CARACTERIZACIÓN FÍSICO GEOGRÁFICA DE LOS CAYOS DE PIEDRA CON OBJETIVO DE MANEJO Y GESTIÓN. NORTE DE LA PROVINCIA DE SANCTI SPIRITUS. Ing. Ignacio González Ramírez; Lic. Alfredo Domínguez González; M.Sc. Blas Pérez Silva; Lic. Julio Pavel García Lahera; Lic. Esteban Acosta Rodríguez; Lic. Omaida Romeu Torres; M.Sc. Alberto Orozco Morgado; Lic. Abel Hernández Muñoz; Ing. Yoania Pérez Pérez; Téc. Dagoberto Troche Jorge; Ing. Anel Pérez Rodríguez; Lic. Félix Martín Alonso I. Introducción En los cayos, el aislamiento geográfico en cuanto al factor tiempo y espacio ha determinado la evolución más independiente de la flora y la fauna que en cualquier otro lugar de la tierra firme (Puzachenco y Diakonov, 1982). Ello ha contribuido al desarrollo de una biota con características particulares en cuanto a composición, estructura y funcionamiento, debido fundamentalmente a las dimensiones territoriales donde esta se desarrolla, que hace de las islas un lugar idóneo para evaluar la naturaleza de la forma más pura. Un ejemplo de ello lo constituye el pequeño segmento insular Cayos de Piedra, integrante del Archipiélago Sabana - Camagüey, el cual manifiesta marcadas particularidades de riqueza y heterogeneidad en los distintos componentes físico – geográficos, así como recursos espeleoarqueológicos de considerable significado natural y científico, aspectos que avalan la integración del área en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Cuba, con la categoría de Reserva Florística Manejada, otorgada por el Centro Nacional de Áreas Protegidas (CENAP), el cual además se encuentra formando una parte importante del Parque Nacional Caguanes. Estudios realizados en estos cayos: Fernández (1986), Hernández y Acosta (1990), Hernández et al. (1994), Chiappy et al. (1985), Sánchez et al. (1989) y Hernández et al. (1996), como parte del Proyecto GEF / PNUD, han aportado las bases fundamentales para emprender un análisis más profundo de los geosistemas que aquí se manifiestan, puesto que los mismos, aunque constituyen antecedentes de gran valor, abordan temáticas muy puntuales, por lo que se hace necesario completar e integrar toda la información existente con vistas a la elaboración de los programas de manejo y conservación de los recursos. Características regionales Los Cayos de Piedra se encuentran localizados al norte del municipio de Yaguajay, formando parte del Archipiélago Sabana – Camagüey. Lo integran 10 cayos: Aguada, Lucas, Salinas, Fábrica, Cuevas, Ají, Ajicito, Ermita, Obispo y Palma; y un penicayo, que es Cayo Caguanes (Mapa de ubicación geográfica). 1 En su conjunto, los cayos están rodeados por la Bahía de Buenavista, accidente litoral más importante del norte de la provincia Sancti Spiritus. En el caso de Punta Caguanes, Isla del Medio y Caguanes propiamente dicho, su límite meridional es la tierra firme, con la cual contactan por una franja de llanura acumulativa cuyos bosques de mangle, en continuo crecimiento a expensas del mar, unieron a estos antiguos cayos a la tierra firme, conformando el penicayo. II. Desarrollo Geología y Geomorfología Las rocas que integran el área de estudio constituyen la porción superior de una potente secuencia sedimentaria depositada sobre un basamento cristalino Prejurásico con corteza continental. Dicha secuencia está formada por depósitos que se han correlacionado tectónicamente con la Plataforma de Bahamas y su talud continental, caracterizándose por el predominio de las rocas carbonatadas y evaporíticas principalmente, típicas de aguas poco profundas, con edades entre Jurásico superior y Paleoceno, que en dirección sur, pasan a ser típicas de aguas profundas. La porción sumergida, incluida en la llamada bahía de Buenavista, está conformada por una plataforma o superficie de llanura acumulativa, inundada durante la última transgresión por aguas muy poco profundas ( 3 m), que conservan las huellas de la morfogénesis en condiciones subaéreas (paleocauces erosivos, terrazas acumulativas escalonadas, etc.). La continuidad de estos depósitos se interrumpe en el afloramiento de Los Cayos de Piedra, conformados por calizas rosadas del Mioceno, carsificadas intensamente, compuesta por paquetes de estratos inclinados en forma de pseudo-monoclinales, con buzamiento general al SW entre 45 y 55º , atribuidos a los restos de un sistema de cerros calcáreos que existían al norte de Cuba central antes de la transgresión Flandriense, convertidos en islotes rocosos desde entonces (Nuñez, 1982). De este modo, al producirse la última transgresión quedaron emergidos 23 islotes rocosos (cimas del sistema), con sus plataformas rocosas sumergidas a muy escasa profundidad (con excepción de la que separa las dos colinas principales de Caguanes y las tres de Judas, que permanecieron emergidas). A partir de esos núcleos originales, se originaron los actuales cayos: