A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 11 de diciembre de 2013, habiéndose dispuesto en el establecido, Acuerdo 2078, de conformidad que deberá con lo observarse el siguiente orden de votación: doctores Negri, Genoud, Soria, de Lázzari, Hitters, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia pronunciar sentencia "Vatrella, Antonio Argentina S.A.I.C.'. en definitiva José acuerdo en la contra Accidente ordinario causa L. para 107.804, 'Bridgestone/Firestone de trabajo - Acción especial". A N T E C E D E N T E S El Tribunal de Trabajo nº 4 del Departamento Judicial Lomas de Zamora hizo lugar a la acción deducida, imponiendo las costas del modo que especificó (v. fs. 240/246). La parte demandada interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (v. fs. 255/259), concedido por el citado tribunal a fs. 322/323. Dictada la providencia de autos a fs. 331 y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado inaplicabilidad de ley? el recurso extraordinario de V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: I. El tribunal de grado hizo lugar a la demanda que José Antonio "Bridgestone/Firestone cual le había Vatrella Argentina reclamado el promovió S.A.I.C.", pago de una contra mediante la indemnización integral -con sustento en las normas del derecho común- por la incapacidad derivada de las enfermedades que contrajo a consecuencia de las tareas desempeñadas para su empleadora durante el transcurso del vínculo laboral. Para así resolver, tuvo por acreditado en el veredicto que el actor padece una afección generalizada de la columna vertebral, disminución de la audición y pterigion en ambos ojos, que le ocasionan una incapacidad equivalente al 23,5% del índice de la total obrera (v. fs. 240 vta.). Mediante constitutivos confesional de del la la interpretación litis, actor y la la de los valoración testimonial de escritos la recibida prueba en la audiencia de vista de la causa, juzgó comprobado que la movilización y traslación de elementos pesados provocaron esfuerzos capaces de causar los daños registrados en la salud del ambiental accionante, y la como existencia así de también polvillo el ruido ambiente fabril al que estuvo expuesto durante más de veinte años (v. fs. 240 vta.). Indicó, asimismo, que se hallaba probada la titularidad del dominio de las cosas riesgosas en cabeza de "Bridgestone/Firestone Argentina S.A.I.C.", sin que, para más, se hubiera producido prueba que permitiera ponderar la eventual responsabilidad del accionante o la incidencia de otros factores causales, ni se aportaron exámenes de ingreso, periódicos o contemporáneos al egreso (v. fs. 240 vta. in fine/241). En la sentencia determinó la existencia de los presupuestos de la responsabilidad civil objetiva de la empleadora (conf. art. 1113 del Cód. Civ.), toda vez que -señaló- el daño ocasionado al trabajador derivó del riesgo de las cosas de su propiedad, sin que mediara culpa de la víctima (v. fs. 242). Por último, y teniendo en consideración la naturaleza de la acción, estimó prudente fijar las sumas de $ 70.376,37 y de $ 14.075,27 en concepto de daños patrimonial y moral (v. fs. 242 vta. in fine). Asimismo, y toda vez que el "evento dañoso" se encuentra entre las contingencias cubiertas por el régimen previsto en la ley 24.557 (conf. art. 6), determinó el monto por el cual debía responder la aseguradora de riesgos del trabajo -en el caso, "Consolidar A.R.T. S.A."