ESTUDIO DE EL VIEJO QUE LEÍA NOVELAS DE AMOR

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“Un viejo que leía novelas de amor”
El libro del autor Luis Sepúlveda: “Un viejo que leía novelas de amor”, el cual escribió
en 1989, posteriormente fue traducido en 14 lenguas, ganando el premio Tigre Juan
(Oviedo, 1989).
Biografía y obra
Luis Sepúlveda nació en Ovalle, Chile, en el año de 1949. Aun siendo joven,
tomó la decisión de ser viajero, recorrió de la selva amazónica al desierto de los
saharauis del Sáhara Occidental, de las celdas de Pinochet, al barco de Greenpeace,
casi todos los territorios posibles de la geografía con sus utopías. Mientras viajaba,
escribía. Así publicó el primero de sus 11 libros a los veinte años. Entre sus títulos
figuran: Un viejo que leía novelas de amor (1992), Mundo del fin del mundo (1994),
premio de novela corta Juan Chabás; Nombre de torero (1994); Patagonia Express
(1995); Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996); Desencuentros
(1997), libro de cuentos; Diario de un killer sentimental (1998); y Yacaré (1998). El
director chileno Miguel Littín llevó al cine en 1999, con el título Tierra de fuego, la
novela Un viejo que leía novelas de amor. Coproducción italiana, chilena y española,
firman el guión Francisco Coloane y Tonino Guerra. Intervienen, entre otros actores
con guión del director y de Umberto Marino, el propio Luis Sepúlveda que hace en el
filme, el papel del poeta. Ha recibido entre otros, el Premio Gabriela Mistral de poesía
1976 y el Premio Rómulo Gallegos de novela 1978. Después de “Un viejo que leía
novelas de amor”, Premio Tigre Juan (Oviedo, 1989). Esta novela fue convertida en
best-seller y sus derechos fueron vendidos al cine a Jean-Jacques Annaud, nadie puede
ignorar ya a este autor.
Luis Sepúlveda fue amigo de Julio Cortázar y Osvaldo Soriano, además de Plácido
Domingo. Rescata entre sus maestros literarios a Emilio Salgari, Julio Verne, Jack
London, Melville, Conrad entre los extranjeros. Dentro del ámbito nacional reconoce
sus devociones por Francisco Coloane, (ha tenido especial injerencia en la divulgación
de su obra en Europa) Manuel Rojas, Pablo de Rokha, Carlos Drouguet, Juan Godoy,
Nicomedes Guzmán.
La narrativa del chileno Luis Sepúlveda adquiere cada día más importancia en el
mundo literario actual, tanto de Europa como de América. La calidad de su obra, su
actitud excéntrica, su temática novedosa, singular y el carácter polémico (por ejemplo
su discusión con otros escritores acerca del carácter nacional de las literaturas) de su
autor acrecienta un mayor interés en el público lector.
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Personajes
En la obra literaria “Un viejo que leía novelas de amor”, el tipo de narrador con el cual
nos encontramos, es interno testigo, es decir, cuenta lo que sucede, aun cuando puede
ser parte de la historia solo es un observador de los hechos con intervención nula, es
de igual manera Omnisciente, debido a que él sabe todo acerca de los personajes, lo
que vivieron, lo que hicieron, hacen y lo que harán, además habla en tercera persona
refiriéndose a los sentimientos de los mismos.
Antonio José Bolívar Proaño: Es el personaje principal, (protagonista) adulto mayor de
casi setenta años, casado con la bella Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento
Estupiñan Otávalo. Gran parte de la historia se basa en su vida, desde que conoció a su
esposa, se casaron, vivieron la pobreza extrema, recibieron una propuesta indecorosa
e indignante por lo que decidieron irse al Idilio, pasando por un sinfín de situaciones
inherentes a su persona, entre ellas la muerte de su esposa, el momento en que en
busca de venganza, olvido o desahogo por este hecho tan doloroso conoció a los
Shuar, los cuales le hicieron amar la naturaleza, cuando conoció a su compadre, su
muerte y destierro de la aldea Shuar por un incidente desagradable. El personaje
principal, que aun sin saber escribir comenzó a leer, esta es su historia, la historia
sobre cómo se convierte en un viejo bastante solitario de pocas amistades amante de
las novelas de amor y de espíritu valiente y aventurero.
Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñan Otávalo: esposa de Antonio
José Bolívar Proaño, en la novela se cuenta la historia de su amor, y parte de su vida,
muere de malaria de manera trágica, lo cual lleva a su esposo a una aventura en la que
aprende mucho de la vida y su valor.
Dr. Rubicundo Loachamín: (personaje secundario)Dentista de la época, es el primer
personaje mencionado, que viajaba dos veces al año al Idilio, para atender a la
población necesitada de extracciones masivas de dientes molidos y otras piezas más
con un método muy particular para proveer anestesia a sus allegados; odiaba al
gobierno y lo culpaba hasta del dolor de sus pacientes, llegó a conocer a Antonio José
Bolívar Proaño en uno de sus viajes, y dentro de múltiples platicas descubrió su
fascinación por las novelas de amor, así en su singular amistad en cada llegada al Idilio
le proveía de algunas novelas de amor, que claro está el no escogía , sino una
compañera de alcoba ocasional con la misma fascinación que Antonio José Bolívar.
Alcalde (antagonista): Mejor conocido como la Babosa por su singular forma de sudar
sin descanso, llegando al Idilio pueblo de la Región Amazónica años atrás, odiado por
todos, con un mandato agresivo algo grotesco, maltratando, cobrando impuestos a
diestra y siniestra, ganándose con puño y sangre, el odio de los lugareños por sus
acciones fastidiosas, así como por maltratar a la mujer. Ignorante en cuanto a las
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“leyes” de la selva, con una extraña creencia de ser el dueño de la verdad absoluta, así
como que sólo él tiene la razón.
Los Shuar (jíbaros): (personaje secundario) tribu de la selva amazona en lo alto del
rio Nangaritza, cazadores expertos, semidesnudos, los cuales participan de manera
muy importante y permanente en la vida de José Bolívar Proaño, le enseñan sobre la
naturaleza y el amor a ella, él los describía como una manada de micos habladores
como los papagayos y gritones como los diablos.
Tigrilla: Torna la historia en su rededor al ser descubierta su verdadera situación y el
motivo de su agresión por José Bolívar Proaño, ante el pueblo del Idilio, al deducir y
afirmar que el gringo encontrado muerto, cazó las crías de la misma cuando salió a
buscar comida para ellos, al volver siguió el rastro de sus hijos que le necesitaban y se
dio con las pieles de los mismos, con furia tremenda se lanzó sobre el mismo, y ahora
busca venganza, por lo cual atacara a cualquier hombre que se encuentre enfrente.
Nushiño: (secundario) compadre, amigo y aliado de José Proaño en la selva amazona,
el cual encontraron herido los Shuar, lo rescataron, curaron y adoptaron como uno de
ellos. Para más adelante fallecer en la lucha por defender la naturaleza y su curso en
contra de 5 hombres blancos que disparaban sin cesar, alcanzando un perdigón en el
pecho, que le abrió de par en par.
Miranda: (personaje incidental) era un colono que habitaba a unos 7 kilómetros del
Idilio, era dueño de un humilde puesto en el que vendía sal, aguardiente, tabaco y
Alka-Seltzer. Muere en su choza al intentar huir de las garras de la tigrilla dolida
mientras jugaba naipes con Plascencio Punan, otro habitante.
