ARQUITECTURA BARROCA:

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ARQUITECTURA BARROCA:
El barroco tuvo lugar durante el Siglo XVII, iniciándose luego de la guerra
La actitud de duda en la cual estaba sumido el
hombre manierista, es convertida en certeza por
de los 30 años, donde después del cisma religioso, la iglesia se reorganiza
pensadores del siglo XVII, como Descartes,
con el movimiento de la contrarreforma, alcanzándose así un nuevo
quién llegó a la conclusión de que su propia
equilibrio existencial.
duda, como pensamiento, representa la única
La actitud de duda y alienación de la cual era víctima el hombre manierista,
certeza (pienso, luego existo). Es decir que el
hombre obtenía seguridad existencial gracias a su
es derrumbada hacia fines del siglo XVI por Descartes, quién habiendo
pensamiento, el cual podría caratularse de
descubierto que puede dudarse de todo, llegó a la conclusión de que su duda,
pluralista en función de que ofrecía al individuo
como pensamiento, representaba la única certeza. sobre la base de esta
varias alternativas mediante las cuales poder
certeza procede a elaborar un sistema comprensivo de “hechos”. Él
canalizar dicho pensamiento. Podía elegir entre
la religión, la filosofía, la política, etc., pero
manifestaba que mediante el pensamiento se podía llegar a la certeza
todos estos caminos conducían siempre a un
absoluta, con lo cual se alejaba de la duda, valiéndose de un sistema
mismo fin: el deseo de certeza absoluta, en
absoluto e integrado, basado en axiomas y dogmas apriorísticos. Es así que
sustitución del perdido “cosmos”, valiéndose
el extraviado cosmos fue sustituido por la investigación científica. El hecho
para ello de estudios científicos que dan lugar a
un sistema absoluto.
de que el hombre gozara de varios caminos alternativos (religión, filosofía,
economía y política) para la búsqueda de un mismo fin (un sistema absoluto
que le de seguridad existencial en reemplazo del perdido cosmos) le propinó al siglo Barroco el carácter de pluralista.
El mundo Barroco se caracterizó por una organización sistemática o actitud de sistema. Estos sistemas eran abiertos,
dinámicos y centralizados: eran abiertos por que se extendían mas allá de sus límites, dinámicos por que al no ser cerrados
permiten su propagación o extensión y eran centralizados, por que la propagación solo se hace efectiva en relación a un
punto central. Estos puntos centrales eran focos de fuerzas radiantes, que vistas desde el centro mismo, no tenían límites
espaciales, es decir que se prologaban hacia el infinito. En suma: el siglo XVII se regía por sistemas, los cuales eran
absolutos e integrados, pero a la vez tenían un carácter abierto y dinámico, ya que partiendo de un punto fijo central,
podían extenderse infinitamente.
Otro hecho que terminó por justificar aún mas la conciencia sistemática del siglo XVII fue la confirmación del
descubrimiento de un nuevo continente, lo que tornó aún mas ilimitado, al ya abierto y dinámico mundo barroco: con el
descubrimiento de América, Europa trasciende sus fronteras extendiéndose “infinitamente” y llevando al hombre a
aventurarse en la exploración de nuevas rutas, no solo a nivel geográfico, sino también a nivel científico. Es decir que se
alentó a una expansión general de las distintas actividades humanas, lo que implicó la profundización en el estudio de cada
una de las ciencias: toda disciplina se vio forzada a definir su propio campo sin invadir el ajeno, lo que significó la
separación entre arte y ciencia. Por tal motivo, el hombre universal del renacimiento se vio reemplazado por el individuo
especializado en un solo rubro. En consecuencia el hombre barroco no osaba ser artista, filósofo o científico a la vez, sino
que tenía una dedicación exclusiva a una sola disciplina.
La persuasión es otra de las cualidades fundamentales de la ideología barroca. Mediante ella los sistemas se valían para
demostrar que sus alternativas eran operantes. La persuasión era la herramienta con la cual las distintas ciencias trataban de
convencer al hombre de que solo su metodología era la eficaz. Para ello se valían de un lenguaje común y lo mas simple
posible, de manera tal que pueda ser entendido hasta por la persona mas ignorante e inculta. La iglesia recurrió a las
imágenes visuales (pinturas y otras representaciones) como medio de persuasión, dado que son medios de comunicación
mas directos que la demostración (explicación) lógica, y además accesibles a los analfabetos, que constituían una cifra
importante de población. Es así que el arte gana importancia primordial en la época barroca, ya que como bien dice el
refrán “una imagen vale mas que mil palabras”. En consecuencia el arte Barroco se concentra en imágenes vivaces de
situaciones reales y subreales, mas que en los hechos históricos.
