Índice 1. Los sectores económicos en Andalucía .................................................3 1.1. 1.1.1.

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Índice
1. Los sectores económicos en Andalucía .................................................3
1.1. Complejo agroalimentario y pesquero
1.1.1. Agricultura y ganadería
1.1.2. Industria agroalimentaria
1.2. Industria
1.3. Minería
1.4. Comercio
1.5. Turismo
2. La evolución de la economía en Andalucía.............................................8
2.1. Dotación de infraestructuras de Andalucía
2.2. El problema del paro en Andalucía
2.3. Andalucía ante la globalización de la economía y la recuperación económica
2.3.1. Andalucía ante la recuperación económica
2.3.2. La economía andaluza al final de la década de los 90
1
3. El desempleo en andalucía......................................................................9
4. Andalucía en Europa...............................................................................10
4.1. Andalucía y la participación de España en Europa
5. El futuro de Andalucía............................................................................10
5.1. Identidad e imagen andaluza
5.2. Definición de objetivos
5.2.1. Andalucía, impulsora de la Cooperación Internacional
5.2.2. La dimensión Mediterranea de Andalucía
5.2.3. Andalucía puerta de entrada o Andalucía frontera cerrada
1. LOS SECTORES ECONÓMICOS EN ANDALUCÍA
1.1. Complejo agroalimentario y pesquero
El complejo agroalimentario y pesquero está compuesto por el conjunto de las producciones agrarias y las
industrias agrarias y alimentarias, constituyendo una importante especialización productiva dentro de la
economía andaluza, debido a su riqueza agraria y a la dedicación alimentaria de una parte importante de su
sector industrial.
Por ello, el sector primario constituye una pieza básica de la economía regional, debido por un lado al peso y
posición que ocupa en su estructura económica; y a sus ventajas y potencialidades por otro, todo lo cual
permite prever que seguirá contando con un gran protagonismo en el futuro inmediato.
Elementos estratégicos:
ð Por un lado, está la situación de Andalucía como modelo de la llamada ``agricultura mediterránea'', que le
confiere una posición especial tanto en el orden alimenticio (su condición de impulsora de la ``dieta
mediterránea'') como en la producción y transferencia de tecnologías agrarias o industriales asociadas a los
cultivos o ganadería típicos de esta agricultura.
ð Por otro lado, la cooperación agraria va a ser otro elemento importante en las relaciones internacionales, en
el que a la agricultura andaluza, por su avanzada situación le puede corresponder un papel significativo.
1.1.1. Agricultura y ganadería
El sector agrario ha registrado unas intensas transformaciones en la última década, que han modificado sus
características estructurales. Se ha producido un descenso continuado de su participación relativa en el empleo
y producción regional. Sin embargo, incluso con este descenso, los valores que estas magnitudes agrarias
presentan en Andalucía son superiores a las que podemos encontrar en España y la Unión Europea.
Sin embargo, como se ha indicado, en estos rasgos estructurales se han visto sometidos a fuertes tensiones de
cambio, que han originado una configuración estructural del sector muy diferente de la que presentaba dos
décadas atrás. (La integración a la Comunidad Económica Europea...)
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Es necesario señalar algunos aspectos sobre la composición de la producción agrícola andaluza. El 72% de la
producción agrícola, en 1997, es aportado por los cultivos de hortalizas, cítricos y frutales (39%) y el
subsector de aceite de oliva y derivados (33%). El resto de la producción agrícola, un 28%, se reparte
fundamentalmente entre cultivos industriales, vino y mosto, cereales y tubérculos. Esta estructura de la
producción final agrícola difiere sustancialmente con la distribución de la superficie utilizada para su
producción: prácticamente el 60% de la superficie está destinada a cultivos que sólo contribuyen en el 28% de
la producción final. Contribuyen a la misma el grupo de cultivos industriales y forrajeros, leguminosas,
tubérculos, viñedos y, especialmente, los cereales, que ocupan el 40% de la superficie agrícola y aportan algo
menos del 5% de la producción final agrícola. En la producción de hortalizas, cítricos y frutales se emplea
algo menos del 10% de la superficie agrícola, representando cerca del 40% de la producción final agrícola.
Por su parte, la producción de aceite de oliva guarda un peso similar en la producción final y en la superficie
de cultivo.
