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Prologo
Cuando se piensa en la posibilidad del aborto, generalmente se lo toma muy la ligera sin medir las
graves consecuencias que pueden afectar a otras personas parte de la madre y del niño, de quienes se
piensan que son los únicos involucrados en este gran problema.
ABORTO
¿Qué es el aborto?
La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el perÃ-odo no viable de su
vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se
realiza en perÃ-odo viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el
feto sobrevive como si muere.
En el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión, natural o provocada, en cualquier
momento de su vida intrauterino
1− Clases de Aborto
El aborto puede ser espontáneo o provocado. El espontáneo se produce o bien porque surge la muerte
intrauterinamente, o bien porque causas diversas motivan la expulsión del nuevo ser al exterior, donde
fallece dada su falta de capacidad para vivir fuera del vientre de su madre. Si el aborto es provocado, se
realiza o bien matando al hijo en el seno materno o bien forzando artificialmente su expulsión para que
muera en el exterior.
En ocasiones se actúa sobre embarazos de hijos viables, matándolos en el interior de la madre o procurando
su muerte después de nacer vivos. Esto no es, médicamente hablando, un aborto, y de hecho muchas
legislaciones que se consideran permisivas en la tolerancia del aborto lo prohÃ-ben expresamente, porque lo
incluyen en la figura del infanticidio. Pero no ocurre asÃ- en otros casos, como por ejemplo en España,
donde el Código Penal no tiene en cuenta la viabilidad del feto para que se dé el delito de aborto, y, en
contrapartida, se puede matar en algunos casos a fetos viables sin recibir ningún castigo penal, al amparo de
la legislación vigente precisamente en materia de aborto. Por eso utilizaremos en estas páginas la
definición de aborto según el lenguaje corriente, de modo que la muerte provocada de un feto viable
también será considerada como aborto.
2−Tipos de Aborto
El asesinato de un bebé no nacido se produce, además de algunos métodos domésticos, a través de
los siguientes métodos:
A − Por envenenamiento salino
Se extrae el lÃ-quido amniótico dentro de la bolsa que protege al bebé. Se introduce una larga aguja a
través del abdomen de la madre, hasta la bolsa amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina
concentrada. El bebé ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por
envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Esta solución salina produce
quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde, la madre comienza "el parto" y da a luz un
bebé muerto o moribundo, muchas veces en movimiento. Este método se utiliza después de las 16
semanas de embarazo.
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B − Por Succión
Se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una fuerte succión (28 veces más fuerte
que la de una aspiradora casera) despedaza el cuerpo del bebé que se está desarrollando, asÃ- como la
placenta y absorbe "el producto del embarazo" (ósea, el bebé), depositándolo después en un balde. El
abortista introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que suele no salir por el tubo de succión.
Algunas veces las partes más pequeñas del cuerpo del bebé pueden identificarse. Casi el 95% de los
abortos en los paÃ-ses desarrollados se realizan de esta forma.
C − Por Dilatación y Curetaje
En este método se utiliza una cureta o cuchillo provisto de una cucharilla filosa en la punta con la cual se va
cortando al bebé en pedazos con el fin de facilitar su extracción por el cuello de la matriz. Durante el
segundo y el tercer trimestre del embarazo el bebé es ya demasiado grande para extraerlo por succión;
entonces se utiliza el método llamado por dilatación y curetaje. La cureta se emplea para desmembrar al
bebé, sacándose luego en pedazos con ayuda de los fórceps. Este método está convirtiéndose en el
más usual.
D − A las 32 semanas
Este es el método más espantoso de todos, también es conocido como nacimiento parcial. Suele
hacerse cuando el bebé se encuentra muy próximo de su nacimiento Después de haber dilatado el cuello
uterino durante tres dÃ-as y guiándose por la ecografÃ-a, el abortista introduce unas pinzas y agarra con
ellas una piernecita, después la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del bebé.
AsÃ- extrae parcialmente el cuerpo del bebé, como si éste fuera nacer, salvo que deja la cabeza dentro
del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraÃ-da intacta; el abortista, entierra unas tijeras
en la base del cráneo del bebé que está vivo, y las abre para ampliar el orificio. Entonces inserta un
catéter y extrae el cerebro mediante succión. Este procedimiento hace que el bebé muera y que su
cabeza se desplome. A continuación extrae a la criatura y le corta la placenta.
E − Por Operación Cesárea
Este método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta el cordón umbilical,
salvo que en vez de cuidar al niño extraÃ-do se le deja morir. La cesárea no tiene el objeto de salvar al
bebé sino de matarlo.
F − Mediante Prostaglandinas
Este fármaco provoca un parto prematuro durante cualquier etapa del embarazo. Se usa para llevar a cabo el
aborto a la mitad del embarazo y en las últimas etapas de éste. Su principal "complicación" es que el
bebé a veces sale vivo. También puede causarle graves daños a la madre. Recientemente las
prostaglandinas se han usado con la RU−486 para aumentar la "efectividad" de éstas.
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3 − Secuelas fÃ-sicas del aborto
A − MUERTE:
Las primeras causas de muerte en relación con el aborto son hemorragia, infección, embolia, anestesia, y
embarazos ectópicos sin diagnosticar .El aborto legal constituye la quinta causa de muerte de gestantes en los
EE. UU, aunque de hecho se sabe que la mayorÃ-a de muertes relacionadas con el aborto no son registradas
oficialmente como tales.
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B − CÃNCER DE MAMA:
El riesgo de cáncer de mama casi se dobla después de un aborto e incluso se incrementa aún más con
dos o más abortos.
C − CÃNCER DE OVARIOS, HÃGADO Y CERVICAL (cuello uterino):
Las mujeres con un aborto se enfrentan a un riesgo relativo de 2.3 de cáncer cervical, en comparación con
las mujeres que no han abortado, y las mujeres con dos o más abortos encaran un riesgo relativo de 4.92.
