Dolarización

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I. ¿QUÉ ES LA DOLARIZACIÓN?
Un concepto amplio de dolarización es el que se refiere a cualquier proceso donde el dinero extranjero
reemplaza al dinero doméstico en cualquiera de sus tres funciones.
En efecto, la dolarización de una economía es un caso particular de sustitución de la moneda local por el dólar
estadounidense como reserva de valor, unidad de cuenta y como medio de pago y de cambio.
El proceso puede tener diversos orígenes, uno es por el lado de la oferta que significa la decisión autónoma y
soberana de una nación que resuelve utilizar como moneda genuina el dólar (tal es el caso de Panamá). Otro
origen posible, por el lado de la demanda, es como consecuencia de las decisiones de cartera de los individuos
y empresas que pasan a utilizar el dólar como moneda, al percibirlo como refugio ante la pérdida del valor de
la moneda doméstica en escenarios de alta inestabilidad de precios y de tipo de cambio.
El uso del dólar deriva, en este último caso, de la conducta preventiva de la suma de individuos que,
racionalmente, optan por preservar el valor de su riqueza manteniéndola en dólares y refugiándose así del
devastador efecto de las devaluaciones y la alta inflación. Cuando la dolarización es un proceso derivado de
decisiones de los individuos es muy difícil pensar en su reversión.
La dolarización se presenta en forma de inversiones en activos financieros denominados en moneda extranjera
dentro de la economía doméstica, circulante en moneda extranjera y depósitos de los agentes nacionales en el
extranjero, generalmente estos últimos depósitos se realizan en las oficinas off−shore de los bancos
nacionales.
Se pueden distinguir dos procesos de dolarización por el lado de la demanda: la sustitución de moneda y la
sustitución de activos.
La sustitución de moneda, que se refiere a motivos de transacción, ocurre cuando la divisa extranjera es
utilizada como medio de pago; en este sentido, los agentes dejan de utilizar la moneda nacional para sus
transacciones.
La sustitución de activos, que hace relación a la función del dinero como reserva de valor, por consideraciones
de riesgo y rentabilidad, se presenta cuando los activos denominados en moneda extranjera se utilizan como
parte integrante de un portafolio de inversiones.
II. ¿POR QUÉ LA DOLARIZACIÓN?
Entre los factores que explican los fenómenos de la dolarización, sobre todo en los países de América Latina,
y que han jugado un papel importante en el proceso están: la inestabilidad macroeconómica, el escaso
desarrollo de los mercados financieros, la falta de credibilidad en los programas de estabilización, la
globalización de la economía, el historial de alta inflación, los factores institucionales, entre otros.
II.1. La dolarización informal
La dolarización primero adquiere un carácter informal. Es un proceso espontáneo en respuesta al deterioro en
el poder adquisitivo de la moneda local. Los agentes, entonces, se refugian en activos denominados en
monedas fuertes, normalmente el dólar, aunque la moneda extranjera no sea de curso obligatorio.
1
El proceso de dolarización informal tiene varias etapas: la primera, conocida como sustitución de activos, en
que los agentes adquieren bonos extranjeros o depositan cierta cantidad de sus ahorros en el exterior; la
segunda, llamada sustitución monetaria, los agentes adquieren medios de pago en moneda extranjera, billetes
dólares o cuentas bancarias en dólares; y, finalmente, la tercera etapa, cuando muchos productos y servicios se
cotizan en moneda extranjera: alquileres, precios de automóviles o enseres domésticos, y se completa cuando
aún bienes de poco valor se cotizan en la moneda extranjera, alimentos, bebidas, diversiones, etc.
Pero la dolarización informal tiene consecuencias lamentables sobre el funcionamiento de la economía de un
país, entre las que podemos citar:
• En primer lugar, hace que la demanda de dinero se vuelva inestable. Esto dificulta las posibilidades de la
autoridad monetaria para estabilizar la economía y controlar la inflación. En la medida que los agentes
económicos convierten la moneda local (sucres para el caso del Ecuador) en dólares, se reduce el monto de
sucres en circulación.
