JUAN J. REYES GALLUR LA EFICACIA CIVIL DE LA SENTENCIA DE NULIDAD CANONICA Y SU RELACION CON EL PROCESO DE DIVORCIO. 1.- Introducción 2.- Relaciones entre el procedimiento de nulidad canónica y los procesos matrimoniales civiles: Excepción de litispendencia y de Cosa Juzgada. 3.- Condiciones requeridas por el ordenamiento civil para acceder a la homologación de la sentencia de nulidad canónica. 4.- El abuso de derecho como causa de denegación de la eficacia civil. 5.- Efectos de la homologación sobre los aspectos económicos dictados en el procedimiento matrimonial civil. El problema de la pensión compensatoria. 1.- Introducción Los profesionales que nos dedicamos al campo del derecho matrimonial nos encontramos con la disparidad de criterios que se siguen en las diferentes Audiencias Provinciales respecto de la homologación de las sentencias de nulidad matrimonial cuando existe previamente una sentencia de divorcio. Excepcionalmente el Tribunal Supremo se ha pronunciado de forma vaga sobre los efectos que tiene la sentencia de divorcio dictada sobre la declaración de eficacia civil u homologación de la sentencia que del mismo matrimonio dicta el Tribunal Eclesiástico acordando la nulidad del matrimonio. Ambos procedimientos si bien acuerdan, como efecto común, la desvinculación de los cónyuges, lo cierto es que una y otra declaración -divorcio o nulidad- pueden resultar incompatibles entre sí, pues la primera, el divorcio, presupone la existencia de un matrimonio o contrato válido y eficaz, y por tanto, al igual que ocurre con la rescisión o resolución de los contratos, (acciones no acumulables e incompatibles entre sí), que parten de un contrato que es plenamente válido, pero que ulteriormente puede ser rescindido o resuelto ( art. 1.291 y 1.124 del CC, respectivamente) de la misma manera sólo puede disolverse un matrimonio que previamente ha existido y ha tenido validez, y por el contrario no puede ser disuelto un contrato - matrimonio- que nunca ha tenido validez y eficacia por haber sido declarado nulo a todos los efectos Es precisamente en base a tal argumentación donde surgen los problemas y las diferentes posiciones doctrinales, pues si bien cierto sector reconoce en el divorcio un cierto efecto de cosa juzgada sobre la declaración de nulidad, otro sector, quizás el mayoritario, entiende que no existiendo la posibilidad de excepcionar la litispendencia ni la cosa juzgada, al ser el divorcio y la nulidad acciones y causas de pedir distintas, no existe contradicción alguna entre ambas sentencias, ni siquiera en su ejecución, ya que no solo JUAN J. REYES GALLUR prevalecen los efectos ya producidos por la sentencia de divorcio (art. 79 CC), sino que la propia homologación de la sentencia de nulidad no supone un cambio sustancial de las circunstancias, siendo en la ejecución de la sentencia o en la solicitud de supresión de la pensión compensatoria donde el juzgador ha de valorar si existe buena o mala fe en uno de los contrayentes. Ante tal disyuntiva, la problemática está servida, si bien a la misma ha de añadirse el problema del abuso de derecho que pudiera producirse en muchos procedimientos en los que la única razón de solicitar la nulidad y su eficacia civil tras la obtención de un divorcio, es única y exclusivamente la supresión de la pensión compensatoria concedida al cónyuge, y en otros la será la obtención del divorcio y la oposición a la nulidad la que pueda considerarse como actitud abusiva. 2.- Relaciones entre el procedimiento de nulidad canónica y los procesos matrimoniales civiles: Excepción de litispendencia y de Cosa Juzgada. El único punto de controversia a la hora de solicitar la homologación de la sentencia de nulidad canónica y los procesos matrimoniales civiles surge con el procedimiento de divorcio, ya que como hemos indicado anteriormente, la declaración de divorcio parte de la existencia de un matrimonio válido. Con respecto a la posibilidad de la existencia de LITISPENDENCIA entre el procedimiento de nulidad eclesiástica y el de divorcio, entendemos que nunca puede producirse, pues no podemos olvidar que la Jurisdicción eclesiástica, tiene la consideración a los efectos de la Ley civil, como de Tribunal Extranjero o Jurisdicción ajena, por lo que ni el procedimiento iniciado en dicha jurisdicción ni las normas procesales o de fondo de dicho orden jurisdiccional pueden ser tenidas en cuenta en el Estado español, como mantiene la doctrina y confirma la Jurisprudencia, entre ellas la STC 617/1984 de 31 de octubre, la STC 328/1993 de 8 de noviembre, o la STS de 11 de octubre de 1.982. Precisamente por esa ajeneidad de jurisdicción sólo a partir de la solicitud de eficacia