El calentamiento global impulsa la colaboración académica

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Uno puede ignorar los síntomas, pero los síntomas no ignorarán a uno.
- Refrán médico (recopilado por el Dr. Germán Chávez Rojas)
CONTENIDO
2…
La importancia de los humedales en México
6…
Las reuniones de Bali y Bangkok sobre cambio
climático
13…
Lo grandioso de los manglares, y lo que se está
perdiendo
20…
El papel de los bosques mexicanos en el
almacenamiento de carbono para mitigar el cambio
climático
23…
Modelos de crecimiento arbóreo a largo plazo en
respuesta al calentamiento climático: casos de prueba
en un bosque montañoso subtropical y en una selva
húmeda tropical de México (Resumen)
25…
Avance de la energía eólica en Estados Unidos
27…
Efectos del calentamiento global en el Golfo de
México: el incremento del nivel del mar (Resumen)
Nota: Los físicos que deseen contribuir a esta sección con material sobre
Calentamiento Global y temas relacionados, dirigirse a:
[email protected]
2
La importancia de los humedales en México
Dra. Guadalupe de la Lanza Espino
Instituto de Biología, UNAM
El desarrollo histórico de la humanidad, en especial de las grandes
civilizaciones, ha guardado estrecha dependencia con los sistemas
acuáticos denominados humedales. La cultura azteca, por ejemplo,
floreció bajo un manejo adecuado del lago de la Cuenca del Valle de
México, y los mayas utilizaron los cenotes.
Para la definición del término nos basamos en la utilizada por la
Convención Internacional de RAMSAR: “Ecosistemas tanto naturales
como artificiales que se hallan permanente o temporalmente inundados,
ya sea por aguas dulces, salobres o salinas, estancadas o corrientes, y
que incluyen regiones ribereñas, costeras o marinas que no excedan los
seis metros de profundidad”. Es decir, los humedales son ambientes
intermedios entre terrestres y acuáticos, con características de ambos,
pero manteniendo una originalidad que los hace particulares.
Se pueden agrupar los humedales en interiores, costeros y
marinos.
Entre
los
primeros
se
hallan
los
pantanos,
pastizales
emergentes o de plantas flotantes, libres o enraizadas, ríos, ciénagas,
lagos, cenotes, oasis, así como los creados por el hombre: presas,
chinampas, arrozales, norias, pozos, etc. Entre los costeros están las
bahías,
lagunas,
estuarios,
esteros,
marismas
y
manglares.
Los
humedales marinos son los arrecifes de coral.
Los humedales son sistemas dinámicos que cambian sin cesar en
forma natural como resultado del aporte de sedimentos de las áreas
adyacentes, de la subsidencia (hundimiento del fondo), del clima
extremo y, en el caso de los costeros, del incremento del nivel del mar;
todo esto acelerado por las actividades humanas.
3
Anteriormente, los humedales eran considerados tierras inútiles,
lugares inhóspitos con animales indeseables y sin valor económico. Ello
condujo a su mal manejo, azolvamiento, rellenado, modificación de su
circulación, e incluso desaparición. No fue sino hasta principios de este
siglo que se empezó a darles atención por su valor económico y
diversidad de plantas y animales, y a pensar en su conservación. Es
conveniente
visualizar
integralmente
al
territorio
que
contiene
humedales; es decir, incluir la problemática entre la sociedad y el
ambiente territorial donde está enclavado el humedal.
Se ha estimado que a nivel mundial los humedales cubren una
extensión de 7 a 9 millones de kilómetros cuadrados; sin embargo,
diariamente disminuye esta superficie por las necesidades humanas de
espacio y recursos. Existe actualmente un elevado número de países
que han adoptado la política de poner coto a la destrucción y
degradación de los humedales, reconociendo que deben utilizarse en
forma sostenible con tendencia a la conservación (5).
México poseía apenas el 0.6% de total mundial de humedales, o
sea unas 3,318,500 ha (6), de las que 1,567,000 ha eran estuarinas
costeras (3), y 1,280,782 ha continentales (4); sin tomar en cuenta
áreas como manglares, ribereñas, arrecifales y artificiales. Por otros
beneficios que ofrecen (urbanismo, agricultura, etc.) la tendencia fue a
su desaparición, y en el país se desconoce aún la magnitud de pérdida,
aunque Abarca y Cervantes (1) han estimado por lo menos un 35%.
Los humedales proporcionan gran variedad de bienes, servicios y
funciones,
tales
como:
mantenimiento
de
procesos
naturales,
biodiversidad en flora y fauna, y agua y recursos para la sociedad. Son
buenos ambientes para la captura de bióxido de carbono que influye en
el efecto invernadero. Infiltran y recargan los mantos freáticos, protegen
contra fenómenos naturales y estabilizan el microclima local. En el caso
de los costeros, reducen el impacto de las olas, corrientes marinas, e
4
incluso huracanes. Ayudan a controlar las inundaciones y aportan
recursos pesqueros, madera, y sedimentos ricos en materia orgánica
para
la
agricultura.
Por
su
capacidad
de
filtrar
y
absorber
contaminantes, se les considera los “riñones” de la tierra. Por su parte,
la industria turística aprovecha sus magníficos paisajes.
