Principios sobre la Homosexualidad

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Principios sobre la Homosexualidad
1.
El Magisterio eclesiástico universal se ha referido a ella en la Declaración de la CDF
Persona Humana (29.XII.75), en la Carta de la CDF a los obispos de la Iglesia católica sobre
la atención pastoral a las persona homosexuales Homosexualitatis problema (1.X.1986) y en
la Carta de la CDF a los obispos de Estados Unidos sobre la Respuesta a propuestas de ley
sobre la no discriminación de las personas homosexuales (1992). También el consejo
Pontificio para la Familia se refiere a esta misma cuestión en Sexualidad humana: verdad y
significado, Orientaciones educativas en familia (8.XII.1995) y en el Documento Familia,
matrimonio y "uniones de hecho" (26.VII.2000).
Los Obispos españoles publicaron una Nota de la Comisión Permanente del Episcopado
español sobre Matrimonio, familia y "uniones homosexuales" (24.VI.1994)
1. La homosexualidad como tendencia
La tendencia homosexual, no es "en sí pecado, constituye sin embargo una tendencia más o
menos fuerte hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral.
Por este motivo la inclinación misma debe ser considerada como objetivamente
desordenada. Quienes se encuentran en esta condición deben ser objeto de una particular
solicitud pastoral para que no lleguen a creer que la realización concreta de tal tendencia en
las relaciones homosexuales es una opción moralmente aceptable" Carta HP n. 3
El origen de la tendencia homosexual masculina
La cuestión de una posible predisposición biológica hacia la homosexualidad no está todavía
suficientemente aclarada.
En estos casos la tarea del joven varón de separarse de la relación infantil con la madre y
establecer en su lugar una identificación preferencial con el padre se ha hecho demasiado
difícil.
El origen de la tendencia homosexual femenina
La chica... debe aprender de su madre el valor de ser mujer; debe adquirir también una
seguridad suficiente en la relación con los varones y, sobre todo, con su padre. La
realización de estas tres tareas puede ser defectuosa....
Carácter defensivo de las relaciones homosexuales
El encuentro heterosexual se da entre dos personas diversas física y también
psicológicamente y, por lo tanto, complementarias como varón y mujer; y las diferencias
son causa de alegría. En el encuentro homosexual falta esta diversidad y
complementariedad. Incluso la diferencia numérica parece a veces oscurecerse. Para cada
uno, el otro se convierte en parte de su propio "sistema defensivo".
Variedad concreta de la condición homosexual
En la persona homosexual manifiesta, la gratificación homosexual posee importancia
primaria, aunque también son importantes las motivaciones de dependencia y de dominio.
En el pseudohomosexual prevalece la motivación de dependencia o de dominio.
La homosexualidad imaginada o temida afecta sobre todo a los adolescentes en períodos de
mayor inseguridad o depresión.; parece una forma de hipocondría psicológica. La
homosexualidad puberal impulsa al joven hacia un compañero del mismo sexo, porque aún
no ha madurado y porque su sexualidad no ha asumido aún una forma unívoca y consciente.
Pueden darse casos de bisexualidad, de quienes sienten inclinación por el propio y el distinto
sexo.
La pederastia indica las relaciones sexuales con personas jóvenes del mismo sexo.
Hay homosexuales ocasionales, por determinadas circunstancias de aislamiento, como las
cárceles.
La educación para la madurez ?integración e integridad? del amor sexual
Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La
diferencia y la complementariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los
bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armonía de la pareja y de la
sociedad depende en parte de la manera en que son vividas entre los sexos la
complementariedad, la necesidad y el apoyo mutuos. (CEC 2333).
2. El comportamiento homosexual
La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una
atracción sexual, exclusiva o predominante, hacía personas del mismo sexo. Reviste formas
muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran
medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como
depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1,10), la Tradición ha
declarado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados" (CDF,
decl. "Persona humana" 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de
la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden
recibir aprobación en ningún caso. (CEC N: 2357).
N:2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de
dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una
amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse
gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
3. La cultura homosexual
La "cultura homosexual", o sea, la voluntad deliberada de justificar y hasta de exaltar la
homosexualidad. El pensamiento cristiano es especialmente severo con ella.