civil es cuando propiamente un juzgado o Tribunal español está conociendo de la posible eficacia de la sentencia de nulidad matrimonial decretada por el Tribunal eclesiástico, pero este autor entiende que aun en el hipotético supuesto de que al tiempo de presentarse la demanda de divorcio ya se hubiese interesado la eficacia civil de la sentencia de nulidad del matrimonio, no procedería la excepción de litispendencia pues, como afirma textualmente la SAP Palencia de 12 de septiembre de 1.994, recogida en los comentarios de Albarcar al art 80 del C.c., "es evidentemente que son distintas la acción de nulidad del matrimonio, de la acción que pretende la disolución por divorcio (art. 1252), hasta el punto de que pueden tramitarse simultáneamente procedimientos de nulidad, separación y divorcio respecto del mismo matrimonio sin que por ello se produzca litispendencia dado que las acciones y la causa o razón de pedir son también distintas, y caso de recaer primero sentencia de JUAN J. REYES GALLUR separación, en modo alguno impide que pueda posteriormente acordarse la disolución o nulidad del matrimonio, por el contrario, si recayese antes la sentencia acordando la nulidad matrimonial, no es que se produjera los efectos de cosa juzgada sobre los otros procedimientos de divorcio o separación (puesto que son acciones distintas, sino que prácticamente los dejaría sin contenido y carente de acción al actor, pues no puede acordarse la separación o la disolución de un matrimonio que no existe." En este mismo sentido la A.T. de valencia de 30 de mayo de 1.983 ( RGD, 462 (1983), pág. 468), estima conforme a derecho el inicio del proceso de divorcio cuando se está sustanciando ante el Tribunal de la Iglesia la nulidad del mismo matrimonio, en función de la posibilidad, reconocida por el juzgador en otros supuestos, de seguirse simultáneamente procesos matrimoniales de distinta naturaleza sobre un mismo matrimonio cuando, como ocurre respecto a los procesos de nulidad canónica y divorcio civil ... las pretensiones típicas y propias de cada uno de esos procesos son diversas, precisamente porque hasta que no se produce la demanda civil solicitando los efectos civiles de la sentencia carece de relevancia el proceso canónico para el derecho del estado. No puede hablarse, por tanto, de litispendencia, situación procesal sólo verificable en procesos de la jurisdicción estatal con igual petitum y causa petendi. Falta, pues, su presupuesto jurídico para alegarse como excepción. En consecuencia, si no puede alegarse como excepción la litispendencia, no puede tampoco alegarse la EXCEPCION DE COSA JUZGADA DEL DIVORCIO FRENTE A LA NULIDAD O VICEVERSA, precisamente en atención a lo expuesto anteriormente, es decir, al ser acciones o pretensiones distintas las ejercitadas en el divorcio y en la nulidad, nunca puede darse entre ellas la excepción de cosa juzgada material, al no existir identidad de causa petendi. En este mismo sentido se ha mostrado recientemente la Audiencia provincial de Málaga, sección 5, en su sentencia 404 de fecha 19 de julio de 1.995, en la que manifiesta en su fundamento de derecho segundo que "no cabe hablar de excepción de cosa juzgada de una sentencia respecto de la otra, ni menos de litispendencia, toda vez que cada procedimiento se sigue ante una jurisdicción soberana con respecto a la otra, en su respectivo ámbito, ajenas orgánica y políticamente entre sí, aún cuando los miembros de una y otra sociedad, la Iglesia y el Estado, sean las mismas personas físicas". 3.- Condiciones requeridas por el ordenamiento civil para acceder a la homologación de la sentencia de nulidad canónica. Si, a la vista de lo expuesto, no existe ni posibilidad de alegar en uno u otro ámbito las excepciones de litispendencia ni de cosa juzgada, no podrá denegarse nunca la homologación de la sentencia canónica de nulidad cuando haya existido previamente una JUAN J. REYES GALLUR sentencia de divorcio. Problema distinto será el posible conflicto que pueda surgir con respecto a al ejecución de una y otra sentencia, lo que trataremos más adelante. Entiendo que la función del juzgador a la hora de declarar la homologación de la sentencia de nulidad canónica se limita a comprobar si se cumplen los requisitos prevenidos en el art. 954 de la LEC, y no proceder a efectuar pronunciamientos que estén fuera de lo que es estrictamente los requisitos para la homologación, ya que tales pronunciamientos (indemnización, buena o mala fe de los contrayentes, efectos económicos, régimen de visitas) son propios de la fase de ejecución del auto de medidas. En el sentido expuesto, el Tribunal Supremo, en sentencia de 1 de julio de 1.994, sala 