Dado que México está inscrito en la Convención RAMSAR para
sitios de humedales de importancia internacional, ello implica respetar y
aplicar normas, políticas y actividades de conservación, y dentro de este
compromiso el país debe formular planes de uso racional de los
humedales. Está estipulado que la selección de humedales para la lista
de Sitios RAMSAR deberá basarse en su importancia internacional
ecológica, botánica, zoológica, hidrológica y, particularmente, para las
aves acuáticas en cualquier estación del año.
La protección de los humedales requiere, entre otras cosas, del
mantenimiento de su cuenca hidrológica: calidad del agua sin desvíos,
rellenos y descargas residuales; preservación de flora y fauna sin
introducción de especies exóticas; y explotación balanceada de sus
recursos. Se cuenta con el apoyo de la Ley de Aguas Nacionales, la Ley
General de Protección al Ambiente y la NOM 022, que aún no ha sido
aprobada a satisfacción; ésta se enfocaba a manglares y se encuentra
en discusión para referirse a humedales en general.
Desde 1962 a la fecha diversas instituciones del país han realizado
inventarios de humedales con diferentes propósitos: extracción de agua,
actividades
agrícolas,
pesqueras,
industriales,
turísticas,
etc.
La
CONABIO (2) publicó el libro Aguas Continentales y Diversidad Biológica
de México, con la finalidad de regionalizar los cuerpos de agua (o
humedales), y elegir los representativos con base en su biodiversidad y
características ambientales. Destacaron como regiones continentales y
costeras prioritarias 110, y como Sitios RAMSAR 104.
5
Es importante señalar que México, ubicado en una latitud
subtropical-tropical con un 60% de regiones áridas-semiáridas, tiene
una disponibilidad de agua mediana-baja, la cual ha permitido el
establecimiento
de
humedales
con
predominancia
de
superficies
reducidas (5-10 ha, como el lago de Apizaquito, Tlax.), y casos
excepcionales de cerca de 100,000 ha como el lago de Chapala, Jal. En
este panorama de baja disponibilidad de agua y necesidades hídricas, no
existe un equilibrio entre conservación de humedales y extracción de
agua, aun bajo el concepto de desarrollo sustentable. Ya se han perdido
superficies significativas de humedales y existe el riesgo de que dicha
pérdida continúe, aun cuando hayan sido elegidos por CONABIO y
RAMSAR como prioritarios. Para su conservación es necesario darles el
valor económico equiparable a las actividades humanas, y de esa
manera crear fondos para su preservación y posible manejo.
Referencias:
1. F.J. Abarca y M. Cervantes, Definición y clasificación de humedales. En: F. J. Abarca y M. Cervantes
(eds.), Manual para el Manejo y Conservación de Humedales en México. INE-SEMARNAP, Arizona Game
& Fish Department (1996).
2. Comisión Nacional para el Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO), Aguas Continentales y
Diversidad Biológica de México (2000).
3. E. F. Contreras y L. Zabalegui, Aprovechamiento del Litoral Mexicano. CECODES-SEPESCA (1988).
4. G. de la Lanza-Espino y J.L. García Calderón, Lagos y Presas de México. Centro de Ecología y
Desarrollo (1999).
5. P. Dipotet- Barcada y G. de la Lanza-Espino, Humedales y territorio con humedales. En: G. de la LanzaEspino G. Las Aguas Interiores de México, Conceptos y Casos. AGT (2007).
6. I. Olmsted, Wetlands of Mexico, En: D.F. Whigham et al. (eds.), Wetlands of the World. Kluwer
Academic Publishers (1993).
6
Las reuniones de Bali y Bangkok sobre
cambio climático
Dr. Edmundo de Alba A.
Vicepresidente del Grupo II del IPCC
Consultor del Instituto Nacional de Ecología
El
régimen
internacional
climático
cuenta
como
principales
instrumentos con la Convención Marco de Cambio Climático de las
Naciones Unidas y su Protocolo de Kioto. La Convención da el marco
general para la acción internacional, pero no obliga a los países a reducir
sus emisiones sino de manera indirecta para el grupo del Anexo 1
(países desarrollados y en transición a economía de mercado; 41
integrantes). Su compromiso original fue llegar, para el año 2000, a un
nivel cercano a sus emisiones de 1990, pero esto no se cumplió. Los
149 países en desarrollo firmantes no asumen compromisos explícitos
de reducción.
Desde el inicio de la negociación (1991), los países se dividieron
en dos grandes grupos: desarrollados y en desarrollo, conforme a la
división tradicional de las Naciones Unidas. Durante la negociación se
disolvió la Unión Soviética, creándose (¡dentro de los desarrollados!) el
grupo de países en transición hacia la economía de mercado (los
anteriores satélites de la URSS).
Los principios que han guiado la negociación hasta la fecha son:
“responsabilidades comunes, pero diferenciadas” y “mismo derecho al
bien común, la atmósfera”, por lo que los principales causantes
históricos
del
problema
de
emisiones
termoactivas
(gases
de
invernadero) quedaron en el Anexo 1, con disponibilidad a adquirir
compromisos, mientras
que
los países
No-Anexo
(en desarrollo)
declararon su derecho irrestricto al desarrollo y a recibir apoyo para
poder abatir emisiones y adaptarse al fenómeno climático.