Los rasgos básicos que resumen las características de la agricultura andaluza son:
ð Un conjunto de producciones específicas de calidad, ligadas a sistemas de producción singulares.
ð Economías de escala derivadas de la estructura territorial (favorable para determinadas actividades) y un
importante mercado de consumo interno sustentado en la población regional.
ð Las condiciones agroclimáticas, que permiten una adecuada diversificación, y con ella la adaptación a
nuevas demandas. En el caso concreto de las zonas de regadío y el cordón litoral, su potencial de adaptación
es muy alto, con importantes ventajas estacionales con relación al resto de la UE.
ð Posibilidades de crecimiento de la renta agraria, como resultado de una mejora de la manipulación y/o
transformación de muchas producciones, al objeto de obtener un mayor valor añadido en su comercialización.
ð Un conjunto de sistemas productivos tradicionales que permiten agregar valores ambientales, susceptibles
de incorporar nuevas tecnologías y mejorar su capacidad comercial: como en el caso de olivar, porcino ibérico
en extensivo, etc.
ð Posibilidad de aumentar el consumo de productos mediterráneos, en un contexto de calidades específicas
ligadas a la dieta mediterránea con atributos beneficiosos para la salud.
ð Existe un umbral suficiente en el conjunto de las instituciones y servicios, con capacidad tecnológica para
dar apoyo a los diferentes sectores.
1.1.2. Industria agroalimentaria
A partir del ingreso de España en la Unión Europea, se produce un gran impulso en los procesos de
concentración e internacionalización, que consolida la integración del entramado empresarial español, no sólo
en la agroindustria sino también en el sector de la distribución. La inversión agroindustrial creció a tasas muy
elevadas y de forma continuada durante el quinquenio 1986−1990, para posteriormente iniciarse una inflexión
en las tendencias inversoras, motivadas por la recesión de la economía y otros factores.
La industria agroalimentaria andaluza, con más de 6.000 establecimientos y unas 55.000 personas ocupadas
genera una producción bruta de 1,42 billones de ptas. (18% del total de la industria) y un consumo de materias
primas de 0,68 billones de ptas., según datos de la Encuesta Industrial de Empresas de 1993. Los datos
anteriores representan el 27% de las personas ocupadas en el total de la industria de la comunidad, así como el
43% de las ventas de productos industriales. Si comparamos los datos andaluces con los nacionales, estos
indicadores suponen el 15,3% de las personas ocupadas, el 18% de las ventas de producto y el 20% del
consumo de materias primas de la Industria Agroalimentaria nacional, lo que sitúa al sector andaluz en el
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segundo lugar después de Cataluña.
Dentro de la estructura económica de Andalucía, el sector agroalimentario es de singular importancia por su
aportación al valor añadido, a la ocupación industrial y a las exportaciones regionales; además de ser el
principal mercado intermedio para el sector agrario y desempeñar un papel importante en el equilibrio
territorial.
Entre los principales rasgos que caracterizan a la industria agroalimentaria andaluza, destacan los siguientes:
ð Coexistencia de grandes empresas muy competitivas en importantes sectores agroindustriales junto a Pyme
con problemas de competitividad, lo que determina una cierta estructura de carácter dual.
ð Grado de diversificaciones relativamente escaso, al estar concentrada la producción en ciertas actividades
tales como: aceite y grasas, azúcar y bebidas alcohólicas.
ð Escasa presencia relativa de la industria de segunda transformación, que viene derivada de la especialización
productiva en actividades muy ligadas al sector agrario y en las que se producen bienes con bajo grado de
elaboración.
ð Coexistencia de actividades tecnológicamente avanzadas con otras que utilizan sistemas tradicionales de
producción.
ð Desarrollo comercial desigual, con una presencia heterogénea en los mercados internacionales; asimismo, y
debido al proceso de globalización y homogeneización del consumo se ha perdido cuota de mercado interna
en este subsector.
ð Insuficiente integración intersectorial entre la industria agroalimentaria y las actividades primarias, que se
refleja en la fuerte orientación de la producción agraria a la demanda final de consumo y exportaciones.
ð Progresiva generalización de procesos adecuados de gestión de residuos y vertidos generados por la
actividad agroindustrial, aunque todavía insuficientes.
