CARLOS RUNCIE TANAKA La obra de Carlos Runcie Tanaka tiene una presencia hipnotizante, no sólo por sus dimensiones y la fuerza de sus formas, sino por su simpleza. El impacto es directo y sin ambigüedad. Hay algo extremadamente sólido y franco en sus esculturas. Estas emanan una elegancia inherente – un reflejo vivo de la herencia japonesa de este escultor peruano. Runcie Tanaka incorpora en su obra una conexión indiscutible con el pasado indefinido-atemporal, funcionando como vehículo hacia el mismo. El escultor participa en una visión contemporánea que se revoca a este pasado universal para rescatar y preservar en nuevas interpretaciones la esencia de las formas y los símbolos. Runcie Tanaka explora continuamente y transforma – transforma su medio, la arcilla, transforma sus símbolos en nuevas codificaciones. Sus esculturas que nos remiten a formas y construcciones antiguas-primitivas, como son las estelas, nos sumergen a la vez en el mundo de la naturaleza y sus múltiples habitantes. La forma y textura natural que logra crear el escultor evocan figuras elementales de origen orgánico, zoomorfo y acuático. Nos recuerdan especímenes tanto del mundo vegetal – cáctuses, plantas tropicales – y del mundo biológico/animal – células, amebas – como del mundo marítimo – algas, conchas, coral. También presente en las formas que utiliza Runcie Tanaka es una identidad sexual – femenina y masculina. Esta afinidad se manifiesta con cierta claridad en la morfología de sus conchas y sus cáctuses. Dentro del repertorio de símbolos que Carlos esgrafía sobre la superficie de sus objetos, encontramos círculos concéntricos, grecas y diseños geométricos en formato repetido, que exhiben de manera similar, una relación inconfundible con lo primitivo y lo orgánico. En conjunto las esculturas de Runcie Tanaka están integradas en un marco referencia, como unidades de una misma esencia del diálogo. Cada obra se presenta de manera individual como elemento independiente, pero conectado, enraizado en un mismo campo conceptual como variación del tema principal. Dentro de una instalación cada obra funciona como una síntesis de significado que sirve, a la vez, como elaboración del mismo y como complemento de las otras entidades presentes. Lo que uno presencia no es un acto de emulación de la naturaleza, sino un acto. Es complemento, un acto de retroalimentación de elementos similares. Uno siente la afinidad espontánea que surge entre la escultura y la naturaleza que la rodea. Marina Skipsey. México, D.F., julio de 1991.