Disección y estudio de órganos

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DISECCIÃ N Y ESTUDIO DE Ã RGANOS
• Introducción
Se denomina disección al seccionamiento y separación de los órganos y tejidos, para su posterior estudio
visual o macroscópico, con la ayuda de material como escalpelo, bisturÃ−, sondas, tijeras, etc.
• Protocolo descriptivo macroscópico
Se sigue un orden en la descripción, y se realiza la disección y estudio de los órganos siguiendo la misma
pauta.
• Descripción externa:
• Mama.
• Sistema músculo-esquelético.
• Sistema endocrino:
• Tiroides.
• Paratiroides.
• Suprarrenales.
• Cavidad torácica en general y cavidad pleural.
• Aparato respiratorio:
• Laringe.
• Tráquea y grandes bronquios.
• Pulmones.
• Aparato cardiocirculatorio:
• Pericardio y cavidad pericárdica.
• Corazón.
• Grandes vasos.
• Arterias.
• Venas.
• Cavidad abdominal en general y cavidad peritoneal-peritoneo.
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• Tubo digestivo:
• Lengua.
• Faringe.
• Esófago-estómago-duodeno.
• Intestino delgado.
• Intestino grueso.
• Recto.
• Mesenterio y epiplones.
• Glándulas digestivas:
• Salivales.
• HÃ−gado y vÃ−as biliares.
• Páncreas.
• Sistema linfo-hematopoyético:
• Médula ósea.
• Timo.
• Ganglios linfáticos.
• Bazo.
• Sistema linfoide intestinal.
• Aparato urinario:
• Riñones-uréteres.
• Vejiga-uretra.
• Aparato genital masculino:
• Próstata.
• TestÃ−culos.
• Aparato genital femenino:
• Ovarios-trompas.
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• Ã tero-vagina.
• Tiroides y paratiroides
La glándula tiroides se encuentra situada debajo de la laringe y por delante y a ambos lados de la tráquea.
Está formada por dos lóbulos unidos por el istmo. En esta glándula se segregan las hormonas tiroxina y
triyodotironina. Ambas necesitan yodo para su sÃ−ntesis.
En la disección del tiroides se observa si existen paratiroides visibles, hiperplásicas o tumorales. Si son
pequeñas se incluyen enteras y si son algo mayores se seccionan antes de incluir. Previamente las
pesaremos.
Hay que observar si el tiroides es simétrico o no, si hay presencia de nódulos y su consistencia.
Se seccionan en cortes seriados de 3 mm de grosor, pudiendo haber un carcinoma papilar de 1 o 2 mm. Se
incluyen muestras procedentes de los dos lóbulos y del istmo.
• Glándulas suprarrenales
En un principio se limpian de grasa, luego se pesan. Después se realizan cortes seriados transversales de 3
mm de grosor.
Se describen la corteza y la médula, posibles hemorragias, tumores (feocromocitoma es un tumor de la
médula suprarrenal que se caracteriza por una producción excesiva de catecolaminas, adrenalina y
noradrenalina), hipertensión, hemorragias suprarrenales diseminadas, etc.
Se incluirá una muestra (1 mm grosor) de cada suprarrenal derecha e izquierda.
• Laringe y lengua
Podemos seccionar la base de la lengua, con lo que nos quedará separada de la laringe.
La apertura se hace por la cara posterior, dejando entera la epiglotis en su cara anterior.
Observaremos:
• Epiglotis.
• Supraglotis.
• Glotis o región glótica con banda, ventrÃ−culo, cuerda vocal (izquierda y derecha).
• Subglotis.
Después pasamos a la toma histológica de la zona glótica (si no existe patologÃ−a). Observaremos
posibles carcinomas epidermoides, sobre todo en fumadores, nódulos larÃ−ngeos en profesores y cantantes
que no usan bien su voz, etc.
• Pulmones (con tráquea y grandes bronquios)
Observación respecto a la técnica de autopsia
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Después de extraer el esternón, se ven los bordes mediastÃ−nicos delimitados de ambos pulmones, que
normalmente sólo cubren el borde más externo del mediastino.
Cuando existe insuflación pulmonar aguda o enfisema, los pulmones llegan a cubrir todo el mediastino y los
bordes pulmonares se tocan.
Una vez inspeccionada la pleura, se separan los pulmones por el hilio.
Se colocan los pulmones de manera que la cara diafragmática mire al disector y el hilio pulmonar repose
sobre la mesa de autopsias. Entonces el borde mediastÃ−nico configura el lÃ−mite externo del pulmón y el
borde romo paravertebral, el lado interno.
Se palpa manualmente el hilio a través del parénquima y se corta hacia el hilio con el cuchillo grande de
órganos.
Se abren, en este corte, las grandes ramas de la arteria pulmonar.
Se realiza un corte completo del pulmón, en la región de la cara diafragmática, para poder apreciar toda la
superficie de corte.
Si se sospecha la existencia de un proceso próximo al hilio, se dejan los pulmones unidos a la tráquea y se
abren los bronquios desde esta.
Orientación ante el pulmón seccionado
Se busca el vértice del pulmón y la cara diafragmática con el pulmón apoyado sobre el hilio. En el
pulmón izquierdo, el borde mediastÃ−nico afilado queda a la izquierda, el borde paravertebral romo queda a
la derecha y en el pulmón derecho ocurre al revés.
Más complicado es la orientación ante el hilio:
• Pulmón izquierdo de arriba abajo: arteria pulmonar, vena pulmonar y bronquio.
• Pulmón derecho de arriba abajo: bronquio, arteria y vena.
