Radiografía a las zonas más golpeadas por el aumento de la cesantía La herida que recorre Chile Domingo 8 de febrero de 2009 / La Nación Definitivamente la crisis se instaló en el país. Lo dejó claro la paralización de las obras de Costanera Center en Santiago. Pero en regiones el porrazo también se ha sentido fuerte. Por eso en el Gobierno monitorean con especial atención las zonas que hoy tienen las mayores tasas de desempleo, que son las que requerirán mayor urgencia en la implementación de los planes de emergencia. Éstas son algunas de ellas. Era una de las empresas más tradicionales y emblemáticas de Coronel. Sobre todo porque en esta comuna de la Región del Biobío son escasas las compañías dedicadas a la manufactura. Su fuerte era la elaboración de productos sanitarios de loza. Sin embargo, esta filial en Coronel de la centenaria empresa Fanaloza bajó sus cortinas hace un mes, cuando sus exportaciones se fueron a pique debido a la crisis en Estados Unidos. Los casi 120 empleados que ahí laboraban fueron despedidos. Todos corrieron la misma suerte, desde el gerente hasta el junior. 545 kilómetros al norte, varias decenas más de trabajadores tienen el temor de perder su pega. Porque otra manufacturera, la fábrica de plásticos Coresa, está evaluando el futuro de la planta que tiene en Llolleo, en la provincia de San Antonio. Sus trabajadores creen que lo más probable es que cierre. Por eso la incertidumbre. Y un poco más al norte, en Valparaíso, un comentario obligado entre los trabajadores portuarios en las últimas semanas ha sido la disminución de cinco millones en las toneladas de embarques que se mueven en este terminal. Esa merma ha impactado en los servicios que apoyan la actividad del puerto y ya destruyó decenas de puestos de trabajo, aunque las autoridades locales aún no han cuantificado las cifras. De norte a sur las noticias llegan incesantemente. Los despidos masivos -que son los que implican a diez o más personas, según la Dirección del Trabajopasaron a ser parte habitual de los cafés de oficina y de la sobremesa en los almuerzos del domingo en todo Chile. Sin embargo, las noticias que han salido desde algunas zonas son mucho más desalentadoras, como éstas que vienen de Coronel y Valparaíso, dos de las ciudades que ya están sintiendo el golpe de la crisis y que comparten un lamentable récord: tienen una tasa de desocupados que supera el 14% y, de acuerdo a los pronósticos de las autoridades, este porcentaje se incrementaría en los próximos meses. El mapa de La Moneda Según las últimas cifras de empleo que publicó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la semana pasada, son seis las grandes ciudades -las que sobrepasan los 40 mil habitantes- que tienen una tasa de desempleo de dos dígitos: además de Valparaíso y Coronel, en esta lista están Viña del Mar, Rancagua, Talcahuano y Temuco. Y entre las más pequeñas, Vallenar, Penco, Curanilahue y Padre Las Casas son las comunas que ya están enfrentando los dos dígitos, el fantasma que ronda en el país y que -a juicio de los economistas- podría llegar a la cifra de cesantía nacional en los meses de invierno. Sin embargo, fuentes del Ministerio del Trabajo explican que en casi todas estas comunas, las cifras responden a situaciones que se venían registrando incluso antes de que se desatara la crisis internacional. "No tenemos zonas en donde el desempleo se haya disparado sólo a raíz de las últimas turbulencias", precisan. El fenómeno que han constatado en el Gobierno es que en muchas de las comunas que ya tenían un tasa de cesantía sobre el 10% -algunas de ellas con un desempleo estructural-, la situación se ha agravado en los últimos tres meses. Quizás uno de los ejemplos más claros de este fenómeno, es el de las regiones que tienen una fuerte dependencia de la industria salmonera, en especial la Región de los Lagos. Porque si bien el mortal virus ISA está provocando pérdidas inéditas en la salmonicultura, la crisis económica comenzó a golpearla por el lado de las exportaciones. La cifra que hasta ahora maneja la Confederación de Trabajadores del Salmón es de 6.500 despidos y que según sus proyecciones, podría alcanzar los 20 mil. De acuerdo a las estadísticas del INE, esta región posee una tasa de desempleo de 3,1%, la segunda más baja en todo el país. Sin embargo, el presidente de la confederación, Javier Ugarte, asegura que estas cifras no reflejan la situación actual de las comunas salmoneras. De ellas, las más afectadas son las de las provincias de Llanquihue y las que están en el mar interior de Chiloé, donde se concentra la mayor cantidad de centros de cultivo afectados. En