Disminuidos psíquicos

Anuncio
Legislación (Ed. De Disminuidos Psíquicos)
1. − El derecho y los Disminuidos Psíquicos.
La ordenación de la minusvalía pretende ofrecer unos principios generales, que se pueden deducir de nuestra
legislación, para proteger las situaciones individuales del minusválido; poner de manifiesto las previsiones de
las disposiciones vigentes que apuntan al tratamiento de este tipo de anomalía, que supone un problema, so
sólo individual, sino social y comunitario, y que requiere, para ser resuelto, una integración recíproca entre el
minusválido y la sociedad a la que pertenece, por medio del grupo social en el que vive el enfermo.
Donde primeramente se vive el problema es en la familia. Antes que el estado, la familia es un grupo social
que protege al subnormal.
Hay una gran afinidad entre el Derecho Público y el derecho de familia.
El primer deber de la legislación es proteger a los sujetos incapaces, pero reconociendo su protección dentro
del grupo familiar, sin aislarlos del mismo.
Otro valor a tomar en cuenta en este ordenamiento de la minusvalía, es el del propio individuo minusválido.
Sin eliminar la independencia de los componentes de la familia, hay que afirmar su independencia como ser
humano y en cuanto sea posible, su independencia económica para que pueda trabajar por y para sí mismo. La
familia es una realidad social de base, que no puede reducirse a relaciones aisladas e independientes de sus
miembros, pero tampoco puede llegar a ser un grupo totalitario: el minusválido como persona, como ser
humano, tiene unos derechos en ocasiones conexos y en otras independientes de la familia.
Por último, el organismo que se inquiere para proteger los intereses del incapacitado, es el Estado. Como
representante de la Comunidad Política, no deja en libertad a los familiares para cuidar los intereses de los
minusválidos; no se sitúa como un extraño en estas relaciones, sino que se pone al servicio del interés general,
e interviene en los actos privados, por medio de la llamada Administración del Derecho Privado, y que
consiste en que, dejando actuar a la libre iniciativa de los particulares, la autoridad del estado homologa las los
actos emitidos por éstos, fiscalizando no solo su legalidad, sino su oportunidad. Asó lo hace por medio de la
Jurisdicción Voluntaria encomendada a los jueces, que es una función administrativa desempeñada por los
órganos judiciales que tiene la finalidad de dar valor formal de autenticidad a ciertas relaciones jurídicas para
dotarlas de seguridad en beneficio, en este caso, de los intereses de los discapacitados. La autoridad judicial,
por medio de intervenciones en las relaciones entre los familiares cuidadores del incapacitado y éste mismo,
protege los derechos del incapacitado.
En otras ocasiones la autoridad judicial no se limita a fiscalizar o supervisar los datos de la familia, sino que
interviene supletoriamente, cuando aquella no lo hace. Pero en el ámbito que estamos describiendo, la
intervención estatal o administrativa no sale del derecho privado.
Mas cuando el minusválido se enfrenta, no al grupo familiar, sino a la colectividad de la que forma parte y es
uno de sus miembros. ; en las relaciones jurídicas entre el minusválido y terceras personas, la tutela del Estado
tiene en cuenta que el incapacitado, además de que actúa para sus propios fines, interfiere en los de la
sociedad, que también es titular de intereses propios que pueden ser contrapuestos a los del minusválido.
Entonces actúa por medio del Derecho Administrativo y del derecho social.
El estado llega a montar servicios públicos sociales para el auxilio a la minusvalía. Esta es la fase mas
avanzada de la protección de los derechos de este grupo social.
1
2. − Los disminuidos psíquicos en el derecho civil.
Los derechos del hombre derivan del Derecho Natural, y se desprenden de la condición del hombre como
criatura racional y como ser social.
Manifestaciones:
Esta capacidad tiene dos funciones o manifestaciones concretas: La capacidad Jurídica y la Capacidad de
Obrar.
La capacidad Jurídica es la aptitud para ser parte en las relaciones jurídicas.
La capacidad de obrar es la aptitud para realizar por uno mismo actos dentro de una relación, la de adquirir los
derechos por actos propios. Es un concepto mas restringido que el anterior, porque requiere voluntad o
capacidad volitiva.
Las diferencias entre capacidad jurídica y capacidad de obrar: Consisten en que la primera es una aptitud de
una nueva titularidad o potencial, que no puede faltar en ninguna persona, es una potencia o posibilidad de ser
titular de derechos y deberes participando en la vida jurídica, mientras que la capacidad de obrar es el
elemento activo y dinámico de la capacidad; la aptitud natural de la inteligencia y de la voluntad de ejercitar
por sí los actos propios de las relaciones de derecho.
Restricciones:
Así como la capacidad jurídica no es restringible, porque se concede o no por entero en la ley, la capacidad de
obrar depende de una serie de circunstancias que la hacen cambiante y graduable, y puede quedar reducida
respecto a la capacidad normal.
Art. 32: La personalidad civil se extingue por la muerte de la persona.
Art. 199: Nadie puede ser declarado incapaz sino por sentencia judicial en virtud de las causas establecidas
por la ley.
Art. 200: Son causas de incapacitación, las enfermedades o deficiencias de carácter físico o psíquico que
impidan gobernarse por sí mismo.
Art. 201: Los menores de edad podrán ser incapacitados cuando concurran en ellos, causa de incapacitación y
se prevea razonable que la misma persistirá después de la mayoría de edad.
Art. 202: Corresponde promover la declaración al congreso o descendientes y en defecto de éstos, a los
ascendentes o herederos del presunto incapaz.
Art. 203: El ministerio fiscal deberá promover la declaración si las personas mencionadas en el artículo
anterior no existen o no lo hubieran solicitado. A este fin las autoridades y funcionarios públicos que, por
razón de sus cargos conocieran la existencia de posibles causas de incapacidad en una persona, deberá ponerlo
en conocimiento del Ministerio Fiscal.
El juez, en los mismos casos, adoptará de oficio las medidas que estime necesarias, y pondrá el hecho en
conocimiento del Ministerio Fiscal, quien deberá solicitar del juez lo que procede dentro del plazo de quince
días.
Art. 204. Cualquier persona está facultada para poner en conocimiento del ministerio fiscal los hechos que
2
puedan ser determinantes de la incapacitación.
Art. 205: La incapacitación de los menores sólo podrá ser solicitada por quienes ejerzan la Patria Potestad o lo
intenten.
Art. 206: En los procesos de incapacitación, será necesaria siempre la intervención del Ministerio Fiscal
aunque no haya sido promotor de los mismos.
Art. 207: El juez oirá a los parientes más próximos del presunto incapaz, examinará a éste por sí mismo, oirá
el dictamen de un facultativo y sin prejuicio de las pruebas prácticas a instancia de parte, podrá decretar de
oficio lo que estime pertinente.
Art. 209: El juez, en cualquier estadio del procedimiento podrá, a instancia de parte o de oficio, adoptar las
medidas que estime necesarias para la adecuada protección del presunto incapacitado y de su patrimonio.
Art. 210: La sentencia que declare la incapacitación, determinará la extensión y los límites de ésta, así como el
régimen de tutela o guarda a que haya de quedar sometido el incapacitado.
