Gutierrez-Podestá - Juan Moreira (guión teatral)

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Juan Moreira
Eduardo Gutiérrez - José J. Podestá
Noticia.
La importancia que generalmente se atribuye al drama Juan Moreira como
espectáculo inicial de una serie en que persisten sus características y
ambiente, induce al Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de
Filosofía y Letras a publicar la versión que el circo Podestá-Scotti estrenó en
Chivilcoy el 10 de abril de 1886.
Don José J. Podestá, creador del protagonista y autor de ese primer arreglo,
visitó el Instituto a pedido de su director, hizo donación del manuscrito y
autorizó su publicación; todo lo cual agradecemos al prestigioso actor
criollo.
Se trata de un cuaderno (21×18), de 26 hojas manuscritas ya en una, ya en
ambas páginas. Dice la tapa: Juan Moreira / 1886. Al leer hoy el presuroso
y rudimentario arreglo que emprendió a los 27 años de edad, el propio señor
Podestá nos manifestó su deseo de corregirlo; mas en presencia de las
sugestivas páginas que originan un movimiento de trascendencia discutida,
hemos insistido en reproducirlo con muy completa fidelidad, para que el
primitivo texto proporcione a la discusión un elemento que necesita y, en
todo caso, para que el entusiasmo y la voluntad tengan en su ingenua
factura testimonio que los acredite.
El Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez que La Patria Argentina publicó como
folletín desde el 28 de noviembre de 1879 hasta el 8 de enero de 1880, fue
casi enteramente escenificado por el propio autor al preparar el mimodrama
que se estrenó en 1884. Es más: los actores pensaban las palabras al mimar
la acción, por lo que don José Podestá debió aplicarse a fijar esas palabras
no pronunciadas ayudándose con el diálogo del folletín o dialogando las
narraciones de Gutiérrez. Naturalmente, la escenificación sacrificó
numerosos episodios de la novela -y no de los menos interesantes- a las
exigencias de su nueva índole y a la extensión del gran cuadro de la fiesta.
El mérito indiscutible del señor Podestá estriba en la realización del paso
que va de la pantomima al drama hablado y en el admirable realismo con
que vitalizó al personaje.
Sobre las circunstancias de su origen y estreno; sobre su repercusión y
crítica, las propias expresiones del autor contenidas en sus memorias y
extractadas al final de esta publicación, ilustran al lector con testimonio que
casi siempre impresiona como verdadero.
La numeración intertextual de las páginas originales, omisiones o
esclarecimientos, van entre paréntesis rectangulares, como es de práctica.
Carlos Vega.
Acto primero.
Cuadro 1°
[1] La escena representa [un juzgado] de paz, en campaña
ALCALDE.
Señor Sardetti, Vd. ha [sido llamado] porque dice Moreira que Vd. [le debe]
diez mil pesos.
SARDETTI.
Señor, eso es falso, yo no le debo ni un solo peso.
ALCALDE.
¿Y á qué viene entonces tanta mentira? ¿Porque vienes a cobrar un dinero
que no es tuyo?
MOREIRA.
Señor, yo cobro mi plata que he prestao, y la cobro por que la necesito; este
hombre quiere robarme si dice que no me debe, y yo entonces Señor Alcalde
vengo á pedir justicia.
ALCALDE.
La justicia que yo te he de dar es una barra de grillos, ladrón, que vienes a
contar bolazos.
MOREIRA.
Quiere decir que no me debes nada?
SARDETTI.
Nada.
MOREIRA.
Y Vd. no quiere hacer que me pague?
ALCALDE.
Es claro, puesto que nada te debe, y que tú has venido a jugar sucio.
MOREIRA.
Esta bueno Amigo, Vd. me ha negado la deuda para cuyo pago le di tantas
esperas, pero yo me la he de cobrar dándole una puñalada por cada mil
pesos; [2] Y Vd., Don Francisco, que me ha hechao al "medio de puro vicio,
guárdese de mi por que ha de ser mi perdición en esta vida, y de su justicia
tengo bastante.
ALCALDE.
(Dirijiéndose a los soldados). Haber préndanlon y metanlo al cepo por
desacato a la autoridad:
(En el cepo es castigado, despues ordena soltarlo diciendole).
ALCALDE.
Cuidadito con otra vez, por que lo voy a mandar á la frontera con una buena
barra de grillos.
MOREIRA.
Hasta la vista entonces, don Francisco. (Montan a caballo y se van).
Nota: Cuando el alcalde á castigado á Moreira saluda a Sardetti y este se vá.
[3] Segundo cuadro
Representa una pulpería de campaña donde están varios gauchos jugando a
los naipes y milonguiando
GAUCHO 1º
Cante don Mariano una milonga dejese de tanto estar acordinando.
(Los "cantores" cantan unos versos alusivos a Moreira
este nombre toma la palabra y dice).
[I]
y un gaucho al oir
GAUCHO 2º
Justamente hablando de Moreira, han visto paisanos lo que le ha pasado
con el Alcalde?
GAUCHO 3º
Es verdad paisano, pero ese es un buen criollo, que no ha de tardar mucho
en caer por este pago, por que se tiene que vengar de mas de cuatro
porquerias que le han hecho; haber pulpero eche una copa antes que lo
acueste de un talerazo.
(Entra Moreira).
GAUCHO 1º
(Dando la mano a Moreira). Dios lo guarde Amigo Moreira.
OTRO GAUCHO
Que vientos lo traen por aqui Amigo
MOREIRA.
Tal vez la desgracia, paisano.
OTRO GAUCHO
Como va amigo Moreira. Aquí estabamos comentando lo que le habia pasao
con el Alcalde y, juepucha, sera cierto lo que se dice que a un hombre como
Vd. lo aigan puesto en el cepo de [4] Cabeza y que le haigan dau una
felpiada de mi flor.
MOREIRA.
Si, han creido que soy vaca que se ordeña sin manear, y asi va a ser la
cornada! me han aga[r]rao por gueno pero se me hace que esta vez no la han
de sacar por tarja.
Haber pulpero heche otra copa! Amigos yo pago la otra vuelta.
La paciencia se gasta, porque no es oro, y siento que la mia á ido a parar a
la loma del diablo - Anoche me ha hecho ser blanco el teniente Alcalde y me
ha metido en el cepo, pero hoy la vaca se ha vuelto toro y no hay que hacerle
al dolor.
Todos Vds. paisanos saben que yo presté a este hombre diez mil pesos, pues
he tenido que demandarlo por que no habia podido conseguir que me
pagara, y saben lo que me ha contestado?
Pues ha dicho que yo mentía y que no me debia un medio.
SARDETTI.
He verdá amigo Moreira, yo he negao la deuda porque nun tenía plata y si lo
confesaba me iban a vender el negocio, má, yo sé que le debo he algun dia le
he de pagar.
[5] MOREIRA.
Me han puesto en el cepo de cabeza como á un ladrón, me han golpéau
cuando me han visto indefenso, y por ultimo me han largao con el calor de
la marca diciéndome que me habían de mandar a la frontera.
GAUCHO 1º
Es verdad Moreira, tenes razon, pero por un perro de esta clase no merece la
pena que un hombre de bien se pierda haciendo una hombrada: Amas vos
tenes un hijo y este va á sufrir las consecuencias de lo que vos hagas. Y si
no lo haces por mi hacelo por esa prenda de tu cariño, y vamonos, tomando
la copa del estribo.
MOREIRA.
Yo no me voy paisano, sin haber cumplido mi palabra y sin termina[r] lo que
voy á hacer, y no tomo la copa del estribo, por que no quiero que mañana
digan que lo que yo he hecho lo hice divertido, porque no tuve entrañas pa
hacerlo fresco.
GAUCHO 1º
No paisano vos no tenes que hacer eso, acordate que tenes familia.
MOREIRA.
Dejame hermano. Yo tengo que salir con las mias.
Haber, concluyamos que es tarde, Amigo Sardetti, vengo á que me pague los
diez mil pesos o a cumplir mi palabra empeñada.
[6] SARDETTI.
Yo no tengo plata, amigo Moreira, espérese unos días más y le juro por Dios
que le he de pagar hasta el último peso.
MOREIRA.
No espero más, vengan los diez mil pesos o te abro diez bocas en el cuerpo
pa que por ellas puedas contar que Juan Moreira cumple lo que promete,
aunque lo lleve el diablo.
(Saca la daga).
O pagas en el acto, o te abro como á un peludo.
SARDETTI.
No tengo plata...
GAUCHO 1º
No te pierdas, hermano, el hombre no vale la pena y vas a tener que huir del
pago.
MOREIRA.