1.2. Industria
El sector industrial es uno de los soportes más firmes del crecimiento de la productividad y de la eficiencia de
una economía, por ser el principal generador de innovación tecnológica y de nuevos procedimientos
gerenciales y de organización del trabajo, luego difundidos al conjunto del sistema productivo. Por otra parte,
la industria es, con diferencia, el mayor suministrador de inputs intermedios y, en consecuencia, determinante
del grado de articulación productiva de una región.
La posición clave que ocupa la industria en el conjunto del sistema productivo, pone de relieve que el
desarrollo de Andalucía no puede plantearse al margen de la presencia de una base industrial amplia y
diversificada, construida a partir de la incorporación de nuevas actividades y de la mejora de la competitividad
de las ya establecidas.
Entre los principales rasgos que caracterizan la estructura productiva de la economía andaluza destaca la
menor entidad relativa del sector industrial frente a otros sectores, lo que se pone de manifiesto en la
participación relativa en la producción y el empleo regional : un 16,5% del VABc.f. regional y el 13% del
empleo en 1996.
La industria andaluza tradicionalmente se ha distribuido de forma desigual en el territorio, destacando la
fuerte concentración en pocas zonas de la región, en especial las provincias occidentales de Sevilla, Cádiz y
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Huelva, que en 1994 acumulaban casi el 65% del VAB industrial andaluz. Por el contrario, en las provincias
orientales se dan los menores porcentajes (apenas un 17% entre Almería, Granada y Jaén).
1.3. Minería
El sector minero tiene, a nivel mundial, una serie de condicionantes que determinan actualmente unas
características peculiares. Esos factores condicionantes pueden agruparse en cuatro categorías: físicos,
económicos, político−comerciales y ecológicos.
Entre los factores físicos destaca el volumen existente de reservas de cada sustancia. Al tratarse de recursos no
renovables, este factor es susceptible de imponer limitaciones físicas a la demanda. Los avances en las
tecnologías y las tendencias en la utilización de los materiales, influyen, a veces decisivamente, en las
producciones y en la cobertura de la demanda. Otro condicionante físico que caracteriza al sector minero es la
distribución irregular de las reservas. Los países no disponen de las reservas minerales que requieren sino de
aquellas que la naturaleza les ha dotado, de tal manera que existe para algunos minerales una concentración de
oferta, en un número reducido de países, que condiciona el desarrollo de la producción y los mercados.
Entre los condicionantes de tipo económico destaca fundamentalmente los precios. Existen pocas materias
primas en el mundo que en un corto período de tiempo puedan duplicar o reducir a la mitad sus precios de
venta, como sucede con los minerales. Los diferenciales entre países de los costes de mano de obra,
energéticos y financieros, condicionan a menudo la explotación de muchos yacimientos.
El mercado mundial de las materias primas minerales presenta rasgos de cierta inestabilidad. Los factores
político−comerciales, entre los que puede citarse la evolución cíclica de las economías, básicamente de los
países industrializados, que son los que generan la mayor parte de la demanda de los productos primarios,
condicionan la evolución ordenada del sector minero. Asimismo, condicionantes políticos refuerzan en
ocasiones los movimientos de ciclo acelerando alzas o caídas.
Por último, destacar los factores ecológicos, que en la mayor parte de los países desarrollados entrañan una
serie de restricciones legales que se han hecho graves y efectivas, tanto a nivel de ordenamiento legal interno
como por la transformación mundial que se está produciendo en relación con el medio ambiente.
1.4. Comercio
Las actividades comerciales representan un 13,6% del VAB regional y un 13% del empleo. Estos datos dan
cuenta de la importancia del sector en el conjunto de la economía andaluza.
La característica básica que define el sistema de distribución comercial de Andalucía es su carácter dual,
determinado por la coexistencia de un comercio tradicional con una presencia significativa en el sector, con
un comercio moderno y que, con un menor número de establecimientos, empieza a conseguir cada vez
mayores cuotas de mercado.
De entre los factores señalados, es preciso referirse, especialmente, a la entrada en vigor del Mercado único,
que ha provocado una aceleración en el ritmo de evolución del sector comercial español en su conjunto,
debido, fundamentalmente, a las condiciones de funcionamiento del mismo, orientado por los principios de
libertad de circulación de mercancías y capitales. Esto implica, en definitiva, que la distribución comercial
tiende a globalizarse en la Unión Europea.
