PUENTE FORMACIÓN 87

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Nº87 – enero 2015
Contenidos
Página 13
La cadena perpetua es una condena a muerte oculta
Página 19
Es clave para la inserción que la persona que sale de la cárcel
no vuelva al mismo medio y entorno que le llevo a ella
Página 22
Una comunidad cristiana familiar que huele a oveja
Página 27
Patologías penitenciarias
Depósito legal: M-8717 – 1993
C/ Añastro 1 Tel 91 343 97 12 28033-MADRID [email protected]
Boletín del Departamento de Pastoral Penitenciaria (CEPS)
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Misión Pastoral en las periferias
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Libros y revistas de interés penitenciario
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Actividades del próximo trimestre
Boletín Puente - Anexo Formación nº 87
Área Religiosa - Departamento de Pastoral Penitenciaria CEPS
Misión Pastoral
en las periferias
INTRODUCCIÓN
Un saludo cordial al P. José Sesma, Director del Secretariado de Pastoral
Penitenciaria de la CEE, a los Delegados Episcopales y a todos los presentes en
estas XVIII Jornadas Nacionales de Delegados de Pastoral Penitenciaria, que tiene
como tema a profundizar el de “Salir a las periferias”. El tema que se me ha
encomendado lleva por título “Misión pastoral en las periferias”, un título amplio
que deja bastante libertad al ponente.
I-. LAS PERIFERIAS GEOGRÁFICAS Y EXISTENCIALES
Cualquier observador de la trayectoria del Papa Francisco, tanto de sus palabras como de sus escritos, capta en
seguida ciertos temas de fondo en su magisterio, así como expresiones concretas que generan titulares con
facilidad. Por ejemplo: “¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!”, “no traigo oro ni plata, sino
algo más valioso: Jesucristo”, “recen por mí”, “¡el dinero debe servir y no gobernar!”, “el rostro misericordioso
de Dios”, “las actitudes “principescas” de algunos miembros del alto clero”, “salir a las periferias geográficas y
existenciales”.
1-. A qué se refiere el Papa Francisco cuando habla de “Periferias geográficas y existenciales”.
Nos puede ayudar a entender mejor esta expresión el Documento de Aparecida, el texto final de la V
Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), celebrado en Aparecida
(Brasil), del 13 al 31 de mayo de 2007. El entonces Cardenal Bergoglio tuvo una importante función en el
comité de redacción. Dicho texto nos ayuda a comprender mejor esa invitación cuando señala que “La Iglesia
necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al
1
margen del sufrimiento de los pobres del continente” .
1
Documento de Aparecida n. 362
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Y ¿quiénes son estos pobres del continente? ¿Dónde están las periferias existenciales? De nuevo Aparecida
responde con una larga enumeración: Comunidades indígenas y afroamericanas, mujeres excluidas en razón de
su sexo, raza o situación socioeconómica, jóvenes que reciben educación de baja calidad y que no tienen
oportunidades, pobres, desempleados, migrantes, desplazados, campesinos sin tierra y personas con empleos
informales. También niños sometidos a la prostitución infantil, niños víctimas del aborto, familias que viven en
miseria y pasan hambre, tóxico dependientes, personas con capacidades diferentes, portadores y víctimas de la
malaria, la tuberculosis y VIH – SIDA, secuestrados, víctimas de la violencia, del terrorismo, de conflictos
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armados, ancianos excluidos, indigentes y presos que viven en situaciones inhumanas .
Apuntando a la realidad más cercana a nosotros, podemos señalar también otras periferias actuales: los
desahuciados de sus pisos; los sin techo; los sin trabajo; los enfermos mentales; los mendigos en albergues y
puertas de las Iglesias; los privados de libertad en cárceles y centros de detención y en los Centros de
internamientos de Menores y de Extranjeros.
2-. Un antecedente significativo: Benedicto XVI en Loreto
La primera vez que escuché a un Santo Padre desarrollar este concepto de las periferias aplicado a la existencia
humana fue el 1 de septiembre de 2007, en Loreto, Italia, durante la celebración del “Ágora de los jóvenes
italianos”, Resonaron estremecedoras las palabras que dirigieron dos jóvenes al papa Benedicto XVI, en la
vigilia de oración: «A muchos de los jóvenes de la periferia nos falta un centro, un lugar o personas capaces de
dar identidad. A menudo no tenemos historia ni perspectivas; por eso, no tenemos futuro. Parece que lo que
esperamos nunca se hace realidad. De aquí la experiencia de la soledad y, a veces, de dependencias». Los
jóvenes acabaron su intervención haciendo la siguiente pregunta a Benedicto XVI: «Santidad, ¿hay alguien para
quien podamos ser importantes? ¿Es posible esperar cuando la realidad nos niega cualquier sueño de felicidad,
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cualquier proyecto de vida?» .
El Papa no respondió con buenas palabras o lugares comunes. Comenzó hablando de la esperanza: “Sí, hay
esperanza también hoy; cada uno de vosotros es importante, porque cada uno es conocido y querido por Dios;
y Dios tiene un proyecto para cada uno. Debemos descubrirlo y corresponder a él, para que, a pesar de estas
situaciones de precariedad y marginalidad, sea posible realizar el proyecto de Dios sobre nosotros”. Después,
declaró que “para Dios no hay periferias. La Tierra Santa, en el vasto contexto del Imperio romano, era
periferia; Nazaret era periferia, una aldea desconocida. Y, sin embargo, precisamente esa realidad fue de hecho
el centro que cambió el mundo. Así, también nosotros debemos formar centros de fe, de esperanza, de amor y
4
de solidaridad, de sentido de la justicia y de la legalidad, de cooperación” .
Afirmó, finalmente, que “en la Iglesia no hay periferia, porque donde está Cristo allí está todo el centro”.
Señaló que la gran tarea de este momento es generar centros vitales en esa periferia en que se mueve la vida
de la gente. Las grandes células de la vida de la sociedad pueden construir centros también en la periferia: la
familia, la parroquia, las comunidades cristianas, los movimientos, deberían ser lugares de encuentro donde se
aprende a vivir, donde se hace experiencia de las virtudes esenciales. Es preciso reconstruir esta red de centros
vitales en la periferia, en la confusión de nuestras sociedades complejas. Centros de fe, de esperanza, de amor
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y solidaridad, donde crezca el sentido de la justicia y de la cooperación .
2
Cfr. Ibidem nn. 65. 402.
BENEDICTO XVI, Respuestas a las preguntas de los jóvenes durante la Vigilia de oración con los jóvenes con ocasión del
ágora de los jóvenes italianos, Explanada de Montorso de Loreto, 1 de septiembre de 2007.
4
Ibidem
5
Cf. Ibidem
3
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3-. Una Iglesia en salida: El movimiento misionero hacia todas las periferias
El Papa Francisco impulsa una pastoral misionera con la finalidad de que toda la Iglesia salga al encuentro de
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todos los hombres . Eso significa pasar de una pastoral autorreferencial, sedentaria y estática, a otra abierta,
itinerante. La pastoral debe concretar ese proceso misionero permanente que quiere ir hacia todos y llegar a
todos, y que se verifica en el deseo de la Iglesia por llegar a los últimos, a los olvidados que Dios no olvida. La
vida eclesial se realiza por la dialéctica entre la comunión que congrega y la misión que proyecta. Por eso en
nuestra pastoral se da el doble movimiento permanente de ir hacia las periferias humanas y reunirse en el
centro que es Cristo en la Eucaristía. Es el doble movimiento de la comunión y la misión.
Hay que salir a la búsqueda de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para compartir el don
del encuentro con Cristo. No podemos encerrarnos en los templos, sacristías y despachos. Hay que salir a las
calles y a las plazas. Hay que hacerse presente en las periferias geográficas y existenciales, llevando la Buena
Nueva del Evangelio a los pobres, sufrientes, alejados y migrantes.
En esta mirada a la realidad, contemplamos el rostro de los pobres y excluidos. El fenómeno de la globalización
cuando no va acompañado de la solidaridad, afecta negativamente a los sectores más pobres. Ya no se trata
simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social. Con ella queda
afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o
sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no son solamente explotados, sino que sobran, son desechables.
Cuando la economía se mueve puramente por el afán de tener más, se produce una cultura del descarte, en
palabras del Papa.
¿Qué lugar deben ocupar los pobres y las
periferias en nuestra acción pastoral? El
Papa nos habla del lugar privilegiado de
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los pobres en el Pueblo de Dios . La
opción por los pobres es, para la Iglesia,
una categoría teológica antes que
cultural, sociológica, política o filosófica.
Los pobres son los preferidos de Dios,
aquellos a los que otorga «su primera
misericordia», y esa preferencia ha de
tener consecuencias en la vida de fe de
todos los cristianos. Inspirada en esa
preferencia de Dios, la Iglesia hizo desde
el principio una opción decidida por los
pobres. Por eso el papa Francisco quiere
una Iglesia pobre para los pobres,
consciente de que ellos tienen mucho
que enseñarnos desde la vivencia de su fe y desde su participación en el sufrimiento humano, que les acerca al
Cristo sufriente. Además, señala que es necesario que nos dejemos evangelizar por ellos.
Entre los “rostros sufrientes que nos duelen”, hoy día encontramos a las personas sin techo en las grandes
ciudades, los migrantes, los enfermos, los drogodependientes, los encarcelados.
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7
Cf. Evangelii Gaudium nn. 20-24
Ibidem nn. 197-201
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II-. QUÉ PUEDE OFRECERLES LA IGLESIA. HACERSE PRÓJIMO. FUNDAMENTOS DE NUESTRA MISIÓN
EN LAS PERIFERIAS
La misión de la Iglesia en todos sus miembros consistirá en hacerse prójimo como Jesús, hacerse prójimo en las
actitudes del interior del corazón y en las actuaciones externas. Es como la construcción de una casa que
requiere sólidos fundamentos para mantenerse ante las dificultades. Vamos a considerar tres fundamentos: la
conversión como punto de partida, la teología de la comunión como principio teológico y la centralidad de la
persona como perspectiva pastoral.
1-. Punto de partida: La llamada a la conversión
El punto de partida de nuestra misión en las periferias es previo a la búsqueda de remedios para las situaciones
a situaciones concretas, y también es anterior a los proyectos de largo alcance para la promoción de las
personas. Incluso precede a la denuncia profética de los males estructurales.
Conversión personal
Jesús comienza su predicación haciendo una llamada
a la conversión « El tiempo se ha cumplido y el Reino
de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena
Nueva » (Mc 1, 15). La conversión es como nacer de
nuevo (cf. Jn. 3,7), un cambio profundo en la vida; un
cambio de actitud, de mentalidad, de criterios, de
valores. Un cambio esencial en la vida que comporta
una nueva orientación general. Se trata más de
dejarse cambiar que de esforzarse por cambiar desde
una actitud voluntarista. Dejarse cambiar el corazón
por Dios (cf. Ez 36,23-28). Volver a Dios, a la casa del
Padre, cambiar la ruta, la meta de la vida para que el
eje vertebrador sea Cristo, para que él sea el centro al
que subordinamos todos los demás valores: familia,
trabajo, aficiones. Un cambio radical de mentalidad y
de corazón.
Jesús en su predicación une la conversión y la fe. Sólo se puede vivir el cambio de la mente y del corazón desde
la confianza en él, desde la unión con él. San Pablo describe el proceso de su conversión diciendo: «Ya no vivo
yo, es Cristo quien vive en mí» (Ga 2, 20). Convertirse es morir a sí mismo para dar un fruto abundante: “Si el
grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn. 12, 24).
Conversión social
La conversión tiene una dimensión social. El pecado aleja de Dios y de los hermanos y tiene una dimensión
social por sus consecuencias inmediatas y por la solidaridad en el mal. La realidad del pecado es doble:
personal y social. El pecado personal y el pecado social se refuerzan mutuamente. Así como el pecado tiene
una dimensión social, en la conversión también se da una dimensión social.
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Se puede y se debe hablar de pecado social en diversos sentidos . En primer lugar, significa que, en virtud de la
solidaridad humana, todo pecado personal repercute de alguna manera en el conjunto eclesial y en la familia
humana. En segundo lugar, también hablamos de pecado social cuando se da una agresión directa contra el
prójimo. Se ofende a Dios porque se ofende al prójimo. Aquí entra todo pecado contra el amor al prójimo,
8
Cf. JUAN PABLO II, Reconciliatio et paenitentia n. 16
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contra la justicia, contra los derechos, contra la libertad, dignidad, honor. Todo pecado contra el bien común,
de obra u omisión por parte de los dirigentes políticos, económicos y sociales, así como de los trabajadores que
no cumplan con su deber. Por último, la tercera acepción se refiere a las relaciones entre las distintas
comunidades humanas, que no siempre se corresponden con la voluntad de Dios, que quiere que reine la
libertad, la justicia, la paz entre individuos y pueblos.