Art. 211: El internamiento de un presunto incapaz requerirá la previa autorización judicial, salvo que por
razones de urgencia hiciesen necesaria la inmediata adopción de tal medida, de la que se dará cuenta cuanto
antes al Juez dentro del plazo de 24 horas.
El juez, tras examinar a la persona y oír el dictamen de un facultativo por él designado, concederá o denegará
la autorización, y pondrá los hechos en conocimiento del ministerio fiscal.
El juez de oficio, recabará información sobre la necesidad de proseguir el internamiento cuando lo crea
pertinente, y en todo caso, cada seis meses acordará lo procedente sobre la continuación o no del
internamiento.
Art. 212: La sentencia recaída en un procedimiento de incapacitación, no impedirá cambios sobrevenidas
nuevas circunstancias. Puede instarse judicialmente una nueva declaración que tenga por objeto dejar sin
efecto o modificar el alcance de incapacidad establecido.
Art. 213: Corresponde formular la petición para iniciar el proceder a las personas del art. 202, también a los
que ejerzan el cargo tutelar o tuvieran bajo su guarda al incapacitado, al ministerio fiscal, y al propio
incapacitado.
Art. 214: Las resoluciones judiciales sobre el incapacitado se anotarán o inscribirán en el registro civil sin
perjuicio de lo dispuesto en la Legislación Hipotecaria y reglamento mercantil.
El subnormal menor de edad:
Estará sujeto a la Patria Potestad de sus padres en el supuesto general de que éstos vivan.
El subnormal mayor de edad. Su capacidad negocial.
Es laro que al referirnos a este subnormal, hay que entender que se tratará de aquella persona que aún
padeciendo el déficit intelectivo corespondiente, no haya sido judicialmente declarada incapaz. O sea, será un
mayor de edad que aún con esa tara, el derecho instituído lo considera como normal, y por ende persona
capaz.
Responsabilidad contractual del subnormal.
3
Aunque el código civil no contenga un concepto expreso de responsabilidad, podemos decir que Es el
conjunto de consecuencias gravitatorias en última instancia en el soporte patrimonial de aquella persona que
por haber cometido un acto ilícito civil, ocasiona un perjuicio a otra, y a la que debe resarcir del menoscabo
inferido.
La capacidad para consentir que por virtud de ley no se le niega al subnormal, posibilita su aptitud para
contratar y, por tanto, los contratos por él celebrados y las consiguientes obligaciones asumidas, habrán de ser
cumplidas por él mismo. No obstante cabe intentar un esbozo en el que se procure atisbar algún rasgo
caracterizante cuando el sujeto infractor y responsable sea el mentado subnormal.
Art. 1101 del Código Civil. Determina el conjunto de causas a través de las cuales puede producirse el
incumplimiento del contrato.
Quedan sujetos a la indemnización de daños y perjuicios causados, los que en cumplimiento de sus
obligaciones incurrieron en DOLO, NEGLICENCIA o MOROSIDAD y los que en cualquier modo
contravienen en tenor de aquellas.
Art. 1102: La responsabilidad procedente del dolo es exigible en todas las obligaciones. La renuncia de la
acción para hacerla efectiva es nula.
Art. 1107: En caso de dolo, responderá el deudor de todas las consecuencias que se deriven de la falta de
cumplimiento de la obligación.
Art. 1104: La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que exija la
naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.
La presencia del déficit de la subnormalidad habra que equipararla con las ideas de negligencia o falta de
diligencia a que se contrae la conducta infractora por culpa e igualmente a la del deudor de buena fe. Y es
obvio que la creencia anímica que asiste al deudor subnormal que ha de cumplir su prestación, cuando en
realidad no lo hace exactamente, es muy diferente de la persona normal. Debe, por ello, en su caso probada la
enfermedad, compulsarse su incidencia en la forma de cumplir y, en todo supuesto, el tribunal acogerla en su
expresa atribución moderatoria en el art. 1103
Responsabilidad por mora.
La mora implica el retraso culpable en el cumplimiento de la obligación.
Contemplar a un subnormal en un incumplimiento por mora, conlleva a responder si le es imputable cualquier
tipo de retraso en su cumplimiento. De nuevo la enfermedad vuelve a matizar las hipótesis, porque no le es
exigible toda la diligencia debida, como si fuera normal.
La otra modalidad de responsabilidad civil se dá cuando el ilícito cometido por el subnormal proviene de
haber infringido una norma de general convivenvia que le imponía respetar la esfera jurídica de los demás
Particular valoración es la que hace el Art. 1902: el que por acción u omisión causa daño a otr, interviniendo
por culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado
La incapacidad.
Supone la ausencia en mayor o menor grado de algo ingénito en la persona humana situada dentro de su
marco jurídico−social. Es evidente que afecta en su estado civil en un sentido negativo.
4
Aquel acto judicial que al operar la modificación relativa o absoluta del jurídico de la persona, osea, su
personalidad, le somete a tutela o curatela
Legitimación activa.
Art. 202 CC: Corresponde promover la declaración al cónyuge o descendiente, y en defecto de éstos, a los
ascendentes o hermanos del presunto incapaz
Art. 205: La incapacitación de los menores prevista en el Art. 202 sólo podra ser solicitada por quienes
ejerzan la patria potestad o la tutela.
Art. 212: A pesar de la sentencia en un procedimiento de incapacitación, sobrevenidas nuevas circustancias,
puede instarse judicialmenta una nueva declaración para dejar sin efecto o modificar el alcance de la
incapacitación ya establecida.
La sentencia de incapacitación y el Código Civil.
Realmente lo que se garantiza con la inscripción de la sentencia es la publicidad de las resoluciones judiciales,
aspecto por otra parte muy interesante cuando el declareado incapaz tenga un patrimonio saneado, o sea
comercianre, en cuanto ello puede servir de garantía para los que con él contraten o pretendan contratar, a la
vez que una mayor seguridad de los intereses del incapaz. De esta manera, terceras personas no pueden alegar
ignorancia de tal condición.
El internamiento.
Para el internamiento de un presunto incapaz se requiere la previa autorización del juez salvo que por razones
de urgencia se hiciera necesaria la adoción de tal medida, de la que tendrá que darse cuenta al juez antes de 24
horas.
El juez examinará por sí mismo a la persona, oirá el dictamen de un facultativo por el designado y denegará o
concederá la autorización, poniendo los hechos en conocimiento del ministerio fiscal. De oficio o en cualquier
momento que lo crea pertinente, el juez podrá recabar información sobre la necesidad de proseguir el
internamiento, y en todo caso cada seis meses.
Clasificación de los tipos de internamiento
1. − Por razón de los sujetos que lo efectúan o interesa.
Voluntario: Es el que se produce a petición del propio sujeto.
Forzoso: A instancia de quienes ejerzan la patria potestad, de quienes ejerzan la tutela o curatela, o por el
ministerio fiscal.
2. − Por razón de quien lo autoriza:
Extrajudiciales
Judiciales: Los que exigen autorización judicial previa o aquellos en que dicha autorización pueda otorgarse a
posteriori.