Los lóbulos pulmonares (izquierdo 2, derecho 3) no son de gran ayuda, pues presentan a veces variaciones.
En procesos infecciosos, se recomienda fijar los pulmones con formalina antes de proceder a la sección.
Alteraciones pulmonares postmortem
La neumonÃ−a ácida consiste en la digestión postmortem del estómago, diafragma y pulmones por el
HlC y pepsina del estómago. Pero el contenido gástrico también puede pasar postmortem a los pulmones
vÃ−a esófago-tráquea y ocasionar la digestión del tejido pulmonar. En este caso, la mucosa traqueal y la
bronquial adquieren un color negro grisáceo sucio. El tejido pulmonar presenta cavitaciones dispersas
irregulares, de olor ácido.
Neumotórax
Es el acúmulo de aire en la cavidad pleural.
• Neumotórax abierto: comunicación abierta entre el espacio pleural y el aire externo.
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• Neumotórax a tensión: parcialmente abierto, por lo que al inspirar se aspira aire en el espacio
pleural.
• Neumotórax cerrado: perforación de la pleura visceral.
Para comprobarlo durante la autopsia, se llena con agua una bolsa, que se sitúa entre la musculatura de la
pared torácica disecada, con piel y costillas. Se pincha entre las costillas, con lo cual las burbujas de aire se
dispersan por el agua. Una vez abierto el tórax, se ve el pulmón colapsado y de color rojo azulado oscuro.
El espacio pleural está dilatado.
Técnica de disección del pulmón
Se recomienda insuflarlos con formol y abrir tras su fijación. En ese caso abrirÃ−amos después el árbol
bronquial, de forma similar a como se hace en fresco, y lonchearÃ−amos ambos pulmones mediante cortes
seriados de 1 mm cada uno en cortes sagitales dejando en último orden las estructuras hiliares.
Su aspecto normal sonrosado sólo se observa en bebés y raramente en adultos no fumadores que viven en
el campo, en zonas sin contaminación. La mayorÃ−a de los adultos urbanos presentan cierto grado de
antracosis (neumoconiosis o enfermedad pulmonar por aspiración de partÃ−culas sólidas de derivados del
carbón-antracita), con manchas negruzcas de distribución difusa, incluso con ganglios linfáticos hiliares
agrandados, indurados y negruzcos.
Se deben investigar posibles tromboembolismos pulmonares para lo que observaremos las arterias pulmonares
una vez abiertas. El tromboémbolo acabalgante o en silla de montar es causa de muerte por obstruir ambas
arterias pulmonares. Con frecuencia su origen es la movilización de trombos venosos profundos en las
piernas. Los cóagulos post-mortem no están adheridos y son uniformes, mientras que los trombos están
adheridos y presentan estructura organizada en bandas claras y rojizas.
Apertura de tráquea y grandes bronquios
Observaremos posibles patologÃ−as; para ello estudiaremos el contenido que nos orientará sobre la
patologÃ−a concreta:
• Si el contenido es mucoso sospecharemos de bronquitis crónica.
• Si el contenido es purulento sospecharemos de bronquitis agudas.
• Si el lÃ−quido es espumoso y rosáceo, nos hará pensar en una posible insuficiencia coronaria
izquierda por edema pulmonar.
• Si el contenido es alimenticio es debido a una broncoaspiración de contenido digestivo.
• Si aparece sangre de color rojo pensaremos en hemorragia pulmonar y si es sangre negra pensaremos
en hemorragia digestiva.
Los carcinomas más frecuentes son los escamosos, seguidos de los de células de avena (oat-cell). Los
adenocarcinomas suelen ser periféricos (más cerca de la pleura).
Abrimos todo el árbol bronquial hasta sus ramas más finas buscando el origen de posibles carcinomas
bronquiales. También podemos encontrar bronquiectasias (dilataciones bronquiales normalmente
infectadas).
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Es posible descubrir también una zona del pulmón con distinto riego sanguÃ−neo y diferente
ventilación; es lo que se conoce como secuestro pulmonar.
Si no hubiese ningún tipo de lesiones se toman muestras representativas de cada lóbulo pulmonar. Se
pueden marcar los lóbulos cortando de forma diferente cada muestra: cuadrado- superior, triangular-medio y
rectangular-inferior por ejemplo.
Tendremos en recipientes separados las muestras de los órganos derechos e izquierdos. Si hubiera ganglios
hiliares se describen y se incluyen para su estudio.
Además de la patologÃ−a macroscópica ya citada:
• Tromboembolismo.
• Bronquitis y broncoaspiración.
• Edema pulmonar.
• Hemorragia pulmonar.
• Carcinomas.
• Secuestro.
• Bronquiectasias.
Deberemos observar si existe:
• NeumonÃ−a: zonas duras o hepatizadas.
• Enfisema: bullas o bolsas de aire por rotura de tabiques alveolares.
• Cavernas o granulomas tuberculosos, etc.
• Aparato cardiocirculatorio
La sección del corazón comienza con la apertura del pericardio dando un corte de “Y” invertida con unas
tijeras. El aumento de la tensión del pericardio indica la existencia de derrame. Se comprueban las posibles
posiciones anómalas del corazón. El pericardio contiene de 5 a 10 cm3 de lÃ−quido pericárdico, de color
claro, amarillo, ámbar.
El epicardio es brillante y liso al igual que el pericardio.
Antes de realizar cualquier incisión en el corazón es posible valorar semicuantitativamente las válvulas
con el número de dedos que pueden ser insertados a su través, o, de forma más correcta, con un medidor
cónico graduado que puede ser introducido en las válvulas. La disección del sistema de conducción es
una técnica muy especializada que requiere fijación previa del corazón intacto.
