Grupo interinstitucional, contra el comercio ilegal de bebidas alcohólicas adulteradas Una de las atribuciones que concede la ley a las dependencias gubernamentales para proteger la salud de los consumidores de bebidas alcohólicas, es la de vigilar y evitar que el comercio, fundamentalmente informal, los exponga a sufrir males que, en determinadas circunstancias, pueden ser irreversibles o causarles hasta la muerte. Para que estos riesgos no lleguen a convertirse en problemas reales y de alto costo, la Secretaria de Salud encabeza un grupo interinstitucional formado por verificadores de las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, Economía, la Procuraduría General de la República, a través del SAT y aduanas, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS),y la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) y la Policía Federal Preventiva, acuden periódicamente a negocios o industrias bajo sospecha de producir o comercializar bebidas alcohólicas fuera de la ley. Las actividades de este grupo, por obvias razones, son sorpresivas y prácticamente en todos los operativos los infractores han reconocido sus irregularidades, en tanto que las autoridades correspondientes, en casos no graves o delictivos, normalmente exhortan a los propietarios de fábricas o comercios a respetar la legislación vigente en plazos perentorios, a pagar sanciones, en tanto que los establecimientos son asegurados de manera precautoria hasta que se pongan al corriente. En operativos, cada dependencia federal cumple con la responsabilidad que le corresponde: la Secretaría de Salud, por conducto de la COFEPRIS, atiende los problemas relacionados con los riesgos sanitarios; la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, a través del SAT y aduanas, ve lo relacionado con la posible evasión de impuestos, registros fiscales y la legalidad de determinados productos de origen extranjero. Por su parte, la Secretaría de Economía y Procuraduría Federal del Consumidor atienden los problemas relacionados con los posibles engaños y fraudes a los consumidores. El Instituto Mexicano de Propiedad Industrial defiende los derechos de propiedad industrial, es decir, si se encuentran productos en el mercado que no demuestren que fueron introducidos legalmente, son ilegales y, en principio, se asegura de manera precautoria el establecimiento y el producto, e incluso la ley permite la detención temporal de los culpables. Finalmente, la PGR, por conducto de la AFI y la PFP, cumple la función de brindar seguridad a los verificadores de las demás dependencias, y al mismo tiempo, combate la ilegalidad, que es una de sus funciones y atribuciones como parte del Poder Ejecutivo. El consumo de bebidas alcohólicas adulteradas, por su tendencia creciente y por el alto riesgo, es una preocupación de varias instituciones del Gobierno Federal que puede convertirse en una de las causas principales de enfermedades y riesgos mortales para los consumidores. La estrategia por la legalidad del grupo interinstitucional no solamente opera en el caso del alcohol adulterado, sino que abarca a medicamentos, alimentos, tabaco y productos milagrosos. Para ello, la Secretaría de Salud ha promovido iniciativas de ley ante el Congreso de la Unión para abrir la participación de las dependencias federales y las organizaciones del sector privado, así como la coordinación con las entidades federativas, al considerar que la salud y la seguridad de la población son factores prioritarios en el desarrollo social del país. Así, a través de los operativos sanitarios se aplica una estrategia eficaz que se ha convertido en una forma cuidadosa y pacífica de la aplicación de la ley para la detección y corrección de irregularidades, pero también para dar seguridad a la población del país de que lo que consume no pone en riesgo su salud. El trabajo coordinado interinstitucional se realiza formalmente desde hace casi cuatro años y en él participan profesionales de diferentes especialidades: médicos, biólogos, químicos, abogados y administradores. Esto ha permitido que el combate a la ilegalidad en materia sanitaria sea constante y sistemático, federalista y participativo en cuanto a la delegación de responsabilidades con los gobiernos estatales. A este esquema de organización se le denomina Sistema Federal Sanitario y, a través de él, se cumple de manera estricta la Ley General de Salud y las Normas Oficiales Mexicanas en la materia. Las bebidas alcohólicas adulteradas pueden tener efectos fatales en los consumidores. Desde dolores fuertes de cabeza, mareo, ceguera, náuseas, vómito, nerviosismo, ansiedad, resaca intensa, hasta el fallecimiento, si el producto contiene metanol y el afectado no es atendido con oportunidad. Por estas razones, se recomiendan las siguientes medidas: No comprar estos productos en el comercio ambulante o informal Dudar de la autenticidad del producto, si su precio está muy por debajo comparado con el precio comercial Evitar el consumo de bebidas en barras libres, bares y discotecas de dudoso prestigio Romper los envases vacíos y asegurarse de que los vidrios no representen riesgos en su manejo Las bebidas alcohólicas aseguradas en los últimos cuatro años, ascienden a más de 4.6 millones de litros aproximadamente. Este volumen normalmente es incinerado ante la presencia de las autoridades concurrentes. Es de señalar que el respaldo del Congreso de la Unión al Consejo de Salubridad General, en lo relacionado con la prohibición del comercio de alcohol de 96 grados en farmacias, boticas y tiendas de autoservicio, ha sido trascendental para la protección de la salud humana al prevenir el alcoholismo y evitar la ingesta de alcohol etílico. Datos adicionales sobre el uso de este tipo de alcohol, dados a conocer a través de la Encuesta Nacional de Adicciones, indican que su ingesta se multiplicó por 10 en un periodo de diez años. De 1993 a 2002, el consumo se incrementó del 0.4 por ciento al 4.7 por ciento. El alcohol etílico de 96° sólo puede elaborarse y venderse para procesos industriales, y no para elaborar bebidas destinadas al consumo humano. El Consejo de Salubridad General consideró fundamental emitir un acuerdo que evita que el alcohol de 96 grados no desnaturalizado, se pueda utilizar como bebida. Los criterios de análisis son los siguientes: El Consejo de Salubridad General es un órgano de rango constitucional, con facultades para dictaminar medidas de salud pública informando en tiempo y forma sobre sus disposiciones y acuerdos al Congreso de la Unión. El acuerdo y el objetivo emitidos, son claros y precisos: no se venderá alcohol de 96º no desnaturalizado en farmacias, boticas y tiendas de autoservicio, por su desvío para consumo potable. La decisión no fue arbitraria, sino con fundamento en la Ley. El artículo 217 de la Ley General de Salud indica que “se consideran bebidas alcohólicas aquellas que contengan alcohol etílico en una proporción de 2% y hasta 55% en volumen. Cualquier otra bebida que contenga una proporción mayor, no podrá comercializarse como bebida”. Con esta medida, la industria dedicada a la producción de alcohol de 96º, no desaparecerá. Simplemente, podrá dedicarse a producir alcohol desnaturalizado al 70% con un saborizante. Así, su venta continuará en las farmacias, boticas y tiendas de autoservicio para usos terapéuticos. Se tiene la certeza de que el alcohol de 96 grados produce necrosis del hígado, es decir, lo destruye. Este sólo hecho es suficiente para tomar medidas como las adoptadas por el Consejo de Salubridad General. ---o0o---