la semana santa cerverana

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Artículo Publicado en el número de 2004 de la Revista “Tercerol” Cuadernos de Investigación
de la Asociación para el Estudio de la Semana Santa
APROXIMACIÓN A LA SEMANA SANTA DE CERVERA DEL RÍO ALHAMA:
Análisis histórico artístico
Autor: Alfonso García de Paso Remón. Licenciado en Geografía e Historia. Socio fundador.
CONDICIONANTES TOPOGRÁFICOS Y SOCIOLÓGICOS.
El núcleo principal de la localidad riojana de Cervera del Río Alhama se configura
en anfiteatro sobre la ladera montañosa que divide una mole pétrea conocida
como Peña de San Antonio. Esta peña separa el casco urbano en dos barrios
bien diferenciados con las parroquias que les dan nombre. La parroquia de San
Gil, creada en el siglo XII con la reconquista de estos territorios por el rey
aragonés Alfonso I. La otra parroquia, la de Santa Ana, se creara en 1546, en la
expansión del caso urbano hacia los barrios que ocupaban los judíos y moriscos
entonces cristianos nuevos, para callar las justificaciones de la falta de asistencia
a los oficios de la Iglesia de San Gil, por impedir los elementos meteorológicos en
invierno y no oírse las campanas.
“Ya que los vecinos y parroquianos que así viven de la dicha villa por estar fundada en peñas e
lugar áspero e distar mucho de la dicha iglesia, así en invierno con lluvias e nieve y otros
ásperos tiempos, como en verano con los grandes calores, no pueden venir cómodamente a la
dicha iglesia a oír los oficios divinos, y recibidos los Santos Sacramentos, no oyen tañer las
campanas, por las muchas veces se ha visto por experiencia los tales parroquianos, por dichos
inconvenientes dejar oír los divinos oficios en los días de fiesta y domingo y Pascua y de recibir
los Santos sacramentos”1
En 1567 la Iglesia de Santa Ana se abrirá al culto dependiendo de la de San Gil,
no mejorando en nada el problema de asistencia a los cultos, pues la mayoría
eran en San Gil. En 1580, dos años antes de tener independencia económica y
libro de fábrica la iglesia de Santa Ana, el problema seguía siendo el mismo.
“ Y somos informados que mucha gente la Semana Santa de los del barrio de arriba no pueden
ir cómodamente a oyr los oficios divinos la Semana Santa y se queda mucha gente sin oírlos”.2
El nuevo barrio de Santa Ana quedaría poblado por la sociedad burguesa y noble
que se trasladará de San Gil , haciendo nuevo edificios más modernos.
Un rasgo importante de la población cerverana, como ya he señalado, era el
crecido número de moriscos y judíos conversos que habitaban el barrio de arriba,
o de Santa Ana, lo que históricamente crearía en el inconsciente colectivo
rivalidades entre ambos barrios o parroquias que fueron mutando su causa de
encono hasta tiempos recientes. Esta rivalidad servirá de acicate, y alguna vez de
envidia, para que cualquier actividad parroquial o municipal tenga que ser
pactada por ambas parroquias.
Los conversos fue asunto que preocupó a los obispos de la sede calagurritana, y
ya desde el Concilio de Trento el obispo Juan Bernal de Luco emite para toda la
diócesis “Instrucciones para visitadores”, el 2 de octubre de 1548, siendo
mencionada específicamente Cervera y sus moriscos. Este acendrado espíritu
catequizador dejara en Cervera unas creencias y fe cristianas profundas que se
desarrollará y permanecerá por los siglos. La Semana Santa no será una
excepción en sus celebraciones.
GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DE LA SEMANA SANTA CERVERANA
El origen3 de la Semana Santa en
Cervera del Río Alhama lo encontramos
en el Santo Cristo de la Vera Cruz, más
conocido por Cristo del Perdón, bajo el
que se fundo la Cofradía de la Vera Cruz
en la iglesia parroquial de San Gil.
La imagen milagrosa va unida a una
leyenda4 relacionada con un peregrino
que solicitó cobijo en la población;
acomodado en un aposento pidió que no
se le molestase en tres días; al tercer día,
cuando se le va a visitar, el peregrino ha
desaparecido y en su lugar hay una
imagen de Cristo crucificado, en este
caso el Santo Cristo del Perdón.
