Poznań, una ciudad situada en el centro

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POZNAN, capital de la región de la Gran Polonia (o Polonia Mayor), es un importante
centro histórico, comercial y cultural, con una población de 568.000 habitantes (2006).
Situada en el centro-oeste de Polonia, la atraviesa el río Warta y, al hallarse en la ruta
europea París–Moscú, resulta de fácil acceso para los amantes de viajar en coche. De
hecho, Poznan constituye uno de los centros de comercio internacional más importantes
de Europa, caracterizándose por una larga y rica tradición de ferias y otros eventos, que
se han venido organizando para dinamizar el intercambio entre empresas del mundo
entero. Asimismo, Poznan ha gozado recientemente de un gran impulso económico,
siendo la ciudad polaca que se está desarrollando a un ritmo más acelerado después de
Varsovia. Numerosos consorcios de ámbito internacional han establecido aquí sus filiales,
invirtiendo en la industria y las finanzas locales.
Poznan es conocido por la hospitalidad de sus habitantes y por sus tradiciones, pero al
mismo tiempo se alza como una ciudad moderna, donde se puede comer bien, pasar el
rato en agradables bares y cafeterías, y disfrutar de cibercafés o hotspots en algunos de
los puntos neurálgicos de la población. También es una ciudad universitaria, con centros,
facultades y carreras de calidad, en diversos casos gozando de un notable prestigio.
Los ciudadanos de Poznan están orgullosos de sus raíces, vinculadas con la primera
dinastía real polaca, y de su historia, que cuenta ya más de mil años. Según una
hipótesis argumentada por diversos historiadores y arqueólogos, Poznan fue la capital del
país en el s. X, aunque oficialmente la capitalidad primigenia se otorgue a Gniezno. Con
todo, no puede menospreciarse el papel de la ciudad de Poznan en la formación de la
nación polaca.
Durante bastantes años Poznan en general no pasaba por ciudad turística, frente a la
fama de Varsovia, Gdansk o Cracovia. En la actualidad cada vez más visitantes deciden
hacer una estancia en la capital de la Gran Polonia.
Merece la pena comenzar la visita de Poznan por la parte más antigua de la ciudad. Se
trata de la isla de Ostrów Tumski, donde se encuentra la Catedral y donde en otros
tiempos se hallaba también el castillo del príncipe Mieszko I y de su hijo Bolesław
Chrobry (Chrobry, literalmente el Bravo), el primer rey de Polonia coronado en 1025. Su
mausoleo está erigido en la Capilla de Oro, una de las capillas laterales de la Catedral.
La Catedral de San Pedro y San Pablo se inscribe, como edificio, en el estilo gótico. No
obstante, su estado actual se debe a la reconstrucción llevada a cabo tras los daños
sufridos durante la II Guerra Mundial.
Cerca de la Catedral se alza el templo más antiguo de Poznan, la Iglesia de Santa María,
que quedó intacta a pesar de los bombardeos. Aunque se construyó a mediados del s.
XV, su historia empieza en el año 965, es decir, un año antes de la conversión oficial de
Polonia al cristianismo tras el bautizo de Mieszko I. Gracias a esmerados trabajos
arqueológicos, se constató que debajo del presbiterio de la iglesia reposaban los
fundamentos de la capilla real que formaba parte del castillo de los primeros monarcas
polacos.
Durante un paseo por la isla vale la pena visitar el Museo Archidiocesano, donde, al lado
de cálices de oro y ostensorios de diferentes iglesias, se pueden contemplar pinturas de
Leon Wyczółkowski y un cuadro de Anton van Dyck, el único en Polonia de este pintor,
así como una interesante galería de esculturas medievales.
El lugar más importante del centro de Poznan es, sin duda, la Plaza del Mercado (Stary
Rynek, literalmente “Mercado Viejo”), una plaza mayor donde se alza el edificio
renacentista del Ayuntamiento, construido por el arquitecto italiano Juan Baptista Quadro
en 1536. Actualmente el Ayuntamiento aloja el Museo Histórico de la Ciudad, que atesora
en su interior colecciones de objetos de uso cotidiano y recuerdos relacionados con la
vida de la ciudad, desde su fundación hasta el período de entreguerras. Cada día a las
12:00 en punto en la torrecilla del reloj aparecen dos cabritos que hacen chocar sus
cuernos doce veces para anunciar el mediodía. Se trata de uno de los puntos ineludibles
de toda visita a Poznan. Una leyenda explica la particularidad del reloj del Ayuntamiento:
Según una de sus múltiples versiones, cuando el maestro Bartłomiej terminó el primer
reloj para la torrecilla, el alcalde decidió celebrar una gran fiesta para presentar el
artilugio con gran pompa. Sin embargo, un torpe ayudante de cocina quemó la carne
preparada para la fiesta. Intentando salvar la cena, quiso reemplazar la carne quemada
por un plato que había pensado elaborar con dos cabritos. No obstante, los cabritos se
escaparon de la cocina y empezaron a cornearse en el techo del Ayuntamiento. Al alcalde
le hizo tanta gracia el espectáculo que perdonó al desdichado ayudante, y pidió al
maestro Bartłomiej que colocara en el reloj las figuras de dos cabritos.
Dando una vuelta por la Plaza del Mercado cabe admirar las fachadas de las casas que
dan a la plaza, construidas por la antigua burguesía de Poznan. La variedad de estilos
arquitectónicos muestra perfectamente el desarrollo de esta parte de la ciudad. En los
cuatro rincones de la Plaza se observan cuatro fuentes. La más antigua es la de
Prosérpina, cuyo diseño data del s. XVIII. Las tres restantes (de Apolo, Marte y Neptuno)
son construcciones recientes inspiradas en las fuentes del s. XVI, que suministraban agua
potable a los habitantes.
Una vez terminado el paseo por la Plaza del Mercado es conveniente dirigirse a la calle
Gołębia para admirar el edificio barroco de la Iglesia parroquial Fara, cuya fachada no
trasluce la sorpresa estética oculta en su interior. La iglesia forma parte de un antiguo
complejo jesuita. Hoy en día, el resto del complejo está ocupado por oficinas del gobierno
y la administración municipales.
Tras visitar la isla de Ostrów Tumski y la Plaza del Mercado resulta indispensable seguir
la Ruta Real de Poznan y acceder a la colina de Przemysł II, donde en siglos pasados se
alzaba el castillo-residencia de este monarca. El edificio fue completamente destruido,
excepto un anexo donde actualmente se ubica el Museo de Artes Aplicadas. Cerca de la
colina se encuentra la calle de Ludgarda, la más corta de Poznan.
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