Las principales características estructurales del sector comercial andaluz son las siguientes:
ð El sector comercial ha acrecentado su importancia productiva en términos de aportación al VAB regional y
al empleo.
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ð Se observa una creciente internacionalización de la distribución comercial con la incorporación de grandes
grupos europeos.
ð La evolución del empleo en el comercio presenta rasgos cualitativos importantes. El fenómeno más
destacable es el crecimiento del empleo asalariado
ð Se está produciendo un aumento de la dualidad del sector comercial regional, como consecuencia de una
mayor presencia de empresas, que utilizan modernas técnicas de gestión y avanzadas tecnologías, junto a
empresas locales con métodos tradicionales de gestión.
ð La utilización de nuevas tecnologías se está extendiendo rápidamente por el sector, lo que demanda una
mayor formación de los recursos humanos.
1.5. Turismo
A lo largo de las cuatro últimas décadas el turismo ha experimentado un proceso de expansión mucho más
acusado que cualquier otra actividad productiva; el número de viajes turísticos internacional a aumentado un
77% en el período comprendido entre 1986 y 1996. Por su parte, las personas que eligieron a España como
destino aumentaron en un 93% durante esos mismos años. Este crecimiento ha seguido, sin embargo, unos
patrones espaciales considerablemente rígidos en lo que se refiere a preferencias en materia de destinos. El
80,5% de los viajes turísticos al extranjero durante 1980 se concentraron en un total de 25 países, mientras que
en 1994 los 25 países más visitados capturaron el 80% del total de los viajes. Desde el punto de vista de la
procedencia de los turistas, se advierte una lenta, pero sistemática diversificación de los mercados emisores,
de manera que si en 1980 el 65,5% de los turistas procedían de un total de 19 países, el porcentaje se reduce,
para el mismo número de países, hasta el 57% en 1994.
La evolución reciente del sector turístico en Andalucía, pone de manifiesto la existencia de dos etapas
claramente diferenciadas. A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa se produce una
inflexión a la baja de los principales indicadores turísticos: el número de pernoctaciones se reduce, al igual
que el grado de ocupación hotelera, respecto a las cifras correspondientes a mediados de la década. Los
principales factores que explican esta evolución son la fuerte apreciación de la peseta, la competencia de otros
destinos y del turismo interior de los países clientes, el inicio de la fase recesiva del ciclo, y un cierto
agotamiento del modelo de turismo masivo basado en ventajas comparativas y precios reducidos.
La segunda etapa, que se inicia a partir de 1993, está marcada por el carácter expansivo de la actividad. Los
datos disponibles para el período 1990−95 (cuadro 6.19) indican un aumento sostenido de la ocupación
hotelera, un incremento en el número de visitantes extranjeros y en los nacionales, y un crecimiento del
consumo de no residentes. Las sucesivas devaluaciones de la peseta, la contención del ritmo de crecimiento de
los precios interiores, los acontecimientos políticos y bélicos en el Mediterráneo, la mejora en la calidad
experimentada por el turismo andaluz y el inicio de la fase expansiva del ciclo económico en los principales
países clientes, configuran los factores explicativos del crecimiento de la actividad. Se observa también una
mayor desestacionalización, con un aumento del turismo en los meses tradicionalmente considerado de
temporada baja, debido sobre todo a la recuperación del turismo nacional.
2. LA EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA
2.1. La dotación de infraestructuras de Andalucía
El análisis de la dotación de infraestructuras de la economía andaluza da como resultado una posición
favorable en lo que se refiere a infraestructuras sociales y desfavorable en infraestructuras económicas. Otras
investigaciones recientes coinciden en destacar una posición relativamente favorable para Andalucía dentro
del conjunto nacional.
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Aunque Andalucía es la penúltima comunidad autónoma en renta per cápita del país, parece disponer de un
potencial cientifico−tecnologico, especialmente en universidades y centros dependientes de las
administraciones publicas.
Así pues, a la luz de la evidencia, resulta que la dotación de infraestructuras ha tenido una incidencia no
claramente determinante sobre el carácter dependiente del desarrollo andaluz.
