EDIFICIO PEDRO A LOPEZ

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Ministerio de Cultura
Nombre del bien: EDIFICIO PEDRO A. LÓPEZ
Código del registro: 1_1_1_5_11_001_04
Departamento:
Cundinamarca
Municipio:
Bogotá D.C.
RESEÑA HISTÓRICA (N°1)
Robert Farrington llegó a Colombia por una invitación de la familia Samper, para
construir el colegio Gimnasio Moderno. La estadía de este arquitecto norteamericano
fue aprovechada por Pedro A. López, quien le propuso levantar unos planos para
construir el edificio del banco de su mismo nombre, en el “barrio de La Catedral, junto
al puente de San Francisco, esquina del antiguo parque de artillería”, según consta en
la escritura original.
Debido a la quiebra de la firma exportadora Pedro A. López y Cía., don Pedro A.
López, para pagar sus deudas, vendió el Banco López al gobierno nacional en el año
de 1923, por la suma de $500.000 (quinientos mil pesos), quien lo adquirió para que
allí funcionara la primera sede del Banco de La Republica. Posteriormente el subsuelo
de la edificación albergó la colección de orfebrería del mismo banco.
Por insuficiencia del espacio, el Banco Emisor negoció terrenos alrededor del Parque
Santander y construyó allí su sede, desocupando el edificio Pedro A. López en 1958.
En el año 1984 se originó un incendio en su quinto piso, hecho que fue noticia, aunque
no era para menos, ya que en ese monumento histórico de la Avenida Jiménez con
Carrera Octava, fundado por don Pedro A. López, estaba concentrado el centro de
poder cafetero del país. La federación tenía allí su sede y el Banco Cafetero una de
sus primeras oficinas. Hace 69 años, este edificio también hizo noticia. Fue en 1920
cuando el arquitecto entregó la primera etapa y las principales autoridades
inauguraron la más grande construcción realizada en Bogotá hasta ese momento.
La casa López como se le llamó, nació en cuna de oro. Su inspirador, quien a la postre
sería padre y abuelo de presidentes de la Republica, le tenía proyectado un destino
brillante. Quería instruir la que fuera una de las primeras y la más importante entidad
bancaria de Colombia.
Para dar a luz a esa idea, necesitaba un ajuar de altura. Don Pedro A. López encargó
las columnas a Italia y el reloj esquinero a Suiza. Así fueron llegando del extranjero las
puertas y las barandas de bronce, los mármoles y los vidrios, los cortinajes y la
decoración.
Para el lugar donde se levantaría el inmueble escogió “el barrio La Catedral, junto al
puente de San Francisco, esquina del antiguo parque de artillería...” según reza en la
escritura original. El sector ya se distinguía por su galería de almacenes, en donde los
cachacos adquirían sus chapines y paraguas, los paños ingleses, los borbines, el
jabón de Reuter y el agua florida de Murray.
El sitio señalado era además estratégico, porque en su contorno estaba ubicado el
gobierno central, la autoridad eclesiástica y la prensa. No en vano, años más tarde, la
zona se conocería como la de los cuatro poderes, incluido el comercial representado
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en la Banca. En sus alrededores funcionarían los diarios El Tiempo y El Espectador, la
iglesia de San Francisco y la Basílica entre otras, el Banco de La Republica, la Casa
presidencial, el Capitolio y el Palacio de Justicia.
En ese ambiente de importancia abrió sus puertas el Banco López, que luego de una
temporada de éxito fue víctima de un “crash” folclórico, el primero en nuestro medio.
Alguna gente confundió la quiebra de una pierna de Eduardo López, el gerente, con la
quiebra del Banco. Ante el rumor de “quebró López”, los ahorradores retiraron sus
dineros.
Pero el edificio estaba destinado para grandes cosas. Sería ocupado por el Banco de
La Republica, luego por la Federación de Cafeteros y en 1958, siendo gerente don
Pedro Bernal, por el Banco Cafetero.
FUENTE
Autor:
Fondo Cultural Cafetero
Consecutivo: 1206
Paginas:
86-91
RESEÑA HISTÓRICA (N°2)
Dos edificios en Bogotá son sintomáticos del paulatino proceso de modernización
arquitectónica en la capital: el edificio Pedro A. López del 1919 al 1924 y el edificio
Cubillos en el año 1926. El primero fue construido por la importante casa comercial
exportadora del mismo nombre. Ésta contrató al arquitecto norteamericano Robert
Farrington, quien dirigió la novedosa obra de acero revestido en cemento y en la cual
se adoptaba un lenguaje clasicista simplificado a la manera de los edificios de oficinas
de la primera escuela de Chicago; en especial de la arquitectura de Le Baron Jenney.