Riesgos igualmente elevados de cáncer de ovario e hÃ-gado se ligan con el aborto único o múltiple. Estos
porcentajes incrementados de cáncer para el caso de mujeres que han abortado se vinculan aparentemente a
la interrupción no natural de los cambios hormonales que acompañan al embarazo, asÃ- como a la lesión
cervical no tratada.
D − PERFORACIÓN DE ÚTERO:
Entre un 2 y un 3 % de las pacientes de aborto pueden sufrir perforación del útero; es más, la mayorÃ-a
de estas lesiones quedarán sin ser diagnosticadas ni tratadas a no ser que realice una visualización mediante
laparoscopia. (5) Esta clase de examen puede resultar útil cuando se inicia un proceso judicial por
negligencia en la práctica del aborto. El riesgo de perforación uterina se incrementa para las mujeres que ya
han tenido hijos y para las que reciben anestesia general durante la realización del aborto.(6) El daño en el
útero puede complicarse en ulteriores embarazos y eventualmente puede acarrear problemas que requieran
una histerectomÃ-a, lo que de por sÃ- puede conllevar diversas complicaciones adicionales y lesiones que
incluyen la osteoporosis.
E − DESGARROS CERVICALES (cuello del útero):
En al menos un uno por ciento de abortos realizados en el primer trimestre se producen importantes desgarros
cervicales que requieren sutura. Las laceraciones de menor envergadura o los micro−fracturas, que
normalmente no son tratadas, pueden también a la larga perjudicar la función reproductiva. La lesión
latente post−aborto puede abocar a una posterior incompetencia cervical, parto prematuro y complicaciones
durante el parto. El riesgo de lesión cervical es mayor en adolescentes, para abortos realizados en el segundo
trimestre, y cuando los facultativos no usan laminaria (sic) para dilatar el cuello uterino.
F − PLACENTA PREVIA
El aborto incrementa el riesgo de placenta previa en ulteriores embarazos (una circunstancia que pone en
peligro tanto la vida de la madre como su embarazo deseado), en una escala de entre siete y quince. El
desarrollo anormal de la placenta debido a lesión uterina aumenta el riesgo de malformación fetal, muerte
perinatal y efusión excesiva de sangre durante el parto.
G − RECIÉN NACIDOS DISCAPACITADOS EN POSTERIORES EMBARAZOS:
El aborto se asocia con lesiones cervicales y uterinas que pueden incrementar el riesgo de parto prematuro,
complicaciones en el parto y desarrollo anormal de la placenta en posteriores embarazos. Estas
complicaciones reproductivas constituyen las causas principales de las minusvalÃ-as en recién nacidos.
H − EMBARAZO ECTÓPICO:
El aborto está relacionado de forma importante con un riesgo añadido de embarazos ectópicos
posteriores. Los embarazos ectópicos, a su vez, amenazan la vida y pueden llevar a un descenso en la
fertilidad.
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I − AFECCIÓN INFLAMATORIA PÉLVICA
Se trata de una enfermedad que puede poner en peligro la vida y conllevar un riesgo añadido de embarazo
ectópico y reducción de fertilidad. De entre las pacientes que tienen una infección por clamidia en el
momento del aborto, un 23 % desarrollará PID en cuatro semanas. Algunos estudios han arrojado que entre
un 20 y un 27 % de pacientes que abortan sufren una infección por clamidia. Aproximadamente un 5 % de
pacientes que no han sido infectados por clamidia desarrollan PID dentro de las 4 semanas posteriores a un
aborto realizado durante el primer trimestre. Es por tanto razonable suponer que cuantos practican abortos
previenen y tratan tales infecciones antes del aborto.
J − ENDOMETRITIS:
La endometritis representa un riesgo post−aborto para todas las mujeres, pero en especial para las
adolescentes, las cuales tienen una probabilidad 2.5 veces mayor de contraer endometritis después de un
aborto que las mujeres con edades entre 20 y 29 años.
K − COMPLICACIONES INMEDIATAS:
Alrededor de un 10 % de mujeres que se someten a un aborto provocado sufrirán complicaciones
inmediatas, de las cuales aproximadamente un quinto (2 %) tienen la consideración de riesgo mortal. Las
nueve grandes complicaciones más comunes que pueden darse durante la práctica del aborto son:
infección, efusión excesiva de sangre, embolia, desgarro o perforación del útero, complicaciones de la
anestesia, convulsiones, hemorragia, lesión cervical y "shock" endotóxico. Las complicaciones 'menores'
más comunes incluyen: infección, efusión de sangre, fiebre, quemaduras de segundo grado dolor
abdominal crónico, vómitos, problemas gastro−intestinales, y sensibilización del Rh
L − RIESGOS AÑADIDOS PARA LAS MUJERES CON MÚLTIPLES ABORTOS:
En general, la mayorÃ-a de los estudios arriba citados reflejan factores de riesgo para mujeres que se han
sometido a un solo aborto. Estos mismos estudios muestran que las mujeres que tienen abortos múltiples
encaran un riesgo mucho mayor de sufrir tales complicaciones. Este punto es especialmente digno de ser
mencionado desde el punto y hora en que alrededor de un 45 % de todos los abortos se practican en mujeres
que ya habÃ-an abortado antes.
LL − RIESGOS AÑADIDOS PARA LAS ADOLESCENTES:
Las adolescentes, que suponen aproximadamente un 30 por ciento de las mujeres que abortan, se exponen a
un riesgo mucho más alto de sufrir numerosas complicaciones relacionadas con el aborto. Esto reza tanto
para las complicaciones inmediatas como para los perjuicios reproductivos a largo plazo.
M − PEOR ESTADO DE SALUD GENERAL:
En un estudio realizado sobre 1.428 mujeres, los investigadores descubrieron que los embarazos malogrados y
en particular los debidos a aborto provocado se asociaban de manera significativa a una salud general más
deficiente. Los abortos múltiples correspondÃ-an a una valoración todavÃ-a peor de la salud presente.
Mientras que la interrupción del embarazo por causas naturales iba en detrimento de la salud, el aborto
provocado resultó estar más estrechamente relacionado con una salud deficiente. Tales hallazgos confirman
investigaciones anteriores que arrojaban que durante el año siguiente a un aborto las mujeres visitaban a su
médico de cabecera un 80 % más por toda clase de razones y un 180 % más por razones psico−sociales.