A la arquitectura barroca puede definírsela
La arquitectura barroca se inició en Roma, como expresión de la nueva seguridad
como ecléctica o inclusiva, en función de
alcanzada por la iglesia con el movimiento de la contrarreforma, es muy
que tiene en cuenta todas las etapas
absorbido por Francia y luego se difunde por toda Europa. El primer protagonista
históricas de la arquitectura (desde la
cultura griega hasta el Renacimiento)
fue Carlo Maderna (1556-1629) al cual lo sucedieron Lorenzo Bernini (1598tratando; al tomar diversos aspectos de cada
1680) y Francesco Borromini (1599-1667) quienes desarrollaron el barroco casi
una; de lograr una gran síntesis. Solo
hasta su madurez, destacándose ya en esa etapa, Guarino Guarini (1624-1683).
rehuye al conflicto manierista, pues una
Cada uno le agregó una característica propia, que modeló paulatinamente el
auténtica síntesis no admite duda. Por
consiguiente la arquitectura barroca expresa
estilo.
seguridad y victoria. Evidentemente el
Para describir la arquitectura Barroca se pueden utilizar los mismos términos
individuo había reconquistado el equilibrio
manejados hasta ahora para la descripción de la actitud humana y la forma de
existencial, el cual había extraviado en las
vida de la época barroca: sistema, centralización, extensión y movimiento. El
primeras décadas del siglo XVI.
paisaje barroco se conforma de una red de sistemas centralizados que, idealmente
tienen una extensión infinita. Sus ciudades eran el núcleo de una región determinada, es decir que su influencia se extendía
mas allá de sus límites. A su vez, los elementos que integraban esas ciudades (los edificios) se organizaban de manera
análoga: los elementos que integran un edificio Barroco operan y se subordinan recíprocamente a un centro dominante, a
partir del cual se extienden infinitamente sobre el entorno, expresando seguridad.Vemos entonces que las propiedades
fundamentales del espacio barroco son el centro dominante, la extensión infinita y la capacidad plástica persuasiva. El
Barroco cierra un periodo de la historia de la cultura occidental, conocido como humanismo.
La ciudad:
Al contrario de las ciudades medievales y renacentistas, de carácter estáticos y cerrados, las ciudades barrocas eran el
centro de fuerzas que se extendían mas allá de sus límites, es decir que presentaban un perfil abierto. En especial las
ciudades capitales, entre las que sobresalían Roma y París. Ambas ciudades eran el punto de referencia o centro del mundo
entero, reduciendo a los centros secundarios a meros satélites sin una vida propia. En la estructura interior de las ciudades
se dio el mismo fenómeno. Allí las normas estipulaban que las casas tenían que estar juntas y que los espacios abiertos
entre los edificios habrían de cerrarse con paredes desnudas. Es evidente que la finalidad de dichas normas era unificar el
panorama urbano, subordinando a los edificios a un carácter mas general: la ciudad. Así la gran urbe se constituye de
espacios coherentes definidos por superficies edificadas continuas. Por tanto vemos que en la ciudad barroca los edificios
pierden su individualidad plástica, para formar parte de un sistema superior mas general. Eso significa que el espacio entre
los edificios gana importancia como elemento conformador de la totalidad urbana, y ya no se lo maneja como un ente
transitivo entre un edificio y el otro.
Las plazas:
La planificación barroca organiza la extensión relacionándola con un centro, el cual por lo general suele ser el dominante
entre ambos. Estos centros o nudos del sistema, implican una detención o interrupción del movimiento horizontal, por lo
que deben definirse por medio de un eje vertical, en razón de lo cual muchos de ellos eran representados mediante
obeliscos (para el caso de plazas). Pero en otros casos se utilizaban edificios (generalmente iglesias) cuya altas cúpulas
interrumpían la extensión horizontal de la ciudad y creaban el nodo. Los nodos también pueden estar definidos por una gran
extensión espacial, es decir por la plaza misma.
