Descolonización de Puerto Rico en el siglo XXI

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(BORRADOR-DRAFT)
DESCOLONIZANDO A PUERTO RICO EN EL SIGLO XXI:
LA OPCIÃ N ESPAÃ OLA
BA-Historia, UPR-Recinto de Mayaguez
I. Introducción
Puerto Rico ha sido llamada la colonia mas antigua del mundo. Después de 500 años de gobierno
colonial, primero español y luego estadounidense, la isla entra al nuevo milenio todavÃ−a buscando como
definir su identidad polÃ−tica y nacional, en un entorno caracterizado por la falta de consenso interno, y sin la
metrópolis sentir necesidad o interés en lograr una resolución final al problema del estatus. La
confluencia de una serie de eventos y transformaciones en el ámbito internacional, al igual que en Puerto
Rico, abren la posibilidad para una fórmula alternativa para lograr la descolonización de Puerto Rico: la
opción española, o la reincorporación de la isla al Reino de España como Comunidad Autónoma.
Regida por España desde el siglo XVI, Puerto Rico pasa a manos de los Estados Unidos en 1898 de acuerdo
con los términos del Tratado de ParÃ−s, documento que pone fin a la Guerra Hispano-Americana. La
administración estadounidense que se estableció en la isla trajo consigo una nueva interpretación de las
relaciones entre la metrópolis y sus colonias, y de cómo encajar la entidad puertorriqueña dentro de la
sociedad estadounidense de la época, basada principalmente en la tradición del derecho anglo-sajón y los
precedentes desarrollados durante las décadas de expansión territorial por el continenete norteamericano.
Ante esta nueva realidad, el liderato polÃ−tico puertorriqueño se divide en frentes ideológicos definidos
primordialmente por las fórmulas de autogobierno propuestas como alternativa al régimen colonial
impuesto por Washington: la autonomÃ−a (obtener mayor control local al mismo tiempo que se mantienen
lazos permanentes con la metrópolis estadounidense); la anexión (incorporación de la isla como estado
federado); y la independencia (soberanÃ−a propia, ya sea desligada jurÃ−dicamante de los EE UU ó en
forma hÃ−brida como protectorado). Estas diversas alternativas reflejan el idealismo nacionalista del siglo
XIX, templado en la realidad pragmática enmarcada por los intereses de la metrópolis estadounidense.
Este artÃ−culo primero explorará las deficiencias de las alternativas tradicionalmente propuestas para la
descolonización de Puerto Rico. En segundo lugar, se presentará el nuevo entorno jurÃ−dico y
geopolÃ−tico que moldearán los procesos a usar por nacionalidades sin estado propio para lograr
soberanÃ−a y autogobierno en el siglo XXI, haciendo énfasis en la disminución de poder del Estado
nacional frente a organizaciones supranacionales, y a la descentralización administrativa. En tercer lugar, se
planteará que la reincorporación de Puerto Rico al Reino de España en calidad de Comunidad
Autónoma, tal y como esta provisto por la Constitución Española del 1978, se presenta como una opción
viable para lograr la descolonización de la isla. Se discutirá ademas la posición polÃ−tica, social,
económica y geoestratégica de Puerto Rico como parte de España, al igual que las posibles ventajas que
este nuevo status de Puerto Rico proveerÃ−a a tanto a España,y a la Unión Europea, como a los Estados
Unidos.
II. Las alternativas descolonizadoras tradicionales
El estatus actual de Puerto Rico, el Estado Libre Asociado (ELA) o “Commonwealth”, surge en 1952 de una
convergencia de intereses: por un lado, de la nueva generación de lÃ−deres puertorriqueños que deseaban
reformas pragmáticas que
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otorgasen mayores poderes de autogobierno local con el propósito de mejorar la situación
socio-económica del paÃ−s; y por otro, el deseo del Congreso y de la administración del Presidente
Truman de proteger la permanencia de las instalaciones militares y de las propiedades de inversionistas
norteamericanos en la isla. Por consiguiente, los poderes otorgados por Washington al gobierno local resultan
ser mas bien reflejos de las prioridades existentes en la década del 1940 al 1950 y no representan el
máximo grado de autonomÃ−a posible bajo la Constitución estadounidense. Mas aún, en los mas de
cuarenta años desde su creación, el E.L.A. ha sufrido cambios en las premisas que validaron su orÃ−gen:
entre estos, vale destacar la transformación de la economÃ−a de Puerto Rico, reduciéndose la importancia
del sector agrÃ−cola en respuesta del crecimiento de la manufactura y de los servicios profesionales; y el fin
de la Guerra Fria entre los EE UU y la Unión Sovietica, que ha disminuido la importancia estratégica de
las bases militares estadounidenses en la isla. Como efecto de los cambios en sus prioridades e intereses, el
Congreso ya ha comenzado a desmantelar partes del andamiaje legislativo de apoyo para el E.L.A., como las
excenciones de impuestos federales a ingresos devengados por compañias establecidas en Puerto Rico.
