¡Así se habla! Material didáctico de ELE para mejorar la pronunciación MATERIAL COMPLEMENTARIO 2. LA LECTURA DE TEXTOS LITERARIOS 2 Y 3. LA PLAZA TIENE UNA TORRE Y ÉRASE UNAVEZ La plaza tiene una torre Antonio Machado La plaza tiene una torre, la torre tiene un balcón, el balcón tiene una dama, la dama una blanca flor. Ha pasado un caballero, ¿quién sabe por qué pasó? Se ha llevado la plaza con su torre y su balcón, con su balcón y la dama, la dama y la blanca flor. (Antonio Machado) Érase una vez José Agustín Goytisolo Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado. Todas estas cosas había una vez. Cuando yo soñaba un mundo al revés. Autores de los dibujos: Curso 9A Instituto Károlyi Mihály 4. LA RANA Autores de los dibujos: Curso 9A Instituto Károlyi Mihály FICHAS CON EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS SORPRESA MIEDO ALEGRÍA ENFADO IRONÍA AMOR CANSANCIO MISTERIO TRISTEZA 5. ME DUELEN LOS OJOS ME DUELEN LOS OJOS Gloria Fuertes Me duelen los ojos, me duele el cabello, me duele la punta tonta de los dedos. Y aquí en la garganta una hormiga corre con cien patas largas. Ay mi resfriado, chaquetas, bufandas, leche calentita y doce pañuelos ya catorce mantas y estarse muy quieto junto a la ventana. Me duelen los ojos, me duele el cabello, me duele la punta tonta de los dedos. El cabello Un vaso de leche calentita Hormiga La garganta La punta de los dedos Resfriado Chaqueta Bufanda Ojos Resfriado Manta Pañuelos CLAVE DEL EJERCICIO 6 Parte del cuerpo Tipo de dolor Especialista médico Remedio o tipo de medicina El oído Dolor Otorrinolaringólogo Gotas Aplicar paños calientes La piel Herida Médico de cabecera Agua oxigenada, mercromina, gasas, algodón La garganta Dolor, picazón Médico de cabecera, Té caliente otorrinolaringólogo Los dientes y las Dolor Dentista Empastes, limpieza Piel, ojos Picor, escozor Alergólogo Inyección La piel Picor en la piel Dermatólogo Cremas Los huesos Fractura Traumatólogo Escayola Estómago Dolor, ardor Médico de medicina Dieta muelas interna Ojos Problemas para ver bien, picor Oftalmólogo Gafas, colirios 6. ELEGÍA Elegía Rafael Alberti La niña rosa sentada. Sobre su falda, como una flor, abierto, un atlas . ¡Cómo la miraba yo viajar, desde mi balcón! Su dedo, blanco velero desde las Islas Canarias iba a morir almar Negro. ¡Cómo la miraba yo morir, desde mi balcón! La niña rosa, sentada. Sobre su falda, como una flor, cerrado un atlas. Por el sol de la tarde van las nubes llorando rojas islas de sangre. 8. LIBRE TE QUIERO Libre te quiero Agustín García Calvo Libre te quiero como arroyo que brinca de peña en peña, pero no mía. Grande te quiero como monte preñado de primavera, pero no mía. Buena te quiero como pan que no sabe su masa buena, pero no mía. Alta te quiero como chopo que al cielo se despereza, se despereza, pero no mía. Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía. Pero no mía ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera. 10. LA PRINCESA ESTÁ TRISTE La princesa está triste Rubén Darío La princesa está triste..., ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro. Está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? (…) ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. -Calla, calla, princesa –dice el hada madrina-; en caballo con alas, hacia aquí se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que viene de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con su beso de amor. FICHAS CON EL TEXTO FRAGMENTADO La princesa está triste..., ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro. Está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? (…) ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. -Calla, calla, princesa –dice el hada madrina-; en caballo con alas, hacia aquí se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que viene de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con su beso de amor. ILUSTRACIONES Está mudo el teclado de su clave sonoro, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, 12. PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE Puedo escribir los versos más tristes esta noche Rubén Darío Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.