Artículo Publicado en el número de 2004 de la Revista “Tercerol” Cuadernos de Investigación de la Asociación para el Estudio de la Semana Santa APROXIMACIÓN A LA SEMANA SANTA DE CERVERA DEL RÍO ALHAMA: Análisis histórico artístico Autor: Alfonso García de Paso Remón. Licenciado en Geografía e Historia. Socio fundador. CONDICIONANTES TOPOGRÁFICOS Y SOCIOLÓGICOS. El núcleo principal de la localidad riojana de Cervera del Río Alhama se configura en anfiteatro sobre la ladera montañosa que divide una mole pétrea conocida como Peña de San Antonio. Esta peña separa el casco urbano en dos barrios bien diferenciados con las parroquias que les dan nombre. La parroquia de San Gil, creada en el siglo XII con la reconquista de estos territorios por el rey aragonés Alfonso I. La otra parroquia, la de Santa Ana, se creara en 1546, en la expansión del caso urbano hacia los barrios que ocupaban los judíos y moriscos entonces cristianos nuevos, para callar las justificaciones de la falta de asistencia a los oficios de la Iglesia de San Gil, por impedir los elementos meteorológicos en invierno y no oírse las campanas. “Ya que los vecinos y parroquianos que así viven de la dicha villa por estar fundada en peñas e lugar áspero e distar mucho de la dicha iglesia, así en invierno con lluvias e nieve y otros ásperos tiempos, como en verano con los grandes calores, no pueden venir cómodamente a la dicha iglesia a oír los oficios divinos, y recibidos los Santos Sacramentos, no oyen tañer las campanas, por las muchas veces se ha visto por experiencia los tales parroquianos, por dichos inconvenientes dejar oír los divinos oficios en los días de fiesta y domingo y Pascua y de recibir los Santos sacramentos”1 En 1567 la Iglesia de Santa Ana se abrirá al culto dependiendo de la de San Gil, no mejorando en nada el problema de asistencia a los cultos, pues la mayoría eran en San Gil. En 1580, dos años antes de tener independencia económica y libro de fábrica la iglesia de Santa Ana, el problema seguía siendo el mismo. “ Y somos informados que mucha gente la Semana Santa de los del barrio de arriba no pueden ir cómodamente a oyr los oficios divinos la Semana Santa y se queda mucha gente sin oírlos”.2 El nuevo barrio de Santa Ana quedaría poblado por la sociedad burguesa y noble que se trasladará de San Gil , haciendo nuevo edificios más modernos. Un rasgo importante de la población cerverana, como ya he señalado, era el crecido número de moriscos y judíos conversos que habitaban el barrio de arriba, o de Santa Ana, lo que históricamente crearía en el inconsciente colectivo rivalidades entre ambos barrios o parroquias que fueron mutando su causa de encono hasta tiempos recientes. Esta rivalidad servirá de acicate, y alguna vez de envidia, para que cualquier actividad parroquial o municipal tenga que ser pactada por ambas parroquias. Los conversos fue asunto que preocupó a los obispos de la sede calagurritana, y ya desde el Concilio de Trento el obispo Juan Bernal de Luco emite para toda la diócesis “Instrucciones para visitadores”, el 2 de octubre de 1548, siendo mencionada específicamente Cervera y sus moriscos. Este acendrado espíritu catequizador dejara en Cervera unas creencias y fe cristianas profundas que se desarrollará y permanecerá por los siglos. La Semana Santa no será una excepción en sus celebraciones. GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DE LA SEMANA SANTA CERVERANA El origen3 de la Semana Santa en Cervera del Río Alhama lo encontramos en el Santo Cristo de la Vera Cruz, más conocido por Cristo del Perdón, bajo el que se fundo la Cofradía de la Vera Cruz en la iglesia parroquial de San Gil. La imagen milagrosa va unida a una leyenda4 relacionada con un peregrino que solicitó cobijo en la población; acomodado en un aposento pidió que no se le molestase en tres días; al tercer día, cuando se le va a visitar, el peregrino ha desaparecido y en su lugar hay una imagen de Cristo crucificado, en este caso el Santo Cristo del Perdón. La imagen, de tamaño mayor al natural, es obra de finales