BASURA EN BUENOS AIRES La ley general del ambiente 25.675 en un reciente fallo de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata - Sala III - 22/05/2003 De acuerdo a lo dispuesto por los convenios suscriptos entre la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires del 7/1/1977 y 6/5/1977, ratificados respectivamente por los Decretos Leyes 8782, 8981 y 9111/78 P.B.A y la Ord. M.C.B.A. 33.691 en el año 1977 se creó la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), con el propósito de constituir un sistema de gestión de residuos para el área geográfica comprendida por la Ciudad de Buenos Aires y el conglomerado de partidos que la rodean, motivo por el cual el sistema fue conocido como “cinturón ecológico”. Actualmente, el área regulada está integrada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los municipios de Vicente López, San Isidro, San Fernando, Tigre, General San Martín, Tres de Febrero, Morón, Merlo, Moreno, La Matanza, Esteban Echeverría, Almirante Brown, Lomas de Zamora, Quilmes, Avellaneda, Lanus, Florencio Varela, Berazategui, Berisso, Ensenada, La Plata, General Perón, Ezeiza, San Miguel, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Hurlingham, Ituzaingó, Pilar, General Rodríguez y Luján. También se reciben los residuos de Brandsen, Magdalena y Escobar El régimen legal por entonces impuesto para la gestión de residuos consistió en el establecimiento de un monopolio para la disposición final de residuos en el área regulada, en favor de la CEAMSE, así como en la definición de una serie de áreas emplazadas dentro de dicha área donde serían construidos los denominados “rellenos sanitarios”. A partir de entonces, los municipios comprendidos en el área regulada se encuentran obligados a disponer sus residuos domiciliarios a través de la CEAMSE. Desde el punto de vista técnico, el sistema de gestión de residuos adoptado consistió en lo que se conoce como “relleno sanitario”. Básicamente los residuos son depositados en grandes cavas pre-acondicionadas (deberían ser adecuadamente aislada del suelo y permitir una oportuna colección de los líquidos generados por la descomposición de la basura lixiviados-- y luego tapados, asumiendo que la degradación natural permitirá integrar al suelo tales componentes, al tiempo que servirá de relleno de zonas anegadizas. Lo cierto es que dentro del área regulada por la CEAMSE se establecieron cuatro rellenos sanitarios. El más importante de ellos por el volumen de residuos almacenados es el denominado "Villa Domínico" emplazado en el territorio de los Municipios de Avellaneda y Quilmes, que durante más de 20 años ha recibido los residuos provenientes de los municipios de la zona sur, con un promedio de 70.000 toneladas mensuales. Dentro del sistema de relleno sanitario, el depósito de residuos se realiza por celdas o franjas que van siendo cubiertas y posteriormente tapadas. Frente al agotamiento de la capacidad prevista para la celda emplazada en el área de Quilmes, la CEAMSE comunicó a este municipio el cierre del basural y redireccionó los residuos a las celdas emplazadas en el Municipio de Avellaneda . Pero ante la insuficiente capacidad de éste último resolvió reabrir el relleno de Bernal, desatándose el conflicto que motiva las actuaciones analizadas. En lo que atañe a este breve comentario, la Asesoría Letrada del Municipio de Quilmes a través de una acción de amparo sustentada en el marco jurídico integral del ambiente que contempla, entre sus aspectos más destacables, las fuentes supranacionales del derecho a un medio ambiente sano[1] y las recientes disposiciones incorporadas a través de la Ley General del Ambiente Nº 25.675, demandó la denegatoria al reinicio de los volcamientos de basura , solicitando asimismo una medida cautelar de no innovar en cuyos términos se mantuviera el status quo de no volcamiento en Quilmes, como auténtica aplicación del principio de precaución en materia cautelar ambiental. El fallo de primera instancia dictado por el Juzgado Federal Nº 2 de La Plata, ordenó como medida cautelar a la Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado �CEAMSE- �abstenerse de reiniciar el vuelco de residuos de cualquier tipo y origen y posterior disposición final por el sistema de relleno sanitario en la planta de Don BoscoBernal, Partido de Quilmes. La demandada apelante, esgrimió también su derecho al ambiente alegando que no existía “perjuicio irreparable para el amparista” sino que “el riesgo que se corría era justamente el inverso invocado” es decir, “el que se produciría si no se garantizase la continuidad del funcionamiento regular del Centro de Disposición Final. Todavía más, la sentencia da cuenta de la preocupación manifestada por el Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires en este sentido. La decisión de la mayoría de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata sala III acogió el planteo del Municipio, pero no aceptó la aplicación inmediata que el a quo había impuesto como tutela cautelar, sino que la postergó por diez días. Es decir que, en definitiva, la Cámara confirma el dictado de la medida cautelar confiriendo un plazo razonable para su efectiva implementación. Para la mayoría, aceptar el cese del vuelco de los residuos en Quilmes hubiera determinado su colocación en cualquier lugar sin un acondicionamiento adecuado, sin cobertura, lo que provocaría un verdadero colapso sanitario y ambiental en el Conurbano Bonaerense es decir un daño más grave que el que el fallo apelado quería evitar.