La técnica general de la disección del corazón sigue el sentido de la sangre: primero la aurÃ−cula
derecha se abre por un corte que se extiende desde la entrada de la vena cava superior a través de la orejuela
derecha. Abriremos ahora la aurÃ−cula derecha y el ventrÃ−culo derecho con un corte en lÃ−nea recta a
través de la tricúspide y a lo largo del borde lateral derecho del corazón hasta el vértice.
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La pared anterior del ventrÃ−culo derecho se corta hasta la parte anterior del tabique interventricular,
continuando hacia arriba a través de la válvula pulmonar por la arteria pulmonar.
Se sigue el mismo procedimiento en la parte izquierda; aurÃ−cula izquierda, orejuela izquierda, válvula
mitral, ventrÃ−culo izquierdo acabando en el tabique, y hacia arriba por la válvula aórtica y la aorta.
Algunos técnicos prefieren abrir el ventrÃ−culo izquierdo a lo largo de su margen lateral izquierdo, y
penetrar en la válvula aórtica y la raÃ−z de la aorta directamente, dejando la pared anterior del
ventrÃ−culo izquierdo unida al septo interventricular.
Aparte, algunos técnicos diseccionan todo el corazón con tijeras y otros lo prefieren realizarlo con un
bisturÃ− de hoja grande.
Existen variaciones para el método, y, asÃ−, es posible abrir la parte izquierda del corazón en un primer
momento, acabando en el septo, y posteriormente abrir el lado derecho, finalizando también en el septo.
En este momento podemos confirmar la medida de las válvulas y pasamos a pesar el corazón y medir el
grueso de las paredes ventriculares, a pesar de que este método no es un buen indicador de hipertrofia. Un
sistema más adecuado será el de Foulton, que supone disecar totalmente el ventrÃ−culo izquierdo de su
continuidad con el septo, y comparar su peso con el ventrÃ−culo derecho, disecado con la misma técnica.
Para pesar el corazón deberemos:
• Abrirlo y quitar posibles coágulos post-mortem.
• Cortar los fragmentos de grandes vasos que estén unidos.
• Si hay sospecha de hipertrofia ventricular quitar, antes de pesar, la masa auricular y la posible grasa
subpericárdica.
Al disecar la aorta abriremos también el tronco bronquicefálico derecho, carótida primitiva y subclavia
izquierda, que salen desde el cayado aórtico.
Malformaciones cardÃ−acas
Son alteraciones de la formación del corazón que aparecen en los tres primeros meses de gestación,
durante el perÃ−odo de desarrollo de los tabiques y rotación del corazón arterial.
Las malformaciones más importantes se producen por:
• No formarse los tabiques o hacerlo defectuosamente.
• Trastornos por transposición.
• Estenios.
• Insuficiencia valvular.
• Persistencia de comunicaciones vasculares fetales.
• Posible hipertrofia cardÃ−aca
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• Si al pesar la masa miocárdica ventricular, sobrepasa las cifras normales (más de 80 gramos).
• Si al medir el grosor de la pared ventricular (cerca de las válvulas aurÃ−culo-ventriculares es la
zona de mayor grosor) están aumentados sobre las cifras normales (+ 0,3 cm en parte derecha y + 1
cm parte izquierda).
• Posible obstrucción de arterias coronarias
• Parcial: en el ángor o angina de pecho.
• Total: en el infarto de miocardio.
• Angina de pecho: por ateromatosis o arterioesclerosis con o sin trombosis sobreañadida. Buscamos
en el interior de las valvas de la válvula aórtica la salida u origen de la arteria coronaria izquierda y
derecha. Se pueden:
• Canalizar: con un tubo de plástico de 1 mm de grosor.
• Inyectar contraste y realizar unas angiografÃ−as post-mortem.
• Seguir su trayecto haciendo pequeños cortes transversales cada 2 o 3 mm (o cada mm en la posible
zona ocluida).
• Infarto de miocardio:
• Para realizar la técnica de “sales de Tetrazolio” (tinción macroscópica que revelará la
alteración enzimática temprana en infartos muy recientes, no evidenciables de otra forma).
• Cortes transversales cada centÃ−metro seriados desde el vértice o punta del corazón hasta la
unión aurÃ−culo-ventricular (normalmente la zona necrosada corresponde a ventrÃ−culos).
• Tubo digestivo
• Lengua
Observaremos posibles carcinomas; estos presentarán el aspecto de una lesión ulcerada o indurada.
Tomaremos muestra histológica del tejido muscular estriado para el estudio de posibles lesiones musculares.
• Esófago-estómago-duodeno, vÃ−as biliares y pancreáticas
La disección del esófago se continúa a través del diafragma y a lo largo del borde del estómago. La
apertura de la curva es rutinaria, generalmente se escoge la curvatura mayor.
El contenido del estómago debe ser recogido y examinado en un vaso antes de verterlo sobre el resto de
disección, o directamente en el fregadero (vertedero). Esta es la parte más desagradable de la autopsia, y a
veces se pasan por alto datos significativos como el grado de digestión de la comida, la presencia de residuos
comprimidos o sangre, y en los ancianos y dementes, la presencia de una gran cantidad de objetos nos pueden
aportar información.
Tras extraer su contenido, debemos lavar cuidadosamente el estómago, y examinar la presencia de erosiones,
úlceras, perforaciones, gastritis y tumores.
Continuamos el corte a través del pÃ−loro y a lo largo de todo el duodeno, realizando la incisión por la
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parte anterior, para conservar la ampolla de Vater intacta y evitar una posible erosión en el páncreas.