Además, en la Cámara de Representantes se esta gestando legislación para imponerle el pago de
contribuciones federales a los productos de consumo local en la isla. En resúmen, las acciones unilaterales
del Congreso y la realidad actual puertorriqueña indican la fatiga e insuficiencia del E.L.A., en su estado
actual, como fórmula de autogobierno y de vehÃ−culo regularizador de las relaciones entre Puerto Rico y los
Estados Unidos.
Por otra parte, la estadidad como alternativa descolonizadora se enfrenta a la oposición de importantes
sectores conservadores, preocupados estos por la incorporación de un estado económicamente débil y
con una población étnica y culturalmente distinta a la de la mayorÃ−a de los estadounidenses
continentales. Esta actitud anti-estadista en el Congreso federal se vió marcadamente reflejada por la derrota
en el Senado (tras ser aprobado por un solo voto en la Camara de Representantes) de la iniciativa plebicitaria
conocida como el Proyecto Young, precisamente porque varios senadores conservadores del Partido
Republicano consideraban que esta medida favorecÃ−a la opción de la estadidad en el propuesto plebiscito.
Sin un sólido respaldo de amplios sectores en el Congreso (que tiene la última palabra sobre un cambio en
el estatus independientemente de cuál opción resulte ganadora en un plebicito), sumado al creciente poder
del elemento conservador dentro Partido Republicano y en la sociedad norteamericana en general, la estadidad
para Puerto Rico no es viable ahora ni en un futuro cercano.
Por último, los proponentes de la independencia no han logrado crear un movimiento polÃ−tico de masas
que apoye esta alternativa. Las diferencias ideológicas y de estrategias, sumado a choques de personalidad,
han fragmentado el sector independentista. Sin embargo, el rechazo de la independencia por la mayorÃ−a del
electorado puertorriqueño en todos los plebiscitos efectuados hasta la fecha parece ser mas bien reflejo del
temor al descalabro económico e inestabilidad politica que surgirÃ−an en la isla una vez retirada la presencia
estadounidense. Es decir, el puertorriqueño contempla su entorno caribeño y por analogÃ−a concluye que
Puerto Rico no puede existir como una republica independiente al mismo tiempo que se mantiene la presente
estabilidad politica y (comparado con el resto de America Latina y el Caribe)
relativemente alto desarrollo económico de la isla.
Una conclusión lógica partiendo de la problemática presentada por cada una de las alternativas
presentadas es que el estatus final de Puerto Rico tiene que llenar los siguientes requisitos: primero, para que
cuente con el apoyo de la mayorÃ−a de los puertorriqueños, debe de asegurarse tanto el respeto y
preservación de la identidad cultural nacional, al igual que garantizar un nivel de desarrollo económico
comparable al obtenido bajo el régimen actual; segundo, que el nuevo estatus sea uno basado en principios
democrÃ−ticos que faculten al pueblo puertorriqueño para que participe directamente en la elaboración y
aprobación de toda mediad legislativa que le afecte; y
tercero, que se salvaguarden aquellas prerrogativas e intereses que el gobierno estadounidense considere
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esenciales (como, por ejemplo, acceso a bases militares y facilidades para combatir el narcotráfico), para
lograr asÃ− el consentimiento y cooperación de EE UU en este proceso descolonizador.
Los parámetros arriba establecidos pueden acomodarse a varias formulas politcas, pero no por sÃ− sólos
definen el universo de posibles alternativas descolonizadoras que logren la soberanÃ−a para Puerto Rico: el
clima internacional permeará las discusiones en torno al estatus e influenciará el curso de los
acontecimientos tanto en la isla como en la metrópolis estadounidense
III. AutonomÃ−a y soberanÃ−a en el siglo XXI
El atributo de la “soberanÃ−a” ha sido definido como la autoridad o habilidad de un
estado para determinar qué tipo de relaciones tendrá con las potencias extranjeras. Esto
es, se define la soberanÃ−a en relación con el grado de autonomÃ−a que posee un territorio en particular
tanto para regir sus asuntos internos como para establecer relaciones con el resto de los paises del mundo. Mas
aún, un estado puede ser soberano aunque no sea
plenamente independiente de otro estado.
