Informe de la OMS acerca de la aplicación de la resolución 66/289 de la Asamblea General sobre la malaria pdf, 204kb

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A/67/825
Naciones Unidas
Asamblea General
Distr. general
5 de abril de 2013
Español
Original: inglés
Sexagésimo séptimo período de sesiones
Tema 13 del programa
2001-2010: Decenio para lograr la regresión de la malaria
en los países en desarrollo, en particular en África
Aplicación de la resolución 66/289 de la Asamblea
General sobre la consolidación de los logros y
aceleración de la labor destinada a combatir y
erradicar la malaria en los países en desarrollo,
particularmente en los de África, para 2015
Nota del Secretario General
El Secretario General tiene el honor de transmitir a los miembros de la
Asamblea General el informe del Director General de la Organización Mundial de la
Salud, presentado de conformidad con la resolución 66/289 de la Asamblea.
13-28254 (S) 300413 300413
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Informe del Director General de la Organización
Mundial de la Salud
Resumen
El presente informe se presenta en respuesta a la resolución 66/289 de la
Asamblea General. En él se exponen los avances en la aplicación de dicha
resolución, centrándose en la adopción y la intensificación de las intervenciones
recomendadas por la Organización Mundial de la Salud en 99 países en los que en la
actualidad se transmite la malaria y en los desafíos clave que impiden el progreso,
incluida la insuficiencia de la financiación para combatir la malaria en todo el
mundo. El informe evalúa los progresos hacia las metas mundiales en relación con la
malaria para 2015, incluidos el sexto Objetivo de Desarrollo del Milenio, las metas
establecidas a través de la Unión Africana y de la Asamblea Mundial de la Salud, y
los objetivos establecidos a través del Plan de Acción Mundial contra el Paludismo
de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo. El informe profundiza en los
desafíos que limitan la plena consecución de los objetivos, y en él se formulan
recomendaciones para garantizar la aceleración de los progresos hasta 2015 y
después de dicho año.
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I. Introducción
1.
Aunque la malaria es una enfermedad totalmente prevenible y tratable,
continúa transmitiéndose en 99 países y territorios en todo el mundo, para los que
supone una carga terrible, especialmente en los países de África Subsahariana. En
2010, aproximadamente 3.300 millones de personas corrían el riesgo de contraer
malaria en todo el mundo, y se estima que 219 millones lo hicieron (la cifra
oscilaría entre 154 y 289 millones). La enfermedad mató a unas 660.000 personas
(con un intervalo de entre 490.000 y 836.000), en su mayoría niños menores de
cinco años de África Subsahariana. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
recomienda una estrategia en varios frentes para combatir la malaria y erradicarla,
incluyendo intervenciones de lucha contra los vectores, terapias preventivas,
pruebas de diagnóstico universal, el tratamiento con terapia combinada basada en
artemisinina con garantía de calidad y una intensa vigilancia de la malaria.
2.
El presente informe destaca los avances y desafíos para combatir y erradicar la
malaria en el contexto de la resolución 66/289 de la Asamblea General. Se basa en
los recientes informes elaborados por la OMS y en contribuciones de la Oficina del
Enviado Especial para la lucha contra la malaria de las Naciones Unidas, la Alianza
de Líderes Africanos contra la Malaria, el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF) y la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo. El análisis se
basa en datos recibidos de países donde la malaria es endémica y de una serie de
socios en la lucha contra el paludismo.
3.
Durante la última década, la malaria obtuvo el reconocimiento en todo el
mundo de problema prioritario de salud mundial, y el paisaje global de la malaria
cambió drásticamente. Gracias a un importante aumento de la financiación
internacional, los países en los que el paludismo es endémico pudieron ampliar
enormemente sus medidas para combatir la malaria. El esfuerzo internacional
concertado para aumentar las intervenciones logró salvar unos 1,1 millones de
vidas, y la espiral ascendente de la enfermedad se invirtió.
4.
Desde 2001, la Asamblea General ha aprobado una resolución sobre la malaria
cada año, centrando la atención del mundo en los desafíos a los que se enfrentan los
países en los que la enfermedad tiene un carácter endémico, especialmente en
África. A principios de 2008, el Secretario General instó a la cobertura universal de
la población en situación de riesgo con intervenciones contra el paludismo, y
nombró a un Enviado Especial para la lucha contra la malaria, a fin de movilizar el
apoyo mundial a la acción contra la enfermedad. En 2009, una coalición de jefes de
Estado y de Gobierno africanos estableció la Alianza de Líderes Africanos contra la
Malaria, y se comprometió a trabajar de forma conjunta para poner fin a las muertes
causadas por la enfermedad. En 2013, 49 Estados Miembros de África cooperaban
bajos los auspicios de la Alianza. La malaria también es uno de los principales
temas del programa de acción quinquenal del Secretario General para 2012-2017 y
ha ocupado un lugar destacado en la iniciativa “Todas las mujeres, todos los niños”,
que tiene por objetivo salvar las vidas de 16 millones de mujeres y niños entre 2010
y 2015.
5.
Además del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la
Malaria, que ha proporcionado aproximadamente el 60% de toda la financiación
internacional para la malaria, los Gobiernos de los Estados Unidos de América y del
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte han aportado fondos sustanciales
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de forma bilateral. Por otra parte, la Fundación Bill y Melinda Gates, el UNICEF, el
Banco Mundial, el Mecanismo Internacional de Compra de Medicamentos y los
gobiernos de Australia, el Canadá, España, la Federación de Rusia, Francia, el
Japón, Mónaco y Noruega, entre otros, también han apoyado activamente los
esfuerzos mundiales para combatir la enfermedad y erradicarla.
6.
Aunque la financiación internacional aumentó considerablemente entre 2004 y
2011, lo que hizo posible distribuir más de 400 millones de mosquiteros tratados con
insecticidas y ampliar las pruebas de diagnóstico y los servicios de tratamiento, los
objetivos mundiales de financiación para lograr la cobertura universal de las
intervenciones contra la malaria no se han cumplido plenamente. En los últimos
años, la insuficiencia de la financiación internacional ha ralentizado el progreso y ha
aumentado la probabilidad de nuevos brotes y epidemias en las zonas donde se
había controlado previamente la enfermedad. La malaria sigue afectando a los
países más pobres del mundo, y millones de personas aún carecen de acceso a
intervenciones preventivas y servicios de salud que ofrezcan pruebas de diagnóstico
de calidad garantizada y tratamientos para salvar vidas.
Objetivos y metas mundiales
7.
El éxito de la lucha contra la malaria y para su erradicación se mide a través
del progreso hacia un conjunto de objetivos y metas mundiales, concebidos por
medio de procesos intergubernamentales o enmarcados en iniciativas mundiales.
Hay cuatro conjuntos principales de objetivos y metas mundiales en relación con el
paludismo para el año 2015: el sexto Objetivo de Desarrollo del Milenio; las metas
establecidas por la Unión Africana (la declaración y el plan de acción sobre la
iniciativa “Hacer Retroceder el Paludismo” aprobada en la Cumbre Extraordinaria
de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana
celebrada en Abuja los días 24 y 25 de abril de 2000); las metas fijadas por la
Asamblea Mundial de la Salud; y los objetivos establecidos por la Alianza para
Hacer Retroceder el Paludismo a través del Plan de Acción Mundial contra el
Paludismo. Hay otros objetivos regionales y subregionales para la lucha contra el
paludismo y su erradicación, pero no se abordan en este informe.
8.
La prevención de la malaria y la lucha contra ella forman parte de la meta 6.C
del sexto Objetivo de Desarrollo del Milenio: haber detenido y comenzado a reducir
la incidencia de la malaria y otras enfermedades graves para 2015. Debido a que, en
2010, la malaria fue responsable del 7% de todos los fallecimientos post-neonatales
en todo el mundo y del 15% en África, la lucha contra la malaria también es
fundamental para alcanzar la meta 4.A del cuarto Objetivo: reducir en dos terceras
partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de los niños menores de 5 años. También se
espera que la lucha contra la malaria contribuya a lograr los Objetivos primero a
tercero, quinto y octavo.
9.
En abril de 2000, al aprobar la Declaración de Abuja sobre la regresión del
paludismo en África, los dirigentes de los países africanos en los que la malaria es
endémica se comprometieron a reducir a la mitad la mortalidad por causa de esta
enfermedad para 2010, posponiendo más tarde esta meta hasta 2015. En la
Declaración también figuraba el compromiso de reducir o eliminar los impuestos y
aranceles que gravan la importación de medicamentos contra el paludismo, los
mosquiteros tratados con insecticidas y otros suministros fundamentales para luchar
contra la malaria. En 2006, la Declaración fue complementada con el llamamiento
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de Abuja a la acción urgente para dar acceso universal a los servicios relacionados
con el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria.