La evidencia del conducto biliar puede demostrarse ejerciendo una presión en la vesÃ−cula biliar, lo que
también ayuda a localizar la ampolla de Vater, que no siempre es obvia. Si no se vierte bilis a la luz
duodenal y si se ha comprobado que no existe torsión del pedúnculo hepático debido a una posición
anómala del duodeno y del estómago, es necesario buscar cuál es el origen del obstáculo que impide la
salida de bilis.
Para ello se puede introducir una sonda por el colédoco, hasta hacerla salir por la ampolla de Vater. Se debe
tener cuidado de no dislocar un cálculo para no hacer falsas vÃ−as. En el caso de percibir una obstrucción
diferente a un cálculo se procederá a abrir el colédoco previa introducción de una sonda en el mismo.
En el caso de que la bilis salga bien a través de las vÃ−as naturales, se vuelve a lavar la mucosa y se toma
con la mano izquierda el ligamento hepatoduodenal, el cual incluye la vena porta, la arteria hepática, el
colédoco, los plexos simpáticos y tejido conjuntivo. Este ligamento se corta a ras del duodeno.
Una vez hecho esto se separa el hÃ−gado y a través del duodeno se observa el pÃ−loro por su parte interior
para ver si existe estenosis u otra alteración.
Luego introducimos el enterótomo a través del pÃ−loro, cortando la pared del estómago por la curvatura
mayor siguiendo la lÃ−nea de inserción del epiplón mayor. Al llegar al cardÃ−as se retira el enteróstato
(aplicado en el momento de la ablación del estómago) y se procede al estudio de la mucosa y la pared del
estómago atendiendo al aspecto, olor, color, consistencia…, etc.
En el caso de que haya sangre en la mucosa del estómago debido a una úlcera, para descubrir la arteria
lesionada se sigue el método de ORTH, que consiste en lavar la mucosa, aislar la arteria coronaria
estomáquica inyectando agua por ella, y saliendo por el vaso roto.
• Estudio del páncreas
Una vez terminado el examen del estómago se pasa a examinar el páncreas; para ello se descubre su cara
anterior.
Hecho el examen externo de la glándula, con unas tijeras se separa con mucho cuidado y se da un corte al
peritoneo que recubre la cara anterior del páncreas. Luego se practican con el bisturÃ− cortes
perpendiculares al eje mayor del órgano y paralelos entre sÃ−, comprometiendo a la casi totalidad del
espesor de la vÃ−scera y distantes 4 o 5 cm un corte de otro.
Los cortes comienzan desde la cola y se procede hacia la cabeza. Una vez examinadas las superficies de
sección, las secciones del conducto de Wirsung y las de los conductos accesorios, si no se ha hecho antes, se
aÃ−sla la glándula cogiendo con una pinza de dientes el tejido conjuntivo que la rodea.
Después de esta operación, se procede a la extracción de la cabeza del páncreas y, para ello, se secciona
la unión del duodeno y páncreas tensando el duodeno para facilitar la operación y procurando no dejar
restos de acino unidos al intestino.
Se pesa la glándula y, en el caso de que haya que examinar el conducto de Wirsung, se introduce una sonda
flexible desde la cola y, con cuidado de no dislocar algunos cálculos, se empuja hasta extraerla por la cabeza
pancreática. En el caso de que la cabeza pancreática no haya sido desinsertada del duodeno la sonda se
introduce por la ampolla de Vater.
Para abrir el conducto de Wirsung lo mejor es realizar la apertura cuando la sonda esta puesta para asÃ−
abrirlo sin dificultad.
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AnatomÃ−a macroscópica del Páncreas
Malformaciones, lipomatosis, inflamación
El órgano normal es duro y tuberoso, después de la muerte se reblandece.
Malformaciones
• Páncreas anular: la cabeza pancreática abraza la porción descendente del duodeno.
• Quistes disontogenéticos: asociados a riñones poliquÃ−sticos y quistes hepáticos.
• Seudoquistes: quistes pardos, secundarios a necrosis y hemorragias.
Fibrosis quÃ−stica del páncreas
Enfermedad hereditaria autosómica recesiva, con producción de una secreción muy viscosa y pobre en
enzimas en muchos órganos; estasis de las secreciones y dilatación del conducto con infección secundaria.
Lipomatosis del páncreas
Aumento del tejido graso con atrofia parenquimatosa que aumenta con la edad y obesidad. Los islotes de
Langerhans se encuentran intactos.
Pancreatitis
Inflamación seropurulenta aguda o ligeramente cronicorrecidivante como enfermedad acompañada de las
enfermedades infecciosas, trastornos nutritivos, cirrosis hepática alcohólica, etc.
Microscópicamente se observan inflamaciones cronicoresclerosantes con transformación del parénquima
que aumenta con la edad, por lo que es difÃ−cil encontrar un páncreas normal en hombres de avanzada
edad.
La pancreatitis cronicorrecidivante con necrosis de tejido graso, representa una forma abortiva de necrosis
pancreática aguda hemorrágica y cursa con la sintomatologÃ−a correspondiente.
Se observa un páncreas con múltiples necrosis de tejido adiposo y parenquimatosas y necrosis
hemorrágica. El parénquima es duro, esclerosado y ha desaparecido su estructura normal.
Litiasis pancreática
Cálculos de carbonato de calcio de consistencia dura y blanquecinos, que se producen en el sistema ductal
(zona de la cabeza del páncreas), como consecuencia de una pancreatitis. También se da en personas con
hiperparatiroidismo donde existe un aumento de calcio (hipercalcemia).