3. − Por razón de la persona internada:
5
Atendida a su edad: Menores o mayores de edad.
Mayores de edad.
Atendida por incapacidad: presunta o declarada.
4. − Por el motivo que lo origina: Ordinario o urgente.
La patria potestad prorrogada.
Surge cuando el hijo menor de familia padece una enfermedad psíquica o física de tal naturaleza que permite
prever que se mantendrá despues de alcanzada la mayoría de edad, impidiéndole regir oportunamente su
persona y bienes.
La declaración de incapacidad ha de interesarse y obtenerse durante su minoridad, no afectando ello a la patria
potestad existente, que se mantendrá sin variación alguna hasta los 18 años.
Características de la PPP:
Constituye una modalidad de la patria potestad común.
Supone un conjunto de derechos y deberes y es una función establecida fundamentalmente en beneficio de los
hijos que, previamente incapacitados, hayan alcanzado la mayoría de edad.
Su aparición al mundo de las relaciones jurídico−familiares se opera sólo a partir de la mayoría de edad.
Su extención puede no ser igual a la de la patria potestad común. El contenido de esta ppp viene determinado
por la extención de los límites de la incapacidad y ésta a su vez debe fijarse en la sentencia. Es obvio que su
alcance sea el de la ppc o menor.
La ppp puede surgir lo mismo en los supuestos de filiación de naturaleza matrimonial o extramatrimonial,
como en el de adopción plena.
Requisitos para la eficacia de la ppp:
1. − Un menor sujeto a la patria potestad
2. − Que el referido menor adolezca de alguna enfermedad o deficiencia que haga presumir que no podrá
gobernarse llegada la mayoría de edad.
3. − Previsión de que dicha situación permanezca superada la mayoría de edad.
4. − Declaración de incapacidad.
5. − Subsistencia efectiva de la causa de la incapacitación.
La patria potestad rehabilitada
En estos casos se procede a una nueva investidura de la pp concluída, a los padres de quien, por haber
alcanzado legalmente la mayoría de edad es declarado incapaz como consecuencia de encontrarse en alguna
de las situaciones previstas en el artículo 22 del CC.
6
Requisitos:
1. − Existencia de un hijo mayor de edad que se encuentre en cualquiera de las situaciones previstas en el art.
200
2. − Que éste sea soltero
3. − Que él mismo viva con sus padres o con alguno de ellos.
4. − Que se haya declarado por sentencia la incapacidad de dicho hijo.
Art. 236.
La tutela se ejercerá por un sólo tutor salvo cuando:
Por concurrir circunstancias especiales en la persona del tutelado o de su patrimonio, convenga separar como
cargos distintos el de tutro de la persona y de los bienes, cada uno de los cuales actuará independientemente
en el ámbito de su competencia, si bien las decisiones que conciernen a ambos deberán tomarlas
conjuntamente.
Cuando la tutela corresponda al padre y a la madre, será ejercida conjuntamente de modo análogo a la patria
potestad.
Si se designa a alguna persona tutor de los hijos de su hermano y se considera conveniente que el ¿cónyuge?
Del tutor ejerza también la tutela.
Cuando el juez nombra tutores a las personas que los padres del tutelado hayan asignado en el juicio o
documento público notarial por ejercer la tutela del componente.
La tutela del subnormal.
La limitada capacidad de obrar del subnormal, es suplida mediante la patria potestad de la forma vista en el
apartado anterior. El padre guarda la persona y los bienes del subnormal.
Cuando no existe la patria potestad o esta no puede ser ejercida, es suplida mediante la tutela, que es la otra
situación civil en que se encuentra el subnormal ante el Derecho.
La tutela es el medio de defensa que establece la ley para cuidar a las personas que a causa de su incapacidad
de obrar no puedan hacerlo por sí mismas.
Por ello se suponen dos cosas: existencia de una situación de desamparo y calificación de la misma por el
derecho. A este hecho, determinante de la tutela, se refiere el art. 22 CC, al decir que están sujetos a tutela,
entre otros:
Los menores no emancipados que no estén bajo la patria potestad.
Los incapacitados por sentencia que no se encuentren en la situación de ppp o ppr prevista en el artículo 171,
ni que el discernimiento del incapacitado implique sólamente la curatela.
Los sujetos a la ppp al cesar ésta, salvo que proceda curatela.
El objeto de la tutela es básicamente el de la guardia y protección de la presona, que se traduce en las
7
siguientes actividades:
1. − Procurarle alimentos.
2. − Educarle y procurarle una formación integral.
3. − Promover la adquisición o recuperación de la capacidad del tutelado y su mejor inserción en la sociedad.
4. − Informar al juez anualmente sobre la situación del menor o incapacitado y rendirle cuenta anual de su
administración (art. 269)
Delación, llamamiento o designación del tutor.
Consiste en el efectivo llamamiento a determinadas personas para que se constituyan en organismo de
protección. Según el CC esto se produce de tres formas:
1. − En testamento o documento público notarial
2. − Por ley (Art. 234)
3. − Por el juez (Art. 235)
1. − Los padres pueden nombrarlo en testamento o documento público notarial. Pudiendo también establecer
órganos de fiscalización de la tutela, designando incluso, las personas que hayan de integrar esos órganos.
2. − Para el nombramiento del tutor se preferirá:
Al cónyuge que conviva con el menor o incapacitado.
A los padres
A la persona o personas designadas por éstos en declaración de últimas voluntades.
Al descendiente, ascendiente o hermano que designe el juez. Excepcionalmente, el juez, en resolución
motivada, puede alterar el orden del párrafo anterior, incluso prescindir de todas las personas nombradas si el
beneficio del menor o incapacitado asi lo exigiere.
3. − en defecto de las personas mencionadas en el artículo anterior, el juez designará tutor a quien, por sus
relaciones con el tutelado y en beneficio de éste, considere más idóneo.
La tutela de hecho.
Se dice quehay tutela de hecho, cuando una persona sin derecho al ejercicio de las funciones tutelares, las
realiza; es una especie de aplicación de la teoría de gestión de negocio a la tutela para proteger al menor o
incapacitado, pues de lo contrario habría un acto antijurídico. Los actos del tutor de hecho son nulos, salvo
que representen un beneficio o ventaja para el incapaz. Los terceros, si resultan oerjudicados no pueden repetir
contra el incapaz, sino contra el tutor de hecho.
La constitución de la tutela.
Están obligados a promover la constitución de la tutela desde que conocieron el hecho que da lugar a la
misma:
8
Los parientes llamados a la tutela.
La persona bajo cuya guarda se encuentre el menor o incapacitado.
Las personas responsables de establecimientos públicos donde estuvieren acogidos los menores.
Si no lo hicieran serían responsables solidarios de los daños y perjuicios causados.
Cualquier persona podrá poner en conocimiento del ministerio fiscal o de la autoridad judicial el hecho
determinante de la tutela.
Si el ministerio fiscal o el juez competente tuvieran conocimiento de que existe en l teritorio de su jurisdicción
alguna persona que deba ser sometida a tutela, pedirá el primero, y dispondrá el segundo, incluso de oficio, la
constitución de la tutela.