del siglo XV, manifestando rasgos renacentistas. Representa un Cristo muerto con la cabeza caída hacia delante, esculpido con detallada anatomía; destacar la elegancia del tallado del perizoma o paño de castidad, cuyo tratamiento recuerda el de las telas de la escultura clásica griega. Sí algunos rasgos anuncian el manierismo, la posición de las piernas y los pies tienen recuerdos del gótico. El Cristo siempre ha contado con gran devoción5 en Cervera del Río Alhama y se ha acudido implorarle ante alguna necesidad en diversas rogativas, siendo consuelo de los solicitantes a los que se les concedía lo que se le rogaba. A lo largo de la historia se le dio culto en diversas capillas en la iglesia parroquial de San Gil, ocupando actualmente desde el siglo XVIII la segunda capilla del lado de la Epístola. En 1657 se registra una donación de 1.020 maravedíes para que se hiciera una capilla del Santo Cristo en la dicha iglesia de San Gil. La devoción al Cristo aporta muchos datos documentales, como el de la petición de enterramiento en 1662 de una familia principal de Cervera, los Fernández de Zapata: “Las sepulturas que están señaladas a la entrada del señor San Blas. En que la dicha iglesia tiene situada la Santa Bera Cruz”. Otra noticia anterior, de 1637, es la orden del doctor Juan Bautista de Garay: “Imagen de Ntra. Señora de las Angustias se ponga a los pies del Christo que esta en dicha capilla, y adonde esta agora la Virgen se ponga la tabla de San Diego”. En 1820 se detalla que la escultura de Nuestra señora de las Angustias era un cuadro de talla o relieve6 de la Virgen con Santiago y otros Apóstoles. El Cristo del Perdón siempre gozo de un halo misterioso y en su retablo estaba tapado por una rica cortina o telón que sólo se subía en los rezos que tenían lugar en su capilla todos los viernes del año. En 1928, olvidados de que era el Cristo de la Vera Cruz, se crearía la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, que agrupó a gran número de cerveranos. Junto al Cristo del Perdón, o de la Vera Cruz, surgirá la cofradía penitencial de la Vera Cruz, surgirá la cofradía penitencial de la Vera Cruz en la iglesia parroquial de San Gil. Cuando se edificó la iglesia parroquial de Santa Ana en 1546, la cofradía quedó dividida entre las dos parroquias y efectuaba alternativamente dos procesiones, el Jueves Santo y el Viernes Santo. Como todo tenía que ser compartido, tenía un mayordomo por cada paso y dos más, uno por cada parroquia o barrio. Los mayordomos7 ponían dinero para algunos actos de la cofradía. La cofradía según un documento de 1770 se mantenía sólo de las limosnas8 que recogía. No teniendo ninguna9 posesión. A finales del siglo XIX eran acompañadas las procesiones de Jueves Santo y Viernes Santo por la banda de música10, ascendiendo los gastos en 1884 a ochentas reales. Las procesiones de Semana Santa y los cultos de la Pasión se desarrollaron con un elevado espíritu en ambas parroquias durante los siglos XVII y XVIIII siendo intensivas las mejoras de los mismos, no sólo por la cofradía de la Vera Cruz, que en 1625 encargo los primeros pasos conocidos de los que hablaremos, sino por la devoción popular, que dejó mandas de herencias con donaciones de imágenes pasionarias de Cristo y la Virgen. Las parroquias también colaboraron junto a la cofradía en la difusión y contemplación de los misterios de la Pasión de Cristo, con la construcción de Vía Crucis. Sin memoria de su construcción, posiblemente el siglo XVI, existe un itinerario que partiendo de la iglesia parroquial de San Gil asciende por el Barranco de las Cruces, al que le da nombre, hasta la ermita de la Virgen del Monte. Este Vía Crucis era conocido por el de las “Cruces bajas”. En 1684 se comenzará a edificar el Humilladero de la Villa, dedicado a Nuestra señora de la Soledad, que se situará al otro extremo de la población, a las afueras del barrio de Santa Ana, en la placeta de la Soledad junto a la del Rollo11. En 1691 quedará abierto al culto. Unos años más tarde, en 1716, se realizará un nuevo