Discriminación y violencia contra las mujeres

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Seguimiento al Informe
Discriminación y violencia contra las mujeres derivadas del
conflicto armado en Colombia
Documento presentado por la Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto Armado
Colombia y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional –CEJILAudiencia 133 período ordinario de sesiones
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
I. Introducción
La Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto Armado1 y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional
–CEJIL-- presentan a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el presente
documento de seguimiento al informe: “LAS MUJERES FRENTE A LA VIOLENCIA Y LA
DISCRIMINACIÓN DERIVADAS DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA” 2 (en adelante, “el
Informe de la CIDH”), realizado como resultado de la visita a Colombia durante el mes de junio de
2005 por la entonces Relatora sobre los derechos de la mujer de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, Señora Susana Villarán y presentado en Colombia durante el mes de octubre
de 2006.
En su visita al país la Relatoría sobre los Derechos de las Mujeres de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos verificó la profundización de la discriminación y la violencia que
históricamente han sufrido las mujeres en Colombia a causa del conflicto armado, la ausencia de
una atención integral por parte del Estado colombiano a sus necesidades específicas y el hecho
de que sus voces no son efectivamente incorporadas en el diseño de políticas públicas para
remediar el impacto especial del conflicto armado en ellas. La Relatora subrayó además la
discriminación padecida por las mujeres desplazadas tanto por parte de los grupos armados
generadores del desplazamiento como por las comunidades receptoras, encontró que la situación
es especialmente crítica para las mujeres indígenas y afrodescendientes, y constató que al buscar
1
La Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto Armado es una expresión del movimiento social de mujeres en Colombia, que está
integrada por mujeres, organizaciones y grupos de mujeres u otras organizaciones de la sociedad civil con área o
programas de mujer o enfoque de género, en distintos lugares del país. Las organizaciones que hacen parte de la Mesa son
las siguientes: Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia (ANMUCIC), Programa Mujer
Campesina de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos- Unidad y Reconstrucción (ANUC-UR), Asociación de
Trabajo Interdisciplinario (ATI), Colectivo de Mujeres Excombatientes, Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), Corporación
Casa de la Mujer, Corporación Casa Amazonía, Corporación de Apoyo a Comunidades Populares (CODACOP),
Corporación Humanas Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género, Corporación Opción Legal,
Corporación para la Vida “Mujeres que Crean”, Corporación Sisma Mujer / Observatorio de los Derechos Humanos de las
Mujeres en Colombia: “en situación de conflicto armado las mujeres también tienen derechos”, Fundación Educación y
Desarrollo (FEDES), Fundación Mujer y Futuro, Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA), Liga
Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (LIMPAL), Organización Femenina Popular (OFP), Programa Mujer y
cultura de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Grupo de Mujeres de AFRODES, Red de Educación
Popular entre Mujeres (REPEM), Red Nacional de Mujeres Bogotá, Ruta Pacífica de las Mujeres. De la Mesa también
hacen parte investigadoras y activistas independientes.
2
CIDH, Las Mujeres Frente a la Violencia y la Discriminación Derivadas Del Conflicto Armado en Colombia, OEA /Ser.L/V/II.
Doc. 67 (18 de octubre de 2006).
1
justicia, las mujeres reciben un tratamiento y una respuesta inadecuada por parte del Poder
Judicial.
Durante el mes de octubre de 2007, la Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto Armado presentó a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos un documento de seguimiento de las
Recomendaciones incluidas en el Informe de la CIDH, en el que se constataron los escasos
avances del Estado en el cumplimiento de las mismas y la manera como la violencia contra las
mujeres y las niñas sigue siendo grave, sistemática y generalizada por parte de todos los grupos
que participan en las hostilidades (fuerza pública, grupos paramilitares y grupos guerrilleros).
El propósito de esta intervención es presentar a la Comisión información actualizada sobre las
diversas expresiones de discriminación y violencia contra las mujeres que derivan del conflicto
armado en Colombia. En particular, informaremos a la Comisión sobre: 1) La continuación de las
violaciones a los derechos a la vida, la integridad personal y la libertad contra las mujeres y las
niñas en el contexto de la violencia sociopolítica, durante la aplicación de la política gubernamental
de “Seguridad Democrática”; 2) Información sobre las mujeres en situación de desplazamiento en
la actualidad, así como la respuesta estatal y el grado de cumplimiento de las recomendaciones del
Informe de la CIDH; y 3) Información sobre la situación actual con respecto a la violencia sexual,
así como la respuesta por parte de la administración de justicia y el grado de cumplimiento de las
recomendaciones de la CIDH.
A partir de este contexto, el documento propone aportar importante información proveniente
principalmente de la Corte Constitucional—en la cual se establece con plena claridad el
incumplimiento por parte del Gobierno de sus compromisos con las mujeres víctimas del conflicto
armado interno, especialmente las mujeres en situación de desplazamiento forzado y las víctimas
de violencia sexual—y se le conmina a cumplir con una serie de órdenes que ya fueron
inicialmente incumplidas. Con base en la información suministrada, se presentan a la Comisión
Interamericana una serie de peticiones destinadas a buscar el efectivo cumplimiento de las
recomendaciones del Informe de la CIDH.
II. Panorama General: La continuidad de las violaciones a los derechos a la vida, la
integridad personal y la libertad contra las mujeres y las niñas en el contexto de la violencia
sociopolítica3
En el período de julio de 2002 a diciembre de 2007, por lo menos 13.634 personas perdieron la
vida por fuera de combate a causa de la violencia sociopolítica, de las cuales 1.314 eran mujeres 4.