Los autores también se encontraron con que si hay un compañero presente y que no presta apoyo el
porcentaje de aborto natural se eleva a más del doble y el de aborto provocado es cuatro veces mayor que si
él está presente y apoyando. Si el compañero está ausente, el porcentaje de aborto provocado es seis
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veces mayor.
N − RIESGO AÑADIDO POR FACTORES QUE HACEN PELIGRAR LA SALUD:
El aborto está en buena medida ligado a cambios de conducta tales como promiscuidad, tabaquismo, abuso
de las drogas y desórdenes alimenticios que en conjunto contribuyen a incrementar los riesgos de padecer
problemas de salud. Por ejemplo, la promiscuidad y el aborto están ambos relacionados con un aumento de
las tasas de PID y embarazos ectópicos. Cuál de los dos contribuye más es algo todavÃ-a incierto, pero
deslindarlo puede ser irrelevante si la promiscuidad es de por sÃ- una reacción al trauma post−aborto o a la
pérdida de autoestima.
4 − Secuelas psÃ-quicas del aborto
A − NECESIDAD DE TRATAMIENTO PSICOLÓGICO:
En un estudio realizado sobre pacientes post−aborto a sólo 8 semanas de haber abortado, los investigadores
hallaron que el 44 % se quejaba de trastornos nerviosos, el 36 % habÃ-a sufrido alteraciones del sueño, el
31 % tenÃ-a arrepentimientos por la decisión tomada y al 11 % le habÃ-an sido prescritos fármacos
psicotrópicos por su médico de cabecera. (2) Un estudio retrospectivo que abarcaba un perÃ-odo de cinco
años en dos provincias canadienses detectó que el recurso a los servicios médicos y psiquiátricos era
sensiblemente mayor entre mujeres que habÃ-an abortado. Lo más revelador fue la conclusión a la que se
llegó, según la cual el 25 % de mujeres que habÃ-an abortado visitaban a los psiquiatras frente al 3 % del
grupo de control Las mujeres que han abortado tienen bastantes más probabilidades que otras de requerir el
ingreso posterior en un hospital psiquiátrico. Adolescentes, mujeres separadas o divorciadas, y aquéllas en
cuya historia clÃ-nica figura más de un aborto encaran un riesgo especialmente alto.
Puesto que muchas mujeres tras un aborto recurren a la represión como mecanismo de defensa puede darse
un largo perÃ-odo de negación antes de que una mujer requiera tratamiento psiquiátrico. Estos
sentimientos reprimidos son susceptibles de causar afecciones psicosomáticas y psiquiátricas o de conducta
en otras facetas de la vida de la mujer. En consecuencia, algunos asesores al parecer, se refiere a ciertos
peritos de los procesos judiciales norteamericanos] informan del hecho de que la angustia por un aborto que
no se quiere reconocer es lo que en realidad subyace en muchas de sus pacientes, incluso aunque se hayan
dirigido a ellos en demanda de terapias para problemas que aparentemente nada tienen que ver con ello.
B − TRASTORNOS POR ESTRÉS POST−TRAUMÃTICO
Un importante muestreo concluyó que al menos un 19 % de mujeres que han abortado padecen trastornos
por estrés post−traumático (PTSD). Aproximadamente la mitad presentaba muchos de los sÃ-ntomas de
PTSD, aunque no todos, y entre un 20 y un 40 por ciento mostraban niveles de estrés que fluctuaban entre
moderados y altos, asÃ- como conducta evasiva respecto a sus experiencias abortivas. (6) Puesto que nos
hallamos ante una alteración grave que puede estar presente en muchas demandantes, y que no es
fácilmente comprendida fuera de la profesión de asesor, el siguiente resumen será más completo que
otros apartados de esta sección. El PTSD es una disfunción psicológica producto de una experiencia
traumática que anula los mecanismos normales de defensa de una persona, derivando en miedo intenso,
sensación de desvalimiento o de estar atrapado, o en pérdida del control. El riesgo de que una experiencia
resulte traumática se incrementa cuando el hecho traumatizante es percibido como susceptible de conllevar
amenazas de lesión fÃ-sica, violación sexual o presencia personal o participación en una muerte violenta.
Se da el PTSD cuando el hecho traumático produce la hiperexcitabilidad de los mecanismos de defensa de
vuelo o lucha]. Tal hiperexcitación provoca que estos mecanismos de defensa se desorganicen,
desconectados de las circunstancias presentes, y empiecen a funciona por su cuenta, dando lugar a una
conducta anormal y a graves trastornos de la personalidad. A guisa de ejemplo de esta deconexión de
funciones mentales, puede ocurrir que alguna vÃ-ctima de PTSD experimente una intensa emoción, pero sin
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clara memoria del hecho; otros pueden recordar cada detalle pero sin emoción; otros incluso pueden revivir
tanto el hecho como las emociones en furtivas y abrumadoras experiencias de flash back.
Las mujeres pueden interiorizar el aborto como una experiencia traumática por varias razones. En muchos
casos llegan a él forzadas por maridos, novios, padres u otros. Si la mujer ha sido victima en repetidas
ocasiones de abuso de posición dominante, el aborto forzado puede ser percibido como la violación
definitiva en el curso de una vida marcada por el abuso. Otras mujeres −sin importar cuánto de imperioso
tuviesen las razones por las que recurrieron al aborto− pueden incluso percibir el final de su embarazo como
la muerte violenta causada a su propio hijo. El miedo, la ansiedad, el dolor y la culpa asociada al
procedimiento aparecen entreverados en esta percepción de muerte violenta y grotesca. Algunas mujeres aun
dan cuenta de que el dolor del aborto, desatado sobre ellas por un extraño enmascarado que asalta su cuerpo,
se siente como idéntico al de una violación. (8) En efecto, los investigadores han concluido que las
mujeres en cuya historia clÃ-nica constan agresiones sexuales pueden sentir mayor angustia durante y
después de la práctica del aborto a causa de estas asociaciones entre ambas experiencias. (9) Cuando el
factor de estrés que conduce al PTSD es el aborto, algunos clÃ-nicos lo denominan SÃ-ndrome
Post−aborto (PAS).