En economías altamente dolarizadas de manera informal no existe la posibilidad de fijar un objetivo
intermedio de política monetaria porque la cantidad de dinero está afectada por la presencia de dólares que no
son susceptibles de ser controlados. El dólar es una parte importante del concepto de dinero y es imposible
deducir a priori la composición de la demanda de dinero. De esta manera el objetivo final de controlar la
inflación a través de la oferta monetaria se convierte en un problema de aproximación y el manejo de la
política monetaria se vuelve empírico.
• En segundo lugar, la dolarización informal genera presiones sobre el tipo de cambio, en la medida en que
aumenta la demanda por moneda extranjera. Se requiere entonces una definición específica de política
cambiaria dependiendo si la dolarización se trata de activos o monetaria.
• Un tercer efecto es el deterioro en el poder adquisitivo de los ingresos denominados en moneda local:
sueldos, salarios, pensiones, intereses fijos, etc., que se ven disminuidos por las continuas devaluaciones
presionadas por la dolarización informal.
• Una cuarta consecuencia de la dolarización informal es la distorsión de las tasas de interés. Estas se vuelven
especialmente altas debido a que la autoridad monetaria las incrementa a fin de estimular en la población el
ahorro en moneda local en lugar de hacerlo en dólares de los Estados Unidos.
• Un quinto efecto se da sobre el sector financiero, el cual se deteriora rápidamente con la dolarización
informal. Las altas tasas de interés y las devaluaciones constantes que la establecieron, provocan
elevaciones permanentes en la cartera vencida de los bancos, limitan el ahorro en moneda local y se
conduce a éstos a la iliquidez e insolvencia.
• Un efecto especialmente importante de la dolarización informal tiene que ver con el Fisco, pues ésta reduce
la posibilidad de generar ingresos por señoreaje y dificulta el cobro del impuesto inflacionario.
Dependiendo del grado de dolarización informal de la economía, la emisión de especies monetarias se
destina en su gran mayoría a la adquisición de dólares para usarlo como dinero genuino en reemplazo de la
moneda local.
• Una creciente dolarización informal se convierte en un grave problema económico, en la medida en que
restringe el campo de acción de la política monetaria, cambiaria, fiscal, aumenta el riesgo cambiario y
crediticio del sistema financiero y reduce el poder adquisitivo de los sectores poblacionales más pobres. En
tal sentido, una vez que una economía se ha dolarizado de manera importante, las alternativas se reducen
hacia la instauración de una dolarización plena, pues, restablecer la credibilidad en el sistema discrecional
anterior se vuelve poco probable y demandaría consistencia, disciplina y un tiempo normalmente largo.
• ¿Para qué dolarizar?
III.1 La dolarización oficial
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Como se indicó, los procesos de dolarización surgen en un país como resultado de la pérdida de confianza en
las funciones tradicionales de la moneda local.
Adoptar como política la dolarización total de una economía implica una sustitución del 100% de la moneda
local por la moneda extranjera, lo que significa que los precios, los salarios y los contratos se fijan en dólares.
La dolarización total descansa sobre algunos principios específicos:
• La moneda única es el dólar y desaparece la moneda local. En el caso del Ecuador se contempla que
la moneda local circula solamente como moneda fraccionaria.
• La oferta monetaria pasa a estar denominada en dólares y se alimenta del saldo de la balanza de pagos
y de un monto inicial suficiente de reservas internacionales;
• Los capitales son libres de entrar y salir sin restricciones; y,
• El Banco Central reestructura sus funciones tradicionales y adquiere nuevas funciones.
La dolarización formal en general supone la recuperación casi inmediata de la credibilidad, y se prevé que
termina con el origen de la desconfianza: la inflación y las devaluaciones recurrentes.
Asimismo, la dolarización formal u oficial obliga a los gobernantes a disciplinarse y revela los problemas
estructurales de la economía, con lo cual impulsa a las sociedades al cambio de sus estructuras.