La Moneda ya están elaborando un mapa con las zonas que necesitarán con mayor urgencia la implementación de los planes para combatir el desempleo. Y las prioritarias son todas aquellas que tienen tasas de cesantías sobre dos dígitos. En todo caso, en estas comunas las autoridades locales ya están afinando sus propias medidas, que contemplan principalmente la aceleración en la construcción de obras públicas. Incluso, en varias de ellas están elaborando estrategias de reactivación con el empresariado, como es el caso de Valparaíso y las comunas forestales. El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Luis Schmidt, sostiene que es esencial que el sector privado juegue un rol activo en esta crisis: "Creo que todos los empresarios debiéramos esforzarnos porque los despidos sean la última salida a la que echemos mano. Esa tendría que ser la última opción. Antes tenemos que agotar todas las opciones para evitar que esa lacra que es la cesantía, siga aumentando día a día". //LND Adelantando inversiones TEMUCO: 14%. En el Gobierno miran con especial atención lo que está sucediendo en la capital de la Araucanía. En el último año, el desempleo en esta ciudad casi se duplicó: a fines de 2007 esta tasa era de 7,5% y hoy exhibe un alarmante 14%. Pese a que su principal actividad son los servicios, también depende fuertemente de la industria forestal, la que se ha visto afectada por la crisis y ha impactado el mercado laboral de esta zona. En algunas comunas como Angol y Victoria, la situación es igualmente crítica, porque también tienen un alto grado de dependencia de las forestales y porque ahí no se ha desarrollado ninguna otra industria relevante. Sin embargo, las autoridades locales ya tienen listas varias medidas reactivadoras que, según el seremi del Trabajo, Richard Quintana, generarán a nivel regional más diez mil nuevos empleos. La idea es adelantar estas inversiones y por eso el gobierno regional se ha puesto como meta tener una ejecución presupuestaria de 40% a fines de marzo. “Por cierto lo que más nos preocupa es que puedan reactivar algunas actividades económicas. Pero lo importante es que eso lo hagan los privados y nuestra tarea es generar las condiciones y los estímulos para que eso suceda. Dependemos mucho de lo que puedan hacer los empresarios y sin duda necesitamos un mayor compromiso de su parte”. Preparándose para marzo RANCAGUA: 11,3% En Rancagua las alarmas están encendidas. “Es que lo habitual era que durante los meses de verano, los niveles de desocupación cayeran bruscamente”, explica su alcalde, Eduardo Soto. Esto porque la actividad que más puestos de trabajo genera en esta comuna y en toda la región es la agricultura, sobre todos los cultivos de uva y frutas de exportación. Sin embargo, esta última temporada esas cifras tomaron un rumbo contrario y en el último trimestre móvil el desempleo en la ciudad de Rancagua subió 1,3%, ubicándose en 11,3%, una de las más altas a nivel nacional. La principal razón de esta alza está en la paralización de varios proyectos de construcción. Porque hasta ahora, la contratación de temporeros principalmente mujeres- se ha mantenido sólida, al igual que en el resto de las regiones en que se desarrolla la agricultura. “La generación de mano de obra ha estado buena. Tanto que nuestro sector absorbió temporalmente a muchas de las personas que perdieron sus trabajos en la construcción, la salmonicultura y la industria forestal. Esto porque los menores precios en el mercado de la fruta se han visto compensados por el mayor valor del dólar”, explica el líder de los empresarios agrícolas, Luis Schmidt. Sin embargo, la principal preocupación en esta zona es la incertidumbre sobre lo que sucederá a fines de marzo, cuando termine la temporada de cosecha. Los pronósticos aseguran que desde esa fecha se dispararía la cesantía en el sector. Para hacer frente a esa situación, las autoridades de Rancagua ya están acelerando proyectos intensivos en mano de obra, como la continuación del empedramiento de la red de canales que atraviesa la ciudad, el mejoramiento de veredas y la pavimentación de varias calles. Lento ritmo en el puerto VALPARAÍSO: 14,2%-13,3%: Son varios los rankings en que la Región de Valparaíso desearía no estar. Es la tercera a nivel nacional con más cartas de despidos individuales. Ocupa después de la Araucanía- el segundo lugar en las regiones con más alta tasa de cesantía, ambas con cifras de dos dígitos. Y Valparaíso es la segunda de la grandes ciudades con mayor nivel de desempleo con un alarmante 14,2%, cifra muy superior al 9,8% que tenía hace un año. En materia de empleo, el