- citada al proceso como tercero (v. fs. 243 vta.). Con todo, "Bridgestone/Firestone dispuso Argentina condenar S.A.I.C." a a abonar a Vatrella el importe de $ 44.277,50, resultante de deducir del total de $ 84.451,65, determinado en concepto de daños material y moral, la suma de $ 40.174,15 en concepto de prestación por incapacidad permanente a cargo de la mencionada aseguradora de riesgos del trabajo (v. fs. 245 y vta.). II. legitimada Contra pasiva dicho pronunciamiento mediante recurso se alza la extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que denuncia la violación de los arts. 44 inc. "e" y 47 de la ley 11.653; 421 del Código Procesal Civil y Comercial; 1113 del Código Civil y doctrina legal que identifica. Inicialmente sostiene que la decisión plasmada por el a quo en el pronunciamiento es absurda porque ha omitido individualizar cuáles fueron las cosas cuyo riesgo o vicio generaron la incapacidad del actor, deficiencia que conduce, además, a la imposibilidad de tener por acreditada la existencia de nexo causal entre éstas y las enfermedades que padece. Argumenta que si bien se ha tenido por comprobada la realización de esfuerzos físicos por parte del accionante en la realización de sus tareas, como así también la presencia de ruido y polvillo industrial en el ambiente de trabajo, los jueces de grado no identificaron los elementos probatorios sobre cuya base arribaron a esa conclusión. Alega que los magistrados incurrieron en el absurdo de considerar como prueba a favor de los hechos invocados esgrimiera por en el actor los oportunidad propios de ser dichos interrogado que por éste el tribunal, señalando, en ese sentido, que en ningún caso puede adoptarse el criterio de que las manifestaciones de parte puedan favorecer a quienes las expresan, pues, por el contrario, sólo valen en cuanto los perjudiquen como confesión. Aduce que, en el fallo, tampoco se individualizaron los elementos de juicio considerados para determinar la cuantía del resarcimiento a fin de garantizar un eventual control de legalidad, certeza y razonabilidad de lo resuelto. Finalmente, sostiene que la decisión de mérito es violatoria de la doctrina que este Tribunal ha establecido a partir del precedente L. 80.735, "Abaca", sent. del 7III-2005, toda vez que se condenó a "Bridgestone/Firestone Argentina S.A.I.C." a la reparación integral del daño sin efectuar el cotejo o comparación que allí se ordena, ni se ha declarado eventualmente la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557. III. El recurso no prospera. 1. Para brindar respuesta al agravio que inicia la réplica, habré de manifestar que, de conformidad con consolidada material -como doctrina de probatorio la este Tribunal, aportado determinación por de las la el análisis partes al concurrencia del proceso de los presupuestos que tornan viable la procedencia de la acción de daños y perjuicios deducida en los términos del art. 1113 del Código Civil- constituyen facultades privativas de los jueces de mérito, y las conclusiones que con arreglo a ellas éstos formulen no son extraordinaria, salvo eficazmente existencia la que revisables se de en invoque absurdo y la se (conf. instancia demuestre causas L. 99.420, "A. G., E. R.", sent. del 29-IX-2010; L. 90.803, "Solís", sent. del 7-X-2009; L. 95.476, "Mendoza", sent. del 26-XI-2008; L. 88.332, "Brusa", sent. del 25-IV-2007; L. 90.567, "B., T.", sent. del 9-VIII-2006; L. 80.086, "Esains", sent. del 1-IV-2004; L. 76.972, "Meyer", sent. del 21-V-2003; entre muchas). Como así también lo es determinar si existe relación causal o concausal entre las tareas realizadas por el trabajador y la consecuente incapacidad que pueden originar (conf. causas L. 95.261, "Villalba", sent. del 25III-2009; L. 91.388, "Ortiz", sent. del 16-IV-2008; L. 89.956, "Weber", sent. del 12-XII-2007; L. 85.832, "T., E.", sent. del 5-IV-2006). En el caso, el recurso insuficiente para endilga pronunciamiento, al consideración conclusión que que demostrar el se la bajo extrema máxime examen resulta anomalía si se tribunal sentenciante impugna sobre la que tiene arribó base a de le en la la interpretación de los escritos constitutivos del proceso y la valoración integral de la prueba incorporada a la causa, esto es, de la pericia médica, de la confesional del actor y de los dichos brindados por los testigos en la audiencia de vista de la causa. Como lo anticipé, el juzgador definió en el veredicto que, conforme los términos de la demanda y del responde y, más circunstanciadamente, con las creíbles manifestaciones del actor y la testimonial recibida, debía tenerse por movilización