Entre las ventajas que se pueden apreciar de la dolarización formal tenemos las siguientes:
1. Se particularizan los efectos de los shocks externos
La pérdida en los términos de intercambio, los desastres climáticos que afectan la producción exportable, la
imposición de cuotas, aranceles y tasas a los productos que vende el país al resto del mundo, entre otros,
constituyen los denominados shocks externos. La dolarización oficial asegura la particularización de estos
shocks de manera exclusiva en el sector afectado, pues elimina las posibilidades de devaluación monetaria.
2. Converge la tasa de inflación local con la de los Estados Unidos
Cuando una economía se dolariza oficialmente, la tasa de inflación tiende a igualarse a la de Estados Unidos.
Objetivamente, el nivel de precios no es necesariamente igual en los dos países; los costos de transporte, los
aranceles o los impuestos causan disparidades. Tampoco las tasas de inflación son obligatoriamente iguales,
pero tienden a serlo. Es preciso indicar que la velocidad de la convergencia depende de otros factores como la
flexibilidad laboral, los desajustes de partida de los precios relativos, etc.
3. Se reduce el diferencial entre tasas de interés domésticas e internacionales
Puesto que se elimina el riesgo cambiario y el correspondiente de expectativas inflacionarias, la tasa nominal
de interés también será la tasa real de interés. La confianza que crea el nuevo sistema monetario reduce las
tasas de interés a lo largo del tiempo y esta confianza se expande a todo el sistema económico.
4. Se facilita la integración financiera
Una economía pequeña como la de la mayoría de los países latinoamericanos y sin duda la ecuatoriana, es
poco partícipe de los flujos de capital que se están realizando en el mundo globalizado de la actualidad. Para
lograr una mayor participación, además de la dolarización oficial, se debe promover el ingreso de
instituciones financieras internacionales. De esta manera, tanto los activos como los pasivos financieros pasan
a ser parte de una fuente gigante de liquidez y de fondos.
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Una economía dolarizada formalmente incentiva la presencia de grandes bancos internacionales que
permitirán el flujo de capitales de tal manera que cualquier shock externo sería contrarrestado por esta
integración financiera con el resto del mundo. Es decir, la integración financiera podría eliminar las crisis de
balanza de pagos.
5. Se reducen algunos costos de transacción
Cuando se dolariza formalmente, se eliminan las transacciones de compra y venta de moneda extranjera. El
diferencial entre el precio de compra y venta del dólar es un ahorro para toda la sociedad porque la
intermediación, sobre todo la especulativa que aprovecha los cambios en la valoración de la moneda,
desaparece.
Otro ahorro es la simplificación y estandarización de operaciones contables que deben hacer las empresas con
actividades internacionales y las que desean sus balances en términos reales. Aún más, muchas operaciones de
defensa contra posibles devaluaciones desaparecen, lo cual beneficia y facilita la inversión y el comercio
internacional.
6. Se producen beneficios sociales
La dolarización formal beneficia a los asalariados, a los empleados con poco poder de negociación colectiva, a
los jubilados. Además facilita la planificación a largo plazo, pues permite la realización de cálculos
económicos que hacen más eficaces las decisiones económicas.
Adicionalmente, en el mediano plazo, la estabilidad macroeconómica, la caída de las tasas de interés y el
mejoramiento en el poder adquisitivo, debido a la dolarización oficial, generarán un desarrollo de las
actividades productivas y un aumento sostenido del empleo.
7. Se descubren los problemas estructurales
Una clase final de beneficios de la dolarización oficial tiene que ver con la apertura y transparencia;
igualmente es una de las mejores formas de sincerar la economía; problemas estructurales en el sector
financiero son prontamente develados, ya que desaparece el riesgo moral una vez que el Banco Central deja
de ser prestamista de última instancia, rol que hasta hoy lo cumplía por mandato de la Ley.
8. Se genera disciplina fiscal
En tanto el gobierno no puede emitir dinero con dolarización oficial, la corrección del déficit fiscal solo se
puede hacer mediante financiamiento vía préstamos o impuestos. Los préstamos del exterior, en la actualidad,
imponen condiciones de disciplina fiscal. Además la tributación tiene un costo político que los gobernantes
deben enfrentar. Esto obliga no solo a equilibrar las cuentas fiscales, sino a que el gasto sea de mejor calidad,
de mayor rendimiento social.