Aguada (1 islote), Lucas (2), Salinas (4), Fábrica (2), Cueva (2), Ají (1) Ajicito (1), Ermita (1), Obispo (1), Caguanes (3), Palma (1), Guayarúes (1), y Judas (3), algunos de los cuales están ya integrados a la llanura costera de tierra firme, debido al crecimiento de los manglares. La dirección general de la cayería es NW-SE, en correspondencia con la falla principal que originó el sistema, aunque cada islote representa un microbloque hórstico independiente, elevado y basculado de 2 modo particular, como lo confirma la dirección variada del buzamiento de las capas entre uno y otro (no obstante, el ángulo de buzamiento mantiene un valor marcadamente homogéneo, que implica una magnitud equilibrada de los empujes neotectónicos verticales de todo el sistema). Hidroclimatología. Por efecto de su posición geográfica y el carácter de su relieve, las condiciones climáticas en el área de estudio no difieren de las que imperan en otras regiones del país con características semejantes, es decir: - Predominio de condiciones tropicales marítimas con un verano relativamente húmedo, pero con precipitaciones que solo alcanzan 1 000-1 200 mm, con más del 76 % del total en el período lluvioso - Elevados valores de radiación solar, cuya media anual supera los 17 MJ.m-2. La radiación solar es el resultado de la elevada cantidad de horas-luz que reciben los cayos por la baja frecuencia de nubosidad. - Alto valor de la temperatura media anual (>250 C), cuyo efecto en la aparición de sensaciones de calor sofocante en el verano, solo amortiguado en los sectores litorales ubicados frente a las brisas, que se mantienen con notable estabilidad y fuerza. Díaz (1989), en el mapa de Regionalización Climática General de Cuba, clasifica el clima de esta cayería como de llanuras y cayos con humedecimiento insuficiente e inestable, muy alta evaporación y muy altas temperaturas (Tabla II). En las cuevas, el agua dulce se deposita en lagos subterráneos, que en ocasiones tienen comunicación con el manto freático salinizado, con lo que cambian sus propiedades y su aptitud para el consumo. En algunos de los cayos se pueden encontrar manantiales costeros resultantes de la surgencia de las aguas pluviales que penetraron por la superficie de la colina. Ninguno de ellos se mantiene estable durante todo el año. Flores (1997), sintetiza los resultados del estudio del potencial hídrico de los cayos: Aguada: Cueva de Aguada de la Reina, con algunas galerías inundadas por lagos freáticos con fauna de agua dulce. Lucas: cueva con lago subterráneo. Salinas: Cueva con lago subterráneo. Fábrica, Cueva y Ají: no se registran depósitos de agua dulce. Ajicito: lago subterráneo en la cueva llamada Erótica. Ermita, Punta Caguanes e Isla del Medio: no se registran depósitos de agua dulce. 3 Cayo Caguanes: tres cuevas con lagos subterráneos y manantiales temporales cerca de la playa del noreste del “cayo”, en el litoral abrasivo. Palma: un manantial costero que no tiene régimen permanente. El carácter subterráneo del avenamiento y la alta temperatura, son factores decisivos en la conformación de los complejos de formas cársicas que actualmente tienen los Cayos de Piedra. Edafología. La pedogénesis se ha desarrollado a partir de dos medios diferentes completamente: Los islotes de calizas con suaves pendientes, sometidos durante todo el Cuaternario a las oscilaciones glacioeustáticas y a la acción abrasiva de un mar cuyo nivel variaba según la época glacial, inundando a veces su superficie. En condiciones subaéreas como las actuales, la carsificación intensa ha sido el proceso exógeno característico. Las llanuras acumulativas en formación y crecimiento continuo, con un medio salino imperante y una constante deposición de limos margosos, turba y otros materiales. Así, actualmente se pueden diferenciar los suelos, básicamente en función de esas condiciones de formación: En las colinas o antiguos islotes rocosos, los suelos aparecen en las oquedades del carso, especialmente en las dolinas. Se trata de Rendzinas pardo-rojizas y rojas poco profundas, ricas en materia orgánica con diferente grado de elaboración, con perfil no bien definido, cuyos componentes solubles son lixiviados por las aguas pluviales, transportándolos hacia el interior de los macizos durante la infiltración. Esto explica el grosor que alcanzan los depósitos de suelos rojos transportados, en el interior de las cavidades subterráneas y en las dolinas. También en la plataforma calcárea que se ubica entre las dos colinas de Caguanes, se han desarrollado Rendzinas rojas de mayor profundidad, con mayor elaboración de los componentes del suelo. Por otra parte, en las llanuras bajas y pantanosas formadas sobre los sedimentos del Cuaternario, (Fernández, 1986), identifica la existencia de suelos Oscuros Plásticos, negros y ligeramente lavados, en combinación con Gley