Por tanto, si la llamada a la conversión se refiere a una dimensión personal e interior, también se refiere a la
dimensión exterior, de las relaciones humanas, interpersonales, para dejar de alimentar la solidaridad en el
mal. Es una llamada a la conversión personal y a la conversión social. Ahora bien, ¿cómo podremos verificar esa
conversión social?
En los libros de los Profetas encontramos textos iluminadores: “¿No es éste el ayuno que quiero: desatar las
cadenas inicuas, romper las ataduras del yugo, volver a liberar a los oprimidos y deshacer todo tipo de
sometimiento? ¿No consiste acaso en compartir el pan con el hambriento, en meter en la propia casa a los que
carecen de techo, en el vestir a quien veas desnudo?” (Is 58,7-8). También nos podemos remitir a la parábola
del juicio final (Mateo 25, 40): “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más
pequeños, a mí me lo hicisteis.”
2-. Principio teológico. Teología de comunión
Dios es comunión eterna y perfecta de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El fundamento de la vida
cristiana es la realidad de que Padre, Hijo y Espíritu Santo han querido constituirse en principio de vida nueva
para nosotros. En esto consiste la Buena Nueva del Evangelio, en que somos hijos de Dios, llamados a formar
una familia en fraternidad y comunión.
La Iglesia, misterio de comunión
La Iglesia es misterio de comunión. La Constitución Dogmática Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II, afirma
al principio que la Iglesia “es en Cristo como un sacramento, o sea, el signo e instrumento de la unión íntima
9
con Dios y de la unidad de todo el género humano” . La Iglesia es el pueblo que Dios reúne en el mundo
10
entero. La Iglesia de Dios existe y se realiza en las comunidades locales y se realiza como asamblea litúrgica,
sobre todo en la celebración de la Eucaristía. Su origen no está en la voluntad humana, sino en un designio nacido
en el corazón del Padre.
La Iglesia ha nacido principalmente de la entrega total de Cristo por la salvación de todos. Esta entrega, este
sacrificio redentor, está anticipado en la institución de la Eucaristía y realizado en la Cruz. Después de la
resurrección y la Ascensión a los cielos, fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés para que santificara
continuamente a la Iglesia. En Pentecostés la Iglesia se manifiesta públicamente ante la multitud allí congregada y
se inicia la difusión del evangelio entre los pueblos.
La comunión es una realidad profunda que se manifiesta en la vida de toda la comunidad eclesial y en la vida
de cada fiel. Misterio de la unión personal de cada ser humano con la Santísima Trinidad y con las demás
personas. La comunión tiene una doble dimensión: vertical y horizontal, comunión con Dios mediante Cristo,
en el Espíritu Santo y comunión de los hombres, que participando de la vida divina, son constituidos en familia
de los hijos de Dios.
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Lumen Gentium 1
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica nn. 752-769
10
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Comunión eclesial y espiritualidad de comunión
La comunión eclesial comienza a través de los sacramentos de iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y
Eucaristía El bautismo es la puerta, la incorporación a la Iglesia, y por tanto, a la comunión eclesial. Por la
Confirmación se recibe una fuerza especial del Espíritu Santo para crecer en la vida cristiana y dar testimonio
de Cristo. La Eucaristía es fuente y culminación de toda la vida cristiana: es la raíz, el centro, la fuente
generadora de la comunión eclesial entre los fieles porque une a cada uno de ellos con el mismo Cristo. La
Eucaristía significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios.
San Juan Pablo II nos enseñó que el gran desafío para nosotros al iniciar el tercer milenio era hacer de la Iglesia
11
“la casa y la escuela de la comunión” . Para ello es condición indispensable promover y vivir una espiritualidad
de la comunión, y proponerla como principio educativo en todos los ámbitos de formación.
¿Qué significa una espiritualidad de comunión? En primer lugar, una mirada del corazón sobre todo hacia el
misterio de la Trinidad que habita en nosotros; en segundo lugar, la capacidad de sentir al hermano de fe en la
unidad profunda del Cuerpo místico para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos
y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad; en tercer lugar, capacidad de
ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios; por último,
saber «dar espacio» al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf. Ga 6,2) y rechazando las
tentaciones egoístas que continuamente nos acechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera,
desconfianza y envidias.
La solidaridad, fruto de la comunión
El encuentro con Cristo es el camino de la solidaridad. La conversión propicia la unión con Dios y con los
hermanos y como consecuencia tiene lugar el servicio desinteresado a los demás, tanto en sus necesidades
materiales como en las espirituales. La solidaridad, por tanto, es fruto de la comunión. La unión del Hijo con
cada ser humano hace que pueda decir: « En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos
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más pequeños, a mí me lo hicisteis » (Mt 25, 40) . No se trata de un sentimiento superficial y pasajero al
contemplar el mal ajeno. Se trata de una actitud moral y social, de una virtud que llamamos solidaridad.
Para vivir esa actitud, para ejercitar esa virtud, es imprescindible reconocer al “otro” como persona, sentirse
responsable de los más débiles y estar dispuestos a compartir los bienes con ellos. La máxima expresión de
13
solidaridad es la vida y misterio de Jesús de Nazaret , la Palabra eterna de Dios que se encarnó y habitó entre
nosotros, asumiendo una naturaleza igual en todo a la nuestra excepto en el pecado (cf. Flp 2). En su
predicación nos enseña que Dios es Padre y que todos hemos de vivir como hermanos.
3-. Perspectiva: Centralidad de la persona. Visión del ser humano según la doctrina de la Iglesia
Nuestra antropología, es decir, nuestra concepción del ser humano, se fundamenta en la revelación cristiana,
que nos manifiesta un designio de amor de Dios según el cual “la persona humana ha sido creada por Dios,
amada y salvada en Jesucristo, y se realiza entretejiendo múltiples relaciones de amor, de justicia y de
14
solidaridad con las demás personas, mientras va desarrollando su multiforme actividad en el mundo” .
15
El hombre es el camino de la Iglesia porque todos los caminos de la Iglesia conducen al hombre . Desde la
encíclica Rerum novarum de León XIII, del 15 mayo 1891, la Iglesia ha ido manifestando su pensamiento,
siguiendo de cerca la evolución de la cuestión social, con la finalidad de llevar a término su responsabilidad
hacia el hombre, confiado a ella por Cristo mismo. No nos referimos al hombre abstracto, sino al hombre real,
11
Novo Millennio Inneunte n. 43
Ecclesia in América 52
13
Cf. Gaudium et spes 32
14
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 35
15
Cf. Centessimus annus n. 53
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concreto e histórico. Por otra parte, nos referimos a cada hombre, porque Cristo ha venido a salvar a todos los
hombres.
El papa Benedicto XVI afirmó en Caritas in veritate: «La cuestión social se ha convertido radicalmente en una
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cuestión antropológica» . La cuestión social es el conjunto de consecuencias sociales, laborales e ideológicas de
la industrialización y urbanización que tienen lugar en el siglo XIX, con todo lo que conlleva de desigualdades
sociales y económicas, de lucha obrera, de condiciones de vida, etc. Caritas in veritate es la respuesta actualizada
a la situación actual. La afirmación nuclear de esta encíclica es que la organización de la sociedad mundial no
puede hacerse sin colocar al hombre en su centro y, sobre todo, sin contar con Dios, que es Amor generoso y
gratuito, que quiere el bien del hombre y le señala el camino de su realización integral.
La Iglesia, decía el papa Benedicto, no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende de ninguna manera,
mezclarse en la política de los Estados. No obstante, tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y
circunstancia a favor de una sociedad a la medida del hombre, de su dignidad, de su libertad y de su desarrollo
integral.
III-. MISIÓN PASTORAL EN LAS PERIFERIAS
En la parábola del Buen Samaritano (cf. Lc 10, 31-37),
vemos como el sacerdote y el levita se desentienden
del herido, mientras que el samaritano le presta
ayuda. El resumen final de la parábola la
recomendación de Jesús al doctor de la ley es: “Ve y
haz tú lo mismo”. En este apartado vamos a
profundizar en las actitudes y las realizaciones que se
desprenden de la parábola y que iluminan nuestra
misión en las periferias. Lo haremos a partir de tres
momentos: Ver y compadecerse, curar las heridas y,
por último, ir y “hacer lo mismo”.
1-. Ver y compadecerse
Ver, ser consciente, sentirse responsable.
El primer paso es una invitación a “ver” con los ojos del samaritano, es decir, con los ojos del corazón. No tenemos
necesidad de grandes análisis de los expertos para descubrir la cruda realidad. Basta con caminar de frente, con
no mirar hacia otro lado, basta con no dar rodeos frente a las realidades que nos encontramos cada día en el
camino de la vida. En ese momento, ante la vida misma, ante los demás, podemos adoptar o bien una actitud de
responsabilidad y de compromiso, o de desinterés e indiferencia.
Hay unos impedimentos que obstaculizan el paso del simple “ver” material a la mirada del corazón. El
sacerdote y el levita dan un rodeo y pasan de largo ya fuera por comodidad, por miedo o por el riesgo de caer
en impureza ritual. El samaritano, en cambio, llega a donde estaba el herido y le auxilia. A partir del
comportamiento de los tres personajes de la parábola, podemos distinguir actitudes absolutamente diferentes:
en una parte estaría el miedo, la comodidad, el egocentrismo, el egoísmo, la indiferencia. En la otra estaría la
apertura, la solidaridad, el amor, el sentirse responsable. En el fondo se resume en la actitud de vivir para uno
mismo, buscando el propio interés y poniéndose a sí mismo como centro, o vivir para los demás, poniendo en
el centro a Dios y al prójimo.
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Caritas in veritate n. 75
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Personas heridas al borde del camino
La situación actual de crisis antropológica con sus funestos efectos que golpean a tantas personas, se convierte
en un desafío para todo cristiano. El papa Francisco denuncia frontalmente y con energía profética algunas de
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sus consecuencias :
Los heridos por la economía de la exclusión que mata, que está planteada desde la pura y dura competitividad
y desde la ley del más fuerte. Porque genera grandes masas de población marginada y excluida.
Los heridos por la nueva idolatría del dinero. Es sustituir a Dios por la riqueza y poner en el centro de la
actividad económica el beneficio y el consumo en lugar del ser humano. Por otra parte, el abismo entre ricos y
pobres se ensancha cada vez más.
Los heridos por prescindir de Dios y prescindir de la ética. Por un dinero que gobierna en lugar de servir, que
ahoga los corazones de las personas.
Los heridos por la inequidad que genera violencia. La falta de justicia provoca tarde o temprano la reacción
violenta de los que quedan excluidos si el sistema económico y social es injusto en su raíz.
Ver, compadecerse y acercarse
El samaritano de la parábola vio al herido y no se apartó del camino porque estaba atento a lo que pasaba.
Conforme se fue acercando, fijó la mirada en el herido, y fue más consciente aún de la realidad. Por eso, en
primer lugar, hemos de descubrir los impedimentos que obstaculizan el paso de la simple mirada material a la
mirada del corazón. Seguramente son el egoísmo y el egocentrismo, que se traducen en el apego a la riqueza y
en buscar el propio interés hasta el punto de quedar ciegos y sordos ante el hermano que sufre.
Es preciso fijar la mirada en el otro, estar atentos los unos a los otros, no ser indiferentes a la situación de los
hermanos. Hemos de sentirnos «guardianes» de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), responsables de su suerte. El
mandamiento del amor a Dios y al prójimo nos lleva a tomar conciencia de los demás. Desde una mirada de fe,
como hijos de Dios y hermanos de los hombres estamos llamados a vivir en fraternidad, en familia, y eso se
18
traduce en justicia y solidaridad . La pregunta de Dios a Caín: «¿Dónde está Abel, tu hermano?», es la misma
pregunta que ha de resonar en nuestra conciencia. Caín responderá con una evasiva. No ha de ser así entre
nosotros, porque efectivamente, somos guardianes de nuestros hermanos, todos, los unos de los otros.
En nuestras diócesis, en nuestra Pastoral Penitenciaria, en las familias y escuelas, en nuestras parroquias y
comunidades, en los movimientos y realidades eclesiales, hemos de vivir y potenciar la toma de conciencia de
la realidad que nos envuelve de tantos hermanos necesitados. Hemos de intensificar la formación y potenciar
una cultura de la “Iglesia en salida”, al encuentro del necesitado; que se conmueve, se compadece y se acerca.
Hemos de afrontar las situaciones y poner los remedios necesarios.
2-. Curar las heridas
Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social, una suplencia o sustitución de algo
que corresponde a las administraciones. La caridad pertenece a su naturaleza más profunda, es manifestación
de su propia esencia.