fuerte de Valparaíso son el comercio, los servicios y principalmente las actividades complementarias a la industria portuaria. Y es esta última la que se ha visto resentida en los meses recientes debido a la menor cantidad de embarques. Cuentan que en esta temporada incluso ha caído el ritmo en los embarques de fruta, elemento que ha complicado el escenario. “Eso evidentemente significa menos mano de obra”, sostiene el seremi del Trabajo, Edgardo Piqué. Sin embargo, en Valparaíso decidieron no quedarse con los brazos cruzados frente a la arremetida de la cesantía. El 14 de enero pasado se reunieron en el Hotel Marina del Rey en Viña del Mar más de 400 personalidades regionales, entre autoridades, empresarios y organizaciones sindicales. De esa cumbre surgieron mucha iniciativas para dinamizar la economía de la región y que serán parte de un dossier que la intendencia enviará en las próximas semanas a la ministra del Trabajo, Claudia Serrano. La idea es que estas medidas se sumen a las que ya están comprometidas, como los 41 mil millones de pesos en obras públicas aprobados en la región y que generarán varios miles de nuevos empleos. La zona más compleja TALCAHUANO: 15,2%-11,4% Quizás la costa de la Región del Biobío es la zona más crítica en materia de cesantía. Varias de sus comunas tienen cifras que sobrepasan fácilmente los promedios nacional (7,5%) y regional (7,9%): Coronel (15,2%), Talcahuano (11,4%), Concepción (8,1%), Penco (15,3%), Curanilahue (10,8%), Tomé (8,9%) y Lota (8,9%). “Somos punteros”, ironiza el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra. “Nosotros hace años sabemos lo que es vivir con cifras sobre el 10%”, agrega. En esta comuna y en casi todas las de esta zona costera, el desempleo ya es estructural y la fuerza de trabajo posee la calificación y el promedio de escolaridad más bajos del país. Como si eso fuera poco, la crisis está complicando la situación financiera de las empresas manufactureras, pesqueras y sobre todo a las forestales, que son las principales creadoras de fuentes de trabajo. De hecho, estas comunas fueron las primeras en Chile en sentir el impacto de las turbulencias. Porque antes de la crisis financiera, estuvo la subprime, la que impactó directamente en los envíos de las maderas procesadas tan apetecidas por la industria inmobiliaria estadounidense. Por eso en el último año se han cerrado en forma paulatina cerca de 40 aserraderos, lo que ha mermado más de cuatro mil empleos directos e indirectos, principalmente en las provincias de Arauco y Biobío. Para evitar que sigan los despidos, se está estudiando la creación de una mesa tripartita del sector forestal, la que sería anunciada en las próximas semanas. Domingo 8 de febrero de 2009 / La Nación Cristián Cuevas, dirigente de la CUT “Los trabajadores no estamos blindados ante la crisis” Viaja de región en región escuchando los problemas de los trabajadores y su conclusión es clara: el gran empresariado es depredador y está empujando a los trabajadores a convertirse en mano de obra esclava. El líder sindical dispara contra las transnacionales, pide más protección estatal y advierte a la derecha que el sector combatirá para que no llegue a La Moneda. Anda con las pilas puestas todos los días. Por Santiago pasa de vez en cuando; la mayor parte del tiempo está en las regiones, en las comunas, dice, (captando el estado de ánimo de los trabajadores) y (preparando las movilizaciones de marzo y abril). Cristián Cuevas, el dirigente de los subcontratistas del cobre, ahora, además, está a cargo del Departamento de Negociación Colectiva y Conflictos de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que en tiempos de crisis global significa ni un día de descanso. Su nombre está en la nómina de dirigentes sindicales que la CUT espera que lleguen al Congreso. En el Partido Comunista, donde milita, también está entre las prioridades de los postulantes. Pero antes, si llega a estar en la plantilla del pacto electoral entre la Concertación y el Juntos Podemos Más, debería producirse la reforma constitucional que permita que los dirigentes sindicales puedan ser parlamentarios sin renunciar a sus cargos. Eso ahora está vedado, aunque a Cristián Cuevas poco le importa. Está dispuesto a forzar la legalidad "y que la derecha asuma los costos". -¿Es posible describir una línea de conducta de cómo los empresarios están afrontando esta crisis? -Ha ocurrido lo que ya habíamos anunciado. Hay un acuerdo de los grandes empresarios nacionales y transnacionales según el cual la única forma de enfrentar la crisis es despidiendo trabajadores. Ellos no están acostumbrados