Los sÃ-ntomas más importantes del "PTSD" son clasificados generalmente en tres categorÃ-as:
hiperexcitación, intrusión y constricción.
El primero consiste en una intervención inapropiada y crónica de los mecanismos de defensa fight or flight.
La persona se halla por lo visto en permanente alerta frente a amenazas de peligro. Los sÃ-ntomas de
hiperexcitación incluyen: respuestas exageradamente sobresaltadas, ataques de ansiedad, irritabilidad,
explosiones de ira o rabia, conducta agresiva, dificultad para concentrarse, hipervigilancia, dificultad para
conciliar el sueño o mantenerse despierto, o reacciones fisiológicas ante situaciones que simbolicen o se
asemejen a algún aspecto de la experiencia traumática (por ejemplo, aceleración del pulso o sudoración
durante un examen pélvico, o al tiempo de oÃ-r el sonido de una bomba neumática).
La intrusión consiste en revivir el hecho traumático involuntaria e inesperadamente. Los sÃ-ntomas de
intrusión en los casos de PAS incluyen: pensamientos recurrentes e intrusivos sobre el aborto o el niño
abortado, flashbacks en los que las mujeres vuelven a vivir momentáneamente un aspecto de la experiencia
abortiva, pesadillas sobre el aborto o el niño, o reacciones de intenso pesar o depresión en la fecha del
aniversario del embarazo abortado o del aborto.
La constricción consiste en paralizar los recursos emocionales o en desarrollar patrones de conducta, de
forma se que eviten los estÃ-mulos asociados con el trauma. Se trata de la conducta evasiva [o de evitación:
"avoiding]; un intento de negar y de evitar las sensaciones negativas de gente, lugares, o cosas que agraven las
sentimientos negativos asociados con el trauma. En los casos de trauma post−aborto, la constricción puede
incluir: incapacidad para recordar la experiencia abortiva o partes importantes de ella; esfuerzos por evitar
actividades o situaciones que puedan excitar los recuerdos del aborto; abandono de relaciones, en especial,
alejamiento de aquéllas que tuvieron que ver con la decisión de abortar; evitación de hijos; intentos de
evitar o negar pensamientos o sensaciones relacionadas con el aborto; escasa presencia de sentimientos
relacionados con el amor o la ternura; visión del futuro como en escorzo (p. ej. no esperar tener una carrera,
casarse, criar hijos o una vivir una vida larga); interés reducido por actividades con las que antes se
disfrutaba; abuso de drogas o alcohol; pensamientos o actos suicidas y otras tendencias autodestructivas.
Como ya se mencionó, el estudio de Barnard identificó un porcentaje del 19 % de PTSD entre mujeres a las
que les fueron practicados abortos entre tres y cinco años antes. Pero en realidad el porcentaje efectivo es
mayor con toda probabidad. Como la mayorÃ-a de los estudios post−aborto, el de Barnard estaba lastrado por
un porcentaje de omisiones del 15 % La experiencia clÃ-nica ha demostrado que las mujeres que menos
suelen cooperar en una investigación post−aborto son aquéllas a las que el aborto ha causado mayor
angustia psicológica. La investigación ha confirmado esta intuición, demostrando que las caracterÃ-sticas
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demográficas de las mujeres que rechazan la evaluación posterior, coinciden en su mayorÃ-a con las de las
mujeres que padecen la angustia post−aborto más acentuada. La extraordinariamente alta tasa de negativas a
participar en estudios post−aborto puede ser interpretada como evidencia de constricción o de conducta de
evitación (no querer pensar en el aborto) que es un destacado sÃ-ntoma de PTSD.
Para muchas mujeres, el comienzo o la identificación inequÃ-voca de los sÃ-ntomas del PTSD puede
demorarse durante varios años. Hasta que una persona aquejada de PTSD ha recibido consejo y logrado un
adecuado restablecimiento, el PTSD puede dar lugar a una incapacidad psicológica que impedirÃ-a a una
paciente de aborto afectada interponer una demanda judicial dentro del perÃ-odo normal establecido por la
ley. Esta incapacidad puede, sin embargo, proveer de base legal para obtener una prórroga de dicho plazo.
D − DISFUNCIÓN SEXUAL:
Entre un treinta y un cincuenta por ciento de mujeres que han abortado declaran sufrir disfunciones sexuales,
tanto de breve como de larga duración, que comienza inmediatamente después de sus respectivos abortos.
En concreto pueden incluir uno o varios problemas de los que se detallan a continuación: ausencia de placer
en las relaciones, dolor añadido, aversión al sexo o a los hombres en general, o desarrollo de una forma de
vida de tipo promiscuo.
E − PLANTEAMIENTOS SUICIDAS E INTENTOS DE SUICIDIO:
Aproximadamente un 60 por ciento de mujeres que experimentan secuelas post−aborto declaran albergar
ideas suicidas, con un un 28 por ciento que intenta realmente suicidarse, de las cuales la mitad lo ha hecho en
dos o más ocasiones.
Investigadores finlandeses han identificado una estrecha relación estadÃ-stica entre el aborto y el suicidio en
un estudio basado en registros. Los 73 suidicidios identificados se asociaban en el espacio de un año a
embarazos que acababan ya de forma natural, ya por aborto provocado. La tasa media anual de suicidio
femenino en general era de 11.3 por cada 100.000. La tasa de suicidios asociados con nacimientos era
significativamente más baja (5.9). Las tasas para interrupción del embarazo eran sensiblemente más altas.