- Por lo que, a criterio del Tribunal no habría peligro en la demora. Y desde esa perspectiva llega a la conclusión de que la imposibilidad técnica de continuar operando la planta ubicada en la Avellaneda obliga a hacerlo en Quilmes como alternativa temporaria. En realidad, del texto de la resolución no se desprende con claridad el fundamento para asumir que el relleno de Avellaneda estaba saturado y el de Bernal no, cuando en realidad este último había sido clausurado por agotamiento de su capacidad de almacenamiento. Lo cual hubiera desplazado la cuestión a un análisis más técnico que se vincula con cuál es la capacidad soporte del relleno, hasta qué punto puede cargarse a un relleno con residuos. Esta cuestión, a juicio nuestro, no fue debidamente agotada por el decisorio. Ello no obstante corresponde admitir que la cuestión del destino de los residuos es una cuestión siempre conflictiva. Es cierto que nadie quiere la basura en su patio trasero (not in my backyard) pero en el caso, frente a la saturación de la capacidad instalada del relleno, la cuestión era mensurar y proteger ese riesgo ambiental de agravamiento. En lo pertinente, la Cámara consideró que corresponde revocar parcialmente el fallo por cuanto, el a-quo debió ponderar si resultaba más gravoso para el interés general (destino que se le debe asignar a los residuos domiciliarios de millones de personas) mantener el statu quo, prohibiendo el reinicio de los trabajos en los terrenos ubicados en Quilmes o alterarlo y no lo hizo. Ante la disyuntiva de dirimir el conflicto entre el interés de la comunidad de Quilmes de no facilitar su ámbito territorial para la disposición de los residuos domiciliarios propios y de los generados en otros municipios y el interés otros Partidos de contar con un sitio donde tratarlos, el Tribunal decidió privilegiar a estos últimos. De esta manera, el decisorio ordenó el reinicio de los trabajos en los terrenos ubicados en Quilmes. Sacrificó así el interés de la comunidad de Quilmes en aras del interés de los otros Partidos. Pero, por un tiempo muy corto. Solamente diez días, los que el Tribunal consideró necesarios para que se encontrase otro lugar donde volcar los residuos. La primacía del interés general sobre el particular no es una cuestión nueva en nuestro derecho administrativo, más allá del impacto que pueda causar en un caso como éste. Pero debe quedar en claro que, sin perjuicio del alcance por demás relativo de la cosa juzgada en una medida cautelar, la cuestión ventilada en autos es la legitimidad del derecho a disponer de los residuos de todo un conglomerado de municipios en un sólo de ellos, por razones de oportunidad, mérito o conveniencia, y no en cambio la consideración de los daños que puedan derivarse de tal decisión. Por lo demás, el decisorio dispuso que el volcamiento se sujete a los principios de política ambiental del artículo 4 de la ley 25.675. Entre otros luce el que determina que: “Los objetivos ambientales deberán ser logrados en forma gradual, a través de metas interinas y finales proyectadas en un cronograma temporal que facilite la adecuación correspondiente a las actividades relacionadas con estos objetivos”. Tal gradualismo, en rigor, debiera predicarse respecto de la disminución de los volcamientos a lo largo de los diez días, aunque la formulación del decisorio cobija algunas ambigüedades que el tiempo y las acciones de los protagonistas del conflicto se encargarán de despejar. Pero no es el único. El cumplimiento durante los diez días que autoriza para el volcamiento del complejo de principios básicos que el artículo 4 de la ley 25.675 establece para todos los habitantes y el decisorio impone expresamente al CEAMSE implica fijarle un estricto marco de conducta del que no puede apartarse porque hacerlo sería no solo violar una ley de orden público sino desobedecer un Mandato judicial expreso y condicionante. Esos principios son: El de prevención, que impone la atención de las causas y las fuentes de los problemas ambientales en forma prioritaria e integrada, tratando de prevenir los efectos negativos sobre el ambiente.El precautorio, que dispone que cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no se utilice como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente. El de equidad intergeneracional, que imponer a los responsables de la protección ambiental velar por el uso y goce apropiado del ambiente por parte de las generaciones presentes y futuras. Principio de