itinerario del Vía Crucis, conocido por el de las “cruces altas”, que irá desde el Humilladero, o ermita de la Soledad con itinerario por la plaza de las “casas nuevas o del rollo” y que ascendía por lo que hoy es la calle Juana Jiménez hasta el castillo, llegando a la parroquia de San Gil. El itinerario atravesaba los antiguos barrios de la morería y judería. Esta ermita12 podemos afirmar que fue la oponente a la situada en el otro barrio de San Gil, la de la Virgen del Monte, y los parroquianos de Santa Ana donde pertenece desde su edificación la consideraban más suya. Un ejemplo de esto lo encontramos en el conflicto que tuvo lugar en la Semana Santa de 1794. Posteriormente la Cofradía de la Vera Cruz dio un decreto13 del que transcribo un fragmento: “tratar de evitar los inconvenientes gravísimos a que está expuesta esta cofradía sus mayordomos y abades con los alborotos y disturbios que se han experimentado en la procesión del Viernes Santo de Nuestra Señora de la Soledad en el año que corresponde salir de la parroquia de Santa Ana sobre que el populacho quiere que la procesión siga hasta la ermita de la Soledad sita en el pueblo y el cabildo se ha resistido por ser contra rubricas el empezar en una parte y concluir en otra la procesión, de cuyos altercados el acto tan serio de una triste procesión y de un concurso tan numeroso como asiste a ella, han resultado muchos públicos escándalos, dichos impropios y altercados inconsiderados sin respeto ni a la imagen de Nuestra Señora ni a la Santa Cruz parroquial ni a los cabildos eclesiásticos ni secular, que por no poderlos contener ha obrado en justicia alguna vez apresando a algunos de los de esta cofradía” Las procesiones de Cervera contaron con gran número de pasos y personajes que procesionaban desde la parroquia de San Gil o la de Santa Ana, según fuera Jueves Santo o Viernes Santo, contando con la participación de toda la población. Así se realizó hasta que, en 1931, llego la República y se incendio San Gil y con ella enseres, ropas y las andas de las imágenes de la semana Santa. Tras la República vino la Guerra Civil, suspendiéndose las procesiones hasta el fin de ésta. La situación en los primeros años de la década de los cuarenta, con la escasez que había, no animaba a recuperar esta tradición piadosa, pues la parroquia de San Gil contaba con las imágenes pero no con las andas y ropas de éstas, por lo que no se hacía nada. Será en 1943 cuando don Ernesto Armentia, párroco de Santa Ana, anime a los jóvenes de Acción Católica de la parroquia para organizar un Vía Crucis a la ermita de la Soledad, con gran éxito de participación. En años posteriores el Vía Crucis se seguirá haciendo y se recuperará la procesión del Viernes por la tarde, con los pasos que habitualmente hacía la parroquia de Santa Ana. En la actualidad, el Domingo de Ramos, cada parroquia celebra la bendición de las palmas y ramos por separado, la de San Gil lo hace delante de la ermita de San Antonio, junto a la peña que separa ambos barrios, para partir procesionalmente hasta su parroquia. La parroquia de Santa Ana realiza su bendición y procesión desde la plaza del Rollo. Los Vía Crucis por las calles de Cervera hasta la ermita de la Soledad y hasta la ermita de la Virgen del Monte se suceden el Jueves y Viernes Santo, desde ambas parroquias. Por la tarde saldrá la procesión del Santo Entierro desde Santa Ana, organizada por la Cofradía de la Vera Cruz de la parroquia, que realizará su itinerario histórico yendo desde la parroquia de Santa Ana a la de San Gil y regresando nuevamente a su lugar de origen. En ella, aparte de los pasos procesionales, participan más de cien personas representando escenas de la Pasión. Desde hace diez años, por iniciativa del párroco de San Gil, don Jesús Álvarez, se sacaron de los “rincones” donde dormían los pasos desde hacia más de cincuenta años y se expusieron durante toda la Cuaresma y la Semana Santa. Esta costumbre se sigue manteniendo a la espera de que un día vuelvan a salir en procesión por las calles de Cervera. IMAGINERÍA