Para el aborto natural, la tasa era de 18.1 por cada 100.000 y para el aborto provocado de 34.7 por cada
100.000. La tasa de suicidio dentro del año posterior a la práctica del aborto era tres veces más alta que la
tasa general femenina, siete veces más elevada que para las mujeres que llevan a término su embarazo, y
casi el doble de alta que la de las mujeres que habÃ-an sufrido un aborto por causas naturales. (13)
F −REFUERZO DEL HÃBITO DE FUMAR CON LOS CORRESPONDIENTES EFECTOS
NEGATIVOS PARA LA SALUD:
El estrés post−aborto se vincula con una acentuación del tabaquismo. Las mujeres que abortan tienen el
doble de probabilidades de convertirse en grandes fumadoras y de sufrir los correspondientes riesgos sobre la
salud. Las mujeres que han abortado tienen también mayor probabilidad de continuar fumando durante los
posteriores embarazos deseados, con el riesgo añadido de muerte neonatal o anomalÃ-as congénitas.
G − ABUSO DEL ALCOHOL:
El aborto se vincula de forma significativa con un riesgo doblemente añadido de abuso del alcohol entre las
mujeres. (16) El aborto seguido de abuso del alcohol se vincula con conductas violentas, divorcio o
separación, accidentes de tráfico, y pérdida del puesto de trabajo. (17) (Ver también New Study
Confirms Link Between Abortion and Substance Abuse)
H − ABUSO DE LAS DROGAS:
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El aborto se halla significativamente ligado a abuso posterior de las drogas. Además de los costes
psico−sociales que supone tal abuso, la adicción las drogas se vinculan con riesgo incrementado de contraer
infecciones por VIH/SIDA, malformaciones congénitas y conducta agresiva.
I − DESÓRDENES ALIMENTICIOS:
Para algunas mujeres al menos, el estrés post−aborto se asocia con desórdenes en la ingestión de
alimentos tales como comer compulsivamente bulimia, y anorexia nerviosa.
J − DESCUIDO DE LOS NIÑOS O CONDUCTA ABUSIVA HACIA ELLOS:
El aborto se vincula con mayores niveles de depresión, conducta violenta, abuso del alcohol y de las drogas,
embarazos 'de sustitución o reemplazo', y relajación de los lazos que unen a las madres con los hijos
habidos posteriormente. Estos factores se asocian estrechamente con el trato abusivo hacia los niños y
parecen confirmar particulares valoraciones clÃ-nicas que vinculan el trauma post−aborto con abuso infantil
subsiguiente. (20)
K − DIVORCIO Y PROBLEMAS CRÓNICOS DE RELACIÓN:
Para la mayor parte de las parejas, un aborto crea problemas imprevistos en su relación. Las parejas que han
recurrido al aborto están más expuestas a divorciarse o a separarse. Muchas mujeres que abortan
desarrollan una mayor dificultad para establecer lazos duraderos con un compañero. Esto puede deberse a
que el aborto se relaciona con reacciones tales como baja autoestima, mayor desconfianza hacia los hombres,
disfunción sexual, abuso de substancias y niveles incrementados de depresión, ansiedad y cólera pasajera
Las mujeres que se han sometido a más de un aborto (que representan alrededor del 45 % de todos los
abortos) tienen mayor probabilidad de requerir ayudas públicas, en parte porque también tienen más
probabilidades de acabar constituyendo familias monoparentales.
L −ABORTOS DE REPETICIÓN:
Las mujeres a las que les ha sido practicado un aborto arrostran un riesgo añadido de volver a abortar en el
futuro. Las mujeres que cuentan con una experiencia abortiva anterior tienen una probabilidad cuatro veces
mayor de volver a interrumpir voluntariamente su embarazo que aquéllas que no tienen historia abortiva
previa.
Este riesgo incrementado se asocia con el aborto anterior por la baja autoestima, un consciente o inconsciente
deseo de llevar a cabo un embarazo 'de sustitución', y una mayor actividad sexual post−aborto. Los abortos
posteriores pueden producirse por culpa de deseos conflictivos de quedar embarazada y tener un hijo y
presiones continuas en favor del aborto, como puede ser el abandono por parte del nuevo compañero. En los
abortos de repetición se da cuenta también de cierta clase de auto−punición.
Aproximadamente un 45 % de todos los abortos son ahora abortos de repetición. El riesgo de caer en un
patrón de aborto de repetición deberÃ-a ser comentado con la paciente a la vista de su primer aborto. Es
más, puesto que las mujeres a las que se les ha practicado más de un aborto se exponen a un importante
riesgo añadido de sufrir secuelas fÃ-sicas y psÃ-quicas, tales riesgos cualificados deberÃ-an ser
ampliamente comentados con las mujeres que optan por abortar.
5− DIU también es abortivo
Es inadmisible la afirmación de que el DIU no es abortivo, cuando las mismas revistas especializadas y hasta
la Organización Mundial de la Salud en sus informes al respecto, asÃ- lo reconocen explÃ-citamente. Tanto
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es asÃ-, que mientras fue ilegal el aborto fue prohibido su comercialización e implantación en los mismos
Estados Unidos.
El Laboratorio que fabrica y distribuye el Para Gard, DIU de última generación, modelo T 380 A en
Estados Unidos, distribuye en forma obligatoria, un formulario con una extensión de 11 páginas, de
carácter de declaración jurada, la que debe ser rubricada por la interesada en su colocación, en 12
oportunidades. En la misma se informa sobre todas las contraindicaciones y efectos secundarios que les puede
ocasionar el DIU.
Recordemos que el nombre T de cobre le es dado por una membrana galvanizada de cobre que recubre al
cuerpo plástico en forma de "T" que tiene el dispositivo.
Por sus caracterÃ-sticas anatómicas, se advierte que el DIU no es un dispositivo de barrera, es decir, no
impide la libre circulación de los espermatozoides hasta encontrarse con el óvulo. Su función, en realidad,
es, como agente exógeno al organismo femenino, producir irritación e inflamación en las paredes internas
del útero (endometrio), con lo cual, lo hace pasible y propenso a contraer una serie de infecciones muy
delicadas y que imposibilitan que el óvulo fecundado por el espermatozoide (huevo) puede anidar o
implantarse en esa pared. Esto lleva a que se desprenda y provoque un sangrado Ã-nter menstrual en el cual es
expulsado. Es decir, un aborto.