sustentabilidad, que repite con otro lenguaje el principio de equidad intergeneracional cuando dispone que el desarrollo económico y social y el aprovechamiento de los recursos naturales deberán realizarse a través de una gestión apropiada del ambiente de manera tal, que no comprometa las posibilidades de las generaciones presentes y futuras.El de progresividad que impone la gradualidad para la ambientales. prosecución de los objetivos El de responsabilidad que atribuye al generador de efectos degradantes del ambiente la responsabilidad por los costos de las acciones preventivas y correctivas de recomposición. El de subsidiariedad, que es la orden que el Congreso imparte al Estado de que colabore y, de ser necesario, participe en forma complementaria en el accionar de los particulares en la preservación y protección ambientales.El de cooperación que impone la utilización equitativa y racional de los recursos naturales y los sistemas ecológicos compartidos y el desarrollo conjunto del tratamiento y la mitigación de las emergencias ambientales de efectos transfronterizos. De esta manera, a través del pronunciamiento de la Cámara, se puso “en marcha” el funcionamiento de la Ley Federal del Ambiente en base a lo oportunamente solicitado por la Asesoría Letrada municipal ó bien que a través de normas diferentes dentro del mismo plexo, en lo que constituirá seguramente un caso paradigmático de nuestro derecho ambiental, en razón de las amplísimas derivaciones de dicho cuerpo normativo La decisión de la Cámara Federal de la Plata contó, empero, con la disidencia de JULIO VICTOR REBOREDO quien postuló el mantenimiento de los términos del fallo de primera instancia con la convicción de la verosimilitud del derecho invocado y de que la demora en dictar una resolución definitiva podría tornar ilusorios los derechos de los ciudadanos por cuanto, de reiniciarse el vuelco de residuos en un área ó clausurada por saturación ó en el año 1999, podría producir insanables daños ambientales. Agrega, recordando el argumento de �que es preferible evitar el daño que retrotraer la causa al estado anterior al daño ya producido, que en �todo lo referente a las medidas cautelares relacionadas con la prevención del daño ambiental, el requisito de la verosimilitud del derecho y el del peligro en la demora,� no deben ser examinados en forma rigurosa, sino en funci�n de las particularidades del bien tutelado�. En s�ntesis, aplicando el art�culo 4 de la ley 25.675 la C�mara resolvi� cautelarmente una controversia que se plantea entre dos intereses ambientales, aun cuando con cierta indeterminaci�n en cuanto al futuro de 1a operatoria de disposici�n final de residuos en el Municipio. Pero es auspicioso ver la aplicaci�n de la norma porque como es sabido �se hace camino al andar�. �Municipalidad de Quilmes c/ CEAMSE s/ Amparo� � CAMARA FEDERAL DE APELACIONES DE LA PLATA � SALA III � 22/05/2003 La Plata, 22 de mayo de 2003 AUTOS Y VISTO: Este expediente N� 4542/03 caratulado �Municipalidad de Quilmes c/ CEAMSE s/ Amparo que tramita ante el Juzgado Federal de Primera Instancia N� 2 de La Plata.- Y CONSIDERANDO: 1�. La decisi�n recurrida y sus fundamentos: Contra la decisi�n que orden� como medida cautelar a la Coordinaci�n Ecol�gica Area Metropolitana Sociedad del Estado �CEAMSE- �abstenerse de reiniciar el vuelco de residuos de cualquier tipo y origen y posterior disposici�n final por el sistema de relleno sanitario en la planta de Don Bosco-Bernal, Partido de Quilmes, hasta tanto recaiga sentencia definitiva�, la demandada interpuso el recurso de reposici�n con apelaci�n en subsidio de fs. 107/126. El primero fue desestimado por encontrarse �ajustada a derecho la resoluci�n, y el segundo fue concedido �en virtud del Art. 15 de la ley 16.986� (fs. 127).- Para as� resolver el a quo consider� que en el caso se �encuentran reunidos los requisitos exigidos por el art�culo 230 del C�digo ritual para el otorgamiento de la providencia cautelar�. Consider� que la �verosimilitud del derecho alegado por la actora ... encontrar�a adecuado sustento en normas constitucionales, convencionales y legales�. Cit� los art�culos 41 y 75 inciso 22 de la Constituci�n nacional, el Protocolo Adicional a la Convenci�n Americana de Derechos Humanos y los art�culos 3, 11 y 32 de la ley 25.675 (fs. 116 vta. y 47). Tambi�n invoc� la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Naci�n in re �Saladeristas de Barracas� (Fallos 31:273), los pronunciamientos de la C�mara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal in re �Schroder� (�La Ley 1994 E-449) y �Viceconte� (�Jurisprudencia Argentina� 1999 - 484) y de esta C�mara �Municipalidad de Magdalena� (�La Ley� Suplemento de Derecho Ambiental del 2-72002) y de un juzgado federal de primera instancia rec a�do en los autos �Kattan, Alberto E.� (�La Ley 1983-D-567), (fs. 47 vta. y 48).