En general se puede advertir que una dolarización formal u oficial de la economía implica beneficios
importantes. Las ventajas de este sistema son bastante claras: confianza, simpleza, estabilidad y la posibilidad
de conseguir una baja inflación, lo que provocaría que bajen las tasas de interés y se reactive el sector
productivo. Mientras la reforma económica que implica la dolarización formal sea transparente y creíble, se
atraerá inversión doméstica y extranjera
No obstante, como toda reforma económica, la dolarización formal tiene costos y sacrificios. Los
principales se exponen a continuación:
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A. Pérdida del señoreaje
El señoreaje es la diferencia que existe entre el costo intrínseco del papel más su impresión como billete y el
poder adquisitivo del mismo.
Stanley Fisher, vicepresidente del Fondo Monetario Internacional, manifiesta que la pérdida del señoreaje se
debe medir como el flujo anual que se dejaría de recibir por utilizar el dólar como medio de pago. Esto sería el
costo del ingreso que dejaría de percibir el Banco Central porque la RMI normalmente está colocada en
instrumentos financieros que reciben una tasa de interés. Para el caso ecuatoriano, con una reserva productiva
aproximada de 800 millones, el señoreaje podría llegar a 35 millones de dólares por año o un 0,23% del PIB.
B. Proceso de transformación
También deben considerarse los costos de transformación de las cuentas bancarias, las cajas registradoras o de
los sistemas contables. Se puede también pensar como un costo el tiempo que lleva a la población el aprender
a utilizar el dólar en lugar de la moneda nacional. También existen costos intangibles en la percepción de los
ciudadanos que al dolarizarse formalmente la economía se pierde uno de los símbolos nacionales. Sin
embargo, se podría asegurar que el mundo camina hacia la utilización de pocas monedas, básicamente el euro
en Europa y su área de influencia, el dólar en las Américas, y el yen y el mismo dólar en el Extremo Oriente.
C. Aval de parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos
Es necesario conversar con el Congreso de los Estados Unidos y con la Reserva Federal de ese país a fin de
obtener los apoyos suficientes en el proceso de dolarización. La credibilidad de esta reforma monetaria se
cimentaría de mejor manera si se tiene el apoyo del país emisor de la moneda que se constituye en unidad de
cuenta, medio de pago y depósito de reserva al interior de la nación.
D. Problemática de shocks externos
La experiencia latinoamericana en torno al manejo del tipo de cambio es distinta en relación a lo previsto por
la teoría. Así por ejemplo, en primer lugar, las tasas de interés después de una devaluación o flotación se han
situado en niveles más altos a las existentes antes del ajuste; en segundo lugar, la inflación se ha
incrementado; y, en tercer lugar, ha existido una fuerte contracción en la actividad económica.
Según la teoría convencional, cuando los shocks son externos o reales internos (como un desastre ecológico o
un cambio climático), el régimen de flotación es preferible porque permite el ajuste de los precios relativos de
la moneda.
Pero la evidencia empírica para los países iberoamericanos desmiente esta proposición teórica, pues, mientras
más variables son los términos de intercambio mayor es la posibilidad de que un país adopte un sistema de
cambio fijo.
Las tasas de cambio flexibles no permitirían una mejor política monetaria estabilizadora, sino que habrían
sido, más bien, contrarias a ello, ya que, los regímenes flotantes han terminado en tasas reales de interés más
altas, sistemas financieros más frágiles y mayor sensibilidad de las tasas de interés domésticas a los
movimientos de las tasas internacionales. Un tipo de cambio flexible magnifica el impacto para los ahorristas,
quienes en vez de utilizar sus ahorros para los tiempos difíciles (caída de los precios del petróleo que afecta de
manera importante al PIB del Ecuador), se ven doblemente castigados, al constatar que sus ahorros se reducen
en términos reales.
De esta manera, el tipo de cambio flexible no funcionaría como estabilizador macroeconómico ante shocks
reales, como sugiere la teoría.
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Un elemento adicional y de vital importancia para la definición de un sistema cambiario debería ser el grado
de dolarización informal de la economía. Cuando la economía está muy dolarizada, una devaluación
cambiaria puede debilitar excesivamente al sector productivo y al sistema financiero.