acreditado y el traslación evento de dañoso elementos mediado por pesados que provocaron esfuerzos capaces de causar los daños que se registran, ruido fabril y existencia de polvillo ambiente, considerando la exposición del trabajador durante más de veinte años, como así también la titularidad del dominio de las cosas riesgosas en cabeza de "Bridgestone/Firestone de Argentina S.A.I.C.", sin que se haya producido prueba que permita ponderar la eventual responsabilidad de quien acciona o la incidencia de otros factores causales, ni se hayan aportado exámenes de ingreso, periódicos o contemporáneos al egreso (v. fs. 240 vta./241). En la sentencia, el órgano jurisdiccional de grado se detuvo a señalar que las cosas agresoras, con sus características de volumen, peso y número, mediadas por la portación y el desplazamiento, la existencia de ruido industrial y polvillo ambiente y la naturaleza y extensión de las secuelas y su incidencia en la capacidad laboral del demandante fueron plenamente acreditadas (v. fs. 242). La cosa riesgosa propiedad de la demandada fue minuciosamente precisada por el actor en su escrito de inicio -a cuya descripción acudió el a quo para definir este aspecto de la contienda-, quien, entre otras consideraciones, allí manifestó que: "... debía reparar los desperfectos mecánicos en toda la maquinaria que utilizaba la empleadora y en especial, las máquinas de armado de cubiertas reductores chicas de y grandes"; velocidad, "... bombas, trasladar aparejos motores, eléctricos, piñones, cadenas, etc., desde el lugar donde se encuentran instalados hasta el taller de reparación, elementos los indicados que oscilan entre 5 y 300 kilogramos de peso, razón por la cual el accionante los transportaba mediante la utilización de carros de cuatro ruedas, empujados por el propio operario"; "... utilizar escalera para acceder a los sitios donde debía efectuar reparaciones de altura, trasladándola de un lugar a otro de la planta en forma manual e individual"; "... realizar los cambios de medidas de moldes que se utilizaban en la máquina de armado de cubiertas y cambio de tambores. En la parte de cubiertas de tractor o transporte, el trabajo es pesado porque los tambores son de grandes dimensiones y para sacarlos hay que tironearlos vinculación, del eje..."; la demandada "En los proveyó últimos al años de la establecimiento de máquinas denominadas KB o MODULOS. Estas máquinas tienen unos elementos que se denominan frisos, que son para armar cubiertas de 13, 14, 15 y 16 pulgadas, que son muy pesados. Estos objetos debía el actor manipularlos, levantarlos de una carreta, sacarlos y colocarlos en el eje" (v. dem., fs. 28 vta./29 vta.). Lo expuesto permite nítidamente corroborar el desacierto que evidencian las alegaciones que nutren el aspecto de la queja que aquí se analiza, pues, afincadas sustancialmente en la denuncia de configuración del vicio de absurdo por conducto de la invocada falta de individualización de las cosas propiedad de la demandada, cuyo riesgo o vicio hubiese generado la minusvalía que padece el accionante -como así también de los elementos de prueba que tuvo en cuenta el órgano jurisdiccional de grado para determinar la existencia de esfuerzos físicos, ruido y polvillo ambiental- sólo revelan un notorio apartamiento de los argumentos esgrimidos por el sentenciante que constituyeron el núcleo central de su decisión. En suma, la réplica se limita a expresar el criterio discrepante del recurrente con la valoración que de las pruebas realizó el tribunal a quo, pretendiendo -esencialmente- hacer prevalecer su opinión sobre la del juzgador en lo que atañe a sus facultades –privativas, por cierto- de selección, jerarquización e interpretación de los elementos inapropiado causas L. para 96.707, probatorios, evidenciar "De el método este absurdo Cenarriaga", totalmente alegado sent. del (conf. 26-VIII- 2009; L. 89.586, "Gatica", sent. del 11-VI-2008; entre otras). 