Húmicos ferrocarbonáticos. De acuerdo a sus condiciones de formación y rasgos más sobresalientes, consideramos estos suelos como Hidromórficos Pantanosos, subtipo turboso, en las áreas de manglares de la cayería y la periferia de Caguanes, donde existen amplias extensiones de mangle prieto con turbas en descomposición mezcladas con sedimentos areno- limosos, similares a la llamada Cayería del Medio, al norte de nuestra área de estudio, así como a Cayo Coco y otras zonas de cayos cenagosos del país. Los suelos hidromórficos se forman en 4 condiciones de excesiva humedad en su perfil, en este caso por ocupar una posición geomorfológica muy baja (litoral), sobre depósitos turbo-margosos y arcillo-limosos muy jóvenes. Flora y vegetación Flora La flora de la cayería del norte de la provincia Sancti Spiritus, se compone de 233 especies pertenecientes a 177 géneros de 75 familias botánicas (41.4 % de las familias presentes en Cuba). Las familias mejor representadas en la localidad son por este orden, Euphorbiaceæ (11 géneros - 13 especies), Rubiaceæ (9 géneros – 12 especies), Boraginaceæ (6 géneros - 9 especies), Asteraceæ (8 géneros - 8 especies), Sapindaceæ y Fabaceæ (6 géneros - 8 especies), Verbenaceæ (5 géneros – 8 especies) y Moraceæ (3 géneros – 8 especies). En la flora del lugar se destacan los endemismos: Agave legrelliana (Agavaceæ), Plumeria stenophylla y Plumeria trinitensis (Apocynaceæ), Baccharis halimifolia var. angustior (Asteraceæ), Pilosocereus robinii (Cactaceæ), Ateleia apetala (Fabaceæ) y Bacopa monnieri (Scrophulariaceæ). A pesar de que Chiappy et al. (1985) reportan a Leptocereus arboreus para Cayo Caguanes, la misma no ha sido visto por los autores, aunque se hizo una búsqueda minuciosa con la intención de su relocalización. Las mayores relaciones de la flora local se dan con el Caribe en general (48.5 %), en este ámbito debe destacarse la afinidad con las Antillas Mayores y el Caribe del norte, particularmente con la flora de Bahamas; la posición geográfica que ocupan estos cayos justifica en parte este hecho. Los elementos neotropicales, aparecen también con una buena representación (27.0 %). Los táxones con más amplia distribución y los endemismos (ambos con 26 especies – 11,1 % del total) tienen la misma influencia en esta flórula. Vegetación Las comunidades vegetales del área de estudio poseen como factores limitantes fundamentales: la litología, la edafología, la influencia del spray marino y el régimen hídrico (Hernández et al., 1996). Los tipos de vegetación (Mapa de Vegetación) que se encuentran en estos territorios son: A) Vegetación primaria (natural o subnatural) I. Formaciones arbóreas (bosques). 5 I.1. Bosque semideciduo micrófilo. I.2. Bosque de mangles (manglar). II. Formaciones arbustivas (matorrales). II.1. Matorral xeromorfo costero (manigua costera). III. Formaciones herbáceas. III.1. Vegetación halófila herbácea. IV. Complejos de vegetación. IV.1. Complejo de vegetación de costa rocosa. B) Vegetación secundaria V. Bosques secundarios. V.1. Bosque seminatural semideciduo micrófilo. VI. Matorrales secundarios. VI.1. Matorral seminatural sobre calizas. VII. Sabanas. VII.1. Sabanas antrópicas. Las formaciones vegetales mencionadas no se presentan regularmente en toda la cayería, por las características propias de cada cayo, donde se dan en mayor o menor grado los factores limitantes expresados al principio del capítulo, así como la utilización histórica y actual que el hombre ha hecho y hace de estos territorios. La extensión de los cayos, y la cercanía o lejanía de la isla de Cuba tienen que ver también en la estructura y composición de las diferentes formaciones vegetales. Bosque semideciduo micrófilo. Este se presenta en la mayoría de los cayos (excepto en Ermita); es un bosque bajo, resguardado siempre del spray marino, mayormente con un estrato arbóreo único de 4 a 8 m, compuesto por especies mayoritariamente deciduas y micrófilas (hojas de aproximadamente 1-6 cm de longitud), con algunos elementos espinosos. El estrato arbustivo dentro de este bosque es bastante escaso. El sinucio de lianas y epífitas es abundante principalmente en la periferia del bosque, en las zonas de transición con el matorral xeromorfo. Esta formación se desarrolla siempre sobre lapiez, con suelo muy escaso, humus toscos o sin suelo y toma sus mayores proporciones, así como una mejor estructuración hacia el interior de los cayos donde generalmente existen algunas elevaciones bajas. 