Por lo tanto, las preferencias reveladas de América Latina serían las de permitir cambios muy pequeños en la
tasa de cambio, aún en períodos de grandes shocks tales como los de 1998.
En este contexto es fácil entender el interés en la dolarización formal, pues es una manera muy seria de
comprometerse a no devaluar y así evitar la pesadilla de las bancarrotas económicas. Es una forma de reducir
el desfase en las tasas de cambio causadas por la dolarización informal y la falta de mercados financieros a
largo plazo.
¿Por qué se dolariza América Latina?
La dolarización es técnicamente un hecho cumplido en la mayoría de los países de América Latina, aunque no
puede aún afirmarse que sea irreversible y, menos aún, que ésta sea la alternativa definitiva a la crisis
financiera en la región.
Lo primero es un dato evidente: en la actualidad el dólar tiene curso legal en Argentina, Bolivia, Chile,
Paraguay y Perú. Su uso se hizo habitual en México, Uruguay, Costa Rica y la mayoría de países de
Centroamérica y el Caribe, incluyendo a Cuba. La dolarización plena fue adoptada por Ecuador (1º de enero
de 2000), El Salvador (1º de enero del 2001) y Guatemala (mayo 2001). Los precios comerciales y los
contratos se pactan en dólares en todos los países excepto en Brasil, Colombia y Venezuela. Más importante
aún, los depósitos bancarios y los pasivos de los particulares y las empresas han sufrido un proceso acelerado
de cotización en dólares, a la vez que se han desnacionalizado los sistemas bancarios en todos los países.
Técnicamente, pues, las monedas nacionales de la mayoría de los países no cumplen plenamente las funciones
del dinero (medida de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor) y los sistemas financieros han sufrido un
proceso de transnacionalización.
Pero la suerte definitiva de la dolarización parece jugarse en la crisis actual de la Argentina. Para muchos
analistas, la única alternativa para recuperar la confianza ante el sistema financiero internacional estaba en la
dolarización. El argumento es sencillo: así Argentina logre éxitos parciales en la propuesta de reestructuración
de la deuda externa y en el plan de déficit cero, últimos márgenes de maniobra posible antes de caer en
default, los especuladores seguirián apostando contra el peso argentino mientras subsista el riesgo cambiario,
es decir la posibilidad de devaluar. Al contrario, la dolarización sería un camino irreversible que le cerraría el
paso a los especuladores.
Otras "virtudes" se le asignan a la dolarización en Argentina y en cualquiera otro de los países de la región. Al
perder el Estado (Banco Central) la facultad de emitir dinero, generar crédito y operar sobre la tasa de cambio,
simultáneamente se obliga a un comportamiento macroeconómico disciplinado y ortodoxo. Toda la pugna
política se traslada entonces a la asignación, por parte del Parlamento elegido, de los gastos dentro de un
presupuesto equilibrado por definición. La magia de tal ortodoxia permite evitar la inflación pues la oferta
monetaria crecerá sólo con base en las ganancias de competitividad nacional, esto es, con el crecimiento del
saldo favorable de las exportaciones frente a las importaciones. Luego sí vendrían las inversiones nacionales y
extranjeras y, como en los libros de texto, la riqueza se distribuiría según la productividad marginal de los
factores.
Una cosa muy distinta piensan otros analistas. De ser cierta tanta virtud, en el mundo no existirían 200 sino
tres o cuatro monedas (o eso es lo que ocurrirá de todas maneras, como dicen los primeros?). Precisemos. La
dolarización de América Latina y el Caribe es un proceso muy diferente a la adopción de una moneda común,
como en el caso de los 15 países de la Unión Europea. No se trata, en el caso latinoamericano, de una unión
monetaria óptima donde todos ceden parte de su soberanía para ganar soberanía comunitaria. Se trata sólo de
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la adopción unilateral de la moneda de otro país, EEUU, sin que el Tesoro y la Reserva Federal asuman
responsabilidad alguna por los costos y riesgos de su política económica y monetaria sobre los países
dolarizados
En segundo lugar, el problema de fondo en estos países es la carencia de sistemas financieros que permitan
inversiones de largo plazo, las denominadas inversiones de desarrollo. Esto es, no existen las instituciones
financieras que necesitan las naciones, sino las que resultan funcionales en el corto y mediano plazos a grupos
de poder restringidos. Frente a esta evidencia las opciones son: importar las instituciones financieras (hasta
llegar a la dolarización, pero antes pasando por la llamada profundización financiera y el endeudamiento
externo) o crearlas.
