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Texto: Ezequiel capítulo 28 :12-19
Comentario bíblico adventista, t. 4, pp. 705, 706
12 Hijo de hombre, levanta endechas
sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho
Jehová el Señor: Tú eras el sello de la
perfección, lleno de sabiduría, y acabado
de hermosura.
12.
Rey de Tiro.
Los versículos 11-19, aunque son una
endecha por el rey de Tiro, sin duda tienen
una aplicación más amplia que la que se
hace directamente al príncipe de Tiro. Las
figuras trascienden tan ampliamente una
aplicación tan limitada, que ni siquiera la
suposición de que este pasaje sea
"extremadamente irónico" puede resolver
los problemas que surgen si sólo se le da
una aplicación local.
Las siguientes declaraciones parecen
sumamente difíciles de aplicar a un rey
literal de Tiro: (1) "En Edén, en el huerto
de Dios estuviste", vers. 13; (2) "Tú,
querubín grande, protector, yo te puse en
el santo monte de Dios" vers. 14; (3)
"Perfecto eras en todos tus caminos desde
el día que fuiste creado, hasta que se halló
en ti maldad". vers. 15; (4) "Yo te eché
del monte de Dios, y te arrojé de entre las
piedras del fuego, oh querubín protector",
vers. 16. Pareciera que mientras Ezequiel
contemplaba en visión el carácter y las
actividades del rey de Tiro, la Inspiración
levantó el velo entre lo visible y lo
invisible para permitir que el profeta viera
al ser invisible, pero poderoso, a quien
servía el rey de Tiro. 705 En forma similar
se le había permitido a Isaías que viera,
más allá del rey literal de Babilonia (cap.
14: 4), a Satanás, cuyo carácter y política
practicaba el rey de Babilonia (vers. 1216).
Por esto es más adecuado considerar este
pasaje como una digresión de la profecía
contra el príncipe de Tiro, para presentar
la historia del que era en verdad el rey de
Tiro: Satanás mismo. Si se entiende así,
este pasaje nos proporciona la historia del
origen, la posición inicial y la caída del
ángel que más tarde llegó a conocerse
como el diablo y Satanás. Si no fuera por
este pasaje y el que se encuentra en Isa.
14: 12-14, no tendríamos ningún relato
razonablemente completo del origen, de la
condición inicial y de las causas de la
caída del príncipe del mal. Las referencias
1
13 En Edén, en el huerto de Dios
estuviste; de toda piedra preciosa era tu
vestidura; de cornerina, topacio, jaspe,
crisólito, berilo y ónice; de zafiro,
carbunclo, esmeralda y oro; los primeros
de tus tamboriles y flautas estuvieron
preparados para ti en el día de tu creación.
neotestamentarias sobre este ser (Luc. 4:
5-6; 10: 18; Juan 8: 44; 1 Juan 3: 8; 2 Ped.
2: 4; Jud. 6; Apoc. 12: 7-9; etc.), aunque
concuerdan perfectamente con estas
antiguas profecías, por sí mismas no
proporcionan la historia completa.
El Espíritu Santo fue quien planificó y
unificó las Escrituras. Fue el Espíritu
quien se aseguró que se diera suficiente
información acerca de todos los asuntos
esenciales, incluso la historia de Satanás.
Además, fue el Espíritu quien determinó
cuándo, cómo, y por medio de quién se
habría de dar la revelación. La ocasión
que se considera en este pasaje era muy
apropiada, pues el príncipe de Tiro había
imitado en forma notable a su verdadero
líder, el diablo. A la luz del gran conflicto,
Tiro, junto con todas las naciones
paganas, estaba bajo el dominio de los
principios de este gran caudillo rebelde, y
su influencia en la historia de esas
naciones debía ser debidamente expuesta.
Ver en PP 11-23 y CS 546-558 un estudio
del origen y del destino de Satanás.
Tú eras el sello.
La palabra que aquí se traduce como
"sello" en el cap. 43: 10 se traduce como
"diseño". El sentido general es claro.
Lucifer estaba dotado de sabiduría, gloria
y hermosura más que todos los otros
ángeles.
13.
Edén.
Debe entenderse en su sentido más
amplio: la morada de Dios (ver PP 13). El
contexto muestra que Lucifer no había
caído todavía. La creación de nuestra
tierra, la ubicación de nuestros primeros
padres en el Edén ocurrieron después de
su caída (ver PP 14; 3SG 33; 1SP 23; PE
146).
Toda piedra preciosa.
Las piedras que se nombran aquí aparecen
también en la lista de las que se
encontraban en el pectoral del sumo
sacerdote (Exo. 28: 17-20; 39: 8-14). Sin
embargo, no se las nombra en el mismo
orden. Además, hay tres que no aparecen
aquí. En la LXX las dos listas son
2
14 Tú, querubín grande, protector, yo te
puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste; en medio de las piedras de
fuego te paseabas.
idénticas. La enumeración de estas joyas
destaca la excelsa posición de quien,
después de Cristo, era el personaje más
digno de honor en el cielo.
Tamboriles.
Plural de tof, por lo general un tamborcito
de mano (t. III, p. 32). Algunos piensa que
tof se refiere aquí al lugar en donde era
engarzada la gema.
Flautas.
Heb. néqeb, palabra oscura que tal vez
significa "pasaje subterráneo" o "mina".
Hay quienes piensan que esta palabra hace
alusión a la cavidad en la cual se
engarzaba la piedra. Si esto fuera así, el
pasaje estaría hablando de la hermosa
montura en la cual estaban engarzadas las
piedras preciosas. La BJ traduce: "En oro
estaban labrados los aretes y pinjantes que
llevabas", pero admite que se trata de una
"traducción dudosa". Por otro lado, si se
habla aquí de instrumentos musicales, esto
corresponde con Lucifer, quien fue
director de los coros del cielo (1SP 2829).