2. No corre mejor suerte la crítica destinada a censurar el importe que el tribunal de trabajo fijó en concepto de reparación integral. Tiene dicho esta Corte que en la tarea de determinación del quantum indemnizatorio, los magistrados de la instancia de origen gozan de amplias atribuciones y lo que al respecto resuelvan no es susceptible de revisión en esta sede extraordinaria, salvo cuando no sean ejercidas con la necesaria prudencia y el grado razonable de acierto que debe imperar en todo pronunciamiento judicial, es decir, en el supuesto de absurdo (conf. causas L. 82.917, "Cepeda", sent. del 1-IV-2004; L. 76.974, "Vallejos", sent. del 17-XII-2003; L. 60.153, "Consigli", sent. del 15-IV1997; entre otras). El planteo del recurrente se inscribe en un contexto definido por la ausencia de cabal demostración del mencionado exhibe la vicio, toda intención de vez que la disputarle réplica al sólo tribunal sentenciante el ejercicio de una facultad inherente de la judicatura. Cabe advertir que para calcular la indemnización debida al trabajador en concepto de daños materiales y morales, el tribunal expuso los datos que a tales fines consideraba aptitudes pertinentes: laborales la perdidas edad y del la trabajador, incidencia de las las patologías en su salud y en la vida de relación, el salario que percibía, su grado de incapacidad, valorando también los años faltantes para alcanzar la edad exigida para obtener el beneficio de jubilación ordinaria máxima y una tasa anual de interés puro del orden del 6% (v. sent., fs. 242 vta. in fine/243). A tenor de dichos elementos de juicio, detalló la formulación o emplear el en componentes. método caso Arribó de e cálculo que juzgó individualizó cada así al resultado correspondía uno de numérico sus que constituyó el monto indemnizatorio en cuestión. Lo anterior indica que, más allá de que pueda o no compartirse el método del que se valió el a quo para computar el cuestionado quantum, lejos se encuentra de poder ser considerado irrazonable o ilógico, toda vez que fue elaborado a partir de los hechos principales acreditados en la causa y conforme parámetros aceptados genéricamente por tribunales laborales de distintas jurisdicciones. 3. La argumentación que porta la queja a fs. 258 último párrafo, en cuanto allí se manifiesta que "... no es admisible que se imponga a mi parte una condena a indemnizar sobre enfermedades que no causan responsabilidad según el decreto 658/96, ni según el art. 6 de la ley 24.557, debiendo además demostrarse la insuficiencia de la reparación dentro del sistema de dicha ley", no resulta apta como eficaz propuesta de impugnación, pues la crítica así plasmada no excede el registro de una afirmación meramente dogmática, en tanto se ha omitido el desarrollado de argumentos que respalden el agravio. 4. Por otra parte, y sin perjuicio del evidente descuido en que incurrió el tribunal de trabajo al condenar a la parte demandada a la reparación integral del daño en los tratamiento al términos planteo del de derecho común sin inconstitucionalidad brindar que del art. 39 de la ley 24.557 formulara el actor en su escrito de inicio, advierto que tal defección no autoriza a descalificar al pronunciamiento de grado como acto jurisdiccional válido. Ya he expresado que la falta de equivalencia matemática con el sistema implementado por la ley 24.557 no es, por limitación sí sola, que demostrativa establece el de art. 39 discriminación. La de se esa ley no circunscribe a una ecuación de tal naturaleza, sino lisa y llanamente a la cancelación del derecho de los damnificados a la reparación del daño, así como a su integralidad, aun en los supuestos de responsabilidad extracontractual por comportamientos indisimulable ilícitos la constitucionales del conculcación (ver mi voto empleador, de en resultando expresas la causa garantías L. 87.204, "Romero", sent. del 18-IV-2001). a. En efecto, en numerosos antecedentes he considerado que la limitación al acceso a la vía civil, tanto para el trabajador como para sus derechohabientes en aquellos casos que no están previstos como excepción, esto es, los