De las 13.634 personas, 1.477 fueron desaparecidas forzadamente, de ellas, 179 eran mujeres. En
los casos en los cuales se conoce el presunto autor genérico de las violaciones al derecho a la vida
cometidas contra mujeres (722 casos), el 70,08% de los casos se atribuyó a la responsabilidad del
Estado: por perpetración directa de agentes estatales, el 18,14% (131 víctimas); y por tolerancia o
apoyo a las violaciones cometidas por paramilitares el 51,94% (375 víctimas). A los grupos
guerrilleros se les atribuyó la presunta autoría del 29,92% de los casos (216 víctimas).
En el último quinquenio se ha constatado un aumento del 67,71% en los registros generales de
ejecuciones extrajudiciales directamente atribuidas a la Fuerza Pública, lapso que coincide con la
3
Por violencia sociopolítica, se entienden los hechos que configuran atentados contra la vida, la integridad, y la libertad
personal producidos por abuso de autoridad de agentes del Estado, los originados en motivaciones políticas, los derivados
de la discriminación hacia personas socialmente marginadas, o los causados por el conflicto armado interno. En este
acápite, donde no se diga lo contrario, la fuente de las cifras es la base de datos de la Comisión Colombiana de Juristas.
4
Dentro del grupo mujeres, están incluidas niñas y adolescentes.
2
aplicación de la política de “Seguridad Democrática” promovida por el Gobierno actual 5. Entre julio
de 2002 y diciembre de 2007, por lo menos 90 mujeres fueron víctimas de ejecuciones
extrajudiciales, directamente atribuibles a la fuerza pública. Entre enero de 1997 y junio de 2002,
se registraron 30 mujeres víctimas de ejecuciones extrajudiciales
Entre julio de 2002 y diciembre de 2007, fueron víctimas de torturas por lo menos 932 personas,
entre ellas, 82 mujeres, sin que sea posible en muchos casos establecer si hubo violencia sexual.
En los casos de tortura contra las mujeres, en los cuales se conoce el presunto autor genérico de
las violaciones (54 casos) hasta el 96,29% compromete la responsabilidad del Estado: por
perpetración directa de agentes estatales, el 37,04% (20 víctimas), y por posible omisión,
tolerancia, aquiescencia o apoyo a las violaciones cometidas por grupos paramilitares6, el 59,26%
(32 víctimas). A las guerrillas se les atribuyó la presunta autoría del 3,70% de los casos (2
víctimas). La organización no gubernamental Colombia Diversa, ha indicado que se registran
también preocupantes casos de tratos crueles y degradantes por parte de la policía en contra de la
población lesbiana, gay, bisexuales y transexuales (LGBT). Desde 2006, se ha denunciado el
asesinato de 16 mujeres transexuales solamente en la ciudad de Cali 7.
Durante el período de implementación de la política de “Seguridad Democrática”, las detenciones
arbitrarias cometidas contra las mujeres se triplicaron lo que se encuentra asociado al hecho de
que esta política promueve que la Fuerza Pública realice detenciones sin que exista flagrancia u
orden expedida por una autoridad judicial. Entre julio de 2002 y diciembre de 2007, por lo menos
483 mujeres fueron privadas de la libertad de manera arbitraria, mientras que, entre enero de 1997
y junio de 2002, se registraron 136 detenciones arbitrarias.
Según datos de Fondelibertad, 8.451 personas fueron secuestradas entre enero de 2002 y
diciembre de 20078. Del total de secuestros registrados en este periodo, el 23% de las víctimas son
mujeres (1.944). La presunta autoría en los casos de las mujeres se atribuye en un 73,19% (1.423
víctimas) a grupos de delincuencia común, grupos guerrilleros y grupos paramilitares 9. De esta
cifra, el 39,63% (564 víctimas) se atribuye a los grupos guerrilleros 10 y el 6,11% a los paramilitares.
También se conocen casos en los que han participado agentes estatales en servicio o en retiro. No
obstante, en las estadísticas oficiales no se divulgan los casos de toma de rehenes cometidos por
agentes estatales.
5
Entre julio de 2002 y diciembre de 2007, se han registrado por lo menos 1.122 casos de ejecuciones extrajudiciales
atribuibles directamente a la Fuerza Pública, frente a 669 casos registrados entre enero de 1997 y junio de 2002.
6
Como ha establecido de manera reiterada la Corte Interamericana de Derechos Humanos:
Se ha documentado en Colombia la existencia de numerosos casos de vinculación entre paramilitares y miembros
de la fuerza pública en relación con hechos similares a los ocurridos en el presente caso, así como actitudes
omisivas de parte de integrantes de la fuerza pública respecto de las acciones de dichos grupos. En los informes
publicados desde 1997 sobre la situación de derechos humanos en Colombia, la Oficina del Alto Comisionado de
Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha documentado los casos representativos de violaciones del
derecho a la vida, en los que se alegó que el gobierno y las fuerzas armadas colaboraron con los paramilitares en
asesinar, amenazar o desplazar a la población civil. Dicha colaboración entre las fuerzas públicas y los
paramilitares ha representado un gran obstáculo para la observancia de los derechos humanos en Colombia, en
opinión de la Oficina del Alto Comisionado.