PROCESIONAL Las primeras imágenes procesionales que se conservan y se conocen en Cervera son las encargadas el 5 de noviembre de 162514 por la Cofradía de la Vera Cruz de la parroquia de San Gil al escultor15 Bernardo del Bosque. En el encargo se detallaba el de “Tres insignias”: un Descendimiento con dos figuras, detallándose que la Virgen debía estar sentada y Cristo yerto, siguiendo el modelo del realizado para San Pedro Manrique. Además, debería realizar una Coronación de espinas y el paso del Nazareno con la cruz a cuestas, compuesto de tres figuras: Cristo, un sayón delante, el Nazareno y el cirineo detrás, “con caveças, piernas y braços en perfección”. Por éstas imágenes o insignias cobro mil reales, setecientos reales por los dos primeros y trescientos por el del Nazareno. Las imágenes son de tamaño inferior al natural y como indica el texto del documento, sólo están esculpidas las cabezas y las manos, bien proporcionadas y talladas, caso de la imagen de la Coronación de espinas, a la que años después le agregaron dos sayones16 de ningún valor escultórico para mofa popular. La imagen de la Piedad, llamada en el documento Descendimiento, esta integrada por la Virgen sentada, que viste ropas de terciopelo bordadas, sosteniendo en su regazo a Cristo muerto al que le cuelgan los brazos. En contraposición, las piernas dobladas por las rodillas cuelgan por el otro lado del regazo de la Virgen. La imagen de Cristo está tallada completamente, siguiendo las proporciones correctas; la talla es algo torpe, no así la del rostro de la Virgen que muestra tras su manto que cubre la cabeza. La imagen sigue la iconografía en todos los detalles de su modelo de San Pedro Manrique. Imagen que se conserva y procesiona, pudiendo pensarse que la de San Pedro Manrique17 fuera también obra de Bernardo del Bosque. Actualmente la imagen de San Pedro Manrique recibe culto en una suntuosa capilla barroca con baldaquino en la iglesia de San Martín y sale en procesión bajo la advocación de la Virgen de los Dolores. Más espectacular por su composición es el paso del Nazareno con la cruz a cuestas, conocidos por “los judíos”. Imágenes de vestir en las que destacan los rostros de Jesús y de Simón de Cirene, rostros que se embellecen con la policromía. El encargo de la Cofradía de la Vera Cruz era un sayón más que iba por delante de Cristo y que hoy no existe. A los pasos de la Cofradía de la Vera Cruz se unirán otros dos de la iglesia de San Gil, una excelente imagen de Jesús atado a la columna y la de Cristo orando en el huerto. Por manda para los herederos de Diego Mantilla y María Manrique, fallecida el 20 de febrero de 1627, se dejó encargado el colocar en el altar de Santa Lucía del señor San Gil “una echura de bulto de Christo atado a la columna”. El cumplimiento de la manda se irá repitiendo en los años 1641 y 1649, hasta que se realiza. El autor de la imagen es el escultor Sebastián del Ribero18, como se desprende del poder de 22 de septiembre de 166419 que dio a fray Manuel Blanco, comendador del convento de la Merced de Logroño, por “estar afligido con su enfermedad y entender que no tendrá tiempo para hacer su testamento”. Poco después moriría el escultor y las voluntades serían trasladadas al testamento por el propio comendador. Del testamento20 se desprenden datos que nos interesan: Entre el dinero que se le adeudaba en Cervera del Río Alhama estaban 800 reales de la imagen de Cristo atado a la columna. Además, 800 reales por la imagen de un Crucifijo. También se le debía por el colateral de Nuestra Señora de la Concepción, del que había recibido 50 ducados a cuenta. El 16 de diciembre de 1664, su viuda, Ana Díaz, dio poder21 al pintor Pedro Lázaro, para cobrar, del Cabildo de Cervera del Río Alhama, lo que se debía de su difunto esposo: “de las echuras de unos sancttos de bultto que como tal escultor, yço para las iglesias de dicha villa”. La imagen de Cristo atado a la columna posee una belleza formal, siendo una de las mejores tallas barrocas de este misterio en La Rioja. Cristo, apoyado