Fundación Museo de las Ferias NOTA DE PRENSA "Pieza del Mes

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Fundación Museo de las Ferias
NOTA DE PRENSA
"Pieza del Mes" de mayo de 2014
La Fundación Museo de las Ferias destaca como “Pieza del Mes” de mayo una
arqueta de arte namban, inédita hasta el momento, que ha sido cedida por sus
propietarios para su exposición temporal en el Museo hasta el próximo mes de
octubre.
Dicha arqueta de origen japonés corresponde al período Momoyama, vigente durante
el último cuarto del siglo XVI, y presenta los motivos decorativos vegetales habituales
en este tipo de obras orientales como camelias, hojas de arce, clemátides, girasoles,
campánulas y tréboles, según la técnica del lacado y dorado sobre madera en la que,
además, se incrustan pequeñas láminas de nácar.
De este modo, recordamos de nuevo el importante comercio de objetos suntuarios de
importación que hubo en las ferias históricas de Medina del Campo, en este caso a
través de esta delicada arqueta que originariamente fue concebida como contenedor
de reliquias.
Arqueta relicario namban
Anónimo japonés
Último cuarto del siglo XVI. Período Momoyama
Madera lacada y pintada, madreperla incrustada y plata / 15 x 22 x 13 cm
Colección particular (Rocaviva Eventos)
***
El ciclo expositivo “La Pieza del Mes” está patrocinada por la Diputación de Valladolid
Más información e imágenes en: www.museoferias.net/mayo2014.htm
Arqueta relicario namban
Anónimo japonés
Último cuarto del siglo XVI. Período Momoyama
Madera lacada y pintada, madreperla incrustada y plata / 15 x 22 x 13 cm
Colección particular (Rocaviva Eventos)
La Fundación Museo de las Ferias, presenta como “Pieza del Mes” de mayo esta
pequeña arqueta rectangular, inédita y nunca expuesta hasta ahora, que presenta su
tapa superior en medio cañón, reposando sobre los laterales en arcos de medio
punto. Los herrajes de la tapa, los clavos y la cerradura se han realizado con
posterioridad, en plata en su color, para refuerzo de la pieza tras una fractura.
Habitualmente este tipo de arquetas solían poseer una asa en la tapa con dos clavos
y cerradura, pero realizadas en cobre piqueteado. La cerradura es fiel en su forma a
los modelos originales. Su finalidad solía ser la de contener reliquias.
Pertenece al arte “namban” consistente en la aplicación de las técnicas artísticas
japonesas a objetos de uso occidentales y especialmente religiosos cristianos. Dentro
de la técnica general de laca japonesa denominada “urushi”, contiene otras
particularidades como “makie” o decoración dorada, con incrustaciones de nácar
“raden” y decoraciones a pincel doradas sobre el nácar al estilo “tsukegati”. Todas las
caras tienen una decoración abigarrada y profusa que se potencia con un marco que
alterna dientes de sierra con nácar y semicírculos radiales en “makie”.
Esta decoración se divide en franjas verticales, con separaciones de nácar,
resultando el frente, tapa y parte posterior en tres partes y dos en los costados. En las
caras frontal superior e izquierda aparecen camelias, en la franja central ramas y
hojas de arce, mientras que la cara derecha se decora con girasoles y mariposas. En
el costado derecho, se combinan en la primera parte hojas de aguinaldo y en la
segunda campánulas y trébol japonés. En el posterior, la división izquierda muestra
follaje de enredadera o “kuzu”, al centro hojas, flores y zarcillos de clemátide y en la
derecha aguinaldos. Su costado izquierdo se divide en hojas de parra a la izquierda y
camelias a la derecha.
Cronológicamente, esta decoración manifiesta una época anterior a 1600, porque a
partir de esa fecha el arte “namban” muestra motivos vegetales más grandes, vacíos
destacados y cartuchos compartimentados. En el Museo de las Ferias se exponen
otras dos piezas de este mismo estilo “namban”: una arqueta relicario y un atril.
La llegada de los occidentales y en concreto de los portugueses a Japón se produce
en 1542 y la época floreciente del comercio se vincula entre los años 1580 y 1590. A
partir de 1587 se inician las persecuciones contra los cristianos, ordenándose la
destrucción de todo elemento cristiano existente en el país, lo que incide
notablemente en el reducido número de ejemplares de estas características
conservados hasta la actualidad. El interés por estas piezas ha adquirido gran
relevancia, sobre todo a partir de la celebración durante el 2013 en España, del
cuarto centenario de la conocida como Embajada Keichó o visita del samurai Hsekura
Tsunenaga a la corte española.
José Manuel Casado Paramio
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