Iniciando nuestro caminar en la CVX

Anuncio
Iniciando nuestro caminar en la CVX
La etapa de Iniciación y Acogida está orientada tanto a jóvenes que se acercan
por primera vez a la CVX jóvenes, como a aquellos que han participado en CVX
secundaria. Su objetivo es que conozcan en profundidad el estilo de vida que CVX
propone, a través de un proceso formativo orientado a favorecer las instancias y
herramientas
básicas
para
poder
adquirir
conocimiento
de
los
tres
pilares
fundamentales que sustentan nuestro modo de vida (Comunidad, Apostolado,
Oración), asimismo de sus principales planteamientos y posturas, haciendo profunda
sintonía con el carisma cevequiano y sus desafíos actuales, a fin de ir siendo
consecuentes con el camino que como cevequianos estamos llamados a recorrer de
modo que todos los jóvenes que viven esta etapa tengan los instrumentos necesarios
para que, al final de ésta, puedan tomar una decisión discernida de continuar
comprometidos con este caminar, forjado por el ánimo y liberalidad con que
continuamente estamos llamados a vivir.
Este singular estilo de vida ha sido materia de discernimiento profundo e
histórico. No es menor considerar que las Comunidades de Vida Cristiana son una
continuación de las Congregaciones Marianas, iniciadas por Jean Leunis SJ y aprobadas
por primera vez por el Papa Gregorio XIII con la bula Omnipotentis Dei, del 5 de
diciembre de 1984. Vemos también nuestros orígenes, remontándonos más allá de esa
primera Congregación, en los grupos de laicos que desde 1540 se desarrollaron en
diversas partes del mundo por iniciativa de san Ignacio de Loyola y sus compañeros.
Por lo tanto, vemos que desde muchos años atrás este modo de vida se discierne y se
acompaña día a día, incluso la comunidad mundial ha llegado a elaborar documentos1
importantísimos para facilitarnos esta discusión de modo de compartir principios y un
carisma común en todo el mundo, creando con ello un fuerte sentido de cuerpo que
nos identifica y nos hace sentir parte de una comunidad mayor.
Todo este discurso podríamos simplificarlo diciendo que CVX son comunidades
católicas de laicos -hombres y mujeres, jóvenes y adultos, de todas las condiciones
sociales-
que desean seguir más de cerca a Jesucristo y trabajar con El en la
construcción del reino, viviendo día a día su Evangelio que han experimentado en la
historia personal de cada uno, en los Ejercicios Espirituales (EE.EE) y en la propia
comunidad, para llevarlo al ambiente familiar, profesional, social, cultural, eclesial, en
que nos desenvolvemos cotidianamente.
Asimismo, los EE.EE. son fuente específica de la espiritualidad de la comunidad
de vida cristiana. La experiencia de los EE.EE de S. Ignacio es indispensable para crecer
en el camino de la CVX, porque las relaciones interpersonales, la lucha por la justicia,
los medios permanentes de crecimiento, en fin, muchos rasgos característicos de esta
1
Principios Generales de la Comunidad de Vida Cristiana.
forma concreta de seguir a Jesús pobre y humillado que será el estilo CVX, están
inspirados en los EE.EE.
La experiencia de EE.EE. y la pedagogía de vida que de ellos se desprende son
básicas para ir entendiendo el estilo de vida CVX. La concreción de esta experiencia en
el seno de una comunidad mundial, como auténtico don del Espíritu, a lo largo de la
historia, especialmente reflejada en los Principios Generales y en las últimas
Asambleas Mundiales, resulta también imprescindible para aproximarnos a la CVX en
el mundo contemporáneo.
¿Dónde estamos?
La misión del cevequiano está en el mundo: testimoniar los valores y la persona
de Cristo allí donde se encuentre. Es preciso conocer la realidad en que vivimos y
actuamos si queremos transformarla en una más cercana al Reino que proclama Jesús.
Así, nuestra ubicación en un tiempo y espacio concretos, en una situación sociopolítica-económica y el conocimiento de ésta, es punto de referencia. Tenemos que
conocer, aceptar y encarnarnos en nuestro tiempo y nuestro lugar para ofrecer
respuestas realistas y efectivas.
Estas respuestas no nacen de una planificación puramente eficacista sino de la
conciencia profunda de sabernos pecadores y a la vez salvados. Esta dinámica de
pecado, contraria al plan de Dios - marginación, opresión del hombre por el hombre,
hambre de pan y de espíritu - no solamente invade nuestra sociedad sino que también
a menudo nos hace cómplices de ella.
Por todo ello es preciso que tanto los análisis de situación como nuestras