a bajar sus márgenes de utilidades y los costos se los están traspasando a los trabajadores. Es dramático, porque están vulnerando la dignidad de seres humanos. En el retail, por ejemplo en Rancagua, Falabella impone que si no hay cambios en las condiciones laborales, reducir salarios y perder derechos de la negociación colectiva hay despidos del 30 por ciento de los trabajadores. Esa es una conducta que se repite en las forestales, las mineras, la construcción y las salmoneras, entre otras. Se han puesto de acuerdo para un chantaje. -Son esos los sectores donde se registran la mayor cantidad de despidos, ¿hay alguna diferencia entre los empresarios nacionales y la forma en que actúan las corporaciones transnacionales? -Hago una diferencia entre las pequeñas y medianas empresas que se ven tan afectadas como los trabajadores en general, porque no tienen las mismas oportunidades. Otra cosa son los grandes consorcios transnacionales, que son administrados por chilenos, como Salfacorp, donde Sebastián Piñera tiene acciones, o las mineras. La transnacional BHP Billiton hace unas semanas postergó algunos proyectos y despidió a dos mil trabajadores; nosotros pedimos que la minería nacional no haga lo mismo. Pese al llamado de la Presidenta Bachelet a que las empresas cuiden a los trabajadores, la conducta de las empresas es la misma, sean de capitales nacionales o transnacionales. Éstas no asumen los costos. Santiago a Mil lo financió Minera Escondida y en esos mismos días estaba despidiendo trabajadores. Esa minera usa este evento para lavar su imagen. El gran empresariado no tiene nacionalidad, es depredador. Así lo vemos en la industria salmonera, en la forestal, en la minera o el retail. -¿Qué le parecen las medidas para afrontar la crisis que ha adoptado el Gobierno? -Han sido adoptadas tardíamente. Está bien lo que han hecho y que hayan destinado US$4 mil millones, pero son insuficientes para la compleja situación que viene. Se necesitarán más recursos. El Estado necesita desburocratizar el uso de esos recursos. Estamos ante un problema de emergencia social. -Hay negociaciones colectivas pendientes, ¿qué pasará con ellas en medio de la crisis? -Los empresarios buscarán cualquier excusa para evitar la negociación colectiva. Ya le dijimos a la ministra del Trabajo, Claudia Serrano, que los empresarios buscan cómo ajustar, cómo despedir, cómo inhibir la acción de los trabajadores, así como evitar las negociaciones colectivas. Ya lo vimos en Frigorífico O Higgins y Vida Integra del holding Banmédica, donde los trabajadores se han dispuesto a negociar, pero pasan los días y las empresas se niegan a negociar, quieren que los trabajadores lleguen después de 20 días de huelga de rodillas y humillados. Esta institucionalidad laboral no nos sirve. No hay libertades sindicales y los trabajadores afectados son millones. Necesitamos nuevos instrumentos para negociar. -Y eso que el golpe más fuerte de la crisis todavía no llega, el impacto más fuerte se prevé para el segundo trimestre. -SÍ, y el Ministerio de Obras Públicas nos ha dicho que generará unos 70 u 80 mil puestos de trabajo, mientras en la construcción se proyecta la pérdida de empleos de unas 150 mil personas. Por eso, las medidas son insuficientes para lo que viene. Lo más dramático es que se nos mintió o se nos ocultó información. -¿A qué se refiere? -El Ministerio de Hacienda y el Gobierno no reconocieron a tiempo que esta crisis es de gran envergadura y que viene una recesión. Lo escucho todos los días cuando recorro el país: los trabajadores no estamos blindados ante la crisis. Al revés, los trabajadores están siendo vulnerados en sus derechos y dignidad. Estamos viendo que los empujan a ser mano de obra esclava y no podemos aceptar eso. -Un informe de la Dirección del Trabajo dice que el último mes hubo 150 mil despidos, el doble de un mes normal. El último cuatrimestre, los despidos suman casi 500 mil. Además casi un 10 por ciento son "despidos no justificados", ¿esto coincide con las cifras que manejan ustedes? -Una cosa son las estadísticas oficiales y otra es la realidad. En pocas semanas, el desempleo superará los dos dígitos. Muchas de las personas despedidas no pasan por los canales institucionales, o sea por las direcciones del Trabajo. Muchas personas no tienen contratos formales. Muchos finiquitos se pagan en notarías, por lo que no hay registros de esos casos, eso lo sabe el Ministerio del Trabajo. Esta semana estuve en Los Andes, donde una empresa constructora de 150 trabajadores paró sus actividades y de un día para otro se fue, y dejó a todo su personal a la deriva. Pedimos a los