La declaración jurada antes mencionada, elaborada por el mismo Laboratorio, explica lo dicho de la
siguiente forma: "Cómo actúa el Para Gard: TodavÃ-a no se comprende exactamente la manera en que el
Para Gard impide el embarazo. Se han sugerido varias teorÃ-as, entre ellas, la interferencia con el transporte,
la fecundación y la implantación de espermatozoides. Los estudios clÃ-nicos con el DIU portadores de
cobre indican que la fecundación se altera, ya sea porque varÃ-a el número de espermatozoides o por la
falta de viabilidad de éstos. Los DIU no inhiben la ovulación (producción y liberación de un óvulo de
los ovarios). El Para Gard no siempre evita la producción de embarazos ectópicos (el embarazo fuera del
útero, llamado a veces embarazo tubárico). El embarazo ectópico puede requerir cirugÃ-a y dejarla
incapacitada para tener hijos; en algunos casos puede causar la muerte".
"TodavÃ-a no se comprende...", "Se han sugerido varias teorÃ-as...". En buen cristiano, vemos que el mismo
fabricante reconoce no saber cómo es anticonceptivo. En realidad, porque no lo es. Y habla de evitar la
"implantación de espermatozoides". ¡Como si el espermatozoide pudiera implantarse por sÃ- solo en el
útero!
Más adelante, la misma declaración jurada sentencia: "Factores especiales de riesgo: ...Los datos indican
que hay más posibilidades frente a otras mujeres, de que las usuarias del Para Gard contraigan una grave
infección denominada enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), especialmente si mantienen relaciones
sexuales con múltiples compañeros. La EIP es el término médico conque se designa la infección del
área pélvica superior. En esta área se encuentra el útero (matriz), las trompas de Falopio, lo ovarios y
los tejidos circundantes (La vaginitis, o infección local de la vagina, no es EIP, pero puede llevar a ella). Los
estudios realizados indican que el mayor número de casos de EIP se producen poco después de la
inserción del DIU y hasta 4 meses después. La EIP puede causar obstrucción permanente de las trompas,
esterilidad, embarazo ectópico o, en raras ocasiones, la muerte. Si ud. tiene ahora o ha tenido alguna vez EIP,
no debe usar el Para Gard. La EIP es una infección causada por la gonorrea, clamidias u otros organismos
microscópicos. La EIP es a menudo una enfermedad de transmisión sexual (ETS o EV)..."
Vemos pues, que el DIU no solo no es anticonceptivo, sino que es abortivo, favorece las enfermedades de
inflamación pélvica, la obstrucción de las trompas de Falopio, la esterilidad definitiva, los sangrados
constantes (y por consecuencias, anemias, debilitamiento, etc.) y, en algunos casos, hasta la muerte de la
usuaria.
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Muchas cosas se clarifican cuando nos enteramos que el dueño de la patente del para Gard es el propio
Consejo de Población, organismo vinculado a la Fundación Rockefeller y consultor de la ONU, junto a
Gyno Pharma, una pequeña corporación farmacéutica establecida como frente a petición del propio
Consejo de Población.
El laboratorio Schering Argentina S.A.I.C. comercializa en nuestro medio el DIU de tercera generación
"NOVAT", para cuya propaganda agrega un rótulo que reza: "Método avalado por el Population Council"
(Consejo de Población).
A tal fin, ha publicado una serie de cuadernos en donde brinda iformación sobre contraceptivos.
Por si persisten las dudas, el cuaderno sigue, y al mencionar las indicaciones para la colocación del DIU,
entre otras, enumera:
". Planificación familiar cumplida, pero no se desea la esterilización;
. Directamente en la interrupción del embarazo;
. Como contraceptivo postcoital"
Y al mencionar las complicaciones posibles con el uso del DIU, afirma:
"... Inflamación del cuello y de los genitales internos...
. Perforación;
. Aumento del Ã-ndice de embarazos extrauterinos.
"Si una portadora de DIU se embaraza, esta situación puede resultar complicada, más allá de posición
que pueda adoptar la pareja sobre el futuro de dicha gestación. Es muy probable que el embarazo termine en
un aborto espontáneo del primer o segundo trimestre... ...Si no se extrae el DIU, aproximadamente 50 % de
los embarazos ortotópicos abortan espontáneamente... O sea que esta situación representa de 3 a 5 veces
más que la tasa de abortos espontáneos en usuarias de otros métodos. Algunos estudios evidencian que
más de la mitad de dichos abortos ocurren el 2do. Trimestre. En 1.984 en los Estados Unidos se publicó un
trabajo respecto a 539 mujeres con DIU, que tenÃ-an 26 veces más probabilidades de tener un aborto
espontáneo séptico en el 2do. Trimestre respecto a las mujeres embarazadas sin DIU. Evidentemente que
las complicaciones infecciosas en el 2do. Trimestre son más graves que las de aborto espontáneo
temprano"
6 − El sÃ-ndrome Post−Aborto
La segunda vÃ-ctima del aborto es la mujer. Las millones de mujeres que han caÃ-do en la trampa del aborto.
Sólo en España son más de 800.000 las mujeres que han abortado desde que se despenalizó el aborto en
1985, y casi todas ellas −por no decir todas−, tarde o temprano − están sufriendo o sufrirán lo que se
conoce ya como "SÃ-ndrome Post−aborto". AsÃ- lo reconoce la organización abortista más importante del
mundo: la Federación Internacional de Planificación Familiar. En su Plan Trienal y Programa de Objetivos
a Largo Plazo 1990−1993 afirma que: "la incidencia del trauma post−aborto para clientas de abortos
quirúrgicos puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos."
El SÃ-ndrome Post−aborto toma su nombre del SÃ-ndrome Post−Vietnam, porque fue en los años de esa
terrible guerra cuando se legalizó el aborto el EE.UU.