- Con relaci�n al peligro en la demora afirm� que �el mismo se evidencia ante el da�o posiblemente irreparable que causar�a la utilizaci�n de tierras en un �rea residencial con una poblaci�n lindera estimada, seg�n refiere la actora, en setenta y dos mil habitantes, con las consecuencias que ello generar�a para el medio ambiente, en especial por la proximidad del relleno de basura a la toma de agua para potabilizar en la planta Bernal, para lo cual se hace imprescindible determinar su inocuidad� (fs. 48, punto III) 2�- Los agravios de la demandada.La demandada, tras recordar su naturaleza jur�dica y las normas que reglan su actividad sostuvo que: a) En autos se parte de �un pronunciamiento falso, en tanto no se trata de reiniciar tareas en jurisdicci�n de Quilmes, sino simplemente de la continuidad del trabajo iniciado hace ya 25 a�os� y �s�lo el desconocimiento de lo que es un relleno sanitario...puede dar apoyo al argumento del municipio� (fs. 109); b) �Carece de todo asidero lo expuesto en la resoluci�n recurrida respecto a la zona residencial y afectaci�n de la toma de agua de la planta potabilizadora� en tanto la poblaci�n se encuentra del otro lado de la autopista La Plata-Buenos Aires a m�s de 600 metros y el agua no se toma de �los r�os subterr�neos sino del R�o de la Plata� a una distancia del relleno sanitario no menor a los 436 metros y con un �efecto neutro para esa actividad� (fs. 109 y vta.); c) �La decisi�n adoptada lejos est� de reconocer apoyo en lo establecido en el art�culo 41 de la Constituci�n Nacion al y dem�s normas de car�cter ambiental que cita� ya que, �por el contrario, tiene resultados calamitosos en cuanto afecta gravemente y sin fundamento alguno la salud p�blica de millones de personas�; d) �La decisi�n suspende cautelarmente la actividad, m�s nada dice respecto a qu� hacer con los residuos colectados y resultado de ello ser� que miles de toneladas diarias queden en la calle o sean llevadas a basureros, a cielo abierto�; e) El sitio de autos en �el m�dulo (en que) deben disponer sus residuos los municipios de Avellaneda, Lan�s, Lomas de Zamora, Florencio Varela, Berazategui, Alte. Brown, Esteban Echeverr�a, e inclusive el de Quilmes y en tanto estos municipios carecen de lugar alternativo para llevarlos, dentro de las pautas de la ley 9111 que rige la actividad como normativa de orden p�blico, el resultado esperable es un caso de alcance impredecible�: f) La construcci�n de �un nuevo relleno no es tarea sencilla. Debe en primer lugar encontrarse un sitio que respo nda a los requerimientos de la ley N� 9111 y a las normas reglamentarias que dictara la Secretar�a de Pol�tica Ambiental de la Provincia de Buenos Aires, para luego comenzar las tareas preparatorias del relleno, que demandan varios meses de trabajo� y el CEAMSE �a lo largo de los �ltimos 10 a�os, ha realizado e intentado llevar a la pr�ctica distintos proyectos que permitieran lograr una soluci�n integral al problema que genera la producci�n de miles de toneladas diarias de residuos sin poder concretarlos por razones ajenas a su voluntad�; g) La Municipalidad de Quilmes �a lo largo de todos estos a�os no hizo reclamo alguno de orden administrativo para cuestionar la actividad de CEAMSE que peri�dicamente le remite los estudios que realiza al igual que a los restantes municipiosdemostrativos de que la tarea realizada por CEAMSE no afecta al medio ambiente�; h) La medida cautelar decretada �afecta un sistema implementado por ley, que ha funcionado durante m�s de 25 a�os y que s e aplica en los pa�ses del primer mundo� y el �resultado obtenido es volver a los basurales a cielo abierto�, i) No existe peligro en la demora sino todo lo contrario, en tanto la �medida cautelar innova, sin ning�n elemento de juicio, contra un procedimiento utilizado y aceptado durante m�s de veinticinco a�os exponiendo ala poblaci�n a los riesgos que implicar�n los basurales a cielo abierto� y el denominado �estudio de evaluaci�n ambiental� que se acompa�a para intentar dar sustento a la pretensi�n (fs. 14 a 30) es un simple papel sin firma que no proviene de persona alguna con idoneidad y responsabilidad suficientes�; j) No existe verosimilitud del derecho alguna pues en un precedente emanado del mismo juzgado pero suscripto por un magistrado distinto de su actual titular- una acci�n de amparo con an�loga pretensi�n a la del presente fue rechazada y la sentencia dictada se encuentra firme y k) No existe �perjuicio irreparable para el amparista� sino que �el riesgo que se co rre es justamente el inverso invocado� es decir, �el que se producir�a si no se garantiza la continuidad del funcionamiento regular del Centro de Disposici�n Final, ya que ello determinar�a la colocaci�n de los residuos s�lidos domiciliarios en cualquier lugar, sin un acondicionamiento adecuado, sin cobertura, lo que provocar�a un verdadero colapso sanitario y ambiental en el Conurbano Bonaerense�.