(Aparta al paisano, y se dirige a Sardetti para matarlo, pero se detiene). ¿Que
haces que no te defiendes? ¿quieres que te degüelle como á un peludo?
SARDETTI.
No tengo armas, y aun que las tuviera esto será siempre un asecinato.
GAUCHO 1º
Deja hermano.
(Sardetti recoje la daga que Moreira le tira y este le dice).
MOREIRA.
Asi te queria ver maula.
(Pelean hasta que Sardetti lo hiere en el pecho entonces Moreira dice)
MOREIRA.
Ahora ya no te tengo asco.
[7] (Atropella a Sardetti y lo mata).
MOREIRA.
Ahora, que se cumpla mi destino.
GAUCHO 3º
Han visto paisanos lo que le ha pasao al pulpero por embrollon?
Cuadro 3°
Representa la casa de Moreira
VICENTA.
Tata, yo estoy impaciente por Juan. Desde que lo han golpeao en el cepo él
esta muy diferente y yo tengo miedo por su ausencia.
TATA VIEJO.
No te aflijas hija si no ha de tardar en volver; Amas debes de comprender
que esas cosas no se hacen con un hombre de su tiemple, tanto se baraja el
naipe que al fin se gasta, y mi Juan va á hacer uno de estos dias una
hombrada que los va á dejar a tuitos fritos.
VICENTA.
Vaya Vd. a buscarlo, tata, vaya á buscarlo porque se me ha puesto que
Juan ha ido a matar á don Francisco, que asi se ha puesto a perseguirlo.
VIEJO.
No hay quien haga esa gauchada, pa matar a Juan tendrán que juntarse
dos partidas por lo menos.
VICENTA.
Dios quiera vuelva pronto.
(Se oye el relincho de un caballo).
VIEJO.
Alli viene.
(Vicenta va en su busca y entran juntos).
VICENTA.
Adonde has estao Juan que tardaste tanto tiempo en volver.
MOREIRA.
Me entretuve con los amigos, ¿por que? ¿estabas con temor por mi
ausencia?
VICENTA.
Si Juan.
MOREIRA.
Andá Vicenta á cebar unos mates.
VICENTA.
(Se va).
(Tomando las manos del viejo).
MOREIRA.
Me he desgraci[a]o, tata viejo, he muerto a un hombre.
VIEJO.
Y lo has muerto en guena Lay.
MOREIRA.
Mire tata. (enseña una erida que tiene en el pecho).
VIEJO.
¿Y? ¿Que piensas hacer ahora, Juan?
MOREIRA.
Me voy del pago, tata viejo, por unos dias, mientras pasa el alboroto.
He matao solo a Sardetti porque no [9] encontré en su casa a don Francisco,
pero no por mucho madrugar amanece más temprano; ya le llegará su
turno.
Ahora es preciso, tata viejo, que Vd. me cuide a Vicenta y a Juancito, que
son prendas suyas también. Sabe Dios cuando pegaré yo la guelta y no es
justo que ellos pasen trabajos por mi.
Yo me voy, y á eso de la madrugada y antes de rumbiar el camino hablaré
con mi compadre Giménez, y lo enterare de lo que ha pasao y si yo tardo
pierdan cuidado por mi.
VICENTA.
(Entrando). ¿Y que? ¿ya te vas?
MOREIRA.
Sí Vicenta tengo que hacer, pero pronto vuelvo, voy a lo de mi compadre,
perdé cuidao por mi, adios.
VICENTA.
Adiós.
(Moreira se despide del viejo, besa al hijo que está en la cuna y se retira).
(Entran don Francisco con dos soldados; golpean. Vicenta va ha abrir).
[9 vta.] VICENTA.
¿Que se le ofrecía señor?
ALCALDE.
Señora, venimos en busca de Moreira?
VICENTA.
Señor Moreira no está.
ALCALDE.
Mire, señora, dígame donde está Moreira, porque si no Vd. va ir presa.
VICENTA.
Pero señor si nosotros no sabemos nadita ¿nadita?
[II]
ALCALDE.
Está bueno? (Dirigiéndose al viejo).
Diga viejo, y Vd. no sabe donde está Moreira.
VIEJO.
Yo no se nada señor.
ALCALDE.
Esta bueno, no quieren decir, haber (a los soldados) registren a ese hombre
si tiene armas.
SOLDADOS.
No tiene nada señor.
ALCALDE.
Bueno, Vds. carguen con el viejo y Vd. señora va á marchar conmigo.
VICENTA.
No a mi tata no... Socorro.
Cuadro 4°
Representa el campo. (Entra Moreira y baja del caballo y dice)
[10] MOREIRA.
Aquí es el sitio ande tengo que esperar al amigo Julián, al amigo que ha ido
a buscar noticias de mi familia y haber que ha pasado después de la muerte
de Sardetti:
Ha! esa muerte es el principio de mi obra y don Francisco es el fin con quien
tengo que estrellarme, ya le llegara su turno. ¿Y mi hijo? ¿Qué será de mi
hijo y de Vicenta?
Tata viejo ya esta achacoso y son capaces de matarlo en el cepo pa que
confiese donde estoy.
¡Ah! Don Francisco, no tiene suficiente vida pa pagarme el mal que me ha
hecho!
A cada Santo le llega su dia.
(Se oye el relincho de un caballo).
MOREIRA.
Por fin llega el amigo Julián.
Eche pié a tierra paisano y baya desembuchando.
JULIAN.
Coraje, Amigo Moreira, todo no sale al paladar y pa que algunas cosas
salgan bien es preciso que a otras se las lleve el diablo: Aunque de esta
hecha puede que se vuelva con las maletas vacidas.
[10 vta.] MOREIRA.
Largue todo el rollo, amigo Julián. Largue todo el rollo, que aqui hay
suficientes entrañas pa recibir las noticias que Vd. me traiga, no le haga
asco a la relación por dura que ella sea.
JULIAN.
Vamos por partes, amigo, que quiero tomar las cosas desde su principio pa
que mi cuento salga bien.
Cuando yo cay por su pago, no se hablaba de otra cosa que del hecho de
Vd., paisano, y de que la partida había salido a perseguirlo con órden de
matarlo en donde quiera que lo encontrara, y decir que se había resistido.
MOREIRA.
Eso de matarme será si pueden y costándoles algún trabajo, siga nomás
amigo.
JULIAN.
Su compadre Giménez ha hecho todo lo posible pa sacar a Vicenta, pero no
la han querido soltar, pues dicen que estando ella presa, Vd. á de volver a
caer por el pago, y pa ese caso, el Alcalde Don Francisco se ha instalao [11]
en su rancho con dos soldados de la partida y allí estan de puro mate y
coperío.
MOREIRA.
No me han de esperar mucho tiempo.
JULIAN.
¿Que va a hacer amigo?
MOREIRA.
Voy a dar el guelto a don Francisco y ya que está en mi [casa] no quiero que
espere mucho.
JULIAN.
Lo que es yo no lo dejo ir solo.
MOREIRA.
No amigo, esta partida la tengo que hacer solo! compriende.
JULIAN.
Pero Amigo, Moreira, si los amigos no son pa la ocación, no sirven ni pa taco
de jusil.
Además yo quería decirle algo que no le comunique hasta ahora. Los
hombres de su [alma/tiemple] Amigo Moreira no le hacen asco al dolor, es
preciso pues que Vd. sepa una cosa amarga: que canejo! gota mas, gota
menos, el veneno viene á hacer el mesmo y el amargo no se aumenta!
Una de mis primeras dilijencias fue ir á vicitar a la Vicenta, con quien me
costó mucho hablar porque en el jusgao sabian [11 vta.] que yo podía ser un
mensajero suyo, sospecha que fuí bastante ladino pa disipar.
Después de conversar un rato con ella sobre los últimos sucesos le dije que
no llorara, que todo se había de arreglar por que Vd. tiene muchos Amigos pero Vicenta siguió llorando y me dijo estas palabras que sonaron en mi
oido como una puñalada.
Digale a mi Juan que no tenga cuidado por mi y que no vaya a ir a casa
porque lo van a matar, como han muerto a mi padre diciendo que había
pegao una rodada.
Que huya lejos porque don Francisco lo persigue por que es mi marido y no
ha de parar hasta que lo mande a la frontera; que esto me lo dijo él mismo
anoche que vino a ponerme por condición, de que lo dejaría en paz si yo me
iba a vivir con él a un puesto que tiene en Navarro.
[12] MOREIRA.
Ahora ni el mesmo diablo es capas de salvarlo de la punta de mi daga.
[JULIAN.]
[Anotación marginal] Tenga cuidao amigo mire que esa gente le lleva más de
la I/2 arroba.
[MOREIRA.]
[Anotación marginal] No li ace amigo alla veremos a quien me lo ayuda Dios.
