VACUNACIONES – PRESENTACIÓN (COMPLEMENTO AL POWER)

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VACUNACIONES – PRESENTACIÓN (COMPLEMENTO AL POWER)
Dr. Eduardo Ángel YAhbes
A. Contenido de las vacunas
1. Componentes inmunizantes
2. Componentes animales
3. Componentes químicos
A estos deben agregarse los contaminantes que pueden encontrarse en
cualquiera de ellos.
1. Componentes inmunizantes
Corresponden a los gérmenes hacia los cuales se desea generar una respuesta del
sistema inmune, sean bacterias o virus.
Para ello se utilizan gérmenes vivos y “atenuados” o inactivados. Dentro de los
inactivados pueden usarse fracciones de los mismos.
Es necesario aclarar algunos términos que se utilizan dentro de la concepción
vacunatoria.
Eficacia: se refiere a la capacidad que tiene una vacuna para generar el
aumento de los anticuerpos.
Efectividad: es la capacidad de disminuir la incidencia de la enfermedad
comparando poblaciones vacunadas con no vacunadas.
Eficiencia: se refiere a la disminución de los costos de padecer la enfermedad
comparada con no tenerla. En estos casos aparte de considerar el de la vacuna
habría que agregar el del tratamiento de los efectos adversos provocados.
Hay que reconocer que el aumento de anticuerpos no garantiza mayor
protección contra determinada enfermedad. Esto no es una elucubración teórica
sino está basada en datos estadísticos que veremos luego. La efectividad puede ser
neutra e incluso negativa. Es decir que presentan proporcionalmente más la
enfermedad quienes han sido vacunados.
2. Componentes animales.
Dado que muchas vacunas se preparan en material animal (huevo, conejo, vaca,
etc.), puede producirse no sólo la transferencia de proteínas animales que generan
alergias, también la posibilidad de transferir virus (como aconteció con el virus
simio 40 (SV40) productor de tumores malignos a nivel cerebral, óseo y linfático.
Incluso de “priones” (partículas proteicas modificadas) productores de la
Enfermedad Espongiforme Bovina (EEB o mal de la vaca loca).
Con relación a la atenuación de la virulencia es conveniente aclarar que esta es
relativa, dado que si bien puede atenuarse un aspecto del germen, otros pueden
mantenerse activos o activarse una vez inyectados. La posibilidad de combinarse
con otros virus presentes en el organismo y generar otras cepas está demostrada.
Por ejemplo con la vacuna antisarampionosa se generan virus “lentos” que pueden
localizarse en diferentes órganos (cerebro, intestino). Los virus atenuados de la
vacuna Sabin oral (VOP) se eliminan por materia fecal como virus salvajes. De
hecho hay quienes padecen formas paralíticas o incluso pueden desarrollarse en los
contactos.
La posibilidad de contaminantes virales activos se ha presentado desde siempre.
Por ejemplo en la década del 40 se vacunaron a aproximadamente 400000 soldados
norteamericanos contra fiebre amarilla contaminada con virus de hepatitis B.
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Recientemente se comprobó la contaminación “accidental” con virus de la gripe
aviar H5N1 en vacunas remitidas a 18 países por laboratorios Baxter. Si bien es un
virus de baja contagiosidad humana, la combinación con otros virus (como el
H3N2) podría generar brotes epidémicos y hasta pandémicos.
3. Componentes químicos.
Estos pueden ser de dos categorías, aunque algunos puedan tener ambas
acciones. Los llamados adyuvantes que se utilizan para aumentar la respuesta de
anticuerpos (eficacia), como sales de aluminio que tienen una alta toxicidad
nerviosa y muscular.
Los denominados preservativos (conservantes) y los solventes. El formaldehído
se utiliza también como inactivante y el mercurio cumple funciones como
conservante y adyuvante. Es un potente tóxico general, con marcada acción a nivel
cerebral y renal.
B. Efectos adversos
Los efectos adversos vacunales (EAV) pueden dividirse de acuerdo a la etapa de
comienzo desde la aplicación.
1. Etapa inicial, hasta los 30 días, es la única etapa reconocida por los
vacunólogos. Pueden desarrollarse la misma enfermedad que se pretende prevenir
o formas atípicas de la misma.