supuestos de responsabilidad objetiva y subjetiva no proveniente de dolo, deriva en un distingo inaceptable entre aquéllos y cualquier otro habitante de la Nación respecto de los terceros que lo dañan y perjudican. La atribución de responsabilidad civil genérica que puede ser invocada por cualquier persona que sufra un perjuicio patrimonial, no puede ni debe serle negada al trabajador ni a sus derechohabientes, pues ello establece una inaceptable distinción frente a los iguales en igualdad de circunstancias (art. 16, Const. nac.), infringiendo, además, el derecho de propiedad y de libre acceso a la justicia (arts. 17, 18 y 19 de la Const. nac. y 15 de la Const. prov.), así como los distintos tratados con nivel constitucional incorporados conforme el art. 75 inc. 22 de la Constitución nacional. La circunstancia de mediar un vínculo contractual entre el responsable y la víctima del daño no constituye un elemento que habilite la consagración de una desigualdad de tal naturaleza y reparación frente a otra víctima o un tercero productor del daño. Una diferencia de trato no debe ser arbitraria y cabe calificar de dicho modo la que sólo reconoce como origen la previsibilidad de los costos del sistema y desatiende los fundamentos de la real y efectiva responsabilidad en la producción y consecuente reparación del daño con respecto al principio constitucional del alterum non laedere (art. 19, Const. nac.). La garantía de igualdad ante la ley, que consagran los arts. 11 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires y 16 de la Constitución nacional, no supone una igualdad aritmética o absoluta, sino la igualdad de tratamiento frente a iguales situaciones o circunstancias. Y una particular distinción respecto de los trabajadores en especial, debiera ser, en todo caso, en favor de aquéllos en armonía con el principio protectorio en el derecho del trabajo (art. 14 bis, Const. nac.). En modo alguno, entonces, puede aceptarse en nuestro régimen constitucional y legal -como se cristaliza en la norma en análisis- que se disminuyan en su perjuicio derechos con relación a los que gozan en igualdad de condiciones el resto de los habitantes del país (conf. causas I. 1541, "Bernal de Palacio", sent. del 29-XII-1998; I. 1517, "Lactona S.A.", sent. del 27-VI1995; I. 1248, "Sancho", sent. del 15-V-1990). Al eximir a los empleadores de toda responsabilidad civil frente a sus trabajadores y a los derechohabientes (con la sola excepción del supuesto previsto en el art. 1072 del Cód. Civ.) se consagra una acepción de personas, sólo por su modo de participación en el proceso productivo, con franca transgresión del principio de igualdad ante la ley (art. 16, Const. nac.). Desde una perspectiva de alteridad, esta acepción importa, simétricamente, una intolerable discriminación negativa al impedirle al trabajador acceder, por su sola condición de tal, a una vía de reparación abierta para "... todos los que habitan el territorio de la República, sean ciudadanos o extranjeros, domiciliados o transeúntes" (art. 1 del Cód. Civ.). La igualdad exige el mismo tratamiento a quienes se encuentran en idénticas circunstancias, de manera que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo que se les concede a otros en igualdad de condiciones. La señalada discriminación en que incurre el art. 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo en desmedro de los derechos del trabajador respecto de los demás habitantes del país, se consuma incluso respecto a los empleadores no asegurados que sólo responderán ante el dependiente dañado por eventuales incumplimientos en materia de seguridad e higiene, y aun cuando deriven de culpa o negligencia, por las prestaciones contenidas en la ley (art. 28 ap. 1, ley 24.557). Todo lo expuesto desvirtúa las alegaciones en orden a la justificación de tal distinción, con sustento en la eventual garantía de las prestaciones contenidas en la ley, así como a la inmediatez de su percepción. Los argumentos que puedan desarrollarse en abstracto para pretender