VIAJE A UCRANIA AnaValcarce

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VIAJE A UCRANIA
CON
ADANAE
ACOMPAÑADOS POR GALA
22 DE AGOSTO: IBAN CERRANO AEROPUERTOS.
Ninguno de los nueve que nos encontramos en el
Aeropuerto de Barajas, podíamos imaginar lo deseado que
iba a convertirse llegar a Kiev.
Todo empezó sobre las siete de la mañana. Un grupo
homogéneo y simpático acogió con cariño a Ana, quien era
la primera vez que hacía un viaje con Adanae.
Sin mayores problemas que los usuales de todo
aeropuerto embarcamos rumbo a Zurich en Iberia vuelo
3464., con llegada prevista a su destino a las 11,10. La
salida del vuelo UkrAirlines PS472 destino Kiev era a las
12,10.Sin embargo aquel día nos iba a deparar muchas
sorpresas.
Iberia no llegó a la hora, las líneas ucranianas se
marcharon sin nosotros y nos quedamos “en tránsito” a
verlas venir .Allí, “en tránsito” observábamos cómo otros
viajeros entraban por los embarques y la zona se iba
quedando vacía. De no ser por Antonio, gran lego en
idiomas, hubiera resultado complicado asumir tanta
soledad. Algo cominos con cheque de aeropuerto y, durante
las horas de espera, empezamos a contarnos nuestra vida.
Parecía que nuestro destino era recorrer parte de
Europa antes de llegar a Kíev, ya que, por fin, decidieron
embarcarnos hacia Munich donde probamos la buena
cerveza alemana. Desde allí y después de varias horas
continuamos viaje. Por fin llegamos a Kiev.
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La sonrisa no se había borrado de nuestros rostros, a
pesar de todo.
Empiezan a salir maletas de las tripas del avión. Los
pasajeros, alegres de encontrar cada uno la suya, las
cargaban en los carritos dejando a la espera a quienes no
habían tenido tanta suerte.
El silencio empezaba a reinar en el aeropuerto.
La cinta empezó a ralentizarse hasta quedar
totalmente quieta. ¡Ohhhh! ¿Nuestras maletas? ¡Sorpresa!
Esperanza….seguro que ahora salen, seguro que la cinta
vuelve a empezar.
Nos miramos, estábamos solos de nuevo. El
aeropuerto nos esperaba para cerrar. Nuestro vuelo había
sido el último. Silencio absoluto. Nadie.
Solamente en la oficina de reclamaciones, una persona
nos miraba y parecía pensar: señores ¿acaso van a dormir
aquí?
Gala hizo gala de su buen hacer y presentó cuantas
reclamaciones fueron precisas.
Nuestro chófer Anatol, nos sonrió amable, a pesar de
que debía de estar harto de esperarnos. Digo ...debía
de…en alocución dubitativa porque en ningún momento se
le notó. Al contrario, un hombre encantador a pesar de que
tuvo que despedir a los maleteros pues llegábamos con las
manos vacías.
Bien, todo se resolvió forzosa y favorablemente. Una
vez más echando mano de este estupendo grupo, surgió la
solución. Fue nuestra preciosa Palmira a quien se le había
ocurrido no facturar una pequeña maleta y compartir con
nosotros todo su contenido.
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KÍEV
23 DE AGOSTO
Nos acercamos la Plaza “Maidán” famosa cuando la
Revolución Naranja en otoño de 2004.
Durante cerca de tres horas estuvimos contemplando
las bellezas de esta ciudad, y visitando la Catedral de
Vladimir, la Catedral de Santa Sofía con sus frescos y
mosaicos de principios del s XI, la Catedral de San Miguel.
Paseamos por sus plazas y llegamos a la romántica calle
de San Andrei muy conocida por los literatos rusos.
Comimos de maravilla en un restaurante típico y por la
tarde contemplamos el Monasterio de Kiev-Pechersk Lavra.