Como no habÃ-a ya bastantes guerras en el mundo, quisieron declarar la peor de todas, la de los poderosos
contra los más débiles, la de los nacidos contra los no nacidos, la de la madre contra su hijo, la de un
médico contra su paciente, la de un Estado contra su pueblo... la guerra de las guerras.
Pero al igual que los soldados que volvÃ-an de Vietnam traÃ-an esa guerra en sus entrañas para
atormentarles el resto de sus vidas, asÃ- las mujeres que abortaban empezaron a sufrir los mismos sÃ-ntomas
que esos soldados, la misma angustia, la misma desesperación, la misma culpa: pesadillas, insomnio,
alcoholismo, agresividad o depresión, psicosis... y suicidio.
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Siete veces más suicidio entre mujeres que habÃ-an abortado descubrió el Gobierno de Finlandia en un
estudio de 1997 sobre una muestra de 9.129 mujeres tomada de la base de datos nacional... un estudio
impecable y estremecedor. Además de la altÃ-sima tasa de suicidios, descubrieron que en el año siguiente
al aborto, esas mujeres sufrieron 60 veces más muertes por causas naturales (enfermedad) que las que
habÃ-an dado a luz, 4 veces más muertes por accidentes y 14 veces más muertes por homicidios.
Pero en las mujeres, este SÃ-ndrome que estremeció al mundo en los rostros y las historias de esos pobres
soldados, es mucho más grave aún, porque es oculto, es secreto, es reprimido, es ignorado y es tabú.
A los ojos del mundo, no les pasa nada porque el aborto es "legal", y por definición, lo que es legal debe ser
bueno, y lo que es bueno no puede hacer mal. Ergo, a las mujeres que abortan no les puede pasar nada, y si les
pasa es su problema, es que, además, son idiotas o están desequilibradas... pero no por el aborto, claro.
La sociedad no puede admitir que una mujer esté atormentada por algo que la sociedad misma le ha
procurado, no puede reconocer que le ha dado veneno para beber y que por eso se está quemando por dentro.
Y todos miran para otro lado mientras que las mujeres se vuelven locas: 64% de ellas ingresaron en hospitales
psiquiátricos tras su aborto, según un estudio de la Universidad de Baltimore, USA, en 1984; "el 59%
sufren trastornos psiquiátricos graves y permanentes tras el aborto" según la Real Academia de Obstetricia
de Inglaterra... etc. etc. etc.
Cientos de estudios de muchos paÃ-ses abortistas como Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra, Suiza,
Australia, Dinamarca y Finlandia han llevado este SÃ-ndrome a los manuales PsicologÃ-a y PsiquiatrÃ-a de
numerosas universidades.
Desde hace dos meses ya hay una página especializada en español sobre el SÃ-ndrome Post−aborto y
demás secuelas psicosomáticas.
Digo "demás secuelas psicosomáticas" porque otra de las graves secuelas del aborto que se está
descubriendo en estos últimos años es el cáncer de mama.
Junto con el gran aumento de los cánceres del aparato reproductivo de la mujer, el cáncer de mama ha
sufrido un aumento espectacular en los últimos 20 años en todos los paÃ-ses donde se ha generalizado el
aborto. Y no en mujeres en edad de la menopausia, como solÃ-a ser, sino en mujeres cada vez más jóvenes.
Según un estudio de una doctora pro−abortista, Janet Daling, en 1994 publicado en el Journal of the National
Cancer Institute en los casos en que habÃ-a antecedentes familiares y la mujer abortaba después de los 30
años, el riesgo aumentaba un 270%.
Pero más aún, cuando la mujeres abortaba a su primer hijo antes de los 18 años y tenÃ-an antecedentes
familiares de cáncer, el riesgo relativo llegaba ¡al infinito! De las 12 mujeres de su muestra con este perfil,
el 100% desarrollaron cáncer de mama antes de los 45 años.
Y en las mujeres sin antecedentes familiares, el aumento del riesgo era de un 150%. En mujeres que ya
habÃ-an llevado un embarazo a término, el riesgo de cáncer de mama en las que abortaron era de un 50%
más; entre ellas, las jóvenes menores de 18 años y mayores de 29 con aborto provocado aumentaron el
riesgo más de un 100%.
¡Y los médicos siguen diciendo que el 50% de los factores de riesgo del cáncer de mama son
desconocidos!
AsÃ- lo oÃ- con mis propios oÃ-dos en una Jornadas Municipales sobre Prevención del Cáncer de Mama
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celebradas en Madrid en el año 2001. Y ¡se quedan tan anchos! Cuando desde 1953 hay estudios como el
del Dr. SeguÃ- en Japón sobre una población de 3.000 mujeres que descubrió un 160% de aumento del
riesgo en las que habÃ-an abortado voluntariamente.
Actualmente hay más de 38 estudios epidemiológicos internacionales, de los cuales 29 muestran una
correlación positiva y significativa entre aborto y cáncer de mama. De ellos, 5 estudios indican el doble de
riesgo o más. No hay más que ver las estadÃ-sticas y los años en que se ha producido el aumento de
casos: pocos años después de la legalización del aborto en cada paÃ-s.
La Asociación Norteamericana de PsiquiatrÃ-a, a principios de los años 80, identificaba la depresión, la
hostilidad, el desinterés y aislamiento, las imágenes recurrentes, el insomnio y pesadillas, y la incapacidad
de expresar sentimientos como secuelas psicológicas del aborto.
Otros estudios posteriores muestran un alto Ã-ndice de intentos suicidas, de alcoholismo, bulimia y anorexia,
frigidez y disfunciones sexuales, ruptura de relaciones de pareja (un 70%), de maltrato doméstico y
autolesiones, de incapacidad de concentración, agotamiento y nerviosismo, crisis histéricas y agresividad.
En España, el único estudio existente es el informe de 1993 de la Asociación Española de
NeuropsiquiatrÃ-a titulado "Mujer y salud mental" que señalaba como rasgos de las mujeres que abortan
más de una vez la inmadurez, la inestabilidad emocional, la sexualidad pasiva y dependiente, la aversión a
los métodos anticonceptivos, los problemas de pareja, conflictos con los padres, mala auto imagen,
vivencias negativas o traumáticas, y tendencia y rasgos de personalidad patológica: esquizofrenia, paranoia
y psicopatÃ-a.