Históricamente, la idea de “soberanÃ−a polÃ−tica como la máxima expresión de la identidad nacional de
un pueblo” ha sido recogido en la carta orgánica de la Naciones
Unidas, siendo adaptado principalmente al proceso de disolución de los imperios
coloniales europeos en Africa, Asia y las Américas a partir de 1945. Sin embargo, la
cohesión de muchos de los estados multiétnicos post-coloniales ha resultado ser débil ya que la unidad
lograda para reclamar la independencia no pudo satisfacer las necesidades e intereses particulares de los
grupos étnicos constituyentes, dando paso a reclamos de autonomÃ−a y hasta secesión. El fin de la Guerra
FrÃ−a se vio marcado también por la explosión de sentimientos nacionalistas y reclamos de autogobierno
en Europa Oriental y Asia Central, que resultaron el la desintegración de la Unión Soviética,
Checoslovaquia y Yugoslavia. Trágicamente, este nacionalismo de finales del siglo XX ha desembocado en
casos de “limpieza étnica” y hasta genocidio contra las etnias que reclamen la autodeterminación, siendo
Yugoslavia y Ruanda los casos mas extremos pero no los únicos (por ejemplo: Timor Oriental, Tibet, Sri
Lanka y los Territorios Ocupados por Israel en Palestina).
Por otra parte, y aunque parezca ser una contradicción con lo antes expuesto, la
disolución de estados multiétnicos ha coincidido con la integración de estados soberanos en bloques
polÃ−ticos y económicos multinacionales, como la Unión Europea, y el Tratado de Libre Comercio (el
TLC, o NAFTA, por sus siglas en inglés) entre los EE UU, Canadá y México. En Europa, la necesidad
de lograr mayor eficiencia económica (reduciendo barreras arancelarias, viabilizando la cooperación en la
investigacion técnica y el desarrollo de nuevos productos, etc.) fue en un inicio el motor principal para la
intergración multinacional. 22 Sin embargo, el impacto de este nuevo ordenamiento económico en el
gobierno, cultura y sociedad de los paises miembros de la Comunidad Económica Europea hizo obvia la
necesidad de integrar también estos aspectos del ámbito interno nacional dentro de un marco polÃ−tico,
resultando asÃ− en la creación de la Unión Europea en 199223. De igual manera, los paises de
Centroamérica y el CarÃ−be actualmente estan en el proceso de crear una zona de libre comercio para
servir de enlace entre los bloques comerciales como el Tratado de Libre Comercio (TLC) y NAFTA
norteamericanos, y el Mercosur, integrado por Argentina, Brasil Uruguay y Paraguay24.
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Volviendo a la situación de Puerto Rico, estos cambios en el ordenamiento internacional pueden afectar el
debate sobre el estatus en varios niveles: primero, el fenómeno de la disolución de los estados
multiétnicos por una parte fortalece los argumentos de los grupos conservadores en el Congreso
estadounidense que se oponen a la incorporación de un Puerto Rico con identidad cultural propia, como
estado federado; y en segundo lugar, la disminución en importancia del Estado-nación y la creación de
bloques económicos multinacionales regionales resaltarán la importancia para Puerto Rico de poder
establecer relaciones comerciales de manera propia, al mismo tiempo que se minimiza la relevancia de la
independencia politÃ−ca o soberanÃ−a plena como herramienta indispensable para el libre desenvolvimiento
de un paÃ−s en la esfera internacional; es decir, la clave para el futuro desarrollo de Puerto Rico residirá en
la autonomÃ−a económica (sumado también a la autonomÃ−a cultural) aunque no posea soberanÃ−a en
otras áreas.