La imagen, de tamaño mayor al natural, es obra de finales del siglo XV,
manifestando rasgos renacentistas. Representa un Cristo muerto con la cabeza
caída hacia delante, esculpido con detallada anatomía; destacar la elegancia del
tallado del perizoma o paño de castidad, cuyo tratamiento recuerda el de las telas
de la escultura clásica griega. Sí algunos rasgos anuncian el manierismo, la
posición de las piernas y los pies tienen recuerdos del gótico.
El Cristo siempre ha contado con gran devoción5 en Cervera del Río Alhama y se
ha acudido implorarle ante alguna necesidad en diversas rogativas, siendo
consuelo de los solicitantes a los que se les concedía lo que se le rogaba.
A lo largo de la historia se le dio culto en diversas capillas en la iglesia parroquial
de San Gil, ocupando actualmente desde el siglo XVIII la segunda capilla del lado
de la Epístola. En 1657 se registra una donación de 1.020 maravedíes para que
se hiciera una capilla del Santo Cristo en la dicha iglesia de San Gil.
La devoción al Cristo aporta muchos datos documentales, como el de la petición
de enterramiento en 1662 de una familia principal de Cervera, los Fernández de
Zapata: “Las sepulturas que están señaladas a la entrada del señor San Blas. En
que la dicha iglesia tiene situada la Santa Bera Cruz”.
Otra noticia anterior, de 1637, es la orden del doctor Juan Bautista de Garay:
“Imagen de Ntra. Señora de las Angustias se ponga a los pies del Christo que
esta en dicha capilla, y adonde esta agora la Virgen se ponga la tabla de San
Diego”. En 1820 se detalla que la escultura de Nuestra señora de las Angustias
era un cuadro de talla o relieve6 de la Virgen con Santiago y otros Apóstoles.
El Cristo del Perdón siempre gozo de un halo misterioso y en su retablo estaba
tapado por una rica cortina o telón que sólo se subía en los rezos que tenían
lugar en su capilla todos los viernes del año. En 1928, olvidados de que era el
Cristo de la Vera Cruz, se crearía la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, que
agrupó a gran número de cerveranos.
Junto al Cristo del Perdón, o de la Vera Cruz, surgirá la cofradía penitencial de la
Vera Cruz, surgirá la cofradía penitencial de la Vera Cruz en la iglesia parroquial
de San Gil. Cuando se edificó la iglesia parroquial de Santa Ana en 1546, la
cofradía quedó dividida entre las dos parroquias y efectuaba alternativamente dos
procesiones, el Jueves Santo y el Viernes Santo. Como todo tenía que ser
compartido, tenía un mayordomo por cada paso y dos más, uno por cada
parroquia o barrio. Los mayordomos7 ponían dinero para algunos actos de la
cofradía. La cofradía según un documento de 1770 se mantenía sólo de las
limosnas8 que recogía. No teniendo ninguna9 posesión.
A finales del siglo XIX eran acompañadas las procesiones de Jueves Santo y
Viernes Santo por la banda de música10, ascendiendo los gastos en 1884 a
ochentas reales.
Las procesiones de Semana Santa y los cultos de la Pasión se desarrollaron con
un elevado espíritu en ambas parroquias durante los siglos XVII y XVIIII siendo
intensivas las mejoras de los mismos, no sólo por la cofradía de la Vera Cruz, que
en 1625 encargo los primeros pasos conocidos de los que hablaremos, sino por
la devoción popular, que dejó mandas de herencias con donaciones de imágenes
pasionarias de Cristo y la Virgen.
Las parroquias también colaboraron junto a la cofradía en la difusión y
contemplación de los misterios de la Pasión de Cristo, con la construcción de Vía
Crucis. Sin memoria de su construcción, posiblemente el siglo XVI, existe un
itinerario que partiendo de la iglesia parroquial de San Gil asciende por el
Barranco de las Cruces, al que le da nombre, hasta la ermita de la Virgen del
Monte. Este Vía Crucis era conocido por el de las “Cruces bajas”.
En 1684 se comenzará a edificar el Humilladero de la Villa, dedicado a Nuestra
señora de la Soledad, que se situará al otro extremo de la población, a las
afueras del barrio de Santa Ana, en la placeta de la Soledad junto a la del Rollo11.