opciones fundamentales, inspiradas por el ejemplo de Jesús o impresas en nosotros
por su Espíritu, nos ayuden a ir dando respuestas concretas.
Hemos de aplicar el análisis social y la reflexión teológica a los acontecimientos
mundiales, nacionales, locales, para ir descubriendo los signos de los tiempos, y con
ello la voluntad de Dios a cada uno y a cada comunidad. Aproximarnos a realidades
como: igualdad de oportunidades, desempleo, discriminación, situaciones de miseria,
derechos humanos, política universitaria, medios de comunicación, etc.
Evidentemente, no hay lugar en este documento para mayor profundización en
estos puntos. Sin embargo, es importante repetir que aspiramos a una integración de
esta conciencia y análisis de la realidad en el conjunto de nuestra vocación y espíritu
evangélico. Porque es la identificación concreta de los caminos del Reino y sus
exigencias en nuestro contexto lo que especifica también nuestra misión CVX de
seguimiento y servicio. Sin ese análisis y discernimiento la experiencia de EE.EE puede
quedarse en llamada o metodología vacía, no aplicada.
¿Qué queremos hacer? ¿Hacia dónde vamos?
Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y lo demás se os dará por
añadidura" (Mt. 6,33)
El Reino no sólo es interioridad, es también evento social, un nuevo modo de
vida. La misión de la Iglesia y, por tanto, la misión de la CVX es la construcción del
Reino, transformando desde dentro las estructuras sociales y los valores culturales de
comunidades y pueblos. En la gran tarea de ordenar la cultura hacia el Reino, el primer
paso es, así, asumirla. Tenemos que entrar en los ámbitos en que se plantean todas las
dinámicas sociales: la política, los medios de comunicación, la cultura, la ciencia, la
tecnología, la educación, la industria, el trabajo, no formando grupos aislados, sino
como miembros de esta sociedad de la que formamos parte.
Nuestras actitudes personales hacia nuestro estudio, trabajo, lugar de residencia,
relaciones, tendencias que hay a nuestro alrededor, deben ser discernidas y
contrastadas con los valores del Evangelio.
Nuestra tarea al servicio del Reino supone ser constantemente imaginativos y
eficaces en denunciar las injusticias personales y colectivas, en traer siempre una
palabra de esperanza, en mostrar la libertad interna a los hombres al compromiso de
luchar por los hermanos, es nuestra tarea de construcción del Reino en concordancia
con nuestra necesidad profunda y particular de trabajar por la justicia. Esto nos llevará
ineludiblemente a descubrir el amor preferencial de Dios por los pobres y marginados
como rasgo específico de la espiritualidad ignaciana, que nos presenta en los EE.EE la
contemplación de Jesús pobre y humillado, y así a optar, en consecuencia, por ellos.
El "más en el servicio" al "Dios siempre mayor", "querer y desear" lo que más
conduce al servicio a Dios y a los hombres serán siempre criterios en el discernimiento
apostólico-socio-político.
Las labores de testimonio, denuncia y promoción de la justicia en el trabajo, en
asociaciones de barrio, de vecinos, en partidos políticos, en sindicatos, en
organizaciones asistenciales, en ONG, en parroquias, en universidades e institutos, en
la propia comunidad, en movimientos culturales, pacifistas, en proyectos de
desarrollo, en fin, todas aquellas actividades que nos permiten ser gestos de la
liberación profunda que aporta Jesucristo y tomar partido por los marginados, deberán
hacer aparecer en nuestros corazones un profundo deseo de hacer nada más que la
voluntad de Dios, ofreciendo nuestro trabajo a Su Mayor Gloria. Para luchar por el
mundo mejor que queremos y ser fieles a nuestra misión tendremos que aceptar todos
los conflictos y dificultades que provienen de su realización, pero además darnos
cuenta que en esta empresa no estamos solos, sino enviados y acompañados
constantemente por nuestra Comunidad.
Concretando la Misión
Lógicamente los medios de crecimiento en la integración de todos los aspectos
de nuestra vida en nuestro sentido de misión serán los medios de todos los que
seguimos a Jesús en la Iglesia. La espiritualidad ignaciana CVX nos permite utilizar
también medios específicos para buscar y hallar nuestra tarea en la construcción del
Reino, que habrán de ser los que nos ayuden a profundizar la llamada y respuesta a
esa Misión de seguimiento y servicio, y el discernimiento cotidiano de las exigencias y
compromisos que la opción preferencial por los pobres y marginados conlleva. Nos
limitaremos a comentarlos brevemente:

