutado una instalación de electricidad para dar servicio tanto a la iluminación museística como al resto de instalaciones, realizándose de una acometida específica desde el centro de transformación situado junto a la Aduana. La iluminación se ha diseñado reduciendo la presencia aparente de las luminarias, o utilizándolas empotradas con fuente de luz oculta, consiguiéndose así la discreción formal de estas y el confort visual que permite contemplar el edificio sin deslumbramientos. Dado el carácter permanente de la colección, en las salas expositivas de planta baja y primera se ha ejecutado una solución unitaria a base de raíles electrificados suspendidos y bañadores de pared, obteniéndose manchas suaves de luz con valores de iluminancia media alrededor de 140 lux, y una excelente reproducción cromática. En la planta segunda, destinada a exposición de dibujos a lápiz y bocetos, se han diseñado vitrinas dotadas de tecnología led, lo que permite un control de la temperatura y de la cantidad de luz apropiada para la conservación de las obras. En cuanto a la climatización, se ha dotado al edificio de un sistema que permite un control central de los parámetros de temperatura constante a 22º C y de humedad a 55% en las salas expositivas. El museo Revello de Toro. En el año 2006, el Excmo. Ayuntamiento de Málaga, decidió la creación del Museo Revello de Toro para exponer la Donación que el reconocido artista había realizado generosamente a su ciudad natal. Tras adquirir el edificio de calle Afligidos, tomó la iniciativa de proceder a la rehabilitación de la casa-taller de Pedro de Mena para tal fin, confiando este cometido a la empresa municipal Promálaga. Con el desarrollo de esta acción se ha obtenido un doble beneficio cultural: De un lado la ciudad de Málaga incorpora a su patrimonio inmueble el edificio del XVII, rescatando del abandono en que se encontraba un bien incluido en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, y consiguiéndose mediante su rehabilitación para uso museístico poner en valor el edificio de acuerdo con los objetivos de preservación de sus valores y significados que perseguía su inscripción en dicho Catalogo, entre los que se encontraba el mantenimiento de la memoria del escultor Pedro de Mena. De otro lado, recuperada la arquitectura como testigo de su época y de su más antiguo morador, su habilitación museística da cabida para desarrollar el contenido del Museo Revello de Toro, basado en la colección integrante de la Donación recibida por la ciudad de Málaga, antes citada. El formato de las obras de arte, y su carácter intimista, se adapta a las dimensiones de la casa, adecuándose el proyecto museográfico a la escala de los espacios recuperados, respetándose sin esfuerzo su personalidad original. Para esto se ha seguido la siguiente organización: Planta Baja: Accediendo por el primitivo zaguán de la casa, se ha dispuesto a su izquierda una recepción que permite el control de entrada de visitantes previo al museo. Seguidamente una sala que integra el patio existente junto a la antigua bóveda del silo, actúa como directorio explicativo del contenido del museo. En el pequeño espacio abovedado se han presentado tres piezas arqueológicas encontradas durante las obras de rehabilitación del edificio: un capitel de mármol blanco de hechura mudéjar, una cornisa de pilastra de mármol rojo, de época renacentista, y una piedra litográfica procedente de la imprenta que ocupó la planta baja de la casa a mediados del siglo XX. Continuando, se accede al patio principal alrededor del que se instalan las primeras salas expositivas del museo. También en este nivel de patio está el paso a la sala del Memorial Pedro de Mena, ubicada en el pabellón anexo, que se ha construido sustituyendo el moderno cobertizo que existía en el patio trasero. En esta nueva sala, un sistema audiovisual explica la vida y obra del escultor. Se completa la planta con los aseos y las dependencias del personal. Planta Primera: Subiendo por la escalera principal de la casa, y accediendo desde la galería alta recuperada, se distribuyen las salas expositivas principales del museo. El espacio de estas salas, ha sido tratado bañando paredes y techos con un color oscuro gris azulado que las singulariza como las más nobles