Cuando la autoridad judicial tenga conocimiento de la existencia de un guardador de hecho, podrá requerirle
para que informe la situación de la persona y los bienes del menor o del presunto incapacitado y de su
actuación en relación con los mismos, pudiendo establecer así mismo las medidas de control y vigilancia que
considere oportunas.
El guardador de hecho bajo cuya guarda se encuentre el menor o incapacitado, estaría, en ocasiones, obligado
no a promover la constitución de la tutela, sino de la curatela o incluso de la rehabilitación de la patria
potestad si se trata de alguno de los padres.
Concluyendo, las funciones tutelares constituyen un deber, se ejercen en beneficio del tutelado y estarán bajo
la salvaguarda de la autoridad judicial.
Excusas admisibles para aceptar el cargo de tutor
a.− por razón de edad
b.− Por razon de enfermedad
c.− Por ocupaciones profesionales o personales
d.− Por falta de vínculos de cualquier clase entre tutor y tutelado
e.− Por cualquier otra causa que haga excesivamente gravoso el ejercicio del cargo
f.− Las personas jurídicas podrán excusarse cuando carezcan de medios suficientes para el adecuado
desempeño de la tutela.
Consecuencia de la excusa
Mientras se resuelva acerca de la excusa, el que la haya propuesto, estará obligado a ejercer la función.
No haciéndolo así, el juez nombrará un defensor que le sustituya, quedando el sustituido responsable de todos
los gastos ocasionados por la excusa si esta fuese rechazada.
El tutor designado en testamento que se excuse de la tutela, al tiempo de la delación perderá lo que en
consideración al nombramiento, le hubiere dejado el testador. Admitida la excusa se procederá al
nombramiento de un nuevo tutor.
9
¿Quiénes pueden ser tutores?
Todas las personas que se encuentren en pleno ejercicio de sus derechos civiles y en quines no concurran
causas algunas de inhabilidad.
Podrán ser tutores todas las personas jurídicas que no tengan finalidad lucrativa y entre cuyos fines fig8uren la
protección de menores o incapacitados,
Si se tratase de un menor acogido en establecimiento público, la tutela podrá ser atribuída al dierctor del
establecimiento.
Extinción de la tutela
La tutela se extingue:
1. − Cuando el menor de edad cumple 18 años, a menos que con anterioridad hubiera sido judicialmente
incapaz.
2. − Por adopción del tutelado menor de edad.
3. − Por fallecimiento de la persona sometida a tutela.
4. − Por concesión al menor del beneficio de la mayor edad.
5. − Cuando habiéndose originado por privación o suspensión de la patria potestad, el titular de ésta la
recupere.
6. − Al dictarse la resolución judicial que ponga fin a la incapacitación en virtud de la cual se sustituye la
tutela por la curatela
El defensor judicial
Para la guarda y protección de la persona y bienes o sólamente de la persona o de los bienes de los menores o
incapacitados se ha constituído esta figura. Su carácter es mas bien subsidiario, se aplica en supuestos
específicos o de manera transitoria, cuando todavía no existe tutela o curatela. Se ejerce como un deber en
beneficio del menor incapacitado y bajo la salvaguardia de la autoridad judicial.
La curatela
Con esta institución se asegura a aquellas personas que no son plenamente capaces de obrar, la asistencia de
una persona capaz, el curador, para la realización de determinados actos.
Constituye también un deber el desempeño del cargo, sólo renunciable si concurre causa legal para ello.
Están sujetos a curatela:
Los enajenados cuyos padres fallecieron o quedaron incapacitados para el ejercicio de la asistencia prevenida
por la ley.
Los que obtuvieron el beneficio de la mayor edad.
Los declarados pródigos.
10
Objeto de la curatela:
Es la intervención del curador en los actos que los menores o pródigos no puedan realizar por sí sólos.
La curatela de incapacitaos tendrá por objeto la asistencia del curador para aquellos actos que expresamente
imponga la sentencia que la haya establecido.
Son aplicables a los curadores las normas de nombramiento, inhabilidad, excusa y remoción de los tutores.
Los actos jurídicos realizados sin la intervención del curador cuando esta sea preceptiva, serán anulables a
instancia del propio curador o de la persona sujeta a curatela.
Los disminuidos psíquicos en el derecho penal
El subnormal es una persona que necesita en unos casos la protección de la ley penal y que en otras ocasiones
puede ser sujeto activo del delito. Sin embargo, su problemática es desconocida en las leyes penales y las
soluciones han de inferirse de una interpretación de las normas penales, adecuada a nuestros días. El
subnormal no es un enfermo mental, sino que muestra deficiencias en su inteligencia y dificultades de
comprensión, porque se trata de una personalidad especial o muy compleja, que puede representar muy
variadas condiciones y todo ello se refleja así cuando se enfreta a la ley penal:
Ante la ley penal es:
un protegido contra las normas punitivas
un sujeto activo del delito
Un sujeto al procedimiento penal correspondiente donde hay que determinar sus particularidades.
Una personalidad a la que se aplican medidas de seguridad.
La protección penal de los deficientes mentales desde el punto de vista del derecho penal, no se halla
garantizada con los artículos del CP refernete a las faltas, o la de las agravantes y que la lucha contra la
marginación de los minusválidos no tendrá verdadero sentido ni eficacia, si las conductas más graves y
atentatorias contra los derechos del subnormal no son penados por la ley.
La deficiencia mental supone una limitación de las funciones intelectuales y volitivas del sujeto, que en su
relación con las demás personas, le colocan en situación de inferioridad. Han de ser las personas normales las
que se adapten al deficiente.
Si una persona normal, en los primeros años de su vida no se adapta a la sociedad, lo que va haciendo
gradualmente con la edad hasta llegar a ser un sujeto como los demás, el subnormal queda siempre atrasado y
su insuficiencia requiere ser atendida como un menor de edad durante toda la vida. Cuando las personas
encargadas de la guarda del subnormal no se esfuerzan en superar esa barrera de adaptación la situación puede
ser de tal clase que vaya tipificada en el CP.
El delito es una conducta que infringe el orden social, calificada como punible. La conducta antisocial es
tipificada por la ley sancionadora. Por ejemplo no podría emplearse fórmulas propias del derecho
administrativp y decir genéricamente que es delito todo ataque a la dignidad del subnormal; es preciso elegir
entre estos diferentes ataques o conductas antisociales, las que la ley considera más graves, para definirlas y
posteriormente sancionarlas: el delito es una antijuricidad tipificada.
11
La consecuencia del ataque a las personas subnormales, en cualquiera de los derechos de su personalidad, es
lo que se solicita sea sancionado con una pena poe el Código. La tipificación de conducta es, un acto
discrecional del legislador, que valora las conductas que deben ser elegidas para sancionarlas con una pena.
Hoy las conductas antisociales frente a los subnormales no están directamente tipificadas en el código. Sólo a
través de las faltas y agravantes, es decir, indirectamente se protege la persna del subnormal.
Lo que se solicita concretamente es, que deben ser recogidas como delito, las conductas que ataquen los
intereses jurídicamente protegibles en los sujetos de personalida disminuida.
El delito previsto en este artículo se perseguirá previa denuncia de la persona agraviada, o en su caso del
ministerio fiscal.