6 Este bosque en el caso de cayo Caguanes se encuentra interrumpido por una vegetación siempreverde mesófila que se desarrolla en las numerosas dolinas, integrada por: Ficus spp., Trichilia havanense, Gossipiospermum praecox, Pseudolmedia spuria, entre otras. También en Cayo Caguanes, se presenta en su costa suroeste al parecer un reducto de lo que fuera un bosque semideciduo mesófilo, actualmente degradado, pero que conserva elementos florísticos propias de dichos bosques. Se puede asegurar que el mismo ha sido degradado y sustituido por especies sinantrópicas y propias del bosque semideciduo micrófilo, dominante aquí. Algo característico de la vegetación y del paisaje de Caguanes es la presencia de un pequeño palmar de Roystona regia (Palma real), situado en una depresión cársica sobre un suelo de mal drenaje, temporalmente inundado, en la que aparecen además especies afines a suelos cenagosos. Según referencias de antiguos pobladores de zonas cercanas al cayo esta vegetación constituye restos de un bosque de ciénaga con predominancia de palmas y júcaros que existió al oeste del área de este cayo. Este tipo de vegetación se extinguió como consecuencia del aumento de salinidad provocado por la construcción de unos canales que pusieron en comunicación estos terrenos con el mar, y la consiguiente muerte de las especies que lo conformaban. Bosque de mangles Es esta una vegetación que varía poco en su composición específica, ya no en los cayos del norte de Yaguajay, sino en el archipiélago cubano en general, al parecer dado por las condiciones particulares a las que se adaptan las plantas que lo conforman. Rhizophora mangle, Avicenia germinans, Laguncularia racemosa, Conocarpus erecta. En el caso de la cayería objeto de estudio, la zonación completa se observa en la mayoría de los casos, aunque existen lugares donde no es así y a veces está reducida a una franja monoespecífica de Rizophora mangle. Los manglares más completos y extensos se encuentran en los cayos Aguada y Lucas. Este tipo de vegetación, en sitios como en Cayo Salina, está en pleno proceso de sucesión hacia comunidades terrestres, donde se van implantando hierbas muy resistentes a la salinidad alta (estas comunidades se tratarán más adelante), en estos casos queda franjas monoespecíficas de mangle rojo (Rizophora mangle) muy abiertas. Matorral xeromorfo costero. Como una franja que rodea toda la tierra firme de los cayos, haciendo una transición desde el bosque 7 semideciduo micrófilo hasta la línea costera alta, se presenta más bajo y muy compacto el matorral xeromorfo costero, en el que predominan los arbustos de hasta 3 m y emergentes que pueden alcanzar 8 m, expuestos completamente a la acción eólica, al spray marino y a la ausencia total de suelo que causan un achaparramiento particular de sus componentes. Cualitativamente se observa la deciduidad, esclerofilia, microfilia y espinescencia como características de este tipo de vegetación. Vegetación halófila herbácea terrestre Esta formación se presenta en saladares abiertos o en dolinas cercanas a la costa con conexión al mar donde intermitentemente se acumula agua salada y se seca, dejando un sustrato arenoso conformado en su mayoría por Cloruro de Sodio y Carbonato de Calcio resultante de la erosión de las rocas calizas adyacentes, el cual sólo puede ser conquistado por especies herbáceas, mayormente suculentas que admiten tal nivel de salinidad. En los cayos Aguada, Lucas, Salina, Fábrica y Caguanes son apreciables estas formaciones que en la mayoría de los casos se encuentra muy relacionada con las últimas fases de la sucesión de los maglares. Complejo de vegetación de costa rocosa Este tipo de vegetación se presenta en dirección NE en la mayoría de los cayos. Es relativamente abierta con cactáceas y otras suculentas, arbustos mayormente pequeños y achaparrados, así como algunas herbáceas. Al igual que el matorral xeromorfo costero se encuentra constantemente afectado por la acción del viento, el drenaje máximo y la ausencia total de suelo por desarrollarse sobre las costas rocosas acantiladas. Bosque seminatural semideciduo micrófilo. Derivado del bosque semideciduo micrófilo natural y generalmente ubicado en lugares con acceso históricamente consuetudinario por su uso en diferentes actividades recreativas o de otra índole, se encuentra este tipo de vegetación, donde el bosque se torna en ocasiones impenetrable por la abundancia de lianas. Las especies heliófilas se hacen más abundantes, así como se manifiestan terrenos yermos con herbáceas invasoras como: Matorral seminatural sobre calizas Es el resultado de la degradación del bosque semideciduo micrófilo y el matorral xeromorfo costero. Sabana antrópica En cayo Ermita (Fig. No. 9) se presenta una vegetación de sabana con dominancia de Panicum maximum y árboles dispersos (Bursera simaruba, Ficus combsii, Trichilia hirta, etc.). 