- 3- Los presupuestos para el dictado de las medidas cautelares El dictado de medidas precautorias no exige un examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino s�lo de su verosimilitud, adem�s el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposici�n a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa que atender a aquello que no excede del marco de lo hipot�tico, dentro del cual agota su virtualidad (�La Ley� 1996-C-434). En tal sentido, ha sido jurisprudencia reiterada que la procedencia de las medidas cautelares, justificadas, en principio, en la necesidad de mantener la igualdad de las partes y evitar que se convierta en ilusoria la sentencia que ponga fin al pleito, queda subordinada a la verificaci�n de los siguientes extremos insoslayables: la verosimilitud del derecho invocado y el peligro irreparable en la demora, recaudos que aparecen exigidos por el Art.. 230 del C�d. Procesal, a los que se une un tercero, establecido de modo gen�rico para toda clase de medidas cautelares, cual es la contracautela, co ntemplada en el Art. 199 del C�digo de rito. Dichos recaudos aparecen de tal modo entrelazados que a mayor verosimilitud del derecho cabe no ser tan exigente en la apreciaci�n del peligro del da�o y viceversa (�La Ley� 1996-B-732) cuando existe el rigor de un da�o extremo o irreparable, el riesgo del fumus puede atemperarse (�La Ley� 1999-A-142).- Tambi�n es pertinente recordar �como lo tiene resuelto la Corte Suprema de Justicia de la Naci�n- que cuando la medida cautelar se intenta contra la Administraci�n P�blica, es menester que se acredite prima facie y sin que ello implique prejuzgamiento de la soluci�n de fondo, la manifiesta arbitrariedad del acto cuestionado, dado el rigor con que debe apreciarse la concurrencia de los supuestos que la tornan admisible. Y ello es as� porque los actos administrativos gozan de presunci�n de legitimidad y fuerza ejecutoria, raz�n por la cual en principio ni los recursos administrativos ni las acciones judiciales mediante los cuales se discute su validez suspenden su ejecuci�n, lo que determina, en principio, la improcedencia de las medidas cautelares (Fallos 313:521 y 819, entre muchos otros).- Debe a�adirse, por �ltimo, que en los litigios dirigidos contra la Administraci�n P�blica o sus entidades descentralizadas, adem�s de los presupuestos de las medidas de no innovar establecidos en general en el art�culo 230 del C�digo Procesal Civil y Comercial de la Naci�n, se requiere como requisito espec�fico que la medida solicitada no afecte un inter�s p�blico al que deba darse prevalencia (�La Ley 2001-D-65) o, expresado con el giro que emplea la Corte Suprema, resulta imprescindible la consideraci�n del inter�s p�blico comprometido (Fallos 314:1202).- 4- Aplicaci�n de estos principios al caso 4.1- Los hechos La Coordinaci�n Ecol�gica �rea Metropolitana, Sociedad del Estado � CEAMSE- volcaba sus desperdicios en el predio de Villa Dominico cercano a la autopista que une las ciudades de La Plata y Buenos Aires. La imposibilidad de seguir utilizando dicho sitio determin� que el citado ente resolviera reiniciar tales vuelcos en la planta de Don Bosco-Bernal, Partido de Quilmes. La decisi�n cautelar apelada prohibi� esto �ltimo.- 4.2- El peligro en la demora. Las t�cnicas para el tratamiento de los desperdicios urbanos.En este estadio preliminar y con el car�cter transitorio con que �seg�n se expondr�- se habilitar� a la demandada para desarrollar sus tareas, no se aprecia que la ejecuci�n de la conducta enjuiciada pueda producir un da�o m�s grave que el que significar�a impedir el vuelco de los residuos en lugar alguno, disyuntiva a la que, al menos de momento, afronta esta Sala.- Sentado lo expuesto y en este punto, el Tribunal no puede silenciar la complejidad t�cnica del caso tra�do ante sus estrados. En la actualidad un conjunto de disciplinas dedica sus esfuerzos al estudio de los m�todos que, con menos agresi�n al medio ambiente, deben seguirse en el extenso proceso que se inicia con la recolecci�n de los residuos y que finaliza con su disposici�n. Un r�pido recorrido por la bibliograf�a especializada revela las complicaciones del t�pico y la honda preocupaci�n de los gobiernos tanto en Estados Unidos de Norteam�rica como en Europa. Las ciudades densamente pobladas, como Nueva York por ejemplo, enfrentan el desaf�o de hallar nuevos lugares en d�nde depositar su basura, en tanto los existentes agotan su capacidad de recepci�n. A su turno, las menos habitadas luchan por no recibirla previendo que en un futuro deber�n contar con un espacio propio para depositarla. Para las comunidades m�s modestas el reto es permanecer libre de desperdicios provenient es de otras urbes y esto ha dado sustento a movimientos ambientalistas que sintetizan su postura con la expresi�n �not in my backyard�; todo lo cual ha generado tanto controversias legales como pol�ticas (v�ase Paula Murria y David B. Spence, Fair Weather Federalism and Americans Waste Disponsal Crisis, en �Harvard Environmental Law Review� 2003, p. 71). El Congreso de dicho pa�s ha reconocido que el de la basura constituye un problema que requiere atenci�n nacional. La Legislaci�n arbitra modos para que se genere la menor