2.2. El problema del paro en Andalucía
La tasa de paro en Andalucía se situaba en el 10,6%, una tercera parte de la actual, pero más del doble de la
existente en 1970. La intensidad del problema en la que se manifiesta en estos momentos es, un fenómeno
relativamente reciente que se produce por la consecuencia de la acumulación de tres circunstancias
principales:
• La elevación de las tasas de actividad, principalmente por la incorporación de la población juvenil al
mercado del trabajo.
• La concentración de la demanda de trabajo en las principales ciudades.
• La modificación del marco de relaciones laborales, dificulta la renovación de plantillas, y como
consecuencia, las condiciones de accesibilidad al trabajo.
Las reformas laborales de 1993 tuvieron un efecto positivo inmediato sobre él numero de contrataciones,
aunque con la contribución de la aparición de los primeros impulsos de recuperación o con evidentes
deficiencias relacionadas con la calidad del empleo creado.
2.3. Andalucía ante la globalización de la economía y la recuperación económica
Andalucía se incorporó a la coyuntura expansiva iniciada en 1993.
En este sentido, hay que destacar que Andalucía no ha sido ajena al proceso de globalización de la economía
mundial.
Este proceso se ha plasmado en la mayor homogeneización de los mercados, lo que permite, por un lado, la
implantación de estrategias empresariales comunes en los distintos mercados.
El citado proyecto de internalización ha configurado un marco de competencia global, en las que las ventajas
competitivas descansan cada vez más en factores como la calidad y diferenciación de los productos.
Pero además del fenómeno de la internacionalización de las empresas, de la expansión del comercio y del
aumento de movilidad de los capitales, cada vez mayor integración económica se ve auspiciada por la
formación de grandes regiones económicas.
2.3.1. Andalucía ante la recuperación de la economía
Cabe destacar que se detiene la inmigración y los desplazamientos de la población a las grandes ciudades. Así,
por ejemplo, la aportación del sector primario a la formación del PIB regional se sitúa entorno al 10% del total
y la presión de los jóvenes sobre el mercado de trabajo se reduce. Ciertos rasgos característicos de la
estructura económica se mantienen con todo su vigor e incluso se desarrollan durante la década de los 80,
amenazando con la posibilidad de que en el futuro se acentúe su presencia en el paisaje económico.
2.3.2. La economía Andaluza al final de la década de los 90
El análisis de la evolución de la economía andaluza en 1995 constata la consolidación de la recuperación de la
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actividad iniciada el año anterior, si bien el ritmo de crecimiento parece ralentizado de la capacidad para crear
empleo limitada.
Las estimaciones realizadas apuntan al mantenimiento al alza de la recuperación, con una tasa del crecimiento
del 3,4%, ligeramente superior al previsto para el conjunto nacional. Junto al mantenimiento de la regresión
del PIB agrario, que sé hacedero respecto a decrecimiento del año 1994. Las ramas industriales mantienen la
fortaleza relativa con un fuerte crecimiento de la construcción.
La competitividad de la economía andaluza, se plantea como una exigencia en la medida que se define como
la capacidad de la región para mantener, al menos, de su participación en la oferta mundial.
En segundo lugar, en la Comunidad Autónoma sé ha generado una difícil situación socioeconómica derivada
de la escasez de recursos hídricos, que permite calificar la ausencia de agua como una restricción al desarrollo
dado un modelo altamente consumidor.
En tercer lugar sé a resaltado la problemática del mundo rural. En cualquier caso, el paro se define como el
problema clave por excelencia de una región en la que uno de cada tres activos esta desempleado y en el que
comienza a cuestionarse la viabilidad del denominado Estado del Bienestar y del objetivo del pleno empleo.
3. EL DESEMPLEO EN ANDALUCÍA
Nº Parados Tasa de paro Población Activa
España 3.041.900 18,65% 16.318.300
Andalucía 844.700 30,39% 2.779.500
Media U.E. 18.900.000 10,80% 172.500.000
Con estos datos no cabe la duda, que es una obligación tanto del Gobierno (Central y Autonómico) como de
los Agentes Sociales, buscar una salida a esta situación, máxime cuando el desempleo juvenil alcanza el 40%
de la población activa, en nuestra Comunidad Autónoma..
De las cifras anteriomente expuestas se deduce que el desempleo es el principal problema de Andalucía y
tiene carácter estructural, por tanto las soluciones tienen que ser estructurales.