en la columna, con expresión triste, mostrando una anatomía realista y con cabello y barba bellamente tallada. El paño de castidad tallado con primorosidad en todos sus pliegues. La obra transmite la frescura que este escultor imprime a sus esculturas. La fecha de realización de la imagen posiblemente fue hacia 1657, teniendo en cuenta que este escultor estaba realizando diversas obras para la iglesia parroquial de Santa Ana. En 1657 realiza las imágenes de la Virgen y San Juan22 para el ático del Retablo Mayor. Posiblemente realizó la imagen del Cristo para sustituir23 la que había ocupado desde la fundación de la iglesia. Además, en 1662 realizó la imagen de la Inmaculada24 y su retablo, como cumplimiento de las voluntades de un testamento. La iglesia parroquial de San Gil cuenta con otro paso, la Oración de Jesús en el huerto, obra de 1682, ordenándose que se coloque en la capilla de Santa Lucía. La imagen, de vestir, se presenta de rodillas con las manos juntas ante un pequeño ángel. La obra es anónima; además de su rostro bien tallado hay que destacar su pelo natural. Las imágenes con que cuenta la parroquia de Santa Ana son las que salen actualmente en la procesión del Viernes Santo, enumerándolas por orden de antigüedad. La primera imagen que citamos es la de Virgen de los Dolores, devoción muy seguida entre los feligreses desde la fundación de la iglesia, en la que ya contó con uno de los primeros retablos25. La imagen actual, de tamaño natural, es una obra de la segunda mitad del siglo XIX, de rostro sereno, única parte tallada junto con las manos, el resto viste túnica y manto de terciopelo negro bordado en oro, que completa con corona de plata. Un ejemplo de la devoción acendrada de los cerveranos a la Virgen la tenemos en el texto que el escrito cerverano del siglo XIX, Ibo Alfaro, en su informe cuando fue comisionado por el gobierno español para inventariar las posesiones españolas y su estado de conservación en Jerusalén. Fueron muchos los textos de referencia mariana y su niñez en Cervera, del que destacó éste cuando visitó el Monte Calvario: “los días tranquilos que en mi humilde pueblo veía las procesiones de semana Santa… ¡como recordé, madre querida, los días que contigo iba al templo a orar de rodillas ante la imagen de la Dolorosa…”26 Otra de las imágenes es el Cristo yacente, talla de tamaño natural, de autor anónimo cercano por la estética a la obra de artistas catalanes modernistas. La imagen de Cristo, de detallado y realista estudio anatómico, representa a Cristo tumbado, muerto, ingrávido, como si de un hombre cualquiera se tratara, sin más dramatismo que la propia muerte, sin exageración en sus formas. Técnicamente la imagen en su realización es perfecta. La imagen llegó a la parroquia de Santa ana como donación de doña Manuela Jiménez Zatorre27, en la primera década del siglo XX. Años más tarde, en 1933, año de su fallecimiento, dejó en las voluntades de su testamento una cantidad para el mantenimiento del Cristo. “Para el pago del alumbrado y otros gastos que tengan que hacer el Santo Cristo que regaló el causante a la Iglesia de Santa ana de Cervera del Río Alhama, deja 200 pts., ordenando se depositen en lugar seguro, para que con sus réditos se atienda a lo que dispone”. Completan el panorama imaginero un busto de Cristo cercano a la estética del escultor Ildefonso Serra, que se porta sobre un pedestal de líneas barrocas. Las otras imágenes compradas en la década de los cuarenta son obras seriadas de los talleres de Olot que representan el Calvario, integrado por cuatro imágenes: Cristo, aún vivo y de tamaño mayor que las otras imágenes, que son la Virgen, San Juan y María Magdalena. La otra peana es Cristo crucificado muerto. La Semana Santa de Cervera cuenta con una gran tradición que un suceso histórico adormeció y que, poco a poco, va despertando para volver a procesionar todo su patrimonio y encontrarse con la tradición de siglos y su patrimonio procesional, porque el patrimonio espiritual sí sale en procesión todas las Semanas Santas . 