7
En las negociaciones se formaron varios grupos: Europa, gran
defensora del control de emisiones, favorece un menor uso de
combustibles fósiles y pone especial atención en su dependiente sector
energético. EUA propone soluciones tecnológicas que no lesionen su
economía. China, India y Brasil encabezan el grupo de los 77 y no
admiten responsabilidad (“somos víctimas y no culpables”), aunque
China pronto será el primer emisor en volumen y los tres se ubican
entre los primeros siete (Brasil por deforestación). Las islas pequeñas en
desarrollo buscan compensación por los efectos del cambio climático,
mientras que Arabia Saudita y la OPEP quieren ser indemnizados por las
medidas que se tomen para abatir emisiones, pues afectarán sus
exportaciones. Los grupos mencionados continúan manteniendo su
posición original.
México, miembro de la OCDE y ahora fuera del Grupo de los 77,
ha mantenido siempre una posición favorable y constructiva en las
negociaciones, como se aprecia al final del documento. En emisiones
totales México se ubica en el sitio número 13 mundial (por encima de
Francia e Italia), alrededor del promedio en emisiones per cápita, y es
muy vulnerable a los efectos del cambio climático (inundaciones,
sequías, etc.).
La falta de compromisos explícitos y vinculantes, es decir
obligatorios, en la Convención, movió a la comunidad internacional a
negociar el Protocolo de Kioto que compromete a los países del Anexo 1
a reducir sus emisiones en poco más de 5% durante el período de 2008
a 2012.
Se calcula que para evitar los efectos del Cambio Climático es
necesario reducir cerca del 80% las emisiones sobre las de 1990. La
modesta meta de Kioto se ha visto reducida en casi la mitad por la no
participación de los Estados Unidos. (En la reunión de Bali, Australia
8
anunció su ratificación del Protocolo, que había detenido por largo
tiempo, dejando solos a los EUA).
Desde la décimo primera reunión de las partes de la Convención
(Montreal,
2006),
se
iniciaron
los
contactos
para
revisar
los
compromisos de los países desarrollados dentro del Protocolo de Kioto, y
acordar las acciones para el cumplimiento de la Convención hasta y con
posterioridad
al
término
del
Protocolo
(2012).
Estas
fueron
las
principales tareas de la décimo tercera reunión de las partes de la
Convención, y tercera de los miembros del Protocolo, realizadas en Bali,
Indonesia, del 3 al 15 de Diciembre pasado. En dichas reuniones
participaron cerca de 11,000 delegados de más de 180 países, 7 Jefes
de Estado; y cerca de 100 Ministros encargados del tema del cambio
climático.
Después de largas y arduas negociaciones, finalmente se acordó el
llamado Plan de Acción de Bali con una ruta crítica que conducirá a dos
años de negociaciones para el establecimiento del régimen internacional
post-Kioto (que se acordará en Dinamarca, 2009), con lo que se
evitarán brechas temporales lesivas en los compromisos internacionales
al término del primer período de compromisos del Protocolo.
Los
principales
temas
sujetos
a
negociación
son
(con
los
comentarios del autor en cursivas):
- Meta global de largo plazo para la reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero (los europeos proponen 2ºC).
- Acciones nacionales e internacionales en materia de mitigación,
incluyendo:

Compromisos o acciones medibles, reportables y verificables
de mitigación, incluyendo objetivos de límites y reducciones
de emisiones por parte de todos los países desarrollados
(esto fue finalmente aceptado por Estados Unidos)
9

Acciones medibles, reportables y verificables de mitigación a
nivel nacional por parte de los países en desarrollo, en el
contexto
del
tecnología,
desarrollo
sustentable,
financiamiento
y
y
creación
con
de
apoyo
de
capacidades
(muchos de estos países mantienen su posición de sólo
tomar
medidas
bajo
financiamiento
internacional
y
vinculadas a su desarrollo)

Incentivos positivos para la reducción de emisiones por
deforestación y degradación forestal en los países en
desarrollo, así como el papel de la conservación, el manejo
sustentable de los bosques, y el fortalecimiento de las
reservas forestales de carbono en países en desarrollo (por
primera vez se acepta considerar la conservación, que
podría ser la mayor contribución de los países en desarrollo
al control de las emisiones, pues el interés de muchos de los
desarrollados es la seguridad energética y, consecuentemente, el abatimiento del uso de combustibles fósiles
importados - petróleo)

Cooperación
sectorial
(programas
específicos
para
los
acciones
de
diversos sectores económicos)
- Acciones en materia de adaptación, incluyendo:

Cooperación
internacional
para
apoyar
adaptación, incluyendo: evaluaciones de vulnerabilidad y
necesidades financieras, estrategias de respuesta y de
creación de capacidades (capacidades para la formulación de
políticas e instrumentación de acciones de respuesta),
acciones de adaptación en la planeación nacional y sectorial,
proyectos específicos y programas (se da énfasis especial a
los países más vulnerables: islas pequeñas, los africanos y
los más pobres).
10

Estrategias de reducción de desastres y medios para
orientar las pérdidas asociadas con los impactos del cambio
climático en países en desarrollo. (La adaptación ha sido
lucha permanente de los países en desarrollo ante una visión
de
la
Convención que
ha destacado
las medidas
de
reducción de emisiones (mitigación)).