En esta óptica la dolarización es apenas una moda intelectual poco creativa, según Krugman, que no resuelve
los problemas de fondo. Por ejemplo Argentina puede salvarse temporalmente de los especuladores, pero
mientras no haya crecimiento económico no habrá equilibrio fiscal, y mientras no haya ganancias reales de
competitividad no habrá superávit comercial ni inversiones productivas que permitan financiar el pago de la
deuda externa. Por eso, aún con dolarizaciones regresarán los especuladores.
En una perspectiva más radical aún, la confianza y la estabilidad institucional se logran mediante un pacto
social, un contrato social que funcione. Los costos sociales del ajuste macroeconómico asociados a la
dolarización dificultan crear el clima de estabilidad que requiere la creación de instituciones financieras para
el desarrollo nacional. Por eso también la dolarización puede ser reversible. Porque el problema de fondo, el
desarrollo, sigue pendiente.
América Latina se dolariza porque los gobiernos creen que es la vía más corta para lograr el financiamiento
del desarrollo. Esa puede ser una falsa alternativa a la tarea insustituible de crear instituciones financieras que
funcionen. Hay otros factores que también actúan (la globalización y la deuda externa), pero no puede
confundirse el contexto con la naturaleza del problema.
Conclusión .
Doce países independientes utilizaron la moneda de otro país entre 1970 y 1998. Muchos son
ciudades−estados plenamente integrados a las economías de sus vecinos, como Mónaco, Lichtenstein y
Andorra. Los mayores países dolarizados del período fueron Liberia y Panamá. Sin embargo, sólo este último
sigue dolarizado; Liberia abandonó el sistema en los años ochenta.
El crecimiento del PBI per cápita de esos 12 países ha sido significativamente inferior al de países que
utilizan sus propias monedas. No existen pruebas de que las naciones que empleen la moneda de otros países
sean más prudentes, desde un punto de vista fiscal. Y en términos de desbalances en la cuenta corriente, su
comportamiento no ha diferido del de países que tienen sus monedas propias.
Pero los países que abandonaron sus monedas tienen una inflación significativamente menor. Los
partidarios de la dolarización señalan a Panamá, que tiene baja inflación, estabilidad macroeconómica y bajas
tasas de interés.
No obstante, Panamá se ha apoyado mucho en el FMI durante los últimos 35 años, con 17 programas del FMI
desde 1973 (el más reciente fue firmado a finales del 2000). La razón para estos programas ha sido la
incapacidad de Panamá de controlar sus finanzas públicas. Entre 1973 y 1998, el déficit fiscal promedió 4%
del PBI, y durante el período 1973−1987 un período de continuos programas del FMI sobrepasó el 7% del
PBI. En 1998, el déficit público era todavía del 3% del PBI; el FMI estimó que durante el 2000, el déficit
declinó a un más modesto 1% del PBI.
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¿Por qué el FMI ha tolerado las violaciones reiteradas Panamá? Consideraciones de economía política,
incluyendo el interés de EE.UU. en mantener la Zona del Canal libre de disturbios políticos, con toda
seguridad forman parte de la respuesta.