Alergias de diferente localización, en piel, en aparato respiratorio, ganglionar o
cardiovascular como el infarto o el shock anafiláctico con su alta tasa de
mortalidad. A nivel sanguíneo con púrpura. Muchas veces son acusados los padres
de haber agredido a su hijo por la existencia de hematomas en diferentes partes y
órganos del cuerpo (Síndrome del Bebé Zamarreado).
A nivel articular con reumatismo de variadas características, crisis renales.
A nivel nervioso se puede presentar meningitis, encefalitis, parálisis cerebral y
TGD (Trastorno General del Desarrollo o autismo). Este último se presenta en uno
de cada 165 niños vacunados y en uno cada 15000 no vacunados.
Afectación del feto o aborto en mujeres embarazadas. Esto aconteció con la
decisión de realizar una campaña masiva en mujeres en edad fértil, que estaban
embarazadas sin saberlo.
Otra complicación grave es el llamado Síndrome de Muerte Súbita Infantil
(SMSI) que se presenta en lactantes sanos luego de recibir las vacunas de los 2, 4 y
6 meses, vinculable sobre todo a la vacuna anticoqueluchosa. Este SMSI dejó de
presentarse durante la época en la que en Japón se dejó de vacunar durante los dos
primeros años de vida, aparte del descenso a cero de otras complicaciones
neurológicas.
2. Etapa media, meses o años después. El TGD suele presentarse a las
pocas semanas de aplicada la vacuna (sobre todo la triple viral). En algunas
situaciones se evidencia luego del mes de inyectada.
Dentro de lo que podemos considerar daño cerebral se pueden dar:
convulsiones, hiperactividad, llanto continuo, trastornos del apetito, compromiso
de nervios craneanos (sordera, ceguera, dislexia), hipotonía, retardo del desarrollo
y parálisis cerebral También leucemias infantiles, alergias, miastenia, diabetes
infantojuvenil (tipo I).
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3. Etapa tardía, años a generaciones futuras
Debilitamiento del sistema inmune. Daño intracelular con afectación del
material genético (ADN) y por lo tanto esclerosis múltiple, leucemia, SIDA,
malformaciones.
C. Variables estadísticas
Si observamos las estadísticas de las enfermedades llegamos a la conclusión de
que las vacunaciones comenzaron a utilizarse cuando la incidencia de las mismas
se había reducido en más del 80 a 90%. Como se ve en la curva de la coqueluche
(tos convulsa en Gran bretaña). Tos convulsa y sarampión en Inglaterra y Gales.
Con relación a la viruela vemos que cuando se inició la campaña obligatoria los
casos se incrementaron. Cuando en poblaciones como Leicester que no vacunó
masivamente no aconteció este incremento. Esto también ha ocurrido en las dos
terceras partes de los países que realizaron campaña masiva contra la polio, tanto
con la vacuna inyectable como con la oral. Con la antidiftérica sucede otro tanto de
lo mismo. En los países europeos que no vacunaron se redujeron ambas
enfermedades de manera más rápida (ver la curva de difteria en personas no
vacunadas de Escocia).
La vacuna antituberculosa (BCG) tampoco incidió en la reducción de la
enfermedad.
D. Conclusiones de Fernand Delarue
Las conclusiones son categóricas y basadas en datos estadísticos oficiales.
Las vacunaciones nada han tenido que ver con la desaparición o retrocesión de
enfermedades. De hecho, han desaparecido o retrocedido enfermedades para las
cuales nunca se usaron vacunas (peste, escarlatina)
E. Utilidad de las vacunaciones
En nuestro modo de ver las vacunaciones entran dentro del denominado
iatrogenocidio (genocidio médico). En este momento en París se le está realizando
un juicio a la vacuna contra hepatitis B, como crimen contra la humanidad.
Para nuestra interpretación, aparte de los múltiples usos que puede tener una
vacuna como arma biológica, destacamos un fin meramente lucrativo por su venta
y las enfermedades a las que da lugar, lo que genera un mercado seguro para los
productos de la industria farmacéutica.
Para luchar contra este flagelo, primero hay que reconocerlo y luego liberarse
de la cobardía, que a decir del filósofo francés Jean Guitton es: “Buscar la
aprobación y no la verdad; las condecoraciones y no el honor; el ascenso y no el
servicio; el poder y no la salud de la humanidad”.
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