- Acciones en materia de desarrollo y transferencia de tecnología para
apoyar medidas de mitigación y adaptación (la tecnología ha sido el área
donde China ha mostrado mayor interés y flexibilidad, buscando adquirir
tecnología en condiciones ventajosas, como requisito para abatir sus
emisiones, las segundas en el mundo y crecientes), incluyendo:

Eliminar obstáculos a la provisión de incentivos financieros y
otros para potenciar el desarrollo, la transferencia y el
acceso a tecnologías ambientalmente amigables, en países
en desarrollo (se argumenta la existencia de barreras tanto
en
los
países
proteccionismo)
receptores
como
en
de
los
tecnología
(costos
y
proveedores
(precios
y
selectividad tecnológica))

Acelerar
la
distribución,
difusión
y
transferencia
de
tecnologías ambientalmente amigables,

Cooperación sobre investigación y desarrollo de tecnologías
existentes, así como de otras nuevas, y

Mecanismos y herramientas de cooperación tecnológica en
sectores específicos (la sectorialidad juega cada vez un
papel más destacado en las negociaciones; la generación de
energía eléctrica es dominante en la mayoría de los países).
- Acciones respecto a la provisión de recursos financieros para apoyar la
cooperación en mitigación, adaptación y tecnología, incluyendo:
 Acceso a recursos financieros adecuados,
11
 Incentivos positivos para países en desarrollo que permitan
fortalecer
las
estrategias
nacionales
de
mitigación
y
adaptación,
 Instrumentos innovadores de financiamiento para apoyar a
los países en desarrollo,
 Instrumentación de acciones de adaptación sobre la base de
políticas de desarrollo sustentable,
 Financiamiento e inversiones del sector público y privado,
incluyendo el impulso a opciones de inversión bajas en
carbono, y
 Apoyo financiero y técnico para la creación de capacidades
en la evaluación de costos de adaptación en los países en
desarrollo.
En resumen, están sujetos a negociación, como ejes principales, la
adaptación, la mitigación, la tecnología, el financiamiento y la visión
conjunta de la acción cooperativa a largo plazo. Para llevar adelante la
negociación se creó un Grupo de Trabajo Ad Hoc sobre Cooperación de
Largo Plazo. Se programaron cuatro reuniones en el presente año.
La primera reunión se realizó en Bangkok a fines de marzo y
participaron 162 países. Se aprobó una agenda detallada de trabajo
según
la
cual
los
cinco
ejes
centrales
serán
examinados
simultáneamente, en virtud de sus interrelaciones, aunque se consideró
prioritario avanzar en los acuerdos sobre adaptación con base en
tecnología y financiamiento.
En las conferencias de Bali, México declaró que:
 Se dispone a asumir una posición cada vez más activa en el
plano internacional. Sobre la base del principio de las
responsabilidades comunes pero diferenciadas, cada país
12
debe desarrollar su mejor esfuerzo, en función de sus
capacidades propias.
 Se necesita un esquema que amplíe la escala de la
mitigación global, sin limitarse a la relocalización (misma
emisión global, pero localizada en otro país) de esfuerzos
derivados de los compromisos de los países industrializados.
Se requiere cubrir el vacío actual entre la escala del
proyecto y la de una economía completa.
 Es necesario encontrar fórmulas financieras innovadoras y
adicionales para el régimen post-2012. En este marco,
México
considera
Multinacional
con
necesaria
fórmulas
la
creación
claras
e
de
un
Fondo
incluyentes
de
aportación que superen la atomización e ineficacia de los
fondos actuales. Debe existir una correlación directa entre el
compromiso de hacer y la provisión de recursos para ampliar
los alcances de dicha acción.
(Mayo 2008)
13
Lo grandioso de los manglares,
y lo que se está perdiendo
Dra. Guadalupe de la Lanza Espino
Instituto de Biología, UNAM
Por manglar se entiende una comunidad de árboles-arbustos
halófitos (que crecen en ambientes salinos), incluyendo diversas
especies de mangle y plantas sumergidas-emergidas y terrestres,
asociadas a cuerpos de agua como lagunas, estuarios, esteros,
marismas, bahías, que bordean las costas en aproximadamente un 60%
a nivel tropical.
(Fuente: CONABIO)
Como ecosistema, el manglar interactúa con el medio a través de
factores físicos (temperatura, salinidad, mareas), geoquímicos (textura
del sedimento, pH, difusión de sales nutritivas, grado de aireación,
materia orgánica en diversos grados de descomposición), y biológicos
(comunidades animales que incluyen crustáceos, moluscos, peces,
tortugas, cocodrilos, aves). La vegetación arbórea crece en la zona de
intermareas con salinidades que van desde aguas dulces
hasta
14
hipersalinas (entre 40 y 90 g/L), aunque su desarrollo óptimo está en
aguas salobres (~ 15 g/L).
Los científicos han señalado repetidamente en eventos nacionales
e internacionales la importancia ecológica de los manglares, sin que se
hayan tomado hasta la fecha acciones adecuadas para su conservación
satisfactoria.
Entre los servicios ambientales que proporcionan los manglares,
se encuentran los siguientes:
- Aportan materia orgánica que sostiene a una variedad de
organismos (biodiversidad) de importancia ecológica y económica, a
través del consumo directo, de sus detritos o de las bacterias que en
ellos crecen y son consumidas por otros organismos (crustáceos, peces,
moluscos, etc.).