Gueno amigo Julián, hasta la guelta ya oiran mis mentas.
JULIAN.
Adiós amigo:
Lo que es yo no lo dejo ir solo, Moreira va caliente y es capas de hacerse
matar al ñudo, pa eso son los amigos, que canejo! y al fin y al cabo uno no
tiene el cuero pa negocio. Moreira va bien montao en su pingo pero yo con el
mio que es como ñudo de la pata no me va a llevar mucha ventaja, y pronto
lo voy a alcanzar pa darle una manito si se ofrese.
Cuadro 5°
Representa el cuarto de Moreira donde estan don Francisco, 2 vecinos y dos
soldados
D. FRANCISCO
Pues si, amigo, en cuanto Moreira caiga en mis manos no va a contar el
cuento.
UN VECINO
Pero señor, el amigo Moreira, era un buen criollo, y lo que él ha hecho, lo
huviera hecho Vd. mismo don Francisco [12 vta.] y cuando un hombre como
él se halla en la mala es preciso darle algún alivio, que demasiao tiene con
andar huido del pago.
D. FRANCISCO
No, lo he de perseguir hasta encontrarlo, y cuando lo encuentre lo he de
matar como a un perro, pero antes de matarlo lo he de hacer sufrir
alzándome con su mujer, que me ha robado, por que yo me iba á casar con
ella, y ya que no ha querido ser mi mujer, será mi gaucha.
(Moreira da un punta pié a la puerta, y entrando todos se paran).
MOREIRA.
Quien va a matar de esta hecha y a matar como matan los hombres, soy yo,
Don Francisco, que lo vengo a pelear, pa tener el gusto de levantarlo en la
punta de mi daga, como quien mata a un perro.
(Don Francisco saca el revolver y le tira un tiro).
MOREIRA.
Así matan Vds. de lejos y sin riesgo.
(Don Francisco le tira otro tiro y dice a los soldados).
[13] D. FRANCISCO
¿Que hacen ustedes que no matan a ese hombre?
< dice). retrocediendo Francisco Don y desarma lo Moreira que hasta elean
F>
D. FRANCISCO
Socorro en nombre de la justicia.
MOREIRA.
No se asuste tan fiero Don Francisco, no lo he desarmao pa matarlo, sino pa
decirle dos palabras que precisaba escuchar Vd. antes de morir.
Vd. me ha perseguido sin motivo, reduciéndome a la condición en que me
veo, Vd. me ha golpeado en el cepo, porque no era capaz de golpearme frente
a frente, y no contento con esto, Vd. á pretendido matarme pa hacer suya a
mi mujer á quien no puede servir ni [13 vta.] de taco.
Yo lo voy, pues, á matar a Vd. no porque le tenga miedo, sino por evitar en
mi ausencia á Vicenta, el asco de oirle una nueva proposición
desvergonzada:
(Le tira la espada y le dice):
Ahora defiéndase porque va deveras.
(Pelean y Moreira lo hiere).
D. FRANCISCO
Socorro, que me han asesinado.
MOREIRA.
Mientes trompeta, te he muerto en guena ley, y ahi quedan los testigos.
(Moreira se retira, y al hacerlo se encuentra con Julián que le tiende la mano y
asombrado le dice).
JULIAN.
Tiene mas entrañas que un toro, Amigo Moreira -es lástima que Vd. esté mal
con la justicia porque nos vamos a quedar sin partidas.
(Se retiran - Baja el telón).
FIN DEL PRIMER ACTO.
[14] Acto segundo.
Escena 1ª
Representa un campo, un cicutal espeso. Noche de luna.
(Aparesen cinco hombres, emponchados y se esconden en el cicutal;
enseguida un joven bien vestido atraviesa ese paraje pero a los pocos pasos
le salen al encuentro los cinco hombres, daga en mano; el joven saca su
revolver y hace ademán de detenerlos).
BANDIDO
Venimos a matarte, y es en vano toda resistencia porque ya tu hora ha
llegado.
(Marañon da vuelta para examinar el camino que tiene a su espalda, pero ve
venir hacia él un hombre y reconoce en él a J. Moreira con la daga en la
mano).
(El joven vacila: Moreira da un salto sobre él, lo toma por la cintura y lo tira al
suelo: enseguida pelea con los bandidos y a uno de ellos lo mata).
MOREIRA.
Rindanse a Juan Moreira, maulas.
(Los bandidos huyen y Moreira larga una gran carcajada, se acerca a
Marañon que ya se había levantado).
[14 vta.] MARAÑON.
¿Cómo ha venido aquí a tan buen tiempo?
(Tendiéndole la mano).
MOREIRA.
Supe que lo iban a asesinar esos maulas, (riendo siempre) y yo también me
escondí pa darle una manito y pa que la cosa no fuera tan despareja.
(Se acerc[a] al caido y al ver que estaba muerto dice a Marañon).
Ahora vamos que lo voy a acompañar hasta su casa, aunque esos maulas no
son hombres de volver y han de andar todavia disparando creyendo que yo
los persigo.
Escena 2ª
Mutación - La casa de Marañón - es de noche.
Marañón y Moreira
MARAÑON.
¿Qué móvil le ha guiado, amigo Moreira, que idea ha tenido al proceder de
esta manera tan noble?
MOREIRA.
Jui alli pa salvarlo primero porque yo lo quiero a Vd., después porque no
puedo tolerar que se junten de a cinco pa matar a uno.
[15] Como Vd. es un hombre de mucho prestijio en el partido sus enemigos
políticos han querido quitarlo de por medio, porque Vd. les hacía sombra, y
han pagao 15 mil pesos á esos bandidos pa que lo asesinaran pero hoy les
salio la torta un pan y en vez de Vd. ha quedao otro en su lugar.
[16] MARAÑON.
[¿]Y como ha sabido Vd. que á mi me iban a asesinar[?]
MOREIRA.
P[o]rque me lo dijo una persona a quien propusieron la cosa y que fué
bastante hombre pa echarlos al diablo por puercos y cobardes.
MARAÑON.
Yo agradezco lo que Vd. ha hecho, Amigo Moreira; y si alguna vez puedo
serle útil en alguna cosa, acuda á mí, porque desde este momento soy su
amigo.
MOREIRA.
No me agradezca nada, señor, lo que yo he hecho lo hubiera hecho
cualquiera; Yo lo quiero á Vd. porque necesito querer á alguno y Vd. se me
figura que es algo mio, que es mi hijo ó que es mi hermano.
Yo soy un hombre maldito que he nacido pa penar y pa andar huyendo de
los hombres que han sido mi perdición y he querido á Vd. porque siento que
al quererlo, puedo respirar con más franqueza, y esto es tan dulce para mi,
que si Vd. me mandase entregar á la partida, ahora mismo iba y me
presentaba.
[16 vta.] MARAÑON.
¿Y por que anda Vd. asi errante; retando á la justicia con sus actos que son
malos? ¿porque no trabaja Vd. como antes y deja esa mala vida?
MOREIRA.
(Muy triste).
Con las penas que yo tengo en el corazón habria pa llorar un año. Yo era
feliz al lao de mi mujer y de mi hijo y jamas hice á un hombre ninguna
maldad.
Pero yo habré nacido con algun sino fatal porque la suerte se me dio guelta
y de repente me vi perseguido al estremo de pelear pa defender mi cabeza;
Vd. ya sabe todo cuanto ha pasao patron.
MARAÑON.
(Golpeando el hombro de Moreira).
Si pero, por que no sale Vd. de la Provinc Helvetica, sans-serif"
COLOR="#000000" SIZE="2"> MOREIRA.
Yo no puedo irme de estos pagos, porque no pienso separarme [17] de mi
mujer ni de mi hijo, porque faltando yo; la justicia se ha de alzar con ellos
haciéndoles pagar mis yerros.
MARAÑON.
Yo les proporcionaré los medios de irse con Vd.; y entonces Vd. puede
quedarse allí para siempre viendo crecer a su hijo a su lado y amado por su
mujer.
MOREIRA.
Conosco que Vd. me habla al alma y veo que he puesto bien mi cariño en
Vd. pero por más que me halaga la propuesta yo no la puedo aceptar sin
saber antes que ha sido de aquellas dos prendas mias y si tengo que
vengarlas de alguno.
Los pobres tienen olor a dijuntos, y es preciso darles con el pié pa que no
apesten y sabe Dios lo que habrá sido de aquellos desgraciaos, cuyo único
delito en la vida ha sido ser mi mujer y ser mi hijo.
Quiera Dios que no les haiga sucedido nada, quiera Dios que no les haigan
hecho sufrir un minuto.