Los elementos del delito son: un abandono material, el alejarse, y otro moral, dejar de cumplir los deberes
legales de asistencia. Se trata de una ley en blanco, pues la asistencia no es sólo la de alimentos.
No basta el desamparo económico o incumplimiento de las obligaciones del código, sino que la causa de ello
ha de ser la conducta desordenada del culpable. Por conducta desordenada hay que entender toda manera de
vida que sea contraria a la moral.
Cuando deja de prestarse la asistencia más indispensable para el sustento, el delito sufre una agravación,
porque no sólo se desprecia la protección de los hijos, sino que se les pone en peligro de su vida. Se trata de
un delito permanente o de ejecución continuada.
El subnormal como sujeto activo de delito.
Una de las condiciones para exigir la responsabilidad pena es la imputabilidad. Se entiende por imputación un
juicio efectuado por el juzgador, en virtud del cual se reconoce que un hecho punible tiene por causa moral a
la persona que lo ha realizado, porque ha tenido conciencia de que al obrar así actuaba contra lo establecido en
la ley.
La imputabilidad penal se basa en la inteligencia y en la voluntad; cuando están abolidas no existe, y por ello
se entiende que la perturbación mental, que anula la inteligencia es causa de inimputabilidad.
El régimien penitenciario de los subnormales delincuentes, tampoco es especial, sino el común de los
delincuentes que padecen enfermedad mental.
Hay que distingir dos situaciones:
La de los enajenados exentos de responsabilidad criminal.
La de los presos o penados enfermos mentales.
Las garantías procesales del oligofrénico.
El inculpado, con indicios de enajenación mental requiere unas garantías.
La garantía consiste en demostrar que la inteligencia del mismo no funcionaba en un nivel normal en el
momento de cometer el delito, lo que se refleja en su total personalidad, que es la que se somete al proceso.
Los trastornos mentales pueden revestir una gran variedad, unas veces se presentan de forma inperceptible y
otras pueden ser muy aparatosos. De ahí la importancia y dificultad de esta prueba. Es preciso observar los
12
síntomas mentales del procesado, que componen no sólo los trastornos de la inteligencia, sino todos aquellos
que los revelen, como el lenguaje, la expresión, etc.
Cuando se llegue a precisar la existencia de una enfermedad mental se extingue la acción procesal por
incapacidad absoluta del procesado para ser sujeto al proceso.
Enajenación mental observada en la fase sumarial.
Si la demencia sobreviniera después de cometer el delito, concluso que sea el sumario se mandará archivar la
causa por el tribunal competente hasta que el procesado recobre la salud.
Enajenación mental observada en el juicio oral.
Si la locura sobreviniera una vez abierto el juicio oral, será de aplicación por analogía, la solución anterio sin
necesidad de terminar el juicio por sentencia.
Se pregunta si estas medidas son aplicables al subnormal. Literalmente la ley sólo contempla la situación del
enajenado y no la del deficiente mental.
Siendo la subnormalidad una zona muy amplia que tiene un límite fronterizo con la normalidad, esta tarea es
función del juzgador, y no del juez que instruye el sumario, de modo que así como el enajenado deja de ser
parte por la extinción de la acción penal, el subnormal sigue sometido al proceso, y será en la fase del juicio
oral donde se determinará su grado de imputabilidad. Sólo el enajenado se beneficia de las eximentes
contempladas en el art. 8 y no el subnormal.
Consiguientemente, la aación penal se extingue para el demente o enajenado pero no para quienes tengan la
capacidad mental disminuida. Se necesita que el tribunal se constituya para enjuiciar a un deficiente mental.
Según las carta de derechos de los insuficientes mentales, el subnormal, en el caso de que deba ser objeto de
una acción judicial, debe ser sometido a un proceso justo, en que se tenga en cuenta su grado de
responsabilidad, atendiendo a sus facultades mentales.
El deficiente mental, al llegar a la fase del juicio oral, llega con todas sus consecuencias. Sólo en el caso de
oligofrénicos profundos, en que se asimila la falta de voluntad a la demencia, puede aplicarse la eximente del
art. 8.
Lo único que cabe es que, dentro del juicio oral se demuestre la incapacidad natural del deficiente mental.
Según la ley de enjuiciamiento criminal, el ministerio fiscal y las partes manifestarán en sus escritos de
calificación las pruebas de que intenten valerse, presentando listas de peritos y testigos que hayan de declarar
a su instancia.
Puede valerse de todos los medios de prueba permitidos por la ley:
1. − Informe pericial médico legal, que se refiera a la personalidad del procesado y al grado de su oligofrenia,
que valorará el tribunal como eximente o como atenuante.
2. − La prueba testifical de las personas que, por razón de ciencia, es decir, por el trato con el inculpado,
pueden declarar sobre sus circunstancias personales.
3. − la prueba documental, constiuida por los escritos del inculpado o correspondencia mantenida con otras
personas que demuestre su estado y la prueba documental pública de la declaración de incapacidad civil del
13
procesado, que es también otra de las decisivas.
Todos los otros medios que sirvan al juzgador para convencerse de la subnormalidad.
Los disminuidos psíquicos y la ley de peligrosidad social.
La pena o reacción dolorosa para la persona o bienes del delincuente se contrapone a la actividad jurídica del
sujeto delictivo. Su última finalidad es el restablecimiento del orden jurídico infringido por el delito.
Pero al lado de la pena existen otros medios de defensa social encaminados a proteger a la sociedad contra
determinados individuos, e incluso a estos frente a sí mismos: son las medidas de seguridad que tienden a
procurar la adaptación del individuo a la comunidad, o a la eliminación de los incapaces de adaptación
(medidas de corrección)
Por eso mismo, pueden aplicarse a sujetos no imputables penalmente, y se diferencian de la pena en que no
tienen como fin imponer un sufrimiento al autor, sino evitar la peligrosidad de un inadaptado social. Por tanto
no se gradúan objetivamente según la importancia del hecho, sino con arreglo a la personalidad del sometido a
ellos, y no tienen un duración señalada de antemano, sino que son indeterminadas y dependen de su éxito al
ser aplicadas.
Según la ley de peligrosidad social y su reglamento, en la exposición de motivos, rreducar y reescatar al
hombre para la plena vida social sustituyendo el título de vagos y maleantes por el de peligrosidad social,
exigir un conocimiento más perfecto de la personalidad biopsíquico−patológica de peligrosos, estudiando sus
condiciones antropológicas, psíquicas y patológicas valoradas por el personal especializado para constituir un
derecho que no sea base en la objetividad del derecho penal, sino en las categorías subjetivas del peligroso,
reducir l internamiento en los establecimientos de custodia, expresar de forma simple y precisa los preceptos
procedimentales acentuando los principios de inmediación y contradicción judicial, crando tribunales
especiales y crear nuevos establecimientos especializados.
El art. 6 nº 12, impone para su cumplimiento las siguientes medidas:
A.− Internamiento en un establecimiento de previsión hasta que sea necesario.
No se previene la causa del abandono en que pueda encontrarse el subnormal.