que eran de la casa, y las cualifican técnicamente para ajustarse al cromatismo de la obra expuesta. En las dependencias en torno al patio del silo se instala una sala de lectura y descanso, reservando un espacio para explicar la historia de la casa, y otro para exponer unas pinturas murales halladas en la rehabilitación y que han sido restauradas. En este ámbito se encuentra la escalera de subida a la planta superior y el ascensor. Como continuación de la galería hacia el sur y a través de una pasarela cerrada con una celosía de madera, se conecta con la sala de planta primera de la nueva construcción, destinada a la exposición temporal de alguna obra singular. De igual modo se dota a esta planta con una zona de aseos. Planta Segunda: Bajo la techumbre recuperada de par hilera se ubican las salas para la exposición de dibujos y bocetos, en las que se han diseñado ex profeso unas vitrinas para dotar al particular espacio de unas condiciones expositivas óptimas, integrándolas a la vez en su arquitectura. La sala ubicada al final del recorrido se ha singularizado para disponer en ella un gran oleo de Félix Revello de Toro, como colofón de la exposición. Francisco González Fernández Arquitecto NOTAS (1) Actas Capitulares de la Catedral de Málaga. Acta de 23 de julio de 1658 (folios 80 al 82 vuelto). Publicado por R. DE ORUETA Y DUARTE, “La vida y obra de Pedro de Mena y Medrano”. Centro de Estudios Históricos, MCMXIV, Madrid. p.296. Edición facsímil, con prologo de D. Sánchez Mesa Martín, publicada por Colegio de Arquitectos-Universidad de Málaga, Málaga 1988. (2) A. LLORDÉN, “Escultores y entalladores malagueños. Ensayo histórico documental (siglos XVI – XIX)”. Real Monasterio del Escorial, Ávila, 1960. p.112 y p.142. (3) LLORDÉN, op. cit., 1960. p. 135, 141, 143, 147. (4) Escribanía de Gaspar Gómez Rentero. Legajo 1631, folio 157-164 (AHPM). Citado por LLORDÉN, op. cit., 1960. p.144 y citado en “Catálogo de la exposición Pedro de Mena 1628-1688”, Junta de Andalucía, Málaga, 1989. p.299. (5) Escribanía de Pedro Ballesteros. Legajo 1564, folios 486-495 carpeta 9 (AHPM), publicado por ORUETA Y DUARTE, op. cit., MCMXIV p. 303 – 309 y citado en “Catálogo…”,1989. p. 300. (6) Escribanía de Gaspar Gómez Rentero. Legajo 1629, folios 812-19 y 1020-23 (AHPM). Citado por LLORDÉN, op. cit., 1960. p. 142 y citado en “Catálogo…”,1989. p. 297. (7) En el año 2005, la empresa GEOCISA realiza el documento de RECONOCIMIENTO Y DIAGNOSIS EN LA CASA TALLER DE PEDRO DE MENA, a petición de D. José Estrada en nombre de la empresa municipal PROMALAGA (8) La Rehabilitación de la Casa Taller de Pedro de Mena para uso museístico, se ha llevado a cabo siguiendo para la ejecución de las obras, las actuaciones previstas en el Proyecto Básico y el Proyecto de Ejecución redactados por el arquitecto Francisco González Fernández, visados el 27 de abril de 2006 y el 15 de septiembre de 2006, respectivamente. El 20 de Noviembre de 2006 se comunicó el informe favorable al Proyecto de Rehabilitación por parte de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, en el que se indicaba: “intervención acorde a unos criterios de restauración adecuados a las características históricas del inmueble, pudiéndose alcanzar, mediante su rehabilitación para uso museístico, una puesta en valor del mismo acorde a los objetivos de preservación de sus valores y significados que perseguía su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz”. En base a dicho proyecto se obtuvo licencia de obras el 14 de Febrero de 2007 por parte de la GMU del Ayuntamiento de Málaga, comenzando éstas el 11 de mayo de 2007 a cargo de la empresa Constructora San José, desarrollándose de acuerdo con el proyecto aprobado y conforme a los permisos obtenidos. (9) Los trabajos de arqueología han sido realizados por el arqueólogo Juan Antonio Martín Ruiz. (10) Actas Capitulares de la Catedral de Málaga. Legajo 1682-1683; nº 35 folio 75. Citado por LLORDÉN, op. cit., 1960. p. 147 y citado en “Catálogo…”,1989. p. 301. (11) Escribanía de Antonio Enríquez. Legajo 2088, folios 743 -911 (AHPM). Citado por LLORDÉN, op. cit., 1960. p. 147 y citado en “Catálogo…”,1989. p. 301. (12) Estudio realizado por María Dolores Robador González, Dr. Arquitecto y José Luis Pérez Rodríguez CSIC.