Nivel personal y nivel comunitario
En la segunda parte de la encíclica Deus caritas est, el papa Benedicto XVI aborda la cuestión de la solidaridad y
la ayuda desinteresada al prójimo como forma de amor. Intenta demostrar cómo el amor que viene de Dios
debe manifestarse en un nivel personal, de cada creyente, y también como acto de la comunidad, eclesial,
organizativo. Si es realmente verdad que la Iglesia es expresión del amor de Dios, del amor que Dios tiene por
17
Cf. Evangelii Gaudium nn. 53-59
18
Cf. BENEDICTO XVI, Mensaje para la Cuaresma 2012
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la criatura humana, también debe ser verdad que el acto fundamental de la fe genera un acto eclesial. La
Iglesia ha de ser comunidad de amor. Ese amor, que llamamos caritas, no es una mera organización de ayuda al
necesitado, sino que se trata de la expresión necesaria del acto más profundo de amor personal con el que Dios
nos ha creado, suscitando en nuestro corazón la inclinación a amar.
El amor al prójimo es una obligación para cada fiel y para toda la comunidad eclesial, que en su actividad
caritativa debe reflejar el amor trinitario. Desde el principio hubo conciencia de esa obligación y los cristianos
de la primitiva comunidad de Jerusalén vivían unidos y lo tenían todo en común (Cf. Hechos, 2). Comparten sus
bienes, y entre ellos no hay diferencia entre ricos y pobres. Con el rápido crecimiento y extensión de la Iglesia
resulta en la práctica imposible mantener esa forma radical de comunión material, pero el principio permanece
igualmente y por eso en toda comunidad cristiana debe darse una capacidad de compartir de tal manera que
no haya pobres.
Más adelante se hizo evidente la necesidad de una determinada organización para llevar a cabo con más
eficacia el suministro a los necesitados. De esa forma surgió la diaconía como un servicio del amor hacia el
prójimo, llevado a cabo comunitariamente y de forma ordenada. Este ejercicio de caridad se confirmó como
una de sus acciones esenciales. El amor hacia los necesitados y las acciones consecuentes para remediar sus
necesidades no es una acción de suplencia o sustitución debido a las carencias de los servicios públicos. Se
trata de algo esencial para la Iglesia, forma parte de su naturaleza íntima tanto como la acción evangelizadora o
19
el servicio de los Sacramentos .
Hospital de campaña
20
En el mundo de hoy y en el corazón de nuestros contemporáneos hay numerosas y profundas heridas . Estas
heridas son consecuencia de las divisiones que se dan entre las personas, entre diferentes colectivos dentro de
la sociedad, o entre naciones. Las causas de estas divisiones son múltiples y variadas, desde los antagonismos
ideológicos o políticos a la contraposición de intereses económicos, pasando por cuestiones socioreligiosas. A
la luz de la revelación y de la fe, la raíz profunda de todas las heridas es el pecado, que separa de Dios, de uno
mismo y del hermano. Las consecuencias de esta herida profunda se manifiestan en distintas heridas que se
producen en todos los niveles, ya sea en la relación entre naciones, o entre ámbitos de la sociedad, o a nivel
personal.
El papa Francisco ha expresado en varias ocasiones la idea de que nuestra sociedad se encuentra en una
situación de crisis grave, y ha utilizado la imagen de un hospital de campaña después de una batalla: “Veo con
claridad que lo que hoy la Iglesia necesita más es la capacidad de curar heridas y dar calor al corazón de los
fieles, cercanía, proximidad. Veo la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es
preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego
21
del resto” .
3-. Acoger en casa
Dice el texto de la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 34): “Y, acercándose, vendó sus heridas, echando en
ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él”. Los Padres
de la Iglesia han interpretado tradicionalmente esta parábola viendo en la posada una imagen de la Iglesia.
El papa Francisco nos propone la imagen de una “madre de corazón abierto” para ayudarnos entender mejor la
misión de la Iglesia en el momento presente. Y la desglosa en tres aspectos: ha de ser una casa siempre abierta;
ha de ser también una familia que privilegia a los caídos al borde del camino; por último, una comunidad
22
atenta, “en salida”, llena de dinamismo misionero .
19
José Ángel Saiz Meneses, Carta dominical 26-03-06
Reconciliatio et penitentia n. 2
21
Entrevista del P. Antonio Spadaro al Papa Francisco en Civilta Cattolica, septiembre 2013
22
Cf. Evangelii Gaudium nn. 46-49
20
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Casa abierta del Padre
“La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del
Padre”, nos dice el Papa. Se refiere a los templos materiales,
que conviene que estén con las puertas abiertas; se refiere
también a las “puertas” de los sacramentos, y se refiere a la
integración en la comunidad, a la participación en la vida
23
eclesial .
A lo largo de la historia, la Iglesia ha creado innumerables
obras de caridad. Estas obras han sido practicadas desde sus
inicios mediante las limosnas, la distribución de los bienes,
las mesas comunes y las colectas para los pobres. Veinte
siglos después, en los inicios del tercer milenio, la caridad
debe mantener su lugar preeminente y sugerir nuevas
formas de asistencia y promoción social, que se unan a las
tradicionales.
La Iglesia ha de ser Madre de corazón abierto, casa abierta del Padre, comunidad de caridad. Es muy
significativo cómo expresa el Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos: “La responsabilidad del
Obispo en el ámbito de la caridad aparece ya en la liturgia de la ordenación episcopal, cuando al candidato se le
pregunta específicamente: “¿Quieres ser siempre acogedor y misericordioso, en el nombre del Señor, con los
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más pobres y necesitados de consuelo y ayuda” .
Familia que privilegia a los caídos al borde del camino
La acción de la Iglesia debe llegar a todas las personas, sin excepciones. Ahora bien, si hubiera de tener alguna
preferencia, “¿a quiénes debería privilegiar?”. Y encuentra la respuesta en el mismo Evangelio: no tanto a los
familiares, o a los amigos o a los vecinos ricos, que te corresponderán invitándote a su vez, y de esta forma
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quedarás pagado. Invita a los pobres y enfermos, porque éstos no pueden pagarte (Cf. Lc 14,12-14) .
La Iglesia está llamada a vivir su misión a través de un compromiso con los más necesitados, siguiendo el ejemplo de
Cristo. Como ya hacíamos referencia antes, el papa Benedicto, en el discurso inaugural de la V Conferencia del
Episcopado Latinoamericano y Caribeño, en Aparecida, hizo una importante aportación sobre el concepto de la opción
preferencial por los pobres, y lo puso en relación con la condición de todo cristiano, que es discípulo y misionero. Dice
así: “La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión: el encuentro con Dios es, en sí mismo y
como tal, encuentro con los hermanos, un acto de convocación, de unificación, de responsabilidad hacia el otro y hacia
los demás. En este sentido, la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se
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ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Co 8, 9)” .
Familia atenta, “en salida”, que toma la iniciativa
El papa Francisco no se cansa de exhortarnos a salir para ofrecer a todos la vida de Jesucristo. Él prefiere una
Iglesia accidentada, herida y manchada porque sale a las plazas y a las calles a evangelizar, antes que una
Iglesia que acaba enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una
Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos.
Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan
sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un
horizonte de sentido y de vida (…) afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Dadles
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vosotros de comer!» (Mc 6,37) .
23
Ibidem n. 47
CONGREGACIÓN PARA LOS OBISPOS, Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos: “Apostolorum
Successores”, n. 194
25
Cf. Evangelii Gaudium n. 48
26
Benedito XVI, Discurso inaugural Conferencia Aparecida, n. 3
27
Cf. Evangelii Gaudium n. 49
24
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El primer viaje del papa Francisco fue a la pequeña isla de Lampedusa, situada en el sur de Italia, frente a las
costas de Túnez y Libia, el 8 de julio de 2013. Tomó la decisión de este viaje, profundamente conmovido tras
haber recibido la noticia del naufragio de una embarcación que transportaba inmigrantes africanos y refugiados
de Oriente Medio que huían de la guerra, la persecución o la miseria. En la homilía de la Santa Misa que se celebró en
el campo de futbol, el Santo Padre dirigió a los presentes y a toda Europa la pregunta de Dios en el Génesis: «Caín,
¿Dónde está tu hermano?», pues se ha llegado a «toda una cadena de errores que es una cadena de muerte que
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derrama la sangre del hermano» .
La familia que trabaja en la Pastoral Penitenciaria, en la periferia del mundo de la privación de libertad (cárceles y
centros de detención; Comisarías y Cuarteles; Centros de internamientos de Menores y de Extranjeros), ha de
estar atenta, “en salida”, tomando la iniciativa. Para anunciar el Evangelio; para procurar defensa justa a los
indefensos por falta de recursos; para el acompañamiento en la privación de libertad; para potenciar la relación
con las Comunidades Parroquiales y facilitar su integración al recuperar la libertad; para buscar recursos de
acogida a los sin recursos cuando salgan en libertad.
FINAL
« Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16). Sólo desde la
vivencia del amor de Dios hay futuro y esperanza para la humanidad. Las palabras de Jesús referidas al examen
final, mantienen su perenne validez: (Mt 25, 34- 36.40): « Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha:
«Venid, benditos de mi Padre, y tomad posesión del reino que ha sido preparado para vosotros desde el
principio del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber. Fui forastero y
me acogisteis. Anduve sin ropas y me vestisteis. Estuve enfermo y vinisteis a visitarme. Estuve en la cárcel y me
vinisteis a ver. (…) En verdad os digo que, cuando lo hicisteis con alguno de los más pequeños de estos mis
hermanos, me lo hicisteis a mí.»
La misión de la Iglesia en las periferias tiene un perfil característico ya que además de fundarse en la competencia
profesional, lo debe hacer sobre la experiencia de un encuentro personal con Cristo, cuyo amor ha tocado el corazón
del creyente, suscitando en él el amor por el prójimo. Todos somos responsables. Fijemos la mirada en los santos
que más se han entregado a los necesitados, san Pedro Nolasco, san Ramón Nonato y tantos otros; sobre todo en
María, siempre en servicio delicado a los demás. Muchas gracias.
Madrid, 7 de octubre de 2014
+ Josep Àngel Saiz Meneses,Obispo de Terrassa,
Responsable de Pastoral Penitenciaria CEE
(Jornada de Delegados de Pastoral Penitenciaria)
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Homilía del santo padre Francisco, Campo de deportes "Arena", 8 de julio de 2013
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La cadena
perpetua es
una pena de
muerte oculta
Discurso del Santo Padre Francisco a una Delegación de la Asociación Internacional de
Derecho Penal
Sala de los Papas. Jueves 23 de octubre de 2014
Fuente: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/october/documents/papa-francesco_20141023_associazioneinternazionale-diritto-penale.html
Ilustres señores y señoras:
Os saludo a todos cordialmente y deseo expresaros mi agradecimiento personal por vuestro servicio a la
sociedad y la valiosa aportación que dais al desarrollo de una justicia que respete la dignidad y los derechos de
la persona humana, sin discriminaciones. Quisiera compartir con vosotros algunos puntos sobre ciertas
cuestiones que, incluso siendo en parte opinables —¡en parte!— tocan directamente la dignidad de la persona
humana y, por lo tanto, interpelan a la Iglesia en su misión de evangelización, de promoción humana, de
servicio a la justicia y a la paz. Lo haré de forma sinóptica y por capítulos, con un estilo más bien expositivo y
sintético.
Introducción
Ante todo quisiera plantear dos premisas de naturaleza sociológica que se refieren a la incitación a la venganza
y al populismo penal.
a) Incitación a la venganza
En la mitología, como en las sociedades primitivas, la multitud descubre los poderes maléficos de sus víctimas
sacrificiales, acusadas de las desgracias que afectan a la comunidad. Esta dinámica tampoco está ausente en las
sociedades modernas. La realidad muestra que la existencia de instrumentos legales y políticos necesarios para
afrontar y resolver conflictos no ofrece garantías suficientes para evitar que algunos individuos sean culpados
por los problemas de todos.
La vida en común, estructurada en torno a comunidades organizadas, necesita normas de convivencia cuya
libre violación requiere una respuesta adecuada. Sin embargo, vivimos en tiempos en los que, tanto por parte
de algunos sectores de la política como por parte de algunos medios de comunicación, se incita algunas veces a
la violencia y a la venganza, pública y privada, no sólo contra quienes son responsables de haber cometido
delitos, sino también contra quienes cae la sospecha, fundada o no, de no haber cumplido la ley.
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b) Populismo penal
En este contexto, en las últimas décadas se difundió la convicción de que a través de la pena pública se pueden
resolver los más disparatados problemas sociales, como si para las más diversas enfermedades se nos
recomendaría la misma medicina. No se trata de confianza en alguna función social tradicionalmente atribuida
a la pena pública, sino más bien en la creencia de que mediante tal pena se pueden obtener los beneficios que
requerirían la implementación de otro tipo de política social, económica y de inclusión social.
No se buscan sólo chivos expiatorios que paguen con su libertad y con su vida por todos los males sociales,
como era típico en las sociedades primitivas, pero además de esto algunas veces existe la tendencia a construir
deliberadamente enemigos: figuras estereotipadas, que concentran en sí mismas todas las características que
la sociedad percibe o interpreta como peligrosas. Los mecanismos de formación de estas imágenes son los
mismos que, en su momento, permitieron la expansión de las ideas racistas.