Marco
La historia se desarrolla la selva amazónica, en un pueblo llamado EL IDILIO, el cual se
encontraba en una selva, atravesado de un rio, para su habitad, en un inicio se ofreció
a los pobladores una bodega de semillas, herramientas para el campo, y viviendas para
los recién llegados que quisieran trabajar sus tierras para habitarlas. Con el paso del
tiempo se pobló y comenzó a existir una veintena de casas ordenadas que formaban
frente al rio una calle, con una construcción mayor nombrada Alcaldía. Por enfrente
del pueblo pasaba un río llamado Nangaritza. Otra parte de la historia también se
produjo en la selva, en la cual habitaban muchos animales salvajes, y tenían grandes
secretos.
Tiempo
La historia data de principios del siglo XX, se redacta en pretérito imperfecto, ya que se
refiere a recuerdos o pensamientos del personaje principal.
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Análisis
El presente libro presenta un sinfín de relaciones, situaciones, enseñanzas y
conocimientos, el afanado escritor, describe dentro de sus múltiples historias tanto lo
ocurrido, como lo fantástico de su mente volátil, por lo que el lenguaje en ocasiones es
tan real como irreal e inverosímil.
En un inicio se muestra la vida cotidiana de un poblado relegado, alejado de la
urbanidad, que pretende ser un pueblo enteramente civilizado, se describe la situación
que vive la comunidad en 2 o 3 ocasiones al año, cuando logra salir de la rutina, y
adquirir algunos alimentos que usualmente son inexistentes en la localidad, con el
arribo del Sucre a la costa del Idilio, en el cual obtenían los productos deseados, así
como atención medica y odontológica; se presenta en primera instancia la cómica
personalidad del Dr. Rubicundo Loachamín, un viejo dentista que daba singulares
anestesias con aguardiente y demás, culpando al gobierno de la inmundicia, el dolor y
la austeridad, un personaje como muchas personas reales, actuales, que viven
peleados con el mundo y la política, que hasta cierto punto quieren escapar de su
realidad y culpan a quien se deje de todo aquello que no les parece o desagrada y/o les
pasa. De igual manera se muestra la forma en que los hombres del mismo pueblo
luchan por su supervivencia y por ser el guía o jefe de la manada, es el caso del
individuo que cual fiera peleando el reinado y supremacía en la tribu se hizo quitar 15
dientes sin pegar un solo quejido, cual macho dominante, virtuoso con un umbral del
dolor insuperable, como muchos actuales hombres que creen que peleando o
teniendo más dinero o posición social, son superiores al resto de la población y con la
capacidad de mandar y dominar el mundo.
En los primeros capítulos podemos apreciar la política actual en un mandato unilateral,
estrictamente lineal, con un solo cabecilla que domina la población, democráticamente
legal, claro está hablo del Alcalde mejor conocido como la Babosa, el cual al llegar al
Idilio, se hizo conocer como el dueño, amo y señor del dinero, materia prima de la
población, y máximo dador de autorizaciones, cobrando impuestos sin distinción, y
otorgando permisos (obviamente cobrados) para la pesca, caza y construcción,
actividades que por años los colonos realizaron sin molestar a nadie y sin necesidad de
la disposición unidireccional de su dinero y ganancias.
No es imposible de pensar porque la Babosa era el ser más despreciado del Dorado,
otra de las cuestiones por las cuales su presencia era inaceptable era por el maltrato
otorgado a la joven mujer que robo del mismo lugar, para hacerla su esposa, la
maltrataba, golpeaba y dañaba física, psicológica, mental así como moralmente.
Un político común y corriente que busca la forma de conseguir dinero extra a costa de
quien se deje, y de quien no, que coloca impuestos hasta por respirar, amanecer y
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utilizar el oxigeno mundial, así mismo pagos por daños a la nación por exceso de
producción de dióxido de carbono en la respiración, además de la contribución al
calentamiento global; al mismo tiempo tal como se sabe poderoso e influyente que
mantiene a su familia ante la sociedad con una máscara de la familia perfecta,
ocultando su dolencias e imperfecciones.