cantidad de basura (James E. Donnelly, Numbers never lie but what do they say? A comparative look at municipal solid waste recycling in the United States and Germany, en �Georgetown International Environmental Law Review� oto�o 2002, p. 29, pero desde los a�os sesenta hasta la actualidad, pr�cticamente se ha duplicado la cantidad de basura que se genera por persona. Una explicaci�n gr�fica de la magnitud del problema la ofrece la prueba documental acompa�ada por la actora (ejemplar del diario �La Naci�n� del d�a 9 de marzo de 2003, fs. 13). Y desde la creaci�n del CEAMSE en 1977 hasta hoy se enterraron 85 millones de toneladas de basura y �si se calcula que un cami�n promedio tiene una capacidad de ocho toneladas, habr�a que imaginar una cola de 10 millones de camiones�.- Es evidente, entonces, que la decisi�n del tema demanda la realizaci�n de estudios espec�ficos conducidos por personas u organismos calificados que a�n no han sido incorporados a la causa pero cuya agregaci�n es previsible en autos (Art. 32 de la ley 25.675). Y en tanto se avanza en su elaboraci�n �a la que, por lo dem�s, el mismo CEAMSE y la Provincia de Buenos Aires manifiestan hallarse consagrados y resulta aconsejable el reinicio de los trabajos en los terrenos ubicados en Quilmes.- 4.3- El inter�s p�blico comprometido.La decisi�n apelada ha silenciado toda consideraci�n del inter�s p�blico comprometido con el dictado de la medida cautelar, cuya apreciaci�n �seg�n se expuso supra 3, �ltimo p�rrafo- resulta imprescindible en la materia. No puede soslayarse la circunstancia de que en autos se encuentra en discusi�n el destino que se le debe asignar a los residuos domiciliarios de millones de personas, en tanto se trata de ubicar los desechos de quienes habitan en los partidos de Avellaneda, Lan�s, Lomas de Zamora, Florencio Varela, Berazategui, Almirante Brown, Esteban Echeverr�a y Quilmes. En esta orientaci�n, el aquo debi� ponderar si resultaba m�s gravoso para el inter�s general mantener el statu quo o alterarlo y ello justifica revocar lo resuelto.- 4.3.1. Las impredecibles consecuencias seg�n el CEAMSE y la Provincia de Buenos Aires. Hechos sobrevinientes a la decisi�n recurrida.- El Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires ha puesto en conocimiento de esta C�mara �la seria preocupaci�n� que produce la resoluci�n apelada. Destac� que �los futuros rellenos sanitarios deben ubicarse en zonas debidamente aisladas de los conglomerados urbanos para evitar las molestias que esta actividad produce en la poblaci�n aleda�a� y que en la actualidad �se encuentra conformada una comisi�n consultiva� destinada a �analizar las alternativas de corto y mediano plazo a la problem�tica de la gesti�n de los residuos s�lidos urbanos�, comisi�n que est� �tratando de garantizar la continuidad del servicio de disposici�n final de los residuos s�lidos urbanos atendiendo a su vez la inquietud del Municipio de Quilmes en orden a reducir al m�ximo posible el tiempo de operaciones de ese distrito� (�nfasis agregado).- Y concluy� en estos t�rminos: deseamos �expresar la preocupaci�n de esta autoridad ambiental en cuanto a que la abstenci�n ordenada sea susceptible de da�ar el ambiente y en consecuencia degradar la calidad de vida de la poblaci�n en forma significativa ante la imposibilidad de contar perentoriamente con sistema de tratamiento o sitios alternativos de disposici�n final de las dos mil ochocientas toneladas (2800 tn) diarias de residuos domiciliarios� (�nfasis agregado).- En este tramo preliminar del proceso se evidencia, en claro conflicto, el inter�s de la comunidad de Quilmes de no facilitar su �mbito territorial para la disposici�n de los residuos domiciliarios propios y de los generados en otros municipios, con el inter�s de las comunidades de Avellaneda, Lan�s, Lomas de Zamora, Florencio Varela, Berazategui, Almirante Brown y Esteban Echeverr�a de contar con un sitio donde tratarlos. El Tribunal, bien que transitoriamente, est� compelido a privilegiar estos �ltimos.- Constituye un hecho notorio �esto es, utilizando las palabras de Calamandrei, uno de aquellos cuyo conocimiento �forma parte de la cultura normal propia de un determinado c�rculo social en el tiempo en que se produce la decisi�n� (Estudios sobre el Proceso Civil, traducci�n de Santiago Sent�s Melendo, Buenos Aires, Editorial Bibliogr�fica Argentina, 1945, p. 206) �y que no puede escapar a la ponderaci�n del Tribunal, que la planta de Villa Dom�nico, en donde ven�an arroj�ndose los residuos para su tratamiento, dejar� de funcionar en el d�a de hoy conforme al acuerdo suscripto entre las autoridades de la Municipalidad de Avellaneda y las de la Provincia de Buenos Aires (v�ase diarios �La Naci�n� y �Clar�n� del 21 de mayo de 2003). Esta medida, que en su origen responde a la imposibilidad t�cnica de continuar operando, coloca a la planta ubicada en Quilmes como alternativa temporaria para recibir los residuos domiciliarios.- 5- Los precedentes de la Sala en la protecci�n del medio ambiente.