sustentar la señalada distinción -dirigidos todos a la previsibilidad económica que tuvo como finalidad el sistema cerrado y excluyente creado por la ley- no determinación constituyen frente a fundamento otras normas adecuado de de superior tal nivel jerárquico, como son las de las constituciones nacional y provincial antes citadas. Resulta inaceptable privar de reparación a los trabajadores que hubieren sufrido un daño derivado del riesgo o vicio de las cosas o de culpa o negligencia de quien, encuadrando genérica que en impone las el disposiciones resarcimiento de de la normativa los daños y perjuicios ocasionados por responsabilidad extracontractual, queda eximido de la misma por el hecho de ser el empleador de la víctima. Tampoco es argumento válido en tal sentido la atribución legislativa en orden a la fijación de la política más conveniente a los intereses de la comunidad global. En todo caso, la política implementada no puede ser irrazonable ni alterar o suprimir los principios, derechos y garantías reconocidos por la Constitución nacional (art. 28, Const. nac.). Y si bien la implementación de políticas orientadas a lograr determinados resultados económicos o sociales constituye una atribución legislativa, es en cambio facultad del Poder Judicial el control de su validez constitucional que no incluye el examen de su necesidad, conveniencia o eficacia, o el acierto del legislador en el ámbito de sus atribuciones, sino que se enmarca, como en el caso, en el estricto examen del contenido de las a la previsiones establecidas en la norma. Debe señalarse, asimismo, respecto razonabilidad examinada, que en el sistema de la ley el incumplimiento del empleador con el plan de mejoramiento instrumentado para la prevención de los riesgos del trabajo, trae como consecuencia una sanción pecuniaria en favor del fondo de garantía previsto por la ley (art. 5 ap. 1, ley 24.557), responsabilidad pero adicional no en genera beneficio ningún del tipo de trabajador, eventual víctima del daño producido como consecuencia de dicho incumplimiento. El derecho excluye radicalmente la posibilidad de sacrificar a un hombre o a un conjunto de hombres para la consecución de fines de otros hombres o grupos. No es posible un bien común que no se encuentre apoyado en el respeto al hombre -a todos los hombres-. El distingo establecido en la norma en análisis tiene en vista en lugar del bien común, el privilegio de un grupo, lo que permite que la arbitrariedad se exprese como criterio de gobierno. b. Concluyo entonces que la limitación impuesta por el art. 39 de la ley 24.557 vulnera expresas normas constitucionales como la de igualdad ante la ley, propiedad y libre acceso a la justicia, consagradas específicamente a través de los arts. 14 bis, 16, 17, 18, 19, 28 y pactos incorporados por los arts. 75 inc. 22 de la Constitución nacional y 15 de la Constitución provincial. Mediando estas circunstancias, y en orden a los principios que desde su identificación autónoma han definido al derecho laboral (Palacios, Alfredo L., "El Nuevo Derecho", capítulos I y II, Claridad, Buenos Aires, 1960), corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557 y decidir que resulta inaplicable en la especie. 5. Por lo demás, no deviene idónea la afirmación del compareciente en el sentido de que se verifican en la especie los presupuestos para que esta Corte disponga la anulación oficiosa del fallo atacado (v. rec., fs. 257 vta.), desde que, como reiteradamente se ha sostenido, la anulación de oficio constituye una facultad exclusiva y excluyente de la Suprema Corte establecida en resguardo de las formas sustanciales del juicio, cuando las falencias de que adolece el pronunciamiento lo descalifican como acto jurisdiccional válido, imposibilitando el ejercicio de la facultad revisora, sin que asista a las partes la atribución de efectuar un planteo de esa naturaleza en el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (conf. causas L. 91.352, "Diarte", sent. del 28-V-2010; L. 83.450, "Sittner", sent. del 