Las causas de este nivel de desempleo habría que buscarlas en los siguientes factores:
o Escaso tejido industrial de nuestra Comunidad.
o El fuerte peso del sector primario en nuestra economía, pero que a pesar de ello no absorbe la mano de obra
de este sector.
o El componente coyuntural del sector servicios.
o La escasez de proyectos viables, que crean trabajo estable.
El auge demostrado en los últimos años, no sólo en Andalucía y España, sino en Europa, de las Iniciativas de
Desarrollo Local para combatir el desempleo, nos dan pistas de por donde tienen que ir las líneas de actuación
futura, y no cabe duda que la gran mayoría de los microproyectos (empresas) creadas al amparo de estas
iniciativas locales se han articulado alrededor de empresas de Economía Social (fundamentalmente
Cooperativas).
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Nadie mejor que una empresa de Economía Social (donde el socio es trabajador y empresario a la vez) para
crear empleo, puesto que en este tipo de empresas se combinan una serie de elmentos básicos como son:
o Formación permanente
o Redistribución de la renta
o Potenciación de recursos endógenos
o Respeto al entorno
o Producción del productos de calidad
o Congelación de salarios en época de crisis.
o Reinversión de los excedentes empresariales.
4. ANDALUCÍA EN EUROPA
4.1. Andalucía y la participación de España en Europa.
La incorporación de España a Europa ha determinado no solo que competencias del Estado se transfieran a la
Unión Europea sino que también se traspasen competencias exclusivas de las Comunidades Autónomas. En el
caso de Andalucía tiene significado especial las competencias de agricultura y de reforma y desarrollo agrario.
Muchas decisiones que antes se adoptaban en Andalucía se toman ahora en Bruselas y ello produce la
necesidad de participación de Andalucía en dichas decisiones y de participar también en la ejecución de las
mismas.
La presencia de Andalucía en Bruselas.
Además de la presencia andaluza en los órganos del Estado relacionados con la Unión Europea, Andalucía
debe tener una representación permanente en Bruselas para lograr información de lo que allá ocurre, en
estrecha colaboración con el Consejero de Asuntos Económicos de la representación permanente de España en
la Unión Europea y poder estar informada directamente de los asuntos que afectan a los intereses generales de
Andalucía y para informar a los andaluces que se trasladen a la sede de la Unión para gestionar asuntos de su
interés.
La presencia de los sectores económicos y sociales andaluces en Bruselas.
Con independencia de la presencia en la sede de la Unión Europea de una representación institucional de la
Junta de Andalucía, ésta debe fomentar y estimular la presencia de la iniciativa privada en la sede de la Unión
Europea. La experiencia enseña la utilidad que para los distintos sectores económicos y sociales supone una
presencia de los mismos en dicha sede ya que conocen, además de información, incluso los borradores de los
Reglamentos y Directivas, lo que les permite, desde el principio, presentar estudios alternativos y evitar
soluciones perjudiciales para sus intereses. Los distintos sectores andaluces con presencia en la sede de la
Unión Europea deberían asociarse para aprovechar las sinergias derivadas de su colaboración.
5. EL FUTURO DE ANDALUCÍA
Se trata de estudiar el papel que puede jugar Andalucía como encrucijada Norte−Sur y Este−Oeste, su función
en el Mediterráneo y el compromiso de participar en el proyecto político de creación de la Unión Europea.
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Asimismo, se deberá plantear el papel activo que puede jugar en la ayuda a los países vecinos menos
desarrollados y a los países hermanos de América.
Previamente, hay que llamar a la reflexión sobre la cuestión de fondo que sustenta el modo de comprender la
dimensión europea de Andalucía. Que Europa es la dimensión más determinante de Andalucía hoy parece
difícilmente discutible. Sin embargo, se tiene la impresión de que algo no va bien. .
5.1. Identidad e imagen andaluza
Andalucía está implicada en un doble proceso: por un lado, debe preservar su identidad, sus peculiaridades y
sus intereses ante una UE en proceso de profundización y de ampliación de su ámbito de actuación y, por otra
parte, debe participar, aprovechando su situación geográfica, su historia y su cultura, en la apertura de la UE
hacia el Sur.