Con ironía, Germán Téllez relata que esta obra semeja la base de un rascacielos
neoyorquino de finales del siglo XIX, al cual “jamás se le hubieran construido los pisos
restantes hacia arriba”, con cierta razón pues los modelos de Chicago tenían base,
varios pisos y ático, aunque con bastante mordacidad ya que no se puede negar cierta
calidad a la obra. De todas maneras y a pesar de su estilo clásico, una prueba del
impacto que causara la sobriedad de su estilo respecto al barroquismo del vecino
edificio de la Gobernación, por ejemplo fue el comentario sobre él en El Grafico, del 15
de Marzo de 1919, donde se hablaba de “estilo frío, falto del arte que podríamos llamar
cubista (...)”. Pero más que el estilo sería la técnica empleada –estructura importada- y
todo el equipo complementario lo que representaba un adelanto inusitado en la capital.
FUENTE
NIÑO MURCIA, Carlos. “Arquitectura y estado”. Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá D.C, 1991
Paginas: 74-75
DESCRIPCIÓN FÍSICA
Ministerio de Cultura
En una superficie de 4.300 varas cuadradas se levantó el edificio entre las carreras 8 y
7 A, y entre las calles 14 y Avenida Jiménez, con una planta cuadrada en la cual el
acceso principal es recibido por un gran hall central que articula los diferentes
espacios y niveles de la edificación, cuya pesadez volumétrica se asemeja a la base
de un rascacielos neoyorquino, al que no se le hubieran construido los pisos
superiores.
El edificio cuenta con cinco pisos, en los cuales inicialmente el Banco Cafetero,
actualmente Bancafé, ocupaba los tres primeros niveles y el Ministerio de Agricultura
los niveles restantes, luego el banco dentro su proceso de reestructuración redujo su
actividad bancaria a un solo nivel.
El inmueble fue diseñado desde su concepción inicial con una infraestructura a la
medida de una gran oficina bancaria, la cual presenta un notorio
sobredimensionamiento de sus áreas, debido a la reestructuración de personal
realizada al interior del banco.
Hacia el exterior se observa la gran simetría de la fachada, que en conjunto con la
estructura muestra la connotación y el impacto que pretendía tener la edificación en la
ciudad como reflejo de uno de los poderes de la sociedad moderna: la economía.
Al interior del edificio se resaltan los elementos decorativos que se encuentran
ubicados en las zonas de circulación. Es así como el enfoque del significado de la
edificación está dada por la utilización de elementos clásicos, los cuales poseen no
sólo un valor simbólico sino estético e histórico.
FUENTE
Autor: Wilmer García Arias.
MATERIALES Y TÉCNICA
Para la construcción se utilizaron por primera vez en Colombia, estructuras de acero
atornilladas y revestidas en concreto. Fue el primer edificio que contó con ascensor
eléctrico y grandes vidrieras. Expertos cubanos en desagües e instalaciones
hidráulicas colaboraron con la ejecución de la obra.
FUENTE
Autor: Fondo Cultural Cafetero
Consecutivo: 1206
Paginas: 91
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Por exceso de áreas libres en la primera planta, que corresponde a la zona bancaria,
se ha definido un nuevo uso para el máximo provecho del piso.
La planta se ha dividido en dos partes independientes que manejan funciones
diferentes; la oficina bancaria, que seguirá en funcionamiento con acceso por la
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carrera octava, y una zona comercial con café, restaurante y librería, denominada
Museo del siglo XIX, a la cual se accede por la Avenida Jiménez.
Para tales efectos se modificó, de forma esencial, el espacio original del primer piso,
donde fueron desmontadas casillas que no comprometían o interrumpían la estructura.
Se reemplazaron pisos malogrados por el paso del tiempo, o se adecuaron otros,
siempre siguiendo las especificaciones originales del diseño del edificio.
Para desvincular las dos zonas, como ya se menciono, el acceso a ambas es
independiente, así como el acceso al Ministerio de Agricultura, el cual también se
efectúa por la Avenida Jiménez, sin incidir en el acceso a la zona comercial. También
se divide el espacio al interior, con elementos capaces de mantener el carácter de
seguridad que requiere la oficina bancaria, por ello se emplea vidrio blindado y rejas
de seguridad, todo siempre bajo el marco de diseño inicial del edificio.
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