10 (Aranzadi civil 6420), afirma que " según el art. 80 del CC la eficacia en el orden civil de las sentencias canónicas depende exclusivamente, sin mayores cortapisas, de la superación de un juicio de homologación que se ciñe a dos extremos concretos : a) autenticidad de la sentencia firme,..... b) adecuación de la sentencia (en su contenido) al derecho del estado, lo cual comporta un examen de fondo que sólo se extiende a constatar si las declaraciones de la sentencia, conforme al derecho canónico, no están en contradicción con los conceptos jurídicos y disposiciones equiparables o análogas del derecho estatal de manera que no se vea perjudicado o alterado el sistema de libertades públicas y derechos fundamentales del ciudadano español. Al margen de estas verificaciones el juicio de homologación no debe extenderse a hacer nuevos pronunciamientos que desvirtuarían su naturaleza y excederían del cometido que tiene atribuido por la ley." Partiendo de las anteriores consideraciones, es evidente que la función del Juzgador de instancia se circunscribe única y exclusivamente a comprobar, conforme al art. 80 del Código civil y al art. 6,2 del Acuerdo Jurídico sobre asuntos jurídicos entre la Santa sede y el estado español de 1.979, que se cumplen con los requisitos del art. 954 de la LEC. 4.- El abuso de derecho como causa de denegación de la eficacia civil. La sentencia citada up supra de la Audiencia provincial de Málaga, sección 5, utilizando un criterio nuevo para denegar la eficacia civil, y por tanto en contra de lo sentado por el propio Tribunal Supremo en la sentencia más arriba citada, deniega la eficacia civil de la sentencia de nulidad canónica al apreciar en el esposo un abuso del derecho y una mala fe procesal (art. 7 del CC y 11 de la LOPJ), pues presume que la única finalidad del actor para solicitar la homologación es la supresión de la pensión compensatoria concedida a la esposa en la sentencia de divorcio. Como ya he indicado, tal afirmación realizada por la Audiencia no es propia del procedimiento de homologación, sino propia de la ejecución de la sentencia, y en este JUAN J. REYES GALLUR aspecto hemos de manifestar que ya existen otros antecedentes en otras Audiencias Provinciales, en las que si bien se accede a la homologación de la sentencia cuando se reúnen los requisitos legales establecidas, se transforma la pensión por desequilibrio en indemnización del art. 98 del CC, precisamente amparándose en el ejercicio abusivo del derecho. No podemos olvidar que el posible conflicto entre las dos resoluciones, la de divorcio y la declaración de eficacia civil de la sentencia de nulidad, solo surge en la ejecución de las mismas, no afectando al juzgador civil los pronunciamientos que el Tribunal Eclesiástico haga sobre la mala o buena fe de los esposos, razón por la cual, no puede considerarse al Tribunal eclesiástico como una suprainstancia, ya que siempre será el orden civil el que determine la supresión de la pensión por desequilibrio económico o el establecimiento de una indemnización, y es en ese momento donde debiera de analizarse el posible abuso o ejercicio torticero del derecho, y no como hace la Audiencia de Málaga en la sentencia indicada. Esta "innovadora sentencia" no solo va en contra de lo establecido por la Jurisprudencia del T. S. que exige sólo la comprobación de los requisitos del art. 954 de la LEC, sino de la propia jurisprudencia menor que siempre accede siempre a la solicitud de eficacia civil aún existiendo una declaración previa de divorcio, entre ellas podemos citar A.P. Sevilla en sentencia de 10-2-1993 y la A.P. Málaga 21-4-92, y la A.P. de Palma de Mallorca en sentencia de fecha 21-5-1.992, la A.P. Sevilla de 2 de noviembre de 1.993, A.P. Valencia 15 Noviembre 1.993, A.T. de valencia de 30 de mayo de 1.983, SAP Palencia de 12 de septiembre de 1.994, eso sí, resolviendo los posibles conflictos en sede de ejecución de sentencia. 5.- Efectos de la homologación sobre los aspectos económicos dictados en el procedimiento matrimonial civil. El problema de la pensión compensatoria. Obviamente no podemos desconocer que en la mayoría de los casos que se presentan ante el Juzgado, la solicitud de nulidad va movida de una intención más económica que "espiritual", y precisamente ahí es donde surgen los mayores problemas. Es doctrina unánime que la declaración de nulidad, sin perjuicio de los efectos ya producidos conforme estipula el art. 79 del CC, deja sin efecto la pensión compensatoria concedida en el divorcio precedente a la nulidad, precisamente por ser incompatibles entre sí. Los posibles conflictos entre la sentencia firme de divorcio y la declaración de