Yo no soy malo, Patron pero conozco [17 vta.] que si alguno les hubiera
tocao el pelo de la ropa, sería yo capaz de hacer una herejia que ni los
indios... Bueno, patron, ya lo he molestao bastante, será hasta la vista o
hasta que se presente la ocasión.
MARAÑON.
Adiós Moreira, piense en lo que he dicho, y lo acepte o no lo acepte ya sabe
que puede contar conmigo en cualquier aprieto que se vea.
MOREIRA.
Esta bueno, patron. Adios.
MARAÑON.
Gracias Moreira (le da la mano).
Hoy he nacido, le debo la vida á este hombre; a este hombre que ha nacido
para el bien, y que la fatalidad lo conduce por tan mal camino haciéndolo
rodar inevitablemente por un precipicio.
Escena 3ª
Mutación - Cuarto pobre
VICENTA. - GIMENEZ - MOREIRA. Y EL HIJO
(La escena representa un cuarto pobre, a la derecha una cama, a la izquierda
una mesa con una botella con un cabo de vela).
(Al subir el telón se oyen ladridos de perros. Gimenes se levanta de prisa se
viste apurado).
(Vicenta: despierta sobresaltada pero Gimenes le pone una mano en la boca
recomendándole [18] silencio y se dirige á la ventana en actitud de saltar al
otro lado en cuanto se abri[e]se la puerta).
(Al oir que la puerta se abre, Gimenes salta al otro lado de la ventana y hace
que desata el caballo).
(Se oye la voz de Moreira que dice).
MOREIRA.
Hay juna se me va, se me va mi venganza.
(Vicenta al oir esa voz da un grito desgarrador y dice).
VICENTA.
Animas benditas, es el alma de mi Juan que anda penando.
(Se abraza de su hijo poniéndose a rezar).
(Moreira entra daga en mano y la tira al suelo diciendo).
MOREIRA.
Por fin los maté a estos perros de porqueria que por defenderme de ellos no
pude vengarme de mi compadre Gimenes, del hombre que yo habia
depositado toda mi confianza en él y me viene a pagar con la ingratitud de
estar viviendo con mi mujer.
(Se pone a llorar).
(Vicenta al oir aquel llanto se baja de la cama y enciende un fosforo y al ver a
Moreira queda como petrificada del espanto.
(Moreira enciende un fósforo y enseguida la vela que está sobre la mesa).
[18 vta.] Mira a la cama, va corriendo y toma al hijo en los brazos y lo quiere
comer a besos. Enseguida lo lleva junto a la vela y lo contempla y lo vuelve a
besar).
(Juancito toma la mano del padre y dice).
JUANCITO.
Tatita por que no has venido en tanto tiempo pa hacerme pasear en mi
petizito
MOREIRA.
Es que no he podido Juancito he tenido mucho que hacer.
(Lleva al niño a la cama lo besa y mirando con lástima a Vicenta le dice).
MOREIRA.
Vicenta vení, acercate que yo no he venido á hacerte mal porque yo te
perdono todo lo que vos me has hecho a mi.
VICENTA.
¿Como sos vos, con que no has muerto? [¿]con que me han engañao [?]
(Se cubre la cara con las manos).
(Moreira va a buscar la daga que está en el suelo y al ver esto Vicenta, le
dice).
VICENTA.
Matame Juan mio.
MOREIRA.
No lo permita mi Dios (guardando la daga). Vos no tenés la culpa y nuestro
hijo te necesita por que yo no lo puedo llevar conmigo; ¿Quien cuidará de él
si yo manchase mi mano [19] Matándote? Adios Vicenta; ya no nos
volveremos a ver más porque ahora si voy a hacerme matar deveras puesto
que la tierra no guarda para mi mas que amargas penas...
Adios y cuida de Juancito.
(Se dirige a la cama, besa al niño lleva las manos a la cara y trata de
alejarse).
VICENTA.
No te vayas mi Juan, matame antes, (se prende del chiripa) Matame como a
un perro porque yo te he ofendido pero antes perdóname, yo no tube la
culpa, a mi me han engañao diciendome que vos habias muerto y si yo he
dado este paso, fue pa que nuestro hijo no se muriera de hambre.
Perdoname, y después moriré a gusto.
MOREIRA.
Jamas! ¿quien cuidara á ese? (señalando a Juancito que tiende los brazos).
Basta que me voy, Adios.
VICENTA.
No quiero que te vayas.
(Se prende mas fuerte del chiripá). Llamalo Juancito, no lo dejes ir.
(Moreira se desprende de su mujer, tira un beso al hijo y sale corriendo - Baja
Juancito).
JUANCITO.
Tatita... tatita... tatita. (Abraza a la madre).
[19 vta.] Escena 4ª
Un Juzgado de Paz
(Entra Moreira a caballo y golpea la puerta con el cabo del rebenque.- De
adentro contestan).
SOLDADO.
Quien canejo golpea como si esto juera fonda de bascos.
MOREIRA.
Es Juan Moreira que quiere morir en guena lay, que salga la partida de una
vez y aproveche la bolada.
SOLDADO.
Mas Juan Moreira es el peludo que tenes, larguese de aqui so zonzo, antes
que le ruempa el alma a palos.
MOREIRA.
Que salga la partida - que salga de una vez o le priendo juego al jusgao.
SOLDADO.
Amigo, guelba mañana porque el jues está en su casa y nos á dejao órden de
no abrir la puerta a naides.
MOREIRA.
Vaya a la maula, su flojo de porra, en la primera ocación les he de sacar a
los azotes.
Así son estas Maulas, cuando son pocos no salen ni a palos, y cuando son
muchos disparan como mulitas.
(Despues de pasado un momento sale el soldado con un f[u]sil y enseguida se
entra asustado).
[20] Escena 5ª
Representa una pulpería de campaña.
Representa una pulperia de campaña - van entrando gauchos a caballos en
carro y de á pié - guitarreros acordionistas - se juega a la taba , se cancha, se
ceba mate - se hacen tortas fritas - se baila bailes nacionales, después entra
Moreira - todos lo rodean y le preguntan por su vida.
MOREIRA.
Mi vida es andar vagando porque ya no encuentro un sitio donde descansar
a [g]usto.
Mi vida es pelear siempre con las partidas y matar el mayor número de
justicias que pueda porque de la justicia he recibido todo el mal en esta vida
y por ella me veo acosado como una fiera ande quiera que me dirijo; que le
hemos de hacer al dolor, es preciso matar las penas paisano y el que me
quiera acompañar yo pago esta guelta - Haber, pulpero, eche que yo pago.
TODO[S].
Viva Moreira.
(Entra un gaucho y al ver a Moreira se asombra y le dice).
PAISANO.
¿Como, amigo Moreira y Vd. anda por estos pagos[?]
MOREIRA.
[¿]Porqué Paisano?
PAISANO.
Porque esta mañana la partida de plaza ha salido en su busca, con órden de
recorrer todo el partido y matarlo donde quiera que lo halláran, pudiendo
alegar despues que se habia resistido á la autoridad, como siempre, a mano
armada.
MOREIRA.
Pues se irán como han venido, y soy capaz de pelearlos a surdazos y con el
rebenque!
PAISANO.
Mire amigo que la partida viene esta vez mandada sigun me dicen por un tal
Don Goyo, un Sargento de linea muy betelano, que dicen que es un mozo
malo, capaz de llevarlo a Vd. atao de los pieses y de las manos pa que la
autoridad lo ajusile.
MOREIRA.
No le haga caso amigo, no hay partida capaz de prenderme porque la suerte
pelea conmigo; pulpero eche una copa pa este [21] mozo que esta julepiao.
PAISANO.
Un bremut con brite.
TODOS.
Bien por Moreira! (Se baila un gato; a la mitad del baile el negro Agapito
dice).
AGAPITO.
Muy bien amigo, Moreira; dejeme un barato con esa guena moza.
MOREIRA.
Cuando no habias de ser vos, gueno bení.
(Dirigiéndose a la mujer).
Bea prenda, la va a acompañar este mozo que baila mejor que yo; está un
poco quemao del sol pero eso no quiere decir que sea mal compañero.
(Bailan; al concluir todos piden que cante Moreira, éste toma la guitarra y
canta una décima, al concluir entra el paisano que hablo primero y muy
ajitado le dice).
[21 vta.] PAISANO.
Amigo Moreira, procure disparar porque ahi viene una partida de 400
soldaos por lo menos.
MOREIRA.
Dejelos venir nomas.
No me hago a un lado de la guella, ni aun que vengan degollando; Este dia
tengo ganas de pelear pa que no se vaya sin verme ese veterano que las
viene echando de gueno, porque á la fija no me conoce.
(Monta a caballo).