Andalucía debe preservar su identidad. El tema de la identidad andaluza exige una detenida reflexión que, de
entrada, evite los estereotipos y que, incluso, anticipe la identidad de una nueva Andalucía. Se trataría, en
otros términos, de localizar aquellas señas de identidad que no sólo mejoren la imagen de Andalucía, sino
también que la pongan en condiciones de competir en las relaciones internacionales.
En la definición de esta nueva Andalucía deben valorarse debidamente los cambios vividos durante el último
cuarto de siglo.Cambios que han introducido a Andalucía en la modernidad sin caer en las deformaciones por
desgracia habituales. A pesar de los tópicos consuetudinarios que en nada nos honran, negándonos a veces
nuestra capacidad transformadora, Andalucía experimenta un vigoroso y eficaz avance. Sin anticipar
conclusiones, puede afirmarse que Andalucía reúne unas excelentes condiciones objetivas para entrar en el
siglo XXI.
La conclusión provisional sería que se está en la línea para ir desarrollando una imagen de Andalucía más
ajustada a la realidad; propia, moderna, sobre la base de una cultura andaluza que puede dinamizar a los
andaluces, movilizarlos, y propiciar las acciones exteriores aquí preconizadas. Una Andalucía con unos rasgos
culturales genuinos, no tópicos y, sobre todo, protagonista de su propia modernización. Una modernización
solidaria y no egoísta. Que no condena, por ejemplo, el turismo como fuente de generación de recursos; pero
que va más allá del turismo de sol y folklore; un turismo orientado a dar a conocer el patrimonio histórico y
cultural de Andalucía. El turismo de una Comunidad Autónoma que no se basa únicamente en la prestación de
unos servicios de calidad, sino que se orienta a presentar una Andalucía generadora de recursos propios y en
posesión de una mano de obra cualificada y de una clase intelectual, artística y política, en condiciones de
competir con las de los países industrializados y más desarrollados.
5.2.Definición de objetivos
Es bien sabido que las normas del mercado se rigen por el beneficio mutuo. Sin embargo, las características de
Andalucía deben potenciar, en sus actuaciones exteriores, otros factores que harán más fácil su penetración en
determinados mercados internacionales. Sería oportuno, en consecuencia, fortalecer aquellas otros factores de
acompañamiento (geográficos, sociales, históricos, culturales, etc.). La defensa de los intereses de los agentes
económicos no puede excluir la potenciación de otros factores que, no sólo pueden favorecer la penetración,
sino que tambe de la Unión Europea, una gran potencia económica mundial con un peso político en la escena
internacional más que considerable, el modelo de unidad económica y política internacional más acabado del
mundo y sin embargo la percepción de esa europeidad en Andalucía sigue siendo algo externo y residual. Es
posible que el origen de algunos de estos síntomas se encuentre en ciertas indefiniciones políticas del proyecto
político europeo sobre el que pesan aún demasiadas incógnitas de futuro, pero la mayor parte de ellas apuntan
en otra dirección, en particular la del modo en que Andalucía parece percibir el fenómeno europeo. Por esto, y
como presupuesto básico para cualquier reflexión sobre Andalucía en la construcción europea, debe
explorarse el discurso político que Andalucía tiene sobre su dimensión europea.
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5.2.1.Andalucía, impulsora de la Cooperación Internacional.
Andalucía aúna una posición geográfica privilegiada a una rica historia caracterizada, por una parte, por ser
lugar de encuentro entre culturas y civilizaciones, y por otra, por ser fuente y origen de valores universales. La
cooperación internacional es hoy en día el instrumento privilegiado de actuación exterior de una sociedad que
se quiere abierta al mundo y consciente de sus responsabilidades en la construcción de sociedades más justas.
El objetivo sería promover, desde los propios valores y señas de identidad, una cooperación más acorde con
las capacidades e intereses de Andalucía, allá donde los andaluces tienen más que aportar: América Latina, el
Mediterráneo y el Magreb.
La cooperación internacional es un instrumento legítimo de acción exterior. Sólo esta constatación bastaría
para justificar su existencia. Sin embargo, es insuficiente. La nueva ideología de la cooperación internacional
la entiende como un ejercicio íntegro de solidaridad. Cooperación internacional no sólo para mejorar y para
humanizar los intercambios socio−económicos. Cooperación internacional para mejorar los niveles de vida de
las poblaciones receptoras. La economía como instrumento para mejorar las condiciones de vida de esas
poblaciones, para hacerlas más libres. En este sentido, la Cooperación internacional puede y debe entenderse
como un instrumento para educar en la democracia.
