Documento 227777

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MINISTÈRE DES AFFAIRES ÉTRANGÈRES ET EUROPEENNES
N° 51 - diciembre del 2008
EL MUSEO QUAI DE BRANLY : « EL MUSEO DE LA MIRADA SOBRE LOS DEMAS »
En el mítico museo del Quai Branly, en el
corazón de Paris, están reunidas las obras más
prestigiosas del arte y la civilización de África, Asia,
Oceanía y las Américas. No sólo es una presentación
museográfica, sino también histórica, ya que estas
“lejanas” culturas no occidentales, por un largo tiempo
desconocidas,
menospreciadas
o
reducidas
a
“curiosidades”, disponen de un vasto espacio en el que
se afirma “la importancia de su profundidad y su
sutilidad”, en un diálogo permanente entre el hombre y
la cultura.
Definido como “el museo de la mirada sobre los
demás”, el museo del Quai Branly nació de la voluntad del
Première acquisition de l'établissement public du
presidente Jacques Chirac de “devolver todo su espacio a
musée du quai Branly choisie pour être l'emblême
du musée. Sculpture de Chupicuaro, VIIè-IIè siècle
las artes y a las civilizaciones durante demasiado tiempo
avant J.-C. Mexique, terre cuite, hauteur 31 cm.
desconocidas”, con la esperanza de verlo convertirse en
Ancienne collection Guy Joussemet,
musée du quai Branly
“un instrumento de paz que de prueba de la idéntica
© musée du quai Branly, Paris
dignidad de las culturas y de los hombres”. La primera
Photo : Hugues Dubois
etapa de esta empresa fue la apertura en abril de 2000 en el
museo del Louvre, hasta entonces “templo” del arte occidental, de una sección dedicada a las artes de
África, Asia, Oceanía y las Américas. En ella se reunieron 120 obras excepcionales elegidas por
Jacques Kerchache, ferviente especialista de las artes primitivas, convencido al igual que el presidente
de la República, de que “no hay jerarquía en las artes” ni en las culturas. El autor de un manifiesto
titulado : para que las obras de arte de todo el mundo nazcan libres e iguales en 1990, murió en
2001, cinco años antes de la apertura del museo y cuya sala de lectura lleva su nombre.
Todavía rodeado de misterio, el museo imaginado por el arquitecto Jean Nouvel como “un
edificio que sea la casa de los diferentes artes más que de la arquitectura occidental, sumergido en el
paisaje de forma que haya que descubrirlo”, surgió de la nada en la orilla del río Sena, al pie de la
Torre Eiffel, en los 25.000 metros cuadrados del gran terreno todavía constructible alrededor de París.
El edificio principal, que albergará las colecciones reunidas del Laboratorio de etnología del museo del
Hombre y del antiguo museo de Artes de África y de Oceanía (300.000 objetos), se presenta como una
especie de larga pasarela levantada sobre pilotes, por encima de un jardín de 18.000 metros cuadrados
y escondida por los 180 árboles de más de 15 metros de altura que lo pueblan. Una rampa de acceso
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conduce al la zona de colecciones de referencia, el corazón del museo (6.500 metros cuadrados),
donde se exponen permanentemente 3.500 objetos, acompañados de presentaciones temáticas.
Asimismo se han previsto 2.000 metros cuadrados para acoger las exposiciones temporales, unas diez
cada año. A ello se añade un auditorio de 500 plazas que se abre a un teatro de verdor, una sala de cine
de 120 plazas, una mediateca de estudio y de investigación de 180 plazas con 250.000 obras en
consulta, 25.000 de libre acceso, los últimos medios multimedia y un restaurante panorámico.
El museo ha sido creado como una institución cultural de nuevo talante, con un doble objetivo:
la preservación y la presentación de colecciones, desarrollo de la investigación y de la enseñanza. Se
ha previsto una programación regular de espectáculos en vivo (artes de la escena, teatro, danza,
música) relacionadas con las exposiciones presentadas, contribuyendo así a convertir este lugar en una
“ciudad cultural” de las artes no occidentales, en un lugar privilegiado de encuentros e intercambios
culturales, humanos y de civilizaciones.
En paralelo a la construcción de los edificios se ha llevado a cabo una campaña de
conservación preventiva de tres años de duración sin precedentes en la historia de las colecciones
públicas francesas para descontaminar, limpiar, restaurar, identificar, clasificar y fotografiar cada uno
de los 300.000 objetos trasladados al Quai Branly, desde el más humilde utensilio de la vida cotidiana
hasta la más suntuosas esculturas, joyas o armas. Todos estarán accesibles por Internet.
Un guardia inusual esperaba a las piezas durante la instalación del museo: un enorme megalito
de piedra volcánica roja en forma de lira procedente de Senegal, que había hecho guardia durante
cuarenta años delante del MAAO. Con sus 2,40 metros de altura, 1,60 metros de ancho y su peso de
cerca de seis toneladas, nunca habría podido pasar el umbral de la puerta o de la ventana del edificio
ya terminado, de modo que fue necesario bajarla con una grúa, antes de su instalación en el ático del
inmueble. Este monumento dará entrada al departamento de Artes africanos, donde una obra maestra
del arte Dogon de Mali le disputará el estrellato: una magnífica estatua de madera de Djenné (del siglo
XI al siglo XII).
Numerosas donaciones y algunas adquisiciones nuevas se han añadido a los objetos
trasladados, como una colección de ornamentos y de joyas étnicas de Insulinde, única en el mundo por
su dimensión y su calidad, donación de una pareja de coleccionistas suizos apasionados, Monique y
Jean-Paul Barbier-Mueller, ellos mismos responsables de un museo.
La creación contemporánea también está presente: ocho artistas aborígenes de Australia han
sido invitados a pintar la fachada y los techos de uno de los edificios del museo, perpetuando así la
herencia espiritual de un arte milenario de pintura rupestre o sobre corcho que evoca “el tiempo del
sueño”, el origen del mundo.
Claudine Canetti
DIRECTION DE LA COMMUNICATION ET DE L’INFORMATION
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