V. Puerto Rico: Comunidad Autonóma del Reino de España
1. Trasfondo Histórico
En los debates sobre cambios al estatus polÃ−tico de Puerto Rico durante los siglos XIX y XX, la
afirmación de la identidad cultural nacional, formada principalmente por elementos culturales legados por
España y compartidos con el resto de la América española, siempre ha figurado como aspecto
importante a considerar bajo todas las fórmulas propuestas.25
Ya durante el siglo XIX, lÃ−deres autonomistas puertorriqueños como Luis Muñoz Rivera y Segundo
Ruiz Belvis, favorecÃ−an el lograr reformas administrativas y polÃ−ticas en vez de la independencia total de
España y resaltaban la comunalidad de intereses compartidos entre isla y metrópolis.26 Igualmente,
intelectuales como Eugenio MarÃ−a de Hostos planteaban la creación de una federación entre España y
sus colonias antillanas, al mismo tiempo que se gestaba una confederación interamericana que viabilizara el
desarrollo económico del continente.27
En 1897 el movimiento autonomista en Puerto Rico pudo lograr que España finalmente le concediera a la
isla una Constitución propia, la Carta Autonómica, en la que se le otorgaban amplios poderes de
autogobierno a los cuerpos legislativos locales.28 Sin embargo al concluir la Guerra Hispanoamericana, con el
traspaso de Puerto Rico a los Estados Unidos, se puso fin al gobierno autonómico local. Aunque la
Constitución Autonómica de 1897 estuvo en vigor por escasamente un año, su efecto en el debate de
estatus ha permanecido y representa otra vertiente de la contÃ−nua influencia española en el acontecer
politico puertorriqueño.29
Estos precedentes históricos son solo algunos de los múltiples hechos y expresiones que resaltan la
identidad hispanoamericana de Puerto Rico, influyendo en la búsqueda de poderes de autogobierno, los que
sientan las bases para considerar como viable la restauración de los vÃ−nculos polÃ−ticos entre Puerto Rico
y España. Mas aún, la relevancia de estos procesos históricos se ve acentuada por nuevas modalidades en
la relaciones entre los pueblos del mundo.
2. Visión para el siglo XXI
¿Por qué entendemos como válido el considerar la reincorporación a España como una alternativa
práctica para descolonizar a Puerto Rico? Debido a que las condiciones económicas y polÃ−tÃ−cas del
momento presentan la oportunidad de poder lograr un arreglo que beneficie a todas las partes envueltas,
resolviendo de una manera lógica el problema colonial de Puerto Rico.
Es importante analizar el proceso a seguir y los cambios envueltos de ser adoptada esta fórmula
descolonizadora, comenzando con la organización polÃ−tica de Puerto Rico dentro de los esquemas
constitucionales español y europeos, seguidos por el panorama económico y el geopolÃ−tico que se
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establecerÃ−an bajo el nuevo régimen; y concluyendo con una evaluación de las posibilidades reales de
que el estatus aquÃ−
propuesto pueda ser adoptado en un futuro.
3. Organización del Reino de España.
La Constitución española de 1978, promulgada tras la muerte del dictador Francisco Franco y la
restauración de la democracia, sienta las bases para la organización polÃ−tica del paÃ−s como una
monarquÃ−a parlamentaria.30 La Constitución ademas reconoce la diversidad étnica y cultural de los
pueblos que habitan el territorio español, y reconoce el derecho al autogobierno de estas nacionalidades por
medio del establecimiento de Comunidades Autónomas (CC AA).31 La Constitución divide todas las
competencias, o áreas de responsabilidad, entre las de exclusiva jurisdicción de las CC AA o del Estado
central (“competencias exclusivas”); y las de jurisdicción conjunta de las CC AA y el Estado (“competencias
concurrentes” y “competencias compartidas”).32 Sin embargo, el Estado central puede delegar o transferir
competencias a las CC AA mediante disposición de las Cortes y a petición de cada Comunidad
Autónoma.33
El desarrollo de la relación entre el Estado y las CC AA es un proceso contÃ−nuo y dinámico, encabezado
por los reclamos de las Comunidades de Catalunya y el PaÃ−s Vasco (Euskadi).34 Las nacionalidades
catalanas y vascas, con su idioma, costumbres e historias distintas de la tradición castellana dominante en
España, han trazado la ruta a seguir por Puerto Rico en lo que se refiere a establecer una identidad
jurÃ−dica propia dentro de los parámetros establecidos por la Constitución del 1978.
Por otra parte, la participación efectiva de las nacionalidades en el gobierno central el Estado español se
obtiene mediante la representación en las Cortes (la legislatura nacional, compuesta por el Senado y la
Cámara de Diputados). En el Senado, las representaciones (diputaciones) de las provincias y las
Comunidades Autónomas se adjudican de forma que se logre una representacion mÃ−nima por cada
circunscripción electoral (un mÃ−nimo de cuatro senadores por provincia, y un senador adicional por cada
Comunidad Autónoma).35 En la actualidad, componen al Senado 256 miembros, 208 electos por sufragio
popular directo, y 48 miembros nombrados por las legislaturas regionales.36 La representación en el
Congreso de Diputados se establece mediante representación proporcional, constituyéndose el actual
Congreso de Diputados por 350 miembros37. Bajo este sistema, Puerto Rico obtendrÃ−a cinco Senadores y
alrededor de 26 Diputados38.