Ver, por ejemplo, Corte I.D.H., Caso de la "Masacre de Mapiripán" Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 15 de septiembre de 2005. Serie C No. 134, párr. 96.19.
7
Colombia Diversa, www.colombiadiversa.org
Fondelibertad es una dependencia del Ministerio de Defensa Nacional, encargada de coordinar los recursos humanos y
materiales para la lucha contra el secuestro y demás delitos atentatorios contra la libertad personal.
9
En esta cifra se incluyen secuestros atribuidos a los paramilitares, la delincuencia común, el grupo guerrillero ELN, el
grupo guerrillero FARC-EP, varias organizaciones que son pequeños grupos armados, y disidencias de todos estos grupos.
10
Al grupo guerrillero Farc-EP se atribuyeron 388 casos y al grupo guerrillero ELN se atribuyeron 176.
8
3
III. Seguimiento a las recomendaciones del Informe de la CIDH sobre el desplazamiento y la
justiciabilidad de la violencia sexual
Tal como se señaló anteriormente, dada la amplitud de las recomendaciones en el Informe de la
CIDH, se priorizan a continuación dos temáticas respecto de las cuales es necesario actualizar la
información sobre lo que ocurre en la actualidad en el país, así como señalar el estado de
cumplimiento de las recomendaciones: políticas públicas para mujeres en situación de
desplazamiento y justiciabilidad de la violencia sexual en el país. Esto, sin desconocer las
estrechas interrelaciones existentes entre el desplazamiento forzado de las mujeres y la violencia
sexual. Al respecto, según datos de la Defensoría del Pueblo en una encuesta realizada en varias
ciudades del país, el 17,7% de las mujeres víctimas de desplazamiento entrevistadas reportó como
causa de su desplazamiento la violencia sexual11.
1. Mujeres en situación de desplazamiento
a. Situación actual:
En relación con el desplazamiento forzado a causa del conflicto armado interno, ACNUR refiere la
existencia de aproximadamente tres millones de personas en situación de desplazamiento 12. Las
cifras oficiales del Sistema de Información de Población Desplazada – SIPOD – administrado por la
Consejería Presidencial para la Acción Social registran para 31 de julio de 2008 un total de
2.615.100. CODHES, organización no gubernamental que monitorea la situación del
desplazamiento forzado en el país, reportó que el año 2007 se convirtió en el año de mayor
desplazamiento forzado en Colombia. El número de personas desplazadas en 2007 ascendió a
305.996 casos. Dentro de las causas del desplazamiento señala: “amenazas, atentados,
fumigaciones, bombardeos, enfrentamientos armados, miedo a las minas antipersonal o físico
temor por la posibilidad de que guerrillas o paramilitares se lleven a sus hijos para la guerra”13.
Respecto de la composición por sexo de la población en situación de desplazamiento, la Comisión
de Seguimiento a la Política Pública sobre el Desplazamiento Forzado, señala que “del total de
población desplazada incluida en el Registo Único de Población Desplazada – RUPD - , el 54%
son mujeres y el 46% hombres”14. Más allá de esta afectación en términos cuantitativos, la Corte
Constitucional ha destacado que:
El impacto diferencial y agudizado del conflicto armado sobre las mujeres en Colombia, y sus efectos
de exacerbación y profundización de la discriminación, exclusión y violencia de género preexistentes
-particularmente en el caso de las mujeres indígenas, afrocolombianas y marginadas- han sido
denunciados en términos urgentes por diversas instancias internacionales en el curso de los últimos
años, entre las cuales se cuentan la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, el Comité de vigilancia del cumplimiento de la Convención
sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Relatoría Especial de
las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, la Oficina del Alto Comisionado para los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados, la Relatoría Especial de las Naciones Unidas sobre el Racismo, la Relatoría
11
Defensoría del Pueblo. Promoción y monitoreo de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres víctimas de
desplazamiento forzado con énfasis en violencia intrafamiliar y sexual. Bogotá. Junio de 2008, p. 173.
ACNUR: Balance de política pública para la atención integral al desplazamiento forzado en Colombia. Enero 2004 –abril
2007. Bogotá. Agosto 2007.
13
CODHES. Boletín de prensa No. 69. www.codhes.org.
14
Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre el Desplazamiento Forzado. Proceso Nacional de Verificación de los
Derechos de la Población Desplazada. Primer Informe a la Corte Constitucional. Bogotá, Enero 31 de 2008. Pág.37. Las
cifras presentadas en este informe corresponden a los resultados de la aplicación -a nivel nacional- de 6.616 encuestas a
población en situación de desplazamiento incluida en el Registro Único de Población Desplazada.
12
4
Especial de las Naciones Unidas sobre la Situación de los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales de los Pueblos Indígenas, UNICEF, y prestigiosas y serias entidades internacionales
promotoras de los derechos humanos tales como Amnistía Internacional, el Comité Internacional de
la Cruz Roja y Human Rights Watch. Denuncias similares han sido presentadas por diversas
organizaciones de derechos humanos nacionales ante distintos foros públicos, así como ante la
Corte Constitucional15.
Al respecto, el mismo Estado colombiano a través de la Defensoría del Pueblo ha señalado que el
desplazamiento:
impacta particularmente a las mujeres quienes en gran número se convierten en jefes de hogar a
causa de la viudez, de la ruptura de sus relaciones de pareja o por la pérdida de su compañero o de
sus hijos e hijas, lo cual hace recaer en ellas la responsabilidad del sostenimiento afectivo y
económico de la familia. Adicionalmente muchas de ellas han sido víctimas de violencia intrafamiliar y
sexual, entre otras, por parte incluso de actores armados. Si bien estas afectaciones cuentan con
una sólida base testimonial en su gran mayoría no son denunciadas ni judicializadas por las
entidades competentes para su investigación 16.