Necrosis hemorrágica aguda del páncreas
Esta patologÃ−a es poco frecuente, y se observa en personas de entre 40 y 50 años, sobre todo en la mujer.
También es frecuente en personas obesas. A menudo se produce la muerte por choque con trombo hialino.
En la evolución de la enfermedad lo primero que se desarrolla es un edema con trastornos circulatorios; este
trastorno circulatorio provoca la muerte o lesión celular, produciendo la necrosis y por último la
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autodigestión de la glándula.
En el 70% de los casos se observa colelitiasis.
Tumores
Cistoadenoma
Tumor raro que se suele localizar en la cola del páncreas y deriva del epitelio ductal. Macroscópicamente
se observa un tumor duro, de bordes bien definidos y microquÃ−stico o macroquÃ−stico.
Carcinoma pancreático
Pueden ser adenocarcinomas, carcinomas escirrosos, carcinoma quisticopapilar y carcinoma mucoide.
Tumores de los Islotes de Langerhans
Pueden ser activos o inactivos hormonalmente.
• Los tumores derivados de las células Beta de los Islotes de Langerhans producen insulina, estos
tumores originan, clÃ−nicamente, crisis hipoglucémicas recidivantes con valores de glucemia
menores a 30 mg/dl, que se resuelven con la administración de glucosa, asociados a menudo a
trastornos gastrointestinales.
• Los tumores derivados de las células A son raros. Algunos casos presentan hiperproducción de
glucagón y diabetes mellitus.
• Tumores de las células de los islotes con sÃ−ndrome de Zollinger-Ellison, son adenomas derivados
de las células A o células intermedias con producción de gastrina y estimulación de la
formación de pepsina y HCl en el estómago.
Frecuencia: del 0,1% al 1% del material autopsiado, a menudo se trata de un hallazgo casual.
Edad: de los 40 a los 50 años.
Sexo: se da por igual.
Localización: cola del páncreas (50%), cuerpo (30%) y cabeza (20%). También se puede hallar
ectópicamente en el pÃ−loro o en la pared del duodeno.
Microscopia: adenoma de estructura trabecular.
• Intestino delgado, grueso y recto
Para abrir el intestino delgado ya extraÃ−do, conviene liberarlo del mesenterio, de tal forma que nos facilite la
abertura del tubo y su examen interior.
Protocolo
• Con la mano izquierda se coge el extremo proximal del yeyuno, y con unas tijeras se inicia la liberación
del mesenterio, cortando ésta lo más próxima posible. Se procura no herir en esta acción al tubo
intestinal. Esta operación se realizará entre el disector y el ayudante. Cuando cortamos con un ayudante
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existe otra técnica más rápida que es la “disección del meso” mediante un cuchillo y se sostiene
como el arco de un violÃ−n.
• Una vez liberado el intestino de su meso, se procede a su abertura. Conviene que realice esta operación el
propio disector, ya que es necesario que el patólogo examine el contenido del mismo. Dada la abundancia
de contenido lÃ−quido, es imprescindible realizar la disección del intestino en una mesa aparte o en
fregadero y bajo chorro de agua.
• Se retira el enteróstato del extremo del yeyuno. Sosteniendo entre el pulgar y el Ã−ndice el intestino y se
introduce en la luz intestinal una hoja del enterótomo.
• Se corta un segmento del tubo, lo que se realiza, en parte, cortando, y en parte llevando la pared del
intestino sobre el propio enterótomo.
• A continuación se pasa la mucosa intestinal del tracto abierto por el chorro de agua, se examina intestino y
se vuelve a examinar la mucosa de éste. Y asÃ− sucesivamente hasta llegar al extremo del ilion, en el
cual se encuentra el segundo enteróstato que hasta entonces habÃ−a permanecido.
• La mucosa de las partes sucesivamente seccionadas se deben lavar, procurando que el lÃ−quido no penetre
en el segmento del tubo que no se ha abierto todavÃ−a.
• Si en tramos del intestino delgado se encuentran lesiones, conviene extender el tubo intestinal bien abierto
sobre una mesa disponiéndolo de vueltas concéntricas.
• De este modo se permite ver una visión conjunta de órganos.
Terminado el estudio del intestino delgado pasamos al examen del mesenterio por sus dos caras y sobre todo
palpando.
En el caso de que aparezcan ganglios inflamados se extirpan para el estudio posterior.
Análogamente a como se ha hecho en el yeyuno y en ilion, se hace para abrir el intestino grueso.
Se coge como vÃ−a de la lÃ−nea de sección una de las anillas del colon.
Se comienza la operación en el extremo del sigma cólico y se continúa abriendo el tubo con el
enteróstato y examinando hasta llegar al fondo del ciego.
El apéndice vermiforme se abre longitudinalmente penetrando desde el ciego utilizando una tijera
pequeña, o bien se hacen cortes transversales repartidos y se examina la luz con su contenido y las paredes.
No conviene cortar en todo su grosor el meso apendicular, ya que a menudo es preciso reconstruirlo y fijarlo
para proceder al examen microscópico y poder determinar la altura en que se pueden encontrar las diferentes
lesiones.
• HÃ−gado
Podemos abrir la vesÃ−cula biliar o disecarla del lecho hepático y abrirla después, buscando colelitiasis,
colecistitis o tumores…
Pesaremos el hÃ−gado. Si su peso sobrepasa los valores normales hablaremos de hepatomegalia.
A continuación haremos un estudio de la superficie externa:
• En la cirrosis presenta un aspecto nodular difuso y consistencia dura.
• En la esteatosis presenta un color amarillento brillante.
Por otra parte observaremos el calibre de la vena porta, el cual está aumentado en la hipertensión portal y
produce ascitis.