Por otro lado las curiosidades en la vida antigua de poblaciones tales como las
descritas, las costumbres como la caza, pesca y demás así como la reunión de diversas
especies a los alrededores conviviendo sin problemas con la humanidad, en un mismo
pueblo, protegiéndose unos a otros. Tal como era antes de la urbanización completa y
sobre población de casi el 90 % del mundo, cuando los pueblos eran relativamente
pequeños y las personas se conocían entre sí.
De manera particular se narra la historia de José Antonio Bolívar Proaño, su pasado, el
porqué, cómo y cuándo de su llegada al Idilio, sus múltiples aventuras, que le
permitían aprender década una de ellas valiosas historias, tal como no dejarse llevar
por las apariencias e investigar la naturaleza, observando y respetando.
Un hombre mayor, con un pasado sorprendente, en el cual nos muestra de forma
chusca la forma en que antaño se repartían los terrenos, con tal de que se habitaran
para no perderlos en la lucha constante del dominio territorial, los peligros y
problemas nuevos a los que se enfrentaba la humanidad, como animales nuevos,
diferentes, ponzoñosos o venenosos, plantas venenosas o alteraciones climáticas casi
imposibles de sobrellevar, como torrenciales, inundaciones, plagas y demás. De igual
forma nos muestra la forma antigua pero aun común en que se formaba la familia,
cuando desde muy pequeños se seleccionaba la pareja perfecta y se “apartaba” para
casarse al crecer, según la familia, la posición económica, junto a las consecuencias de
esa unión, etc.
Con los problemas que se vivían, surgían nuevas enfermedades, como la “malaria” que
mató a Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñan Otávalo, esposa de
José Antonio Bolívar Proaño, el cual en un momento de desesperación, dolor y sed de
venganza arremete contra la selva amazónica, y sin darse cuenta conoce a los Shuar en
un momento de debilidad y al borde de la muerte, los Shuar le enseñan el amor a la
naturaleza y la importancia de tomar de ella solo lo necesario, para sobrevivir, el uso
moderado y sencillo de la caza para alimentar las familias y no por placer o venta de
sus partes, tal como lo hizo el cazador asesinado.
Quizás si el mundo entero hubiese conocido la forma de pensar de los diversos
pobladores de tribus, y las hubiesen acatado, el calentamiento global no sería presente
como ahora; otras de las situaciones dentro de la tribu Shuar, fue el enseñarle a José
Proaño el verdadero valor de la amistad, así como la importancia y respeto de sus
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creencias y deseos, hecho por el cual le permitían al Proaño tener su espacio, para
tomar sus decisiones y pensar, al tiempo de respetar que “el era como ellos, pero no
era uno de ellos”.
Dentro de la misma historia se va contando como regresó al Idilio Proaño, al irrumpir
sin desear y sin conocimiento de causa sobre una creencia Shuar, al vengar la muerte
de su compadre y amigo Nushiño, mientras defendían la naturaleza, de cinco
cazadores furtivos perdidos que alcanzaron a disparar en su pecho, fue entonces que
lo embarcaron e hicieron cruzar el rio, llevándolo de regreso a su lugar de origen, al
llegar al Idilio se comenzó a adaptar, aunque noto muy diferente su terruño, estaba
más poblado, y existía un lugar más grande que el resto de los hogares llamado
Alcaldía, donde residía La Babosa, el alcalde del Dorado.
Es como viajar y vivir en un lugar que no conoces durante mucho tiempo, de pronto
regresar a tu hogar y encontrar todo diferente, y toparte con un gobernador que te
dice donde y como vivir, y además te quita tu ingreso con impuestos insulsos.
En uno de los primeros viajes que Proaño presenció del Sucre, descubrió su verdadero
amor y vocación mientras miraba a un párroco que llevaron al pueblo por tres días
para acabar con el “pecado”, bautizando y casando a los habitantes, aburrido de no
tener ni un individuo interesado en su misión leía un libro, a la espera del regreso del
Sucre para partir, desde entonces, le entró la curiosidad y el deseo de leer.