No obstante la magnitud del grupo poblacional mujeres en situación de desplazamiento y el
reconocimiento de este impacto diferencial y desproporcionado, hasta la fecha el Gobierno
colombiano no ha diseñado ni implementado una política pública que atienda esta especificidad de
las mujeres en situación de desplazamiento.
b. Respuesta Estatal y grado de cumplimiento de las recomendaciones de la CIDH
sobre mujeres en situación de desplazamiento:
La Relatoría sobre derechos de la mujer recomendó al gobierno colombiano, entre otras, diseñar e
implementar una política con acciones positivas para reconocer y hacer efectivos los derechos de
las mujeres en términos de la atención y acompañamiento integral y multidisciplinario en varias
materias.
Mediante Sentencia T-025 de 200417, la Corte Constitucional declaró la existencia de un estado de
cosas inconstitucional en relación con las personas víctimas de desplazamiento forzado interno en
el país. En el marco del seguimiento a la implementación de la sentencia T-025, en abril de 2008 la
Corte emitió el auto 092 con el objeto de proteger los derechos de las mujeres en situación de
desplazamiento forzado por causa del conflicto armado. Acogiendo en gran medida los
diagnósticos del Informe de la CIDH, la Corte Constitucional constató que:
la situación de las mujeres, jóvenes, niñas y adultas mayores desplazadas por el conflicto armado en
Colombia constituye una de las manifestaciones más críticas del estado de cosas inconstitucional
declarado en la sentencia T-025 de 2004, por ser sujetos de protección constitucional múltiple y
reforzada cuyos derechos están siendo vulnerados en forma sistemática, extendida y masiva a lo
largo de todo el territorio nacional18.
15
Corte Constitucional de Colombia. Auto 092 de 14 de abril de 2008. Ref: Protección de los derechos fundamentales de
las mujeres víctimas del desplazamiento forzado por causa del conflicto armado, en el marco de la superación del estado de
cosas inconstitucional declarado en la sentencia T-025 de 2004, después de la sesión pública de información técnica
realizada el 10 de mayo de 2007 ante la Sala Segunda de Revisión. Magistrado ponente: Manuel José Cepeda Espinosa.
16
Defensoría del Pueblo. Promoción y monitoreo de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres víctimas de
desplazamiento forzado con énfasis en violencia intrafamiliar y sexual. Bogotá. Junio de 2008.
17
18
Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-025 de 2004.
Corte Constitucional de Colombia. Auto 092 de 14 de abril de 2008, op. cit.
5
En dicha providencia, la Corte Constitucional ordenó al Director de Acción Social la creación, de
manera consultada con organizaciones de la sociedad civil, de 13 programas para proteger los
derechos fundamentales de las mujeres en situación de desplazamiento y prevenir el impacto
desproporcionado de este crimen sobre sus vidas, adoptó órdenes individuales de protección
concreta para seiscientas (600) mujeres desplazadas en el país, y remitió al Fiscal General de la
Nación una serie de casos de violencia sexual para su investigación. De igual manera, estableció
dos presunciones constitucionales que amparan a las mujeres desplazadas, la presunción
constitucional de su vulnerabilidad acentuada para efectos de su acceso a los distintos
componentes del Sistema Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada – SNAIPD - y
la presunción constitucional de prórroga automática de la ayuda humanitaria de emergencia a favor
de las mujeres desplazadas, hasta que se compruebe la autosuficiencia integral y en condiciones
de dignidad de cada mujer en particular. De manera más reciente, la Corte Constitucional ha
expedido el auto 251 de 2008 en el cual constata la particular gravedad de la afectación del
desplazamiento forzado interno en niñas y niños y de igual manera ordena al gobierno colombiano
adoptar una política pública diferencial al respecto.
Varias de las recomendaciones de la Relatoría sobre derechos de las mujeres en su visita a
Colombia (especialmente las relativas a mujeres desplazadas, recomendaciones 28-36)
encuentran una concreción práctica en los trece programas que la Corte Constitucional ordenó
diseñar e implementar al Gobierno colombiano, son ellos:
1. El Programa de Prevención del Impacto de Género Desproporcionado del Desplazamiento,
mediante la Prevención de los Riesgos Extraordinarios de Género en el marco del Conflicto Armado.
2. El Programa de Prevención de la Violencia Sexual contra la Mujer Desplazada y de Atención
Integral a sus Víctimas.
3. El Programa de Prevención de la Violencia Intrafamiliar y Comunitaria contra la Mujer Desplazada
y de Atención Integral a sus Víctimas.
4. El Programa de Promoción de la Salud de las Mujeres Desplazadas.
5. El Programa de Apoyo a las Mujeres Desplazadas que son Jefes de Hogar, de Facilitación del
Acceso a Oportunidades Laborales y Productivas y de Prevención de la Explotación Doméstica y
Laboral de la Mujer Desplazada.