I. Sistemas penales fuera de control y la misión de los juristas
El principio guía de la cautela in poenam
Estando así las cosas, el sistema penal va más allá de su función propiamente sancionatoria y se sitúa en el
terreno de las libertades y de los derechos de las personas, sobre todo de las más vulnerables, en nombre de
una finalidad preventiva cuya eficacia, hasta ahora, no se pudo verificar, ni siquiera para las penas más graves,
como la pena de muerte. Existe el riesgo de no conservar ni siquiera la proporcionalidad de las penas, que
históricamente refleja la escala de valores amparados por el Estado. Se ha debilitado la concepción del derecho
penal como ultima ratio, como último recurso a la sanción, limitado a los hechos más graves contra los
intereses individuales y colectivos más dignos de protección. Se ha debilitado también el debate sobre la
sustitución de la cárcel con otras sanciones penales alternativas. En este contexto, la misión de los juristas no
puede ser otra más que la de limitar y contener tales tendencias. Es una tarea difícil, en tiempos en los que
muchos jueces y agentes del sistema penal deben desempeñar su cargo bajo la presión de los medios masivos
de comunicación, de algunos políticos sin escrúpulos y de los impulsos de venganza que crece en la sociedad.
Quienes tienen una responsabilidad tan grande están llamados a cumplir su deber, desde el momento que el
no hacerlo pone en peligro vidas humanas, que necesitan ser cuidadas con mayor empeño del que a veces se
pone en el cumplimiento de las propias funciones.
II. Acerca del primado de la vida y la dignidad de la persona humana. Primatus principii pro homine
a) Acerca de la pena de muerte
Es imposible imaginar que hoy los Estados no puedan disponer de otro medio que no sea la pena capital para
defender la vida de otras personas del agresor injusto.
San Juan Pablo II condenó la pena de muerte (cf. Carta enc. Evangelium vitae, 56), como lo hace también
el Catecismo de la Iglesia católica (n. 2267).
Sin embargo, puede verificarse que los Estados quitan la vida no sólo con la pena de muerte y con las guerras,
sino también cuando oficiales públicos se refugian bajo la sombra de los poderes estatales para justificar sus
crímenes. Las así llamadas ejecuciones extrajudiciales o extralegales son homicidios deliberados cometidos por
algunos Estados o por sus agentes, que a menudo se hacen pasar como enfrentamientos con delincuentes o
son presentados como consecuencias no deseadas del uso razonable, necesario y proporcional de la fuerza
para hacer aplicar la ley. De este modo, incluso si entre los 60 países que mantienen la pena de muerte, 35 no
lo aplicaron en los últimos diez años, la pena de muerte, ilegalmente y en diversos grados, se aplica en todo el
planeta.
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Las ejecuciones extrajudiciales mismas son perpetradas de forma sistemática no sólo por los Estados de la
comunidad internacional, sino también por entidades no reconocidas como tales, y representan auténticos
crímenes.
Los argumentos contrarios a la pena de muerte son muchos y bien conocidos. La Iglesia ha oportunamente
destacado algunos de ellos, como la posibilidad de la existencia del error judicial y el uso que hacen de ello los
regímenes totalitarios y dictatoriales, que la utilizan como instrumento de supresión de la disidencia política o
de persecución de las minorías religiosas y culturales, todas víctimas que para sus respectivas legislaciones son
«delincuentes ».
Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad están llamados, por lo tanto, a luchar no sólo por la
abolición de la pena de muerte, legal o ilegal que sea, y en todas sus formas, sino también con el fin de mejorar
las condiciones carcelarias, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad. Y esto yo
lo relaciono con la cadena perpetua. En el Vaticano, desde hace poco tiempo, en el Código penal vaticano, ya
no existe la cadena perpetua. La cadena perpetua es una pena de muerte oculta.
b) Acerca de las condiciones de la prisión, los presos sin condena y los condenados sin juicio
Estas no son películas, vosotros lo sabéis bien. La prisión preventiva —cuando de forma abusiva procura un
anticipo de la pena, previa a la condena, o como medida que se aplica ante la sospecha más o menos fundada
de un delito cometido— constituye otra forma contemporánea de pena ilícita oculta, más allá de un barniz de
legalidad.
Esta situación es particularmente grave en algunos países y regiones del mundo, donde el número de detenidos
sin condena supera el 50 por ciento del total. Este fenómeno contribuye al deterioro aún mayor de las
condiciones de detención, situaciones que la construcción de nuevas cárceles no logra jamás resolver, desde el
momento que cada nueva cárcel completa su capacidad ya antes de ser inaugurada. Además es causa de un
uso indebido de destacamentos de policía y militares como lugares de detención.
La cuestión de los detenidos sin condena se debe afrontar con la debida cautela, desde el momento que se
corre el riesgo de crear otro problema tan grave como el primero, si no peor: el de los reclusos sin juicio,
condenados sin que se respeten las normas del proceso.
Las deplorables condiciones de detención que se verifican en diversas partes del planeta, constituyen a
menudo un auténtico rasgo inhumano y degradante, muchas veces producto de las deficiencias del sistema
penal, otras veces de la carencia de infraestructuras y de planificación, mientras que en no pocos casos no son
más que el resultado del ejercicio arbitrario y despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad.
c) Acerca de la tortura y otras medidas y penas crueles, inhumanas y degradantes
El adjetivo «cruel»; bajo estas figuras que he mencionado está siempre esa raíz: la capacidad humana de
crueldad. Es una pasión, una verdadera pasión. Una forma de tortura es a veces la que se aplica mediante la
reclusión en cárceles de máxima seguridad. Con el motivo de ofrecer una mayor seguridad a la sociedad o un
trato especial para ciertas categorías de detenidos, su principal característica no es otra que el aislamiento
externo. Como demuestran los estudios realizados por diversos organismos de defensa de los derechos
humanos, la falta de estímulos sensoriales, la completa imposibilidad de comunicación y la falta de contactos
con otros seres humanos, provocan sufrimientos psíquicos y físicos como la paranoia, la ansiedad, la depresión
y la pérdida de peso, y aumentan sensiblemente la tendencia al suicidio.
Este fenómeno, característico de las cárceles de máxima seguridad, se verifica también en otros tipos de
centros penitenciarios, junto a otras formas de tortura física y psíquica cuya práctica se ha extendido. Las
torturas ya no son aplicadas solamente como medio para obtener un determinado fin, como la confesión o la
delación —prácticas características de la doctrina de seguridad nacional— sino que constituyen un
auténtico plus de dolor que se suma a los males propios de la detención. De este modo, se tortura no sólo en
centros clandestinos de detención o en modernos campos de concentración, sino también en cárceles,
institutos para menores, hospitales psiquiátricos, comisarías y otros centros e instituciones de detención y
pena.
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La doctrina penal misma tiene una importante responsabilidad en esto al haber consentido en ciertos casos la
legitimación de la tortura con ciertas condiciones, abriendo el camino a ulteriores y más amplios abusos.
Muchos Estados son también responsables por haber personalmente practicado o tolerado el secuestro en el
propio territorio, incluso el de ciudadanos de sus respectivos países, o por haber autorizado el uso de su
espacio aéreo para el transporte ilegal hacia centros de detención en los que se practica la tortura.
Estos abusos se podrán detener únicamente con el firme compromiso de la comunidad internacional en
reconocer el primado del principio pro homine, lo que quiere decir de la dignidad de la persona humana sobre
todas las cosas.
d) Acerca de la aplicación de las sanciones penales a niños y ancianos y respecto a otras personas
especialmente vulnerables
Los Estados deben abstenerse de castigar penalmente a los niños que aún no han completado su desarrollo
hacia la madurez, y por tal motivo no pueden ser imputables. Ellos, en cambio, deben ser los destinatarios de
todos los privilegios que el Estado puede ofrecer, tanto en lo que se refiere a políticas de inclusión como a
prácticas orientadas a hacer crecer en ellos el respeto por la vida y por los derechos de los demás.
Los ancianos, por su parte, son quienes, a partir de los propios errores, pueden ofrecer enseñanzas al resto de
la sociedad. No se aprende únicamente de las virtudes de los santos, sino también de las faltas y de los errores
de los pecadores y, entre ellos, de los que, por cualquier razón, hayan caído y cometido delitos. Además,
razones humanitarias imponen que, como se debe excluir o limitar el castigo a quien padece enfermedades
graves o terminales, a mujeres embarazadas, a personas discapacitadas, a madres y padres que son los únicos
responsables de menores o de discapacitados, de igual modo merecen tratamientos especiales los adultos de
edad avanzada.
III. Consideraciones sobre algunas formas de criminalidad que menoscaban gravemente la dignidad de la
persona y el bien común
Algunas formas de criminalidad, perpetradas por privados, menoscaban gravemente la dignidad de las
personas y el bien común. Muchas de tales formas de criminalidad jamás podrían ser cometidas sin la
complicidad, activa o de omisión, de las autoridades públicas.
a) Acerca del delito de la trata de personas
La esclavitud, incluida la trata de personas, es reconocida como crimen contra la humanidad y como crimen de
guerra, tanto por el derecho internacional como por muchas legislaciones nacionales. Es un delito de lesa
humanidad. Y, desde el momento que no es posible cometer un delito tan complejo como la trata de personas
sin la complicidad, con acción y omisión, de los Estados, es evidente que, cuando los esfuerzos para prevenir y
combatir este fenómeno no son suficientes, estamos nuevamente ante un crimen contra la humanidad. Más
aún, si sucede que quien está para proteger a las personas y garantizar su libertad, en cambio se hace cómplice
de quienes practican el comercio de seres humanos, entonces, en tales casos, los Estados son responsables
ante sus ciudadanos y ante la comunidad internacional.
Se puede hablar de mil millones de personas atrapadas en la pobreza absoluta. Mil millones y medio no tienen
acceso a los servicios higiénicos, al agua potable, a la electricidad, a la educación elemental o al sistema
sanitario y deben soportar privaciones económicas incompatibles con una vida digna (2014 Human
Development Report, UNPD). Incluso si el número total de personas en esta situación ha disminuido en estos
últimos años, ha aumentado su vulnerabilidad, a causa de las crecientes dificultades que deben afrontar para
salir de tal situación. Esto se debe a la siempre creciente cantidad de personas que viven en países en conflicto.
Cuarenta y cinco millones de personas fueron obligadas a huir a causa de situaciones de violencia o
persecuciones sólo en 2012; de estas, quince millones son refugiados, la cifra más alta en dieciocho años. El 70
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por ciento de estas personas son mujeres. Además, se estima que en el mundo, siete sobre diez de los que
mueren de hambre, son mujeres y niñas (Fondo de las Naciones Unidas para las mujeres, UNIFEM).
b) Acerca del delito de corrupción
La escandalosa concentración de la riqueza global es posible por la connivencia de responsables del ámbito
público con los poderes fuertes. La corrupción es ella misma también un proceso de muerte: cuando la vida
muere, hay corrupción.
Hay pocas cosas más difíciles que abrir una brecha en un corazón corrupto: «Así es el que atesora para sí y no
es rico ante Dios» (Lc 12, 21). Cuando la situación personal del corrupto llega a ser complicada, él conoce todas
las salidas para escapar de ello como hizo el administrador deshonesto del Evangelio (cf. Lc 16, 1-8).
El corrupto atraviesa la vida con los atajos del oportunismo, con el aire de quien dice: «No he sido yo», llegando
a interiorizar su máscara de hombre honesto. Es un proceso de interiorización. El corrupto no puede aceptar la
crítica, descalifica a quien lo hace, trata de disminuir cualquier autoridad moral que pueda ponerlo en tela de
juicio, no valora a los demás y ataca con el insulto a quien piensa de modo diverso. Si las relaciones de fuerza lo
permiten, persigue a quien lo contradiga.
La corrupción se expresa en una atmósfera de triunfalismo porque el corrupto se cree un vencedor. En ese
ambiente se pavonea para rebajar a los demás. El corrupto no conoce la fraternidad o la amistad, sino la
complicidad y la enemistad. El corrupto no percibe su corrupción. Se da en cierto sentido lo que sucede con el
mal aliento: difícilmente quien lo tiene se da cuenta de ello; son los demás quienes se dan cuenta y se lo deben
decir. Por tal motivo difícilmente el corrupto podrá salir de su estado por remordimiento interior de la
conciencia.
La corrupción es un mal más grande que el pecado. Más que perdonado, este mal debe ser curado. La
corrupción se ha convertido en algo natural, hasta el punto de llegar a constituir un estado personal y social
relacionado con la costumbre, una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en los
contratos públicos, en toda negociación que implique agentes del Estado. Es la victoria de las apariencias sobre
la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción respetable.
Sin embargo, el Señor no se cansa de llamar a la puerta de los corruptos. La corrupción nada puede contra la
esperanza.