24 DE AGOSTO
Otro gran día. La aldea de Pirogo nos mostró la vida
rural antigua con sus hogares típicos así como la vida que
se desarrollaba en esta zona del plantea.
La comida en el restaurante típico fue “gloriosa”. Allí
acompañamos nuestros platos unos con cerveza de la zona
y otros con vodka a la usanza del país, es decir: brindis,
trago y pepinillos o bien setas aliñadas para ello que estaba
riquísimas. Este ritual, al parecer, controla el que se suba
demasiado a la cabeza. No puedo asegurarlo pues
estábamos todos tan contentos, las prebendas tan ricas y el
entorno tan agradable que el vodka pudo o no pudo influir;
de lo que no cabe duda es de que fue un buen compañero.
No es fácil poner punto final al relato de Kiev, capital
de Ucrania pues sería preciso dedicarle más horas, más
días, pero el viaje es así y tuvimos que despedirnos de esta
ciudad que supo conservar su austera y hermosa elegancia.
Aún volveríamos a verla unos días más tarde.
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Esa noche viajamos en un vagón de tren a la antigua
usanza. Llegamos de madrugada a Simferopol, capital de la
Península de Crimea.
25 DE AGOSTO
Desde Simferopol nos trasladamos a Yalta en autocar.
Yalta, la perla del Mar Negro como ha sido bautizada, su
nombre hacer honor a su belleza. Antiguamente habitaban
este lugar tribus tavras hasta que los griegos fundaron un
asentamiento que con los años sería la actual Yalta.
Dimos un largo paseo por el jardín botánico Nikitsky y
contemplamos sus vistas panorámicas espectaculares. Se
trata de un centro de investigación, productor de semillas
con un jardín de 1.100 hectáreas. Fue fundado en 1812.
26 DE AGOSTO
En Yalta todo era grandioso: el Palacio de Livadia lugar
donde se celebró la “Conferencia de Yalta” al final de II
Guerra Mundial. El Palacio de Alupka lujosa morada del
príncipe Vorontsov poderoso aristócrata zarista y el llamado
El nido de las Golondrinas, un castillo justo al borde del
acantilado.
Disfrutamos de paseos por la ciudad, algunos incluso
más valientes se bañaron en las misteriosas aguas del Mar
Negro y todos disfrutamos de la noche por su paseo
marítimo.
27 DE AGOSTO
Cómo no podía faltar la visita a una bodega construida
en 1894 por el último zar y donde catamos alrededor de
diecisiete clases de vinos del país, de altísima calidad
equiparables a los de Oporto. Tras la revolución rusa, esta
bodega fue sellada y camuflada hasta ser descubierta por
las tropas de Stalin. Este continuó su producción hasta la
actualidad donde se sigue produciendo los vinos más
famosos de Ucrania.
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¡Qué alegres salimos de aquella bodega! Con la cabeza
en su sitio, eso sí, pues la cata se hizo de forma muy
profesional, traguito de vino, palito de centeno, y así hasta
unos diecisiete. Esto no fue óbice para que regresáramos
contentos y dicharacheros.
Dentro del ámbito literario, nombramos al conocido
escritor ruso Chejov, presente en este país por haberse
trasladado a Crimea en 1899 por consejo de los médicos
donde permaneció hasta su muerte. Allí escribió “Tres
Hermanas”, “ La dama y el perrito” ,”El jardín de los
cerezos” y “La Novia”. Visitamos su casa “La dacha Blanca”
como la llamaban sus amigos y dónde recibió a muchos
pintores y escritores de la época. Allí llegó a cantar
Shalyapin y tocó el piano Scryabin. La compañía de arte
dramático de Moscú se desplazó hasta allí para representar
las obras de Chejov y gracias a ello, el escritor, ya
moribundo, tuvo la oportunidad de verlas.
28 DE AGOSTO
Dejamos Yalta y camino de Sebastopol, disfrutamos de
una comida “ Ukrains Ky shynok”estupenda.