- La Sala III de esta C�mara �que integramos dos de los suscriptos- en armon�a con el art�culo 41 de la Constituci�n Nacional y el esp�ritu que inspir� su sanci�n (Rosatti, Horacio Daniel �Preservaci�n del medio ambiente. Desde el inter�s difuso hacia el derecho-deber constitucional� en A.A.V.V., La reforma de la Constituci�n explicada por los miembros de la Comisi�n de Redacci�n, Santa Fe-Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni, p. 73, especialmente p. 81 y siguientes) viene sosteniendo que en materia ambiental lo m�s razonable y beneficioso es prevenir antes que recomponer o reparar el posible da�o a la salud o al medio ambiente (in re �Barrionuevo, Norma Beatriz�, sentencia del 3-5-2001, v�ase, tambi�n, in re �Municipalidad de Magdalena�, publicado en �La Ley�, Suplemento de Derecho Ambiental del 2-7-2002). La decisi�n a la que arriba esta sentencia, pese a su sentido revocatorio, mantiene los principios mencionados porque la tutela cautelar de prohibici�n absoluta, tal como la solicit a la Municipalidad de Quilmes- s�lo viene impuesta cuando se satisfacen los presupuestos supra se�alados lo que no ocurre en la especie.- 6- Alcances de este pronunciamiento En autos, la Subsecretar�a de Pol�tica Ambiental �autoridad de aplicaci�n de la normativa ambiental en el �mbito bonaerense- reconoce la situaci�n de emergencia que atraviesa el sistema y el car�cter transitorio de las operaciones en el distrito de Quilmes (oficio de fs. 130). En esta inteligencia el Tribunal considera, a fin de evitar perjuicios o grav�menes innecesarios y atendiendo a la naturaleza de los derechos en juego (arg. art�culo 204 del C�digo Procesal Civil y Comercial de la Naci�n) que por el plazo de diez d�as computados a partir de la notificaci�n de esta sentencia la demandada podr� llevar adelante su actividad que habr� de sujetarse a los principios de pol�tica ambiental del art�culo 4 de la ley 25.675.- Resta a�adir que, obviamente, este pronunciamiento liminar se adopta al margen de lo que finalmente se decida en el de m�rito y que como toda providencia cautelar debe reputarse emanada rebus sie stantibus (Calamandrei, Piero, Introducci�n al estudio sistem�tico de las providencias cautelares, traducci�n de Santiago Sent�s Molendo, Editorial Bibliogr�fica Argentina; Buenos Aires, 1945; p. 90), esto es, en tanto no var�en las circunstancias comprobadas en la causa que determinaron su admisi�n o su rechazo (arg. Art. 203 del C�digo Procesal Civil y Comercial de la Naci�n). En otros t�rminos, en virtud del car�cter provisorio de las decisiones sobre medidas cautelares, en caso de rechazo de las mismas, nada impide solicitarlas nuevamente en el mismo expediente o en uno aut�nomo �cuando se hubiere modificado la situaci�n de hecho o de derecho� (v�ase los precedentes que invocan Morello, Sosa y Berizonce, �C�digos Procesales en lo Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Naci�n�, segunda edici�n, primera reimpresi�n, Buenos Aires, Platense-Abeledo Perrot, 1993, tomo II-C, p. 595, N� 4).- 7- Inmediata devoluci�n de la causa al a quo. Conclusi�n En m�rito a la naturaleza de la cuesti�n discutida se estima prudente exhortar al se�or juez de primera instancia a que en la etapa procesal oportuna (Art. 11 de la ley 16.986) y dispuestas, en su caso, las diligencias que autoriza a decretar el art�culo 32 de la Ley General del Ambiente 25.675- dicte sentencia asign�ndole a esta causa orden preferente en su despacho (Art. 34 inc. 2� del C�digo Procesal Civil y Comercial de la Naci�n y Art. 36 del Reglamento para la Justicia Nacional).- En s�ntesis y de consuno con lo expuesto y por mayor�a, SE RESUELVE: 1) Revocar la medida cautelar dispuesta por el magistrado de primera instancia y, en consecuencia, por el plazo de diez d�as computados a partir de la notificaci�n de esta sentencia y en tanto no var�en las circunstancias ponderadas en esta decisi�n, el CEAMSE podr� utilizar la planta de Don Bosco-Bernal, Partido de Quilmes, procediendo a volcar los residuos con estricta sujeci�n a los principios establecidos por el art�culo 4 de la ley 25.675.- 2) Disponer la inmediata devoluci�n del expediente al se�or juez de primera instancia, exhort�ndolo a que le asigne orden preferente en su despacho y en el dictado de la sentencia definitiva.Reg�strese, notif�quese y devu�lvase Fdo.: CARLOS VALLEFIN - ANTONIO PACILIO � JULIO VICTOR REBOREDO (en disidencia) Mar�a Florencia Alconada. Sec. EL DOCTOR REBOREDO DIJO: 1) Que han llegado estos autos al tribunal de la alzada en virtud del recurso de apelaci�n que, en subsidio del de reposici�n denegado, interpusiera y fundara a fs. 107/126 el se�or apoderado de la Coordinaci�n Ecol�gica �rea Metropolitana S.E. (Ceamse) contra la decisi�n que orden� como medida cautelar a su representada �abstenerse de reiniciar el vuelco de residuos de cualquier tipo y origen y posterior disposici�n final por sistema de relleno sanitario en la planta de Don Bosco-Bernal, Partido de Quilmes, hasta tanto recaiga sentencia definitiva� y fuera concedido por el se�or juez a quo a fs. 127.