8 Fauna Composición faunística Se registraron 429 especies pertenecientes a 340 géneros y 178 familias (Anexo 2 y Tabla VI). Los invertebrados están representados por 267 (62.2 %) especies y los vertebrados 162 (37.7 %). Como se observa en la tabla VII, los grupos más numerosos son: Insecta con 145 especies (24.1 %) y Aves con 112 (26.1 %), seguidos por los Arachnida 49 (11.4 %), Mollusca 28 (6.5 %), Reptiles 22 (5.2 %) y Mammalia con 22 (4.9 %) especies. Por cayos, la riqueza de especies se comportó de la siguiente manera: Cayo Caguanes (394 especies), Cayo Salinas (143), Cayo Lucas (141), Palma (140), Cayo Fábrica (120), Cayo Aguada (108), Cayo Obispo (86), Cayo Cuevas (83), Cayo Ají (79), Cayo Ajicito (57), Cayo Ermita (51). Como se observa, el mayor valor le correspondió a Cayo Caguanes, que es a su vez el de mayor extensión territorial y el más explorado. En sentido general la riqueza de especies se correspondió con la extensión territorial de estas islas, cumpliéndose la teoría de MacArthur y Wilson (1967). Endemismo Se registran para toda el área 86 especies y subespecies endémicas (Tabla VIII). Del total de endémicos, 20 son moluscos (22.30 %), 4 arácnidos (4.70 %), 11 insectos (12.90 %), 4 crustáceo (4.70 %), 4 anfibios (4.70 %) 17 reptiles (20.00 %), 21 aves (24.70 %) y 5 mamíferos (5.80 %). De ellas 52 son pancubano, 8 se distribuyen de Cuba Central – Cuba Occidental; 5 en Cuba Central – Cuba Oriental; 8 en Cuba Central, 1 de Cuba Centro Oriental; 4 son endémicas de la provincia de Sancti Spiritus, 3 regionales y 5 locales entre los que figuran: Opistosiphon insulanon y Torrecoptis parvula, en Cayo Aguada, Opistosiphon insulanon scopulorum en Cayo Salinas, Opistosiphon caguanense, hasta el presente solo de Cayo Caguanes y recientemente también colectado en cayo Palma, Opistosiphon detectum lucasense, distribuido desde Lucas hasta Ajicito. Relaciones de afinidad faunística con otros territorios De forma general, la fauna del área manifiesta una gran amplitud distribucional: 74 se distribuyen en todo el Neotrópico (17 %), 21 (4.9 %) corresponden al continente americano, 23 (5.4 %) son cosmopolitas, 26 especies (6.1 %) se distribuyen en las Antillas y 11 (2.6 %) abarcan las Macroantillas; las restantes especies se distribuyen dentro del propio reino neotropical pero con una distribución un poco más restringida (Tabla IX). 9 Especies amenazadas En la lista (Anexo 2) se indica el estatus de las especies que se encuentran categorizadas según IUCN (Perera et al. 1994). Un total de 10 especies están incluidas en alguna de estas categorías entre ellas: como Vulnerables se incluyen: 2 reptiles: el majá de Santa María (Epicrater angulifer) y la iguana (Cyclura nubila nubila); 6 aves: el flamenco (Phoenicopterus ruber), la yaguasa (Dendrocygna arborea), el pato de la Florida (Anas discors), la caraira (Polyborus plancus), la siguapa (Asio stygius siguapa) y la mariposa (Paserina ciris) y un quiróptero (Phyllonycteris poeyi). CITES Un total de 15 especies se encuentran incluidas en algún apéndice de CITES, dos especies en el Apéndice I: Cyclura nubila nubila y Falco peregrino y 13 en el Apéndice II: Epicrater angulifer, Polyborus plancus, Phoenicopterus ruber, Asio stigius, Euducimus ruber, Buteogellus antracinus, Buteo jamaicensis, Pandion haliaetus, Falco sparverius, Tyto alba furcata, Glaucidiun siju, Gimnoglaux laurenci y Asio stygius. Vulnerabilidad de la fauna Del total de especies inventariadas 181 son vulnerables a la deforestación, 273 a los incendios, 112 a la contaminación, 78 a la sequía, 50 a la casa y 40 a la colecta de ejemplares (Tabla XI). Paisajes físico-geográficos Como resultado de la compleja interrelación de los factores anteriormente analizados, al menos durante los últimos diez millones de años en las partes más elevadas, y desde la última transgresión debida a movimientos glacioeustáticos en las más bajas, se ha desarrollado un proceso de diferenciación paisajística que actualmente, aunque continua su evolución, muestra uno de los más emblemáticos mosaicos estructurales de paisajes de las cayerías que rodean a la isla principal del archipiélago cubano. Las unidades taxonómicas empleadas para la distinción, cartografía y caracterización de los paisajes naturales y antropo-naturales presentes, pertenecen al nivel local y sus índices diagnóstico se corresponden con los que se establecen en la literatura especializada (Mateo, 1984). De acuerdo a la escala de trabajo empleada, se tipificaron las unidades superiores (localidades) con el objeto de ofrecer una visión sintetizadora acerca del contexto genético-evolutivo de este sistema físico 10 geográfico. En total se distinguen dos tipos de localidades físico- geográficas que agrupan a 10 comarcas y a 20 subcomarcas (Mapa de Paisajes). A continuación se reflejan sus características distintivas: I. Colinas bajas cársico-abrasivas intensamente carsificadas, en forma de pequeñas cimas relícticas (de altitud inferior a 30 m), formadas en calizas miocénicas, con bosque semideciduo micrófilo sobre suelo de Rendzina roja y campos de lapiez en las pendientes y cimas y matorral xeromorfo sobre lapiez desnudo en los sectores litorales de barlovento, en