5.2.2. La dimensión mediterránea de Andalucía
El Mediterráneo es, desde el punto de vista cultural y étnico, un mar compartido; y Andalucía,
afortunadamente, tiene una cultura legítimamente abierta a diversas relaciones en este ámbito. Esta condición,
cuyas raíces históricas se hunden en la Antigüedad y no es pertinente, por sabida, evocar, le proporciona unas
condiciones sumamente propicias para dialogar con aquellos otros pueblos que, en todo o en parte, tienen los
mismos elementos comunes.
Dado que la gran mayoría de los países euro−mediterráneos forman parte de la Unión Europea, Andalucía, en
principio, deberá utilizar los canales ya diseñados por la UE. Lo cual no debería ser obstáculo para gestionar
vías propias de entendimiento con aquellos miembros mediterráneos de la Unión Europea que le resulten más
próximos por razones de afinidad, sensibilidad e intereses. Este es el caso, entre otros, de Italia. Aunque, en
más de una ocasión, pueden producirse y de hecho se producen divergencias y contenciosos,
fundamentalmente por razones económicas, agrícolas, que afectan particularmente a la Comunidad Autónoma
de Andalucía.
5.2.3.Andalucía puerta de entrada o Andalucía frontera cerrada.
Las relaciones entre Andalucía y Marruecos han sido siempre de notable intensidad. En ocasiones, por
circunstancias negativas (las Guerras de Marruecos, el período del Protectorado) que, aunque propias de los
avatares del Estado español, no han dejado de afectar a los andaluces. En la actualidad, el pasado histórico ha
sido superado y su recuerdo no provoca traumas entre las dos orillas mediterráneas.
El complejo relacional andaluz−marroquí es de notable contenido. Las afinidades culturales son abundantes y,
tanto por parte de la Junta de Andalucía como por parte de Municipios y Fundaciones, han registrado en los
últimos años un notable incremento.
Marruecos empieza a mirar a España, y en concreto a Andalucía, como uno de sus modelos y lugares de
referencia, casi tanto o más que a Francia, lo que hace unos años era inimaginable. Hoy en día hay un número
creciente de marroquíes en Andalucía, y las élites marroquíes conocen bastante bien nuestro país a diferencia
de lo que sucede con las élites andaluzas. Incluso miles de turistas de alto nivel económico prefieren, por
encima de cualquier otro lugar, la Costa del Sol para veranear. Todo ello supone un cambio de tendencia.
En el campo de la economía, por el contrario, no faltan causas de fricción. La actividad de la flota pesquera
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andaluza en las aguas marroquíes, por suerte, ya se ha trasladado en su negociación y en su resolución a las
instancias de la Unión Europea. Otro tanto puede afirmarse con respecto al sector agrícola, donde las
producciones recíprocas entran claramente en competencia.
Sin embargo, el mayor motivo de litigios y conflictos entre Marruecos y las costas andaluzas ha surgido en los
últimos años. El crecimiento demográfico del Norte de África y su situación económica constituyen el motor
que está impulsando masivas corrientes migratorias que buscan su entrada natural, ya en España, ya en la
Unión Europea, por las costas andaluzas.
Andalucía, que siempre ha sido un puente con Marruecos, puede ver alterada esta imagen y esta realidad en
virtud de las políticas restrictivas de la Unión Europea. Ceuta, Melilla y el litoral andaluz son el límite natural
del llamado territorio Schengen. Circunstancia que obliga a desempeñar funciones policiales.
Por parte de la Junta de Andalucía, deberá proseguirse la política de impulso de inversiones empresariales
andaluzas en el Magreb, especialmente en Marruecos. Está más que comprobado que la emigración no es un
ansia natural del ser humano y que, cuando se encuentran condiciones apropiadas en la tierra de cada uno, la
emigración pierde su razón de ser.
Con estas medidas, y otras más, Andalucía podría evitar convertirse o ser vista como la muralla que separa a
los norteafricanos de la tierra prometida, de las riquezas materiales de la Unión Europea.
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