22-XII-2008; L. 87.372, "Antonini", sent. del 7-III-2007; entre muchas otras). IV. Por lo expuesto, corresponde rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido, con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud dijo: I. Adhiero a la solución que propone el colega doctor Negri, a excepción de lo manifestado en el punto III ap. 4 de su voto. Entiendo que, en virtud de los lineamientos que definen la doctrina legal en vigencia, corresponde a esta Suprema Corte suplir la deficiencia en que incurriera el tribunal de grado y efectuar el control de constitucionalidad requerido en relación al art. 39 de la ley 24.557. 1. En la sentencia, el a quo resolvió condenar a la demandada -en los términos del derecho común- a reparar integralmente el daño ocasionado en la salud del actor sin resolver el planteo de inconstitucionalidad de la referida norma formulado por este último en el escrito de demanda (v. fs. 12 vta./24). En tales condiciones, cabe señalar que debió el tribunal del trabajo -como resulta menester, de conformidad con la doctrina legal que esta Suprema Corte estableciera en la causa L. 81.826, "Yaman", sent. del 11-V-2005- efectuar el cotejo o comparación entre las prestaciones previstas en la ley 24.557 y la suma que presupuestó como adecuada para reparar integralmente (al amparo del sistema de responsabilidad del Cód. Civ.) los daños que -según se acreditó en conclusión inconmovible- padeció José Antonio Vetrella como consecuencia de las dolencias causalmente derivadas del trabajo. No obstante circunstancias que la incorrección tuvo en señalada, cuenta dicho las órgano jurisdiccional para delimitar la extensión cualitativa y cuantitativa del resarcimiento que correspondía otorgar al actor, son suficientes para declarar aquí la invalidez constitucional del art. 39 de la ley 24.557 y, al cabo, confirmar el fallo de "Bridgestone/Firestone grado Argentina en cuanto S.A.I.C." condenó a pagar a una indemnización integral por aplicación de las normas del derecho común y a "Consolidar A.R.T. S.A." a responder hasta el límite de las prestaciones previstas en la ley 24.557. 2.a. En efecto, el juzgador tuvo por demostrada la existencia de relación causal entre las tareas desempeñadas por el accionante y las dolencias que padece, las que -señaló- le provocan una incapacidad del 23,5% de la total obrera (v. fs. 240). Entendió que la responsabilidad de la parte demandada era de carácter objetivo -conf. art. 1113 del Código Civil- en tanto y en cuanto derivaba del riesgo de las cosas de su propiedad, de las cuales se valió el trabajador para realizar sus tareas (v. fs. 242). Por último, calculó en la suma de $ 84.451,64 la indemnización que -de conformidad al sistema resarcitorio del Código Civil- correspondía obtener el actor en concepto de reparación por los daños materiales ($ 70.376,37) y morales ($ 14.075,27) y ordenó descontar de dicho monto el importe que estableció a cargo de "Consolidar A.R.T. S.A." en concepto parcial -$ de prestación 40.174,15-, por incapacidad valiéndose para permanente ello de las prescripciones previstas en los arts. 6, 14 inc. 2 ap. "a", 15 y concs. de la ley 24.557 (v. fs. 242 vta./245 vta.). b. Lo expuesto demuestra que existe en autos una infraestructura fáctica que permite verificar, sin mayores dificultades, el agravio de base constitucional que la aplicación de la ley 24.557 ocasiona al trabajador dañado, aquí accionante. En efecto, desde el punto de vista cuantitativo, una mera comparación aritmética torna evidente que, en la especie, queda demostrada la notoria insuficiencia reparatoria de la ley especial para resarcir adecuadamente las consecuencias dañosas causalmente imputables a la accionada. Lo dicho bastaría, sin más, para demostrar el grave perjuicio que la norma impugnada provoca al señor Vatrella. Pero, además, desde el punto de vista cualitativo, hay una subespecie del daño resarcible (el de contenido moral) que, según quedó demostrado en el fallo de grado en conclusión firme, el accionante ha sufrido como consecuencia de las dolencias que porta, cuya reparación es completamente ignorada en la ley 24.557, cuerpo legal que -como con claridad lo ha puesto de manifiesto la Corte nacional y también lo ha receptado este Tribunal- no admite reparación por ningún otro daño que no sea la pérdida de capacidad de ganancias del trabajador, la cual, a su vez, resulta conmensurable de manera restringida (conf. C.S.J.N, en "Aquino c/ Cargo", sent. del 21-IX-2004, consid. 