4. Las Comunidades Autónomas y la Unión Europea
La Unión Europea (UE), organización multinacional de la que España es miembro, añade una
dimensión adicional al panorama de los recursos, poderes y espacio de actuación de las CC AA en el
ámbito internacional. El Tratado de Maastrich, que sienta las bases de la integración polÃ−tica de Europa,
reconoce el papel de las “regiones”, subdivisones administrativas de los Estados nacionales (como las CC AA
en España, los Länder en Alemania, o el PaÃ−s de Gales y Escocia en la Gran Bretaña), en el esquema
organizativo de la UE.40 El espacio que la UE abre a entidades que representan los intereses de grupos
étnicos responde a una serie de factores, entre estos el reconocimiento del respeto a la identidad grupal
como parte de los derechos humanos básicos; y el apoyo a la decentralización y la autonomÃ−a, remedios
que mantienen la unidad del Estado, como soluciones a los conflictos internos entre nacionalidades41.
La UE ha constituido un Comité de Regiones, independiente de los otros órganos gubernativos (el
Parlamento Europeo, la Comisión, y el Concilio de Ministros), como cuerpo facultado para emitir opiniones
sobre asuntos de interés para las regiones.42 Cabe recalcar que uno de los principios fundamentales de la
organización de la UE es el de la subsidiariedad, que limita el poder de la UE para administrar programas de
la organización dentro de los Estados miembros43. El resultado es que la UE provee a las regiones de
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Estados decentralizados la responsabilidad y los recursos económicos para implementar las directrices y
regulaciones de la organización44. Las acciones del Comité de Regiones indican que las regiones se
convertirán en un elemento principal, junto con los Estados nacionales, en el desarrollo de los poderes,
estructuras y objetivos de la Unión Europea.
Las CC AA españolas de Catalunya y el PaÃ−s Vasco han desempeñado un papel sumamente importante
en la trayectoria del Comité de Regiones europeo, reflejando la flexibilidad que tienen las CC AA para
actuar en el campo internacional, incluyendo el poder tener representación diplomática propia ante la sede
de la ejecutiva de la Unión Europea en Bruselas45. Siendo Puerto Rico una Comunidad Autónoma, la isla
contarÃ−a con representación no solamente en el Comite de Regiones de la UE, sino también podrÃ−a
establecer su propia oficina para entablar contactos directos con los órganos directivos de la organización, y
las delegaciones oficiales de otras regiones y Estados nacionales miembros. La presencia y participación de
Puerto Rico en la UE significarÃ−a para la isla el tener voz y voto independientes ante la principal entidad
económica del mundo en la actualidad.46 El proceso de unificacion polÃ−tica en Europa, que apenas esta
comenzando, puede también resultar en que la UE, una vez se incorporen a la Unión los paises de la
Europa Oriental y culminando con la eventual integración de Rusia, desplace a los Estados Unidos como la
principal potencia militar y polÃ−tica mundial en el siglo XXI.
VI. Puerto Rico: Punto de Encuentro entre las Américas y Europa
La realidad de la globalización del comercio y la producción de bienes de consumo ha propiciado la
creación de bloques comerciales entre naciones, y el desarrollo de nuevos mercados para la exportación de
dischos productos.47 Puerto Rico, a pesar de su privilegiada posicion geográfica y de cierta autonomÃ−a
fiscal bajo el ELA, no ha logrado desarrollar a plenitud su capacidad productiva ni estimular un nivel
consistentemente alto de inversión de capital.48 Parte de la problemática, como ya se mencionó, reside en
los poderes que tiene el Congreso estadounidense para unilateralmente imponer contribuciones o eliminar
incentivos a las corporaciones establecidas en la isla49 La falta de facultades para establecer lazos
comerciales bilaterales tampoco ha permitido una mayor integración de la isla dentro de su entorno
geográfico, resultando en una casi total dependencia en el mercado esatdounidense como destinatario de las
exportaciones puertorriqueñas.50 Debido a esto Puerto Rico no puede aprovecharse de la integración
económica en el área propiciado por la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la
contÃ−nua apertura de Cuba al sistema capitalista.51
La Unión Europea, encabezada por España, también se encuentra concertando alianzas comerciales en
la America Latina, especialmente con México, con el propósito de penetrar en ese mercado dominado
actualmente por empresas estadounidenses52. La expansion de la banca española en Argentina, Chile y
Brasil es tambien señal del interés europeo por establecerse en la América Latina.53
El futuro de la región aparece claramente conectado a la integración regional y al tipo de relaciones que
estos bloques regionales establezcan con las principales potencias económicas, es decir, Estados Unidos y la
Unión Europea. Puerto Rico, siendo parte de la UE y conservando lazos comerciales con los Estados Unidos,
poseerÃ−a todos los atributos necesarios para servir de puente de enlace comercial entre el bloque
norteamericano del TLC-NAFTA; los bloques regionales del Caribe (AEC) y América del Sur (Mercosur);
y la Unión Europea. Hay que añadir que, como Comunidad Autónoma española, Puerto Rico estarÃ−a
capacitada para actuar con independencia en muchas areas económicas, facultad que siempre pudiese
ampliarse mediante la delegación por las Cortes de competencia y poderes adicionales.