(Entran el Sargento Navarro y algunos militares a Caballo).
NAVARRO.
(Dirijiéndose a Moreira). ¿Es Vd. Juan Moreira?
MOREIRA.
¿Que dice, Don? ese tal soy yo pa lo que guste mandar.
NAVARRO.
Pues, Amigo dispense, pero traigo órden del Juez de Paz de prenderlo y con
su permiso, (echa mano a las riendas del caballo de Moreira). Sigame.
[22] MOREIRA.
Vamos por partes, Amigo, yo no soy mancarron patrio pa que me hagan
parar á mano, ni soy candil pa que asi no más me priendan.
NAVARRO.
Es inutil hacer resistencia, me han mandao que lo prienda, y tengo que
cumplir la órden sin remedio; con que dese preso.
MOREIRA.
Y que facilidad canejo! ni mi tata que juera pa hablar asi. (Saca los
trabucos).
NAVARRO.
A él (Saca el sable). cuidao de no matarlo, que he de llevar vivo a esta maula.
(Moreira hace fuego; cae un soldado).
NAVARRO.
Que no se vaya. (Carga sobre Moreira y este lo hiere en el brazo y cambia el
sable á la mano izquierda).
MOREIRA.
Ah! hijo del pais! Asi me gusta un tirano.
(Le arranca el sable de la mano y el Sargento cae al suelo).
[22 vta.] (Moreira pide un catre al pulpero y a los paisanos les dice que lo
ayuden a levantar a aquel hombre. Despues que esta en el catre, lo revisa le
ata la frente con un pañuelo le da caña en la boca y después le dice).
MOREIRA.
Que tal amigo cómo se halla.
NAVARRO.
Gracias, paisano, Vd. es un hombre a carta cabal y ya no estraño todas las
hazañas que de Vd. me habian contao.
MOREIRA.
Bueno, Sargento, yo me voy pero antes es preciso que tomemos una copa,
pues tal vez no volveremos á vernos. Yo no tengo el cuero pa negocio y
alguna vez ha de ser la buena.
NAVARRO.
No habiéndolo prendido yo, lo que es a usted no lo priende naides, a no ser
que lo agarren dormido ó á traicion.
MOREIRA.
Dios le oiga Amigo; y que se mejore son mis deseos.
(Montando a caballo Despues de haber pagado todo el gasto al pulpero).
MOREIRA.
Paisanos, hoy la fiesta no ha estao buena porque han venido a estorbarnos.
[23] Será otra vez.
Pulpero, ya sabe cuide bien a ese hombre pa que cuente el cuento.
Adios paisanos.
TODOS.
Adios, Moreira.
PULPERO.
(a Navarro) Puede darse por bien servido Amigo, que este bandido no lo
haiga degollao pues tiene más agallas que un dorao y no se para en una
puñalada más ó menos.
NAVARRO.
El que diga que ese hombre es un bandido, es un puerco, á quien le voy a
sacar los ojos á azotes.
PULPERO.
Esta bien Amigo.
(Todos se retiran).
Escena 6ª
Una casa de baile - Se ven varios gauchos bailando, entran Moreira y
Julián; toman sus compañeras. Moreira se retira a dormir y lo mismo
Julián. Entra la policia buscando a Moreira todos se retiran.
Mutación.
Un patio, un pozo a un lado, al fondo una pared de cerco - a la izquierda
cuartos donde están Moreira y Julián.
Entra la policia y forman frente.
Apéndice.
Refiere en sus memorias el señor José J. Podestá [IV] , que cuando empezó a
trabajar en el circo [allá por los años 1873-1875] se representaba ya en el
picadero algunos sainetes con final obligado de vegigazos y palos. Piezas del
repertorio circense eran El modo de pagar sus deudas, María Cota, El negro
boletero, El maestro de escuela. Y pantomimas a base de Pierrot o de
argumento melodramático como Los Brigantes de la Calabria, Los Bandidos
de Sierra Morena, Los dos Sargentos y Garibaldi en Aspromonte. Partícipe en
ellas, Podestá era un mimo experimentado cuando fue invitado a
desempeñar el papel principal en la pantomima "Juan Moreira". Dice el
autor:
La pantomima "Juan Moreira"
Gutiérrez después de un momento de meditación contestó:
-No, no puede ser. Para representar Moreira se necesitaría un hombre que
fuera criollo, que supiera montar bien a caballo, que accionara, cantara,
bailara y tocara la guitarra, y sobre todo que supiera manejar bien un facón;
en fin, un "gaucho"; y en esta compañía de extranjeros no hay ninguno que
posea esas cualidades tan necesarias para representar al héroe.
Cattaneo, competente hombre de teatro, no tardó en contestarle en el acto:
-Yo sé dónde está ese hombre; trabaja en el "Humberto Primo"; es el payaso
"Pepino 88", José J. Podestá.
Gutiérrez, que ya me conocía, accedió y se comprometió a arreglar la
pantomima con la condición de que los Carlo me contrataran, y así fue. Los
Carlo, que no reparaban en gastos cuando deseaban dar una nota
novedosa, me contrataron lo mismo que a mi familia y así unidos se reforzó
el elenco, y pudo a los pocos días representarse "Moreira", con aperos,
trajes, guitarreros, cantores, bailarines... todo un mundo de cosas extrañas
en un circo de aquellos tiempos.
La obra se componía de varios cuadros.
Todo se expresaba con mímica, acompañada de música apropiada; sólo el
Gato con relaciones y el Estilo que cantaba Moreira en la fiesta campestre,
interrumpían el mutismo de los actores.
Por primera vez la concurrencia oía cantar un Estilo en una obra y el
entusiasmo se apoderó de ella, que no cesaba de aplaudir. Eduardo
Gutiérrez, que conocía el alma popular, aprovechó las décimas del poema
"Lázaro" de su hermano Ricardo, cuyas estrofas encuadraban perfectamente
dentro de la idiosincrasia y el fatalismo del protagonista:
El hondo pesar que siento
y ya el alma me desgarra,
solloza en esta guitarra
y está llorando en mi acento:
como es mi propio tormento
fuente de mi inspiración,
cada pie de esta canción
lleva del alma un pedazo,
y en cada nota que enlazo
se me parte el corazón.
......................
El día del ensayo general a muchos de los artistas les parecía que la
pantomima iba a fracasar, al extremo que el mismo director de mímica,
señor Pratesi, me decía entre serio y broma:
-Pepe, ¡esta noche nos matan!
Yo me reía de las dudas de todos porque tenía fe en la obra y sobre todo en
la escena final.
Para el efecto combiné, sin decir nada a nadie, con un moreno peón de la
compañía, que cuando yo lo matara cayera atravesado en el puente que
dividía el escenario, con la cabeza y los brazos colgando y que no se
levantara hasta que yo se lo ordenara.
El moreno cumplió al pie de la letra lo convenido.
Terminada la obra y después de muchísimas llamadas a los artistas y al
autor, el moreno seguía muerto, lo que intrigó al público, que saltó al
picadero, se llegó hasta el escenario para ver si efectivamente había
sucedido alguna desgracia, y cuando creí oportuno di la voz de ¡ahora! y el
muerto se levantó, alzó los brazos y soltó una carcajada estridente que se
remató con un gran aplauso, mientras Gutiérrez, su señora esposa y
muchos amigos me abrazaban y felicitaban por mi trabajo y por la sorpresa
del moreno, que sin ser artista había coadyuvado al éxito general.
Así terminó aquella memorable noche de Juan Moreira, sin sospechar
siquiera que con el correr del tiempo iba a ser el primer jalón sobre cuya
base se levantaría nuestro Teatro.
La pantomima se representó trece veces seguidas y si no se continuó por
más tiempo fue porque los hermanos Carlo debían embarcarse para Río de
Janeiro, cumpliendo un contrato firmado con anterioridad.
Cuando se resolvió representar la pantomima Juan Moreira , en la que se
tenía muy poca fe, faltaban pocos días para terminar en el Politeama
Argentino su contrato los Hermanos Carlo, mayor motivo para que hubiera
menos interés en el decorado, sastrería y atrezos, pues casi todo fue
alquilado y prestado. Moreira lucía botas, espuelas, calzoncillo cribado,
chiripá negro, poncho, rebenque, cinto con botones-monedas, barba, peluca,
vincha, camisa blanca y facón de madera pintada. Así se representó sin
calcular que el protagonista en sus aventuras y correrías no siempre iría en
mangas de camisa y arremangado, como tampoco se pensó que peleando
con el facón de madera podía romperse y dejarlo desarmado, haciéndole
hacer un mal papel, como sucedió en la primera función, que casi al
terminar la lucha final se partió el facón."