6. El Programa de Apoyo Educativo para las Mujeres Desplazadas Mayores de 15 Años.
7. El Programa de Facilitación del Acceso a la Propiedad de la Tierra por las Mujeres Desplazadas.
8. El Programa de Protección de los Derechos de las Mujeres Indígenas Desplazadas
9. El Programa de Protección de los Derechos de las Mujeres Afrodescendientes Desplazadas.
10. El Programa de Promoción de la Participación de la Mujer Desplazada y de Prevención de la
Violencia contra las Mujeres Líderes o que adquieren Visibilidad Pública por sus Labores de
Promoción Social, Cívica o de los Derechos Humanos.
11. El Programa de Garantía de los Derechos de las Mujeres Desplazadas como Víctimas del
Conflicto Armado a la Justicia, la Verdad, la Reparación y la No Repetición.
12. El Programa de Acompañamiento Psicosocial para Mujeres Desplazadas.
6
13. El Programa de Eliminación de las Barreras de Acceso al Sistema de Protección por las Mujeres
Desplazadas.
Según fue constatado por la Corte Constitucional mediante el auto 237 de septiembre 19 de 2008,
con nombre “Incumplimiento de las órdenes impartidas en el Auto 092 de 2008 para proteger los
derechos fundamentales de las mujeres en desarrollo de la sentencia T-025 de 2004”, el gobierno
incumplió las órdenes señaladas, especialmente aquellas relativas al diseño e implementación de
los 13 programas. Al respecto afirmó la Corte que el Director de la Agencia Presidencial para la
Acción Social y la Cooperación Internacional (“Acción Social”), entidad encargada de coordinar el
diseño y puesta en marcha de lo ordenado por la Corte, “ni siquiera dio la oportunidad de iniciar el
proceso participativo que se indicó expresamente en el Auto 092 de 2008 en relación con cada uno
de dichos programas”. A partir de estos incumplimientos reiterados, la Corte Constitucional ordenó
al Director de Acción Social “que dé cumplimiento estricto a las ordenes impartidas en el Auto 092
de 2008 referentes a la creación de 13 programas nuevos y la implementación de dos
presunciones constitucionales, dentro de un término adicional e improrrogable que vence el día 20
de noviembre de 2008”.
Por su parte, el Auto 092 de la Corte Constitucional convocó a una serie de organizaciones
sociales y comunitarias para participar activamente en el diseño de los programas así como en el
monitoreo y seguimiento al cumplimiento del Auto 092. Estas 26 organizaciones presentaron de
manera conjunta tanto al gobierno nacional como a la Corte Constitucional, un documento
contentivo de los “Lineamientos para un Plan Integral de Prevención y Protección del Impacto
Desproporcionado y Diferencial del Desplazamiento Forzado sobre las mujeres colombianas” (ver
documento anexo), en el cual se presentan propuestas relativas a los 13 programas ordenados por
la Corte. En su providencia de septiembre de 2008 la Corte Constitucional, ante la falta de
cumplimiento por parte del gobierno, resolvió adoptar formalmente estos lineamientos y dispuso
“que estos son componentes obligatorios de los 13 programas que el Director de Acción Social
deberá presentar a la Corte a más tardar el 20 de noviembre de este año”.
Con el fin de que el gobierno colombiano diseñe y ponga en marcha una política pública que
brinde soluciones reales y efectivas a la grave situación de las mujeres desplazadas, la Corte
Constitucional estableció una serie de elementos mínimos de racionalidad, semejantes a los
elementos mínimos de racionalidad de la política pública de atención al desplazamiento ordenados
por la Sentencia T-025 a la cual deben articularse en forma integral. Estos elementos mínimos de
racionalidad ordenados por la Corte Constitucional son: 1) Especificidad individual de cada
programa, 2) Definición de metas puntuales a corto, mediano y largo plazo, 3) Cronograma
acelerado de implementación, 4) Presupuesto suficiente y oportunamente disponible, 5) Cobertura
material suficiente, 6) Garantías de continuidad hacia el futuro, 7) Adopción e implementación de
indicadores de resultado, basados en el criterio del goce efectivo de los derechos fundamentales,
8) Diseño e implementación de mecanismos e instrumentos específicos de coordinación
interinstitucional, 9) Desarrollo e implementación de mecanismos de evaluación y seguimiento, 10)
Diseño e implementación de instrumentos de corrección oportuna, 11) Diseño e implementación de
mecanismos internos de respuesta ágil y oportuna a las quejas o solicitudes puntuales de atención
presentadas por la población desplazada, 12) Diseño e implementación de mecanismos de
divulgación periódica de información para la población desplazada, 13) Armonización con los
demás elementos de la política pública e integración formal a la misma, 14) Apropiación nacional y
autonomía; y, 15) Armonización con otros procesos y programas que se adelantan por el Gobierno
Nacional o por otras autoridades.
7
El gobierno colombiano tiene ahora una nueva oportunidad para cumplir las órdenes de la Corte
Constitucional y cumplir así una parte de sus obligaciones frente a las mujeres en situación de
desplazamiento en el país. Para ello es necesaria como condición básica una voluntad política
expresada en el cumplimiento real de los mencionados elementos de racionalidad, en particular: la
conformación de un equipo interinstitucional con representantes con capacidad para tomar las
medidas requeridas; la disposición de los recursos necesarios; y, como recomienda el Informe de
la CIDH, incorporando efectivamente las voces de las mujeres en el diseño de estas políticas
públicas.