En 1691 quedará abierto al culto. Unos años más tarde, en 1716, se realizará un
nuevo itinerario del Vía Crucis, conocido por el de las “cruces altas”, que irá
desde el Humilladero, o ermita de la Soledad con itinerario por la plaza de las
“casas nuevas o del rollo” y que ascendía por lo que hoy es la calle Juana
Jiménez hasta el castillo, llegando a la parroquia de San Gil. El itinerario
atravesaba los antiguos barrios de la morería y judería.
Esta ermita12 podemos afirmar que fue la oponente a la situada en el otro barrio
de San Gil, la de la Virgen del Monte, y los parroquianos de Santa Ana donde
pertenece desde su edificación la consideraban más suya. Un ejemplo de esto lo
encontramos en el conflicto que tuvo lugar en la Semana Santa de 1794.
Posteriormente la Cofradía de la Vera Cruz dio un decreto13 del que transcribo un
fragmento: “tratar de evitar los inconvenientes gravísimos a que está expuesta esta cofradía
sus mayordomos y abades con los alborotos y disturbios que se han experimentado en la
procesión del Viernes Santo de Nuestra Señora de la Soledad en el año que corresponde salir
de la parroquia de Santa Ana sobre que el populacho quiere que la procesión siga hasta la
ermita de la Soledad sita en el pueblo y el cabildo se ha resistido por ser contra rubricas el
empezar en una parte y concluir en otra la procesión, de cuyos altercados el acto tan serio de
una triste procesión y de un concurso tan numeroso como asiste a ella, han resultado muchos
públicos escándalos, dichos impropios y altercados inconsiderados sin respeto ni a la imagen
de Nuestra Señora ni a la Santa Cruz parroquial ni a los cabildos eclesiásticos ni secular, que
por no poderlos contener ha obrado en justicia alguna vez apresando a algunos de los de esta
cofradía”
Las procesiones de Cervera contaron con gran número de pasos y personajes
que procesionaban desde la parroquia de San Gil o la de Santa Ana, según fuera
Jueves Santo o Viernes Santo, contando con la participación de toda la
población. Así se realizó hasta que, en 1931, llego la República y se incendio San
Gil y con ella enseres, ropas y las andas de las imágenes de la semana Santa.
Tras la República vino la Guerra Civil, suspendiéndose las procesiones hasta el
fin de ésta.
La situación en los primeros años de la década de los cuarenta, con la escasez
que había, no animaba a recuperar esta tradición piadosa, pues la parroquia de
San Gil contaba con las imágenes pero no con las andas y ropas de éstas, por lo
que no se hacía nada. Será en 1943 cuando don Ernesto Armentia, párroco de
Santa Ana, anime a los jóvenes de Acción Católica de la parroquia para organizar
un Vía Crucis a la ermita de la Soledad, con gran éxito de participación. En años
posteriores el Vía Crucis se seguirá haciendo y se recuperará la procesión del
Viernes por la tarde, con los pasos que habitualmente hacía la parroquia de
Santa Ana.
En la actualidad, el Domingo de Ramos, cada parroquia celebra la bendición de
las palmas y ramos por separado, la de San Gil lo hace delante de la ermita de
San Antonio, junto a la peña que separa ambos barrios, para partir
procesionalmente hasta su parroquia. La parroquia de Santa Ana realiza su
bendición y procesión desde la plaza del Rollo. Los Vía Crucis por las calles de
Cervera hasta la ermita de la Soledad y hasta la ermita de la Virgen del Monte se
suceden el Jueves y Viernes Santo, desde ambas parroquias. Por la tarde saldrá
la procesión del Santo Entierro desde Santa Ana, organizada por la Cofradía de
la Vera Cruz de la parroquia, que realizará su itinerario histórico yendo desde la
parroquia de Santa Ana a la de San Gil y regresando nuevamente a su lugar de
origen. En ella, aparte de los pasos procesionales, participan más de cien
personas representando escenas de la Pasión.
Desde hace diez años, por iniciativa del párroco de San Gil, don Jesús Álvarez,
se sacaron de los “rincones” donde dormían los pasos desde hacia más de
cincuenta años y se expusieron durante toda la Cuaresma y la Semana Santa.
Esta costumbre se sigue manteniendo a la espera de que un día vuelvan a salir
en procesión por las calles de Cervera.