Refiere Podestá su viaje a Río de Janeiro con la compañía de los Hermanos
Carlo y sus éxitos e impresiones en aquella ciudad, y luego su regreso y la
formación de la sociedad Podestá-Scotti en La Plata. Después de un año de
actuación en la capital bonaerense, la compañía salió a la provincia:
"En marzo del 86 llegamos a Arrecifes; plantamos nuestro Pabellón
Argentino frente a la iglesia, en el corralón del hotel de don León Beaupuy.
Empezamos a funcionar con circo lleno noche a noche.
El repertorio de primera y segunda parte era extenso y en cada espectáculo
se cambiaban algunos números. En cambio el de pantomimas y sainetes era
reducido, lo que nos empezó a preocupar, pues, económicamente nuestro
negocio consistía en permanecer todo el mayor tiempo posible en cada
localidad; de ese modo ganábamos viajes y días en armar y desarmar el
pabellón. Nuestro representante era Egesipo Legris, uno de los tantos
emigrados del Uruguay, por opiniones políticas. Notable jinete y gracioso
narrador de anécdotas militares.
Por él, toda la compañía estaba al tanto de los innumerables hechos de
armas desde Artigas a Flores, desde Flores a Timoteo Aparicio; como
también de la Tricolor con todas sus peripecias. Tenía una memoria
privilegiada.
En las noches en que por mal tiempo no se podía trabajar, nos reuníamos
en medio del picadero del circo y alrededor del fogón, el compadre Legris o
"capitán Legris", como lo llamábamos, entre mate y mate y fumando
cigarrillos de tabaco negro, nos contaba sus aventuras revolucionarias, y su
vida de matrero, entre miles de heroicidades de los viejos caudillos
orientales. Nos resultaba un verdadero artista narrando esos episodios.
Me he desviado un instante haciendo un paréntesis para presentar al
hombre que, sin sospechar siquiera su alcance, tuvo la feliz idea, en aquel
momento, de aconsejar la representación de la pantomima Juan Moreira que
dos años antes habíamos representado con los Hermanos Carlo en el
Politeama Argentino de Buenos Aires.
-Compadre -me dijo-. ¿Por qué no hacemos Juan Moreira que sería un éxito
seguro?
-Ya lo había pensado compadre -le contesté-, pero desistí porque nos falta
todo lo necesario para representarla.
-Si usted se anima a ponerla en escena enseguida, yo me comprometo a
conseguir todo lo que haga falta.
En vista de tanta seguridad de éxito nos reunimos los Podestá-Scotti para
deliberar si era posible o no la representación aludida.
Después de aprobada la idea se procedió al reparto de roles, tocándole al
compadre Legris, el de sargento Navarro, aunque estaba en su elemento, no
le gustaba mucho que Moreira tuviera que plancharle el lomo y desarmarlo.
Otra vez "Moreira" mudo.
A los pocos días, el 16 de Enero, con motivo de mi beneficio, pusimos en
escena Juan Moreira.
El circo resultó pequeño para tanta gente; el éxito fue clamoroso. Al
entusiasmo general se unía el nuestro por contar con una pantomima más
en el repertorio."
Transcribe el autor nota en la que la Municipalidad de Arrecifes le comunica
la adscripción al espectáculo de su "beneficio" (con diez pesos) y prosigue:
"Al día siguiente, [del beneficio] por la mañana, como de costumbre, fui al
circo para presenciar los ensayos de los diferentes animales que poseíamos.
Don León Beaupuy, de nacionalidad francesa, con muchos años de
residencia en el país, tenía gran afición por las cosas del circo, ese día
madrugó, cuando yo llegué él ya estaba cómodamente sentado viendo la
forma o secreto de que se valen los amaestradores para enseñar a las
bestias.
En cuanto me vio se puso de pie y se dirigió hacia mí para felicitarme por el
gran éxito de la función de la noche anterior.
Al preguntarle qué le había parecido "Moreira", me dijo:
-Yo he visto muchas pantomimas en Francia, entiendo algo la expresión de
la mímica, y sin embargo anoche me he quedado en ayunas en algunos de
los pasajes de la obra; y si esto me pasa a mí, que he visto tanto, ¿qué no les
sucederá a los más negados que yo?
-Observe, amigo León, que junto con la mímica se produce el hecho que la
hace comprensible.
-Convenido, pero no siempre. Por ejemplo: ¿qué dice el soldado del alcalde
después de haber ido a ver quién llamaba a la puerta de calle?
-Nada más claro -y haciendo la más expresiva mímica le fui indicando-: "Allí
está Moreira."
-¿Y por qué en vez de hacer mímica no dicen: "Señor, allí está Moreira que
quiere hablar con usted?" ¿No es más claro y más fácil?
¡En el acto comprendí todo el alcance de aquellas palabras! Pensé que la
tarea sería en verdad fácil, puesto que mientras se acciona los artistas
dialogan la mímica por lo bajo, para hacer más exacta la expresión muda.
Referí a los míos la indicación que me hiciera don León y todos se miraron
gratamente sorprendidos.
La idea había caído en terreno fértil. El cambio era un poco brusco, pero, no
imposible. Había que resolver el problema de la transformación de la
pantomima en drama hablado, y se acordó que yo hiciera el arreglo, por
conocer a fondo el argumento de la obra.
La pantomima constaba de muchos cuadros, pero, al transformarlos en
drama hablado tuve que modificarla en la forma siguiente:
PRIMER ACTO
1er. cuadro. - La alcaldía - (en el picadero).
2.° cuadro. - Pulpería de Sardetti - (escenario).
3.° cuadro. - Casa de Moreira - (escenario).
4.° cuadro. - Entrevista de Moreira y Julián - (picadero).
5.° cuadro. - Casa de Moreira - (escenario).
SEGUNDO ACTO
1er. cuadro. - Moreira salva a Marañón - (escenario).
2.° cuadro. - Habitación de Marañón - (escenario).
(Estos dos cuadros se suprimieron después por innecesarios).
3.° cuadro. - Casa del compadre Giménez - (escenario).
4.° cuadro. - Juzgado de Paz - (picadero).
5.° cuadro. - Pulpería "La Paloma" - (picadero).
6.° cuadro. - Casa de baile - (escenario).
(Mutación - Patio con tapial al fondo).
7.° cuadro. - Muerte de Moreira (con tapial al fondo).
"Moreira" habla.
"De arrecifes nos trasladamos a Chivilcoy y el 10 de abril (fecha memorable),
estrenamos por primera vez el drama criollo hablado Juan Moreira.
El público, acostumbrado a ver pantomima a base de vegigazos, y sainetes
con finales en que el garrote de paja resolvía todas las intrigas, se halló de
buenas a primeras con algo que no esperaba, y, de sorpresa en sorpresa,
pasó al más vivo interés y de éste al entusiasmo demostrado al final en una
gran ovación.
Al día siguiente se hablaba en todas partes del suceso de "Moreira" en el
circo Podestá-Scotti.
El compadre Legris no pudo gozar de este éxito por que pocos días antes se
había marchado al Uruguay, para incorporarse a los revolucionarios
orientales cuya empresa terminó con el desgraciado desastre del Quebracho.
El 21 de Abril la Sociedad Opera Italiana de Chivilcoy, nos nombró socios
honorarios con medalla de plata a Scotti y a mí.
Algunos escritores han "visto visiones" hablando de visiones y clarividencias
sobre el advenimiento del Teatro Nacional Rioplatense, que tengo el deber de
aclarar: - Beaupuy no vio en su indicación otro resultado que el de un
mayor éxito en una mejor comprensión.- Eduardo Gutiérrez tuvo aún menos
visión futura, pues a pesar del éxito obtenido en el Politeama Argentino con
su pantomima, se mostró indiferente cuando lo invité a que presenciara su
Juan Moreira arreglado por mí en drama hablado.
Si Gutiérrez hubiera tenido la visión de que "Moreira" iba a ser la base del
teatro nacional, se habría preocupado más de la obra, y, seguramente,
habría escrito algo de más valor para la escena, y tan evidente es esto, que
Gutiérrez, nunca presenció su "Moreira" hablado.
Nadie pensó en el alcance de la indicación de don León; ella nos demostró
que teníamos entre manos un diamante en bruto; había que pulirlo para
que brillara, y el tiempo se encargó de ello."
A Buenos Aires por primera vez con "Moreira".
"Las fiestas Mayas de ese año las pasamos en Mercedes. Allí fue donde
Alberto Ghiraldo me conoció representar a "Moreira". Más tarde él y otros
muchachos no pudieron sustraerse a la influencia del drama criollo;
imitándome en la voz y los modales representaban el drama recién revelado
en improvisadas farándulas.