2. Violencia sexual
a. Situación actual
Los avances del Estado colombiano han sido incipientes en relación con la grave problemática del
subregistro de casos de violencia sexual señalada por la CIDH en su Informe19. Como expresó la
CIDH en el Informe emitido hace dos años, “la violencia sexual es mucho más frecuente de lo que
se cree, de lo que los medios de comunicación difunden y de lo que las estadísticas y los registros
oficiales sugieren”20. Este reiterado incumplimiento por parte del Estado colombiano de las
recomendaciones 20, 22, y 24 del Informe de la CIDH—todas referidas a la necesidad de mejorar
los sistemas estadísticos,--tiene graves consecuencias en tanto son un importante insumo para la
construcción de política pública así como para efectos del establecimiento de una política criminal
seria al respecto por parte de la administración de justicia.
Sin perjuicio de los desafíos que existen para cuantificar de manera precisa la magnitud del
problema de violencia sexual en contra de las mujeres, es posible llegar a algunas conclusiones.
En primer lugar, a través de un análisis cualitativo, se constata que todos los grupos que participan
en las hostilidades han continuado cometiendo crímenes de violencia sexual, bajo los patrones de
acción identificados por la Relatora durante su visita (en 2005). A partir de la revisión de los casos
registrados por la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) entre el primero de enero de 2006 y el
31 de diciembre de 2007, se verificó que:
a) Grupos guerrilleros y paramilitares cometieron actos violencia sexual como estrategia de guerra
y para generar terror en las comunidades, en los departamentos de Putumayo, Antioquia, Cauca y
Arauca;
b) Grupos paramilitares cometieron actos de violencia sexual contra mujeres líderes pertenecientes
a organizaciones campesinas y de desplazadas en el departamento de Santander;
c) Miembros de la Fuerza Pública cometieron actos de violencia sexual como forma de abuso de
autoridad en los departamentos de Antioquia y Cauca;
d) Miembros de la Fuerza Pública cometieron actos de violencia sexual acusando a la víctima de
tener relaciones afectivas con un guerrillero y como medio para obtener información, en el Valle del
Cauca.
19
Ver CIDH, Las Mujeres Frente a la Violencia y la Discriminación Derivadas del Conflicto Armado en Colombia, op. cit.,
párrs. 63, 66-69.
20
Id., párr. 63.
8
e) En algunos casos la violencia sexual se realizó al tiempo con otras violaciones a los derechos
humanos, por ejemplo precedió al homicidio, o se dio de manera concomitante con hechos de
tortura, toma de rehenes y desaparición forzada.
En segundo lugar, existen una serie de indicios numéricos que revelan tendencias de frecuencia y
responsabilidades en materia de violencia sexual. La Fiscalía General de la Nación reportó a la
organización Sisma Mujer, estar adelantando 127 investigaciones por delitos de violencia sexual,
cometidos entre los años 2001 y 2006, por miembros de grupos armados que participan en las
hostilidades. De conformidad con el reporte de la Fiscalía, los porcentajes de presuntas autorías
son los siguientes21: a los agentes del Estado se le atribuye el 80,3% (102 víctimas); a los grupos
paramilitares el 14,2% (18 víctimas); a los grupos guerrilleros el 3,9% (cinco víctimas) 22.
Los datos del Instituto Nacional de Medicina Legal (INML), también revelan que, para los años
2006 y 2007, entre los grupos armados que participan en las hostilidades, el grupo de presuntos
autores con mayor número de registros en materia de violencia sexual es la Fuerza Pública 23. Para
dicho período, el INML reportó 115 víctimas de violencia sexual, cuyos presuntos autores son
grupos armados que participan en las hostilidades, así: a la Fuerza Pública se le atribuye el
81,73% (94 víctimas), a los grupos guerrilleros el 16,52% (19 víctimas), a los grupos paramilitares
el 1,7% (dos víctimas)24.
Por su parte, los datos que al respecto han logrado recoger organizaciones de la sociedad civil son
también escasos pero dejan ver la punta del iceberg de una realidad mucho más grave, con
características de sistematicidad y generalización. Entre enero de 1997 y diciembre de 2007, la
Comisión Colombiana de Juristas, ha registrado 103 víctimas de violencia sexual en el contexto de
la violencia sociopolítica en Colombia. En 100 casos las víctimas son mujeres, en dos son varones
y en un caso se desconoce el sexo de la víctima. En 47 casos se conoce la edad de la víctima; de
ellos, 25 son niñas y 13 son mujeres jóvenes 25. Es decir, que en el 80,85% de los casos en los
cuales se conoce la edad, la víctima es menor de 25 años.
Registros de violencia sexual contra las mujeres y las niñas, según presuntos autores
1997-2007
Fuerza Pública
49
52,13%
Grupos paramilitares
40
42,55%
21
Corporación Sisma Mujer, Violencia Sexual, Conflicto Armado y Justicia en Colombia, Bogotá, Sisma Mujer, agosto de
2007, página 16.
22
A miembros de grupos combatientes sin identificar el 1,6% (dos víctimas).
23
Para los años anteriores, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, no reporta la información
desagregada según presuntos autores que participan en las hostilidades.
24
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INML), Informes periciales por presunto delito sexual,
Colombia, 2007, en www.medicinalegal.gov.co Las cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
(INML), correspondientes al año 2006, pueden consultarse en: Corporación Sisma Mujer, Violencia Sexual, Conflicto
Armado y Justicia en Colombia, Bogotá, Sisma Mujer, agosto de 2007, página 14.
25
Se define como niña la víctima menor de 18 años y como joven la mujer que se encuentra entre los 18 y los 25 años.