En efecto, no ser por sí sólo toda la humanidad, sino ser solamente hombre o mujer, sin
haberlo escogido, forma parte de nuestra condición de criaturas delante de Dios. Los que
promueven una cultura homosexual tienden a afirmar el señorío soberano del hombre sobre
su condición carnal y, por ello, a erigirse en hombre todopoderoso rival de la todopoderosa
potencia paterna de Dios. En este espíritu, S. Pablo, en el célebre texto a los Romanos,
relaciona la cultura homosexual con el rechazo de Dios y con la idolatría.
El disentimiento teológico respecto a la enseñanza del Magisterio de la Iglesia
La cultura homosexual no es ajena a movimientos y tendencias intelectuales, pastorales y
prácticos que pretende justificar la licitud de comportamientos homosexuales.
El rechazo del Magisterio eclesiástico sobre la conducta homosexual se apoya en la crítica a
la fundamentación racional ?en el orden de la creación? enraizada en una noción errónea de
la autonomía ética del hombre, en una desvalorización del cuerpo propia del dualismo para
el que los dinamismos corporales carecerían de significado moral ?no habría propiamente un
"lenguaje del cuerpo" que tuviese significado moral? sino que todo el significado ético
procede de la libertad desencarnada, ya sea en la autoposición de sí misma como creadora de
significado moral, ya en el cálculo de optimización de resultados de carácter psicológico,
social, sanitario, etc.
Esta crítica intenta fundamentarse en una interpretación de la revelación que no mantiene la
unidad de la sagrada Escritura, magisterio y Tradición.
La Carta Homosexualitatis problema advierte que "Dentro de la Iglesia se ha formado
también una tendencia, constituida por grupos de presión con diversos nombres y diversa
amplitud, que intenta acreditarse como representante de todas las personas homosexuales
que son católicas. Pero el hecho es que se sus seguidores, generalmente, son personas que, o
ignoran la enseñanza de la Iglesia, o buscan subvertirla de alguna manera. Se trata de
mantener bajo el amparo del catolicismo a personas homosexuales que no tienen intención
alguna de abandonar su comportamiento homosexual.
La regulación legal de las uniones homosexuales
El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial,
esencialmente heterosexual, como base ineludible de la familia. Por lo tanto, no es aceptable
la legalización que equipare de algún modo las llamadas uniones homosexuales con el
matrimonio. Las leyes no tienen por qué sancionar "lo que se hace" convirtiendo el hecho en
derecho. Es verdad que las normas civiles no siempre podrán recoger íntegramente la ley
moral, pues "la ley civil a veces deberá tolerar, en aras del orden público, lo que no puede
prohibir sin ocasionar daños más graves". Pero esta tolerancia no podrá extenderse a los
comportamientos que atentan contra los derechos fundamentales de las personas, entre los
cuales se cuentan "los derechos de las familias y del matrimonio como institución". En estos
casos el legislador lejos de plegarse a los hechos sociales ha "de procurar que la ley civil
esté regulada por las normas fundamentales de la ley moral"20. De lo contrario se haría
responsable de los graves efectos negativos que tendría para la sociedad la legitimación de
un mal moral como el comportamiento homosexual "institucionalizado".
Carta a las familias:: "¿Quién puede negar que la nuestra es una época de gran crisis, que se
manifiesta ante todo como profunda "crisis de la verdad"? Crisis de la verdad significa en
primer lugar, crisis de conceptos. Los términos "amor", "libertad", "entrega sincera", e
incluso "persona", "derechos de la persona", ¿significan realmente lo que por naturaleza
contienen? He aquí por qué resulta tan significativa e importante para la Iglesia y para el
mundo ?ante todo en occidente? la Encíclica sobre el "esplendor de la verdad" (Veritatis
splendor). Solamente si la verdad sobre la libertad y la comunión de las personas en el
matrimonio y en la familia recupera su esplendor, empezará verdaderamente la edificación
de la civilización del amor".
Bilbiografía: Además de los documentos del Magisterio citados,
· RATZINGER et alii, Atención pastoral a las personas homosexuales, (PALABRA),
· JUTTA BURGRAFF, Cartas a David, (Folletos MC, PALABRA),
· G. VAAN DER AARDWEG, Homosexualidad y esperanza, (EUNSA)
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