En ese tiempo Pablo Raffetto había levantado un politeama cubierto de
chapas de fierro en Buenos Aires (calle Europa y Piedras). Como se
aproximaba el invierno, era necesario procurarse abrigo bajo techo seguro y
dejar la carpa para mejor estación, y al efecto, nos asociamos a Raffetto para
trabajar en el citado politeama.
Como era un barrio un poco apartado del centro, en aquel entonces, y a
pesar de haber gustado muchísimo "Moreira", su fama no pasó de la
parroquia San Telmo y la prensa poco o nada se ocupó de él.
Don Eduardo Gutiérrez dio la ingrata nota de demandar a Raffetto por la
interpretación indebida de "Juan Moreira."
Cuando Raffetto se presentó al Juzgado y habló con Gutiérrez, le explicó que
quienes representaban "Moreira" eran los Podestá y no él, y que según tenía
entendido, lo hacían porque el mismo Gutiérrez le había concedido
verbalmente autorización para hacer ese drama.
Gutiérrez que era un buen criollo, se acordó sin duda de su concesión y de
que yo lo había invitado para "Moreira" teatralizado, y dijo a Raffetto que
continuara trabajando tranquilo, que ese asunto ya estaba concluido."
Pasó la compañía a Rosario, a La Plata y a Córdoba. De nuevo en Rosario la
Municipalidad suspendió, y autorizó luego la representación de Juan
Moreira. "Temores oficiales, simulaciones literarias y escrúpulos sociales..." escribe el autor. Agrega más adelante que volvió a Buenos Aires, cuyo
público seguía ignorando a Juan Moreira. En La Plata Podestá recibió la
visita del actor español Valero:
"Yo y los míos trabajábamos en el Politeama "25 de Mayo". Una noche que
representábamos Juan Moreira Valero fue como espectador, y al terminar la
función, el celebrado artista pasó a mi humilde camarín para conocerme,
saludarme y decirme muy emocionado:
-Vuestra manera de representar es muy diferente a la de los otros teatros,
en el nuestro, por ejemplo, sólo las primeras figuras y algunas veces las
segundas, son las que hablan, accionan y se mueven; en el de ustedes todo
el mundo hace algo, sin estorbarse los unos a los otros. En la pulpería veo
gente en una mesa jugando a los naipes, en otras platicando; en el
mostrador unos que beben, más allá unos guitarreros musitando con sus
instrumentos; el pulpero atendiendo a todos y cada uno en su papel... hasta
los perros que trabajan son artistas, porque saben lo que tienen que
hacer!... Ustedes llevan la ficción hasta parecer verdad; en las peleas entra
el deseo de gritar ¡basta!... En fin, que para el que ve por primera vez un
espectáculo como éste, con sus rudeces, con su lenguaje, al que hay que
acostumbrar el oído, con su naturalismo y con el entusiasmo con que
vosotros lo hacéis, se da cuenta del porqué el público siente y se
entusiasma."
"Moreira" en Montevideo.
Un éxito inolvidable.
"Terminada esa temporada, volvimos a casa, a La Plata, hasta fines del 89,
que partimos para Montevideo en el vapor "Lavalleja" remolcado por el
célebre "Empereur".
En un local que se estaba concluyendo para una gran caballeriza, calle
Yaguarón entre San José y Soriano, hicimos un circo-teatro, allí realizamos
aquella memorable temporada de circo y drama ¡¡42 veces "Moreira"!!
¡¡¡Era lo único que teníamos!!!".
.........................................................
El pericón.
"Nunca olvidaré la primera representación de "Moreira", pues aparte de su
enorme éxito, como no se vio otro en Montevideo, tiene para mí el recuerdo
de haberme sido presentado, después del espectáculo, Elías Regules padre,
cuya oportuna y entusiasta intervención habría de cooperar al mejoramiento
de nuestra rudimentaria obra, inicial y precursora por muchos conceptos en
nuestro Teatro y en la difusión de nuestro folklore.
La primera observación del señor Regules, fue para que cambiáramos el
Gato por el Pericón, pues era esta danza más apropiada y de mayor efecto
para la fiesta campestre del drama; pero no lo conocíamos y él se
comprometió en el acto a darnos las lecciones necesarias. Fue cosa
instantánea: al otro día de mañana el señor Regules congregó en nuestro
local un grupo de guitarreros orientales conocedores de la música del
Pericón, y él personalmente nos dirigió, con tanta eficacia que esa misma
noche, sin aviso previo, lo bailamos ante el público con delirante suceso."
Recuerda Podestá con gratitud las actividades del doctor Elías Regules,
colaborador y consejero desinteresado y entusiasta, que hizo entonces un
arreglo escénico del Martín Fierro y produjo más tarde El entenao y Los
guachitos. Se refiere luego a la creación de personajes populares, como el
"gaucho pobre", el "borrachón serio", etc., dedica un capítulo a "Cocoliche" y
pasa a ocuparse de la crítica:
La crítica levanta bandera blanca.
"Poco después arrendamos el gran local donde hoy está el mercado Modelo,
Montevideo y Sarmiento.
Allí fue donde la crítica recién tomó en serio a "Moreira", que con su
creciente éxito desbarató sus vaticinios y venció sus ridículos escrúpulos.
Los diarios se ocuparon seriamente de nosotros y del vilipendiado héroe
popular de nuestro drama paisano inicial, "¡el bandido Moreira!"
Reproduzco un sugestivo artículo de "Sud América" del 11 de Noviembre de
ese año, proclamando el triunfo de nuestro primer drama en la sociedad
porteña, que conceptúo fue el toque de atención de aquel momento:
ORIGINALIDADES SOCIALES.
"Juan Moreira"
"Buenos Aires, Noviembre II de 1890.
Allá por la calle de Montevideo, en un sitio en que no hace mucho tiempo
era imposible oírse de vereda a vereda, por los rumores sordos de los
motores del aserradero de Ocampo, una inmensa lona circular y un arco de
gallardetes de todos colores, amén de unos avisos de redacción yankee,
anuncian la existencia de algo destinado a espectáculos teatrales.
Y lo es, en efecto; acercándose a los inmensos carteles se ve groseramente
litografiada la figura de un gaucho recostado en la cruz de su caballo,
debajo, en caracteres resaltantes, estas palabras: Juan Moreira, drama
criollo, etc., etc.
Al instante se sienten revivir las famosas hazañas del heroico gaucho
inmortalizado, más que por sus propios actos, por la pluma llena de colorido
del malogrado, hábil y fecundo pintor de nuestras costumbres nacionales,
Eduardo Gutiérrez.
Así, pues, ya por alterar con un espectáculo sensacional la fastidiosa
monotonía diaria, ya por simple curiosidad, ya por contemplar de una
manera real los episodios interesantes de esa vida de leyenda, que teniendo
por teatro las llanuras porteñas, representó Juan Moreira al impulso fatal de
un destino infortunado y al amparo exclusivo de un valor de sublime
heroicidad, ya debido a la espontánea y entusiasta propaganda de
excelentes patriotas, como el simpático inglés Balcarce, cuya propaganda es
más eficaz que el más llamativo de los reclame, puesto que lo anuncia de
vereda a vereda, es que este circo, sitio de reunión hasta ayer de una cierta
y determinada clase social, se ve hoy noche a noche invadido por lo más
distinguido que tiene Buenos Aires.
No se crea que exageramos; allí, en algo que según la empresa son palcos y
los cobra a precio de tal, cuyas divisiones son los propios respaldares de
viejas y sucias sillas de esterilla, se ven sentados, ya en atenta y emocionada
actitud, ya dueños de un excelente buen humor manifestado bajo la forma
de francas y expansivas carcajadas, a personas cuya vida social es un mito
y a las cuales sin embargo las hazañas casi fantásticas del héroe de Navarro
han tenido la virtud de sacar de su tranquilo alejamiento para confundirlos
en las bulliciosas alegrías de un circo donde la urbanidad, la corrección y el
orden son pura metafísica.
Ejemplo al caso: ¿Quién ha visto jamás en circo alguno al doctor Ignacio
Pirovano, el cirujano famoso? Sin embargo era él el que se encontraba el
sábado confundido entre la inmensa muchedumbre que aplaudía, reía y
gozaba en las diversas escenas de la vida del noble y valiente gaucho a quien
Adolfo Alsina le regaló la daga famosa que había más tarde de servirle en
sus heroicas aventuras pampeanas.
Al general Campos, el valiente jefe de las fuerzas revolucionarias de Julio,
¿se le ha visto alguna vez en reuniones de esta naturaleza? Sin embargo
también estaba allí y por cierto que ha compensado la seriedad obligada de
los últimos tiempos, con el derroche de su risa varonil, hecho allí ante los
dichos graciosos del napolitano del porongongó (pericón).