10. En 2005, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución en la que
estableció la meta de reducir en un 50% la carga que representa la malaria para 2010
y en un 75% entre 2000 y 2015. En 2007, la Asamblea aprobó otra resolución en la
que instituyó el Día Mundial de la Malaria el 25 de abril de cada año, día en el que
los países de la Unión Africana celebran el Día Africano del Paludismo desde 2001.
La Asamblea también instó a sus Estados miembros a poner fin a la administración
de monoterapias orales a base de artemisinina. En su resolución sobre el paludismo
aprobada en 2011, la Asamblea reiteró la importancia de tomar un conjunto de
medidas generales para garantizar el logro de las metas de 2015, e instó a que se
redoblaran los esfuerzos por controlar la resistencia, en aumento, a los
medicamentos antipalúdicos y los insecticidas. También instó a sus Estados
miembros a que siguieran dando prioridad al paludismo en sus programas políticos y
de desarrollo, y a que llevaran a cabo exámenes estratégicos de sus programas
nacionales sobre paludismo y optimizaran las respuestas nacionales.
11. En el marco de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo, los países en
los que la malaria es endémica, las organizaciones del sistema de las Naciones
Unidas, los donantes bilaterales, las asociaciones entre el sector público y el sector
privado, las organizaciones científicas, las instituciones académicas, las
organizaciones no gubernamentales y el sector privado están cooperando para
intensificar las intervenciones recomendadas por la OMS, mejorar la planificación
estratégica y la gestión de los programas sobre el paludismo, y tratar de garantizar
que se disponga de una financiación predecible y suficiente para combatir la
malaria. El Plan de Acción Mundial contra el Paludismo, publicado en 2008, fue
elaborado de forma colectiva para acelerar las actuaciones de múltiples interesados
de todo el mundo para luchar contra la enfermedad y erradicarla. Sus objetivos y
metas fueron revisados en 2011.
II. Situación actual
12. A pesar de que no se han alcanzado los 5.100 millones de dólares que se
estima que serían necesarios cada año para lograr la cobertura universal de las
intervenciones contra el paludismo en todo el mundo, la financiación proporcionada
entre 2000 y 2010 para la lucha contra la malaria ha permitido a los países en los
que la enfermedad tiene carácter endémico aumentar en gran medida el acceso a
intervenciones preventivas, así como a servicios de diagnóstico y tratamiento,
gracias a lo cual se ha podido reducir la tasa de mortalidad estimada por causa de la
malaria en más de un 25% en todo el mundo y un 33% en la Región de África de la
OMS durante el mismo período.
13. La enfermedad sigue constituyendo un grave problema para los países de
África Subsahariana, que padecen una trágica pérdida de vidas y ven obstaculizado
su progreso económico y social. Las estimaciones disponibles para los distintos
países en relación con la malaria para el año 2010 muestran que el 80% de las
muertes por paludismo se producen en 14 de los 99 países en los que se transmite la
enfermedad. La República Democrática del Congo y Nigeria suponen, en su
conjunto, más del 40% del total mundial estimado de muertes por malaria. Côte
d’Ivoire, Mozambique, la República Unida de Tanzanía y Uganda son también
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países muy afectados. Entre los seis representan aproximadamente 103 millones (el
47%) de los casos de malaria en todo el mundo. En Asia Sudoriental, la segunda
parte del mundo más afectada, la India es el país donde la malaria constituye un
mayor problema, seguida de Indonesia y Myanmar.
14. En el Informe mundial sobre el paludismo 2012, la OMS describió un
panorama con luces y sombras de las tendencias mundiales en relación con la
malaria, advirtiendo a la vez de una desaceleración de los progresos debido a la
insuficiencia de la financiación y de la posibilidad de nuevos brotes de paludismo en
zonas donde la enfermedad ya había sido controlada. La OMS también puso de
relieve las dos principales amenazas biológicas que podrían suponer un retroceso
importante para los esfuerzos mundiales por combatir la malaria: la resistencia en
aumento del parásito, en Asia Sudoriental, a la artemisinina, el compuesto clave en
el tratamiento de primera línea recomendado por la OMS para el paludismo por
Plasmodium falciparum sin complicaciones, y la creciente resistencia de los
mosquitos a los insecticidas, que supone una amenaza para los esfuerzos en materia
de lucha contra los vectores.
Lucha contra los vectores
15. Las intervenciones para el control del mosquito anofeles, que es el responsable
de la transmisión de la malaria a los humanos, han sido fundamentales para reducir
o interrumpir la transmisión de la enfermedad, especialmente en las zonas donde
está muy presente. La fumigación de interiores con insecticidas de acción residual y
el uso de mosquiteros tratados con insecticidas, ya sean mosquiteros tratados con
insecticidas convencionales o de larga duración, son las dos medidas clave de lucha
contra los vectores de malaria que pueden ser ampliamente aplicadas 1.
16. En 2011, 78 países, incluidos 32 países africanos, habían adoptado la
recomendación de la OMS de proporcionar mosquiteros tratados con insecticidas a
todas las personas en riesgo de contraer malaria. Un total de 89 países, 39 de ellos
africanos, contaban con una política nacional de distribución de mosquiteros
tratados con insecticidas de forma gratuita, lo que produjo una gran expansión en el
acceso a dichos mosquiteros. Según los últimos datos disponibles, el 53% de los
hogares de África Subsahariana posee al menos un mosquitero. En 2012, se
estimaba que el 33% de la población en riesgo, y el 41% de los niños menores de
cinco años de edad, dormían bajo un mosquitero en África Subsahariana. Las
campañas de comunicación para cambiar los comportamientos son esenciales para
mejorar la utilización de los mosquiteros. El UNICEF está muy involucrado en estos
esfuerzos, junto con otros socios.
17. Se estima que, cada año, se necesitan unos 150 millones de nuevos
mosquiteros tratados con insecticidas para proteger a toda la población en riesgo de
contraer malaria en los países de África Subsahariana en los que la enfermedad es
endémica. Sin embargo, en 2011, solo se hizo entrega a estos países de 92 millones
de mosquiteros, y en 2012 esta cifra se redujo a unos 66 millones. Según el análisis
realizado por la Alianza de Líderes Africanos contra la Malaria, como resultado de
esta desaceleración, en 13 países africanos disminuyeron las operaciones de
__________________
1
6
Aunque la OMS recomienda el uso de mosquiteros tratados con insecticidas de larga duración,
en el presente documento se utiliza el término más genérico “mosquiteros tratados con
insecticidas” para referirse a los mosquiteros, debido a que continúa estando muy extendido el
uso de mosquiteros tratados con insecticidas convencionales, especialmente fuera de África.
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cobertura con mosquiteros tratados con insecticidas durante el segundo semestre de
2012, lo que dejó a sus poblaciones con un mayor riesgo de contraer malaria. Esta
desaceleración tiene numerosas causas, y se cree que los principales factores fueron
la lentitud del ritmo de ejecución de los proyectos financiados por el Fondo Mundial
y la cancelación de su 11ª ronda de subvenciones.
18. La OMS y los asociados de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo
están profundamente preocupados por esta tendencia, y han pedido medidas
urgentes para disponer de la financiación necesaria y acelerar la adquisición de
mosquiteros. Los asociados en la lucha contra la malaria en todo el mundo están
trabajando con los países en los que la enfermedad tiene carácter endémico para
facilitar el desembolso de los recursos existentes para intervenciones de lucha contra
los vectores, así como para movilizar recursos adicionales. Los asociados de la
Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo también están explorando formas de
mejorar la durabilidad de los mosquiteros tratados con insecticidas y la apertura de
nuevos canales de distribución. Se están realizando esfuerzos para hallar las causas
de los cuellos de botella en todos los países, especialmente en los países africanos
que más padecen el paludismo. A menos que las entregas se incrementen
masivamente en 2013 y 2014, los países en los que la enfermedad tiene carácter
endémico no podrán sustituir la totalidad de los mosquiteros caducados, y sufrirán
un mayor número de casos de malaria y de muertes por la enfermedad.
19. La fumigación de interiores con insecticidas de acción residual constituye una
poderosa herramienta para luchar contra los vectores y reducir e interrumpir la
transmisión del paludismo. En 2011, 80 países, incluidos 38 de la región de África
de la OMS, recomendaban la fumigación de interiores para luchar contra la malaria.