9
Grupos guerrilleros
5
5,32%
Total
94
100%
Si se observa el comportamiento de los presuntos autores por quinquenio, se determina que la
participación de la Fuerza Pública casi se triplicó, en términos porcentuales, con respecto al
período anterior.
Registros de violencia sexual contra las mujeres y las niñas, según presuntos autores
Enero de 1997 a junio de 2002
Fuerza Pública
4
21,05%
Grupos paramilitares
15
78,95%
Total
19
100%
Registros de violencia sexual contra las mujeres y las niñas, según presuntos autores
Julio de 2002 a diciembre de 2007
Fuerza Pública
45
60%
Grupos paramilitares
25
33,33%
Grupos guerrilleros
5
6,67%
Total
75
100%
Son muchos los esfuerzos necesarios para acercarse a la realidad numérica de la violencia sexual
en el país y el establecimiento de las responsabilidades de los perpetradores. No obstante, la
coincidencia entre las fuentes (Fiscalía, INML, CCJ) respecto a los autores genéricos de las
violaciones obliga la revisión urgente de la relación que existe entre el desarrollo de la política que
el actual Gobierno ha llamado de “Seguridad Democrática” y el aumento en los registros de actos
de violencia sexual directamente atribuibles a la Fuerza Pública.
b. Respuesta del Estado y grado de avance en el cumplimiento de las recomendaciones
de la Relatoría sobre derechos de la mujer en relación con la administración de
justicia
La recomendación 47 del Informe de la CIDH, sobre la adopción de medidas para prevenir,
castigar y erradicar hechos de violación, abuso sexual y otras formas de violencia, tortura, y trato
10
inhumano por parte de todos los actores del conflicto, y la recomendación 54 que hace referencia a
la adopción de medidas eficaces de protección para denunciantes, sobrevivientes y testigos, son
especialmente relevantes en relación con algunas de las órdenes proferidas por la Corte
Constitucional.
Mediante el auto 092 de 2008, la Corte Constitucional informó a la Fiscalía General de la Nación a
través de un documento reservado, de 183 eventos de violencia sexual contra mujeres
relacionados con el conflicto armado interno y/o con ocasión de su desplazamiento forzado y
requirió al señor Fiscal General de la Nación para que en un término de 6 meses, presente un
informe detallado sobre el avance de los procesos penales que deberían existir a propósito de ese
traslado de información.
La Corte Constitucional reafirmó en el auto 092 de 2008 que “la violencia sexual contra la mujer es
una práctica habitual, extendida, sistemática e invisible en el contexto del conflicto armado
colombiano” (párr. III.1.1.1) y que esta violencia permanece en la “casi total impunidad” (párr.
III.1.1.6.). En consecuencia, las órdenes proferidas por la Corte Constitucional apuntan a reforzar
las recomendaciones de la CIDH en la temática de justicia para las mujeres víctimas de violencia
sexual y por tanto ponemos en conocimiento de la Comisión los desarrollos obtenidos en el marco
de dicha orden.
De acuerdo con los términos del Auto 092, la Fiscalía General de la Nación cuenta con un plazo de
seis meses para informar a la Corte Constitucional sobre los resultados que ha alcanzado en los
183 casos identificados por la Corte. Como este plazo aún no se ha cumplido, no tenemos datos
sobre los avances o falta de avances en estas investigaciones. Sin embargo, existen
preocupaciones sobre la manera en que la Fiscalía ha dado cumplimiento a lo solicitado por la
Corte Constitucional.
En primer lugar, de acuerdo con la información aportada por el señor Fiscal General de la Nación
en reunión con varias organizaciones sociales sostenida el 29 de septiembre del año en curso, la
Fiscalía después de revisar sus bases de datos, tan sólo tenía información sobre la judicialización
de 13 casos, de los 183 reportados por la Corte Constitucional. De acuerdo con la información
aportada por las organizaciones de mujeres a la Corte Constitucional, un número mucho mayor de
13 casos habían sido puestos en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación. Esta ausencia
de información da cuenta del incumplimiento del Estado colombiano a la recomendación general
de adoptar medidas para cumplir con el deber de actuar con la debida diligencia (recomendación
No. 2), en relación con la prevención de la violencia contra las mujeres (recomendación No. 20),
particularmente en la creación y mejoramiento de “sistemas y registros de información estadística y
cualitativa de incidentes de violencia y discriminación contra las mujeres”.
En segundo lugar, de acuerdo con la información suministrada por el señor Fiscal General, los
casos que no habían sido puestos en conocimiento de las autoridades que administran justicia,
fueron sometidos a reparto en las fiscalías del lugar donde ocurrieron los hechos. Esto puede
poner en peligro a las víctimas, ya que en muchos casos para realizar las diligencias judiciales
necesarias se les obliga a regresar a zonas del país de donde posiblemente fueron desplazadas
y/o donde siguen operando los actores armados responsables de las violaciones. Resulta esencial
en este sentido incorporar dentro de las investigaciones penales la protección a la vida e integridad
de las mujeres y sus familias y la implementación de asistencia psicosocial idónea y oportuna, tal y
como recomendó la CIDH en su Informe26.
Finalmente, las organizaciones de mujeres y derechos humanos no hemos tenido información
relacionada con la implementación de estrategias o lineamientos de investigación que permitan
determinar si esos hechos obedecen a una práctica sistemática y generalizada, de tal forma que se
investiguen estos casos como un fenómeno en su conjunto y no como hechos aislados.