En resúmen, Puerto Rico puede convertirse en el eje comercial del Atlantico, al igual que lo son Hong Kong
y Singapur en el PacÃ−fico, si utiliza plenamente sus geografÃ−a caribeña, sus lazos culturales con la
América Latina, sus relaciones comerciales con los Estados Unidos, y si establece lazos polÃ−cos con la
UE que al mismo tiempo le faciliten su actuación independiente en el ámbito económico regional.
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VIII. Conclusión
Atraves de este artÃ−culo hemos tratado de presentar una alternativa inovadora que rompa el impase en que
se encuentra sometido el proceso descolonizador de Puerto Rico, debido a las profundas divisiones
ideologicas dentro de la sociedad puertorriqueña, y a la ambivalente actitud hacia la isla que mantienen
tanto el Congreso como la nación estadounidenses. Entendemos que es crucial lograr satisfacer al mayor
grado posible aspiraciones, intereses y necesidades de todas las partes envueltas en este proceso, y que el
desenlace sea uno que ofrezca la posibilidad de un futuro mejor para la sociedad puertorriqueña.
Ninguna de las opciones tradicionales pueden garantizar simultáneamente la preservación de la cultura e
identidad nacional; aumentar el desarrollo económico de la isla; y mantener lazos politicos con una
superpotencia mundial que asegure la estabilidad polÃ−tica interna, ofrezca asistencia económica, y provea
un horizonte mas amplio para el desenvolvimiento del pueblo puertorriqueño.Sin embargo, la
reincorporacion de Puerto Rico a España cumple con todas las condiciones arriba establecidas: la
Constitución española garantiza explÃ−citamente el respeto a la cultura de las diversas nacionalidades
dentro del paÃ−s, estableciendo ademós las Comunidades Autónomas como expresión polÃ−tica y
administrativa de esta identidad nacional separada (la Unión Europea por su parte extiende un
reconocimiento smilar atraves del Comite de Regiones); como Comunidad Autónoma y entidad
semi-independiente miembro de la UE, Puerto Rico poseerá la flexibilidad polÃ−tica y los recursos
económicos para convertirse en el centro comercial y finaciero del hemisferio; finalmente, los
puertorriqueños se convertirÃ−an en ciudadanos de la Unión Europea, formada sobre firmes bases
democráticas y con el potencial para desplazar a los Estados Unidos como la principal potencia económica
del planeta.
El liderato polÃ−tico puertorriqueño tiene la oportunidad de entablar un diálogo con España, con la UE,
con el Congreso estadounidense y con el pueblo de Puerto Rico en que se discutan honestamente todas las
avenidas para resolvedr el problema del estatus. Solamente la falta de imaginacián y el rendir obediencia a
intereses particulares impedirá el que Puerto Rico logre su descolonizacion y desarrolle plenamente todo su
potencial.
Vease José TrÃ−as Monge, Puerto Rico: The Trials of the Oldest Colony in the World (1997).
Treaty of Paris, December 10, 1898, US-Spain, 30 Stat. 1754 (1898), T.S. No. 343.
Efren Rivera Ramos, The Legal Construction of American Colonialism: The Insular Cases (1901-1922), 65
Rev. Jur. U.P.R. 225 (1996)
Arturo Morales Carrion [ ]
Morales Carrión, supra note 4, [ ]
Puerto Rico continúa siendo en la actualidad una colonia de los Estados Unidos, ya que el Congreso retiene
poderes plenarios sobre la isla; carece de soberanÃ−a propia; y los puertorriqueños carecen de
participación efectiva en los procesos legislativos federales. Vease Rivera Ramos, supra nota 3, en 225.