ocasiones alternando con cordones litorales de arenas y conchas y pequeñas playas arenosas. I.1. Pendientes y cimas cársicas y cársico-abrasivas, en terrazas elevadas bajas (4 a 7 hasta 27 m), suave a medianamente inclinadas ( 3 -10 0) muy fuertemente carsificadas, sobre calizas. I.1.1 Con bosque semideciduo micrófilo conservado, sobre campos de lapiez y Rendzina roja en las oquedades (dolinas especialmente) I.1.2. Con bosques semideciduo micrófilo en regeneración. I.1.3. Con herbazal secundario (antrópico). I.2. Terrazas abrasivas muy bajas (0-4 hasta 7 m) suavemente inclinadas o intensamente carsificadas, formadas sobre calizas. I.2.1 Con matorral xeromorfo costero y elementos del complejo de vegetación de costa rocosa sobre campos de lapiez desnudo (seboruco litoral). I.2.2 Con bosques semideciduo micrófilo. I.2.3 Con complejo de vegetación de costa rocosa. I.2.4. Con herbazal y matorral secundario. I.3. Superficie acumulativa ligeramente inclinada(< 5 grados), en forma de duna activa de oleaje, con playa arenosa cubierta por elementos del complejo de vegetación de costa arenosa. I.4. Peñones abrasivo–cársicos en fragmentos de terrazas antiguas muy bajas (0-4m), suavemente inclinadas y muy carsificadas, sobre calizas, con vegetación de matorral integrado por elementos de la manigua costera y del bosque semideciduo micrófilo, todo sobre lapiez desnudo. I.5. Superficie abrasivo-cársica baja (7-13 m), suave o medianamente inclinada (< 50), intensamente carsificada, formada sobre plataforma antigua de calizas, con suelo de Rendzina roja poco profunda y campos de lapiez. I.5.1. Con bosque semideciduo micrófilo. I.5.2. Con herbazal y matorral secundario. 11 II. Llanuras acumulativas lacuno-palustres, pantanosas muy bajas (<1m), formadas por depósitos turbo-margosos y arcillo-limosos, con bosque de mangle, herbazales de ciénaga y elementos de bosque de ciénaga sobre suelos Hidromórficos pantanosos y depósitos salinizados. II.1. Superficie muy baja del borde costero (<0.5m), plana, permanentemente inundada, con bosque de mangle rojo sobre turba salinizada. II.2. Superficie baja (<1m), adyacente a las lagunas, plana a muy débilmente inclinada (<1 0), periódicamente inundada, sobre depósitos marinos y biogénicos. II.2.1. Con bosque de mangle prieto, asociado focalmente con mangle rojo, sobre suelo Hidromórfico pantanoso. II.2.2. Con vegetación halófila y matorrales dispersos de mangle, o sin vegetación (saladares). II.2.3. Con plantación artificial de mangle prieto. II.2.4 Con elementos de Patabán, Yana y Júcaro, en asociación con mangle prieto. II.3. Llanura abrasivo-cársica baja, plana, ocasionalmente inundada, formada sobre pedimento calcáreo, en plataforma de abrasión antigua, con manifestaciones acumulativas palustres y biogénicas actuales. II.3.1 Con vegetación herbácea halófila y elementos dispersos de manglar y de bosque de ciénaga. II.3.2. Con mangle prieto muy disperso y elementos de bosque de ciénaga. II.3.3. Con herbazales y matorrales secundarios. II.4. Llanura litoral abrasivo-acumulativa muy baja (<1m), en formación sobre depósitos de oleaje de arena y conchas. II.4.1. Barra o cordón litoral en expansión, con mangle prieto y rojo ( asociado con especies de manglar, de costa arenosa y heliófilas). II.4.2. Duna en formación con playa arenosa y restos de manglar (en proceso de desaparición, sustituyéndose por elementos del complejo de vegetación de costa arenosa). II.5. Superficie de las lagunas de inundación permanente o semipermanente, sobre fondos arcilloarenosos y fangos arcillo- limosos. II.5.1. Con ceibadal con dominancia de Tallassia testudium sobre fondos arcillo- arenosos, en condiciones de intercambio mareal continuo. II.5.2. Desprovistas de vegetación, sobre fondos fangosos arcillo- limosos, en condiciones de circulación débil u obstruida. 12 III Estado ambiental. Estado de los recursos naturales. Valores. En los Cayos se localizan endémicos locales y especies de distribución restringida; comprende reptiles, aves y mamíferos del medio marino y del medio terrestre, donde además se destacan especies cavernícolas que actualmente son registros únicos para la fauna, con especies de agua dulce como crustáceos, fundamentalmente isópodos. Además, existen valores autóctonos de la flora y el desarrollo de una morfología cársica donde están presentes varios sitios arqueológicos, paleontológicos y pictografías. Los suelos de los cayos son de dos tipos principales, con condiciones edafológicas favorables para las formaciones vegetales presentes y en equilibrio dentro del sistema natural. La hidrología es incipiente, asociada directamente a las aguas pluviales, con predominio del escurrimiento vertical a través de las formas cársicas predominantes y la acumulación de esta en pequeños depósitos y lagos subterráneos. A pesar de la escasa extensión, los cayos, tienen una