26
Ver CIDH, Las Mujeres Frente a la Violencia y la Discriminación Derivadas del Conflicto Armado en Colombia, op. cit.,
recomendación #54.
11
Por todo lo anterior, hemos solicitado al señor Fiscal General de la Nación que se implementen las
siguientes medidas, orientadas a superar las falencias mencionadas previamente y a dar
cumplimiento a su deber de actuar con la debida diligencia:
1. Se designe a una persona de alto nivel, con capacidad administrativa, política y jurídica
que tenga a su cargo la temática de violencia sexual contra mujeres cometida con ocasión
o en desarrollo del conflicto armado.
2. Se cree un espacio de interlocución con las organizaciones sociales interesadas en la
temática, con el fin de debatir estrategias de investigación que aborden la problemática de
violencia sexual contra las mujeres en el conflicto, en concordancia con la caracterización
dada a la misma por la Relatoría sobre derechos de la mujer y la Corte Constitucional
como delitos de ocurrencia sistemática y extendida en el país.
3. Se suspenda el reparto de los casos remitidos por la Corte Constitucional a las Fiscalías
regionales en tanto existen serios riesgos para la vida y seguridad de las víctimas.
De otro lado, la Corte Constitucional mediante sentencia T-496 de 2008 dio al gobierno nacional un
plazo de seis meses para reformular su política de protección a víctimas de violencia incluyendo
una perspectiva de género que contemple tanto en el diagnóstico como en las alternativas para las
víctimas las necesidades específicas de las mujeres. Estas órdenes de la Corte Constitucional
obedecen a la grave situación de desprotección de las víctimas que han decidido presentar
denuncias por violaciones de derechos humanos por parte de los actores armados tanto en el
marco de aplicación de la ley de justicia y paz como en hechos de conocimiento de la justicia
ordinaria. Al respecto, la Comisión ha sido permanentemente informada sobre asesinatos y
amenazas contra estas víctimas. Hasta la fecha, las organizaciones de la sociedad civil no hemos
sido tenidas en cuenta ni hemos recibido información sobre la construcción de esta política.
IV. Conclusión
Como puede observarse, el Estado colombiano está lejos de cumplir con las recomendaciones
emitidas por la Comisión Interamericana en su informe sobre Las Mujeres Frente a la Violencia y la
Discriminación Derivadas Del Conflicto Armado en Colombia. En primer lugar, persiste una
violencia generalizada como resultado del conflicto armado en el país que afecta gravemente los
derechos a la libertad, la integridad y la vida de las mujeres. En segundo lugar, el desplazamiento
forzado en Colombia—fenómeno que afecta mayoritariamente a las mujeres—alcanzó su mayor
nivel en el 2007, y el Estado ha incumplido una orden de la Corte Constitucional obligándolo a
crear una serie de programas en beneficio de las millones de mujeres en situación de
desplazamiento. Finalmente, y a pesar de que subsiste un grave subregistro de casos de violencia
sexual, existen indicios que sugieren un aumento alarmante en la participación directa de
miembros de la Fuerza Pública en actos de violencia sexual. La administración de justicia, mientras
tanto, no ha implementado las políticas necesarias—entre ellas, las recomendadas por la CIDH en
su Informe—para garantizar a las víctimas de actos de violencia sexual vinculados al conflicto
armado el acceso a la justicia.
V. Peticiones
1. Tomando en consideración que la Corte Constitucional en el auto 092 de 2008 ordenó la
comunicación del mismo a diversas organizaciones nacionales e internacionales, entre ellas la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y que varias de sus ordenes están dirigidas a
dar cumplimiento a las recomendaciones del informe de la CIDH, Las mujeres frente a la
12
Violencia y la Discriminación derivadas del Conflicto Armado en Colombia, solicitamos a la
Comisión:
a. Realizar un monitoreo y seguimiento permanente al cumplimiento por parte del
Gobierno colombiano de dicha providencia, solicitándole al Gobierno informes
periódicos.
b. Estudiar la posibilidad de brindar asesoría al gobierno colombiano en la implementación
de uno o más de los 13 programas ordenados por la Corte Constitucional.
c.
Estudiar la posibilidad de asesorar a la Fiscalía General de la Nación para fortalecer su
capacidad de investigar eficazmente y en un plazo razonable los casos de violencia
sexual contra mujeres incluidos en el Auto 092
2. Que en su informe anual, la CIDH incorpore un análisis sobre la situación actual de
cumplimiento de las recomendaciones contenidas en su informe Las mujeres frente a la
Violencia y la Discriminación derivadas del Conflicto Armado en Colombia
3. Que la relatora para los derechos de las mujeres y/o el relator para Colombia de la CIDH
realicen una visita de seguimiento al país con el fin de verificar el grado de cumplimiento de las
recomendaciones y avanzar en el cumplimiento de las que permanezcan incumplidas a través
de un mecanismo de interlocución entre sociedad civil y Estado.
4. Que la CIDH dé prioridad a los casos pendientes ante ella—y los que se lleguen a presentar—
que evidencian hechos de violencia y discriminación contra las mujeres derivadas del conflicto
armado en Colombia.
5. Que la Comisión incorpore en su siguiente informe de seguimiento a la implementación de la
Ley de Justicia y Paz en Colombia un análisis del acceso a la justicia para las mujeres y de
manera particular, para las mujeres victimas de violencia sexual en el marco de este proceso.
13
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