empresarios responsabilidad, laboral y política. Pero esta crisis es una oportunidad para los trabajadores. -¿Una oportunidad en qué sentido, para qué? -Para cambiar lo que no ha sido posible en 20 años. Para avanzar hacia una nueva institucionalidad, donde el Estado tenga más facultades, para que tengamos plena soberanía sobre nuestros recursos naturales, para que venga la inversión extranjera, pero con reglas claras. Nos decían que el "dios mercado" era el que daba empleo y oportunidades, pero eso hoy está cuestionado en todo el mundo. En Chile, el Estado está impedido por la Constitución para hacer emprendimientos productivos o industrializar el país. Por eso, es una oportunidad para los trabajadores, para hacer grandes mayorías y convergencias en lo político y social. El neoliberalismo no es la respuesta para el bienestar de las grandes mayorías, el neoliberalismo ha fracasado. -¿Eso fue parte del debate del plenario de la CUT de la última semana de enero? -Sí, del debate y del consenso que se produjo. La CUT ha avanzado en una síntesis que comprende los cambios que hay en el mundo y en la región latinoamericana. Tenemos que ser oportunos antes los cambios políticos y económicos que están en curso para generar una nueva situación, no para hacer lo mismo. El neoliberalismo ya no da para más. -Las resoluciones de la CUT tienen un fuerte contenido político. -La CUT y los trabajadores tenemos que volver a los contenidos colectivos, hay que volver al sindicalismo con contenidos políticos, al que tuvimos a inicios del siglo XX y que significó grandes avances para la sociedad; si no, estamos condenados a ser parias. Los trabajadores debemos volver a ser sujetos de cambio. Propiciamos un cambio constitucional, porque pese a que la actual Constitución tenga la firma de Lagos, no es democrática. En Chile nunca ha habido una asamblea constituyente, todas las constituciones han sido acordadas por los grupos dominantes. Eso es parte de nuestro debate, porque si no influimos en lo político no podremos cambiar la redistribución de la riqueza ni tener plena soberanía sobre los recursos naturales, por ejemplo. Necesitamos representación en los espacios políticos. Que algunos dirigentes sindicales tengamos militancia política no significa que tengamos poder político para cambiar las cosas. -¿Cree que los partidos políticos ya no son capaces de representarlos? -La institucionalidad política es heredada de la dictadura y excluye a dirigentes sociales y políticos. A los trabajadores esto no nos sirve. -En un año electoral y con crisis, ¿qué le dice su olfato de cómo votarán los trabajadores? -No nos da lo mismo quién gobierne. La derecha no es la solución a las demandas de los trabajadores, pero tampoco le damos un cheque en blanco a cualquier candidato, incluso a los que están gobernando porque sabemos de sus conductas. Hay que ver cuáles son las propuestas de cada cual. Y quien quiera gobernar debe materializar sus propuestas desde ahora. Vamos a combatir para que la derecha no llegue a La Moneda, pero seguiremos impulsando el respeto a nuestros derechos a través de las movilizaciones que la CUT ha anunciado.//LND El calendario de la CUT 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, marcha unitaria a las 11 horas desde Plaza Italia. 11 de marzo: En todas las ciudades del país por el fin de las AFP y por una previsión pública. 17 de marzo: Jornada por la defensa del empleo y por una negociación colectiva efectiva. 2 de abril: Jornada por la educación pública. 16 de abril: Jornada nacional de movilización por un Estado social, democrático y solidario. 1 de mayo: Día Internacional de los Trabajadores. “La derecha desprecia a los sindicatos” -¿Por qué la CUT ofrece una nómina de dirigentes sociales para que sean candidatos al Congreso? -La derecha miente y ha seguido mintiendo. Va a los sectores populares para presentarse como el “cambio” con un discurso populista. Pero la derecha desprecia a los sindicatos, a los trabajadores y el mundo social. Eso tenemos que combatirlo. Cuando uno va al Congreso ve que la derecha no tiene ninguna intención de avanzar hacia la equidad social y de redistribuir la riqueza; la derecha está directamente vinculada a los grupos que han creado esta crisis especulativa. La derecha no es la respuesta para los problemas de los trabajadores ni de los movimientos sociales. -La nómina de candidatos que presentó la CUT pasa, sin embargo, por las decisiones de los partidos. -Hemos puesto los mejores nombres para la batalla parlamentaria que tiene como objetivo terminar con la exclusión. Porque también los dirigentes sindicales estamos