gran diversidad paisajística, dada por la presencia de un basamento rocoso a partir del cual se han desarrollado, existiendo unidades de niveles de cimas y pendientes, terrazas, hasta llanuras diversas. Problemas ambientales Por las características insulares y poca extensión, son sistemas naturales con un alto grado de aislamiento y frágiles a pesar de la presencia de un sustrato rocoso, por la estrechez de sus hileras ecológicas. Son muy sensibles a los cambios climáticos y a la influencia del mar. Las reservas naturales de estos sistemas son muy bajas, tanto de materia orgánica como de agua, por lo que en ellos pueden ocurrir situaciones de estrés ecológico severo. En resumen, la estabilidad natural de estos sistemas puede inducirse como baja, a partir de las experiencias de estudios en otros sistemas de cayerías en nuestro país. Mientras no se realicen estudios más profundos de evaluación de estos indicadores, deben ser tratados como tal. El análisis de vulnerabilidad de las especies ante impactos principales, se realizó teniendo en cuenta 4 impactos posibles: fuego, tormentas tropicales, tala y contaminación del agua marina. En el caso de la flora, se determinaron 51 especies con valor para el manejo, o sea, que se incluirán en los programas de conservación y restauración de la vegetación, excluyéndose aquellas especies sinantrópicas que por sus características, deben ser sustituidas o controladas y que por ello no se 13 reconocen como valores de la flora, aunque cumplen funciones ecológicas como parte del hábitat, fuente de alimentos para la fauna, conservación de los suelos, etc., sustituyendo a las especies originales. Existen 29 especies de la flora vulnerables al fuego, 20 especies a las tormentas tropicales, 42 a la tala y 5 a la contaminación de las aguas marinas (Tabla XIV). Todas las especies analizadas son vulnerables a algunos de estos impactos. La mayoría son especies vulnerables a la combinación tala - fuego, que ocurren cuando se realizan “quemas” para la siembra o el pastoreo. Resulta favorable saber que a los impactos de tormentas tropicales y contaminación de las aguas, que son de mayor probabilidad de ocurrencia en condiciones de manejo, solo existen 5 especies vulnerables, pero al nivel de formación vegetal, el manglar es altamente vulnerable a la contaminación de las aguas marinas, ello constituye una seria amenaza para la estabilidad de los cayos. El promedio de impactos sobre especie es de 1.88, lo que representa un 47 %. Los valores máximos de impacto sobre cada especie son de 3 y corresponden a 9 especies de las 51(el 17 %). En el caso de la fauna, el análisis de vulnerabilidad se realizó por taxa y total de especies; los impactos seleccionados como probables son: contaminación de las aguas marinas, incendios, sequía, coleccionismo, caza y deforestación (Tabla XI). Los valores más significativos de vulnerabilidad son ante incendios, con un 85.2 % del total de especies consideradas. Presenta valores extremos en casi todas las taxa. La deforestación alcanza un valor de 56.4 %, siendo los más vulnerables ante este probable impacto, los insectos (69.2 %), y las aves (73.6 %). Los taxa Crustacea y Amphibia, son especialmente vulnerables ante la contaminación. Tendencias evolutivas. El principal elemento a tener en cuenta en la evolución de los cayos es su baja estabilidad, dada por su sensibilidad y pequeño tamaño. Los impactos históricos ocurridos sobre ellos se han eliminado, por lo que desde hace años, al poseer determinado grado de protección, la acción humana es de intensidad, duración y extensión menor. Se observa cierta recuperación y en el caso de la fauna, existen algunas especies con superpoblación en algunos cayos, por ejemplo de iguanas. La tendencia principal es hacia la recuperación parcial, pero el estado actual no permite una recuperación total. Resulta necesario el control y eliminación de las especies introducidas de la flora, así como rehabilitar varias de las formaciones vegetales originales, sobre criterios ecológicos. Determinación de las variables principales. 14 A continuación se describirán las variables de influencia sobre el área con el objetivo que se pueda tener un criterio evaluativo sobre ellas y se consideren dentro del plan de manejo. En cada caso se expresará la importancia que se le atribuye. Variables naturales. La vegetación, en especial los bosques naturales. Tienen una gran importancia ecológica. De modo general tiende a la recuperación. Las condiciones de sustrato y clima son favorables, también el aislamiento de la tierra firme y las medidas de protección actuales que impiden prácticas anteriormente comunes. Las amenazas principales son la presencia de especies sinantrópicas y la vulnerabilidad ante los impactos principales ( el fuego, la tala, las tormentas tropicales y la contaminación del agua. En la