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Realizamos cortes seriados del hÃ−gado de 1 cm de grosor. Situado el hÃ−gado sobre su cara posterior, los
cortes serán transversales u horizontales incluyendo en cada loncha los dos lóbulos hepáticos: izquierdo y
derecho. En cada corte comprobaremos la existencia o no de patologÃ−a a nivel del parénquima o a nivel
de las ramas provenientes del hilio: vena porta, arteria hepática y conducto biliar.
La patologÃ−a hepática más frecuente es: cirrosis, esteatosis, tumores (hepatocarcinoma), hepatitis.
Aclaraciones respecto a la anatomÃ−a y técnica de sección
El hÃ−gado pesa aproximadamente 1500 g; el ligamento falciforme en la cara anterior del hÃ−gado y el
cordón venoso umbilical (ligamento redondo) delimitan la frontera del lóbulo derecho e izquierdo. Se
considera como lÃ−nea divisoria del hÃ−gado la lÃ−nea cava-vesÃ−cula biliar (lÃ−mite de irrigación
sanguÃ−nea de las dos ramas de la arteria hepática). Además es vÃ−a de separación de la corriente
sanguÃ−nea de la vena porta, ya que la sangre apenas se mezcla en el trayecto del tronco portal, por lo que el
lóbulo hepático izquierdo recibe preferentemente sangre de la vena esplénica y el lóbulo derecho de la
vena mesentérica inferior y superior.
Malformaciones hepáticas
• Aplasia: asociada a otras malformaciones graves.
• Hipoplasia: rara.
Es posible la notoria diseminación del tamaño de un lóbulo.
Quistes hepáticos
Quistes solitarios o múltiples, situados generalmente a ras de la superficie hepática o sobresaliendo
ligeramente. De coloración azulada y llenos de lÃ−quido claro como el agua.
Histológicamente se comprueba que están revestidos de epitelio ciliado (procedente del tubo intestinal) o a
veces de epitelio cilÃ−ndrico o cúbico (procedente de conductos biliares). Los quistes hepáticos y el
hÃ−gado poliquÃ−stico (diferencia sólo cuantitativa en cuanto al número de quistes), se asocian con
frecuencia a quistes pancreáticos y renales.
Alteraciones de la forma del hÃ−gado
• Surco de Liebermeister, de dirección transversal en la cara anterior del hÃ−gado, en tercio inferior, se
acompaña a veces de fibrosis de la cápsula (debido a una irritación de tipo mecánico-crónica, en
mujeres puede ser ocasionado por la presión de un corsé). Se comprime el anillo torácico inferior
(costillas) sobre la superficie hepática.
• Impresiones diafragmáticas del hÃ−gado: son surcos de dirección sagital en el tercio superior del
lóbulo hepático derecho. Se producen por compresión del diafragma y se debe a haces musculares que
se atrofian por procesos pulmonares crónicos que cursan con mucha tos. Se extrae el diafragma y se
somete a la luz, observándose los haces musculares más gruesos y oscuros.
Alteraciones postmortem
Trastornos metabólicos
• HÃ−gado adiposo.
• Amiloidosis hepática:
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Depósito de sustancia amiloide dentro del cuadro de amiloidosis general (bazo, riñones, suprarrenales e
intestino). El hÃ−gado presenta consistencia parecida a la madera, y se encuentra rÃ−gido y erecto. Mirando
a través de su superficie se tiene la impresión de que aumenta su transparencia. En la amiloidosis se
reduce la secreción biliar y existe lesión de los hepatocitos.
La superficie de corte aparece transparente, vÃ−trea y algo parda. Se puede ver a través de cortes finos.
Si se realiza el método indicado por Virchow, el hÃ−gado se vuelve inicialmente pardo con la solución de
lugol y después negroazulado por el ácido sulfhÃ−drico diluido.
Ictericia, atrofia y estasis sanguÃ−nea
• Ictericia: aumento de la concentración de bilirrubina sanguÃ−nea por encima de 1 mg/dl.
Anatomopatológicamente, la ictericia se manifiesta por la impregnación de los tejidos con
bilirrubina o biliverdina. El pigmento biliar aparece en el hÃ−gado en forma de:
• Gotitas de pigmento biliar en los hepatocitos.
• En las células de Kupffer.
• CilÃ−ndros biliares (en capilares biliares, colangiolos y conductos biliares).
• Necrosis embebidas en pigmento biliar.
• Atrofia parda del hÃ−gado: disminución del tamaño del hÃ−gado con aumento de la lipofucsina,
por atrofia general de los órganos internos en edades avanzadas o caquexia. El hÃ−gado está
empequeñecido, y aparece de color pardo y consistencia firme.
• Estasis sanguÃ−nea hepática (hemorragias): en la fase aguda se produce una estasis
centrolobulillar. La zona centrolobulillar se muestra circular, roja, mientras que la periferia lobulillar
presenta color pardo claro, algo amarillento y rodea a modo de anillo el centro rojo. El hÃ−gado está
completamente engrosado, la cápsula distendida y pesada, de color rojo oscuro y consistencia firme.
Conforme aumenta la estasis, se elevan las zonas de estancamiento centrales y ya no son redondas sino
irregulares y longitudinales.
La fase crónica con disminución de la oxigenación del hÃ−gado determina una degeneración grasa del
parénquima residual, por lo que resulta un dibujo policromático.
Las hemorragias subcapsulares son secuelas de traumatismo del parto. La sangre se almacena por debajo de la
cápsula hepática.
• Bazo
Se pesa para ver si presenta esplenomegalia, que acompaña a veces a la cirrosis y a la hipertensión portal.