excluidos de los lugares donde se toman las decisiones políticas. También con esto queremos emplazar a la Concertación y al Juntos Podemos para ver qué espacios dan a las organizaciones sociales para acceder al Congreso. Queremos acceder a esos espacios sin renunciar a nuestro derecho a ser dirigentes sindicales. Es impresentable que haya parlamentarios que lleven 20 años en esos espacios de poder y que no permitan una mayor democratización. Hay una cierta complicidad en el Parlamento que no permite terminar con la exclusión. La derecha tiene la responsabilidad principal, pero a veces la Concertación, que ha sido mayoría, no ha puesto todo su empeño para terminar con esto. -El ministro de la Presidencia dijo que en marzo enviará el proyecto de reforma que permita a los dirigentes sindicales ser candidatos a parlamentarios; la derecha ya anunció su rechazo, ¿qué harán ustedes si no hay reforma y la situación sigue igual? -Tenemos que desafiar esta institucionalidad, debe quedar un precedente de lo antidemocrática que es esta legalidad y que la derecha asuma su responsabilidad. Esto no puede seguir como está. Si me piden que renuncie a mi cargo en la CUT o la Confederación de Trabajadores del Cobre para ser candidato al Congreso, no lo voy a hacer. Seré candidato sí o sí, pero jamás renunciaré a mi condición de sindicalista. Domingo 8 de febrero de 2009 / La Nación Cómo enfrenta la cesantía la comuna más pobre Curanilahue, el pueblo de la crisis eterna Cuando pareciera que nada puede ser peor, llega un pie enorme a impactarse contra sus habitantes. La hecatombe económica tiene a las forestales bajando sueldos y despidiendo trabajadores en un pueblo donde la cesantía y la pobreza son duras siempre. Donde la gente va a trabajar a pirquenes ilegales para sacar carbón y dignidad, o se planta en la plaza a exigir trabajos mal pagados. Una comuna que convive con la muerte, pero no se deja matar. En Curanilahue las piedras no son grises, ni café. Acá, el negro predomina. En el suelo, en los recuerdos y en las mentes de estos chilenos cuya esperanza no está pintada de verde. Todo está teñido de carbón en el pueblo que comenzó a enterrar su alegría junto al fin de la minería, que nunca pudo reconvertirse, que intenta subsistir con pirquenes ilegales, empleos de emergencia y las precarias condiciones laborales de las empresas forestales. A la cruz de siempre, ahora se agrega la renombrada crisis. "Chue", como llaman a esta comuna, fue la primera en sufrir la hecatombe proveniente de Estados Unidos y, como va todo, terminará siendo la última en quitarse el pie de encima. La cesantía es de un 10,8 por ciento según las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, y de un 11,5 por ciento, según los diarios locales. Pero la verdad cambia día a día. Para evitar el rechazo público, Celulosa Arauco ya no despide a los trabajadores de a 200, sino de 10 en 10 todas las semanas. Hay quienes apenas se salvan con los empleos de emergencia del Gobierno, que acogen a más de dos mil personas y que muchos comparan con el PEM y el POJH. Mujeres que trabajan limpiando juntas de vecinos e iglesias la mitad del día y el resto del tiempo buscan algún "pololito". Son empleos improductivos que muelen las expectativas de progreso a cambio de 159 mil pesos. A las 9 de la mañana, la plaza principal se empieza a poblar lentamente de cesantes. Frente a la municipalidad se juntan hombres, mujeres, jóvenes y viejos a exigir trabajo. La mayoría pide cupos en los programas de empleo, como si fueran la panacea. En un pueblo como éste, donde el comercio casi está muerto por la falta de poder adquisitivo y no hay empresas que vengan a invertir, cualquier trabajito es bienvenido. Graciela Soto tiene 30 años y lleva seis sin un trabajo. "Hago puros pololitos. Por ejemplo, hacía aseo en la escuela y me pagaban 15 mil pesos a la semana", dice. Por eso, decidió formar un comité de cesantes para pedir trabajo en la municipalidad. El 2 de enero llegó a la plaza y comenzó a inscribir gente. Ahora son 96 mujeres y 8 hombres los que se sientan hasta las cinco de la tarde para esperar que les den una peguita para subsistir, entre protestas y risas. Todos los días se pasa lista y el que no aparece es expulsado del Comité El Progreso. Hace unas semanas, hasta olla común hicieron. "Ojalá nos tengan respuesta porque ya viene marzo y las mamás que estamos aquí no tenemos cómo mandar a nuestros hijos al colegio porque ni un lápiz tenemos", asegura Graciela ante la mirada de aprobación de sus compañeras, que comparten unos pancitos matutinos, té y café en la plaza. El sentir es mayoritario. Se viene marzo