- Protegen a ciertos animales (p.ej., larvas de camarón) contra
depredadores.
- Exportan al mar sustancias inorgánicas disueltas (nutrientes),
que son asimiladas por el fitoplancton y la macrovegetación para
fotosintetizar compuestos orgánicos que sostienen una alta pesquería
fuera de las lagunas donde se desarrolla el manglar.
- Forman áreas terrestres al atrapar sedimentos, e impiden la
erosión causada por corrientes, mareas y viento, protegiendo la línea de
costa, incluso incrementándola mar adentro, como ha sucedido en las
costas de Nayarit (Marismas Nacionales). Asimismo, detienen la carga
sedimentaria que procede del área terrestre adyacente y que impactaría
a los arrecifes de coral.
-
Filtran
biológicamente
aportes
terrestres
naturales
y
antropogénicos (p.ej., descargas de aguas residuales de origen diverso).
Pero, como todo ambiente tiene un límite para absorber materiales
nocivos y transformarlos a inocuos, y dado el acelerado crecimiento
15
urbano e industrial en la zona costera, la comunidad de manglar podría
encontrarse en peligro por este impacto.
Constanza (3) ha estimado el valor económico de la labor de
filtración en USD $6,700 /ha/año, y el costo de la rehabilitación en USD
$3,000-5,000 /ha, lo que no significa que el manglar se recupere
totalmente (se calcula un máximo aproximado del 30%). En México
desafortunadamente no se han llevado a cabo estos cálculos por la
diversidad de ambientes costeros y socio-económicos.
- Proveen hábitat para diversas fases larvarias de organismos de
importancia ecológica y económica.
- Los manglares de lagunas costeras sostienen una significativa
pesquería por la gran cantidad de materia orgánica que aportan. Una
hectárea de manglar genera entre 1,100 y 11,800 kg de peces; por lo
que su valor derivado en pesquerías está entre USD $850 y $16,750
/ha/año (1). Se ha calculado (5) que la destrucción de una hectárea de
manglar reduce en 760 kg la captura de camarón.
- El manglar protege a las comunidades asociadas (animales y
vegetales) y al hombre, de vientos, tormentas tropicales e incluso de
huracanes y tsunamis. De esto se tienen ejemplos como el de Quintana
Roo a raíz del huracán Wilma. Incluso protegen de inundaciones
provocadas por estos eventos que cada vez son más severos. Según
Sharma (4), de haber existido los manglares, los daños del tsunami de
2004 en Tailandia hubieran sido menores; señala también que los
manglares sirven de doble protección o amortiguamiento: la capa del
mangle rojo absorbe el impacto inicial de las olas, y la capa de mangles
negros más altos funciona como un muro de contención ante la furia del
mar.
- Los manglares, a través de la fotosíntesis, son sumideros de
bióxido de carbono, mitigando el calentamiento global. Sharma (4)
16
calcula que los manglares absorben más CO2 por metro cuadrado que el
fitoplancton marino.
- A nivel rural, la comunidad de manglar ofrece materiales para la
construcción de viviendas, artes de pesca (como los tapos o barreras
para capturar camarón), e incluso como combustible.
Dado lo atractivo de la comunidad de manglar, se han venido
desarrollando desde tiempo atrás diversas actividades antropogénicas
(agricultura, turismo, urbanismo entre otras), pero actualmente en
forma intensa y desorganizada, y en ocasiones sin el éxito esperable
como la acuicultura, y sin tomar en cuenta la fragilidad de estos
ecosistemas.
El desarrollo turístico constituye actualmente una de las industrias
que más influyen en el deterioro de los manglares, no sólo por las
edificaciones hoteleras, sino por la construcción de carreteras de acceso
que rellenan o desecan áreas de manglar, y ocasionan el desvío de
comunicaciones hídricas que
al manglar
le
son
necesarias para
mantener una salinidad adecuada y un óptimo desarrollo.
La acuicultura costera no solamente ha modificado y deforestado a
estos bosques costeros, sino ha venido a desplazar recursos pesqueros
locales, en el afán de incrementar la producción de especies que pueden
ser
manejadas
con
mayores
rendimientos,
pero
a
costa
de
la
deforestación y disminución de los recursos regionales.
Según la CONABIO (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso
de la Biodiversidad) (2), la superficie de manglar en México alcanza
655,667 ha en diecisiete estados costeros, siendo Campeche el de
mayor
superficie
(29.9%),
seguido
por
Yucatán
(12%),
Sinaloa
(10.8%), y Nayarit (10.2%). Desafortunadamente no se cuenta en el
país con una base de datos confiable de varios años para determinar la
17
superficie
afectada
o
destruida
por
las
diversas
actividades
antropogénicas, pero la FAO estima la pérdida a nivel mundial en 25%.
Por la necesidad de manejar estos ecosistemas bajo un mal
interpretado
desarrollo
sustentable,
se
realizaron
reuniones
internacionales y nacionales inicialmente para inventariarlos, manejarlos
y “conservarlos” (que es lo que menos se está haciendo). La CONABIO
propuso que del manglar existente, 280,573 ha (43% del total) se
manejen como Área Natural Protegida, bajo el régimen de protección
especial de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente; y que 30 sitios con extensión de 420,244 ha (64% del total)
se inscriban en la Convención Internacional RAMSAR, lo cual implica el
desarrollo de programas de conservación. Bajo este panorama se ve una
significativa disminución del manglar por las necesidades económicas y
de desarrollo del país.