La ley contempla un hecho objetivo con independencia de la responsabilidad que pueda corresponder a
terceras personas. Lo que se pretende es que el deficiente mental no se halle desamparad y pueda conseguir
una rehabilitación si ello es posible, dada la personalidad de este tipo de enfermo.
La ley busca que reciba un tratamiento adecuado, de manera que aunque se halle bajo la guarda de otras
personas, si no está atendido o las atenciones no son las necesarias para su estado, el legislador interviene
igualmente y declara al deficiente en estado peligroso.
B.−Sumisión a la vigilancia de los delegados.
El internamiento en un centro especializado, supone que se le puede obligar a seguir un tratamiento
terapéutico adecuado contra la opinión de los familiares del subnormal, cuando este sea declarado peligroso.
Hay que entender que la ley, en este sentido, una vez que se haya conseguido la rehabilitación, debe cesar el
internamiento y pasar a la segunda medida: la vigilancia del delegado.
Hay que distingir dos posibilidades:
14
que el internamiento se cumpla en los establecimientos dependientes de la Dirección General de Instituciones
Penitenciarias:
Según el atr. 35 del reglamento, los establecimientos de preservación donde hayan de ser acogidos los
deficientes mentales, habrán de cuidar que éstos se mantengan separados de los enfermos mentales.
El tratamiento habrá de acerse con arreglo a los reglamentos de régimen interno de los establecimientos.
La rehabilitación será la función de tales centros dentro de los medios existentes en ellos.
que el internamiento se cumpla en centros privados:
Si la medida es palicada, se entiende como sumisión a la vigilancia de un delegado especial. Este será
designado por el juez, que puede hacerlo dicreccionalmente, ya que la ley no le impone ningún criterio fijo.
El tratamiento en los establecimientos de preservación está determinado por su misión asistencial, y tiene un
caracter eminentemente curativo.
Siendo como es, imposible, la curación del deficiente mental, hasta que cese el estado de peligrosidad social,
la junta de tratamiento informará al juez o tribunal con la frecuencia que estos señalen, la evolución del
mismo.
Esta junta de tratamiento tiene como misión:
Investigar la personalidad de cada sujeto a internamiento y las visicitudes de su peligrosidad social.
Individualizar el tratamiento aplicable al interno, en todo lo que no ha de ser objeto de resolución judicial.
Proponer al juez las resoluciones oportunas en aquello que repercuta en la ejecución y la eficacia de la
medida.
Informar por iniciativa propia, o a solicitud judicial, sobre el cese o sustitución de la medida impuesta.
Proponer al juez la apertura de un juicio de revisión, cuando resulte procedente,
Emitir los informes que el juez solicite en relación con la evolución del tratamiento.
Ser oída, en el recurso de abuso que se tramite a instancia de cualquier interno.
Cualquier cometido que el juez o el director del establecimiento le encomiende.
Cuando la medida haya de cumplirse en establecimientos públicos o privados no dependientes del Ministerio
de Justicia, las funciones de esta junta serán asumidas por el delegado judicial, quién debera recabar
previamente el informe de los facultativos que intervengan directamente en el tratamiento del deficiente
mental.
La aplicación de las medidas de seguridad a los enfermos mentales y a los deficientes ha sido objeto de
críticas: la asimilación de estos enfermos, a los peligrosos contradice los derechos de la declaración sobe
insuficientes mentales adoptada como resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Además, se ha dicho que son un tipo de sujetos esencialmente distintos a los demas individuos de la ley de
peligrosidad social, que recae sobre predelincuentes que revelan una inclinación delictiva, y que su
15
rehabilitación es imposible con los medios que la ley señala, porque por definición, se entiende de individuos
que no pueden ser rehabilitados.
Los deficientes mentales, muestran un límite en su inteligencia, que les dificulta su adaptación al medio
circundante. Si éste es el de un centro de preservación, el resultado será que la duración de la medida puede
ser indefinida.
Por ello se postulan dos soluciones: para la primera, cuando esxista la posibilidad de que el deficiente mental
pueda vivr en el seno de la familia, debe ser sometido a la vigilancia del delegado especial y levantarse la
medida de internamiento.
Para la otra, la ley no es adecuada para satisfacer las necesidades asistenciales de los enfermos mentales
mentales y de los deficientes, que deben ser simplemente excluidos del ámbito de la norma, puesto que se
trata de personas que presentan un estado peligroso completamente distinto a los demás sujetos a la ley.
EL DERECHO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL. Su proyección en el campo de la minusvalía.
Se va a hacer referencia a la insercción laboral de los minusválido, en general, tomando como punto de partida
y punto de mira la última legislación existente en la actualidad, que es la LISMI (Ley de Integración Social
del Minusválido) del 7 de abril de 1982.
El título VII de la LISMI, bajo la rúbrica de la integración laboral comienza con el artículo 37, que adelanta el
principio de prioridad de la incorporación al sistema productivo ordinario de aquellos minusválidos que gocen
de una capacidad de rendimiento normal o casi normal, y de una autonomía suficiente en la vida pprofesional
y social, previendo, por otro lado, para los que no gocen de dicha capacidad y autonomía, la existencia de un
sector de trabao protegido como medio de integración laboral de aquellos que son capaces de una cierta
actividad profesional, sin llegar a cubrir las exigencias, cada vez mayores, de una sociedad competitiva.
La LISMI, da prioridad al empleo ordinario. Establece diversas medidas, como la reserva de puestos de
trabajo (2% en empresas de unos 50 trabajoadores), fomento y estímulo de la contratación de trabajadores
minusválidos mediante el establecimiento de subvenciones y ayudas; control de dicha contratación mediante
el establecimiento de un registro de minusválidos demandantes de empleo, y exigencia del desarrollo de las
normas sobre empleo selectivo previstas en la ley general de la Seguridad Social, especialmente, las
condiciones de readmisión de sus propios trabajadores una vez terminados los procesos de recuperación
correspondientes.
La regulación del trabajo del minusválido integrado en el sistema ordinario se caracteriza, tras la aprobación
del real decreto 1451/83m de 11 de mayo, que desarrolla en este punto de previsiones de la LISMI por las
siguientes notas:
A: Reincorporación y readmisión de trabajadores declarados en situación de incapacidad permanente:
El RD 1451/83, fija las reglas para la continuidad dela trabajo de los incapacitados permanentes parciales, así
como la readmisión de aquellos que, habiendo cesado en la empresa por reconocérseles una incapacidad
permanente o absoluta, hubieren recobrado s plena capacidad laboral, o bien una situación de incapacidad
permanente parcial.
Estas readmisones dan lugar a unas reducciones del 50% de la cuota patronal de la SS, por contingencias
comunes durante un periodo de dos años.
Asímismo se prevé, la posibilidad de reducir el salario proporcionalmente a la disminución del rendimiento
acreditado de los declarados en incapacidad permanente parcial, con un tope del 25%, y siempre que el salario
16
resultante no sea inferior al SMI.
B: La reserva de puestos de trabajo, afecta a las empresas de mas de 50 trabajadores, y la cuota establecida es
del 2%.
Ene este punto hay que hacer mención de la anomalía que supone que la reserva se aplique sólo a las
empresas, y aunque la obligación alcance a la empresa pública, se queda fuera la administración pública.