Ese mismo año, en todo el mundo, los programas de fumigación de interiores
protegieron a 153 millones de personas, es decir, el 5% de la población mundial en
riesgo. En la región de África de la OMS, el porcentaje de la población en situación
de riesgo que fue protegida pasó de menos del 5% en 2005 al 11% en 2010, y se
mantuvo en ese nivel en 2011, beneficiando a 77 millones de personas. Los últimos
datos recibidos de los países en los que la malaria tiene carácter endémico y de los
asociados en la lucha contra el paludismo muestran que los progresos en la puesta
en marcha de los programas de fumigación de interiores se han desacelerado en los
últimos tiempos.
20. A pesar de que las actuales herramientas de lucha contra los vectores siguen
siendo eficaces, la aparición de mosquitos resistentes a los insecticidas en 64 países,
incluidos la mayoría de los países africanos en los que la malaria tiene carácter
endémico, supone una gran amenaza para los esfuerzos por combatir la malaria en
todo el mundo. Conforme a lo solicitado por la Asamblea Mundial de la Salud y la
Junta de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo, la OMS publicó en mayo
de 2012 un plan mundial para el control de la resistencia a los insecticidas en los
vectores de la malaria, en el que se pedía a los gobiernos, a los asociados para el
desarrollo, a las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y a los asociados
de la investigación y la industria que hicieran frente a esta creciente amenaza.
Aunque varios Estados Miembros han tomado medidas, la mayoría de los países aún
no han desarrollado una estrategia centrada en el control de la resistencia a los
insecticidas, ni han establecido sistemas de vigilancia rutinaria adecuados, debido a
la falta de recursos financieros y de capacidad entomológica.
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21. Recientemente, la OMS ha tomado nota de la expansión de las actividades de
aplicación de larvicidas en algunos países de África Subsahariana. La OMS
recomienda la aplicación de larvicidas en África Subsahariana únicamente como
intervención complementaria y no como principal intervención de lucha contra los
vectores. Solo debe utilizarse en zonas donde los lugares de cría de mosquitos son
poco numerosos, fijos y fáciles de encontrar. La aplicación de larvicidas puede ser
una intervención útil y eficaz en relación con su costo en áreas urbanas y
periurbanas, pero, en general, no está recomendada para las zonas rurales donde los
lugares de cría de mosquitos son innumerables, tienen ubicaciones cambiantes y
están muy dispersos. En abril de 2012, la OMS emitió una declaración con su
postura sobre la aplicación de larvicidas para orientar a los países en relación con la
aplicación adecuada de esta intervención, y reiteró los posibles efectos negativos
para la salud y el medio ambiente del uso de productos para larvas que no hayan
sido recomendados por el plan de evaluación de plaguicidas de la OMS.
Terapias preventivas
22. Las quimioterapias preventivas constituyen elementos clave del conjunto de
medidas de prevención y lucha contra la malaria recomendadas por la OMS. Entre
las terapias preventivas recomendadas figuran el tratamiento preventivo intermitente
de mujeres embarazadas, el tratamiento preventivo intermitente del recién nacido y
la quimioprevención estacional contra la malaria.
23. El tratamiento preventivo intermitente de mujeres embarazadas debería ser
administrado durante las visitas prenatales rutinarias en zonas de África
Subsahariana con una tasa de transmisión de la malaria de moderada a alta. El
tratamiento preventivo intermitente del recién nacido debería ser administrado a los
bebés a través de los servicios de vacunación en las mismas zonas. La adopción y el
despliegue nacional de estas dos intervenciones, en particular la última, han sido un
poco más lentos de lo esperado. La quimioprevención estacional contra la malaria
está recomendada para los niños menores de cinco años de edad durante la
temporada de malaria en zonas del Sahel en las que la transmisión de la enfermedad
tiene un carácter altamente estacional.
24. Se estima que unos 32 millones de mujeres embarazadas podrían beneficiarse
del tratamiento preventivo intermitente cada año en los países de África
Subsahariana en los que la malaria tiene carácter endémico. En los países que
padecen especialmente la enfermedad, la implantación de esta intervención está
notablemente menos desarrollada que otras medidas de lucha contra la malaria, a
pesar de unos niveles de asistencia a clínicas prenatales relativamente buenos. La
capacitación de los trabajadores del sector sanitario y la simplificación de los
mensajes sobre el tratamiento preventivo intermitente han demostrado mejorar la
cobertura. Para facilitar estos esfuerzos, la OMS actualizó su recomendación en
relación con el tratamiento preventivo intermitente en octubre de 2012, y ahora
recomienda su administración en cada visita de atención prenatal programada. La
OMS recomienda un cronograma de cuatro visitas de atención prenatal.
25. La OMS recomienda que los servicios de vacunación administren el
tratamiento preventivo intermitente del recién nacido a intervalos definidos que se
correspondan con los programas de vacunación rutinarios. Debido a que el
tratamiento utiliza la vacunación rutinaria como su plataforma de distribución, la
cobertura podría aumentar rápidamente y sus efectos se dejarían sentir pronto. La
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administración es segura, simple, eficaz en función del costo y bien aceptada por los
trabajadores de salud y las comunidades. Se estima que unos 28 millones de niños
que nacen cada año podrían beneficiarse de esta terapia preventiva. Solo Burkina
Faso ha adoptado el tratamiento preventivo intermitente del recién nacido como
política nacional desde que la OMS publicara su recomendación en 2009.
26. En todo el Sahel, la mayor parte de la morbilidad y de la mortalidad en la
niñez por malaria se producen durante la temporada de lluvias, que generalmente es
corta (dura entre tres y cuatro meses). Se ha demostrado que la administración de un
tratamiento eficaz contra la malaria a intervalos mensuales durante este período
ofrece una protección del 75% contra la malaria no complicada y grave en niños
menores de 5 años de edad. La quimioprevención estacional contra la malaria es una
terapia eficaz en función del costo y segura, que puede ser administrada por los
trabajadores sanitarios de la comunidad. Se estima que unos 25 millones de niños de
entre 3 y 59 meses de edad podrían beneficiarse de este tratamiento preventivo cada
año. La OMS emitió su recomendación sobre la quimioprevención estacional contra
la malaria en marzo de 2012, y hasta ahora dos países han adoptado la política.
Algunos otros, que participaron en la evaluación de la política, han manifestado su
compromiso de ampliar la cobertura de la quimioprevención estacional contra la
malaria más allá de sus poblaciones de estudio.
Pruebas de diagnóstico
27. El diagnóstico precoz y preciso de la malaria es esencial para una gestión
eficaz de la enfermedad, así como para controlarla. La OMS recomienda la
confirmación parasitológica inmediata en todos los casos en que se sospeche que el
paciente puede tener malaria, ya sea por microscopía o por una prueba de
diagnóstico rápido de la malaria, antes de administrar el tratamiento. La aplicación
de pruebas de diagnóstico universal en los sectores público y privado reduciría
sustancialmente las necesidades mundiales de tratamiento contra la malaria. Las
pruebas de diagnóstico también proporcionan una mejor atención a los pacientes,
son esenciales para una vigilancia oportuna y precisa, y ayudan a reducir la
aparición y propagación de la resistencia a los medicamentos antimaláricos, al
reservar dichos medicamentos para los que en realidad tienen la enfermedad.
28. En los últimos años ha aumentado considerablemente el número de países que
han adoptado e implementado políticas ampliadas para las pruebas de diagnóstico
del paludismo. En 2011, 87 países en los que la malaria tiene carácter endémico, 41
de ellos de la región de África de la OMS, adoptaron la política de proporcionar
diagnóstico parasitológico para todos los grupos de edad. En 84 países se
administran gratuitamente pruebas de diagnóstico de la malaria en el sector público.
Estas decisiones normativas han dado lugar a importantes avances en la ampliación
de las pruebas de diagnóstico en los países en los que la enfermedad es endémica, y
a una expansión gradual de las pruebas de diagnóstico de la malaria a nivel
comunitario.
29. El porcentaje de presuntos casos de malaria que fueron objeto de pruebas de
diagnóstico en el sector público aumentó del 20% en 2005 al 47% en 2011 en la
región de África de la OMS, y del 68% al 77% en todo el mundo. En la región de
África de la OMS, la mayor parte del aumento se puede atribuir al mayor uso de las
pruebas de diagnóstico rápido, que representaron el 40% de los casos sometidos a
pruebas en la región en 2011. En todo el mundo, el número de pruebas de
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diagnóstico rápido suministradas por los fabricantes casi se duplicó en un año,
pasando de 88 millones en 2010 a 155 millones en 2011. A pesar de ese incremento,
la mayoría de los casos de fiebre continuaron siendo tratados como presumibles
casos de malaria. En la región de África de la OMS, el número total de pruebas de
diagnóstico (tanto por microscopía como de pruebas de diagnóstico rápido) fue de
menos de la mitad del número de terapias combinadas a base de artemisinina
distribuidas por los programas nacionales de lucha contra la malaria en 2011.