Para balancear esta situación se incluyó en la norma NOM 0022
una compensación nada confiable: sembrar un equivalente de manglar
destruido con el mismo, o con otras especies, en lugares aparentemente
adyacentes, y sin tener la seguridad de un crecimiento y desarrollo
efectivos.
En las reuniones de la CONABIO se propusieron 55 áreas de
manglar prioritarias por su relevancia biológica e inmediata necesidad
de rehabilitación, ubicadas en los estados de Veracruz, Tabasco,
Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Colima, Jalisco, Nayarit, Chiapas,
Guerrero, y otros.
Por la importancia de los manglares, desde finales de los ochenta
la Dirección de Recursos Forestales dio pasos para elaborar una norma
que los regulara, pero sin llegar a nada y dejando pasar mucho tiempo
antes de retomar tan importante problema. Fue hasta 1999 cuando la
SEMARNAP publicó la norma NOM EM-001-RECNAT que establecía las
18
especificaciones para la preservación, conservación y restauración del
manglar.
Después del 2000, la SEMARNAT retomó la que sería la NOM-022,
reuniendo
a
diferentes
sectores
(académico,
social,
empresarial,
pesquero, etc.) para analizar y discutir una propuesta que llevó casi dos
años. El 7 de mayo de 2004 se publicó la norma en el Diario Oficial,
pero las reuniones siguieron por inconformidades del sector empresarial
(fundamentalmente
hotelero).
Se
hicieron
modificaciones
para
flexibilizarla, como permitir obras y actividades antes prohibidas, y la
mal interpretada compensación. Por parte de los académicos hubo
inconformidad, pero no tuvieron el peso suficiente frente al sector
económico para mantenerla.
Finalmente, cabe señalar los esfuerzos que se realizan a nivel local
en ciertos estados; por ejemplo, se están protegiendo 4,257 ha en
Cancún, aunque se ha planteado una donación de 3,512 ha al Fondo
Nacional del Fomento al Turismo, cifra que aparentemente representa el
0.5% del manglar perdido con referencia al total del país. Pero cabe
preguntarse en cuántas otras áreas de manglar de otros estados se
repetirá esta donación, sin considerar que esto será progresivo
conforme crezcan las necesidades de desarrollo económico y social.
¿Las acciones emprendidas por el gobierno en cuanto al manejo y
conservación del manglar compensarán las pérdidas de biodiversidad en
especies endémicas de flora y fauna? ¿Se expondrá a los ecosistemas y
al hombre a un número de eventos atmosféricos más severos que se
han venido dando por el cambio de clima? ¿Habrá más reducciones en
las dimisiones de las playas por erosión o cambio en el nivel del mar?
Este es un simple análisis de nuestros ambientes de manglar
costeros, que son nuestros protectores, no nuestros medios de
desarrollo.
19
Referencias:
1. Ávila Foucat, S.A.
http://www.senado.gob.mx/comisiones/LX/cyt/content/presentaciones/docs/Avila_Foucat.pdf
2. CONABIO http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/manglares/doctos/manglaresMexico.pdf
3. Constanza R.
http://www.google.com.mx/search?q=Constanza+1997+manglares+rehabilitaci%C3%B3n+costo&bt
nG=Buscar&hl=es&rlz=1T4GGLR_en___MX219
4. Sharma, D. http://www.pachakuti.org/Pachakuti/campanas/latifundio/tsunami.htm
5. Turner, R.E., 1977. Intertidal vegetation and commercial yields of penaeid shrimp. Transactions of
America Fisheries Society 106: 411-416
20
El papel de los bosques mexicanos en
el almacenamiento de carbono para
mitigar el cambio climático
Dr. Martin Ricker
Instituto de Biología
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
El incremento del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es la
causa principal del cambio climático, seguida por el aumento de las
concentraciones de metano y óxidos de nitrógeno. La concentración de
CO2 en la atmósfera ha aumentado de aproximadamente 280 ppm
(partes por millón) en la época preindustrial, a 379 ppm en 2005 (IPCC,
2007).
Los árboles almacenan carbono en su tejido vegetal, especialmente en la madera. Al quemarse un bosque, el carbono del tejido se
convierte en CO2, lo que contribuye al cambio climático. El balance
global entre tala de madera, deforestación y reforestación, resultó en los
años noventa en una emisión anual neta de entre 800 (±200) y 2,200
(±800) millones de toneladas de carbono, lo que corresponde a 10-25
por ciento de las emisiones globales de carbono por humanos (Santilli et
al., 2005).
México ha deforestado más de una tercera parte de sus bosques y
selvas, reduciendo su superficie boscosa original de 52% del país, a
33% en el año 2000 (Ricker et al., 2007). La deforestación sólo en
Brasil e Indonesia causa emisiones iguales a 4/5 partes de las
reducciones ganadas al implementar el protocolo de Kyoto en su
primera fase entre 2008-2012 (Santilli et al., 2005).