6º del voto de los jueces Petracchi y Zaffaroni; consid. 9º del voto de los jueces Belluscio y Maqueda; consid. 4° del voto del Juez Boggiano; consid. 11º del voto de la Jueza Highton de Nolasco; esta Corte en la causa L. 81.826, "Yaman", cit., entre otras). Luego, al verificarse -como ocurrió en el caso, tras el análisis de las pruebas conducentes- que una de las facetas del daño resarcible ha quedado sin reparar, la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557 ha de imponerse para garantizar la supremacía constitucional (conf. causas L. 84.882, "Barbusano", sent. del 9-V-2007; L. 81.826, "Yaman", cit.). 3. Con arreglo a los lineamientos antes señalados, no tengo dudas que la aplicación de la cláusula de eximición de la responsabilidad civil del empleador consagrada en el art. 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo se torna, en la especie, inconstitucional, pues obstruye todo acceso trabajador a una ante reparación la de insuficiencia carácter que en integral al materia de prestaciones establece el régimen de la ley 24.557 en el caso del actor. Incumpliéndose entonces con la finalidad reparadora afirmada en los postulados del art. 1 ap. 2 "b" de dicho cuerpo legal, con transgresión del principio protectorio contenido en el art. 14 bis de la Constitución nacional y el derecho de propiedad consagrado en el art. 17 de la arts. citada 25.1 de Carta la Magna, y Declaración quebrantándose Universal de también los los Derechos Humanos y 21.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Por tales razones debe caer el valladar impuesto por la norma en cuanto prescribe que las prestaciones de la ley eximen al empleador de responsabilidad civil, pues, conforme ha sido declarado por este Tribunal, el reemplazo del sistema de responsabilidad contenido en el Código Civil por un régimen especial sólo puede ser constitucionalmente válido en tanto el mismo contenga, como mínimo, análogos alcances al sistema reparatorio del derecho común (conf. causa L. 81.826, "Yaman", cit.). II. negativa. Con los alcances indicados, voto por la A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1. El recurso no prospera. a. De un lado, adhiero a lo expresado por el doctor Negri en el punto III aps. 1 y 2 de su voto. b. Del otro, por los motivos expuestos por el doctor Genoud en el punto I aps. 1, 2.a y 2.b, primero a tercer párrafo -que estimo suficientes a los fines de dar respuesta a conclusión los de mi inconstitucionalidad agravios planteados-, distinguido en el caso colega del en art. comparto la torno a la la ley 39 de 24.557. 2. Con el alcance expuesto, voto por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: Remitiendo pronunciar mi voto a en los la fundamentos causa L. que 86.771, diera "Otranto al de Montenegro", sent. del 24-VIII-2005, he de acompañar el pronunciamiento del doctor Genoud, en cuanto a los alcances y sentido de la declaración de inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557. En cuanto a los restantes agravios, los fundamentos que nutren el sufragio del doctor Negri resultan suficientes para rechazarlos. Con tales alcances, voto por la negativa. El señor Juez doctor Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Genoud, votó también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído; con costas (art. 289, C.P.C.C.). Regístrese, notifíquese y devuélvase. HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA LUIS ESTEBAN GENOUD JUAN CARLOS HITTERS EDUARDO NESTOR DE LAZZARI GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario gw