El niño En climatología se denomina El Niño a un síndrome climático, erráticamente cíclico, que consiste en un cambio en los patrones de movimientos de las masas de aire provocando, en consecuencia, un retardo en la cinética de las corrientes marinas "normales", desencadenando el calentamiento de las aguas sudamericanas; provoca estragos a escala mundial, afectando a América del Sur, Indonesia y Australia. El nombre de "El Niño" se debe a pescadores del puerto de Paita al norte de Perú que observaron que las aguas de la Corriente Peruana ó Corriente de Humboldt, que corre de sur a norte frente a la costa peruana, se calentaban en la época de las fiestas navideñas y los cardúmenes o banco de peces huían hacia el sur, debido a una corriente caliente procedente del Golfo de Guayaquil (Ecuador). A este fenómeno le dieron el nombre de Corriente del Niño, por lo del niño Jesús. El nombre científico del fenómeno es Oscilación del Sur El Niño (El Niño-Southern Oscillation, ENSO, por sus siglas en inglés). Es un fenómeno con más de once milenios de historia climática. El episodio prodrómico se inicia en el océano Pacífico tropical, cerca de Australia e Indonesia, y con él se altera la presión atmosférica en zonas muy distantes entre sí, se producen cambios en la dirección y en la velocidad de los vientos y se desplazan las zonas de lluvia en la región tropical. En condiciones normales, también llamadas Condiciones Neutrales, los vientos Alisios (que soplan de este a oeste) apilan una gran cantidad de agua y calor en la parte occidental de este océano. El nivel superficial del mar es, en consecuencia, aproximadamente 5 dm más alto en Indonesia que frente a las costas del Perú y Ecuador. Además, la diferencia en la temperatura superficial del mar es de alrededor de 8 ºC entre ambas zonas del Pacífico. Las temperaturas "frías" se presentan en América del Sur porque suben las aguas profundas y producen un agua rica en nutrientes y mantiene el ecosistema marino. Durante "la Niña" las zonas relativamente húmedas y lluviosas se localizan al sudeste asiático, mientras que en América del Sur es relativamente seco. Durante el Niño los vientos alisios se debilitan o dejan de soplar, la máxima temperatura marina se desplaza hacia la Corriente de Perú, que es relativamente fría, y la mínima temperatura marina se desplaza hacia el Sudeste Asiático. Esto provoca el aumento de la presión atmosférica en el sudeste asiático y la disminución en América del Sur. Todo este cambio ocurre en un intervalo de seis meses, que representa aproximadamente desde junio a noviembre es muy fuerte con alteraciones en el clima. En América del Sur Las consecuencias de este fenómeno climático lleva a regiones aleatorias de América del Sur a: Lluvias intensas. Disminución de la intensidad de la Corriente de Humboldt. Pérdidas pesqueras en ciertas especies e incremento en otras. Intensa formación de nubes generadas en la Zona de Convergencia Intertropical. Periodos muy húmedos. Baja presión atmosférica. En el sudeste de Asia [editar] En determinadas regiones aleatorias (desconocidas) del sudeste asiático provoca: Lluvias escasas. Enfriamiento del océano. Baja formación de nubes. Periodos muy secos. Alta presión atmosférica. En el Mundo [editar] Consecuencias globales: Cambio de circulación atmosférica. Cambio de la temperatura oceánica. Pérdida económica en actividades primarias. Pérdidas de hogares. A finales del 2006 en cantábrico oriental hubo escasas precipitaciones provocando así sequías. El síndrome El Niño en la historia y en la prehistoria de Perú Técnicas de identificación existentes Contrariamente a las medidas regulares y precisas de parámetros como la precipitación, la temperatura del aire o del mar, efectuadas muy precariamente desde 1930, para períodos más antiguos sólo se dispone de narraciones o descripciones de las consecuencias de las anomalías climáticas refiriéndose, por ejemplo, a las cosechas, a las condiciones de navegación y a la aparición de fenómenos meteorológicos no habituales como truenos, inundaciones, desastres por temporales, etc. Para identificar fenómenos meteorológicos, en paleoclimas, se dispone de los estudios geológicos de capas de sedimentos, fechables por estratigrafía (las capas más antiguas están por debajo), por datación al carbono 14, que indica el período en el cual se han formado los componentes orgánicos prisioneros (polen, etc.) en los depósitos o por los restos arqueológicos que se mezclan. Todas estas observaciones deben ser verificadas, comparadas y recortadas con el mayor número de informaciones proveniente de diversas disciplinas. Toda incoherencia debe ser explicada. Por ejemplo se sabe que: El nivel de los océanos ha variado varias decenas de metros, provocando variaciones del nivel de base y, por lo tanto, la erosión cerca de las desembocaduras La forma de algunos cordones litorales fósiles indica la dirección de las corrientes y de las olas dominantes Las dunas fósiles corresponde a períodos áridos e indica cuales eran los vientos dominantes Los fósiles (diatomados, foraminíferos), como también el crecimiento de los arrecifes de corales, dan indicaciones sobre la temperatura y la salinidad del agua de mar El estudio de las capas de hielos antiguos y de glaciares tropicales, de la composición isotópica del aire y la de los pólenes que quedaron prisioneros, permiten conocer las condiciones atmosféricas pasadas (temperatura del aire, importancia de las precipitaciones, etc.) La dendroclimatología (estudio de los anillos de crecimiento de los árboles) proporciona informaciones sobre las precipitaciones y las temperaturas del pasado Todo esto debe ser comparado a otros estudios utilizados por los paleoclimatólogos como el estudio del crecimiento de arrecifes tropicales, o las huellas dejadas por una fuerte explosión volcánica. Errores y trampas a evitar Estas técnicas son a menudo indirectas o subjetivas y sólo se dispone de consecuencias o efectos indirectos de lo que se quiere medir. En principio, se debe verificar y confirmar lo que han querido decir los historiadores. Por ejemplo, las destrucciones ocasionadas por el río Rímac son mucho más numerosas en los dos primeros siglos de la colonia. Puede ser que algunos barrios de Lima estaban más cerca del río en esa época. En otros casos algunas construcciones que se encuentran actualmente en zonas inundables, hacen que las crecidas que inundaban antaño praderas sin que nadie se preocupara, destruyen actualmente las viviendas para que aparezcan como noticia de primera plana en los diarios. Este es el caso de las inundaciones en la ciudad de Ica cuya población ha pasado de 50.000 a 300.000 habitantes entre 1963 y 1998, años de las dos últimas inundaciones. Enseguida, todas las inundaciones o fuertes lluvias no son necesariamente provocadas por el Fenómeno El Niño. La zona costera del norte de Perú es la única parte de Perú en la que las precipitaciones muy fuertes y las inundaciones están ligadas indiscutiblemente a "El Niño". Tanto en el sur de Perú como en el Altiplano boliviano El Niño provocaría sequías, mientras que La Niña correspondería a excesos pluviométricos, que ya no serían provocados por un aumento de las temperaturas de superficie del océano, pero por influencias más fuertes de los sistemas frontales del Sur (aire polar). Además no se dispone de información directa sobre los mecanismos del clima durante los Mega-Niños. Sólo podemos constatar que los dos Niños Muy fuertes de 1982-83 y de 1997-98 han tenido comportamientos diferentes en el Sur. 1983 correspondió a una sequía, mientras que en el 97-98 la precipitación fue superior al promedio. No se sabe cómo se comportará el próximo Muy Fuerte Niño y menos aún el próximo Mega Niño