Confrontando los datos oficiales, un 25% de las mujeres que abortan cada año ya han abortado previamente.
Parece, pues, evidente la necesidad de investigar más a fondo la existencia y caracterÃ-sticas de este cuadro
clÃ-nico en España, dado que, por sus sÃ-ntomas, podrÃ-a constituir una variable oculta subyacente al
aumento espectacular de trastornos como la anorexia y la bulimia, el abuso juvenil de alcohol y drogas, los
malos tratos en el hogar, asÃ- como las depresiones y suicidios juveniles y los brotes psicóticos.
Concretamente, se observa un alarmante aumento de los malos tratos en paÃ-ses con altos Ã-ndices de aborto,
que en Estados Unidos ha sido contabilizado en un 500% de aumento en los años desde que se legalizó el
aborto.
También es evidente la cultura del "botellón" y las drogas de diseño, que ha llegado a ser un grave
problema social.
También ofrecemos a las mujeres que han abortado, la ayuda especializada que les permita renacer de sus
cenizas y no volver a caer en el mismo error.
Toda la sociedad somos responsables, por activa o por pasiva, de mantener abierta una trampa mortal para
mujeres angustiadas y sus hijos inocentes.
Por ello debemos, al menos, rescatar a las que han caÃ-do en ella y asÃ- evitar que otras caigan también.
Pues las mejores defensoras de la vida son las que han pasado por la muerte espiritual que supone el aborto.
AsÃ- está ocurriendo en paÃ-ses como Estados Unidos, donde son miles las mujeres de la Plataforma No
Más Silencio que piden la derogación de la Ley del aborto para que nadie más caiga donde ellas cayeron.
Pedimos, pues colaboración a toda la sociedad para poder llegar a tantas mujeres que sólo quieren olvidar
lo inolvidable, pero que no podrán hacerlo hasta que identifiquen la raÃ-z de su mal.
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Son encuestas anónimas, que por tanto pueden ser rellenadas por otra persona que conozca bien el caso,
especificándolo asÃ-. Según un estudio piloto realizado por la Asociación Unidos por la Vida en el año
2001, el 62% de los 202 entrevistados conocÃ-a a alguna mujer que habÃ-a abortado, y el 72% de ellas
habÃ-an necesitado tratamiento psicológico.
Por desgracia, todos conocemos a alguna mujer que ha abortado y podemos constatar la veracidad de estos
datos.
Porque al ser el pecado más grande, es a la vez el más oculto, y por ser oculto, el más difÃ-cil de sanar.
Hay que sacarlo a la luz para poderlo curar, y hace falta la ayuda de todos.
7− Aspectos Religiosos: Los católicos ante el aborto
¿Qué entiende la Iglesia por aborto?
La Iglesia Católica entiende por aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en
cualquier momento del embarazo desde el instante mismo de la concepción. AsÃ- ha sido declarado el 23 de
mayo de 1 988 por la Comisión para la Interpretación Auténtica del Código de Derecho Canónico.
8 − Aborto por parto parcial (procedimiento en gráficos).Â
El aborto por parto parcial comienza cuando el doctor toma con unas pinazas al bebé dentro del vientre
materno.
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Cuando los pies del bebé están fuera del útero, el abortista lo toma con sus manos y lo saca, como si se
tratara de un parto natural, pero asegurándose que salga por los pies.
Cuando el bebé tiene el cuerpo fuera pero su cabeza está aún dentro del vientre materno, el abortista le
atraviesa la nuca con unas tijeras.
El crimen culmina cuando el abortista, mediante una sonda, succiona la masa encefálica del bebé que,
durante todo el proceso, ha estado agitando su pequeño cuerpo para tratar inútilmente de defenderse
.
Conclusión
Luego del estudio realizado acerca del Aborto, hemos llegado a la conclusión que mientras mas comerciales,
acerca de preservativos se realiza, es mayor el número de abortos clandestinos, que se realizan en todo el
paÃ-s.
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La necesidad de retener al novio cerca de ella provoca que tengan relaciones sexuales antes del matrimonio.
La simple razón de que la gente lo hace y nos vemos obligados a tener relaciones sexuales sin medir las
consecuencias.
La falta de conciencia o información de parte de los padres que obligan a casarse a la hija que llega con un
embarazo prolongado, provoca que nuestra juventud busque otros medios de escapatoria que pueden derivar
en un aborto.
La utilización de preservativos y anticonceptivos par poder prevenir un embarazo es algo obsoleto, ya que lo
único que se hace es retrasar la menstruación y siguen con la posibilidad de quedar embarazadas, en la
próxima relación sexual.
Mantener relaciones de muy temprana edad, como a partir de los 14 o 18 años, puede ocasionar un
embarazo muy temprano y que derivan en un aborto.
Las estadÃ-sticas indican que en la actualidad de los abortos realizados el 65% son menores de 18 años.
Las distintas causas par que un embarazo se complique y se tenga que abortar a esa criatura por parte de la
madre, estos abortos se realizan en hospitales, clÃ-nicas, donde la madre por cusa de un accidente, golpe,
malformaciones congénitas, etc., esta obligan que se tenga que decidir entre la madre y el hijo.
La falta de una ley que sea ejemplar, que valla en contra de aborto, y personas que se le encuentre realizando
ese tipo de trabajos, que sean encarceladas por varios años , y que se esta cometiendo un asesinato publico.
BibliografÃ-a
Etica Médica. − Luis Alfonso Velez Correa, MD − Ed. CIB ( 1987 )
Principios de Etica Biomedica − Beauchamp, Chilares − Ed. Masson ( 1999 )
Concilio Vaticano II
Dilemas de Bioetica − Juliana Gonzalez Valenzuela − Ed. Fondo Cultura ( 2001 )
Del Aborto a la Clonacion − Rodolfo Vazquez − Colección Ciencia y TecnologÃ-a ( 2004 )
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