¿Qué puede hacer el derecho penal contra la corrupción? Son ya muchas las convenciones y los tratados
internacionales en la materia y han proliferado las hipótesis de delito orientadas a proteger no tanto a los
ciudadanos, que en definitiva son las víctimas últimas —en particular los más vulnerables—, sino a proteger los
intereses de los agentes de los mercados económicos y financieros.
La sanción penal es selectiva. Es como una red que captura sólo los peces pequeños, mientras que deja a los
grandes libres en el mar. Las formas de corrupción que hay que perseguir con la mayor severidad son las que
causan graves daños sociales, tanto en materia económica y social —como por ejemplo graves fraudes contra
la administración pública o el ejercicio desleal de la administración— como en cualquier tipo de obstáculo
interpuesto en el funcionamiento de la justicia con la intención de procurar la impunidad para las propias malas
acciones o para las de terceros.
Conclusión
La cautela en la aplicación de la pena debe ser el principio que rija los sistemas penales, y la plena vigencia y
operatividad del principio pro homine debe garantizar que los Estados no sean habilitados, jurídicamente o de
hecho, a subordinar el respeto de la dignidad de la persona humana a cualquier otra finalidad, incluso cuando
se logre alcanzar una especie de utilidad social. El respeto de la dignidad humana no sólo debe actuar como
límite de la arbitrariedad y los excesos de los agentes del Estado, sino como criterio de orientación para
perseguir y reprimir las conductas que representan los ataques más graves a la dignidad e integridad de la
persona humana.
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Queridos amigos, os doy nuevamente las gracias por este encuentro, y os aseguro que seguiré estando cerca de
vuestro arduo trabajo al servicio del hombre en el ámbito de la justicia. No cabe duda de que, para quienes
entre vosotros están llamados a vivir la vocación cristiana del propio Bautismo, este es un campo privilegiado
de animación evangélica del mundo. Para todos, también para quienes entre vosotros no son cristianos, en
cualquier caso, se necesita la ayuda de Dios, fuente de toda razón y justicia. Invoco, por lo tanto, para cada uno
de vosotros, con la intercesión de la Virgen Madre, la luz y la fuerza del Espíritu Santo. Os bendigo de corazón y,
por favor, os pido que recéis por mí. Gracias.
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“Es clave para la inserción
que la persona
que sale de la cárcel
no vuelva
al mismo medio y entorno
que le llevó a ella”
El 17 de septiembre de 1970 comienza la semilla de lo que en el año 92, de
manera oficial, será la Pastoral Penitenciaria. Es en este año cuando
el religioso mercedario José Sesma León toma las riendas como Director
de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española. A través
de esta pastoral se acompaña y acoge tanto, dentro de la cárcel a reclusos,
como en el ámbito de la prevención y la inserción. Es una de las pastorales
más activas ya que casi todos los meses del año tienen actividades para
tratar diversas dimensiones de la pastoral.
P. ¿Cuál es la labor de la Pastoral Penitenciaria?
R. Es una ramificación de la pastoral que tiene como función la atención
pastoral dentro del ámbito penitenciario. La Iglesia siempre se preocupa
por las personas. En esta pastoral en concreto, mediante la atención, el cuidado, la preocupación y servicio a
las personas que viven privadas de libertad. Estas personas son hombres, mujeres y adolescentes entre 14-16
años, lo que llamamosjusticia juvenil.
P. Dentro de las actividades de la pastoral, ¿qué es lo que destaca?
R. Nosotros cada año promovemos y organizamos el Encuentro Nacional de Voluntarios de Pastoral
Penitenciaria , para formar a los voluntarios. Lo que se pretende con este encuentro es en primer lugar, que
sepan los voluntarios en qué medio se van a mover, ya que no es un medio normal, es una casa del estado con
las normas que establece el mismo. En segundo lugar, el conocimiento de la psicología y las pautas de conducta
que suelen desarrollar las personas presas, y en tercer lugar se promueve una formación espiritual, ya que un
voluntario cristiano no debe ir a la cárcel simplemente porque va a la cárcel por razones humanitarias o
solidarias, que también, pero no puede olvidar que es un enviado de la Iglesia, y como tal, en cierto modo
representa a Iglesia.
“Hay tres ámbitos en los que el voluntario puede ayuda: la prevención, dentro de la cárcel, y la inserción”
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P. ¿Qué perfil presenta este voluntario?
R. Tenemos muchos perfiles. Varía en cada diócesis. Hay diócesis en los que el voluntario de pastoral
penitenciara es mayor, con sus ventajas y limitaciones. Otras diócesis, como por ejemplo la Diócesis de
Valencia, están promoviendo este voluntariado en estudiantes universitarios a través de cursos de formación,
lo que supone de promedio unos 20-25 voluntarios del ámbito universitario.
Hay tres ámbitos en los que el voluntario puede ayuda: la prevención, dentro de la cárcel, y la inserción.
Nosotros pensamos que la cárcel es una circunstancia temporal, más o menos larga. El voluntario que quiera
puede ayudar en la parte de prevención, y en la inserción en los centros de acogida y en zonas marginales. En
estos dos campos no hay edades para ser voluntario, a diferencia de dentro de la cárcel que el estado pone
como límite los 70 años.
P. El acompañamiento en la inserción es un aspecto
clave. ¿Cómo acompaña la Pastoral Penitenciaria en
este paso?
R. Una cosa es la verdad legal y otra la verdad real. Mi
experiencia como capellán (fue capellán 7 años de una
prisión de mujeres en Barcelona) me dice que no todo el
mundo que está en prisión es culpable, hay personas que
asumen culpabilidades por terceras personas, hay
personas de las que no se logra demostrar su inocencia o
razones que le eximan de responsabilidades penales. Con
esto no quiero decir que dude de la justicia, al revés, no
he duda nunca, pero no todos los presos son iguales.
Cada preso tiene su historia.
Es clave para la inserción que la persona que sale de la cárcel no vuelva al mismo medio y entorno que le llevo
a la cárcel, de esta manera la inserción será muy difícil. Se habla de un 50% de reincidentes. Todo lo que se ha
invertido en estas personas a través de buenos profesionales en el centro penitenciario para su inserción, si
vuelve al mismo medio, se pierde. Hay que ayudarles a que salgan del hoyo donde han caído, pero los
antecedentes penales les cierran muchas puertas. Nosotros les animamos a que sean autónomos, ya que aquí
nadie les pide antecedentes penales.
“La cárcel deja marca”
P. En el último encuentro de voluntarios, celebrado hace unos días, de Pastoral Penitenciaria se habló entre
otras cosas de alternativas a la pena de prisión, las actuales y las posibles. ¿Es posible una alternativa en
España?
R. Legalmente ya están en funcionamiento. No para todos los delitos. Son los llamados TBC (Trabajos en
Beneficio de la Comunidad). Lo importante aquí es que la sociedad a través de sus instituciones se haga
responsable de estos medios que la misma sociedad ha creado y los jueces tratan de aplicar. La cárcel deja
marca. Mediante un TBC la persona hace un servicio, se responsabiliza del daño hecho y del trabajo que ha
asumido y es consciente de que en el futuro tiene que evitar volver a delinquir. Todo esto viviendo como viven
los demás, con normalidad.
P. Muchas veces hace falta que el hombre caiga en lo más hondo para tener un encuentro verdadero con
Cristo, ¿en las cárceles ocurre esto?
R. No por el mero hecho de estar en prisión, sucede, hay más medios, es cierto pero también sucede en la calle.
El encuentro con Cristo es un encuentro personal, y la cárcel no hay que verla como un medio para la
conversión.
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Cristo siempre se encuentra con uno pero respeta que nosotros nos encontremos con Él, y esto pasa en la calle
y en la cárcel. Lo que pasa es que en la cárcel hay más horas para pensar, meditar, orar y organizarte la vida y a
lo mejor en la calle no tienes tanto tiempo y esto, es verdad que es una ayuda. Es muy importante que
próximo a esta persona esté el testimonio evangélico y evangelizador del voluntario o de la persona que
acompaña.
Hay historias muy difíciles. Por ejemplo hace pocos días conversaba con una persona que está viviendo días
muy difíciles, ya que no tiene nada que acredite su existencia, me hablaba de como salió de un infierno gracias
a un capellán del cárcel. Encontró la luz de Cristo en prisión, pero podría haber ocurrido fuera.
Fuente: http://www.agenciasic.com/2014/11/26/jose-sesma-es-clave-para-la-insercion-que-la-persona-que-sale-de-la-carcel-no-vuelva-almismo-medio-y-entorno-que-le-llevo-a-la-carcel/
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Área Religiosa - Departamento de Pastoral Penitenciaria CEPS
Una comunidad
cristiana familiar
que huele a oveja
A los pocos días de comenzar su ministerio el Papa
Francisco, lavando los pies a los muchachos de la
prisión de jóvenes en el jueves santo, decía a los
curas que “tenían que oler a oveja”, que había que
salir a las periferias para buscar a los más
necesitados, “buscar donde hay sangre derramada;
decía “que el cura que no sale de sí se convierte en
mero gestor”, y apoyaba estas afirmaciones en que
“Jesús íba al encuentro de los pobres”. Quizás son
palabras que yo hoy aplicaría a las comunidades
cristianas, para decir que unas comunidades que
están encerradas en sí mismas no son signo de nada,
ni en el fondo valen para nada, unas comunidades
que se miran el ombligo y son incapaces de mirar
hacia adelante, hacia el sufrimiento de tantos seres
humanos para integrarles, para descubrir que todos somos iguales y que en nuestra Iglesia todos somos igual
de importantes, que nadie hay mejor que nadie, y que si tiene que ser alguien primero tienen que ser siempre
los pobres, los que no cuentan. Una Iglesia, que el mismo papa Francisco en Brasil, decía que tenía “que armar
el lio, salir a la calle”; Una Iglesia por tanto que huela a oveja y que sea capaz de armar un lío fenomenal.
Esto es lo que vivimos todos los que tuvimos la suerte de participar el domingo pasado en la fiesta de la
parroquia Sagrada Familia de Fuenlabrada, vivimos la experiencia de una comunidad acogedora que olía a
evangelio, que olía a Dios, que respiraba por los cuatro costados al Dios de la vida, al Dios de la esperanza, al
Dios que no hace distinción de nada ni de nadie; y una Iglesia que armó el lío de poder celebrar juntos, niños,
jóvenes, mayores, encarcelados, familias… poder vivir una experiencia de fraternidad descubriendo las palabras
del evangelio “mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”. Una
Iglesia preocupada no de formas, de ritos, de que todo salga muy bien, sino una Iglesia fraterna, donde caben
los buenos y los menos buenos, como dice la canción que cantamos en la misa de los niños “ altos, bajos,
negros, blancos, buenos, malos… somos la Iglesia de Jesús”. Y seguro que más de uno el domingo descubrimos
que Dios nos sonreía, que Dios también se unía a nuestra fiesta, estaba en nuestra fiesta abrazándonos como
Padre-Madre, como que en este día sentimos a Dios que nos acogía y nos invitaba a acoger a todos.
El domingo celebramos la fiesta de la parroquia que celebramos todos los años en la parroquia el tercer
domingo de Noviembre, el día de nuestra comunidad cristiana, y ya es costumbre, desde hace tres años, que se
unan nuestros hermanos de la comunidad de Navalcarnero, de la cárcel, que se unan para compartir un día de
esperanza y de encuentro con nosotros, y para participar con sus familias de esta apuesta fraterna y
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comunitaria. Temíamos que nos hiciera un día de perros como el año pasado que no paró de llover, pero este
año sin embargo hasta el tiempo estuvo de fiesta con un sol espléndido que nos acompañó toda la jornada. A
primera hora, las catequistas de primera comunión, llegaron a la parroquia para terminar de poner la
decoración de la Iglesia y del jardín, con globos y banderines, y hacia las diez llegaron los tres chavales del
centro penitenciario con los tres educadores para montar el mercadillo que ponen todos los años con los
trabajos que realizan allí durante el año, con lo que recaudan en este mercadillo pueden seguir comprando
material para seguir haciendo más trabajos , porque debido a la crisis (perdón, al robo de algunas personas del
estado, porque lo de crisis es una manera fácil de llamar al robo) no hay dinero desde la administración para
comprar ese material. Preparamos este año el mercadillo en el jardín, en la entrada a la Iglesia; tomamos un
café que nos preparó una voluntaria de capellanía porque hacia frio, y enseguida hacia las once llegaron las
primeras personas, para la misa de niños que como todos los domingos es a las once y media. Rápidamente se
comenzó a crear un buen ambiente de comentar lo que hacíamos y lo compartía la gente que iba llegando con
los chavales de Navalcarnero.
