DECORAR CON PIEZAS DE ALMONEDAS Entre las múltiples maneras de elegir los muebles que decoran una casa, las almonedas pueden ser una interesante opción para aquellos que disfruten del sabor de lo usado. Las piezas que esconden estos almacenes de muebles antiguos, sorprenden a los visitantes que se adentran en el peculiar mundo de los muebles con historia. El mobiliario que cualquier comprador puede encontrar en una almoneda se caracterizan esencialmente porque han de tener más de cincuenta años. Aunque no es necesario que lleguen a los más de cien con los que cuentan las piezas de anticuario, sí deben de sobrepasar el medio siglo. Los muebles que pertenecen a este estilo decorativo, en su origen fueron usados de manera funcional. Así, muchas de las piezas fueron rescatadas de oficinas o despachos, en los que, su utilidad inicial era la de servir como piezas de auxilio en las labores cotidianas. Este es el motivo por el que las líneas son más bien sobrias y carecen de adornos lujosos en su exterior. En las almonedas encontramos diferentes estilos decorativos. El americano suele ser idóneo para emplear en estudios y lugares de trabajo en contraposición al inglés, que cuenta con piezas que facilitan el día a día. En este estilo encontramos mesas de té, grandes butacones, tarteras, etc. La almoneda francesa es también significativa y suele acoger muebles de acabados más rústicos ya que se solían emplear en la vida rural o en las casas de campo. Muebles reciclados Las piezas estrellas de las almonedas suelen ser vitrinas, clasificadores, escritorios, archivadores, etc. Todos ellos muebles que aunque en un principio quedaron olvidados en viejas empresas en la actualidad llenan los rincones de algunos hogares. De esta manera el reciclaje del mueble va más allá de la pieza en sí. Los antiguos archivadores de papeles ocupan muchas cocinas a modo de alacenas. Se han convertido en piezas muy solicitadas en almonedas ya que en cualquier rincón de la casa pueden servir como elemento decorativo. También los escritorios que encontramos en estas tiendas son objeto de la búsqueda de compradores entusiastas del mueble usado. Los hay de muchas formas: con dos hileras de cajones a ambos lados, con un simple cajón central cerrado con llave y los más vistosos con una simple cajonera lateral pero cerrados con persiana de madera. A pesar de que su uso originario era el de servir como mesa de oficina en antiguos despachos u oficinas en la actualidad los nuevos usos decorativos de estos han variado, de manera que pueden servir como mesa auxiliares en amplios salones o como muebles de entrada en acogedores pisos. Las vitrinas que en su origen se usaban como muebles para guardar loza, vajillas y objetos de comedor ahora son utilizadas como librerías en salitas o como muebles en los que se puede guardar desde la cadena de música, hasta la discografía completa de los dueños de la casa. Codiciadas son también las butacas de asiento giratorio y con brazos de madera al más puro estilo americano. Aunque pero las sillas de las almonedas hay que hacer referencias a las sillas modelo Thonet que deben el nombre a su diseñador, un alemán que concibió sus asientos como sencillas sillas de líneas sinuosas y con reposabrazos. Hoy en día tiene cabida en cualquier lugar de la casa. Dormitorios, comedores y cocinas son los lugares de la casa en donde cualquier podría colocar una silla Thonet sin que esta desentone. Combinar las maderas de almoneda La funcionalidad para la que fueron concebidos este tipo de muebles hace que las maderas elegidas para su construcción sean fuertes y de color oscuro. El nogal, el roble americano y el cerezo son los árboles seleccionados para estas piezas que solían estar barnizadas en mate y en ocasiones tintadas y enceradas para que pudiesen soportar cualquier trato en los lugares tan transitados en donde eran colocados. El color de estos muebles hace que hoy en día se sitúen junto a piezas de color claro o en habitaciones con gran luminosidad. De esta manera la solera de estas piezas adquiere más valor en ese tipo de estancias. Tal vez por eso es muy importante seleccionar los materiales que las rodean, sólo así se garantizará que estén en el lugar adecuado. Si pensamos en los suelos de las estancias donde se colocan, el contraste es lo idóneo, por eso las maderas claras, las moquetas o rafias y la cerámica o el gres rústico son los materiales más combinables con estos muebles antiguos. En cuanto al color de las paredes, el blanco manchado, los ocres y los colores crema son un buen marco decorativo para usar este tipo de mobiliario. Todo ello sin olvidar que las tapicerías y los textiles que se deben emplear con ellos han de ser tejidos de algodón, lino o panas ya que la oscuridad de estos muebles se verá matizada pero resaltada a la vez por los tejidos naturales y sobrios. Cristina Corral Soilán Fuente: Suplemento de la revista El Mueble Nº 509, del mes de Noviembre