La mas representativa de todas las plazas es la Plaza de la iglesia de San pedro, la
Bernini afirmaba que, siendo la iglesia
cual representaba el centro del mundo católico romano, y donde Bernini, por medio
San Pedro la “matriz” de todas las
de columnatas, acompaña lateralmente el espacio elíptico, con la intención de
iglesias, debía poseer un elemento que
simbolizar los “brazos abiertos y envolventes de la iglesia”. El espacio elíptico se
demostrase materialmente (pórticos) la
recepción con los “brazos abiertos”
desarrolla en torno a un obelisco, el cual se conecta con el interior de la iglesia
hacia los fieles católicos.
mediante un eje longitudinal, que remata en el eje vertical definido por la cúpula
celestial, el cual determina una centralidad mas general, en función de la totalidad urbana y mas aún, de la totalidad
mundial. Al espacio oval puede definírselo como “cerrado y abierto” al mismo tiempo: por un lado se ve claramente
definido por la columnata, pero a su vez, la “transparencia” de la misma, provoca la trascendencia de dicho espacio, que se
conecta con una realidad exterior mas basta. Por toro lado la forma elíptica en si misma, representa una extensión en
relación al nodo vertical personificado por el obelisco.
La elipse consta de
tres focos , en el
del centro se ubica
el obelisco,
mientras que en los
laterales se
implantaron
fuentes, desde
donde se percibe a
los pórticos como
transparentes, dado
que las columnas
se ubican
radialmente a estos
puntos.
Al obelisco convergen las direccionales generales,
determinando el centro de la plaza, en donde se interceptan los
dos ejes principales: el transversal uniendo al obelisco con las
dos fuentes, y el longitudinal, uniendo al mismo con la iglesia.
Los edificios:
Se caracterizan por la vitalidad plástica y la riqueza espacial. El edificio barroco esta
constituido por elementos espaciales en interacción, modelados por fuerzas externas e
internas, que producen una efusión de curvas y formas plásticas, de modo tal que el espacio
no circunda a la arquitectura, sino que se manifiesta en sus formas.
Las iglesias barrocas presentaban básicamente dos modelos de plantas: la planta central
alargada y la planta longitudinal centralizada, ambas arrastradas desde las últimas décadas
del manierismo, y surgidas a partir de la intención de fusionar los esquemas longitudinal y
centralizado, que terminó dando origen a las típicas plantas elípticas barrocas. Es decir que se tendió en ambos casos hacia
una integración espacial, manejando al espacio como una herramienta mediante la cual se moldea la arquitectura. Así los
espacios se tornan totalidades indivisibles. Tal carácter era subrayado sobre todo mediante la continuidad de los muros
perimetrales y evitando el uso de ángulos rectos, en su lugar se prefería la curvatura. Esto hacía que los espacios sean
entendidos como una “unidad” que puede articularse, pero nunca descomponerse en elementos independientes. Es decir
que los elementos no tenían significancia propia, sino que ganaban sentido en relación con la totalidad.
Mas adelante Guarini introdujo el principio de yuxtaposición de células interdependiente, que contribuyó a crear sistemas
espaciales abiertos, palpitantes y crecientes.
Dos tipos edilicios dominan la arquitectura civil del siglo
XVII: el palacio urbano y la residencia o villa campestre. En
Francia, donde la sociedad estaba cada vez mas secularizada,
las iglesias se convirtieron en un tema edilicio de segundo grado, pasando el palacio, a
ocupar el lugar de privilegio. El palacio urbano y la villa tendieron a unificarse
(conformando la villa suburbana), llegando a tener una estructura básica en forma de
herradura (igual que las villas manieristas). El punto de ubicación preferido para estos
palacios era el lugar en donde se encontraban la ciudad y el campo, es decir los
suburbios, lo que también se había dado en las villas manieristas. Al mismo tiempo la
organización interior se tornó mas confortable y sobre todo, mas diferenciada,
contribuyendo a la independización de los distintos recintos, lo que les otorgaba un
carácter mas privado.
San Ivo de la Sapiencia: Cúpula.
Borromini. Roma 1642.