El Estado Libre Asociado, creado en virtud del Public Law 600 [ ]
vease Carl J. Friederich, Puerto Rico: Middle Road to Freedom, 59-77 (1959)
Estas excenciones forman parte de la Seccion 936 del Codigo de Rentas Internas (IRS Code) federal, y su
ultima provisión que afercta a Puerto Rico (§ 30A) expirará en el año 2006. Vease Lidia Estela
Ruaño, “Manufacturers Association Lobbies for 30A”, Caribbean Bussiness, abril 1 1999, p. 10.
7
Agencia EFE, “Fustiga Misla el tax de Young” El Nuevo DÃ−a, marzo 14 1999, p.33.
El rechazo al reconocimiento de la identidad cultural y linguÃ−stica de grupos étnicos dentro de los
Estados Unidos se refleja explÃ−citamente en las palabras de Newt Gingrich, arcquitecto de la llamada
“revolución republicana” del 1994, y Speaker de la Camara de Representatntes hasta enero del 1999.
Gingrich declara que el bilinguismo es una barrera para la asimilación de grupos énicos e inmigrates, y
que la presencia de grupos no asimilados presenta una amenaza para la estabilidad de los Estads Unidos:
“Bilingualism keeps people actively tied to their old language and habits…If people are being encouraged to
resist assimilation, the very fabric of American society will eventually break down”. Newt Gingrich, To
Renew America, p. 162 (1995).
Enriquez Fernandez Toledo, “La ruta del estatus 1898-1998”, p. 31 Dialogo-Universidad de Puerto Rico,
marzo 1999.
Vease Dra. Awilda Palau, ¿Es posible un concenso sobre el status en el Puerto Rico actual?, Seminario
Puerto Rico en la Era de la Descolonización (1987).
Trias Monge, supra note 1, 182-183.
Hurst Hanum, Autonomy, Sovereignty, and Self-Determination: The Accomodation of Conflicting Rights, p.
15 (1990).
Ibid. p. 19
Ibid, p. 17-18.
Ved P. Nanda, “Revisiting Self-Determination as an International Law Concept: A Major Challenge in the
Post-Cold War Era”, 3 ILSA J. Int'l & Comp. L. 443, 443-445 (1997).
Gerry J. Simpson, “The Diffusion of Sovereignty: Self-determination in the Postcolonial Age”. 32 Stan. J.
Int'l L. 255, 261-62 (1996).
Nanda, supra note 15, at 451-52.
Simpson, supra note 16, at 277-78.
22 Josph H.H. Weiler, “The Transformation of Europe”, 100 Yale L.J. 2403 (1991).
23 Richard G. Whitman, From Civilian Power to Superpower?, p.163. (1998).
24 Jorge Calmet Wagner, “Calienta motores la cumbre”, El Nuevo DÃ−a, p.117, 15 de abril de 1999.
25 Arnold H. Leibowitz, Defining Status: A Comprehensive Analysis of US Territorial Relations, p. 130-140
(1989)
26 José TrÃ−as Monge, Historia Constitucional de Puerto Rico, tomo I., p. 74-89 (1980).
27 Eugenio MarÃ−a de Hostos, educador, escritor y patriota, posteriormente luchó infatigablemente por la
independencia de Puerto Rico y la creación de una Confederación Antillana entre PR, Cuba y la Rep.
Dominicana para unir fuerzas contra la influencia estadounidense, ideal también compartido por el prócer
cubano José MartÃ−. Vease Julio César López, ed., Hostos: sentido y proyección de su obra en
América, p. 433-442 (1995).
8
28 Trias Monge, supra note 1, p. 13-15.
29 El Partido Nacionalista de Puerto Rico, bajo la dirección de Pedro Albizu Campos (1891-1965),
sostenÃ−a que la Carta Autonómica le habia conferido en efecto la independencia a PR, por lo que el
Tratado de ParÃ−s de 1898 era nulo. Vease Aline Frambes-Buxeda, ed. Huracán del Caribe: vida y obra del
insigne puertorriqueño Don Pedro Albizu Campos, Libro HOMINES, tomo 10, p. 163-171 (1993). Los
propulsores propulsores del ELA también han usado la Carta Autonómica como modelo al reclamar
mayores poderes de autogobierno. Vease TrÃ−as Monge, supra note 1, p.14-15.