Tratamiento contra la malaria
30. Las terapias combinadas a base de artemisinina están recomendadas por la
OMS como tratamiento de primera línea para la malaria causada por P. falciparum,
el más peligroso de los parásitos Plasmodium que infectan a los seres humanos. En
2011, 79 países y territorios habían adoptado dichas terapias como tratamiento de
primera línea para la malaria por P. falciparum. Desde 2011, la OMS ha
recomendado que todos los pacientes con malaria grave sean tratados con artesunato
inyectable (intramuscular o intravenoso), seguido de un ciclo completo de terapia
combinada a base de artemisinina tan pronto como el paciente pueda tomar
medicamentos orales. A los afectados por malaria P. vivax se les debería administrar
cloroquina cuando esta sea eficaz o una terapia combinada a base de artemisinina en
las zonas donde el parásito sea resistente a dicho fármaco. El tratamiento contra
P. vivax debería ser combinado con la administración de primaquina durante 14 días
a fin de evitar recaídas.
31. En los últimos años se ha producido una mayor expansión de las entregas de
terapias combinadas a base de artemisinina a los países en los que la malaria tiene
carácter endémico. El número de ciclos de tratamiento entregados a los sectores
público y privado en todo el mundo aumentó de 187 millones en 2010 a 278
millones en 2011. Los aumentos en las adquisiciones durante este período se
produjeron principalmente en el sector privado, en gran medida a través del Servicio
de Medicamentos Asequibles contra la Malaria, una iniciativa administrada por el
Fondo Mundial. A pesar del aumento de entregas en todo el mundo, varios países
siguieron sufriendo agotamientos de las existencias del sector público a lo largo de
2011, debido a la persistencia de problemas en la gestión de la cadena de
suministros y adquisiciones.
32. A finales de 2011, se estableció un grupo de trabajo interinstitucional para
determinar las posibles causas del agotamiento de las existencias en el sector
público de terapias combinadas a base de artemisinina y pruebas de diagnóstico
rápido, y para promover medidas de mitigación. El grupo de trabajo, coordinado por
la OMS, está formado por la Alianza de Líderes Africanos contra la Malaria, la
Iniciativa de Acceso a la Salud Clinton, el Fondo Mundial, la Iniciativa del
Presidente de los Estados Unidos sobre el Paludismo, el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo y el UNICEF. Entre las intervenciones del grupo de
trabajo figuraron negociaciones para liberar los fondos de donantes retrasados, la
realización de nuevos pedidos, la agilización de las entregas de fabricantes, la
división de entregas para abordar déficits temporales y la facilitación del
movimiento de excedentes. Como resultado del continuo esfuerzo interinstitucional,
se evitó el desabastecimiento de terapias combinadas a base de artemisinina en 17
países durante 2012.
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33. La práctica generalizada de utilizar monoterapias orales a base de artemisinina,
que son más baratas de producir y comprar, ha planteado un riesgo importante para
los esfuerzos de lucha contra el paludismo y ha contribuido a la aparición de la
resistencia a la artemisinina. La OMS recomienda que las monoterapias a base de
artemisinina de administración oral sean retiradas de los mercados y sustituidas por
terapias combinadas a base de artemisinina, política que la Asamblea Mundial de la
Salud ha respaldado en varias ocasiones desde 2007. Según la última evaluación de
la OMS (marzo de 2013), las monoterapias a base de artemisinina de administración
oral siguen siendo comercializadas por, al menos, 31 empresas, ubicadas
principalmente en la India y África. En todo el mundo, 43 países han retirado las
autorizaciones de comercialización de monoterapias orales a base de artemisinina,
pero 15 países siguen permitiendo su comercialización, entre ellos 9 países
africanos.
34. En 2012 se produjo un aumento significativo del abanico de medicamentos
antipalúdicos preseleccionados por la OMS. De los 28 productos farmacéuticos
contra la malaria que están actualmente en la lista de medicamentos
preseleccionados, 10 fueron incluidos en 2012. Asimismo, la OMS preseleccionó 12
nuevos ingredientes farmacéuticos activos para su uso en la fabricación de
medicamentos contra la malaria. Se espera que este aumento sustancial se traduzca
en una mayor competencia, lo que a su vez reducirá el precio de los medicamentos.
Una de las ventajas de los precios reducidos será que habrá menos incentivos para
comprar medicamentos no preseleccionados más baratos, que suelen ser de menor
calidad. La OMS también está trabajando para aumentar la capacidad de las pruebas
de calidad de los medicamentos en las regiones del mundo donde la malaria es
endémica.
Gestión integrada de los casos en las comunidades
35. La OMS y el UNICEF han incrementado sus esfuerzos por apoyar a los países
africanos donde la malaria es endémica para ampliar la gestión integrada de los
casos en las comunidades. Como parte de dicha gestión, se capacita a los
trabajadores sanitarios de las comunidades, que son desplegados y supervisados para
diagnosticar y tratar a los niños contra la malaria, la neumonía y la diarrea. Esta
estrategia centrada en la equidad tiene como objetivo complementar y ampliar el
alcance de los servicios de salud pública mediante el tratamiento temprano y eficaz
de estas enfermedades en las zonas rurales con acceso limitado a los proveedores de
atención a la salud basados en centros médicos, con una especial atención a los
niños de menos de 5 años de edad. En junio de 2012, la OMS y el UNICEF
emitieron una declaración conjunta sobre la mejora del acceso a los servicios
esenciales de tratamiento para niños a través de la gestión integrada de los casos en
las comunidades. Estos esfuerzos contribuyen a los avances de una campaña, puesta
en marcha por la Universidad de Columbia y respaldada por la Unión Africana, que
tiene por objetivo formar y desplegar, para 2015, a un millón de trabajadores
sanitarios de las comunidades en las zonas rurales de África Subsahariana.
Resistencia a los fármacos antipalúdicos
36. En los últimos años, la aparición de una resistencia a la artemisinina en la
subregión del Gran Mekong de Asia Sudoriental ha planteado un problema de talla
para las iniciativas regionales de lucha contra la malaria y su erradicación. La
resistencia de los parásitos a la artemisinina, el principal complejo recomendado por
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la OMS en el tratamiento de primera línea para el tratamiento del paludismo por P.
falciparum sin complicaciones se confirmó por primera vez en Camboya en 2008.
Desde entonces se han detectado parásitos resistentes a la artemisinina en Myanmar,
Tailandia y Viet Nam y se están llevando a cabo actividades de contención en todos
los países afectados. Una mayor propagación de cepas de paludismo resistentes, o la
aparición independiente de resistencia a la artemisinina en otras regiones, podría
entorpecer los esfuerzos mundiales de lucha contra la malaria.
37. Pese a los cambios observados en la eficacia del componente de artemisinina,
las terapias combinadas a base de ese componente siguen curando pacientes en esta
región, siempre que el medicamento con que se combine sea eficaz. En la provincia
de Pailin (Camboya) se ha encontrado resistencia a ambos componentes de múltiples
terapias combinadas a base de artemisinina. En consecuencia, se han establecido
disposiciones especiales para la terapia de observación directa utilizando una
combinación no basada en la artemisinina (atovaquone-proguanil). Los estudios de
eficacia terapéutica siguen siendo la regla de oro para orientar la formulación de
políticas sobre las drogas; la OMS recomienda que se realicen cada dos años. En
2010 y 2011, se completaron 47 estudios sobre tratamientos antipalúdicos de
primera y segunda línea en un total de 71 países donde fue posible realizar estudios
sobre la eficacia del P. falciparum, lo que representa un aumento de 31 países en
comparación con 2008 y 2009.
38. A principios de 2013, la OMS ultimó un marco de acción en casos de
emergencia para orientar el esfuerzo de múltiples interesados destinado a ampliar
aún más los programas para contener la resistencia a la artemisinina en la subregión
del Gran Mekong. Se estableció un centro regional en Phnom Penh que da cobertura
a la prestación coordinada y de alto impacto de programas específicos a fin de
responder a las necesidades de los países. El marco estará a cargo de un consorcio
de países donde la enfermedad es endémica, las organizaciones del sistema de las
Naciones Unidas y los asociados en la lucha contra la malaria basados en el país en
el contexto de un creciente compromiso político regional para hacer frente al desafío
que supone la resistencia del paludismo a los medicamentos. Esas iniciativas parten
del Plan Mundial de Contención de la Resistencia a la Artemisinina, inaugurado por
el Director General de la OMS en 2011.