Uno de esos días en que el padre esperaba Proaño colectó con ciertas trampas frutos y
animales, los llevo a cuestas y mientras esperaba al capitán del Sucre, conversó con el
Dr. Rubicundo, al cual le externo su gusto por novelas emotivas, de amor verdadero
con espíritu valiente, Rubicundo con el paso del tiempo comenzó a traerle dichas
novelas en cada llegada al pueblo.
La trama de esta novela se basa en si en la caza de la Tigrilla que desesperada
buscaba venganza por el robo, más asesinato de su compañero de vida y sus crías, con
la ayuda de Antonio José Bolívar Proaño que con su experiencia, guiaba a los que con
armas querían ir tras ella, sin embargo hubo un punto de la expedición en que se
regresaron para proteger el Dorado Idilio, a lo que Proaño continuó en la búsqueda.
Fue a 7 kilómetros del Idilio donde conoció a Miranda dueño de la tienda que vendía lo
indispensable para los pobladores, sal, aguardiente, tabaco y Alka-Seltzer, el cual
muere al tratar de escapar de la tigrilla, en ese instante José Proaño logra cazar a la
tigrilla, se hiere un pié pero logra matarla. Molesto, maldiciendo al gringo torpe que
inició la situación, triste por matar un animal inocente, cansado del alcalde, de los
buscadores de oro, regresó al Idilio, a seguir leyendo sus novelas de amor, que lo
alejaban del dolor y locura de la comunidad y “la barbarie humana”.
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Valores ilustrados en la obra
Generosidad: Este valor se ve representado en toda la labor que ejercía el dentista
Rubicundo Loachamín al limpiar los dientes de cada una de los pobladores dos veces al
año en El Idilio algunos sin cobrar, de manera más refleja, en los Shuar cuando aun sin
conocer curaron a Proaño, a Nushiño y les enseñaron tanta benevolencia con la
naturaleza.
Amistad: Este valor se refleja que la amistad no sólo se presenta a cercanía, aun en la
distancia se conserva y fortalece, como ejemplo la amistad que tenían Proaño y
Loachamín, está se mantenía a través de los años.
Respeto: El respeto que el viejo tenía ante la cultura Shuar, ante la naturaleza y la vida
misma, al igual la que tenían los mismos Shuar, visualizado desde las enseñanzas a
través de los años compartidas entre ellos por años.
Confianza: Se demuestra en la relación entre los Shuar y Proaño, la permanencia junto
a ellos, las enseñanzas brindadas, y la oportunidad que daban al viejo Proaño para
apartarse a meditar, a pensar y retomar que “era como ellos, pero no era uno de
ellos”.
Así mismo una gran cantidad de antivalores, como los que el alcalde y los cazadores
poseían, así como valores reflejados en diversos capítulos, como el amor, la belleza, la
alegría, la honestidad, la cordialidad, etc.
“Un viejo que leía novelas de amor”, obra literaria del escritor Luis Sepúlveda, escrito
en 1989, traducido a 14 lenguas, ganador del premio Tigre Juan (Oviedo, 1989). Y
merecedora de varios otros premios internacionales, en ella encontramos desde el
primero hasta el último capítulo, historias tan fantásticas como sarcásticas, en un
lenguaje cristalino, escueto y preciso, dignas de la descripción osada de Sepúlveda las
aventuras y las emociones del viejo Bolívar, así como la peculiar personalidad del Dr.
Loachamín, o los mismos Shuar; serán casi imposible olvidarla.
Esta novela, es de mí agrado, la he leído en diferentes ocasiones, una de las cosas que
más me impacta y cautiva es que toma temas como el amor, el cual nos rodea
constantemente, además ilustra diversos valores que todos deberíamos mantener y
practicar en la rutina diaria, nos muestra una visión más general de las comunidades
marginadas antiguas, que aun en algunas localidades se mantienen; de la misma
manera es muy interesante revivir las aventuras que paso José Antonio Bolívar Proaño,
llenas de emoción, travesías de fantasía y locura, cada una deja una enseñanza día a
día,
La temática del libro es muy variada, definitivamente lo recomiendo, a las personas
que buscan un libro diferente, fuera de lo ordinario, con un lenguaje coloquial y
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pintoresco, relacionado con la naturaleza, y que representa mucho más a parte de un
título.