1 AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; licencia de fundación 1546. 2 AHDL: Cervera Del Río Alhama; libro de Fábrica, 1580. Una primera noticia relacionada con advocaciones de la Pasión de Cristo la encontramos en la capilla de Nuestra Señora de la Piedad o de la Concordia, del siglo XV, propiedad de Yánez Barnuevo. Posteriormente se llamo a Nuestra Señora de la Misericordia, hasta el siglo XVIII, que cambio a la advocación de San Bernardo. 3 4 Esta leyenda es común para otras imágenes aparecidas en España. El amor y devoción llega a tanto que una anciana beata, inocentemente, por destacar su importancia, decía hablando de la antigüedad de la imagen: “es más viejo que Dios”. 5 Este extraordinario relieve hoy día se encuentra coronando el retablo situado en la primera capilla del Evangelio. El relieve renacentista, de mediados del siglo XVI, recrea la escena de la Piedad. La Virgen, sentada, sostiene en su regazo a Cristo muerto, y María Magdalena le sujeta la cabeza mesándole los cabellos. A los pies de Cristo, un apóstol, puede ser San Juan, aunque su iconografía se aproxima a la de Santiago peregrino. El resto de la escena se completa con otros personajes: mujeres, San José de Arimatea portando una escalera, etc. La obra esta influida por Siole, aunque de momento es anónima, tuvo que ser ejecutada por un artista de primera fila del primer renacimiento español. 6 7 AHDL: Cervera del Río Alhama, San Gil; libro 2, Fol.. 82 v. y 89 8 AHN: Sección Consejos, 7098. 9 AHN: sección Consejos, 7093. 10 AHDL: Cervera del Río Alhama, San Gil; libro 2, fol. 96. Quizá la advocación de Nuestra Señora de la Soledad sea como consuelo a los ajusticiados que morían en la picota o rollo. 11 En 1854 la ermita de la Soledad sería trasladada y edificada a un paraje más alejado y solitario, donde hoy se encuentra, por haber crecido mucho, el barrio de Santa Ana. 12 13 AHDL: Cervera del Río Alhama, San Gil; libro de la Cofradía de la Vera Cruz, año 1794. 14 AHPL: Juan González, leg. 5853, Fol. 127-128. Este artísta trabajó en la iglesia parroquial de Grises, realizando en 1624 trabajos de policromía y pintura. Su esposa era María Metelui, a quien se le terminó de pagar este trabajo de Grises en 1632, entonces viuda. 15 16 En Cervera se conocen por judíos. Tanto el inventario artístico de Soria y su provincia como el de Logroño y su provincia datan a las imágenes en el siglo XVIII, debiendo adelantarse la fecha para ambas obras un siglo, como demuestra el documento. 17 Sebastián del Rivero Arredodondo escultor de origen cantabro llego a Enciso para instalar su taller definitivo en San Román de Cameros, dejando su obra en el Camero Viejo y las cuencas del Cidacos y Alhama. Fue discípulo de Gregorio Fernández, por lo que sigue los modos estéticos de su maestro. Estuvo asociado con el escultor Fernando de Ezpeleta durante algún tiempo. 18 19 AHPL: Marcos de Haro, leg.826, fol. 163. 20 AHPL: Marcos de Haro, leg. 826, Fol.. 182-184 v. 21 AHPL: Marcos de Haro, leg. 826, fol. 193 22 AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; libro de Fabrica 2, fol. 209, 1657. La antigua imagen que ocupaba el ático del retablo pasó a un retablo colateral en la primera capilla de la Epístola. La imagen es conocida por la advocación del Santo Cristo del Consuelo, talla romanista del I, de tamaño superior al natural. 23 24 AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; libro de Fabrica 3, fol. 10 v., 1662. 25 AHDL: Cervera del Río Alhama, Santa Ana; libro de Fabrica 1, fol. 163, 1606 ALFARO, M. Ibo: ¡Jerusalén! Descripción exacta y detallada de los Santos lugares. Imprenta y fundación de M. Tello. Madrid, 1879, p.36. 26 Son muchas las donaciones que dejó junto a su marido en Cervera, como la construcción de un hospital. En Burgos, lugar donde tenían su residencia, fueron también las donaciones caritativas, pero aquí destacamos la donación, por las mismas fechas, 1904, que el Cristo yacente de Cervera, del paso del Calvario del artista Ildefonso Serra para la semana Santa burgalesa. 27