IMAGINERÍA PROCESIONAL
Las primeras imágenes procesionales que se conservan y se conocen en Cervera
son las encargadas el 5 de noviembre de 162514 por la Cofradía de la Vera Cruz
de la parroquia de San Gil al escultor15 Bernardo del Bosque. En el encargo se
detallaba el de “Tres insignias”: un Descendimiento con dos figuras, detallándose
que la Virgen debía estar sentada y Cristo yerto, siguiendo el modelo del
realizado para San Pedro Manrique. Además, debería realizar una Coronación de
espinas y el paso del Nazareno con la cruz a cuestas, compuesto de tres figuras:
Cristo, un sayón delante, el Nazareno y el cirineo detrás, “con caveças, piernas y
braços en perfección”. Por éstas imágenes o insignias cobro mil reales,
setecientos reales por los dos primeros y trescientos por el del Nazareno.
Las imágenes son de tamaño
inferior al natural y como
indica
el
texto
del
documento,
sólo
están
esculpidas las cabezas y las
manos, bien proporcionadas
y talladas, caso de la imagen
de la Coronación de espinas,
a la que años después le
agregaron dos sayones16 de
ningún valor escultórico para
mofa popular.
La imagen de la Piedad, llamada en
el documento Descendimiento, esta
integrada por la Virgen sentada, que
viste ropas de terciopelo bordadas,
sosteniendo en su regazo a Cristo
muerto al que le cuelgan los brazos.
En contraposición, las piernas
dobladas por las rodillas cuelgan por
el otro lado del regazo de la Virgen.
La imagen de Cristo está tallada
completamente,
siguiendo
las
proporciones correctas; la talla es
algo torpe, no así la del rostro de la
Virgen que muestra tras su manto
que cubre la cabeza. La imagen sigue
la iconografía en todos los detalles de
su modelo de San Pedro Manrique.
Imagen
que
se
conserva
y
procesiona, pudiendo pensarse que la
de San Pedro Manrique17 fuera
también obra de Bernardo del
Bosque.
Actualmente la imagen de San Pedro Manrique recibe culto en una suntuosa
capilla barroca con baldaquino en la iglesia de San Martín y sale en procesión
bajo la advocación de la Virgen de los Dolores.
Más espectacular por su composición
es el paso del Nazareno con la cruz a
cuestas, conocidos por “los judíos”.
Imágenes de vestir en las que
destacan los rostros de Jesús y de
Simón de Cirene, rostros que se
embellecen con la policromía. El
encargo de la Cofradía de la Vera Cruz
era un sayón más que iba por delante
de Cristo y que hoy no existe.
A los pasos de la Cofradía de la Vera Cruz se unirán otros dos de la iglesia de
San Gil, una excelente imagen de Jesús atado a la columna y la de Cristo orando
en el huerto.
Por manda para los herederos de Diego Mantilla y María Manrique, fallecida el 20
de febrero de 1627, se dejó encargado el colocar en el altar de Santa Lucía del
señor San Gil “una echura de bulto de Christo atado a la columna”. El
cumplimiento de la manda se irá repitiendo en los años 1641 y 1649, hasta que
se realiza.
El autor de la imagen es el escultor Sebastián del Ribero18, como se desprende
del poder de 22 de septiembre de 166419 que dio a fray Manuel Blanco,
comendador del convento de la Merced de Logroño, por “estar afligido con su
enfermedad y entender que no tendrá tiempo para hacer su testamento”. Poco
después moriría el escultor y las voluntades serían trasladadas al testamento por
el propio comendador. Del testamento20 se desprenden datos que nos interesan:
Entre el dinero que se le adeudaba en Cervera del Río Alhama estaban 800
reales de la imagen de Cristo atado a la columna. Además, 800 reales por la
imagen de un Crucifijo. También se le debía por el colateral de Nuestra Señora
de la Concepción, del que había recibido 50 ducados a cuenta.
El 16 de diciembre de 1664, su viuda, Ana Díaz, dio poder21 al pintor Pedro
Lázaro, para cobrar, del Cabildo de Cervera del Río Alhama, lo que se debía de
su difunto esposo: “de las echuras de unos sancttos de bultto que como tal
escultor, yço para las iglesias de dicha villa”.
La imagen de Cristo atado a la
columna posee una belleza formal,
siendo una de las mejores tallas
barrocas de este misterio en La Rioja.