Vigilancia
39. La OMS insta a los países donde el paludismo es endémico a que refuercen su
vigilancia de las enfermedades, la información sobre la salud y los sistemas de
registro de estadísticas vitales. Los datos generados por conducto de esos sistemas
son esenciales para evaluar y mejorar la eficacia de las intervenciones relacionadas
con la salud. Debido a las deficiencias de los sistemas de vigilancia de la malaria,
solo 58 países donde la enfermedad es endémica, producen en la actualidad datos
suficientemente completos y coherentes sobre el paludismo para permitir una
evaluación de las tendencias. Esos países representan solo el 15% de los casos
estimados en todo el mundo. Existe una necesidad fundamental de fortalecer la
vigilancia de la malaria en los otros 41 países donde se está transmitiendo la
enfermedad para que los ministerios de salud puedan dirigir los recursos hacia las
poblaciones que más los necesitan a fin de responder con eficacia a los brotes de la
enfermedad y evaluar los efectos de las medidas de control.
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40. En 2012, la OMS publicó dos nuevos manuales operacionales para la
vigilancia de la malaria, uno sobre la vigilancia de las enfermedades para el control
del paludismo y el otro sobre la vigilancia de las enfermedades para la erradicación
del paludismo. Esos manuales, junto con el manual para el acceso universal a las
pruebas de diagnóstico del paludismo y la segunda edición de las Directrices para el
tratamiento del paludismo, son el fundamento de los documentos de la OMS en que
se basa la denominada iniciativa T3 contra el paludismo: Test (pruebas
diagnósticas), Treat (tratamiento) y Track (vigilancia), que insta a los países donde
la malaria es endémica y a los asociados mundiales contra la malaria a que se
concentren en aumentar las pruebas de diagnóstico, el tratamiento y la lucha contra
el paludismo, y les proporciona las herramientas necesarias. El Director General de
la OMS puso en marcha la iniciativa y publicó los manuales de vigilancia en
Namibia en abril de 2012.
Formulación de políticas y nuevas orientaciones de la Organización
Mundial de la Salud
41. En 2011, la OMS completó una importante reestructuración de su proceso de
fijación de políticas para el control del paludismo y su erradicación, lo que dio lugar
a la creación de un comité de asesoramiento sobre políticas contra el paludismo a
modo de grupo consultivo independiente integrado por destacados expertos en
malaria, permitiendo así a la OMS fortalecer su proceso de formulación de políticas
y hacerlo más transparente y orientado a las necesidades de los Estados miembros.
Todas las recomendaciones normativas recientes de la OMS se han formulado en
consonancia con las recomendaciones del Comité, incluida la nueva política de
quimioprevención de la malaria estacional, la política actualizada para el
tratamiento preventivo intermitente de las mujeres embarazadas y la política
actualizada para la administración de una dosis única de primaquina como fármaco
antigametocito para el tratamiento del paludismo por P. falciparum en determinados
contextos.
42. Desde el anterior informe sobre los avances hechos en la lucha contra la
malaria que se presentó a la Asamblea General (A/66/169), y además de las políticas
y estrategias mencionadas anteriormente, la OMS también ha publicado directrices
para adquirir plaguicidas inocuos para la salud pública, proyectos de
recomendaciones provisionales sobre la gestión racional del embalaje de
mosquiteros tratados con insecticidas de efecto prolongado, un manual sobre la
gestión del paludismo grave, una declaración de posición sobre la eficacia de las
formas antipalúdicas no farmacéuticas de Artemisia annua y una guía práctica para
la administración de la quimioprevención de la malaria estacional. En su reunión de
septiembre de 2012, el Comité pidió al Programa Mundial sobre Malaria que
preparara una estrategia técnica global para el control del paludismo y su
erradicación para el período 2016-2025. La estrategia servirá de fundamento técnico
de una versión revisada del Plan de Acción Mundial contra el Paludismo de la
Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo, que se formulará en los próximos
años.
Desarrollo de vacunas contra la malaria
43. La complejidad del parásito del paludismo hace que el desarrollo de una
vacuna contra esta enfermedad sea una tarea sumamente difícil. En la actualidad no
existe una vacuna contra la malaria disponible en el mercado, no obstante las
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intensas actividades de investigación y desarrollo realizadas durante decenios. La
vacuna candidata más avanzada contra el P. falciparum es la RTS,S/AS01. La
tercera etapa de los ensayos, iniciados en mayo de 2009, concluyó con la inscripción
de 15.460 niños en siete países de África Subsahariana. Se han inscrito dos grupos
de edad en los ensayos: un grupo de niños de entre 5 y 17 meses de edad, que en su
primera dosis solo reciben la vacuna RTS,S/AS01, y otro grupo de niños de entre 6
y 12 semanas de edad que en su primera dosis reciben la misma vacuna contra la
malaria en combinación con vacunas pentavalentes del programa de inmunización
sistemática. Dependiendo de los resultados completos de los ensayos, previstos para
2014, y de los plazos estipulados para la presentación de tales resultados, se estima
que las primeras recomendaciones normativas de la OMS sobre esta vacuna contra
la malaria se formulen hacia finales de 2015.
Planificación estratégica y fomento de la capacidad
44. En 2012, los asociados mundiales en la lucha contra la malaria prestaron apoyo
a los países donde la enfermedad es endémica para fortalecer los programas de
control del paludismo y su erradicación, incluida la realización de exámenes de los
programas nacionales contra esa enfermedad siguiendo las orientaciones técnicas de
la OMS. Dichos exámenes sirven de base para renovar los planes estratégicos
nacionales contra la malaria, para lo cual la Oficina Regional de la OMS para África
ha publicado un proyecto de directrices. Los asociados en la Alianza para Hacer
Retroceder el Paludismo también colaboraron con los países donde la enfermedad es
endémica en el desarrollo de marcos programáticos nacionales y la realización de
análisis de diferencias y hojas de ruta. Las redes subregionales de la Alianza para
Hacer Retroceder el Paludismo facilitaron una respuesta coordinada a las
necesidades urgentes de los países, en particular desbloqueando el retraso en la
financiación.
45. La OMS y los asociados en la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo
también impartieron una serie de cursos de capacitación internacionales y regionales
sobre el control de la malaria dirigidos a los directores de programas y al personal
de los programas nacionales y subnacionales de control de la malaria, en particular
sobre la planificación y gestión de las intervenciones de lucha contra el paludismo;
la vigilancia, el control y la evaluación del paludismo; la erradicación del
paludismo; y la vigilancia de la resistencia a los fármacos antipalúdicos. En 2011 y
2012, se impartieron cursos de capacitación a más de 230 directores de programas y
profesionales de la salud en las regiones de la OMS de África, Europa y el
Mediterráneo Oriental. La OMS elabora en la actualidad una serie de nuevos
materiales de capacitación adaptados a las necesidades de los países con diversos
grados de endemicidad de la malaria.
Erradicación de la malaria
46. La comunidad mundial de lucha contra la malaria siguió prestando apoyo
adaptado a los países que están a punto de erradicarlo. En la actualidad, 25 países
donde el paludismo es endémico están en vías de erradicarlo y muchos más han
declarado la erradicación de la enfermedad como un objetivo nacional. En los
últimos años, la OMS ha certificado que Armenia, los Emiratos Árabes Unidos,
Marruecos y Turkmenistán están libres de malaria.
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47. La colaboración a través de las fronteras, el intercambio de las mejores
prácticas, las mejoras en los instrumentos de diagnóstico y la realización de
decididos esfuerzos a nivel regional, multinacional y de distrito son esenciales para
mantener los progresos de los países que avanzan hacia la erradicación, como los
signatarios de la Declaración de Tashkent en la región de Europa de la OMS,
además de los países de la Comunidad de África Meridional para el Desarrollo, Asia
y el Pacífico, la Península Arábiga y Mesoamérica. Las inversiones en esas
iniciativas ya se han traducido en un acelerado declive de la incidencia de la malaria
y un aumento de la capacidad para prevenir la reaparición de la enfermedad en las
zonas donde la transmisión se ha interrumpido.
48. En los países donde la malaria se limita a zonas remotas y boscosas, los casos
del paludismo entre los migrantes y las poblaciones móviles suelen representar un
alto porcentaje del número total de casos. En esos países, los progresos hacia la
eliminación de la malaria requerirán un mayor acceso de esos grupos a los servicios
de salud y una intensa colaboración transfronteriza y regional.