- 2) Que, del memorial fundante del recurso se pueden extraer, en prieta s�ntesis, los argumentos tra�dos en su apoyo por el recurrente, tales como que la acci�n intentada por el Municipio actor no es la id�nea, careciendo este amparo de sustento legal, asimismo, que la cuesti�n tra�da a debate no resulta nueva ni sorpresiva, no demostr�ndose tampoco que exist�a peligro inminente en la demora para justificar el inicio del presente amparo.Sostiene que CEAMSE ejecuta un servicio de inter�s p�blico, con apego a la legislaci�n que regula lo relativo al medio ambiente, adjuntando diversos estudios y conforme al desarrollo argumental sobre estas bases antedichas, solicita se deje sin efecto la medida cautelar de no innovar adoptada en la instancia de origen.- 3) Que, por medio de esta v�a de amparo, la Municipalidad de Quilmes pretende se resuelva que C.E.A.M.S.E. (Coordinaci�n Ecol�gica Area Metropolitana Sociedad el estado), se abstenga de reiniciar el vuelco de residuos de cualquier tipo y origen y posterior disposici�n final por sistema de relleno sanitario, en a Plata de Don Bosco �Bernal- Partido de Quilmes, para preservar de ese modo el derecho de los ciudadanos a la salud publica, la propiedad, calidad de vida y medio ambiente, habi�ndose requerido el dictado e una medida cautelar de no innovar en el sentido indicado, con resultado favorable.Que, en la consideraci�n del tema que nos ocupa debe analizarse si est�n dados los presupuestos necesarios determinados por la ley ritual para la procedencia de la medida adoptada (Art. 230 del C.P.C y C.N) o sea, que el derecho fuere veros�mil (�fumus bonis iure�), que existiere peligro en la demora, de modo tal que de alterarse la situaci�n de hecho, la modificaci�n pudiera influir en la sentencia o convirtiera su ejecuci�n en ineficaz o imposible (�periculum in mora�), y, que la cautela no pudiera obtenerse por medio de otra medida precautoria.Que, en reproducci�n de conceptos cuasi axiom�ticos, valga expresar que los dos primeros se encuentran de tal manera relacionados que, a mayor verosimilitud del derecho, cabe no ser tan exigentes en la gravedad o inminencia del da�o y, viceversa, cuando existe el riego de una da�o de extrema gravedad o irreparable, el rigor del humo del Buen derecho (�fumus��) se puede atenuar.Que, las medidas cautelares no exigen de los magistrados el examen de certeza sobre la existencia del derecho que se reclama sino sobre su verosimilitud. Es m�s, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposici�n a la finalidad de la medida cautelar, que no es otra que atender a aquello que no excede el marco de lo hipot�tico, dentro del cual se agot� su virtualidad (CSJN, Fallos, 306:2060).Que, agr�gase, es una de las pautas que debe regir el concepto de verosimilitud, �No es un juicio de certeza sino de probabilidad el que precede al otorgamiento de la medida cautelar� (v.Vallefin Carlos A.:� Protecci�n Cautelar Frente al Estado�. Ed. Lexis Nexis, 1992, p�g. 64).Que, en seguimiento de lo expuesto, las circunstancias de la causa conducen a la convicci�n de que existe esa probabilidad de verosimilitud del derecho invocado, o sea, que el �Fumus bonis iure� est� liminarmente presente en el caso.Que, en lo relativo al segundo de los recaudos legales, en el sentido de que los derechos de los ciudadanos se tornen ilusorios por la demora en dictar una resoluci�n definitiva, debe ten�rselo por acreditado, por cuanto, de reiniciarse el vuelco de residuos en un �rea �clausurada por saturaci�n� en el a�o 1999, podr�a verse afectada la salud de aquello, de producirse da�os ambientales.Que, por �ltimo, cabe agregar que en materia ambiental se ha argumentado �que es preferible evitar el da�o que retrotraer la causa al estado anterior al da�o ya producido, conforme lo establecido pro el Art. 41 de la C.N�, habi�ndose considerado, a su ves, que en �todo lo referente a las medidas cautelares relacionadas con la prevenci�n del da�o ambiental, tanto este requisito �se refiere a la verosimilitud del derecho- como el peligro en la demora, no debe ser examinados en forma rigurosa, sino en funci�n de las particularidades del bien tutelado� 4) Que, de conformidad a lo expuesto la resoluci�n apelada resulta ajustada a derecho, por lo que , SE RESUELVE: Rechazar el recurso de apelaci�n interpuesto contra la resoluci�n de fs. 45/48 vta. Confirm�ndose la medida de no innovar decretada por el se�or Juez a quo, con costas en el orden causado, en atenci�n a la naturaleza de la cuesti�n debatida y partes involucradas (Art. 68 C.P.C y C.N.).- Fdo.: JULIO VICTOR REBOREDO Mar�a Florencia Alconada. Sec. -------------------------------------------------------------------------------[1] Cfr. ROSSI, Alejandro �La defensa supranacional del derecho a un medio ambiente sano�, cap�tulo V en colaboraci�n para la obra de Agust�n Gordillo �Derechos Humanos�, Fundaci�n de Derecho Administrativo, Buenos Aires, 1996-1997.