Cristo, apoyado en la columna, con
expresión triste, mostrando una
anatomía realista y con cabello y
barba bellamente tallada. El paño de
castidad tallado con primorosidad en
todos sus pliegues. La obra transmite
la frescura que este escultor imprime
a sus esculturas.
La fecha de realización de la imagen posiblemente fue hacia 1657, teniendo en
cuenta que este escultor estaba realizando diversas obras para la iglesia
parroquial de Santa Ana. En 1657 realiza las imágenes de la Virgen y San Juan22
para el ático del Retablo Mayor. Posiblemente realizó la imagen del Cristo para
sustituir23 la que había ocupado desde la fundación de la iglesia.
Además, en 1662 realizó la imagen de la Inmaculada24 y su retablo, como
cumplimiento de las voluntades de un testamento.
La iglesia parroquial de San Gil
cuenta con otro paso, la
Oración de Jesús en el huerto,
obra de 1682, ordenándose
que se coloque en la capilla de
Santa Lucía. La imagen, de
vestir, se presenta de rodillas
con las manos juntas ante un
pequeño ángel. La obra es
anónima; además de su rostro
bien tallado hay que destacar
su pelo natural.
Las imágenes con que cuenta la parroquia de Santa Ana son las que salen
actualmente en la procesión del Viernes Santo, enumerándolas por orden de
antigüedad. La primera imagen que citamos es la de Virgen de los Dolores,
devoción muy seguida entre los feligreses desde la fundación de la iglesia, en la
que ya contó con uno de los primeros retablos25.
La imagen actual, de tamaño natural, es
una obra de la segunda mitad del siglo
XIX, de rostro sereno, única parte
tallada junto con las manos, el resto
viste túnica y manto de terciopelo negro
bordado en oro, que completa con
corona de plata.
Un ejemplo de la devoción acendrada
de los cerveranos a la Virgen la
tenemos en el texto que el escrito
cerverano del siglo XIX, Ibo Alfaro, en
su informe cuando fue comisionado por
el gobierno español para inventariar las
posesiones españolas y su estado de
conservación en Jerusalén. Fueron
muchos los textos de referencia
mariana y su niñez en Cervera, del que
destacó éste cuando visitó el Monte
Calvario: “los días tranquilos que en mi
humilde pueblo veía las procesiones de
semana Santa… ¡como recordé, madre
querida, los días que contigo iba al
templo a orar de rodillas ante la imagen
de la Dolorosa…”26
Otra de las imágenes es el Cristo yacente, talla de tamaño natural, de autor
anónimo cercano por la estética a la obra de artistas catalanes modernistas. La
imagen de Cristo, de detallado y realista estudio anatómico, representa a Cristo
tumbado, muerto, ingrávido, como si de un hombre cualquiera se tratara, sin más
dramatismo que la propia muerte, sin exageración en sus formas. Técnicamente
la imagen en su realización es perfecta.
La imagen llegó a la parroquia de Santa ana como donación de doña Manuela
Jiménez Zatorre27, en la primera década del siglo XX. Años más tarde, en 1933,
año de su fallecimiento, dejó en las voluntades de su testamento una cantidad
para el mantenimiento del Cristo. “Para el pago del alumbrado y otros gastos que
tengan que hacer el Santo Cristo que regaló el causante a la Iglesia de Santa ana
de Cervera del Río Alhama, deja 200 pts., ordenando se depositen en lugar
seguro, para que con sus réditos se atienda a lo que dispone”.
Completan el panorama imaginero un
busto de Cristo cercano a la estética
del escultor Ildefonso Serra, que se
porta sobre un pedestal de líneas
barrocas.
Las otras imágenes compradas en la década de los cuarenta son obras seriadas
de los talleres de Olot que representan el Calvario, integrado por cuatro
imágenes: Cristo, aún vivo y de tamaño mayor que las otras imágenes, que son la
Virgen, San Juan y María Magdalena. La otra peana es Cristo crucificado muerto.
La Semana Santa de Cervera cuenta con una gran tradición que un suceso histórico adormeció
y que, poco a poco, va despertando para volver a procesionar todo su patrimonio y encontrarse
con la tradición de siglos y su patrimonio procesional, porque el patrimonio espiritual sí sale en
procesión todas las Semanas Santas
.
1
AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; licencia de fundación 1546.
2
AHDL: Cervera Del Río Alhama; libro de Fábrica, 1580.