Igualmente conviene hacer constar que las sucesivas ofertas de Empleo Público incluyen junto a la reserva de
puestos de trabajo, otras medidas para facilitar la selección y contratación de minusválidos como la
posibilidad de adaptaciones de tiempo y medio para la realización de las pruebas selectivas, y la atribución a
órganos ajenos a la entidad convocante de las plazas, de la compatibilidad del estado del aspirante
minusválido con desempeño de las tareas y funciones de los puestos de trabajo a los que se opta.
C: Medidas de fomento del empleo. Por cada trabajador minusválido contratado por tiempo indefinido, y a
jornada completa, la empresa tiene derechoa a las siguientes ayudas:
subvención de 500.000 pesetas por cada contratación de trabajo.
Subvención de 150.000 ptas. Para la adaptación de puestos de trabajo o disposición de medios de protección
personal.
Bonificación en las notas empresariales por todas las contingencias, variable en función de la edad del
trabajador a la elaboración del contrato. Setenta o noventa % si cuenta con menos o mas de 45 años,
respectivamente.
Formación profesional concertada con el INEM y subvenciones con cargo a este mismo instituto para la
adaptación de puestos de trabajo o dotación de medios de protección personal necesarios para desempeñar el
trabajo en condiciones de seguridad.
Aparte, el Real Decreto 1451/93 prevé la posibilidad de celebrar contratos de formación con objeto de lograr
la mejor adaptación al puesto de trabajo. Estos contratos, se rigen por el Real Decreto 1992/84, de 31 de
octubre , y se aplican a los mayores de 16 años y menores de 20 años, con la única especialidad respecto de
los trabajadores minusválidos de no jugar el tope máximo de edad.
Este régimen de contratación da derecho a los siguientes beneficios: la reducción del 90% de la cuota patronal
a la seguridad Social por contingencias comunes (sin incluir las de accidentes de trabajo, enfermedad
profesional, desempleo, etc.) si la empresa tienen 25 o mas trabajadores, elevándose la reducción al 100% si
tiene menos.
Por su parte, el Real Decretc 180/1985, de 13 de febrero, regula el Fondo de Solidaridad creado en la
disposición adicional décimo novena, de la ley 50/1984, de 30 de diciembre, de Presupuestos Generales del
Estado para 1985, mediante el que se desarrollan diversos programas destinados entre otras finalidades a
financiar acciones de reinserción e integración socio−profesional en favor de personas con especiales
dificultades en el mercado de trabajo, entre los que se encuentran los minusválidos inscritos como
desempleados.
Los beneficios previstos según la O.M. de 21 de febrero de 1985 (art.8) por la que se desarrolla el P.D.
180/1985 son las siguientes:
a.− Subvenciones para sufragar los gastos de formación o reconversión profesional.
17
b.− subvención del 15 por 100 del sueldo, incluidas las cotizaciones sociales.
La posterior incorporación a la Comunidad Económica Europea, el 1 de enero de 1986, pennite a España
acceder a las ayudas que el Fondo Social Europeo concede para formación profesional y apoyo a la
contratación de trabajadores desempleados, que puedan incorporarse al inercado libre de trabajo, acciones
prioritarias de formación profesional combinadas con una amplia adaptación de puestos de trabajo según la
orientación 4.9 de la Decisión de la Comisión de las Comunidades Europeas de 30 de abril de 1985 incluida
como anexo al R.D. 2404/1985, de 27 de diciembre, por el que se dictan normas en relación con el Fondo
Social Europeo
Tras las medidas introducidas en los artículos 38, 39 y 40 para favorecer el empleo ordinario de los
trabajadores minusválidos y el artículo 41 de la LISMI viene a consagrar la existencia de un sector del trabajo
protegido,. como medio de integración laboral de aquellos minusválidos que, siendo capaces de una cierta
actividad profesional, no llegan a cubrir las exigencias de la economía en una sociedad industrial.
Dicho precepto dispone que los minusválidos que, por razón de la naturaleza o de las consecuencias de sus
minusvalías, no puedan provisional o definitivatente, ejercer una actividad laboral en las condiciones
habituales, deberán ser empleados en Centros Especiales de Empleo (C.E.E.), cuando su capacidad de trabajo
sea igual o superior a un porcentaje de la capacidad habitual, que se fijará por la correspondiente norma
reguladora de la relación laboral de carácter especial.
Dichos Centros son definidos por la propia Ley como aquellos cuyo objetivo productivo, participando
regularmente en las operaciones de mercado, y teniendo como finalidad el asegurar un empleo remunerado y
la prestación de servicios de ajuste personal, y social que requieran los trabajadores minusválidos, sea a la vez
un medio de integración del mayor número de minusválidos al régimen de trabajo normal" (art. 42).
Otras notas características que la Ley atribuye a los C.E.E. son que la totalidad de la plantilla está constituida
por trabajadores minusválidos, sin perjuicio del personal no minusválido necesario para el desarrollo de su
actividad (art 42−2º), posibilidad de su creacion y promoción tanto por la iniciativa pública como privada (art.
45) y previsiones de acceso a subvenciones y otras compensaciones económicas, siempre que reúnan las
condiciones de utilidad pública y carezcan de ánimo de lucro (art. 43−2º).
En cumplimiento del mandato contenido en el artículo 41 de la LISMI, antes transcrito, y al amparo de lo
previsto en el artículo 2 de la ley 8/1980, de 10 de marzo, del Estatuto de los Trabajadores, el Gobierno
mediante Real Decreto 1368/1985, de 17 de julio, procedió a regular la relación laboral de carácter especial de
los minusválidos empleados en C.E.E., estableciendo un esquema básico, lo más aproximado posible al de las
relaciones laborales comunes, sin duda, para acuitar el objeto último de estos Centros, que no es otro que
posibilitar el acceso de sus beneficiarios al mercado ordinario de trabajo, e introduciendo una serie de
particularidades dirigidas fundarnentalmente a otorgar una protección más intensa de los minusválidos, tales
como la exigencia de contrato escrito en modelo oficial (art. 5), limitación de los incentivos salariales que
puedan suponer riesgos para la salud (art. 12), prohibición de realizar jornadas superiores a ocho horas y
correlativa prohibición de realizar de trabajar horas extraordinarias (art. 13), así como la preceptiva
intervención de los Equipos Multiprofesionales en numerosos momentos de la relación de trabajo, quedando
convertidos de esta forma en el eje del desarrollo de las relaciones laborales en el seno de los C.E.E..
El artículo 2 del méncionado Real Decreto1368/85, establece -como requisitos pará integrarse como
trabajadores en los centros especiales de empleo tener reconocida uná minusvalía en grado igual o superior al
33 por 100, y como consecuencia, una disminución de la capacidad de trabajo al menos igual a dicbo
porcentaje que se apreciará poniéndola en relación con la capacidad normal de trabajo de una persona de
similar cualificació profesional, cuya determinación se llevará a cabo por los repetidos equipos
multiprofesionales.
18
Esta actuación, prevista ya en el artículo 41−3º de la LISMI, se convierte en la garantía del correcto proceso
de implantación de los C.E.E., evitando que se vuelva a operar en ellos el proceso seguido en anteriores
fórmulas de trabajo protegido que quedaron desvirtuadas al no tenerse en cuenta la repercusion de la
minusvalía en la capacidad laboral.