Citas claves del libro
Los colonos destrozaban la selva construyendo la obra maestra del hombre civilizado:
el desierto (Cap. 4) (Mensaje ecologista y enfrentamiento de dos mundos)
Sabía leer. El poseedor del antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez. Sabía leer
(Cap. 4) (La lectura como forma de evasión)
De día es el hombre y la selva. De noche, el hombre es selva” (Cap. 7) (Sabiduría shuar)
Aureliano perjura contra todos los que emputecen la viriginidad del Amazonia (cap. 8)
(Mensaje ecologista)
Material para ampliación (Comunidad Shuar)
Son aproximadamente 45.000 personas que habitan en las cuencas del río
Santiago, Marona y Pastaza. Ocupan el Este de la Provincia de Zamora y Morona
Santiago y el Sur de la Provincia de Pastaza.
Los shuar son aproximadamente 35.000 habitantes y los Achurs unos 15.000. La
subsistencia se basa principalmente en la horticultura itinerante de tubérculos,
complementando con la caza, pesca y recolección que son realizadas por el hombre; el
cuidado de la parcela y también de la recolección, le corresponde a la mujer.
Ella está a cargo de los niños y de las labores del hogar, particularmente de la
preparación de la chicha y de la cocina.
Utilizan el sistema de cultivo de roza y quema. La caza es la principal fuente de
proteínas, complementando la alimentación con la pesca y recolección de frutos,
insectos y plantas.
Sin embargo, en la actualidad la mayoría del tradicional territorio de caza está siendo
sustituido por pastizales para ganado, lo que ha traído como consecuencia el
agotamiento progresivo del suelo y una menor disponibilidad de tierras.
Esto ha ocasionado la implantación de un patrón de asentamiento sedentario, el
mismo que está produciendo cambios en su sistema socioeconómico.
Tradicionalmente el asentamiento fue disperso, normalmente zonificado de acuerdo a
las relaciones de parentesco.
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Actualmente su patrón de asentamiento se integra a la estructura político
administrativa de la Federación Shuar, y otras organizaciones como: FINAE, OSHE,
FIPSE, CISAE, están formadas por varias unidades llamadas “centros”, vinculados en
torno a una zona comunal, que es la plaza donde funcionan servicios tales como;
escuela, capilla centro de salud, campos de juego y lugar de reuniones sociales. Su
territorio está delimitado por el número de familias que conforman y es reconocido
por las autoridades.
La vivienda es de forma elíptica, con un espacio interior muy amplio, en el que se
encuentran dos zonas restrictivas; el “ekent”, área familiar de las mujeres y niños
pequeños y el “Tankamash”, área social, de los hijos varones y visitas; la casa shuar
tiene piso de tierra, paredes con tablillas de chonta y techo de hojas de palma.
La casa achuar con ligeras variaciones estructurales carece de paredes por estar
asentada en zonas más cálidas. Una de sus instituciones más importantes es la visita;
pues fortalece y cohesiona los lazos de parentesco e incentiva una mayor interacción
social.
Tradicionalmente el hombre vestía una falda llamada “Itip” tejida en algodón y teñida
con tintes naturales; la mujer, una especie de túnica amarrada en un hombro y ceñida
a la cintura por un cordón. La mujer achuar usa falda y camisa. En el pasado, estos
vestidos se hacían con corteza de árbol machacada. En la actualidad es muy común el
uso de prendas de modelo occidental. Se complementa el vestido con pintura corporal
hecha con achote.
La mitología shuar está estrechamente vinculada a la naturaleza y a las leyes de
Universo, y se manifiesta en una amplia gama de seres superiores relacionados con
fenómenos tales como la creación del mundo, la vida, la muerte, y las enfermedades.