La gastronomía fue en general fantástica siempre
haciendo alarde del tipismo de los diferentes grupos étnicos
que pueblan Ucrania.
Visitamos la Iglesia Foros de 1885 y el museo
Panorama, impresionante muestra de la defensa de
Sebastopol en 1854-1855 durante la Guerra de Crimea.
Paseamos entre los restos de la antigua ciudad griega
“Hersonés” para terminar en Sebastopol, antigua base
naval de la flota soviética del Mar Negro, descansando en
un hotel encantadoramente “retro”.
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29 DE AGOSTO
Excursión a Balaclava, escenario de “la carga de la
Brigada ligera”
Desde Balaclava, navegamos en barco durante dos horas
conociendo parte de la costa y zonas de parque natural.
De camino a Kherson degustamos un almuerzo tártaro en
un restaurante típico.
30 DE AGOSTO
No podía faltar una visita a la ciudad de Odessa fundada
por Catalina la Grande cerca de una fortaleza turca
conquistada en la guerra ruso-turca entre 1787 a 1791.
Odessa fue la capital de la literatura rusa. Nuestro nuevo
chofer Vitali, nos contó que también era la capital del
humor.
Cuando fuimos a visitar el edificio de la Ópera en su
exterior barroco pero auténtico rococó francés en el
interior, anunciaban la representación del Barbero de
Sevilla. Decidimos quedarnos todos a alguno de los actos y
algunos a todos los actos. Pudimos observar como las
gentes de Odessa amaban la música. Aquel teatro
grandioso estaba completo de hombres, mujeres y niños
quienes vestidos con sus sencillos atuendos escuchaban
embelesados sin que se oyera una mosca que no fueran las
bellas voces de los tenores, bajos y sopranos.
Odessa tiene un gran mercado tradicional y en este punto
hay que reflejar que en Ucrania los mercados son lugares
que deberían visitarse cómo quien visita un museo.
Por supuesto no podía faltar bajar y subir por la escalera
del acorazado del Potenkin y sentarse en la famosa silla
dorada en el parque.
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31 DE AGOSTO
Intentamos visitar la Catedral de la Transfiguración sin
éxito porque estaba cerrada pero nos entretuvimos por el
mercado Privoz, ya he dicho del arte y los buenos
productos de los mercados en esta zona.
Regresamos a Kiev de nuevo en tren nocturno. Esta vez
menos típico el tren pero más cómodo. Nos tomamos una
cenita de amistad en la habitación de Elena, esa mujer
encantadora y discreta que siempre sonreía con dulzura.
1 DE SEPTIEMBRE
De nuevo en Kiev, paseando por su plaza Maidán y
entretejiendo historias de espías y misterio con “Greta”
nuestra guapa Cristina que realmente parece una agente
secreta rusa.
REGRESO A CASA
¡¡¡¡Ohhhhhh!!!!
Aeropuerto de Kiev. Hicimos, como se debe hacer, la cola
para la facturación de equipajes. Gala nos iba a acompañar
hasta el embarque y luego se quedaría en la ciudad para
aprovechar e ir a visitar a su madre y familia. Estaba
contenta. Le apetecía mucho volver a ver a los suyos.
Pero……estaba cantado, nada tenía que ser lo que parecía.
Resulta que ya no teníamos billete, se lo habían revendido
a otras personas, como el que revende entradas y saca el
doble.¿Por qué? Al parecer porque no estábamos, es decir,
no habíamos entrado en el País. Así estaba ocurriendo y
aquel vuelo Kiev-Madrid que se había despertado tan
esperanzador, cambió su rostro en segundos volviéndose
amenazante y lanzando en ruso un: ¡señores, no tienen
billetes! que pudimos entender gracias a nuestra traductora
autóctona quien en ese instante se quedó atónita.
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En fin, no sigamos quejándonos, que todavía falta mucho.
Miguel Ángel y Antonio escoltaron a nuestra Gala por si a
aquellas mujeres de rostro adusto se les escapaba la mano,
pues se mostraban duras, durísimas para conseguirnos
otros billetes de regreso.