La organización y funcionamiento de los Centros Especiales de Empleo ha sido regulada por Real Decreto
2273/1985, de 4 de diciembre, por el que se aprueba su Reglamento, que, fundamentalinente, viene a
racionalizar su estructura y a determinar el código de relación entre ellos y las Administraciones públicas,
especialmente la determinación de las vías de financiación que aseguren su funcionamiento.
En este sentido, establece en su artículo 10 que la financiación de los C.E.E. se cubrirá, aparte de posibles
aportaciones de sus titulares y de otros particulares, mediante las siguientes ayudas, cuyo irriporte ha sido
fijado para el presente ejercicio mediante O.M. de 22 de enero de 1987 en las siguientes cuantías:
a> Ayudas para la creación de C.E.E. que podrán consistir en subvenciones para asistencia técnica1
subvenciones parciales de los intereses de los préstamos que obtenga de Entidades de crédito con las que el
Ministerio do Trabajo y seguridad Social tenga suscrito el oportuno convenio, y subvenciones para proyectos
de reconocido interés social para financiar parcialmente la correspondiente inversión.
Estas subvenciones no superarán en conjunto la cuantía de 2.000.000 pts. por puesto de trabajo creado con
carácter estable.
b> Subvenciones para el inantenimiento de puestos de trabajo en Centros Especiales de Empleo:
* Subvención del coste salarial correspondiente al puesto de trabajo ocupado por minusválidos en jornada
normal y en alta en Seguridad Social, por un importe máximo del 50 por ciento del salario mínimo
interprofesional.
* Bonificación del 100 por 100 de la cuota empresarial a la seguridad Social, incluidas todas las
contingencias.
* Subvenciones para adaptación de puestos de trabajo y eliminación de barreras en una cuantía máxima. no
superior a 300.000 pts por puesto de trabajo sin que en ningún caso rebase el 80 por 100 del coste real de la
adaptación o eliminadión.
* Subvención por una sola vez para equilibrar− y sanearfinancieramente los C E E− cuya función social
justifique su necesidad previa suscripción de un Convenio Especial (arts. 11 y 12 R.D. 2273/1985)
Asistencia técnica para el mantenimiento de puestos de trabajo en alguna de las siguientes modalidades:
selección y contratación de gerentes o técnicos, estudios de viabilidad, organización y diagnosis, auditorías e
informes económicos y asesoramiento empresarial.
Aparte de las ayudas previstas en favor de los Centros Especiales de Empleo, la mencionada O.M. de 22 de
enero de 1987, prevé otras para el establecimiento de minusválidos como trabajadores autónomos que podrán
consistir en subvenciones parciales de los intereses de préstamos obtenidos de Entidades de crédito con las
que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social tenga suscrito el oportuno convenio, y subvenciones de hasta
400.000 ptas., como máxirno, para inversión en capital fijo.
La gestión de todas estas ayudas corresponde a la Unidad Administrativa del Fondo social Europeo, a través
de las Direcciones provinciales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, excepto en aquellas
Comunidades Autónomas que tienen trasferidas competencias en la materia, concretamente Andalucía,
Canarias, Galicia y Comunidad valenciana, a quienes anualmente se les distribuyen las subvenciones
19
correspondientes a los programas de apoyo al empleo cuyas competencias han asumido.
c) Otras actuaciones.
Al margen de todas las medidas hasta aquí expuestas, hemos de dejar constancia de otras iniciativas para el
foinento del empleo de trabajadores minusválidos.
En primer lugar, hay que citar la actuación de la Organización Nacional de Ciegos que mediante la venta del
cupón pro−ciegos, ha generado numerosos puestos de trabajo, no solo para los invidentes afiliados a la
Organización, sino para minusválidos físicos a quienes se ha integrado progresivamente en las plantillas de
vendedores.
Asimismo, la ONCE ha establecido diversos servicios de apoyo, encaminados a que sus afiliados consigan,
afiancen o mejoren su puesto de trabajo: se han formado equipos encargados de buscar empleo en aquellas
profesiones más idóneas, se han creado ayudas especiales para favorecer el establecimiento profesional y se
financian los gastos derivados de la adaptación de puestos de trabajo para que puedan ser desempeñados por
los invidentes.
Otra iniciativa destacable la constituye la previsión contenida en el Real decreto 2738/1986, de 12 de
diciembre, regulador de las actividades de importación y comercio mayorista y minorista de labores de tabaco,
cuyo articulo 14−3º prevé autorizaciones especiales de venta de labores de tabaco con recargo a quienes
acrediten minusvalía física en los términos que se establezcan en las disposiciones de desarrollo.
d) Perspectivas.
La incorporacion del ininusválido al trabajo, a pesar de todas las acciones emprendidas para su fomento sigue
resultando problernática, dada la coyuntura económica actual, caracterizada fundamentalmente por las
elevadas tasas de para y los bajos índices de creación de nuevos puestos de trabajo.
La situación se agrava por las cada día más elevadas exigencias de la sociedad industrial, en relación con el
ejercicio profesional y la capacidad de adaptación al medio de trabajo.
Todo ello obliga a buscar soluciones imaginativas que permitan aprovechar las grandes posibilidades que
ofrece el desarrollo tecnológico, en orden a la introducción de los minusválidos en determinadas profesiones
para las que puedan estar plenamente capacitados.
En esta línea se enmarca la actividad de la organización Nacional de Ciegos, dirigida a dotar a los invidentes
de aquellos instrumentos y materiales especiales generalmente de elevada tecnología y sofisticación,
necesarios para el desempeño con normalidad de determinados puestos de trabajo, iniciativa que es
completada con la creación de equipos de búsqueda de empleo, ya mencionados anteriormente, especialmente
en el sector de la informática dadas las elevadas posibilidades que ofrece para la integración de las personas
ciegas.
Por otra parte, en el ámbito de las Administraciones públicas, el estudio en profundidad de los distintos
puestos de trabajo, debería traducirse en una selección de los que se consideren más adecuados para su
desempeño por trabajadores minusválidos, de forma que se pudieran agrupar en ellos los porcentajes de
reserva obligatoria sobre el total global de las plazas convocadas en las respectivas Ofertas de Empleo
público.
Todo ello unido, claro está, a la extensión de la obligación de reserva de puestos de trabajo en las plantillas de
funcionarios, medida factible según los argumentos ya expuestos a los que nos renátimos.
20
Todas estas medidas de fomento del empleo ordinario, debieran completarse con una intensificación de las
ayudas en favor del empleo protegido, de manera que se haga factible el trasvase a los Centros Especiales de
Empleo, de aquellos minusválidos que, tras desarrollar sus capacidades sociales y profesionales en Centros
Ocupacionales, estén en condiciones de integrarse en un trabajo protegido.
El aumento de la protección que se propugna, inducirla a su vez a los promtores de Centros ocupacionales a la
creación alternativa de Centros Especiales de Empleo que hasta la fecha se ve dificultada por la falta de
garantía en su financiación.
14
32
21
Descargar