Los principales son Etsa, Nunkui, Tsunki, Shakaim de la fuerza y habilidad para el
trabajo masculino.
Tsunki, ser primordial del agua, trae la salud. Nunkui fertiliza la chacra, Arútam es
fuente de todo bien y hace invencible al shuar en la guerra.
Tradicionalmente el pueblo shuar hizo la guerra como mecanismo de justicia para
restablecer el equilibrio.
En él dialogo interétnico ha variado la organización social, conformando la sólida
Federación de Centros. Cabe destacar su capacidad de auto gestión en el aspecto
organizativo, de escolarización, defensa de las tierras, programa ganadero, etc.
Leyenda shuar
El sapo Kuartam se transforma en tigre
Un shuar iba de cacería e incrédulo imitó el canto del sapo Kuartam, que vive en los
árboles. "Kuartam-tan, Kuartam-tan", lo retó en medio de la noche, pero nada pasó.
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“Kuartam-tan, Kuartam-tan, a ver si me comes", dijo y rió.
No lo hagas, le había dicho su mujer, porque puede transformarse en un tigre. No le
creyó. Kuartam, el sapo, se convirtió en felino y lo comió. Nada se escuchó de su
ataque, pero la mitad del cuerpo del shuar había desaparecido. Al alba, la muchacha
decidió matar a Kuartam. Llegó hasta el árbol donde el batracio cantó la noche
anterior. Tumbó el árbol que al caer mató a Kuartam, que se había convertido en un
sapo con un estómago inmenso. La mujer cortó rápidamente la panza de Kuartam y los
pedazos del shuar rodaron por los suelos. La venganza no le devolvió la vida al shuar
pero su mujer pudo contar que nunca es bueno imitar a Kuartam. A lo lejos de la
tupida floresta se escuchó un nuevo: "kuartam-tan, kuartam-tan", sin saber si era un
sapo o un shuar a la espera de un tigre.
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La desaparición de la selva ecuatorial (actualidad)
Las selvas ecuatoriales son los ecosistemas más ricos y complejos de toda la Tierra. La
abundancia de agua y las pocas variaciones estacionales permiten a los seres vivos de
estas regiones desarrollarse sin limitaciones
a lo largo de todo el año, lo que origina una
extraordinaria biodiversidad. En cada
hectárea de selva ecuatorial se han llegado
a contabilizar 1.500 especies vegetales
diferentes (de ellas 200 son árboles), 400 de
aves y 100 de reptiles.
Además, en algunos de los grandes árboles
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viven 1.000 insectos diferentes, e incluso aún existen numerosas especies
desconocidas para la ciencia. Esto la convierte en la gran reserva de biodiversidad
(entre el 70% y el 90% de las especies del planeta).
Y sin embargo, estos bosques que durante miles de años habían permanecido intactos
están siendo destruidos a un ritmo alarmante. Cada año se pierden 16 millones de Ha.
Las causas son las explotaciones madereras que llevan a cabo compañías
multinacionales, la sustitución del bosque por pastos para el ganado, cuya carne
normalmente se comercializa en los países desarrollados, y por último la agricultura de
subsistencia que realizan los indígenas impulsados por su necesidad de conseguir
tierras.
Pero a pesar de todo este despliegue de vida, la selva ecuatorial es un ecosistema muy
frágil. La circulación de los nutrientes es muy rápida y se produce a través de los seres
vivos, dado que las altas temperaturas aceleran las reacciones químicas y la
descomposición de los restos orgánicos. Esto quiere decir que los nutrientes no se
concentran en el suelo, sino sobre todo en los árboles, que además son los que crean
el microclima adecuado para el desarrollo del resto de la vegetación. Por este motivo
cuando se talan para conseguir pastos o madera, el suelo, muy pobre en nutrientes,
queda expuesto a las fuertes Iluvias y sometido a un proceso de lavado muy fuerte
(arrastre de las sales minerales por el agua) que lo hace inservible a los pocos años.
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