¡Por fin! Nos iban a llevar a Viena y desde allí tomar el
avión de Iberia a España. Un poco justos de tiempo pero al
parecer suficiente porque:”una azafata nos esperaría
“en tránsito” ¡Ay Dios mío qué palabro! y nos
llevaría rápidamente y sin pasar control alguno
al avión de Iberia para volver a casa”
¡Inocentes! Nosotros.
Sí, llegamos a Viena pero la azafata debió haberse
volatizado. Pasamos todos los controles habidos y por
haber mientras el tiempo corría en contra nuestra. Tan
justo llegó el vuelo que tuvimos que hacer un verdadero
alarde de buen deporte. Todos corríamos por aquellos
pasillos, Milagros nos sorprendió con su forma física, ¡qué
juventud rezumaba por todos los poros de su piel! Cristina
no digamos cómo mostró sus horas de gimnasio haciendo
alarde de una velocidad alarmante. Ana y Antonio, Palmira,
Elena, Miguel Ángel y yo misma saltábamos peldaños de
dos en dos, de tres en tres, sin conseguir encontrar la
puerta de embarque de Iberia ni nadie que nos informara
de ello.
¡De pronto! ¡Oh! Nuestra salvación, un chico que hablaba
nuestro idioma, latino y encantador. Nos acompaña, él
también corriendo y llegamos a la ansiada puerta de
embarque donde un azafato nos dice que NO. Ya no
podemos franquearla, el avión se ha marchado sin
nosotros.
Silencio absoluto….
Miguel Ángel decide tomar cartas en el asunto y junto a
Antonio nuestro políglota, consiguen en el mostrador de
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reclamaciones, unos nuevos billetes para la
siguiente y un hotel para descansar esa noche.
mañana
Ciertamente que cenamos de cine y dormimos en una
habitación de cine también pero pocas horas. Había que
volver al aeropuerto a las cinco de la mañana.
Ya nada iba a poder con nosotros, ni siquiera el hecho de
que tampoco teníamos sitio en el supuesto vuelo de Iberia
de las siete. Era lógico, ¡Cómo íbamos a tener sitio!
Imposible, hubiera sido un milagro.
Esperamos y esperamos hasta que por fin nos recolocaron
a seis. Palmira y Miguel Ángel nos dijeron un triste adiós
desde Viena. Ellos se ofrecieron a quedarse para el próximo
vuelo.
Llegamos a Madrid, de nuevo sin maletas. Tan
acostumbrados estábamos a este hecho que como veréis,
ya lo pongo sin exclamaciones, pues en el ámbito literario,
las exclamaciones como su nombre indica, exclaman, es
decir sirven para mostrar sorpresa. Y…qué nos iba a
sorprender ya a nosotros.
En Barajas se comprometieron a enviárnoslas a casa el día
siguiente.
Llegaron todas menos la mía porque me pasé de lista.
Cuando dice el refranero español que en boca cerrada no
entran moscas ¡qué razón tiene el refranero! ¡Ay si me
hubiera quedado calladita! Hubiera podido coger el tren.
Pero claro, la lista pidió que le llevaran a ella la maleta la
primera porque su tren salía a las doce de la mañana y
¿qué hizo el transportista? Pues precisamente NO
LLEVARLA ¿Por qué? La respuesta: ..”cómo no iba a llegar a
tiempo…”
Total, la vida misma….unas veces sonríe y otras llora….
Al final casi lloramos todos… pero eso no fue óbice para que
Gala y Gerardo
hoy riamos juntos en casa de
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disfrutando del recuerdo de este viaje con el que no
sólo conocimos un hermosos país, no sólo
aprendimos de sus gentes, personas que sufrieron
pero que no han perdido la esperanza, además
sellamos con este viaje una profunda y bonita
amistad.
Un beso enorme para todos.
Ana Valcarce ( Anushka)
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