Cuando nos quisimos dar cuenta la Iglesia estaba a reventar, no cabía nadie ni por los pasillos, ni en las
escaleras del altar, todo eran niños y familias; las misas de este día son preparadas por los diferentes grupos de
la parroquia cada una de sus partes y por eso la participación es incluso mayor que habitualmente. Y un poco
más tarde de las once y media, con el canto de entrada, comenzamos nuestra celebración. El grupo de limpieza
nos motivó la Eucaristía y luego seguimos los diferentes momentos preparados; los niños tenían globos en las
manos como signo de fiesta y en algún momento alguno se explotaba y bueno ponía la nota diferente en la
celebración. Leímos lecturas diferentes a las del día, la primera nos invitaba San Pablo a sentirnos cuerpo, a
sentirnos todos parte de la comunidad cristiana y a sentirnos todos importantes dentro de ella; y el Evangelio
nos hizo descubrir desde las parábolas del Reino que desde lo pequeño, lo que no se ve podemos juntos
construir un mundo nuevo y más feliz para todos al estilo de Jesús. Después de comentar las lecturas, Paco,
uno de los muchachos de Navalcarnero salió para decirnos quiénes eran y dar las gracias por la acogida que les
estábamos brindando. Y aprovechamos la ocasión para decir a los niños que le preguntaran lo que quisieran.
Como siempre los más pequeños fueron espontáneos en lo que decían; preguntas como “qué coméis en la
cárcel, o si os tratan bien, o cuanto te queda para estar ahí”, incluso una atrevida le pregunto por qué estaba
en la cárcel; Paco desde la sencillez y el nerviosismo fue contestando a los muchachos que con cariño se
interesaban por su vida; “estoy allí por hacer cosas malas”, contestó Paco a la niña, así que tu tienes que ser
siempre muy buena, y cuando lo decía le brillaron los ojos,, quizás porque él también se acordó de su familia,
de sus padres, de su mujer, como luego nos confesó… pero era el brillo de los ojos de quien se siente acogido,
perdonado y aceptado, como también nos dijo después “en la pregunta de la niña me he sentido como en mi
casa, para nada juzgado, como perdonado en cada pregunta y en cada palabra de ellos”. Otra niña le preguntó
qué momento había sido el más duro de estar en la cárcel, y él también emocionado, dijo que el dejar a su hija,
el no poder compartir con ella día a día su vida. Fue un momento bonito de compartir vida, de compartir
esperanza, de sentir que una vez más “somos la Iglesia de Jesús” y que en la periferia estaba Paco y otros
muchos más que nos necesitan y a quienes acogemos con cariño. Después de un aplauso, y eso sí, entre
sudores porque decía que estaba nervioso, el grupo de Cáritas hizo las peticiones de cada día en la celebración.
Las ofrendas las preparó el grupo de los niños y monitores del Junior que nos invitaron a poner también en
juego nuestra vida y después juntos continuamos dando gracias al Padre por todo este encuentro fraterno con
la plegaria eucarística. Durante toda la celebración se respiró un ambiente de fiesta fraterno, un ambiente de
alegría, los ni niños a pesar de ser muchos y durar más de una hora estuvieron permanentemente atentos a
todo lo que sucedía allí; cantamos el padrenuestro y nos dimos la paz , también desde la invitación de los niños
de la catequesis a construir la paz desde las pequeñas cosas; el gesto de todos los niños viniendo a darme el
beso de la paz es siempre un gesto especialmente conmovedor y entrañable, el otro día me comentaba una
madre, catequista de confirmación “cuando veo que van todos los niños a darte un beso y los veo me
emociono porque descubro mucha ternura en ellos y en ti”, es sin duda la ternura de Dios, una ternura que
tenemos que comunicar a todos los demás.
Pero por si fuera poco la celebración era también especial porque el azar quiso que coincidiera con un
acontecimiento muy querido para toda nuestra comunidad de la Sagrada Familia: era 16 de noviembre, y se
cumplía el 25 aniversario del martirio de los jesuitas en el Salvador, su cocinera y su hija, y era también un día
bonito para el recuerdo de estas personas que dieron su vida justamente “por armar el lío y por salir a las
periferias”; era un día bonito de agradecimiento a Dios por sus vidas, y así lo hicimos. En el momento de la
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reflexión de las lecturas yo los mencioné y además les hice alusión a los niños a que si recordaban que de El
Salvador son las cruces que cada año damos a los niños de primera comunión, que en ese país entrañable y
querido estos hermanos nuestros habían dado la vida. En el final de la Eucaristía, en el momento de acción de
gracias, leímos las palabras de Jon Sobrino al enterarse de este asesinato; “han matado a mi familia, siempre
pensaba que detrás de cada nombre que me decían la lista se iba a terminar, pero mataron a mi familia”. Y nos
sentimos también nosotros familia de nuestros mártires, sentimos que ellos también miraban y sonreían en ese
momento a nuestra comunidad, sentimos que la fuerza de Dios es más grande que la muerte y que la injusticia;
y desde luego que en mi corazón resonaron también las palabras del obispo San Romero de América “si me
matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”, o esas otras “habrán matado a un obispo, pero la Iglesia que es el
pueblo permanecerá para siempre”. Nuestros hermanos jesuitas y las dos hermanas asesinadas ya están
resucitadas, y el pueblo sigue hacia adelante. Después de terminar la lectura rompimos también en un fuerte
abrazo emocionado y agradecido un aplauso a aquellos que por oler a oveja fueron sacrificados como Jesús de
Nazaret, a aquellos que fueron crucificados con tantos crucificados en el Salvador y en todo el mundo, a
aquellos que descubrieron que perder la vida por el Evangelio merecía la pena… pero que hoy SE UNIAN A
NUESTRA FIESTA, y nos pedían que también nosotros oliéramos a oveja en nuestro barrio, en nuestra cárcel, en
nuestra comunidad. Era un momento en el que la comunidad de la Sagrada Familia se unía a la comunidad del
cielo, resucitada, que permanece a nuestro lado, que nos acompaña, era la comunidad Pascual la que en ese
momento pudimos sentir y percibir. Y a esa acción de gracias se unieron después los niños que todos los
domingos cantan en el coro de la misa. Para terminar un canto también especial en nuestra parroquia: “color
esperanza”, y cada vez que decíamos “saber que se puede” quizás todos pensábamos en aquello que a veces
nos parece que no tiene solución pero que entre todos podemos cambiarlo, mirar hacia un futuro mejor para
todos y para todas, y pensar que cada uno de nosotros podíamos aportar algo. Fue más de una hora de
celebración y de vida; después de la bendición final todos los niños lanzaron sus globos hacia arriba como
expresión de fiesta y de alegría.
Teníamos que ir saliendo porque enseguida comenzaba la misa de una, y toda la gente emocionaba se paraba a
mirar el mercadillo de Navalcarnero, a hablar con los muchachos, en un clima de fraternidad y de comunidad. Y
mientras salía toda la gente que había abarrotado la misa de niños, comenzaba a llegar la gente que venía a la
misa de una, y dentro de la Iglesia preparábamos también todo para la siguiente Eucaristía que iba a celebrar el
otro compañero y en el que también iban a participar todos los grupos, en un clima diferente no por la fiesta,
que continuaba, sino porque ya la gente que acudían era gente más mayor. Preparamos las moniciones, las
ofrendas, las lecturas… La monición de entrada de nuevo la había preparado el grupo de limpieza y la leyó
Josefa, una señora mayor, enferma de parkinson, pero que con todo el cariño del mundo acude todas las
semanas a limpiar con una sonrisa de oreja a oreja, y siempre diciendo que cuando va a la parroquia se
encuentra a gusto, porque se encuentra en su casa, muchos días sin poder pero no deja de faltar semana tras
semana a su grupo de limpieza y a tomar después el café con el resto de compañeras. El grupo de confirmación
nos motivó el perdón, y se proclamaron las lecturas, en este caso las del día; y en el momento de reflexión, al
ser la parábola de los talentos del evangelio de Mateo, se hizo sobre todo hincapié en que todos
colaborábamos con lo que podíamos en la marcha de la comunidad, que cada uno aportaba algo, su talento,
pequeño o grande para que la comunidad funcionara, pero que todos éramos igual de importantes. Y después
de nuevo subió al altar Paco, para presentarse y presentar lo que hacen en Navalcarnero, y al terminar su
momento de agradecimiento a la comunidad parroquial, pudieron también preguntarle acerca de su vida en la
cárcel, de qué hacían allí, cómo ocupaban su tiempo o qué experiencia le estaba suponiendo su estancia en la
cárcel; fue un clima de nuevo de fraternidad y Paco también salió como pudo del atolladero de responder a las
preguntas de la gente, pero desde luego desde una tranquilidad absoluta, y sintiéndose en familia. En esta
ocasión, a continuación las ofrendas las presentó el grupo de liturgia y seguimos juntos la Eucaristía, hasta el
momento final de acción de gracias, por la vida de los jesuitas y las dos mujeres asesinadas hace 25 años en El
Salvador.
Después de terminar la segunda misa nos dispusimos a ir preparando todo para la comida, no sabíamos
cuántos seríamos, pero nos parecía mejor comer en la Iglesia pues en el salón no íbamos a caber; preparamos
todas las mesas con los bancos y la gente se fue sentando, mientras los muchachos terminaban de recoger el
puesto: cuando estábamos todos sentados la vista desde el altar era emocionante, un grupo de casi doscientas
personas llenaba la iglesia, en medio de una gran alegría y de un gran entusiasmo. Estaban también sentados a
la mesa, además de las personas de los diferentes grupos de la parroquia, el grupo de familias de los presos
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que nos reunimos una vez al mes, estaban madres, hermanos, hijos de los muchachos presos, la mayoría
estaban en la prisión pero sus familias se sienten también parte de nuestra comunidad cristiana. Todos nos
levantábamos y ofrecíamos nuestra comida a los demás, era compartir lo que teníamos y habíamos preparado
entre todos; se respiraba un sentido especial de comunidad, un sentido especial de Iglesia, una Iglesia abierta,
acogedora, una Iglesia donde todos cabíamos y donde todos estábamos invitados. Recordé también las
palabras del Padre Arrupe: no podemos separar el hambre de pan y el hambre de Evangelio, en nuestra
parroquia de la Sagrada Familia un día más uníamos ambas cosas, estábamos compartiendo la comida desde el
Evangelio porque en nuestra mesa estaban también sentados aquellos hermanos que se encontraban privados
de libertad y sus familias; el Evangelio se hacía presente en cada uno de nosotros, compartíamos el pan desde
intentar hacer presente el Evangelio en nuestra comunidad. Cuando ya habíamos empezado, llegaron también
otros amigos muy cercanos de nuestra parroquia: Jorge, un cura amigo, con toda su familia, con la familia de
muchachos africanos con los que vive, un grupo de muchachos que llegaron a España sin nada y que él los ha
dado sobre todo cariño y casa, los ha dado hogar, de nuevo les ha dado lo mejor que tiene: su amor desde
llevarles el amor de Dios que se ha hecho presente en cada uno de ellos; no les ha dado “ni oro ni plata”, como
decía Pedro, pero sin duda les ha dado toda su vida, toda su vida de entrega desde un Dios que le lleva a
descubrirle presente en cada una de sus vidas; llegaron con una gran paella y enseguida les colocamos a
nuestro lado; no había distinción todos éramos una gran familia, todos éramos uno: todos olíamos a la misma
oveja, a la oveja de Dios y seguro que El mismo estaba también sentado a nuestro lado. “Ya no hay distinción
entre judíos y gentiles, esclavos o libres porque todos somos uno en Cristo Jesús”, las palabras de San Pablo
también se hacían realidad en la gran mesa de la Sagrada Familia. Estábamos haciendo Eucaristía porque
estábamos haciendo comunidad, Dios se estaba haciendo presente entre las tortillas, las empanadas, el chorizo
y el pan compartido entre todos; no era un Dios lejano, era un Dios cercano solidario, alegre, feliz….
Y después de comer, el esperado concurso de tartas, se pusieron todas las tartas en el altar y un jurado
formado por varias personas de la comunidad las probaron y dieron su veredicto; ver a un montón de niños y
mayores alrededor del altar probando las tartas era todo un espectáculo; confieso que en más de una ocasión
se me llenaron los ojos de lágrimas de emoción porque el altar estaba también acogiendo una vez más mucha
vida, porque no era un altar vacío, porque no era un altar de ritos, porque no era un altar “sagrado”, sino que
lo sagrado se lo poníamos nosotros compartiendo nuestra fiesta y nuestra alegría, y me imaginaba que Jesús
mismo también estaría compartiendo con nosotros las tartas en medio de tanta algarabía y felicidad: una vez
más estábamos convirtiendo aquel templo en lo que le daba nombre, le estábamos convirtiendo “en la Sagrada
Familia” porque nuestra familia estaba unida en un mismo fin. Estábamos también haciendo alrededor del altar
nuestro sínodo familiar y la mesa compartida se transformaba una vez más en el rito sagrado de compartir
nuestra vida. Cuando el jurado dio el veredicto rompimos en un gran aplauso e inmediatamente todos nos
pusimos a compartir las tartas.