Ejercicios Espirituales: Ya sabemos que la experiencia de los EE.EE es
indispensable en CVX, tanto como experiencia de conversión personal como
fuente de estilo de vida, que se concreta también en el uso de medios
ignacianos fuera de los Ejercicios. Los EE.EE son escuela de oración, de
evaluación y de discernimiento personal que impregna la vida de la persona y la
comunidad. El sentido apostólico como resultado de una creciente libertad para
responder a la llamada del Señor está fuertemente ligado a la experiencia de
EE.EE.

Discernimiento personal y comunitario: La vida cotidiana es una continua toma
de decisiones más o menos evidentes. Parece claro que no todas ellas son
objeto de un discernimiento completo, sino que éste será un medio privilegiado
(que se irá transformando en actitud profunda con el tiempo y la práctica) para
optar entre varias posibilidades en situaciones importantes de nuestro camino.
En sentido estricto, tampoco todas las aproximaciones al discernimiento serán
discernimiento apostólico-socio-político. En la práctica son pocas las ocasiones
en que una CVX se plantea un discernimiento comunitario completo para la
misión de la comunidad, aunque tendrá que hacerlo siempre que sea necesario.

Examen de conciencia cotidiano: Medio para ir tomando el pulso a la propia
existencia y al servicio concreto que se presta en cada situación, para crecer en
sensibilidad y capacidad de integración de todos los aspectos de nuestra vida.

Reuniones de revisión de vida: Centrada en un acontecimiento que afecta a un
miembro o a la comunidad, es un medio importante para ir creciendo en el
conocimiento de la realidad, evaluación de nuestras respuestas, conocimiento
de nuevas posibilidades de acción, nuevas llamadas al servicio concreto, ir
creciendo en la capacidad de discernimiento, y con ello, aprovechar de
acompañarse y enviarse mutuamente en nuestra cotidianeidad.

Acompañamiento espiritual: Como miembros de una comunidad, es menester
poder acompañarnos en nuestro andar, por tanto, reconocemos en el
acompañamiento espiritual, un medio concreto para buscar y hallar la acción de
Dios en mi vida, por ello es que la CVX ofrece acompañantes espirituales a
modo de tener un vínculo más íntimo y concreto con una persona (religioso o
laico) y compartir nuestra experiencia espiritual y de vida, ayudándonos
mutuamente a crecer y ser consecuentes con nuestro modo de vida.