eficacia civil de la sentencia de nulidad canónica, como venimos manteniendo, habrán de solucionarse en sede de ejecución de sentencia, y así es como viene habiéndose por la llamada Jurisprudencia menor, entre las más destacadas la A.P. Sevilla en sentencia de 102-1993 y la A.P. Málaga 21-4-92, y la A.P. de Palma de Mallorca en sentencia de fecha 215-1.992, esta última como más significativa mantiene que JUAN J. REYES GALLUR " si a la sentencia de la nulidad ha precedido una de divorcio, aquella por ser de mayor amplitud tiene que imperar sobre la más restringida, en cuanto la nulidad absoluta es ineficacia total "ab initio" y el divorcio es disolución o resolución con ineficacia "ex nunc" se habrá de convenir que solicitada la extinción de la pensión compensatoria nacida del divorcio habrá de accederse a ella toda vez que no pueden coexistir efectos civiles de la sentencia de divorcio y nulidad ..... ". En todos los casos y aún cuando no haya habido declaración expresa de mala fe en una de las partes, se ha fijado una indemnización por causa de nulidad de matrimonio en favor del contrayente que venía percibiendo la pensión por divorcio. En otro supuesto contemplado en la sentencia de la A.P. Sevilla de 2 de noviembre de 1.993 (Aranzadi civil 2233), donde había precedido una sentencia de divorcio a la de nulidad, se establece con acertado criterio que el conflicto jurisdiccional entre la sentencia firme de divorcio con sus consiguientes efectos económicos, y una sentencia firme de nulidad canónica, cuyos efectos civiles también fueron reconocidos y fijados ha de resolverse manteniendo los efectos acordados en la sentencia de divorcio, ya que " la existencia de una sentencia firme de " nulidad canónica" y el subsiguiente reconocimiento de sus efectos civiles, no puede estimarse como "cambio sustancial" de circunstancias, para dejar así sin efecto lo acordado en la sentencia firme de divorcio; llegar por este solo hecho a la solución contraria sería tanto como otorgar a la Jurisdicción canónica efectos de prevalencia civil sobre los jueces y Tribunales del estado, hecho que impide en absoluto el principio de exclusividad jurisdiccional". En definitiva, este criterio lo que establece es que siempre serán los jueces y tribunales civiles los que determinaran la supresión de la pensión compensatoria, o su transformación en indemnización, siempre a la vista de las circunstancias de cada caso concreto, valorando si ha existido buena o mala fe, no solo a la hora de contraer matrimonio y solicitar una indemnización, sino a la hora de la solicitud de supresión de los efectos del divorcio (pensión compensatoria) determinando si existe o no un verdadero uso del derecho o por el contrario un abuso del mismo. Es evidente que cada caso concreto necesitará de una aplicación del derecho en su justa medida, pues no es lo mismo que por la vía de los recursos, el beneficiario de la pensión compensatoria alargue el proceso canónico en un claro abuso de derecho en favor de obtener un rápido divorcio, para así evitar la supresión de la pensión compensatoria, que el supuesto de esperar a obtener una sentencia de divorcio y ante la fijación de una pensión instar el proceso de nulidad con la única finalidad (que ha de ser probada) de eliminar la pensión compensatoria. Generalizar es de todo punto imposible, siendo por tanto facultad de los tribunales el analizar cada caso concreto para dictar en definitiva la resolución más justa. A modo de conclusión, insisto en que nunca puede hablarse de que el Tribunal Eclesiástico sea una suprainstancia o tenga funciones revisoras de la jurisdicción civil, pues JUAN J. REYES GALLUR si bien la función del juzgador civil es declarar ajustada a derecho la sentencia de nulidad canónica siempre que se den los requisitos para ello sin entrar en cualquier otra cuestión, como puede ser la declaración de mala fe de uno de los cónyuges o la existencia previa de un divorcio, al juzgador civil en modo alguno le vinculan los pronunciamientos que fuera de la declaración de nulidad se efectúen en la sentencia de nulidad canónica (buena o mala fe, custodia de los hijos, obligaciones de los cónyuges, etc.). Será siempre en sede de ejecución de sentencia donde el juzgador podrá determinar a la vista de las pruebas de cada caso, si existe o no derecho a suprimir la pensión compensatoria establecida en la sentencia de divorcio, si ha existido mala fe en alguno de los cónyuges, si hay derecho a indemnización, y cuales serán los efectos que conforme al art. 79 del CC se mantienen, no pudiendo entrar, a criterio de este autor, en otras consideraciones que son ajenas al proceso de homologación de sentencia.