Después comenzó un espectáculo de bailes y de disfraces, los muchachos de la cárcel se vistieron y también
compartieron ese rato especial de fiesta, daba gusto verles reír y disfrutar. Después una obra de teatro que dos
catequistas de la parroquia nos brindaron y como siempre nos hicieron reír y sentirnos felices, porque desde la
espontaneidad nos hicieron reconocer que arrancar una sonrisa en los demás es también obra de Dios, y ellas
siempre nos saben arrancar esa sonrisa, gracias también a ellas como siempre por su dedicación a la
comunidad. Y hacia las seis un momento un poco duro: tenían que volver a la cárcel, vinieron las despedidas de
los muchachos, pero había que volver; se marchaban con el corazón lleno de la experiencia de todo el día, ardía
su corazón en alegría y en la acogida que habían experimentado. Las familias nos dieron las gracias y
especialmente recuerdo el abrazo de Paco al despedirse, con las lágrimas en los ojos me dijo “gracias por todo
el día, me has hecho sentirme persona”, y son palabras que se me quedaron grabadas en el corazón, no eran
para mí, eran para toda la comunidad que “olía a oveja” y que había hecho posible este maravilloso día. Y junto
a él, la ternura también de Rafa, uno de los muchachos que vino al Camino de Santiago y que daba gusto verle
con su nieta en brazos: en el fondo ver a aquel hombre machacado por la droga, con tanta cárcel a sus
espaladas, con una criatura en brazos nos remitía profundamente al Dios de la vida y de la esperanza, al Dios
de la ternura y la sencillez.
Después de marcharse ellos continuamos todavía un rato de fiesta, con un concurso de disfraces y con
canciones y diversión. Hacia las siete terminó nuestra fiesta, y todos nos pusimos a recoger la Iglesia, de modo
que en apenas media hora estaba todo recogido, igual que habíamos disfrutado y divertido, también ahora
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todos trabajábamos en unión. Un día para la esperanza, un día para compartir, un día para recordar. Un día
para reconocer que creemos en una Iglesia así, en una “Iglesia sagrada” que se convierte en tal cuando es
capaz de abrir sus puertas y su corazón a los más sencillos, que creemos en la Sagrada Familia que todos
hacemos cuando somos capaces de compartir CON TODOS, que los Sagrados somos cada una de las personas
que nos acercamos a la parroquia y que en esta parroquia cabemos todos. De nuevo me brotaban las palabras
de San Romero de América “con este pueblo no cuesta ser buen pastor”.
“Danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al
hermano solo y desamparado…” son las palabras que rezamos en la plegaria eucarística, y son las palabras que
al final del día nosotros también como comunidad queremos pedirle a Dios, que tengamos ese sentimiento
especial frente a los demás, que seamos apoyo para todos los que vienen a nuestra parroquia, que nadie se
sienta fuera de ella.
Nos parece que nuestra parroquia “arma el lío”, que nuestra parroquia es una comunidad que intenta vivir la
experiencia de que “otra iglesia es posible”, y es posible porque entre todos podemos construirla, una iglesia
sin ritos y sin normas cuadriculadas, sino una Iglesia corresponsable donde todos nos sentimos parte
importante de ella.
Que el Dios familiar que hemos experimentado en este día acompañe siempre nuestro caminar y el de toda
nuestra Iglesia universal, damos gracias al papa Francisco por sus gestos especialmente evangélicos y por sus
palabras alentadoras. Y miramos con cariño a la familia de Nazaret que es Sagrada no por estar lejos, no por
estar fuera de la vida, sino por ser una familia que a pesar de sus dificultades fue una familia metida en los
problemas del momento, una familia que era Sagrada porque acogía a todos.
"Lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí también me lo hicisteis”.
16 de Noviembre de 2014
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Salamanca 09-12-2014
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS
Ramón Cánovas Calatrava
Salamanca, 9 diciembre 2014
I
Patologías sociales
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS
II
Prisión y enfermedad
III
Patologías del medio penitenciario
.
I
Patologías de nuestra sociedad
ESTA ES UNA HISTORIA DE POBRES
La pobreza es la mayor injusticia
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
POBREZA
72% de reclusos están condenados
a penas inferiores a 8 años
13.226 a penas inferiores a 3 años.
21.584 a penas entre 3 y 8 años
62,4% de los reclusos han cometido
delitos
19.212 contra la propiedad
16.811 contra la salud pública.
Releamos el pasaje de D. Quijote con los
galeotes: “Si a su tiempo tuviese yo esos
ducados…..hubiese endulzado la péndola
del……”y azuzado el ingenio del
procurador” (Defensa, procedimientos,
recursos, indultos… una posición
distinguida…) España 149; Dinamarca
68; Suecia 67; Finlandia 60.
Doblamos en número de reclusos a los Estados
que garantizan la cobertura suficiente de las
necesidades de sus ciudadanos.
AUNQUE TAMBIÉN TENEMOS EN PRISIÓN:
- Habituales: viven del delito
- Delincuencia organizada: convierten el delito
en negocio.
- Terrorismo
I
Patologías de nuestra sociedad
Constitución Española: … justicia, igualdad y pluralismo ….
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
DESIGUALDAD
Todos somos iguales ante la ley. (Un hermoso deseo) En ninguna época de la Historia
se ha juzgado con igualdad.
¿Qué siente un recluso?
- Cuando escucha que “ha desaparecido” un Banco y ninguno de sus Consejeros es
responsable.
- Solicitar el perdón de la víctima…. Hasta 2026 estaremos pagando el rescate de los
Bancos.
EL QUE “HACE DESAPARECER” CIEN EUROS ES UN LADRÓN,
EL QUE “HACE DESAPARECER” UN MILLÓN ES UN FINANCIERO”
(clásico axioma carabanchelero aunque se decía en pesetas)
TODOS LOS RECLUSOS ENTUSIASMADOS EN LA REINSERCIÓN SOCIAL
I
Patologías de nuestra sociedad
INDULTOS CONCEDIDOS EN ESPAÑA
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
DESIGUALDAD
2001
237
2007
521
2002
244
2008
405
2003
281
2009
423
2004
307
2010
404
2005
454
2011
301
2006
520
2012
434
Ley de 18.06.1870.- Modificada por Ley 1/1988 de 14 de enero
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
Mandamientos recibidos a nivel nacional, desde 1 julio a 30 septiembre 2014
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
Tipo de pena
Violencia
género
Seguridad
vial
Delitos y
faltas de
Delitos
contra
patrimonio
Otros
delitos y
faltas
Total
%
TBC
4.081
7.201
1.026
670
643
13.621
65
TBC por sustitución
297
893
833
1.263
1.888
5.174
24.7
Suspensión de condena
1.189
41
131
183
246
1.790
8.5
Sustitución de condena
(Programa)
286
12
18
3
43
362
1.7
TOTAL
5.853
8.147
2.008
2.119
2.820
20.947
%
27.9
38.9
9.6
10.1
13.4
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
Centros: 14
CATALUÑA
Número de internos en los Centros Penitenciarios
(evolución semanal, 21-11-2014)
Población
Preventivos
Penados
Total
Diferencia
%
Hombres
1.248
7.458
8.706
-41
-0.47
Mujeres
93
547
640
-1
-0.16
Totales
1.341
8.005
9.346
-42
-0.45
Diferencia
-9
-33
-42
-42
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
Centros: 97
ESPAÑA
Número de internos en los Centros Penitenciarios
(evolución semanal 21-11-2014)
Población
Preventivos
Penados
Total
Diferencia
%
Hombres
7.777
52.858
60.635
8
0.01
Mujeres
802
4.226
5.028
33
0.66
Totales
8.579
57.084
65.663
41
0.06
Diferencia
43
-2
41
41
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
ANDALUCIA
15.197 reclusos
14.096 Hombres. 1.101 Mujeres
Y NAVARRA
331 reclusos
309 Hombres. 22 Mujeres
Acuerdos para la atención de algunas
especialidades –entre ellas psiquiatría –
en los recursos sanitarios de las
Comunidades Autónomas.
COMUNIDAD DE MADRID
8.718 reclusos
7.744 Hombres. 974 Mujeres
CATALUÑA
9.485 reclusos
8.850 Hombres. 635 Mujeres
PAÍS VASCO
1.324 reclusos
1.174 Hombres. 150 Mujeres
Convenio de julio de 2009
ratificado el 29 de enero de 2014.
(Segundo nivel y hospitalizaciones,
vacunaciones..)
Competencias penitenciarias
transferidas.
Asumidas las competencias en materia de
sanidad penitenciaria. Acuerdo de julio de
2011
Sanidad Penitenciaria: Distintas situaciones según territorio.
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
CATALUÑA.- Competencias penitenciarias transferidas.
PAÍS VASCO.- Asumidas las competencias en materia de sanidad
penitenciaria . Acuerdo de julio de 2011
COMUNIDAD DE MADRID .- Convenio de julio de 2009 ratificado el 29 de
enero de 2014. (Segundo nivel y hospitalizaciones, vacunaciones..)
ANDALUCIA Y NAVARRA.- Acuerdos para la atención de algunas
especialidades –entre ellas psiquiatría – en los recursos sanitarios de las
Comunidades Autónomas.
Otros acuerdos: Telemedicina.
DOS HOSPITALES PSIQUIÁTRICOS (Alicante y Sevilla)
CENTROS PENITENCIARIOS DE RÉGIMEN ORDINARIO
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
CIS (Centros de Inserción Social)
ANDORRA
PORTUGAL
GIBRALTAR
ENCUENTRO PASTORAL PENITENCIARIA. Salamanca 09-12-2014
PATOLOGÍAS PENITENCIARIAS. Ramón Cánovas Calatrava
II
Prisión y enfermedades
Personal de
Sanidad
Penitenciaria
1.461 Médicos (412)
Enfermeros (574)
Auxiliares de Enfermería (475)
113 Farmacéuticos, personal de farmacia,
fisioterapeutas y celadores
1.574 Total
Medios Materiales
2.600 2.600 camas de Enfermería
37 Farmacias
315 Camas en 44 Hospitales (UAR)
Dos Hospitales
Psiquiátricos
371 Camas en Alicante y Personal Médico (88)
58 Camas en Sevilla y Personal Médico (66)
995.017 Consultas
3.757.055 Actividades de enfermería
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II
Prisión y enfermedades
SANIDAD PENITENCIARIA. ATENCIÓN NIVEL PRIMARIO
220.000 Urgencias
27.278 Ingresos en enfermería. (De ellos , 9.379 por patología psiquiátrica)
34.448 Estudios radiológicos
92.645 Muestras para pruebas analíticas.
27.263 Vacunaciones: Hepatitis B
27.907 Vacunaciones: Antitetánica
15.424 Otras vacunas
27.540 Diagnósticos de Tuberculosis (PPD)
6.004 Diagnósticos de Tuberculosis. Estudios de esputo
Higiene y salud medioambiental
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II
Prisión y enfermedades
SANIDAD PENITENCIARIA
ATENCIÓN EN SEGUNDO NIVEL. ESPECIALIDADES
98.063 Consultas de especialistas en CCPP
45.0765 Consultas de especialistas en exterior
450 Consultas mediante telemedicina
(31-12-2012)
Especialidad
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II
Prisión y enfermedades
SANIDAD PENITENCIARIA.
ATENCIÓN EN SEGUNDO NIVEL. ESPECIALIDADES
Consultas
Internas
Externas
Odontología/Esto.
45.608
2.523
Psiquiatría
37.049
808
98
37.955
1.473
8.899
84
8.456
Cirugía
562
4.991
5.553
Óptico
4.958
80
5.038
Ginecología
3.262
1.084
4.346
Enfermed. Inf.
1.831
1.546
68
3.213
1.882
1.209
Digestivo
156
2.841
Dermatología
496
2.241
93
1.602
Traumatología
Oftalmología
Medicina Interna
Cardiología
Teleasistencia
Total
48.131
13
3.430
3.281
41
3.132
2.997
206
2.943
1.695
año
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II
Prisión y enfermedades
(otros datos)
casos
Casos nuevos
VIH 2003
12% de población interna
139
2012
6% de población interna
22
(21 H y 1 M)
Tuberculosis 2003
2012
172
89
Enfermedades de Gripe (4.180>)
información Hepatitis C (21)
epidemiológica Hepatitis B (6)
Hepatitis Delt (1)
Sarna (62)
Sífilis (58>)
Gonococia (1)
Varicela (10>)
Fallecidos
9
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II
Prisión y enfermedades
FALLECIMIENTOS
2012
Causa natural no VIH
Años anteriores
96 >
2007
202
31
2008
225
23 >
2009
224
Infección VIH/SIDA
9
2010
185
Accidentales
5
2011
149
Por agresión
-
Reacción adversa a drogas
Suicidio
Total
164
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Prisión y enfermedades
SANIDAD PENITENCIARIA. GASTOS FARMACÉUTICOS
Importe de la compra centralizada en 2011
35.261.434,86
Importe de la compra centralizada en 2012
27.153.839,63
(Supone una disminución del 22,90 %)
Antirretrovirales
26.107 (millares E.)