La articulación:
Aunque los monumentales edificios tuvieran un gran valor plásticos, jamás quedaban aislados del conjunto, lo que sugiere
que la fachada barroca se da tanto en función del espacio urbano exterior como del edificio al que pertenecen. La cualidad
más notoria de la articulación del muro exterior barroco es la supresión de los motivos conflictivos propios de la
arquitectura manierista: la “obra del hombre” retorna con mayor seguridad sobre una base de almohadillado (obra de la
naturaleza), pero ahora se caracteriza por un orden colosal dominante, que la definen como un “gran portal”.
Hacia el centro de la fachada es típico un aumento de la intensidad plástica (similar a la última etapa del manierismo)
remarcándose así el eje longitudinal principal de la composición espacial.
En la arquitectura religiosa, la innovación mas destacada fue la introducción del muro ondulado
y continuo impuesto por Borromini.
Carlo Maderna: (1556-1629)
Maderna fue el arquitecto de la fachada y la nave de San Pedro: fue quién le otorgó
longitudinalidad a la iglesia de San Pedro, implantándole la planta en cruz latina. Una de sus
obras mas representativa es la iglesia de Santa Susana (Roma 1597) en donde se leen las
características típicas de su arquitectura: en su fachada exhibe una gran riqueza decorativa,
grupos de órdenes arquitectónicos en racimo, frontones repetidos y módulos salientes, que
contribuyen a enfatizar el acceso, ubicado en la parte central de la fachada.
Gian Lorenzo Bernini:
Era escultor, y al igual que Miguel Angel, despreciaba las reglas arquitectónicas, en función de los efectos escultóricos. Las
majestuosas curvas y la falsa perspectiva de la columnata de San Pedro (mas allá de no guardar relación alguna con el
edificio) son un ejemplo máxime de diseño urbano Barroco. Los efectos espaciales de Bernini eran esencialmente teatrales,
introducían al espectador en la composición y lo envolvían totalmente. Entre sus obras se destaca San Andrés del Quirinal
((Roma 1658).
San Andrés del Quirinal:
Tiene planta elíptica, coronada por una cúpula. Su fachada principal, con órdenes clásicos y frontones, tiene un pórtico
semicircular sobre un podio escalonado que sobresale de la fachada y, junto con un par de muros laterales curvos, sirve
para integrar el edificio con el entorno.
Planta
Francesco Borromini: (1599-1667)
Discípulo de Bernini. Manejo al espacio como un elemento definidor de la
arquitectura. Sus espacios son totalidades complejas e indivisibles,
caracterizándose por una búsqueda de la integración espacial, valiéndose para
ello del uso de muros continuos y de curvas convexas en lugar de ángulos
rectos. Su obra mas representativa es San Carlos de las Cuatro Fuentes (Roma
1635-1636).
San Carlos de las Cuatro Fuentes:
Es un claustro, cuyo tamaño y forma la asemejan a San Andrés del Quirinal,
pero su planta es mucho mas compleja, la cual se ve circunscrita por un sistema
de columnas ordenadas rítmicamente, donde no existen ángulos, los cuales son
reemplazados por curvas convexas, conformándose así un elemento espacial
unificado. Está cubierta por una cúpula elíptica. También su fachada principal se
dispone en un plano ondulado que le confiere cierto efecto de dramatismo y
dinamismo.
Planta
Guarino Guarini: (1624-1683)
Sus obras pertenecen al Barroco tardío y tienen gran complejidad espacial. En ellas propone plantas complejas, organizadas
en base a células interdependientes o interpenetrantes (ovoides solapados o volúmenes circulares) cubiertas con cúpulas
obtenidas mediante complejas intersecciones de bóvedas, logrando así organismos “palpitantes” con cierta “vitalidad”. Su
obra: San Lorenzo en Turín (1667).
San Lorenzo en Turín:
Organismo centralizado que se desarrolla en torno de un espacio octogonal, cuyos lados estan curvados convexamente
hacia el interior. Sobre el eje principal se agrega transversalmente un presbiterio ovalado, conforme al principio de
interdependencia o yuxtaposición palpitante. Dado que Guarini aquí no acrecienta el espacio principal mediante la
agregación de espacios secundarios, el conjunto se califica como edificio centralizado reducido.
A la izquierda corte transversal. Abajo
esquema de la planta en donde se puede ver
la yuxtaposición de células circulares. A la
derecha planta.
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