Promoción a nivel mundial
49. Los asociados en la alianza mundial para luchar contra la malaria siguieron
colaborando con líderes nacionales y mundiales para fomentar el compromiso
político de adoptar medidas con carácter urgente a fin de reducir la incidencia del
paludismo en todo el mundo. Los jefes de Estado de África continuaron reuniéndose
dos veces al año con ocasión del Foro de la Alianza de Líderes Africanos contra la
Malaria, que tiene lugar durante la cumbre de la Unión Africana, para reafirmar su
compromiso de derrotar el paludismo. En febrero de 2013, 13 países recibieron
premios de la Alianza por sus progresos en las iniciativas para combatir la
enfermedad. En diciembre de 2012, la Presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf,
quien actualmente preside la Alianza, organizó un evento en Monrovia para lanzar el
Informe mundial sobre el paludismo 2012 y el informe de la Comisión de la OMS
sobre la Salud de la Mujer en la Región de África en que se aborda la manera de
enfrentar el reto de la salud de la mujer en África, hecho que pone aún más de
manifiesto el firme compromiso de África de luchar contra la enfermedad.
50. El creciente impulso internacional en torno a la salud infantil y materna
culminó con el “Llamado a la acción sobre la supervivencia infantil”, un foro de alto
nivel celebrado en Washington, D.C., en junio de 2012, que fue convocado por los
Gobiernos de los Estados Unidos, Etiopía y la India, en colaboración con el
UNICEF. La conferencia dio lugar al nacimiento de la iniciativa “Una promesa
renovada”, que ha contado con el apoyo de más de 160 gobiernos y suscitado
nuevos compromisos para fortalecer los mecanismos de prestación de servicios de
salud en los países donde la malaria es endémica. Por ejemplo, el Presidente de
Nigeria, Goodluck Ebele Jonathan, puso en marcha una iniciativa para salvar
1 millón de vidas para 2015 mediante la ampliación del acceso a servicios de
atención primaria de la salud esenciales y a los productos básicos para las mujeres y
los niños.
51. El impulso político también viene cobrando velocidad en Asia y el Pacífico. El
Gobierno de Australia fue el anfitrión de una cumbre de alto nivel sobre la malaria,
celebrada del 31 de octubre al 2 de noviembre de 2012, que fue copresidida por el
Enviado Especial para la lucha contra la malaria y contó con el apoyo de la OMS, la
Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo y otros asociados mundiales. El
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documento final adoptado, a saber, un consenso sobre la lucha contra la malaria y su
eliminación en la región de Asia y el Pacífico, incluyó un llamamiento para crear
una alianza de dirigentes contra el paludismo en la región. A continuación, en el
marco de la séptima Cumbre de Asia Oriental, celebrada el 20 de noviembre de 2012
en Camboya, se adoptó una declaración sobre las respuestas regionales al control de
la malaria, en que se abordó la resistencia a los fármacos antipalúdicos. La OMS y
la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo publicaron un informe centrado en la
malaria fuera de África, que se ajustó a otros informes sobre países e informes
temáticos publicados en la serie de la Alianza titulada “Progress and Impact”
(Progresos y efectos).
52. Instituido por la Asamblea Mundial de la Salud en 2007, el Día Mundial de la
Malaria 2012 fue observado por los Estados Miembros, las organizaciones del
sistema de las Naciones Unidas, los asociados mundiales para el desarrollo, las
organizaciones no gubernamentales y el sector privado para sensibilizar al público
acerca de los esfuerzos mundiales para controlar la malaria y de la importancia de
acelerar los progresos hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Su tema fue
“Sostener ganancias, salvar vidas: invertir en la lucha contra el paludismo”. El
Secretario General entregó un premio a la Embajadora de Buena Voluntad de la
Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo, la Princesa Astrid de Bélgica, por sus
esfuerzos para crear conciencia acerca del sufrimiento causado por esta enfermedad.
La campaña sobre el Día Mundial de la Malaria 2013 se ha concebido como una
campaña multianual y se está llevando a cabo con el tema “Invertir en el futuro:
derrotar el paludismo”.
III. Necesidades urgentes de financiación para la lucha
contra la malaria en el mundo
53. En el Plan de Acción Mundial contra el Paludismo se estimó que las
necesidades de recursos a nivel mundial para lograr una cobertura universal de las
intervenciones contra la malaria superarían los 5.100 millones de dólares al año
entre 2011 y 2020 (2.300 millones de dólares al año en África). Si bien los
desembolsos internacionales se multiplicaron por ocho entre 2004 y 2011, la
financiación disponible sigue siendo sustancialmente inferior a lo que se necesita
para alcanzar una cobertura universal de las intervenciones contra la malaria y
lograr las metas mundiales en la lucha contra la enfermedad.
54. La financiación internacional para la lucha contra la malaria ascendió a un
total de 1.660 millones de dólares en 2011 y 1.840 millones de dólares en 2012. La
financiación interna de la lucha contra el paludismo y su erradicación ha aumentado
gradualmente. Se calcula que ascendió a 625 millones de dólares en 2011, y que los
países de África y América del Sur donde la enfermedad es endémica son los que
comprometen más recursos. Se estima que sumando los fondos nacionales e
internacionales, los recursos disponibles para la lucha contra la malaria a nivel
mundial ascendieron a 2.300 millones de dólares en 2011, lo que arrojaba un déficit
de 2.800 millones de dólares. Analizando los datos por países, el déficit de
financiación de los suministros relacionados con el paludismo y su distribución para
el período 2013-2015 es de 3.600 millones de dólares solo en África.
55. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de encontrar nuevas fuentes de
financiación, tanto internacionales como nacionales, para acelerar el avance hacia
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las metas mundiales y prevenir los brotes de la enfermedad. El Enviado Especial
para la lucha contra la malaria, cuya función se amplió en marzo de 2013 para
incluir la financiación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con
la salud, ha tomado la iniciativa de desarrollar mecanismos de financiación
innovadores para generar una financiación más estable y previsible de la lucha
contra el paludismo. Los asociados en la Alianza para Hacer Retroceder el
Paludismo están explorando también la posibilidad de crear un bono de la malaria,
que podría generar fondos para las intervenciones contra esta enfermedad, junto con
otras opciones como los mecanismos de garantía para optimizar el calendario de
financiación. También se están realizando esfuerzos para explorar mecanismos de
generación de ingresos, incluidos impuestos sobre los pasajes aéreos y las
transacciones financieras para cofinanciar la asistencia para el desarrollo.
56. Bajo la égida de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo, los asociados
mundiales en la lucha contra la malaria convocaron dos reuniones de alto nivel, en
2012 y 2013, para llevar a cabo análisis amplios de las deficiencias en los programas
y determinar los problemas operacionales más urgentes en los países endémicos. A
las reuniones asistieron representantes de más de 40 gobiernos y asociados para el
desarrollo, organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y el sector privado. A
continuación, se presentó a los ministros de finanzas proyecciones de los análisis de
las deficiencias a fin de alentar a los países a hacer nuevas promesas de aumentar
los recursos internos para combatir la enfermedad. En su reunión de diciembre de
2012, la Junta de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo pidió que se
adoptaran medidas urgentes para resolver la grave situación financiera de ocho
países de África Subsahariana.
57. En 2012, el Fondo Mundial fue objeto de un importante proceso de reforma y
reestructuración que condujo a la elaboración de un nuevo modelo de financiación
que se apartaría del sistema basado en rondas a fin de dar a los países donde la
malaria es endémica más flexibilidad para armonizar la financiación con las
estrategias nacionales de lucha contra la enfermedad, lo que debería procurar a los
países una mayor previsibilidad de la financiación. A partir de 2014, el Fondo
Mundial se concentrará más firmemente en los países que tienen las cifras más
elevadas de morbilidad y los menos capacitados para proporcionar financiación
nacional, lo que garantizará una mayor equidad en el acceso a fondos
internacionales. Se creará una partida presupuestaria aparte para recompensar los
programas de gran repercusión y que obtengan buenos resultados.
58. Habida cuenta de que aproximadamente el 60% de todos los fondos
internacionales para la lucha contra la malaria ya ha sido desembolsado por el
Fondo Mundial, es fundamental mantener el compromiso de los donantes de alto
nivel y asegurar que el Fondo Mundial siga siendo una fuente importante de
inversión estratégica en sus actividades de lucha contra el VIH/SIDA, la
tuberculosis y la malaria. La próxima reposición del Fondo Mundial, prevista para
septiembre de 2013, será fundamental para el futuro éxito de la lucha contra el
paludismo y para proteger los avances logrados.