Observaremos su superficie externa que puede presentar engrosamientos, depósitos de fibrina o
irregularidades. Pueden observarse ya externamente zonas deprimidas y oscuras correspondientes a infartos o
necrosis; si el infarto es antiguo la depresión será blanquecina y dura.
Realizamos cortes seriados longitudinales formando lonchas de 1 cm de grosor, apoyando el bazo sobre la
superficie hiliar y cogiendo en los cortes mayores ambos polos esplénicos. En cada corte comprobaremos la
presencia o no de patologÃ−as:
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• Los infartos suelen ser triangulares, con base en la cápsula, oscuros y de consistencia blanda. Su
presencia nos obliga a buscar posibles causas de embolia.
• En la cirrosis hepática con esplenomegalia, el bazo puede presentar fibrosis: aumento de
consistencia con bandas blanquecinas.
• En las leucemias y los linfomas que afectan al bazo, éste suele ser grande y presenta nódulos
blanquecinos o aumento irregular de la pulpa blanca.
• Otra patologÃ−a esplénica traumática es la rotura esplénica, en ella observaremos
hemoperitoneo y desgarro de la cápsula y el parénquima esplénico, con posibles coágulos o
hematomas. Puede ser causa de muerte por hemorragia interna.
El bazo pesa 150 g.
Malformaciones: bazo accesorio y lobulación anormal
Atrofia esplénica: disminución del tamaño del bazo por atrofia en la vejez. El órgano está blando, de
consistencia tensoelástica y la cápsula es rugosa.
El bazo también presenta atrofia en la insuficiencia coronaria crónica.
En hemorragias por varices esofágicas el bazo se presenta de consistencia blanda, elástica y de color rojo
claro, con cápsula muy plegada.
Infarto hemorrágico del bazo: aparece después de trombosis de la vena esplénica y se asocia a trombos
arteriales. Se presentan focos duros y rojo-oscuros en el interior del bazo. Son muy frecuentes los infartos
esplénicos anémicos. Una vez que han cicatrizado los infartos se distinguen cicatrices hundidas con
fondo blanquecino.
Esplenomegalia
Aumento del tamaño del bazo > 300 g. Se encuentra esplenomegalia en los siguientes casos:
• Trastornos circulatorios: estasis sanguÃ−nea crónica. El bazo es duro, de color rojo-azulado oscuro y la
cápsula se encuentra distendida. La superficie de corte aparece rojo-azulada oscura; este trastorno se
presenta en la cirrosis hepática, insuficiencia cardÃ−aca y en trombosis de la vena esplénica. Se asocia
a los nódulos de Gandy-Gamma (esplenomegalia siderótica), encontrando nódulos duros,
pardo-amarillentos que se componen de fibras de tejido conjuntivo con incrustaciones de hierro y calcio y
células gigantes de cuerpo extraño.
• Enfermedades sanguÃ−neas como:
• Leucemia mieloide crónica.
• Leucemia linfoide crónica y linfoadenitis.
• Anemias hemolÃ−ticas.
• Formación de sangre extramedular (eritroblastosis, metástasis ósea).
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• Aplasia medular.
• Tumor primario: reticulosarcoma, linfosarcoma, tumor de la pulpa.
• Tumor secundario: linfogranulomatosis, metástasis de melanomas, metástasis de carcinomas. Quiste
hidatÃ−dico.
• Enfermedad por almacenamiento:
• Lipoidosis; enfermedad de Gaucher, Niemann-Pick, Hand-Schüller, Christian.
• Amiloidosis.
• Inflamaciones: aparece tumor esplénico inflamatorio “esporógeno” (polvo, suciedad). Se observa un
bazo engrosado, blando (a menudo delicuescente y quebradizo), rojo-grisáceo. Aparece en todos los
procesos inflamatorios graves; tales como: peritonitis, neumonÃ−a, endocarditis bacteriana, etc., y
también en la destrucción intensa de proteÃ−nas (tumores malignos con necrosis).
Amiloidosis:
Trastorno adquirido o congénito del sistema inmunitario, con formación de cadenas ligeras de anticuerpos
que se polimerizan extracelularmente y originan fibrillas (de 70 a 80 A de diámetro).
La amiloidosis puede ser:
• Amiloidosis tÃ−pica: presenta dos formas: a) el bazo se encuentra hipertrofiado, rÃ−gido y duro con una
superficie de corte lardácea, brillante. Esta amiloidosis afecta a la pulpa roja, el depósito de sustancia
amiloidea es predominantemente en la pulpa roja; b) es una amiloidosis más rara, caracterizada por el
depósito de la sustancia amiloidea en los folÃ−culos (bazo de sagú), que forma nódulos
blanco-grisáceos, brillantes, enrojecidos, que sobresalen de la superficie. El depósito se encuentra
predominantemente en la pulpa blanca.
• Amiloidosis atÃ−pica: amiloidosis senil, aparece en el 3% de autopsias de personas de más de 70 años.
• Amiloidosis senil: se asocia con células plasmáticas.
• Riñones
Una vez extraÃ−dos los riñones los pesamos por separado y los decapsulamos. Para decapsular hacemos un
corte superficial con un bisturÃ− y con cuidado. Al decapsular buscamos:
• Adherencias o dificultad en la decapsulación; ésta es frecuente en la pielonefritis y en esclerosis
renal hipertensiva (afectación renal de origen arterioesclerosa que cursa con cicatrices corticales y/o
atrofia cortical, que produce con frecuencia hipertensión arterial. También presenta quistes
urinÃ−feros subcapsulares.