tabla XIV, se puede observar los niveles de vulnerabilidad de cada formación vegetal ante estos impactos. El manejo debe centrarse en la protección y restauración de estas formaciones a partir de la sustitución de especies sinantrópicas. Clima, que ejerce una fuerte influencia sobre el estado ambiental de los cayos. Las variables climáticas, a pesar de su gran importancia, no se considerarán como principales por la baja capacidad de influencia que se puede ejercer sobre ellas. Si se tendrá en cuenta su medición dentro de los programas cuando resulte necesario sobre todo en las investigaciones. El mar, resulta muy importante conocer las alteraciones que puedan sufrir las aguas marinas, principalmente en su composición química, ya que asociado a rangos estrechos de los parámetros físico químicos de las aguas del mar se encuentra el manglar cuya función ecológica como protector de la tierra emergida y suavizador de la actividad marina es primordial en estos pequeños cayos. Su monitoreo es necesario. La fauna, por el valor que tiene en los cayos. La tendencia principal es hacia la recuperación bajo las condiciones actuales. Los principales impactos son el fuego y la deforestación, otros son la contaminación de las aguas, la sequía, el coleccionismo y la caza. Aplicando las mismas medidas generales que se plantean para la vegetación se pueden alcanzar mayores poblaciones. El paisaje, existen varios sitios de interés, siendo la flora y la vegetación los elementos paisajísticos más destacados. Por ello no entran en contradicción con las acciones que se ejecuten en ese sentido. Durante el manejo será necesario considerar acciones específicas de acuerdo a los intereses particulares de cada lugar. La litología, que no debe ser considerada una variable principal por su alta estabilidad. El espacio, por el tamaño de los cayos, su sensibilidad y estabilidad, el espacio constituye una variable principal. Las áreas con sustrato formado por sedimentos sueltos y las costas abrasivas, son muy vulnerables a la acción del mar y pueden ser afectadas con pérdida de superficie emergida. Por ello se debe tener como indicador principal la dinámica costera, la presencia de mangle y el tipo de 15 sustrato de la costa, durante el diseño del plan de manejo para incluir su monitoreo en algún programa del plan de manejo. Las variables naturales son las principales a tener en cuenta para el plan de manejo porque a pesar de que los cayos fueron utilizados de modos diversos durante muchos años por el hombre, actualmente son sistemas con baja influencia antrópica. CONCLUSIONES Los procesos exógenos más importantes asociados a la morfogénesis de los cayos, son el acumulativo de génesis marina y biogénica, el cársico y el abrasivo, tanto por el área que abarcan, como por su influencia en el modelado. Las antiguas terrazas, desmembradas por la abrasión y la carsificación, forman en los núcleos rocosos de los islotes, una morfología de colinas de suave pendiente. La limitada extensión superficial de los islotes que forman los cayos actuales y el tipo de roca, excluyeron desde siempre el desagüe superficial, provocando que el agua pluvial se infiltre rápidamente a través de las múltiples formas del carso superficial y subterráneo, para acumularse de manera aislada en cavidades que actúan como diminutos depósitos de agua dulce. Los suelos se pueden diferenciar, principalmente en función de las condiciones de formación, predominando los de Rendzinas pardo-rojizas y rojas poco profundas e Hidromórficos Pantanosos. A lo largo de la cayería se presentan ocho formaciones vegetales, con el predominio del bosque de mangle (por el barlovento) y el bosque semideciduo micrófilo (en las partes más elevadas sobre lapiez). La flora de la cayería del norte de la provincia Sancti Spiritus, se compone de 233 especies, pertenecientes a 177 géneros de 75 familias botánicas (41.4 % de las familias presentes en Cuba), presentándose la mayor afinidad con el Caribe en general (48.5 %) y dentro de este con las Antillas Mayores y el Caribe del norte, particularmente con la flora de Bahamas, pues su posición geográfica justifica en parte este hecho. La cayería de forma general presenta un rico potencial faunístico avalado por el registro de 429 especies pertenecientes a 340 géneros y 178 familias; unido al elevado endemismo representado por 86 especies y subespecies endémicas. La diversidad paisajística incluye dos tipos de localidades físico- geográficas, que agrupan a 10 comarcas y a 20 subcomarcas. Sin embargo, el paisaje contemporáneo en los cayos muestra las huellas de su antropización; a lo que se añade un fuerte deterioro ambiental en la Bahía de Buenavista, por el vertimiento de residuales sin tratamiento, lo que influye en la captura de algunas especies en el área y provoca cambios en la calidad y vida de los fondos marinos. 16