Vínculo CVX: Por esto entendemos todas las relaciones, encuentros, actividades
extra-comunitarias, que son verdadera ayuda para un mayor servicio, más
urgente y universal. Podríamos decir que todos esos momentos y la
organización que suponen (Equipos, Asambleas, Comunidades Temáticas,
Tertulias, etc.) en los distintos niveles son "estructuras para la misión", que
debemos orientar y aprovechar en este sentido.
Normalmente podemos comprobar que los medios se aplican según el
momento y las necesidades de cada miembro y comunidad. Desde la aproximación a la
realidad de la injusticia, desde el descubrimiento de la necesidad de integración de la
fe y la vida hasta ir encontrando el sentido de la propia misión centrada en la misión
de Jesucristo, experimentando el propio servicio como continuación del amor que
"desciende de arriba", hay posibilidad de gran cantidad de procesos diferentes, de
momentos y medios que van abriendo y marcando el camino.
Podemos decir que es esencial ser fiel a la etapa que se está viviendo, que hay
que mantener un sentido crítico con la realidad social en la que nos movemos y con
los propios proyectos, y que todo esto es posible con las gracias que vamos recibiendo
y los instrumentos que debemos ir aprendiendo a manejar. Por esto mismo es que la
CVXj ha desarrollado un Plan de Formación que atraviesa los principales aspectos de
nuestra vida (afectos, estudio, trabajo, formación ignaciana y doctrinal, etc.) y que
considera los tres pilares de la CVX como base del Plan, para así destacar la
importancia y primacía de estas tres dimensiones, que son las que fundamentan
nuestro ser CVX, y en función de las cuales se define nuestro carisma y la progresión
de cada una de las etapas. Este Plan pretende ser una guía en el paso de las
comunidades y de cada uno de los miembros por la CVX jóvenes, acorde con las
necesidades e inquietudes actuales de la comunidad y que, además, nos ayuda a
sentirnos un solo cuerpo que va por el mismo camino en función de los mismos
valores.
En comparación con el resto de las etapas, Iniciación y Acogida es una etapa
altamente estructurada, pues es necesario guiar a las personas con una mayor cercanía
y contar con medios específicos para lograr los objetivos que se pretenden.
A continuación presentamos el Plan de Formación correspondiente a la etapa de
Iniciación y Acogida, con las diversas actividades planeadas para esta etapa, a fin de
que sea una herramienta concreta para guiarse bajo un proyecto comunitario concreto
y flexible a las necesidades de la comunidad.
Precomunidades
En este primer año en CVXj, formarás parte de una pre comunidad, que se
puede entender como "un conjunto de personas, unidos en comunidad y situados en
una similar etapa de vida, los cuales se encuentran viviendo un profundo y dinámico
proceso de conocimiento del estilo de vida que CVX propone, adquiriendo las
herramientas necesarias para que, luego de un discernimiento personal y comunitario,
se adquiera un compromiso para con la comunidad mayor de aceptar y acoger esta
particular forma de vivir la vida”.
"Para preparar más eficazmente a nuestros miembros para el testimonio y el
servicio apostólico, especialmente en los ambientes cotidianos, reunimos en
comunidad a personas que sienten una necesidad más apremiante de unir su vida
humana en todas sus dimensiones con la plenitud de su fe cristiana según nuestro
carisma"2.
De esta manera, si bien las comunidades van tratando temas propios del
interés y etapa de vida de cada uno de sus integrantes, con el fin de discernir, enviar,
apoyar y evaluar la misión personal y común, en esta etapa se pone énfasis en que los
nuevos miembros logren un conocimiento profundo de este carisma particular de la
Iglesia Católica.
Esta primera etapa está construida sobre la certeza de que existen diversos
carismas al interior de la Iglesia Católica, todos con el fin común de seguir a Cristo. Sin
embargo, cada carisma ha encontrado una forma particular de ser fiel a esta misión.
De esta manera, y acorde a nuestro carisma fundado en los EEEE de San Ignacio, es
necesario que aquellas personas que deseen conocer a la CVX cuenten con la mayor
cantidad de criterios acerca de lo que significa ser CVX para poder tomar este camino
con la necesaria libertad y liberalidad. Es así como esta primera etapa se sustenta en la
propia libertad de quien comienza este camino, en la medida que conociendo nuestro
carisma, pueda decidir libremente si este camino de seguimiento de Cristo es el que
está llamado a seguir.
De esta manera, se le pide a cada miembro de la pre comunidad que, con el fin
de ir conociendo nuestro estilo de vida, asuma ciertos compromisos en este proceso
de formación. Bien sabemos que el plan de formación de la CVX, así como cualquier
proceso de conocimiento, es exactamente eso; un proceso. Por lo cual, estos
compromisos deben ir asumiéndose en la medida que cada miembro sienta que debe
profundizar en nuestro carisma.