El informe más reciente del Intergovernmental Panel on Climate
Change calcula que el 20 por ciento de las emisiones mundiales de
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carbono se debe al cambio de uso de la tierra, mientras que el 80 por
ciento restante proviene de la quema de energía fósil (IPCC, 2007).
Una hectárea de bosque o selva sin extracción de madera
almacena 140-300 toneladas de carbono, mientras que los bosques
manejados europeos contienen 100-120 toneladas. México se halla en
octavo lugar de las naciones con áreas más extensas de bosque
primario, después de Brasil, la Federación Rusa, Canadá, Estados
Unidos, Perú, Colombia, e Indonesia (Mollicone et al., 2007). Brasil
cuenta con un área de bosque 12.7 veces más extensa que México, lo
que le confiere un papel especialmente importante en el almacenamiento de carbono en bosques.
Se estima que la cantidad de carbono en los bosques y selvas de
México se ubica entre 4,361 y 5,924 millones de toneladas (Gibbs et. al.
2007). Estas cifras pueden compararse con las emisiones totales de
México de 398.25 millones de toneladas en 2005, 1.4 por ciento del
total mundial, que lo sitúa en el lugar 16 de los principales emisores
(Rogers & McCormick, 2007). Es decir, los bosques y selvas de México
almacenan una cantidad de carbono equivalente a 11-15 años de sus
emisiones anuales. El primer lugar entre los países emisores, con un
21.1 por ciento de las emisiones mundiales, corresponde a Estados
Unidos (que no
presenta deforestación), que
en un año emite
aproximadamente la cantidad de carbono almacenada en todos los
bosques y selvas de México.
En conclusión, resulta importante frenar la deforestación en
México y en el mundo por muchas razones, incluyendo el papel de los
bosques en el almacenamiento de carbono, aunque la fuente principal
de las emisiones de carbono no sea la deforestación sino la quema de
energía fósil.
Referencias:
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Gibbs, H.K., S. Brown, J.O. Niles & J.A. Foley. 2007. Monitoring and estimating tropical forest carbon
stocks: Making REDD a reality. Environmental Research Letters 2: 13 pp.
IPCC. 2007. Summary for policymakers. In: S. Solomon, D. Quin, M. Manning, Z. Chen. M. Marquis, K.B.
Averyt, M. Tignor & H.L. Miller (eds.), Climate change 2007: The physical science basis. Contribution
of Working Group 1 to the fourth assessment report of the Intergovernmental Panel on Climate Change.
Cambridge University Press, Cambridge, U.K. 18 pp. [disponible en http://www.ipcc.ch/pdf/assessmentreport/ar4/wg1/ar4-wg1-spm.pdf]
Mollicone, D., A. Freibauer, E.D. Schulze, S. Braatz, G. Grassi & S. Federici. 2007. Elements for the
expected mechanisms on reduced emissions from deforestation and degradation, REDD’ under
UNFCCC. Environmental Research Letters 2: 7 pp.
Ricker, M., I. Ramírez-Krauss, G. Ibarra-Manríquez, E. Martínez, C. Ramos, G. González-Medellín,
G. Gómez-Rodríguez, J. L. Palacio-Prieto & H. M. Hernández. 2007. Optimizing conservation of
forest diversity: a country-wide approach in Mexico. Biodiversity and Conservation 16: 1927-1957.
Rogers, S. & M. McCormick. 2007. Hot spots – the carbon atlas. The Guardian 15 Dec 2007. [disponible
por ejemplo en http://eco.microsiervos.com/concienciacion/atlas-emisiones-carbono.html]
Santilli, M., P. Moutinho, S. Schwartzman, D. Nepstad, L. Curran & C. Nobre. 2005. Tropical
deforestation and the Kyoto protocol. Climate Change 71: 267-276.
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Modelos de crecimiento arbóreo a largo
plazo en respuesta al calentamiento
climático: casos de prueba en un bosque
montañoso subtropical y una selva húmeda
tropical de México
Martin Ricker y Genaro Gutiérrez-García
Instituto de Biología, UNAM
Douglas C. Daly
The New York Botanical Garden
La temperatura de la Tierra ha aumentado 0.6 ºC en el último
siglo, y se espera que aumente otros 3.5 ºC durante los próximos cien
años. Se estima que más de la mitad de la producción primaria neta de
biomasa tiene lugar en el trópico, especialmente en la selva perennifolia.
En los bosques templados, una temperatura mayor podría extender la
época
sin
heladas
del
crecimiento
arbóreo
y,
en
consecuencia,
incrementar la tasa de captura del CO2, si bien algunos autores también
han sugerido un impacto negativo del calentamiento sobre los bosques
tropicales, a causa de una disminución de la actividad fotosintética.
Usando el modelo PL (Ricker y del Río, 2004), proyectamos el
crecimiento de dos especies arbóreas mexicanas para un clima más
caluroso. El modelo predice que la especie de alta montaña Pinus
hartwegii disminuirá en 10.6% su crecimiento relativo esperado durante
su vida, como consecuencia de un aumento de 0.6°C en la temperatura.
En contraste, para la especie de selva perennifolia tropical
Diospyros digyna se encuentra un incremento de 25.4% en su
crecimiento relativo esperado durante su vida. El factor clave parece ser
la relación esperada entre temperatura y precipitación, más que la
temperatura por sí sola.