El día de tu creación.
Por cuanto era un ser creado, Lucifer era
definidamente inferior al Padre y al Hijo,
en quienes está la vida original, intrínseca,
propia. A pesar de esto, Lucifer pretendió
ser igual al Hijo. Cuando Dios dijo al
Hijo: "Hagamos al hombre a nuestra
imagen", Satanás quedó celoso de Jesús
(ver PE 145). Deseaba que se lo
consultara en relación con la formación
del hombre. Cuando aspiró a tener el
poder que sólo le correspondía ejercer a
Cristo, cayó de su excelsa posición y se
convirtió en el diablo. Es incorrecto decir
que Dios creó al diablo o Satanás. El
Señor creó a un hermoso ángel, santo y
sin mancha, pero este ángel se convirtió a
sí mismo en el demonio.
14.
Querubín grande.
La palabra hebrea mimshaj, aquí traducida
como "grande", no tiene una traducción
precisa conocida. La figura del querubín
protector o cubridor por encima del
propiciatorio en el tabernáculo judaico
3
ilustra la posición original de Satanás.
Lucifer, el querubín cubridor o protector,
estaba en la luz de la presencia de Dios.
Era el más excelso de todos los seres
creados, y el más encumbrado en revelar
los propósitos de Dios para el universo
(ver DTG 706).
Santo monte.
Esta figura representa la 706 sede del
gobierno de Dios, es decir, el cielo mismo,
representado por la figura de un monte
(ver com. Sal. 48: 2).
Piedras de fuego.
Con frecuencia se presenta a Dios como si
estuviera rodeado de fuego y de brillo
(Apoc. 4: 3). Cuando el Señor se reveló a
Moisés, a Aarón y a otros personajes de la
antigüedad, éstos vieron los pies de Dios
sobre un "embaldosado de zafiro" (Exo.
24: 10). Se mencionan estos detalles para
hacer destacar el contraste entre los
privilegios que Lucifer tenía
originalmente, y la suerte que le tocó
después de su caída.
15 Perfecto eras en todos tus caminos
15.
desde el día que fuiste creado, hasta que
Hasta que se halló en ti maldad.
se halló en ti maldad.
En PP 11-23 y CS 546-558 se describe en
forma detallada la naturaleza del pecado
que ocasionó la exclusión de Satanás del
cielo.
16 A causa de la multitud de tus
16.
contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y La multitud de tus contrataciones.
pecaste; por lo que yo te eché del monte
"La amplitud de tu comercio" (BJ). Esta
de Dios, y te arrojé de entre las piedras del figura está tomada del enorme comercio
fuego, oh querubín protector.
de Tiro. No desaparece la figura del rey
Tiro. La nefasta obra de Lucifer, quien
diseminó la rebelión en el cielo, es
comparada con el comercio de Tiro,
movido por la avaricia y muchas veces
fraudulento.
Te arrojé.
Con una ligera modificación de vocales, la
palabra dice: "te destruiré". En Apoc. 12:
7-9 se describe a Miguel (Cristo, ver com.
Dan. 10: 13) como el caudillo de las
fuerzas que expulsan al gran rebelde del
cielo.
17 Se enalteció tu corazón a causa de tu
17.
hermosura, corrompiste tu sabiduría a
Se enalteció.
causa de tu esplendor; yo te arrojaré por
En relación con la causa de la caída de
4
tierra; delante de los reyes te pondré para
que miren en ti.
18 Con la multitud de tus maldades y con
la iniquidad de tus contrataciones
profanaste tu santuario; yo, pues, saqué
fuego de en medio de ti, el cual te
consumió, y te puse en ceniza sobre la
tierra a los ojos de todos los que te miran.
19 Todos los que te conocieron de entre
los pueblos se maravillarán sobre ti;
espanto serás, y para siempre dejarás de
ser.
Lucifer, ver las referencias que aparecen
en com. vers. 15.
18.
Profanaste tu santuario.
Si bien la palabra santuario aparece en
singular en el texto masorético, está en
plural en muchos manuscritos, en los
tárgumes y en las versiones siríacas. Sin
lugar a duda se hace referencia aquí al
santuario celestial que fue profanado por
la entrada del pecado.
Te puse en ceniza.
Se presenta la destrucción de Satanás con
la figura de la destrucción de la ciudad de
Tiro y de su rey por medio del fuego. En
realidad, la aniquilación del instigador del
mal será efectuada por los fuegos que en
el día final quitarán todo vestigio de
pecado y purificarán la tierra para que
pueda ser el hogar de los redimidos
(Apoc. 20: 14-15; 21: 1).
19.
Se maravillarán.
Esta frase debe formar parte de la figura.
Satanás vivirá mucho más tiempo que los
otros pecadores en el lago de fuego (PE
294-295). Los redimidos que estén dentro
de la ciudad serán testigos del resultado
del fuego renovador.
Para siempre dejarás de ser.
Esta declaración proporciona la seguridad
de que el pecado, una vez erradicado,
nunca más volverá a empañar el universo
de Dios (ver Nah. 1: 9). Al permitir que
madurara plenamente la rebelión, Dios ha
asegurado el futuro. Los habitantes del
vasto universo de Dios han desarrollado
una inmunidad espiritual contra el mal que
los asegura contra cualquier futura
transgresión. Los resultados de haberse
apartado de los principios del gobierno de
Dios son plenamente conocidos. Todos
están convencidos de la justicia, la bondad
y la sabiduría del carácter de Dios. El
pecado nunca alterará la perfecta armonía
que existirá en el nuevo mundo que Dios
haya creado de nuevo.
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