Una primera noticia relacionada con advocaciones de la Pasión de Cristo la encontramos en la capilla de Nuestra
Señora de la Piedad o de la Concordia, del siglo XV, propiedad de Yánez Barnuevo. Posteriormente se llamo a
Nuestra Señora de la Misericordia, hasta el siglo XVIII, que cambio a la advocación de San Bernardo.
3
4
Esta leyenda es común para otras imágenes aparecidas en España.
El amor y devoción llega a tanto que una anciana beata, inocentemente, por destacar su importancia, decía
hablando de la antigüedad de la imagen: “es más viejo que Dios”.
5
Este extraordinario relieve hoy día se encuentra coronando el retablo situado en la primera capilla del Evangelio. El
relieve renacentista, de mediados del siglo XVI, recrea la escena de la Piedad. La Virgen, sentada, sostiene en su
regazo a Cristo muerto, y María Magdalena le sujeta la cabeza mesándole los cabellos. A los pies de Cristo, un
apóstol, puede ser San Juan, aunque su iconografía se aproxima a la de Santiago peregrino. El resto de la escena
se completa con otros personajes: mujeres, San José de Arimatea portando una escalera, etc. La obra esta influida
por Siole, aunque de momento es anónima, tuvo que ser ejecutada por un artista de primera fila del primer
renacimiento español.
6
7
AHDL: Cervera del Río Alhama, San Gil; libro 2, Fol.. 82 v. y 89
8
AHN: Sección Consejos, 7098.
9
AHN: sección Consejos, 7093.
10
AHDL: Cervera del Río Alhama, San Gil; libro 2, fol. 96.
Quizá la advocación de Nuestra Señora de la Soledad sea como consuelo a los ajusticiados que morían en la
picota o rollo.
11
En 1854 la ermita de la Soledad sería trasladada y edificada a un paraje más alejado y solitario, donde hoy se
encuentra, por haber crecido mucho, el barrio de Santa Ana.
12
13
AHDL: Cervera del Río Alhama, San Gil; libro de la Cofradía de la Vera Cruz, año 1794.
14
AHPL: Juan González, leg. 5853, Fol. 127-128.
Este artísta trabajó en la iglesia parroquial de Grises, realizando en 1624 trabajos de policromía y pintura. Su
esposa era María Metelui, a quien se le terminó de pagar este trabajo de Grises en 1632, entonces viuda.
15
16
En Cervera se conocen por judíos.
Tanto el inventario artístico de Soria y su provincia como el de Logroño y su provincia datan a las imágenes en el
siglo XVIII, debiendo adelantarse la fecha para ambas obras un siglo, como demuestra el documento.
17
Sebastián del Rivero Arredodondo escultor de origen cantabro llego a Enciso para instalar su taller definitivo en
San Román de Cameros, dejando su obra en el Camero Viejo y las cuencas del Cidacos y Alhama. Fue discípulo de
Gregorio Fernández, por lo que sigue los modos estéticos de su maestro. Estuvo asociado con el escultor Fernando
de Ezpeleta durante algún tiempo.
18
19
AHPL: Marcos de Haro, leg.826, fol. 163.
20
AHPL: Marcos de Haro, leg. 826, Fol.. 182-184 v.
21
AHPL: Marcos de Haro, leg. 826, fol. 193
22
AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; libro de Fabrica 2, fol. 209, 1657.
La antigua imagen que ocupaba el ático del retablo pasó a un retablo colateral en la primera capilla de la Epístola.
La imagen es conocida por la advocación del Santo Cristo del Consuelo, talla romanista del I, de tamaño superior al
natural.
23
24
AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; libro de Fabrica 3, fol. 10 v., 1662.
25
AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; libro de Fabrica 1, fol. 163, 1606
ALFARO, M. Ibo: ¡Jerusalén! Descripción exacta y detallada de los Santos lugares. Imprenta y fundación de M.
Tello. Madrid, 1879, p.36.
26
Son muchas las donaciones que dejó junto a su marido en Cervera, como la construcción de un hospital. En
Burgos, lugar donde tenían su residencia, fueron también las donaciones caritativas, pero aquí destacamos la
donación, por las mismas fechas, 1904, que el Cristo yacente de Cervera, del paso del Calvario del artista Ildefonso
Serra para la semana Santa burgalesa.
27
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