y no hay cómo enfrentarlo. Por eso, los trabajadores forestales están preparando la primera medida de movilización de este año: no enviar a los niños al colegio en marzo. "No hay cómo mandarlos. Este es un problema que nos afecta a todos en la provincia de Arauco, así es que vamos a iniciar una movilización masiva, no sólo de los forestales, sino de todos los ciudadanos", anuncia el presidente de la Federación de Trabajadores Forestales (Fetrafor), Juan Miranda. Los aires de protesta se sienten en todo el pueblo. La conformidad no es para los curanilahuinos. "La gente aquí reacciona rápido. Se toma carreteras, el municipio, etcétera. Y ahora que viene la crisis, afectará enormemente a esta comuna. Las crisis siempre golpean a los más pobres y los más pobres están en esta comuna", dice al alcalde Ahimalec Benítez (DC). Hacia el norte Si la eterna situación se define en la cesantía y la pobreza, la crisis promete un futuro más negro. Cuando Enacar (la empresa estatal del carbón) abandonó esta zona, las forestales aparecieron con nuevas promesas. "Curanilahue es la capital del oro verde. Tú sales a la calle y ves mucha plata, pero nada de eso se queda acá. Las grandes transnacionales se lo llevan todo y nosotros seguimos siendo un pueblo abandonado por las empresas, por las autoridades y por el Gobierno", explica Miranda. El sector forestal fue el primero en resentirse. Con la crisis subprime de Estados Unidos, la venta de maderas disminuyó drásticamente y los sueldos también. Dejaron de pagar bonos de producción y eliminaron las horas extra, principal fuente de ingreso de los curanilahuinos que trabajan en estas empresas. Además, están obligando a los trabajadores a tomarse sus vacaciones y feriados colectivos. Mario Matamala trabaja en un aserradero y su sueldo está cada vez más bajo. Antes hacía cerca de 200 mil pesos en horas extra, con lo que llegaba a los 400 mil. Ahora llega más temprano a su casa a disfrutar con su hija y su esposa, pero tiene que apretarse el cinturón. "Antes uno llegaba a trabajar contento, me gustaba mi trabajo, pero ahora cada vez me desanimo más", explica. La incertidumbre aumenta la angustia. No sabe si mantendrá la pega, si le seguirán bajando el sueldo o si en algún momento todo mejorará. "Así como está la cosa, está el riesgo de que el empresario busque una razón y te despida. Con la plata que a uno le pagan cuando lo despiden hay que ver si se puede hacer algún negocio, pero así como está la cosa un negocio acá no es rentable. Si acá no hay trabajo, habrá que dejar Curanilahue y partir al norte", dice Matamala, no muy convencido de dejar "Chue", donde vive toda su familia. La crisis llegó al rubro en 2006 y en dos años ya habían despedido a 1.500 trabajadores en la provincia de Arauco. En lo que va de 2009, han caído 1.200 más. "Todos los días me llaman para decirme que va a haber más despidos. Los cálculos que hemos sacado es que van a llegar a 4.000 trabajadores despedidos sólo en esta provincia", dice Miranda. El alcalde Benítez, aunque trata de conciliar con las forestales, también les llama la atención. "Una de las empresas forestales más grandes de Sudamérica tiene su corazón en la provincia más pobre de Chile. Esto lo digo para que Arauco reaccione", dice. Trabajo o muerte "Uno acá entra, pero no sabe si va a salir". Son casi las 4 de la tarde y José va a hundirse en el pirquén donde trabaja desde hace seis meses, cuando lo echaron de un aserradero de Arauco junto a otros 250 hombres. A las 12 de la noche debiera salir, junto a sus otros nueve compañeros que se encuentran 50 metros bajo tierra y tosca (piedras). "Esto es menos seguro, pero se gana más", dice José. A la semana completa cerca de 120 mil pesos, trabajando de lunes a sábado en turnos de ocho horas. Pide que no lo fotografíen porque teme que una foto pueda perjudicar su fuente de trabajo, no regularizada ni autorizada por los organismos gubernamentales. "Acá hay más riesgos, pero ésta era la única manera de seguir alimentando a la familia", justifica uno de los jóvenes que se prepara para entrar al pirquén. Madera, zinc y un equipo generador de corriente son los principales elementos que forman el pirquén. Rústicos y menos equipados que las minas dependientes de grandes empresarios, casi ninguno cuenta con permiso. De los cien socavones que existen, sólo cuatro deben tener todas las autorizaciones para funcionar, según las mismas estimaciones de los empresarios pirquineros. Mil quinientos curanilahuinos viajan todos los días en camiones o camionetas techadas para internarse a extraer oro negro. Todos hombres, porque las minas son celosas y no