30 Constitución del Reino de España, Articulo 1.
31Articulo 143, § 1
32Articulos 148 y 149. Por ejemplo, entre las competencias exclusivas de las Cominidad de Catalunya son:
1) Organizacion de sus instituciones de autogobierno; 2) Derecho civil catalán; 3) Cultura e historia; 4)
Ordenamiento municipal y local; 5) Recursos naturales; 6) Transportación y obras públicas; 7) Recreación
y deportes; 8) Promoción de la industria, comercio y empleo. Vease la página del Internet de la Generalitat
de Catalunya <http://www.gencat.es/autonom/ecoco.htm>
33 Articulo 150, §§ 1, 2.
34 Para una vision actualizada del desarrollo de las CC AA y sus relaciones con el Estado central y la Unión
Europea, vease Informe Pi i Sunyer sobre Comunidades Autónomas 1994, tomo I y II (1995).
35 Articulo 69.
36 The World Fact Book, (CIA). p. 434, (1998).
37 Ibid.
38 La Constitución establece representación por provincia (uno) y Comunidad Autónoma (uno, mas uno
adicional por cada millón de habitantes). Siendo Puerto Rico una provincia al igual que una Comunidad
Autónoma, y contando con una población de 3.9 millones (estimado de 1998), la isla tendrÃ−a ocho
Senadores, sumándoseles uno adicional al llegar la población a los 4 millones de habitantes. En el
Congreso de Diputados, contando PR con dos Diputados mas uno adicional por cada 144,500 habitantes, el
total serÃ−a de 26 a 27 miembros en la delegación puertorriqueña. Vease Art. 68, y la ley electoral, Ley
Orgánica 5/1985.
40 Naomi Roth-Arriaza, “The Committee on the Regions and the Role of Regional Governments in the
European Union”, 20 Hastings Int'l. & Comp. L. Rev. 413, 415-18.
41 Ibid. at 418-21.
42 Ibid., at 445-46.
43 Richard G. Whirtman, From Civilian Power to Superpower: The Internatonal Identity of the European
Union,p. 163-64 (1998).
44 Roth-Arriaza, supra note 40 at 435-36. La UE ha designado alrededor una tercera parte de su presupuesto
para programas de desarrollo económicos en los Estados miembros mas pobres. La mayor parte de estos
fondos asignados a España son administrados por las CC AA. Ibid.
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45 El Tribunal Constitucional de España estableció en 1994 la legitimidad de las representaciones oficiales
de las CC AA en Bruselas, independientes de la representacion del Reino de España ante la UE. Vease
Informe Pi i Sunyer sobre Comunidades Autónomas 1994, tomo II, p.1014-1037 (1995).
46 La UE se compone actualmente de 15 paises miembros: Alemania, Austria, Belgica, Dinamarca, España,
Finlandia, Francia,Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Italia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Suecia; con una
poblacion total de 370.5 millones de habitantes, y con un Producto Doméstico Bruto (PDB) de 7,269
billones de dólares. A medida de comparación, los EE UU tienen una poblacion de 255.4 millones de
habitantes, y su PDB es de 5, 905 billones de dólares (todas las figuras son estimados del 1994). Whitman,
supra note 43 at 114.
47 Dr. José I. Alameda Lozada, “Contracciones de un nuevo milenio”, La Estrella de Puerto Rico, p. 33. 1
al 7 de abril de 1999.
48 Según Miguel A. Ferrer, presidente de Paine-Webber PR, la economÃ−a local necesita ajustarse a los
efectos de la globalización, atrayendo inversionistas en sectores de alta tecnologÃ−a mediante la
capacitación de la mano de obra local y de incentivos económicos por parte del gobierno.Vease José E.
Rivera Santana, “Somos de las pocas naciones que tenemos más capital del que estamos utilizando:
entrevista con Miguel Ferrer”, Palique, pp. 10-12, 12 de marzo de 1999.
49 Vease Ruaño, supra note 9; Agencia EFE, supra note 10.
50 Puerto Rico envÃ−a a EE UU el 88 % de sus exportaciones, y recibe de ese mismo paÃ−s el el 62% de sus
importaciones. The World Factbook, supra note 36 at 383.
51 Calmet Wagner, supra note 24.
52 Pilar Franco, “América-Unión Europea: Empresarios ponen rieles a la integración”, Palique, p, 27, 12
de marzo de 1999.
53 “Crecimiento del Santander-Central”, El Nuevo DÃ−a, p. 117, 15 de abril del 1999.
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