En fin, no acabaríamos si fuéramos a nombrar a todas las personas
espectables que van diariamente al circo, que ha tenido la rara virtud de
interesar con sus espectáculos a la sociedad masculina de Buenos Aires.
No diremos nada de juventud high-life porque ella está alegremente
representada noche a noche por el inglés Balcarce, Juancito Varela, Saturno
Unzué, Mackinlay, Catelin, Arriola, Ferro, Martín Echeverría, Ocampo,
Urquiza, Frías, Lynch, Acevedo, en fin, cuanto muchacho conocido y
distinguido, cuanta persona seria y espectable acude a rememorar las
hazañas del valiente gaucho.
Ahora bien, ¿qué significa esto? Juan Moreira plat du jour del Buenos Aires
high-life, del Buenos Aires de Otelo de Tamagno y del Nerone de Novelli,
significa patriotismo -¡ojalá!- o relajación del gusto artístico, o tendencia
plebeya del espíritu o simple y mera ocurrencia con ribetes de originalidad,
para ahogar con impresiones fuertes, con verdaderos sacudimientos de
imaginación, ese germen de monotonía social o intelectual cuyo desarrollo
es ya amenazante en nosotros.
Será simplemente el interés en sí de la obra, será lo que se quiera, el caso es
que algún atractivo ha de tener la dichosa representación cuando de tal
manera se ve cumplimentada.
Está, indudablemente, correctamente dada, sin que esto signifique que no
se pueda y se deba dar mejor.
Es sin duda un espectáculo alegre, de atractivos chocotones. Moreira no es
una especialidad sino por el contrario él representa con austeridad, sí, lo
característico de toda una raza donde el valor es innato, así es que sin
estimular en absoluto su representación, pues la influencia de estas cosas
es muy directa en las imaginaciones plebeyas, vale la pena de ir a ver la
representación de Juan Moreira que, por otra parte, y a pesar de las
exageraciones teatrales, no es sino un palidísimo reflejo de la vida
heroicamente aventurada de un noble gaucho argentino perseguido por la
fatalidad, y que ha llevado con sus hazañas el valor gauchesco a tal grado,
que más bien parecen creaciones romancescas que hechos reales de vida
palpitante.
La vida representada de Juan Moreira es hoy la admiración de la sociedad
más distinguida de la capital.
Ya pueden imaginarse las impresiones de algunos de esos high-life, no de
todos, que creen que el ser pobre es malo cuando sus ojos hayan visto en
vez de las vistosas decoraciones de la ópera, en vez de los lujosos sillones de
los aposentos de Otelo, una simple y vera cabeza de vaca sirviendo de
asiento a una modesta criolla de liso vestido de zaraza y a un gaucho
tendido boca abajo sobre su poncho.
Por que tal es [el] realismo de las escenas, que allí mismo se enciende el
fuego y se coloca un asador con su cordero; por allí, por delante de los
espectadores, husmeando la carne que se asa, pasean los perros que van a
los ranchos y a las pulperías criollas y que son lo que el agua para los patos,
indispensable.
Esto por lo que toca a la representación; en cuanto a los episodios que
surgen de ella y se desarrollan allí mismo, es mejor verlos que contarlos.
Juan Moreira está a la orden del día; en las calles, en los clubs, no se oye
sino esta frase: ¡Che! ¿has visto Juan Moreira? que es lo suficiente para que
se vea.
Damos a continuación los sitios y los nombres de los más entusiastas
propagandistas. Es bueno que la empresa los conozca.
Club del Progreso: Edmundo A. Mackinlay y Servando Ferro.
Bolsa: inglés Balcarce y Ramóm Arriola.
Criterion: Alberto Alcobendas y Carlos Dosse.
Confitería del Aguila: Ricardo Thwaites y César Vivot.
Con propagandistas como estos la vida de Juan Moreira tiene asegurada
desde ya la mar de admiradores.
Sud América".
"Y al interesarse la crítica, el público selecto, siempre dócil a esa cátedra, no
siempre sincera y fiel, no siempre generosa y desinteresada, invadió nuestro
modesto circo y aplaudió a nuestros humildes gauchos.
Todavía no contábamos con tranvías eléctricos, ni autos, ni llegaba la
instalación de luz eléctrica hasta allí.
Las aceras de las calles durante las funciones se veían ocupadas por dobles
hileras de carruajes, en una extensión de varias cuadras."
Los gauchos en el escenario de la Opera.
"El empresario César Ciacchi, italiano, fuerte contratista de óperas y por lo
tanto uno de los que juraban que los dramas gauchos eran una horrible
profanación en la escena del peor teatro, vio en "Moreira" un filón y nos
propuso el Politeama Argentino, entonces uno de los proverbiales escenarios
del "bel canto".
Como negocio, nos convenía más el circo, porque allí no teníamos que
dividir con nadie las ganancias, pero aspirábamos a ascender, y esta idea
nos dominaba; además hacía seis años que en ese mismo Politeama
habíamos representado la pantomima Juan Moreira, en la hora inicial de la
farándula criolla, y por inevitable sentimentalismo no podíamos disimular el
placer de exhibir en aquel escenario el resultado de nuestros progresos,
honrarlo a la par que él y su empresa, el formidable Ciacchi, nos honraba y
se avenían a ser "profanados".
El 20 de Diciembre debutamos en el Politeama.
Nuestro espectáculo se componía de números de acrobacia, canciones de
Pepino 88 y Juan Moreira con "La Rubia" cantora y el Pericón, este último
super-novedad que arrastraba al público como por encanto.
Noche a noche llenos completos. En esa oportunidad nos honró con su
presencia varias veces el doctor Pellegrini.
Juan Moreira constituyó la nota de 1891 en Buenos Aires.
Cincuenta funciones dimos en el Politeama, y entre ellas un beneficio a la
viuda e hijos de Eduardo Gutiérrez."
Sigue refiriendo el autor nuevos sucesos de la obra y sus consecuencias en
la producción teatral, pero está dicho en lo reproducido cuanto interesa
directamente a los primeros pasos del drama que publicamos. C.V.
Notas.
I. En el original se lee en esta nota: [Se reproducen al final de la obra].
Al final de la obra se lee lo siguiente:
I° (*)
Vamos al grano mi Amigo
Las pajas las lleva el viento
pues cantemos un momento
dejensen de barajar,
y formando la milonga
como buenos compañeros
y el que dispare primero
las copas á de pagar.
Y si hay en los presentes
quien se quiera aventurar
no se deje de largar
y aproveche la ocasión
y ahora que hay mucha gente
que no pierda la volada
y que cope la parada
si quiera por diversión.
2º
Yo mi amigo se la copo
y dispense si asi hablo
no le tengo miedo al diablo
cuanto más á un buen cantor
por que Vd. á de saber
de que yo naci cantando
ya que Vd. esta desafiando
aqui tiene a un payador.
Iº
[25] Eso mismo yo queria
pa poderme ansi floriar
pues que queria encontrar
un hombre que juera gueno
en contrapunto y milonga
que sepa filosojia
que cantando noche y dia
retumbara como un trueno.
2º
No me diga que soy trueno
porque yo no se tronar
si es que quiere chacotiar
yo le debo de advertir
que no sirvo pa la risa
conque asi cante parejo
llevese de mi consejo
que el que es zonzo hace sufrir.
Iº
Ya me dijo que soy zonzo
lo habia dicho sin querer
por eso yo lo perdono
pero cuídese otra ve[z]
no le vaya á suceder
lo que le pasó a Mateo
que por querer dar consejo
lo llaman el bicho feo.
2º [2º]
Ya me dijo que soy feo
pero creo mas feo Vd.
se parese a un atorrante
recostao a la paré
[26]y si quiere otro mas feo
le presento por primero
fijensen todos paisanos
en la cara del pulpero.
2º [?]
El pulpero anda muy triste
pues le va la cosa mal
si lo agarra Juan Moreira
la cola le va a pelar
y perdone ño Sardetti
por lo que he dicho recien
pues segun tengo entendido
Vd. no se porto bien.
(*) Estas décimas se hallan en el manuscrito al final del drama. Nota con
lápiz de mano distinta dice: "Esto se cantaba en el 2° cuadro."
II. [¿? por ¡!]
III. Esta exclamación se refiere al siguiente párrafo que en el original está
tachado:
"MOREIRA.: -Mire paisano, si quiere vaya y dígale que aquí los espero, y
verá lo que hago yo con todas esas maulas. No sirven ni pa la cachetada!"
IV. Jose J. Podestá, Medio siglo de Farándula. Memorias de... Río de la Plata
[Córdoba], 1930.
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