aguantan que entren mujeres. La venganza de las damas de carbón son derrumbes y muertes. "El carbón es lo único que nos puede salvar, pero me da miedo porque es muy peligroso", dice Marta, pensando en su esposo que todavía trabaja en un aserradero. Con los despidos de las forestales, cada día son más los hombres que se internan en las minas ilegales, donde la muerte está a la orden del día. Si no es por el peligro del pirquén, la muerte llega a Curanilahue de la mano de la depresión. A fines de enero, tres jóvenes se mataron en una semana. Uno tomó la cuerda por los problemas económicos que atravesaba su familia. En el Consultorio Eleuterio Ramírez, el único del pueblo, actualmente hay 150 pacientes que se tratan por depresión y 25 están en serio riesgo de suicidio. "Pero es que acá la gente se deprime por la falta de oportunidades, porque no se ve que la cosa vaya a mejorar", opina Pedro, un joven secundario que ve con claridad la situación. Este mes se comenzó a preparar una nueva mina. Claro que ésta es legal y viene de la mano del empresario de "SQP", Rodrigo Danús, que quiso invertir en el oro negro. "La Chulita" se ve como una pequeña esperanza para el pueblo. En diciembre ya estará lista para recibir a 300 trabajadores que se internarán a sacar tosca y carbón, además de toda la gente que puede trabajar en lavado y transporte del producto. Esto puede ser una pequeña ventana para que entre algo de aire mientras dure la crisis. Cuando pase, y mientras ninguna política gubernamental y empresarial cambie, Curanilahue estará donde mismo. Con la necesidad de trabajo de su gente y la misma cruz de siempre. // LND Domingo 8 de febrero de 2009 / La Nación Una mirada global al empleo Por Alexandra Rueda *Economista del Departamento de Estudios Laborales, Instituto Nacional de Estadísticas. “La ocupación disminuyó también en Minería y Servicios Sociales, Comunales y Personales. Como resultado, la ocupación total creció menos que años anteriores, afectando esencialmente a los hombres, donde recayó la mayor incidencia de la desocupación”. La incorporación laboral femenina y el crecimiento del empleo asalariado son dos fenómenos que han marcado el dinamismo de la fuerza de trabajo y del empleo de los últimos cuatro años. Para el 2008 la tasa de desempleo fue en promedio de 7,8 por ciento, experimentando un aumento respecto de 2007 y con importantes variaciones en dichas categorías. Sin embargo, debido a la desaceleración de la actividad hacia fines de año, las cifras de empleo y desempleo empezaron a reflejar la nueva situación que enfrenta el mercado del trabajo. De acuerdo al comportamiento estacional de la agricultura, la tasa de desempleo de octubre-diciembre en lugar de disminuir se mantuvo igual respecto del trimestre anterior. Ello debido a que las cifras del empleo en una de las actividades más sensibles al ciclo económico como la Construcción mostraron bajas en casi todas las regiones (en 11 de las 15 regiones), aunque en mayor proporción en la Región Metropolitana, donde el desempleo aumentó. La ocupación disminuyó también en Minería y Servicios Sociales, Comunales y Personales. Como resultado, la ocupación total creció menos que años anteriores, afectando esencialmente a los hombres, donde recayó la mayor incidencia de la desocupación. Reflejando la heterogeneidad de las regiones, el mapa del desempleo también fue y es diverso. Las mayores o menores incidencias de la ocupación según ramas de actividad y de la fuerza de trabajo mostraron contrastes. Según las últimas cifras entregadas por el INE, en ocho de las 15 regiones el desempleo aumentó (en I, IV, IX, XI, XII, XIII, XIV, XV), mientras disminuyó en las siete restantes. Las regiones de Valparaíso (10,1%), Araucanía (10,2%), Arica y Parinacota (8,6%), Biobío (7,9%) y Metropolitana (7,7%) fueron las que registraron índices superiores al nacional. Con todo este panorama, las variaciones en doce meses de los principales indicadores de empleo y desempleo nacionales se vieron afectadas, dando cuenta de la desaceleración de la fuerza de trabajo y de la ocupación, principalmente en las ramas de Construcción, Transporte y Comunicaciones y Servicios Financieros. Aunque las cifras son publicadas en la modalidad de trimestre móviles, y muestran una situación promedio trimestral de los indicadores, el último período publicado refleja ya la incidencia del mes de diciembre, generando impactos de diversidad sectorial y regional. Estos impactos ocurren también a distintas velocidades, de la misma manera que en la relación entre el empleo y la actividad hay períodos de rezago en sus comportamientos cíclicos. LND