Vida comunitaria: La periodicidad recomendada de las reuniones para la
totalidad de la CVX jóvenes es de una vez a la semana. Se reconocen ciertos
períodos del año en los cuales es más difícil realizar reuniones semanalmente,
2
PG 4
por lo cual la decisión de la periodicidad de estos momentos (período de
exámenes, vacaciones, etc) debe ser discutida en la precomunidad.

Ejercicios Espirituales: Tanto la CVXj, como otras ramas de la CVX (secundarios
y adultos) y otras organizaciones vinculadas a la espiritualidad ignaciana (como
el CEI), dictan ejercicios espirituales. Los ejercicios espirituales pueden ser de
iniciación –que duran 3 días para personas que nunca han vivido la
experiencia-, ejercicios de 4 días u 8 días -que se realizan en fines de semana
largos, o bien en vacaciones- o Ejercicios espirituales en la vida diaria –que se
hacen a lo largo de ocho meses aproximadamente-. Para esta primera etapa,
se recomienda asistir a ejercicios espirituales de Iniciación.
En el caso de los hombres, de no encontrar fechas apropiadas para realizar los
EEEE, se les puede solicitar a los Jesuitas (personalmente, a modo de favor y
especialmente al propio acompañante espiritual), el vivir esta experiencia en las
mismas casas de los jesuitas.

Vida Apostólica: La CVXj posee lugares apostólicos, que son lugares que han
sido discernidos por la Comunidad ampliada (es decir toda la CVX jóvenes) para
facilitar el acceso de nuestros miembros a lugares o proyectos que necesitan de
nuestro servicio. Si bien la dimensión apostólica del estilo de vida CVX es un
pilar fundamental, se reconoce que es necesario un proceso de discernimiento
en los miembros para comprometerse con uno, por lo cual, se recomienda que,
de querer asumir este compromiso, sea discutido con la propia comunidad que
puede ir dando luces acerca de donde servir.
Los lugares apostólicos no son los únicos lugares donde el cevequiano puede
servir, sino que simplemente se presentan para facilitar el acceso, por lo cual el
realizar apostolados en otros lugares o proyectos es altamente bienvenido.
Las precomunidades tienen como fin el conocer el estilo de vida CVX, para ser
libres para adquirir un compromiso para con la comunidad mayor de aceptar y acoger
esta particular forma de vivir la vida. Este período de “Iniciación y Acogida” finaliza con
un discernimiento comunitario y personal de los miembros de la precomunidad, que
conociendo a grandes rasgos nuestro carisma, deciden si quieren continuar
profundizando este camino. Es en este momento que la precomunidad pasa a ser una
comunidad.
En la propia libertad, la precomunidad puede discernir alargar este período de
conocimiento y mantenerse como precomunidad durante más tiempo 3 o bien, no
encontrar un llamado a vivir la fe desde este carisma particular. Este discernimiento es
personal y comunitario, por lo que pueden existir miembros que quieran alargar este
período, otros que no quieran continuar profundizando en el carisma, y otros que
sientan que éste es el carisma al cual están llamados. La decisión de ser comunidad
debe ser tomada en conjunto, pudiendo pasar toda la comunidad a la siguiente etapa
3
Según nuestros Principios Generales, el período de precomunidad debe durar no menos de un año, y no
más de ocho años.
de formación, sólo una parte de ella, o bien, sólo algunos miembros. En este caso, se
forma una nueva comunidad con los que estén interesados, o se busca una comunidad
que ya esté formada que esté recibiendo nuevos miembros.
El Asesor
El rol del asesor es fundamental durante todo el período de formación de la
CVXj. En el caso de las precomunidades, el asesor ha adquirido el compromiso de
guiar a la comunidad durante este primer año. Esto no quita que, luego de un
discernimiento personal del asesor frente a la necesidad de la precomunidad y de un
discernimiento de la propia comunidad, el asesor y la comunidad puedan y quieran
seguir acompañándose más tiempo.
Descargar