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Aunque no se puede suponer una respuesta universal en todos los
sitios, algunas selvas húmedas como las de Los Tuxtlas en México,
podrían constituir fuentes de fijación para el carbono del aire en un
clima cambiante.
(Resumen. Artículo completo en: Canadian Journal of Forest Research
37, 977-989 (2007)).
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Avance de la energía eólica en Estados Unidos
L. Gottdiener
Facultad de Ciencias, UNAM
Aunque el panorama del combate al calentamiento global es más
bien desalentador, hay algunos puntos luminosos. Uno de ellos es el
progreso
en
materia
eólica
en
los
Estados
Unidos,
país
que
recientemente rebasó a España para colocarse en segundo lugar
mundial en capacidad eólica instalada, después de Alemania. En 2007
esta cifra creció en un impresionante 45 por ciento, para alcanzar cerca
de 17,000 MW. De particular relevancia es el hecho de que los 5,244
MW eólicos instalados en Estados Unidos en 2007, representaron el 30
por ciento de la capacidad total de generación agregada en el año.
Pese a ello, la electricidad eólica apenas alcanza el 1 por ciento de
la producción eléctrica en Estados Unidos, dado su inicio tardío. Pero de
continuar el avance, el país podría ocupar pronto el primer sitio mundial,
y la electricidad eólica significar un porcentaje sustancial del total.
Podría suponerse que, por estados, la mayor capacidad eólica
corresponde a California, donde la conciencia ambiental está más
extendida. En efecto, California ocupaba el primer sitio hace apenas
algunos años pero, para fines de 2007 y con más de 4,300 MW
instalados, Texas había dejado muy atrás a su competidor.
Texas, hasta ahora conocido por su producción petrolera, ha
tomado el liderazgo en generación eólica gracias a su viento abundante,
terrenos amplios y poco poblados, y un ambiente regulatorio favorable.
Se sabe que los tejanos se ufanan de hacer las cosas en grande, y no
parece que vayan a perder pronto este nuevo primer lugar. Existen
actualmente magnos proyectos adicionales, entre ellos el del mayor
parque eólico del mundo, con 3,000 MW, en el que participará el
consorcio Shell. El magnate petrolero Boone Pickens, quien ha declarado
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que le “gusta el viento por renovable y limpio, y porque no hay que
lidiar con una curva declinante de producción” (como en el caso del
petróleo), planea construir un parque aún mayor, de 4,000 MW.
A pesar de la expansión reciente, ha surgido cierta oposición a las
torres eólicas por razones estéticas y aun ecológicas, ya que las aspas
de los generadores pueden matar a las aves. Pero la oposición ha sido
escasa, pues muchos tejanos admiten el potencial de la nueva actividad
en el desarrollo regional. El valor de los ranchos y los campos de cultivo
ha aumentado, y los jóvenes de la región tienen la opción de capacitarse
técnicamente y trabajar en los parques eólicos. The New York Times citó
el caso de un ranchero que recibe 500 dólares mensuales por cada uno
de los 78 generadores instalados en su propiedad.
La mayoría de los generadores en Texas ha sido instalada por
empresas europeas, pero esto no parece molestar a los residentes y
funcionarios locales, quienes piensan incluso en una etapa posterior: no
sólo ser centro de la generación eólica, sino de la nueva industria, como
lo han sido del petróleo. Es decir, constituir el punto de concentración de
las empresas fabricantes y armadoras de turbinas.
La energía eólica no ha superado todos los escollos pues, además
de variable e impredecible, es más costosa que la convencional. Ha
recibido un fuerte impulso gracias a créditos fiscales que el Congreso ha
extendido repetidamente, pero si estos créditos se eliminaran, ello
inhibiría el desarrollo del ramo. Otro problema son las insuficientes
líneas de transmisión pero, para que esto no frene la actual expansión,
el estado aprobó construir líneas con capacidad de 25,000 MW.
Minnesota e Iowa, con alrededor de 1,300 MW cada uno, siguen a
California en capacidad eólica instalada, y son ya varios los estados que
obtienen del viento más del 5 por ciento de su electricidad.
Fuentes: The New York Times (feb.2008), USA Today (jul. 2006), American Wind
Energy Assn.
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Efectos del calentamiento global en el
Golfo de México: el incremento del
nivel del mar
José Adrián Carbajal Domínguez
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
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El calentamiento global es un fenómeno que consiste en el
aumento
de
la
temperatura
promedio
del
planeta.
Una
de
las
consecuencias de dicho fenómeno es el incremento del nivel de los
mares. Se presenta un estudio acerca de las zonas vulnerables de los
estados del Golfo de México en el posible escenario de un incremento de
6 m en el nivel del mar. Los estados más vulnerables son Tabasco,
Quintana Roo, Campeche y Yucatán, con 25%, 12%, 12% y 13%,
respectivamente, de su superficie con elevación menor o igual a 6 m.
Estas regiones coinciden con el asentamiento del 70%, 80%, 57% y
45% de la población afectada respectivamente. Diagnósticos precisos y
acciones concretas deben implementarse para disminuir los riesgos
sobre las poblaciones de estos estados.
(Resumen del trabajo presentado en el L Congreso Nacional de Física,
Nov. 2007. Art. completo en: http://adriancarbajal.noip.org/inundacion/reportegolfo.pdf)
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