22.122
Neurolépticos
5.557
2.911
Hepatitis C
3.152
1.927
243.330
192.151
Vacunas (unid)
COSTE ANUAL DE UN PACIENTE CON TTO. RETROVIRAL
Pacientes en tratamiento retroviral
8.957 euros/año
2.579
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II
Prisión y enfermedades
PAIEM
¿Cuántos?
Estadística
¿Quiénes?
Perfil
¿Dónde? Programa
de Atención
Integral de
Enfermos
Mentales
en Prisión
Programa
Puente
de
Mediación
Social
¿Medios?
(Programa de Atención Integral de Enfermos Mentales en Prisión)
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II
Prisión y enfermedades
PAIEM
“ Pretende dar respuesta a las necesidades en materia de salud mental de la población
interna en centros penitenciarios. ..
Se trata de un programa global de atención a la enfermedad mental (PAIEM), que se
está implementando progresivamente en todos los establecimientos penitenciarios y
que recoge pautas de atención especializada hacia personas con algún tipo de trastorno
o patología mental, con especial hincapié en la práctica de actividades terapéuticas y
ocupacionales específicas”.
Fuente: web Ministerio del Interior. Secretaría General de Instituciones Penitenciarias
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II
Prisión y enfermedades
PAIEM
¿Quiénes?
Complejidad
Cronicidad
Presencia de factores sociales
Presencia de factores físicos
Consumo de drogas
Ausencia de formación
Carencia de hábitos sociales
Condenas desmesuradas
Fuente: datos de la evaluación PAIEM 2009-2013
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II
Prisión y enfermedades
PAIEM
Aportaciones
Aportaciones del PAIEM
Multiprofesionalidad
Equidad con los servicios comunitarios
Continuidad asistencial
Flexibilidad y disponibilidad de todos los recursos del CP
Tratamiento individualizado
Corresponsabilidad de los mandos del Establecimiento Penitenciario
Detección
Tratamiento en el módulo
Incorporación a la enfermería
Retorno a un módulo
Actividades enfocadas a la rehabilitación psicosocial
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II
Prisión y enfermedades
ACTIVIDADES
Programa de autocuidados
Actividades vida diaria (Hábitos)
Educación para la salud
Entrenamiento en habilidades sociales
Actividades cognitivas
Aceptación de la enfermedad
Técnicas de autocontrol
Preparación para la salida
Psicomotricidad
Y en todo ello, el personal de Pastoral Penitenciaria puede colaborar.
Agentes de la intervención
(PAIEM)
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II
Prisión y enfermedades
AGENTES
Entidades Sociales
Psicólogos
35,5 %
Educadores
30,6 %
Trabajadores Soc.
Asumen la funciones de Tutores
40%
8 %
Educador
65.5%
Psicólogo
62.8%
Trabajador/a Social
59.2%
Médico
53.5%
Enfermero
47.1%
No hay tutor
15.7%
(en el 30.6% de los CC no hay tutor de
los IA)
Intervención sistemática
con las familias
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II-. Prisión y enfermedades
ACTUACIONES
Actuaciones que se
realizan para facilitar la
derivación en
incorporación social
Telefónica
79 %
Encuentros programados
32,2 %
Aprovechamiento de los vis a vis
11,3 %
Sin intervención con las familias
17,7 %
Contactos con ONG (s)
Acreditaciones de minusvalía
Continuidad asistencial
Derivación a recurso ordinario de la
Comunidad
Prestaciones económicas
Formación
Implicación en la red social
Gestores de la derivación a la Comunidad
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II
Prisión y enfermedades
GESTORES DE DERIVACIÓN
ONG (s)
Trabajadores Sociales
Médicos
Psicólogos
Psiquiatras
Enfermeros
Educadores
Tratar, visualizar y derivar
a los internos con TMG que puedan ser
atendidos en Régimen Abierto.
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II
Prisión y enfermedades
Programa Puente de Mediación Social
De los 28 estados de la Unión Europea
tan solo 7 mantienen
un Programa Específico
de preparación para la salida de prisión de
reclusos con TMG.
Pretende establecer "un puente" entre
el tratamiento en prisión y la derivación a la sociedad,
mediante un programa que se desarrolle
durante la estancia del recluso en Régimen Abierto
(residiendo o dependiendo de un CIS)
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II
Prisión y enfermedades
Programa Puente de Mediación Social
Requiere la coordinación de:
Autoridades Judiciales
Servicios Sanitarios y Sociales de las Comunidades Autónomas.
Administración Penitenciaria.
Organizaciones no gubernamentales especializadas.
Colaboración de las familias de los internos.
Técnicas a utilizar:
Autonomía.
Inclusión.
Igualdad.
Normalización.
Individualización.
Trabajo en Equipo Multidisciplinar.
Coordinación Institucional.
Trabajo en Red.
Formación e Investigación.
Calidad.
Establecimiento en el programa de un PIR
(Programa Individualizado de Rehabilitación de Personas afectadas de Trastorno Mental Grave.)
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II
Prisión y enfermedades
Programa Puente de Mediación Social
Perfil del usuario:
Reclusos afectados por TMG.
Susceptibles de promoción desde Régimen Ordinario a Régimen Abierto.
Sufriendo discapacidad psíquica y social.
Voluntariedad.
No agresivos.
No drogadictos o alcohólicos y en su caso, en proceso de rehabilitación
positivo.
Recursos de personal.
Los propios de cada entidad.
(Incorpora la posibilidad de Internos de Apoyo en Salud Mental.)
(programas de intervención con drogodependientes)
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II
Prisión y enfermedades
PRISIÓN Y DROGODEPENDENCIA
El 79,7 % de las personas que ingresan en
prisión consume drogas
42 % Cocaína (Cocaína.- Heroína y
coca.- H y otras)
37,7 % Alcohol, cánnabis y/o
psicofármacos
20,3 % No consumen
Desestabilizados (física, psíquica, social)
Deterioro
Problemas : Escolares, laborales y familiares
Convivencia marginal.- prostitución.- tráfico
Asociación con: EM.- tuberculosis.- ETS.- Dermatolog.- Odontolog.- Situaciones carenciales
Verdadera patología dual (Droga y trastorno psíquico)
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II
Prisión y enfermedades
PRISIÓN Y DROGODEPENDENCIA
Programas
Programas
Programas sanitarios
Educación para la salud y
mediadores en salud
Prevención y control de la tuberculosis
Evitar compartir jeringuillas
Prevención de sobredosis
Prevención y control de VIH
Intercambio de jeringuillas y
distribución de papel de aluminio
(12,8 %/2003 a 6 %/2012)
Prevención y control de la Hepatitis C
(38,9 %/2002 a 22%/2012)
Tratamientos con metadona
(21,819/2002 a 11.637/2012)
Deshabituación
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II
Prisión y enfermedades
PRISIÓN Y DROGODEPENDENCIA
Programas
Desintoxicación: Tratamientos farmacológicos (metadona, naltrexona, medicación
psiquiátrica)
Actividades terapéuticas
Deshabituación ambulatoria (Centro de Día)
Módulos Terapéuticos (Unidades Terapéuticas Educativas)
Comunidades Terapéuticas Intrapenitenciarias (Al II. CO. M III. M V. Ou. V.)
Módulos terapéuticos compactados. (Albolote, Alcazar, Algeciras, Herrera, Huelva, La
Moraleja, Palma de Mallorca, Segovia y Topas )
Tratamientos diarios : 26.867 internos
Derivación por libertad o tercer grado: 5.996 internos (Centros de dispensación de
metadona, ambulatorios, comunidad terapéutica, centro de día, pisos de inserción
social.)
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III
Patologías en el medio penitenciario
La Voluntariedad del Tratamiento
Orientación, apoyo, estímulos
Los habituales del delito
Otra vez….
Déjeme en paz…
La reinserción es mas veloz y no la alcanzo
La licenciatura de patio
(programa privilegiado)
No hacer nada…situación imposible.
“No me dan nada…”
“Aquí no se puede hacer nada…”
Los “mercados” la bolsa carcelaria
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III
Patologías en el medio penitenciario
Todo puede ser mercado
“Corros bursátiles carcelarios”
Droga
Productos prohibidos
Sexo
Servicios (Machaquillas y rutinas)
Interventores (Protección y pinchos)
Depositarios (de cuanto está prohibido)
Ropa guapa
Aventura y ficción
Banca y joyas
Agentes del crédito
Timbas de juego
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III
Patologías en el medio penitenciario
El letargo carcelario
Que se pare el mundo los años de la condena
El patio
Pasear y ver la tele
(Todo un mundo por descubrir)
La celda
Dormir y ver la tele
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III
Patologías en el medio penitenciario
Presencia de las familias
Prototipos de Familias: amorfas, nocivas y colaboradoras
La frustración en la comunicación: las salidas en falso; “no vinieron”
En el lugar de la familia
El teléfono
Las comunicaciones epistolares.
Necesariamente, hacia otros modos de comunicación.
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Muchas gracias
Boletín Puente - Anexo Formación nº 87
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Libros y revistas
de interés penitenciario
Boletín Puente - Anexo Formación nº 87
Área Religiosa - Departamento de Pastoral Penitenciaria CEPS
(Contenidos en página siguiente)
Boletín Puente - Anexo Formación nº 87
Área Religiosa - Departamento de Pastoral Penitenciaria CEPS
PRÓLOGO
9
CONFERENCIAS
La resocialización. ]. R. Serrano-Piedecasas
13
El mito de la resocialización. José Luis Segovia Bernabé
27
La cárcel como depósito de personas socialmente excluidas. César Manzanos Bilbao
41
COMUNICACIONES
Consecuencias de la interpretación restrictiva de la obligación de informar a las víctimas de
violencia de género de la situación penitenciaria del agresor. Javier Óscar Fernández Cucó
63
Justicia restaurativa y gestión positiva de conflictos en Centros Penitenciarios. Sonia Gruben
Burmeister
73
Aproximación al debate en relación a las previsiones habilitantes de la mediación víctimavictimario en el marco penitenciario Cristina Alonso Salgada
87
Los permisos ordinarios como elemento clave del tratamiento penitenciario José Carlos Bautista
Varillas
99
El derecho a la educación en el medio penitenciario Cristina Ventura Alameda
109
Las variables de riesgo en la concesión de permisos ordinarios de salida. Julio Fernández
Carda
125
Factores predictores de riesgo en los agresores violentos encarcelados. Laura Navarro Serra
137
Preguntas-respuestas e interrogantes del hospital psiquiátrico penitenciario de Sevilla
Elena Fernández Gordillo - Sergio Ruiz Arias - Julián Vicente Bernal
151
La psicopatía en la teoría correccionalista de la pena. Laura Pascual Matellán
161
La enfermedad mental y la prisión: una cruda realidad sin solución aparente. Ana Isabel
Carda Mate
173
Tipología del delito: reincidencia y antecedentes psiquiátricos familiares. Jaime González
González - Marta Rodríguez Hernández - Beatriz Rodríguez Martín- Dulce Romero Ayuso - Carmen
Zabala Baños
185
Rasgos de personalidad en prisión y tipología del delito. Clara Maestre Miquel - Manuela
Martínez Lorca - Marta Rodríguez Hernández - Carmen Zabala Baños
193
Salud mental y prisión: la perspectiva de los voluntarios en prisión. Miriam Ordóñez
Domínguez
201
Un sistema penal globalizado. Beatriz Andrés Regalado
209
La radio en los centros penitenciarios. La construcción de un espacio de convivencia. José
María Merchán Bermejo - Antonio José Moreira Monteiro
217
Cárcel y familia: estudio desde una perspectiva de género. Beatriz Hernández Martín
225
Más allá de los colectivos especialmente vulnerables: situaciones vitales especialmente
vulnerables. Miryam Carretero Trigo
235
Aproximación metodológica a la intervención en salud con jóvenes. Rosa Delgado Pascual
253
Extranjeros en prisión: principio de igualdad y no discriminación. Lourdes Navarro Flores
261
Discapacidad intelectual en la cárcel, ¿paradoja de la inclusión social? Clarisa Ramos Feijóo
271
CONCLUSIONES
283
Boletín Puente - Anexo Formación nº 87
Área Religiosa - Departamento de Pastoral Penitenciaria CEPS
Actividades próximo
trimestre
ENERO
L
5
12
19
26
M
6
13
20
27
FEBRERO
Mx
J
V
S
D
7
14
21
28
1
8
15
22
29
2
9
16
23
30
3
10
17
24
31
4
11
18
25
L
2
9
16
23
M
3
10
17
24
10-12
Mx
4
11
18
25
J
5
12
19
26
V
6
13
20
27
MARZO
S
7
14
21
28
XXVII JORNADAS
CAPELLANES
D
1
8
15
22
L
M
Mx
J
V
S
D
2
9
16
23
30
3
10
17
24
31
4
11
18
25
5
12
19
26
6
13
20
27
7
14
21
28
1
8
15
22
29
05-07
XVII ENCUENTRO
ÁREA SOCIAL
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