• Que la superficie renal sea lisa y uniforme. Es importante ver si presenta otro aspecto, tal como:
• Agranular: glomerulonefritis.
• Cicatrices y quistes en la esclerosis.
• Abscesos: en la sepsis.
• Tumores.
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La apertura del riñón es en “libro”, mediante un corte longitudinal que pasa por la pelvis y uréter,
incluyendo ambos polos renales. AquÃ− debemos observar:
• Si hay o no buena diferenciación corticomedular. Normalmente la corteza es de 0,7 a 1 cm de
grosor, aspecto granular fino (por los glomérulos), y amarillenta. La zona medular es más oscura
y presenta aspecto radial (por los tubos colectores que desembocan en la papila renal).
• Si hubiera tumores como el carcinoma de células uroteliales, que es frecuentemente papilar.
• Cicatrices.
• Posibles infartos triangulares (pequeños trombos o émbolos). Suelen ser blancos o pálidos.
Posteriormente pasaremos a la apertura de la pelvis, cálices y uréteres. A continuación tomaremos
muestras para histologÃ−a de ambos riñones recogiendo dichas muestras de la corteza, médula, pelvis y
uréter.
• Vejiga y próstata
En el varón separamos el recto, lo abrimos, lavamos y observamos. Si hubiera un carcinoma de próstata
podrÃ−a estar infiltrado en el recto (también son frecuentes las metástasis en vértebras lumbares).
Abrimos la vejiga por su cara anterior. Al abrir la uretra cortamos la parte anterior de la próstata. Separamos
la próstata de la vejiga (no se puede separar de la uretra prostática) y pasamos a pesarla. Estará aumentada
en la hiperplasia glandular prostática o adenoma de próstata, crecen de tamaño de forma simétrica los
dos lóbulos laterales y el medio.
Lo diseccionamos en lonchas de 0,5 cm o menos, mediante cortes seriados transversales, perpendiculares al
eje principal de la uretra prostática. Observamos con cuidado cada loncha buscando la presencia de:
• Carcinoma de próstata: zonas blanquecinas irregulares induradas en la parte externa de la
glándula subcapsular posterior.
• Prostatitis: contenido blanquecino purulento o sucio.
• En la hiperplasia de próstata se produce con frecuencia obstrucción de la uretra y la vejiga
presenta un aspecto denominado “vejiga de lucha”; hiperplasia de sus fibras musculares lisas y
pseudivertÃ−culos o herniaciones del urotelio entre las fibras.
Tomas para histologÃ−a de ambos lóbulos laterales prostáticos, vejiga y uretra.
• TestÃ−culos
ExtraÃ−dos de las bolsas escrotales, se pesan por separado, izquierdo y derecho.
Se efectúa un corte longitudinal, siguiendo el eje mayor del órgano, iniciando el corte por la zona convexa
contraria al hilio e incluyendo en el corte al epidÃ−dimo. La túnica envolvente es blanquecina, brillante, lisa
y dura.
El parénquima testicular presenta un color pardusco pálido y es filante a la tracción: si pellizcamos
ligeramente con unas pinzas el parénquima y tiramos hacia arriba salen unos finos hilos blanquecinos que
corresponden a los túbulos seminÃ−feros en un testÃ−culo normal. Los testÃ−culos de varones de edad
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avanzada no suelen ser filantes por la fibrosis y atrofia tubular.
La posible patologÃ−a testicular puede ser la siguiente:
• Fibrosis.
• Hematomas.
• Tumores.
• Orquitis.
Se tomarán muestras de ambos testÃ−culos, incluyendo la túnica en el corte y ambos epidÃ−dimos.
• Aparato genital femenino
El bloque pélvico en la mujer lo separamos en sus tres componentes:
• Anterior: vejiga y uretra.
• Medio: aparato genital femenino.
• Posterior: recto (que se abre y se estudia como en el varón).
El repliegue peritoneal entre aparato genital femenino (útero) y recto, llamado fondo de saco de Douglas,
podrá tener contenido lÃ−quido, infeccioso, hemorrágico o tumoral metastásico que conviene investigar.
Los carcinomas de útero pueden infiltrar recto o vejiga por contigüedad y viceversa.
El aparato genital femenino lo observaremos externamente en su integridad. Cada ovario se abre mediante un
corte longitudinal en dos mitades. Después estudiaremos la trompa mediante cortes transversales.
Abriremos la vagina por su cara anterior con tijeras.
Pasamos a pesar el útero, lo abrimos mediante un corte frontal dividiéndolo en dos mitades: anterior y
posterior, de manera que en cada una se conserve la mucosa endometrial correspondiente. Para realizar este
corte introducimos unas pinzas por el orificio cervical, abriéndola después en sentido antero-posterior.
Cortamos con escalpelo o bisturÃ−, sujetando el útero en posición invertida, apoyando la cara externa del
fondo uterino sobre la mesa. Una vez cortado estudiamos la mucosa endometrial buscando posible
patologÃ−a:
• Zonas hemorrágicas.
• Pólipos, hiperplasias o adenocarcinomas.
• PatologÃ−as del embarazo.
• Carcinomas cervicales…
Si se observan nódulos miometriales seccionamos a través de ellos; estos nódulos serán posibles
leiomiomas.
Se secciona cada mitad del útero, a su vez, en dos mitades, con el objeto de obtener una fina lámina
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posterior y otra anterior que contenga:
• Cuerpo uterino.
• Istmo.
• Cuello.
Estas partes uterinas deben contener las tres capas: mucosa, músculo liso y serosa. Asimismo incluiremos
para estudio histológico muestras de: ovarios y trompas (ambos), cuerpo, istmo, cérvix y vagina.
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