Contrariamente a lo que alegan los defensores de la dolarización, el costo de capital de Panamá no ha sido el
más bajo de América latina. El spread de los bonos panameños, ha sido sistemáticamente superior al de los
bonos soberanos de Chile de vencimiento similar. Sin embargo, Chile ha seguido una política diferente; su
tipo de cambio se ha vuelto más flexible. Así, la dolarización sola no reduce el riesgo−país
El análisis de las áreas monetarias óptimas de Robert Mundell es la óptica correcta para encarar el tema de
la dolarización. Mundell sostiene que existen buenas razones para pensar que países muy pequeños que
están sumamente integrados en términos de movilidad de factores y comercio se beneficiarían de tener una
moneda común. Los beneficios posiblemente podrían compensar los costos, incluida la pérdida del "señoraje"
Sin embargo, la dolarización no es apropiada para todos los países. Es probable que los países grandes que
enfrentan condiciones comerciales volátiles y no están profundamente integrados a grandes economías
incurran en costos netos, si se dolarizan. Y tendrían dificultades para absorber los shocks externos, mientras
los supuestos beneficios de bajos costos de capital, la disciplina fiscal y la estabilidad seguirían siendo
difíciles de encontrar.
Anexos.
. Países oficialmente dolarizados
País
Población
PIB ($ mil
milliones)
Andorra
73
12
Chipre Norte
180
14
Ciudad del Vaticano 1
0
Groenlandia
56
9
Guam
160
30
Isla de Pitcairn
42
0
Islas Cocos (Islas
Keeling)
600
0
Islas Cook
18.5
1
Islas Mariana del
Norte
Islas Marshall
48
5
61
1
Islas Norfolk
1.9
0
País
Población
PIB ($ mil
milliones)
Estado político
Moneda
Desde
franco francés/euro,
1278
peseta española/euro*
independiente de facto lira turca
1974
lira italiana/euro,
1929
independiente
moneda propria
antes de
región de Dinamarca
krone de Dinamarca
1800
con gobierno propio
territorio de los
dólar de los EE.UU. 1898
EE.UU.
dependiente de Gran dólares de Nueva
siglo XIX
Bretaña
Zelandia y los EE.UU.
territorio australiano
dólar australiano
1955
externo
territorio de Nueva
dólar de Nueva
Zelandia con gobierno
1995
Zelandia
propio
territorio asociado de
dólar de los EE.UU. 1944
los EE. UU.
independiente
dólar de los EE.UU. 1944
territorio externo de
antes de
dólar australiano
Australia
1900
independiente
Estado político
Moneda
Desde
8
Islas Turcas y
14
Caicos
Islas Vírgenes
18
Británicas
Islas Vírgenes de los
97
EE. UU.
1
colonia británica
dólar de los EE. UU.
1973
1
dependiente de Gran
Bretaña
dólar de los EE. UU.
1973
12
territorio de EE.UU.
dólar de los EE.UU.
1934
dólar australiano,
moneda propria
franco Suizo
dólar de los EE.UU.
franco francés/euro
dólar australiano
Kiribati
82
1
Independiente
Liechtenstein
Micronesia
Mónaco
Nauru
31
120
32
10
7
2
8
1
Niue
1.7
0
Palau
17
2
Panamá
2,7 mn
87
Puerto Rico
3,8 mn
330
Samoa Americana
60
2
independiente
independiente
independiente
independiente
territorio de Nueva
dólar de Nueva
Zelandia con gobierno
Zelandia
propio
independiente
dólar de los EE. UU.
dólar de los EE.UU.,
independiente
moneda el balboa
panameño
estado asociado de los
dólar de los EE. UU.
EE.UU.
territorio asociado de
dólar de los EE.UU.
los EE.UU.
lira
San Marino
26
1
indepndiente
1943
1921
1944
1865
1914
1901
1944
1904
1899
1899
1897
Italiana/euro, moneda
propia
Santa Helena
5.6
0
colonia británica
libra británico
1834
territorio de Nueva
dólar de Nueva
Tokelau
1.5
0
1926
Zelandia
Zelandia
dólar Australiano,
Tuvalu
11
0
independiente
1892
moneda propia
siglo
Estados Unidos
268 mn
8.1
independiente
dólar de los EE. UU.
XVII
Fuentes: Banco Mundial 1999; CIA 1998; FMI 1998; The Statesman's Year−Book.
Notas: Los itálicos indican países que usan el dólar de los Estados Unidos. La población y el producto interno
bruto (PIB) son de 1997 o el año más reciente disponible. Se incluyen los Estados Unidos para efectos de
comparación. *Emite el dinero de Andorra para coleccionistas.
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