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IV. Progresos realizados en la consecución de las metas
y los objetivos mundiales
59. El éxito de las iniciativas para controlar y eliminar la malaria se mide según
los progresos realizados hacia un conjunto de metas fijadas para 2015, que han sido
concebidas por medio de procesos intergubernamentales o establecidas en el
contexto de iniciativas mundiales. El avance hacia las metas se resume cada año en
el Informe sobre el paludismo en el mundo de la OMS, que ofrece un panorama
amplio de las tendencias en la financiación de los programas, la cobertura de las
intervenciones y los casos y las muertes por paludismo. Los datos para el informe se
reciben de los programas nacionales de control de la malaria de los países
endémicos, a través de las oficinas regionales de la OMS, y se complementan con
información recibida de las encuestas en hogares, en particular las demográficas y
sobre salud, las encuestas a base de indicadores múltiples y las encuestas de
indicadores del paludismo.
60. La evaluación de los progresos hacia las metas de reducción de la carga
específicas por países ha sido difícil, habida cuenta de que los sistemas de vigilancia
en los países con una alta morbilidad en África Subsahariana detectan solo una
pequeña parte de los casos y muertes reales por malaria. Con una tasa de detección
mundial del 10%, el paludismo es una de las enfermedades infecciosas más difíciles
de rastrear en África Subsahariana. En 41 países del mundo donde la malaria es
endémica, incluidos 32 en África, las tendencias del paludismo solo pueden
evaluarse mediante métodos de estimación de la incidencia de esta enfermedad que
dependen de un modelo de relación entre la transmisión de la malaria, la cobertura
de las intervenciones y la tasa de incidencia o mortalidad.
Sexto Objetivo de Desarrollo del Milenio
61. La prevención y el control de la malaria forman parte de la meta 6.C del sexto
Objetivo de Desarrollo del Milenio: haber detenido y comenzado a reducir, en 2015,
la incidencia de la malaria y otras enfermedades graves. Los cambios en las tasas de
incidencia y mortalidad mundiales por malaria registradas entre 2000 y 2010 indican
que el mundo está bien encaminado para alcanzar este objetivo. Entre 2000 y 2010,
las tasas de incidencia del paludismo, que tienen en cuenta el crecimiento de la
población, se redujeron en un 17% a nivel mundial y en un 23% en África. La tasa
de mortalidad por paludismo disminuyó en más del 25% en todo el mundo durante
el mismo período, mientras que la disminución en África fue del 33%. Sin embargo,
esos progresos solo pueden mantenerse si se siguen ampliando las intervenciones, se
realizan operaciones de control en todos los países más afectados y se impiden los
brotes de malaria y los casos de reaparición. Los próximos años serán
fundamentales para garantizar que tanto la financiación y como el compromiso
político sean suficientes para mantener el buen rumbo de las actividades de lucha
contra la malaria.
62. Los progresos en la consecución de la meta también se supervisan mediante un
análisis de la cobertura de la población con intervenciones de prevención y
tratamiento, en particular el empleo de mosquiteros tratados con insecticidas y el
porcentaje de casos que reciben tratamientos combinados a base de artemisinina. Si
bien la cobertura universal sigue siendo una meta distante para la mayoría de los
países, en los últimos años se ha observado una importante ampliación del acceso a
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los mosquiteros tratados con insecticidas y los tratamientos combinados a base de
artemisinina.
63.
Las tendencias en la entrega de mosquiteros tratados con insecticidas en
África Subsahariana indican que el número de mosquiteros proporcionados por los
fabricantes aumentó de manera espectacular, de 6 millones en 2004 a 145 millones
en 2010. Como se mencionó en párrafos anteriores, ese aumento se ha traducido en
una ampliación de la cobertura de las poblaciones en riesgo con mosquiteros
tratados con insecticidas. La proporción de hogares de África Subsahariana que
poseen al menos un mosquitero impregnado de insecticida aumentó al 53% en 2011.
Mientras tanto, el porcentaje de la población de riesgo que duerme bajo mosquiteros
fue del 33% en 2012, en tanto que la proporción de niños menores de 5 años que
duerme bajo mosquiteros fue ligeramente superior, situándose en el 41%.
64. Si bien las ventas de los tratamientos combinados a base de artemisinina han
aumentado considerablemente en todo el mundo, no se dispone de datos fiables
acerca de la utilización de esos medicamentos para combatir la malaria en los
sectores público y privado. A partir de datos sobre la distribución de tratamientos
combinados a base de artemisinina provenientes de los países donde la enfermedad
es endémica y el número estimado de casos de P. falciparum en los centros públicos
de salud, la OMS realiza estimaciones en relación con la proporción de casos que
reciben ese tipo de tratamiento en los centros públicos de salud. Según esas
estimaciones, las regiones de América, el Mediterráneo Oriental, Europa y el
Pacífico Occidental de la OMS adquirieron y distribuyeron suficientes tratamientos
combinados a base de artemisinina para atender todos los casos de P. falciparum
ocurridos en 2011. Mientras tanto, los países de Asia Sudoriental solo pudieron
tratar el 73% de los casos confirmados, y los países de África, el 55%.
Metas de Abuja
65. Mediante la adopción de la Declaración de Abuja sobre la regresión del
paludismo en África, y su plan de acción, en abril de 2000, los dirigentes de los
países africanos donde la malaria es endémica se comprometieron a reducir a la
mitad la mortalidad por causa de esta enfermedad para 2010, fecha límite que luego
prorrogaron hasta 2015. La Declaración incluía también el compromiso de reducir o
eliminar los impuestos y aranceles que gravan la importación de medicamentos
contra el paludismo, mosquiteros tratados con insecticidas y otros suministros
esenciales para luchar contra la malaria. La Alianza de Líderes Africanos contra la
Malaria, en colaboración con la OMS y la Alianza para Hacer Retroceder el
Paludismo, elabora un cuadro de puntuación trimestral en que registra sus avances
respecto de un número determinado de indicadores en todos los países de África
donde la malaria es endémica.
66. Según el cuadro de puntuación más reciente (enero de 2013), 28 países han
hecho progresos en la eliminación de los aranceles aplicables a todos los suministros
antipalúdicos, pero solo 10 están en condiciones de eliminarlos en su totalidad antes
de 2015. Se han eliminado los impuestos y aranceles sobre los mosquiteros tratados
con insecticidas y las pruebas de diagnóstico rápido en más de 20 países de África
Subsahariana, mientras que más de 30 países han eliminado los impuestos y
aranceles sobre los medicamentos contra la malaria.
67. Según el Informe mundial sobre el paludismo 2012, 11 países donde el
paludismo es endémico y una zona en África Subsahariana están en vías de cumplir
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la meta de reducir la carga de la malaria en más del 50% para 2015. El avance en
pos de esa meta se mide mediante un análisis de las tendencias en las tasas de
incidencia de la enfermedad. Ocho países (Argelia, Botswana, Cabo Verde, Namibia,
Rwanda, Santo Tomé y Príncipe, Sudáfrica y Swazilandia y una zona (Zanzíbar) ya
han alcanzado esa meta, al reducir sus tasas de incidencia del paludismo en más del
75%. Eritrea ha reducido su tasa de incidencia en más del 50%, mientras que, según
las previsiones, Madagascar y Zambia alcanzarán esa meta para 2015. En otros
países africanos, no es posible evaluar en la actualidad las tendencias de la
incidencia de la malaria debido al carácter incompleto o incoherente de la
información presentada.
Metas de la Asamblea Mundial de la Salud
68. En 2005, la Asamblea Mundial de la Salud estableció la meta de reducir la
carga de la malaria en un 50% entre 2000 y 2010, y en un 75% para 2015. Según el
Informe mundial sobre el paludismo 2012, 50 de los 99 países y territorios donde se
sigue transmitiendo el paludismo están en camino de lograr una reducción del 75%
en sus tasas de incidencia para 2015. Ocho de esos países y una zona están en la
región de África de la OMS. Si bien esa reducción representa un enorme progreso,
esos países representan solo el 3% (o 7 millones) de los casos estimados de malaria
en todo el mundo. A nivel mundial, las tasas de incidencia del paludismo se
redujeron en un 17% entre 2000 y 2010, mientras que la disminución en África fue
del 23%. Para avanzar con más celeridad en la consecución de esa meta, es preciso
ampliar sustancialmente las iniciativas que se realizan en los 17 países más
afectados, que representan aproximadamente el 80% de los casos de malaria.
Metas del Plan de Acción Mundial contra el Paludismo
69. El Plan de Acción Mundial contra el Paludismo se puso en marcha en 2008
como parte de una campaña de promoción mundial para aglutinar el apoyo a las
medidas de control y erradicación de la malaria y unir a los asociados en torno a un
plan de acción común para combatir la enfermedad. Los objetivos del Plan, en su
forma revisada en 2011, consisten en reducir prácticamente a cero las muertes por
paludismo a nivel mundial para fines de 2015, reducir los casos de paludismo en el
mundo en un 75% para finales de 2015 y erradicar el paludismo para 2015 en un
mínimo de 8 a 10 nuevos países (desde 2008) y en la región de Europa de la OMS.
La Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo pidió un total estimado en 5.100
millones de dólares al año para garantizar la cobertura universal de las
intervenciones contra la malaria y lograr esas ambiciosas metas. Como se ha
mencionado anteriormente, las metas de financiación no pudieron lograrse en su
totalidad debido, en parte, a la disminución de los fondos mundiales disponibles
para la salud y el desarrollo provocada por la crisis financiera mundial.
70. Como demuestran las cifras arriba citadas, ha habido un progreso constante
hacia todos esos ambiciosos objetivos. No obstante, para aproximarse aún más a los
dos primeros, será preciso ampliar de manera urgente y considerable la financiación
de las actividades de lucha contra la malaria, en particular en los países más
afectados. Con respecto al tercer objetivo, ocho nuevos países (dentro y fuera de la
región de Europa de la OMS) han reducido a cero la transmisión de la malaria a
nivel interno desde 2008 (las Bahamas, la Federación de Rusia, Georgia, el Iraq,
Jamaica, Kirguistán, la República Árabe Siria y Uzbekistán), y se ha certificado que
otros tres están libres de la enfermedad desde 2008 (Armenia, Marruecos y
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Turkmenistán). La región de Europa de la OMS está en general en vías de reducir a
cero el número de casos internos de malaria antes de 2015, pero es necesario hacer
más para contener los brotes recientes en Grecia y Turquía.
71. Para acelerar el avance en los países más afectados de África, la Alianza de
Líderes Africanos contra la Malaria, la Federación Internacional de Sociedades de la
Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la Oficina del Enviado Especial para la lucha
contra la malaria, la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo y la OMS están
colaborando en el establecimiento de una sala de situación de la malaria. Esta
colaboración sin precedentes permitirá que las organizaciones participantes hagan
un seguimiento en tiempo real de los países donde la enfermedad es endémica para
evitar el agotamiento de suministros, resolver los cuellos de botella y facilitar una
respuesta a las solicitudes de asistencia técnica de los países. La labor se centrará en
Burkina Faso, el Camerún, Côte d’Ivoire, Ghana, Mozambique, el Níger, Nigeria, la
República Democrática del Congo, la República Unida de Tanzanía y Uganda.
V. Recomendaciones
72. Se insta a los Estados Miembros a que redoblen los esfuerzos para
alcanzar las metas mundiales en relación con la malaria y aborden las medidas
prioritarias destacadas por la Asamblea General en su resolución 66/289. Es
imperativo que los países mantengan un alto nivel de compromiso político con
la reducción del sufrimiento y la pérdida de vidas que causa la malaria. El
control y la erradicación de la malaria deben seguir siendo una prioridad
principal para la salud y el desarrollo mundiales con posterioridad a 2015, y
debe centrarse más la atención en el fortalecimiento de los sistemas de salud y
el desarrollo de la capacidad humana, a fin de que los países donde la malaria
es endémica mejoren su respuesta general a los desafíos que plantean las
enfermedades infecciosas.
73. Existe una necesidad urgente de aumentar la disponibilidad de
financiación para la lucha contra la malaria a través de instrumentos de
financiación tanto tradicionales como innovadores a fin de aliviar el
sufrimiento en los 17 países más afectados, que representan aproximadamente
el 80% de los casos de malaria. Solo mediante una espectacular ampliación de
las intervenciones y el mantenimiento de la cobertura podrán los países más
afectados de África prevenir nuevos brotes de malaria y acercarse más a la
consecución de las metas a nivel mundial. Es fundamental contar con una
financiación suficiente y previsible para preservar los logros alcanzados en los
últimos diez años en la lucha contra la malaria y su erradicación.
74. Se insta a los países donde la malaria es endémica a que mantengan y, de
ser posible, aumenten los recursos nacionales disponibles para luchar contra la
enfermedad. También se recomienda que fortalezcan los procesos de
planificación estratégica y los planes operativos nacionales, en consonancia con
las recomendaciones técnicas de la OMS, y que integren esos procesos y planes
en los planes nacionales para el sector de la salud y el desarrollo. Se utilizarán
estrategias nacionales de lucha contra la malaria para fundamentar las
decisiones de asignación de recursos del Fondo Mundial con arreglo a su nuevo
modelo de financiación. También se recomienda que los países donde la malaria
es endémica adopten cada vez más un enfoque multisectorial en la lucha contra
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la enfermedad y hagan frente a los determinantes sociales de la salud con miras
a reducir las desigualdades en materia sanitaria, como se pide en la Declaración
política de Río sobre determinantes sociales de la salud, aprobada en octubre de
2011, y la resolución 67/81 de la Asamblea General sobre salud mundial y
política exterior.
75. Los países donde la malaria es endémica deberían hacer un esfuerzo
concertado para poner en práctica mecanismos y formular estrategias para
lograr la cobertura universal de las intervenciones contra la enfermedad. La
ampliación de las intervenciones contra la malaria puede utilizarse como punto
de partida para el fortalecimiento de los sistemas de salud, en particular los
servicios de laboratorio y los servicios de salud maternoinfantil en
establecimientos de salud periféricos, y para construir sistemas más sólidos de
información sobre la salud y vigilancia de las enfermedades infecciosas. Una
nueva ampliación de la gestión integrada de la asistencia individualizada de
base comunitaria en los países más afectados sería una solución eficaz en
función de los costos que contribuiría a paliar las deficiencias de los sistemas
hasta que se refuercen las infraestructuras sanitarias.
76. Se insta también a los países donde la malaria es endémica a que
perseveren en sus esfuerzos por combatir las nuevas amenazas biológicas a la
lucha contra la enfermedad. Debe evitarse la resistencia a los medicamentos
mediante la aplicación de las recomendaciones de la OMS que figuran en el
Plan Mundial de Contención de la Resistencia a la Artemisinina y mediante la
ampliación de los programas de contención en los países donde se haya
confirmado o se sospeche la existencia de ese tipo de resistencia. Se requiere un
firme compromiso político para poner en marcha un esfuerzo coordinado y
renovado con el fin de suprimir gradualmente el uso de monoterapias orales
basadas en la artemisinina y eliminar del mercado los medicamentos de lucha
contra la malaria que no cumplan los requisitos de precalificación de la OMS.
Hay que impedir que siga propagándose la resistencia a los insecticidas
mediante la aprobación de las recomendaciones que figuran en el Plan mundial
para el control de la resistencia a los insecticidas en los vectores de la malaria.
77. Existe una necesidad fundamental de fortalecer la vigilancia de la malaria
y la calidad de los datos en toda África a fin de que los ministerios de salud
estén en condiciones de dirigir recursos financieros a las poblaciones más
necesitadas, responder con eficacia a los brotes de malaria y evaluar los efectos
de las medidas de control. También es preciso fortalecer los mecanismos de
coordinación de la asistencia técnica a nivel nacional para ayudar a los países
donde la malaria es endémica a plasmar las orientaciones técnicas de la OMS
en estrategias y planes de acción nacionales. Se necesita financiación adicional
para apoyar el intercambio y el análisis de conocimientos, información sobre la
salud y mejores prácticas para hacer frente a los desafíos programáticos
urgentes, mejorar la supervisión y la evaluación y realizar análisis periódicos
de la planificación financiera y las deficiencias. También es imperativo
introducir nuevas mejoras en la colaboración transfronteriza y regional.
78. Para continuar realizando progresos, sigue siendo fundamental contar con
una alianza mundial eficaz bajo los auspicios de la Alianza para Hacer
Retroceder el Paludismo. Deberían ampliarse las iniciativas de colaboración
para facilitar la participación de sectores distintos del sector de la salud a fin de
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garantizar una auténtica respuesta multisectorial y de los Gobiernos en todos
sus niveles a los complejos retos que plantea la malaria. Por último, las
contribuciones de la comunidad científica y el sector privado siguen siendo
esenciales: nuevos productos, como mejores instrumentos de diagnóstico,
medicamentos eficaces, una vacuna eficaz, nuevos insecticidas y mosquiteros
tratados con insecticidas más duraderos, son elementos fundamentales para
asegurar el avance sostenido de los esfuerzos para combatir la enfermedad. Los
notables progresos contra la malaria solo podrán mantenerse mediante el
esfuerzo concertado y específico de múltiples interesados, que ha de basarse en
un compromiso político mundial, un adelanto científico permanente e
iniciativas dinámicas de innovación.
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